Vuelta A La Ópera
Vuelta A La Ópera
Vuelta A La Ópera
A pesar del gran éxito obtenido con El rapto en el serrallo en 1782, Mozart compuso poca
literatura operística en los siguientes cuatro años, produciendo únicamente dos obras
inconclusas (L'oca del Cairo, KV 422, y Lo sposo deluso, KV 430) y la comedia en
un acto Der Schauspieldirektor (KV 486). Se centró fundamentalmente en su carrera como
pianista solista y como compositor de conciertos. Sin embargo, alrededor de 1785, Mozart
abandonó la composición de obras para teclado55 y comenzó su famosa colaboración
operística con el libretista Lorenzo da Ponte.
En 1786 tuvo lugar en Viena el exitoso estreno de la ópera Las bodas de Fígaro (KV 492),
basada en la obra homónima de Pierre-Augustin de Beaumarchais y que no estuvo exenta
de polémica debido a su contenido político. Sin embargo, Mozart y Da Ponte se las
arreglaron para excluir de esta todo aquello que pudiese «poner nerviosas» a las
autoridades vienesas y logró pasar la censura. La preocupación del Emperador residía en
que la obra sugería la lucha de clases y en Francia ya había provocado algunos disturbios
a su hermana María Antonieta. En el aria de Fígaro «Se vuol ballare» se nota parte de ese
contenido que quiso minimizarse (Fígaro, con fina pero intensa ironía, entona
una cavatina dirigida a su patrón el Conde de Almaviva).
Su recepción en Praga más tarde en el mismo año fue aún más cálida y esto condujo a
una segunda colaboración con Da Ponte: la ópera Don Giovanni (KV 527), que fue
estrenada en Praga en octubre de 1787 con un rotundo éxito, al igual que sucedió en su
estreno en Viena en 1788. Esta obra, que narra las aventuras de Don Juan, había sido un
tema recurrente en la literatura y el teatro y, por lo tanto, Da Ponte no se basa en un texto
en particular, sino que recoge información de múltiples fuentes. La ópera fue catalogada
por Mozart como un dramma giocoso y su título original era Il dissoluto punito o sia Il D.
Giovanni. El contenido dramático de esta obra está presente desde el comienzo, con la
muerte del comendador, hasta el final y contiene algunos de los pasajes más hermosos de
la obra de Mozart.
Las dos óperas se encuentran dentro de las obras más importantes de Mozart y son
básicas en el repertorio operístico actual, aunque en sus estrenos su complejidad musical
causara dificultades tanto para los oyentes como para los intérpretes. El padre del
compositor, Leopold, no pudo ser testigo de estos acontecimientos, ya que había fallecido
el 28 de mayo de 1787. Esto sumió al hijo en una gran aflicción, ya que su padre había
sido su mejor consejero y amigo (hecho documentado en la numerosa correspondencia
entre ambos).
En diciembre de 1787, Mozart finalmente obtuvo un puesto estable bajo
el patrocinio aristocrático. El emperador José II lo designó como su «compositor de
cámara» (Kammermusicus), un puesto que había quedado vacante el mes anterior tras la
muerte de Christoph Willibald Gluck. Este fue un nombramiento a tiempo parcial,
recibiendo únicamente 800 florines por año y que solo requirió que Mozart compusiera
obras para los bailes anuales en el palacio imperial. Mozart se quejó a Constanze de que
la paga era «demasiado para lo que hago, demasiado poco para lo que yo podría hacer». 56
Sin embargo, a pesar de que este ingreso era modesto fue importante para Mozart cuando
llegaron los tiempos duros. Los expedientes judiciales muestran que el objetivo del
Emperador era impedir que su estimado compositor abandonara Viena en la búsqueda de
mejores perspectivas.56
En 1787, el joven Ludwig van Beethoven pasó dos semanas en Viena, esperando estudiar
con Mozart. Los documentos existentes sobre este encuentro son contradictorios y existen
al menos tres hipótesis en vigor: que Mozart oyó la interpretación de Beethoven y lo elogió,
que Mozart rechazó a Beethoven como estudiante, y que nunca se llegaron a encontrar.
Dificultades económicas
Véase también: Viaje de Mozart a Berlín