Embolia e Infarto
Embolia e Infarto
Embolia e Infarto
EMBOLIA
Un émbolo es una masa intravascular sólida, líquida o gaseosa, capaz de obstruir
un vaso, y que se transporta por la sangre hasta un lugar distante de su punto de origen.
Embolia o Embolismo es el proceso clinicopatológico consecuente a la aparición de
un émbolo. Casi todos los émbolos representan alguna parte de un trombo desalojado, de
ahí el término habitualmente empleado de tromboembolismo. Inevitablemente, el
émbolo se aloja en los vasos de menos calibre y los ocluye, con la consiguiente
obstrucción vascular parcial o completa. El destino final de todos los émbolos es la red
arterial pulmonar, la red arterial del circuito mayor de la circulación y las ramas
intrahepáticas de la vena porta (sistema porta). Con frecuencia, los émbolos sirven de
vehículo para la propagación de un proceso patológico, como infecciones o tumores, en
este último se conoce con el nombre de metástasis.
Tipos de embolia:
1.- Dependiendo del trayecto:
Embolia directa o anterógrada: el émbolo sigue el camino de la circulación sanguínea.
Ocurre cuando desde las venas del círculo mayor o a partir del corazón derecho, los
émbolos llegan por las arterias pulmonares al pulmón, se conoce con el nombre de embolia
pulmonar. Los émbolos que penetran o se forman en el corazón izquierdo o en las arterias del
círculo mayor producen embolias en las ramas terminales del bazo, riñones, cerebro o
extremidades inferiores.
Embolia retrógrada: Tiene lugar en las venas de las cavidades torácica y abdominal,
cuando por mecanismos de hiperpresión, como ocurre cuando tosemos o al contraer la prensa
abdominal, cambia la dirección de la corriente sanguínea.
Embolia paradójica/cruzada: ocurre como consecuencia de un émbolo que sigue un
camino anormal, desde el sistema venoso al arterial, a través de una comunicación derecha
izquierda, por el agujero de Botal (interauricular), por una comunicación interventricular o una
malformación arteriovenosa pulmonar. Por ello un émbolo entra en corazón derecho y produce
una embolia en la red arterial del círculo mayor. Para que se produzca, las presiones de las
cavidades derechas tienen que superar a las de cavidades izquierdas. Este tipo de embolia es poco
frecuente.
2.- Dependiendo de su constitución:
Embolia sólida: es la más frecuente, en particular el émbolo que se desprende de un
trombo. Puede ser pulmonar o sistémica.
La embolia trombótica puede ser: masiva, representada por un gran émbolo que incluso
puede enclavarse en la bifurcación de la arteria pulmonar (émbolo cabalgante); con trombos de
pequeño tamaño, que ocluyen ramas de pequeño calibre y condicionan hemorragias, hipertensión
pulmonar e infarto pulmonar; y, por último, se pueden dar numerosas masas embolicas
trombóticas. Los tipos más frecuentes son:
a) Tromboembolia pulmonar: su origen está en los miembros inferiores y en el corazón
derecho. El recorrido del émbolo es: venas profundas de los miembros inferiores, vasos venosos
de mayor calibre, cava inferior, corazón derecho, hasta la circulación arterial pulmonar.
b) Tromboembolia sistémica: se localiza principalmente en cerebro, riñón, bazo y
extremidades inferiores. Su origen está en el ventrículo izquierdo después de un infarto de
miocardio, en la aurícula izquierda de corazones con cardiopatía reumática y en arterias con
lesiones de arteriosclerosis complicada. La fibrilación auricular aumenta el riesgo de embolia.
Otros émbolos sólidos relativamente frecuentes son el de médula ósea, el de material
ateromatoso y el de tejido tumoral. La embolia de médula ósea se produce en pacientes con
fracturas en que fragmentos de este tejido penetran en venas desgarradas. La embolia
ateromatosa puede ser espontánea a partir de una placa de ateroma ulcerada, o iatrogénica, por
trituración de una placa al pinzar la aorta durante una operación. La embolia de tejido tumoral se
puede observar en la diseminación hematógena de algunos tumores, entre ellos el
coriocarcinoma, el neuroblastoma, el tumor de Wilms, el melanoma, el carcinoma de células
renales.
Embolia líquida:
a) Embolia grasa: la embolia grasa supone una obstrucción de los vasos por partículas
grasas circulantes. Se produce tras fracturas de hueso largo (con una médula ósea rica en grasa),
tras masajes cardiacos prolongados, tras la liberación de depósitos grasos titulares por pancreatitis
agudas, osteomielitis, etc. La grasa se desprende de la médula ósea o del tejido adiposo lesionado
y penetra en la circulación debido a una rotura de los sinusoides vasculares de la médula ósea o de
las vénulas. En la mayoría de los casos, la embolia grasa es clínicamente asintomática. Sin
embargo, los casos graves cursan con un síndrome de embolia grasa, que se manifiesta de 1 a 3
días después de la lesión con insuficiencia respiratoria, cambios mentales, Trombocitopenia y
petequias diseminadas.
b) Embolia de líquido amniótico: se trata de una complicación grave, pero infrecuente, del
parto y del período postparto inmediato (1 de cada 50.000 partos). Ocurre por la penetración de
líquido amniótico o de tejido fetal en la circulación materna a causa de un desgarro en las
membranas placentarias o a través de una rotura de las venas uterinas. El líquido amniótico
contiene escamas epiteliales, lanugo, meconio, grasa, tromboplastina tisular y sustancias
vasoactivas, como prostaciclina y tromboxano. Las prostaglandinas causan una vasoconstricción
pulmonar y alteran la contractibilidad cardiaca y la tromboplastina contribuye al desarrollo del
cuadro de coagulación intravascular diseminada (CID).
Embolia gaseosa:
La presencia de burbujas de gas en el árbol vascular puede obstruir el flujo sanguíneo, y
causar una lesión isquémica distal, casi tan fácilmente como lo pueden hacer las masas
trombóticas. Existen dos tipos básicos de embolismo gaseoso: arterial y venoso.
El embolismo venoso se produce al entrar aire en las venas del círculo mayor cercanas al
corazón después de traumatismos, al penetrar aire por las venas uterinas durante el parto, en
cirugía torácica o en el neumotórax, donde la entrada de aire en las venas rotas tiene lugar
durante la inspiración, al disminuir la presión venosa. Se produce también en operaciones
neuroquirúrgicas, durante cirugías laparoscópicas, en la inserción o retirada de catéter venoso
central estando el paciente sentado (debe estar en posición de Trendelenburg: tumbado con los
pies más altos). La entrada de 100-150 cc de aire es suficiente para causar la muerte. El aire
penetra hasta el ventrículo derecho, donde forma una espuma con la sangre, que colapsa el
corazón e impide la entrada y salida de sangre al ventrículo. Así, se produce un grave colapso
cardiovascular pudiéndose dar también una oclusión embolica de las arterias cerebrales.
El embolismo arterial se produce por cambios bruscos de la presión atmosférica. Se trata
de embolia por descompresión (nitrógeno), que ocurre en los buzos o en los vuelos a gran altura.
INFARTO
Como ejemplo de un infarto estudiaremos el infarto al miocardio.
INFARTO DE MIOCARDIO
El infarto de miocardio (IM), consiste en la destrucción del músculo cardíaco debida a una
isquemia grave y prolongada. Constituye la forma más importante de Cardiopatía isquémica.
PATOGENIA .
Más o menos en el 10% de las ocasiones se produce un IM transparietal sin que haya
ninguna dolencia vascular coronaria típica. En tales situaciones, otros mecanismos pueden ser los
responsables del descenso en el flujo sanguíneo coronario, como los siguientes:
El vasoespasmo con ateroesclerosis coronaria o sin ella, tal vez relacionado con la
agregación plaquetaria o debido a una Cocainomanía.
Los émbolos procedentes de la aurícula izquierda, ligados a una fibrilación auricular, un
trombo parietal en el lado izquierdo, las vegetaciones de una endocarditis infecciosa o el material
protésico intracardiaco; o los émbolos paradójicos originados en el lado derecho del corazón o de
las venas periféricas, que pasan hasta las arterias coronarias a través de un agujero oval
permeable.
La isquemia sin ateroesclerosis coronaria ni trombosis detectable puede estar ocasionada por
trastornos de los pequeños vasos coronarios intraparietales, como:
vasculitis, alteraciones hematológicas del tipo de la drepanocitosis, el depósito de amiloide en
las paredes vasculares, descenso de la presión sanguínea sistémica (shock), o la «protección»
miocárdica insuficiente durante una intervención cardíaca
B.- DURANTE UNOS 30 MIN DESDE EL INICIO HASTA DE LA ISQUEMIA MÁS GRAVE, LA LESIÓN
MIOCÁRDICA ES REVERSIBLE EN POTENCIA.
Morfología
Casi todos los infartos transparietales afectan como mínimo a una porción del ventrículo izquierdo
(que abarca la pared libre y el tabique interventricular) y engloban prácticamente la zona de
perfusión íntegra de la arteria coronaria ocluida, salvo un estrecho borde (en torno a 0,1 mm) de
miocardio subendocárdico conservado, que se mantiene mediante la difusión del oxígeno y los
nutrientes a partir de la luz ventricular.
Entre el 15 y el 30% de los IM ocasionados por una obstrucción de la coronaria derecha se
extienden desde la pared.de miocardio
Las frecuencias de afectación de cada uno de los tres troncos arteriales principales y los
lugares correspondientes de las lesiones miocárdicas que desembocan en un infarto (en el corazón
con una circulación derecha dominante típica) son los siguientes:
Arteria coronaria descendente anterior izquierda (del 40 al 50%): infartos en la pared
anterior del ventrículo izquierdo cerca de la punta; en la porción anterior del tabique
interventricular; y en la punta en forma de circunferencia.
Arteria coronaria derecha (del 30 al 40%): infartos en la pared inferior/posterior del
ventrículo izquierdo; en la porción posterior del tabique interventricular; y en la pared libre
inferior/posterior del ventrículo derecho en algunos casos.
Arteria coronaria circunfleja izquierda (del 15 al 20%): infartos en la pared lateral del
ventrículo izquierdo excepto en la punta.
A veces se encuentran otros puntos con lesiones críticas de las arterias coronarias que
provocan infartos, como la arteria coronaria principal izquierda, las ramas secundarias de la ADAI o
las marginales de la ACI.