3 - Ramírez y Otros, 2015, El Psic Como Ascesis Subjetiva
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3 - Ramírez y Otros, 2015, El Psic Como Ascesis Subjetiva
18
Foucault, Michel. La hermenéutica del sujeto. Fondo de Cultura Económica, México, 2002, p. 17.
19
Ibíd., p. 30.
20
Ibíd., p. 17.
21
Ibíd., p. 25.
166
El psicoanálisis como ciencia crítico-emancipadora
La búsqueda, la práctica, la experiencia por las cuales el sujeto efectúa en sí mismo las
transformaciones necesarias para tener acceso a la verdad. Se denominará “espirituali-
dad”, entonces, el conjunto de esas búsquedas, prácticas y experiencias que pueden ser
las purificaciones, las ascesis, las renuncias, las conversiones de la mirada, las modifi-
caciones de la existencia, etcétera, que constituyen, no para el conocimiento sino para
el sujeto, para el ser mismo del sujeto, el precio a pagar por tener acceso a la verdad22.
Si es cierto, como dicen todos los científicos, que se puede reconocer una falsa cien-
cia en el hecho de que, para ser accesible, exige una conversión del sujeto y pro-
mete, al final de su desarrollo, una iluminación del sujeto; si se puede reconocer
una falsa ciencia por su estructura de espiritualidad (esto ni hay que decirlo, los
científicos bien lo saben), no hay que olvidar que, en ciertas formas de saber que no
son justamente ciencias, y que no hay que tratar de asimilar a la estructura misma
de la ciencia, encontramos, de una manera muy vigorosa y muy nítida, algunos de
los elementos, al menos algunas de las exigencias de la espiritualidad. (...). Habrán
reconocido enseguida una forma de saber como el marxismo o el psicoanálisis. Es
un completo error, como resulta evidente por sí mismo, asimilarlos a la religión. No
tiene ningún sentido y no aporta nada. (...). Me refiero a que volvemos a hallar, en
esas formas de saber, las cuestiones, las interrogaciones, las exigencias que, me pa-
rece –si echamos una mirada histórica sobre algunos milenios, al menos uno o dos–,
son las muy viejas, las muy fundamentales cuestiones de la epimeleia heautou, y por lo
tanto de la espiritualidad como condición de acceso a la verdad23.
Foucault alude a Lacan y señala que quizá fue el único después de Freud que
retomó las cuestiones del sujeto y la verdad, acercando el psicoanálisis a la es-
piritualidad tal como fue definida anteriormente. Sin embargo, se formula esta
pregunta:
¿Se puede, en los términos mismos del psicoanálisis, es decir, de los efectos de co-
nocimiento, plantear la cuestión de esas relaciones del sujeto con la verdad, que –en
todo caso desde el punto de vista de la espiritualidad y la epimeleia heautou– no puede,
por definición, plantearse en los términos mismos del conocimiento?24.
22
Ibíd., p. 33.
23
Ibíd., pp. 42-43.
24
Ibíd., p. 44.
167
Capítulo 6
Para abordar esta pregunta, es conveniente tener en cuenta que todas las prác-
ticas que señala Foucault y que de alguna manera giran alrededor de la inquietud
de sí –en la medida en que procuran esa transformación o ascesis subjetiva como
precio para acceder a la verdad–, se relacionan, precisamente por ello, con la areté
(virtud): la excelencia del ser humano.
Pese al reconocimiento que hace al psicoanálisis en cuanto este plantea las
cuestiones de la relación del sujeto con la verdad, Foucault critica la tendencia
a convertirse en un dispositivo de normalización, tal como se le ha criticado a
la psicología. Basándose en El psicoanalismo, de Robert Castel, hace una crítica
implacable a la pérdida de ese elemento subversivo que tenía en la época freu-
diana, que trataba de ser una crítica de la concepción tradicional de la forma de
comportarse en sociedad, y considera que la mayor parte de las psicoterapias y
los dispositivos psicoanalíticos se convierten en dispositivos de normalización25.
Sobre este tópico, Juan Gabriel Carmona muestra las articulaciones que exis-
ten entre normalización y subjetivación desde las perspectivas de las relaciones de
poder, basándose precisamente en Michel Foucault26.
Con respecto al tema de la areté, a juicio de Lacan, es una experiencia que no
puede ser recubierta por un conocimiento científico, es decir, por una episteme.
Dice en 1954 refiriéndose al Menón de Platón:
La meta y la paradoja del Menón es mostrarnos que la episteme, el saber ligado por
una coherencia formal, no abarca todo el campo de la experiencia humana, y en
particular que no hay una episteme de aquello que realiza la perfección, la areté de esa
experiencia27.
25
Ideas tomadas de la intervención de Carlos Arturo Ramírez titulada La importancia del pensamiento de Michel
Foucault en la psicología y el psicoanálisis contemporáneos, en el Seminario Relaciones psicología-psicoanálisis, realizado el día
28 de julio de 2006 en la Universidad de Antioquia. Véase: Ramírez, Carlos Arturo. “Sobre Foucault”. Artículo 23.
En: Apuntes, p. 84.
26
Carmona, Juan Gabriel. Normalización y subjetivación: un análisis de ambos procesos desde la perspectiva de las relacio-
nes de poder. Monografía para optar al título de psicólogo. Universidad de Antioquia, Medellín, 2002.
27
Lacan, Jacques. El seminario. Libro 2: El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Paidós, Barcelona,
1983, p. 31.
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El psicoanálisis como ciencia crítico-emancipadora
Insisto en el hecho de que Freud avanzaba en una investigación que no está marcada
con el mismo estilo que las otras investigaciones científicas. Su campo es la verdad
del sujeto. La investigación de la verdad no puede reducirse enteramente a la inves-
tigación objetiva, e incluso objetivamente, del método científico habitual. Se trata de
la realización de la verdad del sujeto, como dimensión propia que ha de ser aislada
en su originalidad en relación a la noción misma de realidad29.
El sujeto en la ciencia
Un aspecto importante, al que aluden diversos psicoanalistas, especialmente
Lacan, es la posición del sujeto en la ciencia. En la clase 15 del seminario 1, afirma
que “el ideal de la ciencia consiste en reducir el objeto a algo que pueda clau-
surarse y delimitarse en un sistema de interacciones de fuerzas”. Sin embargo,
tal propósito se ve limitado cuando el objeto de estudio lo constituyen seres
organizados, en los que hay capacidad de acción y, aunque es posible tratarlos
como si fueran simplemente objetos, mientras se reconozca su carácter de or-
ganismos, se conservará, así sea de manera implícita, la idea de que se trata de
28
Ibíd., p. 36.
29
Lacan, Jacques. El seminario. Libro 1: Los escritos técnicos de Freud 1953-1954. Paidós, Barcelona, 1981, pp. 39-40.
169
Capítulo 6
Lacan, agregará que la ciencia funciona como una ideología de la eliminación del su-
jeto, de modo que la labor del psicoanálisis es de reintroducir la cuestión del sujeto
y la, conexa, de la verdad (“La ciencia y la verdad”, en Escritos, p. 834-858). La ciencia
interroga lo real y excluye de su campo la verdad subjetiva (forclusión). El psicoaná-
lisis parte de la pregunta por la verdad, pero también encuentra un real31.
30
Lacan, Jacques. El seminario. Libro 1: Los escritos técnicos de Freud 1953-1954. p. 287. La expresión [científico]
es nuestra.
31
Demoulin, Christian. ¿El psicoanálisis, terapéutico? Editorial No Todo, Medellín, 2003, p. 8. Véase también:
Palacio, Luis Fernando. “Ciencia y psicoanálisis”. En: Memorias del Foro Relaciones entre el Psicoanálisis y la ciencia.
Movimiento Psicoanalítico de Medellín, 1996; Saez, Javier. “El sujeto excluido”.
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El psicoanálisis como ciencia crítico-emancipadora
Muchos textos científicos actuales hacen (…) referencia al sujeto autor (…). Muchos
científicos consideran pertinente narrar el modo como llegaron a una conjetura o
construyeron una teoría, a veces con referencias a su vida personal. Esto ocurre en
la física, la química, la biología, la matemática y, con mucha más frecuencia, en la
antropología (léanse, por ejemplo, los textos de Margaret Mead), la etnografía, la
etología (Konrad Lorenz), la sociología, la economía, y otras ciencias sociales.
Todavía más: se da gran importancia a la historia de las ciencias, que desarrolla
conjuntamente el aspecto anecdótico y la historia evolutiva de los conceptos. Desde
otra perspectiva, todas estas ciencias cada vez tienen más en cuenta la influencia del
investigador en el campo de observación32.
32
Ramírez, Carlos Arturo. “La inclusión del sujeto en la ciencia”. En: La vida como un juego existencial: ensayitos.
Fondo Editorial Universidad EAFIT, Medellín, 2012, pp. 211-213.
33
Ramírez, Carlos Arturo. “El espíritu científico”. Artículo 17. En: Memorias del Foro Relaciones entre el Psicoanálisis
y la ciencia. Movimiento Psicoanalítico de Medellín, 1996, pp. 63-67.
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Capítulo 6
nálisis orientado hacia la psicología del sí-mismo (…), ¿las condiciones correspon-
den al macrocosmos de la física newtoniana o al reino planckiano de las pequeñas
partículas, que se ha vuelto uno de los principales focos de atención de los físicos
de nuestra época?34.
34
Kohut, Heinz. ¿Cómo cura el análisis? Paidós, Buenos Aires, 1993, p. 65.
35
Ramírez, Carlos Arturo. “El sujeto en la ciencia”. En: La vida como un juego existencial: ensayitos, pp. 176-177.
36
Ramírez, Carlos Arturo. “Ciencia del sujeto”. En: Op. cit., pp. 178-179.
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El psicoanálisis como ciencia crítico-emancipadora
37
Pérez, Juan Fernando. “Psicología y psicoanálisis”. En: Revista Colombiana de Psicología. noviembre-diciem-
bre, 1992, n. 1., p. 58.
38
Ramírez, Carlos Arturo. “Las singularidades”. En: La vida como un juego existencial: ensayitos, pp. 56-59.
39
Milner, Jean-Claude. La obra clara. Manantial, Buenos Aires, 1996, p. 44.
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Capítulo 6
llaman insight, y que podríamos llamar relámpagos, pero una vez terminada la sesión,
el relámpago se revela como una nada sin importancia, pura pérdida, humo40.
40
Laurent, Eric. “El objeto del psicoanálisis y la ciencia”. En: Analítica. Revista del campo Freudiano de
Caracas, n. 5, pp. 72-73.
41
Lacan, Jacques. El seminario. Libro 2: El yo en la teoría de Freud y en la práctica psicoanalítica, p. 438.
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El psicoanálisis como ciencia crítico-emancipadora
¿Pueden sus resultados fundar una ciencia positiva? Sí, si la experiencia es contro-
lable por todos. Ahora bien, constituida entre dos sujetos uno de los cuales des-
empeña en el diálogo un papel de ideal impersonalidad (punto que exigirá más
adelante nuestra atención), la experiencia, una vez acabada y bajo las únicas condi-
ciones de capacidad exigible para toda investigación especial, puede ser retomada
por el otro sujeto con un tercero. Esta vía aparentemente iniciática no es sino una
transmisión por recurrencia de la que no cabe asombrarse puesto que depende de
la estructura misma, bipolar, de toda subjetividad45.
Lacan reconoce que Freud vivió en una época cientificista e intentó insertar
sus descubrimientos en el marco de la ciencia clásica, lo cual se observa, por
ejemplo, en la concepción determinista del psiquismo.
En el seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964), Lacan
retoma desde la primera lección la pregunta acerca de si el psicoanálisis es o no
una ciencia. Para abordarla, se plantea varios interrogantes: ¿el psicoanálisis debe
inscribirse en el registro de la ciencia o en de la religión?; ¿puede el psicoanálisis
42
Lacan, Jacques. “La ciencia y la verdad”. En: Escritos 2, pp. 841-842.
43
Lacan, Jacques. El seminario. Libro 1: Los escritos técnicos de Freud 1953-1954, p. 40.
44
Ramírez, Carlos Arturo. “El espíritu científico”. Artículo 17. En: Apuntes.
45
Lacan, Jacques. “La agresividad en psicoanálisis”. En: Escritos 2, p. 67.
175
Capítulo 6
ser considerado una hermenéutica? De ser así, ¿de qué tipo? Acerca de la ciencia,
se pregunta si lo que le da especificidad es tener un objeto; si, como afirma Du-
hem, es un sistema unitario –sistema del mundo–; si tiene que ver con una expe-
riencia en tanto referida a una praxis y si dicha praxis es suficiente para definir una
ciencia. Por último, se interroga si basta con que una experiencia sea sometida a
examen científico (de acuerdo con los criterios de cientificidad de cada época) para
que ingrese al campo de la ciencia.
Finalizando la lección plantea una diferencia esencial entre ciencia y psicoa-
nálisis a partir de la comparación de este último con la alquimia, práctica en la
cual es fundamental la pureza del alma del operador46, pureza que no interesa a
la ciencia. Por esta vía Lacan introduce lo que, a su juicio es el registro del psicoa-
nálisis o, particularmente, lo que a este le interesa: la formación –podría decirse
siguiendo la analogía de Lacan: pureza– del analista a través del análisis didáctico
como condición de la constitución de su deseo de saber; deseo esencial y funda-
mento, asimismo, de la praxis del psicoanálisis. Dicho de otra manera: el énfasis
que desde Freud el psicoanálisis ha puesto en la formación del analista como un
proceso de depuración de prejuicios –que conduce a una ascesis–, hace que el
psicoanálisis se distancie de la ciencia, interesada en la validez de las teorías, y
no en la transformación o ascesis del científico.
El desinterés de la ciencia por la transformación del científico y por su perso-
nalidad en general, es resaltado por Kohut, quien afirma:
46
Es sabido que en la alquimia la búsqueda de transformar los metales impuros en oro era una manera
metafórica de lograr otra pureza: la del alma del alquimista, en un proceso de ascesis subjetiva que se consti-
tuía en lo esencial.
47
Kohut, Heinz. Op. cit., p. 63.
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El psicoanálisis como ciencia crítico-emancipadora
(…) se produce también una transformación en el propio sujeto que aplica el mé-
todo científico. Esta transformación subjetiva, que raramente es tenida en cuenta por
la ciencia, sin embargo, pasa a ser lo que más interesa al psicoanálisis. De ahí que
tengamos dos direcciones completamente opuestas: para la ciencia lo fundamental
sería el conjunto de conocimientos articulados, o sea, lo que mencionábamos en
primer lugar: las teorías; luego viene un saber técnico que hace parte de la práctica
científica y la transformación de la realidad, o sea, la eficacia; pero en cambio, la
48
Ramírez, Carlos Arturo. “Relación entre psicología y psicoanálisis” Artículo 15. En: Apuntes, pp. 45-59.
49
Ibíd., p. 45.
50
Ídem.
51
Ídem.
177
Capítulo 6
transformación del sujeto es dejada por fuera de la ciencia, y sólo raras veces apare-
ce en textos que se llaman “Historia de las ciencias”.
En cambio, para el psicoanálisis el proceso sería a la inversa: el interés fundamental
sería la transformación subjetiva, luego el saber técnico que resulta de esa transfor-
mación subjetiva, siguen las posibles teorizaciones sobre ese saber, y finalmente,
otros resultados teóricos que puedan constituirse en teorías y cumplir con los re-
quisitos de la ciencia52.
Desde luego, si una cierta cantidad de hechos han sido reunidos, no resulta vano el
verlos agrupados en algunos capítulos –se puede tener la impresión de que, en todo
un campo, todo está explicado de antemano. Sin embargo, el análisis no radica en
encontrar en un caso el rasgo diferencial de la teoría y creer con él explicar por qué
vuestra hija está muda– pues de lo que se trata es de hacerla hablar, y este efecto pro-
cede de un tipo de intervención que no tiene nada que ver con la referencia al rasgo
diferencial53.
52
Ídem.
53
Lacan, Jacques. El seminario. Libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, p. 23.
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El psicoanálisis como ciencia crítico-emancipadora
aquí nuevamente esa relación del psicoanálisis con la espiritualidad, esto es, esa
transformación o ascesis que, como precio, debe pagar el sujeto para acceder a la
verdad. Las teorías, en este caso, quedarían en un lugar secundario, ya que el in-
terés está puesto en hacer que el sujeto construya su deseo –hacerle hablar–, y para
ello, basarse en las teorías, conduciría a todo lo contrario: a silenciar al sujeto a
partir de que es explicado de antemano. De allí que Lacan se interrogue acerca de
si hay conceptos psicoanalíticos formados de una vez por siempre.
Desde esta perspectiva es observable que se va decantando una diferencia
entre psicoanálisis y ciencia: el psicoanálisis sería un método de investigación
–método como actitud, como ética, no como algoritmo–. En cuanto este método
sea aplicado a un sujeto en cualquiera de los dispositivos analíticos su propósito
sería la transformación subjetiva: una transformación que si bien encuentra su
campo óptimo en el dispositivo freudiano, no se reduce a él, pues para algunos
psicoanalistas todo espacio de aplicación del método cumple dos propósitos: el
general, que sería la transformación del sujeto; y el particular que corresponde con los
propósitos específicos convenidos con el sujeto (singular, plural o colectivo) con quien se
trabaja. No sería en cuanto tal una ciencia, aunque algunos de sus resultados
teóricos podrían hacer parte de una psicología, y si esta pretende ser una ciencia,
podría efectivamente cumplir con los requisitos de la comunidad científica ac-
tual54. Esta manera de entender las relaciones psicoanálisis y psicología es, por
lo demás, correspondiente con la forma como Freud lo planteó, pues, tal como
fue expuesto en el comienzo del capítulo cuatro, para Freud el psicoanálisis es
fundamentalmente un método de investigación de cuyos resultados puede de-
rivar una psicología: la psicología de lo profundo en tanto ciencia de lo incons-
ciente en el alma; pero esta no es la única derivación posible.
En un sentido similar con respecto a esa diferencia (y relación) entre ciencia y
psicoanálisis, Eric Laurent plantea, basándose en Lacan, que “si el psicoanálisis
no es una ciencia sino una práctica, comparte, no obstante, con la ciencia el suje-
to, en la medida en que este sujeto se define según una relación con el saber”55.
54
Ramírez, Carlos Arturo. “El método científico en el psicoanálisis”.
55
Laurent, Eric. Op. cit., p. 67.
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