Bioetica

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término bioética fue utilizado por primera vez por Van Rensselaer Potter , en su libro

BIOETICA
OMS; El estudio sistematico de la conducta humana en el campo de las ciencias
biológicas y la atención en salud, siempre que este estudio se realice a la luz de los
valores y principios éticos”
Estudia la conducta del ser humano con respecto a la vida , tanto de la vida humana
como el resto de los seres vivos y el medio ambiente, estudia el impacto de la
actividad humana sobre la vida, trata temas como las trasnfuciones d esangre,
eutanasia, trasplante de órganos, aborto, manipulación genética, alimentos trasgenicos,
conservación del medio ambiento y reproducción asistida, etc.
Principios bioéticos:
Autonomia; honrar los derechos individuales y la autonomía, el que esta expresado en
el consentimiento informado, el caul constituye un derecho del paciente y un deber del
profesional, pues la preferencias del paciente son primordiales, tiene un carácter
imperativo y debe respetarse como norma, esceto cuando las personas pueden ser no
autónomas o presentan una autonomía disminuida, como es una persona menor de
edad, niños, acv, etc. Ahí se justifica el por que no ay autonomía buscando un
representante.
Beneficiencia: obligación de actuar en beneficio del otro, promoviendo los legitimos
intereses del paciente y suprimiendo los perjuicios, hacer y buscar el bien no solo no
hacer daño sino busca el máximo beneficio posible, esto incluye el mínimo costo de
los servicios y atención, y uso de la mejor tecnología,
No maleficencia: abstenerse de realizar acciones que puedan causar daños o perjudicar
a al paciente, quiere que no hagamos intencionalmente un daño al paciente ya sea por
actos de comicion(cuando una persona te pide hacer daño a una persona o paciente) u
omision (caundo dejas de hacer un tratamiento a un paciente ya sea por olvidar o
alebosia)
Justicia: Es una imparcialidad basada entre otras cosas en una distribución equitativa
de los beneficios y responsabilidades relacionados con la salud. Implica la no
discriminación o exclusión de los beneficios de la atención medica y salud en general

en el que se definen tres principios que han de presidir cualquier intervención


investigadora en la que participen seres humanos: beneficencia, respeto a la autonomía
de las personas y justicia., ñade un cuarto principio, el de no maleficencia, a partir de
la división de los contenidos del de beneficencia, y amplía además el ámbito del
principialismo al conjunto de la asistencia sanitaria.
Bioetica y farmacia
Los medicamentos son utilizados de forma masiva tanto por los médicos como por la población en
aquellas regiones del mundo donde se ha alcanzado accesibilidad a ellos. Es un bien de consumo no
sólo costoso sino peligroso; su uso irracional y excesivo es una práctica extendida con independencia
del poder adquisitivo de los individuos

No obstante ello, ninguna de las epidemias que azotaron a la humanidad fue resuelta por el uso de
medicamentos. Se puede inferir que el mecanismo causal de las enfermedades tiene determinantes
económicas, sociales, ecológicas y culturales, lo que evidencia que el desarrollo humano ha elevado
más la esperanza de vida que las acciones de la medicina y los medicamentos.

Todo ello explica que muchos sectores de la población han comenzado a comprender el valor de los
estilos de vida saludables, como hábitos alimentarios higiénicos, práctica de ejercicios, no consumo de
alcohol y tabaco y el control del estrés, que son muy importantes para la salud individual y colectiva.
Sus cambios positivos están relacionados también con acciones sociales como la solidaridad, el entorno
ambiental y la erradicación de la pobreza.

A pesar de lo anterior, se sigue hiperbolizando el efecto de la medicina moderna atribuida al uso de


medicamentos y no se comprende el bienestar y la calidad de vida sin analgésicos, antiinflamatorios,
antiácidos, etc., con independencia de su efecto “silencioso” que no aparece en las estadísticas de
morbilidad y mortalidad.

….
Dentro de los profesionales de la salud, el farmacéutico debe ser uno de los pilares fundamentales en
el equipo de salud junto al médico y la enfermera, con su presencia y activa participación en el enfoque
multidisciplinario de la atención a la salud de las personas.

Entre sus funciones en los servicios farmacéuticos, la dispensación constituye una fundamental,
independientemente de otras (administración, fabricación, suministro de medicamentos, etcétera).

Por su formación y preparación son funciones inherentes al farmacéutico las referidas al registro y
regulación de medicamentos; están dentro de sus responsabilidades las exigencias de normas y control
de los productos (inocuidad y eficacia probadas).

Además este profesional en su responsabilidad con la salud, tanto en los establecimientos de farmacia
como en la comunidad, deberá procurar el bienestar de los pacientes. Su amplio conocimiento sobre
las propiedades y manejo de los medicamentos lo aproximan tanto al médico, como a los pacientes en
la comunidad; en el primer caso, como fuente de información de alternativas terapéuticas y sus
consecuencias, y en el segundo caso, no solo como dispensadores, sino por la información de todo lo
relacionado con la salud y la utilización de medicamentos.

Todo ello explica que en la formación del farmacéutico, se requieran conocimientos de las ciencias
farmacéuticas junto a los que se deben introducir tempranamente, temas del ejercicio de la profesión
tales como ciencias del comportamiento, técnicas de comunicación y educación, etcétera.

Tanto el conocimiento de aquellos principios generales del uso racional de medicamentos con
recomendaciones a médicos y pacientes, la supervisión de las recetas, notificación de reacciones
adversas a los medicamentos e interacciones medicamentosas son también de su responsabilidad.

El desarrollo científico-tecnológico producido en las últimas décadas, no solo ha abierto infinitas


posibilidades al mejoramiento de la atención de la salud, sino que también, le ha dado al hombre un
enorme poder sobre la naturaleza humana que no bien orientado y utilizado, puede dañarla con
consecuencias imprevisibles. Aquí está el fundamento de la necesidad de la incorporación de la Bioética
como disciplina en la formación de este profesional, por considerarlo como un puente de unión entre
las ciencias farmacéuticas y los valores humanos.

Llama la atención notablemente el hecho de la escasez de personal farmacéutico con formación


bioética, lo cual constituye una preocupación de organismos internacionales que tienen que ver con el
cuidado de la salud como la OMS y la OPS.

También resulta muy significativo que la poderosa industria farmacéutica no se proponga dedicar
dentro de sus cuantiosas ganancias, recursos para el desarrollo de programas que proporcionen la
formación y desarrollo bioético de estos profesionales.

En relación con lo anteriormente señalado, se considera que cobra mayor peso la función que deben
desempeñar las universidades en la preparación y formación de estos profesionales, ya que las
universidades no deben tener en cuenta solo las necesidades del presente, sino su responsabilidad casi
exclusiva en considerar las demandas futuras.

Son las universidades, las instituciones cuya responsabilidad no es solo la formación profesional
atendiendo a las necesidades del presente, sino también considerando las exigencias previsibles del
futuro. Esta es su misión fundamental.

La investigación científica en salud cada día más, debe vincular la búsqueda de nuevos conocimientos
con los valores éticos relacionados con el bienestar y la dignidad del hombre.

La poderosa industria farmacéutica mundial dedica sus mayores inversiones a la búsqueda de nuevos
fármacos y la obtención de superganancias, de manera que muestra poco interés en la preparación
bioética de sus profesionales.

El uso racional de medicamentos implica, que este bien de consumo indispensable esté disponible en
tiempo y forma para quien lo requiera. Esto no se cumple en buena parte del planeta dominado por las
leyes ciegas del mercado y la falta de orientación humanista de las transnacionales farmacéuticas.

La inclusión de la Bioética como disciplina en la formación del profesional farmacéutico es una


exigencia actual, como también lo es la necesidad de que los valores morales que la sustentan, formen
parte de la manera de pensar y actuar de estos profesionales.

Figura 1.El triángulo bioético.


1. El lado beneficencia-autonomía, que deja claro que la relación clínica debe consistir
en un equilibrio entre las propuestas de beneficencia del profesional y los criterios
personales del paciente.
2. El lado autonomía-justicia, que muestra las limitaciones que a la libertad personal
pone la convivencia social, y a las normas sociales la existencia de una serie de
derechos inalienables de la persona.
3. El lado justicia-beneficencia, que muestra también las limitaciones que a la
beneficencia se pueden hacer desde consideraciones del bien social (y podríamos
también decir lo mismo a la inversa).

Un ejemplo de aplicación de la bioética puede ser la de un eje de acción sobre los cuales se
fundamenta la educación entre algunos de los derechos y que no están en algunos programas de
formación profesional, tecnológica o técnica.
¿Por qué se diría que la bioética debe establecerse como un mínimo para las profesiones?
Porque la bioética aplicada o el uso del razonamiento ético a cuestiones o ámbitos concretos o
de interés pragmático es la contracara práctica de las teorías abstractas. Pero además, la bioética
como disciplina difícilmente tiene sentido si no se concibe como aplicable.

Se podría decir entonces que la bioética es el campo donde se reflexiona, analiza y vela por la
supervivencia con calidad de todos los que vivimos en el planeta tierra. Se entiende, además,
que la ética es el deber ser, lo que se debe hacer, lo que se considera debe aplicar para cada
situación a nivel disciplinar, de convivencia, individual o colectivo, entre otros.

Otro aspecto a definir para poder ver hacia el mismo punto es el desarrollo humano. En este
aspecto se tendría que tener cuenta la bioética desde el proceso en que una sociedad, a partir del
desarrollo económico, mejora de manera integral las condiciones de vida de sus miembros.
Desde el acceso de las personas a los sistemas de salud y educación, adecuados niveles de
seguridad personal, plenas libertades políticas y culturales, así como la capacidad para cultivar
sus intereses y desarrollar sus potencialidades productivas y creativas, entre otras cosas.

El conocimiento de la bioética y sus características, tanto de las definiciones como de su


estructura y su incidencia en la vida, contribuye a la toma de conciencia frente a la problemática
de la vida actual. La bioética podría ser la mediadora en los diferentes estilos de vida, en los
entornos saludables que se creen, la salud y calidad de vida que se desea. Mediadora implica el
bios no sólo de vida sino de la historia pasada, esto es, la biografía del ser humano. Por ello
media en cuanto a la salud, como concepto de equilibrio somático y psicosocial de los seres
vivos en general y del hombre en particular, y ello visto a la luz de la calidad de vida, en todas
las áreas del conocimiento y de organización de la sociedad (Maliandi, 2001).

La bioética, de la misma forma que la ética y la moral, propende por los derechos humanos,
los cuales se convierten en la garantía de la vida digna del ser. En este sentido, la bioética
propicia espacios de reflexión sobre la crisis actual, sobre la salud y todo lo que de una u otra
forma atenta en contra de la vida, no sólo humana sino en todas sus formas (véase Maliandi,
2001).

Las leyes que legislan cada profesión, los códigos deontológicos de estas, las buenas prácticas
clínicas, la normatividad vigente y la ley de seguridad del paciente en conjunto evidencian el
riesgo que tiene la intervención, el alcance, el impacto, el costo beneficio de los participantes y
el manejo que se le da a la información. Se exige que se informe del carácter de los estudios y de
sus posibles beneficios y riesgos para obtener el consentimiento de las personas que acceden a
participar en la investigación. Aunque se tiende a pasar por alto el hecho de que el Código de
Nuremberg (1947), trata del papel que desempeñan las personas en su calidad de pacientes.

La Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO afirma “que


los problemas éticos suscitados por los rápidos adelantos de la ciencia y de sus aplicaciones
tecnológicas deben examinarse teniendo en cuenta no solo el respeto debido a la dignidad de la
persona humana, sino también el respeto universal y la observancia de los derechos humanos y
las libertades fundamentales.

En la Declaración, los especialistas en bioética no se presentan como guardianes de los límites


de la moralidad por lo que respecta a la atención de la salud y la investigación, sino más bien
como promotores de una reflexión e interpretación adecuadas, dedicados a dar una explicación
coherente de nuestra gran diversidad y valores morales comunes, en un mundo donde los
descubrimientos innovadores en el campo de las ciencias de la vida y la biotecnología se
producen con gran rapidez.

Los estándares éticos y científicos para llevar a cabo investigación biomédica en humanos han
sido desarrollados y establecidos en guías internacionales, incluyendo la Declaración de
Helsinki (2008).

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