H Arte 2ºBACH Tema 7
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1. El Quattrocento italiano
1.1 La arquitectura
1.1.1. Características de la arquitectura
Iniciada en Florencia por los Médicis a inicios del siglo XV, caracterizada por la inspiración en el
mundo clásico por el estudio de monumentos antiguos; la concesión de gran importancia al muro, que
recobra su papel básico de cerramiento y elemento sustentante; soportes de orden romano apareciendo
elementos arquitectónicos conocidos, usados sin sus proporciones antiguas; el arco se usa para
construir y decorar y es de medio punto; las cubiertas son planas o abovedadas con bóveda de cañón
o baída, la cúpula recobra importancia; la proporción es muy valorada al igual que la simetría; el
espacio interno es homogéneo, delimitado y mensurable, iluminado por luz natural; los exteriores muy
avivados por el gran interés urbanista; y las tipologías arquitectónicas variadas para iglesias y edificios
civiles que aumentan en número.
- Donato Bramante realiza obras muy importantes en el siglo XVI , comenzando en Milán y
yéndose posteriormente a Roma donde es influido por Alberti. Desaparece la decoración y
para él la arquitectura es puro contraste de vacíos y llenos. El Templete de San Pietro in
Montorio es considerado el manifiesto del Cinquecento. De planta central, basada en templos
circulares griegos, romanos y edificaciones paleocristianas. Sobre su base circular se levanta
un pórtico circular con columnas dórico-toscanas, sobre ellas un entablamento circular con
arquitrabe, friso con metopas y triglifos, y cornisa. Rematado un pórtico con balaustrada y
desde allí se accede a las cela, rematado por una cúpula sobre tambor y linterna. Muro
articulado mediante nichos con remates semicirculares, alternando vanos aniquilados. Estos
se separan por pilastras correspondientes a las columnas del peristilo. El tamaño de la cela
deja espacio solo para el celebrante y el acólito, dejando el público fuera, por ello Bramante
había pensado en un patio circular porticado.
La Basílica de San Pedro, cuya reconstrucción fue ordenada por Julio II, tuvo un nuevo
concepto al usar la planta centralizada con Cruz griega y brazos salientes en un cuadrado, con
una cúpula central soportada por pilares. El exterior queda dominado por la cúpula
sobresaliente sobre otras cuatro menores y de las cuatro torres, La cúpula medía 40 m de
diámetro sobresaliendo sobre la ciudad siendo capaz de iglesia de albergar grandes multitudes.
En su totalidad se ofrecía como exaltación del poder eclesiástico. Quedó sin terminar tras la
muerte de Bramante, siguiendo Miguel Ángel su modelo.
- Miguel Ángel Bounarroti es la primera fractura del clasicismo. En la sacristía nueva de San
Lorenzo, sepulcro de los Médici con planta según la vieja sacristía. Dos cuadrados cubiertos
por una cúpula sobre pechinas, muros blancos enmarcados por pilastras en pietra serena
manteniendo la bicromía. Los espacios entre pilastras son estrechas ventanas ciegas sobre
puertas, soportes delgados…
En la Biblioteca Laurenciana tiene dos núcleos; el vestíbulo y sala de lectores, en el vestíbulo
una sala con escalinatas, funde las columnas a la pared y entre ellas vanos ciegos superpuesto.
Miguel Ángel resalta la importancia de la biblioteca con la monumental escalera que crea
tensión manierista; la sala de lecturas se coloca en la planta superior, un largo prisma de techo
plano de madera, muros articulados con pilastras que entre ellas tienen ventanas, contraste
entre espacios.
El Capitolio es una obra maestra del urbanismo creando el centro entre 3 Palacios, situados
de la forma que sus perfiles son divergentes produciendo una ilusión óptica de amplitud. En
su centro una escultura ecuestre de Marco Aurelio.
Termina San Pedro del Vaticano recogiendo de nuevo el proyecto y respetando el plano
original, pero la simplifica, eliminando tres de las cuatro entradas con pórticos y las torres de
los ángulos, y transforma la cúpula dándole proporciones más elegantes y llevándola hasta
131 m. Decora su tambor con cúpulas parecidas, vanos con frontones triangulares y curvos
rematándola con un ático con guirnaldas. La cúpula se volvió el elemento más característico
de la ciudad.
Con Sangallo crea el palacio del siglo XVI sustituyendo el Florentino del siglo XV. En el
Palacio Farnesio diseñó la fachada de ventanas superpuestas.
- Andrea Palladio comienza con la basílica de Vicenza, rodeada con pórticos repitiendo los
arcos entre dinteles, el motivo palladino. Realiza hubo una serie de villas alrededor de Vicenza
siendo la más importante la de Capra, “La rotonda”. Realiza también palacios urbanos
empleando un orden gigante. En Venecia de ejemplo soberbios a su modo y plantas complejas.
También el teatro olímpico de Vicenza que resucita el modelo romano con elementos barrocos
A partir de 1501 trabaja en el sepulcro del Papa Julio II, inicialmente una mole de mármol se reduce
a un sepulcro adosado actualmente en San Pietro in Vincoli, y de su mano solo el Moisés, los esclavos
y prisioneros. El Moisés es sedente, un traslado de las figuras del techo de la Capilla Sixtina, con
anatomía perfecta. Sus brazos se cierran sobre el cuerpo y las manos adquieren un primer plano,
solucionando las piernas con una postura compleja que suaviza la frontalidad enriquecida por los
plegados de sus ropajes. Con él sugiere el movimiento contenido antes de que el profeta rompa las
tablas de la ley, que provoca la ira que embarga a Moisés ante su pueblo. La terribilitá se expresa
mediante el rostro ceñudo de ojos profundos y largas barbas, así abandona los serenos rostros de la
primera época y opta por la expresividad al ver el Laocoonte. Los esclavos son referencias al triunfo
sobre la muerte, alegoría al hombre, prisionero de sus pasiones. La victoria ensaya la línea serpentina
que se usará por más de medio siglo. Los sepulcros de los Médicis en San Lorenzo de Florencia
tampoco lo terminan. Las esculturas de juliano y Lorenzo están en cubiertos por armaduras romanas,
Julia no representando a la acción y Lorenzo representando la contemplación, Bajo Juliano el día y la
noche y bajo Lorenzo el Crepúsculo y la aurora. El día un joven vigoroso y la noche una mujer
reposante para ganar fuerzas para el día siguiente. La Aurora una mujer desperezándose y el viejo
decrepito el Crepúsculo, simbolizando el paso del tiempo. Ninguna fue terminada. El grupo representa
al manierismo. Las figuras se retuercen rompiendo el equilibrio, el recurso no infinito con un pulido
perfecto. La anatomía es potente y poderosa advirtiendo un tratamiento erótico.
La piedad en Florencia formada por cuatro figuras, detrás Nicodemo que lleva el cuerpo de Cristo a la
tumba.
La piedad Rondanini ve la evolución de esos cultura a una inmaterial y despreocupada por la belleza.
Es una composición vertical con figuras alargadas, estiradas y estrechadas pareciendo elevarse en el
espacio. La composiciones simplifica, pero no decaiga al espectador de la disolución de las figuras
abrazadas. Aquí muestra la plena espiritualidad entre madre e hijo.
La Gioconda es el retrato femenino más famoso de la pintura. Su rostro animado por una expresión
dulce y sonriente rompiendo con los retratos del Quattrocento. Leo realiza un retrato clásico, erguida,
mirando al espectador, manos plegadas sobre el brazo de una silla y la figura formando un triángulo.
Detrás un paisaje borroso introduciendo la perspectiva aérea.
2.3.2. Rafael
Es quizá el artista qué mejor representa el clasicismo, influido por Perugino en su juventud marcando
su estilo. Realiza los desposorios de la Virgen representando el matrimonio entre María y José. La
amplia perspectiva queda reforzada por las losas del pavimento. Los personajes se dividen en 3 planos
y el templo en el fondo es un elemento tomado de una obra de Perugino. Introduce la luminosidad
atmosférica y la blandura de los testigos.
Se traslada a Florencia en 1504, donde es influenciado por Leonardo y realiza figuras de María de
belleza idealizada, compuestas en pirámide isósceles, colores vivos y luminosos, sfumato con fondos
de paisajes relajantes. Siguiendo estas características destacan la bella jardinera, La Virgen del jilguero,
la Madonna Pitti, Sagrada Familia del cordero o Santa Isabel y San Juan, todas imágenes religiosas
clásicas llenas de gracia, con paisajes alejados del orden de sus primeras obras. En 1508 se va a Roma
a decorar las estancias vaticanas.
La primera de estas es la estancia de la signatura, dedicada a la exaltación de la verdad filosófica o la
revelada. En el último vemos la disputa del sacramento, con la custodia en medio del altar adorada por
dos grupos de Santos, papas y fieles dialogando entre sí; en el cielo los apóstoles, profetas y Santos
presididos por Cristo, María y Juan. El segundo fresco es la escuela de Atenas con tema en el espíritu
humano, la verdad representada por personajes históricos; se enseña una reunión de pensadores y
artistas de la antigüedad en un marco arquitectónico bramantino que representa el templo de la
sabiduría. En el centro Platón y Sócrates, el primero señalando hacia arriba y el segundo al suelo.
Aparecen otros filósofos como Sócrates, Diógenes y Heráclito, todos representados como artistas
contemporáneos intentando equiparar las dos épocas. Una luz clara procedente del techo y el fondo,
incidiendo de forma homogénea. El color es armonioso. La perspectiva de la línea crea un espacio
lineal siendo el cuadro una ventana abierta a la realidad. La profundidad se consigue con la luz y el
color que hacen los contornos menos precisos. Es una composición armónica, con un clasicismo
potente en la claridad compositora destacando el tema principal y la grandiosidad de la obra. La
segunda estancia es la del Heliodoro, donde glorifica a Julio II y la expulsión de Heliodoro ofrece un
contraste entre la majestuosidad y servir al papá, y el movimiento de un grupo de jinetes. La tercera
es el incendio del Borgo donde narra el incendio detenido por un milagro de León IV que arrasó con
parte del antiguo Borgo di San Pietro y gracias al papá las llamas se sofocaron. El cuadro solo
representa el incendio sin indicio de que vaya a extinguirse; la consternación y el fervor presentados
en la escena, elementos no clasicistas sino manieristas.
El gran número de obras murales no le impide realizarlas en caballete, realizando retratos no por
encargo sino por admiración al retratado como el cardenal ,con su inteligencia, frialdad y refinada
sensualidad del hombre renacentista en un retrato sobrio y profundo; otro es Baltasar de Castiglione,
muy expresivo
Tuvo que parar el fresco al ser llamado a Roma para el sepulcro de Julio II, pero cambia a la decoración
de la bóveda de la Capilla Sixtina al llegar a Roma. Negándose al principio, pero acepta finalmente
empezando en 1508 aprendiendo allí la técnica del fresco, terminando la obra en 1512.
El espacio se divide por medio de 10 arcos fajones en 9 espacios transversales y estos en 3 partes
mediante una cornisa falsa, añade también lunetos y las pechinas de los ángulos. Así luego la
transformación visual fingiendo una elevación de la bóveda mayor de lo que es.
El centro de la bóveda lo ocupa una serie de cuadros que representan el Génesis, con un número de
historias y figuras considerables. El creador está representado con gran fuerza, grandioso sobre una
nube cargada de tormenta. Dios recurre al espacio dando vida solo con su presencia. Las escenas están
separadas por áreas, pero animándolos están los ignudi apoyados en los pedestales, efebos
representando a la humanidad que contempla su historia. Ofrece hubo variaciones de un mismo tema,
el desnudo. En actitudes forzadas dando sensación de inestabilidad y fugacidad buenas mando la idea
del cambio y el paso del tiempo. Debajo entre los lunetos, unos profetas y sibilas representando a los
humanos esperando la redención del pecado. Las figuras aumentan gradualmente en escala desde la
entrada al altar dando un gran efecto de profundidad.
En la capilla, Miguel Ángel plasma el manifiesto del nuevo lenguaje clásico, uno flexible, dinámico y
emocional. El dibujos sigue siendo el fundamento de la pintura, pero la expresividad, terribilitá y
patetismo introduce en el lenguaje clásico efectos de inquietud y expresividad. Los personajes heroicos
definen el espacio con su volumen y su carácter interior concuerda con su gran poder. La decoración
de la capilla se convierte en un símbolo de todo el arte y su modelo es seguido por gran número de
artistas.
En 1534 Clemente VII le encarga el fondo de la capilla, pintar el juicio universal, terminando en 1541.
El juicio final con Cristo juez en el centro rodeado de apóstoles, Santos y patriarcas, maldice a los
pecadores con el brazo derecho alzado. A su lado la Virgen sobrecogida. En la parte inferior los
pecadores precipitados al infierno, con Caronte empujándolos. Bajo los lunetos superiores Ángeles sin
alas sosteniendo símbolos de la pasión. Miguel Ángel supera la preocupación renacentista por las
dimensiones, proporciones naturales y la perspectiva lineal. El juicio es un himno a Dios y lo divino.
En el azul no hay que ver la perspectiva lineal sino el infinito cosmos. La luz no ilumina amplias
perspectivas sino que da tonos oscuros de desesperación y el brillo de la redención, brillando más la
zona central por Cristo, siendo la inferior la más oscura. Allí las tumbas con los muertos levantándose,
a la izquierda los rechazados enviados a las tinieblas, Miguel Ángel plasma el pathos del momento
decisivo de la humanidad con cuerpos retorcidos y en movimiento. Con esta obra, el individualismo
renacentista termina, no juzgando a individuos sino la humanidad, una confundida, viéndose la
angustia en todos los rostros. Miguel lanza un grito a volver a creer en Dios, con un lenguaje patético,
dirigido a convencer con una composición tensa y abigarrada, rompiendo el equilibrio clásico.
El pesimismo se comprender analizar la crisis de los valores cristianos tras Il Sacco di Roma. Miguel
anuncia así el barroco, un arte que busca una nueva relación con Dios, una más intensa emotiva e
imaginativa. El juicio provoca gran conmoción en la pintura del S.XVI. Dominando el desnudo con
críticas de la Iglesia, exigiendo algunos la destrucción del fresco, salvado por Daniele da Volterra,
repintando figuras y cubriendo con paños otras.
2.4.3. Tintoretto
Es el último gran artista veneciano y el que representa mejor al manierismo, recogiendo de Miguel
Ángel el gusto por la anatomía plena y actitudes difíciles, coordinado con el gusto veneciano por el
color, paisaje y luz. Pinta grandes lienzos bíblicos deslumbradores y dramáticos, un gran artista.
Destacan la sustracción del cuerpo de San Marcos y el Lavatorio
3.1.2. Purismo
Es evolución del estilo simplificando lo de la carga decorativa y atendiendo los problemas
arquitectónicos de las estructuras y proporciones. La preocupación de los arquitectos es mayor, se
publican libros teóricos, viajan a Italia, arquitectura alcanza un equilibrio y perfección sin rival en
Europa, desviándose del gótico. En 1526 se publican las medidas del romano por Diego de Sagredo,
1er tratado renacentista de fuera de Italia, en él se insiste en la proporción disposición de elementos. A
partir de enlaces, las bóvedas vaídas, cúpulas y bóvedas de cañón se imponen. La decoración esculpida
gana volumen y se concentra en pocos puntos, valorando adecuadamente los espacios lisos. El arco de
medio punto y los edificios son de severa monumentalidad y equilibrio. Rodrigo Gil de Hontañón
realiza la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, dividida en zonas y con decoración de gran
volumen, concentrada en pocos sitios y coronada por un frontón y crecerías clásicas. El Palacio de
Monterrey en Salamanca es también suyo, con torres en los extremos convertidas en miradores y
cresterías muy refinadas. En Andalucía se alcanza el auge purista, en Granada Diego de Siloé se
encarga de terminar la Catedral gótica, han formado una renacentista. Convierte el presbiterio en una
rotonda que da paso la nave desde un arco como fachada triunfal. Pilares con columnas adosadas y
sobre el capital un trozo de entablamento que será copiado en Málaga y Guadix. Junto a él Pedro
Machuca, pintor formado en Italia, deja en Palacio de Carlos V una equilibrada perfección bramantina
pero no la acaba. Andrés de Vandelvira, relacionado con Silóe toma una dirección más manierista,
con obras como el Salvador de Úbeda introduciendo las bóvedas vaídas sistemáticamente, y la
Catedral de Jaén de planta rectangular pilares como Granada, una obra maestra simple
estructuralmente y con audacia constructiva.