Razares, Gestor - A de La Revista, 5015-15605-1-CE
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Razares, Gestor - A de La Revista, 5015-15605-1-CE
C laudia Jaimez1
Introducción
Hasta el momento en que el fideicomiso fue introducido en el dere
cho positivo argentino, no había ningún otro medio para realizar actos
de disposición de la propiedad que pudiese alcanzar un resultado pare
cido. Aunque fuera concebible que el dueño estableciese el destino de
sus bienes en proyección de futuro, por acuerdo con un tercero, faltaban
las normas que proveyeran la instrumentación necesaria y asegurasen
el pleno reconocimiento de la manifestación de voluntad.
Ahora que la ley 24.441 ha injertado el fideicomiso en el tronco
principal del derecho civil, cabe advertir la flexibilidad de este instituto,
definido como contrato y ubicado, por consiguiente, en el amplio campo
de la autonomía de la voluntad.
Tiene múltiples aplicaciones tanto en el orden particular como en
el mundo de los negocios y su interés práctico deriva de tres atributos
principales:
1) los bienes en cuestión son enajenados por su dueño, quien los trans
fiere “a título Fiduciario”. No es lo mismo que la transmisión de la
propiedad a título oneroso o gratuito, pero se trata de un acto de
disposición del titular.
2) La transferencia “a título fiduciario” rodea a los bienes de inmunidad
respecto de los acreedores de quien los recibe, así como de los acree
dores del dueño original y de los destinatarios finales de los bienes.
3) Los bienes quedan amparados por un régimen de administración
conforme a su naturaleza y al destino previsto hallándose el titular
1Jefe de Trabajos Prácticos, Derecho Civil, IV Curso, Cátedra “A”, Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales y Políticas, UNNE.
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Ley 24.441
La Ley 24.441 denominada de “Financiamiento de la Vivienda y de
la Construcción” instituyó en enero de 1995 la figura del fideicomiso tal
como lo conocemos hoy en día en la Argentina.
El extraordinario auge de la construcción en nuestro país, en una de
sus proyecciones jurídicas, ha motivado a los profesionales para utilizar
el fideicomiso, que hasta la fecha, a más de diez afios de la promulgación
de la ley 24.441 (Adía, LV-A, 296) no ha tenido la aplicación práctica
que a nuestro juicio merecía.
Este negocio de garantía no es utilizado por el ciudadano común, ya
sea por desconocimiento, por desconfianza, por dudas sobre su interpre
tación judicial la doctrina, es considerablemente amplia.
Una excepción notable, es el escenario financiero (Bancos, Finan
cieras, Bolsa de comercio, etc.) en el cual tuvo inmediata recepción por
tratarse de un ambiente en el cual estos recursos jurídicos son amplia
mente conocidos por las características de esta actividad.
Concepto de fideicomiso
La ley definió al fideicomiso en su art. Io estableciendo que “Habrá
fideicomiso cuando una persona (fiduciante) transmita la propiedad
fiduciaria de bienes determinados a otra (fiduciario), quien se obliga
a ejercerla en beneficio de quién se designe en el contrato (benefi
ciario) y a transmitirlo al cumplimiento de un plazo o condición al
fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario”.
Es requisito, entonces, que existan:
• Bienes cuya propiedad se transfiera para cumplir un fin determinado.
• Dos partes.
• Un encargo, instrucción o mandato fiduciario.
FIDEICOMISO 317
Sujetos
1) fid u cia n te (o fideicom itente). En su carácter de propietario consti
tuye el fideicomiso, desprendiéndose de su derecho de dominio que
transmite al fiduciario.
Puede serlo cualquier persona física o jurídica. El fiduciante puede
asumir concomitantemente el rol de beneficiario o fideicomisario, más
no el de fiduciario.
Al constituir el fideicomiso puede reservarse facultades, incluso la
de revocar el fideicomiso (art. 25), con la salvedad de que la revocación
no tendrá efecto retroactivo.
En caso de incumplimiento de las obligaciones del fiduciario puede
pedir su remoción por vía judicial.
En el caso de que la remoción sea pedida por el beneficiario debe
ser citado al juicio el fiduciante (art. 9o).
4) fideicom isario. Es aquel que debe recibir la cosa una vez finalizado
el fideicomiso, o sea al vencimiento del plazo o al cumplimiento de
la condición (art. 26). Podría decirse así que el fideicomisario es un
beneficiario residual de los bienes objeto del fideicomiso. Tiene inte
rés legítimo y es extraño que la ley no lo legitime, en el art. 18, para
ejercer las acciones, tal como lo hace con el fiduciante y beneficia
rio.
Respecto de fideicomisario, el fideicomiso puede ser oneroso o
gratuito.
Estos últimos roles, pueden estar concentrados en una misma perso
na. Una misma persona no puede ser fiduciante y fiduciario a la vez.
Desde el punto de vista del derecho real, no hay partes sino sólo
hay sujeto (fiduciario) y objeto (la cosa o bien fideicomitidos). No hay
derecho real en cabeza del beneficiario.
El derecho real del titular del dominio fiduciario es oponible a ter
ceros una vez cumplidos los requisitos que se relacionan a la publicidad
según la naturaleza de los bienes (art. 12).
Objeto
El objeto del fideicomiso puede recaer en:
■ cosas, muebles o inmuebles,
320 CLAUDIA JAIMEZ
Formas de constitución
El fideicomiso puede constituirse por:
Contrato
Disposición de última voluntad: Son válidos los testamentos que ins
tituyen fideicomisos cuando los plazos o condiciones a los que está sujeta
la transmisión definitiva al fideicomisario no están referidos a la muerte
del heredero o legatario (fiduciario), sino a otros acontecimientos.
No puede serlo por voluntad unilateral.
El contrato constitutivo
El contrato es:
■ bilateral
■ oneroso (entre el Aducíante y fiduciario)
■ consensual, dado que se perfecciona por solo consenso (art. 1140,
Cód. Civil), aunque la entrega de los bienes sea necesaria para el
nacimiento del derecho real (fideicomiso y dominio fiduciario).
En cuanto a la forma puede ser extendido en:
■ instrumento público o
■ instrumento privado, según la naturaleza de los bienes. Si se trata
de cosas inmuebles o bienes registrables deben ser redactados en
escritura pública o en los instrumentos aptos para acceder a los
registros.
FIDEICOMISO 321
E l contenido d e l contrato
Está fijado en el art. 4 que dice: “El contrato también deberá con
tener:
a) La individualización de los bienes objeto del contrato.
En caso de no resultar posible tal individualización a la fecha de la
celebración del fideicomiso, constará la descripción de los requisitos y
características que deberán reunir los bienes.
b) La determinación del modo en que otros bienes podrán ser incorpo
rados al fideicomiso.
c) El plazo o condición a que se sujeta el dominio fiduciario, el que nun
ca podrá durar más de treinta años desde su constitución, salvo que
el beneficiario fuere un incapaz, caso en el que podrá durar hasta su
muerte o el cese de su incapacidad.
d) El destino de los bienes a la finalización del fideicomiso.
e) Los derechos y obligaciones del fiduciario y el modo de sustituirlo si
cesare”.
Clases
Fideicomiso de garantía
Puede reemplazar, con ventajas, a la hipoteca y a la prenda, fun
ción de garantía de una deuda. Para ello el fiduciante transfiere un bien
(por ejemplo, una cosa inmueble o mueble) en propiedad fiduciaria,
garantizando una obligación que mantiene a favor de un tercero, con
instrucciones de que, no pagada la misma a su vencimiento, el fiduciario
procederá a disponer de la cosa y con su producido neto desinteresará al
acreedor y el remanente líquido que restare, lo reintegre al fiduciante. En
el respectivo contrato de fideicomiso se adoptarán todas las previsiones
necesarias, incluyendo sobre la forma de acreditar la mora del fiduciante
deudor para con su acreedor, beneficiario de la garantía. Se aprecia que
de ese modo se evitan los trámites de ejecución judicial -v. gr., de la
hipoteca-, con la rapidez y economía que ello supone, no olvidando que
el bien fideicomitido queda fuera de la acción de los otros acreedores del
fiduciante y de los que lo sean del fiduciario, dado que constituye un pa
trimonio separado. Por otra parte, queda fuera también del concurso de
cualquiera de ellos (fiduciante y fiduciario), evitándose todo trámite de
verificación -salvo la acción de fraude que se hubiere cometido respecto
de los acreedores del fiduciante: art. 15 de la ley 24.441-.
No deja de advertirse, ante el silencio de la ley 24.441, que no trata
ni regula las especies de fideicomiso ordinario, que queda pendiente de
respuesta la pregunta sobre la naturaleza de la “garantía” que origina la
que se analiza, y la del eventual privilegio que nazca de ella. Es evidente
que no se genera un derecho real a favor del beneficiario o fideicomi
sario acreedor, como ocurre, por ejemplo, con la prenda o la hipoteca,
teniendo aquél el derecho personal de exigir al fiduciario, en caso de
incumplimiento del fiduciante deudor, que proceda a la venta o reali
zación de los bienes o derechos fideicomitidos y con su producido se lo
FIDEICOMISO 325
Fideicomisos inmobiliarios
Su amplitud puede ser, también, muy variada. Será muy útil utilizar
lo en la ejecución de proyectos inmobiliarios que requieren la presencia
de varias partes con intereses contrapuestos, cuya armonización y recí
proca seguridad hace necesaria la presencia de una entidad que ofrezca
una garantía suficiente a quienes participen de la operación. El banco u
otra entidad financiera interviniente, en calidad de fiduciario, puede ser
el punto de equilibrio entre las partes, que confiera la imprescindible
confianza entre todas ellas. Póngase como ejemplo la construcción de
un edificio con unidades a distribuir entre quienes resulten adjudicata
rios bajo el régimen de la propiedad horizontal. Confluyen en el negocio
intereses diversos, en conexión recíproca, como entidades que concedan
créditos, constructores y arquitectos que realicen los trabajos, ingenieros
y calculistas, entidades municipales que deban conceder los permisos
y autorizaciones que correspondan, entidades de control ambiental, el
o los propietarios del terreno donde se hará la construcción, escribanos
que proyecten y otorguen oportunamente los instrumentos legales per
tinentes, y su inscripción en los registros de ley, etc. La presencia de
todos estos interesados logra conciliarse con ventaja, cuando una entidad
financiera especializada ejerce la titularidad del inmueble, como propie
dad fiduciaria y ofrece plena seguridad de que el negocio se desarrollará
FIDEICOMISO 327
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