El Bosque de Las Emociones Cuento

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EL BOSQUE DE LAS EMOCIONES

Érase una vez un bosque encantado en un lugar maravilloso en el que vivían


animales extraordinarios, todos tenían una gran imaginación para crear cosas
hermosas, la diferencia eran las emociones con las que contaban cada uno; el
elefante era enojado, la tortuga miedosa, el osito triste, y la ardilla quien con su
calma y tranquilidad mostraba ser una buena amiga del mono alegre quien
siempre se la pasaba sonriente.

Cierto día, como era de costumbre, el elefante estaba enojado pues su amigo el
mono, en medio de sus saltos link…lonk ….. link….. lonk ……saltando estoy;
había destruido la torre de ramas que con tanto esfuerzo él había armado.
Mientras tanto, la señora ardilla en calma reposaba su almuerzo en el balcón de
su casa donde le encantaba estar para escuchar la dulce melodía de las aves,
observando el hermoso paisaje y meditando la vida en ese hermoso bosque
encantado.
En otro lugar, junto al arroyo, se encontraba la señora tortuga miedosa, gritando
de susto pues vio venir saltando un bicho raro ¡Auxilio¡¡Auxilio ¡…cada vez más
fuerte se escuchaban sus gritos.
Al mismo tiempo junto a su cueva, el oso triste lloraba desconsolado pues las
hormigas viajeras se habían llevado su pelota nueva.
Al cabo de unos minutos, se interrumpió la meditación de la señora ardilla, ¡Toc,
Toc! Tocaron a su puerta, inmediatamente la señora ardilla termino su meditación
y salió atender el llamado, ¡Oh sorpresa! ¡Era la tortuga ¡que estaba asustada por
el bicho raro que había visto cerca del arroyo.
La ardilla con su voz melodiosa logro tranquilizarla.
No paso mucho tiempo, cuando llego también a casa de la ardilla el amigo oso, se
veía muy triste. La ardilla, como buena amiga y consejera, le permitió desahogarse
y expresar lo que le había sucedido con su pelota nueva.
Después de contarle lo sucedido y sentirse escuchado, el oso logro estar más
tranquilo. Pero no todo termino ahí, pues en medio de la calma entro como un rayo
veloz el amigo elefante, estaba furioso porque su amigo el mono le había
derribado su torre de ramas.
La amiga ardilla tan paciente como siempre, logro tranquilizarlo como lo hizo con
la señora tortuga y el osito. Todos se sentían tranquilos en compañía de su amiga
la sabia ardilla quien les propuso que buscaran una solución a lo que estaba
pasando.
La tortuga miedosa propuso ir al arroyo a ver ese bicho que tanto miedo le había
provocado.
Al osito triste se le ocurrió que lo podían acompañar a buscar su pelota nueva, y al
elefante aun enojado, se le ocurrió que podían hablar con su amigo el mono
alegre, para manifestar su enojo por haberle destruido lo que con tanto esfuerzo él
había armado.
Fue así como la ardilla se llenó de calma y paciencia, y acompaño a cada uno de
sus amigos; primero fue con la tortuga miedosa cerca del arroyo para ver ese
bicho raro que tanto miedo le había generado y,
¡Adivinen que era ¡
pues…. Descubrieron que era un escarabajo que solo iba volando de paso.
Acompañaron al osito triste en búsqueda de su pelota nueva, buscaron por allí,
buscaron por allá….
¡Hasta que por fin ¡
la encontraron y acaso… ¿Dónde estaba?
Cerca de un arbusto la vieron rodar.
Por último, con el elefante enojado fueron a buscar al mono alegre quien vieron
saltar y saltar y en medio de tantos saltos y euforia notaron que el amigo mono no
se había dado cuenta de lo que había causado.
El mono con mucha pena, le ofreció disculpas a su amigo el elefante y para
reparar su daño con una sonrisa en su rostro le construyo nuevamente la torre de
ramas donde festejaron estar otra vez en paz.
Ese día todos los animales descubrieron que cada uno de ellos es importante y
que se vale sentir: enojo, miedo, tristeza, alegría, y que ante cualquier situación es
bueno buscar la calma, para poder hallar soluciones, reparar daños y dibujar
sonrisas.

Colorín, colorete este cuento se va como un cohete.

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