Comercio 1 - Merged

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Introducción al comercio internacional

Introducción
Uno de los primeros aspectos a reconocer en relación con la comercialización internacional de
bienes y servicios es diferenciar cuando hablamos de comercio exterior y cuando de comercio
internacional, por lo que durante la primera parte de la lectura se trabajará en esta distinción.
Luego daremos paso al análisis de las distintas escuelas de pensamiento económico en términos
de la evolución del comercio internacional, lo que permitirá diferenciar aquellas políticas
comerciales proteccionistas, como el mercantilismo, de aquellas enfocadas en el librecambismo,
como las desarrolladas por los diferentes economistas clásicos, donde se destacan los trabajos
de Adam Smith y David Ricardo, entre otros.

1. Introducción al comercio internacional


Caso de estudio
Un aspecto interesante para dar introducción al primer tema de la materia es la lectura de la
siguiente publicación, donde se analiza la situación particular de China en relación con el
comercio exterior e internacional.
Cada vez es más común en el mundo la marca ‘made in China’, y es que esta nación del
sudeste asiático, que contiene una sexta parte de la población mundial, ha experimentado,
durante los últimos años, un acelerado crecimiento económico y una “revolución” industrial
interna realmente sorprendente.

China ha logrado todo esto gracias a las políticas implantadas por su gobierno, que atraen
mayor inversión reduciendo los impuestos sobre los capitales extranjeros, devaluando su
moneda debido a su masiva emisión, ofreciendo mano de obra barata y sobre todo
estableciendo un nuevo mercantilismo, impulsando sus exportaciones y restringiendo
ciertas importaciones, en busca de hacerse más competitiva.

China ha mantenido una balanza comercial positiva, no solo por desarrollar a la par todos
los sectores de su economía, sino además por convertirse en un país netamente
exportador. Los productos chinos han llegado a todos los rincones de la tierra y la razón
por la que son tan demandados se vincula, por lo general, con sus bajos precios (no
puede decirse lo mismo sobre su calidad).
La razón porque los precios de los productos chinos son tan competitivos en el exterior
está condicionada por los bajos costos de producción y la implantación de ciertas políticas
monetarias por parte del gobierno chino.

[Evolución del comercio internacional]

Balanza comercial

. . . China ha mantenido una balanza comercial positiva no solo por atraer inversiones
extranjeras y poseer mano de obra barata, sino también, por ser un país que cuenta con
enormes recursos naturales. En la actualidad, es el primer productor de carbón, plomo y
hierro, de cereales, arroz y trigo, y de carne de cerdo, cordero, aves, huevos y pescado.

El hecho de poseer gran variedad de recursos hace que su economía sea homogénea y
diversificada. Según varias estimaciones del Banco Mundial, China, para el año 2050,
producirá el 40% del total de la producción mundial. Su gran crecimiento industrial, en
especial en el sector manufacturero, le ha permitido consolidarse como el primer
fabricante de autos, desplazando en su orden a Japón y a EEUU. Pero su gran
productividad no para ahí, China también produce el 30% de los televisores y el 10% de
las computadoras a nivel mundial.

China, [en 2010] desplazó a Alemania como primer país exportador del mundo, con un
valor cercano a los $700.000 millones de dólares. Es de resaltar que su reciente entrada a
la Organización Mundial de Comercio (OMC) le favoreció mucho, para impulsar sus ventas
en el exterior y consolidarse como el principal proveedor del mundo.

Un punto importante, y que es vital analizar es más allá de la dependencia de la economía


china a sus exportaciones, es la dependencia que se está generando en los países del
mundo por los productos chinos, este ejemplo particular se ha evidenciado en el déficit
constante que presentan las naciones que comercian con china y el declive general en la
productividad de empresas a nivel mundial que sucumben ante la competencia y bajos
precios de empresas chinas.

La tendencia a depender de los productos chinos no solo es negativa sino perjudicial para
la economía de los demás países, y pongo como ejemplo el comercio entre EE.UU. y
China que presenta un enorme déficit fiscal, el gobierno americano, en función de
defender sus intereses, establece altos aranceles, restricciones, estrictos controles
sanitarios y una campaña de desprestigio de los productos chinos que entran en EE.UU.

Es de notar que China al igual que las demás potencias del mundo ha tenido un ascenso
vertiginoso gracias a la constante intervención del Estado en todos los aspectos de la
economía y es por esta razón que ha sido tan criticada por las demás naciones.
Los países desarrollados siempre han vendido a los países del tercer mundo un modelo
neoliberal sin intervencionismos estatales y de libre comercio, pero estos países lo único
que hacen es establecer medidas proteccionistas aun en contra de lo que profesan y es el
caso de los subsidios que otorga el gobierno americano a sus productos agrícolas, o la
manipulación del tipo de cambio por parte de China, o las restricciones hechas por Japón
a ciertas importaciones, estos son solo algunos ejemplos de deliberado y descarado
proteccionismo tan criticado por los países desarrollados . . .

Mano de obra barata

Otro de los atractivos que tiene China para los capitales extranjeros es su mano de obra.
China cuenta en la actualidad con una fuerza productiva compuesta por cerca de 750
millones de personas con ingresos de 3 o 4 dólares por día y un salario total de 90 dólares
al mes . . . al ser los salarios tan bajos, los costos de producción son mínimos y los precios
no tienen oscilaciones muy grandes y se hacen más competitivos.

Gran parte de la población china se ha desplazado de tierras agrícolas a las grandes


ciudades para desempeñarse en la industria, buscar mejores condiciones de vida y
estabilidad económica. Estos grandes movimientos demográficos han abonado el elevado
crecimiento de la industria y la productividad, pero en igual proporción han elevado los
índices de superpoblación en especial en los centros económicos de la nación.

Una cantidad tan alta de trabajadores ha posibilitado la producción en masa y una división
técnica del trabajo, lo que se traduce en mayor eficiencia y menores precios. . .
El problema de la distribución de la riqueza en China es un problema de gran magnitud,
como consecuencia de esto la entrada de excedentes solo serán acumulados por ciertos
sectores y clases sociales chinas, producirá mayor desigualdad en la población y menor
acceso de la población pobre a ciertos beneficios como vivienda, salud y educación.

Un gran problema ya que la gran bonanza económica solo beneficiará a unos pocos o
serán remitidas al exterior. Una pérdida total del antiguo ideal comunista profesado por
Mao Tse Tung. . .

En síntesis, son muchos los factores que mantienen una balanza comercial positiva y, en
el caso de China, su aumento en la productividad, la devaluación de su moneda, la mano
de obra barata, la inversión y el crédito, y todos estos sumados en su influencia sobre los
precios de sus productos han condicionado su alta competitividad y su magnífico
crecimiento. (Fjbernall, 2010, https://bit.ly/3SaS1Q5)

Concepto de comercio exterior y comercio internacional. Diferencias


Usualmente no se reconoce la diferencia entre comercio exterior y comercio internacional dado
que, a simple vista, parecen sinónimos, pero no lo son, ya que su raíz etimológica aporta una
serie de diferencias entre los conceptos exterior e internacional. Es así como el concepto de
comercio exterior se encuentra determinado en función, básicamente, del lugar o lugares en los
cuales se realiza la operación comercial. En ese sentido, “se describe la actividad de intercambio
comercial de un país con otros o la actividad de una empresa situada en un país determinado con
el exterior” (Arese, 2015, p. 10). Por su parte, si bien el concepto de comercio internacional parte
del mismo concepto puede ser definido de manera sucinta como “el intercambio de mercadería
entre los que viven en naciones distintas” (Corominas, 1998, p. 410).

Al analizar, de manera pormenorizada, ambos conceptos, es posible afirmar que el comercio


exterior describe la conformación del sector externo de un país mediante el cual se busca regular
el comercio de bienes y servicios. Como puede notarse, al tratarse de transacciones de carácter
físico entre los residentes, que generalmente son realizadas por firmas, de dos o más países, sus
movimientos quedarán registrados en la balanza comercial de cada economía involucrada en ese
comercio.
[De esta manera, podemos definir al comercio exterior como] el campo de estudio jurídico
– económico que se ocupa por un lado del análisis y estudio del intercambio comercial de
un país con el exterior, profundizando para ello el análisis y estudio del sujeto principal de
dicho intercambio, es decir, la actividad de una empresa en relación con otra ubicada en el
exterior. (Arese, 2018).
Por otro lado, si bien ambos conceptos tienen la misma raíz de nacimiento, el comercio
internacional hace referencia al intercambio de mercaderías entre dos empresas o personas que
viven en naciones diferentes. Abarca la descripción del flujo de relaciones comerciales
internacionales sin referirse a un país específico. Este último se trata, entonces, del “conjunto de
movimientos comerciales y financieros, que se realicen entre naciones, es, pues, un fenómeno
universal en el que participan las diversas comunidades humanas” (Osorio Arcila, 1995, p. 48).

Como puede notarse, existe una diferencia entre el comercio exterior y el internacional con
consideración de que, cuando hablamos de comercio exterior, nos referimos a los diferentes
aspectos económicos involucrados en una operación comercial, mientras que el comercio
internacional se refiere a “los aspectos internacionales de un Estado en particular” (Arese, 2015,
p. 4). Podemos observar estas distinciones planteadas en la figura 1.

Figura 1: Distinción entre comercio internacional y comercio exterior


Fuente: Arese, 2018.

A pesar de estas distinciones, en muchas ocasiones estas diferencias en la definición de ambos


conceptos quedaron, en parte, relativizadas, por lo que los conceptos de comercio exterior y de
comercio internacional son utilizados indistintamente, ya que son tomados “como voces que
describen las actividades de transacciones de mercaderías y servicios entre empresas, Estados o
particulares, desde o hacia países distintos” (Arese, 2015, p. 5).

De esta manera, al analizar nuestro caso planteado en torno a China, cuando nos referimos al
concepto de comercio internacional, hacemos referencia a los movimientos comerciales que se
realizan entre China y Europa, por ejemplo, o bien entre China y Argentina. Por su parte, cuando
hablamos de comercio exterior hacemos referencia a la actividad comercial de una empresa
china con una empresa de Argentina.

Para resumir lo analizado ut supra veamos en la siguiente herramienta interactiva la distinción


entre comercio internacional y comercio exterior.

☰ Comercio exterior

Campo de estudio jurídico – económico que se ocupa por un lado del análisis y estudio del
intercambio comercial de un país con el exterior, profundizando para ello el análisis y estudio del
sujeto principal de dicho intercambio, es decir, la actividad de una empresa en relación con otra
ubicada en el exterior. (Arese, 2015, p. 553)

☰ Comercio internacional

“Descripción de movimientos comerciales que realizan dos o más naciones o grupos de países”
(Arese, 2015, p. 4).
Teorías del comercio internacional. Escuelas
A través de la historia (desde los inicios del mercantilismo hasta el neoproteccionismo) se han
experimentado un gran número de escuelas que tratan de explicar el intercambio de bienes y de
servicios, desde teorías clásicas y neoclásicas que fomentaban la libre circulación de las
mercancías basadas en ventajas absolutas, comparativas recíprocas (de Adam Smith, David
Ricardo y Stuart Mill) etc., hasta aquellas que indagaban a favor de la protección del mercado
interno fomentando una balanza superavitaria en los tiempos del mercantilismo e, incluso, hasta
hoy. Veamos la clasificación de las principales teorías librecambistas en la figura 2.

Figura 2: Teorías a favor del libre comercio

Fuente: elaboración propia con base en Schwartz, 2001.

Con respecto a las teorías proteccionistas, la figura 3 nos muestra las principales.

Figura 3: Teorías a favor del proteccionismo

Fuente: elaboración propia con base en Schwartz, 2001.

Así, se puede debatir el modo en que los países llegan a tener comercio. En el caso de las
políticas aplicadas por China, observamos cómo se relacionan y cómo se abren al comercio
mundial. Estos temas motivaron numerosos debates y construcciones teóricas.
Dichas teorías “se han construido desde los extremos del proteccionismo absoluto . . . hasta el
libre comercio” (Arese, 2018). El primero, también plasmado en el caso práctico, se centra en la
idea de la protección a la industria, la seguridad nacional y el aumento de la exportación. Mientras
que el segundo se centra en la especialización como argumento económico para la organización
internacional.

Ahora, el interrogante que nos arrojan estas teorías es: ¿por qué ocurre el comercio entre
países? A continuación, veremos una breve evolución del comercio exterior para luego abordar la
explicación económica que las escuelas tienen para la internacionalización del Estado.

Breve evolución histórica del comercio exterior


Hacia el siglo XV . . . Europa . . . era un conjunto desorganizado de ciudades Estados, con
poderíos feudales, sin reinados fuertes y con total predominio de la autarquía de tales
grupos. . .

El proceso que llevó a Europa a colocarse como cabeza del mundo desarrollado en los
siglos posteriores [tuvo un origen económico y político], en donde el comercio exterior
cumple un rol esencial, mediante el surgimiento de [un rol de alta gravitación en la vida de
los pueblos]: el comerciante y la acumulación de poder y riqueza . . . en particular en el
proceso de la incorporación del nuevo mundo [(América), con la ayuda de los gobiernos
de turno]. (Arese, 2018)
En toda Europa el sistema se basaba en los principios mercantilistas, para lo cual era vital crear
una estructura que permitiera el ingreso de metales preciosos por medio de la exportación. De allí
el rol fundamental de la industria incipiente de la época, es decir, la artesanal.

Después de 1850, la incorporación tecnológica del vapor en el transporte terrestre y marítimo bajó
los costos de transporte y fomentó cambios estructurales. Resulta importante destacar que el año
1829 marcó un hito fundamental al producirse la aparición de la máquina a vapor.

Es así como, en el período comprendido en los 25 años posteriores a 1850, se produjo una
expansión del comercio y la incorporación de los productos industriales se completó, en alcance
temporal, con algunos mecanismos que moldearon la sociedad de esa época. En este orden,
algunos mecanismos se establecieron y permitieron el desarrollo de las actividades del comercio
internacional de una forma más fluida y organizada. Dentro de esos mecanismos mencionamos
los siguientes, a saber.

“Una unidad internacional de moneda: el patrón oro.


Una organización política más o menos común a todas las unidades políticas: [el
liberalismo]” (Arese, 2018).

El llamado patrón oro fue la base del sistema monetario internacional durante todo el siglo XIX; no
obstante, “el mismo que durante tanto tiempo fue el baluarte principal de la fe en la moneda se
convirtió luego, lentamente, en una de las causas del abismo entre las naciones” (Arese, 2018).
El nuevo siglo nació con el abandono del patrón oro por parte de Gran Bretaña, por ejemplo. Las
consecuencias que esto provocó en la sociedad, en la política y, por supuesto, en la economía,
fueron vitales. Luego Estados Unidos abandonó el patrón oro en 1933, lo que implicó la caída del
último vestigio de la tradición económica mundial del siglo XIX.

Ya mencionamos el patrón oro y el liberalismo. Podemos agregar los siguientes aspectos, a


saber.

“El mercado autorregulador [es el que asigna las] capacidades y ventajas en la organización
interna.
El desarrollo de un sistema de equilibrio de poderes, fundado esencialmente en la política
exterior alemana del canciller Bismarck” (Arese, 2018).

“El proceso de incorporación de la tecnología y la energía en los procesos de producción trajo


consigo innumerables consecuencias. La principal fue el reemplazo del artesano por el industrial”
(Arese, 2018). Esto originó nuevas teorías económicas, aún hoy en debate, que revisaremos más
adelante. De este modo, por ejemplo, la producción individual se diluyó, desapareció
gradualmente y se transformó en formas mecanizadas, con fundamentos en la división del
trabajo, referida hacia 1776 por Adam Smith. La primera Revolución Industrial implicó el cambio
más significativo de la historia política, social y económica, ya que de allí se conformaron los
grupos de obreros articulados por sindicatos que tenían su respaldo político en los partidos.

Resumimos en la siguiente herramienta interactiva la distinción entre las dos principales


corrientes en términos del pensamiento sobre el comercio exterior.

☰ Librecambio

“Se entiende por librecambismo la plena libertad de comercio interior e internacional. Según esta
doctrina, los impuestos cargados sobre las mercancías extranjeras deben ser los mismos que los
impuestos indirectos que soportan las mercancías en el comercio interior” (Schwartz, 2001, p.
55).

☰ Proteccionismo

“Doctrina que defiende una política económica de impedimentos a la importación de bienes y


servicios para proteger la producción nacional contra la competencia extranjera. Los
instrumentos utilizados pueden ser aranceles, contingentes o tipos de cambios múltiples”
(Schwartz, 2001, p. 56).

Además de la teoría liberal, hubo una segunda, instituida por la Escuela Histórica Germana de
fines del siglo XIX, dentro de la cual se destacó Alexander Hamilton (1755-1804) que publicó su
famoso informe sobre las manufacturas. En esta obra rebate el argumento de la división del
trabajo de Smith, al sostener que un aumento de la productividad podría obtenerse al generar que
las fábricas locales aumenten de tamaño, siempre que se les reserve el mercado nacional y que
ese mercado no se abra al mundo (Schwartz, 2001).

En realidad, este pensamiento se desarrolla en Alemania debido a la agresión que sufrían por
parte de los productos británicos. Como muchos otros proteccionistas del siglo XIX, Hamilton era
un gran defensor de la industrialización, porque esta aumentaba la aplicación de maquinaria a los
procesos productivos, facilitaba la utilización de mano de obra mal adaptada a la agricultura,
atraía inmigrantes y permitía desarrollar talentos empresariales (Schwartz, 2001).

En síntesis, él sostenía que el desmantelamiento unilateral de la protección era cosa de ingenuos


y defendía siempre el principio de reciprocidad en las relaciones comerciales con otras naciones,
sobre todo, exigía que se responda a las políticas proteccionistas de otros países con aranceles,
con subsidios a las industrias locales y que se cree un mercado único interior.

“Discípulo de Hamilton fue el alemán Friedrich List (1789-1846) . . . [quien sostuvo que] la
evolución natural de los países y del mundo en general no debía [seguir los lineamientos
señalados por] Smith” (Schwartz, 2001, p. 32). Por el contrario, afirmaba que las economías se
desarrollaban en estadios y cada uno de ellos obedecía a leyes económicas diferentes. El estadio
inicial era el agrícola, que List consideraba como sinónimo de pobreza y que, para alcanzar el
estadio de industrialización, caracterizado por la riqueza material y la evolución cultural, era
necesario un tratamiento distinto para cada una de las naciones.
Si bien List fue un autor muy influyente, sería inocente creer que el Estado nacional alemán se
construyó solo gracias al mercado único interior. El impulsor principal fue la guerra y, como
resultado de ella, los diversos Estados alemanes se abrieron mutuamente al comercio y, luego, se
extendieron paulatinamente hacia los países derrotados: Austria y Francia (lo que originó un
congreso aduanero y, luego, la llamada Cámara aduanera-política).

Los proteccionistas al estilo de Hamilton y List no ganaron la batalla inmediatamente. Tras un


período de creciente proteccionismo inducido por la crisis de 1929, los tratados de Bretton Woods
de 1944 señalaron un renacimiento de la liberalización comercial.

“Los propios Estados Unidos fueron proteccionistas desde los inicios de su carrera industrial
hasta Bretton Woods . . . e, incluso, llegaron a declarar la guerra civil para imponer el
proteccionismo a los Estados confederados del Sur” (Schwartz, 2001, p. 34). Es importante
recordar que los Estados del Norte enviaban sus manufacturas a los Estados más pobres del sur.
El Sistema Bretton Woods tenía como objetivo impulsar el crecimiento económico mundial,
el intercambio comercial entre las naciones y la estabilidad económica tanto dentro de los
países como a nivel internacional. Los Estatutos de Convenio planteaban entre los países
afiliados al FMI los siguientes requerimientos:

1. Promover la cooperación monetaria internacional.


2. Facilitar el crecimiento del comercio.
3. Promover la estabilidad de los tipos de cambio.
4. Establecer un sistema multilateral de pagos.
5. Crear una base de reserva. (Kozikowski, 2013, pp. 30-31)

Es importante destacar que el Sistema de Bretton Woods basaba su funcionamiento en tres


instituciones.

☰ Fondo Monetario Internacional

“Debía garantizar el cumplimiento de las normas pactadas en lo referente al comercio y las


finanzas internacionales y establecer facilidades de crédito para los países con dificultades
temporales de balanza de pagos” (Kozikowski, 2013, p. 31).

☰ Banco Mundial

“Se creó para financiar el desarrollo a largo plazo” (Kozikowski, 2013, p. 31).
☰ Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT)

“Tenía como meta la liberalización del comercio mundial” (Kozikowski, 2013, p. 31).

El sistema establecido en Bretton Woods es conocido como el patrón oro de cambio. “Según este
régimen, cada país fija el valor de su moneda en términos del oro (o dólares) y mantiene su tipo
de cambio dentro de un rango de variación de 1% de su paridad en oro” (Kozikowski, 2013, p.
31).
[Es importante remarcar que durante sus primeros 25 años de vida el sistema establecido
en Bretton Woods fue totalmente exitoso]. Las principales monedas europeas se volvieron
convertibles en 1961. . . Hasta 1971, los aranceles nominales sobre los bienes
manufacturados bajaron a 7% y los efectivos a 12%, lo que fomentó el crecimiento del
comercio internacional. [Sin embargo, es importante tener en cuenta que esa liberalización
del comercio internacional no fue seguida inmediatamente por una liberalización en el
mismo sentido de los flujos de capital]. Se permitió establecer ciertas restricciones a la
transacción en la cuenta de capital . . . para evitar movimientos desestabilizadores del
dinero caliente. (Kozikowski, 2013, p. 31)
Otro aspecto a considerar es que, si bien fue importante ese éxito inicial, este sistema aun poseía
algunas complicaciones en su diseño que complicaban su funcionamiento a futuro, ya que no
todo funcionaba como fue planificado. “En materia de ajuste de los tipos de cambio, por ejemplo,
los países industrializados en desequilibrio fundamental se oponían a modificar el valor de sus
monedas. En cambio, los países en vías de desarrollo devaluaban con demasiada frecuencia”
(Kozikowski, 2013, p. 31).

Por este motivo, para solucionar estos inconvenientes que se presentaban de manera constante,
el Fondo Monetario Internacional (FMI) tuvo que realizar una serie de cambios a su forma de
funcionar. Las más importantes “se referían a una ampliación de la capacidad de préstamos por
parte del FMI, mayor flexibilidad en la modificación de los tipos de cambio y la creación de las
reservas mundiales” (Kozikowski, 2013, p. 31).

Por último, es importante mencionar que para solucionar la escasez de oro que existía, hacia el
año 1970 se decidió crear los denominados Derechos Especiales de Giro (DEG) para poseer una
unidad alternativa de reserva. El valor de un DEG es el promedio ponderado de las cinco
monedas más importantes: el marco alemán, el franco francés, el yen japonés, la libra esterlina y
el dólar estadounidense.

Los mercantilistas (siglo XVII)


“El período correspondiente al primer capitalismo suele ser llamado mercantilismo y abarca,
aproximadamente, desde la caída del sistema feudal hasta la primera Revolución Industrial”
(Arese, 2018), un período que abarca aproximadamente desde el siglo XV al XVIII. Podríamos
decir que China aplica esta teoría y modelo económico en la actualidad.

El aspecto que distingue al pensamiento mercantilista es el énfasis puesto en el intercambio


como fuente de riqueza y ganancia. Se puede destacar que el objeto básico de esta teoría
responde a los propios intereses mercantes: construir un Estado económicamente rico y
políticamente poderoso. Los mercantilistas eran también conocidos como arbitristas, quienes son
aquellos individuos que escribían memoriales al Rey de su país, donde se destacaba la
importancia de prohibir la exportación de metales preciosos, oro y plata, con el objetivo de
sostener e incrementar el Tesoro de su país para afrontar las diferentes guerras de las que eran
parte. Por este motivo, para los mercantilistas su riqueza era el oro y la plata que poseían.

Esta visión contiene la definición de una política comercial restrictiva con respecto a las
importaciones, al cerrar la posibilidad a la salida de oro mediante la aplicación de barreras
proteccionistas.

“Fue Adam Smith . . . el que denominó esta doctrina intervencionista con el apelativo de ‘sistema
mercantil’, o ‘mercantilismo’, apelativo que ha perdurado” (Schwartz, 2001, p. 10). Los
mercantilistas también le solicitaban al Rey que “protegiera con prohibiciones y aranceles las
producciones locales frente a la competencia de manufacturas extranjeras” (Schwartz, 2001, p.
10). Como apostilla es importante mencionar que, dentro del pensamiento mercantilista, a través
de Luis de Ortiz, se origina el concepto de balanza de pagos, es decir, “de una cuenta de gastos
por importaciones e ingresos por exportaciones de Castilla” (Schwartz, 2001, p. 10).

Por su parte, una característica del mercantilismo es que fue una teoría muy amplia por lo que su
desarrollo en las principales economías de Europa (España, Inglaterra, Francia, Portugal) fue
diferente. Por este motivo, el pensamiento mercantilista puede ser sintetizado mediante lo
expresado por Sancho de Moncada en su libro denominado “Ocho discursos sobre Restauración
política de España” (1619) quien destacó cuatro características compartidas del pensamiento
mercantilista que, según Schwartz (2001) son las siguientes, a saber.
Primeramente, consideraba Moncada que debía impedirse la exportación de materias
primas y otros bienes sin elaborar a cambio de productos elaborados, pues consideraba
que era necesario transformar la lana y los metales en Castilla para exportarlos con mayor
valor añadido. En segundo lugar, sostenía que podían sustituirse los bienes importados de
fuera por productos locales, que saldrían más baratos si se atraían artesanos y se
establecían fábricas. En tercer lugar, daba mucha importancia a que Castilla conservara
una porción lo más amplia posible de los metales preciosos que labraba en las minas
americanas, para lo que pidió, no sólo que se prohibiera la exportación de moneda sino
también que se revaluara de la plata, es decir, se devaluara la moneda de cuenta
castellana. En cuarto lugar, pidió la sustitución de impuestos interiores, como el indirecto
de la alcabala, por impuestos sobre las exportaciones e importaciones, que cobrándose en
las fronteras del Reino llevarían a la desaparición de las aduanas interiores. Estas cuatro
notas del mercantilismo, la defensa del trabajo nacional, la industrialización forzada, el
ansia de metales preciosos, y la comodidad de los ingresos fiscales obtenidos del
comercio exterior, han sido rasgos constantes del pensamiento proteccionista y objeto
permanente de las refutaciones de quienes defienden la idéntica naturaleza del comercio
interior y exterior. (Schwartz, 2001, pp. 10–11)
En Francia la situación del mercantilismo fue muy parecida a la de España, ya que el gobierno
realizaba una intervención en el desarrollo de determinadas fábricas, tales como cristales,
tapices, porcelana, armas, entre otras, y, a su vez, buscaba proteger a estas fábricas de la
competencia internacional, especialmente de las Provincias Unidas y de Inglaterra. Esa idea que
el crecimiento de una nación puede obtenerse mediante la intervención estatal, “no solo en las
actividades fabriles de la nación, sino también en el comercio exterior tuvo, pues, un destacado
campeón en Colbert, modelo de muchos servidores públicos en Francia, donde llegó a crear una
tradición que aún alienta” (Schwartz, 2001, p. 11).

Sin embargo, en Inglaterra la situación fue un tanto diferente a la vivida por el mercantilismo en
Francia y España, ya que en ese país la Corona se enfrentó con el Parlamento en lo que respecta
a la autorización para crear monopolios que implicaban la comercialización exclusiva de bienes
en determinadas economías. Este enfrentamiento por el control de los monopolios generó una
ardua lucha de poder económico entre el Rey y la Cámara Baja, a esta situación “se añadía que
el common law o derecho común continuó considerando la libertad comercial como el sistema
natural, lo que permitió un mayor grado de libertad empresarial que en Francia” (Schwartz, 2001,
p. 11).

Esta lucha por tener el control de ciertos monopolios entre la Corona y el Parlamento chocó con
el common law que pregonaba el libre comercio, situación que dio paso a los denominados
‘nuevos mercantilistas’ que limitaron el acopio de metales preciosos a obtener un saldo positivo
en la balanza de pagos o bien un superávit comercial.
El más famoso de esos nuevos mercantilistas es Thomas Mun (1571–1641) . . . Era Mun
empleado de la India House, la compañía mercantil que había colonizado la India al
amparo de una Carta de privilegio exclusivo concedida por la Corona. Los críticos de esta
compañía la atacaban porque exportaba moneda de plata de Inglaterra para adquirir
bienes en Oriente y revenderlos en Europa, agitando el fantasma de que así podía dejar a
Inglaterra sin tesoro. Mun hizo notar que, en vez de la prohibición total de sacar plata del
Reino, convenía a Inglaterra que la East India Company obtuviese con sus exportaciones
metálicas un saldo positivo en su balanza comercial, pues eso resultaba a la postre en una
entrada neta de metales preciosos en el país. Esta reflexión trasladó la discusión sobre el
comercio exterior a un nuevo terreno. Después de Mun, el pensamiento mercantilista, en
vez de preocuparse por la acumulación de metales preciosos, como si éstos fueran la
encarnación de la riqueza, pasó a subrayar la importancia crucial de un saldo positivo de
exportaciones. (Schwartz, 2001, p. 12)

El mercantilismo se basa en tres características o ideas fundamentales:

1. La acumulación de riqueza (principalmente metales preciosos) es esencial para el


desarrollo económico de un país. A mayor acumulación de riqueza, mayor
prosperidad y poder político.
2. El Estado tiene el rol de utilizar e imponer todos los mecanismos que sean
necesarios para lograr el objetivo de acumulación de riqueza (controles,
restricciones, subsidios, etc.) Su intervención tendrá un carácter proteccionista,
incentivando la producción local al mismo tiempo que la protege de la competencia
de productores extranjeros.
3. El comercio a nivel global es inalterable. Para que el comercio ayude a la
acumulación de riqueza se deben controlar los flujos de entrada y salida de modo de
mantener una balanza de pagos positiva (exportaciones superan a las
importaciones). (Roldán, 2017, https://bit.ly/3cImYv4)

Como se puede observar en nuestro caso práctico, China fue presentada frecuentemente como
mercantilista por haber desarrollado una industria que favorece las exportaciones y limita las
importaciones.

El mercantilismo es una de las corrientes proteccionistas más aplicadas aun hoy, donde muchos
países, al buscar proteger su mercado interno, aplican aranceles a la importación de
determinados productos en la búsqueda de desarrollar la industria interna, o bien, en aras de
reducir la competencia internacional de productos importados.
Actualmente, es de público conocimiento que China, tal como explicamos, enfatiza en la
producción nacional de sus productos y en la exportación de los mismos, lo que evita las
importaciones. En el año 2009, China presentó un superávit comercial estimado en U$S 368.200
millones producto de la enorme diferencia entre sus importaciones y exportaciones.

Resumamos dos de los principales conceptos analizados.

☰ Arbitrista

‘Persona que inventa planes o proyectos disparatados o empíricos para aliviar la Hacienda
Pública o remediar males políticos’, se lee en el Diccionario de la Real Academia Española.
Mediado el s. XVI se llamaban ‘arbitristas’ quienes proponían al rey formas de allegar dinero que
dependían de su arbitrio, es decir, que no necesitaban que las Cortes las aprobaran. En el s.
XVII el significado se fue extendiendo a quienes proponían toda clase de soluciones
voluntaristas para toda clase de problemas económicos o sociales. (Schwartz, 2001, p. 52)

☰ Mercantilismo

La expresión ‘sistema mercantil’ fue acuñada por Adam Smith para designar a quienes
pretendían que el Estado debía intervenir en el comercio extranjero. El mercantilismo desde sus
principios se caracterizó por cuatro notas: el ansia de metales preciosos, la defensa del trabajo
nacional, la industrialización forzada, y la potenciación de los ingresos fiscales obtenidos del
comercio exterior. En algunos casos, la atención de los neomercantilismo se centró en la
necesidad de obtener un saldo positivo en la balanza de pagos. (Schwartz, 2001, p. 55)

Adam Smith y la economía de mercado


Los denominados economistas clásicos y sus modelos tuvieron su apogeo entre los años 1750 y
1870. Los principios en común que tenían los distintos pensadores clásicos fueron que, en todo lo
relativo al comercio internacional, dejaban de lado los fenómenos monetarios (precios/salarios)
para prestar especial atención a las producciones tangibles, costos reales y demandas efectivas.
Para ellos, “los fenómenos monetarios, los precios y salarios expresados en dinero, la
acumulación de medios de pago, les parecían fenómenos superficiales que podían confundir
sobre las verdaderas fuerzas que movían la economía” (Schwartz, 2001, p. 14). En ese sentido,
cualquier medida que tienda a realizar modificaciones en las variables monetarias era
considerada como contraproducente, por lo que no cumpliría con el objetivo de política
económica propuesto por el policy maker.

Esta resumida síntesis de hechos económicos nos permite definir claramente la llamada visión
clásica del comercio, en función de tres jalones de su evolución, a saber.

1. El mecanismo automático patrón oro y el librecambismo.


2. La división del trabajo y el crecimiento económico.
3. Los costos comparativos y la ventaja relativa.

Podemos resumir el pensamiento clásico de la siguiente manera.

☰ Economistas clásicos

Suelen llamarse clásicos a los economistas británicos y sus discípulos europeos del período que
va de la publicación de los Ensayos de Hume en 1752 o de la Riqueza de las naciones de Smith
en 1776 hasta la muerte de John Stuart Mill en 1873. Se caracterizan por creer que los
individuos atienden a las variables reales de la economía y no las monetarias; por tener
confianza en la tendencia espontánea de las economías capitalistas hacia el equilibrio con pleno
empleo; por defender el laissez faire y el librecambio; por ahondar en la teoría de la población; y
por buscar una explicación de la evolución de las economías a largo plazo. (Schwartz, 2001, p.
54)

2. El mecanismo automático patrón oro y el


librecambismo
David Hume (1711-1776) deja testimonio en su famoso ensayo publicado en 1752 denominado
‘Ensayos morales, políticos y literarios’. En el primer ensayo de esta colección llamado ‘Del
comercio’ menciona la conveniencia de tratar al comercio interior y exterior como fenómenos
idénticos, y considera que ambos son base de la riqueza y el poder de las naciones.

Su análisis era muy simple: importar materias primas, agregarle valor mediante manufactura local
y, solamente, exportar los bienes que no se consumirían dentro del país. Sin embargo, se
considera que el aporte “más notable de Hume a la teoría del comercio internacional es su
análisis del mecanismo de pagos en un sistema de patrón oro” (Schwartz, 2001, p. 15). Bajo un
sistema de este tipo, los países determinaban el “valor de su unidad monetaria en términos de
oro. Los gobiernos garantizaban la convertibilidad de los billetes en metal. Los tipos de cambio
entre diferentes monedas reflejaban simplemente la proporción entre las cantidades de oro
correspondientes a cada unidad monetaria” (Kozikowski, 2013, p. 26).

Hume a través de su modelo establecía que la balanza de pagos no debía ser objeto de
preocupación ni de correcciones por parte de los gobiernos, pues todo posible déficit exterior
tendería a corregirse espontáneamente si la circulación de capitales es libre y sin trabas. Es
importante mencionar que durante el período de tiempo en que estuvo vigente el “patrón oro
clásico, los flujos internacionales de bienes y capitales eran relativamente libres. Londres
constituía el centro financiero mundial. Se consideraba el oro como el monarca anónimo, y la libra
esterlina, como el poder detrás del trono” (Kozikowski, 2013, p. 26).

Para explicar esto, David Hume sostenía la siguiente situación: si 4/5 partes del dinero de
Inglaterra desaparecen una noche, su efecto en la economía será inmediato, ya que, ante la
menor disponibilidad de moneda, bajará el costo de mano de obra y, por lo tanto, disminuirá el
precio de los bienes internos. Los demás países no podrán competir contra esos precios, lo que
permitirá su venta en el exterior y, consecuentemente, reingresará el dinero perdido.
Bajo el patrón oro la cantidad de dinero que circulaba en cada país (la oferta monetaria)
estaba limitada por la cantidad de oro en manos de la autoridad monetaria. El oro
constituía lo que en el lenguaje moderno llamamos la base monetaria. El oro aseguraba el
valor del dinero. La cantidad de oro a su vez estaba directamente vinculada con los
resultados de la balanza de pagos. Un superávit en la balanza de pagos conducía a una
entrada de oro y un incremento de la oferta monetaria. Un déficit en la balanza de pagos
resultaba en una salida de oro y una reducción del circulante. (Kozikowski, 2013, p. 26).
Podemos resumir lo mencionado ut supra en la figura 4.

Figura 4: Resultados de la balanza de pagos

Fuente: Kozikowski, 2013, p. 26.

Para ejemplificar el funcionamiento del modelo partamos de una situación en que un país tiene un
déficit en su balanza de pagos. Gráficamente la situación es la siguiente ver figura 5).

Figura 5: Ajuste automático al déficit de la balanza de pagos bajo el patrón oro (flujo en
especie-precio)
Fuente: elaboración propia.

Podemos explicar cómo es el proceso de ajuste a un déficit en la balanza de pagos bajo un


sistema de patrón oro de la siguiente manera.
Esto provoca una salida de oro, en la medida en que los extranjeros desean convertir los
billetes del país en oro. Dado que el metal constituye la base monetaria del país, se
reduce la cantidad de dinero en la economía. Esto tiene dos consecuencias: por un lado,
se reducen los precios internos al haber menos dinero en comparación con el producto
interno bruto (PIB) del país. Por otro lado, sube la tasa de interés, que representa el costo
del dinero, que ahora es más escaso.

La reducción del nivel de precios internos mejora la competitividad internacional del país.
Se abaratan sus exportaciones en los mercados externos y encarecen las importaciones
en el mercado interno. En consecuencia, aumentan las exportaciones y disminuyen las
importaciones, lo que mejora la balanza comercial y la cuenta corriente. Al mismo tiempo,
las altas tasas de interés atraen al capital extranjero a corto plazo, generando un superávit
en la cuenta de capital. Como resultado se restablece el equilibrio externo.

En el caso de un país con superávit en la balanza de pagos, el proceso de ajuste


funcionaría de manera opuesta: entrada de oro, aumento de la base monetaria, aumento
de los precios internos, reducción de las tasas de interés, etcétera. (Kozikowski, 2013, p.
27)
La ventaja principal del sistema es que permitía un ajuste de carácter automático. Sin embargo,
su principal desventaja radicaba en que, para generar que los precios disminuyan, se hacía
necesario reducir la actividad económica del país, es decir, entrar en una recesión. Esta situación
provocaba que el nivel de vida en esa economía se redujera, producto de la necesidad de
eliminar el déficit en la balanza de pagos. Hay que considerar que, si nos remontamos al “siglo
XIX, la palabra deflación (reducción del nivel de precios) era sinónimo de recesión. Al disminuir la
base monetaria por la salida de oro, primero se reduce la actividad económica (recesión) y solo
después bajan los precios (deflación)” (Kozikowski, 2013, p. 27).

Figura 6: Esquema del proceso de ajuste


Fuente: Kozikowski, 2013, p. 28.

En consideración, nuevamente, de la figura 5, es importante ampliar el proceso de ajuste al


involucrar al banco central de cada país. Dicho proceso es explicado por Kozikowski (2013) de la
siguiente manera, a saber.
Para facilitar el ajuste bajo el patrón oro, había un conjunto de “reglas del juego” no
escritas que los países afectados tenían la obligación de respetar. Al producirse un déficit
en la balanza de pagos y la salida de oro, el banco central del país estaba obligado a
vender los activos internos (instrumentos de deuda) para reducir la base monetaria aún
más y acelerar el ajuste. La venta de los activos internos contribuía a un incremento de las
tasas de interés y a una restricción del crédito. Respetar las reglas del juego habría hecho
el proceso de ajuste más doloroso, pero lo habría acortado de manera significativa.

En un país con superávit en la balanza de pagos, las reglas del juego requerían que el
banco central comprara los activos internos para aumentar todavía más la base monetaria,
relajar el crédito interno, bajar las tasas de interés, aumentar el nivel de precios, disminuir
las exportaciones e incrementar las importaciones.

Los países deficitarios con frecuencia respetaban las reglas del juego. Esto provocaba
movimientos bruscos en las tasas de interés y en la disponibilidad de crédito. El ajuste al
déficit en la balanza de pagos invariablemente generaba una recesión. La inestabilidad
interna resultaba de subordinar la política económica al objetivo del equilibrio externo.

Sin embargo, los países superavitarios no respetaban las reglas del juego, lo que
colocaba todo el peso del ajuste sobre los países deficitarios. El periodo del patrón oro se
caracterizó por una baja inflación, pero acompañada de frecuentes y profundas
recesiones. El costo social de este sistema fue elevado. (p. 28)
Es importante destacar que el patrón oro rigió los pagos de las operaciones comerciales del
mundo entre 1865 y 1914. Para su correcto funcionamiento era necesario que no existan precios
controlados artificialmente ni sindicatos que frenaran las bajas de salarios ni tasas de interés que
fueran políticamente bajas. Podemos resumir el significado del patrón oro de la siguiente manera.

☰ Economistas clásicos

El sistema de patrón oro se fue extendiendo espontáneamente en el s. XIX, cuando los bancos
emisores de papel moneda y creadores de depósitos buscaron mantener la confianza del público
en esa nueva forma de pago fijando el tipo de cambio entre el dinero fiduciario y las monedas de
oro. En este sistema, los bancos emisores se comprometen a cambiar a la vista billetes por
monedas de oro y viceversa a la paridad expresada en el billete. Para poder mantener ese tipo
de cambio entre billetes y metal precioso, el banco central debe retirar papel de la circulación y
reducir la cantidad de dinero en circulación cuando sale oro del país y viceversa. El sistema
elimina automáticamente las inflaciones y los déficits de la balanza de pagos, si los individuos
están dispuestos a admitir una temporal reducción de precios y salarios, y una breve subida de
tipos de interés cuando se hace necesaria una contracción monetaria. (Schwartz, 2001, p. 56)

3. La división del trabajo y el crecimiento económico


El símbolo de la libertad de comercio es el economista Adam Smith (1723-1790) quien escribió lo
que fue considerado el primer tratado serio de economía: ‘Una investigación sobre la naturaleza y
causas de la riqueza de las naciones’ (1776). En este tratado y otros, Smith deja en claro los
principios (novedosos para la época), a saber.

La riqueza consiste en los bienes y servicios reales que la economía del país puede
producir (rechaza el hecho que la riqueza consista en la acumulación de oro y plata).
El mercado se cuida por sí solo de la movilidad de los metales preciosos (afirma la teoría de
Hume).
Se obtendrá un producto anual mayor si hay más cantidad de trabajadores productivos que
brinden su mayor productividad.
Para lograr esto último propone la división del trabajo.

La idea de dividir las operaciones complicadas de cualquier proceso de producción,


agrícola o fabril . . . es la consecuencia necesaria . . . de una cierta propensión de la
naturaleza humana: la propensión a negociar, cambiar o permutar una cosa por otra.
(Schwartz, 2001, p. 17)

Extiende el concepto que existía en ese momento referido a que la mayor proporción del
comercio era entre el campo y la ciudad, con ganancias recíprocas a la vinculación similar
por actos de comercio entre los individuos de dos o más países que también procurarán
ganancias propias.
En su afán de incrementar la masa productiva y la actividad económica, alienta a emplear
productivamente al personal que atendía a los reyes, nobles, militares y eclesiásticos.
Acuña la expresión la mano invisible, en relación con que el empresario que apoya la
actividad nacional busca, en realidad, su propia seguridad (es decir, su propia ganancia) en
lugar del supuesto beneficio común.
Smith tuvo dos consideraciones respecto a la libre importación de bienes y servicios: la
primera referida a las Leyes de Negación inglesas “por las que era obligatorio que se
transportaran en barcos de bandera inglesa las mercancías que tocaran en puerto inglés; lo
admitía por razones de defensa nacional, pues eso mantenía preparada la marina y los
marineros para caso de guerra” (Schwartz, 2001, p. 17), y la segunda era la reciprocidad (si
un país se protege con aranceles, los que negocien con él también lo harán).

Smith sostenía que aplicar estos grandes cambios y establecer una gran apertura económica
luego de períodos prolongados de proteccionismo, se debía realizar de forma gradual.

Otro enfoque difundido de la teoría de Smith dice que la misma se basa en tres ideas
fundamentales, a saber.

1. El comercio es un poderoso factor de crecimiento. El ciclo virtuoso sería (figura 7).

Figura 7: Teoría de Adam Smith

Fuente: Arese, 2018.

Si el país producía para exportar, podía sacar del subempleo a trabajadores ociosos y, además,
obligaba a aumentar la productividad de los que ya eran empleados.

2. La política económica debía atender a los intereses de los consumidores: el consumo es el


único fin y propósito de la producción de bienes y servicios. Por este motivo, Smith recibió críticas
al defender a los consumidores por encima de los productores.

3. El comercio se explica al comparar las productividades de los países: la apertura comercial de


la economía genera un aumento de la riqueza de las naciones por su especialización y
perfeccionamiento productivo. También Smith recibió críticas por este punto, mucho más lógicas
en este caso, pues en su análisis no tuvo en cuenta lo siguiente.
El costo de transportes (hizo comparaciones estáticas que no reflejan la realidad).
La economía de escala.
Solo comparaba entre dos países.

La variable crucial que explica la existencia de un patrón internacional de comercio es la


tecnología. Una diferencia en los costos comparativos de producción (la condición necesaria para
que exista intercambio internacional) refleja, de hecho, una diferencia en las técnicas de
producción.

Para simplificar, asumimos que hay dos países (Inglaterra y Portugal, en el famoso ejemplo de
Ricardo), dos bienes (ropa y vino), que los factores de producción pueden ser reducidos a uno
solo, trabajo, y que en ambos países los bienes son producidos de acuerdo a coeficientes
técnicos fijos: como consecuencia, el costo unitario de producción de cada bien es constante.

Es claro que si uno de los países es superior al otro en una línea de producción (donde la
superioridad es medida por costo unitario menor) e inferior en la otra línea, las bases para un
provechoso intercambio internacional existen, según lo planteado por Adam Smith y sus ventajas
absolutas.

Tabla 1: Ejemplo de ventajas absolutas

Commodities Costos unitarios de producción en términos de trabajo

Inglaterra Portugal

Ropa 4 6

Vino 8 3

Fuente: elaboración propia.

Como vemos en la Tabla 1, el costo unitario de fabricar ropa es menor en Inglaterra que en
Portugal. Es, entonces, conveniente para Inglaterra especializarse en la producción de ropa e
intercambiarla por vino portugués, y para Portugal especializarse en la producción de vino e
intercambiarla por ropa británica. Supón, por ejemplo, que los términos de intercambio (por
ejemplo, el ratio a través del cual los dos bienes son intercambiados entre los dos países, o el
precio relativo internacional) es igual a uno, es decir, el comercio internacional toma lugar sobre
las bases de una unidad de vino por una unidad de ropa. Entonces, Inglaterra con 4 unidades de
trabajo (el costo de una unidad de ropa), obtiene una unidad de vino que de otra manera
(produciéndolo internamente) hubiera requerido 8 unidades de trabajo. El mismo razonamiento se
aplica para el caso de Portugal.

Veamos ahora la siguiente situación (tabla 2).

Tabla 2: Ejemplo de ventajas absolutas

Commodities Costos unitarios de producción en términos de trabajo

Inglaterra Portugal

Ropa 4 6

Vino 8 10

Fuente: elaboración propia.

Como Inglaterra es superior a Portugal en la producción de ambos bienes, en este caso, según lo
planteado por Adam Smith, no hay bases para el comercio internacional. Sin embargo, según la
teoría formulada por David Ricardo a través del análisis de las ventajas comparativas sí hay
bases para que estos dos países comercialicen entre ellos internacionalmente, aspecto que
desarrollaremos en el próximo tópico.

Resumamos la diferencia entre ventajas naturales y ventajas absolutas para diferenciar una de
otra.

☰ Ventaja absoluta

“Ventaja de una nación o región sobre otra en los costos de producción de un artículo en
términos de los recursos usados” (Arese, 2015, p. 594).

☰ Ventaja natural

“Teoría económica que señala que un país tiene una ventaja competitiva en la fabricación de
ciertos productos debido a sus condiciones de acceso a recursos naturales, de transportación y
clima” (Arese, 2015, p. 594).

David Ricardo y las ventajas comparativas


David Ricardo (1172 – 1823) extendió las teorías de Hume y Smith mediante 3 corolarios
(Schwartz, 2001).

1. Un país ‘atrasado’ con productividad menor que otro adelantado, no por eso está impedido
de exportarle algún bien.
2. El salario y el nivel de vida en el país menos productivo serán más bajos que en el país más
productivo.
3. El nivel de precios monetarios del país más adelantado será superior.

Es así como “el comercio internacional es generado en la diferencia de la tecnología de la


producción, expresada en costos unitarios de la misma” (Arese, 2015, p. 76).

En los ejemplos desarrollados en el punto anterior se razonó en términos de costos absolutos. En


la tabla 1 vimos que el comercio internacional tendrá lugar y beneficiará a ambos países. Menos
claro es el hecho de que el comercio puede, igualmente, tener lugar, incluso si un país es superior
al otro en la producción de ambos bienes, y beneficiar a los dos países, como pudo verse en la
tabla 2. La teoría ricardiana afirma que la condición necesaria para el comercio internacional es,
en cualquier caso, que exista una diferencia en los costos comparativos.

Los costos comparativos pueden ser definidos de dos maneras: como el ratio entre los costos
unitarios (absoluto) de los dos bienes en un mismo país, o como el ratio entre los costos unitarios
(absolutos) del mismo bien en los dos países. Si denotamos el costo unitario de producción de un
bien en los dos países como a1 y a2 (donde las letras indican el bien y el subíndice numérico el

país), y los costos unitarios del otro bien como b1 y b2, entonces cuando a1/b1 = a2/b2 se cumple

también que a1/a2 = b1/b2. Por lo tanto, ambas formas de medir los costos comparativos son

equivalentes.

La proposición básica de la teoría que examinamos es que la condición para que ocurra
intercambio es que exista un diferencial de costos comparativos. Esto, sin embargo, es solo una
condición necesaria; la condición suficiente es que los términos internacionales de intercambio
estén entre los costos comparativos, sin ser iguales a ninguno de ellos. Cuando las dos
condiciones sean satisfechas, será beneficioso para cada país especializarse en la producción
del bien, para el cual cuenta con más ventajas relativas. Consideremos el ejemplo mostrado en la
tabla 2.
Como Inglaterra es superior a Portugal en la producción de ambos bienes, podría parecer que no
hay lugar para el comercio internacional, pero ello no es así. Los costos comparativos son 4/8 =
0,5 y 6/10 = 0,6 en Inglaterra y Portugal, respectivamente. Inglaterra, además, tiene ventajas
relativamente más grandes en la producción de ropa: su costo unitario, de hecho, es menor en
Inglaterra que en Portugal en un 33% (2/6), mientras que el costo unitario del vino es menor en
este último país que en el primero en un 20% (2/10). Similarmente puede verse que Portugal
tiene una desventaja relativa menor en la producción de vino: su costo unitario, de hecho, es más
grande en Portugal que en Inglaterra en un 25% (2/8), mientras que el costo unitario de la ropa es
mayor en Portugal que en Inglaterra en un 50% (2/4).

Así pues (con tal que los términos de intercambio sean mayores que 0,5 y menores que 0,6) la
ropa inglesa será comerciada por vino portugués en beneficio de ambos países. Tomemos un
valor admisible y arbitrario para los términos de intercambio, digamos 0,55 (es decir, 0,55
unidades de vino por una de ropa). En Inglaterra, sobre las bases de la tecnología existente, una
unidad de ropa se cambia por 0,5 unidades de vino: 0,5 es, de hecho, el costo comparativo. Por
una unidad de ropa, Inglaterra puede obtener (por medio del comercio internacional) 0,55
unidades de vino, más que la suma obtenida internamente. De igual manera, en Portugal una
unidad de ropa necesita 0,6 unidades de vino para ser producida, mientras que por vía del
comercio internacional solo 0,55 unidades de vino son requeridas. Es obvio que el comercio
internacional es beneficioso para ambos países. Es posible arribar a la misma conclusión al
razonar en términos de los costos de producción. Con 4 unidades de trabajo (el costo de una
unidad de ropa), Inglaterra obtiene, en el mercado internacional, 0,55 unidades de vino que de ser
producidas internamente hubiesen requerido 0,55 x 8 = 4,4 unidades de trabajo. Igualmente,
Portugal con 5,5 unidades de trabajo (el costo de 0,55 unidades de vino, dado por 0,55 x 10)
obtiene una unidad de ropa, que hubiera requerido 6 unidades de trabajo de producirse
internamente.

Puede demostrarse fácilmente que los términos de intercambio deben estar estrictamente entre
los dos costos comparativos. Si, de hecho, los términos de intercambio fuesen iguales a
cualquiera de los costos comparativos, el país involucrado no tendrá incentivos a comerciar, ya
que el ratio de precios internos (dado por los costos comparativos) será igual al internacional.
Esto significa que el país en cuestión podrá obtener el otro bien por vía del comercio al mismo
costo que internamente.
Podemos diferenciar los conceptos de ventaja absoluta y ventaja relativa.

☰ Ventaja absoluta y ventaja relativa

Cuando se libera el comercio internacional, los países no se especializan en la producción y


exportación de los bienes cuyos costes son los más bajos del mundo, sino en aquellos que les
producen la mayor ganancia posible. Si un país es mucho más productivo en un sector que en
otro, en el que también aventaja a todos los demás países, preferirá especializarse en la
producción en la que su ventaja relativa es mayor, aunque podría competir con ventaja también
en este segundo bien. (Schwartz, 2001, p. 58)

Actividades de repaso
Para los mercantilistas, ¿cuál era la riqueza de las naciones?

La cantidad de bienes y servicios que la economía podía producir.

El oro y la plata que poseían.

Los recursos con los que contaba la economía.

La productividad de los factores.

Justificación

Según Adam Smith, la política económica debía atender los intereses de


los consumidores por encima de todo.

Verdadero.

Falso.

Justificación

Referencias
Arese, H. F. (2015). Introducción al comercio exterior. Errepar
Arese, H. F. (2018). Introducción al comercio exterior. Errepar.

Corominas, J. (1998). Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Gredos.

Fjbernall (11 de junio de 2010). El nuevo mercantilismo. China: potencia o crisis. EconLink.
https://www.econlink.com.ar/fjbernall/nuevo-mercantilismo-china-potencia-o-crisi.

Kozikowski, Z. (2013). Finanzas internacionales. Tercera edición. Mc Graw Hill.

Osorio Arcila, C. (1995). Diccionario de comercio internacional. Iberoamérica.

Roldán, P. N. (2017). Mercantilismo. Economipedia.


https://economipedia.com/definiciones/mercantilismo.html#:~:text=El%20mercantilismo%20se%2
0basa%20en,mayor%20prosperidad%20y%20poderhttps://economipedia.com/definiciones/merca
ntilismo.html%23:~:text=El%20mercantilismo%20se%20basa%20en,mayor%20prosperidad%20y
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Schwartz, P. (2001). El comercio internacional en la historia del pensamiento económico.


https://www.eumed.net/cursecon/textos/schwartzgironcom.pdf.
Introducción a las finanzas
internacionales

Introducción
Toda empresa que tenga intenciones de expandirse en un mundo globalizado necesita tomar
decisiones estratégicas sobre la base de ventajas competitivas sostenibles. Los mercados
globales pueden representar un vehículo de expansión y también una fuente de innovación y
mejora. Las empresas tienen que conocer la manera en que se manejan las finanzas
internacionales, con el objetivo de aprovechar las diferentes oportunidades que se presentan en
el mercado. También deben conocer cómo expandirse hacia el exterior. Para esto deben analizar
las distintas posibilidades que existen y las formas de penetración y distribución en mercados
externos. Con esta información será posible decidir cómo insertarse en los mercados externos
seleccionados.

Caso de estudio
El caso práctico es tomado de un artículo del periódico The New York Times titulado “El pacto
entre China y Estados Unidos podría continuar con la guerra comercial”. Fue publicado el día 20
de enero de 2020 y realiza un recorrido sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China y
sus efectos sobre el comercio internacional.
El pacto entre China y Estados Unidos podría continuar con la guerra comercial
El nuevo acuerdo entre los dos gigantes de la economía mundial deja intactos los asuntos
más espinosos que los separan. Resolverlos podría llevar años.

PEKÍN — El presidente estadounidense, Donald Trump, y China dicen que su reciente


pacto comercial solo es el inicio de una nueva relación entre las dos economías más
grandes del mundo. Según la Casa Blanca, los futuros acuerdos harán que China sea un
mejor socio comercial. Pekín afirma que vislumbra el fin de los aranceles estadounidenses
y de la agotadora guerra comercial.

Tal vez los dos estén equivocados.


El pacto comercial parcial del 15 de enero, considerado por ambas partes como una
tregua, podría ser el legado perdurable de más de dos años de conflicto económico.
Podría garantizar que las compras de mercancía china por parte de Estados Unidos, que
ya van en descenso, disminuyan todavía más. Y en vez de reparar la relación, podría
distanciar todavía más a estos dos titanes de la economía y transformar la manera de
hacer negocios en el ámbito mundial.

El acuerdo que firmaron el 15 de enero Trump y el viceprimer ministro Liu He, el principal
negociador comercial de China, reduce algunos de los aranceles estadounidenses
impuestos durante los dos últimos años a las mercancías chinas e impide que haya otros
más. Compromete a China a comprar, durante dos años, 200.000 millones de dólares más
en grano, cerdo, aviones, equipo industrial y otros productos. Exige que China abra más
sus mercados financieros, proteja la tecnología y las marcas estadounidenses y, a la vez,
cree un foro para que ambas partes puedan limar asperezas.

Lo que no hace es atacar las causas que dieron origen a la guerra comercial. El acuerdo
no aborda los subsidios de China a las industrias nacionales ni su firme control sobre las
palancas fundamentales de su economía pujante. El acuerdo también mantiene la mayoría
de los aranceles de Trump sobre la mercancía china por un valor de 360.000 millones de
dólares, un impuesto mucho más alto del que los estadounidenses pagan por los
productos procedentes de prácticamente cualquier otro lugar.
Podrían pasar muchos años antes de que se puedan resolver esos asuntos. De hecho,
parecen limitadas las posibilidades de que se llegue a un segundo acuerdo pronto. Trump
ha dicho que tal vez espere hasta después de las elecciones presidenciales de Estados
Unidos, en noviembre, para concluir lo que ambas partes llaman la “fase dos” del acuerdo.

Hasta entonces, los consumidores y las empresas estadounidenses seguirán comprando
menos mercancía de China. Por su parte, el gobierno chino continuará buscando clientes
en otras regiones. La relación de Estados Unidos con China, un motor vital del crecimiento
económico global durante décadas, se debilitará todavía más.

“La guerra comercial ha desencadenado una serie de fuerzas estructurales que


probablemente tengan un efecto moderador sobre las importaciones procedentes
de China durante un tiempo en el futuro”, señaló el economista Eswar Prasad,
especialista en China de la Universidad de Cornell.

Algunas circunstancias imprevistas podrían cambiar todo eso. Una crisis económica
podría hacer que uno o ambos regresen a la mesa de negociaciones. Trump ha roto
acuerdos comerciales en el pasado. Tal vez los estadounidenses elijan en noviembre a un
dirigente menos agresivo en materia de comercio.

Pero hasta el momento, ambos países han demostrado que están dispuestos a alcanzar
su objetivo económico. La economía, el mercado laboral y el mercado de valores de
Estados Unidos han mejorado desde que comenzó la guerra comercial hace casi dos
años, pese a que muchas personas se preguntan cuánto tiempo puede durar eso. En el
ámbito político, los demócratas han presionado a Trump para que sea más estricto, y no
menos, en el comercio con China.
En China, la guerra comercial solo ha sido uno de los factores que han provocado la
desaceleración económica y parece que Pekín se siente capaz de manejar bien ese
problema.

En las últimas semanas, los asesores del gobierno de China han destacado la importancia
de hablar sobre las medidas que puede tomar Pekín —como ayudar al mercado laboral o
encontrar nuevos socios comerciales en otro lugar— y no sobre las que no puede tomar.
Aunque se han reducido las exportaciones chinas a Estados Unidos, sus ventas en otras
regiones, en especial en los países pobres, se han mantenido firmes. En los últimos
meses, Pekín ha buscado con empeño abrir todavía más mercados.

Además, si China se queja del acuerdo, podría parecer débil, lo cual es inaceptable en un
país donde el Partido Comunista se presenta como el libertador de un siglo de
humillaciones por parte de las potencias extranjeras.

El 16 de enero, los medios de comunicación estatales y los economistas chinos recibieron


el acuerdo como un respiro de lo que han sido dos años de una atención casi constante
por parte del gobierno y de muchos ciudadanos en general en el asunto del comercio. El
pacto del 15 de enero “ofrecerá al menos una tregua en esta guerra comercial”, dijo He
Weiwen, un destacado economista chino, especialista en comercio y exfuncionario del
Ministerio de Comercio.

Los funcionarios chinos no han sido intransigentes. En los últimos meses, incluso antes de
que firmaran el pacto comercial, relajaron las restricciones del gobierno a las empresas
extranjeras en las industrias financiera y automotriz, y se comprometieron a poner un alto
a los intentos de las empresas chinas de obligar a sus socios extranjeros a revelar sus
secretos comerciales más confidenciales.
Sin embargo, con respecto al tema principal del apoyo gubernamental y el control de la
economía, Pekín se ha mantenido firme.

El gobierno de Trump y las empresas estadounidenses se han quejado de que China


utiliza de manera desleal las enormes arcas del gobierno para desarrollar industrias que
competirán directamente con entidades establecidas en Occidente. En los últimos años,
China restó importancia a esos esfuerzos cuando aumentaron las tensiones comerciales.

Parece que ahora China es menos discreta con respecto a esos esfuerzos. Al inicio de la
guerra comercial, Xi Jinping, el máximo dirigente de China, visitó una empresa china de
semiconductores, una industria a la que Pekín le ha otorgado muchos subsidios, para
brindarle su apoyo. Nuevos datos señalan que China ha acelerado su Iniciativa del
Cinturón y la Ruta de la Seda, un plan impulsado por el gobierno para financiar y construir
carreteras, redes de telecomunicaciones y otras infraestructuras en los países en vías de
desarrollo, lo cual allanaría el camino para más exportaciones chinas.
El precio de la actitud impetuosa de China es el reordenamiento de las cadenas de
suministro a nivel global que sus fábricas han alimentado desde hace mucho tiempo. Las
empresas las han mantenido en China incluso después de que se dispararon los salarios y
otros costos durante la última década.

La guerra comercial ha detenido esa inercia, y muchas empresas han comenzado a


trasladar sus cadenas de suministro a otros lugares para evitar los nuevos aranceles o la
posibilidad de que haya todavía más. En noviembre, las exportaciones chinas a Estados
Unidos se redujeron más de una quinta parte con respecto al año anterior. Ahora, las
exportaciones a Estados Unidos representan solo el cuatro por ciento de la economía
china.

Sin embargo, esto no significa que los empleos que se fueron a China durante las últimas
dos décadas regresarán a Estados Unidos. Los altos costos de la mano de obra y el
cumplimiento reglamentario en Estados Unidos, aunado a la persistente escasez de mano
de obra calificada, han hecho que la mayoría de las empresas multinacionales duden en
llevar su manufactura a Estados Unidos. Más bien, parece que los máximos ganadores
son los aliados de Estados Unidos como Vietnam, Taiwán, Indonesia y, tal vez, India,
adonde están llegando avalanchas de ejecutivos multinacionales que buscan alternativas
a China.

Incluso si ambas partes llegaran a la mesa de negociaciones con nuevas concesiones, es


difícil que se concluyan los acuerdos comerciales. El pacto del 15 de enero fue el
resultado de más de dos años de negociaciones que no se concretaban. Otros pactos
importantes, como el T-MEC —el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y
Canadá—, tardaron incluso más tiempo.

Cuanto más tiempo pase, más se distanciarán esos países en términos económicos.
Sin la guerra comercial, tal vez Estados Unidos habría comprado 550.000 millones de
dólares o más de mercancía china este año, dijo Brad Setser, economista especializado
en China, primero como funcionario del Departamento del Tesoro en el gobierno de
Barack Obama y ahora en el Consejo de Relaciones Exteriores con sede en Nueva York.
Señaló que incluso con el acuerdo del 15 de enero, es muy probable que este año las
importaciones a Estados Unidos procedentes de China sean de aproximadamente
400.000 millones de dólares.

“Es evidente que los aranceles han tenido un gran impacto”, afirmó. (Bradsher, 2020,
https://nyti.ms/3RhEWTX)

1. Finanzas internacionales
La guerra comercial entre China y Estados Unidos es un fenómeno complejo. Entender el
concepto de finanzas internacionales a partir de este caso implicaría debatir diversas cuestiones y
puntos de vista (tanto profesionales como políticos). Lo que se pone de relevancia, por ahora, es
comprender las implicancias de las relaciones comerciales entre países, puntualmente, entre dos
potencias mundiales.

Comprender las finanzas internacionales permite entender las anomalías presentes en los
Estados-Nación internacionales y cómo estas afectan directamente a los agentes económicos
nacionales.
Las finanzas, de manera general, estudian los flujos de efectivo y la valuación de activos.
A su vez, las finanzas internacionales “se ocupan de los flujos de efectivo, a través de las
fronteras nacionales y la valuación de activos, ubicados en diferentes países y
denominados en diversas monedas. (Kozikowski Zarska, 2013, p. 4)
Entonces, la característica principal de este tipo de finanzas es que se trata de transacciones
económicas internacionales con economías nacionales.

Las finanzas internacionales combinan dos elementos fundamentales:

1. La economía internacional.
2. Las finanzas corporativas internacionales.

Figura 1: Orígenes de las finanzas internacionales

Fuente: Kozikowski Zarska, 2013, p. 4.

En la siguiente tabla se analizan los factores claves de cada uno de los aspectos de la figura 1.

Tabla 1: Tópicos de las finanzas internacionales

Fuente: Kozikowski Zarska, 2013, p. 4.


Al observar la posición de un empresario dedicado a operaciones de comercio internacional,
seguramente se destacará que su actividad está afectada por la movilidad permanente del
entorno internacional (como ocurre dada la guerra comercial entre China y EE.UU.). En este
sentido, el conocimiento de las finanzas internacionales le permitirá:

ver cómo los acontecimientos internacionales afectan a la empresa. Por ejemplo: a un


productor de soja;
anticipar los hechos y tomar decisiones a tiempo.

Es importante tener en cuenta que, si bien las finanzas internacionales tienen ciertas semejanzas
con las finanzas domésticas (nacionales), también tienen diferencias importantes. De acuerdo
con lo que establece Kozikowski Zarska (2013):

1. El hecho de que los flujos de efectivo se produzcan en diferentes países con


distintos marcos políticos y legales introduce el riesgo político. Éste abarca desde el
peligro de cambio en las reglas del juego (permisos, impuestos, leyes laborales),
hasta la posibilidad de una expropiación arbitraria.
2. El hecho de que los flujos de efectivo se produzcan en diferentes monedas introduce
el riesgo de tipo de cambio. Si la moneda de denominación de las cuentas por cobrar
se aprecia, la empresa gana. Si la moneda de denominación de las cuentas por
pagar se aprecia, la empresa sufre pérdidas cambiarias.
3. Imperfecciones del mercado. Si los mercados fuesen perfectamente integrados y
eficientes no tendría mucho sentido estudiar las finanzas internacionales. En
realidad, las imperfecciones de los mercados (costos de transacción, costos de
información, restricciones legales, diferencias en sistemas impositivos, movilidad
imperfecta de los factores de producción, obstrucciones al comercio, etc.) generan
tanto peligros como oportunidades para las organizaciones. (p. 4)

El Estado y la internacionalidad: la globalización


El desarrollo del comercio internacional de la posguerra constituye uno de los rasgos
sobresalientes de la economía mundial desde el fin del conflicto. Este marcó la victoria de ciertas
naciones y también la constitución de un sistema de comercio profundamente distinto al del
período anterior (Arese, 2015).
La globalización “es un proceso de integración que tiende a crear un solo mercado mundial
en el que se comercian productos semejantes, producidos por empresas cuyo origen es
difícil de determinar, ya que sus operaciones se distribuyen en varios países” (Kozikowski
Zarska, 2013, p. 6).
Un ejemplo de producto global se puede observar en la fabricación de automóviles. Por ejemplo:
en Ford Motor Company. Esta empresa:

elabora autos globales (son modelos casi iguales en todos los mercados);
diseña globalmente (sus centros de investigación y desarrollo se encuentran en distintos
países y están comunicados entre sí);
produce globalmente (se construyen partes en distintas regiones y el producto se ensambla
en otras).

El concepto de producto global se extiende a empresas productoras de computadoras, equipos


electrónicos, software, etc.
Las posturas contrarias a la globalización respaldan la idea de que la globalización en sí
misma es un proceso continuo y dinámico, que en ocasiones desafía las leyes de los
países en su forma de regular el comportamiento de las empresas y el comportamiento
económico de los individuos a nivel internacional que, si bien pueden dar trabajo a la
mano de obra desocupada, también pueden beneficiarse de debilidades subsistentes en
un determinado país. Según esta postura, es fácil para estas empresas simplemente
trasladar sus centros de producción a lugares en los cuales se les dé el máximo de
facilidades. (Albert Gómez, 2014, p. 106)
El fenómeno explicado produce un cambio profundo en las relaciones de poderes entre los
países. Como se mencionó en el artículo presentado al principio de esta lectura: EE.UU. y China
viven desde hace dos años, o tal vez más, una lucha de poderes que, a su vez, produce una
crisis lenta o un decaimiento en los países que se consideraban desarrollados.

La globalización no es un fenómeno reciente, el concepto comenzó a utilizarse en la década del


ochenta. Entre los factores que más contribuyeron a la creciente globalización se pueden
mencionar, según Kozikowski Zarska (2013), los siguientes:

1. La reducción de las barreras comerciales y el auge del comercio mundial después de


la Segunda Guerra Mundial.
2. La estandarización de bienes y servicios y cierta homogeneización de los gustos a
nivel mundial.
3. El encogimiento del espacio geográfico. Las mejoras en telecomunicaciones y
transportes han reducido de manera sustancial las tarifas de larga distancia, los
costos y los tiempos de los viajes internacionales, así como los costos de los fletes
aéreos y marítimos. El mundo parece más pequeño.
4. El colapso del sistema comunista y el fin de la Guerra Fría.
5. El movimiento mundial hacia el liberalismo, factor relacionado con el punto anterior:
la democracia en el ámbito político y el libre mercado en el económico. Esta
tendencia implica la reducción del papel del Estado en la economía y la creciente
privatización de la misma.
6. La liberalización financiera, iniciada en la década de los ochenta.
7. La Tercera Revolución Industrial, que implica drásticos e importantes cambios en la
tecnología, la organización y las relaciones sociales y políticas.
8. La creación de la Unión Económica Europea (UEE).
9. La entrada de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y su creciente
papel en el comercio internacional. (p. 6)

Kozikowski Zarska (2013) pone en discusión el carácter “inevitable” de la globalización.

Figura 2: Efectos de la globalización

Fuente: Kozikowski Zarska, 2013, p. 9.

A partir de un análisis de la figura 2, Kozikowski Zarska (2013) señala:


Algunos dicen que la globalización es inevitable e imparable. Puede que así sea, pero el
futuro es impredecible. La dinámica de sistemas nos brinda herramientas para visualizar y
analizar las retroalimentaciones. Una retroalimentación positiva se simboliza con el signo
(+) encerrado en un círculo, cuya flecha indica la dirección de la causalidad. Una
retroalimentación negativa se representa con el signo (−). El signo cerca de la punta de
cada flecha indica si la relación entre las dos variables es directa (+) o inversa (−). Por
ejemplo, el signo (+) en la flecha que va de la globalización a las crisis financieras indica
que con la globalización las crisis se volvieron más frecuentes y agudas. Una
retroalimentación positiva indica que el proceso se refuerza a sí mismo. Una
retroalimentación negativa indica un proceso equilibrador. Mientras más crece una
variable, las fuerzas que la contrarrestan crecen también. La gráfica indica dos
retroalimentaciones positivas y dos negativas. La fuerza relativa de estas
retroalimentaciones es difícil de medir. A largo plazo las retroalimentaciones que favorecen
la globalización son más fuertes que las que la retrasan, pero en realidad nada es
inevitable. (p. 9)
A su vez, es necesario considerar que en los últimos tiempos la globalización fue criticada por un
gran número de especialistas. Estas críticas fueron completamente justificadas en muchas
ocasiones. Al respecto, Kozikowski Zarska (2013) menciona algunas desventajas de la
globalización. Estas se mencionan a continuación.
☰ Una excesiva volatilidad de los precios que dificulta la planificación económica a largo plazo

“La solución consiste en desarrollar los mercados financieros y los métodos para evaluar y
administrar la exposición al riesgo. Simplemente las empresas y los gobiernos deben aprender a
administrar y prosperar en condiciones de incertidumbre” (Kozikowski Zarska, 2013, p. 11).

☰ Efecto contagio

Si un país en vías de desarrollo sufre una fuga de capitales, los especuladores internacionales
retiran también los suyos de otras economías emergentes, que no tienen nada que ver con el
país afectado. La solución consiste en aumentar la confianza a través de: un sistema financiero
sano, bien supervisado y robusto; reservas suficientes y un régimen político eficaz y confiable.
(Kozikowski Zarska, 2013, p. 11)

☰ Tendencia hacia la deflación

Para mejorar su capacidad de competir, las empresas instalan una capacidad excesiva. Sin
embargo, el afán de reducir los costos disminuye el poder adquisitivo de los consumidores, lo
que genera crisis de sobreproducción (exceso de oferta) y la trampa de liquidez. Una solución
podría ser la coordinación de políticas macroeconómicas a nivel mundial. (Kozikowski Zarska,
2013, p. 12)

☰ Incremento de la desigualdad distributiva

La globalización produce tanto ganadores como perdedores. La brecha entre los dos grupos se
ensancha constantemente, lo que puede provocar un resentimiento por parte de los perdedores
e incluso intentos de dar marcha atrás en la globalización. El problema de la desigualdad no
tiene solución, pero el de la pobreza sí la tiene. Es necesario acelerar el crecimiento económico
y dedicar una parte creciente de sus frutos a la ayuda a los pobres y la inversión en el capital
humano. (Kozikowski Zarska, 2013, p. 12)

☰ Exacerbación de conflictos a nivel regional e internacional

“Una lucha sin cuartel por los limitados mercados y recursos naturales agudiza los conflictos y
puede conducir a guerras (comerciales y militares). Este problema requiere una mayor
cooperación internacional e inculcar en la población el espíritu ganar-ganar” (Kozikowski Zarska,
2013, p. 12).

Internacionalización de la empresa
El análisis del comercio internacional exige tener en consideración que las empresas se
constituyen en el sujeto activo de operatoria de carácter internacional. Esto se debe a que son
quienes de manera cotidiana realizan compras y ventas de bienes y servicios a empresas
localizadas en distintos países del mundo. Estas operaciones se traducen en exportaciones e
importaciones y quedan registradas en la balanza de pagos del país; más específicamente, en su
balanza comercial y en su balanza de servicios. En dicha balanza de pagos se reflejan los flujos
comerciales que las empresas realizan.
En general, podemos afirmar que toda empresa persigue el lucro o ganancia como motor
de su realidad. Sin embargo, las empresas que salen de su ambiente nacional hacia el
internacional suelen realizar este paso por otros factores, como son abaratar costos con
abastecimientos internacionales, economías de escala, experiencia, etcétera.

La salida hacia el exterior exige de la empresa, en una hipótesis de amplia competencia


global, a buscar esquemas de supervivencia mediante la competitividad cada vez
mayores. (Arese, 2015, p. 172)
En este contexto hay cierta confusión en la designación de empresas globalizadas: ¿se llaman
internacionales, multinacionales o transnacionales? ¿Estos términos son sinónimos? A
continuación, se analiza cada uno de estos conceptos.

☰ Empresa internacional

“Una empresa es internacional si está involucrada en exportaciones o importaciones. La gran


mayoría de las empresas medianas y grandes es internacional en ese sentido, ya que al menos
importan algunos insumos, maquinaria y equipo” (Kozikowski Zarska, 2013, p. 7).

☰ Empresa multinacional

Una empresa es multinacional si traslada a otro país una parte de sus operaciones (diseño,
investigación, publicidad o producción). Existe una clara distinción entre la matriz donde se
toman todas las decisiones importantes y las filiales o sucursales ubicadas en otros países,
donde se ejecutan las decisiones del centro. (Kozikowski Zarska, 2013, p. 7)

☰ Empresa transnacional

Una empresa es transnacional si sus actividades multinacionales forman una red tan compleja
que resulta difícil determinar el país de origen y diferenciar entre la matriz y las sucursales.
Algunos ejemplos de empresas multinacionales son: Royal Dutch/Shell Group, Exxon Mobile,
Philips, Ford y Sony. Las empresas transnacionales más citadas son: Nestlé y Unilever, ya que
sus activos en el extranjero constituyen 91% de sus activos totales. (Kozikowski Zarska, 2013, p.
8)

La globalización brinda una serie de ventajas a las empresas multinacionales. A continuación se


mencionan algunas de ellas, según Kozikowski Zarska (2013).

Un mercado de mayor tamaño permite aprovechar las economías de escala y las


economías de alcance, bajando los costos y aumentando las utilidades.
Los desfases en los ciclos de negocios en diferentes países proporcionan los
beneficios de la diversificación, lo cual reduce el riesgo.
El acceso a fuentes de financiamiento más baratas y diversificadas reduce el costo
de capital.
La presencia en varios mercados permite acumular un mayor conocimiento de las
nuevas modas, tecnologías y formas de administración. El conocimiento aumenta la
capacidad de respuesta de la empresa a nuevos retos. (p. 8)

De esta manera, una empresa multinacional tiene la ventaja de ser más flexible y más eficiente. A
su vez, dispone de un mayor potencial para aumentar su crecimiento en los mercados
internacionales.

En consonancia con lo explicado anteriormente, es posible ahondar en la clasificación de los


distintos tipos de empresas nacionales e internacionales. Arese (2015) propone la siguiente
clasificación.

☰ Empresa nacional

Es aquella organización empresarial cuya estructura de comercialización, tanto estratégica como


operativa, está orientada a satisfacer la demanda en el mercado en que está radicada. En
efecto, si la empresa recibe aportes del exterior (insumos, información, entre otros), pero no tiene
establecida una operación de actuación en otros mercados, decimos que se trata de una
empresa nacional o a la sumo empresa nacional con actividades internacionales. (Arese, 2015,
p. 173)

☰ Empresa multilocal

“Es aquella organización cuya estructura importa continuar en otros mercados, sin realizar
adaptaciones a los productos y estrategias que produce y utiliza para su mercado nacional”
(Arese, 2015, p. 173).
☰ Empresa multinacional residente

“Es aquella organización con afiliadas en distintos países, pero con actuación de negocios y
estrategia en base a los diferentes mercados en donde está instalada” (Arese, 2015, p. 173).

☰ Empresa multinacional no residente

“Es similar a la anterior, pero el mercado donde actúa no necesariamente está satisfecho desde
su propia actividad de producción o de presencia (radicación) en el mismo” (Arese, 2015, p.
173).

☰ Empresa global

“Es una organización que busca operar del mismo modo y con la misma estrategia en todo el
mundo” (Arese, 2015, p. 173).

☰ Empresa internacional

“La conforman todas las descriptas, excepto la empresa nacional con actividad internacional o
sin ella” (Arese, 2015, p. 173).

Teorías de la internacionalización de empresas


Según Arese (2015), el concepto de internacionalización, dentro de un contexto globalizado,
define una de las estrategias más relevantes de la empresa. Esto hace referencia a la progresión
que va de la exportación indirecta a la inversión directa en el extranjero, tal como lo describe el
modelo de Uppsala.

Es posible afirmar que el proceso de internacionalización que llevan a cabo las empresas les
exige que sean competitivas no solo en su mercado local, sino también en los mercados
internacionales. “La importancia que tiene la competitividad internacional en la agenda de
empresarios políticos en los últimos años se debe a la creciente internacionalización de las
empresas y todo lo que ello implica” (Arese, 2015, p. 175).

Distintas corrientes teóricas tratan de explicar la internacionalización de empresas. A partir de


ellas se pueden trazar varias líneas de trabajo para analizar este concepto. Se pueden asociar
cuatro teorías:

1. Hymer, 1976; Vernon, 1966; Krugman, 2004 – 2006: teoría vinculada a la


internacionalización con perspectiva económica.
2. Valhne, 1977 - 1990; Johanson y Wiedrscheim, 1975; Alonso y Donoso, 1998: teoría
abordada desde una perspectiva de proceso.
3. Mitchell, 1969; Weiman, 1989: teoría vinculada a la teoría de redes.
4. McAulley, 1999; Fillis, 2000: teoría vinculada a las born global.

A continuación, se explican cada una de estas teorías y sus derivaciones.

La internacionalización desde una perspectiva económica

Esta línea de análisis de la internacionalización engloba todas aquellas teorías que realizan una
descripción del proceso de internacionalización empresarial, desde una perspectiva basada
íntegramente en el análisis de los costos y ventajas económicas que obtienen las empresas al
internacionalizar su operatoria. Dentro de esta perspectiva se destacan la teoría de la
internacionalización, la teoría ecléctica – Dunning, y la teoría de la empresa multinacional.

Teoría de la internalización

Según esta teoría, la internacionalización de una firma se encuentra fundamentada en dos


axiomas básicos. El primero de ellos explicita que una empresa se localizará en aquellos
mercados donde los costos de producción sean menores. Es decir, aprovechará ventajas de
localización. El segundo axioma establece que la empresa crecerá a medida que internaliza
mercados diferentes hasta el punto en que el beneficio que se deriva de dicha internalización se
iguale a los costos que genera. Esto se conoce como ventajas de internalización.

Esta teoría surge a mediados de los años setenta, cuando se detuvo el producto de nuevas
motivaciones para realizar inversiones extranjeras directas. Entonces, las empresas tomaban la
decisión de internalización, ya que “las perturbaciones en el suministro de materias primas o
servicios requeridos para la producción aconsejaban descartar la compra y emprender el
autoabastecimiento. Esta teoría da al mercado el rol central en los determinantes de la inversión
extranjera directa” (Arese, 2015, p. 176).

El desarrollo de esta inversión extranjera directa (IED) se produce básicamente por la existencia
de fallos de mercado. Debido a esto, las empresas buscan obtener una respuesta a esas
imperfecciones. Justamente, la esencia de la teoría de la internalización es que las firmas
reconocen estas imperfecciones de mercado y actúan en consecuencia para superarlas. Esto se
logra mediante la realización de operaciones más eficientes y la concreción de inversiones
extranjeras directas. Esta teoría muestra que las empresas multinacionales van a desarrollarse a
través de una respuesta a los distintos “controles y restricciones impuestas por los gobiernos, las
cuales se oponen a las justificaciones teóricas del comercio y la inversión directa, privados, libres.
El proceso de internalización permite a las multinacionales superar las externalidades que
resulten de esas restricciones” (Arese, 2015, p. 176).

Las imperfecciones del mercado generan que las empresas decidan internalizar las operaciones
que antes se realizaban solamente en el mercado local. Por lo tanto, la inversión extranjera
directa se convierte en el “resultado de estas decisiones cuando las transacciones se daban
transfronteras: al instalar una filial, en el mercado que antes se abastecía mediante
exportaciones, se cubren los costos de desarrollo, o se internalizan externalidades (tarifas,
prohibiciones)” (Arese, 2015, p. 177).

Teoría ecléctica – Dunning

La teoría de Dunning (1973 – 1981) tiene como objetivo lograr una integración de las teorías
mencionadas anteriormente y que están relacionadas con la expansión internacional. Ofrecen un
marco de análisis de carácter general que busca explicar las causas de la realización de
inversiones extranjeras directas, y también como estas se van a distribuir entre los diferentes
países. De esta manera, busca defender la naturaleza ecléctica de la expansión internacional.
Este enfoque permite obtener una aproximación a cómo se realizan esas inversiones.

La principal contribución a la teoría sobre internacionalización de empresas es que permite


realizar una advertencia: cada una de las teorías sobre los determinantes de la inversión
extranjera directa está incompleta. Además, agrega que todas tienen la característica de ser a la
vez parcialmente correctas e incorrectas para explicar el proceso según el cual se producen esas
inversiones. Arese (2015) menciona que la principal hipótesis de la teoría ecléctica es que la IED
se concretará si se dan las condiciones que se mencionan a continuación.

☰ Ventajas específicas de propiedad

Para que exista la internacionalización las empresas deben poseer ventajas competitivas de
propiedad sobre empresas de otros países. Estas ventajas toman fundamentalmente la forma de
posesión de activos intangibles; propiedad de tecnología, economías de escala, diferenciación,
tamaño, menor capacidad y utilización de recursos. (Arese, 2015, p. 177)

☰ Ventajas de internacionalización

Suponiendo que las empresas poseen ventajas de internacionalización como una reducción de
costos. Es decir, debe ser más beneficioso para la empresa hacer uso de estas ventajas
mediante una extensión de sus propias actividades como empresas independientes. Por
ejemplo, para reducir los costos, reforzar los derechos de propiedad, proteger la calidad del
producto o aspectos gubernamentales (aranceles, controles de precios). (Arese, 2015, p. 177)

☰ Ventajas de localización

Suponiendo que se satisfacen estas condiciones deben darse ventajas de la localización en el


país extranjero respecto del país de origen derivadas de la calidad y costo de los “Inputs”, los
costos de transporte y comunicación, la distancia física e infraestructura. La Teoría de Dunning
también afirma que la naturaleza de estas ventajas depende de las características específicas
del país, la industria y la empresa en particular. (Arese, 2015, p. 177)

Dunning (1995) busca brindar un soporte más amplio a su investigación, para realizar una
explicación del proceso de internacionalización de las empresas. Entonces, revisa su paradigma
ecléctico y lo adapta a las consecuencias que puedan tener las empresas locales en este proceso
de internacionalización. Analiza estas consecuencias en función de las nuevas alianzas
empresariales. Estas surgen de acuerdo a avances tecnológicos y a una demanda de productos
que exige productos cada vez más innovadores. Esto, por lo tanto, demanda una mayor
cooperación empresarial y entre los distintos agentes económicos necesarios para concretarla. El
análisis realizado por Dunning encuentra su justificación en la modificación y adaptación de su
paradigma ecléctico. Según lo expresa Arese (2015),

En primer lugar, debiera darse un mayor peso al papel de la innovación a la hora de


mantener y aumentar las ventajas competitivas.
En segundo lugar, en el concepto de ventajas de localización, se necesita ponderar
otros factores como el territorial y reconocer más explícitamente las actividades
económicas, deduciendo que las teorías de la cooperación empresarial y la
internacionalización de mercados intermedios deben incluir como un objetivo
concreto de aumento de la competitividad dinámica de las empresas.
En tercer lugar, considera que el supuesto tradicional de que las capacidades de la
empresa individual están restringidas por los límites de la propiedad, ya no es
aceptable cuando la calidad de las decisiones sobre la eficiencia de las empresas
está influida muy significativamente por los acuerdos de colaboración con otras
empresas. (p. 178)

El paradigma ecléctico de Dunning brinda una mayor argumentación para explicar por qué es
importante enfatizar en las ventajas y beneficios que las compañías locales podrán obtener al
internacionalizar su operatoria.

Teoría de la empresa multinacional

Esta teoría se fundamenta en la realización de inversiones extranjeras directas por parte de las
empresas. El proceso de internacionalización implica, en la gestión del riesgo, un permanente
equilibrio del riesgo y la posibilidad de preservar el control de las operaciones. Esto lleva a las
empresas a evaluar distintas opciones estratégicas al momento de decidir la entrada a los nuevos
mercados. Por lo tanto, el nivel de riesgo que implica la decisión y el tipo de control de
operaciones requerido impactan en la elección de la opción estratégica de ingreso a nuevos
mercados (exportación, alianza estratégica o inversión directa).

A la hora de tomar la decisión de salida al extranjero, la empresa evalúa los cambios que
demandará la expansión en su gestión. La complejidad que se presenta tiene que ver con los
cambios en los productos según los nuevos mercados a proveer. Esta evaluación implica asumir
cuál es el riesgo que puede tolerar la empresa, cuál el control que pretende mantener en los
distintos eslabones de su cadena de valor, y sobre cuáles de ellos necesita ejercer control directo
durante la operación internacional.

En este proceso también surge el cálculo de cuáles son los recursos de los que se dispone para
gestionar el equilibrio entre riesgo y control. Por ejemplo: en una situación de poco riesgo y
mucho control, una estrategia de exportación podría resultar bien. Sin embargo, si el riesgo
aumenta y se necesitan más recursos o apoyos críticos, se suele optar por alianzas estratégicas.
Para los mercados más arriesgados que requieren mayor control, este se puede conseguir
mediante inversiones sustanciales en nuevas empresas o adquisiciones (Bradley, 2006).

Cuando las actividades de una empresa cruzan las fronteras nacionales, se enfrentan a
diferentes factores que introducen nuevos efectos económicos y nuevas alternativas estratégicas.
Además, cada factor tiene un alto impacto en la ventaja competitiva o en el motivo que justifica la
expansión geográfica y en la decisión crítica de cómo expandirse. En mercados de alto riesgo, la
empresa suele asignar numerosos recursos y ejercer un fuerte control de sus operaciones. Por
otro lado, en mercados de bajo riesgo y con mayores oportunidades, se asignan menos recursos
y se delega el control de la expansión en otros intermediarios.

La economía moderna se caracteriza por un constante incremento de los mercados


consumidores. Esta presenta a las empresas el desafío de lograr una mayor y más eficiente
comercialización de los bienes y servicios que producen. Esto, a su vez, las impulsa a buscar
estrategias que les permitan incrementar su participación en el mercado (Kotler y Keller, 2012).

En la actualidad, son pocos los productores que venden sus productos directamente a los
usuarios finales. Esto se debe a que el marketing directo no es factible, o bien a que el productor
carece de los recursos necesarios para hacerlo.

La IED consiste en la inversión dentro de un país seleccionado mediante la compra de empresas


locales de ese país o directamente mediante la creación de una nueva empresa en dicho
mercado.
Las compañías pueden manufacturar localmente para beneficiarse de los costos bajos de
mano de obra, evitar impuestos de importación altos, reducir los altos costos de
transportación al mercado, obtener el acceso a materias primas, o como forma de lograr la
entrada al mercado. (Cateora et al, 2010, p. 335)
La internacionalización del negocio vía una inversión en el extranjero presenta dos variantes: la
adquisición de una empresa; o una inversión del tipo greenfield (se desarrolla un centro
productivo desde cero, por ejemplo: se compra el terreno para montar una fábrica, se edifica, se
compra maquinaria, etc.). La principal motivación para invertir suele ser la cercanía geográfica,
económica, administrativa y cultural a un mercado comercialmente muy atractivo.

La adquisición de otra empresa responde a la intención de ahorrar tiempo y aprovechar los


recursos de una entidad que se encuentra ya en funcionamiento. Esto le suma al inversor una
cuota de mercado, conocimiento de clientes, proveedores y competidores. Tiene la desventaja de
tener un criterio de valor económico objetivo y que, generalmente, las expectativas de beneficios
superan a las sinergias proyectadas.

Generalmente, las inversiones greenfield se proyectan según la consideración del tamaño de


mercado, la proximidad al mercado, el acceso a materia prima, la calidad de vida, los costos
operativos, la infraestructura de logística, la disponibilidad de proveedores, la calificación de mano
de obra y el clima empresarial positivo, entre otros factores. En términos de recursos, esta es la
alternativa económicamente más costosa y con un alto costo de salida en caso de repliegue
comercial y productivo.

Internacionalización desde una perspectiva de proceso

Este enfoque toma en consideración que el proceso de internacionalización empresarial tiene la


característica de ser un “proceso de compromiso incremental de aprendizaje basado en la
acumulación de conocimientos y en el incremento de recursos comprometidos en los mercados
exteriores (modelo de Uppsala)” (Arese, 2015, p. 182).

Modelo de Uppsala

Existen elementos claves que influyen en el control de las operaciones en el exterior. Estos se
relacionan con la posibilidad de evaluar los productos en mercados externos, de formular
objetivos de mercado (marketing, precios y distribución), de monitorear las operaciones en
destino y de revisar la estrategia de entrada.

La integración se puede graduar desde delegación, cooperación y control; mientras que la vía de
acceso puede ser transaccional, contractual y estructural. En cualquier caso, estas alternativas
reflejan el grado de injerencia, flexibilidad y supervisión directa que la empresa define para sus
operaciones internacionales. La contribución de este modelo apunta a proveer una herramienta
para la toma de decisiones sobre el marco actual de acción, pero que permita aprender en el
proceso de formulación. A su vez, anotar cómo incorporar más variables en el proceso de
selección de alternativas para internacionalizar un producto o la operatoria de la empresa.

El proceso de internacionalización de una empresa implica un involucramiento cada vez mayor


con otros países. La secuencia suele comenzar con ventas a mercados vecinos y
progresivamente se extiende a mercados más distantes en términos geográficos, administrativos,
culturales y económicos.

Este proceso demanda el conocimiento de las características del mercado al cual la empresa se
está expande, y un compromiso con el mismo. También implica un mayor uso de las redes de
socios en los nuevos mercados para mejorar constantemente el nivel de operaciones.

Los socios externos con intereses comunes son un factor clave para facilitar la expansión y las
conexiones en nuevos mercados.
La internacionalización es un proceso gradual de involucramiento de operaciones con clientes y
proveedores más allá de las fronteras de los países. Este proceso evoluciona y progresa en
función del conocimiento y compromiso con nuevos mercados. Como se estudiará más adelante,
en términos de riesgo y control hay métodos de abordar mercados internacionales. Estos abarcan
desde la simple exportación a un mercado de destino hasta la inversión extranjera.

Entonces, la internacionalización es un proceso de carácter gradual que tiene una evolución que
se da a través de diferentes etapas. Arese (2015) determina, en base al análisis de diferentes
autores, que esas etapas son:

Etapa 1: Exportaciones esporádicas o no regulares.


Etapa 2: Exportación a través de representantes independientes (exportación
indirecta).
Etapa 3: Establecimiento de una sucursal comercial en el país extranjero
(exportación directa).
Etapa 4: Establecimiento de unidades productivas en el país extranjero. (p. 183)

La exportación es una operación que posibilita la generación de altos ingresos para las empresas.
El hecho de poder vender a precios más altos que en el mercado interno y diversificar el riesgo de
operar solamente en el mercado nacional son dos grandes ventajas que presenta la exportación.
Además, el hecho de incrementar el nivel de producción al vender a más mercados hace que la
empresa pueda disminuir sus costos unitarios de producción, lo que genera economías de escala.
Los márgenes de beneficios de dichas exportaciones suelen ser elevados comparados con los
obtenidos en el mercado local, porque la exportación suele ser tomada como una operación
marginal a la cual no se le cargan los costos fijos de la empresa.

Según cuál sea la ubicación del intermediario, la exportación puede ser directa o indirecta. Al
respecto Cateora et al. (2010) definen cada una de las opciones:
En la exportación directa la compañía vende a un cliente en otro país. Éste es el enfoque
más común que emplean las compañías que dan un primer paso al mercado internacional
debido a que los riesgos de pérdidas financieras pueden ser minimizados. Por el contrario,
la exportación indirecta normalmente significa que la compañía vende localmente a un
comprador (importador o distribuidor) en el país de origen, quien a su vez exporta el
producto. (p. 327)
Por otro lado, muchos productos requieren que la empresa realice ventas directas en el país
seleccionado. Cateora et al. (2010) definen esta opción de la siguiente manera:
Ventas directas: especialmente para los productos industriales de alta tecnología y de alto
precio, es probable que sea necesario establecer una fuerza de ventas en un país
extranjero. Dicha estrategia puede significar el establecimiento de una oficina con
gerentes o personal locales o expatriados dependiendo del tamaño del mercado y los
ingresos potenciales por ventas. (p. 327)
Tanto el desarrollo de habilidades en el nuevo mercado como la información disponible llevan a la
empresa, en un principio, a decidir exportar un único producto como su primera venta
internacional. En una fase posterior, se apoya en joint ventures, o alianzas estratégicas, con
distribuidores, comercializadores, o agentes de logística. Si el proyecto prospera, algunas
empresas suelen invertir en la construcción de una fábrica o con la adquisición de otra empresa,
tal como menciona el modelo de Uppsala.

El grado de conocimiento y de manejo de producto a internacionalizar (know how) definen la


asignación de recursos y el control de la operación y los riesgos. Por lo tanto, condicionan la
estrategia de entrada. Si el activo tiene alta codificación, es decir, no es fácilmente descifrable, se
opta por la exportación. Por el contrario, cuando el activo tiene determinados activos a proteger
(marca), o su valor deriva de actividades de mercadeo, las alianzas estratégicas o acuerdos de
distribución o licencias suelen marcar las pautas de entrada al nuevo mercado.

Proceso de dirección estratégica

El proceso de dirección estratégica es una teoría según la cual una empresa, en el proceso de
internacionalización, atravesará “tres etapas principales: análisis de factores de competitividad
(país, sector y recursos y capacidades de la empresa), formulación de estrategias (de entrada,
competitivas y funcionales) e implantación (diseño organizativo y mecanismos de control)” (Arese,
2015, p. 184).

Luego de haber identificado el país de destino, en función de identificar las estrategias típicas de
ingreso a mercados, se deberá realizar una evaluación de las distintas formas posibles de ingreso
de la empresa. Entre ellas se pueden mencionar: “exportaciones, inversión directa, Joint Venture
o coinversiones con socios locales o extranjeros, licencias, franquicias, contratos de
administración y/o de producción” (Arese, 2015, p. 185).

En relación a la estrategia, hay que tener en consideración tres grandes aspectos al momento de
internacionalizar una empresa. A continuación, se presentan los aspectos que plantea Arese
(2015).

☰ Las condiciones de la base de operaciones donde está localizada la empresa


La empresa está influenciada por la base de operaciones. Las condiciones del área, tanto
específicas como globales, la dinámica de la industria y del resto de las empresas con las que se
relaciona son elementos primordiales a la hora de afrontar la internacionalización. (Arese, 2015,
p. 185)

☰ Las condiciones del área o país de destino

El estudio del área-país de destino es el foco de interés del proceso de internacionalización ya


que será donde se desarrollará la acción correspondiente. En este punto, son fundamentales las
barreras de entrada y salida en los correspondientes mercados, las condiciones globales y
específicas del área-país de destino y las condiciones de las otras empresas que ya operan en la
mencionada área. (Arese, 2015, p. 185)

☰ La decisión de internacionalizarse

El tercero de los elementos se refiere a la decisión de internacionalizarse. Una empresa que


posee una determinada ventaja, a través de la prestación de servicios o la realización de
determinados productos, debe tratar de explotarla en el mercado exterior. (Arese, 2015, p. 185)

Existen algunos aspectos que distinguen la estrategia de mercado en el ámbito doméstico de la


del ámbito internacional. La diferencia entre las preferencias, los valores culturales y los patrones
de consumo de los países ofrecen a las empresas la ventaja estática de trasladar su producto a
múltiples mercados. O bien, a la inversa, incorporar algún descubrimiento de producto
proveniente de un mercado externo. También pueden tomar la decisión estratégica de elegir a
qué mercados vender.

Gestionar operaciones de manera internacional posee algunas particularidades, tales como la


posibilidad de explotar economías de escala, el desafío de gestionar en un ambiente más volátil
que el mercado doméstico, y el reto de aprovechar la heterogeneidad de los mercados en
beneficio de la empresa. Pero, ¿qué implica cada una de ellas?

☰ Escala

El tamaño de los mercados internacionales ofrece la oportunidad de explotar economías de


escala. Es decir, producir en grandes cantidades para reducir costos unitarios y desarrollar
productos en un mercado y distribuirlo en múltiples locaciones. Además, permite diferenciarse en
costos y priorizar dónde competir según la propia relación precio y costo.
☰ Volatilidad

Los cambios abruptos en las variables económicas generan cambios permanentes al operar en
mercados internacionales. Un ejemplo típico de esto son las variaciones del tipo de cambio entre
países, que afectan el precio expresado en otra moneda. Esto genera múltiples impactos en la
definición sobre localización de los distintos eslabones de la cadena de valor de la empresa. Por
ejemplo, la volatilidad permite que la empresa pueda innovar y arbitrar sus ventajas competitivas
a través de la optimización y relocalización de actividades.

☰ Heterogeneidad

Desde el punto de vista de la ventaja competitiva, las diferencias entre mercados permiten
trasladar atributos de los productos en ambos sentidos (importación y exportación). Inclusive,
desde el punto de la eficiencia, permite producir un producto de características elevadas y
distribuirlo eficientemente a una mayor escala.

La escala, la variedad y la volatilidad de los mercados impactan en las empresas que deciden
internacionalizarse. Esto se debe a que demandan habilidades y recursos especiales para
gestionarlas. Estas particularidades de la gestión internacional del negocio tienen un impacto muy
alto en las empresas que deciden ir más allá de sus fronteras, ya que demandan habilidades y
recursos especiales para gestionarlas. Además, tienen profunda influencia en la ventaja
competitiva de la empresa.

Desde el punto de vista de las decisiones estratégicas, la heterogeneidad obliga a las empresas a
seleccionar cuidadosamente sus mercados. La escala permite priorizar la asignación de recursos
a mercados. La volatilidad ayuda a decidir dónde es más conveniente localizar los distintos
eslabones.

Entonces, en caso de considerar que la estrategia debe ser consistente y alinear actividades
dentro de la empresa, a la hora de expandir los mercados, los directores deben considerar de qué
manera impactarán la escala, la volatilidad y la heterogeneidad sobre la ventaja competitiva y las
decisiones estratégicas.

Tradicionalmente, se reconoce que cuando una empresa produce en un punto óptimo de escala,
sus costos unitarios (elaboración y comercialización) por producto disminuyen. Por lo tanto, si la
empresa localiza múltiples mercados de volumen que le permitan optimizar su escala, puede
llegar a desarrollar y calibrar la distribución. Esto le permitirá que el costo de sus productos sea
menor, y operar de modo más eficiente la cadena de valor. La búsqueda y selección de mercados
de volumen orientará la decisión estratégica de la empresa acerca de dónde competir y en qué
mercados priorizar el desarrollo de operaciones para la internacionalización.

En el caso de la volatilidad, su gestión en los mercados internacionales requiere apertura al


aprendizaje, flexibilidad para innovar y generación de conocimiento de mercado para adaptarse a
los cambios. Estos factores han permitido que las empresas (a través del ciclo de aprendizaje de
gestión global) descubran o desarrollen ajustes en sus productos o en su organización, que
pueden ser aprovechados para otros mercados. En este sentido, abruptas variaciones
macroeconómicas (tipo de cambio, inflación, impuestos, entre otros) influyen en los costos de la
compañía y pueden orientar la decisión estratégica de trasladar las actividades de producción de
un país a otro.

La heterogeneidad de los mercados, por su parte, permite hacer un arbitraje estático en la


gestión. Por ejemplo, en el caso que se descubra un beneficio o se aprendan nuevas tendencias
de consumo, pueden implementarse en otros mercados y así mejorar la ventaja competitiva. A su
vez, la amplitud de variedad y diferencias que existen entre los mercados permite tomar
decisiones estratégicas sobre qué productos comercializar en cada uno de ellos.

Internacionalización desde una perspectiva de la teoría de redes

Mediante estas teorías se genera el desarrollo de nuevas ideas que analizan el proceso de
internacionalización como si se tratara de “un desarrollo lógico de las redes inter-organizativas y
sociales de las empresas. La interacción social cobra relevancia pues las relaciones
internacionales necesitan de ella para madurar y desarrollarse” (Arese, 2015, p. 187). Si la
empresa busca internacionalizarse en una fase temprana, podrá generar resultados de manera
rápida. Por otro lado, si se trata de industrias con un alto grado de maduración, el cambio va a ser
mucho más lento que en aquellas industrias que tienen un alto crecimiento.

La internacionalización desde una perspectiva de born global

Los últimos veinte años se han caracterizado por una fuerte presencia de los negocios
internacionales en la vida cotidiana. Esta tendencia se ha favorecido por una liberalización de las
barreras comerciales entre países o bloques de países, además de una desregulación gradual de
los movimientos de capital entre los mercados de los países.
La internacionalización de los negocios o globalización se observa como una intensificación del
intercambio de bienes y servicios entre los mercados domésticos o países. Esto ocurre mientras
se expande la circulación de activos financieros entre los mercados a través de redes de servicios
financieros.

Se compran y venden en los mercados domésticos (tradicionalmente llamados nacionales) bienes


y servicios que han sido producidos en otros mercados. En el sentido del flujo de capitales, se
percibe una mayor presencia de inversores internacionales. Por ejemplo, los bancos
internacionales han ampliado su presencia en distintos países, a través de la compra de bancos
locales y su incorporación a su red de sucursales; agencias de bolsa o bancos de inversión
radicados en un país ofrecen a los ahorristas locales colocar o invertir sus excedentes en la
compra de activos financieros (bonos públicos o privados, acciones y otros instrumentos) emitidos
en los mercados de otros países.

El entorno de globalización ha generado un cambio de escenario para aquellas empresas y


entidades financieras que tradicionalmente operaban exclusivamente en mercados domésticos.
“El fenómeno conocido como born global (nacida internacional), abarca empresas internacionales
de reciente creación que siguen un enfoque global desde su creación o que se internacionalizan
en los dos primeros años de vida” (Arese, 2015, p. 187).

Una de las dificultades que enfrentan estas firmas es la falta de recursos financieros para que sus
operaciones arranquen a nivel internacional. Arese (2015) menciona 10 factores que permiten
caracterizar a las firmas born global como exitosas. Comúnmente, estos son llamados factores
críticos de éxitos para las empresas born global. A continuación, se los enumera.

1. Una visión global desde la gestación del proyecto.


2. Un alto grado de experiencia internacional previa de parte de los managers.
3. Un mayor compromiso de los fundadores hacia la empresa.
4. Un fuerte uso de las redes personales y de negocios.
5. Un conocimiento y compromiso con el mercado.
6. Activos intangibles únicos basados en el gerenciamiento del conocimiento.
7. Alta creación de valor a través de diferenciación, productos de tecnología avanzada,
innovación tecnológica y liderazgo en calidad.
8. Una estrategia internacional proactiva y de focalización en un nicho, en mercados
geográficamente dispersos alrededor del mundo desde el comienzo.
9. Grupos de consumidores estrechamente definidos, una fuerte orientación hacia el
cliente y una relación cercana con el cliente.
10. Flexibilidad para adaptarse rápidamente a las cambiantes condiciones y a las
circunstancias externas. (p. 188)

No todos los sectores se ven afectados por la globalización de la misma forma. La intensidad con
la que una empresa se ve sometida a las dinámicas de la competitividad internacional depende,
en buena medida, de las características intrínsecas del sector en el que se desenvuelve.
Cómo salir al exterior: formas de salida, formas de penetración y distribución. Formas de
penetración en mercados externos

Las empresas suelen comenzar por competir en un solo segmento de productos similares. A
medida que crecen se enfrentan a la pregunta de cómo expandirse a través de productos
diversos, nuevas líneas de negocios o nuevos mercados.

Cuando las empresas realizan sus actividades de crecimiento dentro de un mismo país se habla
de expansión doméstica; esta puede hacerse a través de nuevos productos o líneas de negocios.
Dentro del mercado doméstico, la empresa puede expandirse horizontalmente hacia nuevos
productos o líneas de negocios, o bien puede expandirse verticalmente y mudar, por ejemplo, de
tareas de producción a tareas de distribución del mismo producto.

En general, la estrategia de expansión se inicia luego de haber establecido una ventaja


competitiva sólida en el mercado doméstico.

Sin embargo, hay otras empresas que dirigen su crecimiento hacia la expansión a nuevos
mercados geográficos. Estas se apoyan en una ventaja competitiva en su mercado doméstico y
en una capacidad para explotar los beneficios que surgen a partir de la diversificación en distintos
mercados.

Arese (2015) hace la siguiente distinción entre diferentes conceptos implicados en actividades de
comercio internacional.

☰ Formas de salir al exterior

“Son las distintas alternativas que la empresa tiene para que sus productos sean vendidos en
otros mercados” (Arese, 2015, p. 205).
☰ Formas de penetración a los mercados externos

“Es la decisión por medio de la cual la empresa selecciona de qué forma ingresará a un
determinado mercado previamente seleccionado” (Arese, 2015, p. 205).

☰ Formas de distribución física internacional (DFI)

Es la modalidad que asume la empresa para colocar en los mercados externos los productos. La
misma significa la articulación logística entre la expedición de la empresa, los servicios portuarios
y de transporte junto a idénticos servicios en el mercado de destino. (Arese, 2015, p. 205)

☰ Formas de distribución en el mercado exterior

“Es la decisión de la empresa de seleccionar la forma en la cual su producto será distribuido en


el mercado meta, una vez ya ingresado al mismo” (Arese, 2015, p. 205).

Una estrategia internacional efectiva considera el bienestar de la empresa, el control de la


propiedad y el apoyo en ventajas competitivas. Por lo tanto, una estrategia internacional efectiva
es aquella que distribuye sus actividades en distintos países mientras genera valor para la
empresa. De acuerdo con Collins y Siegel (2006), para argumentar una estrategia de expansión
internacional, la empresa debe transitar por tres pruebas: bienestar, control de propiedad y
ventaja competitiva. A continuación, se describe cada una de ellas.

☰ Bienestar de la empresa

Es necesario demostrar que las actividades en otro país crearán valor. Estas actividades pueden
consistir en: introducir en el nuevo mercado bienes o activos generados en el país de origen, o
bien explotar desde su mercado doméstico recursos en el mercado extranjero.

☰ Control de la propiedad

Cuando una firma expande sus actividades a otros países, lo hace a través de una venta
internacional (exportación) o mediante una licencia a una firma del otro país según la cual
permite comercializar, distribuir o producir sus bienes. Otra opción es por vía de una inversión
directa. En cualquiera de estos casos el punto sensible radica en cómo la empresa mantiene el
dominio sobre sus bienes y su marca, en términos tangibles e intangibles. Es decir, si la firma
puede, mediante contratos, proteger su propiedad en otros países.

☰ Ventaja competitiva

Es importante que la empresa sepa crear ventajas y, además, sostenerlas en su sector industrial.
En líneas generales, la estrategia de expansión se inicia con una ventaja competitiva en el
mercado doméstico, denominada ventaja propia, y resulta de la propiedad o administración de
recursos o capacidades. Por este motivo, si una firma intenta expandirse internacionalmente y no
tiene una ventaja competitiva sólida, va a fracasar cualquiera sea la dirección en que pretenda
diversificarse. Esto se debe a que, generalmente, la competencia en los mercados
internacionales abiertos es más intensa.

Por otro lado, de acuerdo con Porter (1987):


La ventaja competitiva internacional nace fundamentalmente del valor que una empresa
(de cualquier ubicación geográfica) es capaz de crear para sus compradores (en cualquier
país), que exceda el costo de esa empresa por crearlo. El valor es lo que los compradores
(de cualquier país) están dispuestos a pagar y el valor superior sale de ofrecer precios
más bajos que los competidores (o productores domésticos) por beneficios equivalentes o
únicos que justifiquen un precio mayor. (p. 20)
Los objetivos de crecimiento de una empresa varían de acuerdo a la compañía, la industria y el
mercado. Sin embargo, se pueden apreciar algunas fuerzas interiores generales que empujan el
crecimiento y lo ponen en la mira de la mayoría de las organizaciones. A continuación, se detallan
algunos ejemplos de estas fuerzas en acción.

La necesidad de diseñar una nueva línea de negocio dentro de la misma empresa,


para aprovechar procesos de producción y cartera de clientes existente.
El impulso a ganar nuevos canales de distribución para mejorar o incrementar la
llegada de productos.
El aumento de los niveles de producción para generar beneficios de escala; la
posibilidad de comercializar en un nuevo ámbito geográfico (ciudad, provincia o
país).

Figura 3: Objetivos de crecimiento de las empresas


Fuente: Gillsberg y Wahlberg, 2007, p. 13.

Los aportes realizados por diferentes autores a la definición de internacionalización son


numerosos. A modo de síntesis, esta puede ser expresada en base a cuatro características:
El grado de compromiso de la empresa, el ámbito geográfico de actuación, el proceso de
cambio que implica esta estrategia y el análisis de dicha estrategia. A modo de ejemplo,
Andersson (2002) se refiere a la internacionalización como el grado de compromiso de la
empresa en actividades internacionales; otros autores (Beamish, 1990; Laguna, 1997)
hacen referencia al ámbito geográfico de actuación de la empresa, que debe ser mayor al
nacional; y otros (Gallo y Sveen, 1991; Karlsen et al., 2003) consideran la
internacionalización como un proceso de cambio que implica, entre otras cuestiones,
operar en nuevos mercados. (Lombardo et al, 2007, p. 83)
Independientemente del tamaño de la organización, las alternativas básicas de crecimiento de la
empresa son: una mayor profundidad en el mercado interno, o la expansión geográfica.

La alternativa de mercado interno implica intensificar la competencia doméstica a través de la


innovación en canales, con una mayor diferenciación del producto existente, o la creación de
nuevos productos.

La segunda alternativa consiste en expandirse geográficamente a nuevos países a través de


productos ya existentes, o bien crear o adaptar productos ya existentes en la cartera de
comercialización de la compañía.
Figura 4: Proceso de expansión de una empresa
Fuente: elaboración propia con base en Luostarinen, 1989.

Con respecto a las formas de ingreso a un mercado, las empresas evalúan el riesgo y el control
en lo que respecta a la estrategia internacional. Este proceso se realiza de la siguiente manera.

Figura 5: Riesgo y control en la estrategia internacional

Fuente: elaboración propia con base en Bradley, 2006.

La siguiente figura muestra las diferentes formas de salir al exterior.

Figura 6: Formas de salir al exterior


Fuente: Arese, 2015, p. 205.

Por su parte, Cateora et al. (2010) mencionan las siguientes formas de ingreso a un mercado
internacional:

Exportación como estrategia de ingreso

La exportación es una operación que posibilita la generación de altos ingresos para las empresas.
El hecho de poder vender a precios más altos que en el mercado interno y diversificar el riesgo
que implica operar solamente en el mercado nacional son dos grandes ventajas de la
exportación. Además, el hecho de incrementar el nivel de producción al vender a más mercados
hace que la empresa pueda disminuir sus costos unitarios de producción, lo que genera
economías de escala. Los márgenes de beneficios de dichas exportaciones suelen ser elevados
comparados con los obtenidos en el mercado local, porque la exportación suele ser tomada como
una operación marginal a la cual no se le cargan los costos fijos de la empresa.
Dependiendo de cuál sea la ubicación del intermediario la exportación puede ser directa o
indirecta. Ambas opciones fueron descritas anteriormente en esta lectura.

Licencias como método de ingreso

La ventaja que presenta esta estrategia de ingreso a un mercado es que la firma no tiene la
necesidad de realizar inversiones en el exterior para ingresar al mercado seleccionado. Al
respecto, Cateora et al (2010) agregan que:
Los derechos de explotación de patentes, derechos de marcas registradas y los derechos
de utilizar procesos tecnológicos se otorgan mediante licencias. Normalmente, es una
estrategia preferida por las compañías pequeñas y medianas, aunque por ningún motivo
está limitada a este tipo de compañías. (p. 328)
Franquicia

Respecto a las franquicias, Cateora et al. (2010) expresan que:


representan un tipo de licencia con un gran crecimiento en el mercado mundial. Se trata
de una licencia en la cual el franquiciador proporciona un paquete estándar de productos,
sistemas y servicios de administración, y el franquiciado proporciona los conocimientos de
mercado, capital y compromiso personal en la administración. La combinación de
habilidades permite la flexibilidad para lidiar con las condiciones del mercado local y
proporcionar a la compañía matriz un grado razonable de control. El franquiciador puede
dar seguimiento por medio del marketing de los productos hasta el punto de la venta final.
La franquicia supone una forma importante de integración vertical de mercados.
Potencialmente, el sistema de franquicias proporciona una mezcla efectiva de
centralización de habilidades y descentralización operacional; es una forma cada vez más
importante de marketing internacional. (p. 328)

Inversión extranjera directa

La IED consiste en la inversión dentro del país seleccionado, mediante la compra de empresas
locales de ese país; o directamente a través de la creación de una nueva empresa en dicho
mercado.
Las compañías pueden manufacturar localmente para beneficiarse de los costos bajos de
mano de obra, evitar impuestos de importación altos, reducir los altos costos de
transportación al mercado, obtener el acceso a materias primas, o como forma de lograr la
entrada al mercado. (Cateora et al., 2010, p. 335)

Joint ventures

Bajo esta modalidad, dos o más empresas se unen a través del establecimiento de una nueva
empresa en otro país. Para la creación de esta nueva empresa, cada socio aportará un activo
tangible o intangible. El control que tenga sobre la nueva empresa creada estará en función del
aporte realizado.

Cateora et al (2010) agrega lo siguiente en relación a las joint ventures:


Además de servir como medios para disminuir los riesgos políticos y económicos por la
cantidad de la contribución del socio en la colaboración, las IJV ofrecen una manera
menos riesgosa de entrar a los mercados que implican barreras legales y culturales que
se presentarían en el caso de la adquisición de una compañía existente. (p. 333)

Alianzas estratégicas
A diferencia del joint venture, en esta modalidad cada empresa aporta recursos propios, pero sin
la necesidad de creación de una nueva empresa.
Las AEI (Alianzas Estratégicas Internacionales) se consideran una forma de superar las
debilidades e incrementar las ventajas competitivas. Las oportunidades de rápida
expansión en nuevos mercados, acceso a nuevas tecnologías, costos de producción de
marketing más eficientes, acciones estratégicas competitivas y el acceso a fuentes
adicionales de capital constituyen motivos para formar alianzas estratégicas
internacionales. Por último, existe evidencia de que las AEI a menudo contribuyen
positivamente al incremento de las utilidades de ambos socios. (Cateora et al., 2010, p.
330)
A continuación, se presentan actividades de repaso.

1. ¿Por qué se ve fortalecido el incremento del bienestar en una empresa


que se internacionaliza en el largo plazo?

● Creación de valor económico por la introducción de un nuevo producto, o con el


traslado de algo desde un nuevo mercado a la empresa.

● Solo aumento de importaciones en insumos críticos y vínculos con otros


mercados.

● Solo incremento de importaciones por una caída en el tipo de cambio nominal.

● La realización de una exportación ocasional que genera un incremento en los


beneficios por liquidación de stock.

● Solo incremento de exportaciones con tipos de cambio favorables.

Justificación

2. El proceso de internacionalización de una empresa implica un


involucramiento cada vez mayor con otros países. La secuencia suele
comenzar con:

● Ventas a mercados vecinos; progresivamente se extiende a mercados más


distantes en términos geográficos, administrativos, culturales y económicos.

● Ventas a mercados vecinos con distancias económicas más altas.

● Ventas a mercados distantes con similitudes culturales.

● Ventas a mercados con alta competencia para estimular el desarrollo de la


empresa.

● Ventas a mercados de altas competencias con distancia geográfica relativa.

Justificación
Referencias
Albert Gómez, M. J. (2014). La vertiente educativa y social de los derechos humanos. Centro de
Estudios Ramón Areces S.A.

Arese, H. F. (2015). Introducción al Comercio Exterior. Errepar.

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Cateora, P., Gilly, M. y Graham, J. (2010). Marketing Internacional (14ª Edición). Mc Graw Hill.

Collins, D., y Siegel, D. (2006). Introduction to International Strategy. Module Note. Harvard
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Dunning, J. H. (1995). Revisión del paradigma ecléctico en una época de capitalismo de


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Kotler, P. y Keller, K. L. (2012). Dirección de Marketing. Pearson Educación.

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Luostarinen, R. (1989). Internationalization of the firm: An empirical study of the


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Porter, M. (1987). Ventaja Competitiva. Creación y sostenimiento de un desempeño superior.
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Villarroel P. y Yetzy U. (2009). La globalización: efectos en el estado y el sistema internacional.


Aldea Mundo, 14(27), 55-62. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=54315984007.
El Estado y la internacionalidad: el
factor político. La Organización
Mundial del Comercio (OMC). Parte
2
Introducción
Gran parte del comercio internacional se realiza en un contexto en que los países
otorgan un tratamiento diferencial a sus socios comerciales. Este tratamiento,
generalmente, ocurre en la forma de integración económica, en la cual los países se
reúnen para crear una unidad económica más grande con relaciones especiales entre
los miembros.

A lo largo de la presente lectura, determinaremos las características principales de las


distintas formas de integración regional, para luego dar paso al estudio de dos de los
procesos de integración regional más importantes dentro de los cuales se encuentra
inmersa Argentina: la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y el Mercado
Común del SUR (Mercosur). Estos procesos les permiten a las empresas del país
ingresar a los países que forman parte de dichos acuerdos en condiciones
preferenciales, al abonar, por lo general, un arancel del 0 %. Este aspecto genera que
las compañías se encuentren en una mejor posición competitiva internacional en
relación con aquellas empresas que se encuentran en países que no forman parte de
estos procesos de integración. Por este motivo, se hace importante analizar los distintos
procesos de integración regional existentes, teniendo en consideración las distintas
etapas por las que pueden atravesar, partiendo de un simple acuerdo de tarifas hasta la
integración final que implica acuerdos monetarios y políticos.

1. El Estado y la internacionalidad: el factor


político. La Organización Mundial del Comercio
(OMC)
Caso de estudio
Para el análisis práctico que corresponde a esta lectura, utilizaremos el escrito de
Eugenia Dri (s.f.). denominado La Integración del MERCOSUR: Análisis del Proceso de
Negociación del Tratado de Asunción, realizado para el Centro Argentino de Estudios
Internacionales (CAEI).

La Integración del MERCOSUR. Análisis del Proceso de Negociación del Tratado


de Asunción

Fuente: Dri, E. (s.f.). La Integración del MERCOSUR: Análisis del Proceso de Negociación del Tratado de Asunción. Working
Paper, 46 del Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI).
https://articulateusercontent.com/rise/courses/d2jO2vaBBZ4ZyJSlPYz82OhXTzed-TOZ/VnqRYl3seQjsvXy2-
Caso%2520pr%25C3%25A1ctico%2520-%2520Lectura%25202.pdf

El Estado y la internacionalidad: principales procesos de


integración como resultado de la negociación
Los diferentes países van realizando entre ellos una serie de acuerdos con el objetivo de
brindarse un trato diferencial en materia arancelaria y para-arancelaria. Estos acuerdos
generan cierta discriminación en relación con aquellos mercados que no forman parte de
la unión, ya que no obtienen los beneficios que sí van a poseer aquellos países que van
a ser parte. Este tipo de acuerdos de integración persigue la finalidad de generar
unidades económicas de mayor tamaño mediante la creación de una serie de
condiciones que permiten liberalizar el comercio internacional en pos de obtener los
beneficios que implica el hecho de tener una economía más abierta a la
comercialización internacional de bienes y servicios sin perder el control de las
mercaderías que atraviesan sus fronteras.

A pesar de ello, hay que tener en consideración que, mientras mayor sea la apertura
comercial, menor va a ser el control interno que van a tener los mercados sobre sus
economías. Debido a esta situación es que la apertura se va realizando a través de
diferentes etapas donde, por ejemplo, los acuerdos preferenciales primeros no poseen la
fuerza necesaria para lograr reducir el control interno de la economía, como sí lo pueden
llegar a tener en etapas posteriores de estos procesos de integración.

Un aspecto a tener en cuenta es que la liberalización del comercio internacional sobre


una base regional supone la eliminación de barreras al intercambio entre dos o más
países sin hacerla extensiva al resto de los socios comerciales. Esto constituye una
violación al principio de no discriminación entre extranjeros (cláusula de nación más
favorecida), que está permitida por distintos acuerdos de la Organización Mundial del
[1]
Comercio (OMC) .

Del escrito del CAEI (Dri, s.f.) se desprende que, tras la necesidad de constituirse como
un bloque regional para tener la posibilidad de negociar con países desarrollados, los
países de Sudamérica en los 60 comenzaron a incursionar en procesos de integración
regional. Esa integración económica es una política comercial adoptada por dos o más
países para reducir o eliminar las barreras comerciales en forma discriminatoria, siendo
un proceso a través del cual dos o más Estados se unen para formar un solo mercado
(Fratalocchi, 2002).

Existen diferentes factores que ayudan a la integración comercial:

Ubicación geográfica.
Idioma común.
Patrones culturales.
Niveles de desarrollo parecidos.

A su vez, las causas de la integración son las siguientes:

[1]
Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio [GATT] de 1947 [actualizado en 1994]. Párrafo 7,

artículo XXIV. 30 de octubre de 1947; Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios [AGCS] de 1995. Cláusula de

Habilitación; párrafo 7, artículo V. Enero de 1995.

Figura 1: Causas de integración regional entre países


Fuente: elaboración propia

Como puede notarse, independientemente del proceso de integración regional realizado,


se crea una especie de trato diferenciado entre aquellos países que van a formar parte
del acuerdo de los que no. Por otro lado, es importante tener en cuenta que estos
acuerdos pueden llegar a provocar desplazamientos en el patrón de comercio entre los
países miembros de la agrupación y los que no forman parte. Esto se debe a que
pueden generar desviación de comercio de un país que no es parte del acuerdo y que
tiene unos costos de fabricación reducidos; pero al quedar fuera del proceso de
integración va a tener que abonar los aranceles a la importación, mientras que los
países miembros del proceso no van a abonar los aranceles, por lo que van a tener una
situación de mayor ventaja para ingresar a dicho mercado.

Sin embargo, a pesar de la situación mencionada ut supra, la Organización Mundial del


Comercio brinda un reconocimiento al hecho de liberalizar el comercio entre sus países
miembros a través de la generación de acuerdos libremente concertados que tienen el
objetivo de generar una más alta integración de las economías de aquellos países que
conformen el acuerdo.

Así, por ejemplo, una unión aduanera o una zona de libre comercio tienen que tener
como objetivo el facilitar el comercio entre aquellos países que van a ser parte del
acuerdo sin provocar algún tipo de obstáculo al de otras partes contratantes con estos
territorios.

Podemos encontrar diferentes tipos de acuerdos comerciales regionales que se van a


diferenciar en función del alcance que tomen los compromisos que hayan asumido los
países miembros. Esos diferentes tipos de integración regional, que es necesario
considerar, tienen una clasificación establecida en función de la cobertura de la actividad
económica y el grado de integración, que podemos visualizar en la siguiente figura.

Figura 2: Formas de acuerdos de integración regional

Fuente: elaboración propia con base en Ronderos, 2006

Como observamos en la imagen ut supra, mientras mayor sea el alcance de los


compromisos asumidos, menor será la autonomía de la política económica de los países
participantes; ya que se necesitarán mayores niveles de coordinación y mayor será el
impacto del comercio sobre las economías involucradas. Veamos las diferentes formas
que existen sobre acuerdos de integración regional, de acuerdo con Ronderos (2006):

☰ Acuerdo de alcance parcial (AAP)

Es el acuerdo de integración regional que tiene menor cobertura de la actividad


económica e implica la eliminación y/o reducción de aranceles entre los países
firmantes limitada a algunos productos, por ejemplo, el Acuerdo de Alcance Parcial
entre Chile e India.

☰ Zona de libre comercio (ZLC)

En este esquema, los países eliminan o disminuyen los aranceles de lo esencial del
intercambio recíproco o el de todo el universo arancelario; mientras que,
simultáneamente, cada país es independiente para desarrollar políticas comerciales
(nivel de derechos, restricciones no arancelarias, etc.) entre los países no miembros de
la ZLC. Los productos beneficiados con la rebaja o eliminación de aranceles, es decir,
negociados en la ZLC, deben cumplir con acuerdos (normas) de origen preferenciales.

☰ Unión aduanera (UA)

Esta etapa es más avanzada que la anterior. Los miembros de la UA eliminan todos los
derechos de importación del intercambio recíproco y se adopta una política comercial
externa común en relación con los países o bloques comerciales no miembros. Esto
requiere la existencia de un arancel externo común (AEC), la libre circulación de bienes
originarios del bloque y del resto del mundo, un esquema de distribución de la renta
aduanera entre los países miembros, un sistema único de clasificación de mercaderías,
un código aduanero común, un sistema común de valoración en aduana, la
homogeneización de preferencias comerciales otorgadas a terceros, la armonización de
regímenes especiales de comercio, un sistema común de medidas de defensa
comercial, etc. De todas maneras, para algunos autores, una unión aduanera es una
zona de libre comercio con un arancel externo común.

☰ Mercado común (MC)

Esta etapa es más estrecha que la anterior. Los miembros del MC no solo eliminan
todos los derechos de importación y adoptan una política comercial exterior común,
sino que además eliminan todas las trabas a los movimientos de los factores de la
producción (capitales, mercaderías y personas).

☰ Unión económica (UE)

Esta forma más acabada de integración abarca, además de lo expresado respecto al


mercado común, la unificación de las instituciones económicas y la coordinación de las
políticas económicas con respecto a los países que integran la UE. Un ejemplo es la
Unión Europea (UE).

☰ Unión monetaria

Representa una unión económica en la cual los países miembros adoptan una moneda
común (ya sea la moneda de uno de los integrantes o una divisa regional). Un ejemplo
es la Eurozona.

A pesar de que los procesos de integración más profundos usualmente comienzan como
un acuerdo de alcance parcial o una zona de libre comercio para luego avanzar
progresivamente hacia las etapas posteriores, es importante destacar que no todos
estos acuerdos convergen finalmente en una unión aduanera, un mercado común, una
unión económica o una unión monetaria; inclusive, la gran mayoría de este tipo de
acuerdos regionales que se suscriben a nivel mundial tienen como objetivo la
conformación de una zona de libre comercio.

Figura 3: El Estado y la internacionalidad. Etapas

Fuente: elaboración propia

En resumen, las características de cada etapa del proceso de integración regional son
las siguientes:

Tabla 1: Etapas de la integración económica

Etapa Reducción Liberación Política Libre Política Política

arancelaria comercial comercial movilidad económica monetaria


común común de común común

factores

Acuerdo X

de alcance

parcial
(AAP)
Zona de X X
libre

comercio
(ZLC)

Unión X X X
aduanera

(UA)

Mercado X X X X
común

(MC)

Unión X X X X X

económica

(UE)

Unión X X X X X X

monetaria

Fuente: elaboración propia

“El conjunto de todos estos acuerdos regionales se conoce a nivel mundial como
spaghetti bowl (plato de espagueti). Al trazar una línea entre los países que tienen
acuerdos regionales, el mundo parecería un plato de espagueti” (Corredor Velandia et
al., 2016, p. 84. Esto se puede observarse en la siguiente figura, donde se muestran los
acuerdos firmados por los países de América con los de Asia:

Figura 4: Spaghetti bowl

Fuente: Corredor Velandia et al., 2016, p. 84


Como puede apreciarse, el mundo se está direccionando a una situación de arancel 0
(cero), producto de la proliferación de acuerdos comerciales que se están dando. La
cantidad de acuerdos sigue creciendo día a día, y en la actualidad —noviembre de 2022
— existen en vigor 355 acuerdos vigentes, teniendo la particularidad de que gran parte
son tratados de libre comercio:

Figura 5: Acuerdos comerciales internacionales

Fuente: Sistema de Información sobre los Acuerdos Comerciales Regionales (SI-ACR) de la OMC, 2022, https://bit.ly/380aYio

Estos acuerdos comerciales regionales revisten vital importancia para gran parte de los
países del mundo, por ello, es dable destacar que en los últimos años la gran mayoría
de los esquemas de preferencias unilaterales otorgadas por los países desarrollados o
los países en vías de desarrollado han sido reemplazados por acuerdos comerciales
regionales, donde las preferencias entre las partes son recíprocas.

Los países tienen diferentes motivaciones para negociar acuerdos comerciales


regionales, siendo las principales motivaciones económicas las siguientes:

La búsqueda de acceso a nuevos mercados.


La necesidad de estimular la competitividad a través de la mayor competencia.
La reducción de los costos de los insumos importados y la obtención de
economías de escala.
La introducción de nuevos temas (por ejemplo, derechos de propiedad intelectual
relacionados con el comercio por parte de los países desarrollados).
La intención de atraer inversiones.
Los «costos de quedarse afuera» ante la proliferación de acuerdos comerciales
regionales en el resto del mundo.
La necesidad de consolidar reformas internas.

A su vez, muchos gobiernos buscan a través de estos acuerdos alcanzar objetivos de


índole política, tales como:

la búsqueda de un mayor poder de negociación en ámbitos multilaterales;


la consolidación de la democracia o la pacificación de las relaciones con los
socios.

Veamos los distintos tipos de acuerdos bilaterales:

☰ Acuerdos de alcance parcial

Considerados actualmente como el tipo de acuerdo bilateral básico en materia


arancelaria, tienen como objetivo liberar parcialmente el comercio basándose en un
listado acotado de productos.

☰ Asociaciones económicas

Son acuerdos de carácter bilateral de alcance intermedio entre un tratado de libre


comercio y un acuerdo de alcance parcial. Además de involucrar acuerdos arancelarios,
abordan convenios en temas conexos no directamente comerciales.

☰ Tratado de libre comercio (TLC)

Consiste en un acuerdo comercial regional o bilateral para ampliar el mercado de


bienes y servicios entre los países participantes de los diferentes continentes o
básicamente en todo el mundo.

Hasta aquí, el análisis ha sido de tipo estático, pero en adición a este tipo de efectos, la
teoría de los procesos de integración regional también examina los beneficios dinámicos
de una unión:

1. El aumento del tamaño del mercado posibilitado por la unión permite que las
industrias experimenten economías de escala.
2. La eliminación de la protección respecto a los países miembros lleva a un
incremento en la competencia.
3. El hecho de que los países miembros negocien juntos los aranceles a aplicar sobre
el resto del mundo les provee de un mayor poder de negociación.

Es importante tener en cuenta los ganadores y perdedores que surgen al producirse una
integración regional:

Tabla 2: Ganadores y perdedores de los acuerdos comerciales regionales

Ganadores Perdedores

1. Consumidores de los países 1. Productores nacionales


miembros: pueden obtener una desplazados por las importaciones
mayor cantidad y variedad de desde el país socio.
productos a un precio menor.
2. Trabajadores de las actividades
2. Productores de bienes y servicios que compiten con importaciones:
de exportación: en general, menor nivel de empleo en estos
pueden vender mayores cantidades sectores y reducción de sus
a precios más elevados. ingresos reales.

3. Trabajadores de las actividades 3. Estado: cae la recaudación por los


de exportación: mayor nivel de aranceles que dejan de percibirse,
empleo en estos sectores que aunque el impacto neto sobre los
puede derivar en subas de su ingresos fiscales dependerá de la
ingreso real. influencia del acuerdo sobre las
distintas actividades y la estructura
4. Productores que utilizan bienes y
tributaria.
servicios importados: pueden
adquirir mayor cantidad y variedad a 4. Exportadores de terceros países
menor costo. desplazados por el desvío o la
reorientación del comercio.
Fuente: elaboración propia

Finalmente, podemos resumir las características de cada tipo de integración económica


regional en la siguiente figura:

Figura 6: Tipos de integración económica regional

Fuente: Adaptado de Peng, 2012, p. 248

Por otro lado, es importante revisar el contexto histórico que derivó en estos acuerdos
regionales de integración de Argentina y de América Latina. Al respecto, hay que
mencionar que, a finales de los años 50, el grado de progreso alcanzado por las
industrias argentinas hacía difícil concebir la posibilidad de competir con productos
manufacturados en los mercados de los países desarrollados o de otros países en
desarrollo. Por ello, tal como se explica detalladamente en el caso presentado al inicio,
los países de la región consideraron la ampliación del mercado mediante un proceso de
integración de las economías latinoamericanas, proceso que podía llegar a permitir una
mayor especialización, una escala más adecuada y una mejor organización del
desarrollo industrial.

La formación de un mercado común abastecido principalmente por industrias ubicadas


en la región le permitiría a América Latina resolver los problemas de insuficiencia
dinámica, estrangulamiento externo y agotamiento de los modelos de sustitución de
importaciones basados en los mercados nacionales.

Con este objetivo, y a partir de la segunda mitad del siglo XX, comienzan a surgir los
primeros acuerdos de integración regional — que fueron explicados en el escrito de
Eugenia Dri (s.f.) al inicio de la lectura— que irán evolucionando según el devenir
político y económico de cada una de las naciones del subcontinente. Los periodos de
auge económico supondrán un impulso a las relaciones comerciales bilaterales e
incentivarán la aparición de algún tipo de vínculo entre los sectores productivos a escala
regional, mientras que los períodos de crisis económica y política se caracterizarán por
el aislamiento internacional y el estancamiento del proceso de integración (Fratalocchi,
2002).

Ya en los años 80 surgirán determinadas iniciativas que van a sentar las bases de un
renovado interés por los procesos de integración o asociación regional en el ámbito
latinoamericano, procesos estos que se desarrollarán con especial intensidad durante la
próxima década. Destacan, fundamentalmente, la transformación de la ALALC en la
actual ALADI; la firma de un tratado de liberalización comercial bilateral entre Brasil y
Argentina, que será la semilla del actual Mercosur, y una experiencia posterior, surgida a
finales de los años 80, como es el Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico
(APEC). Igualmente, en los años 90 se desarrollarán iniciativas de alcance hemisférico,
con proyectos como el Área de Libre Comercio Suramericana (ALCSA) o la propia
Iniciativa por las Américas de George Bush (ALCA).

El proceso de internacionalización económica de las últimas décadas, ampliamente


identificado con los conceptos de mundialización o globalización, ha quedado
caracterizado mayormente por la liberalización y expansión de los flujos económicos
transfronterizos, en referencia, sobre todo, al ámbito de las inversiones y el comercio
(Fratalocchi, 2002).

No obstante, en este proceso de internacionalización han convivido dos tipos de


dinámicas:

Una a nivel mundial, directamente vinculada a la actividad de determinados


organismos multilaterales que han impulsado la citada liberalización en este marco
geográfico.
Otra de carácter regional, representada por acuerdos de integración económica
entre un grupo de países vecinos.
De esta forma, la convivencia de estas dos tendencias ha planteado la controversia
sobre si estas forman parte de tendencias contradictorias o si caminan en una misma
dirección e interactúan de forma complementaria para el logro de un mismo objetivo.

A este respecto, debe destacarse que la década de los 90 ha sido de gran relevancia a
la hora de poner de manifiesto un nuevo impulso del regionalismo. Ello queda
evidenciado por la proliferación de multitud de proyectos de integración por todo el
mundo, y por el abultado listado de siglas con el que cada vez con más frecuencia nos
topamos en la literatura especializada, como síntoma de la revitalización y
redenominación de algunos de los viejos grupos regionales y de la formación de otros
nuevos.

Ha sido precisamente la constatación de este hecho la que ha centrado los debates de


los últimos años en el papel del regionalismo actual como piedra basal respecto al
proceso de liberalización comercial multilateral a nivel mundial.

Al mismo tiempo, no es menos cierto que en el contexto de la incertidumbre generada


por la nueva economía global, la gran mayoría de los gobiernos participantes en
diferentes proyectos de integración dentro de un marco regional entienden su razón de
ser en términos de contrapeso de poderes y defensa de sus intereses frente al resto de
países y grupos regionales.

Sin embargo, paralelamente a estos debates, surge el concepto de «nuevo


regionalismo» para identificar, en función de las tendencias más recientes, aquellos
proyectos de integración representativos de bajos niveles de compromiso y
establecimiento de objetivos, dentro de las diferentes fases de un proceso de
integración, nunca superiores a la correspondiente área de libre comercio. Por ello, se
entiende que este nuevo modelo de regionalismo más abierto contribuye a la mayor
compatibilidad de los grupos regionales con la normativa multilateral del marco GATT-
OMC en términos de no discriminación.

Otro de los elementos característicos de esta nueva forma de integración regional se


halla en la participación en su seno de economías con sustanciales diferencias en
cuanto a su grado de desarrollo. La lógica de este nuevo marco de relaciones obedece
al interés de los países del sur, como se explica en el caso inicial, por tener acceso
preferente a países con altos niveles de renta y unos mercados todavía fuertemente
protegidos en determinados sectores; así como a los planes de los países del norte de ir
consolidando sus respectivas zonas de influencia en determinados países con alto
potencial para el crecimiento económico (Fratalocchi, 2002).

Inicialmente, pasaron a destacarse como ejemplos típicos de este nuevo modelo de


regionalismo casos como los siguientes:

NAFTA 2.0 (Northern America Free Trade Agreement)


APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation).

Detrás del lanzamiento de algunas de estas iniciativas se halla también el cambio de


posición de algunos gobiernos, como el de los EE. UU., que opta por la vía de un
regionalismo abierto como consecuencia de su decepción por la falta de operatividad del
marco multilateral de negociaciones a nivel mundial. Igualmente, la evidencia del recurso
por parte de multitud de gobiernos a la formación de grupos regionales ha hecho
cambiar el discurso de los que históricamente habían considerado la integración regional
como una opción second best, es decir, no maximizadora de bienestar, frente a la más
favorable representativa de un marco de liberalización económica multilateral para el
conjunto del planeta.

Así, en la actualidad, incluso las instituciones financieras de Bretton Woods y la OMC, se


interpreta con pragmatismo que los procesos de liberalización comercial en un marco
regional son deseables, en tanto y en cuanto no supongan un obstáculo, sino una fase
transitoria hacia el objetivo final de apertura de mercados a escala global.

Dentro de esta misma lógica, si bien en marcos geográficos crecientemente ambiciosos,


más recientemente han empezado a establecerse las bases de la última versión de este
modelo de regionalismo abierto. Nos referimos a los megaproyectos de áreas de libre
comercio lanzados por EE. UU. para el conjunto del continente (ALCA), y por la UE con
los países mediterráneos, por un lado, y con diversos grupos regionales dentro de los
ACP (África, Caribe y Pacífico) en el marco de la era post Lomé, por otro. Estas
iniciativas surgen con la intención de garantizar unas relaciones económicas
preferenciales con sus respectivas periferias o áreas de influencia, si bien ahora sobre la
base de la reciprocidad. Incluso, en el continente asiático —históricamente
representativo de altos niveles de integración real, pero con escasa integración formal—,
el sentimiento de frustración por los escasos avances en los últimos años en el marco de
negociación multilateral de la OMC ha llevado a una apuesta más clara. Esta apuesta se
basa en un marco regional donde diferentes acuerdos se han alcanzado para la futura
creación de inmensas áreas de libre comercio entre China y la ASEAN, así como de
estos con Corea del Sur y Japón.

Además de incluir los factores hasta ahora citados, más recientemente estos
exponentes avanzados del nuevo regionalismo, en lugar de fomentar la creación desde
cero de diversos proyectos de integración que involucren tanto economías
industrializadas como en desarrollo, persiguen la formalización de acuerdos comerciales
entre países individuales y grupos regionales, o entre diferentes proyectos de
integración de países del norte, por un lado, y del sur, por el otro.

De este modo, ante la iniciativa de las economías más dinámicas de cada uno de los
tres grandes bloques rivales en que puede quedar dividido el mundo, parece asumirse
que la creación de áreas de libre comercio a nivel continental o extracontinental, si bien
con base en diferentes modelos, se convierte en un instrumento clave para la promoción
del desarrollo en los países del sur (Fratalocchi, 2002). Ello implica la implementación de
un modelo económico claramente extravertido y coherente con el proceso de
globalización neoliberal actualmente en curso, por tanto, directamente enfrentado a la
lógica de autocentramiento e industrialización desde dentro, modelo que es
representativo de las primeras iniciativas regionalistas en el mundo en desarrollo en
décadas anteriores. Y es en este contexto en el que surge la acalorada controversia
sobre los pros y contras de este tipo de iniciativas en términos de consecuencias para el
conjunto de las economías participantes, pero, en particular, para las economías más
débiles y desestructuradas.
Esta concepción actual de la integración económica regional, además de extravertida, es
claramente restrictiva, en cuanto parece olvidar lo que los manuales explican respecto a
las diferentes fases que componen estos procesos, desde las áreas de libre comercio a
las uniones económicas y monetarias, pasando por las uniones aduaneras y los
mercados comunes, donde se liberalizan los movimientos de mano de obra y se
establecen políticas comunes en muy diversos ámbitos y sectores productivos. No
obstante, además de esto, se pasa igualmente por alto que la integración regional como
potencial instrumento de desarrollo no es ni buena ni mala en sí misma, dependiendo su
valoración del impacto sobre las sociedades implicadas en términos de mejora del nivel
de bienestar de sus poblaciones, más allá de la mera ampliación de mercados y el
aumento de flujos comerciales. No en vano, la literatura especializada sobre el tema
evidencia la confrontación entre diferentes modelos de integración, con mayor o menor
grado de regulación, intervención pública e institucionalización, así como la propia
existencia de una falta de consenso entre los economistas que la nueva era de la
globalización neoliberal ha querido soslayar a favor del discurso monocorde del
pensamiento único.

Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI)


Figura 7: Logo de ALADI

Fuente: captura de pantalla de página web de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI)


(https://www.aladi.org/sitioaladi/)

ALADI representa la organización predecesora de la ALALC (Asociación Latino


American de Libre Comercio), que tuvo vigencia entre los años 1960 y 1980. Luego de la
realización de numerosos estudios y análisis, se llegó a la conclusión, entre los países
miembros, de que era necesario contar con un nuevo instrumento jurídico más actual
que permita continuar con el proceso de integración regional latinoamericano que se
venía produciendo. Así fue que se arribó a la firma del Tratado de Montevideo en el año
1980, tratado que era un instrumento mucho más realista y amplio. Realista, ya que
definió una serie de metas alcanzables y a corto y mediano plazo. Amplio, debido a que
por su realismo se apuntaba como objetivos no solamente al hecho comercial, sino
también a la creación de diversos instrumentos que se encuentren en sintonía con el
panorama actual y concreto que tenía la región en ese momento.

Veamos las principales características de ALADI que nos menciona su página oficial:
Es el mayor grupo latinoamericano de integración. Sus trece países miembros
comprenden Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México,
Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, representando en conjunto 20
millones de kilómetros cuadrados y más de 510 millones de habitantes.

El Tratado de Montevideo 1980 (TM80), marco jurídico global constitutivo y


regulador de ALADI, fue suscrito el 12 de agosto de 1980, estableciendo los
siguientes principios generales: pluralismo en materia política y económica;
convergencia progresiva de acciones parciales hacia la formación de un mercado
común latinoamericano; flexibilidad; tratamientos diferenciales con base en el
nivel de desarrollo de los países miembros; y multiplicidad en las formas de
concertación de instrumentos comerciales.

La ALADI propicia la creación de un área de preferencias económicas en la


región, con el objetivo final de lograr un mercado común latinoamericano,
mediante tres mecanismos:

Una preferencia arancelaria regional que se aplica a productos originarios de


los países miembros frente a los aranceles vigentes para terceros países.
Acuerdos de alcance regional (comunes a la totalidad de los países
miembros).
Acuerdos de alcance parcial, con la participación de dos o más países del
área.

Tanto los acuerdos regionales como los de alcance parcial (artículos 6 a 9)


pueden abarcar materias diversas como desgravación arancelaria y promoción del
comercio; complementación económica; comercio agropecuario; cooperación
financiera, tributaria, aduanera, sanitaria; preservación del medioambiente;
cooperación científica y tecnológica; promoción del turismo; normas técnicas, y
muchos otros campos previstos a título expreso o no en el TM80 (artículos 10 a
14).
Los países calificados de menor desarrollo económico relativo de la región
(Bolivia, Ecuador y Paraguay) gozan de un sistema preferencial. A través de las
nóminas de apertura de mercados que los países ofrecen a favor de los PMDER;
de programas especiales de cooperación (ruedas de negocios, preinversión,
financiamiento, apoyo tecnológico), y de medidas compensatorias a favor de los
países mediterráneos, se busca una participación plena de dichos países en el
proceso de integración.

El Tratado de Montevideo 1980 está abierto a la adhesión de cualquier país


latinoamericano. De hecho, el 26 de agosto de 1999 se perfeccionó la primera
adhesión al Tratado de Montevideo 1980, con la incorporación de la República de
Cuba como país miembro de la Asociación.

Asimismo, el 10 de mayo de 2012, la República de Panamá pasó a ser el


decimotercer país miembro de la ALADI.

Por otra parte, también fue aceptada la adhesión de la República de Nicaragua,


en la Decimosexta Reunión del Consejo de Ministros (Resolución 75 [XVI]),
realizada el 11 de agosto de 2011. Actualmente, Nicaragua avanza en el
cumplimiento de las condiciones establecidas para constituirse en país miembro
de la Asociación.

Asimismo, contempla la cooperación horizontal con otros movimientos de


integración del mundo y acciones parciales con terceros países en vías de
desarrollo o sus respectivas áreas de integración (artículo 27).

La ALADI da cabida en su estructura jurídica a los más vigorosos acuerdos


subregionales, plurilaterales y bilaterales de integración que surgen en forma
creciente en el continente. En consecuencia, le corresponde a la Asociación —
como marco o «paraguas» institucional y normativo de la integración regional—
desarrollar acciones tendientes a apoyar y fomentar estos esfuerzos con la
finalidad de hacerlos confluir progresivamente en la creación de un espacio
económico común (Asociación Latinoamericana de Integración [ALADI], s.f.a.,
https://bit.ly/3Ul5o0D)
Veamos los objetivos y principios perseguidos a través de ALADI en la siguiente tabla:

Tabla 3: Objetivos y principios de ALADI


Objetivos de ALADI Principios de ALADI

Establecer a largo plazo y en forma Pluralismo, al tratar de conseguir la


gradual y progresiva un mercado integración por encima de la
común latinoamericano. diversidad que en política o
economía pudiera existir.
Promover y regular el comercio
recíproco y el desarrollo de Convergencia, que se traduce en la
acciones de cooperación para aspiración del multilateralismo de
ampliar los mercados. los acuerdos de alcance parcial.

Disponer de un margen de Flexibilidad, para poder


preferencia regional para privilegiar compatibilizar los acuerdos de
el intercambio recíproco. alcance parcial con el logro
progresivo de la integración.
Impulsar el comercio intrazona
mediante acuerdos comerciales, ya Tratamientos diferenciales,
sean de alcance regional o parcial. establecidos en la forma que en
cada caso se determine sobre la
Fomentar el comercio agropecuario
base de las tres categorías.
intrarregional.
Multiplicidad para posibilitar la
Instituir condiciones favorables para
diversidad de concertación entre los
la participación de los países de
países involucrados.
menor desarrollo económico
relativo.

Volver, progresivamente,
multilaterales las acciones parciales.

Vincularse con otras áreas de


integración económica del mundo.

Fuente: adaptación propia con base en Arese, 2015, pp. 138-139


El Tratado de Montevideo distingue los rangos entre los distintos países que conforman
ALADI (Arese, 2015):

“Naciones de menor desarrollo relativo (Ecuador, Paraguay, Bolivia).


Naciones de desarrollo intermedio (Perú, Venezuela, Colombia, Chile, Cuba,
Uruguay, Panamá).
Naciones de desarrollo (Brasil, Argentina, México)” (p. 139).

A su vez, los países miembros de ALADI poseen una serie de acciones de alcance
regional que se materializan en los acuerdos generales que sus miembros pueden
celebrar. Veamos esos acuerdos de alcance parcial:

☰ Acuerdos de complementación económica (ACE)

Tienen el objetivo de promover el máximo aprovechamiento de los factores de la


producción, estimular la complementación económica, asegurar condiciones equitativas
de competencia, facilitar la concurrencia de los productos al mercado internacional e
impulsar el desarrollo equilibrado y armónico de los países miembros.

☰ Acuerdos comerciales (arancelarios)

Tienen como objetivo promocionar el comercio entre los países miembros de ALADI.

☰ Acuerdos agropecuarios

Tienen el objetivo de fomentar y regular el comercio regional agropecuario que se


produce intrarregionalmente.

☰ Acuerdos de promoción del comercio (no arancelarios)

Hacen referencias a acuerdos no arancelarios, tendiendo a realizar una promoción de


las corrientes de comercio intrarregionales.
☰ Otros acuerdos

Los países miembros podrán celebrar acuerdos en materia de cooperación científica y


tecnológica, promoción del turismo y el cuidado del medioambiente.

Los miembros de la ALADI, además de acuerdos de alcance parcial y acciones de


alcance regional, negociaron una preferencia arancelaria regional (PAR). Esta
herramienta tiene la característica de ser multilateral. Implica el establecimiento de un
margen de preferencia de carácter arancelario que va a ser concedido entre los
diferentes países miembros, “tomando como base el nivel arancelario extrazona (es
decir, el arancel que cada país haya estipulado para sus importaciones de cualquier
origen de terceros países)” (Arese, 2015, p. 139).

La característica de esta herramienta arancelaria es que es un instrumento que respeta


la libertad que cada uno de los países miembros tiene en relación con la fijación de
derechos de importación para “sus operaciones extra-ALADI, anulando la sensación de
injerencia foránea en los asuntos económicos internos” (Arese, 2015, p. 139).

De esta manera, podemos concluir que existe un interés por parte de los países
miembros de aumentar el nivel de intercambio de determinados bienes, aspecto que
podemos traducir en una mayor preferencia porcentual en relación con los bienes que
fueron negociados. Así, los países miembros se otorgarán recíprocamente una PAR
para ciertas posiciones arancelarias sujeta a acuerdos bilaterales, que se modifican
periódicamente; por ejemplo, Argentina otorgó PAR a los siguientes países:

Bolivia: preferencia del 48 %.


Chile: preferencia del 28 %.

En relación con la organización institucional, ALADI cuenta con tres órganos de carácter
político:

1. El Consejo de Ministros.
2. La Conferencia de Evaluación y Convergencia.
3. El Comité de Representantes.

Además, cuenta con un órgano técnico que es la Secretaría General.

Gráficamente, su estructura es la siguiente:

Figura 8: Organización Institucional de ALADI

Fuente: Asociación Latinoamericana de Integración [ALADI], s.f.b., https://bit.ly/3Thevya

El Mercado Común del Sur (Mercosur)


Figura 9: Logo del Mercosur

Fuente: captura de pantalla de página web del Mercosur (https://www.mercosur.int/)

Siguiendo con el caso planteado al inicio, podemos retomar la explicación de cómo fue
formado el Mercosur. A mediados de los años 80, Argentina y Brasil deciden establecer
una estrategia común de desarme comercial bilateral, con el objeto de desarrollar una
experiencia de integración económica que dé respuesta a varias décadas de
desconfianza mutua y enfrentamientos políticos (Feinberg, 2000).

Así, los primeros pasos hacia la integración entre Argentina y Brasil se dan hacia
mediados de los 80 con las negociaciones lideradas por Alfonsín y Sarney en el marco
un nuevo enfoque de las relaciones bilaterales que cobra lugar en ambos países tras el
retorno a la democracia. Con el fin de los gobiernos militares, también se deja de lado la
idea de la hipótesis de conflicto bilateral como eje de las relaciones y se pasa a una
mirada de cooperación. Por otra parte, si bien en los 50 y 60 Argentina y Brasil
rivalizaban fuertemente por la hegemonía en América del Sur, ya hacia mediados de los
80 claramente la potencia la constituía el país carioca, que a su vez había logrado una
presencia internacional significativa en la exportación de manufacturas y una mayor
envergadura de su aparato industrial, lo cual colocaba a la Argentina en un claro rol de
asociarse al más fuerte.

El 30 de noviembre de 1985, los presidentes de Argentina, Raúl Alfonsín, y Brasil, José


Sarney, firman la Declaración de Iguazú. Esta expresa la voluntad de establecer un
proceso de integración bilateral de sus mercados. En 1986, se rubrica por parte de
ambos países el Acta para la Integración Argentino-Brasileña, que se plasmará en el
establecimiento del Programa de Integración y Cooperación Económica (PICE), definido
como un acuerdo de carácter gradual, flexible y equilibrado que prevé la existencia de
un tratamiento preferencial en el comercio recíproco. Este programa dará lugar a la
aparición de 17 protocolos de carácter bilateral, diseñados para su implementación
durante el periodo 1984-1989, con el objeto de regular actuaciones diversas en áreas
económicas con intereses comunes. En este mismo año, 1986, se firmará un Acuerdo
de Complementación Económica de alcance parcial destinado a definir una vía de
cooperación comercial bilateral para aquellos sectores económicos no rivales o con
intereses nacionales comunes. El Acta de Amistad Argentino-Brasileña establecerá el
ideario político de este acuerdo.

Como puede notarse, el proceso comenzó con una serie de protocolos, tanto vinculados
al comercio (bienes de capital, automotriz y alimentos) como a cuestiones de distensión
y generación de confianza mutua (como el Protocolo de Energía Nuclear). Estos
protocolos apuntaban a una integración productiva mediante una desgravación del
comercio en forma gradual, flexible y buscando el equilibrio intrasectorial a través de
preferencias pautadas sobre listas positivas.
El objetivo era, tras el agotamiento del proceso de sustitución de importaciones a escala
nacional, relanzar este proceso de integración con cierto aggiornamento a escala
regional, con un claro objetivo de aumentar la productividad por economías de escala
estáticas y dinámicas, logrando así una mayor competitividad en el sector manufacturero
y mejorando el perfil cualitativo de la inserción comercial a nivel internacional en dichos
sectores.

En concordancia con estos objetivos, se tendía a lograr un patrón de comercio


intraindustrial que tiene varios efectos positivos:

Atenúa los efectos de la distribución de los beneficios de la integración vía los


términos de intercambio, facilitando la faz política de la negociación.
Facilita los ajustes en las economías, ya que no se desmantelan sectores y/o
empresas, sino que se reasignan recursos al interior de la rama o la firma.
Permite el aprovechamiento de procesos de aprendizaje, mayor división del trabajo
e investigación y desarrollo, vía economías de escala dinámicas y estáticas.
Posibilita una distribución más equitativa de las inversiones entre los países, en
muchos casos redundará en un comercio intrafirma al interior de las empresas
transnacionales.

Si bien todo esto es muy deseable, y siempre se destaca la magnitud de los flujos
intrarrama en el comercio entre los países desarrollados, no es algo que se logre por un
decreto o por voluntarismo político, sino que es el resultado de una convergencia en los
niveles de desarrollo y de productividad entre los diversos sectores y países.

Por lo tanto, para lograr que esto se dé entre Argentina y Brasil, en primer lugar, se
debían identificar aquellos sectores en donde las ventajas comparativas estén
distribuidas entre los socios al interior de un sector, de modo que al liberalizar el
comercio se produzca el patrón de comercio deseado. En caso de que la competitividad
de cada país difiera, esto se podría subsanar mediante el otorgamiento de preferencias
no recíprocas en favor del país con peor desempeño.
En segundo lugar, habría que evaluar si los sectores que cumplen con esta condición
son aquellos en donde interesa que se despliegue el proceso de integración. Esto puede
relacionarse con los encadenamientos de la rama productiva, sus posibilidades efectivas
de competir internacionalmente, el origen de su capital y la incidencia sobre la
acumulación, etc.

Una vez logrado este desempeño de patrón comercial, se requerirá que las paridades
cambiarias no fluctúen demasiado de modo de no alterar las ventajas comparativas; por
lo tanto, surge el tema de si la identificación de los sectores que podrían derivar en
comercio contraindustrial se realizó con un tipo de cambio adecuado, sustentable en el
mediano plazo.

En el caso de Argentina y Brasil, por un tiempo pareciera que sí, ya que ambos países
habían logrado estabilizar sus monedas hacia mediados de los 80 (Plan Austral y
Cruzado), y así su paridad bilateral. Aunque, hacia finales de la década del 90, ambos
países no pudieron sostener la estabilidad de sus economías.

Este diseño inicial de claro cuño industrialista o neoestructuralista encontró limitaciones


propias al finalizar la etapa de las concesiones fáciles o complementarias, y a su vez,
quedó atrapado en el fracaso de la estabilización heterodoxa que finalizó con procesos
inflacionarios en ambos países con sus efectos perjudiciales para el comercio,
básicamente por la continua y errática fluctuación de las paridades cambiarias. Tras un
estancamiento del proceso y tras el primer recambio democrático, en ambos países la
integración bilateral y más tarde regional tomará nuevos impulsos, pero con otros
rumbos.

Mientras tanto, los contactos con Uruguay se suceden por ambas partes, existiendo
acuerdos bilaterales para el establecimiento de tratamientos comerciales preferenciales
entre estos países vecinos. Ya en 1988, quedará rubricada por los tres países,
Argentina, Brasil y Uruguay, la Decisión Tripartita N.° 1, donde se instituye la intención
de integración formal de estos tres mercados, con la adhesión de Uruguay al PICE,
asumiéndose los acuerdos internacionales en vigor por parte de los tres países.
Los cambios que sacudirán el entorno sociopolítico internacional en años posteriores,
además de los buenos resultados obtenidos por el citado Acuerdo Preferencial Bilateral,
llevarán a que ambos países se planteen la posibilidad de profundizar no solo en las
relaciones comerciales bilaterales, sino también en las relaciones económicas y
políticas.

En 1988, Argentina y Brasil firman el Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo,


que define el objetivo compartido de avanzar en la creación de un mercado común,
estableciendo un período de diez años destinado a la completa eliminación de los
aranceles bilaterales. También, en 1989, se suscriben acuerdos de complementación
económica para determinadas áreas comunes, como la energía entre Argentina y
Paraguay.

El nuevo contexto parte de la pesada carga de una década perdida (los 80) y, en cierta
manera, el desprestigio de la heterodoxia con los procesos inflacionarios y el
estancamiento facilitó que los lineamientos del Consenso de Washington fueran
adoptados en forma acrítica.

En agosto de 1990, los presidentes de Paraguay, Andrés Rodríguez, y de Uruguay, Luis


Alberto Lacalle, decidirán solicitar, en nombre de sus países respectivos, la
incorporación completa al acuerdo que se estaba construyendo entre sus países
vecinos. Las negociaciones concluyen el 26 de marzo de 1991 con la firma del Tratado
de Constitución del Mercado Común del Sur o Mercosur, en la ciudad de Asunción
(Paraguay).

En el Tratado se plantea constituir un mercado común entre estas cuatro naciones en el


horizonte del 31 de diciembre de 1994 y será rubricado por los cuatro presidentes en
ejercicio. Chile decidirá no integrarse formalmente como miembro de pleno derecho,
limitando así su participación a la firma con este bloque de acuerdos bilaterales de
cooperación comercial.
En consonancia con lo antedicho, los nuevos presidentes —Menem y Color De Melo—
adoptaron políticas de tono más aperturistas y promercado, motivo por el cual decidieron
relanzar el proceso de integración, pero abandonaron el viejo esquema sectorial y
gradualista por uno que sea de carácter general y acelerado. De esta forma, y tras
sumar a Paraguay y Uruguay, con el Tratado de Asunción se estableció formalmente el
Mercosur que, como punto central, apuntaba a constituir una unión aduanera en menos
de 4 años. Para esto, se crea una serie de grupos de trabajo que atienden vastas áreas
de coordinación de políticas (desmantelamiento de barreras arancelarias, normas sobre
inversiones y comercio de servicios), aunque lo único con obligaciones y plazos fueron
la desgravación intrazona y la adopción de un arancel externo común.

Las características del Mercado Común del Sur son las propias de una experiencia de
integración económica regional que aspira a convertirse en un mercado común, a saber,
camina hacia el desmantelamiento de las barreras arancelarias bilaterales entre los
cuatro países firmantes y la adopción de un arancel exterior común (AEC) que regirá la
protección arancelaria existente frente a los productos importados desde terceros
países, y busca instituir la libre circulación de factores, bienes y servicios productivos en
el seno de este nuevo mercado regional. Otras características asociadas a esta
experiencia integradora son la fijación de unas directrices comunes de política comercial
exterior y la coordinación de sus posiciones en los diversos foros económicos
internacionales en que participen.

Como objetivo deseable a medio plazo, el Tratado de Asunción establecía la necesidad


de llevar a cabo la coordinación de las políticas macroeconómicas (arancelaria, fiscal,
monetaria, cambiaria, de inversiones) y sectoriales (agrícola, industrial, de servicios,
aduanera, de transportes y de comunicaciones), así como de todos aquellos
instrumentos de política económica, armonización legal necesaria para asegurar la
existencia de un marco de competencia leal entre las empresas de la región.

Para ello, se establecía un periodo de transición, que se extenderá entre el momento de


la firma del Tratado constitutivo y el 31 de diciembre de 1994, durante el cual se
adoptaría:
un régimen general de origen (certificados de origen regional de los bienes y
servicios comercializables);
un sistema de solución de controversias;
unas cláusulas de salvaguardia nacional para determinados productos o industrias
sensibles, así como la coordinación de medidas antidumping y otras tendientes a
evitar prácticas desleales por parte de terceros países.

La instrumentación del mercado común se definió mediante un programa de


liberalización comercial, cuyo objetivo era alcanzar en la fecha fijada (finales de 1994) un
arancel cero y la desaparición de barreras no arancelarias sobre el conjunto de bienes y
servicios comercializables (universo arancelario). Igualmente, la coordinación de
políticas macroeconómicas se realizaría gradualmente y en forma convergente con los
programas de desarme arancelario y no arancelario, estableciéndose un AEC que
incentivara la competitividad externa de todos los Estados miembros, así como la
adopción de acuerdos sectoriales regionales destinados a optimizar la utilización y
movilidad de los factores productivos con el fin de alcanzar escalas operativas eficientes.

En este sentido, en el Tratado de Asunción (1991) se definieron dos órganos destinados


a vigilar el cumplimiento de los términos del citado Tratado constitutivo:

1. El Consejo del Mercado Común, que es un órgano político.


2. El Grupo Mercado Común, que es un órgano con funciones ejecutivas.

Posteriormente, en diciembre de 1994, los Estados miembros se reunieron en la Cumbre


de Ouro Preto, en la que se observaría la necesidad de alargar los plazos de cara a
conformar el citado mercado común, dada la complejidad asociada a este reto.

La citada cumbre sirvió para modificar el calendario fijado de cara a la conformación del
Mercado Común del Cono Sur, estableciéndose el lanzamiento de una unión aduanera a
partir del 1 de enero de 1995. La cumbre daría como resultado la firma de un protocolo
(Protocolo de Ouro Preto del 17 de diciembre de 1994), donde los países fundadores
decidieron desmantelar las barreras arancelarias y no arancelarias recíprocas e
instaurar un AEC. También se otorgaría a esta unión aduanera personalidad jurídica
internacional para negociar acuerdos comerciales en representación de sus Estados
miembros.

La unión aduanera resultante se define, sin embargo, como incompleta, pues todavía
hoy subsisten cláusulas de salvaguardia a nivel nacional, en el seno del denominado
Régimen de Adecuación, que permiten la supervivencia de cierto grado de protección
arancelaria para los intercambios intrarregionales, en particular para aquellas industrias
más sensibles de cada Estado miembro. Asimismo, determinadas excepciones
subsisten también en el diseño del AEC, estableciéndose una lista para un grupo de
productos específicos, e igualmente sensibles en el comercio con terceros países
(Fratalocchi, 2002). Por lo tanto, puede decirse que en la actualidad el Mercosur es una
unión aduanera imperfecta.

En un proceso de transición, entre los años 1991 y 1994, el Mercosur no estuvo exento
de problemas y excepciones: los objetivos básicos desde la óptica estrictamente
comercial se lograron, aunque su sustentabilidad era claramente precaria, dado que
fueron mínimos o nulos los avances en muchas otras áreas.

La estructura institucional del Mercosur fue desde el inicio del proceso de carácter
intergubernamental, con decisiones que se tomaban por consenso y con la presencia de
todos los Estados (quórum del 100 %), lo cual muestra que los Estados no estaban
dispuestos a ceder importantes grados de soberanía, ya que cada uno mantenía su
poder formal de veto.

Así, el Mercado Común del Sur se convirtió en un proceso de integración regional


instituido inicialmente por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, al cual en fases
posteriores se han incorporado Venezuela. Cabe mencionar que, en la actualidad, la
República Bolivariana de Venezuela se encuentra suspendida en todos los derechos y
obligaciones inherentes a su condición de Estado parte del Mercosur, de conformidad
con lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 5 del Protocolo de Ushuaia). Por su
parte, Bolivia, esta última en proceso de adhesión.
Sus idiomas oficiales de trabajo son el español y el portugués. La versión oficial de los
documentos de trabajo será la del idioma del país sede de cada reunión. A partir de
2006, por medio de la Decisión CMC N.° 35/06, se incorporó al guaraní como uno de los
idiomas del bloque.

Los Estados partes y asociados son los siguientes:

Figura 10: Países miembros y asociados del Mercosur

Fuente: Mercosur, s.f.a., https://bit.ly/2TT66Tv

Al día 8 de noviembre de 2022, sus datos más importantes son los siguientes:

Figura 11: Información del Mercosur

Fuente: Mercosur, s.f.b., https://bit.ly/2QygH4D

El Mercosur es un proceso abierto y dinámico. Desde su creación, tuvo como


objetivo principal propiciar un espacio común que generara oportunidades
comerciales y de inversiones a través de la integración competitiva de las
economías nacionales al mercado internacional.

Como resultado, ha establecido múltiples acuerdos con países o grupos de


países, otorgándoles, en algunos casos, carácter de Estados asociados –es la
situación de los países sudamericanos–. Estos participan en actividades y
reuniones del bloque y cuentan con preferencias comerciales con los Estados
partes. El Mercosur también ha firmado acuerdos de tipo comercial, político o de
cooperación con una diversa cantidad de naciones y organismos en los cinco
continentes.

Desde sus inicios, el Mercosur ha promovido como pilares fundamentales de la


integración los principios de democracia y de desarrollo económico, impulsando
una integración con rostro humano. En línea con estos principios, se han sumado
diferentes acuerdos en materia migratoria, laboral, cultural, social, entre tantos
otros a destacar, los que resultan de suma importancia para sus habitantes.

Estos acuerdos significaron la incorporación de las dimensiones ciudadana, social


y de integración productiva, entre otras, para las cuales, por un lado, fue
necesario adaptar y ampliar la institucionalidad del bloque en toda la región,
atendiendo nuevas demandas y profundizando la participación efectiva de la
ciudadanía por diferentes medios; y por otro, debió dotarse de mecanismos de
financiamiento solidarios propios, como es el Fondo para la Convergencia
Estructural del Mercosur (FOCEM), entre otros fondos. (Mercosur, s.f.c.,
https://bit.ly/2uGnWOG)
Por otra parte, es importante tener en cuenta que las instituciones establecidas
(ratificadas) por el Protocolo de Ouro Preto definen la mayor parte de la estructura
orgánica del Mercosur,
1. Consejo del Mercado Común (CMC): está compuesto por los ministros de
Relaciones Exteriores y de Economía de los cuatro países. Es el órgano superior,
responsable de la conducción política del proceso y de la toma de decisiones, así
como el encargado de asegurar que se cumplan los objetivos estratégicos
planteados por el Tratado de Asunción y el Protocolo de Ouro Preto. El Consejo
se reúne dos veces al año. Estas reuniones se desarrollan en dos etapas: la
primera sesión es solo a nivel de los ministros que componen el CMC, mientras
que la segunda es con la presencia de los presidentes.

A pesar de su condición de órgano superior, el Consejo ha delegado —en muchas


ocasiones— competencias al Grupo Mercado Común, quedando así relativizadas
las suyas. Aunque, de todas formas, en la práctica, las reuniones del Consejo han
resultado importantes, sobre todo como señal política hacia adentro y hacia afuera
del Mercosur. Este problema de la delegación de funciones puede estar
relacionado con que la prioridad en los problemas nacionales de estos
funcionarios ha dejado en segundo lugar al Mercosur.

2. Grupo Mercado Común (GMC): está integrado por cuatro miembros titulares y
cuatro alternos de cada país, pertenecientes a los Ministerios de Relaciones
Exteriores, de Economía y del Banco Central. Es un órgano de carácter ejecutivo,
cuyas funciones son reglamentar las decisiones que adopta el Consejo y
administrar el correcto funcionamiento del proceso de integración. Es, asimismo,
el responsable de las negociaciones con terceros países y/o regiones bajo el
mandato explícito del Consejo del Mercado Común.

Para avanzar en sus múltiples tareas, el GMC cuenta con numerosos equipos
técnicos de discusión y negociación en las más diversas disciplinas, integrados
por funcionarios nacionales de los cuatro países. Formalmente, estos equipos se
denominan subgrupos de trabajo, y en la actualidad existen catorce
(Comunicaciones, Aspectos Institucionales, Reglamentos Técnicos, Asuntos
Financieros, Transportes, Medioambiente, Industria, Agricultura, Energía y
Minería, Asuntos Laborales, Salud, Inversiones, Comercio Electrónico y
Seguimiento de la Coyuntura Económica y Comercial).

Del mismo modo, hay otros foros negociadores dependientes del GMC bajo las
figuras de reuniones especializadas, grupos, grupos ad hoc y comités.

3. Comisión de Comercio del Mercosur (CCM): está compuesta también por


cuatro miembros titulares y cuatro alternos de cada Estado parte. Es la
responsable de velar por la aplicación efectiva de los instrumentos de política
comercial común acordados a nivel regional y administrar las cuestiones
relacionadas con el intercambio intrazona. En el marco de este órgano se
desarrollan los procedimientos de consultas y reclamaciones para la resolución de
conflictos y/o disputas.

La Comisión de Comercio fue creada a fines de 1994 con el fin de contribuir con el
Grupo Mercado Común en la administración y/o aplicación de las diferentes
disciplinas comerciales del bloque. Con la creación de la unión aduanera, era
necesario crear un nuevo órgano del Mercosur, fundamentalmente destinado a
operar los aspectos comerciales concretos del esquema integrador.

En todos los casos, la CCM debe informar al GMC sobre el estado de evolución y
aplicación de las diferentes políticas acordadas, así como proponerle eventuales
modificaciones de normas ya existentes o la conveniencia de crear nuevas reglas.

4. Secretaría Administrativa del Mercosur (SAM): con sede en Montevideo y de


carácter permanente, es la responsable de registrar y archivar las decisiones
tomadas por los diferentes órganos, editar el boletín oficial del Mercosur y dar
apoyo operativo y logístico para las reuniones de las diferentes instancias
negociadoras. Es el único órgano del Mercosur que cuenta con presupuesto
comunitario —aportado por los cuatro Estados parte— y un reducido grupo de
funcionarios dedicados de lleno a las tareas de la Secretaría. Su director es electo
por el GMC y designado por el Consejo.

Si bien, en ocasiones, se le asigna a la Secretaría la tarea de sintetizar y/o


agrupar informes sobre diferentes aspectos presentados por los países, se ha
prestado especial atención en que esta no incursione en injerencias técnicas o
técnico/políticas. A partir de 2005, se produjo una ampliación de las funciones de
este órgano al haberse transformado de secretaría administrativa en una
secretaría técnica.

5. Foro Consultivo Económico-Social (FCES): está constituido por


representantes de los diferentes sectores económicos y sociales de los cuatro
países socios, tiene funciones solo consultivas. Los temas considerados son
transmitidos como recomendaciones al GMC.

Conformado por igual número de representantes de cada Estado parte, el Foro


constituye —en teoría— un canal de participación de las sociedades civiles en el
proceso integrador. Sin embargo, en la práctica, esta participación se ha reducido
a un intercambio de opiniones e información sobre el desarrollo y los avances de
los principales aspectos de la agenda en negociación. El único país que ha
desarrollado con continuidad este tema ha sido Uruguay.

6. Comisión Parlamentaria Conjunta (CPC): está conformada por un número


máximo de 64 parlamentarios (16 parlamentarios por cada Estado parte) elegidos
por sus respectivos parlamentos en concordancia con sus reglamentos internos.
Es también un órgano consultivo que tiene la función tanto de responder a
interrogantes o consultas de los órganos ejecutivos del Mercosur como de dar
opinión y/o proponer nuevas normas a ser consideradas por estos. La importancia
de esta Comisión está dada fundamentalmente por el rol que cumple (o podría
cumplir) para asegurar la incorporación de los actos que emanan de las diferentes
instancias negociadoras a los respectivos ordenamientos jurídicos nacionales.

Cabe señalar que en 2005 se aprobó la creación del Parlamento del Mercosur,
que se espera que pueda contribuir a democratizar las negociaciones y el proceso
de integración, ya que hasta ahora era monopolizado por los poderes ejecutivos
de los cuatro países. Esto también podría dar lugar en el mediano plazo a
alianzas políticas transfronterizas que propongan a un determinado enfoque a las
políticas a aplicar para el afianzamiento del bloque. En la actualidad, se está
discutiendo cuál debería ser la proporcionalidad en un parlamento regional, dada
la asimetría en el tamaño de los países y de sus poblaciones.

7. Solución de Controversias: el esquema de solución de controversias original


(Protocolo de Brasilia) se encuadraba dentro de la lógica minimalista
intergubernamental, caracterizándose por la búsqueda de respuestas diplomáticas
o negociadas más que por soluciones basadas en reglas y principios jurídicos.
Contiene etapas previas, que son obligatorias, de consultas y negociaciones antes
de ir hacia el arbitraje (árbitros ad hoc para cada caso). El resultado del laudo era
inapelable y, si la materia en discusión lo permitía, se podía litigar en más de un
foro. El Protocolo de Olivos (2002) refuerza y modifica el sistema, introduce un
Tribunal Permanente de Revisión (órgano de apelación) y, a su vez, establece
opción de foro (no puede ser tratado en el Mercosur y en otra instancia). En todos
los casos, quienes negocian y litigan son los Estados, mientras que los
particulares solo tienen alguna participación a partir del último protocolo.

Organigrama MERCOSUR Completo

Fuente: Mercosur, (s.f.d.). Organigrama completo del Mercosur. Recuperado de


https://www.mercosur.int/documento/organigrama-mercosur-completo/

Podemos resumir las funciones de dos de los principales órganos del Mercosur de la
siguiente manera:

☰ Consejo del Mercado Común (CMC)

“Al CMC le incumbe la conducción política del proceso de integración y la toma de


decisiones para el logro de los objetivos propuestos. Es el órgano superior del
Mercosur. Se pronuncia por medio de decisiones” (Fratalocchi, 2002, p. 41).

☰ Grupo del Mercado Común (GMC)


Es el órgano ejecutivo y tiene, entre otras, la misión de velar por el cumplimiento del
Tratado de Asunción, protocolos y acuerdos firmados en su marco, proponer
decisiones, analizar y manifestarse sobre las propuestas sometidas por los demás
órganos, negociar acuerdos en nombre del Mercosur con terceros, países, etc. Este
órgano se pronuncia por medio de resoluciones. (Fratalocchi, 2002, p. 41)

El organigrama actual del Mercosur al día 8 de noviembre de 2022 es el siguiente:

Figura 12: Organigrama del Mercosur

Fuente: Mercosur, s.f.e., https://bit.ly/3WCPwYb

En forma muy sintética, podemos señalar que, al cambiar el contexto ideológico y la


preeminencia del Consenso de Washington en el que se inscribió la matriz original del
Mercosur, este proceso atravesó por una tensión en el sentido de redefinir su modo de
funcionamiento. Sin embargo, no se encontró el consenso o la arquitectura para una
nueva formulación institucional que viabilice la flexibilidad necesaria en función de los
objetivos, las asimetrías de los socios y las nuevas coyunturas de la economía
internacional.

Entre los primeros síntomas de agotamiento del modelo original del Mercosur, que
incrementó el intercambio hasta 1998, podemos señalar la recesión de la Argentina
como síntoma de los problemas de la convertibilidad, y luego —en enero de 1999— la
devaluación de Brasil. Ciertos autores, y en especial del lado argentino, señalaron que,
por culpa del país vecino, el Mercosur entró en crisis.

Esta visión es discutida por especialistas en integración, que señalan que, a partir de
1998, comienza a debilitarse institucionalmente el Mercosur. Por entonces, proliferaron
medidas ad hoc de protección comercial entre los socios a medida que las
inconsistencias macroeconómicas internas y las perturbaciones de los mercados
financieros internacionales llevaban a las economías del Mercosur a la recesión. En este
contexto de debilidad institucional y macroeconómico adverso, la devaluación del real
brasileño tuvo un fuerte impacto sobre la articulación del Mercosur.

Como fue señalado previamente, la crisis institucional y macroeconómica del Mercosur


se vio reflejada en la brusca caída del índice de regionalización de las exportaciones.

Así, además de disminuir el comercio, creció la conflictividad bilateral por los


intercambios. En algunos casos, se acudió a la instancia institucional de los laudos
arbitrales, pero en gran medida, y cada vez con más frecuencia, a medidas unilaterales
que luego tenían como consecuencia medidas de represalias por parte del otro socio.
Esta dinámica signó el comercio bilateral entre la Argentina y Brasil, el cual se
incrementó en la década pasada y superó claramente el pico de los años 90; pero,
desde 2005, con un fuerte déficit para la Argentina, y claramente centrado en las
manufacturas industriales. En este contexto, la administración del comercio que
comenzó a implementar Argentina en 2007 y 2008 intentó atenuar el déficit con el socio
regional y a la vez presionar para que este abra el mercado en sectores relevantes para
la Argentina, como los agroquímicos, el aceite de oliva, los camarones, maquinaria
agrícola, entre otros.

En esta etapa, también existió un fuerte proceso de inversiones de Brasil en Argentina,


en gran parte explicado por la compra de empresas locales, tanto en el rubro textil
(alpargatas), bebidas (cerveza), cemento y energía, entre otros. La cada vez más
marcada administración del comercio (o negociación permanente de las barreras no
arancelarias), junto con la búsqueda de integración productiva en ciertos sectores, las
renegociaciones de 2001, de 2006 y en 2014 del régimen automotriz, denotaron mayor
decisión de acuerdos políticos en los flujos de comercio. Por lo tanto, del esquema
original centrado en las fuerzas del mercado, el Mercosur ha asistido a una politización
de las relaciones comerciales que, si bien no han logrado el balance comercial entre los
socios, ha permitido atenuar tendencias que se presentaban disruptivas para el proceso
de integración. En este marco, también se avanzó en identificar asimetrías y analizar el
modo de morigerarlas. En este contexto, se inscribe el FOCEM (Fondo para la
Convergencia Estructural del Mercosur), en el cual los países que en mayor media lo
financian, Brasil y Argentina respectivamente, son los que menos reciben, siendo los
principales destinatarios Paraguay y Uruguay.

En cuanto a la agenda externa, si bien se avanzó en negociaciones en el ámbito


subregional, el Mercosur ha evidenciado dificultad de cerrar acuerdos más profundos
con otras regiones, en especial ha sido muy complejo avanzar en un TLC con la Unión
Europea. Por otra parte, la incorporación de Venezuela como miembro pleno, si bien le
permite al Mercosur tener mayor peso económico y soberanía energética, no es claro
que pueda facilitar la búsqueda de consensos.

Régimen de origen del Mercosur

Fuente: Mercosur, (2022). Régimen de origen del Mercosur.


https://www.mercosur.int/politica-comercial/regimen-de-origen-del-mercosur

A continuación, responde las siguientes actividades de repaso.

Actividades de repaso
¿Cuáles de las siguientes es una característica de una zona de libre
comercio (ZLC)?

En una zona de libre comercio, los países miembros bajan sus aranceles de
manera proporcional con todos sus socios comerciales.

En una zona de libre comercio, los países miembros eliminan aranceles


intrazona y reducen barreras macroeconómicas.

En una zona de libre comercio, los países miembros eliminan sus aranceles
intrazona, pero quedan libres para negociar otros acuerdos con terceros
países.

En una zona de libre comercio, los países miembros eliminan aranceles


intrazona, pero negocian en común con terceros países.

En una zona de libre comercio, los países miembros bajan sus aranceles
intra y extrazona.
Justificación

Entre las motivaciones económicas que tienen los países para


negociar acuerdos comerciales regionales se encuentra la
necesidad de estimular la competitividad a través de la mayor
competencia.

Es verdadero, porque el hecho de la mayor competencia, producto de


ingresar a nuevos acuerdos regionales, genera un incremento en la
competitividad.

Es falso, porque los acuerdos regionales restringen la competencia al


incrementar la protección de los mercados locales de los países
participantes de dicho proceso.

Justificación

Referencias
Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio [GATT] de 1947
[actualizado en 1994]. 30 de octubre de 1947

Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios [AGCS] de 1995. Cláusula de


Habilitación; párrafo 7, artículo V. Enero de 1995

Arese, H. F. (2015). Introducción al Comercio Internacional. Errepar

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https://articulateusercontent.com/rise/courses/d2jO2vaBBZ4ZyJSlPYz82OhXTzed-
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Mercosur, (s.f.b.). En pocas palabras. https://www.mercosur.int/quienes-somos/en-


pocas-palabras/

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