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PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO.

BALBIN
El procedimiento administrativo es el conjunto de principios y reglas que sigue el Poder Ejecutivo, por medio
de actos preparatorios y actuaciones materiales, con el objeto de expresar sus decisiones. Así, las decisiones
del Estado se llevan a cabo formalmente por medio de procedimientos reglados y obligatorios impuestos por
el legislador (procedimientos administrativos). el procedimiento es un modo de elaboración de las decisiones
estatales y constituye un límite al ejercicio del poder estatal. el sentido y finalidad que persigue el
procedimiento administrativo comprende dos aspectos distintos y sustanciales. Por un lado, garantizar los
derechos de las personas que interactúan con el Estado porque a través del procedimiento se controvierten y
hacen valer los derechos. Por el otro, el procedimiento persigue asegurar la legitimidad, racionalidad, acierto
y eficacia de las conductas y decisiones estatales mediante el cumplimiento de ciertas reglas, de modo de
obtener el resultado legítimo. el órgano competente para regular el procedimiento administrativo es el Poder
Legislativo, el dictado de las reglas sobre el procedimiento administrativo es competencia del órgano
deliberativo en nuestro sistema institucional.

PROCEDIMIENTO Y PROCESO (pj): en el procedimiento administrativo el órgano que resuelve el conflicto es el


propio Ejecutivo. Por su parte, en el proceso judicial el conflicto es resuelto por un tercero imparcial e
independiente —el juez —. Además, la decisión judicial tiene fuerza de verdad legal (carácter definitivo); SE, el
decisorio dictado en el marco del procedimiento administrativo no es definitivo, en el sentido de que puede
ser revisado posteriormente por el juez.

EL PROCEDIMIENTO GENERAL. LA LEY 19.549 Y EL DECRETO REGLAMENTARIO


La Ley de Procedimiento Administrativo (LPA) regla básicamente tres cuestiones:
 el procedimiento administrativo (principios y reglas específicas);
 el acto administrativo; y
 la impugnación judicial de las decisiones estatales (cuestiones procesales).

Por su parte, el decreto reglamentario de la ley: decreto 1759/1972 regula el procedimiento administrativo y,
en particular, el trámite de impugnación de las decisiones estatales. Dice la LPA en su art. 1º que las normas
de procedimiento se aplicarán "ante la Administración pública nacional centralizada y descentralizada,
inclusive entes autárquicos, con excepción de los organismos militares y de defensa y seguridad...".
recordar que la Ley de Procedimiento —igual que el resto de las normas del derecho administrativo— tiene, en
principio, carácter local ya que los Estados provinciales no delegaron en el Estado federal la regulación de
estas materias, de modo que cada provincia regula el procedimiento administrativo en su ámbito material y
territorial. Sin embargo, las provincias sí delegaron el dictado de las normas administrativas federales en el
Estado nacional. Esta ley solo es aplicable a los procedimientos ante el Ejecutivo nacional y sus entes
descentralizados.
En segundo lugar, la LPA establece un criterio subjetivo ya que las normas de procedimiento se aplican sobre
la Administración Pública; es decir, el Poder Ejecutivo y sus entes descentralizados (sujetos), y no según el
criterio material (objetivo).
En tercer lugar, los procedimientos especiales prevalecen sobre el trámite general, y solo cabe aplicar este
último en caso de indeterminaciones de aquellos. Así, el art. 2º de la LPA dice que "la presente ley será de
aplicación supletoria en las tramitaciones administrativas cuyos regímenes especiales subsistan". Por último
y, en cuarto lugar, debemos señalar que el decreto reglamentario de la ley establece expresamente la
aplicación del Código Procesal Civil y Comercial con carácter supletorio.

LOS PROCEDIMIENTOS ESPECIALES


El procedimiento general que prevé la LPA es desplazado —en ciertos casos — por los procedimientos y
trámites especiales. El decreto 722/1996, modificado de modo parcial por el decreto 1155/1997, solo reconoce
como procedimientos administrativos especiales a los siguientes: a) los correspondientes a la Administración
Federal de Ingresos Públicos (Dirección General de Aduanas y Dirección General Impositiva); b) los que regulan
la actividad minera; c) el régimen de contrataciones del sector público nacional; d) los procedimientos que se
aplican a las fuerzas armadas, seguridad, policiales e inteligencia; e) los regímenes de los derechos de reunión y
electoral; f) los procedimientos sumariales y aquellos relacionados con la potestad correctiva de la
Administración Pública Nacional; g) los regímenes de audiencias públicas; y h) los procedimientos ante los
tribunales administrativos.
Finalmente, entre los procedimientos especiales —casi innumerables— creemos importante destacar el de
acceso y participación de las personas (es decir, el cauce de participación de las personas en las decisiones
estatales, o sea la democratización de las estructuras estatales). Recordemos que el Poder Ejecutivo dictó el
decreto 1172/2003 que prevé: a) el reglamento general de audiencias públicas para el Ejecutivo; b) el
reglamento general para la publicidad de la gestión de intereses en el ámbito del Poder Ejecutivo; c) el
reglamento general para la elaboración participativa de normas; y, por último, d) el reglamento general de
acceso a la información pública. Entendemos que este procedimiento especial sobre participación de las
personas debe incorporarse en el marco de cualquier otro procedimiento administrativo, sin perjuicio de los
matices del caso. En particular, respecto del acceso a la información pública, debe precisarse que con
posterioridad al decreto 1172/2003 se aprobó la ley 27.275, que tiene por objeto regular ese derecho. Entre
otros principios, dicha ley recoge expresamente el del informalismo, y señala que "las reglas de procedimiento
para acceder a la información deben facilitar el ejercicio del derecho y su inobservancia no podrá constituir un
obstáculo para ello. Los sujetos obligados no pueden fundar el rechazo de la solicitud de información en el
incumplimiento de requisitos formales o de reglas de procedimiento" (art. 1º).

LOS PRINCIPIOS
El art. 1º de la LPA establece los principios generales del procedimiento administrativo. Veamos cada uno de
ellos por separado.

 La impulsión e instrucción de oficio (inc. a]). La caducidad del procedimiento. La verdad jurídica
objetiva
El postulado de impulsión e instrucción de oficio establece que el Poder Ejecutivo debe instar el trámite por sí
mismo, impulsarlo, darle curso y avanzar hasta su resolución, aun cuando la parte interesada no lo hiciese. el
Ejecutivo debe impulsar el procedimiento, por medio de la ordenación y ejecución de las medidas que
considere pertinentes, con el objeto de descubrir la verdad objetiva y concluir el trámite. Así, el decreto
reglamentario ordena que las actuaciones administrativas deben ser impulsadas por el órgano competente, sin
perjuicio de que el interesado también puede instarlas (art. 4º). Pero, más adelante, la LPA establece que
"transcurridos sesenta días desde que un trámite se paralice por causa imputable al administrado, el órgano
competente le notificará que, si transcurriesen otros treinta días de inactividad, se declarará de oficio la
caducidad de los procedimientos, archivándose el expediente" (art. 1º, inc. e], apart. 9).
si la obligación de impulso recae sobre el Estado, ¿por qué castigar a las partes por su inactividad declarando
caduco el procedimiento? En principio, el Ejecutivo debe instar el trámite y, en tal caso, no procede la
caducidad. Sin embargo, cuando el Estado, en el marco de un procedimiento dado no persigue directamente
intereses colectivos, entonces, es el particular quien debe impulsarlo y aquí sí procede el instituto de la
caducidad.
De todos modos, aún en tales supuestos, no cabe aplicar el instituto de la caducidad en los siguientes casos: 1)
cuando se trate de trámites relativos a la seguridad social; 2) los trámites que, según el Estado, deben
continuar por sus particulares circunstancias; y, por último, 3) los trámites en que esté comprometido un
interés colectivo que sobrevino, luego de iniciado el procedimiento (art. 1º, inc. e, apart. 9).
Finalmente, cabe aclarar que el Estado por medio del procedimiento persigue el conocimiento de la verdad
real (la verdad objetiva o material), y no simplemente la verdad formal, según los planteos, argumentos,
hechos o derecho alegado por las partes y volcados en el expediente administrativo. De modo que, en el
marco del procedimiento administrativo, no se sigue el principio dispositivo que sí debe respetarse en el
proceso judicial, sino que el Ejecutivo en el desarrollo del trámite puede —por ejemplo— resolver cuestiones
no planteadas por las partes, siempre y cuando se observe debidamente el derecho de defensa de estas. En
tal sentido, el art. 1º de la LPA, en su inc. f) apartado segundo, dispone que la Administración debe requerir y
producir los informes y dictámenes que fuesen necesarios para el esclarecimiento de los hechos y el
conocimiento de la verdad jurídica objetiva. el decreto reglamentario establece que el órgano instructor
puede, mediante resolución fundada, requerir los informes y dictámenes que considere necesarios para el
"establecimiento de la verdad jurídica objetiva".

 La celeridad, economía, sencillez y eficacia (inc. b])


El art. 1º de la LPA consagra como requisito general y básico del procedimiento administrativo la "celeridad,
economía, sencillez y eficacia en los trámites...". Sin embargo, la ley no aclara cuál es el contenido de estos
conceptos jurídicos. Por su parte, el decreto 1759/1972 dice que los órganos superiores deben dirigir e
impulsar las acciones de sus inferiores, a través de órdenes e instrucciones generales y particulares, con el
objeto de "asegurar la celeridad, economía, sencillez y eficacia de los trámites" (art. 2º).
El principio de celeridad supone rapidez e inmediatez en el desarrollo y resolución de las actuaciones y, las
normas establecen dos herramientas. Por un lado, la incorporación de plazos breves respecto de las
actuaciones del Estado e, incluso, sanciones a los agentes responsables en caso de incumplimiento de tales
términos. Por el otro, la regulación del instituto del silencio, de modo que el vencimiento de los plazos debe
interpretarse como rechazo de las pretensiones de las personas.
A su vez, el principio de economía significa lograr los objetivos con el menor costo posible.
La sencillez es la simplificación de los trámites. supone que el procedimiento debe tener tales caracteres que
cualquier sujeto pueda seguir y comprender los pasos de este y las decisiones estatales consecuentes.
el postulado de la eficacia consiste en el logro de los objetivos propuestos.

 El principio del informalismo a favor del particular (inc. c])


aca el particular está excusado de observar las exigencias formales no esenciales, siempre que puedan ser
salvadas posteriormente. Entonces:
a) el principio establece que el trámite es válido, aun cuando el interesado no cumpliese con las exigencias
(formas no esenciales);
b) el principio solo comprende la actividad del particular en el marco del procedimiento administrativo, pero
no el desempeño del Estado; y, por último,
c) estas exigencias formales no esenciales deben cumplirse posteriormente.
Pero, ¿cuáles son los recaudos formales no esenciales? Estos son: la calificación errónea de los recursos
administrativos; las presentaciones realizadas ante el órgano incompetente por error excusable; y los defectos
formales insustanciales. los defectos que deben ser salvados por el interesado, previa intimación del órgano
competente y bajo el apercibimiento del caso.

 El debido proceso adjetivo (inc. f]). El derecho a ser oído. El patrocinio letrado. El derecho a ofrecer,
producir y controlar las pruebas. El derecho a una decisión fundada. El derecho a una decisión en
tiempo razonable. El derecho a recurrir las decisiones estatales. La teoría de la subsanación
El derecho de defensa de las personas, en el marco del procedimiento administrativo, es conocido como el
debido proceso adjetivo previsto en el inc. f) del art. 1º de la LPA. ¿Cuál es el contenido de este derecho?
A) El derecho a ser oído. El titular de un derecho o interés debe tener la posibilidad de exponer sus
pretensiones y explicar sus razones. la expresión debe ser amplia y oportuna; sin restricciones y de carácter
previo a las decisiones estatales. A su vez, el particular puede hacerse asesorar y representar profesionalmente
y, luego de dictado el acto respectivo, tiene el derecho a interponer los recursos correspondientes con el
objeto de que se revisen las decisiones estatales por otros órganos.
El patrocinio letrado no es —en principio— obligatorio en los trámites administrativos, aun cuando estén
bajo discusión los derechos de las personas. Sin embargo, según el texto normativo, si en el procedimiento
están debatiéndose cuestiones jurídicas y una norma expresa permite que la representación se ejerza por
quienes no sean procuradores o abogados, el patrocinio letrado se vuelve obligatorio. Finalmente, cabe
agregar que el derecho a ser oído solo puede ejercerse plenamente si es completado con el derecho
instrumental de conocer las actuaciones y las resoluciones que puedan afectar los derechos.
B) El derecho a ofrecer y producir prueba, y controlar la prueba producida. El particular puede ofrecer todos
aquellos medios probatorios de que intente valerse y el Estado, en su condición de instructor del
procedimiento, debe resolver sobre la procedencia o no de tales medios. A su vez, el rechazo de los medios
probatorios por el instructor debe ser justificado. Este derecho también comprende el control de la prueba
producida, trátese de los medios propuestos por las partes u ordenados de oficio por el Estado.
C) El derecho a una decisión fundada. Una decisión fundada exige que el Estado resuelva los principales
planteos del interesado, previo análisis de sus argumentos —consintiéndolos o refutándolos— y, a su vez,
explicite cuál es su decisión y por qué decide de ese modo. A su vez, las personas solo pueden
razonablemente impugnar las decisiones estatales si conocen cuáles son los fundamentos de estas.
D) El derecho a una decisión en un tiempo razonable y oportuno. Las personas tienen derecho a una decisión
en tiempo oportuno, es decir, el Estado no solo debe decidir y explicar cuáles son las razones de sus decisiones,
sino que debe hacerlo en plazos razonables. "el derecho a obtener un pronunciamiento judicial sin dilaciones
previas resulta ser un corolario del derecho de defensa en juicio... En el mismo orden de ideas se sostuvo que
las garantías que aseguran a todos los habitantes de la Nación la presunción de su inocencia y la inviolabilidad
de su defensa en juicio y debido proceso legal... se integran por una rápida y eficaz decisión judicial".
E) El derecho a recurrir las decisiones estatales. El derecho a recurrir supone el acceso de las partes ante un
órgano imparcial e independiente, en términos sencillos y plazos razonables.

 Los otros principios


en el procedimiento administrativo subyace el principio de legalidad como pivote central del modelo y que
nace del propio texto constitucional. el procedimiento debe sujetarse al bloque de legalidad.
Otro principio es el de la igualdad, que cobra especial relevancia en los procesos colectivos en donde pueden
plantearse intereses contradictorios entre los distintos actores; sin perjuicio de los procedimientos individuales
en que el reclamo de la parte puede perjudicar a terceros.
En esta línea argumental debemos incluir también los principios pro acción y tutela judicial que se expanden
desde el plano judicial al procedimiento administrativo. Así, en caso de dudas debe estarse a favor del
procedimiento y su continuidad. También creemos que la reforma constitucional de 1994 introdujo otros
principios básicos. Estos son la transparencia, la publicidad, la participación y el control sobre los trámites
administrativos. Por último, resta mencionar el principio de gratuidad, como otra de las directrices que debe
recubrir al trámite administrativo.

El órgano competente: El órgano competente para conocer y, resolver el trámite es aquel que indican las
normas respectivas —reglas atributivas de competencias—, sin perjuicio de las técnicas de delegación o
avocación por el órgano jerárquico superior en el marco de los casos concretos. Sin embargo, en ciertos casos,
el agente público —responsable de instruir, opinar o resolver el procedimiento administrativo— puede verse
impedido de hacerlo con ecuanimidad, objetividad e imparcialidad. En tal contexto, debe ser sustituido por
otro. Por eso, la LPA establece que el funcionario puede ser recusado y, a su vez, debe excusarse, en los casos
previstos en el Código Procesal Civil y Comercial.

El expediente administrativo: este puede definirse como el conjunto de documentos, escritos, resoluciones y
actuaciones expuestas de modo ordenado y concatenado en el marco del trámite administrativo. El decreto
1759/1972 establece que el expediente es "el conjunto ordenado de documentos y actuaciones que sirven de
antecedente y fundamento al acto administrativo, así como las diligencias encaminadas a ejecutarlo". Así, el
expediente es el soporte electrónico o material del procedimiento administrativo que puede iniciarse de oficio
o por pedido de parte, y cuyo objeto es expresar las decisiones estatales. En particular, el decreto
reglamentario dice que el órgano competente debe identificar el expediente desde su inicio. A su vez, el
criterio de individualización debe conservarse hasta su conclusión, de modo que todo órgano tiene la
obligación de informar sobre el expediente, según su identificación original. Asimismo, respecto de toda
actuación, escrito o documentación que se presente debe darse una constancia o copia certificada al
presentante. Finalmente, el decreto 336/2017 dispone los lineamientos para la redacción y producción de
documentos administrativos.

La presentación de escritos en el trámite administrativo


El decreto reglamentario dice de los escritos a presentarse en el marco del expediente administrativo, que
estos deben: a) llevar en la parte superior un resumen del petitorio; b) identificar el expediente; c) de
corresponder, precisar la representación que se ejerce; d) contener el nombre, apellido, domicilio real y
constituido del interesado, la relación de los hechos y, en su caso, el derecho aplicable, la petición en términos
claros y precisos, el ofrecimiento de la prueba y, además, acompañar la prueba documental en poder del
interesado.
¿Dónde deben presentarse los escritos? El escrito inicial, incluso el de interposición de los recursos
administrativos, debe presentarse en la mesa de entradas del órgano competente o por correo y, a su vez, los
escritos posteriores pueden presentarse o remitirse directamente a la oficina en donde se encuentre el
expediente. Asimismo, el órgano de recepción debe dejar constancia de la fecha de presentación del escrito
respectivo. También se prevé la posibilidad de presentar escritos a través de la plataforma electrónica de
trámites a distancia.

La firma y el domicilio: Según el decreto reglamentario, los escritos deben estar "suscriptos por los
interesados, sus representantes legales o apoderados". Asimismo, las partes deben denunciar su domicilio
real en la primera presentación que hagan en el expediente administrativo, y constituir domicilio especial en el
radio urbano del asiento del órgano competente, pudiendo coincidir con el domicilio real. Toda persona que
comparezca mediante la plataforma electrónica de trámites a distancia, por derecho propio o en
representación de terceros, deberá constituir un domicilio especial electrónico en el cual serán válidas las
comunicaciones y notificaciones. el decreto dice claramente que el domicilio constituido (especial), produce
todos sus efectos sin necesidad de resolución por parte del órgano competente y que, además, se reputa
subsistente mientras no se constituya otro domicilio.

LAS PARTES
En cuanto a las partes en el procedimiento, cabe señalar que el Estado es el instructor del trámite. Es decir, el
órgano estatal debe intervenir y dirigir el procedimiento. También es posible que, en ciertos casos, participen
no solo el órgano competente para tramitar y resolver el expediente, sino también el órgano que dictó la
resolución que es objeto de controversia o revisión y otros órganos consultivos (esto es, en ciertos casos
interviene más de un órgano estatal). Cabe preguntarnos aquí si el trámite en el que solo intervienen órganos o
entes estatales es o no un procedimiento administrativo. Por nuestro lado, interpretamos que no porque dicho
trámite debe regirse por otros principios y reglas jurídicas. Por otro lado, intervienen los particulares (esto es,
las personas físicas o jurídicas que interactúan con el Estado).
Las partes en el trámite administrativo deben reunir dos condiciones: a) capacidad y b) legitimación. ¿Quiénes
son los sujetos capaces? debemos recurrir al derecho civil y comercial con el objeto de definir el concepto de
capacidad. El decreto reglamentario de la LPA dispone que los menores adultos tendrán plena capacidad para
intervenir directamente en procedimientos administrativos como parte interesada en la defensa de sus propios
derechos subjetivos o intereses legítimos. En este contexto, creemos que el criterio interpretativo más
razonable es que el "menor adulto" en los términos del decreto reglamentario de la LPA es "la persona menor
de edad que cumplió trece años", de conformidad con el art. 25, segundo párrafo, del ccyc.. Sin embargo, el
decreto reglamentario nada dice sobre los incapaces, los inhabilitados y los penados. entonces, si los sujetos
considerados incapaces por el derecho civil pueden o no intervenir por sí mismos en el procedimiento
administrativo. Habiendo concluido con el análisis de la capacidad de las personas, debemos analizar el otro
presupuesto, a saber: ¿quiénes están legitimados? Cabe recordar que la capacidad de hecho es la aptitud de
las personas de intervenir por sí mismas en ejercicio de sus derechos, en tanto la legitimación es la aptitud de
ser parte en el procedimiento administrativo. La ley y su decreto reglamentario solo reconocen legitimación a
las personas titulares de derechos subjetivos e intereses legítimos. En particular, el decreto establece que "el
trámite administrativo podrá iniciarse de oficio o a petición de cualquier persona humana o jurídica, pública o
privada, que invoque un derecho subjetivo o un interés legítimo; estas serán consideradas parte interesada
en el procedimiento administrativo". En el mismo sentido, el art. 74 del decreto reglamentario dispone que los
recursos podrán ser deducidos por quienes aleguen un derecho subjetivo o interés legítimo.
Sin embargo, y como ya explicamos, debemos incluir en el marco del procedimiento a los derechos colectivos y
a sus titulares. si fuese capaz de derecho, pero incapaz de hecho, debe presentarse con su representante legal.

Cabe aclarar que el procedimiento, en su aspecto subjetivo, puede presentar características plurales. En igual
sentido, el objeto puede comprender una o más peticiones (planteo único o múltiple), en el contexto de un
mismo trámite. El trámite es plural cuando es parte no solo el interesado originario sino, además, otros a
quienes el acto afecte o pueda afectar en sus derechos o intereses, y que se hubieren presentado en ese
marco y con los siguientes matices: a) por pedido del interesado originario; b) espontáneamente; o c) por
citación del órgano instructor. Finalmente, el procedimiento es triangular cuando existe pluralidad de partes
con intereses contrapuestos. De tal modo, es posible visualizar los intereses del Estado, de las partes, y de
otras partes en términos de conflicto.

La representación de las partes: El sujeto que se presente en las actuaciones administrativas, en virtud de una
representación legal, debe acreditar debidamente esa condición —tal es el caso de los curadores de los
menores de edad e incapaces—. Sin embargo, los padres que invoquen la representación de sus hijos y el
cónyuge que se presente en nombre del otro no deben, en principio, presentar las partidas que acrediten ese
extremo. Sin perjuicio de los representantes obligatorios, aquel que es parte en el procedimiento
administrativo puede nombrar como representante suyo a cualquier persona que sea capaz —representantes
convencionales o voluntarios—. En tal caso, los actos de este obligan a aquellos como si los hubiesen realizado
personalmente. A su vez, los emplazamientos, citaciones y notificaciones, incluso las de los actos de carácter
definitivo, deben entenderse directamente con el representante o apoderado.

LOS PLAZOS. LA SUSPENSIÓN E INTERRUPCIÓN


El principio básico es el carácter obligatorio de los plazos para los interesados y el propio Estado. Así, el art. 1º
de la LPA dice que los plazos "serán obligatorios para los interesados y para la Administración". Conviene
distinguir entre los plazos que debe cumplir el particular de aquellos otros que corresponden al Estado;
ambos en el camino del procedimiento administrativo. Veamos, en primer lugar, cuáles son las reglas comunes.
El principio general es que los trámites deben realizarse y los actos dictarse, en días y horas hábiles
administrativas. A su vez, los plazos se cuentan en esos mismos días y horas, salvo disposición legal en sentido
contrario o cuando el órgano competente habilite días y horas inhábiles.
Por su parte, los días y horas hábiles administrativos son aquellos en que el Estado atiende al público. Otro
de los principios generales nos dice que el plazo para la realización de trámites, notificaciones y citaciones, y el
cumplimiento de intimaciones o citaciones y contestación de traslados, vistas e informes, es de diez días; salvo
cuando las normas hubiesen establecido un plazo especial.
Por último, la LPA reconoce el poder de la Administración de prorrogar los plazos antes de su vencimiento —
de oficio o a pedido de parte— por un tiempo razonable, según las circunstancias del caso y siempre que no
se perjudiquen derechos de terceros. estudiemos los plazos de los interesados; cuyo incumplimiento muchas veces les
hace perder su derecho, de acuerdo al art. 1º, inc. e), puntos 6 y 8 de la LPA. Por caso, los plazos para la interposición de
los recursos administrativos. Así, "una vez vencidos los plazos establecidos para interponer recursos administrativos se
perderá el derecho para articularlos".
Otra cuestión importante que debemos resolver es si los trámites suspenden o interrumpen los plazos
obligatorios con los que debe cumplir el particular. Por un lado, los plazos plausibles de suspensión o
interrupción son los siguientes:
1. el plazo propio de cualquier pretensión y su trámite consecuente; y
2. el plazo específico para impugnar y recurrir en sede administrativa y judicial.
Por el otro, la ley regula por separado los supuestos de suspensión o interrupción de los plazos que detallamos
en el párrafo anterior. Así, en el primer caso, el art. 1º, inc. e), apart. 9 de la ley dice que "las actuaciones
practicadas con intervención de órgano competente producirán la suspensión de plazos legales y
reglamentarios, inclusive los relativos a la prescripción, los que se reiniciarán a partir de la fecha en que
quedare firme el auto declarativo de caducidad". Por su parte, el art. 1º, inc. e) del apart. 7 de la LPA establece
que "la interposición de recursos administrativos interrumpirá el curso de los plazos". debemos armar el
siguiente cuadro:
 cualquier actuación ante el órgano competente suspende los plazos y, una vez concluido ese trámite
debe reanudarse el cómputo del plazo transcurrido originariamente;
 en el caso de la interposición de los recursos, el plazo debe interrumpirse y, luego, volver a contarse
desde el inicio.
 Por último, cabe recordar que el pedido de vista, con el fin de articular recursos administrativos o
interponer acciones judiciales, suspende el plazo para recurrir en sede administrativa y judicial.

LA PRUEBA
Las pruebas son las herramientas de que intentan valerse las partes para sustentar sus pretensiones y
derechos. el Estado también puede, en el trámite del procedimiento administrativo, ordenar la producción de
las pruebas que considere pertinentes para aprehender la verdad material, tal como surge del art. 1º, inc. f),
apart. 2 de la ley 19.549. De modo que las pruebas pueden ser ofrecidas por las partes u ordenadas
directamente de oficio por el órgano instructor como medidas para mejor proveer.
¿Cuál es el principio rector sobre la carga de las pruebas en el ámbito del procedimiento? En principio, el
particular es quien debe probar los fundamentos fácticos de sus pretensiones. Pero este postulado debe
matizarse con otros presupuestos, esto es: a) el criterio de las pruebas dinámicas; b) el principio de la
instrucción de oficio del procedimiento; y, por último, c) el interés colectivo comprometido en el caso (la
búsqueda de la verdad material).
Sin embargo, no es posible afirmar que la carga de la prueba en el trámite administrativo sea concurrente
entre el Estado y las partes, pues el decreto establece graves consecuencias cuando el particular no es
diligente en su producción; si el interesado no impulsa la producción de las pruebas testimoniales, periciales e
informativas decae su derecho de valerse de tales medios probatorios.
¿Cuál es el plazo y oportunidad en que la parte debe ofrecer las pruebas? El interesado en el escrito de inicio
debe ofrecer todas las pruebas y, en particular, acompañar la documentación en que intente apoyarse y que
esté en su poder. A su vez, la ley dice que la parte tiene derecho "de ofrecer prueba y que ella se produzca, si
fuere pertinente, dentro del plazo que la Administración fije en cada caso". el interesado debe:
1. Acompañar la prueba documental que obre en su poder y ofrecer el resto de los medios probatorios en su
primera presentación en el trámite administrativo.
2. Ampliar e incorporar nuevas pruebas —no necesariamente sobre hechos nuevos o desconocidos al
momento de su primera presentación—, según nuestro parecer, una vez que la Administración ordene la
apertura a prueba y en el plazo que fije con este objeto.
3. ¿qué ocurre si ya venció el plazo? el particular igualmente puede ofrecer nuevos medios probatorios, pero su
aceptación depende de la decisión discrecional del órgano instructor de incorporarlos como medidas para
mejor proveer. Por su parte, el órgano debe hacer lugar a las pruebas ofrecidas cuando fuesen conducentes
para dilucidar la verdad sobre los hechos y, consecuentemente, resolver el conflicto. El decreto reglamentario
prevé todos los medios probatorios comunes al derecho privado, con excepción de la prueba confesional.

1. La prueba documental
Este medio de prueba está constituido por aquellos documentos de que intente valerse la parte en apoyo de
sus pretensiones. Estos deben acompañarse, en principio, junto con el escrito de inicio. Si la documentación no
estuviese en poder del interesado, este debe individualizarla "expresando lo que de ella resulte y designando
el archivo, oficina pública o lugar donde se encuentren los originales".

2. La prueba de informes
La prueba de informes consiste en comunicar o hacer saber los actos o hechos que resulten de la
documentación, archivo o registro —a pedido de parte— y en poder del sujeto informante. El órgano que
dirige el trámite debe solicitar los informes y dictámenes cuyo requerimiento sea obligatorio, según las normas.
Pero, además, puede solicitar, según resolución fundada, los informes y dictámenes que considere
necesarios para el esclarecimiento de la verdad jurídica objetiva. Los informes pueden ser requeridos a
terceros u otros órganos administrativos. El plazo para contestar los informes o dictámenes es de veinte o diez
días, según se trate de informes técnicos o no respectivamente, y siempre que el trámite haya sido abierto a
prueba. Por último, cabe agregar que el término de contestación puede ser ampliado por el órgano
competente. Los informes (técnicos o no) requeridos a órganos de la Administración nacional deben ser
contestados en razón del deber de colaboración establecido en el art. 14, RLPA.
Si los terceros no contestasen los informes en el plazo correspondiente o se negaren a hacerlo, el órgano
competente prescindirá de este medio probatorio.

3. La prueba testimonial
La prueba testimonial consiste en la declaración de personas que hubiesen presenciado o tomado
conocimiento cierto y directo de los hechos. La parte proponente es quien tiene a su cargo asegurar la
presencia de los testigos, y estos deben prestar declaración ante el agente que se designe a ese efecto. Sin
embargo, la participación de la parte proponente no es obligatoria en el marco de la declaración testimonial y,
consecuentemente, su ausencia no impide u obstaculiza el interrogatorio. En caso de inasistencia de los
testigos a la audiencia principal y a la supletoria —se fijan y notifican conjuntamente—, el interesado pierde el
derecho respectivo.
A su vez, la parte puede presentar el interrogatorio hasta el momento mismo de la audiencia; sin perjuicio de
que los testigos pueden ser libremente interrogados por el órgano competente sobre los hechos relevantes del
caso. Finalizada la audiencia, debe labrarse el acta en donde consten las preguntas y las respuestas.
el art. 53 del decreto reglamentario señala que es de aplicación supletoria el art. 491 ccpc derogado, entonces
el actual art. 430 ccpc establece que los testigos no pueden exceder de ocho por cada parte.

4. La prueba pericial
La prueba pericial consiste en la opinión de personas especializadas en ciencias, artes, industrias o
actividades técnicas, sobre la apreciación de los hechos controvertidos. Los particulares pueden proponer la
designación de peritos, junto con el cuestionario sobre las cuestiones a opinar.
Por su parte, el Estado no puede nombrar peritos de oficio, pero sí puede recabar informes de sus agentes,
oficinas técnicas y terceros; salvo que resulte necesaria su designación para la debida sustanciación del
procedimiento.

5. La prueba confesional
La confesión es la declaración de las partes sobre los hechos desfavorables; pero, en el marco del
procedimiento, la parte interesada y los agentes públicos no pueden ser citados para prestar confesión. No
obstante, la declaración voluntaria tiene los efectos que establece el Cód. Proc. Civ. y Com. Es decir, la
confesión de carácter voluntario y expreso constituye plena prueba, salvo que: a) esté excluida por ley respecto
de los hechos que constituyen el objeto del procedimiento; b) incida sobre derechos irrenunciables; c) recaiga
sobre hechos cuya investigación esté prohibida por ley; o d) sea contraria a las constancias que surjan de
instrumentos fehacientes de fecha anterior, agregados al expediente. A su vez, en caso de duda, la confesión
debe interpretarse a favor de quien la hace. Por último, cabe aclarar que, si bien las partes no pueden citar a
los agentes, en los términos y en el marco de la prueba confesional, sí pueden hacerlo como testigos,
informantes o peritos.
LOS ALEGATOS
sustanciadas las actuaciones, el órgano competente debe dar vista de oficio y por el término de diez días a las
partes, para que estas opinen sobre el valor de la prueba producida en el procedimiento. A su vez, luego de
presentado el alegato, el órgano instructor puede disponer la producción de otros medios probatorios como
medidas para mejor proveer, o por pedido de la parte si ocurriese o llegare a su conocimiento un hecho nuevo.
Tras la producción de esta prueba, el órgano instructor debe correr vista por otros cinco días a las partes con
el fin de que aleguen sobre su mérito en relación con el caso. La parte pierde el derecho de alegar si no
presenta el escrito o, habiendo retirado el expediente, no lo devuelve en término.
Por último, tras la presentación de los alegatos o vencido el plazo para hacerlo y producido el dictamen
jurídico si este correspondiese, el órgano competente debe dictar el acto que resuelve y pone fin a las
actuaciones.

La dirección del procedimiento


El órgano competente es el responsable de impulsar, instruir, dirigir y resolver el trámite administrativo. el
órgano debe, entre otras medidas: a) impulsar y tramitar los expedientes según su orden, y decidirlos cuando
estén en condiciones de ser resueltos; b) adoptar las medidas necesarias para remover los obstáculos que
impidan avanzar en el procedimiento; c) proveer en una sola resolución todos los trámites siempre que ello
fuere posible, y realizar en una misma audiencia todas las diligencias o medidas de prueba; d) disponer la
comparecencia de las partes para que den explicaciones, y acercar posiciones sobre cuestiones de hecho y
derecho; y e) disponer medidas provisionales para asegurar la eficacia de la resolución.
Por otra parte, el órgano instructor ejerce el poder disciplinario en el marco del trámite.

LAS VISTAS Y NOTIFICACIONES EN EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO


La parte interesada, su representante y su letrado pueden tomar vista de las actuaciones (acceder y conocer el
expediente y sus anexos), con excepción de aquellos actos, informes y dictámenes que sean reservados o
secretos.
El pedido de vista puede ser escrito o verbal, y se otorga sin necesidad de resolución expresa y en la oficina
en que se encuentre el expediente, aun cuando no sea la mesa de entradas del organismo instructor. Por su
parte, el particular puede solicitar, a su cargo, fotocopias de las piezas de las actuaciones. A su vez, si el
solicitante requiere un plazo, este debe fijarse por escrito. Si no se establece plazo, debe entenderse que es de
diez días.
Un comentario propio merece el instituto de la vista en el marco de los recursos administrativos, si la persona
interesada decide pedir vista de las actuaciones, el plazo para recurrir debe suspenderse durante el tiempo en
que el órgano competente otorgó la vista, sin perjuicio de que la sola presentación del pedido de vista ya
suspende por sí el curso de los plazos.

Respecto a la notificación, es el conocimiento de determinadas piezas o actuaciones de modo cierto y


fehaciente, dando certeza de que el particular conoce el contenido del acto, que es objeto de notificación, y
cuál es la fecha de tal comunicación. Los medios de notificación, según el decreto reglamentario, son los
siguientes: a) el acceso directo; b) la presentación espontánea de cualquier escrito, siempre que de ello resulte
que el interesado tiene conocimiento fehaciente de las actuaciones previas; c) la cédula; d) el telegrama con
aviso de entrega; e) el oficio impuesto como certificado expreso con aviso de recepción; f) la carta documento;
g) los medios que indique la autoridad postal; h) mediante la plataforma electrónica de trámites a distancia, en
la cuenta donde el usuario constituyó su domicilio especial electrónico y, por último, i) los edictos.
Finalmente, el decreto admite la notificación verbal cuando el acto administrativo no fuese escrito. Las
notificaciones que no cumplan con los recaudos que establece la ley carecen de valor y, consecuentemente,
no tienen efectos jurídicos. Sin embargo, si del expediente resultase que la parte interesada recibió el
instrumento de notificación, entonces, a partir del día siguiente se debe iniciar el plazo perentorio de sesenta
días para deducir el recurso administrativo que resultase admisible o el cómputo del plazo de noventa días
para deducir la demanda judicial (art. 44). Es decir, el precepto normativo prevé la ampliación de los plazos
por notificaciones irregulares, siempre que el interesado haya recibido el instrumento de notificación —
según las constancias del expediente—. En tal caso, debe prorrogarse el plazo para interponer el recurso
administrativo respectivo y el plazo de presentación de las acciones judiciales.
Pues bien, el término para interponer el recurso administrativo (comúnmente de diez o quince días) debe
reemplazarse por el de sesenta días. Así, el decreto establece que "a partir del día siguiente se iniciará el
plazo perentorio de sesenta días, para deducir el recurso administrativo que resulte admisible". Por su lado,
cabe preguntarse, tal como está redactado el art. 44 del decreto reglamentario ("se iniciará el plazo perentorio
de sesenta días... para el cómputo del plazo previsto en el art. 25", LPA), si el plazo de sesenta días sustituye o,
en su caso, extiende el plazo original para iniciar la demanda judicial. Creemos que, entre las dos
interpretaciones posibles, debemos inclinarnos evidentemente por aquella que resulte más beneficiosa en
términos de derecho, de modo que solo cabe interpretar que ese plazo —es decir, los sesenta días— debe
sumarse al de noventa días que prevé el art. 25 de la LPA con el objeto de impugnar judicialmente el acto.
A su vez, el acto de notificación debe indicar si el acto objeto de discusión agotó las vías administrativas y, en
su caso, los recursos que deben interponerse para agotarlas y el plazo en el cual debe hacerse.

¿qué sucede si el acto de notificación no cumple con tales recaudos? en caso de omitirse en el acto de
notificación la indicación del recurso que debe interponerse y el plazo para hacerlo, debe comenzar a
contarse el término de sesenta días para la interposición del recurso respectivo a partir del día siguiente al
de la notificación. Es decir, en caso de incumplimiento de estos recaudos, el plazo de impugnación de diez o
quince días debe reemplazarse por el de sesenta días. Por su parte, si el acto de notificación omitió indicar que
el acto objeto de impugnación agotó las instancias administrativas, entonces, el plazo de caducidad del art. 25
de la LPA (es decir, el plazo para iniciar la acción judicial contra el acto estatal) debe comenzar a contarse
luego de transcurridos sesenta días desde el acto de notificación.
el decreto reglamentario establece, según nuestro criterio, dos categorías diversas con respecto a los vicios del
acto de notificación: a) por un lado, su invalidez; y, b) por el otro, la prórroga de los plazos. El primer caso
ocurre cuando el acto de notificación no cumple con las pautas legales, y no surge del expediente que la parte
interesada haya recibido el instrumento de notificación. En el segundo, el acto es irregular, pero el interesado
recibió el instrumento de notificación; o, en su caso, el acto cumple con los recaudos legales y
reglamentarios, pero no indica los recursos que el interesado debe interponer, cuál es su plazo y si el acto
agotó el trámite administrativo previo.
Los actos que deben notificarse a los interesados son, entre otros, los actos administrativos de alcance
individual de carácter definitivo o asimilable; los actos que resuelven un incidente o afectan derechos
subjetivos o intereses legítimos; los actos que decidan emplazamientos, citaciones, vistas o traslados; y los
actos que se dicten con motivo o en ocasión de la prueba. Las notificaciones deben practicarse dentro de los
cinco días contados a partir del día siguiente al dictado del acto que es objeto de comunicación.

LAS MEDIDAS CAUTELARES EN EL MARCO DEL PROCEDIMIENTO


los actos estatales gozan de presunción de legitimidad y fuerza ejecutoria de modo que el Ejecutivo puede
hacerlos cumplir, aun mediando oposición del particular, y sin intervención judicial. el legislador prevé que, en
principio, la interposición de los recursos administrativos e, incluso, las acciones judiciales, no suspende el
carácter ejecutorio de los actos. De todos modos, en el procedimiento administrativo el Ejecutivo de oficio o a
pedido de parte puede, con carácter preventivo, suspender los efectos del acto. ¿En qué casos y con qué
justificación? El segundo párrafo del art. 12 de la LPA nos dice cuáles son las pautas que debe seguir el órgano
instructor. En efecto, "la Administración podrá, de oficio o a pedido de parte y mediante resolución fundada,
suspender la ejecución por razones de interés público, o para evitar perjuicios graves al interesado, o cuando
se alegare fundadamente una nulidad absoluta". Recordar leer art.

LA CONCLUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO. LOS MODOS NORMALES Y ANORMALES. EL DESISTIMIENTO, LA


RENUNCIA Y LA CADUCIDAD
El procedimiento puede concluir de un modo normal (dictado de la resolución que le pone fin) o de modo
anormal por desistimiento, renuncia o caducidad.
La conclusión normal puede ser por resolución de carácter expreso o tácito. La resolución expresa debe hacer
consideración de las cuestiones, planteos y argumentos expuestos por las partes o de los asuntos traídos por el
propio Estado. El órgano competente puede resolver: a) aceptar el planteo y dictar el acto consecuente; b)
desestimar el planteo; o c) revocar, modificar o sustituir el acto de que se trate.
Por su parte, la resolución tácita es el caso de silencio —en los términos del art. 10 de la LPA— y en los
trámites de impugnación de los actos, según el decreto reglamentario como luego veremos.
Por su lado, el desistimiento es la declaración de voluntad del interesado para dejar sin efecto la petición que
dio origen al procedimiento y debe hacerse de modo cierto y fehaciente. El desistimiento del procedimiento
no importa dejar de lado el derecho del interesado, que puede intentarlo en otro trámite posterior; salvo el
supuesto de desistimiento del trámite de los recursos. A su vez, en caso que hubiese varios interesados en el
marco del trámite respectivo, el desistimiento de unos no incide sobre los otros. Por otra parte, en los
supuestos de desistimiento, el órgano puede continuar con el trámite si mediase un interés colectivo.
La renuncia es el abandono no ya del trámite sino del derecho o pretensión de fondo del interesado; de
modo que obvio es decir que este ya no puede intentar otro reclamo con posterioridad, salvo que se trate de
derechos irrenunciables. tanto el desistimiento como la renuncia deben ser expresos, y solo tienen efectos a
partir del acto administrativo que hace lugar al planteo.
La caducidad es otro de los modos anormales de conclusión del procedimiento y tiene lugar cuando
transcurren más de sesenta días desde que se paralizó el trámite por causas imputables al interesado, y el
órgano competente hace saber que, si transcurren otros treinta días más y la parte no impulsase el trámite,
archivará el expediente. solo procede en los trámites iniciados por las partes no por el propio Estado, y en
donde el interés comprometido es básicamente el del particular.

LOS PROCEDIMIENTOS DE IMPUGNACIÓN DE LAS DECISIONES ESTATALES


creemos que los pilares básicos del modelo de impugnación son, por un lado, el contenido sustancial de las
pretensiones del particular y, por el otro, el objeto de impugnación. el particular salvo casos de excepción
debe cuestionar, según el marco normativo vigente, las decisiones estatales ante el propio Ejecutivo, y solo
luego, ir por las vías judiciales. las personas deben primero cuestionar las conductas estatales en el andarivel
administrativo, y solo después en las vías judiciales. Este privilegio o prerrogativa estatal conocido
técnicamente como el agotamiento de las vías administrativas, este privilegio de agotamiento de las vías
administrativas debe interpretarse a la luz de los derechos de las personas; en especial, el derecho de defensa y
sus aspectos más relevantes, a saber, el control judicial de los actos estatales y el principio pro acción.
entendemos que el agotamiento de las vías administrativas como principio, y en razón de su carácter
obligatorio y de sus plazos breves e irreversibles.
describimos aquí el cuadro compuesto por el instrumento procesal y el objeto de impugnación (conductas
estatales).
1. El reclamo administrativo previo (vía o remedio procedimental) se corresponde con las omisiones
estatales (objeto). Plazo para su interposición: la ley no prevé plazo alguno. Plazo para su resolución
por el Estado: noventa días más pronto despacho y, luego, cuarenta y cinco días. Plazo para impugnar
en sede judicial: noventa días hábiles judiciales.
2. Los recursos administrativos (vías o remedios procedimentales) con los actos administrativos de
alcance particular (objeto); Plazo para su interposición: diez o quince días hábiles administrativos. Plazo
para su resolución: treinta días. Plazo para impugnar judicialmente: noventa días hábiles judiciales.
3. El reclamo del art. 24, LPA, (vía o remedio procedimental) es el camino de impugnación de los actos
administrativos de alcance general (objeto). Plazo para su interposición: la ley no prevé plazo alguno.
Plazo para su resolución: sesenta días. Plazo para su impugnación en sede judicial: noventa días hábiles
judiciales.

El ppo general del agotamiento de las vías administrativas: el reclamo administrativo previo. Las excepciones
La ley establece como principio general el agotamiento de las vías administrativas, cuando cualquier particular
intente cuestionar las decisiones estatales debe hacerlo primero ante el Poder Ejecutivo —a través de los
mecanismos que prevé la propia ley y su decreto reglamentario—, y solo luego ante el juez. El camino de
impugnación ante el Ejecutivo, que es el autor de la conducta objeto de cuestionamiento, es conocido como el
instituto del agotamiento de las vías administrativas y es un privilegio del Estado de carácter exorbitante en
comparación con el derecho privado.
Así, el interesado no puede ocurrir ante el juez, si antes no interpuso los recursos o reclamos del caso y,
consecuentemente, no recorrió los carriles administrativos. el principio en el ámbito federal nace del art. 30
de la LPA que dice textualmente que: "el Estado nacional o sus entidades autárquicas no podrán ser
demandados judicialmente sin previo reclamo administrativo dirigido al ministro o Secretaría de la
Presidencia o autoridad superior de la entidad autárquica, salvo cuando se tratare de los supuestos de los
arts. 23 y 24". (ósea entendí que se peude demandar, cuando vemos en los arts 23 y 24 que se agotan los
recursos o reclamos, etc.)
los supuestos que están excluidos del art. 30, LPA, son los casos de impugnación de los actos de alcance
particular y general; el silencio; los hechos; y las vías de hecho. Y, a su vez, otros que están regulados en el art.
32, entre ellos, el reclamo por los daños y perjuicios por responsabilidad estatal extracontractual. En síntesis:
a) el principio es el agotamiento de las vías administrativas, por medio del reclamo administrativo previo
(art. 30, LPA);
b) en otros casos es necesario agotar, pero a través de otras vías, a saber: los actos administrativos de
alcance particular por recursos administrativos (art. 23, LPA); y los actos de alcance general por
reclamo (art. 24, LPA),
c) las excepciones respecto del agotamiento de las vías administrativas son las siguientes (no es necesario
ir por las vías administrativas):
 el reclamo por responsabilidad extracontractual (art. 32, LPA);
 cuando se trate de repetir lo pagado al Estado en virtud de una ejecución o repetir un
gravamen pagado indebidamente (art. 32, LPA);
 los hechos (art. 25, inc. D y art. 32);
 las vías de hecho (art. 23, inc. d y art. 25, inc. d); y
 el silencio (art. 23, inc. c).

Veamos cuál es el régimen de la vía del art. 30 de la LPA que comúnmente llamamos vía de reclamación y que
constituye el principio general. En primer término, cabe preguntarse cuál es el objeto de impugnación del
reclamo administrativo previo. Es decir, ¿qué debe impugnarse por medio del reclamo? Creemos que las
omisiones estatales, con las excepciones del art. 32 de la LPA.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre las omisiones del art. 30, LPA, y el silencio del art. 10, LPA? Las
omisiones suponen la preexistencia del deber estatal, el derecho del particular y el incumplimiento del Estado
respecto de tales obligaciones (el otorgamiento de un subsidio reglado omitido por el Estado). Cuando no
existe deber y derechos claramente configurados, el particular debe peticionar ante el Estado en los términos
del art. 10, LPA, con el objeto de obtener la decisión estatal (silencio).
En segundo término, es importante destacar que en el reclamo administrativo previo —art. 30, LPA—, no
existe plazo de interposición.
En tercer término, la ley establece un plazo para su resolución. Así, el pronunciamiento respectivo debe
hacerse dentro de los noventa días hábiles administrativos desde el planteo y, tras el vencimiento de este
plazo, el particular debe requerir un pronto despacho. Luego, si transcurriesen otros cuarenta y cinco días
desde el pedido de pronto despacho y el Ejecutivo no respondiese, entonces, el particular puede iniciar
directamente las acciones judiciales. La ley agrega que el plazo para resolver puede extenderse por decisión
del Poder Ejecutivo, a pedido del organismo que interviene, hasta ciento veinte y sesenta días,
respectivamente. A su vez, cuando el Estado resuelve el reclamo mediante el dictado de un acto expreso de
rechazo no es razonable exigir que, en tal caso, el particular agote las instancias administrativas por medio
de los recursos contra dicho acto. En este sentido, el texto dice claramente que "la denegatoria expresa del
reclamo no podrá ser recurrida en sede administrativa".
En cuarto término, el plazo perentorio para recurrir judicialmente tras el reclamo es de 90 días hábiles
judiciales. Además, el régimen actual establece —según el texto normativo y su literalidad— que el plazo
judicial de noventa días debe contarse, aún en caso de silencio del Estado, en el trámite del reclamo. En
verdad, el postulado básico y razonable, según nuestro criterio, es el siguiente: el plazo judicial de caducidad —
noventa días en que el interesado debe cuestionar judicialmente las conductas estatales— debe contarse solo
en caso de rechazo expreso, pero no en el supuesto de rechazo tácito —silencio estatal—.
Sin embargo en el caso del reclamo previo, la ley lamentablemente no distingue entre el rechazo expreso y
tácito, sino que exige que la demanda judicial se inicie "en los plazos perentorios y bajo los efectos previstos en
el art. 25". De todos modos, la Corte sostuvo que el plazo de 90 días solo debe contarse en caso de rechazo
expreso ("Biosystems"), pues en el supuesto de rechazo tácito corre el plazo de prescripción. Entonces, en el
caso del reclamo administrativo previo —impugnación de conductas estatales— no existe plazo de
interposición, pero sí de resolución por el órgano competente y, a su vez, de impugnación judicial.
el trámite del reclamo es el siguiente: por un lado, este debe presentarse ante el ministro, secretario de
presidencia, o autoridad superior del ente autárquico. Por el otro, el órgano competente debe resolverlo.

Las pretensiones de impugnación de los actos administrativos de alcance particular


el principio general que prevé el art. 30 LPA (de que no puede ser demandado) está acompañado por varias
excepciones. Una de estas excepciones es el trámite de impugnación de los actos de alcance particular, en
cuyo caso deben agotarse las vías administrativas; pero no por el camino del reclamo (art. 30, LPA), sino por
medio de los recursos administrativos (art. 23, LPA).

El régimen general de los recursos


El título VIII del decreto reglamentario de la LPA regula, en especial, los procedimientos de impugnación de los
actos estatales de alcance particular. En este caso, es necesario agotar las vías administrativas por medio de
los recursos que prevé el propio decreto reglamentario. Puntualmente, el decreto dice que "los actos
administrativos de alcance individual, así como también los de alcance general, a los que la autoridad
hubiera dado o comenzado a dar aplicación, podrán ser impugnados por medio de recursos administrativos
en los casos y con el alcance que se prevé en el presente Título..." (art. 73, RLPA).
el recurso procede contra los actos administrativos definitivos y de mero trámite que lesionen derechos
subjetivos e intereses legítimos; pero no es posible recurrir los actos preparatorios, informes y dictámenes
por más que fuesen obligatorios y su efecto vinculante.
El escrito de presentación de los recursos debe cumplir con los mismos requisitos que cualquier otro escrito
presentado ante la Administración; y consignarse cuál es el acto estatal que es objeto de impugnación y, a su
vez, cuál es la conducta que el recurrente pretende en relación con el reconocimiento de sus derechos.
en el escrito de interposición del recurso deben ofrecerse los medios de prueba de que intente valerse el
recurrente, y acompañar la prueba documental que tuviese en su poder o indicar dónde se encuentran los
documentos. producida la prueba, se dará vista por cinco días a la parte interesada para opinar y alegar sobre
el valor y mérito de la prueba colectada.
Por su parte, el recurso mal calificado, con defectos formales insustanciales o deducido ante órgano
incompetente por error excusable interrumpe el curso de los plazos y debe ser corregido por el propio Poder
Ejecutivo. En efecto, "los recursos deberán proveerse y resolverse cualquiera sea la denominación que el
interesado les dé, cuando resulte indudable la impugnación del acto administrativo". En particular, el recurso
mal calificado o no calificado debe ser considerado por la administración como recurso jerárquico. ¿Por qué?
Porque este es el que agota las vías administrativas.
¿Quiénes pueden interponer los recursos administrativos? Los recursos pueden ser deducidos por los titulares
de derechos subjetivos e intereses legítimos. es diferente del proceso judicial que exige la titularidad de
derechos subjetivos como presupuesto de la jurisdicción.
¿Cuáles son los motivos o fundamentos de la impugnación de los actos a través de los recursos? El recurso
administrativo puede fundarse en las siguientes razones:
1) la ilegitimidad; o
2) la inoportunidad, falta de mérito o inconveniencia del acto impugnado.
¿Cuál es el órgano competente para su resolución? Aquel que establece el decreto en cada caso particular (el
órgano que dictó el acto o el superior jerárquico).
cuando el interesado impugne actos de alcance general, por medio de actos individuales dictados en
aplicación de aquellos, el órgano competente para resolver el reclamo es el que dictó el acto general, sin
perjuicio de su presentación ante el órgano de aplicación que dictó el acto particular.
Los plazos para plantear los recursos son obligatorios y breves, y sabemos también que vencidos, el interesado
pierde el derecho de articularlos. si el particular no planteó los recursos y no agotó las vías administrativas no
puede luego recurrir ante el juez. Es decir, el acto está firme y consentido.
La interposición de los recursos interrumpe el curso de los plazos, aún cuando "hubieren sido mal calificados,
adolezcan de defectos formales insustanciales o fueren deducidos ante órgano incompetente por error
excusable". ¿cuál es el plazo objeto de interrupción? El plazo para interponer cualquier otro recurso, así como
el término judicial de caducidad (plazo de impugnación judicial). A su vez, el plazo para interponer los recursos
administrativos se suspende cuando el interesado presenta el pedido de vista de las actuaciones a fin de
interponer el recurso respectivo. Por último y como ya explicamos, en ciertos casos, el plazo para presentar los
recursos se prorroga —por ejemplo— si el acto de notificación no indica cuáles son los recursos que puede
interponer el interesado, en cuyo caso "a partir del día siguiente de la notificación se iniciará el plazo
perentorio de sesenta días para deducir el recurso administrativo que resulte admisible".
El órgano competente cuando resuelve el recurso puede:
1) desestimarlo; o
2) aceptarlo.
En este caso, según las circunstancias del caso, es posible sanear el acto, revocarlo, modificarlo o sustituirlo.
En cuanto al plazo para resolver; este depende de cada recurso en particular, y el silencio debe interpretarse
como rechazo de la pretensión del particular. Seguidamente proponemos analizar cada uno de los recursos en
particular.

1. El recurso de reconsideración
Este recurso tiene por objeto la impugnación de los actos definitivos, asimilables a definitivos, e
interlocutorios o de mero trámite, que lesionen derechos subjetivos o intereses legítimos, sea por razones de
ilegitimidad o inoportunidad. el acto definitivo es aquel que resuelve la cuestión de fondo (en el marco de la
solicitud de una pensión, el acto de fondo es aquel que decide otorgar o rechazar la pensión y concluye así el
trámite definitivamente).
Por su parte, el acto no definitivo es el que no resuelve la cuestión de fondo, pero en ciertos casos es
asimilable a aquel porque impide continuar con el trámite administrativo (el acto dictado en el marco de
cualquier procedimiento administrativo que resuelve el rechazo del planteo por falta de legitimación del
recurrente). el acto interlocutorio o de mero trámite que es aquel que dicta el órgano en el marco del
procedimiento con el propósito de impulsarlo, pero sin expedirse sobre el planteo de fondo bajo debate (por
ejemplo, el acto interlocutorio que ordena la citación de los testigos).
El recurso de reconsideración también procede, además de los actos definitivos, asimilables a estos o de
simple trámite, contra las decisiones que dicte el presidente, el jefe de Gabinete, los ministros y los
secretarios de la Presidencia con rango ministerial, en la resolución de los recursos administrativos.
Es decir, el objeto de este recurso no es solo el acto dictado por cualquier órgano estatal, sino también el acto
que resuelve el recurso jerárquico.
Los sujetos legitimados son los titulares de derechos subjetivos e intereses legítimos como prevé el decreto,
debiéndose incorporar a los titulares de derechos colectivos.
El plazo para interponer el recurso de reconsideración es de diez días hábiles administrativos, ante el órgano
que dictó el acto que es, a su vez, quien debe resolverlo. ¿Cuál es el plazo para resolver el recurso? El órgano
competente debe hacerlo en el plazo de treinta días hábiles administrativos y, vencido este término, no es
necesario que el particular presente pedido de pronto despacho, sino que el vencimiento del plazo sin
resolución del órgano debe interpretarse —lisa y llanamente— como rechazo del recurso.
Por su parte, el plazo para resolverlo debe contarse a partir del día siguiente al de la interposición del recurso;
salvo que el órgano competente hubiese ordenado la producción de medios probatorios, en cuyo caso el
plazo debe computarse desde que se presentó el alegato o, si la parte no alegó, desde que venció el plazo
para hacerlo.
Este recurso en caso de rechazo, debe interpretarse por mandato legal que el interesado interpuso el recurso
jerárquico de modo subsidiario. el órgano competente, una vez resuelto el recurso de reconsideración en
sentido contrario a los intereses del particular, debe necesariamente elevarlo al superior jerárquico, en el
término de cinco días —de oficio o petición de parte— con el objeto de que aquel trámite el recurso
jerárquico.
El aspecto más relevante del recurso bajo estudio es que no es obligatorio para agotar las vías
administrativas, de modo que el particular puede o no plantearlo y, en su caso, interponer directamente el
recurso jerárquico con el objeto de recorrer las vías administrativas y así agotarlas.
(ósea entendí que mas que nada el que agota las vías adm es el recurso jerárquico por ser final).

2. El recurso jerárquico
Este es el recurso típico y más relevante en el procedimiento de impugnación de los actos administrativos.
¿Por qué? Porque es el camino que debe seguir necesariamente el interesado con el objeto de agotar las vías
administrativas y, consecuentemente, habilitar el sendero judicial. El recurso jerárquico solo procede contra
los actos administrativos definitivos o asimilables a estos (es decir, aquellos que impiden totalmente la
tramitación del reclamo o causen perjuicios total o parcialmente irreparables), pero no contra los actos de
mero trámite.
Los sujetos legitimados son los titulares de intereses legítimos, derechos subjetivos y —según nuestro
criterio— derechos colectivos. A su vez, el recurso procede por razones de ilegitimidad e inoportunidad.
El plazo para su interposición es de quince días hábiles administrativos, contados a partir del día siguiente al
de la notificación del acto recurrido, y debe interponerse ante el órgano que dictó el acto. El órgano inferior
simplemente debe elevar el recurso interpuesto ante el jefe de Gabinete, ministro o secretario de la
Presidencia —de oficio y en el término de cinco días—, sin expedirse sobre su admisibilidad. Si el órgano
inferior no eleva el recurso ante el superior en el plazo que prevé el reglamento, entonces, el particular puede
plantear la queja correspondiente ante este último.
El recurso jerárquico es autónomo, de modo que no es necesario que el interesado haya interpuesto
previamente el recurso de reconsideración contra el acto cuestionado, pero si lo hizo no es necesario fundar
nuevamente el recurso jerárquico, sin perjuicio de que puede mejorar y ampliar los fundamentos.
¿Cuál es el órgano competente para resolver el recurso? El jefe de Gabinete, los ministros y secretarios de la
Presidencia son quienes deben resolver el recurso dictado por cualquier órgano inferior. Si el acto fue dictado
por el jefe de Gabinete, un ministro o secretario de la Presidencia, el recurso es resuelto directamente por el
presidente; "agotándose en ambos casos la instancia administrativa".
¿Qué ocurre con el jefe de Gabinete? El decreto 977/1995 dice, de modo implícito, pero claro, que la relación
entre el presidente y el jefe de Gabinete es de orden jerárquico y que el nexo entre este último y los ministros
es de coordinación y no de jerarquía. En consecuencia, los actos de los ministros son recurridos directamente
ante el presidente, y no primero ante el jefe de Gabinete y, luego, ante aquel. La única excepción que prevé el
decreto antes citado es el régimen del personal estatal; en cuyo caso, el acto de los ministros es recurrido ante
el jefe de Gabinete. Por último, los actos del jefe de Gabinete son recurridos ante su superior jerárquico, esto
es, el presidente.
En el trámite del recurso jerárquico, y con carácter previo a su resolución, es necesario requerir con carácter
obligatorio el dictamen del servicio jurídico permanente. El plazo que tiene el órgano competente para
resolver es de treinta días hábiles administrativos. ¿Cómo debemos contar este plazo? Del mismo modo que
en el caso del recurso de reconsideración; computado a partir del día siguiente al de la interposición del
recurso o, en caso de que se hubiese producido prueba, desde que se presentó el alegato sobre el mérito de
estas o de vencido el plazo para hacerlo. Una vez concluido el término de treinta días, no es necesario
requerir pronto despacho para que se configure el rechazo del recurso por silencio.
Si el recurso jerárquico es subsidiario del recurso de reconsideración, el plazo para resolverlo debe contarse
desde la presentación del alegato o el vencimiento del plazo (igual que si fuese autónomo); pero si la
cuestión es de puro derecho, desde que el particular mejoró sus fundamentos o venció el plazo respectivo. El
recurso jerárquico, agota las instancias administrativas y habilita, consecuentemente, el planteo judicial. Por
ello, ES OBLIGATORIO.

3. El recurso de alzada
el recurso de alzada es consecuencia del nexo de control o tutela entre los órganos centrales y los entes
estatales (desc.). El recurso de alzada procede entonces contra los actos dictados por los órganos superiores
de los entes descentralizados autárquicos. La LPA y su decreto reglamentario regulan el régimen de
impugnación de los actos dictados por los órganos superiores de los entes descentralizados autárquicos, pero
no así los actos dictados por los órganos inferiores de estos. ¿Qué ocurre en tal caso? ¿Es necesario agotar las
vías? El decreto reglamentario responde este interrogante en los siguientes términos: "salvo norma expresa en
contrario los recursos deducidos en el ámbito de los entes autárquicos se regirán por las normas generales
que para los mismos se establecen en esta reglamentación". en el marco del trámite de impugnación de un
acto dictado por un órgano inferior de un ente descentralizado, es necesario analizar el régimen propio del
ente y, si este no establece cómo hacerlo, entonces debemos ir por el régimen general de la LPA y su decreto
—el agotamiento de las instancias administrativas por medio del recurso jerárquico resuelto por el órgano
superior del ente—.
Luego, el siguiente paso es volver al ámbito de aplicación del recurso de alzada —LPA—; y allí ya no es
necesario agotar las vías mediante su interposición, sino que el interesado puede ir directamente al terreno
judicial.
Los sujetos legitimados son el titular de derechos subjetivos o intereses legítimos, tal como prevé el decreto,
debiéndose incorporar —según nuestro criterio— a los titulares de derechos colectivos. El recurso debe
interponerse ante el órgano superior del ente descentralizado autárquico, quien debe elevarlo ante el órgano
competente de la administración centralizada, para su resolución. El órgano que debe resolverlo es el
secretario, ministro o secretario de Presidencia, en cuya jurisdicción actúe el ente descentralizado.
El plazo para presentarlo es de quince días hábiles administrativos contados a partir del día siguiente al de la
notificación del acto que el interesado pretende impugnar, y el plazo para su resolución es de treinta días
hábiles administrativos.
En el caso del recurso:
a) en el caso de los entes creados por ley del Congreso, en ejercicio de facultades constitucionales, el recurso
solo procede por cuestiones de ilegitimidad; y el órgano revisor debe limitarse a revocar el acto y solo,
excepcionalmente, modificarlo o sustituirlo por otro; y
b) en el caso de los entes creados por decreto del Poder Ejecutivo, el control es amplio, como si se tratase de
cualquier otro recurso (este procede por razones de ilegitimidad e inoportunidad).
El recurso de alzada es optativo y no obligatorio para agotar las instancias administrativas. Es decir, el
interesado puede ir directamente a la vía judicial. De todas maneras, si el particular interpuso el recurso de
alzada puede desistir de él y, luego, intentar la vía judicial; aunque si optó por este último camino, no puede
volver sobre las instancias administrativas.

4. El recurso de queja
Dice la ley que "podrá ocurrirse en queja ante el inmediato superior jerárquico contra los defectos de
tramitación e incumplimiento de los plazos legales o reglamentarios en que se incurriere durante el
procedimiento y siempre que tales plazos no se refieran a los fijados para la resolución de recursos".
El interesado debe presentar la queja ante el superior jerárquico, quien debe resolverla en el plazo de cinco
días y sin traslado, agregándose el informe del órgano inferior —si fuese necesario— sobre las razones de la
tardanza. LA RESOLUCIÓN DEL SUPERIOR NO ES RECURRIBLE.
Por su parte, el decreto 1883/1991 incorporó el concepto de que, en ningún caso, debe suspenderse la
tramitación del procedimiento principal. Por último, si el superior hace lugar a la queja, deben iniciarse las
actuaciones tendientes a deslindar la responsabilidad del agente presuntamente responsable por el
incumplimiento de los trámites y plazos y, eventualmente, aplicarle la sanción correspondiente.

5. El recurso de revisión
el acto firme, no ha sido impugnado en término, no es susceptible de revisión; salvo revocación por el propio
Ejecutivo o por decisión judicial en el marco de un proceso concreto. Sin embargo, existen excepciones, pocas,
por cierto.
Ellas son las siguientes:
 por un lado, la denuncia de ilegitimidad (el recurso administrativo extemporáneo interpuesto por el
interesado);
 por el otro, el recurso de revisión que procede contra los actos firmes. ¿En qué casos puede
interponerse el recurso de revisión? Dice la LPA que el presente recurso procede:
a) cuando resulten contradicciones en la parte dispositiva —háyase pedido o no su aclaración
—; en tal caso, el recurso debe interponerse en el plazo de diez días desde la notificación del
acto. En verdad, cabe aclarar que aquí el acto objeto de revisión no está firme;
b) cuando después de dictado el acto, se recobraren o descubrieren documentos decisivos cuya
existencia se ignoraba o no se pudieron presentar como medios probatorios por fuerza
mayor o por terceros; de modo que el interesado obró con diligencia, pero no pudo
presentar oportunamente documentos relevantes para resolver el caso. En este supuesto, el
recurso debe plantearse en el término de treinta días contados a partir de que el particular
recobró o conoció los documentos o, en su caso, desde el cese de la fuerza mayor o de la
conducta del tercero;
c) cuando el acto hubiese sido dictado basándose en documentos cuya declaración de falsedad
se desconocía o se hubiere declarado después de dictado el acto; debiéndose presentar el
recurso en el plazo de treinta días desde que se comprobó en legal forma la falsedad de los
documentos o se conoció tal circunstancia; y
d) cuando el acto hubiese sido dictado mediando cohecho, prevaricato, violencia o cualquier
otra maquinación fraudulenta o grave irregularidad. En este caso, el plazo de interposición
también es de treinta días, contados a partir de la constatación legal de los hechos
irregulares o delictivos antes descritos.
el recurso de REVISIÓN SOLO COMPRENDE LOS CASOS DE ILEGITIMIDAD Y NO DE INOPORTUNIDAD. El
recurso debe interponerse ante el órgano que dictó el acto, pero debe ser resuelto por el órgano superior,
más aún teniendo en consideración que ciertos supuestos de revisión comprenden actos irregulares o
delictivos con participación del propio agente estatal.
El recurso debe ser interpuesto en el plazo de diez o treinta días, según el caso como vimos.
El plazo de resolución es de diez días, por aplicación del art. 1º, inc. e), apart. 4 de la LPA.
Además, una vez resuelto el recurso, de modo expreso o tácito por silencio, renace el plazo de caducidad o
prescripción para demandar judicialmente al Estado.

LOS RECURSOS EXTEMPORÁNEOS. LA DENUNCIA DE ILEGITIMIDAD


El interesado, no tiene derecho a interponer los recursos administrativos luego de vencido el plazo legal o
reglamentario, y consecuentemente, el acto simplemente debe ser cumplido. el propio legislador previó
ciertas válvulas de escape. Así, el planteo del recurso en términos extemporáneos es considerado, según la ley,
como denuncia de ilegitimidad y debe tramitar como tal. Pero.
¿cuál es la diferencia? En el caso del recurso administrativo, el Ejecutivo debe tramitarlo y resolverlo y, por su
parte, el interesado tiene el derecho de recurrir, luego, judicialmente la decisión estatal. En la denuncia de
ilegitimidad, el Ejecutivo solo está obligado a su tramitación y resolución siempre que, según su criterio, no
existan razones de seguridad jurídica que impidan su impulso, o que el interesado haya excedido razonables
pautas temporales. Además, los intérpretes y los propios jueces consideran que las decisiones
administrativas en el marco del trámite de la denuncia de ilegitimidad no son revisables judicialmente.
En el trámite de la denuncia de ilegitimidad la secuencia es la siguiente: el Poder Ejecutivo debe dictar el acto
sobre la procedencia del trámite (primer acto); y, en caso afirmativo, continuar con el procedimiento hasta
su conclusión mediante el dictado de otro acto que resuelve el fondo de la cuestión (segundo acto). En
síntesis, EL PROPIO EJECUTIVO DECIDE SI, EN CADA CASO CONCRETO, SE PRESENTA ALGUNA DE LAS CAUSALES
QUE AUTORIZA EL RECHAZO PRELIMINAR Y, SI NO FUESE ASÍ, HABILITA EL TRÁMITE Y RESUELVE EL FONDO.
¿Cuál es el inconveniente que advertimos en este escenario? Los operadores generalmente consideran que
ninguno de estos actos puede ser revisado por el juez. En el caso de la denuncia de ilegitimidad su único
camino es el Ejecutivo, sin posibilidad de revisión judicial ulterior.
este recurso extemporáneo tiene dos salvedades relevantes: la Administración solo debe darle trámite si no
vulnera el principio de seguridad jurídica y siempre que el interesado no haya excedido razonables pautas
temporales. Por el otro, el particular ya perdió el derecho a recurrir judicialmente en caso de rechazo.
La Corte dijo en"GORORDO" (1999), que el rechazo en sede administrativa de una denuncia de ilegitimidad no
puede ser objeto de impugnación judicial. concluyó que "sería claramente irrazonable otorgar el mismo
efecto a la denuncia de ilegitimidad... que a un recurso deducido en término...". el recurso fuera de término
solo procede en tanto el trámite no vulnere el principio de seguridad jurídica y pautas temporales razonables.
En efecto, si el trámite cumple con estos recaudos, según el criterio del órgano administrativo y judicial, el
procedimiento debiera ser igual que el del recurso administrativo temporáneo.
Por último, cabe agregar que el órgano ante el cual debe interponerse el recurso extemporáneo, así como el
órgano competente para resolverlo y el trámite que debe seguirse, son los mismos que en el caso del recurso
administrativo temporáneo respectivo.
LAS PRETENSIONES DE IMPUGNACIÓN DE LOS REGLAMENTOS
La ley establece claramente dos supuestos de impugnación de los actos de alcance general.
 Un camino directo de impugnación del reglamento (art. 24, inc. a], ley 19.549) llamado reclamo
impropio;
 y otro indirecto a través de los actos de aplicación de aquel (art. 24, inc. b ley 19.549).

En el primer caso, el camino es el reclamo; y en el segundo los recursos administrativos ya estudiados. Sin
embargo, en este último caso es necesario incorporar ciertos matices:
El recurso debe ser resuelto por el órgano QUE DICTO el acto de alcance general, según surge del art. 75 del
reglamento, y si no fuese el órgano máximo, deben interponerse los recursos del caso hasta agotar las
instancias administrativas. (ósea entendí que será reconsideración y luego jerárquico ¿).
Por el contrario, si se trata simplemente de la impugnación de actos de alcance particular, no comprendidos en
el inc. b) del art. 24, LPA, el interesado debe interponer directamente el recurso jerárquico ante el órgano
superior.
Por su parte, el reclamo impropio (inc. a] del art. 24, LPA) no procede contra los actos de alcance particular
que resulten ser aplicación de los actos de alcance general, sino solo contra estos últimos. A su vez, la ley no
prevé plazo de impugnación en este caso. De conformidad con el texto de las normas, cualquier sujeto titular
de un derecho subjetivo o interés legítimo puede plantear el reclamo impropio, el cual debe interponerse
ante el órgano que dictó el reglamento, agotándose así las vías administrativas.

LAS ACCIONES ESPECIALES


El camino básico del trámite judicial contra el Estado nacional es la acción ordinaria ante el juez de primera
instancia con competencia en lo Contencioso Administrativo Federal o provincial, cuyo trámite está regulado
en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y las leyes complementarias antes mencionadas y el
CPCCBSAS. Es, entonces, una acción común y ordinaria. Sin embargo, el ordenamiento jurídico también prevé
otras acciones que podríamos llamar especiales ya que constituyen excepciones respecto del principio antes
mencionado. En este punto, cabe estudiar las otras vías de acceso al Poder Judicial con el objeto de completar

La acción de amparo
El amparo básicamente es un proceso judicial mucho más breve y rápido que los procesos ordinarios ya que,
entre otras cuestiones, su régimen prohíbe ciertos trámites con el propósito de darle mayor celeridad (los
incidentes y las citaciones de terceros) y, además, establece plazos más cortos. el amparo es una garantía de
protección de los derechos fundamentales que nació de los propios precedentes de la Corte "Siri" y "Kot. Fue
entonces cuando la Corte creó la figura del amparo con el objeto de proteger los derechos y garantías
constitucionales mediante un proceso judicial rápido y expedito.
el Convencional Constituyente reguló en el art. 43, CN, el amparo individual y colectivo. Primer párrafo: "Toda
persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial
más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o
inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y
garantías reconocidas por esta Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la
inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva".
"Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los derechos que
protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia
colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propenden a esos fines,
registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y formas de su organización".
El amparo comprende no solo los derechos garantizados por el texto constitucional, sino también aquellos
reconocidos por los tratados y las leyes. A su vez, es obvio, tal como surge del texto del art. 43, CN, que no es
necesario agotar las vías administrativas para interponer la acción judicial de amparo, y que el juez puede
declarar la inconstitucionalidad de las normas cuestionadas en el marco de este proceso.
¿Está en pie el plazo de quince días después de la reforma constitucional? En general, los jueces entienden que
el plazo de caducidad está vigente. Asimismo, el convencional incorporó el amparo colectivo.

La acción de amparo por mora


El amparo por mora es un proceso que tiene por objeto que el juez se expida sobre la demora del Poder
Ejecutivo en responder a las pretensiones del reclamante y, en su caso —es decir, si el Ejecutivo hubiese
incurrido en retardo—, ordenarle que resuelva en un plazo perentorio.
Es importante aclarar que este proceso no tiene por objeto revisar decisiones del Ejecutivo o resolver el
fondo del planteo sino, simplemente, obligarle a que "despache las actuaciones".
El art. 28 de la LPA dice que aquel que es parte en el expediente administrativo puede solicitar judicialmente
que se libre una orden de pronto despacho con el objeto de que se obligue al Ejecutivo a resolver las
actuaciones. En efecto, el actor del amparo por mora debe ser el titular de un derecho subjetivo, interés
legítimo o interés colectivo, en el marco del expediente administrativo.
¿Cuándo procede el amparo por mora? Cuando el Estado ha dejado vencer los plazos para resolver o, en caso
de que no existiesen tales plazos, haya transcurrido un tiempo que exceda los límites razonables. Pero, ¿cuál es
el límite temporal en que debe resolver el Ejecutivo? Creemos que el art. 10, LPA, responde debidamente este
interrogante. Dice el art. 10, LPA, que "si las normas especiales no previeren un plazo determinado para el
pronunciamiento, este no podrá exceder de sesenta días". El precepto agrega luego que "vencido el plazo que
corresponda, el interesado requerirá pronto despacho y si transcurrieren otros treinta días sin producirse
dicha resolución se considerará que hay silencio de la Administración". Este último apartado, esto es, el
pronto despacho y el plazo complementario de treinta días para resolver, es propio y específico del instituto
del silencio administrativo y, consecuentemente, no cabe extenderlo al amparo por mora.
En otras palabras, el amparo por mora procede cuando:
a) venció el plazo específico y el Poder Ejecutivo no contestó; o
b) el Ejecutivo no contestó y no existe plazo especial, pero transcurrió el plazo razonable —es decir, los sesenta
días hábiles administrativos que prevé la primera parte del segundo párrafo del art. 10 LPA—.
Cabe aclarar que el amparo por mora no procede en el campo de los recursos administrativos, ya que aquí el
transcurso de los plazos constituye por sí mismo el rechazo del planteo. en el marco de los recursos
administrativos, el silencio no solo constituye incumplimiento de la Administración de dar respuesta, sino
que es interpretado lisa y llanamente como rechazo del planteo de fondo.
¿Cómo es el trámite del amparo por mora? El particular, una vez cumplidos los recaudos de admisión del
amparo (el transcurso del plazo y la falta de respuesta de la Administración), debe presentar el planteo
judicial. Luego, el juez requiere al órgano competente que informe sobre las causas del retraso. Una vez
contestado el informe o vencido el plazo que el juez fije a ese efecto, debe resolver la aceptación o rechazo.
En caso de aceptación, el juez ordena a la Administración a que resuelva en el plazo que él establece, según
la naturaleza y complejidad del asunto pendiente de decisión estatal. Por último, el propio texto del art. 28,
LPA, dice que la decisión judicial es inapelable.
Sin embargo, la Cámara Federal en pleno ("Transportadora de Caudales Zubdesa") sostuvo que la decisión
judicial de declarar admisible el amparo por mora es inapelable, pero no así la resolución en sentido contrario
—el rechazo—.
¿Qué ocurre en caso de desobediencia a la orden de pronto despacho judicial? El art. 29, LPA, establece que
en caso de incumplimiento, el juez debe comunicarlo a la autoridad superior del agente responsable, a los
efectos de la aplicación de las sanciones disciplinarias. ¿Puede el juez aplicar astreintes en caso de
incumplimiento? Creemos que no existe ningún obstáculo; de modo que el juez puede imponer "sanciones
pecuniarias compulsivas y progresivas tendientes a que las partes cumplan sus mandatos, cuyo importe será a
favor del litigante perjudicado por el incumplimiento".
¿El amparo por mora es un proceso contradictorio? El amparo por mora es un proceso contradictorio, pues el
Estado ejerce su derecho de defensa, en particular expone sus argumentos mediante el informe, salvo que el
juez no lo requiriese. Cabe insistir una vez más en que el objeto del proceso, de carácter contradictorio como
ya hemos visto, debe circunscribirse al control del retardo estatal y, en su caso, el decisorio judicial solo
comprende la orden de que el Ejecutivo resuelva en el plazo que fije el juez a ese efecto.

La acción de lesividad
el Poder Ejecutivo debe revocar sus decisiones ilegítimas, por sí y ante sí; sin embargo, cuando ello no fuese
posible porque el acto fue notificado o se estén cumpliendo derechos subjetivos que nacieron de él, debe
iniciar las acciones judiciales con el propósito de que el juez sea quien declare su invalidez. Este proceso y la
acción respectiva llevan el nombre de lesividad.
Así, la acción de lesividad procede cuando el Estado es parte actora y pretende la invalidez de sus propios
actos. En este contexto, el Estado alega su propia torpeza. el Código no establece un proceso especial respecto
de las acciones de lesividad, sino que estas deben regirse por las normas del proceso ordinario. el Estado no
debe agotar las vías administrativas porque esto es un privilegio estatal y, además, la LPA establece de modo
expreso que "no habrá plazos para accionar en los casos en que el Estado o sus entes autárquicos fueren
actores, sin perjuicio de lo que corresponda en materia de prescripción".
Por último, cabe recordar que el Estado también es parte actora en otros procesos judiciales, por ejemplo: a)
las ejecuciones fiscales; b) el proceso de ejecución de los actos que no tienen fuerza ejecutoria por aplicación
de las excepciones del art. 12, LPA; o c) el caso de desalojo de inmuebles de su propiedad.

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