Capitulo II (Corregido) (V3) y Capitulo III

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1

Capítulo II:

Situación del Trabajo Infantil en la República Dominicana

2.1.La infancia y el trabajo


2.2. Conceptualización
2.3. Clasificación del trabajo infantil
2.4. Causas del Trabajo Infantil
2.5. Consecuencias del trabajo infantil
2.6. Vínculos entre pobreza y trabajo infantil
2.7. Trabajo infantil y educación
2.8. Trabajo infantil y juego
2.9. Situación del trabajo infantil en República Dominicana
2.10. Tendencias del trabajo infantil en la República Dominicana
2

2.1. La infancia y el trabajo

El trabajo infantil es una realidad que afecta a millones de niñas, niños y adolescentes
en todo el mundo. En 2002, aproximadamente 252 millones de niñas, niños y
adolescentes, de 5 a 17 años, se dedicaban en el mundo a alguna forma de actividad
económica, según el Programa de Información Estadística y de Seguimiento en Materia
de Trabajo Infantil (SIMPOC, por su sigla en inglés) de la OIT. El mayor número de
niñas y niños trabajadores de 5 a 14 años de edad, 127,3 millones, corresponde a la
región de Asia y el Pacífico. El África Subsahariana ocupa el segundo lugar, con 48
millones, y América Latina el tercero, con 17,4 millones.1

La Convención sobre los Derechos del Niño (1989), establece en su primer artículo que
“se entiende por niño todo ser humano menor de 18 años, salvo que, en virtud de la ley
que le sea aplicable, haya alcanzado antes de la mayoría de edad. Sin embargo, esta
etapa es más que un rango de edad, se refiere al estado de vida de un niño, a la
calidad de vida de esos años que determinarán gran parte de su vida adulta y como
ente social”. Es así como se establece en el documento Estado Mundial de la Infancia
2005, realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Así también lo especifica la investigación realizada por Canelón (1991)2, la cual reveló
que el desarrollo integral correcto de los niños y niñas está determinado por el grado de
protección y servicios básicos que les brinde su ambiente familiar, el tipo de influencia
de sus iguales o personas con las que comparten, el nivel de escolarización que
reciban y la nutrición que tengan durante esta etapa de su vida.

Partiendo de ambos postulados, se establece que es en la infancia cuando se forma el


carácter, la personalidad, los valores morales y los conocimientos intelectuales que

1
Barboza, Lourdes y Martínez, Teresa (2001). Compendio Niñez. Marco normativo de los derechos de la
niñez y la adolescencia en el Paraguay. Tomo I. Instrumentos jurídicos internacionales. Editorial AMAR,
Asunción, p. 17
2
Canelón, Juan Carlos (1991). Factores que afectan la formación del capital humano a temprana edad:
un estudio de campo. PUCMM. Santo Domingo.
3

más tarde ofrece la persona como adulto a la sociedad. Por tanto, si existen
condicionantes que intervienen con el sano desarrollo de ésta etapa, el individuo puede
enfrentar dificultades en su adultez.

Cuando la necesidad de trabajar irrumpe en la vida de un niño, niña o adolescente,


estos factores que determinarán su vida como adulto se ven afectados de una manera
negativa; de ahí que el trabajo infantil sea considerado, por Bryson (2004) y Castells
(2004), como una problemática social compleja que consiste en que un individuo menor
de edad realice labores a cambio de remuneración económica.3

En base a esta definición, podemos afirmar el trabajo infantil se concibe como un


problema de índole social, en el cual los individuos menores de edad incurren en hacer
actividades que pueden llegar a perjudicar su desarrollo corporal, social, sicológico y
educacional, con el objetivo de conseguir una paga económica.

El trabajo infantil tiene diferentes niveles de intensidad; por ejemplo, en países como la
India, Pakistán y Brasil existen industrias que son sostenidas por la mano de obra
infantil (Castells, 2004) y por otro lado están las labores que son concebidas como
normales por las sociedades, como son el caso de niños que laboran como
mandaderos, vendedores de periódicos o ayudantes de tiendas.4

Pero, indistintamente del tipo de actividad que realice el niño o niña, existen tres
motivos esenciales por los cuales el trabajo infantil debe ser rechazado: “por razones
de la edad mínima fijada en el país; por los peligros físicos, mentales o morales y las
labores denominadas peores formas de trabajo infantil”.5

3
Castells, Manuel. Era de la información: economía, sociedad y cultura, 2004.
4
Hobbs, Sandy, McKechnie. Child labor: a world history companion. (1999). Recuperado desde
http://books.google.com.do/books?id=LH30IGx2tlQC&pg=PP1&dq=%E2%80%9CChild+labor:
+a+world+history+companion&cd=1#v=onepage&q=&f=false
5
Organización Internacional del Trabajo. Presentación (2009). Recuperado desde
http://white.oit.org.pe/ipec/pagina.php?seccion=23
4

2.2. Conceptualización.
Existen diferencias considerables entre las numerosas formas de trabajo realizadas por
niños. Algunas son difíciles y exigentes, otras, más peligrosas e incluso reprobables
desde el punto de vista ético. En el marco de su trabajo, los niños realizan una gama
muy amplia de tareas y actividades.

Es necesario establecer que no todas las tareas realizadas por los niños deben
clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar. Por lo general, la participación
de los niños o los adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su
desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva. Entre
otras actividades, cabe citar la ayuda que prestan a sus padres en el hogar, la
colaboración en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario escolar o
durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo. Este tipo de actividades son
provechosas para el desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia; les
proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayuda a prepararse para ser miembros
productivos de la sociedad en la edad adulta.

El trabajo infantil “es la actividad que implica la participación de niñas y niños menores
de 15 años en la producción y comercialización familiar de los bienes no destinados al
autoconsumo o en la prestación de servicios a personas naturales o jurídicas que les
impidan el acceso, rendimiento y permanencia en la educación o se realicen en
ambientes peligrosos, produzcan efectos negativos inmediatos o futuros o se lleven a
cabo en condiciones que afecten el desarrollo psicológico, físico, moral o social de los
niños”.6

El trabajo infantil se refiere a cualquier trabajo o actividad que priva a los niños de su
infancia. En efecto, se trata de actividades que son perjudiciales para su salud física y
mental, por lo cual impiden su adecuado desarrollo. Recuperado de: (http://www.huma-
nium.org/es/trabajo-infantil/)

6
Barboza, Lourdes y Martínez, Teresa (2001). Op. Cit., p. 125
5

Se considera trabajo infantil a toda aquella actividad que lleven a cabo niños o niñas
para contribuir a la economía de su familia, o en su defecto, para procurarse su propia
supervivencia.7

El término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su
niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y
psicológico.

Así pues, se alude al trabajo que:


 Es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño;
 Interfiere con su escolarización puesto que:
 Les priva de la posibilidad de asistir a clases;
 Les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o
 Les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho
tiempo.

El trabajo infantil perjudica seriamente las posibilidades de desarrollo, educación y


porvenir de las niñas, niños y adolescentes. Este grupo de trabajadores soporta
condiciones laborales que los afectan física, psicológica y socialmente, violando sus
derechos y perpetuando la pobreza, ya que en el futuro es muy probable que no logren
mejores condiciones de vida.

2.3. Clasificación del trabajo infantil


 Agrícola Incluye actividades de pesca, silvicultura, recolección de siembra,
ganadería.
 Urbano Vendedores ambulantes, ayudantes en comercios informales,
recolectores de basura, limpia parabrisas.
 Doméstico Realizar labores del hogar en casa de un tercero, como limpiar, lavar,
cocinar, etc.
 Turístico Servicios personales, limpieza, mandaderos, etc.
7
Recuperado de Definición ABC, disponible en línea: http://www.defini-cionabc.com/social/trabajo-
infantil.php
6

 El sector de la industria comprende las minas y canteras, la manufactura, la


construcción, y los servicios públicos (electricidad, gas y agua).

2.4. Causas del Trabajo Infantil


Las causas que originan este fenómeno social son diversas, pero para el autor Bryson
(2004), el principal factor lo constituye la pobreza por el hecho de que los padres no
poseen los suficientes recursos para suplir a sus hijos de las necesidades básicas, por
lo que mandarlos a trabajar les genera una entrada de dinero extra para amortiguar su
situación.

Sin embargo, el documento “Thesmallhands of slavery”, producido por Human Rights


Watchchildrenproject (1996), agrega otros factores determinantes como son la tradición
del trabajo a temprana edad arraigada en muchos países, un sistema educacional
desigual, la poca oportunidad de empleo para los adultos, la corrupción, deficiencia de
los Estados y la apatía social.

Otros agentes que hacen a un niño más propenso a realizar labores remuneradas, es
la estructura familiar: cuanto mayor es el número de hijos, mayor será la posibilidad de
que seleccionen a unos cuantos para ir a la escuela y a otros y otras para salir a
trabajar.8

La existencia de estas diferentes realidades que le dan paso al trabajo infantil,


convierten su erradicación en una meta compleja de lograr, porque este tiene su raíz en
los problemas más antiguos y persistentes en el mundo, como son la pobreza y la
desigualdad. Además, eliminarlo requeriría una transformación desde las
organizaciones estatales hasta la visión cultural de la sociedad.

A esta afirmación se suma el hecho de que los hogares nucleares son menos
propensos a tener niños trabajando en las calles, mientras que los familias mono
parentales y con gran número de integrantes son más proclives a sucumbir ante el

8
Castells, Manuel. Era de la información: economía, sociedad y cultura, 2004.
7

trabajo infantil; y se agrega la importancia del nivel educacional de los padres, mientras
más bajo sea, menos valorización le dará a que sus hijos asistan a la escuela.9

Esto se debe a que en una familia integrada por un sólo padre, las ganancias
económicas hacia el hogar son más reducidas, además del tiempo disponible del adulto
para cuidar de sus hijos, por lo que muchos niños tienen que asumir roles de adultos y
trabajar para conseguir dinero y ayudar con la manutención de su hogar.

Otra causa que hace de la mano de obra infantil demandada, es que ellos son
buscados como empleados, no sólo porque se les paga menos dinero, sino también
porque aún no conocen de manera adecuada los derechos que les corresponden,
suelen ser menos problemáticos, están más dispuestos a aceptar órdenes y son más
fiables.10

Según con las causas expuestas, los factores que dan paso al trabajo infantil se
pueden resumir de la siguiente manera:

Cuadro No. 1- Causas del trabajo infantil


 Situación de pobreza

 Deficiencia de los Estados de suplir las necesidades básicas a


sus ciudadanos.

 Estructuración familiar: -Familia formada por muchos hijos.

Familiamonoparental

 Desigualdad social.

 La mano de obra infantil es más barata, más fiable y menos


conflictiva.

 Alto nivel de desempleo en los adultos

9
Mier y Teran (2005), Human Rights Watch children project (1996), Bryson (2004).
10
Castells, Manuel. Era de la información: economía, sociedad y cultura, 2004.
8

 Apatía social ante la problemática.

 Nivel de educación de los padres.


Fuente: Elaboración propia a partir de las informaciones: Castells (2004),
Mier y Teran (2005), Human Rights Watch children project (1996), Bryson (2004).

De acuerdo con el tipo de actividad en que laboren los individuos menores de edad y
en la zona donde lo ejecuten, el trabajo infantil tiene diferentes clasificaciones: urbano,
agrícola y doméstico. Cada una de estas actividades posee sus propias causas y
consecuencias.

Los trabajos que realizan los niños en la zona rural en actividades como pesca,
ganadería, silvicultura y recolección de siembra, pertenece al trabajo agrícola; mientras
que el realizado en la ciudades, que incluye labores domésticas, ayudantes o peones,
comerciantes o vendedores ambulantes, pertenece al trabajo urbano.11

OIT, sin embargo, estableció el trabajo doméstico como una clasificación particular
(2008), el cual consiste en que los niños y niñas sean llevados a casas de terceros para
realizar labores del hogar, como lavar, planchar, cocinar, fregar, limpiar, etc.

Otra categoría que incluye Bryson (2004), es el trabajo turístico, donde las personas
menores de edad realizan servicios personales, de mandados, limpieza e incluso
pueden ser explotados sexualmente.

2.5 Consecuencias del trabajo infantil


Como se estableció anteriormente, el trabajo infantil es considerado una problemática
social por el impacto negativo que posee tanto en los niños, niñas y adolescentes como
en la sociedad; pero sus consecuencias dependen del tipo de labor que lleven a cabo.
En las zonas rurales los niños y niñas, por lo regular, trabajan en los predios o negocios
familiares, mientras que en las urbanas las labores son realizadas lejos del ambiente

11
Mier y Teran (2005), Human Rights Watch children project (1996), Bryson (2004).
9

familiar, por lo que los individuos menores de edad pueden estar expuestos a mayores
peligros.12

Sin embargo, esto no significa que en las zonas rurales los niños y niñas corren menos
peligro que en la urbana; las actividades agrícolas les pueden ocasionar heridas por la
manipulación de objetos cortantes, intoxicación con pesticidas o abonos, insolación y
deshidratación por estar expuesto al sol por mucho tiempo (Hobbs, 1999), mordeduras
de animales y trato abusivo por parte de sus patrones (Bryson, 2004).

Entre las consecuencias del trabajo urbano están los accidentes de tránsito, la
influencia de malas compañías que los pueden inducir al consumo de alcohol o drogas
(Hobbs, 1999), la represión y maltrato policial, maltrato verbal y físico (UNICEF &
PROFAMILIA, 1992).

Estas consecuencias hacen referencia tanto a los aspectos físicos como al aspecto
psicológico, el cual es crucial en el desarrollo saludable de un niño, niña o adolescente,
porque se pueden ver afectados por sentimientos de desprotección, por los maltratos
verbales y el estrés de tener que producir dinero.

Pero una de las mayores consecuencias que conlleva el trabajo infantil es que las
personas menores de edad tengan un bajo rendimiento académico o que incluso se
vean en la necesidad de abandonar sus estudios escolares.

Becker (1983), señala que existe una relación entre conocimiento educacional y
retribución salarial: cuando una persona recibe un mayor nivel educacional, tiene un
mayor porcentaje de posibilidad de recibir un mejor salario que quien tiene un bajo
grado de capacitación. De igual manera OIT afirma, en su portal digital, que la pérdida
promedio de dos años de escolaridad a largo plazo significa un 20 por ciento menos de
salario durante toda su vida adulta.

12
Mier y Teran (2005), Human Rights Watch children project (1996), Bryson (2004).
10

Estas dos posturas permiten deducir que el trabajo infantil se puede convertir en un
círculo vicioso de la pobreza: cuando una familia de escasos recursos decide enviar a
un hijo o hija a trabajar, dejando de lado su preparación académica, está criando un
adulto que tendrá menos posibilidades que sus iguales de obtener un trabajo que le
reporte suficientes ganancias económicas para moverse socialmente, lo que hará que
permanezca en el último escalón de la pirámide social.

La actividad laboral a temprana edad incide negativamente en el desarrollo físico,


psíquico, educativo y social de los niños y niñas, así como en el desarrollo de la
comunidad en su conjunto.

Todas las formas de trabajo infantil son de algún modo perjudiciales para los niños y
niñas. En algunos casos, estas consecuencias negativas pueden verse rápidamente,
pero en otros actúan lenta y silenciosamente.

El trabajo infantil le impide al niño gozar plenamente, entre otros, de sus derechos a la
educación, al juego y a la salud. Cuando un niño o niña debe trabajar para subsistir,
está sacrificando su futuro y comprometiendo las posibilidades de desarrollo a la vez
que reproduce el círculo vicioso de la pobreza.

Para poder actuar sobre esta problemática es importante analizar de qué modo el
trabajo vulnera estos derechos de niños y niñas. En este apartado destacamos el
impacto del trabajo en la educación, la salud y el juego.

2.6 Vínculos entre pobreza y trabajo infantil

La pobreza se considera como una de las principales causas del trabajo infantil,
aunque no es la única causa. En varios países de la región se ha observado que la
tasa de trabajo infantil es el doble en los hogares de extrema pobreza comparada con
la de los hogares no pobres.
11

En consecuencia es pertinente examinar la relación entre la pobreza y el trabajo infantil


para comprender la dinámica de este fenómeno, precisamente a propósito de esta
nueva medición. La hipótesis es que si los índices de pobreza del país aumentan o
disminuyen, y no se ejecutan políticas públicas de prevención y erradicación, entonces
cabría esperar un comportamiento similar de los indicadores relativos al trabajo infantil.

Sauma (2007), al examinar la relación entre pobreza y trabajo infantil para el caso de
América Latina, encontró una clara correlación positiva: “las mayores tasas de trabajo
infantil se presentan en los países con mayores niveles de pobreza y viceversa. Si bien
el coeficiente de correlación es de 0,54, es posible afirmar que el fenómeno del trabajo
infantil en América Latina se asocia directamente con la pobreza en una dimensión
global”.13

Sin embargo, hay que señalar que los estudios realizados hasta el presente no han
podido encontrar suficiente evidencia para establecer una relación entre la reducción
del trabajo infantil y el crecimiento económico; por ejemplo, Edmonds (2005), en un
estudio realizado en Vietnam concluye que el incremento en el gasto per cápita puede
explicar 80% de la reducción del trabajo infantil que ocurre en familias cuya mejora en
el nivel de ingresos les permite moverse por encima de la línea de pobreza9, pero no
encontró suficientes evidencias para confirmar que la reducción del trabajo infantil
pudiera tener relación con el crecimiento económico.

La República Dominicana, por ejemplo, ha registrado un proceso de crecimiento


económico sostenido durante los últimos 50 años. La actividad económica es hoy 12
veces más grande que en 1960 y ha crecido a una tasa de 5,4% de promedio anual en
los últimos 48 años (PNUD, 2010); sin embargo, la tasa de pobreza se mantiene,
incluso, al 2009, aumentó con respecto a la estimada para el año 2000.

En relación con los índices de pobreza y de pobreza extrema (pobreza monetaria,


línea CEPAL), en octubre del año 2000 fueron estimados en 39,5% y 14,6%,
13
Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR 2009-2010) Dinámica del trabajo
infantil en la República Dominicana, 2011, Segunda Edición.
12

respectivamente; para el mismo mes, pero del año 2009, tales tasas se situaron en
47,8% y 19,5% 10. Estas cifras indican un retroceso importante con respecto al año
2000.

Aunque la conclusión de Sauma requiere de mayores pruebas empíricas, y por


supuesto, incluir en los análisis otras variables que pudieran estar produciendo efectos
sobre el incremento o disminución de las tasas de trabajo infantil, si se parte de esa
conclusión, conforme la dinámica de los indicadores de pobreza en la República
Dominicana, y bajo el supuesto de que no se hayan puesto en operación políticas
públicas generales y específicas de prevención y erradicación del trabajo infantil, cabe
esperar cifras porcentuales relativas al trabajo infantil superiores a las encontradas en
el año 2000.

Las políticas de prevención y erradicación del trabajo infantil se impulsan bajo la


premisa de que deberían tener un impacto positivo en la reducción de la presencia del
fenómeno, aún cuando los índices de pobreza no muestren mejoría. También es
comprensible que tales políticas tendrían mayores efectos si precisamente los índices
de pobreza disminuyen.14

2.7 Trabajo infantil y educación


La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CDN) aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989 ha sido ratificada por todos los
países de la región de América Latina y en la mayoría de ellos ha sido incorporada a la
normativa interna a través de reformas legales a las Constituciones de cada Estado.

La concepción de educación emanada de la Convención engloba dimensiones de


calidad y equidad, igualdad en materia de género, salud y nutrición, no discriminación,
participación de los grupos familiares y de la comunidad (Convención de los Derechos
del Niño, arts. 2, 3, 6, 12, 28 y 29).

14
Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR 2009-2010) Dinámica del trabajo
infantil en la República Dominicana, 2011, Segunda Edición.
13

La educación se constituye así en una de las más importantes herramientas que


tenemos para prevenir y erradicar el trabajo infantil. La relación entre éste y la
escolaridad tiende a ser excluyente, afectando sobre todo a los niños y niñas más
pobres

La escuela constituye un espacio fundamental para los niños. Allí se produce el


encuentro con amigos, el juego, el aprendizaje de pautas de comportamiento y de
saberes socialmente útiles. Los niños y niñas que trabajan lo saben: en la escuela
tienen tiempo de ser niños.

Diversos estudios han demostrado que la mayor parte de los niños y niñas trabajadores
asisten o asistieron alguna vez a la escuela. Y la escuela es para ellos un espacio
altamente significativo, para la socialización y la apropiación de ciertos saberes
elaborados.

Sin embargo, la trayectoria educativa de los niños de los sectores más vulnerables, y
especialmente de aquellos que trabajan, con frecuencia no es exitosa. Por el contrario,
su paso por la escuela se caracteriza por las dificultades para asistir a ella con
regularidad, los bajos logros en el aprendizaje, el fracaso escolar y, finalmente, el
abandono. Como se puede observar en los gráficos, los niños de 5 a 13 años que
trabajan tienen más posibilidades de repetir un grado que aquellos que no trabajan.

El trabajo obstruye la trayectoria educativa porque ocasiona fatiga y dificultades para


concentrarse en clase, inasistencias reiteradas y llegadas fuera de horario, falta de
tiempo para realizar tareas escolares y bajo rendimiento, disminución de la autoestima,
entre otros problemas.15
Sin duda, el trabajo infantil se constituye en una interferencia sustancial para el
desarrollo positivo de la escolaridad. Pero esta interferencia no debe enfocarse como
un problema de elección individual o familiar: son las instituciones públicas las
responsables de garantizar el derecho de todos los niños a una educación de calidad.
15
Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR 2009-2010) Dinámica del trabajo
infantil en la República Dominicana, 2011, Segunda Edición.
14

Existe una fuerte vinculación entre el trabajo infantil, el fracaso escolar y la pobreza.
Los niños y niñas que trabajan tienen menos oportunidades de obtener una educación
de calidad, lo que luego les quita oportunidades de ocuparse en trabajos calificados y
bien remunerados; este círculo se cierra cuando se reproducen las condiciones de
pobreza que originaron su inserción prematura en el mundo del trabajo

La escuela pública es el único espacio común a todos los sectores sociales capaz de
promover la integración de los niños y niñas a la sociedad mediante la apropiación de
conocimientos socialmente significativos. Juntos podemos trabajar para que todos los
niños logren apropiarse de las pautas de socialización y habilidades instrumentales
básicas para la participación plena en la comunidad. Es preciso reconocer la
importancia de la educación como la mejor oportunidad para que los niños y niñas en
edad escolar se alejen de los trabajos.

2.8 Trabajo infantil y juego


Comer, dormir y jugar son tres necesidades básicas para todos los niños y niñas. Las
dos primeras resultan obvias; la tercera, en cambio no siempre se comprende y en
algunos casos se menosprecia. Este error nace del desconocimiento de la importancia
del juego y el esparcimiento para el crecimiento físico y mental del individuo.

La Nación Argentina, al igual que otros estados que han ratificado la Convención de los
Derechos del Niño, reconoce el derecho de todos los niños y niñas al descanso, al
esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad, así como el
derecho a participar de las actividades culturales y las artes (artículo 31).

El juego es una expresión de libertad. Es espontáneo y voluntario. Sin embargo tiene


una cantidad enorme de implicancias en el desarrollo infantil. Jugar produce placer y
disfrute, transporta a un tiempo y espacio únicos que el sujeto puede dominar por ser
su creador.
15

El juego acontece a partir de experiencias previas, como manera de aprehender el


mundo, posibilitando la construcción de la subjetividad y permitiendo descubrir al otro y
redescubrirse a uno mismo en nuevos lugares. Los seres humanos juegan desde
épocas remotas. En muchas comunidades primitivas el juego formaba parte de las
actividades diarias de grandes y chicos. El hombre intentó, por medio de juegos y
rituales, dar explicaciones a fenómenos que no comprendía: la vida, la muerte, las
lluvias, el sol. Otras veces fue un modo de prepararse para situaciones que la realidad
exigía: juegos de ataque y defensa, de persecución. El ocio, lejos de ser un tiempo
perdido, representaba en la antigüedad el espacio para el ejercicio de la libertad, a
diferencia del trabajo, que era tarea exclusiva de los esclavos.

Con el advenimiento de la modernidad se invirtieron los valores sociales en relación al


ocio y al tiempo libre; se empezó a considerar un tiempo perdido, no productivo. El
capitalismo industrial convirtió el trabajo en un presupuesto para la integración social y
en un requisito para el desarrollo de la economía y, a partir de allí, la historia individual
y social tendió a ser considerada principalmente desde de la óptica del trabajo.

En cuanto a los adultos, el juego fue condenado a la “clandestinidad” o, a lo sumo, a


rituales pautados en los que se escenifican y ponen en juego emociones y sentimientos
vedados para otros espacios públicos y sociales. La organización y el autocontrol de
las emociones que se exige en el mundo del trabajo presenta como contrapartida
espacios restringidos y delimitados de esparcimiento, como el teatro, el cine, el fútbol,
etc., donde la emoción retoma su protagonismo. Por el contrario, los niños tuvieron en
general mayor libertad y licencia para jugar y manifestar sus emociones, que fueron
vistas siempre como partes inherentes a su crecimiento y desarrollo.

En el caso de los niños que deben trabajar, este derecho se encuentra restringido: las
largas horas dedicadas al trabajo, el cansancio, las enfermedades, entre otros factores,
terminan interrumpiendo el ejercicio del juego. Así, el trabajo y la necesidad de
supervivencia también le robaron el juego a la infancia. Cuando un niño juega mientras
trabaja juega como “adulto” y no puede jugar como “niño”.
16

Sin embargo, es impensable la vida de un niño o niña sin juego. Los juegos son parte
fundamental de la infancia. Proveen a los niños estímulos para el desarrollo de sus
procesos inteligentes, y les permiten elaborar sus emociones, actúan como espacios de
socialización y solidaridad, ayudan al pensamiento creativo.

La práctica del jugar es una actividad fundante, necesaria y propia del ser humano. El
niño se constituye con el juego, transita su vida por diferentes experiencias lúdicas en
los ámbitos familiares, educativos y recreativos. Todas ellas aportan a su crecimiento,
su desarrollo y a sus modos de establecer vínculos con aquellos que lo rodean.

Las actividades lúdicas se plantean como condición para la socialización. Mediante su


práctica, el niño incorpora normas, valores y costumbres, propios del contexto en el que
se desarrolla.

2.9 Situación del trabajo infantil en República Dominicana


En el libro “Child labor: a global view” de 2004, se realizó un informe sobre la situación
del trabajo infantil en diferentes países de América Latina, entre los que se encontró
República Dominicana.

Según este informe, los niños que se dedican al trabajo infantil en República
Dominicana se dividen un 50 por ciento en actividades agrícolas, un 32 en servicios y
gobierno y el otro 18 por ciento en industrias.

El estudio nacional ENTI (2000) coincide con este resultado, y afirma que de los 436
mil niños que trabajaban al momento de la encuesta, la proporción de menores que
laboran en la zona urbana y rural es prácticamente igual, incluso se observa que
empieza a tener mayor fuerza en las ciudades.

Los varones representan el gran porcentaje, 74.5 por ciento, de los individuos menores
de edad que trabajan fuera de las casas, mientras que las niñas permanecen en el
17

trabajo doméstico en sus propios hogares o casas de terceros. El mayor porcentaje que
asiste a las escuelas se encuentra en la zona urbana con un 94 por ciento, mientras
que en la zona rural sólo el 32 por ciento de los niños y niñas que laboran, acuden
también a la escuela (Bryson, 2004).

Esto demuestra que cerca de la mitad de los niños y niñas que trabajan reciben
educación formal, aunque según los resultados de la encuesta ENTI, para las clases
económicas que conforman la base de la pirámide social el logro académico no
representa el principal mecanismo de movilidad social y es por eso que en estos
sectores no existe una alta presión para que las personas menores de edad asistan a
la escuela.

En las conclusiones del documento Global View, se recomendó que para lograr la
erradicación del trabajo infantil en República Dominicana se debe luchar contra las
persistentes actitudes culturales que motivan la existencia de este fenómeno, como son
los estereotipos sobre las funciones del hombre y la mujer; también afirman que como
la pobreza es la raíz de este mal, es a ella a la que hay que atacar, además de
incrementar los niveles educacionales y contrarrestar los patrones culturales a favor del
trabajo infantil.

Empero, resultados de la encuesta ENTI manifiestan que un 60 por ciento de la


sociedad dominicana se muestra tolerante al trabajo infantil, siendo las clases C y D las
que muestran mayor respaldo a esta actividad. A esto se suma que para la muestra
investigada el trabajo infantil ocupa el sexto lugar en nivel de prioridad entre ocho
problemáticas sociales más.

Con estas revelaciones se expone que aún el trabajo infantil no es concebido por la
sociedad dominicana como un fenómeno de prioridad y sobre el cual se debe tener una
tolerancia 0. Tal como se mencionó en el documento de Bryson (2004), todavía
persisten las tradiciones culturales que reconocen el trabajo como un valor positivo, a
pesar de que sea ejercido por una persona menor de edad.
18

Resumiendo estos estudios, la situación del trabajo infantil en la República Dominicana


se manifiesta de la siguiente forma:

Cuadro #2 Situación del trabajo infantil en República Dominicana


Del 100 por ciento de niños y niñas que trabajan, un 50 por ciento se concentra
en las zonas agrícolas y el restante 50 se divide entre el trabajo en las
industrias y labores informarles en la zona urbana.

Las niñas son más propensas a labores domésticas, mientras que los varones
se dedican a trabajar fuera del hogar.

Cerca de la mitad de los niños que trabajan asisten a las escuelas y el gran
porcentaje que lo hace pertenece a las zonas urbanas.

Los integrantes de la pirámide de las clases sociales, no valoran la importancia


de la educación, por lo que son más propensos a priorizar el trabajo de sus
hijos que la escuela.

Al igual que en los demás países del mundo, en República Dominicana la


pobreza es la principal causa de este fenómeno social.

Aún existen patrones culturales que conciben el trabajo infantil como una
actividad inofensiva.

El trabajo infantil no es una problemática de prioridad para la sociedad


dominicana.
Fuentes: Elaboración a partir de las informaciones de: ENTI (2000); Child labor: global
view (Bryson, 2004).
19

2.10 Tendencias del trabajo infantil en la República Dominicana

El primer estudio especialmente focalizado en la medición del fenómeno del trabajo


infantil en la República Dominicana se realizó en el año 2000 con la Encuesta Nacional
del Trabajo Infantil (ENTI 2000) patrocinada por el IPEC. En ese año se estimó en 436
mil los niños y adolescentes con edades entre 5 y 17 años que realizaban actividades
consideradas en su momento como trabajo infantil, para una tasa de 18%. Esa cifra, si
se utiliza la definición establecida en la Resolución de la CIET, corresponde a la
categoría de niños y adolescentes ocupados en la producción económica.

En el año 2000, la población de 5 a 17 años fue estimada en 2,4 millones, equivalente


al 28,6% del total nacional. Para el año 2009, dicha población era de 2,5 millones que
representa el 25,8% de la población total del país. Esto supone alrededor de 116 mil
niños y adolescentes más de los estimados para el año 2000, para un incremento de
4% de esa cohorte. Sin embargo, aunque nominalmente existen más niños y
adolescentes pertenecientes al grupo de edad considerado, en términos porcentuales
se registra una tendencia a la reducción del tamaño de la cohorte con respecto a la
población total estimada al 2009: la disminución fue de 3,6 puntos porcentuales.

Asumiendo que para la estimación del número y tasa del trabajo infantil del año 2000,
se utilice la categoría de niños y adolescentes ocupados en la producción económica,
se puede observar que nueve años después, se registra una disminución de 55 mil con
respecto al número de ocupados registrado por la ENTI 2000. Esa cifra representa un
descenso de un 12,6% con respecto a la tasa del año 2000.

De acuerdo a los grupos de edades, la tasa de ocupados en la producción económica


muestra que, tanto en el grupo de 5 a 13 como en el de 14 a 17 años, se produjo una
disminución. En el caso del primer grupo, la tasa de redujo en 2,8 puntos porcentuales
(un 20,7%), y la del segundo en 4,1 puntos porcentuales que equivalen a un
disminución de 13,8% (ver Gráfico 3.1). Una lectura apropiada de estos datos indica
que a pesar de que en números absolutos, la reducción en la tasa del grupo uno es
20

menor que la del grupo de 14 a 17 años, en términos relativos, la caída en el primero


es un poco menos del doble con respecto a la de éste último. Esta reducción mayor en
el grupo de 5 a 13 años pudiera estar asociada al impacto de las acciones
desarrolladas en el país en materia de prevención y erradicación del trabajo infantil y
por la mejoría en las tasas de cobertura escolar de la educación básica.

La encuesta ENHOGAR 2006 había reportado que el 13,4% de los niños y


adolescentes de 10 a 14 años había trabajado la semana anterior a la entrevista. Ese
porcentaje es el resultado de la tabulación de la pregunta “en los últimos siete días
¿realizó alguna actividad para conseguir dinero, alimentos o algún pago en especie?
La respuesta positiva a esa misma pregunta en la encuesta ENHOGAR 2009-2010 fue
11,9%; sin embargo, cuando se aplica la pregunta “filtro” “¿tienes un trabajo, negocio o
realizas otro tipo de actividad económica o agrícola a la que seguramente regresarás?”
y tomando en cuenta al grupo de edad de 5 a 17 años, el porcentaje sube a 15%
(ocupados en la producción económica). La respuesta a la misma pregunta formulada
por ambas encuestas, podría confirmar una reducción en la participación laboral de los
niños y adolescentes.

No obstante la reducción, la tasa de niños y adolescentes ocupados en la producción


económica es 1,7 puntos porcentuales más alta que el promedio registrado en América
Latina y el Caribe, que para el año 2008 fue estimada en 13,4%; la de los niños y
adolescentes en trabajo infantil es de 2,2% por encima del promedio de la región, que
fue calculada en un 10% para el año 2008.16

16
OIT (2010). Intensificar la lucha contra el trabajo infantil. Informe global con arreglo al seguimiento de
la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. (Ginebra).
21

Capítulo III: Instrumentos Internacionales y Nacionales que Regulan


el Trabajo Infantil

3.1.- Convenios y Tratados Internacionales sobre Trabajo Infantil

3.1.1 Declaración Universal de los Derechos Humanos


3.1.2 Pacto Internacional de los Derechos Económicos, sociales y culturales
(PIDESC)
3.1.3 Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos
3.1.4 Convención de los derechos del Niño
3.1.5 Objetivos del Milenio 2000
3.1.6 Convenio 138 OIT: sobre la edad mínima de admisión al empleo
3.1.7 Convenio 182 OIT: sobre la eliminación de las peores formas de trabajo infantil

3.2. Legislación Nacional


3.2.1 Constitución de la República Dominicana
3.2.2 Código para la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes
3.3.3 Código de Trabajo de la República Dominicana
3.3.4 Ley No. 87-01 sobre Seguridad Social:
3.2.3 Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos
22

Capítulo III: Instrumentos Internacionales y Nacionales que Regulan


el Trabajo Infantil

3.1. Convenios y Tratados Internacionales sobre Trabajo Infantil


Debido a que los niños, niñas y adolescentes son el sector más vulnerable de la
sociedad, los Estados y organismos internacionales han creado normas y mecanismos
para protegerlos de los diferentes riesgos que pueden perturbar su desarrollo sano
hacia la adultez.

Los instrumentos internacionales vinculantes –tratados, pactos, convenciones- imponen


obligaciones jurídicas a los Estados que los han ratificado. Por lo tanto, obligan a los
Estados Partes a garantizar la aplicación efectiva del acuerdo a nivel nacional. Los
instrumentos internacionales no vinculantes –declaraciones, recomendaciones,
resoluciones- establecen directrices y principios e imponen obligaciones a los Estados,
las cuales entran a nuestro ordenamiento jurídico por el bloque de constitucionalidad.

3.1.1 Declaración Universal de los Derechos Humanos


Con relación La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), fue el primer
instrumento internacional en reconocer formalmente el derecho humano a la
alimentación en el marco del derecho a un nivel de vida adecuado (artículo 25) 17. A
partir de ahí, el derecho a la alimentación o algunos aspectos de este derecho se ha
ido incorporando a diversos instrumentos de derechos humanos vinculantes y no
vinculantes, tanto a nivel internacional como regional. (FAO, 2010).

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es un documento


declarativo adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su
Resolución 217 A (III), el 10 de diciembre de 1948en París; en ésta se recogen en sus

17
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la
salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad,
invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad.
La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos
de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.
23

30 artículos los Derechos Humanos considerados básicos, a partir de la carta de San


Francisco de 1945.

La unión de esta declaración y los Pactos Internacionales de Derechos Humanos y sus


Protocolos comprende lo que se ha denominado la Carta Internacional de Derechos
Humanos. Mientras que la Declaración constituye, generalmente, un documento
orientativo, los Pactos son tratados internacionales que obligan a los Estados firmantes
a cumplirlos.

En diversas convenciones, tratados, declaraciones y resoluciones internacionales de


derechos humanos se han reiterado los principios básicos de derechos humanos
enunciados por primera vez en la Declaración Universal de Derechos Humanos, como su
universalidad, interdependencia e indivisibilidad, la igualdad y la no discriminación, y el
hecho de que los derechos humanos vienen acompañados de derechos y obligaciones por
parte de los responsables y los titulares de éstos. En la actualidad, todos los Estados
Miembros de las Naciones Unidas han ratificado al menos uno de los nueve tratados
internacionales básicos de derechos humanos, y el 80% de ellos ha ratificado al menos
cuatro de ellos, lo que constituye una expresión concreta de la universalidad de la DUDH y
del conjunto de los derechos humanos internacionales. ONU: Fundamento de las normas
internacionales de derechos humanos.

La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), se refiere al derecho del


niño en cuanto al trabajo infantil en los siguientes articulados:

Artículo 6
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad
jurídica.

Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a
obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la
organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos,
sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Artículo 23
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones
equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria,
que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y
que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección
social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus
intereses.
24

Artículo 24
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.18

3.1.2 Pacto Internacional de los Derechos Económicos, sociales y


Culturales (PIDESC).

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales(ICESCR, por su


sigla en inglés) es un tratado multilateral general que reconoce Derechos económicos,
sociales y culturales y establece mecanismos para su protección y garantía. Fue
adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución
2200A (XXI), de 16 de diciembre de 1966 y entró en vigor el 3 de enero de 1976. Se
compromete a las partes a trabajar para la concesión de los derechos económicos,
sociales y culturales de las personas, incluidos los derechos laborales y los derechos a
la salud, la educación y un nivel de vida adecuado. A fecha del mes diciembre de 2008,
el Pacto tiene 160 partes.1 2 Otros seis países habían firmado, pero aún no ha ratificado
el Pacto.

El Pacto tiene sus raíces en el mismo proceso que condujo a la Declaración Universal
de Derechos Humanos (Declaración Universal y Continua, Declaración Viva, más sus
Equivalentes y/o Mejoras en la Continuidad) y fue aprobada el 10 de
diciembre de 1948.

Continúa en la redacción de la convención, pero seguía habiendo diferencias


significativas entre los miembros de las Naciones Unidas sobre la importancia relativa
de negativos Civiles y Políticos versus positivos Económicos, Sociales y
Culturales.4 Estos eventualmente causó la convención que se dividió en dos pactos,
"uno para contener los derechos civiles y políticos y el otro para contener económicos,
sociales y culturales". Cada uno contendrá también un artículo sobre el derecho de
todos los pueblos a la libre determinación.

18
Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), Adoptada y proclamada por la Resolución de la
Asamblea General 217 A (iii) del 10 de diciembre de 1948.
25

El primer documento se convirtió en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos, y el segundo, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. Los proyectos fueron presentados a la Asamblea General de Naciones
Unidas para el debate en 1954, y aprobó en 1966.

Artículo 6
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho a trabajar, que comprende el
derecho de toda persona a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo
libremente escogido o aceptado, y tomarán medidas adecuadas para garantizar este derecho.
2. Entre las medidas que habrá de adoptar cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto
para lograr la plena efectividad de este derecho deberá figurar la orientación y formación
tecnicoprofesional, la preparación de programas, normas y técnicas encaminadas a conseguir un
desarrollo económico, social y cultural constante y la ocupación plena y productiva, en
condiciones que garanticen las libertades políticas y económicas fundamentales de la persona
humana.

Artículo 9
Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la seguridad
social, incluso al seguro social.

Artículo 10
Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que:
1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental de la sociedad, la
más amplia protección y asistencia posibles, especialmente para su constitución y mientras sea
responsable del cuidado y la educación de los hijos a su cargo. El matrimonio debe contraerse
con el libre consentimiento de los futuros cónyuges.

2. Se debe conceder especial protección a las madres durante un período de tiempo razonable
antes y después del parto. Durante dicho período, a las madres que trabajen se les debe
conceder licencia con remuneración o con prestaciones adecuadas de seguridad social.

3. Se deben adoptar medidas especiales de protección y asistencia en favor de todos los niños y
adolescentes, sin discriminación alguna por razón de filiación o cualquier otra condición. Debe
protegerse a los niños y adolescentes contra la explotación económica y social. Su empleo en
trabajos nocivos para su moral y salud, o en los cuales peligre su vida o se corra el riesgo de
perjudicar su desarrollo normal, será sancionado por la ley. Los Estados deben establecer
también límites de edad por debajo de los cuales quede prohibido y sancionado por la ley el
empleo a sueldo de mano de obra infantil.

Artículo 11
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de
vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una
mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas
apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la
importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento.
2. Los Estados Partes en el presente Pacto, reconociendo el derecho fundamental de toda
persona a estar protegida contra el hambre, adoptarán, individualmente y mediante la
cooperación internacional, las medidas, incluidos los programas concretos, que se necesitan
para:
a) Mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos mediante la
plena utilización de los conocimientos técnicos y científicos, la divulgación de principios sobre
26

nutrición y el perfeccionamiento o la reforma de los regímenes agrarios de modo que se logren la


explotación y la utilización más eficaces de las riquezas naturales;
b) Asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en relación con las
necesidades, teniendo en cuenta los problemas que se plantean tanto a los países que importan
productos alimenticios como a los que los exportan.

Artículo 12
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del
más alto nivel posible de salud física y mental.
2. Entre las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el Pacto a fin de asegurar la
plena efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para:
a) La reducción de la mortinatalidad y de la mortalidad infantil, y el sano desarrollo de los niños;
b) El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente;
c) La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y
de otra índole, y la lucha contra ellas;
d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en
caso de enfermedad.19

3.1.3 Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos


El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (en adelante, «el Pacto») fue
aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas por resolución 2200 A
(XXI), de 16 de diciembre de 1966. Entró en vigor el 23 de marzo de 1976, de
conformidad con el artículo 49. Hasta el 30 de septiembre de 1996, 135 Estados
habían ratificado el Pacto o se habían adherido a él.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), junto con el Pacto


Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, constituye el paso
más importante para la incorporación de los derechos contenidos en la Declaración
Universal de Derechos Humanos a un régimen de obligaciones positivas,
vinculantes sobre los Estados. En su conjunto se conocen como la Carta
Internacional de Derechos. Aunque pasaron casi 30 años desde la adopción de la
Declaración Universal hasta la entrada en vigor de estos tratados, y numerosas
reglas de derecho internacional entraron en vigor antes que los Pactos, el PIDCP es
una herramienta central para conocer los parámetros del derecho internacional para
la protección de personas.

19
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1996). Adoptado y abierto a la
firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución 2200 A (XXI), de 16 de diciembre
de 1966. Entrada en vigor: 3 de enero de 1976, de conformidad con el artículo 27
27

Artículo 8
1. Nadie estará sometido a esclavitud. La esclavitud y la trata de esclavos estarán
prohibidas en todas sus formas.
2. Nadie estará sometido a servidumbre.
3. a) Nadie será constreñido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio;

Artículo 16
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad
jurídica.

Artículo 24
1. Todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, origen nacional o social, posición económica o nacimiento, a las
medidas de protección que su condición de menor requiere, tanto por parte de su familia
como de la sociedad y del Estado.
2. Todo niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y deberá tener un
nombre.
3. Todo niño tiene derecho a adquirir una nacionalidad.

3.1.4 Convención de los derechos del Niño

El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No
será objeto de ningún tipo de trata y no deberá permitirse al niño trabajar antes de una
edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se
dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación o
impedir su desarrollo físico, mental o moral.

La Convención sobre los Derechos del Niño es el primer instrumento internacional


jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos humanos: civiles,
culturales, económicos, políticos y sociales. En 1989, los dirigentes mundiales
decidieron que los niños y niñas debían de tener una Convención especial destinada
exclusivamente a ellos, ya que los menores de 18 años precisan de cuidados y
protección especiales, que los adultos no necesitan. Los dirigentes querían también
asegurar que el mundo reconociera que los niños y niñas tenían también derechos
humanos.

La Convención establece estos derechos en 54 artículos y dos Protocolos Facultativos.


Define los derechos humanos básicos que deben disfrutar los niños y niñas en todas
28

partes: el derecho a la supervivencia; al desarrollo pleno; a la protección contra


influencias peligrosas, los malos tratos y la explotación; y a la plena participación en la
vida familiar, cultural y social. Los cuatro principios fundamentales de la Convención
son la no discriminación; la dedicación al interés superior del niño; el derecho a la vida,
la supervivencia y desarrollo; y el respeto por los puntos de vista del niño. Todos los
derechos que se definen en la Convención son inherentes a la dignidad humana y el
desarrollo armonioso de todos los niños y niñas. La Convención protege los derechos
de la niñez al estipular pautas en materia de atención de la salud, la educación y la
prestación de servicios jurídicos, civiles y sociales.

Al aceptar las obligaciones de la Convención (mediante la ratificación o la adhesión),


los gobiernos nacionales se han comprometido a proteger y asegurar los derechos de
la infancia y han aceptado que se les considere responsables de este compromiso ante
la comunidad internacional. Los Estados parte de la Convención están obligados a la
estipular y llevar a cabo todas las medidas y políticas necesarias para proteger el
interés superior del niño.20

La Convención define al niño como ser humano desde la concepción hasta los 18 años
de edad. Establece que los Estados partes deben comprometerse a adoptar medidas
apropiadas para proteger al niño y niña contra toda forma de perjuicio o abuso, malos
tratos o explotación incluido el abuso sexual (Art. 19). También deben reconocer el
derecho del niño y niña a estar protegido contra el desempeño de cualquier trabajo que
pueda ser peligroso, entorpecer su educación o ser nocivo para su salud (Art. 32).

3.1.5 Reglas de Beijing

Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de


Menores (Reglas de Beijing). Adoptadas por la Asamblea General de las Naciones
Unidas, en su resolución 40/33 de 1985.

20
Disponible en línea en: http://www.unicef.org/spanish/crc/ fecha de consulta 07 de noviembre 2013,
hora: 3:34 p.m.
29

Los Estados Miembros procurarán, en atención a sus respectivos intereses generales,


promover el bienestar del menor y de su familia. Se esforzarán por crear condiciones
que garanticen al menor una vida significativa en la comunidad fomentando, durante el
periodo de edad en que el menor es más propenso a un comportamiento desviado, un
proceso de desarrollo personal y educación lo más exento del delito y delincuencia
posible.

3.1.5 Objetivos del Milenio 2000 y la explotación infantil

La explotación extrema, la violencia y el abuso pueden ser causas de muerte en


diversas etapas de la infancia. El matrimonio adolescente atenta contra la salud infantil
debido a que los hijos de madres muy jóvenes suelen ser más vulnerables a las
enfermedades durante los críticos años iniciales de sus vidas. Los conflictos armados
tienen consecuencias devastadoras para la supervivencia infantil.

De los 20 países con las tasas más elevadas de mortalidad de niños menores de cinco
años, 11 han sufrido conflictos armados desde 1990. Los niños y niñas que no reciben
cuidados de sus progenitores o que son separados de sus madres a edad temprana,
especialmente los que son alojados en instituciones por periodos prolongados, corren
mayor peligro de muerte temprana. La falta de atención a las discapacidades y el
cuidado inadecuado de los niños discapacitados pueden motivar un aumento del
riesgo de mortalidad infantil.

La Declaración del Milenio se refiere específicamente a la protección de la infancia


(véase el recuadro). Un análisis minucioso de los ODM indica que no es posible
conquista ninguno de ellos a menos que la protección de la infancia forme parte
integral de las estrategias y planes de programación. Si no se brinda protección a la
infancia ante las amenazas como la violencia en la escuela, el trabajo infantil, las
prácticas tradicionales nocivas, la falta de cuidado por parte de las madres y padres y
la explotación sexual, se desperdicia uno de los recursos más preciosos del mundo.
30

Mediante la prestación de servicios a los sectores más vulnerables y aislados de la


población se ayuda a garantizar la buena salud y el bienestar de todos, lo que resulta
indispensable para el logro de los Objetivos.21

3.1.6 Convenio 138 OIT: sobre la edad mínima de admisión al


empleo

En el mismo inciso está previsto que los países miembros cuya economía y medios de
educación estén suficientemente desarrollados podrán especificar inicialmente una
edad mínima de 14 años. Argentina ratifico este convenio haciendo uso de esta opción.
Se establece además que la edad mínima de admisión a todo tipo de empleo o trabajo
que por las condiciones en que se realiza pueda resultar peligroso para la salud, la
seguridad o la moralidad de los menores, no deberá ser4 inferior a los 18 años; es
posible autorizar a adolescentes de 16 años cuando la legislación nacional garantice
plenamente la salud, la seguridad y la moralidad de los adolescentes y que estos hayan
recibido instrucción o formación profesional adecuada y especifica en la rama de la
actividad correspondiente.22

"Este Convenio está dirigido a abolir efectivamente el trabajo infantil y a elevar


progresivamente la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo, con el objetivo
principal de garantizar que los niños, niñas y adolescentes puedan asistir a la escuela,
aprovechando plenamente la instrucción recibida"

3.1.7 Convenio 182 OIT: sobre la eliminación de las peores formas


de trabajo infantil
La mayor parte de los países han adoptado leyes que prohíben o imponen severas
restricciones al empleo y el trabajo de los niños, en gran medida, impulsados y guiados
por normas adoptadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Pese a
estos esfuerzos, el trabajo infantil sigue existiendo a escala masiva y en ocasiones

21
La Protección de la Infancia, los ODM y la Declaración del Milenio. Recuperado de: http://www.uni-
cef.org/spanish/protection/files/FactSheet_mdg_sp.pdf
22
Juan Manuel Cabrera, Jorge Alberto Díaz y Edgar Néstor Villafañe. El trabajo infantil desde las
representaciones sociales de los agentes pedagógicos de la Escuela Municipal Nº 2. Barrio Altos de
Choya, Catama, 2011
31

tiene lugar en condiciones deplorables, en particular, en el mundo en desarrollo. Este


fenómeno es infinitamente complejo, y a ello se debe que el progreso haya sido lento o
aparentemente inexistente. Es imposible hacerlo desaparecer de un plumazo.

No obstante, la base de una acción determinada y concertada debe ser una legislación
en la que se establezca la eliminación total del trabajo infantil como objetivo último de
las políticas y que establezca las consiguientes medidas para lograrlo, y en la que se
determinen y prohíban de manera explícita las peores formas de trabajo infantil que se
han de eliminar como prioridad.23

El convenio 182 de la OIT Refiere a las prácticas tales como la esclavitud infantil, el
trabajo forzoso, el tráfico de niños, la servidumbre por deudas, la condición de siervo, la
prostitución o pornografía y diversas formas de trabajo peligroso y explotador.

En la fundamentación de la norma se considera que la eliminación efectiva de las


peores formas de trabajo infantil, requieren una acción inmediata y general que tenga
en cuenta la importancia de la educación básica, gratuita y la necesidad de liberar de
todas esas formas de trabajo a los niños y niñas y asegurar su rehabilitación y su
inserción social, al mismo tiempo que se atiendan las necesidades de su familia.

3.2. Legislación Nacional


La protección de los niños y adolescentes, y en especial la erradicación del trabajo
infantil, tienen en la República Dominicana categoría constitucional. El artículo 56,
numeral 1, establece que “El Estado declara del más alto interés nacional la
erradicación de trabajo infantil y todo tipo de maltrato o violencia contra las personas
menores de edad. Los niños, niñas y adolescentes serán protegidos por el Estado
contra toda forma de abandono, violencia física, sicológica o moral, secuestro, abuso
sexual, explotación sexual y comercial, laboral, económica y contra trabajos riesgosos”.

23
http://www.ilo.org/ipec/facts/ILOconventionsonchildlabour/lang--es/index.htm
32

Además de la ratificación del Convenio núm. 138 y del Convenio núm. 182 de la OIT,
en el 2003 se aprobó el Código para el Sistema de Protección y los Derechos
Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes (CNNA/ Ley 136-03) que crea el
Sistema Nacional de Protección y Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y
Adolescentes, que incorpora el enfoque de la Convención sobre los Derechos del Niño,
y en 2004 se aprobó la Resolución núm. 52 del Secretario de Estado de Trabajo sobre
Trabajos Peligrosos e Insalubres para Menores de 18 años.24

3.2.1 Constitución de la República Dominicana


La Constitución de la República del año 2010, en su artículo 56.1 consagra el
compromiso del Estado por la erradicación del trabajo infantil, al establecer: “Se declara
del más alto interés nacional la erradicación del trabajo infantil y todo tipo de maltrato o
violencia contra las personas menores de edad. Los niños, niñas y adolescentes serán
protegidos por el Estado contra toda forma de abandono, secuestro, estado de
vulnerabilidad, abuso o violencia física, sicológica, moral o sexual, explotación
comercial, laboral, económica y trabajos riesgosos”. Esta afirmación pone a nuestro
texto sustantivo acorde con las posiciones más avanzadas en la materia y con los
instrumentos internacionales que hemos ratificado sobre erradicación del trabajo
infantil.

3.2.2 Código para la protección de los derechos de los niños, niñas


y Adolescentes (Ley 136-03)
El siete de agosto de 2003 se promulgó el Código para el Sistema de Protección y los
Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes (Ley 136-03), que tiene
como objetivo garantizar a todos los individuos menores de 18 años de edad el disfrute
pleno y efectivo de sus derechos fundamentales.

A través de este Código dedicado exclusivamente a la población infanto-juvenil se


busca responder a sus necesidades y a proteger sus derechos. Su IV capítulo lo dedica
a regular el trabajo infantil, donde se establece que “el Estado y la sociedad deben
24
Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR 2009-2010) Dinámica del trabajo
infantil en la República Dominicana, 2011, Segunda Edición, p. 38
33

elaborar y ejecutar políticas, planes, programas y medidas de protección tendentes a


erradicar el trabajo de los niños y niñas, especialmente los definidos como peores
formas de trabajo infantil. La familia debe contribuir al logro de este objetivo”.25

Dicha ley le adjudica un papel protagónico a la familia y sociedad en general, como


responsables de velar que los derechos de los menores no sean alterados, para que
así ellos puedan lograr llegar a la adultez en condiciones de igualdad. En el Artículo 40,
también se específica que cualquier persona que sea testigo de que se comete abuso
laboral contra un niño, niña o adolescente debe denunciarlo de inmediato a las
autoridades competentes, lo que le adjudica un papel activo a la sociedad en la
erradicación del trabajo infantil.

El Código para el sistema de protección y los derechos fundamentales de niños, niñas


y adolescentes. En su artículo 34, dispone que los niños, niñas y adolescentes tengan
derecho a la protección contra la explotación económica.
En la reforma constitucional del 2010, su Artículo 56 rectifica esta posición del Estado
Dominicano y establece que la familia, la sociedad y las organizaciones
gubernamentales tienen el deber de darle prioridad al bienestar de los menores, para
garantizar su sano crecimiento hacia la adultez. Incluso, en su primer inciso se “declara
de más alto nivel nacional la erradicación del trabajo infantil”, lo que demuestra que aún
a la fecha este fenómeno social sigue vigente en la sociedad dominicana.

3.3.3 Código de Trabajo de la República Dominicana


El Código de Trabajo, reglamenta el trabajo asalariado, esto es, la prestación de
servicios ejecutada en virtud de un contrato de trabajo, se hubiera acordado esto verbal
o escrito. El trabajo realizado por cuenta propia escapa a las disposiciones del Código
de Trabajo .El Código Trabajo regula el trabajo infantil en los artículos del 245 al 254,
los cuales establecen lo siguiente:
El artículo 245 prohíbe el trabajo de menores de catorce años. No obstante, en
beneficio del arte, de la ciencia o de la enseñanza, el Ministro de Trabajo, por medio
25
(Código para el Sistema de Protección y los Derechos fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes,
2003, pág. 13).
34

de permisos individuales, podrá autorizar que menores de catorce años puedan ser
empleados en espectáculos públicos, radio, televisión o de películas cinematográficas
como actores o figurantes.

Los menores de dieciséis años no pueden ser empleados ni trabajar de noche, durante
un período de doce horas consecutivas el cual será fijado por el Secretario de Estado
de Trabajo y que, necesariamente, no podrá comenzar después de las ocho de la
noche, ni terminar antes de las seis de la mañana. No están sujetos a las limitaciones
de este artículo los menores de dieciséis años que realicen trabajos en empresas
familiares en las que solamente estén empleados los padres y sus hijos pupilos. La
jornada laboral de dichos menores no puede exceder, en ninguna circunstancia, de séis
horas diarias.

Tambien exige dicha normativa a los menores de dieciséis años que pretenda realizar
labores en empresas de cualquier clase, acreditará su aptitud física para desempeñar
el cargo de que se trate con una certificación médica expedida gratuitamente por un
facultativo que preste servicios al Estado, al Distrito Nacional o a un municipio.

El empleador no puede emplear menores en negocios ambulantes sin autorización


previa del Departamento de Trabajo o de la autoridad local que ejerza sus funciones.
Se consideran negocios ambulantes: la venta, oferta de venta, colocación y distribución
de artículos, productos, mercancías, circulares, billetes de lotería, periódicos o folletos,
así como también limpieza de zapatos o cualquier otro tráfico realizado en lugares
públicos o de casa en casa

Los menores de catorce a dieciséis años pueden ser empleados en conciertos o


espectáculos teatrales hasta las doce de la noche, previa autorización del
Departamento de Trabajo o del representante local que ejerza sus funciones. Queda
tambien prohibido el empleo de menores de dieciséis años en trabajos peligrosos o
insalubres.
35

Existen algunas prohibiciones expresas para determinados trabajos en los cuales los
menores de dieciséis años puedan trabajar como es la mensajera en la distribución o
entrega de mercancías o mensajes y el expendio al detalle de bebidas alcohólicas.

El empleador que emplee menores está obligado a concederles las facilidades


adecuada s y compatibles con las necesidades del trabajador para que éste pueda
cumplir con sus programas escolares y asistir a escuelas de capacitación profesional.26

26
Ver artículos 245 al 254 del Código de Trabajo de la República Dominicana, Ley 16-92
36

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legislación dominicana. OIT/IPEC.

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