Ejercicios Sin Resolver COMIPEMS
Ejercicios Sin Resolver COMIPEMS
Ejercicios Sin Resolver COMIPEMS
Ejercicio: Reemplaza las comas por punto y seguido donde sea necesario.
1. Aún no hemos elegido el menú de nuestra boda, lo único que sabemos es que
será vegetariano.
2. El bosque es un ecosistema en el que priman matas y árboles, una característica
de este ecosistema es que en áreas muy pequeñas suelen convivir numerosas especies
de plantas y animales.
3. Ya sacamos las entradas para todos, la función arranca a las 21, lo ideal sería
estar en la puerta del teatro 20 minutos antes.
4. Para mi cumpleaños no tengo en mente festejarlo, solo invité a mis compañeros de
trabajo a merendar el domingo.
5. La película me encantó, no solo tiene actores excepcionales, sino también una
fotografía exquisita, la música también es de primera calidad, la recomiendo ampliamente.
6. La policía logró detener a los delincuentes a las pocas cuadras del robo, ahora, el
caso está en manos de la Justicia.
7. En el examen me fue mejor de lo que esperaba, muchas de las preguntas giraron
en torno a la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen, que era el tema que más había
preparado.
8. La empresa en la que trabaja mi padre abrirá una oficina en los Estados Unidos, al
parecer los trasladarían a aquel país el próximo año.
9. Me olvidé las llaves en mi casa, por suerte, en la oficina tengo una copia.
10. El teléfono estuvo sonando toda la tarde, seguramente era para hacerme una
encuesta, por eso no atendí.
11. Me gustaría que me ayudaran a resolver un problema, tengo que decidir si acepto
una propuesta laboral que me hicieron en la competencia o si me quedo en mi actual
trabajo, en el que estoy muy cómoda.
12. Hasta que no me mude a una casa con jardín, no voy a adoptar ningún perro, no
me parece justo tenerlo todo el día encerrado.
13. Existen dos tipos de células: las procariotas y las eucariotas, las primeras carecen
de núcleo y son mucho más sencillas que las segundas.
14. Por ahora, no hubo novedades sobre su caso, si me llego a enterar de algo, lo
llamo.
15. La ciudad está muy abandonada, el pasto de las plazas no se corta hace
semanas, las veredas están destrozadas y la mitad de los semáforos no funcionan, es
deprimente.
Ejercicio: Coloca una coma donde sea necesario y especifica qué regla sigue.
1. Tienes que estudiar mucho hijo mío para llevar buenas notas.
2. Las señoras lloran las niñas cantan los hombres se van el verdadero calor viene.
3. Había en Roma en aquella ocasión españoles de todas partes: castellanos
gallegos canarios valencianos mallorquines andaluces...
4. Tu hermano sí me hizo caso; tú no.
5. Dicen de Venecia la reina del Adriático que es la capital del romanticismo.
6. El ladrón que lo había escuchado todo corrió a darles las noticias.
7. Llegando las vísperas de las fiestas toda la ciudad se pone en movimiento.
8. Presiento mi querido amigo que vas a llevarte un desengaño.
9. Compraremos peras manzanas melocotones e higos.
10. Los niños cantaban los hombres bebían las mujeres cocinaban.
11. Aunque quieras Antonio no podrás llegar a tiempo.
12. Compré este traje en Buenos Aires; aquél en Madrid.
13. Los frutos del espíritu son: amor gozo paz riqueza bondad larga espera
mansedumbre fe modestia templanza y limpieza.
14. Ernesto el amigo de Alberto estudia medicina.
15. Sálvanos socorrista que nos ha dado un calambre.
16. Una mañana cuando las calles estaban llenas de gente se oyó un estallido.
17. Miguel es estudiante de ingeniería; Pedro de medicina.
18. Hace unos años la abuela decía era más fácil comprar una casa.
Ejercicio: Coloca las comas y los puntos que hagan falta (reemplaza las “y” que sea
necesario).
Hola buenas tardes doctor el motivo de mi visita con usted es porque tengo un problema y
necesito ayuda y alguien que me escuche me siento muy ansiosa triste y decepcionada
todo esto comenzó cuando tenía mi novio que conocí en la Universidad los dos nos
queríamos muchísimo y mi novio pensaba hasta casarse conmigo llevábamos dos años
de noviazgo el problema con mi novio comenzó cuando me preguntó acerca de mi
virginidad y como yo le dije que no ya no quiso nada conmigo y cuando tuve la
oportunidad de hablar con él me dijo que no y ya no quiso nada conmigo me dijo que él
buscaba una mujer virgen que estuviera a su lado y quedé muy lastimada y decepcionada
de él nunca comprendí por qué me despreció si yo pensaba que él me amaba nunca
imaginé que todo terminaría por eso que para mi novio era tan importante y pienso que
los dos tuvimos la culpa por nunca hablar del tema y ahora estoy muy confundida muchas
gracias por su comprensión doctor
Continuidad de los parques
Julio Cortázar
Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes,
volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la
trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su
apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la
tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón
favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad
de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y
se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las
imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del
placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la
vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los
cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire
del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los
héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y
movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la
mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama.
Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias,
no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un
mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y
debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un
arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas
caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo,
dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada
había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada
instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se
interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.
Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta
de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él
se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose
en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda
que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no
estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la
sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala
azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la
primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la
mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza
del hombre en el sillón leyendo una novela.