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CURSO DE FOTOGRAFÍA

Unidad Didáctica Nº 2

La cámara fotográfica
Curso de fotografía Unidad Didáctica Nº 2

I La cámara: Evolución, componentes y tipos


A) Evolución de la cámara

B) Componentes de la cámara

C) Sistemas de enfoque y exposición

D) Tipos de cámara

E) Accesorios

II El objetivo y su influencia en la imagen


A) El “objetivo” más simple: el estenopo

B) Conceptos imprescindibles para comprender su funcionamiento

C) Distancia focal y tamaño de la imagen

D) Cobertura, ángulo visual y perspectiva

E) Tipos de objetivo

F) Aberraciones y luminosidad

G) ¿Cómo interpretar las inscripciones del objetivo?

III El diafragma y el obturador


A) El diafragma y su influencia en la profundidad de campo

B) La distancia hiperfocal

C) El obturador

D) La exposición

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Curso de fotografía Unidad Didáctica Nº 2

I La cámara: Evolución, componentes y tipos

En este apartado conoceremos a la que será nuestra principal herramienta de trabajo:


La cámara fotográfica. Aprenderemos sobre su evolución, sus distintos componentes, sus
diferentes tipos, y nos familiarizaremos con el tipo de cámara más extendido: la SLR de 35 mm.

A) Evolución de la cámara
Los comienzos de lo que hoy día conocemos como cámara fotográfica se hallan en la
ya mencionada cámara oscura.

Pero la cámara oscura tiene una vida mucho más larga que la propia fotografía tal y
como la entendemos hoy día, pues tuvo otros usos varios siglos antes de aparecer la
fotografía.

En el siglo X el método más eficaz para observar los eclipses solares estaba basado
precisamente en la cámara oscura. De hecho, se puede decir que lo que utilizaban era una
cámara oscura gigante, puesto que los observaban en una habitación a oscuras en uno de
cuyos lados abrían un orificio. A través de este, se proyectaba en la pared opuesta la imagen
del sol.

Posteriormente se utilizó la cámara oscura como un instrumento de dibujo. Fue en los


siglos XVI y XVII, y esta vez ya en forma de caja portátil, aunque el principio era el mismo. Se
trataba de una caja con un objetivo montado en ella, y que estaba unida a una especie de
tienda de campaña negra, dentro de la cual se situaba el dibujante.

Con los descubrimientos acaecidos a principios del siglo XIX en el campo de


sustancias fotosensibles, etc, la cámara oscura empezó a utilizarse para fines fotográficos y, de
hecho, pasó a denominarse cámara fotográfica.

Las primeras cámaras fotográficas consistían en un par de cajas de madera. Una se


deslizaba dentro de la otra para conseguir el enfoque, y, mientras una contenía en su extremo
el objetivo, la otra tenía un cristal en el que se enfocaba la imagen. Una vez que la imagen se
enfocaba, el cristal se cambiaba por la placa fotosensible que era posteriormente expuesta.

Debido a los largos tiempos de exposición necesarios en este tipo de cámaras, estas
debían apoyarse siempre en un soporte, para evitar que la imagen saliese movida.

En estas primeras etapas de la cámara fotográfica, todas funcionaban con placas y con
película en hojas, y era el propio fotógrafo quien hacía la emulsión.

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Posteriormente, cuando Eastman lanzó las primeras cámaras Kodak portátiles,


aparecieron también las películas prefabricadas, y la fotografía se popularizó enormemente,
dándose una verdadera revolución. Aparecieron modelos de cámaras fotográficas realmente
curiosas, como, por ejemplo un modelo que apareció en Inglaterra con forma de pistola.

Las cámaras de cajón, y su variante de fuelles, se impusieron durante las primeras


décadas del siglo XX. Estas ya utilizaban película en rollo, pero no era un rollo del tamaño que
conocemos hoy, sino mucho mayor, hasta el punto de que se hacían copias directamente por
contacto.

En el año 1936 apareció la primera cámara réflex, de 35 mm de una sola lente, es


decir, SLR, que era ya muy parecida a las de hoy día.

Lo que hizo que la cámara SLR de 35 mm se hiciera tan popular fue seguramente el
gran desarrollo que tuvo después de la 2ª Guerra Mundial. Fue tal su aceptación que las
cámaras para película en rollo casi desaparecieron, aunque aún hoy existen algunas cámaras
profesionales que siguen utilizando este sistema.

Así pues, hoy día, la cámara réflex de 35 mm es la que disfruta de mas adelantos, así
como la que más accesorios tiene disponibles. Es, sin duda, la más popular.

B) Componentes de la cámara
Ya conocemos los dos componentes principales de la cámara, a través de los cuales
controlamos los parámetros básicos de fotografía: El diafragma y el obturador.

Pero estos no son, lógicamente, los únicos componentes de la cámara, sino que esta
posee otros sistemas que le facilitan mucho la labor al fotógrafo.

Comentaremos los siguientes:

1.- El visor.-

Es la parte de la cámara por la que vamos a conocer el ángulo que cubre el objetivo, o
dicho más coloquialmente, qué es lo que nos va a caber en la foto.

Las primeras cámaras no tenían visor, sino unas líneas grabadas en la parte de arriba
que indicaban el ángulo que cubrían sus objetivos.

Hoy día podemos encontrar cinco tipos de visores:

• Visor marco. Es el que podemos encontrar en las cámaras de usar y tirar. No


consiste más que en un orificio que guarda proporción con el formato de la
película.

• Visor directo u óptico. Es el encontrado en las típicas cámaras compactas.


Por lo general se encuentra a un lado y un poco por encima de la lente, por lo
que existe una pequeña diferencia entre el punto de vista de la lente y el del
visor. Esta diferencia es denominada error de paralaje. Este error es solo
notable cuando se fotografía a distancias cortas, y para compensarlo el visor
suele tener, junto al marco que define el área cubierta por la lente, unas líneas
que hacen la función de marcas de compensación.

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Estos visores están formados por un cristal con los dos lados cóncavos, y otro
con los dos lados convexos, consiguiéndose una imagen no invertida.

• Visor de pentaprisma. Es el visor que encontramos en las cámaras SLR de


35 mm y el más fiable, dicho sea de paso, pues se ve la imagen tal y como se
impresionará finalmente en la película. Su funcionamiento es el siguiente: la
imagen que pasa a través del objetivo es reflejada hacia arriba por un espejo
inclinado 45º, formándose la imagen en una pantalla mate. Es pentaprisma
recoge la imagen de esta pantalla y la voltea vertical y horizontalmente para
que sea vista tal cual quedará en la película.

Al presionar el disparador, el espejo en el que se reflejaba la imagen, se


levanta, dejándola pasar hacia el obturador, y de ahí a la película. Es por ello
que, mientras disparamos, no se ve la imagen a través del visor.

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• Visor de lentes gemelas (TLR). Es el que tienen las cámaras réflex de


objetivos gemelos (Twin Lens Réflex). Estas cámaras disponen de dos
objetivos, uno encima de otro. El superior sirve para hacer el encuadre y el
inferior es el que se ocupa de impresionar la película. En el objetivo de arriba,
la imagen, tras pasar por el objetivo, se refleja en un espejo posicionado a 45º,
y sube hasta un vidrio mate, donde el fotógrafo la ve.

La imagen que vemos por dicho visor esta volteada horizontalmente y, en


casos en los que fotografiemos objetos cercanos, se dará error de paralaje. Por
otro lado, la ventaja que tiene es que seguimos viendo la imagen mientras
presionamos el disparador.

• Visor de pantalla. Es el tipo de visor más básico y primitivo, y suele


encontrarse en las cámaras que utilizan película en hojas. No consiste más que
en un cristal mate que muestra la imagen tal cual le llega del objetivo. La
imagen que se ve esta volteada verticalmente

2.- El sistema de enfoque.-

Antes de nada hay que aclarar que, aunque es una herramienta de la cámara de gran
importancia, hay cámaras que no disponen de ella. Las cámaras compactas y las de usar y
tirar, por ejemplo, no disponen de ningún sistema de enfoque.

Estas cámaras traen un objetivo preenfocado a lo que se llama la distancia hiperfocal,


de la cual hablaremos más adelante.

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Entre las cámaras con sistema de enfoque más básicas, se encuentran las que tienen
en el objetivo un anillo de enfoque, que indica la posición en que se debe colocar este en
función del tipo de fotografía que estemos haciendo. En estos casos suelen indicarse con
dibujos los primeros planos, la fotografía de grupo, y los paisajes.

Finalmente, en los anillos de enfoque de las cámaras más avanzadas, suele indicase
una escala de distancias tanto en metros como en pies.

Por otro lado, muchas cámaras tienen también incorporado, ya sea en el visor o a
parte, un sistema que ayuda a comprobar si la imagen está o no bien enfocada.

Estos sistemas de enfoque pueden ser de los siguientes tipos:

• Enfoque por telémetro. Estos sistemas se componen de dos partes. Por un


lado tienen un visor óptico fijo, y por otro un espejo semitransparente que se
mueve a la par que el anillo de enfoque. Cuando la imagen del visor y la del
espejo coinciden, la imagen esta enfocada. Este sistema lo encontramos en
cámaras como la Leica, es decir, en las no réflex de 35 mm, y es muy preciso.

• Enfoque de imagen partida. Es el sistema que se encuentra en la mayoría de


las cámaras réflex. Está compuesto por dos prismas con forma de cuña
semicircular que están situados en el centro de la pantalla de enfoque. Los
objetos desenfocados aparecen como partidos, al aparecer desplazada la línea
de unión de las cuñas.

• Enfoque de micro prismas. Este sistema consiste en una serie de pequeños


prismas piramidales que son vistos desde arriba. Cuando el motivo a fotografiar
está enfocado, cada punto de la imagen aparece en el vértice de una de estas
pirámides, haciéndonos ver una imagen nítida. Cuando, por el contrario, está
desenfocada, los puntos de la imagen se descomponen en cuatro (uno en cada
lado de cada una de las pirámides), haciéndonos ver una imagen borrosa.

• Enfoque en pantalla mate. Es el método más sencillo, pues no consiste más


que en una lámina de vidrio mate sobre la que se proyecta directamente la
imagen recogida por el objetivo.

En la mayoría de las ocasiones, estos sistemas de ayuda al enfoque a través del visor,
aparecen combinados en las cámaras SLR de 35 mm. Es común encontrar un sistema de
imagen partida rodeado por un anillo de micro prismas, siendo el resto del visor una pantalla
mate.

Pero si hay una herramienta que facilite el enfoque en una cámara, esa es sin lugar a
dudas el enfoque automático, o sistema auto foco.

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Este se puede encontrar no solo en las SLR de 35 mm más modernas, sino también en
algunas cámaras compactas.

Los sistemas de enfoque automático funcionan de alguna de las siguientes maneras:

• Por contraste.- En este caso una placa fotosensible recoge dos imágenes,
una que proviene del propio visor, y otra que es recogida por un espejo que se
mueve a la vez que el anillo de enfoque (en este caso a la vez que el motor de
enfoque). Cuando la placa fotosensible detecta que los contrastes de una y
otra imagen coinciden, la cámara da por enfocada la fotografía. Este
funcionamiento es, como vemos, análogo al del telémetro, y es el más
extendido, a pesar de fallar a veces en casos en los que el motivo tenga poco
contraste o bien se trate de objetos repetitivos.

• Por infrarrojos.- En este caso la cámara dispone de un pequeño emisor y un


receptor de rayos infrarrojos. Al ser lanzado el haz de infrarrojos, estos rebotan
en los objetos que hay delante de la cámara, y el receptor determina cuándo se
ha enfocado correctamente al detectar una señal de intensidad máxima. A este
sistema no le afectan las ausencias de contrastes o de luz, pero también puede
llegar a fallar si, por ejemplo, hay un cristal delante del objeto a fotografiar.

• Por ultrasonidos.- El funcionamiento es parecido al anterior. En este caso la


cámara emite una señal inaudible de infrasonidos y calcula la distancia al
objeto a enfocar en función del tiempo que tardan recibirse las señales
rebotadas. También puede fallar en determinados casos.

Todos estos sistemas tienen, como hemos indicado, fallos en determinados casos,
pero hay que señalar que son cada vez casos más excepcionales, pues dichos sistemas se
mejoran año tras año.

3.- El fotómetro u exposímetro.

La gran pregunta a la que se enfrenta el fotógrafo irremediablemente justo antes de


cada disparo es “¿qué apertura y velocidad de obturación necesitaré?”, y la única forma de
llegar a una respuesta acertada es preguntarse antes, ¿cuánta luz hay?.

En la parte interior del envoltorio de las películas se dan una serie de instrucciones
sobre la apertura y velocidad necesarias según disfrutemos de un día soleado, o nubloso, etc.
Pero estas indicaciones son demasiado genéricas para ser eficaces. Es por ello que la mayoría
de las cámaras fotográficas disponen de un medidor de luz: el fotómetro u exposímetro.

Aunque el fotómetro y el exposímetro no son la misma cosa, coloquialmente siempre


se suele llamar fotómetro al exposímetro. La diferencia entre ambos es que, mientras el
fotómetro se limita a dar una lectura de la cantidad de luz, el exposímetro traduce esa lectura a
una escala en la que se indica la apertura o exposición necesaria. Mientras seamos
conscientes de dicha diferencia, puede carecer de importancia cómo lo queramos llamar
coloquialmente.

Existen muchos tipos de fotómetros y se diferencian por muchas cosas, ya sea por el
tipo de célula fotosensible que utilicen, o por el tipo de luz que midan, o por el lugar donde
estén situados, etc.

Los fotómetros más antiguos fueron los de mano, es decir, que no se encontraban en la
cámara. Estos se siguen utilizando, principalmente por los profesionales, ya que las cámaras
de formato medio y grande no suelen llevar fotómetro incorporado.

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Con estos fotómetros se pueden hacer dos tipos de mediciones:

Podemos medir la luz incidente, es decir la luz que está recibiendo un objeto concreto.
En estos casos la entrada de luz a la célula se coloca mirando la fuente de luz. Este sistema se
utiliza cuando nos es imposible acercarnos al objeto a fotografiar, en cuyo caso medimos la luz
que incide sobre otro objeto de igual o similar tonalidad.

Por otro lado podemos medir la luz reflejada, es decir, la luz que posteriormente va a
recibir la película de ese objeto, por lo que se supone que es una lectura más exacta. En estos
casos, la entrada de luz del fotómetro, se dirige al objeto a fotografiar.

Los fotómetros integrados en la cámara, siempre hacen, como es lógico, una medición
de la luz reflejada.

En cuanto a los tipos de célula fotosensible que se suelen encontrar en los fotómetros
hoy día, ya sean de mano o integrados en la cámara, son los siguientes:

• Célula de Selenio.- Esta emite electricidad al recibir luz, propiedad que se


aprovecha para saber la intensidad de esta en función de la cantidad de
electricidad producida. Aunque este sistema es barato y no necesita pilas, solo
es fiable cuando hay bastante luz.

• Célula de Sulfuro de Cadmio.- En este caso la célula actúa como resistencia


entre una pila y un medidor. Cuando recibe luz, aumenta su resistencia, en
función de ello se deduce cuánta luz recibe, y de este último dato, se deduce la
apertura necesaria. Este sistema tiene la desventaja de que la célula reacciona
con relativa lentitud y además se ciega cuando hacemos una lectura en un
lugar muy luminoso, de forma que si justo después se hace otra en un lugar
más bien oscuro, la lectura será errónea.

• Célula de Silicio.- Es la más avanzada, y la que podemos encontrar en la


mayoría de las cámaras modernas. Existen diferentes variantes, pero todas se
caracterizan por su pequeño tamaño, por lo que son más que aptas para estar
incorporadas a la cámara. Son, además, infinitamente más sensibles que las
células de Sulfuro de Cadmio, pues tienen un amplificador de señal, reaccionan
mucho más rápidamente, y no se ciegan nunca.

Los fotómetros integrados pueden estar colocados en diferentes lugares en la cámara.


En los modelos más simples, o en los no muy modernos, lo normal es encontrarlo en el cuerpo
de la cámara, acoplado a una ventanita.

El problema que plantea este sistema es que la lectura que se obtiene no tiene en
cuenta los posibles filtros, tubos de extensión, etc, que utilicemos (ya hablaremos más delante
de estos accesorios). Todos estos accesorios restan luminosidad a la imagen, de forma que
hay que corregir la lectura obtenida en caso de que los utilicemos.

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Este problema no lo tendremos si el fotómetro de la cámara está integrado dentro del


propio cuerpo de la cámara, con sensores que detectan la luz que llega a la película. Este es el
sistema conocido como TTL (Through The Lens) y con este nos podemos despreocupar de
los accesorios que coloquemos en el objetivo, pues la medición que obtengamos ya los estará
teniendo en cuenta.

El sistema TTL es el que encontraremos en todas las SLR de 35 mm que se


encuentran en el mercado hoy día.

Pero las cámaras no se limitan a ofrecer un solo sistema de medición, sino que
normalmente suelen tener varios, para que el fotógrafo elija en función del tema que vaya a
fotografiar, y que se diferencian, simplemente, en el área de la pantalla en la que se hace la
medición. Estos sistemas son los siguientes:

• Medición puntual o “spot”.- La medición se lleva a cabo en un pequeño


punto del centro de la pantalla, un circulo de no más de 5 ó 10 grados. Es útil
para los casos en los que fotografiemos objetos pequeños o queramos resaltar
un objeto sin importarnos lo que le rodea.

• Medición central.- La medición en este caso se hace en una zona circular que
comprende más o menos el 50% de la pantalla. Pero en este sistema el
exposímetro siempre valora unas zonas más que otras dentro del círculo en
cuestión. Normalmente estas zonas más tenidas en cuenta son la zona central
e inferior de la pantalla, pero conviene experimentar con nuestra cámara para
evitar luego sorpresas con los errores de exposición al utilizar este sistema.

• Medición matricial.- Es sin lugar a dudas el sistema más exacto y avanzado.


En este se mide la luz en entre 5 y 10 zonas diferentes de la pantalla,
(dependiendo de la sofisticación del modelo de cámara). Ello es llevado a cabo
con células independientes, que mandan las lecturas a un procesador, el cual
se ocupa de analizar los valores recibidos y calcular un valor correcto de
exposición.

Un paso más allá en este sistema es la llamada medición matricial 3D, que
tiene además en cuenta la distancia a la que se encuentra el objeto enfocado,
que se supone que es el que debe estar más correctamente expuesto.
Pero como no hay sistema perfecto, la medición matricial también tiene sus
fallos, pues en temas como los atardeceres, la cámara tiende a subexponer la
imagen, por lo que en estos casos vendría mejor una medición central.

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C) Tipos de cámara
Existen innumerables criterios para clasificar los tipos de cámaras, pero si se escogiese
solo uno o varios de forma aislada, jamás lograríamos incluir todas las que se pueden
encontrar. En cualquier caso, las que veremos aquí serán las que podamos llegar a
encontrarnos sin entrar en la fotografía altamente especializada, como la médica, la científica, o
la extremadamente profesional.

Así pues, cogiendo como criterio en general, tanto su tamaño y uso, como su formato,
se puede decir que tenemos los siguientes tipos de cámara:

1.- Cámaras desechables o de un solo uso.- Es lo más sencillo que se puede


encontrar en lo que a cámaras se refiere. Se podría decir que son una película cuyo chasis
tiene forma de caja y trae un objetivo. Al revelar la película, la cámara se destruye. Tienen un
visor marco y un objetivo preenfocado. Las hay con flash e incluso se encuentran algunas
submarinas, con las que se pueden hacer fotos hasta los tres metros de profundidad.

2.- Cámaras de espía.- son las más pequeñas que existen. Se crearon para uso
científico y militar. Utilizan una película especial, por lo general de 16 mm. Tienen un objetivo
de unos 15 mm preenfocado. Su diseño esta dirigido a fotografiar documentos principalmente,
aunque, por supuesto, se pueden hacer todo tipo de fotos con ellas.

3.- Cámaras de bolsillo o de 110.- Algo mayores que las anteriores pero aún así
diseñadas para ser llevadas en cualquier parte y sobre todo para ser utilizadas por cualquiera.
Se caracterizan por su forma alargada y aplastada, por utilizar película de 16 mm, y por estar
su objetivo (por lo general de 25 mm) preenfocado. Tienen visor marco o bien directo, y tienen
error de paralaje, pues este se encuentra a un lado.

Estas cámaras están desapareciendo y siendo sustituidas por las cámaras compactas
y las de sistema Advance, que veremos ahora.

4.- Cámaras compactas o de visor directo.- Existe una gran variedad de este tipo de
máquinas, y las hay desde muy sencillas a muy sofisticadas y caras, pero todas tienen unas
características básicas parecidas: objetivo, por lo general preenfocado, de entre 28 y 35 mm
(aunque las hay también con auto foco); película de 35 mm; y visor directo, con el error de
paralaje que este conlleva. La mayoría llevan flash incorporado.

Los fabricantes de este tipo de cámaras han enfocado su desarrollo a la automatización


de las mismas, pudiéndose encontrar con zoom, con fijación automática de la sensibilidad de la
película, auto rebobinado de la película, etc.

Como ventajas presentan su poco tamaño y peso, su facilidad de uso, y la cada vez
mayor calidad de las fotografías obtenidas. Todo ello hace que estas sean las cámaras
elegidas por la mayoría de la gente que no busca más que una cámara de “apunten y disparen”
para hacer fotos-recuerdo.

5.- Cámaras instantáneas.- Las únicas representantes de este tipo de cámaras son
las Polaroid. Su originalidad radica en que podemos tener en la mano nuestra fotografía
segundos después de haber apretado el disparador.

Esto es posible debido a que dichas cámaras utilizan una película de papel en hojas,
las cuales están impregnadas de reactivos. Estos son liberados al salir la hoja por los rodillos
de la cámara, auto revelándose la fotografía en pocos segundos. Los papeles mencionados
son, lógicamente, de un formato especial para estas cámaras.

El inventor de este sistema de película auto revelable fue el Dr. Edwing Land, en 1947.

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6.-Cámaras Advanced Photo System.- El sistema Advanced, como se le conoce


habitualmente, es una creación realizada por varias marcas que han colaborado entre sí para
crear un tipo de cámara que ofrezca una mayor facilidad de uso y un mayor número de
opciones al aficionado.

Son cámaras más pequeñas que las de 35 mm y utilizan un tipo de carrete diferente
que permite hacer fotografías en formato clásico, de alta resolución, o panorámico, además de
otras opciones de impresión de datos, cambio de película a mitad de rollo, ...

En cuanto a las prestaciones de estas cámaras, las hay desde sencillas hasta cámaras
profesionales. Es por ello que, aunque no dejan de ser un tipo de cámara a parte, se podría
decir que es un tipo de sistema diferente, sin más.

7.- Cámaras SLR de 35 mm.- Son, sin lugar a dudas, las más extendidas entre los
aficionados que quieren sacar el máximo de la fotografía. Son las más completas, sofisticadas,
y las que más posibilidades nos ofrecen.

Todas las SLR de 35 mm se caracterizan por tener:

• Visor de pentaprisma, de forma que carecen de error de paralaje.


• Exposímetro incorporado tipo TTL, por lo general con varios métodos de
medición a elegir.
• Obturador con velocidades entre 30 segundos y 1/8000 de segundo.
• Disponibilidad de infinidad de objetivos intercambiables de diferente longitud
focal (veremos más adelante que es eso). Los podemos encontrar de entre 8 y
2000 mm.
• Otras prestaciones como disparador automático, auto rebobinado de la
película, lector automático de sensibilidad de la película mediante código DX,
etc.

8.- Cámaras SLR de formato medio (70 mm).- Este tipo de cámaras es muy utilizado
por profesionales debido principalmente por su formato, mucho mayor que el de 35 mm y el
único aceptado a veces en artes gráficas.

El formato de película que utilizan es de 70 mm esta se presenta enrollada junto con un


papel negro, y sobre ella pueden impresionarse diversos formatos de negativo.

Por lo demás están desposeídas de todas las comodidades y prestaciones de las


modernas SLR de 35 mm, pues:
• Carecen de pentaprisma, por lo que la imagen que se ve por el visor esta
volteada lateralmente.
• La mayoría carece de exposímetro, auto foco o auto disparador.
• La velocidad de obturación rara vez supera 1/1000 de segundo.

Sin embargo, hay que decir que, últimamente, los fabricantes tienden a incorporar la
tecnología de las 35 mm a estas cámaras de formato medio.

9.- Cámaras TLR o de lentes gemelas.- Las lentes TLR (Twin Lens Réflex), Se
caracterizan por tener dos lentes, una sobre la otra. Como se comentó al hablar sobre los
visores, una lente se ocupa de formar la imagen en el objetivo, y la otra se ocupa de formarla
en el visor, que se encuentra en la parte superior de la cámara, para que el fotógrafo encuadre
la imagen.

Como comentamos en su momento, tienen error de paralaje y la imagen vista en el


visor está volteada lateralmente.

Otro inconveniente que presentan es que son pocas las que tienen la posibilidad de
intercambiar objetivos, y cuando se puede, hay que comprarlos a pares, con el gasto que ello
supone.

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El tipo de película que utilizan es el mencionado en las cámaras de formato medio.

10.- Cámaras Submarinas.- Aun siendo un tipo de cámara bastante especializada, la


mencionamos por ser la herramienta utilizada por aquellos aficionados a fotografiar la
naturaleza que se deciden a inmortalizar la naturaleza submarina. La naturaleza es uno de los
temas predilectos de la mayoría de los aficionados a la fotografía, y no es poco habitual que
muchos de ellos se decidan a buscar temas algo diferentes bajo el agua.

Las cámaras submarinas son aquellas que están diseñadas para funcionar bajo el
agua, aun que submarinas propiamente dichas son las que se denominan cámaras anfibias.

Estas se caracterizan por tener sus mandos de mayor tamaño, y tenerlos, la igual que
el cuerpo de la cámara, cubiertos de goma. La mayoría son de 35 mm , y quitando la Nikonos
RS, no tienen autofoco ni un funcionamiento tan automatizado como las SLR de 35 mm ya
mencionadas. Lo que si tienen son objetivos intercambiables, algunos, como los de las
motormarine de SEA&SEA, intercambiables en el agua. La mayoría posee también conexiones
especiales estancas para flashes submarinos. Todas estas cámaras anfibias suelen poder
sumergirse hasta los 35 metros

La otra opción es introducir una SLR de 35 mm en una caja estanca, en cuyo caso
disfrutaremos de todas las comodidades de éstas cámaras, además de tener la posibilidad de
sumergirlas a mayor profundidad (hasta 80 metros), aunque dichas cajas son mucho más
aparatosas.

A parte de todas estas cámaras, existen otra para funciones más específicas, como las
de estudio, las aéreas, las panorámicas, o las de uso médico o científico.

D) Accesorios
Son muchos los accesorios que se pueden encontrar para los diferentes tipos de
cámaras mencionados, pero la mayoría de los que se encuentran habitualmente en el mercado
están dirigidos a la cámara más versátil, completa, utilizada y a la que más accesorios admite,
es decir, a la SLR de 35 mm.

Los accesorios más utilizados por un aficionado medio-avanzado son:

1.- Los objetivos.- Las SLR de 35 mm suelen venir con lo que se llama la lente u
objetivo estándar, que es el de distancia focal de 50 mm. Así pues, en los modelos de cámara
que permitan el intercambio de objetivos, que hoy día se puede decir que son todos, el resto de
los objetivos se pueden considerar accesorios, y es seguro que ningún aficionado tardará
demasiado en obtener alguno más.

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De los objetivos hablaremos con más detalle más adelante, pero sí adelantaremos que
la diferencia principal entre ellos, es su distancia focal. Encontramos teleobjetivos,
(considerados como tales los de 75 a 300 mm, aunque los hay de 2000 mm), grandes
angulares, (14 a 40 mm), objetivos macro, o los de distancia focal variable (los zooms).

De los usos de todos ellos hablaremos, como hemos dicho, más adelante.

2.- Parasoles.- Son unos anillos anchos de metal o de goma cuya utilidad radica en
proteger al objetivo de luces parásitas que producirían aberraciones o reflejos en la imagen,
consiguiéndose con ellos mejores contrastes. Estos se acoplan a rosca, a bayoneta, o con
tornillos de presión. Al frontal del objetivo.

Han adquirido bastante popularidad los de goma retráctiles, pues además de poder
renunciar a su ayuda sin necesidad de desmontarlos, sirven también como protectores.

Algo a tener en cuenta a la hora de utilizarlos es el tipo de objetivo para el que están
hechos, pues si utilizamos un parasol para un objetivo de mucha distancia focal en un objetivo
con una distancia mucho menor, lo mas seguro es que terminemos con un marco negro en las
esquinas de la imagen.

3.- Duplicadores, triplicadores, etc.- Son lo que se llaman técnicamente


multiplicadores de focal, y no son más que lentes que se acoplan entre la cámara y el
objetivo para multiplicar la distancia focal de este. Así, un objetivo de 200 mm con un
duplicador quedaría como un objetivo de 400 mm, aunque hay que decir que no tendrá nunca
la misma calidad de imagen y además restará mucha luminosidad, pero la ventaja es la gran
diferencia de precio entre el multiplicador y el objetivo de 400 mm.

Existen también lentes para acortar la distancia focal de los objetivos, lo que se
denominan convertidores afocales.

4.- Anillos de inversión.- Se utilizan para montar el objetivo al revés al hacer


fotografías de aproximación (o macrofotografía). El motivo de hacerlo así es que en este tipo de
fotografía se consigue una mayor calidad de imagen cuando trabajamos a partir de la escala
1:1.
El problema es que al montar el objetivo al revés, perdemos la posibilidad de utilizar
todos los sistemas automáticos de este.

5.- Objetivos de ángulo recto.- Se utilizan para fotografiar en ángulo recto, es decir,
para fotografiar aquello que tengamos a nuestro lado sin que nadie se entere.

Consisten en un objetivo simulado que, acoplado al objetivo verdadero podría hacer


pasar el conjunto por un teleobjetivo. Este tiene un espejo colocado a 45º y una apertura lateral
que se puede tapar con la mano.

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6.- Visores.- Es posible, en las cámaras realmente profesionales, intercambiar los


visores para optimizar las condiciones de trabajo. El más extendido y práctico es el visor de
pentaprisma, del que existen variantes que nos permiten separar el ojo del visor y encuadrar
aún sin problemas, lo que es útil en la fotografía submarina, si la cámara esta en una caja
estanca, o también para la gente con gafas.

Encontramos también visores de capuchón, para enfocar desde encima de la cámara;


visores de aumento para fotografía macro; etc.

7.- Disparadores a distancia.- Los hay de cable, los cuales se adaptan al disparador
para accionarlos a distancia a través de un cable, y a control remoto, que funcionan por
infrarrojos o por ultrasonidos.

Es necesario en fotografía nocturna y en general para cualquier fotografía con poca luz,
para evitar las vibraciones que se producen al apretar el disparador a pulso.

Para tiempos de exposición no muy largos, siempre se puede sustituir por el


autodisparador de la cámara.

8.- Respaldos.- Se colocan en la cámara sustituyendo la tapa trasera de esta y llevan


a cabo diferentes funciones.

Los más sencillos se limitan a imprimir la fecha y la hora en la imagen y los más
avanzados imprimen también datos del diafragma y obturador, hacen de autodisparador, y
otras muchas funciones más.

9.- Fundas, maletines, etc.- Imprescindibles para poder transportar el equipo con
seguridad. Últimamente no se suele incluir funda con muchas cámaras, pero es un accesorio
indispensable. Los maletines son útiles si llevamos varios objetivos, flash, etc.

Es recomendable incluir también en el maletín un equipo de limpieza, pues las lentes


fotográficas son sumamente delicadas y no conviene limpiarlas con cualquier cosa. Estos
suelen incluir una perilla para eliminar con aire las partículas de polvo o arena, una brocha, y
una balleta con líquido para eliminar grasa o huellas dactilares del objetivo.

10.- Trípodes.- Se utilizan como soportes de la cámara y son de gran ayuda no solo en
la fotografía con poca luz, sino también en la fotografía con teleobjetivo, en la fotografía macro,
y en general en cualquier caso en los que se utilice poca apertura de diafragma.

Si se da preferencia a la estabilidad, es preferible un trípode pesado, y más aún si se


va a usar con teleobjetivos grandes, pero si se va a tener que transportar durante largos
recorridos, más vale pensar también en el esfuerzo que supondrá cargar con él.

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Un buen trípode debe tener articulaciones que nos permitan fijar la cámara e diferentes
posiciones, y es deseable que se pueda elegir la altura de las patas.

Existen también trípodes de bolsillo, muy utilizados con las cámaras compactas.

Una variante del trípode es el mono pié, muy utilizado en la fotografía deportiva o en
general de acción en los que hay que moverse con pesados objetivos.

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II El objetivo y su influencia en la imagen

A) El “objetivo” más simple: el estenopo


Al hablar de los fenómenos que hacen posible la fotografía ya mencionamos el
funcionamiento de la cámara oscura, y de cómo obteníamos la imagen invertida del exterior
cuando entraba un pequeño haz de luz en su interior.

Aplicando este concepto a una caja, se obtuvo la cámara más simple: la cámara de
dibujo o cámara sin objetivo, la denominada cámara estenopéica.

Al entrar la luz por un orificio pequeño (el “objetivo“ de esta cámara, el denominado
espenopo), solo una parte de esta llega a la pantalla o lo que es lo mismo, solo una porción de
la luz reflejada por el objeto que estamos “fotografiando”. Esto es lo que permite que se forme
una imagen más o menos nítida.

Como la luz sigue una trayectoria en línea recta, la imagen obtenida se invierte, y es
poco nítida debido a que la luz sigue divergiendo aún dentro de la cámara. Es además una
imagen tenue, por el pequeño tamaño del orificio.

Si se quiere construir una cámara estenopéica, no necesitamos más que una caja de
unos 16-17 cm y papel fotográfico. El agujero es mejor hacerlo, con una alfiler, sobre papel de
aluminio, colocado este a su vez sobre un agujero mayor realizado en la caja.

Aplicando esta fórmula obtendremos las medidas necesarias tanto de la cámara como
del diámetro del objetivo:

El diámetro del estenopo es igual a la raíz cuadrada de 0,0016 x f.

Donde f es la distancia focal, es decir la longitud de la caja, o distancia entre el


estenopo y el papel fotográfico.

Es necesario que el objeto fotografiado esté muy iluminado. El tiempo de exposición


oscila entre los 5 y los 10 minutos, tras los cuales, y tras revelar el papel, obtenemos una
imagen en negativo. Cuando esta está seca la colocamos, emulsión contra emulsión, contra
una hoja de papel virgen, sujetamos ambas bajo un cristal y encendemos unos segundos la luz
de la habitación. Una vez revelemos la 2ª hoja, obtendremos nuestra imagen positiva.

B) Conceptos imprescindibles para comprender su funcionamiento


Si a la cámara estenopéica anteriormente descrita se le sustituye el estenopo por una
lente para mejorar la nitidez de la imagen, obtenemos una cámara fotográfica propiamente
dicha, y esta lente puede ser considerada ya un objetivo.

Pero para comprender bien el funcionamiento de estos, hay que repasar una serie de
conceptos:

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Una lente es un objeto transparente cuyos lados pueden ser, los dos curvos, o uno
plano y otro curvo, y que hace que los rayos de luz que lo atraviesan converjan o diverjan de
forma regular. Las lentes se consideran positivas cuando hacen converger los rayos de luz, y
estas pueden ser biconvexas, plano convexas, o de menisco convergente. Las negativas son
las que hacen divergir los rayos y al menos uno de sus lados es cóncavo. Pueden ser
bicóncavas, planocóncavas y de menisco divergente.

Un objetivo es la lente, o conjunto de lentes por las que penetra la luz en un


instrumento óptico (microscopio, telescopio, cámara fotográfica, etc.).

Si comprendimos en su momento los fenómenos de refracción y de transmisión,


entonces comprendemos ya el funcionamiento de los objetivos, pues lo rigen dichos
fenómenos. Aunque los objetivos hoy día estén compuestos por grupos de lentes, el
comportamiento de la luz, al pasar por el conjunto de ellas, es el mismo que si pasara por una
lente positiva simple.

Se denomina eje óptico o principal, de una lente u objetivo a la línea que pasa por los
centros de curvatura de las dos caras de la lente. El rayo de luz que pasa por estos centros de
curvatura, no sufre desvío alguno en su trayectoria, siguiendo el eje completamente.

Se llama foco principal o punto focal, al punto del eje óptico, situado en el plano
focal, donde se reúnen los rayos de luz cuando el objetivo está enfocado al infinito. El plano
focal es perpendicular al eje óptico y, llevado a la realidad, es la película.

Por último, la distancia focal es la comprendida entre el centro de la lente y el punto


focal anteriormente mencionado.

C) Distancia focal y tamaño de la imagen


La distancia focal es un dato a tener en cuenta en la fotografía, pues indica la potencia
o capacidad de desviación de un objetivo.

La distancia focal vendrá casi siempre expresada en milímetros, aunque en los


objetivos macro la encontraremos en dioptrías. En cualquier caso la conversión no es difícil,
pues vasta con dividir 1000 entre las dioptrías en cuestión, y obtendremos el valor en
milímetros.

Como ya vimos en su momento, la desviación de un haz de luz venía determinada por


los mismos factores que determinaban la refracción. Así pues, la distancia focal de un objetivo,
también estará determinada por estos factores. Si los recordamos, estos son:

La longitud de onda, que se puede controlar a base de combinar lentes convergentes


y divergentes en el objetivo.

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El índice de refracción, que se puede modificar a través de la densidad del medio, o


sea, utilizando diferentes composiciones químicas para crear las lentes.

El ángulo de incidencia, que se modifica fácilmente a la vez que se modifica la


curvatura de las caras de la lente, pues a mayor radio de curvatura, mayor distancia focal
obtenemos.

La distancia focal del objetivo es importante porque es uno de los factores que
determinan el tamaño del objeto fotografiado en la imagen. Los objetivos de poca distancia
focal producen una imagen más pequeña, por ser más próxima.

Esta relación entre el tamaño del objeto fotografiado y el tamaño con el que aparece en
la imagen, se llama factor de ampliación. Este se calcula con la siguiente fórmula:

Pero el tamaño de la imagen esta también determinada por la distancia que existe
entre el objeto y la lente, pues esto determina la distancia de formación de la imagen. Cuanto
más cerca está el sujeto del objetivo, mayor ángulo de incidencia se da entre los rayos de luz y
la lente, haciendo que esta haga converger los rayos de luz más lejos del objetivo. El resultado
de esto, es una imagen más grande.

En relación con esto se pueden dar varios supuestos:

1.- Que fotografiemos un objeto lejano, es decir, que esté entre el infinito y la distancia
mínima de enfoque. Es el caso más común. Esto implica que esté a más de dos veces la
distancia focal del objetivo. En estos casos, la imagen se forma invertida, detrás del objetivo a
entre una y dos veces su distancia focal.

Esta es la razón por la que los objetivos de menos focal, tienen menor recorrido en el
anillo de enfoque, y es que necesitan menos movimiento de enfoque.

2.- Que el objeto esté en el infinito, muy lejano, en cuyo caso, como los rayos que
inciden en la lente son paralelos, la imagen se forma invertida y justo a la distancia focal del
objetivo.

3.- Fotografía a tamaño 1:1, es decir, cuando lo que estemos fotografiando aparezca en
la película al mismo tamaño que en la realidad. En estos casos el sujeto estará situado justo a
dos veces la distancia focal del objetivo, y lo mismo ocurrirá con la imagen formada, es decir, el
objeto y la imagen están a la misma distancia de la lente.

También se dan casos en los que el objeto esta situado entre una y dos veces la
distancia focal del objetivo, dándose una imagen mayor que la real, pero más que a las
cámaras, se aplica a proyectores y ampliadoras.

D) Cobertura, ángulo visual y perspectiva


En todo objetivo, la imagen nítida solo se forma en una parte de todo el área que cubre
dicho objetivo. Esta zona es circular, se forma alrededor del eje principal, y fuera de ella, la
imagen se deforma y pierde nitidez.

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Esta zona útil es la que se llama cobertura del objetivo, y debe ser algo mayor que el
negativo, para evitar que aparezcan las mencionadas deformaciones en los bordes.

Este es el motivo por el que los objetivos están diseñados para un formato concreto, ya
sea para 35 mm, 70 mm, o 120 mm.

Por otro lado ya mencionamos que en función de la focal del objetivo, los objetos
aparecían en la película con un tamaño mayor o menor. Esto es lo mismo que decir que “entra”
más o menos objeto real dentro de la película.

A esta “cantidad de escena” que entra en la película cuando el objetivo esta enfocado
al infinito, se le denomina ángulo visual del objetivo.

El ángulo visual es siempre inversamente proporcional a la distancia focal del objetivo,


o sea, que a mayor focal, menor ángulo visual, o lo que es lo mismo, menos escena cabe en la
imagen.

El ángulo visual siempre se toma con respecto a la diagonal del negativo, se mide en
grados, y es independiente del formato de la película. En los objetivos estándar (50 mm) el
ángulo visual es de 45º, que viene a ser el mismo que el del ojo humano.

El ángulo de visión va a influir, junto con la proximidad a la que se halle el objeto, a


crear lo que se denomina perspectiva.

Alguna vez habremos observado cómo, al mirar por una mirilla, la imagen de la
persona que está fuera se deforma según esta acerca. Esto ocurre también al fotografiar
objetos. Cuanto más nos acerquemos a ellos, mayor perspectiva se creará.

Por otro lado, esta perspectiva se acentuará más, cuanto mayor sea el ángulo de visión
del objetivo en cuestión, es decir, a menor distancia focal, más efecto de perspectiva.

E) Tipos de objetivo
Aunque la forma más técnica de clasificar los objetivos sea seguramente hacerlo en
función de su funcionamiento, o quizá de su diseño óptico, aquí atenderemos más a la
funcionalidad de estos, y no nos pararemos a analizar todas y cada una de las distancias
focales disponibles, sino que agruparemos todas ellas en función de su utilidad.

Atendiendo a este criterio encontramos:

1.- El objetivo estándar.-

Como ya se mencionó anteriormente, la lente estándar se selecciona para cada


formato cuando su ángulo de visión coincide más o menos con el humano y por que su focal
coincide más o menos con la diagonal del formato de la película.

Para el formato de 35mm la lente estándar es la de 50 mm, mientras que para el


formato medio es la de 75-80 mm y para la de gran formato, la de 150-200 mm.

El objetivo estándar es que suele venir con las cámaras al comprarlas, y es la que
mejor le sirve al principiante para practicar los fundamentos de la fotografía, y probar filtros
nuevos u otros accesorios.

La causa de que, por lo general, la gente se canse rápidamente de este objetivo es que
no es muy útil en dos de los temas preferidos por los fotógrafos: los paisajes, y el retrato.

El objetivo estándar es realmente útil con las naturalezas muertas, los bodegones, o los
detalles de objetos en los que queramos mostrar una textura, una sombra, etc. así como en las

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fotografías de arquitectura o en cualquiera donde queramos mostrar un punto de vista


selectivo. Son objetivos hechos para temas de primer plano o de plano medio.

Una gran ventaja que presentan es su gran capacidad óptica, que se seguramente
mejor que la de cualquier otro objetivo equivalente a cualquier apertura. Es de utilidad, por
tanto , en trabajos que requieran gran apertura.

2.- El gran angular.-

El grupo de lentes que se conoce como “gran angular” son aquellas cuyas longitudes
focales son, aproximadamente, entre 40 y 14 mm. Para el formato medio, serían las de entre
35 y 65 mm, y para gran formato, entre 65 y 135 mm.

El ángulo de visión de estas lentes es bastante amplio, por ejemplo un 28 mm tiene un


ángulo de 74º, y un 18 mm, un ángulo de unos 100º.

En esta gama hay varios tipos, cuyos nombres son confusos. Se oye hablar de
objetivos superanchos, ultraanchos, extraachos, grandes angulares extremos, moderados...
Ninguna de estas denominaciones esta totalmente implantada, pero, para el formato de 35 mm,
se suele decir que son grandes angulares moderados los objetivos de entre 48 y 28 mm de
focal, y ultraanchos los de menor focal.

La característica obvia de estos objetivos es la posibilidad de conseguir con ellos más


campo en el fotograma, por lo que es conveniente su utilización en lugares estrechos. Son los
objetivos ideales para paisajes, no sólo por el ángulo que abarcan, sino también por la facilidad
que ofrecen para conseguir grandes profundidades de campo.

Pero estos objetivos también tienen desventajas. Producen a veces distorsiones


ópticas, y las perspectivas a veces son exageradas, aunque esto último a veces se pueda
utilizar como recurso en la fotografía para fortalecer su composición.

Al permitirnos trabajar muy cerca del objeto a fotografiar, los objetos en primer plano
aparecen enormes, mientras que los distantes aparecen miniaturizados, como perdidos en el
fondo. Las líneas que convergen aparecen empinadas, las escalas se distorsionan, y aparecen
más enfatizados los colores cercanos.

3.- Los teleobjetivos.-

Se entiende por tales los objetivos con focales de entre 75 y 300 mm, aunque existen
teleobjetivos de hasta 2000 mm. (esto para el formato de35 mm). En el formato medio, se
empiezan a considerar teleobjetivos las lentes de alrededor de 150 mm.

Sus ángulos de visión oscilan entre 28º y los tan solo 3.5º que tiene un 1000 mm.

El efecto más notable es el de acortar la distancia entre el fotógrafo y el objeto a


fotografiar. Es, por tanto, el objetivo perfecto para los deportes y la acción, así como para
fotografía de naturaleza (animales), o en general para los casos en los que el fotógrafo no
quiera influir sobre la conducta del sujeto. Son los objetivos ideales para los retratos, pues el
estrecho enmarcamiento que produce con los objetos cercanos, crea una visión muy íntima.

La profundidad de campo es reducida con estos objetivos, por lo que es importante


hacer enfoques precisos. Esta limitación favorece de nuevo a la fotografía de retratos, pues un
fondo desenfocado siempre resaltará al sujeto fotografiado.

Otro problema a tener en cuenta es el bajo contraste que se obtiene con estos
objetivos, pues tienden a captar luz ultravioleta, por lo que es útil el uso de un parasol y un filtro
ultravioleta.

Por último, vigilar los movimientos bruscos y las vibraciones, y más cuanto mayor sea
la focal del objetivo utilizado, pues es fácil obtener imágenes movidas.

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4.- Los objetivos Zoom.-

Su característica principal es la posibilidad que ofrecen de variar su distancia focal,


haciendo que tengamos varios objetivos en uno.

Normalmente contienen entre 10 y 20 elementos (lentes) colocadas sobre guías


controladas por microprocesadores, que producen las diferentes distancias focales.

Estos se han vuelto muy populares, pues ofrecen gran flexibilidad y numerosas
ventajas sobre las lentes de focal fija. Una ventaja muy valiosa es la posibilidad de poder
componer con precisión, llenando el cuadro.

Existen muchas versiones que cubren entre los 19 y los 600 mm, pero los más
populares sin duda son los que cubren el gran angular moderado, la lente estándar y el
teleobjetivo corto, es decir, el 28-80 mm, que es el que viene incorporado con muchas
cámaras. Otras versiones populares son el 70-200 mm, o el 400-600 mm. Aquellos que tienen
una diferencia menor entre la longitud mínima y máxima, tienden a ser más rápidas y ofrecen
menos distorsión en las posiciones extremas.

Desde que se utilizan los zoom con vidrios de baja dispersión, la pérdida de calidad de
la imagen con respecto a las lentes fijas, ha desaparecido.

El uso del zoom ha dado lugar a dado lugar a nuevas técnicas como la de arrastrar el
zoom mientras se dispara para conseguir un efecto de dinamismo, de movimiento, al aparecer
como rayos que irradian desde el centro de la imagen hacia fuera. Al utilizar esta técnica, los
zoom gran angulares o de distancia focal corta, producen el efecto más en los bordes del
cuadro, mientras los zoom teleobjetivos pueden producir efectos con muchos más contrastes y,
por tanto, más espectaculares.

5.- Objetivos especiales.-

Las lentes anteriormente descritas son excelentes para la fotografía general, pero
cuando se tienen necesidades más especiales, como ángulos de visión extremos, primerísimos
planos, manipulación de la perspectiva, etc., es necesaria la utilización de objetivos especiales.

En esta categoría encontramos las lentes macro, los ojos de pez, las de cambio de
perspectiva o las de espejo, entre otras, aunque estas son las más utilizadas.

El más útil de todos estos para la fotografía general es probablemente el objetivo


macro. Aunque en principio se diseñaron para fotografía a escala 1:1 en la naturaleza y en el
ámbito científico, hoy día hay diseños que funcionan a la perfección a distancias normales.

El hecho de poder enfocar a muy pocos centímetros, pudiendo a la vez reenfocar al


infinito, las hace muy versátiles, hasta el punto de que muchos fotógrafos la tienen como su
lente habitual.

En lo que respecta a los objetivos correctores de perspectiva, se diseñaron para la


fotografía de arquitectura, en concreto para mantener derechas las verticales de los edificios
fotografiados desde el nivel del suelo. De utilizar un objetivo normal en estos casos, las
verticales terminarían convergiendo.

En cuanto a las lentes de espejo, son realmente teleobjetivos, pero con un diseño
catadióptrico, es decir, la trayectoria de la luz es quebrada por espejos, haciendo posible un
menor tamaño del objetivo. Como inconvenientes, su apertura fija y su fragilidad.

Por último, las lentes de ojo de pez se caracterizan por su gran ángulo de visión, de
hasta 180º, y lo que atrae de ellas es la distorsión tan drástica que produce. El entorno
fotografiado es barrido hacia atrás en un circulo cerrado, los objetos cercanos aparecen como
si hubiesen retrocedido. En cuanto a las líneas, los cuadrados toman forma casi esférica, las
líneas rectas se aloman y los círculos se vuelven elipses.

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Su profundidad de campo es prácticamente infinita.

F) Aberraciones
A la hora de formar la imagen, los objetivos pueden presentar una serie de defectos o
aberraciones, de las cuales las más comunes son:

1.- La aberración cromática.- ya se mencionó que las longitudes de onda cortas,


como la del color azul, se refractan más que las largas, como las del color rojo. Es por ello que
los colores azules formarán su imagen algo más cerca del objetivo que los rojos.

Esto, cuando se fotografía en color con grandes teleobjetivos, da lugar a una banda
irisada que contornea los objetos, pues cada color forma una imagen de distinto tamaño.

Existen objetivos que hacen converger los colores del amarillo al azul, haciendo
desaparecer esta aberración casi completamente, y se denominan acromáticos. Los que
además corrigen los tonos rojos se denominan apocromáticos.

2.- Aberración esférica.- Está causada por la curvatura de las lentes, que hace que
los rayos que inciden más cerca de los bordes, converjan más cerca del objetivo que el resto,
lo cual afecta a la nitidez de la imagen.

Los objetivos que corrigen esta aberración lo hacen combinando lentes con un radio de
curvatura no constante, y se les llama objetivos asféricos.

3.- Aberración de astigmatismo.- Ocurre en algunos objetivos en los que es imposible


enfocar bien los objetos horizontales y los verticales, a pesar, incluso de que ambos se
encuentren a la misma distancia del objetivo.

Una prueba eficaz para comprobar si un objetivo tiene este defecto es enfocar una reja
metálica.

Los objetivos que corrigen esta aberración se denominan anastigmáticos.

4.- Aberración de gota o de coma.- Esta se da en casos en los que los rayos
luminosos que convergen oblicuamente en el plano focal, no lo hacen en el lugar que les
correspondería.

Para comprobar la existencia de esta aberración, vasta con fotografiar un foco luminoso
en el borde de la imagen y comprobar si este adquiere forma de gota, o de coma.

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Los objetivos que corrigen este efecto se denominan aplanáticos y corrigen también la
aberración esférica.

5.- Aberración de curvatura de campo.- El plano focal de un objetivo no es en


realidad totalmente plano, sino que es algo cóncavo. Sin embargo, la película fotográfica sí es
totalmente plana, por lo que en teoría deberíamos tener dificultad para enfocar a la vez objetos
del centro y del borde de la pantalla.

Si no observamos esta dificultad es porque la mayoría de los fabricantes solucionan


este problema bien modificando el diseño de las lentes, bien curvando la película en la cámara
en el mismo sentido del plano focal.

6.- Aberración de distorsión.- Como se ha mencionado anteriormente, los objetivos


de amplio ángulo visual, deforman las líneas rectas. Esto ocurre también con los objetivos más
sencillos.

Cuando la distorsión se produce de forma cóncava, se denomina de cojín, y suele


darse cuando el objetivo tiene colocado el diafragma entre el último grupo de lentes.

Si la distorsión se produce de forma convexa, se dice que es de barril, y se da cuando


el diafragma está colocado en el objetivo más bien cerca de la zona frontal.

De todas las aberraciones mencionadas, tan solo la cromática y la esférica afectan a la


imagen en su totalidad, mientras que el resto solo lo hace en los bordes de la imagen.

G) ¿Cómo interpretar las inscripciones del objetivo?


Prácticamente en todos los objetivos de calidad podemos encontrar una serie de
inscripciones que nos dicen mucho sobre las características y la calidad de este. Normalmente
las podemos encontrar en los bordes del frontal, “rodeando” la lente, o bien en el propio
objetivo, junto al anillo de enfoque, de apertura del diafragma, etc.

Normalmente lo primero que indican es la marca del objetivo, (MINOLTA, NIKON,


PENTAX, etc.), seguido del tipo de enfoque, indicándose con las siglas AF los autofocus, y con
las siglas MF los de enfoque manual.

Tras ello en ocasiones se indica el modelo o la serie a la que pertenece. Las series
suelen ser de una letra o dos a lo sumo (E, AI,...).

Esto viene seguido a veces de una serie de siglas que indican su rendimiento o el
tratamiento de sus lentes. Siglas utilizadas comúnmente son:

• SMC, que significa Super Multi Coated (multirevestido). Esto indica que los
vidrios están revestidos de una serie de sales que incrementan su poder de
transmisión y evitan ciertos efectos indeseables.
• APO, que indica que se trata de un objetivo apocromático, que como ya
indicamos, corrige la aberración cromática producida incluso por los tonos
rojos.

Por último suele venir indicada la distancia focal del objetivo, en milímetros, seguida de
su máxima luminosidad, o lo que es lo mismo, el máximo diafragma utilizable.

Sobre este último dato de la luminosidad del objetivo conviene extenderse algo más,
pues es importante para conocer una de las limitaciones principales de los objetivos.

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Que un objetivo consiga una mayor o menor luminosidad, depende de dos cosas:

1.- De la distancia entre el objetivo y la imagen proyectada, lo cual está en función de


focal del objetivo.

2.- Del diámetro del haz de luz que entra por el objetivo, lo que vendrá condicionado
por su diseño más o menos ancho y su construcción. A este diámetro de haz de luz que entra
en el objetivo con le diafragma totalmente abierto se le llama apertura efectiva.

Pues bien, se denomina luminosidad del objetivo, apertura relativa, o número f/ al


resultado de dividir la distancia focal del objetivo entre su apertura efectiva.

Los objetivos más luminosos suelen ser más anchos, y sus números f/ son menores. Al
tener lentes más grandes, son siempre, además, más caros.

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III El diafragma y el obturador

A) El diafragma y su influencia en la profundidad de campo


Como hemos visto, la luminosidad de un objetivo viene determinada por la relación
entre su apertura efectiva y su distancia focal. El número f/ obtenido es estándar para todos los
objetivos, formatos y películas.

Así, un objetivo de 400 mm con una apertura de 100 mm, tendrá la misma luminosidad
que un objetivo de 200 mm con un apertura efectiva de 50 mm, pues en ambos casos la
relación es de ¼, que se representa como f/4.

Ya hemos comentado también que los parámetros que controlan el valor de la


exposición son el tiempo de exposición a la luz, y la intensidad de esta.

Pues bien, el mecanismo de la cámara que regula la intensidad de la luz es el


diafragma, y lo hace estrechando el haz de luz que entra en el objetivo.

El diafragma, originariamente no era más que unas laminillas con agujeros de distintos
diámetros, pero actualmente es un mecanismo denominado diafragma de iris, que se compone
de varias laminillas que se van cerrando hacia el centro en forma más o menos circular

A la hora de crear unas aperturas estándar hubo de tenerse en cuenta la ya


mencionada Ley del cuadrado inverso, que aplicada a este caso nos hace ver que cerrando la
apertura del diafragma a la mitad, la luminosidad se reduce a la cuarta parte. Una escala en la
que se fuera cerrando la apertura a la mitad, haría que se cuadruplicara la luminosidad en cada
paso al abrir el diafragma.

Por ello, en la practica, al estandarizar la apertura del diafragma se siguió en lugar de


una progresión de 2, una de la raíz de 2, es decir, 1,4, con los que se consigue que la luz
aumente o disminuya en pasos de ½. Así, la escala estándar ha quedado como sigue:

f/1 - f/1,4 - f/2 - f/2,8 - f/4 - f/5,6 - f/8 - f/11 - f/16 - f/22 - f/32 ....

En esta escala, como ya dijimos antes, un menor número f/, indica una mayor
luminosidad.

Pero el diafragma no solo tiene como función el control dela iluminación, sino que
también define la profundidad de campo.

La profundidad de campo es, en el tema fotografiado, el espacio entre el punto más


cercano y más lejano de los que están aceptablemente enfocados. En la práctica es la zona
que existe por delante y por detrás del objeto al que enfocamos en la que aparecen nítidos los
objetos que se encuentran en ella.

Cabe señalar que la profundidad de campo no se reparte igual por delante y por detrás
del objeto enfocado, sino que viene a darse 1/3 desde el punto de enfoque a la cámara, y 2/3
desde el punto de enfoque hasta el infinito.

Sobra mencionar, por tanto, la importancia de poder controlar la profundidad de campo.

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Influyen en la mayor o menor profundidad de campo tres factores:

1.- La distancia a la que se encuentra el objeto, pues cuanto más lejos enfoquemos,
más profundidad de campo existirá.

2.- La distancia focal del objetivo, pues a mayor distancia focal, menor profundidad de
campo. De ahí la idoneidad de los objetivos cortos para los paisajes y de los largos para los
retratos.

3.- La apertura del diafragma, pues cuanto más abramos el diafragma (menor número
f/), más profundidad de campo perderemos. Los diafragmas cerrados (mayor número f/),
estrechan el cono de luz que entra por el objetivo, por lo que la zona nítida se amplia.

La técnica por la que se enfoca el objeto que queremos desenfocando el resto para
resaltarlo se llama enfoque selectivo, y será más fácil llevarla a cabo con un teleobjetivo,
enfocando a un objeto lejano con una gran apertura de diafragma.

Para conocer la profundidad de campo en una toma determinada, podemos utilizar


varios medios. Por un lado los objetivos suelen venir con unas hojas técnicas en las que la
podemos consultar. Por otro lado algunos objetivos traen grabada una escala en el barrilete
que nos permite conocer la profundidad de campo para una apertura y distancia de enfoque
determinados. Por último, el sistema más cómodo y fiable es tener una cámara con una
palanca o botón que cierre el diafragma sin disparar, de forma que podamos ver la imagen a
través del visor tal y como quedará impresa en la película.

B) La distancia hiperfocal
La distancia hiperfocal se define como la distancia que existe entre el objetivo y el
primer punto nítido que aparece cuando se enfoca al infinito. Enfocando a esa distancia se
consigue la mayor profundidad de campo para una apertura de diafragma concreta, de ahí la
importancia que tiene para el fotógrafo conocerla.

Un buen uso de esta distancia nos permitirá, por ejemplo, no preocuparnos por llevar a
cabo un enfoque excesivamente preciso, obteniendo buenos resultados, lo cual es muy útil
cuando el tiempo para disparar apremia.

Las cámaras compactas, así como las de usar y tirar, que no tiene mecanismo de
enfoque alguno, lo que tienen es un objetivo corto, un gran angular, enfocado a la distancia
hiperfocal, con un diafragma fijo, cerrado a f/11 o f/16, con lo que cumple con todas las
exigencias para conseguir la mayor profundidad de campo posible. De hecho, suelen cubrir
entre 1,5 metros y el infinito.

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C) El obturador
El obturador es el mecanismo que se ocupa de controlar el otro factor influyente en la
luminosidad de la imagen: el tiempo de exposición a la luz.

Los obturadores evolucionaron conforme lo hicieron las emulsiones, o lo que es lo


mismo, los tiempos necesarios para impresionarlas.

Cuando los tiempos de exposición eran grandes, la propia tapa del objetivo valía para
hacer las veces de obturador, pero según se fueron acortando aquellos, hubo que ir inventando
mecanismos más rápidos complejos. Hoy día existen dos tipos de obturadores, ambos por lo
general controlados electrónicamente.

El primero de ellos es el obturador central, utilizado en las cámaras de gran formato


de dos objetivos. El aspecto es como el de un diafragma, y de hecho hace las funciones de
diafragma, con la diferencia de que este está totalmente cerrado normalmente y se abre a la
apretura seleccionada sólo durante el tiempo de exposición escogido.

Estos encarecen mucho los objetivos, y estos no se pueden intercambiar si hay película
puesta, pues se velaría, aunque tienen como ventaja que sincronizan con el flash a todas sus
velocidades. (Aunque no suelen pasar de 1/500 de segundo).

Por otro lado tenemos el obturador planofocal, que es el más extendido y avanzado.
Es el que llevan todas las cámaras SLR de 35 mm. y la totalidad de los demás tipos de
cámaras de 35 mm.

Su nombre procede de que se encuentra en el plano focal, sobre la película, y consiste


en dos cortinillas que, en exposiciones cortas, corren a gran velocidad por delante de la
película, dejando una franja entre una y otra por la que llega la luz a aquella. En las
exposiciones más largas, la cortinilla más cercana al objetivo se abre, y después la otra se
cierra como un telón.

Este sistema sincroniza con el flash hasta solo 1/250 de segundo, aunque con luz
continua pueden sincronizar a velocidades de hasta 1/8000 de segundo, pero tiene la ventaja
de que sí se pueden intercambiar los objetivos en cualquier momento, ya que la posición de
reposo de las laminillas es cerrado, y como el obturador se encuentra en el cuerpo de la
cámara, no hay problema.

El problema de sincronización con el flash del que tanto estamos hablando se da con
las velocidades de obturación altas, en cuyo caso, como hemos explicado antes, el espacio por
el que llega la luz a la película se limita a una pequeña franja entre las dos cortinillas. Teniendo
en cuenta que el destello de un flash no dura más que entre 1/1000 y 1/60000 de segundo,
cuando este es la fuente de luz, no da tiempo a que esta llegue a la totalidad de la película.

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Curso de fotografía Unidad Didáctica Nº 2

El resultado de lo explicado es un fotograma casi negro con tan solo una franja
expuesta correctamente.

En cuanto a la escala de obturación, al igual que ocurría con la de las aperturas, es


universal. Normalmente comienza con una posición B, en la cual el obturador permanece
abierto mientras apretemos el botón de disparo, y que se suele utilizar con el disparador por
cable. En otros casos figura una T, en cuyo caso el obturador se abre con la primera presión
del disparador, y se cierra al apretarlo por segunda vez. Esto es útil en exposiciones realmente
largas, para ahorrar baterías.

A partir de ahí, la escala comienza normalmente en 1 segundo y que va,


aproximadamente, duplicándose, quedando como sigue:

1 - ½ - ¼ - 1/8 - 1/15 - 1/30 - 1/60 - 1/125 - 1/250 - 1/500 - 1/1000 - etc...

En uno de estos valores a veces aparece una X, que indica la velocidad máxima de
sincronización con el flash.

Si se observa esta escala es notable que sucede como con la escala de aperturas,
pues cada valor es aquí también el doble del siguiente y la mitad del anterior.

La elección de la velocidad de obturación adecuada se suele hacer en función de la


velocidad del objeto a fotografiar y de lo que queramos obtener en la imagen, teniendo en
cuenta también que el objetivo utilizado influye en la velocidad mínima a utilizar. En cualquier
caso, una buena regla para seleccionar una velocidad mínima, si lo que queremos es que la
imagen no salga movida, es fijarnos en la focal del objetivo utilizado. Así, si se utiliza un 200
mm, conviene no fotografiar a menos de 1/250, o con un 500 mm, a 1/500.

Si necesitamos utilizar velocidades más lentas de lo recomendado, la opción que


queda es el uso de un trípode, para evitar al máximo el movimiento.

D) La exposición
La exposición de una imagen, como ya sabemos, viene condicionada por la cantidad
de luz que llega a la película, y por el tiempo que esta se haya expuesta a dicha luz.

Sabemos también que las herramientas de que disponemos para controlar los
parámetros mencionados son el diafragma, para controlar la apertura, y el obturador, para
controlar el tiempo de exposición.

Muy al comienzo de este curso dejamos ya claro que para una misma exposición
podíamos optar por diferentes combinaciones de aperturas y velocidades. Así, tiene el mismo
valor una apertura f/11 a 1/60, que f/8 a 1/125, que f/5.6 a 1/250, que f/4 a 1/500, etc. Con esto
queremos que se entienda bien que la exposición correcta no es una combinación concreta de
diafragma y velocidad.

La tarea del fotógrafo, por tanto, no es más que decidir cuál de estas combinaciones es
la más acertada para aplicar a la imagen que tiene delante con el fin de expresar o mostrar lo
que se proponga.

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