Hora Santa 2024
Hora Santa 2024
Hora Santa 2024
Nos reunimos en esta noche del jueves santo para estar con Jesús en esta hora cargada de acontecimientos.
Queremos escuchar sus últimas palabras llenas de ternura y cercanía. Adentrarnos en sus sentimientos y
deseos más hondos. Velar y adorar el misterio de amor hecho Eucaristía. Agradecer su vida entregada por la
humanidad.
Canto: DE NOCHE IREMOS, DE NOCHE, QUE PARA ENCONTRAR LA FUENTE SÓLO LA SED NOS
ALUMBRA.
Jesús tiene un deseo hondo de cenar la Pascua con sus discípulos antes de padecer
“Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo: «Con ansia he deseado comer esta
Pascua con vosotros antes de padecer” (Lc 22,14-15).
Momento de silencio
Jesús lleva un amor intenso en el interior y en esta noche lo va a expresar con su vida, que va a romperse y
repartirse
“Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre,
habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” Jn 13,1).
Momento de silencio
Jesús se siente acechado y acorralado por todas partes. Va a ser entregado por uno de sus discípulos y
abandonado por todos. En esas circunstancias de odio y de dolor reparte a todos su cuerpo y su sangre.
“El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es
mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío». Asimismo también la copa después de cenar
diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío»
(1Cor 11,23-25).
Momento de silencio
En esta hora y en esta noche, un inocente va a ser condenado, va a morir. Es la hora del odio y de la venganza.
Es también la hora de la oración más confiada y del amor más intenso.
“Va Jesús con sus discípulos a una propiedad llamada Getsemaní… comenzó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo». Y
adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta
copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú». (Mt 26,36-38).
Momento de silencio
Salmo de la noche
Aún tenía en los labios el sabor de la copa.
Y el aliento llevaba el olor a pan fresco.
Aún se oía la voz de la llamada a la amistad
y tus manos estaban aún mojadas del agua del caldero.
Aún sentías el calor del amigo que se acercaba
descansando su dolor y pena sobre tu pecho.
Aún llevaban tus oídos el ruido del portazo
que Judas, el traidor, dio con rabia y despecho.
Aun sonaban los salmos junto a la mesa sin recoger
y la última vela poco a poco se consumía en su fuego.
Era la noche. La noche del pan partido y la copa pasada
de mano en mano, de boca en boca, en signo de un recuerdo.
Era la noche de la traición. Era la noche, tu noche
obscura, sin luna, sin estrella. Noche en tu huerto.
Era la noche de sentirte solo en soledad y angustia.
Sólo ante Dos y el hombre como si fuera un reto.
Era la noche larga como un túnel sin salida,
la noche, como aquella, aún más noche, de la salida del pueblo.
Era la noche de tu negra noche de abandono y tristeza
al sentirte solo –solo en soledad-, sin apoyos, sin atuendos.
Era la noche de quedarte lejos, sin los tuyos,
orando al Padre, sin perder de vista a ellos.
Era la noche, Señor del alba, Señor del hombre,
donde tu rostro humano sintió la frialdad del suelo.
Momento de silencio
3. ADORAMOS A JESÚS
Canto: NO ADORÉIS A NADIE A NADIE MÁS QUE A EL
Rezamos todos:
Señor Jesús,
enséñanos a orar la vida, orar la sangre,
orar la crisis, orar las guerras, orar la enfermedad
orar en la tentación, orar que es riesgo
querer beber el cáliz amargo, cuando uno solo,
sin fuerzas, sin luz, sin nadie, de noche, quiere beberlo.
Señor Jesús, Señor de la noche eterna y salvadora,
Señor obediente hasta la muerte, con amor sincero,
Tú que eres Señor del alba, Señor de la mañana,
danos tu luz cuando la noche nos vuelve ciegos.
Padrenuestro.