Temas para Mujeres 2024

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La armadura de Dios, su significado y

cómo usarla
Efesios 6 es el último capítulo de la carta de Pablo a los Efesios y en los versículos 10 al
18 él los anima a permanecer firmes en el Señor. Él sabía que como cristianos, nos
enfrentamos a una guerra espiritual intensa y debemos estar preparados. Pablo
habla sobre la armadura de Dios, las herramientas que Dios da a sus hijos para que
podamos vencer los ataques del diablo.

Al vestirnos y usar la armadura de forma efectiva podremos hacer frente a todas las
trampas del maligno y saldremos victoriosos. Veamos lo que Efesios 6:10-18 nos dice
sobre la armadura de Dios, para qué sirve y cómo debemos usarla.

Efesios 6:10-18
10 Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.
11 Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las
artimañas del diablo.
12 Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra
autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra
fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.
13 Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día
malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.
14 Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la
coraza de justicia,
15 y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz.
16 Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas
las flechas encendidas del maligno.
17 Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de
Dios.

18 Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse


alerta y perseveren en oración por todos los santos.
(Efesios 6:10-18)

Preparándonos para la batalla


(...) Fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios
para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.
(Efesios 6:10-11)

Lo primero es fortalecernos en el Señor. ¡De él viene nuestra fuerza! Esta llega cuando
reconocemos que dependemos de Dios, le buscamos en oración, leemos su Palabra y
escuchamos su voz.

Luego debemos vestirnos, tomar la armadura y ponérnosla. Esto requiere iniciativa, una
acción de nuestra parte y una decisión: no me enfrento con mis propias fuerzas sino que
uso las armas que Dios me da. Es un acto de humildad y de confianza total en el poder
de Dios y en su sabiduría.

Jesús ya venció al diablo en la cruz, la batalla final está ganada. Sin embargo, nos
enfrentamos a batallas espirituales cada día y debemos hacerlo con las armas que Dios
nos da, no con nuestro intelecto o con nuestras fuerzas físicas. Esta es una lucha
espiritual y nuestro adversario, el diablo, es astuto e intentará desanimarnos en nuestro
andar con Cristo. Usando bien las armas que Dios nos da, venceremos.

La guerra espiritual
Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra
autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra
fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse
toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta
el fin con firmeza.
(Efesios 6:12-13)

La realidad es que estamos en una lucha espiritual constante, nos guste o no. En 1
Pedro 5:8-9 dice:

Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda


como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes
en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma
clase de sufrimientos.
(1 Pedro 5:8-9)

Somos llamados a resistir, a estar preparados para el ataque y firmes en la fe. Es una
lucha intensa, pero Dios no nos deja indefensos. Él provee la armadura que necesitamos
para vencer. ¡Sólo tenemos que ponerla y usarla!

Debemos tener en cuenta que es una armadura, no varias, y debemos llevarla en su


totalidad ya que nos equipa para hacer frente a todos los ataques del diablo. No nos
ponemos hoy el casco y mañana el escudo. ¡No! Los soldados se preparan con toda la
armadura cuando salen a la batalla y nosotros, como buenos soldados de Jesús
debemos hacer lo mismo.

Al usar todas las armas que Dios nos ha provisto, estaremos protegidos y listos para
la batalla. Esa es la forma en la que resistiremos firmemente hasta el fin, hasta que
estemos con Jesús por la eternidad.

El significado de la armadura de Dios


Veamos una corta descripción de cada una de las partes de la armadura que Dios ha
puesto a nuestra disposición.

1. El cinturón de la verdad
Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad...
(Efesios 6:14 a)

El cinturón que llevaban los soldados era bastante ancho. Servía para mantener la
túnica interior en su lugar a la vez que protegía y daba soporte al cuerpo. De esa misma
forma, el cristiano debe conocer la verdad sobre quién es en Jesús y vivir una vida
íntegra que honre su posición en Cristo.
El diablo intentará engañarnos con sus mentiras para que fallemos, dudemos o
comprometamos nuestra identidad. Debemos permanecer firmes en la verdad de que
somos hijos de Dios, transformados por él y salvados de la muerte eterna. Nada ni nadie
nos arrebatará de su mano (Juan 10:28).

Cómo usar el cinturón: Llena tu mente y tu corazón con la verdad de la palabra de Dios.
Cultiva una amistad profunda con Dios a través de la oración. Fortalece tu espíritu cada
día alabando a Dios y pasando tiempo con él. Vive una vida íntegra y sé veraz en todas
tus acciones y palabras.

2. La coraza de la justicia
...protegidos por la coraza de justicia...
(Efesios 6:14 b)

La coraza iba enganchada al cinturón y protegía órganos vitales. Una herida en el pecho
puede ser mortal y por eso el soldado debe cubrirlo bien. Así mismo debemos vestirnos
con la justicia de Dios que tenemos a través de Jesús. Somos justificados por nuestra fe
en Cristo (Romanos 5:1-3). La batalla contra las tentaciones y el pecado no la ganamos
por nuestra propia justicia. La ganamos recordando quiénes somos en Jesús y
manteniéndonos firmes en esa realidad.

Cuando Dios nos mira él ve a Jesús en nosotros. Nosotros también debemos enfocarnos
en la obra de Dios en nuestras vidas. Necesitamos mantener nuestros ojos puestos en
Jesús, no en nuestro pasado sin él, en nuestras emociones o en los errores que
cometemos.

Cómo usar la coraza: ¡Recuerda tu identidad en Cristo! Gracias a él has sido justificado
y perteneces a Dios por la eternidad. No creas las acusaciones del enemigo cuando trae
a tu mente los pecados del pasado como si definieran tu presente. Tampoco creas
cuando te dice que no puedes vencer una tentación. Pide a Dios que te ayude a verte
como él te ve, a recordar el poder que él te concede para vencer y a actuar siempre
como él desea que lo hagas.

3. El calzado para proclamar el evangelio de la paz


...y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz.
(Efesios 6:15)

Los pies necesitan estar bien protegidos para avanzar en la batalla. El enemigo puede
colocar objetos cortantes o trampas para hacernos caer y evitar que avancemos. Su
meta es impedir que salgamos a proclamar el evangelio de la paz. Puede atacar con
tentaciones, complejos, sentido de inferioridad, ansiedad, gente que se burla... la lista
es larga. Pero en Cristo nuestros pies están firmes y dispuestos para llevar el evangelio
de la paz. Damos pasos y ganamos terreno (vidas) para el reino de Dios porque él nos
capacita y porque nosotros mismos hemos experimentado su paz.

El reino de Dios es uno de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14:17). Ese
es el mensaje que debemos proclamar. Sí, es cierto que es una guerra, pero las armas
que Dios nos da no son de este mundo y pueden parecer ilógicas. No ganamos
imponiendo o alterándonos; ganamos viviendo llenos de su paz y llevándola a todos los
que nos rodean.

Cómo usar el calzado: Permite que la paz de Dios llene tu corazón cada día. Pasa
tiempo con Jesús y fortalece tu espíritu. No dejes que las trampas del enemigo impidan
tu avance y efectividad. Afirma tus pies, pide a Dios que te de valentía y comparte su
evangelio de paz con todos los que te rodean.

4. El escudo de la fe
Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las
flechas encendidas del maligno.
(Efesios 6:16)

Aquí Pablo no solo menciona la parte de la armadura sino que también nos dice para
qué la usaremos. El escudo al que se refiere era uno grande que cubría y protegía toda la
parte delantera del soldado. Era resistente y estaba cubierto de cuero porque a veces el
enemigo atacaba con flechas encendidas y el cuero actuaba como aislante protector.

Con el escudo de la fe podemos apagar todas las flechas que nos dispara el maligno. El
ataque del diablo puede venir de cualquier lugar, por eso es importante estar alerta
para poder colocar el escudo en el lugar preciso y protegernos.

Una de las armas que el diablo usa con frecuencia es la duda. Nos incita a dudar del
poder, el amor o la bondad de Dios. Al ejercitar nuestra fe y afirmarnos en lo que
sabemos sobre Dios y su obra en nosotros, esos ataques pierden su efectividad y
avanzamos en nuestro andar con Jesús.

Cómo usar el escudo: Alimenta tu fe leyendo y memorizando la palabra de Dios, pasa


tiempo con Dios. Llena tu mente de la verdad sobre él y sobre quién eres en él para que
puedas usar esa verdad cuando lleguen las dudas.

Aprende un poco más sobre qué es la fe.

5. El casco de la salvación
Tomen el casco de la salvación...
(Efesios 6:17 a)

El casco protege la cabeza. Nuestra mente debe estar llena de la certeza de nuestra
salvación. Hemos de vivir cada día la vida que Dios quiere que vivamos como hijos
suyos, anclados en esa certeza y con nuestros corazones llenos de gratitud.

Somos «linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios,
para proclamar las obras maravillosas de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz
admirable» (1 Pedro 2:9). Esa es nuestra realidad y ese es nuestro propósito. No
permitamos que el diablo ponga en nuestras mentes dudas sobre nuestra salvación.
Somos salvos por la fe en Cristo (Gálatas 3) y nadie nos puede arrebatar esa salvación.

Cómo usar el casco: Recuerda que eres salvo por la fe en Jesús y eso nadie lo puede
cambiar. Vive en confianza y en obediencia la vida que Jesús desea para ti. Combate con
la palabra de Dios las dudas sobre tu salvación o las tentaciones a sentir que no mereces
su amor o su perdón. Él te ama, te salvó y eres suyo por la eternidad.

6. La espada del Espíritu


...y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
(Efesios 6:17 b)

Esta es la única arma de ataque, las otras son armas de defensa. La espada sirve tanto
para la defensa como para atacar al enemigo. La palabra de Dios alumbra nuestro
camino (Salmo 119:105) y nos ilumina con la enseñanza del evangelio. Con la espada del
Espíritu nos defendemos y hacemos frente a los ataques del enemigo (mentiras,
engaños). A la misma vez, atacamos con la verdad. Recordemos el ejemplo de Jesús
cuando fue tentado, cómo usó la palabra de forma efectiva para vencer las tentaciones
del diablo (Mateo 4).

Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier


espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la
médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.
(Hebreos 4:12)

Combatimos los malos pensamientos, las dudas y las enseñanzas falsas llenando
nuestra mente con el mensaje de la Biblia. El diablo intentará engañarnos. Sin embargo,
cuando conocemos bien la palabra de Dios nos mantenemos firmes en la verdad y
continuamos activos en la batalla sin temor.
Cómo usar la espada: Estudia la Biblia, memorízala, aprende a usar la palabra de
verdad de forma efectiva. Combate las mentiras con la verdad bíblica. Guarda la palabra
de Dios y vive una vida acorde a lo que Dios te pide.

La importancia de la oración

Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta


y perseveren en oración por todos los santos.
(Efesios 6:18)

El soldado cristiano se prepara para la batalla, se fortalece y recibe sus órdenes a través
de la oración. La comunicación con Dios, nuestro Comandante, debe ser constante para
fortalecernos y recibir sus instrucciones con la estrategia que debemos seguir.

No solo debemos orar por nuestras luchas, retos o dificultades. También debemos
apoyar a nuestros hermanos en oración. Si vemos a algún hermano luchando contra un
pecado o duda, o si está pasando por sufrimiento o persecución, es nuestro deber
apoyarlo con nuestras oraciones y animarlo.

¿Quieres vencer en esta guerra espiritual? Vístete cada día con la armadura de Dios,
pasa tiempo en oración delante de él, estudia su palabra y mantente alerta frente a los
ataques del enemigo.
UNA FAMILIA RESTAURADA POR DIOS

(Familia restaurada por Dios). Introducción: En la actualidad nos basta con


mirar algunos minutos los noticieros para observar las condiciones de
nuestra sociedad. La familia es la célula básica de la sociedad, pero ha
venido sufriendo cambios nocivos y muy perjudiciales, por eso vemos cosas
como:

niños o adolescentes que lideran pandillas, altísimos niveles de violencia


intrafamiliar, el número de divorcios se ha disparado, matrimonios
fracasados, entre otras cosas, pero Dios puede transformar todas las cosas.
Veamos ahora este tema: Una familia restaura por Dios...

UNA FAMILIA RESTAURADA POR DIOS.

I. Como podemos ver en la Biblia las familias viven diferentes tiempos


de crisis. Lucas 1:5-7.
"Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado
Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y
se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban
irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
Pero, no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de
edad avanzada".

A. Zacarías servía al Señor, y con su esposa tenían una vida


ejemplar.
Comentario: La Biblia nos enseña que Zacarías pertenecía a la orden
sacerdotal, y con su esposa Elisabet obedecían todas las ordenanzas de la
Ley. Eran irreprensibles en todos los mandamientos del Señor, y por eso
era un matrimonio ejemplar.

B. A la casa de Zacarías un día llegó la crisis.


Comentario: Debemos tener en cuenta aquí que en el pueblo judío el
matrimonio se da siendo muy jóvenes. Un día Zacarías y Elisabet se
casaron con todas las expectativas de cualquier matrimonio; pero un tiempo
después llegó la crisis: no podían tener hijos.
Transcurrieron muchos años (décadas) sin hijos, en la mentalidad judía es
sinónimo de maldición o ausencia de favor de Dios el hecho de no tener
hijos. Es significativo que a pesar de esto, no dejaron de seguir a Dios, ni
negaron su fe en el Señor.

II. Es muy importante acercarnos a Dios. Lucas 1:8-10.


"Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según
el orden de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó
en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor. Y
toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso".

A. La dificultad no le impidió a Zacarías acercarse al Señor.


Comentario: A veces cuando aparecen los obstáculos se abandona la
búsqueda de Dios y eso no está bien. ¿Cómo reaccionamos cuando llega la
crisis? La mejor decisión es acercarnos al Señor, buscar su rostro es la más
sabia decisión cuando no sabemos qué hacer.

B. La Biblia nos enseña que cuando nos acercamos a Dios, él también se


acerca a nosotros. Lucas 1:11-12.

"Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del
incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor".

Comentario: El Señor tiene cuidado de su creación todos los días, él nos


bendice dándonos la vida y la provisión, pero podemos vivir alejados de
Dios, por ejemplo: Caín. Al mirar la Escritura vemos que los hombres que
buscaron a Dios, lo hallaron.

Dios siempre está allí, pero él espera tu iniciativa, pues respeta tus
decisiones. La presencia de Dios y Su poder ministra nuestro ser, restaura
nuestro corazón, Lucas 1:13 (en la presencia de Dios el temor se va y es
restaurada la esperanza y la fe).

Lucas 1:13 "Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha


sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijoi, y llamarás su nombre
Juan"
III. Por el poder del Señor podemos ver una familia restaura y por Dios.
Lucas 1:23-25.
"Y cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa. Después de
aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se recluyó en su casa por
cinco meses, diciendo: Así ha hecho conmigo el Señor en los días en
que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres".

A. Debemos hacer lo que nos corresponde, y Dios en su tiempo hará el


resto.
Comentario: Zacarías buscó la presencia de Dios y le sirvió como tenía que
hacerlo, y continúo viviendo una vida ejemplar. La Escritura dice: “Después
de aquellos días, concibió su mujer…” era en el tiempo de Dios, pues de
ella nacería el precursor de Jesús: Juan el bautista, Fue un gran milagro.

B. Nuestro Dios es restaurador por excelencia.


Comentario: Como podemos ver este matrimonio fue por décadas fue
cuestionado, señalado, quizá fue motivo de burla para muchos. Vemos en el
texto que Elisabet dice: “el Señor ha quitado mi afrenta entre los hombres”,
otras versiones bíblicas dicen:

"El Señor me ha quitado la vergüenza ante los demás”, “Dios me ha quitado


la desgracia ante los demás”, ella experimenta una gran alegría, pues Dios
ha hecho un milagro en su matrimonio, y promete usar de manera gloriosa
al hijo que ha nacido. Dios es bueno y todopoderoso.

Reflexión final: Nuestro buen Dios conoce las diversas situaciones que
vivimos, incluso las crisis, éstas deben enfrentarse con la ayuda de
Dios.

Acercarnos a él nos fortalece y recibimos Su sabiduría para la toma de


decisiones tan importantes, como las que tienen que ver con nuestra
familia y futuro. Sin duda, el Señor desea salvar y bendecir nuestra
familia.
Qué Es Lo Que Quiere Dios de Mi? Cómo Saberlo
Según La Biblia y Por Experiencia?
¿En Verdad Puedo Yo Saber Qué Es Lo Que Quiere Dios de
Mí Según La Biblia?
¿Quieres saber lo que Dios quiere de ti? Yo también me hice esa y
otras preguntas. Con frecuencia me decía: ¿qué quiere Jehová de
mí? ¿En verdad qué le puedo dar al rey de reyes y Señor de señores?
¿Qué me pide o espera de mí? Según la biblia y mi experiencia
hablemos de eso. ¡Al final espero que puedas reconocer la voluntad
especifica del padre para tu vida!

Si en verdad estás buscando hacer la voluntad de tu padre celestial


debes saber que siempre hay piedras en el camino, pero que es
posible para hombres y mujeres que depositan su vida en las manos
de su creador. Sabemos que como seres humanos y con todo lo que
eso implica que es ser hombres y mujeres imperfectos con nuestras
luchas y pruebas, virtudes y defectos, que todo es posible siempre
que nuestra fe sea más fuerte y grande que el problema.

Un joven líder de una congregación me hizo una pregunta sobre un


problema con los deseos de la carne y yo le dije que el Señor estaba
conforme con que él simplemente no dejara de luchar. Dios quiere
de ti que nunca te rindas, pelea la buena batalla de la fe. No viene de
Dios una voz o pensamiento que te diga que tú no puedes o que te
rindas, si el mismo fundador del Cristianismo tuvo sus dificultades,
¿cuánto más nosotros? Pero Dios nos da la fuerza para vencer.

Haciendo Lo Que el Padre Quiere Que Hagamos y


Que Siempre Será Lo Correcto
Tener la capacidad de buscar siempre lo correcto sin importar que
cometamos errores, mostrar la más sincera intención de estar firme y
aferrarnos a Dios es una buena forma de empezar a cumplir con lo
que el Señor quiere de nosotros. La biblia nos da pautas generales,
pero las especificas para cada persona en particular van a depender
mucho del ministerio o llamado en especial para cada uno de
nosotros, en este caso debemos tener discernimiento necesario o
recibir de forma directa las instrucciones del padre por medio de su
Santo Espíritu.

En mi experiencia he visto a personas que sienten como que no son


útiles en la obra de Dios, que a lo mejor quien estar en un lugar
distinto o personas diferentes, pero si en verdad estamos depositados
en las manos de Dios, si le somos fieles a él, él siempre nos tendrá
en el lugar correcto y a la hora correcta. El mismo Señor Jesucristo
digo a sus discípulos que lo que en un momento no entendían, que lo
entenderían después y es lo mismo que te digo mi amado lector si
este es tu caso.

En la biblia podemos entrar el mandato siguiente: "dad de gracias lo


que por gracias recibisteis" (Mateo 10:8). Jesús no vino a buscar
santos, sino pecadores que procedan al arrepentimiento, los justos no
tienen necesidad de ser justificados, él vino a llamar pecadores y
convertirlos en pescadores de hombres. Una de las cosas que el
Señor Dios todopoderoso quiere de ti y de mí, es que prediquemos
su santa palabra.

El Señor Quiere Que Llenos de Amor Vivamos En


Santidad
¿Qué quiere Dios de mí?: que sea santo porque él es santo, que le
ames y eso implica guardar sus mandamientos, Jesús dijo, si me
amáis guardad mis mandamientos y precisamente los mandamientos
de Dios se resumen en dos, amar a Dios y amar al prójimo, todo
termina en amor (Mt 22:37-40).

Simplemente el que ama al prójimo estará obligado por ese amor a


guardar mandamientos como no matarás, no hurtarás, no codiciara la
mujer de tu prójimo, etc., pero hay mucho más, Dios quiere de mí
que cumpla con mis responsabilidades, las cuales si tengo amor, las
debo cumplir con gozo y de forma voluntaria y no por otra razón.

Como padre el cumplir con el sustento de hogar, ser marido fiel, dar
buen ejemplo a los hijos, amar y cuidar de la esposa. También Dios
quiere de nosotros que con amor ayudemos a los necesitados, el
mismo Jesús vivo para servir y no para ser servido y demande de
nosotros que seamos consuelo de los afligidos, que demos pan al
hambriento, etc.

Otro punto sería no dejar de congregarte como tienen mucho por


costumbre, que sepas perdonar, que por nada estés afanoso, sino que
sean conocidas tus peticiones en su presencia, que haciendo el bien
hagas callar a los que hablan en mal de vosotros y el evangelio (1
Pedro 2:15), que sepas elegir entre la bendición y la maldición
(Deuteronomio 30:19).

Son muchas las citas bíblicas sobre este tema, cada ser humano es
distinto al otro y su llamado tiene matices diferentes, el llamado de
cada persona es un llamado especial, busca a Dios en oración y pide
que te ayude a cumplir con tu ministerio, tu propósito en la vida.
Sobre ese tema tenemos una publicación sobre la voluntad de Dios
para tu vida que te invitamos a leer.

Si alguna vez te hiciste la pregunta sobre que quiere Dios de ti y tal


vez sigues buscando respuesta, te digo lo que la palabra: "sé santo
porque sin santidad nadie verá al Señor".

Creada para ser confiada


(Pr 31:25)
Por Verónica Rodas

Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir. Proverbios 31:25

¿Cuál es el secreto de esta mujer? Conoce a Dios, confía en Él y se mantiene


firme ante cada situación adversa que se le presenta. Tiene la virtud de reír,
porque conoce al Dios soberano que le guía.

Cada una de nosotras tiene un futuro que atravesar, pero… ¿cómo transitarlo?
Aquí podemos contemplar el ejemplo de una vida que nos instruye cómo hacerlo.
Una mujer vestida de fortaleza y dignidad es la que se ríe sin temor a lo que
vendrá.

“Fuerza”
La palabra “fuerza” es la misma que se usa en el versículo 17, “Ciñe de fuerza
sus lomos y esfuerza sus brazos”.
Estudiando anteriormente este pasaje de Proverbios 31:10-31, vimos que era
Dios quien la ceñía de fuerza. Su confianza en Él le daba esa fortaleza física,
mental y espiritual. Ella tenía esa fuerza porque caminaba con Dios.

“Honor”
La palabra hebrea, “honor” (hadar), incluye la idea de “gloria, honor, majestad,
esplendor y belleza”. La honra, vestidura de la mujer virtuosa, es la honra debida
a la hermosura y magnificencia de Dios (Salmos 145:5). Ella era un reflejo de la
gloria de Dios al estar vestida de Su Palabra en mente y acción, de ese modo
manifiesta fuerza y honor.
“Se ríe de lo porvenir”
Esta mujer no estaba preocupada por el futuro porque Dios la capacita y prepara.

Nada, la tomaba por sorpresa porque acudía a Dios constantemente. Él era su


guía. Vivía siempre confiada en las fuerzas del Señor.

La Biblia está llena de maravillosos ejemplos de mujeres que recorrieron este


camino antes que nosotras. Mujeres que confiaron en Dios y arriesgaron su vida,
tiempo y esfuerzo, afrontando situaciones difíciles. Veamos algunas:

– Ana, confió en Dios en oración y ayuno (Lucas 2:37).

– Otras mujeres usaron su confianza en reuniones de oración (Hechos 1:14).

– La mujer del pozo, ayudó a ganar su pueblo para Cristo (Juan 4:39).

– Tabita fue una discípula y tuvo un ministerio que ayudaba haciendo túnicas
para las viudas (Hechos 9:36-39).

– Febe era ayudante en la obra del Señor (Romanos 16:1-2).

– Mujeres sirvieron al Señor con sus bienes (Lucas 8:3 ).

– María ungió a Jesús con un perfume muy costoso y se sentaba a sus pies,
escuchaba su palabra (Juan 12:3; Lucas 10:39).

– La viuda dio todo lo que tenía (Marcos 12:43).

– Priscila ministraba para el Señor junto a su esposo Aquila (Romanos 16:3).

Cada una de estas mujeres estuvo vestida de fortaleza; ellas no temían al por
venir.

Su futuro estaba sostenido por Dios; sus planes y proyectos no dependían de las
situaciones adversas que pudieran ocurrir, sino de la dependencia en Dios, eso es
fortaleza de carácter. Fueron mujeres que experimentaron el gozo de Dios.

¡Cuánto necesitamos ser esos ejemplos y tener esos ejemplos a nuestro lado!
Claramente, hay una gran diferencia entre tener la fortaleza de esta mujer, y vivir
dominada por las circunstancias cotidianas. Ella resistía sus batallas porque su
fuerza provenía del Dios incontenible.

Es hermoso recorrer su vida, pero no debemos quedarnos ahí; necesitamos


comenzar pronto y desarrollar estas virtudes piadosas en nosotras mismas; vivir
confiadas sabiendo que Dios es nuestra fuerza.

Desarrollemos el hábito de una búsqueda de Dios continua en cada paso que


damos; dejemos la carnalidad y volquémonos a Cristo. Esto no se consigue
solamente orando, sino que lo lograremos en la rendición de nuestro corazón en
obediencia a Él.

Lucha con conciencia, no vivas el día a día sin guía. Trabaja con esfuerzo y de la
misma manera que cada mañana vas al armario a buscar tu ropa, ve a Dios y
vístete de Sus fortaleza y honor. ¡Esto es realmente importante! Necesitamos esa
dependencia de Dios, porque estamos influyendo continuamente a nuestro
entorno; nuestro fruto será notorio.

Todas las mujeres que hemos traído a la memoria hoy se mantuvieron como
viendo al Invisible, confiadas en Él. Ahora, necesitamos fijar nuestros ojos en
Aquél que puede hacer lo que nosotras no podemos. Dios es sabio, fuerte, justo y
poderoso para sustentarnos, proveernos, sostenernos y darnos Su gracia para todo
lo que debemos hacer. Podemos transitar las pisadas de estas mujeres confiadas y
firmes en Dios.

Mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Salmo 18:2

Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus
caminos. Salmo 84:5

Seremos felices si en cada paso, decisión y circunstancia, vivimos confiadas en el


Dios que gobierna cada milímetro de todo lo que existe. Seremos felices si las
fuerzas que necesitamos cada día, las recibimos sólo de Dios.
DIOS JUNTA TUS
LÁGRIMAS EN UN
FRASCO
Tus lágrimas son cuidadosamente almacenadas y observadas
por Dios.
Las lágrimas que nacen de un corazón adolorido son una experiencia
universal, especialmente si nacen de una experiencia dolorosa.
Situaciones difíciles como la pérdida de un ser querido, la infidelidad, la
ansiedad o los sentimientos de vacío, el desgaste emocional y otras
situaciones desfavorables pueden provocar lágrimas. Es en esos
momentos cuando derramamos estas lágrimas que provienen de la
profundidad de nuestros corazones, que anhelamos y buscamos
mayormente ser consolados.

La belleza del libro de los Salmos es que contiene expresiones que


demuestran las lágrimas que David y otros salmistas derramaron.
Específicamente, en el Salmo 56:8, vemos el momento en que David
expresó su confianza en Dios cuando los filisteos lo tuvieron preso. Pero
aun cuando estuvo abrumado por el desánimo, confió en Dios y en Su
suficiencia y luego dijo, “Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has
juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas
en tu libro (Salmo 56:8)”.

En las tiendas antiguas de Israel, uno podía encontrar viales conocidos


como botellas lacrimógenas a la venta. En la época de David, había una
costumbre en la que una persona, cuando estaba enferma o en gran
angustia, era visitada por un amigo o familiar con este mismo frasco
lacrimógeno. Luego, mientras las lágrimas rodaban por las mejillas del
que sufría, el amado recogía esas lágrimas en un frasco, y luego lo tapaba
para conservarlo como un recuerdo del profundo dolor que había sufrido
esa persona. Similarmente, en el Salmo 56:8, David expresó que Dios
juntaba sus lágrimas en un frasco, como si las estuviera anotando en un
libro, donde Dios recordaría todos los momentos difíciles por los que
había pasado David.

Si eres alguien que está sufriendo hoy en día, o si estás pasando por una
situación difícil, Dios te asegura que Él recuerda tu situación y tu dolor.
Dios ha estado juntando las lágrimas de dolor que has derramado desde
el primer recuerdo que tienes de cuando lloraste con un dolor profundo, y
son estas lágrimas que son cuidadosamente almacenadas y observadas
por Dios. Esto demuestra que puedes confiar en que el Padre Celestial
cuidadosamente registra cada momento de tus luchas y pruebas, y que
ninguna situación en tu vida escapa sin Su gloriosa observación.

Los que están en Cristo Jesús, deben sentir una paz notable sabiendo que
Dios almacenará los momentos de sufrimiento, sean pequeños o grandes.
Sin embargo, debería haber una mayor esperanza inexplicable, confiando
en que aquellos que están en Cristo estarán en la eternidad donde jamás
habrá más lágrimas. Como dice Apocalipsis 21:4, “Él les secará toda
lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor.
Todas esas cosas ya no existirán más”.

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