TFG Consumo Cronico de Cannabis y Consecuencias Psicopatologicas: Cannabis y Esquizofrenia
TFG Consumo Cronico de Cannabis y Consecuencias Psicopatologicas: Cannabis y Esquizofrenia
TFG Consumo Cronico de Cannabis y Consecuencias Psicopatologicas: Cannabis y Esquizofrenia
Grado en Psicología
Curso 2017-2018
Septiembre 2018
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Resumen
Abstract
Cannabis is the most widely used illegal drug in the world and its use has consequences, even
though these are minor compared to other illegal drugs of abuse. We observed a relationship
between the chronic use of cannabis and adverse effects on mental health, such as the
development of a dependency disorder that favors an even more frequent consumption and,
because of this, the appearance of worse consequences. We find in the literature the
possibility that cannabis might play a role in the appearance of a psychotic disorder such as
schizophrenia, one of the most serious disorders in mental health. As cannabis is the most
consumed illicit drug is of vital importance’s to clarify this issue of scientific debate for the
sake of consumers and public health. We review in this work this possible relationship
between cannabis and psychosis, finding a variety of evidences that suggest the existence of
this relationship. Although this relationship does not seem to affect all individuals in the same
way, chronic cannabis use seems to be a precipitating factor in vulnerable individuals and not
a sufficient nor necessary cause to cause schizophrenia on its own.
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Índice
1. Introducción…………………………………………………………………………..4
2. Cannabis y psicosis………………..……………………………………............…...13
3. Conclusión……………………………………………………………………………21
4. Referencias bibliográficas………………………………………………..…………23
4
Ludwig Lewin
1. Introducción
Desde hace casi 5.000 años el cannabis ha sido utilizado en numerosas sociedades para
fines espirituales, industriales, médicos y recreativos. Actualmente, hay hasta una religión la
cual considera esta droga como sagrada. Hoy en día, el cannabis se cultiva de forma legal para
uso textil y de forma ilegal para autoconsumo, siendo la droga ilegal más consumida del
mundo. El nombre científico de la planta de la cual se obtiene la droga es Cannabis sativa. La
preparación de las hojas y las flores de esta planta hembra es lo que comúnmente se conoce
como marihuana. Lo más usual es que se consuma fumando y mezclado con tabaco. Otro
formato de esta droga es el hachís, proveniente de la resina de la planta y el cual se consume
de la misma forma.
droga, entendiendo esta consecuencia como la más nociva y preocupante y por lo tanto viendo
necesario un estudio profundo de esta posible relación.
Los efectos psicoactivos del cannabis son variados, varían tanto dentro de un mismo
usuario cómo entre usuarios, dependiendo de la dosis, del porcentaje de THC y de la vía de
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Respecto a Europa, el cannabis es la droga ilegal más consumida en todos los grupos
de edad. Su prevalencia es aproximadamente cinco veces superior a la de otras sustancias. Se
calcula que 87,7 millones de europeos adultos (de 15 a 64 años), es decir, el 26,3 % de este
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grupo de edad, han consumido cannabis en alguna vez. De ellos, se estima que 17,1 millones
de adultos jóvenes (de 15 a 34 años), el 13,9 % de este grupo de edad, consumieron cannabis
en el último año, de ellos 10 millones comprenden el rango de edad de entre los 15 y 24 años,
el 17,7 % (Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, 2017). En el caso de
España, el cannabis sigue siendo la sustancia ilegal con mayor prevalencia. El 31,5% de los
individuos de 15 a 64 años la han probado alguna vez en la vida, y 1 de cada 10 personas
(9,5%) reconoce haber consumido esta sustancia en los últimos 12 meses, mientras que los
consumidores de cannabis a diario suponen el 2,1% de la población (Ministerio de Sanidad
Servicios Sociales e Igualdad, 2016).
2017). El consumo frecuente y prolongado está asociado a toda una variedad de problemas,
siendo el más destacable, la dependencia al cannabis, ya que puede llevar a una mayor
probabilidad de desarrollar otros problemas sanitarios debido al consumo crónico que se
realiza a causa esta dependencia. Aproximadamente 13,1 millones de personas mundialmente
sufren un trastorno de dependencia al cannabis, lo cual afecta especialmente a individuos de
entre 20 y 24 años (Degenhardt et al., 2013).
En Europa, el número de personas que inician tratamiento por primera vez por
problemas relacionados con el consumo de cannabis pasó de 43.000 en 2006 a 76.000 en
2015 (OEDT, 2017). Este aumento puede deberse a la mayor prevalencia del consumo del
cannabis en la población general, entre otros factores. Otra posible causa del incremento de
personas en tratamiento es el aumento del porcentaje de concentración de THC, debido a que
este es el compuesto que está asociado al desarrollo de problemas de salud.
Figura 2. Características y tendencias de los consumidores que reciben tratamiento especializado para el
cannabis en España (OEDT, 2017)
Varios estudios sugieren que el THC produce una variedad de manifestaciones clínicas
que se asemejan a la sintomatología de la esquizofrenia, tales como ideas delirantes,
pensamiento desorganizado, alteraciones perceptuales, pérdida de contacto con la realidad,
etc. (Radhakrishnan, Wilkinson, & D’Souza, 2014). Además, existe abundante literatura que
sugiere una relación entre el consumo de cannabis y el desarrollo de estos síntomas hasta
llegar a un trastorno psicótico.
individual de los consumidores como para la salud pública, ya que el cannabis es la droga
ilegal más consumida del mundo y un trastorno psicótico es de los trastornos más graves en
salud mental.
13
2. Cannabis y psicosis
El THC por sí mismo está demostrado que produce una variedad de síntomas
transitorios similares a los que aparecen en la esquizofrenia, como pueden ser: ideas
paranoicas, pensamientos desorganizados, alteraciones perceptuales, suspicacia y distorsión
del tiempo (Murray et al., 2017). Esto se ha constatado en estudios donde se suministró a 22
adultos sanos con THC y se encontró que efectivamente, el THC produjo síntomas psicóticos
positivos transitorio y déficits cognitivos (Radhakrishnan et al., 2014).
Por lo tanto, nos encontramos con que el THC sí puede producir síntomas psicóticos
transitorios, pero sólo con esto no podemos afirmar que el consumo de cannabis produce un
trastorno psicótico, como puede ser la esquizofrenia. Primero, hemos de aclarar lo que es un
trastorno para diferenciarlo de los síntomas transitorios que pueden aparecer. La
esquizofrenia, el trastorno psicótico más grave y más preocupante, incluye sintomatología
positiva, negativa y deficiencia cognitiva (Murray et al., 2017). Mientras tanto, los síntomas
mencionados anteriormente producidos por el THC son transitorios y desaparecen, y al no ser
recurrentes a lo largo del tiempo, no se pueden considerar un trastorno.
consumidores. Se ha descrito que las personas que consumen a diario cannabis con altas
concentraciones de THC y bajos niveles de CBO (antipsicótico) tienen entre tres y cinco
veces más posibilidades de sufrir un trastorno psicótico que una persona que no consume
cannabis (Wayne et al., 2016). Por lo tanto, es de sumo interés analizar detenidamente las
evidencias disponibles e intentar entender mejor la relación.
inicio del estudio (es decir, cuando los participantes tenían 18 años de edad) y el diagnóstico
de esquizofrenia 15 años después, lo cual nos sugiere que a medida que aumenta el consumo
de cannabis, también lo hace el riesgo de padecer esquizofrenia. Finalmente, sólo un 3% de
los consumidores crónicos del estudio desarrolló esquizofrenia. Esto nos sugiere y apoya la
hipótesis que el consumo de cannabis aumentaría el riesgo de esquizofrenia en aquellos
individuos vulnerables.
que cumplían criterios para el diagnóstico de trastorno de dependencia del cannabis a los 18
años tenían 3,7 veces más riesgo de síntomas psicóticos que aquellos no consumidores y 2,3
veces más riesgo a los 21 años. En este estudio comprobamos cómo un uso crónico, frecuente
cuando existe un trastorno de dependencia, es un factor de riesgo para el desarrollo de
síntomas psicóticos. Por tanto, se consta nuevamente una asociación entre frecuencia de
consumo y riesgo de psicosis.
Figura 3. Resultados de los diferentes estudios de cohortes sobre la relación entre cannabis y esquizofrenia
(Ramos, 2007)
Aunque antes de sacar conclusiones definitivas hay que tener en cuenta las
limitaciones que propias de este campo. En primer lugar los estudios difieren entre sí en
cuanto a terminología y definiciones planteadas (Burns, 2013). Por ejemplo, algunos estudios
18
Otra limitación tiene que ver con la recopilación de información sobre el consumo, ya
que en varios estudios se emplearon autoinformes, lo cual está asociado con una menor
fiabilidad debido a la deseabilidad social de los individuos, es decir, estos informan sobre un
consumo menor del real por vergüenza a admitir socialmente su consumo autentico (Burns,
2013). También nos encontramos con información limitada sobre el consumo de otras
sustancias lo cual puede influir como factor residual. Los factores residuales son aquellos que
van más allá del estudio y probablemente llevan a una sobreestimación de la asociación dado
que las personas que usan cannabis regularmente y las personas con mayor riesgo de
desarrollar una enfermedad mental comparten numerosas características (Gage, Hickman, &
Zammit, 2016). Otra gran limitación es la dificultad para controlar factores como la
concentración de THC, la frecuencia de su consumo y la cantidad consumida (Burns, 2013),
lo cual es muy relevante para establecer una relación causal entre el consumo de cannabis y la
psicosis. Todas estas limitaciones entran en juego cuando se realiza un ajuste estadístico para
estos posibles factores y se observa cómo la asociación entre el consumo de cannabis y
psicosis se atenúa (Wayne et al., 2016).
consumida mundialmente, y sin embargo, rara vez causa esquizofrenia (Arseneault et al.,
2004).
Hay autores que nos señalan las pocas evidencias que existen de que el cannabis por sí
solo pueda provocar un trastorno de esquizofrenia, parece ser que el consumo de cannabis
puede afectar a los individuos vulnerables que tengan un alto riesgo a desarrollar
esquizofrenia o que precipita un trastorno que inevitablemente hubiese ocurrido
posteriormente (DeLisi, 2008). El cerebro de sujetos predispuestos a la esquizofrenia presenta
ciertas anormalidades sobre las que el THC ejerce sus efectos, de manera que aumenta la
posibilidad de desencadenar una reacción psicótica (Tziraki, 2012). Por lo tanto el cannabis
parece ser un factor importante, además de muchos otros, (Arseneault et al., 2004), que al
interactuar con otros factores pueden causar un trastorno psicótico, pero por si solo el
cannabis no es un factor necesario ni suficiente (Shrivastava, Johnston, Terpstra, & Bureau,
2014).
En un estudio se encontró que, entre los pacientes ingresados por un episodio psicótico
agudo, aquellos que habían consumido cannabis tenían 10 veces más probabilidades de tener
una historia familiar positiva para esquizofrenia respecto a aquellos que no consumían
(Radhakrishnan et al., 2014). Los individuos considerados vulnerables a desarrollar síntomas
psicóticos y además consumidores de cannabis presentan un riesgo del 51% de desarrollar
síntomas psicóticos, comparados con un riesgo del 21% en aquellos individuos consumidores
de cannabis pero no considerados como vulnerables (Burns, 2013). En cualquier caso, se
desconoce la relevancia real de esta posible predisposición biológica, aunque los estudios
parecen coincidir en que el riesgo del consumo de cannabis para producir psicosis está
modulado por la predisposición individual para psicosis, presumiblemente debida a factores
genéticos (De la Cruz y Fañanás, 2006). Además de estos datos, hay estudios que han puesto
de manifiesto que existe una triple interacción entre el uso de cannabis, el genotipo de la
COMT (importante gen candidato en esquizofrenia) y el nivel de vulnerabilidad de los
participantes (De la Cruz y Fañanás, 2006). En conclusión, se afirma la hipótesis, después de
todas las evidencias descritas, de la existencia de cierta vulnerabilidad a desarrollar un
trastorno psicótico al consumir cannabis en determinados individuos.
causa del consumo del cannabis mientras estos circuitos cerebrales se encuentran todavía en
fase de maduración (Murray et al., 2017). Por lo tanto, los cambios que produce el THC en el
cerebro pueden ser perjudiciales ya que este se encuentra en pleno desarrollo todavía, motivo
por el cual un comienzo temprano en el consumo de cannabis constituye un factor de riesgo
para el futuro desarrollo de un trastorno psicótico.
3. Conclusión
Por lo tanto, el consumo de cannabis tiene consecuencias sanitarias aunque estas sean
menores que las demás drogas ilegales de abuso. Asimismo, existe una relación entre su
consumo y el desarrollo de un trastorno psicótico. Dicha relación no afecta de igual manera a
22
todos los individuos, por lo cual confirmamos la hipótesis del consumo de cannabis cómo
contribuyente al desarrollo de un trastorno psicótico en aquellos individuos que presentan una
vulnerabilidad biológica a desarrollar esta enfermedad.
A pesar de todo, todavía queda por investigar y esclarecer más las relaciones entre un
consumo crónico de cannabis y sus efectos adversos, además de los mecanismos biológicos
que están detrás de esta relación entre cannabis y psicosis para así comprenderla en mayor
profundidad. La gran prevalencia de consumo de esta droga en la población nos exige un
entendimiento completo de cómo actúa y de las consecuencias de su consumo, tanto para
divulgar esta información a la población para su educación y conciencia al consumir como
para las instituciones que tienen el poder y la polémica de legalizar el cannabis y la
responsabilidad de poner al alcance medios para su tratamiento.
23
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