Grados de Recompensa para El Crecimiento e - Hicks, B. R

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Grados de recompensa para el

crecimiento espiritual
B. R. Hicks

Christ Gospel Press


P. O. Box 786
Jeffersonville, Indiana 47131-0786
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Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio sin autorización por
escrito de Christ Gospel Churches International., Inc.

“Grados de recompensa para el crecimiento espiritual”


Título en ingles: Degrees of Reward for Spiritual Growth
B. R. HICKS

Publisher: Christ Gospel Press


P.O. Box 786
Jeffersonville, Indiana 47131-0786
1984

All rights reserved.

© Para edición en español

Primera edición en inglés: 1984


Segunda edición en inglés: 2002
Primera revisión en español: octubre de 2004
Segunda impresión en español: junio de 2005
Indice

Grados de recompensa para el crecimiento spiritual

I. El crecimiento hacia la madurez es recompensado con el premio


de pertenecer a la Esposa de Jesucristo.

II. Todas las formas de crecimiento que el creyente puede alcanzar


están reveladas en el tabernáculo de Moisés.

III. El deseo del apóstol Pablo para alcanzar un crecimiento


maduro en estatura espiritual.
IV. El nuevo corazón espiritual del creyente debe crecer para
madurar.

V. La Palabra de Dios revela los cuatro grados de gloria para los


creyentes resucitados.

VI. La parábola de Jesucristo sobre los obreros en la viña también


revela los grados de recompensa para el crecimiento espiritual.

VII. El apóstol Pablo reveló la necesidad de crecimiento espiritual


para los creyentes de la iglesia de Corinto.

VIII. Dios reveló los grados de crecimiento espiritual de Israel a


través de los nombres que le dio en su jornada de Egipto (el
mundo) a la tierra de Canaán (tierra de matrimonio)

IX. El crecimiento espiritual será recompensado en la eternidad


con vestiduras de gloria que son ropas blancas, ropajes blancos y
lino blanco.

X. Los grados de crecimiento de los santos resucitados serán


manifiestos en el banquete celestial de bodas del Cordero y de la
Esposa.

XI. Las tres moradas eternas de los creyentes confirman sus


diferentes grados de crecimiento espiritual
Grados de recompensa para el crecimiento
espiritual

En el mundo secular, la palabra salario va relacionada con la


ejecución de algo, ya sea bueno o malo. De la misma manera en lo
espiritual, Dios recompensará el fruto de las obras del hombre, su
crecimiento y su conducta, ya sean buenas o malas. Recompensas o
castigos acompañan algo hecho voluntariamente ya sea que las
obras sean realizadas con ignorancia o con completo conocimiento
de sus consecuencias. Recompensas acompañan a las obras de
justicia realizadas voluntariamente y castigos acompañan a las
malas obras realizadas voluntariamente. Dios galardonará al
hombre según sus obras sobre esta Tierra.

Aquél que siembra la preciosa Palabra de Dios con lágrimas, sin


duda regresará con gozo segando lo mejor de la recompensa de
Dios. Dios fundamenta Sus recompensas espirituales y eternas para
los creyentes, sobre la asimilación y la práctica que los creyentes
tengan de Su divina Palabra en el nuevo hombre. Debido a que el
creyente recibe su hombre nuevo, su nuevo corazón en la “forma
de una semilla”, el creyente debe alimentarse de la Palabra de Dios
y orar de modo que su hombre nuevo aumente en estatura
espiritual hasta que alcance la medida de la estatura de la plenitud
de Cristo (Efesios 4:13).

Hay recompensas eternas claramente definidas, reservadas para


los creyentes en cada nivel de crecimiento, en la estatura espiritual
de Jesucristo. La Palabra de Dios claramente establece estas clases
de recompensas. Aquellos que continúan creciendo en la naturaleza
de Jesucristo deben vencer al mundo, al yo carnal y al Diablo;
mientras más venza el creyente mayor será su recompensa. El
grado de entrega que hacen los creyentes para hacer la voluntad de
Dios, determina el grado de crecimiento espiritual que el Señor les
ayudará a obtener.

I. El crecimiento hacia la madurez es recompensado con el


premio de pertenecer a la Esposa de Jesucristo.

El apóstol Pablo tuvo una visión del objetivo final de Dios en


Cristo Jesús cuando dijo: “Prosigo al blanco, al premio de la
soberana vocación (alto llamado) de Dios en Cristo Jesús. Así que,
todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos…”
(Filipenses 3:14,15). El “premio de la soberana vocación de Dios
en Cristo Jesús” es el privilegio de ser la Esposa de Cristo. Según
la Escritura, nuestra salvación es un don “Porque por gracia sois
salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues, es don de Dios: No por
obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8,9). Pero el premio de
estar en la Esposa de Cristo es mediante nuestra elección y por
medio del crecimiento espiritual hasta la medida de la edad
(estatura) de la plenitud de Cristo.

Y él mismo dio unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros,


evangelistas; y otros, pastores y doctores; Para perfección de los santos, para
la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo; Hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un
varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo: Que ya no
seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina,
por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los
artificios del error: Antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todas
cosas en aquel que es la cabeza, á saber, Cristo (Efesios 4:11-15).
II. Todas las formas de crecimiento que el creyente puede
alcanzar están reveladas en el tabernáculo de Moisés.

El tabernáculo de Moisés fue el primero, y fue la sombra y la


figura de la estatura del segundo, del más amplio y más perfecto
tabernáculo, Jesucristo. Las siete piezas del mobiliario en el
tabernáculo de Moisés (el altar de metal; el lavar de metal o fuente
de bronce; el altar de oro; la mesa dorada del pan de rostros o de
fortaleza; el arca de oro y el propiciatorio de oro) formaban una
cruz. Cada pieza de ese mobiliario representa una porción de la
estatura espiritual de Jesucristo y de las experiencias espirituales
que el creyente encuentra en Él.
Mas estando ya presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir,
por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es á
saber, no de esta creación (Hebreos 9:11).

El Espíritu Santo descendió sobre la virgen María y el poder de


lo alto hizo sombra sobre ella; por lo tanto, el cuerpo o nuevo
tabernáculo que fue concebido en la virgen María fue hecho de una
manera nueva y diferente. De aquí que el nuevo tabernáculo, o
edificio del cuerpo de Jesucristo, fue infinitamente superior a la
estructura terrenal del primer tabernáculo construido por Moisés.
El primer tabernáculo fue terrenal, construido por manos
humanas. No tenía vida, debía ser transportado por las manos del
hombre y cuya gloria fue transitoria.

Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará


en gloria el ministerio de justicia. Porque aun lo que fue glorioso, no es
glorioso en esta parte, en comparación de la excelente gloria. Porque si lo que
perece tuvo gloria, mucho más será en gloria lo que permanece (II Corintios
3:9-11).

Pero el segundo tabernáculo llegó con tal gloria y resplandor,


que hizo alejar la sombra y el tipo, dejando la estatura de verdad en
Cristo Jesús, irguiéndose, revelándose con esplendor iluminante
como el sol de medio día. Sin embargo, como el primer
tabernáculo era un bosquejo de la estatura del Hijo de Dios, es la
luz guiante para revelarnos el camino de crecimiento a la medida
de la plenitud de Cristo.

Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de


Dios, a un varón perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo
(Efesios 4:13).

El tabernáculo del Antiguo Testamento es un cuadro del Hijo de


Dios en quien están escondidos todos los tesoros de sabiduría y
conocimiento. El tabernáculo de Moisés también es como una llave
que abre la sabiduría y conocimiento de cualquier otra porción de
las Escrituras. Como es un cuadro de Jesucristo y debido a que toda
la sabiduría y conocimiento están escondidos en Él, uno puede
encontrar la sombra y tipo de toda Verdad en el tabernáculo de
Moisés. Es por eso que Dios dice propiamente que toda Escritura
es útil:

Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para reargüir,


para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente instruido para toda buena obra (II Timoteo 3:16,17).

Por eso es que necesitamos estudiar el tabernáculo del Antiguo


Testamento. Primero es parte de toda Escritura; segundo revela el
diseño y pormenores de la estatura de Jesucristo, la cual
necesitamos para construir nuestra estatura espiritual.

Esa es la razón por la cual buscamos conocer a Jesucristo como


nuestro altar de metal, tomando por fe, la Sangre de Cristo para
nuestra vida. Esto completa la primera parte del fundamento sobre
el cual construimos nuestra estatura espiritual. La segunda parte de
nuestro fundamento que necesitamos conocer es al Espíritu Santo
con Su poder, Sus dones y la santificación de Su fuego encontrado
en el altar de bronce. Para completar nuestro fundamento,
necesitamos conocer a Jesucristo como nuestra fuente de metal o
lavar, apropiándonos por fe, de las aguas de Su nombre, de su
muerte y de su vida de resurrección. Entonces, estamos equipados
para progresar en la construcción de un edificio espiritual sobre
nuestro fundamento al buscar conocer a Jesucristo como nuestro
altar de oro, de incienso; ahí nos apropiamos por fe de Su oración
de dolores de parto, de Su oración intercesora y de Su oración de
petición. Después debemos buscar conocer a Jesucristo como
nuestro candelero de oro con Su luz deliciosa de sabiduría,
entendimiento y conocimiento. Conforme nuestro edificio
espiritual crece, nosotros también conocemos a Jesucristo como
nuestra mesa de oro, la mesa de los panes, donde nosotros
participamos de la fuerza de Su santo pan de modo que nosotros
podemos caminar en la luz de los misterios no revelados que
hemos recibido del candelero de Verdad. Debemos constantemente
presionar hacia arriba y adelante en la estatura de Jesucristo hasta
que llegamos al lugar santísimo. En este lugar de Su dorada
soberanía divina de Verdad, nosotros llegamos a conocer a
Jesucristo como nuestra arca de oro. Es aquí donde la dorada Torah
de la mente de Jesucristo revela todo tipo de sentimientos justos y
todo tipo de pensamientos, acciones y sentimientos injustos. Es en
el lugar santísimo donde llegamos a conocerle como nuestro
propiciatorio dorado, el lugar donde se da toda la vida a Dios.

Fue aquí donde el cabrito de la expiación del Señor (un tipo de


Jesucristo) daba su cuello al cuchillo de Dios en el santuario,
entregando toda su sangre y su vida a fin de poder gozar de la
unidad en la relación con la gloria de Dios, con la misericordia y
con la Palabra en el asiento de la misericordia. Mientras el cabrito
se mantenía con vida propia, no podía unirse a la gloria, a la
misericordia y a la Palabra de Dios. Pero al entregar su cuello al
cuchillo de Dios, su vida o su sangre, ascendía para ser una con
Dios en el lugar santísimo.

La unión de relación espiritual con Jesucristo es lo más alto de


todo éxtasis y gozo después de dar nuestro cuello al cuchillo de
Dios en Su santuario. Este es el premio, ser hecho uno, como una
Esposa, con el Señor Jesucristo. Ser la Esposa espiritual de Cristo
es el galardón eterno incomprensible. Esto es sorprendente para la
mente humana, pero es verdad. El pensamiento de que el hombre
mortal pueda alcanzar esas alturas eternas en Jesucristo podría ser
inconcebible, excepto por el hecho de que se encuentra revelado en
la Palabra de Dios. La Esposa espiritual es la provisión eterna de
Dios para Su Hijo; y juntos, ellos compartirán el propósito eterno
de Dios en la Nueva Ciudad, la Nueva Jerusalem.
III. El deseo del apóstol Pablo para alcanzar un crecimiento
maduro en estatura espiritual.

Pablo expresó su deseo urgente para conocer esa unidad en la


relación con Cristo; aunque ya se encontraba rindiendo servicio
fiel a su Señor, aun con el riesgo de perder su vida, poniendo aparte
las comodidades de este mundo.

Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente


conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo,
y téngolo por estiércol, para ganar a Cristo. Y ser hallado en él, no teniendo
mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que
es de Dios por la fe; A fin de conocerle, y la virtud de su resurrección, y la
participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte, si en
alguna manera llegase á la resurrección de los muertos (Filipenses 3:8-11).

Pablo sabía que no había obtenido el premio, pero olvidando las


cosas que había atrás, se mantuvo alcanzando las cosas espirituales
que había delante, presionando hacia la meta. Pablo
implacablemente persiguió el PREMIO --¡LA SOBERANA
VOCACIÓN (EL ALTO LLAMADO) EN CRISTO JESÚS!

El apóstol Pablo ya había puesto el fundamento que consistía de


fe en la Sangre de Jesucristo para remisión de pecados, la
experiencia del bautismo del Espíritu Santo y fuego y el bautismo
en agua en el nombre del Señor Jesucristo. Estas tres experiencias
espirituales son dones para el fundamento del creyente, que fueron
tipificados por la sangre animal, el fuego sobrenatural, y el agua en
el atrio del tabernáculo del Antiguo Testamento. Pablo había
puesto bien su fundamento espiritual; y sin embargo, anhelaba
conocer a Cristo en la terminación de su edificio espiritual. La
palabra conocer es la misma usada en referencia a la unión marital
natural; por lo tanto, conlleva la idea de ser hecho uno.
Amados hermanos, la Sangre, el fuego y el agua son dones para
la humanidad. Cualquier otra cosa que poseamos más allá de este
punto, llega a través de nuestra propia elección de crecer y
mediante obras de fe en la Palabra de Dios y en oración. Las
experiencias del fundamento son las substancias que nos preparan
para crecer en la completa estatura espiritual de Jesucristo. Son
como raíces que soportan y nutren un árbol en su crecimiento
ascendente.
Cada día debemos aplicar la Sangre, el fuego y el agua, por
medio de la fe, a nuestra propia carne y mente carnal, para poder
alcanzar nuevas alturas y profundidades en la Palabra de Dios, a fin
de que la estatura del Señor Jesucristo pueda ser formada en
nosotros. Crecer en Dios es estrictamente un asunto personal que
requiere elección personal, dedicación y esfuerzo.

Analicemos la estatura del deseo de Pablo, pues nos muestra las


cosas por las cuales debe clamar nuestro corazón, si esperamos
estar en la Esposa de Jesucristo. El clamor de Pablo empezó con el
fin de su deseo, el cual era, al final, ser unido en uno con
Jesucristo, el Esposo.
A. Pablo deseó conocer o experimentar ser unido a
Jesucristo.
Pablo dijo “…a fin de conocerle,” la palabra conocer significa
estar consciente de, sentir, tener conocimiento de, percibir, ser
resuelto, estar seguro, entender y hablar. La Esposa de Cristo debe
presionar en su desarrollo moral y educación espiritual hasta que
ella ya no conozca a la criatura, sino sólo la eterna presencia de su
divino y celestial Prometido.

Dios el Padre enseñó este principio de Verdad a Pedro, a


Santiago y a Juan en el monte de la transfiguración. Les dio un
avance del Cristo resucitado. También les mostró a Moisés
resucitado y a Elías trasladado. Pero esos discípulos necesitaban
mayor instrucción de Dios para conocer sólo a Jesucristo y separar
al Hijo divino de Dios y Su gloria, de las criaturas finitas, Moisés y
Elías con sus glorias.
Y vino una nube que les hizo sombra, y una voz de la nube, que decía: Este es
mi Hijo amado: á él oíd. Y luego, como miraron, no vieron más á nadie
consigo, sino a Jesús solo (Marcos 9:7,8).

Todos los creyentes somos como Pedro, Santiago y Juan, en lo


que respecta a querer conocer a Jesucristo, el divino, en conjunción
con las criaturas finitas y humanas, pero este deseo sólo demuestra
nuestra inmadurez. La Esposa habrá continuado su crecimiento
espiritual hasta que ya no conozca a nadie más, ninguna criatura y
solamente oiga y conozca la voz del Esposo Jesucristo. Una vez
que se le ha conocido en una relación única en estatura,
demostrando el poder de resurrección del Señor, ellos pueden
descender en la participación de Sus sufrimientos y en
conformidad a Su muerte.

B. Pablo deseó experimentar el poder de resurrección de


Jesucristo.
Pablo continuó con su lista de deseos al decir: “…que el poder
de su resurrección.” La virtud de resurrección de Cristo es la
misma fuerza, habilidad milagrosa, poderosa fortaleza y obras
maravillosas mencionadas en Hebreos capítulo uno.

El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y


sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho
la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la
Majestad en las alturas (Hebreos 1:3).

Cuando el Hijo divino de Dios murió en la cruz y descendió al


infierno y a la muerte tomando el lugar del hombre, encomendó Su
maravilloso poder que sostiene todas las cosas en las manos de Su
Padre celestial, reconociendo que Él es la causa eterna de TODAS
LAS COSAS. En la misma mañana de resurrección, el Padre
celestial descendió del cielo y levantó a Su Hijo de la muerte y le
regresó el poder de sostén de todas las cosas. Esa transferencia del
poder del Padre al Hijo, del Hijo al Padre, y finalmente al Hijo en
la mañana de resurrección, es lo que se ha dado en llamar “poder
de resurrección”. El Hijo estuvo dispuesto a dejar a un lado su
exaltada responsabilidad de sostener todas las cosas por medio de
la Palabra de Su poder milagroso y hacerse pobre a fin de poder
llevar a cabo el Plan Maestro de Su Padre en el lugar bajo del
infierno y de la muerte, probando así, que Él amaba la voluntad y
el Plan Maestro de Su Padre para Su vida y no estaba enamorado
de ese poder milagroso.

El apóstol Pablo quiso seguir a Jesucristo en el orden correcto de


amar el Plan Maestro de Dios sobre Su ministerio milagroso y
poder de sostener todas las cosas. El amor de Jesucristo por la
voluntad y el Plan Maestro de Su Padre era primero en su corazón
y dejando en segundo lugar su amor por el poder milagroso y obras
de Dios.
Por ejemplo el perfecto orden de experiencia del Hijo de Dios
está revelado en tres maneras.
Alaben el nombre de Jehová; porque él mandó, y fueron criadas (Salmo
148:5).

El Padre concedió a Su Hijo el poder de sostener todas las cosas.


Pero el Hijo nunca olvidó que Su Padre es la causa eterna de todas
las cosas y que a final de cuentas todas las cosas dependen del
Padre en su existencia continua.
Cristo el Hijo de Dios, voluntariamente puso a un lado Su gloria
y Su poder de sostener todas las cosas, dando el poder milagroso y
las obras maravillosas de regreso a su Padre, para que el Padre
fuera CONOCIDO como la causa eterna y la razón del comienzo de
la existencia y la continuación de toda la creación. Jesucristo se
hizo a sí mismo pobre y desconocido, probando Su eterno amor y
unión con la voluntad de Su Padre.
El Padre descendió del cielo en la mañana de resurrección y
levantó a Su Hijo de la tumba, de la muerte y del infierno,
devolviéndole Su poder sustentador de todas las cosas. Entonces,
Dios el Padre sentó a Su Hijo a Su diestra y le dio todo poder,
autoridad y gloria.

Creyentes que desean estar en la Esposa, deben seguir


voluntariamente a Cristo, tanto en el lado exaltado, el lado
conocido de la balanza, con dones, con poder y con responsabilidad
de sostener cosas en el reino de Dios y en el lado de humildad, el
lado desconocido de la balanza, en pobreza, sin reputación y con la
pérdida de la responsabilidad de sostener cosas en el reino de Dios.
Creyentes que deseen estar en la Esposa de Cristo, desean ser
empujados al lado desconocido de la balanza por la voluntad de
Dios, a fin de poder compartir eternamente el poder de
resurrección del Esposo celestial, Jesucristo, quien ahora
nuevamente sostiene todas las cosas mediante la Palabra de Su
poder.

C. Pablo deseó experimentar la participación de los


sufrimientos de Jesucristo.
Seguido Pablo dijo: “…y la participación de sus sufrimientos”,
lo que expresó otro de sus deseos. La palabra participación
significa fraternidad, compañerismo, comunión, beneficencia y
distribución.

En el principio, los apóstoles amaban coparticipar con Cristo


porque les daba dones de poder, los exaltaba y les hacía ser
conocidos. Sin embargo, cuando llegó la hora de sufrimiento para
Cristo, le olvidaron y se alejaron de Él, por lo que rompieron la
participación con Él. Más tarde, a medida que fueron creciendo en
la estatura de Cristo, estuvieron dispuestos a dar sus vidas como
mártires por causa de Él.

Aquellos que desean estar en la Esposa, como el apóstol Pablo,


anhelan permanecer verdaderos a Cristo, el Esposo, tanto en el
dolor como en el placer. Una esposa verdadera desea compartir los
sufrimientos de su esposo y desea servir en el tiempo de aflicción y
de miseria. Una esposa verdadera anhela estar siempre más cerca
de su esposo en tiempo de pruebas y de sufrimientos para tener una
comunión más dulce y cercana a él. Ella, como el lirio, cuando es
horadado por las espinas, anhela difundir la fragancia de lealtad y
amor a su Esposo durante el tiempo de dolor y sufrimiento.

Aquellos que buscan estar en la Esposa de Cristo, como Pablo,


desean CONOCER a CRISTO y participar de Sus sufrimientos.

D. Pablo deseó experimentar ser hecho conforme a la


muerte de Jesucristo.

Pablo expresó el fin de sus deseos a través de sus palabras, “…


en conformidad a su muerte.” La Esposa de Cristo debe también
tener este deseo. Ella primero debe ser conformada a la muerte de
Jesucristo, rindiéndose al cuchillo de Dios en el Santuario y, por fe,
morir en la cruz con Jesús. Rendirse a la cruz incluye una entrega
total durante la vida, en las manos de Dios, el Padre celestial.

La palabra conformidad significa formado juntamente, similar y


formado a la semejanza de. Dios quiere formarnos de tal manera
que exista el mismo deseo en nuestra voluntad que hubo en Su
Hijo, Jesucristo, ese era el deseo de completa sumisión de TODA
su vida bajo el cuchillo del santuario de Dios, para la honra y
gloria del Plan Maestro de Dios.

La Esposa caminará en las pisadas de Jesús, el Hijo amado,


negándose a sí misma diariamente y tomando la cruz de Cristo
todos los días. La Esposa obtendrá la resurrección especial de entre
los muertos. Ella brillará con el resplandor de la gloria del sol al
medio día del Esposo, en la mañana de resurrección, porque fue
fiel en reconocer la supremacía del poder de Su resurrección
mientras ella estuvo en la Tierra; participó de Sus sufrimientos y
fue hecha en conformidad a Su muerte.

Todos los vencedores, todos los participantes del banquete de


bodas, sin importar el grado de su crecimiento espiritual, serán
arrebatados; sin embargo, dentro de este número estará un grupo
especial llamado “Esposa de Jesucristo”. El apóstol Pablo exclamó
en palabras más o palabras menos: “…Si hubiera alguna manera de
obtener el premio de ser uno con ese grupo especial llamado la
Esposa”.

Para crecer a la medida de la estatura espiritual de Cristo


debemos, por experiencia, conocer el camino de la cruz, el camino
crucificado. La misma palabra crecer implica la existencia de
inmadurez.

Después de haber muerto Jesucristo, después de haberse


levantado y de haber ascendido a la diestra de Dios, el Padre, dio a
la iglesia apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y doctores
(maestros), para perfección de los santos. Si los creyentes (santos)
ya fueran perfectos, no habría necesidad de estos ministerios. Pero
debido a que Jesús puso estos ministerios en la iglesia, es obvio
que los creyentes necesitaban crecer espiritualmente. Amados
hermanos, hemos sido llamados a crecer a una madurez perfecta en
el hombre espiritual.

IV. El nuevo corazón espiritual del creyente debe crecer para


madurar.

Antes de que podamos crecer, debemos humillar nuestros


corazones y reconocer nuestra necesidad espiritual de crecer.

Cuando Adam varón y Adam varona pecaron, el corazón


humano se depravó y corrompió totalmente. Dios no encontró algo
limpio en el corazón humano donde pudiera plantar una semilla de
justicia que se arraigara y diera frutos posteriormente.

Debido a que Adam-hombre y Adam-mujer dieron nacimiento al


pecado en la raza humana, cada ser humano nace con una
naturaleza depravada. Por lo tanto, cuando aceptamos a Jesucristo
como nuestro Salvador, Jesús crea un nuevo corazón dentro de
nosotros. Jesús nos da una nueva naturaleza, un nuevo hombre nace
dentro del corazón arrepentido. El nuevo corazón es espiritual, es
creado en justicia y verdadera santidad.

Y vestir el nuevo hombre que es criado conforme á Dios en justicia y en


santidad de verdad. (Efesios 4:24)
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá? (Jeremías 17:9).

Po r q u e de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos


pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos,
las avaricias, las maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno,
las injurias, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen,
y contaminan al hombre (Marcos 7:21-23).

Cualquiera que permanece en él, no peca; cualquiera que peca, no le ha visto,


ni le ha conocido. Hijitos, no os engañe ninguno: el que hace justicia, es justo,
como él también es justo. El que hace pecado es del diablo; porque el diablo
peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las
obras de diablo. Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque
su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios (I Juan 3:6-
9).

Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca; mas el que es


engendrado de Dios, se guarda á si mismo, y el maligno no le toca (I Juan
5:18).

El nuevo corazón del creyente es perfecto, de la misma manera


que un bebé recién nacido es perfecto, aunque tenga una estatura
pequeña; siendo capaz de crecer a la madurez si es propiamente
nutrido y alimentado. Nuestro nuevo corazón debe ser alimentado
y nutrido para poder crecer y poseer todo el territorio ocupado por
el viejo corazón carnal. A través de esta nueva creación, este nuevo
corazón, Dios empieza Su proceso de limpieza, santificación y
crucifixión de nuestra naturaleza carnal corrupta. Cristo desea traer
unidad entre nuestro hombre carnal, el viejo corazón y nuestro
nuevo hombre, el nuevo corazón. A medida que nuestro viejo
corazón es limpiado y santificado, se va uniendo en una relación
espiritual de unidad con Jesucristo mismo. Es así como a través de
la unión de nuestro viejo hombre con el nuevo, experimentamos el
privilegio de una relación matrimonial espiritual con Jesucristo en
nuestras almas y corazones.
Aunque el nuevo corazón en el principio es muy pequeño, es
perfecto hasta el tamaño que tenga. A medida que el nuevo corazón
(la nueva naturaleza, el hombre espiritual) es alimentado y nutrido
por medio del Espíritu y la Palabra, crece y alcanza nuevos grados
de madurez. El nuevo corazón ni es carnal ni está corrupto; es
perfecto en cada etapa de crecimiento, aunque no haya alcanzado la
madurez total. A medida que el nuevo corazón se fortalece, va
siendo capaz de conquistar y subyugar al corazón viejo, forzándolo
a debilitarse, hasta que el corazón viejo no puede más seguir
ejerciendo su autoridad y control en la vida del creyente como lo
hiciera en el pasado.

Pablo amonestó a los cristianos de Efeso a que crecieran hasta la


cabeza, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Los
bebés espirituales imaginan estar unidos a la soberanía de Cristo
cuando están en el período de bendición y exaltación. Pero, uno
debe tener un grado de crecimiento en conformidad a la muerte de
Cristo, participando de Sus sufrimientos, experimentar la virtud de
Su resurrección para aceptar y amar Su gobierno cuando trae los
sufrimientos y la humillación a nuestras vidas. El crecimiento
espiritual, como en el caso del crecimiento físico, sucede
normalmente si seguimos las reglas de una buena nutrición. Orar
fielmente, estudio de la Biblia y una sujeción de nuestras
voluntades a Jesucristo diariamente, nos ayudarán a mantenernos
en una buena condición. El crecimiento es absolutamente esencial,
si esperamos obtener el galardón al final de nuestra jornada
espiritual.

En la mañana de resurrección se revelará exactamente cuanto de


la estatura de Verdad y Su gloria hemos obtenido durante esta vida.
Si caminamos en las huellas de Cristo crucificado, ganaremos
estatura espiritual de Su Verdad con la gloria que le acompaña, lo
que será nuestro por la eternidad.

V. La Palabra de Dios revela los cuatro grados de gloria para


los creyentes resucitados.

En la primera carta a los corintios, el apóstol Pablo describe los


diferentes grados de gloria con los que estarán vestidos los
creyentes en la resurrección.

Otra es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las
estrellas: porque una estrella es diferente de otra en gloria. Así también es
la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levantará en
incorrupción; (I Corintios 15:41,42).

Esta porción de la Escritura compara a los cuerpos resucitados


de los santos con los grados de gloria natural vistos en el sol, en la
luna y en las estrellas. No todas las estrellas tienen el mismo grado
de gloria. El Señor usa las luces en los cielos, como son vistas
desde la Tierra, como un cuadro o tipo de la gloria de resurrección
de los santos. En la mañana de resurrección, cada creyente
victorioso se levantará con un cuerpo resucitado, que brillará con
cualquiera de esos cuatro grados de gloria.
En la eternidad el primer grupo de cristianos brillará como
pequeñas estrellas de gloria. El segundo grupo brillará con mayor
intensidad, como estrellas de mayor magnitud. El tercer grupo
habrá ganado una medida suficiente de la estatura del Señor
Jesucristo para brillar con mayor intensidad como la luna y el
cuarto grupo, será formado por aquellos que hayan crecido hasta a
la medida de la plenitud de la estatura espiritual de Cristo. Este
grupo será espiritualmente maduro y brillará con la gloria más
reluciente, como el sol, porque sus voluntades se han unido
totalmente en relación matrimonial a la voluntad de Jesucristo.
Este cuarto grupo de cristianos es el que estará en la Esposa de
Cristo, poseerán pues el más alto grado de gloria, la gloria del sol.
Todos los cristianos tienen la misma oportunidad de correr en la
carrera de la madurez espiritual y obtener el premio de estar en la
Esposa de Jesucristo.

El tabernáculo de Moisés nos da la descripción más completa de


la estatura de Jesucristo, y los mismos grados de gloria se
encuentran reflejados ahí. Si dividimos los cuatro grados de gloria
según el tabernáculo de Moisés, o la estatura de Jesucristo,
aparecerán de la siguiente manera:
VI. La parábola de Jesucristo sobre los obreros en la viña
también revela los grados de recompensa para el crecimiento
espiritual.

Jesucristo tocó ese punto de las recompensas para el crecimiento


en la estatura espiritual, cuando dio la parábola de los trabajadores
en la viña, según Mateo, capítulo veinte.
Los obreros de la primera hora habían estado de acuerdo en
trabajar por un denario al día, o sea doce horas; porque eso fue lo
que convinieron y desearon del dueño de la viña. Los obreros de la
tercera, de la sexta y de la novena horas estuvieron de acuerdo en
trabajar y obtener lo que pudieran, confiando en ese aspecto en el
dueño de la viña y obtener un pago justo. Los obreros de la hora
undécima obtuvieron lo mismo que aquellos que llegaron a la
primera hora a trabajar; y estos últimos murmuraron en contra del
padre de familia, el dueño de la viña, diciendo que era injusto por
haber pagado lo mismo a quienes sólo habían trabajado la última
hora, un denario. Su orgullo de revelación les hizo argüir que eran
dignos de mayor pago que los trabajadores de la undécima hora, lo
que nunca consideraron es que los obreros de la última hora
trabajaron tanto, que lograron hacer lo mismo en una hora que lo
que ellos habían hecho en todo el día de doce horas de trabajo. Por
lo tanto, el padre de familia tuvo razón de pagar a ambos grupos de
obreros (de la primera hora y de la undécima) el mismo salario. La
moraleja de esta parábola revela que Dios recompensa de acuerdo a
la estatura espiritual o en otras palabras, el crecimiento espiritual
en la Palabra de Dios a través de la oración y crucifixión de la
carne, en lugar de pagar de acuerdo a la cantidad de tiempo que se
halla utilizado en la viña. Las doce horas de trabajo en la viña es un
cuadro del privilegio que los creyentes tienen de rendir sus propios
nombres o naturalezas carnales y tomar sobre sí los nombres o
naturalezas de Jesucristo.

Los doce nombres gubernamentales del Señor Jesucristo revelan


doce aspectos de Su naturaleza divina. Los doce nombres del Hijo
engendrado que Dios reveló a Moisés son los siguientes (Exodo
34:6,7).

. Jehová
. Dios Fuerte
. Misericordioso
. Piadoso
. Tardo para la ira
. Grande en benignidad
. Grande en Verdad
. Guardador de misericordia
. Perdonador de iniquidades
. Perdonador de rebeliones
. Perdonador de pecados
. Juez Justo

VII. El apóstol Pablo reveló la necesidad de crecimiento


espiritual para los creyentes de la iglesia de Corinto.

Mucha gente se deleita y enorgullece al decir cuantos años lleva


en el “camino de Dios”, pero al echar un vistazo a sus vidas y
actitudes se puede apreciar que nunca han crecido espiritualmente
más allá de la etapa infantil.

En el principio de su primera epístola a los Corintios, Pablo


reconoció el hecho de que la iglesia de Corinto poseía todos los
dones espirituales.

Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os es
dada en Cristo Jesús, que en todas las cosas sois enriquecidos en él, en toda
lengua y en toda ciencia; así como el testimonio de Cristo ha sido confirmado
en vosotros: De tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la
manifestación de nuestro Señor Jesucristo (I Corintios 1:4-7).

Después de leer estos versículos, se pudiera pensar que la iglesia


de Corinto estaba formada por gigantes espirituales; pero esto no
era verdad, ya que en el capítulo tres, Pablo les llamó bebés
espirituales.
De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino
como á carnales, como á niños en Cristo. Os di á beber leche, y no vianda:
porque aun no podíais, ni aun podéis ahora; porque todavía sois carnales:
pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y disensiones, ¿no sois
carnales, y andáis como hombres? (I Corintios 3:1-3)

Por esa razón, entendemos que los dones del Espíritu son
exactamente lo que Dios les llama, dones. Dios no concede dones
espirituales en nosotros porque seamos maduros espirituales. Al
contrario, los dones son dados para que podamos ser maduros.

La madurez espiritual es mucho más que ser capaces de usar


dones espirituales, tan maravillosos y gloriosos como son. La
madurez espiritual se denota por medio de la habilidad de hablar y
comportarse con la naturaleza del Señor Jesucristo durante las
pruebas y circunstancias dolorosas de la vida. Por ejemplo, a los
discípulos les fueron concedidos poderosos dones para sanar a los
enfermos, para levantar a los muertos y para echar fuera demonios;
pero ¿cómo actuaron cuando se presentó la crisis y la prueba
dolorosa en la vida de Jesús y la Verdad fue probada y condenada a
la crucifixión? Ellos se quedaron dormidos; se olvidaron de Jesús;
Pedro fue aquel que se jactó y dijo en alta voz amar más que todos
a Jesús. Cuando no pudo usar su espada carnal para redimir la
situación, se alejó y hasta maldijo negando conocerlo; negando a la
persona que le había dado tan poderosos dones y había sido su
compañero constante por más de tres años.

¿Cuál fue la reacción de Jesucristo, el único maduro, cuando fue


enfrentado con la muerte en el huerto de Gethsemaní? Jesús mostró
completa entrega a la voluntad del Padre cuando dijo lo siguiente:

Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son á ti posibles: traspasa de mi este
vaso; empero no lo que yo quiero, sino lo que tú (Marcos 14:36).
Jesús se rindió solo en el huerto, en lugar de levantar un dedo de
Su omnipotente fuerza independiente de Su Padre celestial, para
salvarse a sí mismo.

Mientras el inocente colgaba entre el cielo y la tierra, miró con


amor, con misericordia y con perdón a los ojos de los que le habían
desnudado, herido, golpeado, burlado y clavado en la cruz. La
reacción natural del hombre hacia quienes le ha causado dolor,
sufrimientos y humillación, sería de odio, mostrándoles impiedad
y condenación; pero, Jesús clamó con amor y misericordia, “…
Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen…” (Lucas 23:34).
Un vistazo a la naturaleza santa, tierna y misericordiosa de
Jesucristo nos muestra que tenemos lugar para un mayor
crecimiento espiritual en amor, misericordia y perdón.

Amados hermanos, estamos viviendo en la undécima hora; la


venida del Señor está próxima. Aprovechemos total ventaja de los
momentos que nos quedan para crucificar nuestra naturaleza e
inmisericordia carnal de impiedad y de odio, por medio de asirnos
a la gloriosa y amante naturaleza de amor y luz de Cristo. En la
eternidad, cuando los premios o galardones sean dados, no nos hará
ningún bien decir cuantos años servimos en la viña, ni cuantos
dones poseíamos. Tampoco importará cuantas almas guiamos al
Señor, o cuantos años de ministerio y servicio le rendimos, La
Palabra de Dios claramente declara que todos somos “siervos
indignos”. El Señor está buscando crecimiento espiritual de la
estatura de Cristo, Su amado Hijo dentro de nosotros, porque los
premios están basados en los grados de madurez espiritual que
hemos adquirido en Cristo y no en los años de servicio.

VIII. Dios reveló los grados de crecimiento espiritual de Israel


a través de los nombres que le dio en su jornada de Egipto (el
mundo) a la tierra de Canaán (tierra de matrimonio)
Existe otro ejemplo claro en la Palabra de Dios acerca de las
cuatro fases diferentes de crecimiento que Israel encontró en sus
experiencias en su jornada de Egipto a la tierra de Canaán. Dios
mandó a los hijos de Israel que salieran de Egipto (el mundo) para
ir a la tierra de Canaán (tierra de Beulah o tierra de matrimonio),
que se relaciona con nuestra jornada espiritual de esta tierra, el
mundo, a la Nueva Ciudad. Dios reveló el crecimiento espiritual de
Israel por medio de los cuatro nombres que le dio durante su
jornada espiritual.
A medida que Israel progresó en su jornada natural y espiritual.
Dios le reconoció primero como a un hijo, en segundo lugar como
una iglesia (o congregación); en tercer lugar como una esposa, en
cuarto lugar como madre.
En Egipto, la primera experiencia espiritual de Israel, como
nación fue la de recibir la sangre para redención de la muerte
(Exodo 12). La sangre de la Pascua que salvó a Israel de la muerte
fue un tipo y figura de la Sangre redentora de Jesucristo. Israel, el
hijo, no habría podido continuar muy lejos en la jornada natural y
ni en la jornada espiritual en Egipto hasta llegar a Etham (Exodo
13), donde Dios le dio una segunda experiencia que fue llamada el
bautismo de la nube y fuego. La nube y fuego que guió y guardó a
Israel, era un tipo del bautismo del Espíritu Santo.

PORQUE no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos


estuvieron bajo la nube, y todos pasaron la mar; y todos en Moisés fueron
bautizados en la nube y en la mar; y todos comieron la misma vianda
espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la
piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo (I Corintios 10:1-4).

La tercera experiencia en Egipto se presentó cuando


milagrosamente cruzó el mar Rojo (Exodo 14). Este fue un tipo o
figura del bautismo exterior en el nombre, en la muerte y en la vida
de resurrección del Señor Jesucristo. Estas experiencias
fundamentales de los dones de la sangre, del fuego y del agua
sacaron a Israel, el hijo, fuera de Egipto hacia el desierto. Hasta esa
etapa en la jornada hacia Canaán, Israel poseyó ambos ámbitos de
la gloria de estrella que Pablo menciona en su primera carta a los
corintios.

Durante la fase del desierto en su jornada hacia Canaán, la


nación de Israel cambió de una relación masculina de hijo de Dios,
a una femenina, como prometida, Israel fue llamada iglesia o
congregación.

Israel fue elevada al grado de gloria de luna, cuando se desposó


con la Torah y el tabernáculo de Moisés en el desierto.
Este es el Moisés, el cual dijo á los hijos de Israel: Profeta os levantará el
Señor Dios vuestro de vuestros hermanos, como yo; á él oiréis. Este es aquél
que estuvo en la congregación (Iglesia) en el desierto con el ángel que le
hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres; y recibió las palabras de
vida para darnos (Hechos 7:37,38).

En el desierto Israel comió maná y bebió el agua de la roca viva


(L a piedra era Cristo, la Palabra viva de Dios, según dice I
Corintios 10:1-4). Fue en el desierto donde Dios reveló los diez
mandamientos de Su Torah; dados para guiar y gobernar a Su
desposada. Dios también en ese lugar les dio el diseño para
construir el tabernáculo; ungió a sus siervos con sabiduría y
entendimiento para construir el tabernáculo. Dios desposó a Su
esposa, Israel, mediante Su Torah-Verdad para revelarla, Él revelo
la sabiduría, entendimiento y conocimiento de su Torah a aquellos
que fueron sumisos y obedientes a ella. Su deseo les hizo dignos de
ir a la tierra de Canaán. Sin embargo, a pesar de todas esas
experiencias espirituales en el desierto, no todos los de Israel
fueron considerados dignos de ir a Canaán y entrar en una relación
como Esposa de Dios. Algunos de Israel fueron rebeldes y
desobedientes, y murieron en el desierto. Algunos fueron
obstinados, malvados y atrevidamente se opusieron al Señor y a
Sus líderes; por lo que fueron lanzados vivos dentro de un abismo
cuando la tierra abrió su boca y los tragó. Estas personas nunca
conocieron al Señor como una Esposa pero murieron en el período
de esponsales, quedándose cortos de la meta. Algunos cruzaron el
Jordán y se convirtieron en la Esposa de Dios; y Él se hizo su
Esposo espiritual.

Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre…


(Isaías 54:5).

Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Asolamiento;


sino que serás llamada Hephzibah, y tu tierra Beulah; porque el amor de
Jehová será en ti, y tu tierra será casada (Isaías 62:4).

Para poder alcanzar esta posición exaltada de una Esposa


espiritual, Israel tuvo que cruzar el río Jordán. Los sacerdotes al
estar parados en medio del Jordán, sostuvieron el arca del pacto
con su propiciatorio, sobre sus hombros, e Israel pasó bajo el arca
como una demostración de estar tomando sobre sí el nombre de
Jehová Dios que estaba en la gloria Kabode así como en el arca;
por lo que Jehová Dios sería su Esposo espiritual y su cabeza
espiritual. Al aceptar caminar bajo la soberanía de Jehová Dios,
Israel entró en una relación de matrimonio espiritual con Él como
su Esposo. Tuvo el privilegio de caminar bajo el gobierno y la guía
de Su glorioso nombre y bajo la luz de su gloriosa Torah – Verdad.

Jehová Dios milagrosamente ayudó a Su esposa (Israel) a


conquistar y poseer la tierra de Canaán. Después, con su
maravilloso y sorprendente gobierno y guía Él le ayudó a construir
el templo como una casa permanente para Su santo nombre
(Jehová Dios) en Jerusalem en la cima del monte Sión.

Entonces Jerusalem llegó a ser una madre, engendrando hijos e


hijas de la Torah – Verdad. ¡Qué glorioso privilegio acompañó el
premio o galardón que Israel obtuvo!

Así hemos visto las cuatro fases del crecimiento espiritual de


Israel; como hijo en Egipto, como iglesia en el desierto, como
esposa en la tierra de Canaán y como madre a las naciones del
mundo. Israel obtuvo los cuatro grados, de gloria de estrella, de
estrella de mayor magnitud, de luna y de sol, a los que Pablo se
refiere en relación con el cuerpo resucitado de los santos. Tanto los
cuatro nombres de Israel y los cuatro grados de gloria mencionados
por Pablo indican una estatura espiritual completa y madura.

IX. El crecimiento espiritual será recompensado en la


eternidad con vestiduras de gloria que son ropas blancas,
ropajes blancos y lino blanco.

La Palabra de Dios también compara al cuerpo resucitado a una


casa (una morada, un lugar para vivir) y a vestiduras (algo que
debemos ponernos o vestir).

Porque sabemos, que si la casa terrestre de nuestra habitación se deshiciere,


tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los
cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser sobrevestidos de aquella
nuestra habitación celestial; Puesto que en verdad habremos sido hallados
vestidos, y no desnudos (II Corintios 5:1-3).

El libro de Apocalipsis describe tres clases diferentes de


vestidos usados por los santos en la resurrección: ropas blancas
(sencillas), vestiduras blancas (dobles) y lino fino blanco y
brillante. Estos atavíos espirituales son de suma importancia
porque nuestra morada eterna es determinada mediante las
vestiduras de resurrección que usaremos.

Para poder comprender totalmente las recompensas eternas de


gloria y las vestiduras de los santos, es necesario entender el
templo celestial de Dios, diseñado en forma de cruz. Esto es obvio,
partiendo del hecho de que el tabernáculo terrenal de Moisés fue
construido en forma idéntica al patrón mostrado a Moisés del
templo divino. Cuatro veces, Dios le dijo a Moisés que se
asegurara de cómo construir el tabernáculo terrenal, según el
diseño o patrón que le había sido mostrado en el monte. (Exodo
25:9, 40; 26:30; y 27:8). Cada detalle del tabernáculo de Moisés
era importante pues debía llevar la imagen del templo celestial. El
templo celestial y el tabernáculo terrenal de Moisés tipifican o
representan la estatura espiritual del Señor Jesucristo.

El templo celestial de Dios es importante porque revela la


recompensa terrenal para las diferentes etapas de crecimiento
espiritual que los creyentes adquieren en la estatura espiritual de
Jesucristo.
Mucha gente piensa que la Nueva Jerusalem y que el cielo son
uno y que son el mismo lugar. Creen que todos los creyentes, sin
importar su crecimiento espiritual o su madurez, pasarán la
eternidad en la Nueva Jerusalem. Sin embargo, estudiando
cuidadosamente la Palabra de Dios esa idea y enseñanza es
refutada.

A medida que proseguimos con este estudio, veremos


claramente que Dios tiene tres lugares diferentes para los creyentes
en la eternidad: los Nuevos Cielos, la Nueva Tierra y la Nueva
Ciudad. Esto ajusta con los principios de Verdad establecidos en el
tabernáculo de Moisés del Antiguo Testamento. El tabernáculo
tenía tres divisiones: el atrio, el lugar santo y el lugar santísimo.

El atrio estaba abierto para toda la nación de Israel, mientras que


sólo a los sacerdotes les era permitido entrar al lugar santo; de los
sacerdotes, únicamente el sumo sacerdote o pontífice tenía acceso
al llamado lugar santísimo.

Las tres clases de vestiduras usadas por los santos en la


eternidad están tejidas alrededor de la estatura del templo celestial
y representan los grados de recompensa obtenido por los santos.

A. Las ropas blancas relacionadas al atrio celestial y a la


gloria de estrella

En su visión profética, el apóstol Juan vio que el primer grupo


de creyentes vestidos con ropas blancas estaban debajo del altar.

1. Algunos de los santos vestidos con ropas blancas en


el cielo fueron confinados debajo del altar.

El apóstol Juan vio dos grupos de almas en el cielo con ropas


blancas, Apocalipsis seis y siete. La palabra griega para ropa
significa: bata, toga o sotana larga, usada como una marca de
dignidad; la palabra blanca significa luz. Los dos primeros grados
de gloria eternal son comparados a dos clases diferentes de
estrellas, es decir de diferente magnitud. La ropa blanca de luz
representa el don de salvación. El cuerpo resucitado es, por lo
tanto, una vestidura de luz y gloria para vestir la Palabra de Dios
en el creyente. Entre más Palabra de Dios posea el creyente, mayor
grado de gloria vestirá la Palabra. Todos los creyentes empiezan
con ropa blanca de gloria para cubrir su salvación.

Y cuando él abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que
habían sido muertos por la palabra de Dios y por el testimonio que ellos
tenían. Y clamaban en alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y
verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra? Y
les fueron dadas sendas ropas blancas, y fuéles dicho que reposasen todavía
un poco de tiempo, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos,
que también habían de ser muertos como ellos (Apocalipsis 6:9-11).

Nótese que estas almas no tenían sus ropas blancas, sus cuerpos
resucitados, al principio de la visión. Clamaban al Señor desde
abajo del altar pidiendo venganza, juzgar y vengar su sangre en la
tierra. Su posición debajo del altar revela su inmadurez de estatura
espiritual. Cuando ellos hablaban, sus quejas y preguntas
confirman que sólo eran bebés espirituales, sin descanso perfecto y
confianza en la divinidad o gobierno de Jehová Dios. De hecho,
estaban diciendo: “¿Cuánto más va a durar esto? ¿Cuánto más
esperarás Dios, para hacer algo acerca de mi problema?” Esas son
palabras de gente cuya fe nunca ha madurado. Seguían divagando:
“¿Es Dios lo suficientemente poderoso como para resucitar
nuestros cuerpos de la tumba y unirlos a nuestras almas y
espíritus? ¿Será lo suficientemente bueno como para vestirnos con
una porción de Su gloria que obtuvimos allá en la tierra?” Amados
hermanos, aquel que resucitó a Jesucristo de los muertos es lo
suficientemente bueno y poderoso como para resucitar a todo aquel
que haya confiado en Él para salvación.

Juan observó a esos bebés recibir sus ropas blancas y se les


ordenó descansar por un corto tiempo. La Palabra no dice que se
hayan puesto esas ropas blancas, pero les fueron dadas por el amor
de gracia y de misericordia de Dios para animarlos y les fue dicho
que reposasen un poco de tiempo o hasta el tiempo en que fueran
vestidos con ellas.

2. Algunos de los santos vestidos con ropas blancas se


pararon en el cielo delante de la presencia de Dios y del
Cordero

El segundo grupo de ropas blancas de salvación son vistos


delante de la presencia de Dios y del Cordero con palmas en sus
manos. La palabra griega para ropas es stolay, significa equipo,
estola o prenda larga usada como una marca de dignidad, ropa
larga, vestido largo.

En el capítulo siete de Apocalipsis, Juan describe a este grupo de


creyentes que visten ropas blancas.

Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno
podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban
delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y
palmas en sus manos; Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación á nuestro
Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles
estaban alrededor del trono, y de los ancianos y los cuatro animales; y
postrándose sobre sus rostros delante del trono, y adoraron á Dios, Diciendo:
Amén: La bendición y la gloria y la sabiduría, y la acción de gracias y la
honra y la potencia y la fortaleza, sean á nuestro Dios para siempre jamás.
Amén. Y respondió uno de los ancianos, diciéndome: Estos que están
vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Y yo le
dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande
tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del
Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en
su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos.
No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro
ningún calor. Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y
los guiará á fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos
de ellos (Apocalipsis 7:9-17).

Hay quienes enseñan que la gran multitud mencionada en este


capítulo son aquellos que fueron salvos durante el período de la
tribulación; pero, eso es imposible, ya que Juan tuvo esa visión en
el principio del período de tribulación, en lugar de al final de ella.
Cuando Juan los vio, ya vestían sus ropas blancas de salvación,
probando con esto que ya habían recibido sus cuerpos glorificados.
Estos son gente redimida vistiendo ropas blancas de luz de estrella,
vistiendo la Palabra de su salvación.

El versículo quince menciona que la gran multitud se paró


delante del trono de Dios. La palabra delante significa enfrente de,
a los ojos de. Este versículo también establece claramente la
habitación eterna del grupo de creyentes vestidos con ropas
blancas.

Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo:
y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos (Apocalipsis
7:15).

El templo de Dios permanecerá eternamente en los Nuevos


Cielos por lo tanto, sabemos que el grupo de ropas blancas le
servirán de día y de noche en los Nuevos Cielos. Como el cielo no
tiene ni sol ni luna en lo natural, la expresión “de día y de noche”
no se puede referir a un día solar como lo conocemos aquí en la
Tierra. La Biblia es su mejor comentario para explicarse a sí
misma. En Apocalipsis 14:11 vemos que terminología “día y
noche” y “por siempre”, significan lo mismo. “Y el humo del
tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran á la
bestia y á su imagen, no tienen reposo día ni noche, ni cualquiera
que tomare la señal de su nombre” (Apocalipsis 14:11). Por esto,
podemos entender que los que visten ropas blancas nunca
abandonarán el cielo; permanecerán ahí por siempre y servirán a
Dios de día y de noche. Dios morará entre ellos mediante Su
omnipresencia, de la misma manera que Él mora en el mundo de
hoy. Este grupo de ropas blancas llorará (Apocalipsis 7:17) pues
habrá perdido el galardón de estar en la Esposa de Jesucristo; sin
embargo, la misericordia de Dios les guiará a fuentes vivas de
aguas y limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.

Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a
fuentes de vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos
(Apocalipsis 7:17).

B. Vestiduras blancas (ropajes blancos) se relaciona con el


lugar santo celestial y con la gloria de luna.

El grupo de creyentes que Juan vio en el capítulo cuatro, habían


por elección y crecimiento en la Palabra de Dios, edificado en la
Palabra de su salvación y estaban usando ropas blancas de luz y
gloria, que vestían su estatura de Verdad.

Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas


veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre
sus cabezas coronas de oro (Apocalipsis 4:4).

La palabra blanca indica nuevamente gloria, luz y brillo de sus


vestiduras; pero, la palabra griega usada aquí para ropas, es
diferente a la usada para el grupo anterior. En este caso la palabra
griega para ropas es hum-at-ee-on, que significa ponerse vestiduras
interiores y exteriores; significa manto, capa, velo; ropa, trajear,
ropaje, vestir, vestuario. Por lo que podemos entender que el grupo
de ropajes blancos ha crecido y ha ido más allá que el otro en la
Verdad de la estatura espiritual de Cristo, que el grupo de
vestiduras blancas y han necesitado mayores vestiduras de luz y
gloria para vestir la Verdad que poseen. Aquellos vestidos con
ropajes blancos no sólo estaban usando vestiduras blancas de
dignidad de “luz de estrella” para vestir la Palabra de salvación que
recibieron en el atrio, también usan ropas interiores
correspondientes a la “luz o gloria de luna” para cubrir la Palabra
de Verdad que obtuvieron en el lugar santo en la estatura espiritual
de Cristo.

Según las costumbres orientales, entre mayor número de


vestiduras se usen, indican mayor posición y riqueza de una
persona. Esto también es cierto en el ámbito espiritual. Este grupo
con vestiduras dobles han presionado y caminado más en la
estatura espiritual de Cristo y han obtenido mayor riqueza de Su
Verdad, obteniendo la gloria luz o gloria de la luna para vestir la
Verdad que tienen. Por lo tanto, Dios les recompensa con una
posición de poder, autoridad y prominencia.

Como los ancianos portan coronas sobre sus cabezas, es evidente


que ocupan posiciones de exaltación, con poder y autoridad de
gobierno en la eternidad.

La ley divina de Dios para poder recibir exaltación de la manera


correcta, se encuentra revelada en el libro de Proverbios.

El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría: y delante de la honra está la


humildad. (Proverbios 15:33).

Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la


honra es el abatimiento. (Proverbios 18:12).
Antes de que Dios haga morir la soberbia en el corazón humano
a través de su experiencia en la crucifixión de Cristo, el hombre es
arrogante, altanero, testarudo y rebelde. Dios nunca exaltará ese
tipo de corazón para que le ayude a reinar y gobernar en Su reino.
Jesucristo se humilló a sí mismo, vino a la tierra y derramó Su
preciosa sangre para quitar el orgullo del corazón humano, y
llenarlo con Su Verdad humilde. Quien haya sido transformado así,
será tenido por digno de portar las vestiduras dobles y ser exaltado
para reinar y gobernar en el reino de Dios.

Los santos que Juan vio usando ropajes blancos, se aferraron a la


humildad de Jesucristo durante su jornada terrenal. Sus ropajes
blancos son testimonio de que Jesucristo ha destruido la altanera
soberbia de sus corazones y los ha llenado con Su Verdad humilde,
vistiéndolos con la luz de la luna de Su gloria y vistiéndolos con
poder, para gobernar sus orgullosas disposiciones y deseos de su
corazón humano. La Verdad humilde debe gobernar y reinar en
nuestra vida personal, ahora, antes de que sea posible, en el futuro,
conferirnos poder y autoridad sobre otros, que morarán en la Nueva
Tierra.

La Escritura revela en el libro de Apocalipsis capítulo cinco, que


la Nueva Tierra será la morada eterna para el grupo de ropajes
blancos (Ropas dobles).

Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro animales y los veinticuatro


ancianos se postraron delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas
de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos: Y cantaban un
nuevo cántico diciendo: digno eres de tomar el libro, y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo
linaje y lengua y pueblo y nación; Y nos has hecho para nuestro Dios reyes
y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra (Apocalipsis 5:8-10).
El grupo de vestiduras blancas está formado además de los
veinticuatro ancianos (un número simbólico), por las cuatro bestias
(este también es un número simbólico). Los veinticuatro ancianos
y las cuatro bestias serán santos redimidos, porque cantarán su
testimonio de cómo fueron redimidos de toda tribu, gente y nación
por medio de la Sangre del CORDERO, el Cristo. Juan describe a
esas cuatro bestias (criaturas vivas o personas redimidas).

Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas veinticuatro
ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas
coronas de oro. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete
lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete
Espíritus de Dios. Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante
al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos
de ojos delante y detrás. Y el primer animal era semejante á un león; y el
segundo animal, semejante a un becerro, y el tercer animal tenía la cara
como de hombre; y el cuarto animal, semejante á un águila volando. Y los
cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor, y de dentro estaban
llenos de ojos, y no tenían reposo día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo
el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir (Apocalipsis
4:4-8).

Juan vio las cuatro bestias unidas a los veinticuatro ancianos en


su reino y gobierno exaltado; por lo tanto es evidente que sus
vestiduras de bestias son también dobles. Su localización alrededor
del trono y su ministerio en la Nueva Tierra con los veinticuatro
ancianos, confirman la verdad de pertenecer a la estatura de la
Verdad de Cristo en el lugar santo, con el privilegio de portar
vestiduras blancas dobles. Durante la eternidad estos reyes o
bestias con vestiduras blancas dobles, tendrán el privilegio de
entrar a la Nueva Ciudad.

Y las naciones que hubieren sido salvas andarán en la lumbre de ella: y los
reyes de la tierra traerán su gloria y honor á ella. Y sus puertas nunca serán
cerradas de día, porque allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra de
las naciones á ella (Apocalipsis 21:24-26).

La Nueva Ciudad no será su morada permanente. En Apocalipsis


5:10, los reyes y sacerdotes (las bestias y los ancianos) dicen
claramente: “…y reinaremos sobre la tierra”. Este grupo creció en
estatura espiritual, hasta el punto de haberles sido confiado el
poder gobernante y reinante de Cristo sobre la Nueva Tierra.

C. Lino fino blanco se relaciona al lugar santísimo celestial,


la Nueva Ciudad y a la gloria del sol.

El tercer grupo de crecimiento espiritual en la estatura de


Jesucristo fue representado por el lugar santísimo en el tabernáculo
de Moisés, y por la tierra de Canaán en las jornadas de Israel y
también es tipificado como lino fino blanco y brillante o gloria de
sol.
La Esposa está en medio del trono de Dios con el Cordero en el
templo celestial. El trono de Dios ocupa el lugar santísimo en el
templo celestial, y luego será cambiado a la Nueva Ciudad, la
Nueva Jerusalem en la edad perfecta.

Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete lámparas de fuego


estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Dios
(Apocalipsis 4:5).

Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de


los ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y
siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra
(Apocalipsis 5:6).

Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes.
Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron
comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero
(Apocalipsis 14:4).
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas
del Cordero, y su esposa se ha aparejado . Y le fue dado que se vista de lino
fino, limpio y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los
santos (Apocalipsis 19:7,8).

El lino fino y brillante sobrepasa a las vestiduras blancas y a los


ropajes (dobles) blancos de la misma forma que la gloria del sol
sobrepasa el brillo de la gloria de las estrellas y de la luna. La
palabra griega para lino es boos-see-nos, que significa hecho de
lino, lino fino, lino blanco. La palabra griega para blanco es lam-
pros, que significa radiante, magnificente, suntuoso (en
apariencia), brillo, claro, feliz, blanco, cristalino, limpio,
magnífico, alegre. Lam-pros viene de la palabra raíz griega lam-po,
que significa radiar, brillante, dar luz, brillar.

Amados hermanos, también el dar luz depende del grado de


posesión de luz. Para poder dar luz completa de gloria de sol, se
necesita poseer la estatura completa de Cristo y estar vestido con el
lino fino blanco que es la gloria del sol.

Los grupos de ropas blancas y de ropajes blancos poseen luz


para ellos y pueden compartir su porción de luz; pero, no pueden
impartir la luz de gloria de sol a otros, ya que no poseen la estatura
completa de Verdad vestida con LINO BLANCO, la gloria del sol.
Por ejemplo, el grupo de ropas blancas poseen una sencilla túnica o
toga que cubre su salvación; no pueden compartir con alguien más
en el cielo su única ropa o gloria de estrella. Los que poseen
vestiduras dobles además de poseer la ropa que cubre su salvación,
cuentan con ropas que cubren su estatura espiritual en el lugar
santo. Aunque compartirán su porción personal de luz en la Nueva
Tierra, no pueden guiar a la Nueva Tierra con la luz de gloria del
sol, sencillamente porque no la poseen. Solamente la Esposa del
Señor Jesucristo, la Nueva Jerusalem, será capaz de dar la luz de
gloria del sol a la Nueva Tierra, por ser ella la única unida en
perfecta relación matrimonial con Jesucristo, quien es la luz del
mundo.

La Nueva Jerusalem es llamada la Esposa del Cordero. La luz


brillante de la gloria interna de la Esposa brotará de la Nueva
Ciudad, alumbrando a todas las naciones salvas en la Nueva Tierra,
para que puedan caminar en la luz completa de la gloria del
Cordero de Dios.

Y la ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en


ella: porque la claridad de Dios la iluminó, y el Cordero era su lumbrera. Y
las naciones que hubieren sido salvas andarán en la lumbre de ella: y los
reyes de la tierra traerán su gloria y honor á ella (Apocalipsis 21:23,24).

Cuando alguien recibe una visión de la gloria y belleza de la


Esposa del Cordero, nace inmediatamente un deseo en el corazón
de llegar a ser parte de la Esposa. La Biblia nos dice que la Esposa
se ha aparejado (alistado) por sí misma; y eso nos habla de sus
obras. La salvación es un don para todos los creyentes de Cristo; y
por eso, no consiste de obras.

Porque por gracia sois salvos por la fe ; y esto no es de vosotros, pues es don
de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8,9).

La recompensa de estar en la Esposa es un resultado de obras.


El lino fino blanco y brillante con el que está hecho el traje de
bodas, es un premio por sus obras, pensamientos y labor en la
Palabra y en la oración, además de su crucifixión de la “propia
vida” que le hizo crecer en la plenitud de la medida de la estatura
de Cristo.
Sólo la estatura espiritual de Jesucristo es la única digna de ser
vestida con la gloria completa del sol, lino blanco. Por ello la
Esposa de Cristo, quien habrá alcanzado crecimiento para madurar
en la estatura espiritual de Cristo, aparecerá en Su imagen
completa como el sol de justicia. El primer don del Esposo a la
Esposa es su ropa blanca de salvación, formada a través de sus
experiencias fundamentales de Sangre, de fuego y de agua. Luego,
la Esposa corresponde obsequiando al Esposo con sus obras en la
Palabra, oración y ayuno; desnudándose de su carne y cubriéndose
de Cristo.

Consideremos las obras espirituales de la Esposa, a medida que


labora en su camino hacia la plenitud de la medida de la estatura
espiritual de Cristo. Primero ella aplica, por fe los dones de Cristo
de la Sangre, del fuego y del agua para limpiar su naturaleza
carnal. Al vivir diariamente en la Palabra de Dios y en la oración,
la estatura de Cristo aumenta en el creyente. La estatura espiritual
de Cristo en la Esposa crece hasta que ella obtiene la porción de
Cristo en el lugar santo y es contada digna de ser vestida con los
ropajes blancos de gloria y poder de la luna. Vestida en sus ropas
de poder y gloria de humildad, ella puede reinar y gobernar sus
internas y corruptas actitudes, sus disposiciones hoscas y rebeldes,
su voluntad cambiante de dirección y todas las cosas que apenan el
corazón del Esposo. Así es como la estatura espiritual de Cristo
continúa creciendo y madurando dentro de ella. La Esposa hace
algo más que aprender los principios puros y santos que gobiernan
las declaraciones y juicios de su Esposo espiritual, Jesucristo. Ella
aprende a unir su corazón al de Él, para poder practicar el mismo
grado de obediencia humilde a Su autoridad, que ella ha ido
encontrando en su obediencia justa a Su Padre Celestial.

La justicia de la Esposa se delata a través de su obediencia


moral a los juicios de Su Esposo espiritual; mientras está en la
tierra aprende a guardar una actitud correcta hacia la voluntad de
Dios, por medio de arrepentimiento y un fiel uso de la Sangre, del
fuego y del agua en todas las circunstancias de su vida. Ella
mantiene sus pensamientos, palabras y acciones en forma correcta;
aun en situaciones contrarias y humillantes. Ella ha aprendido a
practicar obras de justicia hacia otros. Devuelve bien por las
injurias, por los males y por las heridas recibidas en su jornada
terrenal por causa de Cristo. En consecuencia, ella continúa hacia
arriba y adelante en su crecimiento espiritual y desarrollo moral,
hasta alcanzar el lugar santísimo, donde experimenta no solo
sujeción hacia la voluntad del Esposo, sino el exquisito gozo y
deleite en Su santa voluntad para la vida de ella. La estatura
espiritual de Cristo que ella ha obtenido por elección y por
crecimiento, es contada por digna de ser vestida y adornada con el
lino fino blanco y brillante de su refulgente y radiante gloria de
sol.

Jesucristo regresará particularmente por Su Esposa; sin


embargo, todos los vencedores, desde los que forman el grupo de
ropas blancas sencillas y los de vestiduras dobles blancas, serán
levantados en el arrebatamiento.

En las bodas naturales, asisten diferentes clases de gente aparte


de la esposa y el esposo. De la misma manera, en la boda espiritual
del Hijo habrá otras gentes, aparte del Esposo y la Esposa. Cuando
suene la trompeta, los muertos en Cristo se levantarán primero;
luego, aquellos que están vivos serán arrebatados e irán a recibir al
Señor en el aire junto con los que han sido resucitados. Todos los
santos vencedores, muertos o vivos, serán arrebatados para
participar en el banquete de bodas del Cordero en el Cielo.

X. Los grados de crecimiento de los santos resucitados serán


manifiestos en el banquete celestial de bodas del Cordero y de
la Esposa.

En el banquete de bodas celestial, habrá invitados (Mateo 22:1-


10), vírgenes (en bodas orientales, las damas de compañía eran
llamadas vírgenes, Mateo 25:1-13; el amigo del Esposo
(comparado al padrino Juan 3:29). Todos brillarán con sus
vestiduras de gloria resucitada o sus cuerpos resucitados. Cada uno
brillará con sus vestidos de gloria de resurrección. Algunos lo
harán llevando ropas blancas sencillas; otros tendrán ropas blancas
dobles; pero habrá aquellos que habrán obtenido “el premio”,
estarán usando lino fino, limpio y brillante.

El Cordero tiene una Esposa, ella es única y diferente de todas


las demás.

Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, y las doncellas sin cuento:
Mas una es la paloma mía, la perfecta mía; Única es á su madre, Escogida
á la que la engendró. Viéronla las doncellas, y llamáronla bienaventurada;
Las reinas y las concubinas, y la alabaron (Cantares 6:8,9).

De la misma forma el salmo cuarenta y cinco nos da una


descripción gráfica del Esposo, Jesucristo. Describe la
trascendental excelencia de Su estatura personal, la gloriosa
victoria de Su batalla, la justicia de Su gobierno, y la grandeza y
magnificencia de Su corte. También revela a Su Esposa real y la
preparación para Su boda. Este salmo también reseña a las damas e
invitados al banquete. El Espíritu de Dios celebra este evento en un
canto de alabanza al Esposo, una exhortación a Su Esposa, y da una
promesa profética de que Su santo Nombre será recordado y
conocido por todas las generaciones aun no creadas. La Esposa es
presentada como hija del Rey. Las vírgenes, sus compañeras o
damas, más otras honorables mujeres, están presentes en la boda.
Pero, la Esposa es la única que se ha preparado a sí misma mas que
las demás, para el glorioso honor de ser llevada ante el Rey, y
empezar una relación de pacto matrimonial como Esposa; una
fusión de gozo y felicidad sin par.

Al final del período de la tribulación sobre la Tierra, después de


que el banquete real del Esposo y la Esposa haya terminado en el
cielo, Jesucristo y Su Esposa regresarán a la Tierra. Después de que
Cristo y Su Esposa sometan a sus enemigos, Él se sentará sobre el
trono de David y comenzará su reino milenial sobre la Tierra.

Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado


sobre él, era llamado Fiel y Verdadero, el cual con justicia juzga y pelea. Y
sus ojos eran como llama de fuego y había en su cabeza muchas diademas; y
tenía un nombre escrito que ninguno entendía sino Él mismo. Y estaba vestido
de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS.
Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos vestidos
de lino finísimo, blanco y limpio (Apocalipsis 19:11-14).

Muchos años antes de la primera venida de Cristo a la Tierra


para tomar sobre sí un cuerpo físico, el profeta Joel profetizó la
segunda venida del Señor sobre la Tierra con Su Esposa y Su
poderoso ejército (Joel 2:1-11). Cuando el ejército nupcial regrese
con su Esposo, el Señor Jesucristo, a la Tierra, seguirá portando su
vestido glorioso de lino fino y blanco.

XI. Las tres moradas eternas de los creyentes confirman sus


diferentes grados de crecimiento espiritual
Los tres tipos de vestiduras o ropas que los creyentes portarán en
la resurrección serán testigos del grado de gloria que cada uno haya
obtenido a través de sus experiencias espirituales, y el grado de
crecimiento espiritual en la estatura espiritual de Jesucristo
durante su jornada en esta tierra. El tipo de vestidura de luz
(estrellas, luna, sol) que cada uno porte en la resurrección,
determinará su morada eterna permanente. Por lo que los creyentes
deberían poner mayor interés sobre su habitación permanente y
eterna de lo que están por su habitación, temporal y presente.
Aquellos portando ropas blancas o gloria de estrella, de
salvación, permanecerán en los Nuevos Cielos eternamente.

Y respondió uno de los ancianos, diciéndome: Estos que están vestidos de


ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Y yo le dije: Señor, tú lo
sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande tribulación, y han
lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por esto
están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el
que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos. No tendrán más
hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor. Porque
el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes
vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos (Apocalipsis
7:13-17).

Los del grupo de ropas (sencillas) blancas continuará su


educación moral y desarrollo espiritual por don y gracia del
Cordero en los Nuevos Cielos, Cristo los alimentará y guiará a
fuentes de aguas vivas. Después de comer y beber de ámbitos más
elevados de la estatura espiritual de Cristo, mediante Su gracia y
Su don espiritual, llorarán al ver que pudieron haber edificado, por
medio de obras espirituales, sobre el fundamento del don de
salvación, durante su jornada terrenal. Sin embargo, el piadoso
Señor en Su tierna misericordia quitará toda lágrima de los ojos de
ellos. Vivirán eternamente en los Nuevos Cielos, sirviendo al
Señor con gozo y contentamiento.

Aquellos que han sido vestidos con ropajes blancos (dobles) o


gloria de luz de luna, vivirán eternamente en la Nueva Tierra. Ellos
son reyes y sacerdotes, reinarán y gobernarán sobre la Nueva
Tierra; ellos no regresarán a la Tierra hasta que haya terminado el
reinado milenial de Cristo en ella. En ese tiempo el rey David se
volverá a sentar sobre el trono (Jeremías 30:7-9; Ezequiel 34:23;
37:24; Oseas 3:5; Amós 9:11) tal y como Dios se lo prometió; y
será asistido en su gobierno por los reyes y sacerdotes. Pero la
Esposa de Jesucristo será únicamente quien pasará la eternidad en
la Nueva Ciudad, la Nueva Jerusalem, en la presencia personal de
Dios y del Cordero.

Y no habrá más maldición: sino que el trono de Dios y del Cordero estará en
ella, y sus siervos le servirán. Y verán su cara; y su nombre estará en sus
frentes. Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de lumbre de
antorcha, ni de lumbre de sol: porque el Señor Dios los alumbrará: y reinarán
para siempre jamás (Apocalipsis 22:3-5).

El supremo deleite de la Esposa será ver el rostro de Dios y del


Cordero. El Señor Dios reconocerá la relación del pacto
matrimonial al sellar sus frentes con Su santo nombre con aquellos
que se han convertido en Su Esposa. Ellos reinarán con Dios y con
el Cordero por siempre y siempre.

Una cosa es reinar y gobernar por Dios en la Nueva Tierra


mediante Su omnipresencia y otra cosa gobernar y reinar con Dios
en Su presencia personal y ver Su rostro en la Nueva Ciudad, la
Nueva Jerusalem.

Seguramente, la Esposa de Cristo se regocijará con gozo y


contentamiento a través de las edades sin fin de la eternidad,
porque los sufrimientos temporales por Dios en esta vida terrestre
no son dignos de compararse con el infinito placer de encontrarse
con Cristo en la Nueva Ciudad.

Quiera Dios conceder que cada día Él encuentre nuestro corazón


sujetándose honestamente a la medida de la plenitud de la estatura
de Cristo Jesús, en la medida que presionamos hacia arriba y hacia
delante, esforzándonos para obtener el premio de la soberana
vocación o alto llamado de Dios en Cristo Jesús.

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