Modulo 1
Modulo 1
Modulo 1
1. La convivencia
2. El conflicto como parte de la convivencia
4. La violencia en la escuela
La convivencia:
El convivir no es otra cosa que un ejercicio, una tensión entre lo personal y lo social, o
también se puede pensar entre el deseo y la ley. Por ello genera malestar porque conlleva
una renuncia (a la satisfacción del propio deseo). Esa renuncia se va produciendo y
aprendiendo, desde la infancia donde se ve compensada por el amor de lxs otrxs
significativxs. Yo renuncio a mi propio deseo en función del amor de otrxs.
¿Cómo se construye la convivencia? Con valores, con normas, con el respeto de todos los
derechos humanos, con inclusión y sobre todo con la participación de todxs lxs actorxs
institucionales. Adultxs, niñxs y jóvenxs. Docentes, directivxs, auxiliares (no docentes)
familias y también comunidad.
La ESI.
Construcción de acuerdos
Espacios de diálogo
Prácticas restaurativas
No es nuestro objetivo en este curso desarrollar todos estos temas, sino señalarlos como
pilares.
La ley de Educación Sexual Integral (Ley 26.150) apunta a promover un trabajo desde lo
cognitivo pero también desde lo afectivo y lo social. Solo señalamos, aquí, que el trabajo
con los derechos, las desigualdades producto de estereotipos y roles de género, junto con
conceptos como la violencia simbólica son fundamentales en la construcción de una
convivencia democrática e igualitaria.
Participar implica ejercer poder y en una institución tan jerárquica como la escuela, implica
un “reparto” de ese poder. Por lo tanto, puede aparecer resistencia o resquemores a la
participación, ya que implica necesariamente el ejercicio de poder de todxs, para construir
unx nosotrxs sin desconocer la asimetría y jerarquía que existe en la escuela. Participar es
un “trabajo”, un proceso activo, de diálogo, debate, idas y vueltas.
En general no nos enseñan a participar, por ello es muy importante hacerlo. La premisa
básica de la participación es saber escuchar. Esta habilidad será desarrollada en la clase 3.
Alentando y desarrollando espacios de diálogo respetuoso, colaborativo. Espacios
confiables, seguros donde poder plantear los malestares, los conflictos. Espacios diferentes
como asambleas, consejos de convivencia, mediación, conversaciones más informales,
círculos. Todos tienen en común un diálogo respetuoso, democrático, participativo y
colaborativo.
Hal Saunders (1999) plantea que “el diálogo es un proceso de genuina interacción mediante
el cual las personas cambian gracias al aprendizaje adquirido por su profunda disposición a
escuchar. Cada una de ellas se esfuerza por incluir las inquietudes de los otros en su propia
perspectiva, aun cuando el desacuerdo persista. Ninguno de los participantes renuncia a su
identidad, pero cada uno reconoce suficiente la validez de las reivindicaciones humanas de
los demás, y en consecuencia actúa en forma diferente hacia los otros.” A partir de esta idea
de diálogo pensamos cuanto tenemos todxs para aprender.
Además, también podemos pensar que es necesario construir espacios que permitan
dialogar, llegar a acuerdos, cuando las reglas no se cumplen o se han transgredido.
Habitualmente se abordan las transgresiones desde un enfoque retributivo, que tiene su
mirada centrada en la norma que se ha transgredido haciendo foco en la sanción que se
debe aplicar. Desde esa mirada tanto a víctima u ofendido como el ofensor no tienen
participación en el proceso. Un abordaje que permita la reparación frente a un daño, desde
un enfoque restaurativo se intenta evitar la recurrencia centrándose en fortalecer las
relaciones y buscando el reconocimiento de responsabilidades frente a la situación ocurrida.
Desde dichas dinámicas se trabaja con los involucrados para que reflexionen sobres sus
actos y puedan expresar sus motivaciones para actuar de tal manera. Esto habilita que los
responsables tomen conciencia del efecto que dichas acciones han tenido no sólo en el
afectado directo sino también en su grupo social; permitiendo que los actores ejerzan su
participación de forma activa donde pueden expresar sus sentimientos y ser escuchados
manteniendo el foco en solventar los daños infringidos. Les proponemos ver el siguiente
video para conocer un poca más de esta propuesta
https://www.youtube.com/watch?v=-H-Sn7mMNkI
El conflicto como parte de la convivencia:
Jares (2001) describió tres grandes paradigmas en la educación sobre los conflictos. El
primero ha sido denominado paradigma tradicional-tecnocrático-conservador del conflicto. El
mismo se presenta como una patología, un desajuste que es necesario corregir. Inclusive
está estrechamente asociado a la violencia, a pesar de ser ésta apenas una respuesta frente
al conflicto, respuesta que tiende a suprimirlo junto con el “adversario”. El objetivo pareciera
ser que no existiesen los conflictos. Estas perspectivas se enfocan principalmente en la
eficacia de la gestión escolar. La segunda perspectiva es la denominada hermenéutico-
interpretativa, que rechaza la visión mecanicista de la primera. Predomina la idea
psicologicista basada en la motivación humana exclusivamente individual. No incluye en sus
análisis las cuestiones grupales ni los temas ideológicos. Las causas se atribuyen a
problemas de percepción individual y/o una deficiente comunicación interpersonal. No se
consideran las condiciones sociales que gravitan sobre los sujetos y sus percepciones. La
crítica que hace Jares a esta visión radica en que “al centrarse exclusivamente en las
visiones personales, soslayando los condicionantes estructurales que a su vez inciden en
aquellas…la visión del conflicto queda reducida a sus ámbitos interpersonales.” (pp. 73).
Por todo lo expuesto, es que es difícil pensar a la educación libre de conflicto. Éste es parte
del proceso educativo, es un elemento de la vida diaria escolar. Es por ello que vale
preguntarse, qué puede hacer la escuela con los conflictos, ya que educar en y para regular
el conflicto es educar para la paz.
¿Conflicto es violencia?
Esto implica que la violencia que circula en la escuela, no es solo entre alumnxs sino que
pueden aparecer otras violencias, especialmente la simbólica, ligada a las estructuras y a las
relaciones entre adultos de la institución educativa.
Para llevar a cabo este proceso resulta útil distinguir entre dos paradigmas relacionados
con este tema: el paradigma competitivo o confrontativo y el paradigma colaborativo o
cooperativo. El primero está basado en la lucha por ganar, tener razón, alcanzar los
propios objetivos sea como sea. La guerra es el extremo de este paradigma y se traduce
también en otros enfrentamientos en los que hay un vencedor y un vencido, donde se
afectan las relaciones.
En cambio, el paradigma de la colaboración se centra en visualizar al otro como un socio
en la resolución de un problema común (los y las involucrados/as aceptan que son parte
del mismo). Busca alcanzar soluciones que beneficien a las dos partes involucradas a
partir de lo que cada una necesita. El paradigma cooperativo fortalece y afianza las
relaciones lo que es muy importante al momento de pensar en los equipos de trabajo.
Pensamos que no se puede hablar de una causa o motivo de conflicto sino de causas o
temas en conflicto, entendiendo que no existe un único factor causante de un conflicto
sino que son muchos temas los que se observan como influyendo y confluyendo para
configurar una situación o proceso conflictivo.
Jares, en su artículo “El lugar del conflicto en la institución educativa” (1997), la enorme
conflictividad manifiesta y latente que se da en la escuela solo cabe entenderla desde la
dialéctica entre la macro-estructura y la micro política. La macro política está determinada
por relaciones entre el Estado, la administración y la sociedad civil y la micropolítica por
las relaciones, entre profesores, currículum y teorías organizativas.
Por ello es que encuadra el origen de los conflictos en cuatro categorías íntimamente
ligadas entre sí y a veces difícilmente separables.
Jares destaca el lugar fundamental que tiene el poder en todas las relaciones humanas.
Como aporte novedoso identifica la idea de que tanto el conflicto como el poder no son ni
buenos ni malos, sino que depende qué se haga con ellos. Asimismo, señala que los
desequilibrios de poder son fuente y obstáculo para la resolución de los conflictos
(situación que se encuentra presente en la escuela debido a su estructura jerárquica
piramidal).
La idea del curso es trabajar sobre los conflictos interpersonales sin desconocer el
contexto y las condiciones sociales en las que se desarrollan estos tipos de conflictos.
Planteamos a continuación las ideas más importantes relacionadas con los conflictos
interpersonales:
Continuando con esta idea, y para analizar este punto, nos basaremos en el modelo
propuesto por la PNL (Programación Neuro Lingüística ). Dicho por uno de sus autores
“la PNL trata de la estructura de la experiencia humana subjetiva; cómo organizamos lo
que vemos, oímos y sentimos, cómo revisamos y filtramos el mundo exterior mediante
nuestros sentidos. También explora cómo lo describimos con el lenguaje y cómo
reaccionamos tanto intencionadamente como no, para producir resultados.” (O´Connor y
Seymour. 2001). La PNL distingue tres planos en el proceso de conocimiento:
La PNL distingue tres planos en el proceso de conocimiento.
Desde este modelo nada podemos opinar sobre lo que es o sucede en este plano. Sea
como sea este mundo exterior nosotros lo percibimos a través de nuestros sentidos. Pero
percibimos sólo una pequeña parte de la infinita cantidad de estímulos que nos ofrece.
Con esta parte que percibimos construimos nuestra propia versión de la realidad.
Llamaremos a este plano, el MAPA. En él nuestras percepciones se almacenan y
codifican como representaciones de la realidad, a manera de imágenes, sonidos y
sensaciones. Nuestros pensamientos son en su mayoría una mezcla de impresiones
sensoriales recordadas y construidas. Como todo mapa, contiene información que ha sido
seleccionada de acuerdo a lo que pretendemos explorar u observar en el territorio. Así
como en un mapa carretero será importante la ubicación de las estaciones de servicio, en
un mapa minero será relevante la ubicación de yacimientos y no la de estaciones de
servicio. Nosotros efectuamos esta selección guiados por lo que precisamos ver. Pero
también tenemos limitaciones que provienen de nuestra cultura, historia, prejuicios,
constitución física y neurológica, en fin; construimos el mapa acorde a lo que
pretendemos ver y también a lo que podemos ver. Es decir en el pasaje del primer plano,
(el territorio) al segundo, (el mapa) hemos aplicado el primer filtro provocando una
transformación en la información.
Como dijimos, dichas emociones, motivan y movilizan dando lugar a las conductas que
tenderán a exteriorizar la emoción sentida, a modificar el estado emocional.
Resumiendo, pensamos que la creencia de que nuestro mapa es igual al territorio, limita
nuestra capacidad de escucha y flexibilidad, suscita emociones y conductas, que pueden
generar la escalada del conflicto. Si logramos entender que el mapa no es el territorio,
sino una construcción propia de la información que nos brinda la experiencia, que fue
realizada atravesando filtros personales; y, por lo tanto, logramos ver que existe tanta
diversidad de mapas como personas, estaremos abiertos a escuchar y comprender otros
puntos de vista.
Percibir este enfoque acerca del origen del conflicto permite a las personas:
- conocer cómo actúan las técnicas que se usan en la resolución pacífica de los
conflictos (escucha activa, la pregunta adecuada, el lenguaje “yo”, parafraseo, etc.)
sabiendo que el objetivo al que se dirigen es la reflexión/ flexibilización de las
representaciones o mapa donde se origina el conflicto y que da origen a la carga
emocional (núcleo del conflicto) y las conductas.
Por lo general en nuestra vida solemos olvidarnos que nuestra visión del mundo es
distinta al de las otras personas.
Cada persona tiene su percepción de la situación y para ella es su “realidad”. Esa realidad
existe sólo como realidad de que la persona que la percibe, por ello ante una misma
situación podemos encontrar tantas “realidades” como personas involucradas en la
situación. No puede decirse que una realidad sea mejor que las demás: Todas estas son
igualmente “reales” .
Bibliografía:
Ianni y Perez (2000). La convivencia en la escuela: un hecho, una construcción.
Paidós, Buenos Aires.
Grijalbo.
Zaffaroni (2011) Zaffaroni (2011): "La cuestión criminal", fascículo nro 1, disponible en:
https://www.pagina12.com.ar/especiales/archivo/zaffaroni_cuestion_criminal/1-
8.la_cuestion_criminal.pdf, recuperado en marzo de 2020
Saunders, H. (1999). Public Peace Process: Sustained Dialogue to Transform Racial and
Ethnic Conflicts. Nueva York: Palgrave.
Kaplan, C.V (2015): Culturas estudiantiles. Sociología de los vínculos en la escuela, Buenos
Aires, Miño y Dávila.
-Kaplan, C.V. (Dir.) (2013): Violencias en plural. Sociología de las violencias en la escuela,
Buenos Aires, Miño y Dávila.
Escohotado, A. 1999. Caos y orden. Madrid España. Espasa Calpe.
Actividad:
Participación en el Foro
Piense en alguna situación de malestar o conflicto en la convivencia escolar que le genere
muchas dificultades. Identifique entre quienes sucede y cuáles son a su parecer las
razones de esas dificultades.
Lecturas para profundizar:
Ciclo de VideoConferencia. Aporte para pensar la violencia en las escuelas. (pdf).
Conferencia de Gabriel Noel. Pag 124-147
Acoso entre pares. Orientaciones para actuar desde la escuela.
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL004921.pdf
Paulero, R; Prezioso, D y Saavedra, M. Programa Promoción del Diálogo y prácticas
restaurativas en el ámbito educativo. Manual de capacitación e implementación.
Publicación Ministerio de Justicia y DDHH de la Nación.
http://www.bibliotecadigital.gob.ar/items/show/2599.