Taller Crianza

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

Taller N° 1: La función de las madres y los padres en la crianza

OBJETIVOS
• Reconocer cuáles son las funciones de madres y padres en la crianza de sus hijos e
hijas.
• Aprender modelos de resolución de conflictos frente a las necesidades físicas y
psicológicas de los niños y las niñas.
• Reflexionar sobre las prácticas de crianza y repensar su propia experiencia como
hijos.
CONTENIDOS
A. Las funciones de las madres y los padres
Los hijos dependen esencialmente de sus padres desde que nacen. Esta es una de las
razones por las cuales los padres influyen tanto sobre sus hijos:

 los niños y niñas necesitan a sus padres para subsistir y crecer en sociedad.
 Durante la infancia se forman los rasgos fundamentales de la personalidad, que
condicionarán la vida futura.
Algunas de las preguntas que se hace la mayoría de los adultos a lo largo de la crianza
son:

 ¿Para qué estamos los padres?


 ¿Qué necesitan nuestros hijos de nosotros?
Las funciones que cumplen los padres y las madres son muchas y van variando según la
edad, las características y las necesidades de cada hijo, pero siempre están vinculadas
con:
• Cubrir las necesidades materiales de los hijos (alimentación, vestimenta e
higiene) y proteger su salud.
• Brindarles el clima y las condiciones emocionales adecuadas para el desarrollo
de su personalidad, ya que ésta se forma siempre en la cercanía afectiva de los
responsables de su crianza.
• Contenerlos y darles respuesta a sus angustias, llantos y necesidades para que
aprendan a autocalmarse y lidiar con sus emociones.
• Fomentar su socialización, transmitiéndoles las pautas culturales para que
puedan relacionarse con los demás.
• Mostrarles ideales y modelos para resolver situaciones difíciles que se les
presenten en la vida.
• Intentar que comprendan quiénes son y qué necesitan, que se conozcan ellos
mismos, permitiendo que expresen sus emociones y nombrándolas para que
puedan apropiarse de ellas.
• Ayudarlos a crecer y ser cada vez más autónomos.
B. ¿Qué es educar?
Educar es, guiar y acompañar al niño o la niña en su crecimiento. Esto implica ser un
adulto cercano y confiable para que cada hijo pueda constituirse como persona plena y
genuina en un marco de confianza y seguridad.
Pero ¿de qué manera se debe guiar y acompañar en el crecimiento? Se acompaña a un
hijo o hija dándole herramientas y recursos para que se sienta responsable de sí mismo
y no sea, por el contrario, alguien condicionado por su entorno que obedezca sin haber
comprendido y asumido en forma personal lo que se espera de él.
Ayudarlo a construir su propia vida implica aceptarlo como es y animarlo a descubrirse,
crecer y desarrollarse como persona. Implica también tener paciencia y consideración,
y acompañarlo en sus limitaciones.
Cuando educamos a nuestros hijos, dejamos huellas en ellos más por lo que somos que
por lo que decimos. Ellos siempre aprenden más por mirar a sus padres que por lo que
dicen. Para que esa marca o influencia sea positiva, es necesario que entre las dos
personas se dé un encuentro basado en el amor y no en el poder.
Por eso, somos educadores en la medida en que nos damos cuenta de que nuestra
vida influye sobre otra vida, lo asumimos responsablemente y nos lo proponemos
como una tarea. Nada es neutro ante sus ojos y oídos.
Hay que recordar que los chicos aprenden con el ejemplo. Por eso:
• Si se lo respeta, aprenderá a respetar.
• Si se le dice la verdad, será honesto.
• Si se lo trata con amor, responderá amorosamente.
• Si se lo valora como persona, construirá una buena autoestima.
• Si se siente protegido, aprenderá a cuidarse.
• Si se le marca los límites cuando es necesario, aprenderá a autolimitarse.
• Si el padre y la madre, como adultos, se hacen cargo responsablemente de él,
aprenderá a responsabilizarse de sus actos.
C. Algunas pautas para educar
Como se vio en el punto anterior, educar es brindar a nuestros hijos el clima emocional
apropiado para su crecimiento, ofrecerles modelos, cuidarlos y calmarlos.
Necesitan la presencia amorosa de adultos responsables que cumplan las funciones de
padres y madres, lo cual les dará seguridad y contención, y los hará sentirse felices de
su propio crecimiento.
Algunas pautas para tener en cuenta en la educación de los hijos son las siguientes:
• Transmitir a los niños y niñas valores basados en la libertad, pero dentro de un marco
de responsabilidad. Para que un niño ejerza su libertad, necesita pautas concretas: que
sus padres le muestren claramente cómo esperan que se comporte frente a cada
situación. De esa manera, podrán saber si responden o no adecuadamente a esas
pautas y, si no lo hacen, asumir las consecuencias de sus actos.
• Proponerle pequeñas tareas cotidianas o responsabilidades acordes a su edad. Por
ejemplo: “Me gustaría que juntes tus juguetes cuando termines de jugar” o “Por favor,
llevá las servilletas a la mesa”. Esto implicará que tengan un papel activo dentro de la
familia, acorde a su edad. Estas tareas deben estar explicitadas con anticipación y se
debe estar seguro de que el niño las comprende y está en condiciones de hacerlas.
• Crear momentos de encuentro en la familia para poder transmitir valores en los
actos cotidianos, por más pequeños que sean, limitando el uso de aparatos
tecnológicos tanto en los padres como en los hijos. Aunque sean actividades cortas,
siempre es recomendable hacerlas y sostenerlas en el tiempo. Por ejemplo, una
comida al día. De esta manera, se genera el hábito y ellos la pedirán.
(CONDICIONAMIENTO PAVLOV)
• Ser flexibles y creativos a la hora de educar. Las fórmulas o recetas a veces
tranquilizan, pero no necesariamente son adecuadas para cada hijo o hija en
particular.
• Inculcarles la idea de responsabilidad y no de culpa. Si se los educa desde la culpa, los
hijos se ubicarán en un lugar de carencia (sentirán que siempre hay algo que está mal o
que falta) y las respuestas por lo general tenderán a ser frágiles e inconsistentes. Por
eso, no es recomendable ni compensar con premios ni desvalorizar al niño cuando no
cumple con las expectativas. Educar desde la responsabilidad, en cambio, es actuar
como adultos que se hacen cargo del compromiso de la crianza y ayudar a los niños a
responsabilizarse por sus propias acciones y decisiones. (SI HIZO ALGO MAL TAREAS O
EXAMENES – DECIRLE QUE HIZO SU MEJOR ESFUERZO Y MOTIVARLO)
• Brindar un clima emocional de respeto por sus derechos y la seguridad básica para
que puedan crecer tranquilos. Los padres deben entender que, si no lo hacen, aunque
no sean conscientes, están ejerciendo sobre ellos una forma de violencia. Esta, si bien
es invisible porque no deja marcas en el cuerpo, deja marcas emocionales difíciles de
borrar.

También podría gustarte