Módulo 4. - Cond Prev y Comb Incendios

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Módulo 4.

- Conducción Preventiva y
Combate de Incendios

Cinturón de seguridad y otros elementos de retención


El cinturón de seguridad tiene por finalidad retener y proteger el cuerpo en los casos de
choque o vuelco evitando los desplazamientos y golpes violentos dentro del vehículo o su
proyección al exterior. Además, su uso en los asientos traseros, evita que en caso de
accidente, los ocupantes provoquen importantes lesiones en los que viajan delante.
Su eficacia está plenamente demostrada en todos los asientos del vehículo. En general, su
uso adecuado reduce casi a la mitad la probabilidad de resultar muerto en caso de
accidente.
Existen, principalmente, cinturones con 2 o 3 puntos
de anclaje, siendo más seguros los de 3 puntos.
No es aconsejable utilizar prendas de ropa
gruesas porque disminuye la eficacia del
cinturón de seguridad.
No deben usarse complementos como cojines, fundas
de asiento, etc., porque hacen perder eficacia al
cinturón, modificando su capacidad de retención y
aumentando la probabilidad del efecto submarino, que
consiste en que el cuerpo se desliza por debajo de la
banda abdominal en caso de impacto.
El cinturón de seguridad utilizado conjuntamente con el airbag reduce, considerablemente,
la gravedad de las lesiones en caso de accidente. El cinturón de seguridad no sustituye al
airbag ni viceversa.
Para que el cinturón sea eficaz debe estar:
• Homologado.
• Bien anclado (periódicamente se deben revisar los anclajes).
• En perfectas condiciones, siendo aconsejable el cambio en caso de accidente.
• Bien colocado y ajustado al cuerpo (ni muy flojo ni muy apretado) y, bien abrochado.
La banda torácica debe pasar sobre la clavícula, entre el hombro y el cuello, y por el centro
del pecho.
La banda abdominal debe pasar sobre los huesos de la cadera (pelvis) y por debajo del
abdomen. Si está mal colocada puede provocar graves lesiones internas.
Está prohibido que los menores de 12 años ocupen el asiento delantero de
automóviles, camionetas y similares, excepto en los de cabina simple.
Los niños menores de 8 años que viajen en los asientos traseros de los
vehículos livianos deben usar obligatoriamente sillas para niños. El conductor
será responsable si no se utilizan. Están exentos de su uso los taxis, en
cualquiera de sus modalidades.

Uso del cinturón de seguridad


El uso de cinturones de seguridad es obligatorio en los asientos delanteros. También es
obligatorio en los asientos traseros de los vehículos livianos cuyo año de fabricación sea
2002 o posterior.
Los vehículos de transporte escolar deben estar equipados con cinturón para todos sus
pasajeros si su año de fabricación es 2007 o posterior. Su uso es obligatorio.
Los buses de transporte interurbano de pasajeros deben estar equipados con cinturón
de seguridad en todos sus asientos. Esta norma es exigible a los buses de transporte público
interurbano cuyo año de fabricación sea 2008 en adelante, y para los vehículos de
transporte privado interurbano cuyo año de fabricación sea 2012 o posterior. En todo caso,
su uso es obligatorio cuando el vehículo tenga instalados cinturones de seguridad.
En los taxis y en los buses de transporte interurbano de pasajeros, la responsabilidad
del uso del cinturón recae en el pasajero salvo que no funcione, en cuyo caso la
responsabilidad será del propietario.

El airbag
El airbag amortigua el golpe y evita que el conductor y los ocupantes choquen directamente
contra el volante, parabrisas, ventanillas, tablero, etc., y reduce la posibilidad de lesiones
cervicales en caso de accidente.
Se activa cuando un sistema electrónico detecta una desaceleración violenta del vehículo
(como por ejemplo, un golpe o colisión frontal o semifrontal circulando a más de 30 km/h).
Un dispositivo pirotécnico genera una reacción química que produce instantáneamente una
gran cantidad de gas que infla la bolsa antes de que el cuerpo del conductor llegue a golpear
contra el volante. Después del inflado completo, el airbag se desinfla rápidamente para
permitir la libertad de movimiento del conductor tras el impacto. Todo este proceso no dura
más de unas centésimas de segundo.
Además de los airbag frontales, existen airbag laterales, de cortinilla, de piernas, etc. que
protegen a los ocupantes de otros impactos contra el interior del vehículo.
Los fabricantes de motocicletas están incorporando
el airbag como medida de seguridad en alguno de
sus modelos.
Requiere una revisión periódica (según lo indique el
fabricante) de los sensores que detectan la
desaceleración y de los dispositivos pirotécnicos,
pues estos pueden perder sus propiedades. En caso
de activación, debe ser sustituido.

Aunque es casi habitual en los vehículos


nuevos, su instalación no es obligatoria.
Recomendaciones con respecto al airbag
• El airbag es un complemento del cinturón de seguridad, por lo que siempre se
deben utilizar conjuntamente.
• Si se utiliza un dispositivo de retención para niños orientado hacia atrás en un
asiento con airbag, se tiene que desconectar, ya sea de forma manual o automática.
• El asiento debe ir a una distancia adecuada. Se recomienda que la distancia desde
el cuerpo al airbag sea de unos 25 centímetros, y nunca menos de 10 centímetros.
• La posición del pasajero debe ser adecuada. Se debe evitar poner los pies en el tablero,
ya que en caso de activación se podrían producir lesiones graves en las piernas.
• En caso de accidente, si no se ha activado el airbag, se puede prever que se
pudiera disparar. Es aconsejable desconectar la batería.

Apoyacabezas
Con el uso adecuado del apoyacabezas, se pueden evitar
o reducir las lesiones que se producen en la zona
cervical de la columna en caso de colisión o alcance por
detrás (latigazo cervical).
Los apoyacabezas no son elementos para la comodidad,
sino para la seguridad, y deben regularse correctamente
(su parte superior debe estar a la altura de la cabeza, la
parte central a la altura de los ojos y que no exista
espacio entre el apoyacabezas y la cabeza, o que sea el
menor posible. Nunca más de 4 cm).

Parachoques antiempotramiento
Los vehículos motorizados de carga, sus remolques y semirremolques cuyo peso bruto
vehicular sea de 7 toneladas o más, deben llevar en su parte trasera un dispositivo que
impida que otros vehículos puedan impactar contra ellos y quedarse empotrados debajo.
De forma opcional, y con la misma finalidad, también se instalan en los vehículos proteccio-
nes laterales.

Los vehículos de
locomoción colectiva y de
transporte de carga no
podrán tener ninguna
modificación en sus
parachoques originales.
Conductor

El trabajo de conducir un vehículo está basado en un proceso de recogida continua de


información. El conductor analiza esta información y en función de su experiencia toma
decisiones que traslada a los mandos del vehículo, por lo que debe tener unas adecuadas
capacidades psicofísicas para percibir, procesar y actuar convenientemente.
La información llega al conductor desde su entorno y de su mismo cuerpo. En la recogida
de la información se ven implicados los sentidos:
• El tacto. Interviene cuando se sienten vibraciones derivadas del estado del
pavimento y de las condiciones ambientales, por ejemplo, el viento lateral.
• El olfato. Puede indicar alguna avería en el sistema de frenado o de los neumá-
ticos.
• El oído. Interviene en el propio proceso de conducir: revoluciones del motor para
cambiar de marcha, vehículos de emergencia que se aproximan, vehículos a alta
velocidad, etc. El oído es fundamental para el empleo de señales acústicas, tanto
del propio vehículo (señalizadores), como de otros usuarios.
• La vista. Es el sentido que tiene más importancia, puesto que es el que más par-
ticipa en la recogida de información, más del 85%.

Todo conductor debe tener una capacidad visual mínima que se mide durante un examen
físico y psíquico previo a la obtención de la licencia, y se debe mantener durante todo el
tiempo que esté autorizado para conducir. La agudeza visual se deteriora, principalmente
con la edad, por lo tanto se exigen controles periódicos para comprobar que se mantienen
estas condiciones, examinándose también la capacidad auditiva, el sistema locomotor, la
percepción y el estado psicofísico general que pudiera afectar a la conducción.

Estos controles se establecen en función de la clase de licencia,


pudiendo el plazo de control variar según la edad o estado de salud,
así como por orden de un juzgado.
La vista
A través de los ojos se perciben los estímulos ópticos (luz, señales, configuración y estado
de la vía, etc.) por lo que es necesario ver, ver bien, saber ver y ver con anticipación y rapidez.

Ver bien
Con la vista se perciben objetos que se encuentran en un campo visual
con un ángulo de 140° en horizontal y 110° en vertical (60° por encima
de la línea visual y 70° por debajo).
Esta capacidad puede verse afectada por factores como:
• La velocidad, ya que el aumento de velocidad estrecha el campo
lateral de visión (efecto túnel).
• Los límites físicos de los elemen-
tos del vehículo, como el marco
del parabrisas.
• Las alteraciones visuales produci-
das por sustancias químicas (me-
dicamentos, alcohol, drogas, etc.)
que no sólo afectan a la conducta
sino también la percepción visual
de distancias, colores y tamaños.

A través de la visión central se capta el color, la nitidez y el movi-


miento sólo en un ángulo de 10°. A partir de ese ángulo se
percibe principalmente el movimiento, dejando de recibir el resto
de los estímulos.
La pérdida de la agudeza visual que se pueda corregir mediante el
empleo de anteojos o lentes de contacto no impide que se pueda
obtener una licencia para conducir. En este caso es aconsejable
llevar unos lentes de repuesto.
Existen otros factores externos que afectan considerablemente a
la capacidad visual, dificultando de forma temporal la visibilidad.
Entre ellos se pueden destacar:
• La limpieza de los elementos transparentes y los espejos del vehículo.
• Cambios de iluminación en la vía: túneles, zonas de diferente luminosidad, etc.
• Encandilamiento producido por el sol o por las luces de otro vehículo. Se puede corregir:
· Usando gafas de sol apropiadas.
· Evitando mirar directamente a los focos de los vehículos que circulan en
sentido contrario.
· Reduciendo la velocidad al entrar en un túnel y extremando la precaución
al salir, anticipando el momento de volver a ponerse las gafas de sol.
· Si el encandilamiento es por el espejo retrovisor interior, se puede accionar
el dispositivo antideslumbramiento, cambiar su orientación, poner la mano o
desplazar la cabeza.
Si durante la conducción nos cuesta enfocar,
es conveniente tomar un descanso inmediatamente.
Saber ver
Durante la conducción, además de ver, se debe identificar lo que se ve e interpretarlo en
función de nuestra experiencia.

En el proceso de selección de información a través de la vista, no solo es


fundamental ver bien, es muy importante seleccionar qué es lo que se necesita ver.

De todos los objetos que el conductor ve, debe seleccionar aquellos que son más impor-
tantes en ese momento.
Para aprender a ver bien, se debe:
• Observar constantemente lo que sucede en el entorno de la vía.
• Mantener constantemente en movimiento los ojos y mirar a lo lejos.
• Aumentar la frecuencia de observación de los espejos retrovisores en función de
la velocidad.

Espejos retrovisores
Se debe observar a través de los espejos con frecuencia y brevedad, antes de señalizar y
realizar las maniobras y también antes de bajarse del vehículo. Así se determina la posición,
distancia y velocidad de los que circulan detrás.
Generalmente, los espejos interiores son planos y los exteriores convexos para cubrir un
mayor ángulo de visión, pero en éstos es más difícil apreciar la posición y velocidad de los
demás vehículos, ya que se ven más pequeños que en los planos, por lo que parece que se
encuentran más alejados de lo que están en la realidad.
La frecuencia de observación de los espejos retrovisores depende de la vía por la que se
circula, de la velocidad, la complejidad del tránsito, los diferentes usuarios, etc.

Por los laterales y por detrás del vehículo hay unos puntos ciegos que no pueden ser
controlados a través de espejos retrovisores. En algunos casos, en los vehículos de grandes
dimensiones estos puntos pueden hacerse visibles con espejos retrovisores adicionales,
pero no siempre es posible. Estas zonas son especialmente peligrosas en los vehículos de
grandes dimensiones. Existen zonas lo suficientemente grandes para que un vehículo más
pequeño quede oculto. Sus conductores tienen que prever esta circunstancia y estar
especialmente atentos, por ejemplo, al realizar maniobras: inicio de la marcha, estaciona-
miento, cambio de pista, etc.

Frecuencia de observación de los espejos retrovisores


El oído
El oído es capaz de distinguir entre tonos y ruidos y localizar la dirección y procedencia del
sonido. Llevar la música muy alta puede impedir al conductor escuchar, correctamente, los
sonidos de la circulación y no podrá, consecuentemente, adaptar su comportamiento en la
conducción en base a una información sonora que no le llega.

Capacidades motrices y locomotoras


El resultado del proceso de toma de decisiones se traduce en una acción motriz sobre un
elemento del vehículo: el volante, los pedales, indicadores, etc. Esta acción debe ser precisa
y eficaz, exigiéndose en algún caso rapidez, como por ejemplo en una maniobra para evitar
un obstáculo.
Se puede decir que las capacidades motoras definen las reacciones coordinadas y la rapidez
de movimientos, por lo que el conductor debe tener, tanto en el momento de la obtención
de la licencia de conductor como durante toda su vigencia, unas capacidades físicas y
psicológicas mínimas de coordinación, actuación (reflejos) y manejo de las extremidades.
La coordinación entre las extremidades superiores y las inferiores determinan la trayectoria
y posición en la calzada, al igual que el mantenimiento de las velocidades y sus variaciones
(aceleración y frenado).

Estado físico y mental del conductor


Para poder realizar las tareas de la conducción es necesario mantener una actitud y un
estado físico y psíquico óptimos, encaminados a interpretar correctamente los indicios que
la vía y el vehículo nos transmiten, y así poder tomar las decisiones adecuadas en cada
situación. Hay que tener en cuenta que se circula en un entorno variable en el que otros
usuarios condicionan las propias decisiones.

Como conductores profesionales, es fundamental que se conozcan qué factores


y enfermedades pueden modificar las condiciones personales, aumentando el
riesgo y las posibilidades de sufrir un accidente.

La distracción

Conducir un vehículo es una tarea compleja, por ello hay que mantener el mayor nivel de
concentración posible.
Las distracciones ocurren cuando algo dentro o fuera del vehículo desvía la atención del
conductor.
Son el factor de riesgo que más ha aumentado y son causa de un gran número de accidentes.
Los accidentes causados por distracciones:
• Afectan principalmente a los jóvenes (entre 18 y 25 años) y a los mayores de 70 años.
• Suceden más en carretera que en zona urbana.
• Debido a la monotonía, hay más riesgo en las autopistas y en vías con poco tránsito,
por ejemplo en el desierto.
Factores que pueden distraer la atención:
• Factores relacionados con el conductor: fatiga, sueño, estrés, ansiedad, depresión,
consumo de alcohol y características propias de cada persona; y una serie de
conductas por parte del conductor que favorecen la distracción: manipular el
aparato de música, el navegador GPS o el teléfono celular, buscar una dirección
concreta (una calle, un comercio), conversar o discutir con un pasajero, comer,
beber o fumar mientras se conduce, expulsar un insecto del interior del vehículo,
etc. Si esto ocurre, lo mejor es detener el vehículo y continuar después.
• Factores externos al conductor: monotonía en la conducción, situaciones de
tránsito muy complejas, escasa luz ambiental o estímulos poco visibles (que no se
perciben adecuadamente), jornadas de trabajo prolongadas.

Fumar
Está demostrado que los conductores que fuman mientras conducen se ven implicados en
el doble de accidentes que los que no lo hacen.
Los efectos que puede tener sobre el conductor son:
• Posibilidad de distracción y pérdida de maniobrabilidad. Por ejemplo, al encender
un cigarrillo, sacarlo del paquete, etc.
• Inutiliza una de las manos y genera problemas de visión a causa del humo.
• Disminución de la capacidad de concentración, debido al aumento del monóxido
de carbono en la sangre.
• Enfermedades. Las personas fumadoras tienen más posibilidad de tener problemas
médicos.

Fumar mientras se conduce no está prohibido, pero no es aconsejable.

Usar el teléfono celular


Hablar por teléfono mientras se conduce es una de las conductas que puede provocar más
distracciones al conductor.
Se ha demostrado que aunque se hable por teléfono con un sistema de manos libres, la
posibilidad de sufrir un accidente también aumenta, ya que la atención disminuye en gran
medida cuando la llamada supera el minuto y medio.

El teléfono celular provoca:


• Mayor posibilidad de distracción. Además, puede
aumentar en el caso de marcar un número, enviar
un mensaje o buscarlo cuando suena.
• Dificultad para mantener la velocidad y trayectoria
adecuadas.
• Problemas con el manejo del vehículo. Tanto si se
necesita una mano para continuar hablando como si
se sujeta con el hombro.
Recomendaciones para utilizar el teléfono celular con seguridad:
• No utilizar el teléfono celular mientras se conduce. Lo mejor es llevarlo apagado o
silenciarlo.
• Si es necesario llamar o recibir una llamada, lo mejor es salirse de la vía, cum-
pliendo las normas de detención y estacionamiento.
• También se debe prestar especial atención a otros conductores o peatones que
estén hablando por el celular, ya que no estarán muy atentos al tránsito que les
rodea.

El accidente más frecuente cuando se habla por teléfono


es la pérdida de control del vehículo.

Utilizar el navegador
Aunque los navegadores pueden ser de gran ayuda para la conducción, también pueden
ocasionar distracción en el conductor.
Para utilizar un navegador de forma segura:
• Se debe usar el soporte adecuado, evitando que se pueda caer o mover.
• Se coloca en el sitio correcto: que no impida la visión y que no obligue a apartar
la vista de la conducción para consultarlo, y nunca cerca del airbag.
• No debe manipularse durante la marcha.
• El juicio del conductor debe prevalecer sobre las indicaciones del navegador.
• Se puede utilizar como controlador de velocidad, aunque debe prevalecer la
información del velocímetro.
Accidentalidad en el transporte
Independientemente de los accidentes de tránsito y las enfermedades propias de este
trabajo, las tareas asociadas a la conducción conllevan una serie de peligros que es
necesario conocer como primer paso a la prevención.
CAÍDAS DE PERSONAS A DISTINTO NIVEL
Consecuencias Causa Medidas a aplicar

Empleo de adhesivos
Escaleras en mal estado o
antideslizantes, calzado
deslizantes.
seguridad.
Hematomas, esguinces,
fracturas, muerte. Saltar desde el puesto de
conducción o el espacio de Evitar conductas de riesgo.
carga en los autobuses de
doble piso.

CAÍDAS DE PERSONAS AL MISMO NIVEL


Consecuencias Causa Medidas a aplicar
Pavimentos y suelos poco Calzado adecuado. Aplicación
adherentes. de bandas de alta adherencia.
Hematomas, rozaduras,
esguinces, fracturas, muerte.
Sustancias o productos Limpieza. Aplicación material
resbaladizos. absorbente.

GOLPES CON OBJETOS


Consecuencias Causa Medidas a aplicar

Medios inadecuados. Empleo de los medios


adecuados.

Posición incorrecta para Adoptar posturas adecuadas.


realizar el trabajo.
Hematomas, magulladuras,
esguinces, fracturas. Desconocimiento del uso de la Formación e información.
herramienta.

Carencia o inadecuado uso de


Equipos de Protección Empleo correcto de los EPIs.
Indivual (EPIs).

SOBREESFUERZOS
Consecuencias Causa Medidas a aplicar

Falta de técnica en el manejo


Lumbalgias, cervicalgias, Formación e información.
de cargas (equipajes).
hernias, distensiones
musculares, problemas de
Movimiento de grandes pesos
circulación sanguínea, Empleo de medios adecuados.
problemas de próstata, (maletas pesadas).
desprendimiento de retina.
Carencia o inadecuado uso de Empleo de cinturones,
Equipos de Protección
guantes, etc.
Individual.
EXPOSICIÓN A SUSTANCIAS NOCIVAS (POR INHALACIÓN, INGESTIÓN O CONTACTO)

Consecuencias Causa Medidas a aplicar

Ventilación, sistemas de
Funcionamiento de motores
absorción de gases.
de combustión en espacios
Lesiones en la piel, en los Acondicionamiento del lugar
cerrados o mal ventilados.
ojos. Problemas digestivos o de trabajo.
respiratorios, asfixia,
intoxicación. Muerte. Contacto con sustancias Empleo de sistemas de
tóxicas, asfixiantes o seguridad colectivos,
corrosivas. información y formación.

ATROPELLO POR MAQUINARIA O VEHÍCULOS (DISTINTOS DE LOS ACCIDENTES DE CIRCULACIÓN)

Consecuencias Causa Medidas a aplicar

Manejo imprudente de
Información y formación.
maquinaria.

Traumatismos, hemorragias Desconocimiento del uso de


Información y formación.
externas e internas. Muerte. vehículo.

Inmovilización inadecuada del Sistemas automáticos que evi-


ten el movimiento del vehículo
vehículo.
en ausencia del conductor.

Equipos de Protección Individual (EPI)

A estos efectos se debe tener en cuenta las tareas realizadas con el fin de emplear los medios
apropiados:

• Durante la conducción:
· Cremas de protección solar.
· Gafas de sol adecuadas, preferentemente polariza-
das. (En determinados países forman parte del EPI
obligatorio).
· El chaleco reflectante para utilizarlo en caso de incidente
en carretera.

• Durante la carga o descarga de bultos o mercancías:


· Fajas y cinturones (cuando se prevean cargas con peso
superior a 3 kg).
· Cascos de seguridad en obras o minas.
· Guantes.
· Arnés o cinturón anticaída.
· Calzado de seguridad.
· Equipos de protección individual específicos, adecua-
dos al tipo de producto o sustancia.
Colocación del cinturón de seguridad
El cinturón de seguridad es uno de los elementos de seguridad
que más vidas salva en un accidente de tránsito, debiendo
quedar ajustado al cuerpo sin exceso de compresión y bien
abrochado para que cumpla su cometido, teniendo además
que respetar las siguientes pautas para su correcta actuación:
• Una vez abrochado, comprobar que no esté engan-
chado, enrollado o doblado en alguna parte.
• Pierde efectividad si el asiento está excesivamente
inclinado, porque el conductor podría deslizarse por debajo de la banda abdominal
(efecto submarino).
• En su parte inferior, debe abarcar la zona pélvica y no la abdominal, ya que
produciría graves daños en caso de colisión (en especial en las mujeres embara-
zadas).
En el momento de su colocación se debe tener en cuenta:
• Si es posible, regularlo en altura para que la cinta pase por la clavícula, entre el
cuello y el hombro.
• Tirar de la cinta diagonal ligeramente para ceñir el cinturón al cuerpo.
• La banda abdominal debe pasar por la cintura, evitando que comprima la barriga.

Regulación de los espejos retrovisores


Una vez ajustado el asiento y en la posición correcta se deben regular
los espejos retrovisores, de forma que se obtenga el máximo campo
visual hacia atrás, con la máxima amplitud posible.
Si el vehículo tiene desempañador eléctrico para secar o desempañar
los vidrios, el sistema debe desconectarse cuando no sea utilizado,
para reducir el consumo de energía y evitar dañar la resistencia.
Posición correcta al volante
• El aro debe estar ligeramente inclinado hacia el conductor.
• En caso de contar con airbag, la distancia entre el centro del volante y la cara del
conductor debe ser de, al menos, 25 cm para evitar el impacto directo de la bolsa
del airbag en la cara del conductor.
• La posición de las manos debe ser la equivalente a las diez para las dos de un reloj.

Aro Radios
Si el volante tiene mandos incorporados, la forma de agarrarlo debe ser prioritaria sobre el
acceso a éstos. Lo que permite esta disposición es no tener que buscarlos en el tablero.
El volante debe regularse en altura e inclinación, de forma que los brazos queden
ligeramente flexionados cuando están en la posición indicada. El brazo y el antebrazo deben
formar un ángulo casi recto.
Se debe poder abarcar el volante en su totalidad, sin tener que realizar desplazamientos
con el cuerpo para ello. De esta forma se consigue:
• Equilibrar la fuerza que ambas manos ejercen sobre el volante, aportando estabili-
dad y amplitud en los giros.
· A velocidades altas, las manos empujan el volante hacia arriba.
· A velocidades bajas, las manos tiran del volante hacia abajo.
• Efectuar la totalidad del giro en un tiempo mínimo.
• Restablecer, con facilidad, la dirección a su posición natural.
Es muy peligroso:
• Sujetar el volante por el interior o por los
radios.
• Girar el volante con las dos manos juntas.
• Dejar que el volante retorne solo (sin
sujeción) tras un giro.
• Girar con la palma de una mano sobre el
aro.
• Llevar el codo en la ventana.
• Llevar la mano derecha en la palanca de
cambio.

Otras consideraciones
Iluminación. Es recomendable no conducir con oscuridad total en el interior del habitáculo,
ya que los ojos deben adaptarse constantemente al contraste existente entre esta situación,
la zona iluminada por los focos del vehículo, y el entorno oscuro de la vía.
Durante la conducción nocturna, la iluminación del panel de instrumentos no deberá ser
excesivamente brillante ni tener un excesivo contraste de colores para reducir la fatiga visual.
Acústica. Evitar que se produzcan ruidos por:
• Objetos sueltos en las guanteras que produzcan vibraciones.
• Ventanas abiertas a velocidad superior a 40 km/h, pues producen vibraciones en
los tímpanos.
• Volumen excesivo del equipo de sonido, distorsión o ruidos del mismo.
Climatización. Es recomendable que la temperatura interior se mantenga en valores entre
20 y 23 grados centígrados.
• Se deben evitar corrientes de aire directas al cuerpo.
• Es preferible que el aire caliente salga desde abajo, ya que tiende a ascender,
mientras que el aire frío desciende.
• Se debe accionar el sistema de renovación de aire.
Conducción en condiciones adversas
Las condiciones climatológicas adversas (viento, lluvia, nieve, hielo o niebla) suponen un
peligro adicional en la conducción, por lo que, cuando sea necesario, se deben aplicar estas
reglas:
• Moderar la velocidad.
• Aumentar la distancia de seguridad.
• Encender las luces.
• Descansar con más frecuencia, porque se necesita mayor atención y esfuerzo en
la conducción, lo que aumenta la sensación de fatiga y cansancio.

El viento
Dependiendo de la dirección y características del viento, pueden producirse distintas situa-
ciones o efectos, que es necesario conocer y controlar durante la conducción:
• Viento frontal o trasero no supone gran peligro, pero sí un aumento o disminu-
ción del consumo de combustible, ya que frena o empuja el vehículo.
• Viento lateral es muy peligroso, porque puede producir desplazamientos inespe-
rados, llegando incluso a volcar el vehículo. Se debe prestar especial atención en
los adelantamientos y al cruzarse con otros vehículos.
• Viento a ráfagas o cambiante, el peligro de vuelco o pérdida de control aumenta,
por lo que se debe reducir la velocidad hasta que permita mantener el control del
vehículo con total seguridad. Es más peligroso en vehículos de grandes dimensiones.

RECOMENDACIONES GENERALES PARA LA CONDUCCIÓN CON VIENTO


• Sujetar el volante con firmeza y siempre con ambas manos.
• Reducir a una marcha o velocidad más baja.
• Comprobar que las lonas que cubren la carga estén bien sujetas.
• Se debe tener en cuenta estas situaciones:
– Salida de túneles y al cruzar puentes y embalses, porque se suelen
producir fuertes corrientes de aire.
– Circulación por valles y montañas o donde se alternen edificios y
zonas despejadas.
Los vehículos, en especial los que lleven cualquier tipo de remolque,
pueden desviarse de su trayectoria con facilidad por un golpe de viento.
Lluvia
El momento de mayor peligro se produce cuando
comienza a llover, ya que las primeras gotas se
mezclan con el polvo, aceite y suciedad de la carre-
tera, formando un barrillo sobre la vía, que es
altamente deslizante.
Con lluvia intensa, el asfalto no es capaz de evacuar
toda el agua y se forman pozas que provocan
deslizamientos.

Pérdida de adherencia
• Con lluvia, la calzada es más deslizante. Se deben evitar los frenazos y las acele-
raciones bruscas.
• Se debe disminuir la velocidad.
• El principal síntoma es notar que la dirección está muy suave y que el vehículo
flota.
• Se debe desacelerar suavemente hasta notar de nuevo el contacto con el suelo,
sujetando el volante con decisión.

Aquaplaning. Es una situación en la que la rueda flota sobre


el agua. Suele deberse a una velocidad excesiva o al mal
estado de los neumáticos, ya que éstos no pueden desalojar
el agua que hay en la calzada a través del dibujo de la
banda de rodadura.

Para evitar el aquaplaning lo mejor es disminuir la


velocidad y tener neumáticos con la presión y
profundidad adecuadas (ver página 88).

Pérdida de visibilidad
Cuando llueve se produce una disminución de la visibilidad:
• De la vía en general.
• Del campo de visión, ya que los limpiaparabrisas sólo despejan una zona de los vidrios.
• Debido a que los vidrios se empañan por el vaho que se produce si el interior del
vehículo no está suficientemente ventilado.
• Por el agua sucia que salpican otros vehículos que circulan delante.
• Por el encandilamiento, especialmente de noche al reflejarse las luces en la calza-
da mojada.
En caso de lluvia se debe disminuir la velocidad y aumentar la distancia de
seguridad con el vehículo que circula delante.

Situaciones especiales de conducción con lluvia


Riadas
Es preferible buscar un lugar seguro y estacionar el vehículo:
• Buscar lugares altos, sin pendientes, ni presencia de barrancos, arroyos o cualquier
cauce de agua.
• Cerrar puertas y ventanas.
• Nunca tratar de cruzar un cauce de agua y si se queda atrapado pedir ayuda.
Pozas de agua
Para atravesarlas:
• Disminuir la velocidad para que las ruedas
mantengan contacto con el suelo.
• Si se entra sólo con las ruedas de un lado,
hay que tener precaución porque las ruedas
se desvían hacia ese lado.
Cuando un tramo de calzada esté anegado de agua
o se circule por una zona inundada:
• Asegurarse de que puede ser atravesado,
teniendo en cuenta su profundidad.
• Considerar la posibilidad de que exista algún objeto sumergido o agujero que no
se pueda ver.
• Nunca atravesar zonas con fuerte corriente de agua.
• Si se puede continuar, se debe atravesar en una marcha baja (1ª o 2ª) y a muy
baja velocidad.
• Al salir, pisar suavemente el freno repetidas veces, para secarlos, porque al estar
mojados pierden eficacia.
Tormenta eléctrica
• En caso previsible de que un rayo pueda caer sobre el vehículo, es preferible esta-
cionar en el interior de un edificio (garaje).
• Si se estaciona en el exterior es conveniente:
– Alejarse de árboles, postes, cables eléctricos o líneas de ferrocarril.
– No abandonar nunca el vehículo (es mejor resguardarse en el interior).
– Mantener las puertas y las ventanas cerradas.
– No tocar las partes metálicas del vehículo.
– Desconectar el motor.

La nieve
Como en el caso de la lluvia, los efectos inmediatos son la pérdida de adherencia y de
visibilidad. Además, con nieve existe la posibilidad de perder el control del vehículo, si se
actúa de forma brusca sobre los mandos.

RECOMENDACIONES PARA CIRCULAR CON NIEVE


Equipamiento y estado del vehículo:
• Si es probable que haya nieve, comprobar el estado y dibu-
jo de los neumáticos antes de iniciar el viaje.
• Llevar ropa adecuada para esas temperaturas.
• Llenar el depósito de combustible y, en su caso, los aditivos
anticongelantes.
Velocidad
• Circular despacio, a velocidad constante y
con marchas altas.
• Evitar frenadas y aceleraciones bruscas.
• Para iniciar la marcha usar suavemente el
embrague, sin acelerar, empleando mar-
chas lo más altas posibles y con la dirección
recta.
• Acelerar también muy suave para que las
ruedas no patinen por exceso de aceleración.
Bajada de pendientes
• Emplear marchas bajas para evitar el bloqueo de las ruedas por falta de adherencia.
• Extremar la atención en el uso de los frenos auxiliares (retardadores) en los des-
censos, ya que pueden producirse derrapes.
Uso de los frenos
• Reducir la velocidad de forma progresiva y con más antelación.
• Evitar el uso excesivo de los frenos para prevenir el bloqueo de las ruedas por el
deslizamiento. Si se produce, se debe soltar el freno y tocar suavemente el ace-
lerador, para recuperar adherencia.
Inmovilizaciones
• No inmovilizar totalmente el vehículo, ya
que el inicio de la marcha es mucho más
difícil, sobre todo en pendientes.
• Cuando se estaciona el vehículo, levantar
los limpiaparabrisas para que no se queden
helados y pegados al cristal.
• Estacionar siempre a favor del descenso,
cuando lo hagamos en pendientes.
• Procurar dejar el vehículo bajo techo, en la
medida de lo posible.
• Prestar atención a la nieve acumulada en la
parte superior del vehículo, ya que puede
caerse, causando daños o dificultando la
conducción.
Uso de cadenas
Se deben llevar cadenas adecuadas al tipo de vehículo. Para
colocarlas se deben seguir estas instrucciones:
• Inmovilizar el vehículo, siguiendo las normas indicadas
para un cambio de rueda.
• Es imprescindible disponer de guantes y ropa adecuada.
• Las cadenas se colocan en las ruedas motrices. Si el eje
motriz tiene ruedas gemelas, puede emplearse un taco de
madera alargado (una cuña de madera puede servir) para
facilitar la colocación de las cadenas, ya que permite subir
la rueda interior y dejar sin contacto con el suelo la rueda
externa.
Colocación de cadenas CON taco de madera:
• Situar el taco en la rueda interior por su parte trasera.
• Rodar sobre el taco para elevar la rueda. (La rueda externa pierde el contacto con
el suelo.)
• Desplegar la cadena en el contorno de la rueda de arriba hacia abajo.
• Fijar el cierre interior y después el exterior.

Colocación SIN taco de madera (Método 1):


• Desplegar la cadena en el suelo y rodar sobre ella.
• Pasar la cadena por encima de la rueda en todo su contorno.
• Fijar el cierre interior y luego el exterior.

Colocación SIN taco de madera (Método 2):


• Elevar la rueda con ayuda de la gata hasta que se separe del suelo y seguir el pro-
cedimiento con taco.

Cuando se circula con cadenas es necesario:


• Conducir de forma muy suave y evitar cambios de marchas innecesarios.
• Utilizar marchas altas, salvo en los descensos en los que debe usarse marchas
bajas.
• Evitar frenar de forma violenta o efectuar adelantamientos peligrosos.
• Después de utilizar las cadenas, lavarlas con agua y secarlas para que no se
oxiden.
Cuando se circula con cadenas no se debe:
• Circular sobre tramos que no tengan nieve o hielo, porque puede producir daños
en el vehículo y en la calzada.
• Superar la velocidad máxima de 30 km/h.
• Circular con control de tracción (ASR), si se dispone de él, por peligro de avería.

El hielo
El hielo en la calzada provoca los mismos efectos que la nieve, pero más acentuados, y se
deben tomar las mismas precauciones.

RECOMENDACIONES PARA LA CIRCULACIÓN CON HIELO


• En época fría es habitual encontrar placas de hielo, sobre todo en
zonas sombrías y húmedas o durante la noche y al amanecer.
• Llevar un termómetro exterior (para estar prevenidos) si el vehículo
no lo incorpora.
• Atravesar las placas de hielo sin acelerar ni frenar, manteniendo recta
la dirección y con el embrague pisado.
• Estacionar el vehículo de manera que al abandonarlo no pueda
deslizarse con facilidad y, si es necesario, deben colocarse las cuñas.
• En los casos en que haya que dejar el vehículo en zonas muy frías:
– Añadir los aditivos adecuados al combustible, para que éste no se
congele.
– Prever la formación de hielo en los cristales, cubriéndolos adecua-
damente, en la medida de lo posible.
La niebla
La niebla conlleva una pérdida de visibilidad y de la adherencia debido a la humedad.

RECOMENDACIONES PARA LA CIRCULACIÓN CON NIEBLA


• Utilizar las luces bajas y las neblineras si se cuenta con ellas.
• Reducir la velocidad todo lo necesario, para ver a una distancia suficiente y prestando es
pecial atención a las demarcaciones.
• Evitar maniobras innecesarias.
• Tener en cuenta la disminución de la adherencia para efectuar cualquier maniobra de la
forma adecuada y sin peligro de deslizamiento.
• Las inmovilizaciones se deben hacer siempre fuera de la calzada, lo
más alejado posible, y se deben apagar las luces para que no sirva de
referencia para otros vehículos, lo que les podría llevar a salirse de la
vía.
• Si hay que detener el vehículo por avería o emergencia, sacarlo de la
zona del tránsito, empleando las luces de estacionamiento, la señal de
emergencia y colocando los triángulos de preseñalización de peligro.

Zonas desérticas
Cuando en la ruta a realizar hay que cruzar el desierto, se necesita previamente conocer
las características de estas rutas y tomar una serie de precauciones.
Hay que tener en cuenta que se van a recorrer cientos de kilómetros en una zona
despoblada, sin encontrar ningún centro de abastecimiento y que se producen altas
temperaturas durante el día y un descenso importante de la temperatura por la noche.

Precauciones antes de iniciar el viaje


Calcular la ruta incluyendo alguna parada para realizar descansos y comprobar el estado
de neumáticos y radiador. Se recomienda no conducir durante las horas de más calor.
• Neumáticos. Revisar y ajustar adecuadamente la presión de los neumáticos, ya
que con las altas temperaturas existe mayor riesgo de tener un reventón.
• Provisiones. Llenar el depósito de combustible y llevar agua para consumo
personal y para reponer en el radiador. También debemos incluir alimentos livianos
y ropa de abrigo para la noche cuando desciende la temperatura bajo cero.
• Parabrisas. Comprobar que todo el sistema para limpiar el parabrisas funciona y
que el depósito tiene agua, ya que en zonas calurosas y desérticas hay muchos
mosquitos que impactan sobre el cristal por lo que se tiene que accionar el sistema
frecuentemente para limpiarlo.
• Celular. Llevar un teléfono con la batería
cargada por si se produce alguna avería o
accidente. Es útil tener un cargador adap-
tado para conectarlo en el vehículo.
• Protección para el sol. Es necesario llevar
anteojos que protejan de los rayos solares
(protección UV 100%) y evitar la resolana.
También se recomienda una crema con
protección solar alta para cara y cuerpo y
una gorra con visera.

Durante el viaje
• Paradas: se deben realizar paradas más frecuentes debido a que las altas tempe-
raturas producen mayor fatiga y somnolencia (sueño). También se debe parar cada
150 kilómetros aproximadamente para revisar el estado del vehículo, especialmen-
te de los neumáticos y el radiador.

• Neumáticos: se debe revisar el estado de


los neumáticos de forma frecuente com-
probando la presión, ya que debido a las
altas temperaturas, los neumáticos se
calientan más. Si la presión sube un kilo o
15 PSI se debe detener la marcha del
vehículo y esperar a que el neumático se
enfríe.

• Fallas mecánicas: si se produce una falla mecánica o avería, se debe esperar


dentro del vehículo con el aire acondicionado o fuera de vehículo sentados debajo
a la sombra y esperar a que llegue ayuda.
• Ventiscas de arena: si se produce una tormenta de arena o torbellinos se debe:
– Reducir la velocidad.
– Encender además de las luces bajas, obligatorias en vías interurbanas, las
neblineras si se cuenta con ellas.
– Cerrar las ventanas y el aire del vehículo o cualquier toma de aire del exterior.
– Avisar a otros vehículos de la situación, con el cambio de luces o activando
las luces de emergencia.
• Neblina baja (Camanchaca): esta neblina suele aparecer por la noche y puede
producir desorientación. En estos casos se debe:
– Reducir la velocidad.
– Encender las luces neblineras si se cuenta con ellas.
– Guiarse por las demarcaciones o por las luces de otros vehículos que circu-
len delante.
– No adelantar a otro vehículo si no hay suficiente visibilidad.
Conducción en alta montaña
Conducir un vehículo en la alta montaña implica diversos riesgos por las condiciones climá-
ticas (lluvia, nieve, hielo y temporales de viento), además de las condiciones de la vía con
pendientes, curvas y tramos estrechos o en malas condiciones, e incluso sin pavimentar, lo
que dificulta aún más la conducción por el polvo que se origina y por el barro que se produce
en caso de lluvia.

Antes de iniciar el viaje


• Previsión del tiempo y de la carretera: los conductores deben informarse del
estado del tiempo en la zona y tomar precauciones en caso de mal tiempo,
especialmente nieve.
• Es conveniente registrarse en los controles de Carabineros de Chile, indicando la
ruta que seguirá y la hora estimada de regreso. Es recomendable realizarlo como
medida de seguridad, así como por la posibilidad de que ocurra un accidente en la
ruta.
• Estado del vehículo: hacer todas las comprobaciones necesarias en el vehículo
para asegurarse de que está en condiciones de superar el recorrido en alta
montaña.
• La altitud tiene gran influencia en el comportamiento del motor si éste es atmos-
férico (no tiene turbo), ya que pierde potencia a medida que disminuye la presión
atmosférica. En motores turbo, no se pierde tanta potencia, pero a partir de cierta
altitud podría resultar dañado.
• Otras recomendaciones: es aconsejable
hacer el viaje por alta montaña con luz de
día y viajar acompañado, además de llevar
suficiente cantidad de combustible para
todo el viaje.
• Durante la conducción se debe estar
especialmente atento a la señalización.
Cómo circular por vías en alta montaña
• Emplear correctamente el cambio de velocidades, según se trate de una subida o
bajada de pendiente.
• En caso de lluvia, reducir la velocidad y evitar aceleraciones y frenadas bruscas.
• Prestar atención a los badenes y pasos de agua por encima de la calzada, así como
los lugares con sombra (puede haber humedad o hielo).
• Seguir las recomendaciones para circular por nieve.
• Poner especial atención en las curvas, teniendo en cuenta a los vehículos en
sentido contrario por las posibles invasiones de pista, especialmente en curvas
muy cerradas.
• En tramos de la vía angostos con circulación de vehículos en ambos sentidos,
respetar las normas de paso y usar los ensanches de calzada cuando éstos existan.

Para evitar un accidente, advertir de nuestra presencia con señales acústicas


o luminosas antes de las curvas.

Conducción de subida
– Cuando se comience a subir la pendiente
de la montaña y se observe que el vehículo
pierde velocidad, se debe cambiar inmedia-
tamente a la marcha inferior.
– Si aún sigue perdiendo velocidad y el motor
comienza a dar tirones, cambiar a la
segunda marcha y si es necesario, subir la
pendiente en primera marcha.
– Si su vehículo tiene doble tracción, se debe
aplicar en el momento que empiece a subir
la pendiente, antes de iniciarla.
– Se debe conducir siempre por la pista derecha; no tratar de adelantar a otro
vehículo si no tiene la potencia necesaria para hacerlo en la subida.
– Al acercarse a una larga subida y si se conduce un vehículo pesado, tomar la pista
para vehículos lentos si existe.
– Si se va a adelantar a otro vehículo en subida, se debe hacer cuando se tenga la
visibilidad adecuada y donde ello esté permitido.

Conducción de descenso
– Al descender por pendientes largas, se debe hacer empleando marchas más bajas
de velocidad para aprovechar el freno motor.
– Impedir que el vehículo se acelere sin control, utilizando, si se dispone de ellos, los
sistemas de estabilización de velocidad.
– Utilizar preferentemente el ralentizador y no usar en exceso los frenos ya que se
calientan, perdiendo su efectividad, hasta el punto de dejar de frenar, lo que
comúnmente se conoce como Corte de frenos.
– Nunca se debe bajar la cuesta de la montaña con la palanca de cambio en posición
neutra o el motor detenido.
– Se debe considerar una distancia de, a lo menos, 50 metros con el vehículo que
circula delante.
Detención del vehículo en alta montaña
– Si se detiene por una avería, buscar un lugar seguro, sin riesgo de avalancha,
caídas de piedras o flujos de barro.
– Si se detiene en pendientes, colocar cuñas reglamentarias a las cuatro ruedas. En
caso de usar piedras, retirarlas después de reparar la avería.
– Si el vehículo es atrapado por una avalancha y no se puede salir de él, se debe
detener el motor para evitar que los gases entren a la cabina.
– Debe esperar dentro del vehículo hasta que llegue la ayuda necesaria de las cua-
drillas de rescate.

Conducción nocturna
Los principales problemas en la conducción nocturna son la falta de visibilidad y la
imprecisión en la apreciación de las distancias.

RECOMENDACIONES EN LA CONDUCCIÓN NOCTURNA


• Adaptar la velocidad a las condiciones de visibilidad.
• Utilizar correctamente las luces:
– Fuera de las zonas urbanas, cambiar de luces altas a bajas, tan pronto
como exista la posibilidad de deslumbrar a cualquier usuario.
– Se pueden hacer señales, alternando rápidamente las luces altas y
las bajas, para evitar un accidente, especialmente en vías estrechas
con muchas curvas, para advertir de su presencia.
• Reducir la velocidad al cruzarse con otros vehículos, especialmente en
las vías estrechas.
• Mantener la distancia de seguridad.
• Prestar atención a los peatones y ciclistas que puedan circular por la
berma, ya que algunos lo hacen en condiciones deficientes para ser
vistos con seguridad.
• Extremar las precauciones en los adelantamientos.
• Realizar descansos más frecuente, ya que de noche aumenta la fatiga
y el sueño.
Conducción en curva
Al circular por una curva gran parte de la masa
del vehículo se desplaza a las ruedas exteriores
de la curva, salvo que se hagan correcciones
bruscas en la dirección con aceleraciones o
frenadas que trasladen la masa, desestabili-
zando el vehículo (ver pág 222).

Conducción en autopista
La conducción por estas vías es más cómoda y
segura. Aunque se producen menos accidentes,
éstos suelen tener consecuencias más graves
debido a que la velocidad a la que se circula es
más elevada.
En estas vías, se debe poner especial atención en
los sobrepasos, accesos, salidas y distancias de
seguridad, así como en las situaciones de falta
de visibilidad por condiciones meteorológicas o
ambientales adversas y con circulación saturada
(gran cantidad de vehículos en la vía).

Sobrepasos
Antes de sobrepasar:
• Señalizar la maniobra para advertir a los demás usuarios y no causar ningún
peligro.
• Asegurarse de que no se aproxima ningún vehículo o de que su velocidad y dis-
tancia son suficientes.
• Mantener la distancia de seguridad con el vehículo que va a ser sobrepasado.
Durante la maniobra y para finalizarla:
• Efectuar la maniobra con la mayor celeridad y regresar cuanto antes a la pista
correspondiente, manteniendo una distancia con el vehículo sobrepasado para no
obligarle a frenar al tener que mantener la distancia de seguridad adecuada.
• Antes de reincorporarse a la pista derecha, se debe estar seguro de que ningún
otro conductor se ha colocado en ese espacio.
• Tener especial cuidado con los vehículos que circulan por las pistas de la izquierda
o por la central, puesto que en cualquier momento, pueden desplazarse a la dere-
cha sin previo aviso.
Distancia de seguridad y velocidad
adecuada
• Aumentar la distancia de seguridad y mo-
derar la velocidad cuando las circunstancias
meteorológicas o ambientales disminuyan
la visibilidad, la adherencia o las posibilida-
des de un frenado eficaz, por ejemplo si el
vehículo se encuentra cargado.

Pistas de aceleración y desaceleración


• En las pistas de aceleración, observar el tránsito y, si es necesario detenerse al
principio de la pista. Después señalizar debidamente la incorporación y acelerar
para alcanzar la velocidad similar a la del flujo de la vía, empleando toda la longi-
tud de la pista si fuera necesario.
• En las salidas, entrar lo antes posible a la pista de desaceleración y, no reducir la
velocidad hasta que el vehículo no esté totalmente dentro de ésta.
• En las pistas trenzadas (pistas de aceleración y desaceleración unidas):
– Si se incorpora a la vía, observar la velocidad, posición y maniobras de los
vehículos que pretenden entrar en la pista de desaceleración.
– Si se abandona la vía, observar las intenciones de los vehículos que se
incorporan, para facilitar su incorporación y nuestra entrada en la pista.

Recien abandonada la autopista, el conductor puede percibir


que su velocidad es menor que la real.

Viajes
El conductor y el vehículo deben encontrarse en perfecto estado, para que la capacidad de
respuesta total sea la adecuada.
Antes del viaje se debe comprobar:
• El estado del vehículo: luces, encendido, batería, ruedas, frenos, engrase, refrige-
ración, limpiaparabrisas, suspensión, distribución y llevar suficiente combustible.
También el tacógrafo, cuando sea obligatorio.
• El estado del conductor: estar descansado,
relajado, no tomar alcohol, ni consumir
drogas y evitar las comidas abundantes.
• Itinerario y horario: si es posible, buscar el
más seguro, evitar obras y fechas conflic-
tivas.
• Confort y carga: repartir bien la carga y
acondicionarla de acuerdo con su naturaleza.
• Documentación: llevar la documentación
obligatoria.

En viajes por itinerarios desconocidos hay que disponer de un mapa de carreteras adecua-
do, de fácil lectura y comprensión, así como de un plano de las localidades por las que se
tenga que circular.

Técnicas de conducción preventiva

Para una conducción segura se deben conocer los factores y riesgos que generan, ante los
que se debe incrementar la atención.
Son factores externos que conllevan riesgos:

• El uso de la telefonía móvil y de los emisores/receptores vía radio, incluso con manos
libres.
• Los anuncios y objetos próximos a la vía.
• El tabaco.
• La manipulación en marcha de aparatos electrónicos (radio o video por ejemplo).
• Los peatones, en especial los niños y los más mayores.
• Los vehículos de dos ruedas, los triciclos y los cuadriciclos.
• Los animales y la maquinaria agrícola.
• La señalización incorrecta o el exceso de la misma.
• El exceso de confianza en vías conocidas.
• La búsqueda de algún lugar de destino.
Actitudes de la conducción defensiva o preventiva
El respeto y cumplimiento de normas esenciales entre usuarios de las vía, hacen más fácil
y segura la tarea de la conducción.
Sobre la forma de circular
• Circular por la derecha, lo más cerca posible de la línea del borde de la calzada.
• Respetar las señales de tránsito.
• Respetar los límites de velocidad.
• Adaptar siempre la distancia de seguridad, para reaccionar a tiempo.
Respecto a los peatones y otros usuarios
• Si hay peatones o animales en las proximidades, reducir la velocidad.
• No invadir las zonas peatonales, ni los pasos para peatones.
• En vías locales y/o rurales, prever la posible irrupción en la calzada de animales o
máquinas agrícolas.
• Comprender los errores de los demás conductores, especialmente por la falta de
experiencia de los conductores noveles o la falta de atención y reflejos de las
personas mayores.
Cuando se realizan maniobras
• Señalizar con antelación suficiente.
• Para inmovilizar el vehículo, frenar con tiempo y de forma progresiva, advirtiéndolo
a los demás usuarios, manteniendo de este modo la seguridad necesaria con el
vehículo de atrás.
• En los virajes cerrados, poner atención al voladizo posterior, al anterior si se lleva
semirremolque, y a los laterales por si hay vehículos que se pegan peligrosamente
al nuestro.
• Circulando marcha atrás (por ejemplo, al acercarse a un muelle de carga o por un
accidente) se debe señalizar convenientemente, asegurándose de que no hay
peligro, bajándose si fuera necesario, repitiendo la operación si la distancia fuera
larga y circulando de forma muy lenta.
Otras situaciones
• Cuando se incorpore un vehículo a la vía, levantar el pie del acelerador hasta ver
cómo se incorpora.
• Tomar rutas alternativas, si es posible, en caso de congestión, para evitar situa-
ciones de estrés y pérdidas de tiempo y consumos excesivos.
• Ante cualquier situación que implique pérdida de visibilidad, encender las luces bajas.
• En descensos prolongados, extremar las precauciones y tratar de usar lo menos
posible el freno de servicio empleando la marcha adecuada para minimizar el uso
del freno de servicio.
• En vías rurales, al acercarse a un vehículo detenido en la calzada o en la berma,
separarse de él, cambiando de pista si fuera posible.
Recomendaciones en situaciones concretas
En las rotondas
Pista por la que se circula
• En zona urbana circular preferentemente por la pista derecha, aunque se puede
hacer por cualquiera.
Para salir
• Se sale desde la pista derecha.
• En las rotondas sólo existe obligación de indicar los virajes a la derecha (para salir
de la rotonda) y los cambios de pista.

Se puede, de forma muy simple,


saber cuál debe ser el compor-
tamiento en una rotonda, si se
transforma en una vía recta. Se
trataría de una vía de un solo
sentido y con intersecciones con
vías sólo por la derecha.
Entonces, se aplica la normativa
general de circulación.

En vías de una sola pista en cada sentido


• Observar desde lejos los adelantamientos o movimientos de los vehículos que
circulan en sentido contrario.
• Evaluar si vale la pena adelantar, en función de:
– La distancia que queda para abandonar la vía.
– La posibilidad de que el vehículo que circula delante abandone la vía.
– La densidad del flujo vehicular.
– La diferencia de velocidades entre nuestro vehículo y el que circula delante.
– La posibilidad, en un corto espacio de tiempo, de llegar a un tramo de vía
especialmente adecuado para los adelantamientos.
Para adelantar
• Salir desde atrás sin pegarse al vehículo que se va a a ade-
lantar y con la máxima velocidad posible. De esta forma
se tiene más visibilidad y se tarda menos tiempo en ade-
lantarlo.
• Acercarse a la línea izquierda de la pista por la que se
adelanta.
• No volver a la pista derecha hasta estar seguros de que la
distancia entre nuestro vehículo y el adelantado, es segura
y suficiente.
• Los cambios de pista, se hacen de forma suave y progresiva.
Para estacionar
• Buscar lugares adecuados al tamaño y
capacidad de maniobra del vehículo. En
algunas carreteras y autopistas existen
áreas de servicio especializadas.
• Señalizar las maniobras con antelación
suficiente.
• Si el vehículo es de grandes dimensiones, se
debe dejar espacio libre en la parte delantera
y trasera, para facilitar después la salida del
estacionamiento.
• Prestar especial atención en la maniobra,
por las dificultades que entraña y la poca
visibilidad en la parte posterior de los
vehículos de gran tamaño.

Vías estrechas
El mayor peligro en este tipo de vías, es la imposibilidad de ceñirse a la derecha por el
riesgo de salirse fuera de la calzada.
Al circular por vías estrechas:
• Se deben extremar las precauciones y
circular lejos, cuando sea posible, del borde
de la calzada.
• Prestar especial atención en las curvas.
• Si es necesario adelantar, sólo hacerlo si el
vehículo a adelantar y el ancho de la
calzada permiten realizar la maniobra con
seguridad.
• En el cruce con otro vehículo es preferible
llegar a detener el nuestro, antes que
asumir riesgos innecesarios de colisión
(atención a los retrovisores).

Circulando en caravana y/o en vías congestionadas:

• Mantenerse, salvo excepciones, en la pista dere-


cha y a la distancia suficiente para detener el
vehículo en condiciones de seguridad y confort.
• Permitir alternativamente las incorporaciones de
otros vehículos.
• No bloquear las intersecciones.
Circulación en vías urbanas
La circulación en zona urbana se ve afectada por factores como la densidad del tránsito y
las deficiencias de algunas vías. Otros factores de riesgo en estas vías son el exceso de
velocidad, la selección de la pista adecuada, la falta de atención, los pasos para peatones,
las paradas de bus, etc.
Al circular por vías urbanas:
• Prestar la máxima atención a las señales de tránsito.
• Señalizar con anticipación las maniobras.
• En los giros, acercarse todo lo que sea preciso, al lado contrario del giro, y efectuar
el viraje con atención para evitar colisiones.
• Respetar a los peatones.
• Prestar especial atención a los vehículos de dos ruedas que, debido a sus reducidas
dimensiones, pueden colarse entre los vehículos a gran velocidad y en muchos
casos circulando en zigzag.
• Al incorporarse a la circulación desde un estacionamiento, hay que asegurarse de
que se puede hacer en condiciones de seguridad.

Detención en túneles por emergencia


Si por motivos de emergencia un conductor queda inmovilizado con su vehículo dentro de
un túnel debe:
• Apagar el motor, mantener encendidas las luces y encender las luces de emergencia.
• Si es posible, dirigir el vehículo hacia la zona reservada para emergencia más
próxima en el sentido de su marcha. De no existir, inmovilizar el vehículo lo más
cerca posible del borde derecho de la calzada.
• Sólo el conductor abandona el vehículo para solicitar ayuda. Los pasajeros se
mantienen dentro del vehículo con el cinturón puesto, excepto que haya una salida
peatonal muy próxima.
• Solicitar auxilio sin demora a través del poste de socorro (poste S.O.S.) más
próximo, si existe, y seguir las instrucciones que a través de él se le hagan llegar.
• Si se trata de una avería que permite la marcha del vehículo, debe continuar hasta
la salida del túnel y, si ello no es posible, hasta una zona reservada para emergencia.
• En caso de incendio el conductor debe aproximar su vehículo todo lo posible hacia
su derecha para no obstruir el paso a los vehículos de emergencia, parar el motor
y dejará la llave puesta y las puertas abiertas (sin cerrar con llave). Tanto el
conductor como los demás ocupantes deben abandonar el vehículo dirigiéndose
rápidamente al refugio o salida más próximo, en sentido contrario al del fuego sin
que en ningún caso se transite por la calzada si existen zonas excluidas a la
circulación de vehículos.
SINIESTROS DE TRÁNSITO
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los accidentes de tránsito son un proble-
ma prioritario de salud pública en todo el mundo, por lo que se debe reducir su número
con la colaboración de todos.
Además de los daños materiales, no hay que olvidar los costos humanos: años de vida
perdidos, sufrimiento de las víctimas y de sus familiares y amigos, etc.
Ocurren en promedio 60.000 accidentes al año, produciendo cerca de 1.600 fallecidos y
54.000 lesionados de diversa gravedad.

En más del 40% de los accidentes de tránsito está involucrado un vehículo que
requiere una licencia profesional para su conducción, por lo que es necesario un
esfuerzo por parte de estos conductores en la reducción de estos accidentes.

Aunque se piensa que los accidentes son inevitables, se puede reducir al mínimo la
posibilidad de sufrir un accidente, conduciendo con la máxima seguridad y atendiendo a
los factores de riesgo que el conductor puede controlar: distracciones, velocidad, fatiga,
alcohol, medicamentos, drogas y estado general de salud.

Para reducir los accidentes y sus consecuencias, es necesario tener una actitud
responsable frente al tránsito, conocimientos adecuados de seguridad vial y
conducir en todo momento con la máxima seguridad.

El accidente y, sobre todo, el costo en vidas huma-


nas que conlleva, se considera la parte más
negativa en el transporte por carretera. Su magni-
tud se mide en diferentes escalas, en función de si
existen víctimas mortales y la gravedad de los
heridos, siendo la mínima el caso en que sólo se
producen daños materiales.
No hay que olvidar el enorme impacto que produ-
cen los accidentes: daños materiales, costos de
salud y administrativos y costos humanos: años de
vida perdidos, sufrimiento de la víctima y de sus
familiares y amigos, etc.

Factores que intervienen en los siniestros

De los tres elementos que intervienen en el tránsito (hombre, vehículo y vía), es el factor
humano el que más incidencia tiene en los accidentes.
El conductor debe adaptar su comportamiento al nivel exigido por las diversas y cambiantes
situaciones en la vía, dando la respuesta adecuada. El nivel de exigencia para el conductor
es impuesto por las características de la vía (curvas, gravilla), condiciones meteorológicas
(lluvia, nieve), la circulación (densidad del tráfico, tipo de vehículos) y las normas y señales.
El conductor necesita capacidad de respuesta. El nivel de capacidad dependerá de la forma-
ción en el aprendizaje y de la experiencia.
La mayor parte de los accidentes se producen durante los fines de semana y los feriados,
especialmente durante la madrugada.
El siguiente gráfico muestra los accidentes promedio entre 2007 y 2011, según el día de la
semana en que ocurrieron:

Cifras de accidentes totales por día de la semana. Promedio años 2007-2011. Fuente: Carabineros de Chile

La mayor parte de los accidentes se produce en fin de semana,


siendo el viernes el día con un número mayor.

Que produjeron los siguientes fallecidos:

Cifras de fallecidos totales por día de la semana. Promedio años 2007-2011. Fuente: Carabineros de Chile

Aunque la mayor parte de los accidentes ocurre los viernes,


se producen más fallecidos el sábado y el domingo.
Con respecto a la hora del día se produjeron los siguientes siniestros:

Cifras de accidentes totales por hora del día. Promedio años 2007-2011. Fuente: Carabineros de Chile

Se produjeron los siguientes fallecidos:

Destacan tres horarios importantes: Entre las 6 y las 9 de la mañana, el segundo entre las
14 y las 16, y el último entre las 18 y las 20, que coinciden con los horarios de entrada y
salida del trabajo.

Causas
Del estudio de las causas de los accidentes, se puede destacar que el 45,2% de los
siniestros ha sido causado por imprudencias del conductor, y que el 20,7% es causado
porque el conductor no estaba atento a las condiciones del tránsito.
Son importantes también las causas relacionadas con la desobediencia de las señales
(9,6%), destacando las relacionadas con no respetar las señales de prioridad y semáforos.
Aunque los accidentes debidos a fallas del vehículo no son muy numerosos, es muy impor-
tante que su estado sea siempre el mejor posible.
En muchos casos, la causa principal de la falla mecánica ha sido motivada por un manteni-
miento deficiente. Este mantenimiento es especialmente importante en el caso de vehículos
antiguos porque su deterioro suele ser más rápido.
El factor humano también influye en el estado del vehículo, ya que es el propietario o
conductor el que tiene que mantener su vehículo en las mejores condiciones posibles.
Cerca del 2% de los accidentes se producen por fallas mecánicas. De estas, la gran mayoría
se producen por problemas en los frenos y en los neumáticos, que son los más fáciles de
detectar por el conductor con un mantenimiento adecuado.
Con respecto a los vehículos que se conducen con licencias profesionales, existen estos
datos que relacionan los tipos de vehículos con el número total de accidentes y fallecidos:

Tipo de vehículo Accidentes Fallecidos

Camión simple 3.927 52


Camión simple con remolque 560 15
Transporte de carga Remolque/Semirremolque 37 1
Tractocamión 413 10
Tractocamión con semirremolque 396 12
Bus 629 6
Transporte público rural
Minibús 118 0
Bus 7.842 9
Transporte público
Minibús 433 0
urbano
Trolebús 18 0
Transporte público Bus 1.412 27
interurbano Minibús 81 0
Transporte público Bus 37 1
internacional Minibús 1 0
Bus 880 5
Transporte particular
Minibús 817 8
Servicios de salud Ambulancia 121 1
Taxi básico Automóvil 2.834 7
Taxi colectivo rural Automóvil 269 3
Taxi colectivo urbano Automóvil 7.711 16
Bus 69 0
Transporte escolar Furgón 311 2
Minibús 179 0
29.095 175
Fuente: Carabineros de Chile. Elaboración: CONASET - Cifras promedio años 2008-2012
El número de accidentes es mucho mayor en zona urbana, aunque el número de muertos
es mayor zona rural.
La razón de esta diferencia está en la velocidad. Cuanto mayor es la velocidad, las lesiones
son mayores.

Proporción de siniestros Proporción de fallecidos


de tránsito por zona en siniestros de tránsito por zona

Cifras de accidentes totales por zona de siniestro y número de fallecidos. Promedio años 2007-2012.
Fuente: Carabineros de Chile

La velocidad
El vehículo en movimiento acumula una energía cinética,
que está en función de la masa y de la velocidad. Si la
velocidad se multiplica por dos, la energía cinética lo hace
por cuatro, por lo que se necesita, aproximadamente,
cuatro veces más espacio para detener el vehículo. La
energía cinética es proporcional a la masa del vehículo y
al cuadrado de la velocidad.
La velocidad tiene una gran incidencia en los accidentes
en carretera, ya que a mayor velocidad, mayor será el
riesgo de accidente. De ahí que, a mayor velocidad:
• mayor será la distancia de reacción (se recorrerá
más espacio mientras se reacciona).
• mayor será la distancia que necesitamos para
detener el vehículo.
• mayor será la distancia que tendremos que
mantener con el vehículo que circula delante
(distancia de seguridad).
• mayor ha de ser la anticipación para prever las
situaciones del tránsito.
• mayores serán las lesiones y los daños mate-
riales producidos en caso de accidente.
Tiempo de reacción, distancia de frenado y distancia de detención

Tiempo de reacción
La capacidad de respuesta es la precisión y rapidez con la que un conductor lleva a cabo
una maniobra como respuesta a una situación determinada del tránsito. Del correcto estado
psicofísico del conductor, de su experiencia y de su formación, depende en gran medida su
capacidad de selección de información y su capacidad de reacción ante un estímulo de
peligro o riesgo.
El período de tiempo transcurrido desde que percibimos la información, hasta que tomamos
una decisión y actuamos sobre el elemento correspondiente en el vehículo, se denomina
tiempo de reacción. En el caso de un conductor experimentado y con buena capacidad
de reacción el tiempo de reacción es de aproximadamente 1 segundo. El tiempo de reacción
depende de cada persona pudiendo variar incluso en una persona, según las circunstancias
del momento.

Durante el tiempo de reacción, el vehículo continúa con la misma trayectoria


y a la misma velocidad hacia el riesgo detectado.

El tiempo de reacción puede aumentar por factores que retrasan la respuesta como pueden ser:
• La edad avanzada.
• La fatiga y el sueño.
• El alcohol, las drogas o los medicamentos.
• El calor y el exceso de calefacción.
• Las comidas abundantes y pesadas.
• Las enfermedades, el estado de ánimo, el estrés, etc.

En el tiempo de reacción intervienen los factores que influyen en las


capacidades del conductor.

Distancia de frenado
La distancia de frenado es la que recorre el vehículo desde que el conductor pisa el freno
hasta que se detiene el vehículo.
Una vez que el conductor ha detectado el riesgo y ha tomado una decisión, actuando sobre
el elemento adecuado del vehículo (generalmente el freno), si las condiciones del conductor
y de la vía son las óptimas y la técnica de frenado es la adecuada, el vehículo necesitará
un espacio mínimo para detenerse y lo hará en un tiempo determinado.
Cualquier factor que perjudique la adherencia o la capacidad de frenado del vehículo hará
que aumente esta distancia, que depende de la velocidad, del estado de la vía, del vehículo
y del conductor.
El estado del vehículo también influye en gran medida en la distancia de frenado. Es muy
importante un correcto mantenimiento de los sistemas de frenado y suspensión. Por
ejemplo, unos amortiguadores en mal estado pueden aumentar la distancia de frenado
hasta en un 50%.
Un conductor experimentado, siguiendo los principios de la conducción defensiva, se anti-
cipará al posicionar el pie sobre el freno cuando identifique indicios que le hagan sospechar
cualquier riesgo, reduciendo con ello considerablemente la distancia de frenado.

Distancia de detención
La distancia de detención es la suma de las distancias recorridas durante el tiempo de
reacción y la distancia de frenado.

En la distancia de detención influyen todos los factores que hacen aumentar el


tiempo de reacción y la distancia de frenado.
Existen unos grupos de personas que tienen más probabilidades de estar involucradas en
un accidente de tránsito.
Estos grupos vulnerables son personas que desde un punto de vista estadístico están
presentes en un mayor número de accidentes: los niños, los jóvenes, las personas mayores,
tanto como conductores como peatones. Además, hay otras personas que, por el tipo de
vehículo que utilizan, sufren lesiones más graves en caso de accidente: conductores y
pasajeros de motocicletas y bicicletas.

Los conductores jóvenes


Los accidentes de tránsito son la principal causa de mortali-
dad para los jóvenes entre los 15 y los 29 años.
Estadísticamente, los accidentes sufridos por los jóvenes se
producen en mayor número:
• Cuando coinciden situaciones de diversión, alcohol y
con varios ocupantes en el vehículo.
• Por las noches y de madrugada.
• En las grandes ciudades y sus alrededores.
• Durante los meses de verano y fines de semana.

Los accidentes en los que los jóvenes están involucrados tienen las siguientes características:
• Falta de experiencia del conductor, sobrevalorando su capacidad.
• Asumir muchos riesgos.
• Exceso de velocidad e incumplimiento del resto de las normas.
• Consumo de alcohol y drogas.
• Aceptar riesgos innecesarios, debido en muchos casos a una necesidad de autoafir-
mación y menor percepción del riesgo.
Estos datos no quieren decir que un joven tenga más posibilidades de tener un accidente,
sino que existen algunas características que aparecen en los jóvenes que les hace ser más
propensos a sufrirlo.

Las personas mayores


Los avances en la medicina permiten que las perso-
nas vivan cada vez más años.
Esto hace que el número de personas mayores que
conduce sea cada vez mayor.
Las personas mayores están implicadas en un núme-
ro de accidentes importante, tanto como peatones
como conductores. Pueden tener más accidentes en
situaciones complejas, que exigen una respuesta
rápida, como intersecciones, incorporaciones y sali-
das de vías donde se circule a gran velocidad, por lo
que se debe ser más tolerantes y respetuosos.
El principal problema que tienen es la pérdida de las capacidades psicofísicas, que les
pueden impedir conducir con seguridad:
• Dificultades en la visión: el campo visual es más estrecho, con dificultad para ver
en los extremos. Mayor posibilidad de deslumbramiento.
• Pérdida de la audición: dificultad para diferenciar los sonidos y distinguir su proce-
dencia.
• Necesidad de tomar medicamentos, que pueden afectar a la conducción.
Además, en caso de accidente, tienen problemas más graves que una persona joven.

Los peatones
Los peatones son un grupo de usuarios de la vía muy vulnerable en caso de accidente, ya que
pueden resultar con lesiones muy graves en caso de atropello.
La industria automotriz está trabajando también en
este sentido, diseñando la parte delantera de los
vehículos para que produzcan menos lesiones. Por
nuestra parte, es importante no modificarla añadien-
do elementos que puedan ser peligrosos.

El atropello es el tipo de accidente de tránsito


que ocasiona más muertos. En un alto
porcentaje, los peatones han cometido una
infracción en el momento del atropello.

Los comportamientos incorrectos más frecuentes de los peatones son:


• Cruzar la calzada en forma sorpresiva o descuidada.
• Cruzar fuera del paso para peatones.
• Permanecer en la calzada.
• Desplazarse por la vía en estado de ebriedad.
Para evitar el atropello a los peatones, se deben adoptar una serie de precauciones:
• Moderar la velocidad en ciudad y ante la presencia de peatones en la calzada o en
sus proximidades, especialmente si se trata de niños o personas mayores.
• También si los peatones van con auriculares, hablando con el celular, con un
paraguas, etc.
• Disminuir la velocidad al acercarnos a un vehículo que se detenga, sobre todo si
se trata de un furgón de transporte escolar o vehículo de locomoción colectiva.
• Tener precaución al estacionar, al dar marcha atrás o maniobrar al salir de un
estacionamiento, especialmente si se trata de vehículos con poca visibilidad
(todoterrenos, VAN, etc.).
• Prestar atención en las zonas peatonales, como al salir de un garaje, al atravesar
una calle peatonal, etc.
• De noche, adaptar la velocidad a la zona de visión iluminada por las luces, por la
posible presencia de peatones u obstáculos.
No se deben hacer señales a un peatón de que cruce la calzada, porque otro vehículo puede
atropellarle.
Las personas mayores como peatones
Es muy importante conocer los problemas que puede tener una persona mayor como
peatón para poder colaborar con ellos en su seguridad:
• Dificultad para calcular la velocidad de los vehículos y problemas de orientación
cuando no conocen las calles.
• Pueden tener dificultades auditivas que les
impidan oír cuando se acerca un vehículo.
• Pueden tener dificultades visuales que les
dificulten apreciar los colores de un semá-
foro si la calzada es muy ancha.
• Si tienen limitaciones físicas, pueden tener
problemas para cruzar una calle: soleras
altas, calzadas muy anchas, etc.
• Suelen tener más accidentes cuando van
solas, que cuando van acompañadas, por
ejemplo, con niños a su cargo.

Los niños como peatones

Las vías donde se desarrolla el tránsito no están


diseñadas para los niños. Es por esto por lo que una
PARE
parte importante de los niños fallecidos en acciden-
tes de tránsito, son peatones que han resultado
atropellados, en la mayoría de los casos con heridas
en la cabeza o en partes vitales del cuerpo.
Estadísticamente, la mayor cantidad de niños atro-
pellados son varones entre 4 y 10 años, que
irrumpen sorpresivamente en la calzada.

Los atropellos a niños tienen las siguientes causas:


• Dificultades de audición: no son capaces de distinguir la procedencia del ruido de
un vehículo que se aproxima.
• Impedimentos con la visión debido a su baja estatura: tienen dificultades para ver
el tránsito entre los vehículos estacionados. También, los conductores tienen
dificultad para verlos.
• Bajo control de la atención.
• Desconocimiento de las normas de tránsito.
• Dificultad para calcular distancias y velocidades.
• Dificultad para controlar su actividad física: pueden salir corriendo impulsivamente.
• Incapacidad para identificar el peligro.
Los ciclistas
Debido a las distintas características de los vehículos, los accidentes entre un vehículo y
una bicicleta son especialmente lesivos para los ciclistas, por lo que se debe tener especial
atención con ellos. Las lesiones sufridas en la cabeza son las de mayor importancia en estos
casos.
Se tienen que adoptar unas mínimas precauciones:
• Mantener una separación lateral suficiente (1,5 metros como mínimo) al adelan-
tarlos y cruzarnos con ellos. Esta separación debe ser mayor en casos especiales
como vehículos voluminosos, viento lateral, niños, etc.
• Al circular por determinados lugares: cerca de parques o plazas, de ciclovías o
ciclopistas, de colegios, etc.
• Evitar las señales acústicas para no asustarles.

Los accidentes con ciclistas tienen las siguientes


características:
• Causados por infracciones, tanto del ciclista
como del conductor: distracciones, no res-
petar la prioridad en intersecciones, velo-
cidad inadecuada, etc.
• Ocurren principalmente en vías urbanas, en
días de semana y con buen tiempo.

Las motocicletas
En los últimos años ha habido un incremento notable del parque de motocicletas. Tenemos
que conocer las situaciones en que se producen los accidentes de las motocicletas para
adoptar las precauciones necesarias.
Características de los accidentes:
• La mayoría ocurre en ciudad.
• En un gran número de casos, son colisiones con otros vehículos: colisiones de
frente y frontolaterales.
• Ocurren cuando se producen infracciones: distracción, no respetar la prioridad de
paso.
Hay una serie de precauciones que debemos tener:
• Respetar la prioridad de paso en las inter-
secciones.
• Mantener una especial atención en caso de
falta de visibilidad: en condiciones meteo-
rológicas adversas, intersecciones, etc.
• Mantener una distancia de seguridad ade-
cuada, tanto frontal como lateral, evitando
circular en paralelo con cualquier vehículo
de dos ruedas.
Además de reposar sobre los neumáticos, el vehículo también lo hace sobre otros cuatro ele-
mentos elásticos: las suspensiones o los amortiguadores. Aunque procuran un mayor confort
a los pasajeros, absorbiendo las irregularidades de la vía, su objetivo principal es participar
en la estabilidad del vehículo. Para ello, soportan el desplazamiento de masas y mantienen la
presión del neumático sobre la calzada en condiciones óptimas para que puedan transmitir el
empuje, la fuerza de frenado, las fuerzas laterales y la máxima adherencia.
El trabajo de los neumáticos se basa en la cantidad de masa que soportan para obtener la
máxima adherencia, dirección, frenado y aceleración. Entender estos conceptos es funda-
mental para interpretar los efectos del movimiento del volante y la acción de los pedales
sobre el vehículo en las aceleraciones y en las frenadas, así como en la preparación y la
salida de una curva (incluso en el interior de la misma).
Cuando el vehículo circula a velocidad constante y en línea recta, el peso en cada rueda
está distribuido de forma uniforme. Al acelerar, frenar o trazar una curva esta distribución
varía y la adherencia de cada rueda también, debido a la variación de peso sobre cada una
de ellas.

REPOSO ACELERACIÓN

FRENADO EN CURVA

Un vehículo tendrá más adherencia cuanto mayor sea su masa.


Deslizamiento
Es el efecto que se produce en las ruedas cuando la velocidad lineal del vehículo no coincide
con la velocidad de giro de las ruedas.
En la frenada, si la velocidad del vehículo es considerablemente mayor que la de la rueda,
se produce el bloqueo de ésta.
• En esta situación, la adherencia disminuye y el control sobre la dirección se hace
imposible, salvo que el vehículo disponga de ABS.
En la aceleración, si la velocidad de la rueda es excesivamente mayor que la del vehículo,
la rueda patina sobre el suelo.
• Si una rueda patina o se desliza, intenta adelantar a las que no lo hacen y provoca
la deriva del eje que la soporta.

Apoyo
El apoyo es una de las fases por la que pasa el vehículo durante el trazado de una curva.
Se dice que el vehículo está apoyado cuando cesa el balanceo generado en la carrocería
por el giro del volante al tomar la curva.
Durante el trazado de curvas, gran parte de la masa se desplaza a las ruedas exteriores,
excepto cuando se hacen correcciones bruscas en la dirección con aceleraciones o frenadas
que trasladen la masa, desestabilizando el vehículo.

Trazado de curvas
Para trazar una curva hay que posicionarse lo más pegado posible hacia el lado contrario
del giro de la curva:
• Se inicia la pérdida de velocidad con suficiente antelación, con el fin de que se
pueda soltar el freno y recuperar el equilibrio de masas antes del giro de volante.
• Girar en un solo movimiento, con la vista dirigida al punto que corresponda, según
se trate de una curva hacia la derecha o hacia la izquierda.
• Acelerar de nuevo, una vez producido el apoyo, para que el motor empuje lo justo
para mantener la velocidad que se lleva, NO para ganar velocidad.
• Cuando se vea la salida de la curva, dirigir la
mirada lo más lejos posible hacia donde se quiere
ir, sin incrementar la aceleración.
• Se acelera para ganar velocidad en el momento
que se empieza a enderezar el volante.
Se debe tener en cuenta que se produce un cambio
de apoyo en las ruedas cuando se trazan curvas
sucesivas con sentido de giro inverso, mucho más
notable en las rotondas.
Este cambio de apoyo exige la correcta intervención
del conductor, incluso, sobre el freno y el acelerador,
con el objetivo de estabilizar el peso, disminuir las
oscilaciones del vehículo y el desplazamiento de la
masa.
Balanceo
Es el movimiento giratorio de la carrocería sobre su eje longitudinal que depende de:
• La fuerza lateral (centrífuga), que varía según la velocidad y el radio de la curva.
Cuanto menor sea el radio, la fuerza centrífuga será mayor, especialmente cuando
el vehículo circula cargado.
• La distancia entre el centro de gravedad
y el eje de balanceo. Derrape
Por ejemplo, un vehículo alto, como un bus, tiende
a tener más balanceo que uno bajo.

Cabeceo
Se trata del movimiento giratorio de la carrocería
respecto a un eje transversal y se produce en las

aceleraciones y frenadas. El cabeceo es mayor en Cabeceo

función de:
Balanceo

• La altura del centro de gravedad.


• La mayor fuerza de aceleración o frenada.

Ronceo o derrape
Es el giro de la carrocería sobre el eje vertical, pudiéndose producir un desplazamiento
lateral. Si la fuerza de derrape es insuficiente, el vehículo subvira y si la fuerza es excesiva,
el vehículo sobrevira.
El subviraje y el sobreviraje se producen en función a la velocidad, el radio de giro y la
adherencia.

Sobreviraje
El sobreviraje es la deriva del eje trasero, es decir,
el vehículo se va de atrás. El vehículo traza una
trayectoria real con menor radio del que debiera.
Dicha trayectoria puede llegar a ser tan cerrada que
el vehículo gira sobre su propio eje, produciéndose
un trompo.
Las causas que pueden originar un sobreviraje son:
• Una desaceleración (aceleración negativa) y/o
frenada suave.
• El exceso de aceleración, durante el desarrollo de
la curva, en los vehículos de propulsión.
• Una desaceleración y/o frenada en recta cuando
existe gran diferencia de adherencia entre las Trayectoria que debería
seguir.
ruedas de un lado y otro (frenada asimétrica).
• Efectuar una acción brusca sobre el volante. Trayectoria en caso de
sobreviraje.
Es importante recordar la peligrosidad que implica intentar controlar un sobreviraje para
seguir circulando. La inadecuada coordinación entre volante, acelerador o freno puede
producir un efecto látigo con un grado de energía tan elevado que imposibilite controlar el
vehículo.
Sólo se debe intentar controlar un sobreviraje cuando éste sea suave y se encuentre en su
fase de inicio. Para ello, se deben poner las ruedas rectas y pisar el freno y el embrague
para intentar detener el vehículo de la forma más segura.

El sobreviraje casi siempre es provocado por el conductor, ya sea de forma


consciente (como en una competencia), como de forma inconsciente.

Subviraje
Al contrario que el sobreviraje, el subviraje es la
deriva del eje delantero, es decir, el vehículo se
va de la parte delantera. Se produce en una curva
cuando la trayectoria real del vehículo tiene
mayor radio que la que se pretende trazar. Aunque
cualquier vehículo tiende a ser subvirador al
inicio del giro, sólo se le define como tal cuando
subvira más de lo normal.
El subviraje se aprecia en el volante, pues éste
se aligera y ofrece menos resistencia. Las derivas
se producen por la velocidad, unida a una acción
incorrecta sobre los mandos del vehículo, por lo
que es fundamental conocer el balanceo de
Trayectoria que
masas y el manejo de los mandos. debería seguir.
El subviraje puede producirse por:
Trayectoria en caso
• Una frenada fuerte que implique el de subviraje.

bloqueo de las ruedas delanteras.


• Un exceso de aceleración.
• La velocidad inadecuada, combinada con la adherencia y el radio de la curva.

Derrapes
El ronceo o derrape se produce cuando las ruedas pierden la adherencia y el vehículo se
desplaza lateralmente, sin el control del conductor.
De los tres factores que intervienen en la conducción, es decir, conductor-vía-vehículo, en
la mayoría de los casos el derrape es por culpa del conductor.
Las causas más frecuentes de derrape pueden ser:
• El uso brusco e inadecuado de los frenos.
• El uso incorrecto del volante al tomar una curva o al realizar un giro a excesiva velocidad.
• El uso brusco y excesivo del acelerador, especialmente con marchas bajas.
• El uso incorrecto del conjunto freno-dirección.
• La velocidad excesiva e inadecuada con:
– Neumáticos desgastados o con una baja presión de inflado.
– Calzada en mal estado: gravilla, barro, nieve, hielo, etc.
– Amortiguadores en mal estado y suspensión defectuosa.
Al frenar, el punto de aplicación del peso se desplaza hacia la parte delantera y cuando la
frenada es brusca, esta circunstancia afecta negativamente la suspensión y a la dirección.
En estas circunstancias, la probabilidad de que las ruedas traseras se bloqueen mientras
se frena es mayor, ya que el vehículo tiende a elevarse de la parte trasera, se pierde
adherencia y consecuentemente, se puede producir un sobreviraje. Si los amortiguadores
están en mal estado, esta situación se acentúa.

Cómo evitar los derrapes


La mejor forma de evitar los derrapes es adaptar la conducción a las circunstancias.
Son muchos los indicios o avisos que pueden prevenir los derrapes, como las curvas, gravilla,
humedad, hojas, etc. En estos casos hay que moderar la velocidad, aumentar la distancia de
seguridad y usar los frenos, acelerador y dirección más suave y progresivamente.

Cómo se debe proceder si el derrape se produce


Lo primero es conocer si el vehículo dispone de ayudas electrónicas que corrijan la pérdida
de trayectoria (ESP). Si es el caso, no se debe contravolantear ya que el sistema se
confudiría, provocando una pérdida mayor de trayectoria.
Lo segundo es actuar en función de las causas que hayan producido el derrape. Si el derrape
se produce por exceso de frenada, dejar de frenar inmediatamente, aunque la tendencia
sea la de tratar de detener el vehículo frenando a fondo con las ruedas bloqueadas.
Si el derrape es fuerte, como norma general:
• No frenar ni desembragar.
• No levantar el pie del acelerador, ni acelerar a fondo.
Se debe acelerar suave y progresivamente en
vehículos de tracción en las ruedas delanteras y
levantar totalmente el pie del acelerador en vehículos
de propulsión trasera.
• Girar el volante hacia el lado al que derrapan las
ruedas traseras (derecha-derecha o izquierda-izquier-
da) con cuidado ya que un exceso puede provocar un
segundo derrape al lado contrario y producirse un
trompo.
Si el derrape se origina en el eje delantero (ruedas delanteras):
• Dejar de acelerar para que se desplace el punto de
aplicación del peso hacia las ruedas delanteras y
éstas aumenten la adherencia que estaban perdiendo.
• Enderezar la dirección simultáneamente, si es posible, ya que el exceso de giro y
el exceso de velocidad son las causas que originan el subviraje de un vehículo
(derrape del eje delantero).
La combinación de ambas medidas es la mejor solución para contrarrestar un derrape del
eje delantero en curva.
Si no existe la posibilidad de enderezar la dirección (porque al hacerlo se invadiría el sentido
contrario, o existe posibilidad de salirse de la calzada), el conductor no debe girar más el
volante para intentar no salirse de la curva, es decir, debe mantener el mismo giro de
volante que tenía a la entrada de la curva y sólo deberá desacelerar para aumentar la
adherencia de las ruedas al pavimento.
Combate de Incendios
Equipo adicional para emergencias
La posibilidad de que un siniestro provoque derrames o fugas de materias peligrosas hace que sea
aconsejable llevar en el vehículo determinado equipo adicional, sobre todo para retener derrames o
evitar que se viertan sobre cauces de aguas o alcantarillados.
• Agentes neutralizantes: productos que, aplicados sobre sustancias químicas peligrosas,
neutralizan o reducen sus propiedades facilitando su recogida y disminuyendo el riesgo de
contaminación. Existen agentes con cambio de coloración incorporado que indica cuándo
ha finalizado el proceso. Existen neutralizadores específicos para cada sustancia.
• Dispositivos de barrera: destinados a formar diques de contención o evitar el paso de sus-
tancias peligrosas en sótanos, alcantarillados, etc. En su defecto, en algunos casos, se pue-
de emplear tierra o arena.
• Material absorbente: hay muchas clases según la capacidad selectiva de absorción, como
los que repelen el agua y absorben hidrocarburos y aceites, y los universales que recogen
todo tipo de líquidos. Generalmente son fibras de polipropileno, turba o sepiolita.
Su variedad de formas facilita el empleo, siendo los más comunes las hojas cortadas, las
almohadas y los tubulares.
• Sistemas de obturación: para taponar pequeñas fugas en envases, contenedores, cisternas,
tuberías, etc. Su empleo requiere un conocimiento de las técnicas a emplear y de los ele-
mentos de protección personal.
Reacción en caso de incendio
Los productos de la combustión
CALOR: cada materia desprende distintas cantidades de calor. Las temperaturas elevadas
producen en el ser humano deshidratación, agotamiento, estrés térmico, problemas respi-
ratorios, quemaduras e incluso la muerte.
TRANSFERENCIA DE CALOR: es uno de los factores determinantes para que se genere un
incendio y tiene una influencia determinante en su extinción.
Las formas de transmisión del calor en un incendio son:
• Radiación: emisión de calor (infrarrojas o ultravioletas) que calientan a los objetos
próximos.
• Convección: transmisión de calor a través del aire y los gases generados.
• Conducción: transmisión de calor desde la zona más caliente hacia la más fría.
HUMO: compuesto por partículas sólidas y líquidas en suspensión en el aire. El humo es
más o menos denso en función del combustible.
• El humo es un factor de riesgo, porque provoca situaciones de pánico por la falta
de visibilidad y por la asfixia.
• Las partículas calientes del humo pueden producir quemaduras en los ojos o acti-
var otro incendio lejos del foco original.
GASES: en un espacio cerrado el fuego genera gases tóxicos y asfixiantes, como el monóxido
de carbono.
Los gases producen pérdida de coordinación, desorientación, inconsciencia, envenena-
miento y muerte.

Métodos de extinción
La extinción de un fuego se produce simplemente eliminando uno o más de los elementos que lo
originan. Todos los fuegos se extinguen mediante alguna de estas cuatro formas o una combinación
de ellas:
Extinción por reducción de la temperatura
(enfriamiento)
El elemento más empleado es el agua, pero en algunos casos puede
ser peligroso, por ejemplo, para extinguir fuegos en metales y de
aceites.

Extinción por separación del combustible


(desalimentación)
Por ejemplo para los fuegos producidos por gases como el butano:
• Una vez consumida la totalidad del gas, el fuego se extingue.
• Si se apaga el fuego, pero no se cierra la válvula de salida del
gas, se formarán bolsas de gas que podrán arder de repente o
mediante una explosión.
Extinción por dilución o desplazamiento del oxígeno (sofocación)

El fuego se puede apagar, reduciendo el porcentaje de oxígeno, em-


pleando varios métodos:
• Empleando otros gases como dióxido de carbono o argón.
• Separando el aire y el material combustible, por ejemplo
en el caso de líquidos inflamables, mediante una capa de
espuma o con mantas ignífugas.

Extinción por inhibición de la reacción en cadena (inhibición catalítica)

Se suelen emplear agentes extintores, como los pol-


vos químicos secos. Este método es efectivo en los
gases y en los líquidos, ya que éstos arden con llama,
pero no para los fuegos con brasas.

Extintores

Según los usos a que se destinen, son obligatorios diferentes tipos de extintores.

Vehículos de locomoción colectiva

Servicios urbanos:

Taxis: 1 extintor 1A-2B

Minibuses: 1 extintor 2A-5B, C

Buses /trolebuses: 2 extintores 2A-5B, C o 1 extintor 2A-10B, C

Servicios Rurales e Interurbanos:

Taxis: 1 extintor 1A-2B

Minibuses: 1 extintor 2A-5B, C.

Buses: 2 extintores 2A-10B, C o 1 extintor 4A-10B, C.


Vehículos para el transporte remunerado de escolares

Vehículos de peso bruto total inferior a 3.860 kg: 1 extintor 2A-5B, C

Vehículos de peso bruto total igual o superior a 3.860 kg: 1 extintor 2A-10B, C

Vehículos motorizados de carga

Capacidad para transportar más de 1.750 kg y hasta 5.000 kg: 1 extintor 2A-5B, C.

Capacidad para transportar más de 5.000 kg: 1 extintor 2A-10B, C.

Los extintores tienen que cumplir los siguientes requisitos:

• El agente extintor será polvo químico seco.


• Disponer de manómetro para medir la presión.
• Mantener su carga completa.
• Estar colocados para que puedan ocuparse en forma pronta y segura.
• Tener una certificación emitida por una entidad de certificación y verificación.
• Llevar una etiqueta con registro de las fechas de revisión y control.

Protocolo para el uso de extintores

Los extintores son útiles pero sólo si se saben emplear de


forma adecuada. En primer lugar, se deben seguir estas
indicaciones:
1. Colocar el extintor en el suelo.
2. Sujetar con una mano el asa de transporte junto a
la manguera, si la tiene.
3. Inclinar ligeramente el extintor.
4. Retirar el seguro con la otro mano.
5. Antes de acercarse al fuego, realizar una prueba
disparando al suelo.
6. Al caminar con el extintor, llevarlo a un costado o
apoyado en la cadera.

Fuegos al aire libre


1. Colocarse de espaldas al viento.
2. Agacharse ligeramente para reducir la superficie del cuerpo expuesto al calor y las llamas.
3. Dirigir el primer disparo medio metro antes del fuego.
4. Continuar atacando el fuego por su base. No acercarse nunca demasiado al fuego ni darle
la espalda, aunque parezca extinguido.
5. Limpiar la superficie en llamas barriendo en zigzag.
Fuego en las ruedas
El incendio suele producirse al detener el vehículo. Además del
calor que desprende, hay que tener en cuenta los gases tóxicos
que se producen.
Para extinguir el incendio de un neumático:
1. Aproximarse a la rueda incendiada desde un lateral (por
el peligro de reventón) con el viento por la espalda. Efec-
tuar disparos cortos.
2. Dirigir el agente extintor de abajo hacia arriba sobre la
base de las llamas, sin acercarse mucho al fuego. Nunca
colocarse bajo el vehículo.
3. Una vez extinguido el fuego, retirarse unos pasos y obser-
var la rueda para actuar si se produce una reignición.
4. Refrigerar la rueda con agua, en cuanto sea posible, en
pequeñas cantidades o pulverizada.
Este tipo de fuegos puede producirse por el calentamiento de los
neumáticos por estar a muy baja presión, pero también por el uso
excesivo de los frenos, por ejemplo en un descenso pronunciado.
En este caso, no se debe usar agua para refrigerarlos, sino que se
debe detener el vehículo y vigilar mientras se enfrían.

Las ruedas son el lugar donde se inicia un


incendio con más frecuencia

Fuego debido al freno eléctrico


El fuego puede producirse en distintos sitios. Si es en una rueda,
se debe proceder siguiendo los procedimientos anteriores. Si el
incendio se ha trasladado a los maleteros del bus:
• Abrir con sumo cuidado (por riesgo de quemaduras) la
zona de carga por el lado más protegido del viento y des-
de un lado para evitar posibles llamaradas.
• Aplicar el agente extintor con disparos cortos desde abajo
hacia arriba, sobre la base de las llamas, barriendo en zigzag.
• Observar una vez apagado el fuego por si se producen reigniciones.
• Refrigerar con agua.
Fuego debido a cortocircuitos
1. Localizar el lugar del incendio.
2. Accionar el sistema de desconexión eléctrica (desconec-
tador de baterías).
3. Si el fuego está localizado en el exterior, actuar siguiendo
las pautas descritas anteriormente.
4. Si el fuego está localizado en el interior de la cabina o el
habitáculo:
- El mejor sistema de extinción es el agua nebulizada, siempre que no haya derrame de
líquido inflamable.
- Al abrir la puerta, se puede producir un enriquecimiento de oxígeno en la combustión,
que aumente la intensidad del fuego.
- Se debe tener especial precaución al emplear extintores de polvo, ya que reducen la
visibilidad para la evacuación.
- Tener cuidado con el aumento de llama y su dirección.

Fuego debido a los sistemas de alimentación


Suelen producirse después de un siniestro, en el que también se derraman líquidos inflamables.
Modo de extinción:

1. Accionar el desconectador de la batería.


2. Si el incendio es por derrame de líquido, em-
pezar la extinción desde la parte inferior, en
zigzag y subiendo el chorro de agente extintor
hasta la fuente del derrame.
3. Si hay algún obstáculo, contar con, al menos,
otra persona para avanzar cada uno desde un
lado, acorralando el fuego. No deben ponerse
enfrente uno del otro.
- No emplear agua, ya que se propagaría
el incendio.

Fuego debido a averías de origen mecánico


Su origen puede estar en el alternador, el motor de arranque, el compresor de aire acondicionado
o en otras averías mecánicas con bajo nivel de incidencia.
Antes de abrir el portón del motor, disparar con el extintor dos veces por la rejilla de aireación o por
debajo del portón, para reducir el efecto de una expansión por el humo y los vapores acumulados.
Actuación del conductor en un incendio

Incendio en el vehículo en circulación

1. Si en el vehículo viaja un acompañante o guía, comunicar-


le la situación, dándole las primeras instrucciones antes de
detener el vehículo.

2. Accionar las luces de emergencia y frenar con precaución,


deteniendo el vehículo fuera del tránsito si es posible. Se
debe tener precaución de no arrimar el foco del fuego del
bus a otro potencial combustible (hierbas secas, vallas de
madera, residuos urbanos, etc.).

3. En el caso de incendio de un bus, abrir las puertas para la


evacuación de los ocupantes siguiendo estas pautas:
– Si el incendio es en el lado izquierdo, abrir las dos
puertas.
– Si el incendio es en el lado derecho, abrir sólo la que
esté más alejada del fuego.
– Tener presente el empleo de las salidas de emergencia
(ventanas y escotillas).
El comportamiento de los viajeros depende, en gran medida,
de su actuación. La comunicación a los viajeros debe ser rápida
y concisa, intentando no crear pánico ni angustia. Los viajeros
deben abandonar el vehículo con orden y alejarse en dirección
contraria al viento a un punto de reunión distante de la calzada.
4. Accionar el desconectador de batería de la cabina.
5. Si no hay acompañante, solicitar a algún viajero la comuni-
cación a los servicios de emergencia.
6. Seguir el procedimiento de extinción.

Incendio en el vehículo después de un siniestro


Dependiendo del estado de los heridos, de los vehículos implicados y de otros factores (dimensiones
del incendio, posibilidades de extinción o tipo de carga), se debe optar por proteger a las personas
atacando primero el fuego o, por el contrario, si es imposible extinguir el fuego, evacuar y alejar a
los heridos.
Evacuación de los ocupantes
Como norma general, nunca se debe mover a un acciden-
tado y menos aún trasladarle al hospital. El transporte de
heridos en siniestros de tránsito debe realizarse en vehí-
culos destinados a tal efecto (ambulancias o transporte
aéreo) y por personal profesional.
Tanto la movilización de los heridos como su transporte
sólo se pueden realizar en casos excepcionales:

Agradecimiento: SAMU, fotógrafos Christian Miranda & Valentina Saldivar

• Si es preciso colocarlo en posición de defensa o seguridad o antishock.


• Si hay un incendio o riesgo elevado del mismo.
• Si existe riesgo de que el herido sea atropellado o sufra un nuevo siniestro.
• Si es necesario realizar una reanimación cardiopulmonar.
Los ocupantes del vehículo accidentado, sólo pueden ser sacados por personal especializado, salvo
casos excepcionales. Si es necesario sacar al accidentado del interior de un vehículo:
• Comprobar que el cuerpo no esté atrapado por hierros, volante, pedales, etc., prestando
especial atención a las piernas y pies.
• Extremar las precauciones y alejarse lo máximo posible de los sistemas de airbag que no se
hayan activado. Para evitarlo, desconectar la batería y, si es posible, esperar 10-15 minutos
antes de iniciar la evacuación.
• La maniobra de evacuación comienza actuando sobre el asiento y el volante, intentando
conseguir la máxima amplitud. A continuación:
- Colocarse detrás del herido y pasar un brazo por debajo del brazo y la axila del herido
y sujetar la muñeca del lado contrario.
- Pasar el otro brazo por debajo de la otra axila y sujetar la mandíbula del accidentado.
- Extraerlo procurando que no se mueva el cuello, evitando así flexiones o torsiones en
la columna vertebral.
Para extraer a un herido desde la cabina de un camión, se debe contar con la ayuda de otra persona
por la dificultad que representa la altura del vehículo. Si la cabina es amplia, la preparación para el
descenso se hace en el interior, para bajarlo lo más recto posible, traccionando tanto el auxiliador
que está en la parte superior como el que está en la parte inferior con el fin de mantener la columna
recta y sin torsiones.

En el caso de necesitar mover al herido fuera del vehículo:


• No debe moverlo una sola persona. Se precisan, al menos, tres auxiliadores para inmovili-
zar correctamente el eje cabeza-cuello-tronco en la movilización.
• Utilizar el llamado método de auxiliadores alternados por ser más seguro.
• Colocar al herido preferentemente boca arriba.
• Los auxiliadores se colocan a los lados del herido
(ver ilustración).
• Los auxiliadores levantarán suavemente y a la vez.

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