Resumen Tema 1

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El LIBERALISMO es una doctrina político-económica surgida en el seno del

racionalismo ilustrado del siglo XVIII (Locke, Montesquieu, Rousseau) que busca la
eliminación del Antiguo Régimen, a la vez que pretende construir otra s en donde el
dinero y no la cuna, sea la base de la estratificación social.

Es un movimiento impulsado por la burguesía (junto a nobleza ilustrada) que pese a


adquirir un creciente poder económico, se veía privada del acceso al poder político
acaparado por los estamentos privilegiados de raíz feudal: Nobleza y clero.

Así desde un acusado individualismo el liberalismo defiende la libertad:

En lo político la Constitución se erige como la norma reguladora de la vida pública. Se


apuesta por la monarquía parlamentaria con sufragio universal masculino, división
de poderes y soberanía nacional. Se proclaman los derechos del individuo que
incluye la igualdad ante la ley.

En lo económico defiende la propiedad privada libre y se aspira a la libertad de


comercio. En lo social, se tiende a la separación de Iglesia y Estado.

El liberalismo no pudo ser implantado por la vía reformista defendida por el despotismo
ilustrado por lo que finalmente, la Revolución Francesa de 1789 inició una serie de
revoluciones liberales que el expansionismo napoleónico extendió a otros países.

En España, la crisis del Antiguo Régimen se inicia con la Guerra de Independencia y se


desarrollla durante el reinado e de Fernando VII. caracterizado por avances y retrocesos
en la instauración del sistema liberal.

La monarquía de Carlos IV estaba muy desprestigiada por la acaparación de poderes del


primer ministro, Manuel de Godoy. Ello llevó a la conspiración del Escorial, donde el
propio príncipe intentó su caída. Mientras, La alianza con Francia le había llevado a sufrir
graves derrotas contra los ingleses como la batalla de Trafalgar (1805).

En el tratado de Fontaineblau (1807) se autorizaba a las tropas napoleónicas a entrar en


España so pretexto de invadir Portugal, aliado inglés. Ello se tradujo en el Motín de
Aranjuez (marzo de 1808) que terminó en la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando
VII.

El 2 de mayo de 1808 se produce una insurrección popular antifrancesa en Madrid que


será duramente reprimida. Inmediatamente, en Bayona, Napoleón obligó a Fernando
VII a abdicar nombrado rey de España a su hermano José Bonaparte.

Sin embargo, el Emperador, no esperaba la férrea resistencia hispana de carácter


popular (sitio de Zaragoza) canalizada en una guerra de guerrillas, que dificultaba el
dominio efectivo del territorio. De hecho, a partir de 1812 se produce una contraofensiva
militar bajo el mando inglés del duque de Wellington (batallan de San Marcial).
Finalmente, las complicaciones en el frente ruso, llevaron a Napoleón a firmar el Tratado
de Valençay (diciembre de 1813) donde Fernando VII era repuesto en el trono.

Para muchos españoles José Bonaparte, era un rey foráneo carente de legitimidad.
Para llenar el “vacío de poder”, se organizaron Juntas Provinciales, y posteriormente una
Junta Central que convocó Cortes extraordinarias en Cádiz, ciudad que quedó al
margen del control napoleónico por su posición geoestratégica.
En las Cortes pronto aparecieron dos grandes facciones: los absolutistas y los
liberales, quienes tuvieron mayoría parlamentaria.

La obra legislativa de las Cortes desmonta el Antiguo Régimen a través de la


Constitución del 19 de marzo de 1812, (conocida como “la pepa” al proclamarse el día
de san José). En ella se establece la soberanía nacional, la división de poderes, el
sufragio universal masculino indirecto, la igualdad de los ciudadanos ante la ley, el
reconocimiento de derechos individuales (libertad, propiedad, educación). Otras medidas
liberales adoptadas fueron la libertad de prensa o la abolición de la inquisición.

Fernando VII regresó a España en 1814. Su condición de “rehen de Napoleón” le dotó


de gran popularidad, siendo aclamado como “El deseado”. Los diputados absolutistas a
través del Manifiesto de los Persas reforzaron sus convicciones reaccionarias y abolió
la Constitución de 1812. La formación de la Santa Alianza de las monarquías
absolutas europeas supuso un apoyo para Fernando VII, que persiguió a liberales. El
propio Goya terminaría muriendo en Burdeos.

Sin embargo, la crisis económica del país persistía y muchos añoraban volver a la vía
liberal. Así, el 1 de enero de 1820 triunfó el pronunciamiento de Rafael de Riego en
Cabezas de San Juan (Sevilla) que obligó al rey a jurar la Constitución de 1812. En la
etapa que comienza encontramos dos tendencias políticas: la moderada y la radical,
germen del partido progresista.

La corriente moderada defendía: la soberanía compartida con la corona con amplios


poderes, sufragio censitario muy restringido y limitación de libertades. Su base social era
la alta burguesía. Mientras, la corriente radical o progresista defendía la soberanía en
las Cortes, l, sufragio censitario más amplio, mayor defensa de las libertades Su base
social era la pequeña burguesía y las clases populares y se apoyaba en organizaciones
secretas como la masonería. De esta corriente surgió tiempo después la corriente liberal
demócrata que defendía el sufragio universal.

Sin embargo, el rey seguía renegando del liberalismo y conspiró para acabar con el trienio
liberal. En 1823 un ejército francés, denominado los Cien Mil Hijos de San Luis,
penetró en territorio y restauró el absolutismo.

Comenzaba la década ominiosa, periodo de pronunciamientos liberales fracasados


(fusilamiento de Torrijos). Pero, el gobierno del rey no satisfacía a los liberales pero
tampoco a los absolutistas, contrarios a la reforma de la Hacienda, que se agruparon en
torno a Carlos María Isidro, hermano del rey. El nacimiento de la hija del rey, y la
derogación de la Ley Sálica, que impedía el acceso de mujeres al trono, desencadenó
un conflicto sucesorio: la guerra entre isabelinos y carlistas.

Y al mismo tiempo se desarrollaba el proceso de independencia de las colonias


americanas, a las que el reformismo borbónico había privado de autonomía, y que
tomaron ejemplo tanto de la independencia de EE.UU. como de las ideas de la
revolución francesa. En este proceso destacó Simón Bolivar, “El libertador” y su
intento unificador panamericano. La Corona dilapidó ingentes recursos intentando frenar
la independencia, lo que todavía agravó más la crisis del país.
El reinado de Fernando VII, como hemos visto, fue un periodo de enorme inestabilidad
que marca el inició del fin del antiguo régimen. Sin embargo, la muerte del rey abrió
nuevos frentes, como las guerras sucesorias que marcarán el resto del siglo XIX.

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