Pitágoras
Pitágoras
Pitágoras
I.- Biografía
II.- Filosofía
I.- Biografía
La vida de Pitágoras se encuentra envuelta en leyendas. El padre de
Pitágoras se llamaba Mnemarco o Mnesarco, un mercader de Tiro, y su madre
Pitaide, originaria de Samos, en Jonia. La mayoría de los historiadores
concuerdan en que su vida pública surge hacia el año 532 a.C., en tiempos de la
tiranía de Polícrates y de Tarquinio el Soberbio.
Pitágoras vivió los primeros años de su vida en Samos y acompañó a su
padre en muchos de sus viajes; era ciertamente instruido: aprendió a tocar
la lira, a escribir poesía y a recitar a Homero. Es posible que su padre lo llevara
a Tiro y que allí recibiera instrucción de caldeos y hombres instruidos de Siria.
Entre sus profesores, se menciona a tres filósofos: Ferécides de Siros, a quien a
menudo se describe como el maestro de Pitágoras; Tales y el pupilo de
este, Anaximandro. Según Yámblico de Calcis, en su Περὶ τοῦ πυθαγορικοῦ
βίου [Perì toû pythagorikoû bíou] “Vida de Pitágoras”, a la edad de 18 ó 20
años, Pitágoras visitó a Tales, en Mileto. Si bien Tales ya debía ser un anciano en
ese entonces, habría ejercido una fuerte impresión en el joven Pitágoras,
interesándolo por las matemáticas y la astronomía, y aconsejándole
visitar Egipto para que interiorizase más estas cuestiones. Anaximandro
impartía las enseñanzas de Tales, lecturas a las cuales asistió Pitágoras, y
muchas de sus ideas sobre geometría y cosmología influyeron en su propia
visión.
Fue creencia común en la Antigüedad que Pitágoras emprendió largos
viajes con el propósito de recopilar la información científica asequible de su
época directamente de las fuentes. Con este fin habría visitado no solo Egipto,
sino también Arabia, Fenicia, Babilonia, e incluso, la India. El paso de Pitágoras
por Egipto puede ser visto como más que probable; Polícrates había establecido
una alianza y existían fuertes lazos entre la isla de Samos y Egipto en ese
momento. En 525 a.C. el aqueménida Kambujiya II, Cambises, rey de Persia,
invadió Egipto. La alianza con Polícrates se rompió y, tras la Batalla de Pelusio
(o Peremoun), Cambises se apoderó de Heliópolis y Memphis. Según Yámblico,
Pitágoras fue conducido a Babilonia como prisionero de guerra por los
seguidores de Cambises. Allí, se asociaría con los «magos», instruyéndose en
sus ritos sagrados y los cultos mistéricos de los dioses, así como las ciencias
matemáticas asirobabilónica. No está claro cómo obtiene su libertad, si bien las
muertes de Polícrates y de Cambises —ambas acaecidas en 522 a.C.— pueden
haber sido factores determinantes para que Pitágoras emigrara al sur de Italia y
se estableciera en la ciudad de Crotona.
No existe ninguna certeza acerca del tiempo que Pitágoras pasó en
Egipto o en Oriente, ni de sus vicisitudes en Samos u otras ciudades griegas
antes de su llegada a Italia. Tampoco hay evidencia directa del tipo y la
cantidad de conocimientos que pudo haber adquirido, ni de cómo llegó a sus
conclusiones filosóficas definitivas. Algunos relatos sugieren que visitó los
templos y participó en discusiones con los sacerdotes, iniciándose en los ritos y
creencias que luego impondría a la sociedad que fundó en Italia. Entre las
nuevas costumbres que Pitágoras adoptó, pueden mencionarse el secretismo,
el vegetarianismo, el rehusar vestir ropas hechas de piel de animales y su
empecinamiento en la pureza. Sin embargo, es difícil determinar hasta qué
punto Pitágoras es tributario de los sacerdotes egipcios, o siquiera si les debe
algo del todo; estas características solo exhiben lo que fácilmente podría haber
sido desarrollado por una mente griega expuesta a las influencias ordinarias de
su tiempo. Incluso las fuentes más antiguas apuntan a resultados similares al
intentar conectar las peculiaridades religiosas y ascéticas de Pitágoras con
los misterios órficos o de Creta, o con el oráculo de Delfos. Porfirio señala que
Pitágoras aprendió geometría de los egipcios, pero dado el carácter meramente
práctico del cultivo de esta ciencia por los matemáticos egipcios, la influencia
directa a partir de las enseñanzas de Tales y de Anaximandro parece más
probable. De las visitas que realizara a varios lugares en Grecia —Delos,
Esparta, Fliunte, Creta y otros con los que se le relaciona—, Pitágoras aparece
comúnmente retratado en su carácter de religioso o de legislador.
Las razones por las que eligió Crotona como centro de sus actividades
son fuente de especulación. Según Diógenes Laercio, lo hizo para escapar de la
tiranía de Polícrates, aunque es más probable que fuera debido al escaso éxito
con que fueron acogidas sus enseñanzas en su ciudad natal, además de que se le
exigía que participase de los asuntos públicos y de política. También se
menciona la fama de esta ciudad en el cultivo de la medicina como posible
influencia.
En Crotona, fundó una escuela filosófica y religiosa que rápidamente
cobró notoriedad y atrajo numerosos seguidores. Pitágoras fue la cabeza de esta
sociedad dentro de un restringido círculo de adeptos conocidos como
μαθηματικοί [mathēmatikoí] “los matemáticos”. Según algunos relatos, se casó
con Téano, de Crotona, hija de Milón, su propio mecenas, y tuvieron una hija —
Damo— y un hijo —Telauges—; otros dicen que fueron dos hijas —Damo
y Myía—; otros dan noticia de que ya tenía esposa e hija cuando llegó a Italia.
La evidencia sobre el lugar y el año de la muerte de Pitágoras es incierta.
Unas fuentes indican que murió en 532 a.C., pero realmente, en 508 a.C. la
Sociedad Pitagórica de Crotona fue violentamente atacada y Pitágoras escapó
a Metaponto, lugar donde terminaría sus días (algunos autores afirman que se
dejó morir de hambre). Yámblico refiere la siguiente versión de los hechos:
Cilón, un ciudadano noble de Crotona, líder por nacimiento, rico y poderoso,
pero también violento y tiránico, deseaba ansiosamente participar del modo de
vida de los pitagóricos. Se acercó a Pitágoras, para entonces un hombre mayor,
pero fue rechazado en virtud de los defectos de carácter antes mencionados.
Cilón decidió tomar venganza y juró perseguir a los pitagóricos hasta el último
hombre. Esta es la versión mayoritariamente aceptada por los historiadores,
pero Yámblico la discute, arguyendo que el ataque de Cilón fue un asunto
menor y que Pitágoras regresó a Crotona. Ciertamente, la Sociedad Pitagórica
prosperó por muchos años después de este acontecimiento y se propagó a otras
ciudades italianas. Su tumba fue exhibida en Metaponto en tiempos de Cicerón.
II.- Filosofía
Son pocas las referencias a su obra entre los antiguos, incluidas las de
Platón y Aristóteles, pero abundantes a partir de ellos (lo que genera muchas
dudas sobre su autenticidad) y en las que se mezcla, además, la leyenda y la
realidad, o lo que podría ser tomado como una referencia real a Pitágoras o a
los pitagóricos (hoy sabemos, por ejemplo, que la atribución a Pitágoras del
descubrimiento del teorema que lleva su nombre no es defendible). Es difícil
fijar también qué doctrinas pertenecen a Pitágoras y cuáles pudieron ser
desarrolladas por sus discípulos posteriores: Alcmeón de Crotona o Filolao de
Tarento, por ejemplo. La filosofía de Pitágoras se desarrolla en una doble
vertiente: una místico-religiosa y otra matemático-científica.
a) Por lo que respecta a la primera, el eje central está representado por la
teoría de la μετεμψύχωσις [metempsýjōsis] “trasmigración de las almas” y la
consecuente afirmación del parentesco entre todos los seres vivos. Según ella,
las almas son entidades inmortales que se ven obligadas a permanecer en
cuerpos reencarnándose sucesivamente pasando de unos a otros durante un
periodo de tiempo indeterminado, hasta superar el proceso de reencarnaciones
gracias a la κάθαρσις [kátharsis] “purificación”, que culmina en el regreso del
alma a su lugar de origen. Para ello, era necesario observar numerosas reglas de
purificación, por ejemplo, la abstinencia de la carne, así como diversas normas
rituales y morales. Esta teoría será adaptada posteriormente por Platón,
constituyendo un elemento importante de su filosofía.
b) Respecto a la vertiente matemático-científica, Pitágoras afirmaba que
los números eran el ἀρχή de todas las cosas.
b.1 No sabemos si se concebían los números como entidades físicas o si,
por el contrario, se afirmaba que el principio de la realidad era algo de carácter
formal, es decir, no material (una relación, una estructura...). Aristóteles
pensaba que la doctrina pitagórica del número se basaba en descubrimientos
empíricos; por ejemplo, el hecho de que los intervalos musicales puedan
expresarse numéricamente. (De hecho, los pitagóricos concedieron una gran
importancia al estudio de la música, vista su relación con las matemáticas. Esta
relación la pudieron ir ampliando al resto de objetos que constituyen la
realidad, descubriendo en el número la razón de todo lo real, lo que llevaría a
convertirlo en el ἀρχή de los milesios). Parece, además, que los pitagóricos
concibieron los números espacialmente, identificando el punto geométrico con
la unidad aritmética. Las unidades tendrían, pues, extensión espacial y podrían
ser consideradas, como dice Aristóteles, como el elemento material de las cosas.
b.2 Es dudoso que los pitagóricos hayan podido interpretar el número
como una realidad de carácter formal o como una estructura de la realidad, es
decir, como algo no material, dado que la aparición clara de la concepción de
una realidad no material difícilmente puede anticiparse a la reflexión platónica
sobre el tema. No obstante, pese a las explicaciones de Aristóteles, tampoco
queda muy claro cómo podría interpretarse el número como una entidad
material. También en su vertiente matemática influirán en Platón los
pitagóricos.
Así, los pitagóricos estimaban que el orden y la belleza lo daban los
cuatro primeros números cuya suma es diez (1, 2, 3 y 4), que consideraban el
número perfecto, y a estos llamaron τετρακτύς [tetraktýs] la tetraktys, por ello,
esta servía para representar esta idea de armonía, y se convirtió en una figura
simbólica de gran importancia para ellos. La tetraktys forma un triángulo de 10
puntos colocados en cuatro líneas, de la forma siguiente: 4 en la base de un
triángulo, encima 3, encima 2, en el vértice 1.
Siendo el 1 la Unidad: Lo Divino, origen de todas las cosas. El ser
inmanifestado. El 2 es la Díada: Desdoblamiento del punto, origen de la pareja
masculino-femenino. Dualismo interno de todos los seres; El 3 es la Tríada: Los
tres niveles del mundo: celeste, terrestre, infernal, y todas las trinidades; y el 4
es el Cuaternario: los cuatro elementos, tierra, aire, fuego y agua, y con ellos la
multiplicidad del universo material.
El conjunto constituye la Década, la totalidad de Universo: 1 + 2 + 3 + 4 =
10 → 1 + 0 = 1.