Guia Unidades 2 y 3 DERECHO CIVIL BIENES

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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS


ESCUELA DE DERECHO
CATEDRA: DERECHO CIVIL II (BIENES)
2DO AÑO
DOCENTE: ABG. OSCAR GONZALEZ V.

GUIA FORMATIVA - UNIDADES II Y III (Compendio de Diversas Guias)

Unidad II LAS COSAS Y LOS BIENES – OBJETO DEL DERECHO


1. Objeto y contenido de los derechos – Introducción
2. Entidades que pueden ser objeto de derechos patrimoniales
3. Concepto de cosa y sus Características
4. Requisitos de la cosa
5. Cosas y bienes
6. Clasificación general de las cosas
Atendiendo a la Percepción Sensorial (Corporales / Incorporales)
Atendiendo a la Determinación (Genéricas / Especificas)
Atendiendo al Fraccionamiento (Divisibles / Indivisibles)
Atendiendo a la Posibilidad de Sustitución (Fungibles / Infungibles)
Atendiendo a la Posibilidad de Uso Repetido o Consumo (Consumibles /
Inconsumibles)
Atendiendo a la Existencia en el Tiempo (Presentes / Futuras)
Atendiendo a la Importancia de una cosa respecto de otra (Principales /
Accesorias)
Atendiendo a la Publicidad Formas o al Registro (Registrables / No
registrables)
Atendiendo a la Interrelación de los Elementos. Singulares Simples / Singulares
Compuestas
Atendiendo a la Susceptibilidad de Trafico Jurídico
Atendiendo a la Pertenencia
Atendiendo al Carácter de la Pertenencia

Unidad III BIENES MUEBLES E INMUEBLES

1 Nociones Generales
2. Enumeración legal de los bienes inmuebles
2.1. Inmuebles por su naturaleza
2.2. Inmuebles por su destinación
2.3. Inmuebles por el objeto a que se refieren
3. Enumeración legal de bienes muebles
3.1. Los muebles por su naturaleza (muebles corpóreos)
3.2. Muebles por el objeto a que se refieren o determinarlo así la ley 3.3.
Muebles por anticipación
4. La Hipoteca y la Prenda
UNIDAD II

1.- EL Objeto y Contenido de los Derechos

Para estudiar el objeto del derecho es conveniente recordar la noción de


relación jurídica, que no es más que una relación de la vida diaria que el derecho
le otorga efectos jurídicos.

Nada de lo que pasa en la realidad pasa desapercibido para el derecho; el


legislador cuando crea una norma jurídica lo que hace es plasmar las causas de
todo lo que ocurre en la vida cotidiana para dotarlas de sus respectivas
consecuencias jurídicas.

La noción del objeto del derecho es amplia y variada, depende, según el


planteamiento del Ovelio Piña, de la variedad de las clases de derechos que
puedan ser constituidos. Parte el mismo autor de la premisa de que todo derecho
tiene su objeto, de lo contrario la relación jurídica resultaría abstracta.

En la doctrina tradicional muchas son las teorías que tratan de explicar el


objeto del derecho, pero sólo dos de ellas son las más reconocidas y reseñadas
por Florencia Márquez.

1. Teoría de la Realidad Objetiva del Objeto del Derecho: Esta teoría


sostiene que se debe partir de tres características para poder estudiar el Objeto
del Derecho: 1º) El objeto del derecho es independiente del derecho, 2º) La
susceptibilidad de apropiación y 3º) La valoración económica.

Para el análisis de esta teoría debe entenderse que en el derecho


subjetivo o personal están contenidos los derechos no patrimoniales y los
patrimoniales, caracterizándose éste por tener contenido económico. Estos
derechos patrimoniales se dividen, a su vez, en derechos reales y derechos de
obligaciones, ambos deben ser estudiados en cuanto a su objeto. En el derecho
real el objeto corresponde a la cosa, mientras que en el derecho de obligaciones
corresponde a la prestación.

La teoría antes mencionada sólo cumple los requisitos de los derechos


reales, mas no en los personales ni en los no patrimoniales, por tanto debe ser
rechazada.

2. Teoría Subjetiva del Objeto del Derecho: Se estudia el objeto del


derecho atendiendo al sujeto. Esta teoría sólo sirve para los derechos personales
y no patrimoniales, por tal motivo también debe ser rechazada.

Ante tales circunstancias es mejor no adoptar teoría alguna sino apegarse


a la realidad e indagar sobre las entidades que facilitan el estudio del Objeto de
la Relación Jurídica.

La primera de esas entidades, la cual cumple con los requisitos de la


primera teoría son las cosas jurídicamente relevantes. La segunda entidad es
el comportamiento humano, bien sea positivo o negativo y, la última de las
entidades, es la persona, pues ella constituye el objeto de los derechos no
patrimoniales.

Definición del Objeto del Derecho

Para José Castán Tobeñas, mencionado por Florencia Márquez, “El objeto
del derecho es la entidad sobre la cual recae el poder o señorío del titular del
derecho subjetivo y que le sirve de medios para sus fines.”

Según Doménico Barbero, citado por Kummerov, el objeto del derecho o


de la relación jurídica “es la entidad material o inmaterial sobre la cual recae el
interés implicado en la relación y constituye el punto de incidencia de la tutela
jurídica.”

De ambas definiciones se desprende que el objeto del derecho es todo


aquello que recae bajo el poder del hombre.

Diferencia entre el Objeto del Derecho y el Contenido del Derecho

Algunos autores pueden llegar a confundir el Objeto con el Contenido del


Derecho, pero resulta que en la realidad el contenido es lo que le va a permitir a
la persona una conducta determinada conforme a lo dispuesto en las normas
jurídicas, es decir, facultades que tiene una persona sobre una cosa
determinada.

Por citar un ejemplo de lo dicho previamente, el artículo 545 del Código


Civil Venezolano establece que “la propiedad es el derecho de usar, gozar y
disponer de una cosa de manera exclusiva…”, por lo que se debe entender que
el contenido del derecho de propiedad es el uso, goce y disposición de esa cosa
que constituye el objeto del derecho de propiedad.

De allí que se afirme que tanto el sujeto de derecho como el objeto son,
necesariamente, términos del concepto de relación jurídica227. El orde-
namiento jurídico regula relaciones entre personas, pues el hombre, en cuanto
ser que se desenvuelve en sociedad, debe atender a pautas reguladas en las
normas jurídicas. Cuando las relaciones sociales son contempladas
jurídicamente se alude a relaciones con transcendencia jurídicas o relaciones
jurídicas.

Tanto el deber como el derecho correlativo tienen un objeto, que es pre-


cisamente aquello sobre lo cual recae la titularidad de quien detenta la situación
de poder (sujeto activo del derecho subjetivo) y, al propio tiempo, constituye lo
que en concreto puede ser exigido al titular de la posición pasiva. El objeto del
derecho y el objeto del deber es siempre uno mismo. Si alguien tiene derecho a
algo, ello supone que también existe quien correlativamente debe ese algo. Esto
es, cuando existe un derecho, también existe un deber correlativo con idéntico
objeto229. De allí que se afirme que el «objeto» es el punto que une a los sujetos
en la relación jurídica, esto es, el aspecto o elemento común. Pues el objeto del
derecho del acreedor, coincide con el objeto del deber del deudor.
«El derecho subjetivo supone la existencia de un objeto, es decir, de una entidad
sometida al señorío o poder del titular del derecho y que le sirva de medio para
alcanzar sus fines». No existiendo derechos sin «objeto», al igual que no se
conciben derechos sin sujetos, por ser ambos elementos necesarios de la
relación jurídica a la par del nexo o causa.

2. ENTIDADES QUE PUEDEN SER OBJETO DE DERECHOS


PATRIMONIALES

En cuanto a lo que puede ser objeto de derecho se indican varias teorías:

la concepción clásica derivada del Derecho romano que identifica el


objeto con las «cosas materiales»; ii. otra que considera que «objeto» es todo lo
que se representa estando fuera del sujeto que incluye acciones humanas y
fenómenos «inmateriales»; iii. la concepción moderna que reseña que el único
objeto de derecho viene dado por la «conducta humana», tesis que parece
matizar la distinción entre derechos reales y derechos de crédito, toda vez que
en estos últimos sí se admite que el objeto de tales es la prestación debida que
consiste en una conducta o abstención del deudor. Algunos agregan a lo
anterior a las «personas» en razón de los poderes sobre otras personas que el
orden jurídico concede a relaciones como las familiares. Esto es, se discute si la
persona puede ser objeto de derecho, lo cual es rechazado, en principio, toda
vez que la persona no puede ser simultáneamente objeto y sujeto de derecho.
Ello sin perjuicio de que determinadas conductas humanas o prestaciones
pueden constituir objeto, como acontece en materia de derechos de crédito.

De allí que se concluya que pueden constituir objeto de derecho: los actos,
manifestaciones o comportamientos humanos y las «cosas» propiamente
dichas, objeto inmediato de los derechos reales, e indirecto de algunos derechos
de crédito.
Por lo que se afirma que el objeto de derecho de los derechos reales viene
dado por las cosas materiales o inmateriales del mundo exterior.
Así como en materia de «Obligaciones» el objeto de derecho viene dado
por la «prestación» debida por el deudor. Así pues, el objeto es algo que está fuera
de los sujetos de la propia relación. Dada la inmensidad de relaciones jurídicas o,
en extenso, de situaciones jurídicas, ha de concluirse la «heterogeneidad» de los
objetos de derecho. Tal heterogeneidad de los posibles objetos de derecho
dificulta la formulación de una teoría general del objeto, llevando a definiciones
meramente tentativas

3. CONCEPTO DE COSA Y CARACTERISTICAS JURIDICAS

La cosa puede ser entendida como un ente material o inmaterial, sin


embargo, hay legislaciones que se reservan el uso del vocablo “cosa”
únicamente para aludir a los entes corporales.

Muchas han sido las definiciones aportadas por los diferentes autores que
componen la doctrina tradicional, tanto desde el punto de vista vulgar como
jurídico. En la primera de las concepciones Piña Valle cita, por ejemplo, las
siguientes definiciones, “Es todo objeto que existe en el mundo exterior, fuera
del hombre (Blonval); “Es una porción del mundo exterior” (Egaña) o “Es todo lo
que existe físicamente, con excepción del hombre” (Granadillo).

Desde el punto de vista jurídico, el cual es el que importa en esta materia,


se pueden citar los de Biondi Biondo, Ferrara y José Castán Tobeñas, expuestos
por Florencia Márquez[6] en sus clases de Derecho Civil II.

El primero de los autores expone que “Por cosa jurídicamente podemos


entender cualquier entidad material o inmaterial que tenga relevancia jurídica, es
decir, que pueda ser tomada como objeto de una relación jurídica.”

Por su parte, Ferrara indica que “Cosa es todo bien económico que tenga
existencia autónoma y que sea capaz de ser sometida al señorío del hombre o
de la persona.”

José Castán Tobeñas plantea que “Cosa es una entidad material o


inmaterial que teniendo existencia autónoma puede ser utilizada por las
personas para satisfacer con ellas sus necesidades, generalmente económicas.”

De estas definiciones planteadas se deducen algunas características


principales, las cuales se resumen en las siguientes:

 Que la entidad sea capaz de proporcionar una satisfacción al hombre.


Con esta característica se quiere expresar que esa “cosa” debe brindar a su
titular o poseedor precario[7] un bienestar, sea para su disfrute y uso, como un
bienestar económico.
 Que sea susceptible de apropiación. Las cosas, bien sean materiales o
inmateriales, deben ser objeto del derecho de propiedad, es decir, brindar a las
personas la posibilidad de apropiarse de ellos para la satisfacción de sus
necesidades.
 Que tenga existencia separada e independiente de los demás objetos que
le rodean. Las cosas deben ser autónomas, deben ser distintas a todas las
demás que se encuentran en su entorno; deben ser identificadas o identificables
para poder individualizarlas y poder establecerse una relación jurídica con la
persona.
 Extrañeza del sujeto. La independencia no solo debe ser respecto de las
otras cosas de su entorno, sino que debe ser también la cosa extraña al sujeto
en virtud de la posibilidad de transmisión de propiedad a personas diferentes de
su titular actual.
Hay autores que sostienen que es indispensable decir que poseen valor
económico; respecto a esta situación algunos plantean que la segunda
característica mencionada ya engloba en cierta medida la dotación económica
de la cosa, sin embargo, autores como Gert Kummerov[8] dotan a las cosas de
una característica especial que es la “Gestión económica autónoma”.

Esta característica alude a la posibilidad de valoración económica de las


cosas atendiendo a la individualización de las mismas (bienes materiales e
inmateriales) y al espacio que ocupan (bienes materiales).
4. REQUISITOS DE LA COSA

Con base en lo indicado se desprende que la cosa debe cumplir con los
siguientes requisitos:

i. Impersonal: Debe ser una realidad impersonal, es decir, que no sea


persona o que sea extraña al sujeto, ya sea material (máquina o animal) o
inmaterial (creación artística). LAGRANGE alude a «extrañeza al sujeto» para
referir que es aquello que se contrapone a persona.

ii. Autónoma: Debe ser una realidad separada o autónoma, a saber, que
presenta sustantividad o individualidad propia (individualización), sin per- juicio
de la posibilidad de realidades separadas de otras desde el punto de vista ideal,
como es el caso de un terreno. Se alude así a «individualidad» o que la cosa
sea susceptible de individualización.

i. Utilidad: Que conforme al criterio social pueda ser utilizada para satisfacer
necesidades humanas, aunque se afirme que no precisa ser objetivamente «útil»,
y tampoco se requiere que la utilidad sea «económica», pudiendo ser material o
moral, aunque por regla general tiene un valor apreciable en dinero. La utilidad
puede ser futura. De allí que algunos incluyen actualidad o virtualidad.

ii. Objeto de una relación jurídica: Se precisa que pueda ser parte de una relación
jurídica.

5. COSAS Y BIENES

La diferencia entre ambos términos es sutil, la tendencia apunta a considerarlos


sinónimos. Mientras para algunos la «cosa» es el género y el «bien» es la
especie, otros ven la posición inversa, considerando los bienes como porciones
del mundo exterior o energías y las cosas reducidas a realidades.

«Cosa», de hecho, es una expresión que sucede a la antigua y compleja con-


cepción romana de res, positivizada históricamente en las codificaciones
justinianeas y que se traslada a los códigos europeos del siglo x Ix. La «cosa»
decimonónica es el objeto de los derechos reales. «Bien», en cambio es una
creación posterior, que guarda relación con la evolución de la dinámica de los
negocios y del comercio, y con el nacimiento de nuevos tipos de bienes
intangibles.

Señala KUMMEROW que tradicionalmente se han venido manejando en el mismo


plano los conceptos de cosas y bienes, pese a que no han fal- tado intentos de
atribuir carácter jurídico a los bienes, para negárselo, lateralmente, a las cosas.

Clasificación General de las Cosas

De acuerdo con Aguilar, las cosas se pueden clasificar de innumerables


maneras, atendiendo a sus cualidades particulares como el tamaño, forma, color,
por ejemplo. Pero en esta ocasión se hará un estudio de las cualidades
jurídicamente relevantes. En ese sentido pueden considerarse las siguientes:

1. Atendiendo a la Percepción Sensorial


a. Corporales o Materiales: Aquéllas entidades que se
pueden percibir a través de cualquiera de los sentidos o de medios
idóneos para tal fin.
b. Incorporales: Son los que se perciben a través del intelecto,
tanto que el autor Castán Tobeñas, citado por Florencia
Márquez[11], dice que se percibe con los “ojos de la mente”. Esta
categoría de bienes ha permitido entender la noción de la
“Propiedad Intelectual”, la cual se encuentra contenida en el
artículo 546 del Código Civil Venezolano; el mismo establece que
“El producto o valor del trabajo o industria lícitos, así como las
producciones del ingenio o del talento de cualquiera persona, son
propiedad suya…”
2. Atendiendo a la Determinación
a. Genéricas: Son aquéllas que están designadas por
caracteres que les son comunes a todas las de su género o
especie.
b. Específicas: Son aquéllas designadas por sus caracteres
propios, que les permiten diferenciarlas de las demás de su mismo
género.

Esta clasificación tiene relevancia en las siguientes materias:

· En materia de derechos reales, pues tienen por objeto cosas específicas.


· En materia de posesión, pues siempre se ejerce sobre cosas específicas.
· En materia de obligaciones; porque sucede que pueden existir
obligaciones que tengan por objeto cosas genéricas o específicas.
· En materia de la llamada “pérdida de la cosa debida”. Esta materia
señala que cuando una cosa específica que constituía la prestación de un
negocio jurídico de alguna manera se extinguía, se extinguía la obligación por
vía de consecuencia.
· En materia de legados. Se permite al testador legar un bien mueble
genérico o específico, aún cuando el mismo no se encuentre dentro de su
patrimonio. El cumplimiento del mismo corresponde a los herederos, quienes
deberán adquirir el bien legado a favor del legatario que haya sido beneficiario
del mismo en el testamento.

3. Atendiendo al Fraccionamiento
a. Divisibles: Son las cosas que se pueden fraccionar,
conservando cada fracción resultante de la división la misma
esencia y función del todo, de manera que entre el “todo” y la
“parte” existe solo una diferencia cuantitativa, mas no de calidad.
b. Indivisibles: Son aquéllas cosas que al partirse pierden su
esencia y función, de manera que no pueden ser utilizadas para el
fin que estaban destinadas. La indivisibilidad, en ocasiones, es
impuesta por la voluntad de las partes o por mandato legal, ya que
una cosa divisible puede convertirse perfectamente en indivisible.
Interesa esta clasificación en los siguientes aspectos:

· En materia de servidumbres. El artículo 756 del Código Civil Venezolano


señala que existiendo un predio dominante de una servidumbre indivisible que
pertenece a muchas personas, si uno de los propietarios lo utilizare, aprovechará
la suspensión de la prescripción para todos los copropietarios.
· En materia de comunidad. Los artículos 768 y 769, ejusdem, señalan que
los miembros de una comunidad no están obligados a permanecer en ella,
pudiendo solicitar la división de la misma y la adjudicación de su cuota parte, sin
embargo, si el bien objeto de la comunidad perdiera su función, bien sea social
o económica, el mismo no podrá dividirse.
· En materia de obligaciones. Disponen los artículos 1.250 y 1.252 del
sustantivo civil que las obligaciones serán indivisibles cuando tienen por objeto
un hecho indivisible, la constitución o la transmisión de un derecho no susceptible
de división. También será indivisible la contraprestación del deudor respecto del
acreedor.
· En materia de sucesiones. Salvo disposición expresa del testador, el
artículo 1.067 del Código Civil permite a los herederos solicitar la partición de la
herencia.

4. Atendiendo a la posibilidad de Sustitución


a. Fungibles: Son aquéllas que, por no estar individualmente
designadas en una relación jurídica, pueden, por su naturaleza o
por un acuerdo entre las partes, ser sustituidas por otras.
b. Infungibles: Son aquéllas que sí están individualmente
designadas en una relación jurídica impidiendo, por tanto, ser
reemplazadas por otras.
Tiene interés en todas aquéllas relaciones jurídicas en las cuales una
persona hace entrega de una cosa para luego ser devuelta.

5. Atendiendo a la Posibilidad de Uso Repetido o Consumo


a. Consumibles o de Uso Simple: Son aquéllas entidades
cuyo primer uso las destruye en forma inmediata o la pone fuera
del poder de disposición del sujeto.
b. Inconsumibles o de Uso Repetido: En sentido contrario,
son aquéllas entidades cuyo primer uso no las destruye en forma
inmediata, ni la pone fuera del poder de disposición del sujeto.
La importancia de esta clasificación, radica, según el planteamiento de
Eloísa Sánchez Brito[14], en la obligación que tiene una persona de restituir la
cosa que se le ha dado en préstamo, es decir, en las figuras jurídicas del
comodato y del mutuo.

6. Atendiendo a la Existencia en el Tiempo


a. Presentes: Entidades que tienen existencia actual en la
naturaleza al momento de establecerse una relación jurídica.
b. Futuras: No existen en la naturaleza al momento de
referirse a ellas, pero se prevé que pueden llegar a existir.
El artículo 1.156 del Código Civil Venezolano dispone, expresamente, que
“Las cosas futuras pueden ser objeto de los contratos…”, sin embargo, tal y como
lo señala Sánchez Brito[15], En aquellos contratos en los que se transfiere la
propiedad del bien objeto del mismo, el efecto traslativo no se verificará al
momento de perfeccionamiento de la relación contractual, sino al evidenciarse la
existencia del bien.

7. Atendiendo a la Importancia de una cosa respecto de otra


a. Principales: Entes a los cuales se les une otro para su uso,
perfección o complemento.
b. Accesorias: Entidades que se le unen a la principal para
complementar y cumplir su función.
El inconveniente en este aspecto se presenta cuando las cosas pertenecen
a personas diferentes, situación que será comentada posteriormente, en el
apartado del Derecho de Propiedad y la accesión como medio de adquisición de
la misma.

8. Atendiendo a la Publicidad Formal o al Registro


a. Registrables: Entidades cuyo negocio jurídico requiere de
registro para que produzca efectos frente a todos (erga omnes).
b. No Registrables: Son las cosas que, por su naturaleza, no
ameritan de publicidad registral para producir efectos jurídicos
frente a todos.
El artículo 1.920 del Código Civil Venezolano establece cuáles son los
instrumentos que deben ser registrados y, por tanto, cuales son los bienes objeto
de los contratos que han de cumplir con la formalidad registral.

Artículo 1.920.- Además de los actos que por disposiciones especiales están
sometidos a la formalidad del registro, deben registrarse:
1º.- Todo acto entre vivos, sea a título gratuito, sea a título oneroso, traslativo de
propiedad de inmuebles, o de otros bienes o derechos susceptibles de hipoteca.
2º.- Los actos entre vivos que constituyan o modifiquen servidumbres prediales,
derechos de uso o de habitación, o que transfieran el ejercicio del derecho de
usufructo.
3º.- Los actos entre vivos, de renuncia a los derechos enunciados en los dos
números precedentes.
4º.- Los actos de adjudicación judicial de inmuebles u otros bienes y derechos
susceptibles de hipoteca.
5º.- Los contratos de arrendamiento de inmuebles que excedan de seis años.
6º.- Los contratos de sociedad que tengan por objeto el goce de bienes
inmuebles, cuando la duración de la sociedad exceda de seis años o sea
indeterminada.
7º.- Los actos y las sentencias de los cuales resulte la liberación o la cesión de
alquileres o de rentas aun no vencidas, por un término que exceda de un año.
8º.- Las sentencias que declaren la existencia de una convención verbal de la
naturaleza de las enunciadas en los números precedentes.

9. Atendiendo a la Interrelación de los Elementos


a. Singulares: Son aquéllas que constituyen una unidad
natural o artificial en la que sus elementos están unidos o
compenetrados entre sí, a veces identificados y separables.
i. Simples: Aquéllas entidades cuyos elementos están de tal manera fusionados
entre sí, que resulta imposible poderlas identificar o separar.
iii. Compuestas: Aquéllas entidades cuyos elementos están fusionados o
unidos entre sí, pero que si pueden separarse

Diferencias entre Cosas Simples y Cosas Compuestas

· Las cosas simples pueden ser dadas por la naturaleza o por


producto del hombre, mientras que las compuestas son solo cosas artificiales.
· En las cosas simples los elementos no se pueden individualizar ni
separar, en tanto que en las compuestas sí.
· En las cosas simples, por lo general, los diversos elementos tienen
similar importancia, es decir, que por regla general, los elementos son todos
importantes para formar el todo. Caso contrario surge con las cosas compuestas,
en las cuales existen cosas con mayor relevancia respecto de otras, para la
función del todo.

b. Universales: Conjunto de bienes corporales o incorporales que,


con base en una unión idealizada, la cosa es considerada como un
todo o una sola cosa, generalmente con un nombre propio.
En este aspecto se hace necesaria la referencia a las “Universalidades de
Hecho”, entendidas como un conglomerado de cosas corporales y autónomas,
generalmente homogéneas, que propietario reúne como un todo. Para la
configuración de la “Universalidad de Hecho” se requiere:

· Existencia de una pluralidad de cosas corporales y autónomas.


· Que sean considerados como un todo.
· Que su destino sea impuesto por el hombre.
10. Según su Apropiabilidad o en Razón de su Pertenencia
a. Apropiables: Cosas que actualmente tienen un titular.
b. No Apropiables: Cosas que no pertenecen a nadie.
Las cosas sin propietarios, o son bienes comunes o son res nullius, es decir,
cosa de nadie, siendo éstas, apropiables por el primero que tome posesión
efectiva de ellas, con ánimo de dueño y sin restricción alguna.

11. Atendiendo a la Susceptibilidad de Tráfico Jurídico


a. Cosas de Libre Tráfico (Res in commercium): Aquéllas cosas
que, por su naturaleza o destino son objeto de negocios jurídicos,
sin que pese sobre ellas ninguna prohibición.
b. Cosas no Susceptibles de Tráfico Jurídico (Res extra
commercium): Cosas sustraídas de modo absoluto a la
apropiabilidad, por su misma naturaleza o por su destino, así como
también los bienes inembargables e inalienables por disposición
legal.
c. Cosas de Tráfico Restringido y del Tráfico Prohibido: Cosas
que, pudiendo considerarse dentro del comercio, inciden dentro de
una prohibición legal que restringe o elimina definitivamente, tales
como las armas o explosivos, narcóticos, sustancias
estupefacientes, órganos humanos, por ejemplo.
12. Atendiendo a la Pertenencia
a. Cosas pertenecientes a la Nación, a los Estados, a los Municipios
y a los establecimientos públicos, pudiendo ser del dominio público
o de dominio privado (Art. 538 C.C.V.)
b. Cosas pertenecientes a los particulares.
13. Atendiendo al Carácter de la Pertenencia
a. Bienes del Dominio Público: Son porciones de territorio no
susceptibles de propiedad privada y que satisfacen necesidades
colectivas. Por ejemplo, los caminos, los lagos, los ríos, las
murallas, fosos, puentes de las plazas de guerra y demás bienes
semejantes.
b. Bienes del Dominio Privado: Todos los pertenecientes a los tres
niveles político territoriales, excluyendo los bienes del dominio
público.

7. DISTINCION ENTRE BIENES MUEBLES E INMUEBLES

Nociones Generales

En la época clásica del Derecho romano se diferenció entre res mancipi y res nec
mancipi, las primeras asociadas a lo importante, como suelo y esclavos. El Derecho
romano acordó protección posesoria tanto a los muebles como a los inmuebles.

En Roma, el criterio de distinción re sidía únicamente en la naturaleza de las cosas;


las cosas no susceptibles de traslado (res inmobiles) y todas las demás eran cosas
mobiliarias. Los romanos no pensaron jamás en extender esta clasificación a los
derechos, ni siquiera a los derechos reales.

Así, la distinción entre muebles e inmuebles viene dada porque los pri- meros
pueden transportarse de un lugar a otro, por su propia fuerza o por una fuerza
externa.

La clasificación apunta a la posibilidad de desplazamiento. La distinción abarca


incluso los bienes incorporales. Los derechos y acciones que tienen por objeto
cosas muebles son también muebles (artículo 533 del Código Civil).

La división de los bienes en muebles o inmuebles constituye lo que el


derecho francés denomina la Summa Divissio Rerum y, dada la influencia del
derecho napoleónico en la legislación civil venezolana, goza de gran relevancia
en el derecho patrio y, por tanto, constituye la principal clasificación en materia
de bienes.

Partiendo de lo señalado por Aguilar Gorrondona, desde los orígenes de la


distinción entre los bienes muebles e inmuebles se presentaban tres
características para lograr entender tal clasificación. Tales características serían:
1º) La limitación a los bienes corporales, 2º) Carecían de relevancia jurídica y,
3º) radicaba la distinción en la naturaleza física de los mismos en cuanto a su
carácter estático o su movilidad.
De acuerdo a este planteamiento, la tercera característica se exterioriza a
través de un número de realidades, según lo indica Kummerov, realidades que
se resumen en las siguientes:

· Son muebles todos los cuerpos móviles, es decir, aquéllos que


pueden moverse por sí mismos (semovientes) o los que pueden ser desplazados
por una fuerza externa.

· Son inmuebles todas aquéllas entidades que no pueden


desplazarse ni ser desplazadas

Posteriormente, con el paso del tiempo, la distinción no solo abarcaba las


cosas corporales, sino que logró extenderse también a los derechos y acciones,
razón por la cual ya, en la actualidad, la clasificación en comento se modifica
sustancialmente y, por tanto, cambian las características tradicionales
mencionadas ut supra, por las planteadas, igualmente, por Aguilar, a saber: 1º)
Alcanza a las cosas, derechos y acciones, 2º) Goza de gran relevancia jurídica,
3º) Se le brinda mayor importancia a los inmuebles y, 4º) Se debe entender la
distinción de acuerdo a lo dispuesto por las normas jurídicas positivas.

Clasificación de la Summa Divissio Rerum en el derecho venezolano

Tal y como se mencionó al principio de este tema, la legislación civil


venezolana está influenciada por el Código Napoleónico, es decir, el derecho
civil francés, el cual plantea la división de las cosas en muebles e inmuebles; se
deja ver este planteamiento en el artículo 525 del Código Civil Venezolano,
dispositivo técnico legal que forma parte del Título I del Libro Segundo, De los
Bienes.

El referido artículo señala que “Las cosas que pueden ser objeto de
propiedad pública o privada son bienes muebles e inmuebles.”

Ahora bien, tal clasificación no puede quedar satisfecha con la mencionada


disposición. Cada categoría debe ser analizada por separado para lograr
comprender la extensión de la misma y el avance jurídico que se verifica en la
consagración de los derechos y las acciones junto a los bienes corporales, que
va mucho más allá del otrora y simple fundamento en lo material y movilidad.

1. Bienes Inmuebles

Definir el concepto de los bienes inmuebles llevaría a considerar que son


aquéllas entidades que no pueden moverse ni por sí solas, ni por una fuerza
externa, sin embargo, esta definición no satisface al amplio desarrollo que la
legislación venezolana ha dado al respecto.

En ese sentido, y tal como lo plantea Eloísa Sánchez Brito, resultaría más
puntual considerar como bienes inmuebles a aquéllas entidades que, por su
naturaleza, prestan su utilidad permaneciendo fijas y, también, las cosas que
brindan un servicio a su titular, sin que sea necesario que permanezcan fijas.
Con lo ya señalado, el artículo 526 del sustantivo civil indica que “Los
bienes son inmuebles por su naturaleza, por su destinación o por el objeto a que
se refieren.”, razón por la cual se hace necesario el estudio de cada una de las
categorías que indica la ley.

a) Inmuebles por su Naturaleza: De acuerdo a la tesis de


Kummerov, los inmuebles por su naturaleza son todas aquéllas entidades
corporales cuya movilización inmediata no puede realizarse, ni por sí solas, ni
por una fuerza externa.

Tiene su consagración legal en el artículo 527 del Código Civil Venezolano,


el cual se transcribe a continuación:

Artículo 527.- Son inmuebles por su naturaleza:


Los terrenos, las minas, los edificios y, en general, toda construcción adherida
de modo permanente a la tierra que sea parte de un edificio.
Se consideran también inmuebles:
Los árboles mientras no hayan sido derribados;
Los frutos de la tierra y de los árboles, mientras no hayan sido cosechados o
separados del suelo;
Los hatos, rebaños, piaras y, cualquier otro conjunto de animales de cría,
mansos o bravíos, mientras no sean separados de sus pastos o criaderos;
Las lagunas, estanques, manantiales, aljibes y toda agua corriente;
Los acueductos, canales o acequias que conducen el agua a un edificio o terreno
y forman parte del edificio o terreno a que las aguas se destinan.

Como se puede apreciar, destaca, en primera instancia, el suelo y todo


aquello que está adherido o sujeto a él, cuestión que es lógica, en virtud de que
los mismos no pueden desplazarse ni ser desplazados. Sin embargo, merece
especial atención el párrafo que hace mención a los conjuntos de animales.

En este aspecto, si bien es cierto que los animales, por su naturaleza, son
cosas muebles por poderse desplazar por sus propios medios, el legislador
aplica la regla de “lo accesorio sigue la suerte de lo principal”. Es por tal motivo
que se consagra como inmueble a los animales que cumplen su función principal
de producir, siempre y cuando no estén separados de “sus pastos o criaderos”.

b) Inmuebles por su Destinación: Son entidades que, aún siendo


muebles por su naturaleza, su titular “destina” a favor de un fundo, es decir, un
inmueble por su naturaleza.

Es, como lo expresa Ovelio Piña, “una ficción legal”, puesto que,
nuevamente se aplica el principio que reza que lo accesorio sigue la suerte de lo
principal. En ese orden de ideas, todos aquellos muebles que son destinados al
suelo, es decir, para beneficio del suelo, serán reputados también como
inmuebles, porque el titular así los ha destinado.

Esta categoría tiene su consagración legal en los artículos 528 y 529 del
Código Civil Venezolano, los cuales se transcriben para su conocimiento:
Artículo 528.- Son inmuebles por su destinación: las cosas que el propietario del
suelo ha puesto en él para su uso, cultivo y beneficio, tales como:
Los animales destinados a su labranza;
Los instrumentos rurales;
Las simientes;
Los forrajes y abonos;
Las prensas, calderas, alambiques, cubas y toneles;
Los viveros de animales.

Artículo 529.- Son también bienes inmuebles por su destinación, todos los
objetos muebles que el propietario ha destinado a un terreno o edificio para que
permanezcan en él constantemente, o que no se puedan separar sin romperse
o deteriorarse o sin romper o deteriorar la parte del terreno o edificio a que estén
sujetos.

Como se puede observar, concluyendo la información suministrada, los


inmuebles por su destinación son todos aquellos muebles por su naturaleza que
el propietario destina a un inmueble que también le pertenece.

Para ser considerados como tal se requiere:

· Que exista un bien mueble y un bien inmueble por su naturaleza.


· Que pertenezca a la misma persona, natural o colectiva.
· Que el bien mueble esté destinado al servicio del inmueble, de
acuerdo al uso normal de las cosas.
· Que la destinación tenga carácter permanente, aunque no quiere
decir que sea perpetuo.

Los bienes inmuebles por su destinación empiezan a ser reputados como


tal desde el momento en que, real y efectivamente, el propietario destina el bien
mueble al servicio del inmueble y dejará de serlo por tres causas, 1º) que el
propietario voluntariamente lo retire, 2º) que perezca el bien mueble y, 3º) cuando
cambie el destino de la cosa principal.

Esta modalidad de inmuebles tiene interés práctico en los siguientes


aspectos:

· En relación con la los contratos de compra – venta, el artículo


1.495 del Código Civil Venezolano compila al vendedor a hacer entrega de la
cosa objeto del negocio jurídico con todos aquellos accesorios y bienes
destinados para su uso.
· Con relación al contrato de permuta, por ser un medio de
transmisión de la propiedad, el artículo 1.563, ejusdem, señala que la misma
regla aplicada a los contratos de compra – venta en el dispositivo técnico legal
1.495, señalado ut supra, tendrá validez para la permuta.
· En materia de legados, el artículo 939 del sustantivo civil dispone
que si se lega una cosa, se deberá entregar con todos los inmuebles por su
destinación que formen parte de ella, en caso de haberlos.
· En materia de Hipoteca, dispone el artículo 1.880 que la hipoteca
se extiende también a todos los accesorios del inmueble hipotecado.
c) Inmuebles por el Objeto a que se refieren: He aquí la
extensión de la distinción a los derechos y acciones. Esta modalidad es
precisamente la que consagra a las cosas incorporales también como bienes
inmuebles, siempre que tengan por objeto cosas inmuebles.

Tiene su consagración positiva en el artículo 530, el cual reza lo siguiente:

Son inmuebles por el objeto a que se refieren:


Los derechos del propietario y los del enfiteuta sobre los predios sujetos a
enfiteusis;
Los derechos de usufructo y de uso sobre las cosas inmuebles y también el de
habitación;
Las servidumbres prediales y la hipoteca;
Las acciones que tiendan a reivindicar inmuebles o a reclamar derechos que se
refieran a los mismos.

Se entiende entonces que, si bien es cierto que es imposible catalogar a


los derechos y acciones como bienes muebles o inmuebles, el legislador ha
querido plasmarlos en esta categoría, atendiendo, como lo señala Aguilar, a la
naturaleza del objeto sobre el cual surte sus efectos.

2. Bienes Muebles: Una definición común tradicional o sencilla de los


bienes muebles pudiera tomarse del trabajo de Ovelio Piña, a saber, “Que se
puede mover”, “Susceptible de ser trasladado de un sitio a otro” o “Que puede
cambiar de lugar”. Sin embargo, suelen aplicarse las mismas reglas de los bienes
inmuebles, pues no solo debe atenderse al aspecto físico o a la posibilidad de
movilización, sino que también se consagran los derechos y acciones dentro de
esta categoría, como se verá oportunamente.

El legislador venezolano presenta dos clases de bienes muebles en el


artículo 531 del Código Civil, al estatuir que “Los bienes son muebles por su
naturaleza, por el objeto a que se refieren o por determinarlo así la Ley.”

a) Muebles por su Naturaleza: Le ley define claramente esta


categoría, de manera que el artículo 532 señala que “Son muebles por su
naturaleza los bienes que pueden cambiar de lugar, bien por sí mismos o
movidos por una fuerza exterior.”

b) Muebles por el Objeto a que se refieren o por Determinarlo


así la Ley: El razonamiento al respecto es idéntico al señalado en el artículo 530,
el cual estatuye los inmuebles por el objeto a que se refieren. Ciertamente, los
derechos y acciones que tienen por objeto bienes muebles con reputados
también como bienes muebles.

En ese sentido, el artículo 533 del Código Civil es el que brinda la


consagración legal de esta categoría en los siguientes términos.

Artículo 533.- Son muebles por el objeto a que se refieren o por determinarlo así
la Ley, los derechos, las obligaciones y las acciones que tienen por objeto cosas
muebles; y las acciones o cuotas de participación en las sociedades civiles y de
comercio, aunque estas sociedades sean propietarias de bienes inmuebles. En
este último caso, dichas acciones o cuotas de participación se reputarán muebles
hasta que termine la liquidación de la sociedad.

Se reputan igualmente muebles las rentas vitalicias o perpetuas a cargo del


Estado o de los particulares, salvo, en cuanto a las rentas del Estado, las
disposiciones legales sobre Deuda Pública.

En el artículo siguiente se deja una disposición que para algunos doctrinarios,


como es el caso de Florencia Márquez de Krupij, no es necesaria. La misma
señala que “Los materiales provenientes de la demolición de un edificio y los
reunidos para construir uno nuevo, son muebles mientras no se hubieren
empleado en la construcción.” Ciertamente es innecesaria, porque se deduce
que al construir un edificio, éste se adhiere a la tierra y pasa a ser un inmueble
por su naturaleza.

El mismo legislador ha consagrado también algunas normas interpretativas, de


manera que en el ejercicio práctico no se presenten confusiones sobre la materia
mobiliaria. Dichas normas se encuentran contenidas en los artículos 535 y 536,
teniendo como colofón el artículo 537.

Estos artículos rezan lo siguiente:

Artículo 535.- La palabra mueblaje, comprende los muebles destinados al uso y


adorno de las habitaciones, como tapices, camas, sillas, espejos, relojes, mesas,
porcelanas y demás objetos semejantes.

Comprende también los cuadros y las estatuas que forman parte de los muebles
de una habitación, pero no las colecciones de cuadros, estatuas, porcelanas, ni
las que ocupan galerías o cuartos particulares.

Artículo 536.- La expresión casa amueblada, comprende sólo el mueblaje; la


expresión casa con todo lo que en ella se encuentra, comprende todos los
objetos muebles, exceptuándose el dinero o los valores que lo representen, los
créditos u otros derechos, cuyos documentos se encuentren en la misma.

Artículo 537.- Las disposiciones contenidas en los dos artículos anteriores no


tendrán aplicación cuando las expresiones a que se refieren resulten con un
sentido diferente en la intención de quien las empleare.

Estas normas se consagran con el fin de interpretar la intención de quienes


hacen uso de ellas en instrumentos jurídicos y evitar los inconvenientes que se
presentaban comúnmente en la práctica al confundir las expresiones, quedando
inaplicables cuando tengan una sentido diferente, según lo dispone el citado
artículo 537.
Importancia práctica de la distinción

Tomando como base la obra de Eloísa Sánchez Brito, la clasificación de


los bienes en muebles e inmuebles presenta para el régimen jurídico venezolano
la siguiente importancia práctica:

1. En materia de publicidad formal y registral, todo acto entre vivos que


tengan por objeto bienes inmuebles deben ser registrados, solo los muebles
como vehículos, naves y aeronaves están sometidos a la misma formalidad. (Art.
1.920 C.C.V.)

2. La prescripción adquisitiva también varía de acuerdo a esta


clasificación, por lo que los inmuebles se prescriben al transcurrir 20 años, en el
caso de posesión legítima o al transcurrir 10 años, en el caso de posesión de
buena fe (Art. 1.979 C.C.V.). Los bienes muebles se prescriben a los 2 años,
conforme al artículo 1.986 del Código Civil.

3. Respecto del régimen de garantías, la hipoteca procede solo sobre


bienes inmuebles, en tanto que la prenda se configura sobre los bienes muebles.

Sin embargo, a pesar que, en principio, la hipoteca procede sobre bienes


inmuebles, la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de
Posesión dispone en su artículo 21 que pudiera recaer también sobre muebles,
en los siguientes términos:

Sólo podrán ser objeto de hipoteca:


1° Los establecimientos mercantiles o fondos de comercio.
2° Las motocicletas, automóviles y camionetas de pasajeros, autocares,
autobuses, vehículos de carga, vehículos especiales y otros aparatos aptos para
circular. Podrán también hipotecarse las locomotoras y vagones de ferrocarril.
3° Las aeronaves.
4° La maquinaria industrial.
5° El derecho de autor sobre las obras de ingenio y la propiedad industrial.
No son susceptibles de hipoteca el derecho de hipoteca mobiliaria ni los bienes
especificados en el artículo 51 de esta Ley.

Parágrafo Único: Las garantías sobre naves, serán objeto de una Ley especial.

Del mismo modo, la prenda se constituye sobre bienes muebles,


trasladándose la posesión plena de los mismos a quien se constituya como
acreedor prendario, no obstante, el artículo 51, ejusdem, dispone lo siguiente:

Podrá constituirse prenda sin desplazamiento de posesión sobre los siguientes


bienes:
1º.- Los frutos pendientes y las cosechas esperadas.
2º.- Los frutos o productos ya cosechados o separados del suelo.
3º.- Los animales de cualquier especie, así como sus crías y productos
derivados.
4º.- Los productos forestales cortados o por cortar.
5º.- Las máquinas, herramientas, aperos, útiles y demás instrumentos de las
explotaciones agrícolas, pecuarias y forestales.
6º.- Las máquinas y demás bienes muebles que, no reuniendo los requisitos
exigidos por el artículo 42 de esta Ley y no formando parte de una explotación
agrícola, pecuaria o forestal, sean susceptibles, sin embargo, de suficiente
identificación por razón de sus propias características, tales como marca,
modelo, número de fábrica u otras semejantes.
7º.- Las mercaderías, productos elaborados y materias primas
almacenadas.

4. Con relación a las medidas preventivas o ejecutivas, los embargos


preventivos sólo pueden recaer sobre bienes muebles, no así con los embargos
ejecutivos, los cuales recaen sobre bienes muebles e inmuebles. La medida de
secuestro, igualmente, puede recaer sobre muebles e inmuebles, en tanto que
la prohibición de enajenar y gravar sólo se constituye sobre inmuebles.

5. Tiene interés también en materia de competencia judicial territorial.


El Código de Procedimiento Civil señala en su artículo 40 que las demandas
relativas a bienes muebles se interpondrán en el domicilio del demandante, en
tanto que el artículo 42 indica que los libelos sobre bienes inmuebles se
presentarán 1º) En el lugar donde se encuentre el bien, 2º) En el domicilio del
demandado o, 3º) Donde se haya celebrado el contrato, de encontrarse allí el
demandado, todo a elección del demandante.

6. En materia de posesión el artículo 794 del Código Civil otorga a la


posesión de buena fe sobre bienes muebles el mismo valor que el título sobre
los inmuebles.

LA HIPOTECA.

CONCEPTO.
Es el derecho real constituido en seguridad de un crédito en dinero, sobre los
bienes inmuebles, quedando estos en poder del deudor. La hipoteca recae en
principio sobre bienes inmuebles pero la ley permite hipotecar ciertos bienes
muebles que tienen un asiento fijo, como los buques y aeronaves.

Concepto Legal.
El concepto legal de la hipoteca está contenido en el Art. 1.877 CCV, en su
primera parte, que dispone: «La hipoteca es un derecho real constituido sobre
los bienes del deudor o de un tercero en beneficio de un acreedor, para asegurar
sobre estos bienes el cumplimiento de una obligación».

CARACTERES DE LA HIPOTECA.

1. La hipoteca es un derecho real de garantía: el derecho real de garantía


es aquel que tiene como finalidad asegurar el cumplimiento de una
obligación, constituyendo trabas para impedir la enajenación de la cosa que
está destinada a responder al titular del crédito o derecho. Esta garantía
real hipotecaria en principio sólo puede constituirse sobre bienes
inmuebles, pero también puede constituirse sobre bienes muebles. El
derecho real de garantía es oponible a todos y permite al acreedor
hipotecario ejercer su poder sobre los bienes hipotecados, le confiere al
acreedor hipotecario:
1. Derecho de hacer ejecutar la cosa para la satisfacción de su crédito.
2. Derecho de preferencia para cobrarse con el producto del remate de
la cosa hipotecada por encima de los demás acreedores.
3. Derecho de persecución de ese bien donde se encuentre y en las
manos de quien se encuentre, para traerlo al remate judicial con el
mismo propósito anterior.
2. La hipoteca es un derecho accesorio: es un derecho accesorio, en virtud
de que para su existencia presupone la existencia y validez de una
obligación principal, a la cual garantiza. Al deudor le asiste el derecho de
oponer las siguientes excepciones en resguardo de su derecho:
1. Excepciones personales: destinadas a extinguir la obligación, por
circunstancias que dependen o son inherentes a la persona obligada.
2. Excepciones reales: son aquellas que están destinadas a dejar sin
efecto las pretensiones de acreedor, basadas en circunstancias
objetivas inherentes al crédito o a la garantía.
3. La hipoteca no confiere al acreedor hipotecario los derechos de uso,
goce y disposición de la cosa hipotecada: la hipoteca no le confiere la
transferencia de la posesión del bien al acreedor. La tenencia y posesión
de la cosa queda en poder del constituyente o propietario de la misma.
4. La hipoteca es un contrato solemne: la hipoteca es un contrato solemne,
porque necesita de la escritura y del registro correspondiente para surtir sus
efectos y ser eficaz. La hipoteca no se perfecciona ni por el consentimiento
legítimamente manifestado, ni por la tradición de la cosa, y en tal sentido,
no es un contrato consensual sino solemne porque está sometido a la
solemnidad de la escritura pública, sin la cual no tendría ningún valor.
5. La hipoteca tiene como fundamento bienes muebles e inmuebles.
6. La hipoteca es un derecho especial: para que pueda tener efecto la
hipoteca, además de la publicidad, se requiere la designación especial de
los bienes sobre los cuales debe ser constituida. Debe hacerse, conforme
a la naturaleza de los bienes, su situación, linderos, nombre específico si lo
tiene, el Estado Parroquia o Municipio donde está ubicado,
individualización, etc. Otro de los requisitos es la especificación de la
cantidad de dinero por la cual se constituye la hipoteca. El fundamento de
esta determinación es facilitar a terceros el conocimiento con exactitud de
la totalidad de gravámenes que afectan al inmueble, para así evitar posibles
componendas fraudulentas entre acreedor y deudor, también permite la
graduación de la hipoteca.
7. La hipoteca es un derecho indivisible: si el deudor o cualquiera de sus
herederos cancelan una parte de la deuda, no pueden solicitar que se
declare libre una parte del bien hipotecado. La ley establece dos
excepciones:
1. La primera: se da en protección de los adquirientes de apartamentos
en propiedad horizontal. (Arts. 33, 7, 25, 26 de la Ley de Propiedad
Horizontal; y 1.877, 1885 CCV)
2. La segunda: se da en protección de los adquirientes de parcelas
rurales o urbanas, de las cuales se hubiese hecho oferta pública. (Arts.
13, 6 y 10 de la Ley de Ventas de Parcelas; y 1.877 CCV).
PUBLICIDAD DE LA HIPOTECA.
Principio general consagrado en el Art. 1.879 CCV. La hipoteca no tiene efecto
si no se ha registrado con arreglo a lo dispuesto en el CCV. Nuestra legislación
acoge el principio de publicidad y especialidad de la hipoteca, con la disposición
del Art. 1.879 en concordancia con lo previsto en los Arts. 1913 al 1916 CCV.
La omisión de la publicidad es sancionada con la inexistencia del contrato de
hipoteca. Esta omisión puede ser invocada tanto por las partes como por los
terceros (Art. 1.924 CCV).
En nuestro derecho la publicidad se hace, mediante la institución del Registro, y
las disposiciones que la rigen se encuentran tanto en el CCV como en la Ley de
Registro Público.
GRADUACIÓN DE LA HIPOTECA.
Según el Art. 1.896 CCV «La hipoteca produce efecto y toma su puesto en la
graduación desde el momento de su registro, aunque se trate de una obligación
futura o simplemente eventual».
Según el Art. 1.897 CCV «las hipotecas se graduarán según el orden en que se
hayan registrado, y se registrarán según el orden de su presentación.
El grado de la hipoteca se determinará en el orden que están ubicadas en el
protocolo.
El Registro del documento es lo que confiere el derecho de hipoteca, y de
acuerdo a la fecha del Registro es como se establece el orden en que deben ser
graduadas de acuerdo a los demás créditos hipotecarios.
La graduación de la hipoteca no es más que la determinación del orden en que
deben ser cancelados los créditos en caso de un remate judicial del bien objeto
de la garantía.
ELEMENTOS DE LA HIPOTECA.
Al igual que todos los contratos, la hipoteca como parte de ellos, tiene los mismos
elementos que son comunes a todos los demás: a) Consentimiento; b)
Capacidad y poder; c) Objeto y; d) Causa.
CLASIFICACIÓN DE LA HIPOTECA
El Art. 1.884 CCV establece: «La hipoteca es legal, judicial o convencional».
1.HIPOTECA LEGAL: es la que resulta directamente de la Ley, sin intervención
de las partes. El Art. 1.885 CCV establece tres casos en los que procede la
hipoteca legal.
a.En relación con el ordinal primero del Art. 1.885 CCV, goza de hipoteca legal,
todo el que haya enajenado un inmueble que sea susceptible de ser hipotecado,
cuando esta enajenación se haya efectuado a título oneroso. La hipoteca legal
tiene como fundamento, garantizar el cumplimiento de las obligaciones
provenientes del acto de enajenación.
b.El ordinal segundo del Art. 1.885 CCV, se da en tres supuestos:
i.Supuesto de una sucesión: cuando se refiere a los coherederos.
ii.Supuesto de una sociedad: cuando se refiere a los socios.
iii.Supuesto de una comunidad: cuando se refiere a los
comuneros.
c.La hipoteca legal establecida en el ordinal 3º del Art. 1.885 CCV, está
concedida a favor de los menores y entredichos, sobre los bienes del tutor.
2.HIPOTECA JUDICIAL: La hipoteca judicial no es más que aquella
fundamentada en una sentencia ejecutoriada, sobre la cual ya no cabe recurso
de ninguna especie, con la finalidad de asegurarle al ganancioso del juicio las
resultas del mismo. Se llama judicial porque surge de una sentencia
definitivamente firme y ejecutoriada.
Requisitos de Procedencia:

 Que la sentencia que le da nacimiento sea definitivamente firme y


ejecutoriada.
 Que la sentencia esté referida a los siguientes supuestos:
 Pagar una cantidad determinada de dinero que ha de ser cierta y
líquida.
 Entrega de cosas muebles, determinadas o no como cuerpos ciertos.
 Cualquier otra obligación de hacer o no hacer, que pueda convertirse
en una cantidad líquida a pagar.
 Que el que haya obtenido a su favor la sentencia firme, señale ante el
tribunal los bienes sobre los cuales pretenda constituir hipoteca.
Defensas del Deudor: el deudor, en ejercicio del derecho que le acuerda la Ley,
puede intervenir en ese acto, con los motivos siguientes:

 Para oponerse a la constitución de la hipoteca, cuando él considere, que el


caso no está comprendido dentro de los supuestos que señala la Ley.
 Para exigir que se reduzca la hipoteca, cuando se pretende gravar bienes
que exceden del doble de la cantidad debida.
 Para pedir que se traslade el gravamen hipotecado a otros bienes
determinados y suficientes, designados por el mismo deudor.
La hipoteca judicial es procedente, tanto cuando la sentencia definitivamente
firme y ejecutoriada es dictada por tribunales Civiles, como Mercantiles, así como
de 1ª o 2ª Instancia. Producen hipoteca judicial, no solamente las sentencias,
sino también los actos que tengan fuerza de tal, como ocurre en los casos de
conciliación, convenimiento y transacción.
Casos en los que no Procede la Hipoteca Judicial:

 En los casos de herencia yacente.


 En los casos de herencia aceptada bajo beneficio de inventario.
 En los casos de sentencias arbitrales.
 En los casos de sentencias dictadas por tribunales extranjeros.
3.HIPOTECA CONVENCIONAL: Es aquella que tiene su origen en la
manifestación de voluntad de las partes. Se forma en virtud de un contrato. Debe
hacerse mediante escritura pública. Puede definirse entonces, como un contrato
mediante el cual el deudor o constituyente, afecta en beneficio de su acreedor,
un inmueble o un derecho real inmobiliario para garantizar el crédito de este.
(Arts. 1.890 al 1.894 CCV).
BIENES HIPOTECABLES
El Art. 1.881 CCV establece los bienes sobre los cuales la hipoteca puede ser
constituida al expresar; «son susceptibles de hipoteca:

1. Los bienes inmuebles, así como sus accesorios reputados como inmuebles.
2. El usufructo de esos mismos bienes y sus accesorios, con excepción del
usufructo legal de los ascendientes.
3. Los derechos del concedente y del enfiteuta sobre los bienes enfitéuticos.
Además de estos también son bienes hipotecables:
Los créditos hipotecarios.
Las naves y aeronaves que son bienes muebles de naturaleza especial.
Según el Art. 21 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento
de Posesión sólo podrán ser objeto de hipoteca:

1. Los establecimientos mercantiles o fondos de comercio.


2. Las motocicletas, automóviles y camionetas de pasajeros, autocares,
autobuses, vehículos de carga, vehículos especiales y otros aparatos aptos
para circular. Podrán también hipotecarse las locomotoras y vagones de
ferrocarril.
3. Las aeronaves.
4. La maquinaria industrial.
5. El derecho de autor sobre las obras de ingenio y la propiedad industrial.
BIENES NO HIPOTECABLES
Existen una serie de bienes, sobre los cuales la Ley no permite la constitución
de hipoteca inmobiliaria. Estos bienes son:
a) Bienes no susceptibles de ejecución (Art. 1.929 CCV)
b) Las cosas futuras (Art. 1.823 CCV)
c) El hogar (Art. 640 CCV)
d) Los bienes muebles (a excepción de las mencionadas) (L.H.M.Y.P.S.D.P.)
e) Bienes ajenos
f) Los bienes que estén fuera del comercio.
g) Según el Art. 21 de la L.H.M.Y.P.S.D.P. no son susceptibles de hipoteca:

 El derecho de hipoteca mobiliaria.


 Los bienes especificados en el Art. 51 de la misma ley.
LA HIPOTECA MOBILIARIA
Es el derecho real constituido sobre determinados bienes o de un tercero, en
beneficio de un acreedor y para asegurar sobre esos bienes el cumplimiento de
una obligación.
CARACTERES DE LA HIPOTECA MOBILIARIA
Los principales caracteres de la hipoteca mobiliaria pueden resumirse en:

1. Realidad: la hipoteca mobiliaria es un derecho real mueble, por el objeto a


que se refiere y por determinarlo así la Ley.
2. Accesoriedad: denota la existencia de una obligación principal, sin la cual
ésta no puede subsistir. El derecho real hipotecario, es accesorio del crédito
que garantiza; de él depende y en materia mobiliaria esa dependencia es
más estricta que en la inmobiliaria, por cuanto no hay ni puede haber
transmisión del citado derecho real con independencia o aislado del crédito
garantizado.
3. Subrogación: la subrogación real es la acción y efecto de sustituir una cosa
en lugar de otra e hipotecariamente ocurre en tres supuestos:

 El primer supuesto se refiere a las mercaderías y materias primas;


 El segundo se refiere a los productos y resultados de las actividades de
industrialización o continuación del proceso de utilización económica de los
bienes hipotecarios.
 El tercero se refiere a la extensión del gravamen a las indemnizaciones que
resulten del avenimiento sobre el precio o del avalúo practicado en juicio de
expropiación o del siniestro según los términos de la póliza.

1. Divisibilidad: la hipoteca mobiliaria a diferencia de la tradicional que es


indivisible, tiene como característica especial, que es totalmente divisible.
2. Especialidad: este carácter, se hace conocer a los terceros el crédito
garantizado y los bienes sobre los cuales recae la hipoteca.
3. Solemnidad: en la hipoteca mobiliaria la Ley exige para la inscripción en el
Registro uno cualquiera de los siguientes instrumentos: un instrumento
público, un instrumento privado autenticado o un instrumento privado
reconocido. (Art. 4 L.H.M.Y.P.S.D.P.; relacionado con el Art 1.357 y
siguientes del CCV).

BIENES ESPECÍFICOS SOBRE LOS CUALES PUEDE CONSTITUIRSE LA


HIPOTECA MOBILIARIA
El Art. 21 de la L.H.M.Y.P.S.D.P., especifica, en forma taxativa, los bienes que
pueden ser objeto de hipoteca mobiliaria,

1. Hipoteca de establecimientos mercantiles.


2. Hipoteca de vehículos de motor y de maquinaria automóvil (Arts. 35, 36, 37
y 38 L.H.M.Y.P.S.D.P.)
3. Hipoteca de aeronaves (Arts. 39 y 40 L.H.M.Y.P.S.D.P.).
4. Hipoteca de maquinaria industrial (Art. 1.880 CCV en concordancia con lo
establecido en los Arts. 42 y 44 L.H.M.Y.P.S.D.P)
5. Hipoteca del derecho de autor y de la propiedad industrial (Art. 46, 48, 49 y
50 L.H.M.Y.P.S.D.P.).
6. Hipoteca naval: constituye una garantía sumamente importante y se rige
por ley especial a tenor de lo dispuesto en L.H.M.Y.P.S.D.P en su Art. 21
parágrafo único, que crea las bases para el establecimiento de la hipoteca
naval al disponer «Las garantías sobre naves serán objeto de una Ley
especial; y en acatamiento de este mandato se promulga la Lay de
Privilegios e Hipoteca Navales.

EFECTOS DE LA HIPOTECA

La hipoteca produce efectos entre las partes y con relación a terceros. Al hablar
de efectos de la hipoteca, necesariamente hay que referirse a que la hipoteca es
un derecho real (Art. 1877CCV), y como tal es erga omnes y configura a favor
del acreedor tres derechos:

Derecho de persecución
Derecho de remate judicial
Derecho de pago preferencial.
Para poder hablar de los efectos de la hipoteca es necesario estudiar las
relaciones que se presentan entre:

El acreedor hipotecario y el deudor constituyente;


El acreedor hipotecario y los demás acreedores; y,
El acreedor hipotecario y los terceros no acreedores.
RELACIONES ENTRE EL ACREEDOR Y EL DEUDOR CONSTITUYENTE

El acreedor hipotecario tiene frente al deudor constituyente de la hipoteca el


derecho de ejecutar la cosa hipotecada desde el momento en que se produce el
incumplimiento de la obligación principal. Esto es:
Tiene derecho a la integridad económica del inmueble en garantía.
Goza de derecho preferente sobre el precio obtenido en remate del bien por
sobre los demás acreedores de inferior grado.
El deudor constituyente conserva las facultades que le acuerda la Ley,
inherentes al derecho de propiedad, en tal sentido el propietario puede:
Enajenar, donar, ceder o permutar el inmueble, el cual pasa gravado por la
hipoteca al nuevo propietario.
Introducir modificaciones en el inmueble.
Constituir otras hipotecas de grados inferiores.
Darlo en usufructo, uso, habitación, anticresis, sin perjuicio de los derechos que
el acreedor hipotecario pueda tener sobre el inmueble y sus frutos. La
constitución de estas figuras quedan subordinadas a la hipoteca por ser
posteriores a esta.
Constituir servidumbres sobre el inmueble.
Realizar todos los actos de administración requeridos para la conservación y
explotación del inmueble.
Explotar el inmueble directamente o por medio de terceros.

RELACIONES ENTRE EL ACREEDOR HIPOTECARIO Y LOS DEMAS


ACREEDORES

De las relaciones entre el acreedor hipotecario con otros acreedores podemos


extraer las siguientes situaciones:

Las relaciones entre el acreedor hipotecario y los demás acreedores están


referidas al derecho de preferencia, que es el que confiere la garantía hipotecaria
al acreedor, para ser pagado con prelación a los demás acreedores del deudor.
Cuando concurre el acreedor hipotecario con otros acreedores con hipoteca
sobre un mismo bien, es necesario atender al grado que corresponda a cada uno
de los créditos hipotecarios (Art. 1.897 CCV en concordancia con el Art. 1.896
CCV). Al presentarse el concurso de varios acreedores hipotecarios, se prefiere
dar cobro al primero que haya registrado su hipoteca, y los otros ejercen su
derecho de acuerdo al orden en que hayan registrado su respectiva hipoteca, del
remanente si lo hay, caso contrario ejercen sus derechos sobre otros bienes del
deudor, concurriendo con otros acreedores no hipotecarios.
Si concurren el acreedor hipotecario con un acreedor privilegiado, la preferencia
está dada a favor del acreedor privilegiado, satisfaciendo este primero su
acreencia y posteriormente el hipotecario.

RELACIONES ENTRE EL ACREEDOR HIPOTECARIO Y LOS TERCEROS


POSEEDORES

Estas relaciones están determinadas por el ejercicio de los derechos de


persecución y remate judicial.
El acreedor hipotecario puede solicitar la ejecución del bien hipotecado y hacerlo
rematar aunque esté en posesión de terceros; pero existe la excepción cuando
este tercero ha adquirido el bien hipotecado en remate judicial con citación de
los acreedores hipotecarios, cuyo derecho se traslada al precio del remate; de
igual forma no puede ejercer este derecho respecto de los bienes muebles
accesorios al inmueble hipotecado que ha sido enajenado a título oneroso sin
fraude por parte del adquiriente.

LA EXTINCIÓN DE LA HIPOTECA

Al igual que todos los contratos accesorios se extingue:

Por vía de consecuencia: por ser un derecho accesorio, se extingue al


extinguirse la obligación principal que ella garantiza; pero subsiste en los casos
en que la obligación principal se extingue parcialmente en virtud de su carácter
indivisible. Así pues la hipoteca se extingue por vía de consecuencia por las
siguientes causas:
Por el pago: el pago total de la obligación principal extingue la hipoteca.
Por novación: la novación de la obligación principal en principio extingue la
hipoteca que garantiza; salvo que se haya hecho reserva expresa de ellos para
que sigan garantizando el nuevo crédito. (Arts. 1.320 y 1.321 CCV)
La compensación: extingue la hipoteca cuando el deudor opone compensación
al acreedor hipotecario.
La confusión de la deuda: en caso que se confundan la persona del acreedor
hipotecario y el deudor, se extingue la hipoteca.
La dación en pago: la dación en pago del inmueble hipotecado extingue la
hipoteca, pero la anulación de la dación en pago la hace renacer y retrotrae sus
efectos al momento de constitución de la hipoteca.
La prescripción: cuando prescribe la obligación principal tiene como efecto la
extinción de la hipoteca (Art. 1.908 CCV). De allí se extraen los siguientes
supuestos:
Que la hipoteca prescriba al prescribir la obligación principal.
Si hay un tercero poseedor de buena fe la hipoteca prescribe a los 10 años.
Si hay un tercero poseedor con conocimiento del gravamen del inmueble al
momento de la adquisición del mismo, la hipoteca prescribe a los 20 años.
Por vía principal: la hipoteca también puede extinguirse independientemente de
la extinción de la obligación principal; y puede ser por las siguientes
circunstancias: (Art. 1.907 CCV)
Por la pérdida de la cosa debida: si perece el inmueble gravado se extingue la
hipoteca, con la excepción de los derechos conferidos en el Art. 1.865 CCV.
La renuncia del acreedor: se extingue la hipoteca por renuncia del acreedor, bien
sea total o parcial, de forma expresa o tácita, siempre y cuando el acreedor sea
capaz de enajenar su crédito.
Por el pago del precio de la cosa hipotecada: El pago del precio de la cosa
hipotecada, efectuado al acreedor, en cumplimiento de la obligación extingue la
hipoteca.
Por la extinción del término a que las haya limitado: ocurre cuando el acreedor
deja transcurrir el término estipulado sin atacar al deudor y sin reclamar el pago
de lo que le debe.
Por el cumplimiento de la condición resolutoria que se haya puesto en ellas:
cuando la existencia depende de una condición resolutoria, al verificarse la
condición se extingue la hipoteca por estar subordinada su existencia a la
condición.
Por la prescripción de la hipoteca a favor del tercer poseedor: puede darse de
dos formas:
Cuando los bienes hipotecados se encuentran en posesión del mismo deudor; al
prescribir el crédito prescribe también la hipoteca.
Cuando los bienes hipotecados se encuentran en poder de terceros; si el tercero
es de buena fe, desconoce del gravamen prescribe a los 10 años; si es de mala
fe prescribe a los 20 años.
Por coincidencia de una misma persona: la hipoteca se extingue por la
consolidación o confusión que resulta de adquirir el acreedor la propiedad de la
cosa hipotecada.
Por la anulación del título que le dio origen: Al ser anulado el contrato mediante
l cual se constituyó la hipoteca también queda anulada la misma.

LA PRENDA

CONCEPTO: Es un contrato, mediante el cual, el deudor o un tercero a nombre


de éste deudor, da al Acreedor una cosa mueble en seguridad de un crédito;
cosa que debe ser restituida al quedar extinguida la obligación principal. (Ver
Artículo 1.837 C.C.V., en concordancia con el Artículo 1.843 C.C.V.)
CARACTERES:
Es Unilateral: de él se derivan obligaciones sólo para una de las partes
contratantes, que es el Acreedor.

Sinalagmático Imperfecto: si el Acreedor efectúa gastos para el mantenimiento


y conservación de la cosa, que deben ser devueltos por el Deudor o
constituyente una vez extinguido el contrato.

El contrato de Prenda es Real: se perfecciona con el consentimiento libre y


manifiesto, con la entrega o tradición de la cosa. (Prenda Tradicional).

Es un contrato de Garantía: permite asegurar el crédito que el Deudor ha


contraído con su Acreedor. Esta es su finalidad principal y esencial.

Facultades o Derechos que se conceden al Acreedor Prendario.


Derecho de Persecución: cuando el bien objeto de la garantía salga de las
manos del Deudor, de su poder, el Acreedor tiene el derecho de perseguirlo
donde quiera que se encuentre y traerlo al remate judicial.

Derecho de Remate Judicial: condición necesaria en todas las garantías


reales. No puede haber pacto expreso. El Deudor no puede renunciar al remate
y no puede otorgar al Acreedor la cosa directamente.

Pacto Comisorio: Otorgarle al Acreedor la cosa directamente.

Conclusión: Derecho de Remate Judicial concedido al Acreedor Prendario.


El Acreedor tiene el Derecho de hacer rematar judicialmente la cosa objeto de la
prenda, cuando vencido el término del contrato no se le ha pagado la obligación
principal según ley que rige la materia.

Del Contrato de Prenda: cuando se dice que es un contrato de garantía se


desprende que es una garantía:
a)Mobiliaria: se constituye sobre bienes muebles (Prenda Tradicional).
b)Garantía Voluntaria: nace de la libre manifestación de voluntad de las partes.
c)Garantía Privilegiada: La Prenda confiere al Acreedor el derecho de hacerse
pagar con privilegio sobre la cosa obligada. (Ver Artículos 1.838, complementarlo
con Artículos 1.839, 1.840, 1.841 y 1.939). El privilegio procede cuando hay
instrumento de fecha cierta, referido:
a.Cantidad debida
bEspecie
c.Naturaleza de la cosa
d.Nota de su calidad, peso y medida.
Derecho de Pago Preferencial: La Prenda confiere al Acreedor, el derecho de
hacerse pagar con privilegio sobre la cosa obligada. (Ver Artículo 1.838 C.C.V.
concordancia con punto (c) Garantía Privilegiada.
Requisitos para que sea Procedente el Privilegio.
Que la cosa objeto de Prenda se encuentre en poder del Acreedor o de un tercero
escogido de común acuerdo entre ambas partes. El tercero en calidad de
depositario, tiene el deber de conservarla como un Buen Padre de Familia, en
interés del Acreedor.
El Contrato de Prenda es Accesorio: para su existencia requiere de una
obligación válida a la cual garantiza. Como obligación accesoria, sigue la suerte
de la obligación principal.
La Prenda es Indivisible: subsiste íntegra, aún cuando la obligación principal
sea reducida por haberse efectuado pagos parciales.
La Prenda no es un Contrato Traslativo de Propiedad u otro Derecho: el
bien dado en Prenda sigue siendo propiedad del constituyente de la garantía.

ELEMENTOS DE LA PRENDA.

Sus elementos son comunes a todos los contratos y éstos son específicos al
contrato de Prenda. Ellos son: 1. Consentimiento. 2. Capacidad y Poder. 3.
Objeto. 4. La Causa.
COSAS QUE PUEDEN DARSE EN PRENDA.
Puede ser constituida sobre bienes muebles. (Prenda Tradicional) (Ver Artículo
1.837 C.C.V.)
Puede ser constituida sobre bienes que estén en el comercio y puedan
ser objeto de ejecución forzosa.
Puede ser constituida sobre cosas que puedan ser poseídas.
La Prenda podrá recaer:
Sobre cosas corporales (bien determinado).
Sobre cosas incorporales como, créditos, bonos de la deuda pública, acciones
de compañía, etc.
Podrá constituirse Prenda sobre semovientes que, por excepción, quedarán en
poder del deudor (Ver Artículo 1.842 C.C.V.).
Podrá constituirse Prenda sin desplazamiento de posesión sobre los siguientes
bienes: Ver Artículo 51 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión.
LA TRADICIÓN DE LA PRENDA.
Es un contrato real. Se perfecciona con la entrega de la cosa. Su finalidad es su
publicidad ante los terceros y confiere al Acreedor el derecho de persecución
sobre la cosa dada en prenda. La Tradición de la Prenda debe ser efectiva, debe
ser inequívoca frente a terceros. Se requiere que la persona constituyente del
bien objeto del contrato sea propietaria. El bien debe ser entregado por el Deudor
(Ver Artículo 1.837 C.C.V.). Un tercero puede dar la Prenda por el Deudor (Ver
Artículo 1.843 C.C.V.).
Excepción del C.C.V.: Artículo 1.842. La Prenda de semovientes. El dueño
conserva la tenencia de los bienes objeto de la Prenda, pero es necesario la
movea (hierro) en lugar visible y se protocolice el contrato en la Oficina
Subalterna de Registro en la Jurisdicción que corresponde al inmueble donde se
encuentran los bienes para la fecha del Contrato. Caso típico de Prenda sin
desplazamiento de posesión. (Ver Artículo 55 L.D.H.M.Y.P.S.D.D.P.).
FORMALIDADES EN LA PRENDA.
Debemos analizar éste aspecto desde dos puntos de vista:
Según C.C.V. Artículo 1.839: Se debe redactar un documento de fecha cierta,
contentivo de:
Cantidad debida
Especie y naturaleza de las cosas dadas en Prenda.
Nota de su calidad, peso y medida.
NOTA: Instrumento de fecha cierta: significa que debe constituirse mediante
documento público o privado, Notariado, preferiblemente Registrado.
Desde el punto de vista de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión (Ver Artículo 4): Esto significa que la Hipoteca
Mobiliaria y la Prenda sin Desplazamiento de Posesión, tienen las características
de ser un Contrato Solemne.
Debemos complementar estos aspectos con la lectura de los Artículos 53, 83,
84, 85.
LA PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO DE POSESIÓN.
Continuamos con un examen sobre la Prenda sin desplazamiento de Posesión,
contemplada en la Ley respectiva. Su importancia desde el punto de vista
económico es que establece y regula éste tipo de garantía, para facilitar una
fuente de crédito, con la importante característica, de que no desposesiona al
dueño de los bienes gravados. Este crédito guarda relación con el contenido del
Artículo 1.842 del C.C.V. (Leerlo y analizarlo).
Definición de Prenda sin Desplazamiento de Posesión.
Es un contrato, mediante el cual, una persona denominada Deudor o un tercero
da en garantía a otra persona denominada Acreedor, bienes muebles o
inmuebles, en seguridad de un crédito, los cuales quedan en poder del Deudor
o del tercero constituyente, con la obligación de conservarlos, mantenerlos,
repararlos, con derecho a servirse de ellos conforme a su destino con la
diligencia de un Buen Padre de Familia.

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