Capitulo II (Corregido) (V3) y Capitulo III
Capitulo II (Corregido) (V3) y Capitulo III
Capitulo II (Corregido) (V3) y Capitulo III
Capítulo II:
El trabajo infantil es una realidad que afecta a millones de niñas, niños y adolescentes
en todo el mundo. En 2002, aproximadamente 252 millones de niñas, niños y
adolescentes, de 5 a 17 años, se dedicaban en el mundo a alguna forma de actividad
económica, según el Programa de Información Estadística y de Seguimiento en Materia
de Trabajo Infantil (SIMPOC, por su sigla en inglés) de la OIT. El mayor número de
niñas y niños trabajadores de 5 a 14 años de edad, 127,3 millones, corresponde a la
región de Asia y el Pacífico. El África Subsahariana ocupa el segundo lugar, con 48
millones, y América Latina el tercero, con 17,4 millones.1
La Convención sobre los Derechos del Niño (1989), establece en su primer artículo que
“se entiende por niño todo ser humano menor de 18 años, salvo que, en virtud de la ley
que le sea aplicable, haya alcanzado antes de la mayoría de edad. Sin embargo, esta
etapa es más que un rango de edad, se refiere al estado de vida de un niño, a la
calidad de vida de esos años que determinarán gran parte de su vida adulta y como
ente social”. Es así como se establece en el documento Estado Mundial de la Infancia
2005, realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Así también lo especifica la investigación realizada por Canelón (1991)2, la cual reveló
que el desarrollo integral correcto de los niños y niñas está determinado por el grado de
protección y servicios básicos que les brinde su ambiente familiar, el tipo de influencia
de sus iguales o personas con las que comparten, el nivel de escolarización que
reciban y la nutrición que tengan durante esta etapa de su vida.
1
Barboza, Lourdes y Martínez, Teresa (2001). Compendio Niñez. Marco normativo de los derechos de la
niñez y la adolescencia en el Paraguay. Tomo I. Instrumentos jurídicos internacionales. Editorial AMAR,
Asunción, p. 17
2
Canelón, Juan Carlos (1991). Factores que afectan la formación del capital humano a temprana edad:
un estudio de campo. PUCMM. Santo Domingo.
3
más tarde ofrece la persona como adulto a la sociedad. Por tanto, si existen
condicionantes que intervienen con el sano desarrollo de ésta etapa, el individuo puede
enfrentar dificultades en su adultez.
El trabajo infantil tiene diferentes niveles de intensidad; por ejemplo, en países como la
India, Pakistán y Brasil existen industrias que son sostenidas por la mano de obra
infantil (Castells, 2004) y por otro lado están las labores que son concebidas como
normales por las sociedades, como son el caso de niños que laboran como
mandaderos, vendedores de periódicos o ayudantes de tiendas.4
Pero, indistintamente del tipo de actividad que realice el niño o niña, existen tres
motivos esenciales por los cuales el trabajo infantil debe ser rechazado: “por razones
de la edad mínima fijada en el país; por los peligros físicos, mentales o morales y las
labores denominadas peores formas de trabajo infantil”.5
3
Castells, Manuel. Era de la información: economía, sociedad y cultura, 2004.
4
Hobbs, Sandy, McKechnie. Child labor: a world history companion. (1999). Recuperado desde
http://books.google.com.do/books?id=LH30IGx2tlQC&pg=PP1&dq=%E2%80%9CChild+labor:
+a+world+history+companion&cd=1#v=onepage&q=&f=false
5
Organización Internacional del Trabajo. Presentación (2009). Recuperado desde
http://white.oit.org.pe/ipec/pagina.php?seccion=23
4
2.2. Conceptualización.
Existen diferencias considerables entre las numerosas formas de trabajo realizadas por
niños. Algunas son difíciles y exigentes, otras, más peligrosas e incluso reprobables
desde el punto de vista ético. En el marco de su trabajo, los niños realizan una gama
muy amplia de tareas y actividades.
Es necesario establecer que no todas las tareas realizadas por los niños deben
clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar. Por lo general, la participación
de los niños o los adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su
desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva. Entre
otras actividades, cabe citar la ayuda que prestan a sus padres en el hogar, la
colaboración en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario escolar o
durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo. Este tipo de actividades son
provechosas para el desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia; les
proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayuda a prepararse para ser miembros
productivos de la sociedad en la edad adulta.
El trabajo infantil “es la actividad que implica la participación de niñas y niños menores
de 15 años en la producción y comercialización familiar de los bienes no destinados al
autoconsumo o en la prestación de servicios a personas naturales o jurídicas que les
impidan el acceso, rendimiento y permanencia en la educación o se realicen en
ambientes peligrosos, produzcan efectos negativos inmediatos o futuros o se lleven a
cabo en condiciones que afecten el desarrollo psicológico, físico, moral o social de los
niños”.6
El trabajo infantil se refiere a cualquier trabajo o actividad que priva a los niños de su
infancia. En efecto, se trata de actividades que son perjudiciales para su salud física y
mental, por lo cual impiden su adecuado desarrollo. Recuperado de: (http://www.huma-
nium.org/es/trabajo-infantil/)
6
Barboza, Lourdes y Martínez, Teresa (2001). Op. Cit., p. 125
5
Se considera trabajo infantil a toda aquella actividad que lleven a cabo niños o niñas
para contribuir a la economía de su familia, o en su defecto, para procurarse su propia
supervivencia.7
El término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su
niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y
psicológico.
Otros agentes que hacen a un niño más propenso a realizar labores remuneradas, es
la estructura familiar: cuanto mayor es el número de hijos, mayor será la posibilidad de
que seleccionen a unos cuantos para ir a la escuela y a otros y otras para salir a
trabajar.8
A esta afirmación se suma el hecho de que los hogares nucleares son menos
propensos a tener niños trabajando en las calles, mientras que los familias mono
parentales y con gran número de integrantes son más proclives a sucumbir ante el
8
Castells, Manuel. Era de la información: economía, sociedad y cultura, 2004.
7
trabajo infantil; y se agrega la importancia del nivel educacional de los padres, mientras
más bajo sea, menos valorización le dará a que sus hijos asistan a la escuela.9
Esto se debe a que en una familia integrada por un sólo padre, las ganancias
económicas hacia el hogar son más reducidas, además del tiempo disponible del adulto
para cuidar de sus hijos, por lo que muchos niños tienen que asumir roles de adultos y
trabajar para conseguir dinero y ayudar con la manutención de su hogar.
Otra causa que hace de la mano de obra infantil demandada, es que ellos son
buscados como empleados, no sólo porque se les paga menos dinero, sino también
porque aún no conocen de manera adecuada los derechos que les corresponden,
suelen ser menos problemáticos, están más dispuestos a aceptar órdenes y son más
fiables.10
Según con las causas expuestas, los factores que dan paso al trabajo infantil se
pueden resumir de la siguiente manera:
Familiamonoparental
Desigualdad social.
9
Mier y Teran (2005), Human Rights Watch children project (1996), Bryson (2004).
10
Castells, Manuel. Era de la información: economía, sociedad y cultura, 2004.
8
De acuerdo con el tipo de actividad en que laboren los individuos menores de edad y
en la zona donde lo ejecuten, el trabajo infantil tiene diferentes clasificaciones: urbano,
agrícola y doméstico. Cada una de estas actividades posee sus propias causas y
consecuencias.
Los trabajos que realizan los niños en la zona rural en actividades como pesca,
ganadería, silvicultura y recolección de siembra, pertenece al trabajo agrícola; mientras
que el realizado en la ciudades, que incluye labores domésticas, ayudantes o peones,
comerciantes o vendedores ambulantes, pertenece al trabajo urbano.11
OIT, sin embargo, estableció el trabajo doméstico como una clasificación particular
(2008), el cual consiste en que los niños y niñas sean llevados a casas de terceros para
realizar labores del hogar, como lavar, planchar, cocinar, fregar, limpiar, etc.
Otra categoría que incluye Bryson (2004), es el trabajo turístico, donde las personas
menores de edad realizan servicios personales, de mandados, limpieza e incluso
pueden ser explotados sexualmente.
11
Mier y Teran (2005), Human Rights Watch children project (1996), Bryson (2004).
9
familiar, por lo que los individuos menores de edad pueden estar expuestos a mayores
peligros.12
Sin embargo, esto no significa que en las zonas rurales los niños y niñas corren menos
peligro que en la urbana; las actividades agrícolas les pueden ocasionar heridas por la
manipulación de objetos cortantes, intoxicación con pesticidas o abonos, insolación y
deshidratación por estar expuesto al sol por mucho tiempo (Hobbs, 1999), mordeduras
de animales y trato abusivo por parte de sus patrones (Bryson, 2004).
Entre las consecuencias del trabajo urbano están los accidentes de tránsito, la
influencia de malas compañías que los pueden inducir al consumo de alcohol o drogas
(Hobbs, 1999), la represión y maltrato policial, maltrato verbal y físico (UNICEF &
PROFAMILIA, 1992).
Estas consecuencias hacen referencia tanto a los aspectos físicos como al aspecto
psicológico, el cual es crucial en el desarrollo saludable de un niño, niña o adolescente,
porque se pueden ver afectados por sentimientos de desprotección, por los maltratos
verbales y el estrés de tener que producir dinero.
Pero una de las mayores consecuencias que conlleva el trabajo infantil es que las
personas menores de edad tengan un bajo rendimiento académico o que incluso se
vean en la necesidad de abandonar sus estudios escolares.
Becker (1983), señala que existe una relación entre conocimiento educacional y
retribución salarial: cuando una persona recibe un mayor nivel educacional, tiene un
mayor porcentaje de posibilidad de recibir un mejor salario que quien tiene un bajo
grado de capacitación. De igual manera OIT afirma, en su portal digital, que la pérdida
promedio de dos años de escolaridad a largo plazo significa un 20 por ciento menos de
salario durante toda su vida adulta.
12
Mier y Teran (2005), Human Rights Watch children project (1996), Bryson (2004).
10
Estas dos posturas permiten deducir que el trabajo infantil se puede convertir en un
círculo vicioso de la pobreza: cuando una familia de escasos recursos decide enviar a
un hijo o hija a trabajar, dejando de lado su preparación académica, está criando un
adulto que tendrá menos posibilidades que sus iguales de obtener un trabajo que le
reporte suficientes ganancias económicas para moverse socialmente, lo que hará que
permanezca en el último escalón de la pirámide social.
Todas las formas de trabajo infantil son de algún modo perjudiciales para los niños y
niñas. En algunos casos, estas consecuencias negativas pueden verse rápidamente,
pero en otros actúan lenta y silenciosamente.
El trabajo infantil le impide al niño gozar plenamente, entre otros, de sus derechos a la
educación, al juego y a la salud. Cuando un niño o niña debe trabajar para subsistir,
está sacrificando su futuro y comprometiendo las posibilidades de desarrollo a la vez
que reproduce el círculo vicioso de la pobreza.
Para poder actuar sobre esta problemática es importante analizar de qué modo el
trabajo vulnera estos derechos de niños y niñas. En este apartado destacamos el
impacto del trabajo en la educación, la salud y el juego.
La pobreza se considera como una de las principales causas del trabajo infantil,
aunque no es la única causa. En varios países de la región se ha observado que la
tasa de trabajo infantil es el doble en los hogares de extrema pobreza comparada con
la de los hogares no pobres.
11
Sauma (2007), al examinar la relación entre pobreza y trabajo infantil para el caso de
América Latina, encontró una clara correlación positiva: “las mayores tasas de trabajo
infantil se presentan en los países con mayores niveles de pobreza y viceversa. Si bien
el coeficiente de correlación es de 0,54, es posible afirmar que el fenómeno del trabajo
infantil en América Latina se asocia directamente con la pobreza en una dimensión
global”.13
Sin embargo, hay que señalar que los estudios realizados hasta el presente no han
podido encontrar suficiente evidencia para establecer una relación entre la reducción
del trabajo infantil y el crecimiento económico; por ejemplo, Edmonds (2005), en un
estudio realizado en Vietnam concluye que el incremento en el gasto per cápita puede
explicar 80% de la reducción del trabajo infantil que ocurre en familias cuya mejora en
el nivel de ingresos les permite moverse por encima de la línea de pobreza9, pero no
encontró suficientes evidencias para confirmar que la reducción del trabajo infantil
pudiera tener relación con el crecimiento económico.
respectivamente; para el mismo mes, pero del año 2009, tales tasas se situaron en
47,8% y 19,5% 10. Estas cifras indican un retroceso importante con respecto al año
2000.
14
Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR 2009-2010) Dinámica del trabajo
infantil en la República Dominicana, 2011, Segunda Edición.
13
Diversos estudios han demostrado que la mayor parte de los niños y niñas trabajadores
asisten o asistieron alguna vez a la escuela. Y la escuela es para ellos un espacio
altamente significativo, para la socialización y la apropiación de ciertos saberes
elaborados.
Sin embargo, la trayectoria educativa de los niños de los sectores más vulnerables, y
especialmente de aquellos que trabajan, con frecuencia no es exitosa. Por el contrario,
su paso por la escuela se caracteriza por las dificultades para asistir a ella con
regularidad, los bajos logros en el aprendizaje, el fracaso escolar y, finalmente, el
abandono. Como se puede observar en los gráficos, los niños de 5 a 13 años que
trabajan tienen más posibilidades de repetir un grado que aquellos que no trabajan.
Existe una fuerte vinculación entre el trabajo infantil, el fracaso escolar y la pobreza.
Los niños y niñas que trabajan tienen menos oportunidades de obtener una educación
de calidad, lo que luego les quita oportunidades de ocuparse en trabajos calificados y
bien remunerados; este círculo se cierra cuando se reproducen las condiciones de
pobreza que originaron su inserción prematura en el mundo del trabajo
La escuela pública es el único espacio común a todos los sectores sociales capaz de
promover la integración de los niños y niñas a la sociedad mediante la apropiación de
conocimientos socialmente significativos. Juntos podemos trabajar para que todos los
niños logren apropiarse de las pautas de socialización y habilidades instrumentales
básicas para la participación plena en la comunidad. Es preciso reconocer la
importancia de la educación como la mejor oportunidad para que los niños y niñas en
edad escolar se alejen de los trabajos.
La Nación Argentina, al igual que otros estados que han ratificado la Convención de los
Derechos del Niño, reconoce el derecho de todos los niños y niñas al descanso, al
esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad, así como el
derecho a participar de las actividades culturales y las artes (artículo 31).
En el caso de los niños que deben trabajar, este derecho se encuentra restringido: las
largas horas dedicadas al trabajo, el cansancio, las enfermedades, entre otros factores,
terminan interrumpiendo el ejercicio del juego. Así, el trabajo y la necesidad de
supervivencia también le robaron el juego a la infancia. Cuando un niño juega mientras
trabaja juega como “adulto” y no puede jugar como “niño”.
16
Sin embargo, es impensable la vida de un niño o niña sin juego. Los juegos son parte
fundamental de la infancia. Proveen a los niños estímulos para el desarrollo de sus
procesos inteligentes, y les permiten elaborar sus emociones, actúan como espacios de
socialización y solidaridad, ayudan al pensamiento creativo.
La práctica del jugar es una actividad fundante, necesaria y propia del ser humano. El
niño se constituye con el juego, transita su vida por diferentes experiencias lúdicas en
los ámbitos familiares, educativos y recreativos. Todas ellas aportan a su crecimiento,
su desarrollo y a sus modos de establecer vínculos con aquellos que lo rodean.
Según este informe, los niños que se dedican al trabajo infantil en República
Dominicana se dividen un 50 por ciento en actividades agrícolas, un 32 en servicios y
gobierno y el otro 18 por ciento en industrias.
El estudio nacional ENTI (2000) coincide con este resultado, y afirma que de los 436
mil niños que trabajaban al momento de la encuesta, la proporción de menores que
laboran en la zona urbana y rural es prácticamente igual, incluso se observa que
empieza a tener mayor fuerza en las ciudades.
Los varones representan el gran porcentaje, 74.5 por ciento, de los individuos menores
de edad que trabajan fuera de las casas, mientras que las niñas permanecen en el
17
trabajo doméstico en sus propios hogares o casas de terceros. El mayor porcentaje que
asiste a las escuelas se encuentra en la zona urbana con un 94 por ciento, mientras
que en la zona rural sólo el 32 por ciento de los niños y niñas que laboran, acuden
también a la escuela (Bryson, 2004).
Esto demuestra que cerca de la mitad de los niños y niñas que trabajan reciben
educación formal, aunque según los resultados de la encuesta ENTI, para las clases
económicas que conforman la base de la pirámide social el logro académico no
representa el principal mecanismo de movilidad social y es por eso que en estos
sectores no existe una alta presión para que las personas menores de edad asistan a
la escuela.
En las conclusiones del documento Global View, se recomendó que para lograr la
erradicación del trabajo infantil en República Dominicana se debe luchar contra las
persistentes actitudes culturales que motivan la existencia de este fenómeno, como son
los estereotipos sobre las funciones del hombre y la mujer; también afirman que como
la pobreza es la raíz de este mal, es a ella a la que hay que atacar, además de
incrementar los niveles educacionales y contrarrestar los patrones culturales a favor del
trabajo infantil.
Con estas revelaciones se expone que aún el trabajo infantil no es concebido por la
sociedad dominicana como un fenómeno de prioridad y sobre el cual se debe tener una
tolerancia 0. Tal como se mencionó en el documento de Bryson (2004), todavía
persisten las tradiciones culturales que reconocen el trabajo como un valor positivo, a
pesar de que sea ejercido por una persona menor de edad.
18
Las niñas son más propensas a labores domésticas, mientras que los varones
se dedican a trabajar fuera del hogar.
Cerca de la mitad de los niños que trabajan asisten a las escuelas y el gran
porcentaje que lo hace pertenece a las zonas urbanas.
Aún existen patrones culturales que conciben el trabajo infantil como una
actividad inofensiva.
Asumiendo que para la estimación del número y tasa del trabajo infantil del año 2000,
se utilice la categoría de niños y adolescentes ocupados en la producción económica,
se puede observar que nueve años después, se registra una disminución de 55 mil con
respecto al número de ocupados registrado por la ENTI 2000. Esa cifra representa un
descenso de un 12,6% con respecto a la tasa del año 2000.
16
OIT (2010). Intensificar la lucha contra el trabajo infantil. Informe global con arreglo al seguimiento de
la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. (Ginebra).
21
17
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la
salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad,
invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad.
La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos
de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.
23
Artículo 6
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad
jurídica.
Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a
obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la
organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos,
sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
Artículo 23
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones
equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria,
que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y
que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección
social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus
intereses.
24
Artículo 24
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.18
El Pacto tiene sus raíces en el mismo proceso que condujo a la Declaración Universal
de Derechos Humanos (Declaración Universal y Continua, Declaración Viva, más sus
Equivalentes y/o Mejoras en la Continuidad) y fue aprobada el 10 de
diciembre de 1948.
18
Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), Adoptada y proclamada por la Resolución de la
Asamblea General 217 A (iii) del 10 de diciembre de 1948.
25
Artículo 6
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho a trabajar, que comprende el
derecho de toda persona a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo
libremente escogido o aceptado, y tomarán medidas adecuadas para garantizar este derecho.
2. Entre las medidas que habrá de adoptar cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto
para lograr la plena efectividad de este derecho deberá figurar la orientación y formación
tecnicoprofesional, la preparación de programas, normas y técnicas encaminadas a conseguir un
desarrollo económico, social y cultural constante y la ocupación plena y productiva, en
condiciones que garanticen las libertades políticas y económicas fundamentales de la persona
humana.
Artículo 9
Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la seguridad
social, incluso al seguro social.
Artículo 10
Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que:
1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental de la sociedad, la
más amplia protección y asistencia posibles, especialmente para su constitución y mientras sea
responsable del cuidado y la educación de los hijos a su cargo. El matrimonio debe contraerse
con el libre consentimiento de los futuros cónyuges.
2. Se debe conceder especial protección a las madres durante un período de tiempo razonable
antes y después del parto. Durante dicho período, a las madres que trabajen se les debe
conceder licencia con remuneración o con prestaciones adecuadas de seguridad social.
3. Se deben adoptar medidas especiales de protección y asistencia en favor de todos los niños y
adolescentes, sin discriminación alguna por razón de filiación o cualquier otra condición. Debe
protegerse a los niños y adolescentes contra la explotación económica y social. Su empleo en
trabajos nocivos para su moral y salud, o en los cuales peligre su vida o se corra el riesgo de
perjudicar su desarrollo normal, será sancionado por la ley. Los Estados deben establecer
también límites de edad por debajo de los cuales quede prohibido y sancionado por la ley el
empleo a sueldo de mano de obra infantil.
Artículo 11
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de
vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una
mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas
apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la
importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento.
2. Los Estados Partes en el presente Pacto, reconociendo el derecho fundamental de toda
persona a estar protegida contra el hambre, adoptarán, individualmente y mediante la
cooperación internacional, las medidas, incluidos los programas concretos, que se necesitan
para:
a) Mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos mediante la
plena utilización de los conocimientos técnicos y científicos, la divulgación de principios sobre
26
Artículo 12
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del
más alto nivel posible de salud física y mental.
2. Entre las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el Pacto a fin de asegurar la
plena efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para:
a) La reducción de la mortinatalidad y de la mortalidad infantil, y el sano desarrollo de los niños;
b) El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente;
c) La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y
de otra índole, y la lucha contra ellas;
d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en
caso de enfermedad.19
19
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1996). Adoptado y abierto a la
firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución 2200 A (XXI), de 16 de diciembre
de 1966. Entrada en vigor: 3 de enero de 1976, de conformidad con el artículo 27
27
Artículo 8
1. Nadie estará sometido a esclavitud. La esclavitud y la trata de esclavos estarán
prohibidas en todas sus formas.
2. Nadie estará sometido a servidumbre.
3. a) Nadie será constreñido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio;
Artículo 16
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad
jurídica.
Artículo 24
1. Todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, origen nacional o social, posición económica o nacimiento, a las
medidas de protección que su condición de menor requiere, tanto por parte de su familia
como de la sociedad y del Estado.
2. Todo niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y deberá tener un
nombre.
3. Todo niño tiene derecho a adquirir una nacionalidad.
El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No
será objeto de ningún tipo de trata y no deberá permitirse al niño trabajar antes de una
edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se
dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación o
impedir su desarrollo físico, mental o moral.
La Convención define al niño como ser humano desde la concepción hasta los 18 años
de edad. Establece que los Estados partes deben comprometerse a adoptar medidas
apropiadas para proteger al niño y niña contra toda forma de perjuicio o abuso, malos
tratos o explotación incluido el abuso sexual (Art. 19). También deben reconocer el
derecho del niño y niña a estar protegido contra el desempeño de cualquier trabajo que
pueda ser peligroso, entorpecer su educación o ser nocivo para su salud (Art. 32).
20
Disponible en línea en: http://www.unicef.org/spanish/crc/ fecha de consulta 07 de noviembre 2013,
hora: 3:34 p.m.
29
De los 20 países con las tasas más elevadas de mortalidad de niños menores de cinco
años, 11 han sufrido conflictos armados desde 1990. Los niños y niñas que no reciben
cuidados de sus progenitores o que son separados de sus madres a edad temprana,
especialmente los que son alojados en instituciones por periodos prolongados, corren
mayor peligro de muerte temprana. La falta de atención a las discapacidades y el
cuidado inadecuado de los niños discapacitados pueden motivar un aumento del
riesgo de mortalidad infantil.
En el mismo inciso está previsto que los países miembros cuya economía y medios de
educación estén suficientemente desarrollados podrán especificar inicialmente una
edad mínima de 14 años. Argentina ratifico este convenio haciendo uso de esta opción.
Se establece además que la edad mínima de admisión a todo tipo de empleo o trabajo
que por las condiciones en que se realiza pueda resultar peligroso para la salud, la
seguridad o la moralidad de los menores, no deberá ser4 inferior a los 18 años; es
posible autorizar a adolescentes de 16 años cuando la legislación nacional garantice
plenamente la salud, la seguridad y la moralidad de los adolescentes y que estos hayan
recibido instrucción o formación profesional adecuada y especifica en la rama de la
actividad correspondiente.22
21
La Protección de la Infancia, los ODM y la Declaración del Milenio. Recuperado de: http://www.uni-
cef.org/spanish/protection/files/FactSheet_mdg_sp.pdf
22
Juan Manuel Cabrera, Jorge Alberto Díaz y Edgar Néstor Villafañe. El trabajo infantil desde las
representaciones sociales de los agentes pedagógicos de la Escuela Municipal Nº 2. Barrio Altos de
Choya, Catama, 2011
31
No obstante, la base de una acción determinada y concertada debe ser una legislación
en la que se establezca la eliminación total del trabajo infantil como objetivo último de
las políticas y que establezca las consiguientes medidas para lograrlo, y en la que se
determinen y prohíban de manera explícita las peores formas de trabajo infantil que se
han de eliminar como prioridad.23
El convenio 182 de la OIT Refiere a las prácticas tales como la esclavitud infantil, el
trabajo forzoso, el tráfico de niños, la servidumbre por deudas, la condición de siervo, la
prostitución o pornografía y diversas formas de trabajo peligroso y explotador.
23
http://www.ilo.org/ipec/facts/ILOconventionsonchildlabour/lang--es/index.htm
32
Además de la ratificación del Convenio núm. 138 y del Convenio núm. 182 de la OIT,
en el 2003 se aprobó el Código para el Sistema de Protección y los Derechos
Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes (CNNA/ Ley 136-03) que crea el
Sistema Nacional de Protección y Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y
Adolescentes, que incorpora el enfoque de la Convención sobre los Derechos del Niño,
y en 2004 se aprobó la Resolución núm. 52 del Secretario de Estado de Trabajo sobre
Trabajos Peligrosos e Insalubres para Menores de 18 años.24
de permisos individuales, podrá autorizar que menores de catorce años puedan ser
empleados en espectáculos públicos, radio, televisión o de películas cinematográficas
como actores o figurantes.
Los menores de dieciséis años no pueden ser empleados ni trabajar de noche, durante
un período de doce horas consecutivas el cual será fijado por el Secretario de Estado
de Trabajo y que, necesariamente, no podrá comenzar después de las ocho de la
noche, ni terminar antes de las seis de la mañana. No están sujetos a las limitaciones
de este artículo los menores de dieciséis años que realicen trabajos en empresas
familiares en las que solamente estén empleados los padres y sus hijos pupilos. La
jornada laboral de dichos menores no puede exceder, en ninguna circunstancia, de séis
horas diarias.
Tambien exige dicha normativa a los menores de dieciséis años que pretenda realizar
labores en empresas de cualquier clase, acreditará su aptitud física para desempeñar
el cargo de que se trate con una certificación médica expedida gratuitamente por un
facultativo que preste servicios al Estado, al Distrito Nacional o a un municipio.
Existen algunas prohibiciones expresas para determinados trabajos en los cuales los
menores de dieciséis años puedan trabajar como es la mensajera en la distribución o
entrega de mercancías o mensajes y el expendio al detalle de bebidas alcohólicas.
26
Ver artículos 245 al 254 del Código de Trabajo de la República Dominicana, Ley 16-92
36
Bibliografía
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