FERNANDEZ, Lidia Componentes Constitutivos de Las Instituciones Educativas

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FERNANDEZ, LIDIA

FERNÁNDEZ, Lidia M. (1994) Instituciones educativas. Buenos Aires. Paidós

2. COMPONENTES CONSTITUTIVOS DE

LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS

DEFINICIONES: LAS INSTITUCIONES Y LO INSTITUCIONAL

La literatura vinculada a los enfoques institucionales ofrece un panorama diversificado


de tratamiento y definición de la clase de fenómenos que se deben incluir bajo el
término "institución”. En ocasiones, la profusión de significados y connotaciones es tan
amplia y ocasiona tales niveles de confusión, que algunos autores han propuesto el
abandono del vocablo. Esta propuesta no ha prosperado, entonces es insoslayable
comenzar cada trabajo en el área aclarando la acepción con que se presentarán y
utilizarán los términos.

En su uso más antiguo, la palabra "institución" alude y refiere a normas - valor de alta
significación para la vida de un determinado grupo social, fuertemente definidas y
sancionadas - formalizadas en el caso de las leyes - con amplia alcance y penetración en
la vida de los individuos[1].

En gran cantidad de obras e informes, el término se utiliza como sinónimo de


establecimiento, definido como la concreción material y la versión singular de una
norma universal abstracta[2].

Los desarrollos recientes han llamado la atención sobre dos hechos vinculados al mundo
de la institución en cualquiera de sus definiciones. En ambos, se señala la existencia de
las instituciones en el nivel simbólico de la vida social, a través de representaciones y
diferentes cristalizaciones de significados que se transmiten explícita - en el discurso
manifiesto y latente - o implícitamente - en la interacción misma -. La incorporación de
estas representaciones y significados en los niveles inconscientes y su asociación con
imágenes y representaciones[3] de índole primaria permiten a las instituciones sociales

1
operar sobre la intimidad - de los individuos, ordenando su percepción y dirigiendo las
atribuciones de sentido según se lo considera normal y deseable.

Las instituciones representan, por consiguiente, a aquellos custodios del orden


establecido que dan al individuo la protección de una lógica con la cual organizar su
mundo, de otro modo caótico y amenazante[4].

El otro aporte de interés proviene de las corrientes institucionalistas francesas[5] que


han añadido el punto de vista dialéctico a la consideración de la dinámica de lo
institucional, y proponen discriminar en la operación concreta de las instituciones --
como dimensiones complementarias siempre presentes - lo instituido (lo fijo, lo estable)
y lo instituyente (el cuestionamiento, la crítica y la propuesta opuesta o de
transformación).

Cuando el interés que orienta el empleo de los enfoques institucionales es - como en


nuestro caso- intervenir en la realidad para provocar algún tipo de impacto, el foco del
análisis nos lleva necesariamente de la consideración de las instituciones en sí, a la de la
operación institucional.

En términos generales, las ciencias sociales y psicológicas tienden a acordar sobre la


existencia de diferentes ámbitos de complejidad en todo fenómeno humano. La
especificación más utilizada en este sentido es la que discrimina, en la realidad del
hombre, la operación de lo individual, lo interpersonal, lo grupal, lo organizacional y lo
social general.

Cada ámbito llama la atención sobre un nivel de integración y complejidad del hecho en
estudio diferente de los anteriores, y advierte sobre la operación de variables que en los
otros no eran evidentes[6].

El siguiente ejemplo ilustra con claridad el alcance de estas afirmaciones.

Cuando estudiamos la educación podemos observar, desde lo más circunscrito hacia lo


más amplio:

- el proceso por el cual un sujeto incorpora y se discrimina de su grupo social,

2
- la trama de relaciones con "otros" significativos que vehiculiza esos procesos, o la
estructura y funcionamiento de las matrices grupales en donde se insertan esas
relaciones interpersonales y las formas como influyen sobre ellas,

• las organizaciones en donde se incluyen esos grupos y los procesos de ayuda,


dirección y control que originan,

• la comunidad social que contiene la organización educativa y que le fija fines, tareas,
normas y expectativas,

• la sociedad global que contiene a la comunidad, etcétera.

En cada caso nos habremos referido (en el mismo orden) a los ámbitos de análisis
individual, interpersonal, grupal, organizacional, social inmediato, social amplio.

Si la observación del sujeto que aprende se circunscribe artificialmente a él, deja sin
revelar multiplicidad de fenómenos. El valor de intermediario afectivo (entre él y el que
enseña) que reviste el contenido y el éxito en su aprendizaje sólo se ve cuando nuestro
objetivo abarca el ámbito interpersonal. La incidencia que sobre él tiene la pertenencia a
un subgrupo en competencia o pacto con otros y su efecto disociador o facilitador del
aprendizaje, sólo se advierten si extendemos nuestra observación al campo grupal. El
modo como el aprendizaje varía y es utilizado como manera encubierta de aprobación o
cuestionamiento a la autoridad de los docentes y a la existencia de la escuela, o la
medida en que la fantasmática circulante inhibe la posibilidad de comprender y pensar
sólo se percibe cuando ampliamos nuestra mira para abarcar el establecimiento. La
forma como con su fracaso escolar el sujeto cumple el "mandato" social (inconsciente)
de su grupo social que se resiste a la integración, o la medida en que su éxito estaba
pronunciado por su pertenencia a una clase dirigente o marginada, sólo se advierte si
ubicamos al sujeto en ámbitos sociales más amplios.

Dicho de otro modo, nos enfrentamos al desafío metodológico y conceptual de dar


cuenta de hechos que sufren una clara multideterminación: la que proviene de los
individuos en sus características constitucionales y aprendidas; las que origina la
existencia de modelos, pautas y significados en la interacción de los grupos y las
organizaciones por su dimensión situacional e histórica, y la que proviene de la realidad
material en su doble carácter de condición e instrumento.

3
El análisis de estos hechos, en la medida en que nos vemos compelidos a encontrar
relaciones de sentido, ha aportado a lo largo del tiempo información sobre ciertas
recurrencias de significado. Los estudios institucionales, en particular y según las
corrientes teóricas preponderantes en sus marcos referenciales, han llamado
reiteradamente la atención sobre dos ejes de significación que aparecen reiteradamente
en los materiales: los conjuntos de las significaciones psicoemocionales y de las
significaciones políticas.

El primero está vinculado a significaciones provenientes del mundo interno de los


sujetos que se activan en la interacción según sus condiciones materiales y
organizacionales[7].

El segundo está relacionado con significaciones derivadas de la ubicación del sujeto en


la trama relacionar de los sistemas de poder y de las peculiaridades de los sistemas
mismos[8].

El avance de la investigación y la práctica encuentra lo institucionalsirviendo como


trama de articulación entre ambos niveles de significado.

La presencia de lo institucional - el conjunto de representaciones y concepciones que


expresan la operación de las normas y la penetración de los establecimientos relevantes
para los individuos - da carácter y explica (por lo menos en niveles satisfactorios) los
rasgos de los movimientos grupales y organizacionales. Es posible, incluso, considerar a
esta dimensión como organizadora de los significados de ambos tipos y, por
consiguiente, como núcleo explicativo de los procesos de permanencia y cambio en los
diferentes ámbitos mencionados.

Considerada de este modo, la dimensión de lo institucional adquiere nuevas


características.

Las significaciones psicoemocionales y políticas tienden a ligarse en configuraciones -


parcialmente conscientes - que resisten la expresión en los niveles manifiestos del
comportamiento. La peligrosidad que para los sujetos reviste la elucidación, la
expresión, la "puesta sobre tablas" de ambos tipos de significado se vincula a la
operación de prohibiciones y sanciones relacionadas con la protección de estilos
sociales e institucionales y con el riesgo que representa la liberación de tendencias
instituyentes.

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En la intimidad de todas las formas de agrupación y en la de los individuos parece
existir el conflicto provocado por la tendencia a encubrir o develar las significaciones,
que han sido objeto de represión psicoafectiva o sociopolítica.

Basados en los aportes de la escuela francesa, podemos decir que lo institucional - en su


papel de articulador de ambos tipos de significación- es la dimensión del
comportamiento humano que expresa en el nivel concreto la dialéctica de ese conflicto
o, dicho de otro modo, la tensión entre las tendencias a proteger y a cambiar lo
establecido.

Nos ocuparemos brevemente del modo como las instituciones se convierten en


dimensión inconsciente del comportamiento de los individuos y juegan en su intimidad
la dialéctica aludida.

EL OBJETO DE ANÁLISIS Y SU ENFOQUE

El análisis de un establecimiento escolar puede realizarse con diferentes propósitos. La


exposición que sigue refiere a un modelo diseñado con el propósito de mejorar la
comprensión de los hechos que ocurren dentro de los establecimientos y en las
relaciones de ésos con su contexto.

El supuesto del que partimos considera, para cada establecimiento institucional, la


existencia de un estilo que opera como mediador entre las condiciones y los resultados,
según se indica en el diagrama I.

CONDICIONES

ESTILO

5
INSTITUCIONAL

RESULTADOS

Diagrama I. Condiciones, estilo y resultados

En la categoría condiciones quedan incluidos - dada una situación - todos aquellos


aspectos preexistentes al fenómeno en estudio, que establecen con él alguna relación de
determinación.

En la categoría resultados deben incluirse el fenómeno en estudio y aquellos otros


aspectos que aparecen como derivados de esas condiciones. Convencionalmente, el
término "resultados" se usa para aludir a aspectos u objetos derivados de la producción
institucional en los niveles material y simbólico. Incluyen los productos institucionales
vinculados a los fines: aquellos destinados a asegurar el cumplimiento eficaz de la tarea
y los resultantes de la participación.

Una visión concreta de la realidad de las instituciones muestra que los resultados
"entran" al circuito de la vida institucional como condiciones en sí y en su calidad de
prueba de potencia, cumplimiento de mandatos y fuente de valoración social.

Esta perspectiva mostrará también que los aspectos considerados condiciones son, en
muchos casos, resultado de la acción institucional del mismo establecimiento o de otras
instituciones de la comunidad.

Aun los aspectos que parecen más independientes de la acción del hombre - la
geografía, por ejemplo- funcionan como resultados en aquellas circunstancias en que
alcanzan sentido por haber sido objetos de transformaciones materiales y simbólicas, y
funcionan como objeto de significación para los individuos y en la trama de relaciones
sociales.

Cuando hablamos de estilo institucional aludimos a ciertos aspectos o cualidades de la


acción institucional que, por su reiteración, caracterizan al establecimiento como

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responsable de una cierta manera de producir, provocar juicios e imágenes, enfrentar y
resolver dificultades, relacionarse con el mundo material, interpersonal y simbólico,
mantener ciertas concepciones, etcétera.

El concepto de estilo procura servir para dar cuenta de los aspectos dinámicos del
funcionamiento institucional. De cierto modo, es la contracara del concepto de cultura
institucional. Alude a la recurrencia del modo de resolver problemas en diferentes áreas
críticas y a la configuración consecuente de una serie de rasgos que se presentan como
constancias y permiten generar la impresión de un "orden natural" de las cosas. Su
consolidación en el tiempo se traduce en la "entrada" de esos rasgos al modelo
institucional y en la incorporación de sus fundamentos en el conjunto de concepciones
que constituyen la ideología del establecimiento.

Nos ha resultado útil incluir operacionalmente en la descripción del estilo:

• modos de producción: técnicas, modelos que orientan la acción, imágenes que


controlan los desvíos (se internalizan en el proceso de socialización institucional),
ciclos;

• modos de reaccionar frente a las dificultades: técnicas para diagnosticar, plantear las
dificultades como problemas, definir necesidades, hacer planes para probar alternativas
de acción, gestionar, evaluar, etcétera. Maneras defensivas de reacción;

• formas de percibir y juzgar la realidad, en especial las situaciones vinculadas al


trabajo, al medio externo y a las interacciones;

• modalidades de comunicación e interacción en los niveles formales, informales y


emocionales;

• modalidades de distribución de poder y responsabilidades;

• modalidades de control y distribución de conocimiento.

Cualquiera que sea el resultado que interesa, la comprensión institucional supone


conocimiento sobre el estilo y la idiosincrasia que a través de él se expresa. Podemos
preguntarnos sobre múltiples Aspectos. Nuestro enfoque será institucional cuando, por
lo menos, contemplemos en forma sistemática la formulación de dos subpreguntas. Una
relacionada con el sentido que el hecho tiene en el establecimiento particular que lo

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produce. La otra vinculada con la significación del hecho a la luz de los sentidos
institucionales que lo atraviesan.

Dicho de un modo más simple: la comprensión de un bajo rendimiento en los


estudiantes no tiene el mismo significado en una escuela del semidesierto santiagueño
que en la de una villa de emergencia levantada como resultado del cierre de fábricas
aledañas en una zona urbana. Por otra parte, la explicación de ese bajo rendimiento
develará la operación de significados que sólo se entienden a la luz - por ejemplo - de la
incidencia de las normas vigentes acerca de la diferenciación racial y social, o de las
vinculadas a las exigencias y requisitos de aprobación de los trabajos escolares, o de las
relacionadas con el hábito de apoyar a los estudiantes en sus trabajos con profesores
particulares, o aun de las que definen el interés político que tiene un determinado tipo de
población sobre otro.

Si este planteo resulta claro, será evidente que el objeto de análisis que propongo es
siempre la relación entre el estilo institucional como expresión de la idiosincrasia
institucional y un determinado aspecto o resultado que nos plantea algún interés.

En general, la metodología de análisis nos llevará a precisar, por lo menos y con


diferentes grados de sofisticación,

• la descripción detallada de la situación que se convierte en problema y se procura


analizar,

• la caracterización de las instituciones que se ponen en juego,

• la formulación de hipótesis que expliquen la relación entre el problema y su contexto.

Creo que es obvio llamar la atención sobre la dificultad de captar el estilo institucional
de un establecimiento. Supone haberse acercado con suficiente profundidad a su
idiosincrasia y nos plantea dificultades adicionales.

El conocimiento de un establecimiento institucional puede producirse a través de varios


caminos: la observación directa de su vida cotidiana, el análisis de la información que
proporcionan sus documentos y su personal, el estudio de los registros y datos con los
que controla su tarea, el análisis de sus resultados. Estas son sólo algunas de las vías
disponibles.

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Sin embargo, el procedimiento no es tan simple si en nuestra expectativa está avanzar
sobre la mera descripción de lo formal y manifiesto, para adentrarnos en el nivel de las
significaciones y los "no dichos" institucionales.

El acceso al conocimiento de lo institucional en esos niveles - especialmente en los que


tienen que ver con las dimensiones socio - políticas y psicoafectivas de la vida del
establecimiento - se verá obstaculizado por lo menos por tres tipos de dificultades:

 La negación y resistencia a conocer. Consciente o inconscientemente los


miembros de un establecimiento - de los que dependemos en gran parte para
obtener información- producirán diferentes ocultamientos para proteger el statu
quo institucional.

 Los efectos de la propia implicación no controlada. Seamos o no miembros de la


institución estaremos comprometidos emocionalmente con ella. Inevitablemente
y por su misma índole, el material institucional conmueve nuestras propias
imágenes y vínculos institucionales.

 La complejidad provocada por la multisignificación de los hechos. La


comprensión del material institucional exige un minucioso trabajo de
descodificación en el que la problemática más importante se plantea con
respecto a la confiabilidad de la interpretación.

Los analizadores

Me detendré sólo en los recursos disponibles para enfrentar el tercer tipo de dificultad.

Disponemos para el análisis de lo institucional de una herramienta central:


los analizadores.

Un analizador es un dispositivo artificial - un microscopio, un ecualizador, etc. - o


natural -el ojo, el cerebro- que "produce la descomposición de una realidad en sus
elementos sin intervención del pensamiento consciente" (Lapassade, 1974).

El concepto - que proviene de las ciencias exactas y naturales - es utilizado en las áreas
institucional ' psicológica para designar tanto acontecimientos y hechos no programados
como técnicas expresamente diseñadas para provocar la expresión de un material que
permite desentrañar significaciones antes ocultas. Los tests, las entrevistas, las

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encuestas, en general cumplen la función de analizadores. Desencadenan la aparición de
un material no controlado que expresa el estilo y la idiosincrasia del que lo produce.

Hechos considerados anómalos en la vida de una institución tienen este carácter tanto
como otros que, tomados como rutina, develan rasgos de la idiosincrasia institucional.
De modo diferente, un modelo o un esquema conceptuales aplicados a una masa de
datos operan como analizadores, y en esa posibilidad está su máximo valor.

Algunos otros recaudos afianzan la posibilidad de alcanzar alguna confiabilidad en este


tipo de conocimiento.

Cada hecho o conjunto de datos, cada situación de una realidad institucional particular,
deben ser analizados en todos los ámbitos de expresión (individual, interpersonal,
grupal, organizacional y comunitaria), desde el punto de vista de todos los actores (la
síntesis de la mirada de todos nos da aquello que es único pero colectivo y que expresa
la idiosincrasia del establecimiento), en la trama de significaciones develadas por esa
síntesis pero a la luz de sus sentidos universales y sociohistóricos particulares.

Los esquemas referenciales que nos sirven de marco conceptual para el análisis deben
aceptar la contradicción y los diferentes significados de un mismo hecho. No sirven en
esta área los esquemas unidireccionales o monocausales. En el análisis de lo
institucional, el esquema conceptual debe servir de analizador y ordenador, no de filtro
de los sentidos múltiples.

La confrontación de hipótesis e interpretaciones con otras ajenas a la institución y con


sus miembros es un paso indispensable en el proceso de este conocimiento.

En síntesis, la metodología más adecuada para alcanzar comprensión de este campo es


el análisis institucional como práctica de trabajo con los actores institucionales.

Aun cuando el intento se haga dentro de un diseño de investigación convencional, no


encontraremos modo de obviar la confrontación de nuestro pensamiento con la
experiencia y el conocimiento que del establecimiento tienen sus propios miembros.

En los apartados que siguen desarrollaremos ideas sobre diferentes aspectos de un


establecimiento institucional con el objeto de constituir un esquema que sirva para
analizar y ordenar los significados de diferentes materiales institucionales.

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Con el propósito de respetar el modo de abordar el conocimiento en la práctica del
análisis he organizado la exposición haciendo referencia a tres propósitos básicos:

- la presentación simplificada de los componentes básicos de un establecimiento


educativo,

- la descripción de los movimientos que pueden dar cuenta de su funcionamiento


dinámico,

- la puntualización de las condiciones que estructuran las circunstancias de esa


dinámica.

En el segundo y tercer puntos procuraré incluir con mayor desarrollo algunos resultados
de la investigación que creo de interés.

UNA PRESENTACIÓN SIMPLIFICADA DE LOS COMPONENTES BÁSICOS DE


UN ESTABLECIMIENTO EDUCATIVO

Supongamos que podemos acompañar a un establecimiento educativo desde su


fundación y a lo largo del tiempo. Podremos discriminar entonces algunos componentes
que están presentes desde el principio, pero que adquieren diferente fuerza si tratamos
de advertir su pregnancia como indicadores de la identidad y singularidad institucional.

Aunque ya hemos hablado de casi todos esos componentes, creo que una presentación
sistemática es útil a esta altura del trabajo.

Los componentes básicos

Consideramos componentes constitutivos básicos, sin los cuales el establecimiento no


puede tener origen:

• un espacio material con instalaciones y equipamiento,

• un conjunto de personas,

• un proyecto vinculado a un modelo' de mundo y persona social valorados y expresados


en un currículo, • una tarea global que vehiculiza el logro de los fines y sufre alguna
forma de división del trabajo,

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• una serie de sistemas de organización que regulan las relaciones entre los integrantes
humanos y los componentes materiales comprometidos en la realización de la tarea.

Todo esto funcionando en un especial espacio geográfico, en un particular tiempo


histórico y en el nivel simbólico de una singular trama de relaciones sociales.

La operación del tiempo: resultados y cultura institucional

En nuestro modelo teórico, la interacción de los componentes básicos a lo lago del


tiempo arroja como resultado una serie de productos materiales y simbólicos que, en
forma genérica, llamamos cultura institucional

Con fines sistemáticos podemos hacer una enunciación simplificada de los productos
culturales, según diferentes grados de complejidad y distancia respecto de las
condiciones básicas.

El primer nivel de complejidad

- Objetos materiales. Resultan de las distintas tareas o son requeridos por ellas.

-Lenguaje. Asigna sentidos privados al lenguaje público.

-Representaciones de distinta figuración acerca de la institución, sus aspiraciones, sus


fines, sus logros, sus valores, sus tareas, los diferentes roles, y cada uno de sus
componentes centrales.

-Producciones simbólicas con variado grado de estructuración: mitos sobre el origen,


leyendas, "novelas" sobre los fundadores, los personajes típicos y los famosos,
anecdotarios, etcétera.

- Conocimientos. Derivados de la conceptualización de la experiencia en los niveles


instrumentales, organizativos y socioemocionales.

- Concepciones. En especial, las referidas a los aspectos centrales de la tarea


institucional.

- Concepciones sobre los resultados posibles y deseables; sobre buenos y malos


alumnos y docentes; sobre las relaciones pedagógicas adecuadas; sobre la importancia

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de los diferentes contenidos; sobre el papel formativo de diferentes relaciones y
actividades; sobre las mejores formas de aprender y enseñar, etcétera.

Las concepciones y los conocimientos pueden estar integrados o disociados, según la


capacidad de los miembros para conceptualizar la acción, derivar leyes de la práctica y
rectificar concepciones.

EL SEGUNDO NIVEL DE COMPLEJIDAD

- El modelo institucional. Derivado en parte de los modelos generales, recibe y expresa


las características elaboradas en la historia propia del establecimiento, y los niveles de
las formas de funcionamiento deseadas. Incluye:

• supuestos acerca del modo como se dan los procesos implicados en la tarea
institucional (enseñanza y aprendizaje);

• definición de modos de ser y actuar en distintos roles elaborados en función de los


supuestos anteriores y del modo como se concibe el valor del conocimiento y las
funciones de los actores implicados;

• definición de un ámbito de operación: ¿dónde se educa, en el aula, en el ámbito que


crea la vida institucional, en la relación con la comunidad?,

• definición de un encuadre de la tarea en términos de poder - autonomía (directivo - no


directivo - autogestivo): en términos de tipo de comunicación (presencial, a distancia,
mixto);

• definición de una forma y estilo de control: qué, a quién y cómo se controla; amplitud
y penetración del control deseado;

• definición del tipo de resultados valorados;

• caracterización de la institución deseada[9]

-La ideología institucional. Conformada por la organización de concepciones y


representaciones que justifican el modelo y el estilo que éste expresa. Incluye:

• concepciones acerca de la educación, la escuela y el aprendizaje, de las que fácilmente


se deriva que el modelo institucional es la mejor forma de respuesta a las condiciones y

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fines del establecimiento, y que los resultados institucionales son los únicos y los
mejores posibles en esas condiciones;

• representaciones acerca de la institución y sus diferentes componentes que


complementan las concepciones para consolidar la ilusión de un orden natural en el que
las cosas no pueden ser de otro modo. Dentro del sistema de representaciones aparece
con importancia singular la que se organiza alrededor de la identidad institucional.

Al sostener que lo que hace la escuela es lo mejor que se puede hacer en sus
circunstancias, la ideología institucional funciona como fuente de legitimación del
modelo y de los resultados institucionales.

En sus contenidos atiende a incorporar una serie de ideas sobre los sujetos que se
educan y sus probabilidades de desarrollo; sobre el papel y las posibilidades de la
escuela y los maestros de tener éxito en sus esfuerzos; sobre su responsabilidad y
posibilidad de influir respecto del medio social en la que está inserta, en fin, sobre la
importancia y valor de la educación.

Estructura además, articulándolas, las representaciones que acompañan a estas ideas y


define así un nivel simbólico indispensable de comprender para reconocer los
significados que adquieren los sucesos institucionales.

Existe en cada establecimiento escolar un conjunto de estas representaciones - acerca de


la institución y sus diferentes componentes- que combinan las imágenes generales - el
maestro, por ejemplo - con aquellas que expresan el registro de hechos o personas
particulares; el mejor maestro que tuvo la escuela; o el director más conflictivo; el mejor
alumno; el que después fue senador, o diputado, o juez.

Estas concepciones y representaciones se diferencian de las del primer nivel de


complejidad, en primer lugar, porque tienen mayor contenido idiosincrático, pero sobre
todo porque estructuran un conjunto que, además de sostener y legitimar modelo y
resultados, procura sostenerse a sí mismo por la congruencia entre sus afirmaciones (no
verdaderas con respecto a la realidad sino en relación con las otras que la sostienen).

Dentro de ese conjunto, algunas de las concepciones y representaciones conforman


producciones simbólicas complejas con un poder organizador especial[10]. Tienen ese
carácter el conjunto de registros sobre el origen, las vicisitudes e hitos históricos y sus

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protagonistas que se expresan en la novela institucional y el conjunto de registros sobre
el estilo de hacer, percibir, juzgar, que configuran la identidad institucional.

-La novela institucional. Es una producción cultural que sintetiza el registro que se tiene
del origen y las vicisitudes sufridas a lo largo del tiempo, haciendo particular referencia
a acontecimientos críticos y a las figuras de mayor pregnancia en la vida institucional:
"personajes", "héroes" y "villanos".

En sus niveles más profundos, la novela institucional da indicios de la manera en que se


resolvieron sucesivas crisis provocadas por la exacerbación de contradicciones
fundantes y se convierte en un verdadero código de significación que provee de nuevos
sentidos al modelo y la ideología institucional y permite captar con mayor alcance el
porqué de su lenguaje y de la pregnancia simbólica de sus ambientes y objetos.

Para los sujetos, esta construcción ofrece un patrón para asignar significados a los
sucesos que les resultan difíciles de comprender y les causan sufrimiento. En ese
sentido su lógica proporciona datos sobre la índole de las defensas cuyo uso queda
facilitado en el ambiente institucional y permite estimar el grado en que es probable
obtener la develación de los no dichos institucionales. Y esto, en particular, porque la
novela institucional incluye entre los hechos que narra un nivel de sucesos no dichos
que pertenecen a su misma trama y tienen mucha más sugestión que los que
efectivamente se mueven en el nivel real.

-La identidad institucional constituye una definición consensuada de lo que el


establecimiento es, a la que concurren a) la definición de su función tal como está
expresa en el proyecto y el modelo institucional; b) la definición de lo que ha sido, tal
como lo testimonia la novela institucional, y e) la definición de lo que va siendo según
queda visto en las recurrencias de la acción que conforman su estilo.

En última instancia, puede ser vista como el núcleo protector de la idiosincrasia y el


reducto más profundo de la defensa contra la irrupción de estímulos que atentan contra
el statu quo[11].

IDENTIDAD INSTITUCIONAL. LA PRESERVACIÓN DE LA IDIOSINCRASIA

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La operación del tiempo sobre la interacción de los componentes básicos muestra, por
un lado, la progresiva construcción de niveles cada vez más complejos de la cultura
institucional.

Evidencia, además, que en unidades de tiempo amplias un establecimiento institucional


lo sigue siendo porque logra absorber impactos de cambio al mantener invariantes las
características que lo definen. Estas características invariantes conforman su identidad
institucional (Etkin y Schvarstein, 1989).

Estos autores consideran componentes de la identidad de las organizaciones aquellos


aspectos cuya modificación significa la aparición de otra organización: tiempo, tamaño,
localización, tipo de producto, ciclo de vida del producto o servicio que presta, relación
costo - beneficio, relaciones con otras instituciones, influencia sobre el entorno,
necesidades sociales que satisface, instituciones que la afectan. Señalan también la
existencia de grados de autonomía que definen como la capacidad institucional para
mantener las invariancias referidas a la identidad, a pesar de los cambios del ambiente
(produciendo adaptaciones y reestructuraciones).

Es posible ver los diferentes componentes de la cultura institucional como garantes de


esta autonomía por su función de filtro o tamiz a los estímulos disruptivos.

Esta idea ha sido ya presentada en el capítulo anterior. Bastará aquí una presentación
sintética para completar el sentido de los componentes básicos y derivados de los
establecimientos educativos.

-La recurrencia en el tiempo de determinadas características va configurando una serie


de constancias dinámicas que hemos llamado estilo institucional.

- Operativamente, el estilo puede considerarse el resultado institucional que condensa la


cultura del establecimiento y funciona como mediador entre condiciones y resultados.

Esto significa que un resultado cualquiera no deriva en forma directa de ciertas


condiciones. Por ejemplo, el bajo rendimiento de los alumnos de una escuela no deriva
directamente de sus pobres recursos o de la baja estimulación social e intelectual que
han recibido. Las condiciones, en su influencia, sufren la intermediación del estilo
institucional, de modo que las mismas condiciones son recibidas, interpretadas,
valoradas y respondidas de formas, a veces, diametral- mente opuestas, en
establecimientos diferentes.

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• El estilo institucional representa, por otra parte, la mejor respuesta que los miembros
del establecimiento han podido dar a las contradicciones constitutivas de su
funcionamiento. Por eso, es fuertemente defendido y se convierte en objeto preferencial
de vinculación.

• Las producciones culturales que ubicamos en el segundo nivel protegen el estilo y, con
él, la forma singular de cumplir con los fines institucionales, manteniendo invariantes
las condiciones vinculadas a la identidad del establecimiento.

• La existencia de un modelo institucional se hace evidente al observador en el análisis


de los criterios en los que la gente basa sus decisiones. El modelo es una creación
cultural sofisticado que permite a la escuela preservar su idiosincrasia al fijar una
selección de aquellos hechos, características, sucesos, que puedan o no ser tolerados en
su ámbito. Tiene crucial importancia en la recepción de innovaciones que tienden a
afectar los niveles instrumentales de la acción.

• En términos generales, la ideología institucional preserva el modelo y la realidad que


éste expresa de cuestionamientos que pueden conmover la certeza de los individuos
respecto de su adecuación, su capacidad, su potencia. Protege, además, el tipo de
transacciones que se han hecho para resolver contradicciones constitutivas y demandas
paradójicas del ambiente.

El siguiente diagrama presenta el funcionamiento de esos componentes culturales en su


función de filtros a los estímulos disruptivos.

Independientemente de nuestra particular valoración del cambio que propone el


estímulo, se considerará disruptivo si cuestiona aspectos referidos a la identidad
institucional o trata de inducir su modificación por acción directa (intencional o no).

Estímulo el len- el el la

Disruptivo guaje estilo modelo ideología

17
Concepciones

representaciones varias

de la identidad

institucional

Diagrama II. Los "filtros institucionales"

Es importante volver a señalar que – probablemente - en los rasgos de la representación


sobre la identidad institucional se produce la trabazón más fuerte con aspectos de la
identidad individual, que operarán como los puntos últimos de resistencia. En este texto
"últimos" alude a lo más profundo. En realidad, todos los aspectos funcionan
simultáneamente en la dinámica de la resistencia al estímulo.

3. EL FUNCIONAMIENTO INSTITUCIONAL

TENSIÓN, CONFLICTO Y MOVIMIENTO INSTITUCIONAL

La revisión de la literatura disponible muestra la utilización frecuente del término


"dinámica" para aludir al modo como se desarrollan los hechos.

Este uso puede significar y aludir a diferentes tipos de abordaje para la explicación de
los acontecimientos institucionales.

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Es posible entender el estudio de la dinámica institucional como la descripción del
funcionamiento en términos de proceso a lo largo del tiempo o en un corte temporal
determinado. Encontramos así la propuesta de los estudios históricos y situacionales del
acontecer institucional, en general, discriminado en diferentes tipos de proceso:
producción y mantenimiento es una de las divisiones clásicas.

También puede definirse al estudio como el de los determinantes de los fenómenos. En


este caso es habitual encontrar esquemas conceptuales que acuden a la idea de fuerza
para dar expresión a los movimientos entre personas, grupos y realidad material,
etcétera. La teoría de Lewin es un clásico del uso de este recurso dentro del campo de la
psicología social. En general, estos encuadres quedan atrapados en su construcción
lógica y pierden conexión con lo más importante de sus investigaciones: el acontecer de
los sucesos.

Por último y preponderantemente en el terreno de la psicología y la psicología social, el


término "dinámica" se utiliza para aludir al estudio de los hechos y sus motivaciones.

Bleger en su obra Psicohigiene y psicología institucional[12] propone la definición


de dinámica institucional como la capacidad del establecimiento - sus integrantes y sus
sistemas- de plantear las dificultades como problema y encarar acciones para prueba y
ajuste de soluciones.

Esta definición se comprende mejor a la luz de la discriminación que este autor hace
entre las formas en que puede "trabajarse" institucionalmente una dificultad: dilema (el
planteo se hace en términos paradójicos que clausuran todo intento de solución);
conflicto (el planteo se hace en términos de dos posturas contrapuestas, generalmente
encarnadas por dos bandos institucionales); problema (el planteo se hace a modo de un
interrogante que abarca la dificultad y su posible significación).

En otras obras Bleger alude al estudio de la conducta humana en todos sus ámbitos
desde un encuadre dramático, conceptualizándolo como aquel que permite mantener el
relato y el análisis en el mismo acontecer de los hechos sin recurrir a reduccionismos o
al uso de entelequias.

En este apartado tomaré el concepto de dinámica que él propone: capacidad para


plantear dificultades en términos de problema y trabajar para su solución, pues supone
la existencia de dispositivos institucionales complejos destinados a la evaluación
institucional, y el desarrollo de los miembros del establecimiento para hacerse cargo de
19
responsabilidades sobre el funcionamiento en todas sus dimensiones, condiciones
ambas de existencia indispensable en un proyecto de mejoramiento de la calidad
educativa.

Plantearé, además, algunas ideas sobre las posibles interpretaciones del movimiento
institucional a partir de la aplicación de un encuadre dramático que incluya los niveles
simbólicos de las concepciones institucionales.

El intento está orientado a exponer algunos modos de mirar esta problemática, que
resulten operativos y puedan incluirse en el modelo de análisis que necesitamos.

El análisis del movimiento, la dinámica y el funcionamiento parte de reconocer algunos


hechos cruciales. Algunos han sido ya trabajados o presentados en los puntos anteriores.
Retomo los principales para el propósito de este apartado.

En todos los niveles y ámbitos de la realidad humana - y biológica en general - parecen


existir movimientos que provocan aumento de integración, consolidación, cohesión, y
otros que determinan dispersión, disolución, desintegración.

• El individuo humano se relaciona con su realidad material y social en niveles


racionales (a partir de juicios basados en la evaluación de información proveniente de
esa realidad) y en niveles irracionales (a partir de la reacción a significados con que la
realidad interna inviste a la externa).

• Todo individuo, grupo u organización mantiene intercambios con el medio más allá de
sus propios límites. A partir de esos intercambios funciona como caja de resonancia -a
veces amplificada- de los fenómenos externos, y procura incidir en ellos a través de sus
productos materiales y simbólicos.

• En la base de cualquier organización social existe algún tipo de división del trabajo
que acarrea diferenciaciones de poder.

• Es posible atribuir a la contradicción un papel importante entre los desencadenantes


del movimiento institucional, grupal e individual.

Una observación sistemática de sucesos institucionales ocurridos dentro de un


establecimiento durante un tiempo más o menos prolongado permite discriminarlos y
agruparlos conformando tendencias contrapuestas (esto, probablemente, es lo que

20
acentúa el riesgo de utilizar conceptos mecanicistas de fuerza, tendencia, valencia, y
perder de vista la dramática del desarrollo observado).

A continuación enuncio primero y amplío después la significación de algunos de estos


aspectos[13]:

 hechos que provocan integración  hechos que provocan desintegración


 hechos derivados del análisis  hechos derivados de la contaminación
racional de la realidad fantasmática de la realidad
 hechos que provocan  hechos que resultan de la dramatización
modificaciones en el contexto del contexto
 hechos que develan  hechos que ocultan significaciones
significaciones políticas políticas
 hechos que procuran una  hechos que se orientan hacia el futuro
regresión al pasado
 etcétera

 etcétera

Resulta claro que la ordenación de los hechos en pares vinculados por relaciones de
contradicción se hace sobre el supuesto de que en la base de cualquier organización
existen tipos de tensión – conflicto - que desempeñan un papel central en su
funcionamiento.

Quiero destacar tres tipos de tensión particular, pues me parecen de importancia


relevante en los establecimientos educativos.

El primero tiene que ver con la contradicción entre los impulsos y necesidades
individuales, y las necesidades sociales. Creo que para él alcanza el planteo hecho a raíz
de la problemática tratada. Esta tensión está activada en la base de toda la tarea de la
escuela; de allí la intensificación de las funciones de control provenientes de una
concepción subyacente de "doma de impulsos"[14].

21
El segundo está vinculado en parte al primero, y se refiere a la tensión creada por la
necesidad de actuar según procesos secundarios (tanto en las relaciones secundarias
como en los procesos de pensa- miento) en situaciones - como las del aprendizaje - que
por su índole activan modalidades de funcionamiento y ansiedades de tipo primario
(tanto en los estudiantes como en los docentes que necesariamente sufren los procesos
de identificación y contratransferencia).

El tercero se relaciona con hechos más generales en las instituciones, y quiero


desarrollarlo con alguna extensión porque habitualmente permanece negado en los
establecimientos educativos. Me refiero a las tensiones que acarrea la división del
trabajo.

La existencia de un sistema de división del trabajo acompañada de un sistema de


distribución de responsabilidades origina la distribución de poder, autonomía y
autoridad que configuran el medio político interno. De hecho, ahí se originarán
tensiones provenientes del medio político externo, pero me circunscribiré ahora a lo que
sucede dentro de los límites de la escuela.

La división de un acto de producción completo (Mendel, 1972) - la formación tutorial -


en una serie de actos parciales -la enseñanza de varias disciplinas, en algunos niveles a
cargo de diferentes especialistas - provoca, de hecho, las condiciones para un grado
variable de enajenación.

El proceso artesanal de la educación se convierte en el objeto de trabajo de una


organización compleja. La relación pedagógica se convierte en una articulación de
relaciones intergrupales (docentes y alumnos). Los sentimientos de propiedad sobre lo
que se hace se ven seriamente obstaculizados.

En función de las relaciones interpersonales, las identificaciones se quiebran como en


un mosaico. El aprendiz puede sentirse dividido y parcelado, y vivenciar una profunda
alienación de su poder para autodirigir su proceso de aprendizaje. La jerga estudiantil
argentina da cuenta de estos fenómenos (a X "le estudio"). Perdida su posibilidad de
seguimiento del proceso global, el docente puede alienar de forma amplia su capacidad
para hacerse cargo de decisiones en la enseñanza.

La enajenación de autonomía del alumno en el profesor se corresponde con la que éste


hace en las autoridades. El aula dramatiza así lo que sucede en el contexto
organizacional.
22
En él, la existencia de diferentes puestos ubicados en distintos escalones jerárquicos
genera fenómenos diversos entre los que quiero poner dos a consideración especial:

- quedan definidos grupos del mismo rol o función con cuotas semejantes de autonomía
y poder;

- queda relativizado el poder de cada grupo por referencia a los grupos que están por
encima y por debajo.

Mendel[15] hace un análisis interesante de la dinámica de los grupos funcionales o


colectivos institucionales.

Lo más valioso de su aporte consiste en haber mostrado que la falta de oportunidad para
ejercer poder sobre los propios actos lleva al sujeto humano a sucesivos movimientos
regresivos (primero al tipo de funcionamiento psicofamiliar; por último, en casos más
graves, al tipo de funcionamiento omnipotente de las etapas más arcaicas). Como parte
de esta dinámica y como compensación por el empobrecimiento resultante, la
organización facilita la sobremanipulación de las clases subyacentes. Esto significa - en
los términos de este autor - la instalación de mecanismos de expropiación del poder en
cadena, hecho que la sabiduría popular ha registrado en numerosos dichos y refranes.

El resultado global del trabajo institucional cuando existe división de tareas (el acto
global en términos de Mendel) es el producto de la combinación de los actos parciales
de cada sector institucional. Su calidad dependerá obviamente - sobre todo en
establecimientos que realizan tareas profesionales o semiprofesionales - con el grado en
que cada sector pueda explorar, probar, crear nuevas formas de trabajo y nuevas
técnicas para el tratamiento de los materiales.

Cuando esta autonomía no existe, hay una doble pérdida de calidad: la producida por la
disminución del monto de exploración y los niveles de compromiso, y la provocada por
los funcionamientos regresivos, que aumentan el intercambio fantasmático y
disminuyen la comunicación centrada en la tarea.

Retomando el tema de la tensión, resulta obvio que a la originada por la pérdida de


conocimiento y control del proceso global se añaden la generada por los fenómenos de
expropiación y de despojo, y la derivada del esfuerzo por encubrir estos fenómenos, que
habitualmente son sometidos a la dinámica del "no dicho" institucional.

23
MODALIDADES PROGRESIVAS Y REGRESIVAS DE FUNCIONAMIENTO

Reubiquemos el problema. Utilizar un modelo basado en el reconocimiento de la


contradicción (tensión y conflicto) como sustrato del funcionamiento institucional da
significado preciso a la definición adoptada sobre el término "dinámica".

El grado de dinámica de un establecimiento estará dado, entonces, por la existencia de


mecanismos mediante los cuales se avanza en el reconocimiento de las tensiones, su
planteo como problemas y los intentos de solución. Un alto grado de dinámica es
garantía de un desarrollo con superación del riesgo implícito en situaciones dilemáticas
y enquistamientos de conflicto.

Un bajo grado de dinámica se traduce en estereotipia, enajenación, cristalización del uso


defensivo de la dificultad como pantalla proyectiva, etcétera.

A partir de aquí es posible hablar - como recurso metodológico - de modalidades


progresivas y regresivas de funcionamiento (Femández, L., 1987).

La modalidad regresiva estaría determinada por una pérdida de la capacidad


institucional para evaluar situaciones, discriminar necesidades y problemas, y originar
líneas exploratorias de solución.

En general, se acompaña de la preponderancia del prejuicio sobre el juicio basado en el


análisis de los hechos; el incremento de conductas impulsivas; la intensificación de la
circulación fantasmática por encima de las comunicaciones instrumentales y el
aislamiento progresivo respecto del contexto. En muchos casos, la incomodidad y el
incremento de angustia que se ocasionan producen la idealización de algún estado
pasado al que se procura regresar y al que se evoca con profunda nostalgia.

La modalidad progresiva está acompañada, en cambio, por el control y la


discriminación de aspectos irracionales, autonomía respecto de las instituciones
externas, posibilidad de cuestionar y ensayar modificaciones en lo instituido,
preponderancia de la pertenencia en función de proyectos y una orientación clara hacia

24
el futuro. Estas modalidades se acompañan, en general, de intenso compromiso y
disponibilidad de los miembros para la curiosidad, el interés, la exploración.

La comprensión de las razones por las cuales se instalan estas modalidades requiere el
conocimiento de cada caso en particular. Sin embargo, es posible definir algunas
variables que parecen tener incidencia directa en estos procesos:

• El grado de desarrollo de los individuos para participar en las dos dimensiones de la


vida institucional: la instrumental y la política.

• El sistema político - institucional en cuanto a la posibilidad que ofrece a los miembros


para intervenir en las decisiones que le son atingentes en ambas esferas.

• Las características del contexto y su tipo de incidencia en el medio interno.

Obviamente, ninguna institución permanece siempre en una misma modalidad. Todo


parecería apoyar la suposición de un equilibrio móvil entre ambas modalidades,
fuertemente influido por las características del contexto social y el grado de
sofisticación de los filtros institucionales.

Las modalidades regresivas se ven estimuladas por contextos sociales autoritarios o


turbulentos, por situaciones internas que comprometen cambios críticos o por estados
agudos de incapacidad instrumental para enfrentar las exigencias de las tareas.

Las modalidades progresivas se desarrollan en los ámbitos que poseen las características
contrarias o - en una aparente paradoja - en situaciones críticas agudas en las que queda
comprometida la identidad institucional y liberados los contenidos amenazantes que se
controlaban con la pertenencia. Esto último ha sucedido últimamente en la Argentina,
dando lugar a la movilización de muchas instituciones en búsqueda de soluciones a
crisis con impacto de catástrofes[16].

MODELOS PARA DAR CUENTA DE DINÁMICAS REGRESIVAS

A continuación transcribo, como ejemplo, dos esquemas posibles para el análisis de


dinámicas regresivas. Están elaborados sobre el supuesto de una situación institucional

25
en la que las personas se ven impedidas o dificultadas en su capacidad colectiva para
convertir en problema aspectos del funcionamiento, la vida o los resultados
institucionales que les provocan tensión y sufrimiento. En ambos se procura facilitar al
que analiza, la captación del proceso y la posibilidad de explicar el movimiento en este
tipo de situaciones. Como resulta evidente, tienen una linealidad ajena a la complejidad
de los hechos de los que procuran dar cuenta. Todo recurso metodológico de este tipo
tiene ese costo. No obstante, son instrumentos útiles para quitar misterio a la
interpretación -mostrándola como lo que es: un trabajo de análisis basado en
significados que se captan por sus indicadores -, y permitir la sistematización de sus
pasos y el control de su validez[17].

El esquema I procura mostrar la probable secuencia que puede tener el funcionamiento


institucional si lo observamos desde la perspectiva que abren algunos conceptos de
Jaques y Ulloa[18]

El esquema II intenta lo mismo, utilizando conceptos clave en la propuesta de


Mendel[19].

En ambos se utilizan como referencia, por un lado las conceptualizaciones


psicoanalíticas sobre el funcionamiento yoico - en la sistematización que propone
Rapapport[20]' - para llegar a comprender el compromiso que sufre la persona en su
relación con este tipo de situaciones (aumento de enajenación). Por otro, el conjunto de
conceptos sobre el papel de las ideologías en los procesos sociales e institucionales
(ocultamiento de hechos y significados signados por los intereses del poder), tal como
desde los trabajos de Marx y Engels se constituyen en patrimonio del análisis social[21]

Aun al costo de una simplificación burda, consignar dos ejercicios que muestran la
utilización de esos modelos. Pueden resultar útiles para completar la presentación. Por
supuesto los casos que se tratan son reales.

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[1] Se utilizan los términos "amplitud" y "penetración" en el sentido con que los utiliza
Etzioni, A., Organizaciones modernas, México. LTTHEA/65.

[2]Psicología institucional y pedagogía institucional. En ambos casos, el conocimiento


resulta de las prácticas de ayuda, asesoramiento, intervención (según las corrientes)
implementadas en el establecimiento, en su dinámica manifiesta y latente.

[3] Para el tema de las representaciones sociales puede verse Moscovici (1976), ob. cit.

[4] En este sentido las estudian el derecho, la filosofía del derecho, la sociología en
algunas de sus corrientes teóricas, la antropología por ejemplo.

[5] Son de interés los estudios de Loreau (1975,1977), Lapassade (1974,1977,1980) y


Barbier (1977).

[6] José Bleger hace una presentación de esta problemática en su obra Psicología de la
conducta, Buenos Aires, EUDEBA, 1964.

[7] Estas significaciones han sido especialmente estudiadas por la psicología


institucional y el psicoanálisis aplicado. Freud (1986), Bion (1963), Jacques (1960),
Bleger (1964), Ulloa (1969), Kaës (1977).

[8] 'Especialmente estudiados por la sociología de las organizaciones, el socioanálisis y


el análisis organizacional. Véanse, entre otros, Etzioni (1965), Lorcau (1975), Mendel
(1972), Castoriadis (1978).

[9] Es de interés la caracterización de los niveles de la organización que


hace Schlemenson, 1987, ob. cit.

Puede también trabajarse con la obra clásica de Lobrot, M., Pedagogía


institucional, Buenos Aires, Humanitas, 1974, sobre la significación psicosocial de la
organización burocrática y sobre el papel de las ideologías.

La lectura de Mendel, La rebelión contra el padre, Barcelona, Península, 1944,


constituye un aporte valioso para profundizar este análisis.

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[10] Tienen poder organizador aquellas construcciones culturales que definen los límites
de lo permitido y lo prohibido, lo posible y lo imposible y que, por consiguiente, toman
un papel destacado en la referencia de los actores institucionales para el desempeña en
general y la toma de decisiones en particular

[11] Diferentes autores discriminan en este punto lo que podríamos designar identidad
real, deseada, supuesta, necesaria, etc. Pueden consultarse las obras ya citadas de
Seblemenson (1 987), Lobrot (1 974), y de Etkin y Schvarstein, Identidad de las
organizaciones, Invariancia y cambio, Buenos Aires, Paidós, 1989.

[12] Bleger, J., Psicohigiene y psicología instituciones, Buenos Aires, Paidós, 1964.

[13] 'Lo que sigue es un enunciado que no responde a ninguna categorización.

[14] Utilizo la frase en el sentido psicoanalítico. La "doma de impulsos" es el proceso


por el cual, gracias a la frustración que provoca demora en la satisfacción del impulso,
se configura el principio de realidad y se hace posible el funcionamiento de los procesos
secundarios.

[15] En lo que sigue, el desarrollo presenta el planteo básico que hace Mendel,
G. Sociopsicoanálisis institucional, tomo lI, Buenos Aires, Amorrortu, 1977. Análisis
interesantes de esta problemática desde otras perspectivas pueden consultarse en las
obras ya citadas de Etzioni (1965), Lobrot (1974), Foucault (1978) y Mendel (1975).

[16] Véanse al respecto las obras de Schiemenson (1987), Etkin y Schvarstein (1989) y
también el trabajo de R. Kads en La institución y las instituciones, Buenos Aires,
Paidós, 1987

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[17] Se trata, por su origen, de recursos didácticos. Elaboré varios esquemas de esta
índole en los años 84 y 85, exigida por la necesidad de facilitar a los estudiantes el
acceso a una utilización de la teoría que los acercara a la captación dramática de los
hechos. Demostraron ser útiles para muchos tipos de personas en su intento de
incorporar los enfoques institucionales, pues ayudan a convertir las teorías en esquemas
analizadores (en el sentido institucional del término) de los hechos y hacen evidente,
además, la necesidad de volver - una y otra vez- a mirar los fenómenos desde diferentes
puntos para alcanzar paulatinamente mayor captación de la multiplicidad de
significados que revela el análisis de lo institucional.

[18] Este modelo se basa en las conceptualizaciones de “uso defensivo de la


pertenencia” (Jaques) y de “juego de proyección y defensa en las fracturas en función de
pantallas” (Ulloa).

[19] Se incorpora como referencia el concepto de regresión del plano de lo político al


plano psíquico o arcaico, y la significación del conflicto sin solución como “falta de
poder sobre el propio acto” (Mendel)

[20] Rapapport, I., Aportaciones a la teoría y técnica del psicoanálisis, Barcelona, Seix
Barral, 1996.

[21] En el campo educativo, M. Lobrot (1974), ob. Cit., analiza las racionalizaciones
ideológicas al servicio de la preservación del poder, tal como las ve funcionar en las
burocracias pedagógicas.

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