Salud Mental
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SALUD MENTAL
¿De qué factores depende la salud?
Uno de los resultados de la tremenda evolución de nuestra sociedad es el aumento de la esperanza de vida. Actualmente, en
México y según datos de 2021, se sitúa en 85,1 años en las mujeres y 79,4 años en los hombres. Desde el punto de vista de la
salud, además de un envejecimiento de la población por la escasez de nacimientos, esta evolución ha tenido como consecuencia el
cambio en el tipo de enfermedades más frecuentes y un predominio de patologías crónicas como son el cáncer, la enfermedad
cardiovascular, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas. Diferentes organismos internacionales se han puesto como
objetivo durante los próximos años abordar este tipo de enfermedades crónicas y preocuparse principalmente por su prevención.
Una de las cosas que tienen en común estas patologías es que están muy relacionadas con los estilos de vida, fundamentalmente
una alimentación no equilibrada, falta de actividad física, consumo de tabaco, consumo de alcohol y estrés principalmente.
El estrés es algo bastante habitual en nuestra vida cotidiana. Todos nos hemos enfrentado en algún momento a una situación que
nos lo ha generado y puede ser provocado tanto por una situación triste como alegre. El problema aparece cuando no somos
capaces de controlarlo y se prolonga en el tiempo ya que influye en nuestra vida cotidiana y por lo tanto en nuestra salud. El
estrés propicio, por ejemplo, conductas adictivas como el consumo de tabaco y alcohol y también cambios en los hábitos
saludables como la falta de ejercicio físico o cambios en los hábitos alimenticios.
Para mejorar nuestro bienestar emocional es necesario cambiar nuestro estilo de vida actual y hacerlo más saludable la cual se
comparte este material de apoyo para considerar nuestra educación en la salud mental.
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SERVICIOS EDUCATIVOS INTEGRADOS AL ESTADO DE MEXICO
DEPARTAMENTO DE EDUCACION PRIMARIA
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÒN ESPECIAL
UNIDAD DE SERVISIOS DE APOYO No115
• También el estrés mantenido durante largos periodos de tiempo, está asociado a estilos de vida no saludables como el
sedentarismo o una mala alimentación.
Si conseguimos desarrollar nuestras fortalezas, incrementar el afecto positivo y tener un mayor crecimiento personal,
aprenderemos a controlar el estrés y por tanto a mejorar nuestra salud y bienestar.
Existen muchos libros de autoayuda que nos pueden ser muy útiles para comenzar a plantearnos pequeñas tareas que nos lleven e
alcanzar nuestros objetivos.
Te proponemos a continuación un programa de ejercicios que se pueden ir trabajando poco a poco. La manera más fácil de
comenzar es siguiendo estas pequeñas pautas, tranquilamente, no hay prisa:
1. Selecciona en primer lugar un lugar que me permita estar tranquilo.
2. Realiza un plan de trabajo diario y considera siempre reflexionar de lo que no te agrado en el transcurso del día.
Escríbelo y deséchalo
3. Transcurridos dos meses desde el comienzo de las tareas que te propusiste, vuelve a cuestionarte si tu
pensamiento es el mismo o ha cambiado
En todas las dietas se da una primera fase de euforia, con grandes expectativas que se traducen en autocontrol y un alto grado
de perfección. El hecho de tener que seguir de manera pautada una dieta hace que a continuación se produzcan situaciones de
estrés por el esfuerzo emocional que supone. Esto se traduce a continuación en cansancio emocional, apatía, agotamiento,
irritabilidad y pérdida de la motivación.
Estas emociones negativas dan lugar al abandono y este abandono a una sensación de culpabilidad y frustración que hace que
volvamos de nuevo a la fase de euforia inicial.
Uno de los casos que se pueden dar es que cuando comprobamos que no somos capaces de continuar, la ansiedad nos lleva a
perder el control y a comer de manera compulsiva. Esta fase, que puede durar días o incluso semanas, puede llegar a incluir
atracones que conducen al vómito y a una posterior pérdida de control. Esta, digamos “tormenta emocional” puede acabar en el
desarrollo de trastornos de la alimentación como bulimia nerviosa o anorexia nerviosa.
Otro caso muy normal es abandonar la dieta y retomarla después o probar a lo largo de nuestra vida diferentes regímenes sin
alcanzar nunca los objetivos deseados. Entonces, ¿por qué acabamos abandonando la dieta? ¿por qué volvemos a intentarlo
transcurrido un tiempo? ¿nos cansamos? ¿no tenemos auténtica fuerza de voluntad? ¿somos vagos e indisciplinados por
naturaleza?
Son muchas las respuestas a estas preguntas. Por ejemplo, se sabe que determinadas personalidades están muy asociadas con
diferentes trastornos de la alimentación: los individuos con una personalidad muy auto controlada, rígida e inflexible, que les
permite pasar días y días sin probar bocado o semanas a base de pequeñas cantidades de leche y galletas, suelen desarrollar
anorexia. Sin embargo, las mujeres que desarrollan bulimia o trastorno por atracón se caracterizan por una pérdida de control
continuado y por ser muy impulsivas frente a la resistencia de aquellas otras que desarrollan anorexia.
Ambas son en definitiva personalidades débiles, inseguras, sugestionables, fácilmente manipulables y dispuestas en algunos casos
a seguir de manera ciega y sumisa los dictados de la moda.
Como conclusión y sin centrarnos en estos trastornos de la personalidad que puede llevar a desórdenes alimentarios, la variable
más relacionada con el fracaso a la hora de mantener buenos hábitos es la falta de formación e información adecuada. Por ello,
un programa que tenga como fin que mantengamos un tipo de vida saludable no sólo debe incluir información relativa a las
propiedades de los alimentos o las necesidades nutricionales diarias sino también un apartado dedicado a las emociones y los
aspectos psicológicos asociados a las conductas que seguimos al comer.
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1. Reconoce cuando te sientas frustrado
El primer paso para lidiar con la frustración es reconocerla. Reconocer nuestros tropiezos o sentirnos desilusionados no nos
convierte en personas débiles. Tener inteligencia emocional implica, en primer lugar, aprender a reconocer nuestras emociones
así como qué las origina.
2. Confía en tu potencial
Si conoces tus capacidades, sabes explotar tus talentos y confías en lo que eres capaz de hacer, se necesitará mucho más que
una mala racha para tumbarte. Reconoce tus habilidades y cultívalas para llegar aún más lejos.
3. Conoce tus limitaciones
Así como debes reconocer tus cualidades, es importante que sepas hasta dónde puedes llegar. Esto no quiere decir que seas
mediocre o que no aspires a mejorar, simplemente, sabes cuáles son las herramientas con las que dispones para alcanzar tus
metas, y buscas la forma de sacarles el mejor provecho.
4. No tomes nada personal
Ya sea que alguien estalle contra ti o desencadene tu ira, es importante que tengas presente que, en los conflictos de una oficina,
nada es personal. Así que no lo tomes como tal.
5. Ajusta tu estrategia
Las personas destinadas a fracasar toman cada tropiezo como una señal de que no deben seguir adelante. Las que tienen
inteligencia emocional consideran que toda caída es una oportunidad de ver qué salió mal y reajustar su estrategia. Conservan lo
que les sirve, desechan lo que no, y consiguen así tener una estrategia de crecimiento cada vez más efectiva.
6. Medita
Si supieras que las personas más exitosas en el manejo de sus emociones y de sus negocios tienen el hábito de meditar
diariamente, te sorprenderías. Oprah Winfrey o Madonna son algunos ejemplos. Meditar no solo te permite serenarte, sino
también ingresar a un estado de autoconciencia que te ayuda a tener un mejor control de tus emociones. 9 estrategias
7. Trabajar tu actitud interna para tolerar las frustraciones es esencial para ganar en calidad de vida, bienestar y
proyección en cualquier campo.
8. La frustración se relaciona en gran medida con el tiempo que tardas en reaccionar frente a lo que no aconteció como tu
esperabas, con su dosis de estrés añadida.
9. Aquí, 9 herramientas prácticas:
10. Observa tu comportamiento interno cuando las cosas no salen como quieres o planificas.
11. Mejora permanentemente: descubre en los detalles si hubo algo que quizás dejaste pasar y que podría haber cambiado el
resultado.
12. Acepta que luchar “en contra” lo único que traerá es un resultado inverso a lo que anhelas.
13. Fortalece tus capacidades para hacer planes alternativos en aquello esencial para ti (los conocidos plan A, B, C, D).
14. Ejercita tu flexibilidad interna para que no te desmorones cuando las cosas te frustran.
15. Busca soluciones, en vez de ser un eficaz identificador de errores.
16. Cambia tu lenguaje y estimula al entorno en tomar decisiones asertivas.
17. Entiende que la frustración es pasajera, y que la mejor forma de salir adelante es mantenerte en acción.
18. Si tienes la posibilidad, educa a los niños para que aprendan a tolerar la frustración
19. Además, te ayudarán estos recursos: visualizar el resultado exitoso, planificar al detalle tus metas y alternativas si hay
que hacer desvíos, hablar sobre lo que sientes y comprender que es natural que te sientas frustrado. Lo importante es qué
actitud eliges para transformar el presente que te preocupa o desafía, en algo constructivo, y sacar de esto el máximo
aprendizaje posible.
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