El documento analiza un libro sobre filosofía y lenguaje escrito por E. Lledó. Aborda dos cuestiones: la crisis del ser y el olvido del logos en la filosofía, y el papel del lenguaje en el estudio del pasado filosófico. El autor argumenta que el lenguaje puede dar fluidez a una terminología filosófica endurecida y ayudar a comprender el pensamiento de los autores.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
23 vistas3 páginas
El documento analiza un libro sobre filosofía y lenguaje escrito por E. Lledó. Aborda dos cuestiones: la crisis del ser y el olvido del logos en la filosofía, y el papel del lenguaje en el estudio del pasado filosófico. El autor argumenta que el lenguaje puede dar fluidez a una terminología filosófica endurecida y ayudar a comprender el pensamiento de los autores.
El documento analiza un libro sobre filosofía y lenguaje escrito por E. Lledó. Aborda dos cuestiones: la crisis del ser y el olvido del logos en la filosofía, y el papel del lenguaje en el estudio del pasado filosófico. El autor argumenta que el lenguaje puede dar fluidez a una terminología filosófica endurecida y ayudar a comprender el pensamiento de los autores.
El documento analiza un libro sobre filosofía y lenguaje escrito por E. Lledó. Aborda dos cuestiones: la crisis del ser y el olvido del logos en la filosofía, y el papel del lenguaje en el estudio del pasado filosófico. El autor argumenta que el lenguaje puede dar fluidez a una terminología filosófica endurecida y ayudar a comprender el pensamiento de los autores.
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3
156 Revista de libros
LLEDÓ,E.: Filosofía y Lenguaje. Ed. Ariel, Col. Ariel Quin-
cenal, Barcelona, 1970. 186 págs. ",..más que un olvido del ser, ha sido un olvido del logos lo que ha condicionado el desarrollo de Ia filosofía" (p. 52) nos dice el pro- fesor E Lledó, modificando la conocida fórmula heideggeriana. Pero, en nuestro tiempo, la crisis del ser se ha agudizado, crisis acompa- ñada, por otra parte, de un despego manifiesto hacia la conciencia histórica en el estudio del pasado filosófico. El ser deja, cada vez más, paso al logos; la conciencia histórica, a la conciencia lingüísti- ca. U n estudio de ambas cuestiones, de cuyo interés tratamos de dar cuenta aquí, ocupa el núcleo de la presente obra. El edificio de la filosofía occidental en lo que respecta al ser ha podido en el transcurso de la historia ser elevado merced a las di- rectrices iniciales del pensar griego; por desgracia, éste no ha des- empeñado una función análoga en l o referente al logos, aun poseyendo para ello una base tan sólida como la constituida por el Cratilo pla- tónico y del De Interpretatione aristotélico. La causa del hecho mentado podría encontrarse, como dice E. Lledó, en ese "estar a mano" del lenguaje, en su carácter de mero instrumento de comuni- cación de algo, como el ser, sobre lo que sí ha tenido sentido a lo largo de la historia de la filosofía realizarse una reflexión que, por lo demás, al estar alejada de cualquier afección práctica [excepciones a esto son fáciles de hacer] ha pasado de ser teórica a ser autoteó- rica, de ser visión del él a ser autovisión. Una visión tal, un auto- encontrarse, según E. Lledó, ha llevado a la filosofía a hacerse ternzinología, no en su aspecto positivo de estructura sintética eco- nomizadora de la explicación de un horizonte filosófico, sino en su aspecto negativo dc impatencia d e sus supucstos de constitución en la historia. El tkrmino filosbfico, así [al aparecer como posibilidad de ontificación], se erige en muro insalvable [intencional y factual- mente] entre la filosofía y el significado vacío de aquél. En este sentido, ";puede una reflexión sobre el lenguaje dar flui- dez a una terminología endurecida de la que ha desaparecido to- talmente la realidad -el ser- y, por consiguiente, la filosofía?" (p. 70). La respuesta afirmativa a tal cuestión queda suficientemente reforzada atendiendo al lugar que el logos ocupa en corrientes ac- tudes del pensamiento; de modo que, sin ser demasiado optimistas, podemos concluir con E. Lledó que el pensamiento filosófico parece que habrá de caminar por la "casi vulgar y trivial y profunda senda del lenguaje" (p. 72). Y es así el lenguaje, el "aire del pensamiento" según E. Llcdó, quien nos permite una muy buena vía de acceso al pasado filosbfico. Con esto entramos en la segunda cuestibn. Ida conciencia histórica ha topificado el pensamiento del pasado. La consideració~~ scipcntiforme d e la filosofía, el que 12 filosofía sc muerda, como una serpiente, sicmprc la cola, ha implicado en el inmerso en la tradición historiográfica la búsqueda, frecuentemente forzada, dc relaciones entre unos pensadores v otros, la desconexión Revista d e libros 157 entre pensamiento y sociedad, el estudio con categorías iriadecua- das ... Saber quién es quién en el pasado filosófico resulta casi tan imposible como saber de qué habla tal quién. Como consecuencia de todo ello, la crisis de tal corriente no se ha dejado esperar y el despego del pensador, en nuestro tiempo, hacia ella lleva aparejada. según E. Lledó, una creciente sustitución d e lo historiográfico por lo lingüístico, puesto que en el lenguaje puede hallarse la clave del pensamiento del autor. Claro está que tal clave no supone, para E. Lledó, un análisis estilístico, un estudio de lo meramente expresivo, sino de lo lógico en el lenguaje, ya que es en el logos donde el contenido intelectual se manifiesta. La consecuencia fácilmente obte- nible de ello es que en la hermeneútica filosófica se ha de partir frecuentemente de un análisis semántica y, como muestra de ello, E. Lledó cierra su libro con un estudio de un modelo de sem;íntica filosófica y su concreción en el "Discours ..." de Descartes. Por lo que respecta al modelo, constituye el punto de partida de la herme- néutica filosófica, según E. Lledó, la por él denominada "cosificación semántica", que ocuparía uno de los vértices de un triángulo semán- tic0 en cuyos dos restantes vértices se hallarían el significante y el significado. Podríamos considerar tal cosificación semántica como una cosificacidn en la "azlreola de alr~siwidnd" de la palabra -parole- [el enriquecimiento de la misma por su convivencia en variados contextos], que inserta en el significado las intenciones del autor [nivel terminológico, p. 1471, i ~ l f l u e n c i ; de ~ ~ otros autores [nivel tedrico, p. 1481, ecos y usos sociales [nivel sociológico, p. 1491 y creencias [nivel ideológico, p. 1491. De modo que a través de dicha cosificaci61i semántica puede llegarse a "sabcr de qué se habla", a la inteligibilidad de un texto, en el que -como ocurriría dc ser filo- sófico- el triingulo tradicional signiticarite-sig~iificado-cos:~no tendría mucho que hacer y mis cuando, al hablar de entender un texto filosófico, ante todo, como dice E. Lledó, "peiisanios en el contcriitio dc la significatividad" (p. 145). De todo lo dicho coiisidcr~~nos que se infiere el soslayamiento de los defectos encontrados a la historio- grafía, como lo muestra el estudio de semántica cartesima de E. Lledó, mediante el cual logra disipar cicrtamcnte la topific;icid;i his- toriogrifica [p. ej., respecto del cogito], mostrarido un Descartes cuyo pensamiento no se encuentra desgajado de I:i sociedad de su época y en el que un lcnguaje nuevo viene a sustituir una lengua reseca y agrietada [terminológica, no lógica] como "un mundo al lado del mundo" (p. 186), como ese mundo al lado que constituiría el len- guaje que, reflexioniido hoy, podría d;ir fluidez a la terminología endurecida de la que ha desaparecido 13 filosofía. La obra de E. Lledó no queda con esto totalmente examinad:^, pero sí, al menos, creemos li;~bcsmostrado un tanto su interés, que hace crecer el deposit-ido por nosotros eii l n historia de 1;i filosofía. del lenguaje que el autor nos dice prepara desde h x e :ilguiios aiios y en torno 3 la cual los trabajos aquí reunidos han ido surpiciido como reflexiones. Por todo ello no considero e\-ager:ido rtfirniar que 158 Revistn d e libros E. Lledó ha abierto ya una grieta más, que sin duda seguirá agran- dando, en el muro que, creemos con él, ha contenido a lo largo de la historia el logos. J. Sanmartín
NOAM: Aspectos de la teoría de la sintaxis. Ver-
CHOMSKY, sión castellana de Carlos P. Otero. Aguilar, Madrid, 1970. ~xwvif 260 págs. El libro que se ofrece ahora en versión castellana puede muy bien calificarse como clave para comprender el desarrollo del pen- samiento y de la lingüística chomskianas. Publicado en el original inglés en el año 1965, constituye una introducción al cambio sustan- cial que ha sufrido la "gramática generativa", después de una década de estudios que han seguido a su famoso libro, "Syntactic Structures7' (1956). La lectura de los "Aspectos...", difícil en el original, para el lector no informado, viene sustancialmente facilitada por un estu- dio introductorio, unas notas y apéndices utilísimos del Profesor Carlos P. Otero, cuya inmejorable traducción derriba, una vez más, el tópico "traduttore, traditore". La perspectiva adoptada por Chomsky frente a la lingüística taxonómica y la Filosofía del Lenguaje empirista fue, desde el co- mienzo el punto de vista racionalista encuadrado en la tradición cartcsiana. El objetivo dc la Lingüística, es el de caracterizar la COMPETENCIA que el parlante de una lengua tiene y que le per- mite producir y entender infinidad de locuciones nunca antes por él oídas o elicitadas. Competencia que subyace a la ACI'UACION (Performance) que es el uso real que se manifiesta en la conducta lingüística. Recuperando la tradición, como más tarde hará en su excelente monografía "Lingüística Cartesiana", distingue, la estruc- tura patente (forma física del signo) de la latcnte o profunda. El parlante comprende y usa cl leriguaje merced a la b L generacibn" dc la estructura patente desde la estructura latente. La primera de ellas es gobernada por l;t segunda, que a su vez tiene unos límites, de alguna manera precisos, de divergencia, los cuales constituyen lo que se llama UNIVERSALES LIN GUÍSTICOS. Éstos, comunes a todas las lenguas, cstableccn ciertas caractcrísticas generales de lo que la gramática de una lengua sea (la forma interna humboldtiana). La ver- sión de la teoría que a q u í se ofrece hace uso de una metodología ampliamente tratada en el primero de los cuatro capítulos. IA COIIS- trucción de un "modclo de adquisición del lenguaje" según Chomsky, debe postergarse al estudio de la "actuación7', y éste al de la "com- petencia". El que el niño aprenda uliil lengua en un corto período de tiempo, hace tomar una perspectiva mentalista en lingüística; ésta se concreta en postular unos mecanismos recursivos que dirigen la conducta de hablar y entender sentencias bien formadas o sancionar