Actualizacion Guia SPPC Ensoil 2023
Actualizacion Guia SPPC Ensoil 2023
Actualizacion Guia SPPC Ensoil 2023
INFORME FINAL
Rev. 2
Diciembre 2023
Actualización guía metodológica para la gestión de suelos
con potencial presencia de contaminantes
Control de cambios
Contenido
2.1 REVISIÓN DE LOS ESTUDIOS REALIZADOS POR EL MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE ORIENTADOS A
GENERAR INSTRUMENTOS NORMATIVOS PARA LA GESTIÓN DE SUELOS SEÑALADOS EN LOS ANTECEDENTES ............. 9
2.1.1 “Preparación de antecedentes para la elaboración de la norma de calidad primaria de
suelos” 9
2.1.2 “Elaboración de lineamientos estratégicos con miras al desarrollo de instrumentos
normativos y de gestión de suelos” ..................................................................................................... 11
2.1.3 “Análisis de metodologías internacionales y determinación de contaminantes a normar en
suelo” 16
2.2 DEFINICIÓN DE ESQUEMA DE ETAPAS DE LA GESTIÓN DE SUELOS, ASOCIÁNDOLA A LOS INSTRUMENTOS DE
GESTIÓN PROPUESTOS Y DETALLANDO LOS LINEAMIENTOS GENERALES ......................................................... 17
2.2.1 Propuesta normativa sistema de gestión de suelos contaminados ..................................... 17
2.2.2 Relación de los instrumentos propuestos con la Guía Metodológica .................................. 24
2.3 REVISIÓN DE LA GUÍA METODOLÓGICA ACTUAL, IDENTIFICANDO Y ASIGNANDO SUS LINEAMIENTOS A CADA
ETAPA 25
2.3.1 Estructura general y correspondencia a propuesta legislativa ............................................ 25
2.3.2 Revisión de procedimientos y aspectos específicos tratados por la Guía Metodológica
actual 26
2.3.3 Revisión de otros estudios y guías realizadas por el MMA .................................................. 28
2.4 REVISIÓN Y COMPLEMENTACIÓN DE LINEAMIENTOS UTILIZANDO GUÍAS INTERNACIONALES PARA LA GESTIÓN
DE SUELOS, NORMAS O REFERENCIAS DE MUESTREO DE SUELOS Y/O GUÍAS SECTORIALES APLICABLES A LA MATERIA34
2.4.1 Guías internacionales........................................................................................................... 34
2.4.2 Guías y normativas sectoriales............................................................................................. 45
2.4.3 Normas ambientales ............................................................................................................ 55
2.5 REVISIÓN DE LINEAMIENTOS DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA PARA IDENTIFICAR LAS ETAPAS E INSTANCIAS
DONDE SE PUEDE INCLUIR ESTA ACTIVIDAD EN LA GESTIÓN DE SUELOS CONTAMINADOS. .................................. 57
2.5.1 Norma de Participación Ciudadana...................................................................................... 57
2.5.2 Acuerdo de Escazú ............................................................................................................... 58
2.5.3 Guía de lenguaje inclusivo de género .................................................................................. 59
2.5.4 Etapas e instancias para incorporación de la participación ciudadana en la gestión de sitios
contaminados ...................................................................................................................................... 60
2.6 ELABORACIÓN DE PROPUESTA DE ACTUALIZACIÓN DE LA GUÍA METODOLÓGICA .................................. 61
2.6.1 Propuesta de etapas de gestión de suelos ........................................................................... 62
2.6.2 Propuesta de modificaciones a la Guía ................................................................................ 63
2.6.3 Propuesta de actualización de la Guía ................................................................................. 78
3.1 IDENTIFICACIÓN Y DEFINICIÓN DE REUNIONES DE TRABAJO CON ACTORES RELEVANTES PARA EL TRABAJO
PARTICIPATIVO ................................................................................................................................. 79
3.1.1 Reuniones de trabajo ........................................................................................................... 79
3.1.2 Encuesta .............................................................................................................................. 79
3.1.3 Revisión de informe de avance por parte de actores de interés ......................................... 81
3.2 PLANIFICACIÓN Y REALIZACIÓN DE REUNIONES DE TRABAJO DONDE SE PRESENTE LA PROPUESTA DE
ACTUALIZACIÓN DE LA GUÍA METODOLÓGICA ......................................................................................... 81
3.2.1 Reuniones de trabajo ........................................................................................................... 81
3.2.2 Encuesta .............................................................................................................................. 82
3.3 ANÁLISIS DE CASO PARA LA APLICACIÓN DE LINEAMIENTOS DE LA PROPUESTA DE ACTUALIZACIÓN DE LA GUÍA
87
3.3.1 Proceso de gestión de sitios................................................................................................. 87
3.3.2 Caso de estudio.................................................................................................................... 88
Tablas
Tabla 1 – Resumen de lineamientos estratégicos ........................................................................................ 12
Tabla 2 – Actividades potencialmente contaminantes actualizadas ............................................................ 29
Tabla 3 – Profundidad de muestreo para diferentes usos de suelo............................................................. 35
Tabla 4 – Número mínimo de puntos de muestreo requeridos bajo estándar australiano ......................... 37
Tabla 5 – Guías y normativa ambiental y sectorial revisada ........................................................................ 45
Tabla 6 – Participación en los distintos procesos de gestión de sitios ......................................................... 60
Tabla 7 – Fases, actividades y resultados de la propuesta de actualización de la Guía ............................... 62
Tabla 8 – Fases, actividades y resultados de la Guía actual ......................................................................... 62
Tabla 9 – Propuesta de actualización Guía Metodológica ........................................................................... 64
Tabla 10 – Detalle de reuniones realizadas para trabajo participativo ........................................................ 81
Figuras
Figura 1 – Visión general del sistema de gestión de suelos contaminados.................................................. 18
Figura 2 – Diagrama de procedimiento de ingreso al sistema para sitios activos e inactivos ...................... 21
Figura 3 – Diagrama de procedimiento de ingreso al sistema para sitios abandonados ............................. 21
Figura 4 – Diagrama de procedimiento de ingreso al sistema para proyectos nuevos ................................ 22
Figura 5 – Diagrama procedimiento de confirmación de la contaminación, evaluación de riesgos,
remediación y manejo ................................................................................................................................. 23
Figura 6 – Instrumentos de la propuesta de Anteproyecto de Ley de Suelos Contaminados ...................... 25
Figura 7 – Requerimientos de estudio de cada una de las fases.................................................................. 39
Figura 8 – Ejemplos de vías de exposición de contaminantes ..................................................................... 47
Figura 9 – Sector al que pertenecen las personas participantes de la encuesta ......................................... 83
Figura 10 – Respuestas a pregunta “¿Ha trabajado en temas relacionados a contaminación de suelos?” . 83
Figura 11 – Respuestas a pregunta “¿Qué etapas de la evaluación/gestión de suelos ha tenido que
abordar?”..................................................................................................................................................... 84
Figura 12 – Respuestas a pregunta “¿Conocía usted sobre la existencia de la Guía Metodológica para la
Gestión de Suelos con Potencial Presencia de Contaminantes del Ministerio del Medio Ambiente?” ....... 85
Anexos
Anexo 1 – Presentación reunión de inicio
Anexo 2 – Minuta reunión de inicio
Anexo 3 – Preguntas Encuesta Guía SPPC
Anexo 4 – Respuestas Encuesta Guía SPPC
Anexo 5 – Guía Parte 1 Evaluación
Anexo 6 – Guía Parte 2 Remediación y manejo
Anexo 7 – Guía Parte 3 Catastro e información suplementaria
Anexo 8 – Guía Parte 1 Evaluación diagramada
Anexo 9 – Guía Parte 2 Remediación y manejo diagramada
Anexo 10 – Guía Parte 3 Catastro e información suplementaria diagramada
Anexo 11 – Diagramación Guía en archivo editable
Introducción
El presente documento corresponde al Informe final del estudio “Actualización guía metodológica para la
gestión de suelos con potencial presencia de contaminantes”, encargado por el Ministerio del Medio
Ambiente mediante la licitación pública 608897-28-LE23.
1.1 Antecedentes
La regulación ambiental en Chile lleva años trabajando en referencia a la contaminación de suelos, incluso
previo a su conformación como una cartera ministerial. Dentro de los esfuerzos que se pueden destacar,
en el año 2009 se establece la “Política Nacional para la Gestión de Sitios con Presencia de Contaminantes”
con un enfoque correctivo y territorial, bajo el cual se aborda esta problemática de manera integral (“Cuarto
reporte del estado del medio ambiente”) y en el año 2011 el MMA mandata el estudio “Preparación de
antecedentes para la elaboración de la norma de calidad primaria de suelos”, con el fin de analizar la
posibilidad de normar la matriz ambiental de suelo y que sirvió de base para generar una guía metodológica
en el año 2013.
En el año 2012, la reforma a la institucionalidad ambiental , introdujo el artículo 39 a la Ley 19.300 de Bases
Generales del Medio Ambiente (LBGMA), la cual señala “La ley velará porque el uso del suelo se haga en
forma racional, a fin de evitar su pérdida y degradación”, y en la misma línea incorpora como misión del
MMA en el artículo 70 letra g) de la misma ley, la facultad de “proponer políticas y formular normas, planes
y programas en materia de residuos y suelos contaminados, así como la evaluación del riesgo de productos
químicos, organismos genéticamente modificados y otras sustancias que puedan afectar el medio
ambiente, sin perjuicio de las atribuciones de otros organismos públicos en materia sanitaria.”
En el año 2013 el MMA desarrolla la “Guía Metodológica para la Gestión de Suelos con Potencial Presencia
de Contaminantes” (en adelante, Guía Metodológica), aprobada mediante Resolución Exenta N°406/2013,
la cual tiene por objetivo definir los procedimientos para estandarizar la investigación de Suelos con
Potencial Presencia de Contaminantes (SPPC) en el país, y estructura dicha metodología en tres fases:
Con la guía metodológica referida, se desarrollan desde entonces una multitud de investigaciones de SPPCs
en Chile, especialmente en suelos abandonados además de compilarse un catastro SPPCs. No obstante, la
implementación de la Guía no permite la ejecución de acciones específicas para el control y gestión de los
suelos identificados con riesgo para la salud humana. Esto debido en parte a que los instrumentos de gestión
ambiental señalados en la Ley N° 19.300 no se ajustan a los requerimientos necesarios para la gestión
necesaria de los suelos contaminados, pero además a que los lineamientos de la Guía Metodológica no
presentan suficientes detalles para realizar las etapas siguientes necesarias para la gestión.
En relación a lo anterior, el MMA a el Ministerio realiza diversos estudios orientados a definir los
instrumentos necesarios para la gestión de suelos contaminados, a saber: "Análisis de metodologías
internacionales y determinación de contaminantes a normar en suelo" y "Elaboración de lineamientos
estratégicos con miras al desarrollo de instrumentos normativos y de gestión de suelos" y finalmente
"Elaboración de propuesta de instrumento(s) normativo de gestión y descontaminación de suelos
contaminados". Estos estudios avanzan hacia la metodología para generación de instrumentos normativos
para la gestión de SPPCs, tomando la experiencia nacional e internacional y culminando con la presentación
de una propuesta de ley para la gestión de los SPPCs en Chile. Adicionalmente, los estudios indican que, si
bien la Guía Metodológica ha sido vital para el avance en la caracterización de SPPCs, existen una serie
vacíos en las directrices técnicas y de gestión que entrega la guía, en contraste con instrumentos definidos
en países con normativa más avanzada en la materia
Este estudio apunta a revisar y evaluar los procedimientos indicados en la Guía Metodológica en cuanto a
su desempeño en las investigaciones realizadas en Chile y a la experiencia internacional, con el fin de
identificar vacíos de información y potenciales soluciones con la finalidad de establecer mejoras y actualizar
la Guía con miras al desarrollo de un sistema de gestión integrado para el manejo de los SPPCs en Chile.
1.4 Alcance
El presente documento contempla una primera revisión de la Guía Metodológica para la Gestión de Suelos
con Potencial Presencia de Contaminantes (SPPC) indicando aspectos claves donde se identifican vacíos u
oportunidades de mejora para la actualización del documento.
Lo anterior, es realizado tomando en cuenta los procedimientos, estándares y directrices indicados por la
propuesta de ley y sistema de gestión detallado en el estudio "Elaboración de propuesta de instrumento(s)
normativo de gestión y descontaminación de suelos contaminados" (Ministerio del Medio Ambiente –
EnSoil, 2022a), donde fuesen relevantes a los aspectos que deben ser tratados por la Guía Metodológica.
Cabe notar que la Guía Metodológica actualmente es un documento esencialmente de corte técnico, que
identifica metodologías para la caracterización y evaluación de riesgos de los SPPCs, y no trata aspectos
administrativos o normativos (notando que no existe legislación hasta el momento en temas de suelos
contaminados). En este respecto, se plantea como principio fundamental el mantener el carácter
únicamente técnico de la actualización a la Guía Metodológica, no obstante, considerando las distintas
etapas de evaluación indicadas en el estudio anteriormente mencionado.
Este proceso es llevado a cabo mediante la revisión de la Guía Metodológica, estudios anteriores relativos
a la materia, guías y normativa complementaria ya existente en Chile, y normativa internacional sobre la
gestión de suelos contaminados.
Cabe destacar que la actividad 1, que corresponde a la reunión de inicio del proyecto, fue realizada el día
13 de junio de 2023, cuya minuta fue presentada y aprobada por la contraparte técnica. La presentación
realizada en esta instancia se incluye en el Anexo 1 y la minuta de la reunión se presenta en el Anexo 2.
Como indicado anteriormente, el proceso de actualización de la Guía Metodológica está enmarcado dentro
de los procedimientos, directrices, estándares y requerimientos indicados por la propuesta de sistema de
gestión y propuesta de ley indicado en el estudio "Elaboración de propuesta de instrumento(s) normativo
de gestión y descontaminación de suelos contaminados" (MMA – EnSoil, 2022).
En este respecto, para la definición del proceso de evaluación, gestión y descontaminación de un SPPC se
ha mantenido consistencia con las etapas indicadas en este estudio, no obstante, tomándose en cuenta
adicionalmente estudios anteriormente realizados, además de estudios anteriores relativos a la materia,
guías y normativa complementaria ya existente en Chile, y normativa internacional sobre la gestión de
suelos contaminados. Las siguientes secciones dan cuenta del proceso realizado.
2.1 Revisión de los estudios realizados por el Ministerio del Medio Ambiente orientados a
generar instrumentos normativos para la gestión de suelos señalados en los antecedentes
Se revisaron y analizaron los estudios que ha realizado el Ministerio del Medio Ambiente para la generación
de instrumentos normativos los que incluyen:
A continuación, se presenta un resumen de estos estudios haciendo énfasis en aspectos relacionados con
la definición de objetivos y metodologías para la evaluación de SPPCs.
El resultado obtenido de este estudio corresponde a una propuesta general de borrador de anteproyecto
de la norma, sin embargo, se identifican otros requisitos previos a la elaboración formal de esta. Se concluye
que la norma primaria de calidad ambiental, tal como se encuentra definida y regulada en la Ley N°19.300
y en el Reglamento Para la Dictación de Normas de Calidad Ambiental y de Emisión, no constituye un
instrumento eficaz para la gestión de sitios contaminados o con presencia de contaminantes.
Debe entenderse que las normas de calidad existentes en Chile, las de aire y de agua superficial, tienen en
común que la calidad regulada corresponde a un recurso cuya afectación y/o capacidad de intervención es
masiva, y que su comportamiento es dinámico gracias a la participación de múltiples agentes y a la
capacidad de autodepuración, dilución o dispersión de contaminantes de los medios (aire y agua). Esto es
diferente para el recurso suelo, cuya capacidad de afectación e intervención es privada, y cuyo
comportamiento no es dinámico, sino que tiende a quedar localizado con una reducida capacidad de
autodepuración. Esto es importante, ya que la Ley N° 19.300 establece que las actividades contaminantes
ubicadas en zonas afectas a planes de prevención o descontaminación quedarán obligadas a reducir sus
emisiones a niveles que permitan cumplir los objetivos del establecido plan. Lo anterior es, al menos en la
teoría, relativamente efectivo para las matrices de agua y aire. Sin embargo, la reducción de emisiones no
es sinónimo de remediación de un sitio, por lo que no constituye un instrumento capaz y útil al momento
de definir medidas tendientes a la gestión de los sitios contaminados.
Si bien las normas de calidad ambiental corresponden a instrumentos para la fijación de condiciones
ambientales y definen los objetivos de calidad ambiental, su establecimiento para efectos del suelo necesita
de la verificación de la existencia efectiva del riesgo conforme a la evaluación de situaciones específicas
caso a caso. De esta manera, la norma de calidad sujeta a la lógica de las zonas latentes y saturadas y a los
planes de prevención y descontaminación, no resuelve adecuadamente la problemática que plantea la
contaminación de suelos.
Por lo tanto, además de los cambios normativos requeridos sugeridos en el estudio y la elaboración de una
norma primaria de calidad de suelo, se requiere que esta esté asociada a una ley que cree y regule un
sistema de gestión de sitios contaminados o con presencia de contaminantes, la que debe estar
acompañada de normas reglamentarias y técnicas. Esto se complementaría con antecedentes que serán la
base para efectuar la evaluación económica y social de la normativa. Estos antecedentes corresponden a la
generación de estudios y antecedentes adicionales, tales como la creación de una Línea de Base de sitios
con presencia de contaminantes (SPC) en todo el territorio nacional, la ampliación del Catastro de Sitios con
Potencial Presencia de Contaminantes (SPPC) e instrumentos de evaluación de riesgos, planes de
remediación y responsabilidad por daño ambiental.
El estudio discute además una serie de temas técnicos entre los que se incluyen una propuesta para la
priorización de los contaminantes a regular, el establecimiento de valores permisibles y su justificación,
además de metodologías para la evaluación de suelos contaminados.
En cuanto a instrumentos identificados y etapas del modelo de gestión propuesto por el estudio, como
indicado anteriormente, en el estudio se provee una propuesta general de borrador de Anteproyecto de
Norma Primaria de Calidad de Suelos. Esta se refiere a los niveles que deberán tener los suelos del país en
función de usos de mayor o menor exposición, para salvaguardar la salud de la población. Se sugieren, en
este sentido, dos valores: uno de “Alerta” que de superarse indicaría la necesidad de realizar una
investigación confirmatoria; y uno de “Intervención” que de excederse presupondría la necesidad de
remediación o recuperación del terreno. La propuesta también apunta a la necesidad del desarrollo de
normativa suplementaria que cree y regule un sistema de gestión de sitios contaminados o con presencia
de contaminantes, sin embargo, refiere solo de manera tangencial a aspectos que pertinentes a la
metodología de evaluación de suelos, lo que es el objetivo de la Guía Metodológica.
El resultado de este estudio considera 13 lineamientos estratégicos con sus respectivas propuestas de
ejecución, los actores con competencia para abordarlos y las limitantes u observaciones para cada uno. Los
lineamientos se enmarcan en cuatro aspectos principales. Estos son:
• Legislativo: Aspectos regulatorios que incluyen la creación de una norma de calidad de suelos, las
modificaciones que deban realizarse al marco normativo actual, y la creación de otros instrumentos
normativos complementarios.
• Gestión: Aspectos operativos que deben ser establecidos para que el sistema funcione
adecuadamente. Se incluyen los registros de suelos contaminados, la acreditación y la creación de
otros instrumentos normativos complementarios.
• Metodológico: Aspectos técnico-científicos, sociales y políticos, e incluye las decisiones que deben
ser tomadas y las metodologías que deben ser definidas y aplicadas.
• Gobernanza: Corresponde a la definición de competencias, atribuciones y función de los distintos
organismos dentro del sistema de gestión.
Estos lineamientos estratégicos apuntan a identificar los principales aspectos para la futura implementación
de un sistema de gestión integral de suelos contaminados. Dentro de los 13 lineamientos identificados se
pueden indicar, entre los más importantes, la definición de responsabilidades de una contaminación y
exigencias de remediación, la definición de las circunstancias en que se requiere realizar una investigación
de contaminación de suelos, la separación de la evaluación de riesgos de suelos contaminados del proceso
de evaluación de impacto ambiental de proyectos de remediación, y la incorporación de los suelos
contaminados en los instrumentos de planificación territorial.
A continuación, se presenta una tabla con los lineamientos estratégicos identificados por el estudio
notándose que todos se relacionan a la identificación de nuevos instrumentos y etapas para un modelo de
gestión.
Aspecto: Legislativo
3 Definición de - Debe existir un instrumento para: Ministerio del Dificultad de
responsabilidades de exigir a titulares el Medio Ambiente, identificar y asignar
una contaminación y reaprovechamiento de relaves en Poder Legislativo responsabilidades.
exigencias de cierto tiempo; exigir a propietario Complejidad de
remediación la implementación de medidas de tratar el tema de las
gestión provisionales en el sitio; contaminaciones
Aspecto: Gestión / expropiar un terreno que genere históricas.
Legislativo / riesgo; exigir remediación de un Gran dificultad para
Gobernanza sitio. compatibilizar la
propuesta
normativa con la
opción de
expropiación de
terrenos.
4 Definición de las - Autoridad ambiental debiese Ministerio del Duplicidades en
autoridades con tener las atribuciones para temas Medio Ambiente, atribuciones y falta
competencia sobre de sitios contaminados, incluidas Ministerio de de comunicación y
suelos contaminados y aguas subterráneas y riesgos a la Salud, de acuerdos.
relación entre salud. Sernageomin,
organismos - Llevar a cabo proceso de discusión DGA, Ministerio
entre Medio Ambiente y Salud de Agricultura,
Aspecto: Gobernanza para definir atribuciones y Ministerio de
competencias donde pudiera Vivienda y
haber duplicidades. Urbanismo.
- Coordinación profunda y
comunicación activa entre
organismos con competencia en
suelos contaminados, y llegar a
acuerdos para avanzar en
conjunto.
Este estudio releva además aspectos de relevantes a la definición y actualización futura de la Guía
Metodológica, asociados al lineamiento n°12, los que incluyen los siguientes:
1) La guía debiese incluir una metodología más específica para la evaluación de riesgo y el
establecimiento o cálculo de valores objetivos de remediación.
2) Debiesen estar definidos los factores de exposición y otros parámetros que deben ser utilizados
para la evaluación de riesgo, o en su defecto debiese explicitar que se permite ciertas metodologías
internacionales (por ejemplo, USEPA). Lo anterior es necesario para que estas decisiones no
dependan totalmente del criterio del consultor y que luego pueda ser debatible o cuestionado por
la autoridad. Es una forma de facilitar y transparentar el proceso tanto a la autoridad como al titular
del proyecto o al consultor.
3) Que quede definido con qué estadígrafo se debe obtener la concentración representativa (por
ejemplo, UCL 95%), y con qué estadígrafo se debe definir la concentración background para el sitio
en estudio.
4) Se podría incluir una fase previa de muestreo screening.
5) La Fase I está planteada como un instrumento de gestión y priorización para el Estado, esta debiese
modificarse para ser equivalente a las Fase I definida por la EPA y adoptada por una multitud de
países (Australia, Canadá, etc.).
6) Modificar definiciones presentes en la guía metodológica de “suelo abandonado con potencial
presencia de contaminantes” y de “suelo abandonado con presencia de contaminantes”, de
manera que exista coherencia entre ellos. Aclarar la definición de un suelo abandonado, es decir, si
su significado es la imposibilidad de identificar responsable de la contaminación o la falta de
realización de un cierre adecuado de faena.
7) Revisar la densidad mínima de muestreo indicada para una Fase II. Se entiende que esto ha sido
tomado de la legislación del País Vasco (España), mas una vez revisada esta no se encontró
razonamiento científico para esta fórmula. Se recomienda la metodología adoptada por Australia y
Nueva Zelanda que calcula un número de muestras basado en un tamaño asumido de una “mancha
de contaminante” o “hotspot”.
8) Revisar la metodología para un estudio delimitatorio, ya que actualmente lo planteado para sitios
de contaminación heterogénea es en la práctica virtualmente imposible, ya que lo planteado en la
Guía implica análisis sistemáticos, en extensiones de terreno cada vez mayores hasta no detectar
contaminación. Esto implicaría repetidas visitas a un sitio y análisis en diferentes oportunidades con
gran impacto en costos y tiempos de una investigación.
9) Incluir metodología práctica para establecer un plan de remediación, actualmente, este capítulo
está más bien planteado como una revisión de literatura. La metodología debe estar acorde a
prácticas internacionales e incluir un muestreo validatorio de un proceso de remediación exitoso.
10) Mientras se desarrolla una normativa primaria de suelos, debiese proveer mayor guía para definir
qué valor por cada contaminante elegir de las normativas de los países declarados en el Reglamento
SEIA.
11) La Guía debiese incluir mayor detalle en los contenidos mínimos en cuanto a la ejecución del plan
de muestreo que debe tener un informe de Fase II y Fase III. Deben estar claramente definidas las
actividades de terreno realizadas, el número de muestras tomadas y su justificación, la ubicación
de los puntos de muestreo (en una imagen y además en tablas con coordenadas), la profundidad a
la que se tomaron las muestras, el tipo de muestra (simple, compuesta, etc.), los duplicados
realizados, los análisis químicos realizados (que deben ser acordes a los potenciales contaminantes
de interés), los métodos de análisis, el laboratorio utilizado. Además, se deben incorporar
fotografías del sitio, enfocándose en las potenciales fuentes, además de los diferentes perfiles de
suelos y anomalías encontradas (sobre y bajo superficie). Se debiese indicar en la guía la necesidad
de realizar y entregar registros de los perfiles de suelo, junto con requerimientos básicos para esto,
incluyendo una descripción básica de la textura del suelo, color, olor, elementos foráneos,
identificar cambios texturales entre otros factores. Lo anterior es vital para informar el modelo
conceptual del sitio y determinar aspectos claves como potencial de migración y afectación a
receptores.
12) En cuanto a la estandarización de los análisis requeridos en una investigación de suelos
contaminados, como se ha mencionado anteriormente, existe falta de información en cuanto a
cuáles serían específicamente los compuestos a analizar de ciertos grupos de contaminantes, como
por ejemplo los hidrocarburos policíclicos aromáticos, o en cuanto a las fracciones de
hidrocarburos. En este respecto, el estudio “Análisis de metodologías internacionales y
determinación de contaminantes a normar en suelo” (MMA – EnSoil, 2021b) contiene una
priorización de los contaminantes que debiesen ser elegidos cuando se está analizando estos
grupos. La lista de estos contaminantes específicos (por grupo) debiese ser incluida como parte de
una actualización de la Guía y posteriormente en la misma norma.
De este tercer estudio se obtienen como resultados una visión general de los sistemas de gestión de países
líderes en la temática, la definición de contaminantes prioritarios para normar en Chile, sus valores de
referencia preliminares como punto de partida, y los procedimientos internacionales más utilizados para
determinar si la calidad del suelo genera un efecto nocivo para la salud humana y/o los ecosistemas.
Además, se obtiene como resultado, un listado de desafíos normativos y requerimientos técnicos
necesarios en el país, previos a la implementación de una normativa de suelo según el análisis de los
sistemas de gestión de suelos y legislaciones de los países seleccionados. Esto se puede resumir en los
siguientes:
• La necesidad de modificar la normativa existente, para que la matriz de suelo pueda ser legislada
correctamente.
• La necesidad de definir una entidad fiscalizadora.
• La necesidad de definir una metodología rigurosa para el desarrollo de los proyectos.
• La necesidad de definir las circunstancias que obligan a realizar una investigación de suelos
contaminados.
• Otros aspectos destacables de las normativas revisadas:
o Muchas de las leyes revisadas tienen normativas para los “sitios contaminados” en los
cuales se engloban tanto los suelos como agua contaminada que pueda derivar de este. Es
vital que se considere este aspecto en la realidad chilena.
o Algunas de las normas revisadas (como la de España) deriva algunas responsabilidades a
municipalidades y regiones, ya que estas tienen mayor conocimiento del entorno. Lo
anterior podría también ser aplicable a Chile y se debe evaluar.
Este estudio indica además una serie de propuestas para una futura actualización de la Guía Metodológica
las que se basan en la revisión de metodologías internacionales llevada a cabo como parte de los objetivos.
Estas propuestas se incluyen en la Sección 3.4 del informe.
El sistema de gestión propuesto toma como punto de partida, entre otros antecedentes, la Guía
Metodológica actual, de manera que se estructura en base a las tres fases de evaluación de un suelo donde
se ejecutó o se pretende ejecutar una actividad potencialmente contaminante, la incorporación de éstos
en distintos catastros dependiendo el grado de contaminación en función de los parámetros establecidos
en una norma de suelos. De esta manera, el instrumento propuesto pretende ampliar y sistematizar el
monitoreo de suelos con presencia de contaminantes, gestionar su remediación o recuperación y promover
la actividad público y privada en el manejo de suelos contaminados en el país.
En el siguiente diagrama, se presentan los instrumentos que componen el sistema de gestión de suelos y
su relación entre ellos, propuesto en el estudio mencionado anteriormente.
Como se puede observar, el diagrama de flujo (Figura 1) comienza con catastros iniciales, que determinan
en primera instancia, la condición del sitio objeto de evaluación, continuando con procesos específicos de
gestión (evaluación, remediación/manejo) y culminando con la derivación a catastros específicos según se
lleven a cabo y concluyan los determinados procesos de evaluación o remediación/manejo de suelos.
En este sentido, la propuesta de anteproyecto de ley marco establece un sistema de gestión de suelos
contaminados compuesto de una serie de instrumentos de gestión ambiental, los que corresponden a:
En las siguientes secciones se detallan aspectos claves de cada uno de los instrumentos y su relación con la
Guía Metodológica. Cabe notar que los procesos descritos han sido simplificados en algunos aspectos, y
que, para una comprensión acabada del flujo de procedimientos en cuanto a las formas de ingreso al
sistema, los diferentes procesos y los resultados de cada uno de estos, y la forma de finalización, se debe
referir al estudio donde se presenta el Anteproyecto de Ley.
En primer término, es importante reiterar que, de acuerdo a las conclusiones de los estudios anteriores
realizados sobre la materia, sería recomendable que, en lo posible, la norma de calidad primaria o
secundaria que se dicte al efecto no se centre en la metodología dispuesta para la dictación de normas de
calidad primarias o secundarias actualmente vigentes para los componentes agua y aire.
En efecto, las características y condiciones propias de regeneración de los suelos tienen factores
determinantes específicos, por lo que la función de la norma de calidad de suelos debiese consistir en el
establecer los valores por sobre los cuales se podría considerar existencia de contaminación del suelo (bajo
condiciones determinadas). El umbral o valor sobre el cual se entenderá que el componente suelo tiene
presencia potencial de contaminación o está derechamente contaminado supone que éste pueda ser
posteriormente comparado con los valores arrojados por la aplicación de los instrumentos de “evaluación
y monitoreo de suelos” y “remediación y manejo de suelos”.
En este sentido, se sugiere que la elaboración de la norma de calidad de suelos tenga, en principio, dos tipos
de valores para distintos usos del suelo: residencial e industrial (siendo los niveles para uso residencial
menores a los de uso industrial, es decir, más conservadores). Lo anterior, permitiría, además, incrementar
a futuro los usos de suelo a regular, así como sus consecuentes valores o umbrales, incluyendo en ello
indicadores relacionados con la protección ecológica1.
En otras palabras, se recomienda que la norma de calidad de suelos determine un valor o umbral
dependiente del uso del suelo (residencial o industrial, actual o futuro) a fin de poder, posteriormente,
comparar dicho valor con el valor que arroje el análisis de un determinado sitio, de conformidad al uso
propuesto al momento de ingresar al sistema de gestión de suelos contaminados.
Así las cosas, podríamos señalar que el instrumento “norma de calidad de suelos” constituye uno de los
elementos centrales para el funcionamiento del sistema de gestión de suelos contaminados, por cuanto
brindará los parámetros en función de los cuales se podrá estimar un suelo, residencial o industrial, como
libre de contaminación, susceptible de potencial contaminación o contaminado.
1
No se ha incluido de manera particular la protección ecológica en el sistema de gestión dada la ausencia de
información base, no obstante, esto se discute en la Sección 2.3.9.1 del estudio “Elaboración de propuesta de
instrumento(s) normativo de gestión y descontaminación de suelos contaminados”.
Respecto al contenido de este instrumento, el anteproyecto de ley establece que la norma de calidad de
suelos será especificada mediante reglamento dictado mediante Decreto Supremo del Ministerio del Medio
Ambiente. Dicho reglamento deberá establecer el proceso por el cual se regularán los usos de suelo y los
valores o umbrales correspondientes a cada contaminante, a fin de poder compararlos posteriormente con
los antecedentes que se proporcionen en el marco del sistema de gestión y fijar que un sitio en particular
tenga el carácter de contaminado, potencialmente contaminado o no contaminado.
Finalmente, en relación a los contenidos mínimos que debiera abordar la norma de calidad de suelos, el
anteproyecto de ley establece que será el Ministerio del Medio Ambiente en conjunto con el Ministerio de
Salud quienes aprobarán el nivel de riesgo aceptable para cada contaminante de interés, en base a una
propuesta que al efecto realice un equipo de expertos. Asimismo, dicho reglamento deberá determinar la
conformación del grupo de expertos, la recopilación de antecedentes, la participación ciudadana, y demás
procedimientos asociados a la determinación de usos, contaminantes y valores que deba contener, esto es
el listado de usos, contaminantes y concentraciones permisibles -se sugiere tener a la vista el listado
relevado en los informes especializados en la materia, entre los cuales se encuentra el elaborado por EnSoil
“Análisis de metodologías internacionales y determinación de contaminantes a normar en suelo” (2021b).
De acuerdo con el anteproyecto de ley marco, el instrumento de evaluación y monitoreo de suelos tiene
por finalidad el definir el proceso administrativo para la evaluación de un SPPC. Este parte con la definición
de las actividades potencialmente contaminantes (APC) que, de manera simplificada, contempla aquellas
cuyos procesos, residuos, o materias primas pudiesen producir daños a la salud humana o biota por sus
características toxicológicas. Se definirán también APC que tengan mayor potencial de contaminación (APC
significativa).
Los sitios en donde se realicen o hayan realizado estas actividades, podrán tener las siguientes
denominaciones: suelo activo (APC en operación), suelo inactivo (APC que no esté en actual ejecución, pero
que cuenta con un titular definido), o suelo abandonado (APC que no esté en actual ejecución y no tenga
un titular definido o identificado).
Los suelos activos debiesen ingresar al catastro de suelos con potencial presencia de contaminantes (CSPPC)
a través de la realización de un informe preliminar de situación (IPS), cuya ejecución sería de responsabilidad
de cada titular. Por otra parte, respecto de los suelos abandonados, el ingreso al catastro CSPPC debiese
estar a cargo de la Seremi del Medio Ambiente correspondiente a la región donde se encuentre emplazado
el sitio a incorporar al sistema de gestión de suelos contaminados, a través de una ficha de inspección.
Una vez completado el IPS o la ficha de inspección, se debe aplicar la metodología definida en el reglamento
respectivo para evaluar si, en base a los antecedentes presentados, existe o no sospecha de contaminación,
ya que, de existir sospecha, se deberá pasar a la realización de una Fase II (confirmación de la
contaminación). Realizada la Fase II, si se confirma la contaminación a través de la superación de los valores
indicados por la norma de calidad de suelos, el suelo en análisis se registrará en el catastro de suelos
contaminados.
Por otra parte, respecto de proyectos nuevos donde no exista una APC identificada, los titulares que
planeen desarrollar una APC deberán realizar un IPS y una caracterización inicial del suelo. Adicionalmente,
se podrá establecer un plan de monitoreo para la APC a desarrollarse si esta reviste de un riesgo significativo
para la salud de la población o los ecosistemas (APC relevante). El proceso continúa de la misma manera
que para los casos anteriores, pudiendo este suelo ingresar o no al catastro de suelos contaminados,
dependiendo del análisis del IPS y caracterización inicial.
Con posterioridad a la realización de la Fase II se podrá ejecutar una Fase III, dentro de la que se contempla
la realización de una delimitación de la contaminación y/o una evaluación de riesgo a la salud humana sitio-
específica. La delimitación de la contaminación servirá para definir con mayor precisión los límites
espaciales del área (incluyendo si hubiere otras matrices afectadas ej. aguas subterráneas); mientras que la
evaluación de riesgos puede realizarse cuando las condiciones específicas de un sitio no concuerden con
aquellas definidas para el cálculo de los niveles de referencia establecidos en la norma de calidad de suelos.
La propuesta de anteproyecto de ley marco que establece el sistema de gestión de suelos contaminados
plantea que el instrumento de evaluación y monitoreo de suelos sea especificado mediante reglamento
(decreto supremo del Ministerio del Medio Ambiente), el que deberá establecer las disposiciones por las
cuales se regirá la evaluación y monitoreo de suelos, así como sus metodologías y procedimientos. En ese
sentido, la propuesta de anteproyecto sugiere utilizar como base técnica para el instrumento de evaluación
y monitoreo la actual Guía Metodológica (con ciertas modificaciones con la finalidad de optimizar los
procesos requeridos).
Sumado a lo anterior, se considera que, mediante la dictación de guías metodológicas, el Ministerio pueda
ir profundizando la uniformidad de criterios, explicación y aplicación práctica de los procesos de evaluación
y monitoreo de suelos que se definan en el reglamento. Dicho lo anterior, será tarea del Ministerio definir
la conveniencia de dictar una o más guías que aborden distintos aspectos de la evaluación (ej. muestreo,
aguas subterráneas, etc.) o mantener consolidados en una sola todas las materias asociadas a la aplicación
del instrumento en comento.
Ambos procesos requerirán de la aprobación, por parte del Ministerio, de un plan de remediación o de un
plan de manejo, respectivamente, en forma previa a la implementación y/o de la ejecución de las medidas
comprometidas por el titular del plan correspondiente.
Posteriormente, una vez finalizada la ejecución del plan de remediación o manejo, se requerirá un proceso
de validación de los mismos (contemplando al efecto, labores de muestreo en terreno), que permita
verificar que las acciones ejecutadas han sido efectivas para cumplir con los objetivos planteados en los
planes aprobados.
La decisión de realizar un plan por sobre otro, es decir, optar por la remediación o el manejo de suelos
contaminados, dependerá finalmente del titular. En este sentido, se estima recomendable que la decisión
sea precedida de un análisis de factibilidad técnico-económica.
Al igual que para el instrumento de evaluación y monitoreo, la propuesta de anteproyecto de ley marco que
establece el sistema de gestión de suelos contaminados contempla que los procedimientos, metodologías
y contenidos mínimos del instrumento de remediación y manejo de suelos sea definidos mediante
reglamento (decreto supremo del Ministerio del Medio Ambiente).
Como mencionado en las secciones precedentes, la propuesta de anteproyecto de ley marco que establece
el sistema de gestión de suelos contaminados establece que el instrumento de catastro de suelos esté
compuesto por los siguientes registros:
Cabe notar que la implementación de la propuesta legislativa contempla la creación de reglamentos y guías
técnicas para el cumplimiento de los procesos administrativos planteados. En líneas generales,
considerando el carácter técnico de la Guía Metodológica y la definición de los instrumentos de la
propuesta, se determina que la Guía Metodológica se debe referir principalmente a los instrumentos de
evaluación y remediación de suelos, como muestra el siguiente diagrama (Figura 6).
En este sentido, el carácter de la Guía Metodológica actual se mantiene en cuanto a referirse principalmente
a la evaluación de suelos, y adicionalmente se expande para incluir metodologías y objetivos relacionados
a los procesos de remediación y manejo de suelos.
2.3 Revisión de la Guía metodológica actual, identificando y asignando sus lineamientos a cada
etapa
A continuación, se realiza una revisión de la Guía Metodológica actual primeramente desde un punto de
vista general de estructura y correspondencia con la propuesta legislativa, para luego llegar a aspectos
específicos tratados por la Guía Metodológica analizándolos por componente o sección. Se considera en
esta revisión también estudios realizados por el Ministerio relacionados a ciertos componentes de la
metodología de evaluación de suelos.
La Guía Metodológica actual cumple de manera general en este sentido en referirse a los aspectos de
evaluación de suelos, no obstante, no trata aspectos relacionados al monitoreo de suelos. Este último, es
un aspecto relevante para realizar un seguimiento continuo a las condiciones de riesgo que pudiesen
resultar luego del sostenimiento de una actividad potencialmente contaminante sobre un suelo. Ejemplo
de esto pueden ser procesos industriales que generen dispersión de contaminantes por polvo suspendido
o la presencia a largo plazo de estructuras en el subsuelo que contengan contaminantes que pudiesen ser
liberados por fallas de integridad.
Por otra parte, la Guía Metodológica actualmente si bien contempla en su metodología el desarrollo de un
“Plan de Acción”, y detalla algunas tecnologías de remediación existentes, este adolece de directrices y
objetivos claros, y determinación de costo-efectividad para la definición de una remediación o gestión de
un suelo desde un punto de vista de reducción de riesgos. Tampoco hace presente la necesidad de la
comprobación del grado de éxito de la tecnología aplicada o las metodologías para llevar a cabo este
proceso. En este sentido, se hace patente la necesidad de incluir metodologías para tratar la contaminación
de suelos de manera integral y continua, vale decir partiendo desde la evaluación, determinación de riesgos,
y pasando por la selección de la alternativa de remediación de acuerdo a la información obtenida en fases
anteriores (además de su costo-efectividad), y finalizando con la implementación de la alternativa elegida y
la revisión de la efectividad de esta (validación) desde un punto de vista de riesgos.
2.3.2 Revisión de procedimientos y aspectos específicos tratados por la Guía Metodológica actual
Para la realización de esta actividad se realizó un análisis de las secciones actualmente presentadas por la
Guía Metodológica, lo que se detalla a continuación.
Prólogo
Actualmente la Guía está dirigida principalmente a funcionarios del MMA y respectivas Seremis, sin
embargo, considerando que se traslada la responsabilidad de la gestión de los sitios activos e inactivos a
particulares, se considera necesario ampliar el público objetivo incluyendo a servicios públicos como
comunidad en general (empresas privadas, consultoras ambientales, ONGs, universidades, etc.). Cabe notar
que se determina como responsable de suelos abandonados al Estado.
Introducción
La autoridad ambiental ha realizado una variedad de estudios en la temática, los que actualmente no están
incluidos y deben ser relevados en esta sección. Adicionalmente en esta sección se debiese mencionar la
modificación del proceso de acuerdo a la propuesta legislativa (sin referir específicamente a esta, toda vez
que puede ser objeto de modificaciones antes de convertirse en ley). Esto incluye las modificaciones a la
Fase I, que incluye la adición de los Informes Preliminares de Situación (IPS), la actualización de las
Actividades Potencialmente Contaminantes (APC), la actualización de la metodología para la Fase II, y la
adición de un capítulo que detalle metodologías para la definición de un plan de remediación.
Glosario
La Guía Metodológica actualmente no incluye en su glosario conceptos tales como Fase I, Fase II, Fase III,
remediación de un suelo contaminado, gestión de un suelo contaminado, monitoreo, entre otros lo que
debe ser incluido
Alcances
Actualmente existe en la Guía Metodológica ausencia de definición en el alcance general de esta, vale decir,
cuando se debiese aplicar y quienes pueden aplicarla, dejándola principalmente como un documento
referencial para las Seremis. Existe también ausencia de una definición clara del concepto de “suelo” bajo
las metodologías, el cual se entiende tanto como la propia matriz como una delimitación geográfica (un
“sitio” o “terreno”). No se refiere tampoco a que las investigaciones se basan en datos discretos tomados
en un espacio limitado de tiempo, y que adicionalmente las condiciones del subsuelo son variables, por lo
que en este sentido corresponden a una interpretación de la realidad en un momento específico.
Es importante también que se describa el proceso de evaluación (fases de la investigación) indicando puntos
de decisión relevantes, antes de presentar las siguientes fases. Esto no correspondería al “alcance” en sí,
pero se propone su inclusión antes de la presentación de siguientes fases. Adicionalmente, existe una serie
de consideraciones adicionales que deben ser abordadas, tales como la relación de la Guía Metodológica
con otras guías o normativas nacionales, cuando se debe considerar otras matrices distintas de suelo,
riesgos de seguridad al realizar trabajos de terreno, la importancia del desarrollo y actualización del modelo
conceptual a través de todas las fases de evaluación, etc.
Fase I
En cuanto a la Fase I, se debe contemplar la inclusión de metodología para la realización de los Informe
Preliminar de Situación para sitios activos e inactivos que deben realizar los titulares de sitios “activos” e
“inactivos” donde se esté ejecutando, se haya ejecutado o se vaya a ejecutar una actividad potencialmente
contaminante. Con respecto a esto último, también se debe contemplar la modificación a las Actividades
Potencialmente Contaminantes como ya realizado en la actualización del catastro de SPPCs y descrito en
secciones anteriores.
Fase II
La metodología indicada por la Fase II en la Guía Metodológica se determina como esencialmente correcta,
y se propone mantener la división de esta en dos procesos (Investigación preliminar e Investigación
confirmatoria). Sin embargo, se proponen las siguientes modificaciones generales:
Fase III
Se propone mantener los procesos de muestreo delimitatorio (referido como muestreo detallado en la
actual Guía Metodológica) y la evaluación de riesgos, trasladando el proceso de “Plan de Acción” a una
sección específica nueva sobre el desarrollo y ejecución de un plan de remediación o manejo.
En cuanto al muestreo delimitatorio, se debe relevar la importancia de este como parte del proceso de Fase
III y definir la metodología apropiada para la definición del plan de muestreo (densidad, matrices, etc.). Por
otra parte, se debe plantear y definir cuando es conveniente y cuando no, el realizar una evaluación de
riesgo sitio específica. Un ejemplo sería cuando no existan niveles de referencia específicos para un
contaminante bajo un uso de suelo particular (ya sea porque este es más o menos conservador que el caso
base)
Se debe adicionalmente proponer los factores y valores base que debiesen ser utilizados al desarrollar una
evaluación de riesgo, de manera de contemplar aquellos que sean más relevantes y representativos de las
condiciones del ambientales y sociales de Chile.
Finalmente, uno de los vacíos fundamentales identificados en la actual Guía Metodológica es la ausencia de
directrices para la realización de procesos de remediación de manera efectiva. Esto incluye los procesos de
definición de una técnica costo efectiva, estudios de factibilidad, determinación de logística y
posteriormente el proceso de validación. Por el momento, la Guía Metodológica solo incluye un capítulo
sobre un marco teórico de las diferentes técnicas, sin embargo, sobre lo anterior no presenta información.
• “Actualización del catastro nacional de suelos con potencial presencia de contaminantes” (MMA –
IdeAmbiente, 2022)
• “Diagnóstico de suelos con potencial presencia de contaminantes en la región Metropolitana de
Santiago” (MMA – EnSoil, 2022b)
• “Guía de muestreo y de análisis químicos, para la investigación confirmatoria y evaluación de riesgo
en suelos/sitios con presencia de contaminantes” (MMA – EULA, 2013)
2.3.3.1 “Actualización del catastro nacional de suelos con potencial presencia de contaminantes”
El objetivo de este estudio realizado el año 2022 fue actualizar el Catastro Nacional y los Listados Regionales
de Suelos con Potencial Presencia de Contaminantes (SPPC) en función de la “Guía Metodológica para la
Gestión de Suelos con Potencial Presencia de Contaminantes”, mediante la identificación de SPPC existentes
en el país, además de la georreferenciación y priorización de los SPPC identificados, es decir, realizar las 2
primeras etapas de una Fase I (identificación y priorización) a nivel nacional (excepto en la región
Metropolitana) basado en recopilación y análisis de información existente.
Una de las actividades anexas de este estudio consistió en la definición de criterios y/o actividades
potencialmente contaminantes (APC) que pueden generar SPPC, es decir, revisar y actualizar el listado de
104 actividades potencialmente contaminantes de suelos indicados en el Anexo 1 de la Guía actual. Esto
debido a que “estas son muy generales y todas están asociadas a los Códigos de Actividad Económica del
SII, y no especifican los procesos o subactividades que podrían estar generando condiciones para una
potencial contaminación, con lo cual es difícil discernir si el sitio representa realmente un SPPC”.
El resultado de este análisis fue la redefinición de las APC, elaborándose un listado de 25 actividades,
asociadas cada una a distintos procesos/subactividades/instalaciones definidas. El listado se presenta a
continuación.
El objetivo de este estudio realizado el año 2022 fue realizar un diagnóstico de suelos con potencial
presencia de contaminantes en la Región Metropolitana de Santiago, a partir de la actualización de
información y la aplicación de la Guía Metodológica MMA, mediante la identificación y priorización de SPPC
existentes en la región (principalmente abandonados), además de la jerarquización de 20 SPPC, es decir,
realizar una Fase I a nivel regional.
En este estudio se indican algunos problemas encontrados durante su desarrollo, relacionados con la
priorización (muchos SPPC obtuvieron prioridad alta, por lo que no resulta una manera eficiente de
priorizar) y jerarquización (se hace complejo en algunos casos aplicar la ficha de inspección debido a lugares
cerrados o donde no hay personas a quienes consultar). Específicamente, el estudio indica lo siguiente:
• Cabe notar que existen algunas complejidades en la definición de qué capas de información
considerar (y cómo considerarlas) para cada variable de priorización. En el caso de “sistemas
hídricos”, la metodología no establece criterios sobre, por ejemplo, la profundidad que debiese
tener un acuífero para considerarlo. Por otro lado, la Guía indica que las variables “sistemas
hídricos”, “uso de suelo” y “ecosistemas sensibles” no tienen asociado un criterio de distancia al
SPPC, y que se debe ver caso a caso el efecto del SPPC sobre cada una (y qué distancia considerar).
Sin embargo, esto no es posible de realizar cuando se están priorizando SPPC a escala regional
(muchos sitios), por lo que también la Guía establece como referencia utilizar como criterio una
distancia de 3 km, que fue lo realizado en este estudio. En general esto podría generalizar y
sobreestimar la prioridad, lo que podría generar que finalmente muchos SPPC queden con alta y
mediana prioridad (como se puede ver en los resultados en la siguiente sección, a pesar de que
esto también se debe a la cercanía a población) y, por lo tanto, no sea una herramienta muy
eficiente para “priorizar” el trabajo siguiente de evaluación y gestión de SPPC. Se recomienda
revisar los criterios de priorización y ajustarlos, considerando una distancia menor para algunas de
las capas (por ejemplo, distancia a un pozo), o solo cuando un SPPC está sobre cierto polígono (por
ejemplo, para uso de suelo o acuíferos)”.
• Cabe notar que existen algunas limitaciones con respecto a la aplicación de la ficha de inspección.
Primeramente, como mencionado por EnSoil en el estudio “Análisis de metodologías
internacionales y determinación de contaminantes a normar en suelo” (2021), la Fase I en Chile
(donde está inserta la ficha de inspección) está diseñada más como un instrumento público para
establecer prioridades de gestión, que como un instrumento técnico evaluación (a diferencia de
otras legislaciones internacionales como la de Estados Unidos o Australia). Esto se puede entender
dentro de la ausencia de normativa específica de suelos contaminados que obligue a los privados a
realizar acciones en cuanto a procesos de evaluación o remediación, la necesidad de la autoridad
de establecer una línea de acción para suelos que requiriesen de medidas con mayor urgencia, y la
falta de un mayor número de profesionales especialistas en la materia en el sector público.
• Lo anterior ha resultado en algunos vacíos o generalizaciones con respecto al diseño de la ficha de
inspección, especialmente para el cálculo de puntajes. Entre los vacíos, se puede destacar que la
ficha menciona a los “receptores ecológicos”, sin embargo, luego desestima este componente para
el cálculo de puntaje para la jerarquización. Efectivamente, esta exclusión deviene en que, bajo los
procedimientos actuales, no se determine un riesgo que requiera acciones posteriores por parte
de la autoridad si no existen receptores humanos. Se entiende, sin embargo, que esta ausencia
obedece a la optimización de recursos (jerarquización) que privilegia las acciones en sitios que
pudiesen representar un riesgo a las personas versus riesgos ecológicos.
• Otro de los problemas tiene que ver con que la ponderación de puntaje considera la cantidad de
habitantes en un radio extendido (hasta 3 km), en conjunto con la existencia de una o más matrices
ambientales, sin tomar en cuenta otros factores que tendrían influencia específica (ej. presencia de
tanques enterrados en conjunto con uso cercano de agua subterránea para bebida/riego) en la
configuración del riesgo por constituirse la cadena fuente-ruta-receptor, lo que lleva a
generalizaciones, toda vez que, siguiendo con el mismo ejemplo, es más relevante el uso que se le
esté dando al agua subterránea que la cantidad de personas que viven en un radio arbitrario. Lo
anterior relacionado también a que no se especifica en la metodología de la Guía, por ejemplo,
cómo se determina la población potencialmente expuesta (para este estudio se utilizó el criterio de
densidad de la población en la comuna multiplicado por un área de radio 2 km, en caso de SPPC en
Esta Guía describe métodos de terreno y procedimientos que pueden ser usados en los procesos de
muestreo y análisis químico de contaminantes metálicos vinculados a estudios de niveles background,
evaluación confirmatoria de suelos/sitios con potencial presencia de contaminantes, así como para la
evaluación de riesgo de los mismos. Esta pretende ser una herramienta para ayudar a estandarizar la
evaluación de los suelos/sitios con potencial presencia de contaminantes del país.
• Introducción
• Definiciones
• Muestreo de suelos para determinación de los valores basales o background
• Muestreo de suelos para la investigación confirmatoria de suelos/sitios con potencial presencia de
contaminantes
• Protocolos de análisis químico para zonas background y suelos/sitios con potencial presencia de
contaminantes
• Análisis económico de las alternativas de análisis químicos y muestreo
Resulta interesante la guía indica en su resumen que un sitio se encuentra contaminado cuando sus
concentraciones son mayores al background, lo que no se condice con la legislación ambiental ni con la guía
metodológica SPPC.
Con respecto al muestreo background, indica metodología para la identificación de áreas background,
incluyendo la selección del sitio de referencia, objetivos del estudio, estrategia de muestreo, procesamiento
de datos y evaluación de concentraciones.
Por su parte, con respecto al muestreo en SPPC, la guía indica los procesos requeridos para la investigación
confirmatoria: revisión de información preliminar (incluyendo fuentes de contaminación y modelo
conceptual del sitio); elaboración y ejecución de un plan de muestreo (incluyendo generalidades,
planificación del muestreo, estudios preliminares, descripción, del sitio, patrones de muestreo, tipos de
muestras, determinación del número de muestras (en base al volumen del depósito), profundidad del
muestreo, cantidad de muestra, plan de control y aseguramiento de la calidad, validación del modelo
conceptual del sitio y requerimientos de monitoreo); protocolo de muestreo detallado de suelo;
orientaciones para establecer protocolos de muestreo; comparación con niveles de referencia; y
mejoramiento del modelo conceptual preliminar.
Además, realiza un análisis de los métodos de análisis de laboratorio para los principales analitos y
contaminantes, e indica algunas técnicas de análisis in-situ. Por último, presenta costos de análisis de los
principales analitos y consideraciones relevantes para valorizar trabajos de muestreo.
2.4.1.1 Alemania
El proceso de evaluación cuenta con tres fases de investigación definidas para cada etapa (Fase I -
Investigación exploratoria, Fase II - Investigación detallada, Fase III - Investigación de remediación y plan de
remediación), las que en general se corresponden a lo planteado por la Guía Metodológica. La diferencia es
que la Fase III se refiere a la definición de la remediación, mientras que en la Guía Metodológica este
proceso es posterior.
Los valores de referencia están basados en riesgo a la salud y están definidos para diferentes rutas de
exposición, las que incluyen potencial traspaso de la contaminación del suelo a las plantas o aguas
subterráneas. Se considera también el background en las evaluaciones, pero la normativa lo indica solo para
riesgos ecológicos. Se contempla la determinación de propiedades específicas del suelo ya que que estas
modifican los valores de referencia
El Anexo 1 de la Ley BBodSchV indica la profundidad de muestreo para diferentes usos de suelo, los que se
indican a continuación en la Tabla 3. Es importante notar que estos son requisitos mínimos y que el
muestreo debe poder delimitar la contaminación en el sitio.
Adicional a lo señalado, existen requerimientos para muestreo de aguas subterráneas en el sitio y como así
también para gases intersticiales del suelo. Estos están definidos en sus respectivos estándares DIN.
En cuanto a la evaluación de riesgos, se toman dos vías de exposición que corresponden a la ingesta de
suelo accidental y la inhalación de partículas de suelo. La evaluación de peligro toma en cuenta las
sustancias presentes en el suelo (datos toxicológicos) y la exposición a esas sustancias desde otras vías
(alimentos y agua).
En cuanto a datos toxicológicos para contaminantes cancerígenos se toma un riesgo de cáncer adicional de
10-5 como aceptable, con una exposición de vida de 70 años. Se asume que el tiempo de ingreso del suelo
es solo 8 años, por consiguiente, se utiliza un factor de 8.75 (70/8) para el cálculo de riesgo cancerígeno.
En cuanto a la remediación, esta debe realizarla los responsables del terreno y debe ajustarse al “principio
de la proporcionalidad”, es decir, las medidas requeridas deben ser costo efectivas y proporcionales al
riesgo percibido. Los mecanismos de migración de la contaminación fuera del sitio deben ser considerados
en la evaluación.
2.4.1.2 Australia
Por otra parte, el registro CLR contiene sitios en los cuales una investigación ha probado que existe un riesgo
o está ocurriendo un daño a un “valor ambiental” y frente a lo cual se requieren acciones inmediatas para
mitigar este riesgo o daño ambiental.
Al igual que Alemania, el proceso consta de 3 fases (investigación preliminar, detallada y remediación) los
que deben ser realizados y por una “persona calificada” (Suitably Qualified Person) para ser válidos.
En cuanto a la evaluación de sitio preliminar (Fase I) el objetivo principal es establecer la historia del sitio
para determinar actividades potencialmente contaminantes en el sitio y determinar las ubicaciones más
apropiadas para el muestreo intensivo, en caso de requerirse en la Fase II. La evaluación preliminar de un
sitio incluye principalmente:
Una investigación detallada de sitio es requerida cuando los resultados de la investigación preliminar indican
contaminación potencial o confirmada en el sitio. Esto puede ser por resultados analíticos por sobre los
niveles de referencia de protección a la salud o medio ambiente, o por encontrarse evidencia de actividades
contaminantes históricas. La investigación detallada debe contener lo siguiente:
2 Hidrocarburos no disueltos
La densidad a la cual se debe muestrear para cumplir con los requerimientos de una DSI está indicada en el
standard australiano AS 4482.1—2005 Guide to the investigation and sampling of sites with potentially
contaminated soil. Esto sigue la fórmula:
G = R/0,59
N = A/(G2)
Donde:
G: distancia entre dos puntos de muestreo en m
R: radio del “hot spot” circular que se desea detectar, en m
0,59: factor derivado de la probabilidad en un 95% de detectar un “hot spot” circular
N: número de puntos de muestreo necesarios
A: Área del sitio en m2
En la siguiente Tabla 4 se observa el número mínimo de puntos requerido según el tamaño del sitio, de
acuerdo a la fórmula anterior.
Los niveles de referencia están definidos para una gran variedad de compuestos y elementos que abarcan
los siguientes grandes grupos:
• Metales y metaloides (As, Cr, Zn, Pb, U, etc.)
• Hidrocarburos totales según sus fracciones (total recoverable hidrocarbons)
• BTEXN (benceno, tolueno, etilbenceno, xilenos y naftaleno)
• Hidrocarburos policíclicos aromáticos (PAHs)
• Solventes organoclorados (TCE, DCE, cloruro de vinilo)
• Pesticidas organoclorados (Aldrin, Dieldrin, DDT, and DDE)
• Policlorobifenilos (PCBs)
Recientemente se han incluido también niveles de referencia para contaminantes emergentes como las
sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS).
El proceso de evaluación de riesgo está basado en ecuaciones y metodología derivadas por la USEPA para
su programa de superfunds y brownfields Risk Assessment Guidance for Superfund (RAGS)3 que calculan
niveles de riesgo para contaminantes umbral (cancerígenos) y no umbral (no cancerígenos). Esto se detalla
en la revisión de la normativa de Estados Unidos. Cabe notar que se considera adicionalmente el potencial
de contribución de los productos caseros (HGP) a la ingesta de As en niveles llevados al peor escenario
posible, donde la proporción total de la dieta sería 35% vegetales y frutas, 25% carnes avícolas y 200%
huevos. En el caso de los contaminantes cancerígenos, para estos se usa un umbral de incremento de riesgo
de 10-5 o una probabilidad de 1 en 100.000 personas. Se indica que esto puede ser variado caso a caso, pero
que un nivel de riesgo superior a 10-4 constituiría un riesgo inaceptable.
Para el caso del plomo se utiliza el modelo IEUBK de la USEPA conocido como el “Blood lead model” o
modelo para plomo en la sangre, cuyo objetivo es modelar que las concentraciones en suelos no resulten
en niveles de plomo en la sangre de los receptores sensibles (niños) sobre los 10 µg/dL.
Los requerimientos técnicos para las diferentes fases de una investigación y remediación de un sitio
contaminado se encuentran descritos en documentos técnicos preparados por la American Society of
Testing Materials (Sociedad Americana para Pruebas y Materiales) o ASTM además de guías publicadas por
la USEPA, o su representante estatal (CalEPA en el estado de California) o condado.
Cada estado tiene su propia manera de operar y determinar los requerimientos específicos de cada fase,
aunque de manera general en Estados Unidos el proceso es el siguiente (Figura 7):
En este sentido, el proceso indicado es muy similar al de la Guía Metodológica con la diferencia que en la
legislación de Estados Unidos se realiza la evaluación de alternativas de remediación como parte de la Fase
III, mientras que lo propuesto en Chile es que esto sea parte del proceso siguiente.
Una evaluación Fase I estudia rigurosamente los usos de suelos históricos y actuales además de evaluar la
posibilidad de contaminación en el sitio. Por ejemplo, si una propiedad fue una estación de servicio y no
existiesen registros de remoción de tanques enterrados. Por lo general contiene los siguientes
componentes:
que indica que anteriormente se reconoció contaminación potencial y se debe revisar si aún se cumplen los
requerimientos de una Fase I (estos cambian según avanza la ciencia). De otra manera, el HREC pasaría a
ser un REC. La otra es la Controlled Recognized Environmental Conditions (CREC) que indica que se encontró
una condición ambiental, pero que se está actualmente manejando.
La investigación detallada de sitio (Fase II) es requerida cuando los resultados de la investigación preliminar
indican contaminación potencial o confirmada en el sitio (REC). La gran diferencia entre una Fase I y una
Fase II, es que esta última debe contener muestreo de suelos (además de vapores y agua
subterránea/superficial cuando sea relevante). Se debe notar que una Fase II solo determina la existencia
de contaminación en un sitio, y no define la extensión lateral y vertical de esta. En este respecto, una Fase
2 posiblemente no contenga suficientes datos para desarrollar un plan de remediación (Remedial Action
Plan o RAP).
Una investigación de remediación (Remedial Investigation, RI) tiene por objetivo definir la naturaleza de la
contaminación, delimitar esta vertical y horizontalmente, evaluar riesgos a la salud y medio ambiente
además de realizar pruebas de tratabilidad (de ser requeridas). El estudio de factibilidad (Feasibility Study,
FS) es el mecanismo para el desarrollo y la evaluación detallada de alternativas para la remediación. Ambos
procesos son realizados simultáneamente, ya que los datos recolectados en la RI influencian el desarrollo
de alternativas para la remediación del FS. Ambos procesos corresponderían a una Fase 3, y en general es
similar a lo propuesto para Chile.
Los niveles background se deben medir donde quiera que puedan afectar decisiones con respecto al sitio.
Estos pueden contribuir al modelo conceptual, a la definición de niveles de remediación y la alternativa de
remediación. Los niveles background también pueden ayudar a establecer los responsables de una
contaminación cuando esto no está claro. Generalmente bajo la Ley Superfund los niveles de remediación
determinado no pueden ser menores que el background establecido en el área de estudio. No obstante,
existen situaciones donde los niveles background pueden presentar niveles peligrosos para la salud. Esto se
toma en general como un problema de salud pública fuera del dominio de la USEPA.
La metodología y principios para la evaluación de riesgos a la salud en sitios contaminados fue publicada
por la USEPA en 1989 en el documento Risk Assessment Guidance for Superfund, conocido como RAGS. Esta
consta de una serie de guías que pueden obtenerse del sitio web de la USEPA4.
Posterior al RAGS la ASTM ha desarrollado el proceso Risk-Based Corrective Action (RBCA) que toma de base
las guías RAGS y se implementa de manera escalonada en diferentes niveles (Tiers) donde las primeras
etapas (TIER I) son más conservadoras, y consideran parámetros estándar para el sitio, estableciendo niveles
objetivo conservadores (RBSLs, Risk-Based Screening Levels, Niveles de Evaluación/Selección Basados en
Riesgo) equivalentes a los RSLs listados por la USEPA. En las etapas posteriores (TIER II, TIER III), se incluyen
datos específicos del sitio para reducir los niveles de incertidumbre y reemplazar las suposiciones
conservadoras. Esto incluye la utilización de las ecuaciones para el cálculo probabilístico de riesgo
determinadas en RAGS. Finalmente, el proceso culmina con la determinación de “acciones correctivas”
(corrective action) las que están basadas en el nivel de riesgo determinado para el sitio.
2.4.1.4 España
La gestión de sitios contaminados en España se encuentra normada en dos leyes a nivel estatal:
Los requerimientos técnicos para la investigación de sitios contaminados incluyen los siguientes:
1) Informe de situación (Fase I): Deberán realizarlo todos los titulares de actividades presentes en el
listado de actividades susceptibles de causar contaminación en el suelo, en un plazo máximo de 2
años y remitirlo al órgano competente de la comunidad autónoma. También deberán realizar este
informe aquellos que produzcan, manejen o almacenen más de 10 toneladas al año de sustancias
peligrosas. El informe de situación contempla muestreo preliminar de los suelos en estudio. Este
estudio se realiza según la guía de la comunidad autónoma en la que se realice el estudio. Mediante
este informe el órgano competente declarará un suelo contaminado cuando:
a. Exista riesgo inaceptable según los valores listados
b. La concentración en suelos de algún contaminante exceda en 100 o más veces los niveles
genéricos de referencia listados o calculados
c. Se deriven evidencias o indicios de contaminación en las aguas subterráneas
2) Valoración detallada de los riesgos (Fase II): los titulares de las actividades deberán realizar este
estudio en aquellos sitios que inicialmente se declaren como contaminados por los criterios
indicados anteriormente. En caso de que la evaluación de riesgo arroje riesgos no aceptables para
su uso, el suelo será declarado como contaminado, y deberá aplicarse una descontaminación de
suelos.
3) Descontaminación de suelos: El alcance y ejecución de las remediaciones será tal que garantice que
la contaminación remanente, si la hubiera, se traduzca en niveles de riesgo aceptables de acuerdo
con el uso del suelo.
4) Publicidad registral: Los propietarios de los sitos en los que se haya realizado alguna de las
actividades potencialmente contaminantes estarán obligados a declarar tal circunstancia en las
escrituras públicas.
Con respecto al Informe Preliminar de Situación (IPS), cada Comunidad Autónoma tiene un formato
específico, sin embargo, el contenido y estructura es similar. Este contiene, en general, la siguiente
información del sitio:
Se nota que la información que se solicita en el IPS está asociada a la identificación de las potenciales fuentes
de contaminación en un sitio, pero no a la identificación de potenciales rutas de exposición ni receptores,
para completar un modelo conceptual de contaminación.
2.4.1.5 Perú
La gestión de sitios contaminados en Perú se encuentra normada en la Ley N° 28611 “Ley General del
Ambiente” y además en el Decreto Supremo N° 011-2017-MINAM “Aprueban Estándares de Calidad
Ambiental (ECA) para Suelo” (que reemplaza al Decreto Supremo N° 002-2013-MINAM “Estándares de
Calidad Ambiental (ECA) para Suelo”), aplicable a todo proyecto y actividad cuyo desarrollo dentro del
territorio nacional genere o pueda generar riesgos de contaminación del suelo en su emplazamiento y áreas
de influencia. En el marco de estos instrumentos se han elaborado las siguientes 3 guías, que se analizan a
continuación.
• Fase de remediación (definir las propuestas de acciones de remediación orientadas a eliminar los
riesgos a la salud y el ambiente o reducirlos a niveles aceptables)
Una vez aprobado el plan de descontaminación por parte de la autoridad competente, se desarrolla
esta fase que incluye la ejecución de acciones de remediación y un muestreo de comprobación. El
producto de esta fase es un informe de culminación de acciones de remediación.
La guía además incluye los contenidos y estructura que deben tener el “Informe de identificaciones de sitios
contaminados”, la “Propuesta de acciones de remediación” y el “Plan de descontaminación de suelos”. En
anexos, se presentan ejemplos de esquemas de modelo conceptual, y criterios y ponderaciones para el
análisis de alternativas de remediación.
Se destaca de esta guía, para la incorporación en la Guía actualizada, que se indican las etapas, actividades
y resultados/entregables, además de los procedimientos administrativos asociados. Por otro lado, se
incluyen los contenidos y estructura de los informes asociados a cada fase, además de ejemplos de
esquemas de modelo conceptual y criterios y ponderaciones para el análisis de alternativas de
remediación.
La guía incluye consideraciones para el contenido y estructura de un plan de muestreo (que debe ser
elaborado previo a la ejecución del muestreo). Además, se incluyen indicaciones para cada tipo de
muestreo, como patrones de muestreo, densidad de muestreo, número de muestras por punto, sistemas
de toma de muestra en profundidad. También incluye consideraciones para la toma de muestras de fase
gaseosa del suelo. Por último, indica medidas para la conservación, manejo y transporte de muestras y de
seguridad en los trabajos de muestreo.
Se nota que, para el muestreo de identificación, se considera la misma tabla y fórmula para el cálculo de
número de puntos de muestreo (dependiendo del tamaño del sitio en hectáreas) que en la NCh3400
(basada en la ISO 10.381:2002 Soil quality – Sampling). Por otro lado, para el muestreo de detalle, el número
de puntos depende de la cantidad de puntos que en el muestreo de identificación obtuvieron
concentraciones mayores a los estándares de calidad ambiental (ECA) o nivel del fondo, para lo cual también
se presenta una tabla y una fórmula de cálculo.
En los anexos de la guía, se presenta una tabla con los procesos y contaminantes asociados a distintas
actividades potencialmente contaminantes (basada en la “Guía Técnica para Orientar en la Elaboración de
Estudios de Caracterización de Sitios Contaminados”, SEMARNART MÉXICO). Además, se presenta una ficha
de muestreo de suelo para registrar datos generales, datos del punto de muestreo y datos de las muestras.
Se destaca de esta guía, para la incorporación en la Guía actualizada, que se indica las recomendaciones
de número de puntos de muestreo (y número de muestras por punto) para distintos tipos de muestreo
y tamaño de sitio, y los contaminantes asociados a actividades potencialmente contaminantes. También
se indican los contenidos y estructura que debiese tener un plan de muestreo, y se estandariza la forma
de registrar la información de terreno.
2.4.1.5.3 “Guía para la elaboración de estudios de evaluación de riesgos a la salud y el ambiente (ERSA)
en sitios contaminados”
Los estudios de ERSA tienen como objetivo definir si la contaminación existente en un sitio representa un
riesgo tanto para el ambiente como para la salud humana, así como los niveles de remediación específicos
del sitio en función del riesgo aceptable. Estos estudios se basan en los datos y resultados obtenidos en la
fase de identificación y caracterización de un sitio contaminado con el fin de entender las relaciones y
causalidades entre la presencia de los contaminantes, las distintas rutas y vías de exposición y los efectos
adversos observados en el ambiente o los efectos potenciales que puedan presentarse.
La evaluación de riesgos a la salud y el ambiente involucra cuatro pasos básicos: 1) Definición del problema
2) Evaluación de la toxicidad 3) Evaluación de la exposición 4) Caracterización del riesgo. Además, si incluye
el análisis de incertidumbre como componente de la evaluación de riesgos. El contenido sugerido de un
estudio de ERSA se indica en forma de índica en la guía.
Además de la metodología para la realización de pasos indicados anteriormente, la guía indica para cada
ruta las recomendaciones de los valores de parámetros de exposición a utilizar, indicando si estos son
obtenidos de bibliografía (principalmente basados en la USEPA) o a partir de mediciones directas o modelos.
Además, se indican las fórmulas para el cálculo de las dosis de exposición y luego para el cálculo de los
índices de riesgo. En la guía también se indica el valor de Riesgo extra de cáncer de por vida (RECV) aceptable
en Perú (10-5, pero para casos excepciones también se podría utilizar 10-4).
La evaluación de riesgos incluye como bienes a proteger la salud humana, la flora y fauna, y los recursos
naturales abióticos (suelo natural, cuerpos de agua y aire). Para los últimos dos componentes se indican
recomendaciones y lineamientos para su evaluación, sin embargo, no una metodología.
Se destaca de esta guía, para la incorporación en la Guía actualizada, que se indican los parámetros de
exposición recomendados a utilizar en una evaluación de riesgos a la salud, además de valor de Riesgo
extra de cáncer de por vida (RECV) aceptable. También se indican los contenidos mínimos sugeridos que
debiese tener un informe de evaluación de riesgos. Además, se incluyen recomendaciones y lineamientos
para el análisis de riesgos a componentes bióticos y recursos naturales, a pesar de que no se entrega
detalles metodológicos.
2.4.2.1 “Guía de evaluación de impacto ambiental - Riesgo para la salud de la población en el SEIA”
Esta guía está enmarcada en la evaluación de impactos ambientales de acuerdo la letra a) del Artículo 11
de la Ley 19.300, es decir, la evaluación de la generación o presencia de “riesgo a la salud de la población,
debido a la cantidad y calidad de efluentes, emisiones o residuos” por parte de un proyecto. Se indica que
los criterios que deben verificarse (para cada contaminante) para evaluar la existencia de un riesgo son los
siguientes:
La guía describe conceptos como contaminantes, contaminación, riesgo, riesgo a la salud de las personas.
Además, hace referencia al suelo como una matriz en la que puede haber impacto ecosistémico y como un
medio por el cual se pueden trasportar los contaminantes.
Se realiza una discusión sobre el nivel de riego aceptable o riesgo de cáncer incremental, indicando que “en
Chile no se ha llevado a cabo una discusión interinstitucional entre los órganos del Estado con competencia
ambiental, el Ministerio de Salud y la academia para establecer el nivel de riesgo aceptable o riesgo de
cáncer incremental. El Ministerio de Salud no ha definido un criterio oficial sobre riesgo aceptable, sin
embargo, instruirá a sus equipos regionales para el análisis caso a caso de las evaluaciones de riesgo para
la salud propuestas por los titulares, basándose en el principio precautorio”.
Se explica de manera general el modelo convencional para llevar a cabo evaluaciones de riesgo, que consta
de cuatro etapas: 1) identificación del peligro, 2) evaluación dosis respuesta, 3) evaluación de la exposición
y 4) caracterización del riesgo (similar a la Guía SPPC). Además, introduce y define el concepto de modelo
conceptual de un emplazamiento y sus componentes: fuentes de contaminantes, los mecanismos de
emisión de los mismos, los medios de transporte, potenciales rutas de exposición y receptores.
Como forma de explicar los procesos de transporte de contaminantes entre matrices ambientales y hacia
la población y las vías de exposición, se presenta la siguiente figura.
Por último, de manera general, presenta y describe las fórmulas para el cálculo de las dosis de exposición y
para la caracterización del riesgo cancerígeno y no cancerígeno.
En general, lo contenido en esta guía en cuanto a riesgo a la salud ya está presente en la Guía SPPC, pero
se destaca la forma en que se explican algunos conceptos como rutas de transporte y vías de exposición
(en texto y en esquema), además de la discusión que se realiza en cuanto a las normas de referencia
internacionales y sobre el nivel de riego aceptable.
2.4.2.2 “Guía para la descripción del área de influencia - descripción de los componentes suelo, flora y
fauna de ecosistemas terrestres en el SEIA”
El objetivo de esta guía es establecer un marco de referencia y orientar la evaluación ambiental en relación
a la descripción de los componentes suelo, flora y fauna (SFF) de ecosistemas terrestres de un área de
influencia en el marco de un proceso de evaluación de impacto ambiental de proyectos dentro del SEIA. La
guía indica que “la descripción del área de influencia es una de las exigencias que debe enfrentar todo
proyecto o actividad que se somete al SEIA, ya sea para establecer si el proyecto o actividad genera o
presenta alguno de los efectos, características o circunstancias del artículo 11 de la Ley N°19.300, o bien
para justificar la inexistencia de dichos efectos, características o circunstancias.
Las etapas metodológicas consideradas en esta guía para caracterizar los componentes ambientales y los
impactos son las siguientes:
Con respecto al suelo, se indican los impactos a los que podría estar cometido este componente, los cuales
son de manera referencial: pérdida de suelo, activación de procesos erosivos o erosión del suelo,
compactación del suelo, deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, entre otros.
Además, la guía presenta fichas metodológicas para la levantamiento e información asociado a cada uno de
estos impactos. Los métodos de levantamiento de información con respecto a suelo se refieren a
parámetros como profundidad, pendiente, textura, humedad aprovechable, salinidad, sodicidad,
alcalinidad, pedregosidad superficial, pedregosidad sub-superficial, clase de drenaje, erosión actual, citando
particularmente la “Pauta para estudio de suelos” del SAG (ver Sección 2.4.2.7) y “Guidelines for soil
description” de la FAO (2006).
En general, lo contenido en esta guía se refiere a la descripción del componente suelo como un
ecosistema terrestre o un recurso natural, no relacionado directamente a una matriz ambiental que
puede estar afecta a contaminación que cause riesgo a la salud de las personas, por lo que no se considera
particularmente relevante en el contexto de la actualización de la Guía.
Este manual tiene el objetivo de constituir un material de consulta sobre alternativas de tecnologías de
remediación aplicables a diferentes situaciones de riesgo.
El manual aborda de forma general las responsabilidades legales en Chile vinculadas a la remediación, y los
objetivos y fundamentos que rigen las actividades de remediación (hasta el momento de la elaboración del
manual). Por otro lado, indica los factores de los que dependen la remediación y su eficiencia: características
del contaminante, características del medio e interacciones entre contaminante y medio. También el
manual indica distintas clasificaciones de las tecnologías de remediación, según su lugar de aplicación, el
objetivo, tipo de tratamiento y grado de desarrollo; e identifica y describe las principales tecnologías de
remediación de suelos y aguas, clasificándolas según tipo de tratamiento: biológicos, fisicoquímicos,
térmicos y mixtos e indicando ventajas y desventajas. Para cada una de estas tecnologías se presenta una
ficha con una descripción general, esquema de operación, aplicaciones y contaminantes tratados, ventajas
y desventajas, estimación de costos. Por último, presenta algunos ejemplos de proyectos de remediación
ejecutados en Chile.
El contenido de este manual fue revisado en detalle y ciertos componentes y conceptos generales fueron
incorporados en la actualización de la Guía, para la Parte 2 – Remediación y manejo. Fue referenciado
además para mayor detalle sobre tecnologías de remediación específicas.
2.4.2.4 “Guía técnica de buenas prácticas ambientales para el cierre de centrales a carbón”
La guía tiene por objetivo entregar lineamientos de buenas prácticas para enfrentas los desafíos
ambientales y sociales que se producen con el cierre de centrales termoeléctricas, basado en experiencias
internacionales. El proceso de cierre consta de 7 etapas que deben ser llevadas a cabo previo al desarrollo
de un nuevo proyecto en el sitio: definición del proyecto, caracterización del sitio, identificar niveles de
contaminación aceptables, identificación de uso futuro, plan de cierre y remediación, implementación y
cierre de proyecto.
En particular, los lineamientos presentados en la guía para la etapa de caracterización del sitio se basan en
el estándar ASTM y en la Guía SPPC, y consiste en: actividades preliminares (revisión de información, visita
al sitio, entrevistas); identificar los atributos del sitio y activos disponibles; identificar posibles fuentes de
contaminación y/o sectores contaminados (modelo conceptual); e investigación confirmatoria mediante
análisis químico del medio (se sugiere seguir recomendaciones de la Guía SPPC).
Con respecto a la etapa de identificar niveles de contaminación aceptables, se menciona que la necesitad
de remediación dependerá de las concentraciones de contaminantes presentes y el uso permitido para el
sitio; y que el regulador debe definir los valores de referencia objetivo a considerar. Además, se indica que
es deseable calcular el estándar de limpieza basado en un Riesgo Extra Total de cáncer de por Vida de 10-5
y un cociente de riesgo de 1 para sustancia no cancerígenas.
Por otro lado, se indican objetivos de remediación para suelos y aguas subterráneas según estrategia
(general o sitio-específica), diferenciando además según estratos del suelo (toda la columna, superficie, bajo
la superficie).
Adicionalmente, se menciona que puede ser deseable definir compromisos o acuerdos de limitación de uso
de suelo, los cuales deben:
• Limitar el desarrollo de actividades en la propiedad que puedan interferir de manera sustancial con
una acción de remediación; la operación y mantención, el monitoreo de largo plazo, u otra medida
necesaria que contribuya a asegurar la integridad de una acción de remediación.
• Limitar el desarrollo de actividades que puedan resultar en exposición de las personas a niveles de
contaminantes mayores a los especificados en normas internaciones para escenarios de uso
residencial o no-residencial, según sea aplicable.
• Describir las limitaciones de uso de la propiedad.
• Permitir a la autoridad competente el hacer cumplir el acuerdo mediante acciones legales
pertinentes.
Con respecto a la etapa de identificación de uso futuro, se menciona que se deben generar alternativas
viables para el desarrollo futuro del sitio en concordancia con los intereses de posibles beneficiarios de
alternativas de eventuales proyectos y los intereses de la comunidad. Para esto se debe realizar un análisis
del contexto del mercado y del territorio (entender cuáles son las necesidades, ventajas y capacidades
locales); interactuar desde etapas tempranas con la comunidad local y otros grupos de interés que se
relacionan al proyecto para explorar opciones de desarrollo y la definición de un nuevo propósito (detectar
oportunidades y generar consensos para reducir posibilidad y escala de conflictos futuros); definir las
alternativas de desarrollo posibles; realizar una estimación preliminar de costos de las alternativas; e
identificar fuentes de financiamiento e instrumentos que podrían facilitar las opciones de desarrollo
posibles.
Se destaca de esta guía, para la incorporación en la Guía actualizada, la mención de los contaminantes
asociados a las actividades de las centrales termoeléctricas. Además, se referenció esta guía para que el
usuario pueda profundizar en la evaluación de sitios asociados a centrales termoeléctricas.
Este documento tiene el objetivo de uniformar los criterios de clasificación de capacidad de uso de los
suelos. Cabe notar que este documento considera al suelo “como un cuerpo natural dinámico que
evoluciona y que se encuentra en equilibrio con el sistema ecológico al cual pertenece. El suelo cambia
continuamente desde el punto de vista físico, químico y biológico, con modificaciones que pueden ser de
magnitud variable que, si exceden los límites de resiliencia del mismo, se pueden provocar alteraciones en
el sistema al que pertenecen que afectarán su equilibrio y producirán un incremento en la fragilidad del
suelo”.
Se indica que la Capacidad de Uso de Suelos, en su concepto más amplio representa la habilidad de los
suelos para ejecutar funciones (intrínsecas o extrínsecas) en la magnitud que le son propias, lo que deriva
del conjunto de propiedades físicas, químicas y biológicas que poseen, que les permite funcionar como un
sistema abierto viviente, dentro de los límites del ecosistema al que pertenecen y del uso dado y, sostener
la producción biológica y la vida de los organismos que de él se sustentan.
Los criterios se organizan en 3 grupos según la incidencia realizada sobre la calificación de suelos: criterios
de aproximación, definición y criterios especiales.
Los criterios de aproximación permiten clasificar los suelos en arables y no arables, y corresponden a:
profundidad, pendiente, pedregosidad superficial y clase de drenaje. Por su parte, los criterios de definición,
en combinación con los criterios de aproximación, permiten determinar la clasificación de capacidad de uso
de suelo, y corresponden a: textura, agua aprovechable, pedregosidad subsuperficial, clases de erosión y
clima. Por último, los criterios especiales describen una condición particular existente y corresponden a:
inundación, salinidad, sodicidad y alcalinidad.
A partir de los criterios descritos, se pueden realizar clasificaciones interpretativas de suelos. La clasificación
está dada por: clases de capacidad de uso de suelos (de Clase I a Clase VIII), sub-clases de capacidad de uso
(asociado a factor más limitante: suelo, humedad, riesgos o de efectos de antiguas erosiones, clima), y
unidades de capacidad de uso.
Se destaca de esta guía, para la incorporación en la Guía actualizada, la mención de las distintas
características de los suelos que pueden ser relevantes para evaluar el potencial de transporte de
contaminantes desde este, como la textura, humedad, erosión, etc. Además, se referenció esta guía para
que el usuario pueda profundizar en la evaluación de sitios asociados a usos agrícolas.
Esta guía está desarrollada en el marco de la Ley 20.551 que regula el cierre de faenas e instalaciones
mineras (del año 2011, modificada por Ley 21.169). En esta guía se reúnen los criterios y herramientas
necesarias para evaluar la estabilidad química en las diferentes instalaciones mineras remanentes,
mediante la descripción y caracterización de las fuentes potencialmente generadoras de drenaje minero
(DM) y su entorno, la predicción de su capacidad para generar o neutralizar drenajes mineros, y mediante
la evaluación del riesgo asociado a éstos. Los resultados de la etapa de evaluación ayudarán a definir y
diseñar las medidas de gestión que permitan asegurar la estabilidad química de las instalaciones en el
momento de cierre. En este sentido la guía propone y establece la necesidad y relevancia de implementar
medidas de prevención y, en el caso que esto no sea posible, implementar medidas de control y tratamiento
de los drenajes mineros, de acuerdo al riesgo que ellos supongan sobre la salud de las personas y el medio
ambiente.
Las instalaciones mineras consideradas en esta guía como fuentes potencialmente generadoras de drenaje
minero son:
Por otro lado, se describe la metodología para la gestión de la estabilidad química, que incluye etapas como:
descripción y caracterización (revisión de antecedentes, descripción del medio físico, caracterización de
fuentes potencialmente generadoras de drenaje minero, modelo conceptual fuente-ruta-receptor),
predicción (conocer comportamiento a largo plazo), evaluación de riesgo ambiental (evaluación de
potenciales receptores, potenciales impactos y riesgo a la salud de las personas y/o el medio ambiente),
prevención y control (controlar y minimizar potenciales impactos), tratamiento (mejorar calidad del
drenaje, revertir impacto y disminuir riesgos significativos) y monitoreo (evaluar y controlar eficacia de
medidas implementadas). Además, incluye como etapa transversal el muestreo de variables ambientales.
• Fase 0: Antecedentes
• Fase 1: Caracterización Geoquímica Inicial del material que formará parte de una fuente
potencialmente generadora de DM
• Fase 2: Caracterización Geoquímica Detallada
• Fase 3: Modelación
• Fase 4: Evaluación de riesgo ambiental
• Fase 5 (y continua): Monitoreo
Se describe en forma de fichas 13 estrategias y/o medidas de prevención y/o control del drenaje minero
según objetivos (Gestión del material con capacidad de reacción (Manejo estratégico), Gestión del agua y/o
de la aireación, Otros) y lista las ventajas y desventajas de cada uno. Además, se describe en forma de fichas
26 tecnologías de tratamientos pasivos y activos de drenaje minero y lista las ventajas y desventajas de cada
uno.
Se indica una metodología general para el monitoreo y muestreo en las fuentes potencialmente
generadoras de drenaje minero, pero indicando que la selección final de esta provendrá de los especialistas
encargados del proyecto, que incluye:
• Muestreo en fases: Fase 1 (muestreo inicial), Fase 2 (muestreo detallado) y próximas fases de
muestreo.
• Lineamientos para la determinación de número de muestras mínimo (considerando la masa de una
unidad geológica)
• Indicaciones y recomendaciones a considerar en cada instalación
• Árboles de decisión
• Clasificación estadística del muestreo
Se destaca de esta guía, para la incorporación en la Guía actualizada, la mención de las instalaciones y
procesos en las faenas mineras que tienen el potencial de generar impactos en los suelos/aguas
subterráneas, como también de un método de determinación del número de muestras, considerando la
masa de una unidad geológica. Además, se analizaron las medidas de prevención y control presentadas
en esta guía para incorporar, donde corresponda, en la sección de remediación y manejo de la Guía
actualizada. Por último, se referenció esta guía para que el usuario pueda profundizar en la evaluación
de sitios asociados a faenas mineras.
Esta norma tiene el objetivo de establecer principios generales aplicables en el diseño de programas de
muestreo, destinados a caracterizar y verificar la calidad del suelo e identificar fuentes y efectos de la
contaminación del suelo. Como se indica en el preámbulo, la norma está basada en la Norma Internacional
ISO 10.381:2002 (Soil quality – Sampling), pero no es equivalente al tener desviaciones técnicas mayores,
cambios en su estructura y no hay correspondencia. Contiene 3 partes: directrices para el diseño de los
programas de muestreo, directrices sobre técnicas de muestreo y directrices sobre seguridad.
• Planificación del programa de muestreo (que incluye generalidades, definición de los objetivos,
información preliminar, estrategia, muestreo, seguridad, informe de muestreo).
• Objetivos del muestreo (determinación de calidad general del suelo, preparación de mapas de
suelo, acciones legales o reglamentarias, evaluación de peligros o riesgos).
• Consideraciones especiales para el muestreo de suelos (particularmente asociadas a la
investigación preliminar que incluye estudio de gabinete y visita al área de estudio).
• Requisitos para el personal de muestreo (asociado a experiencia y capacidad de coordinación del
muestreo y análisis).
• Precauciones de seguridad.
El reglamento establece las condiciones sanitarias y de seguridad mínimas a que deberá someterse la
generación, tenencia, almacenamiento, transporte, tratamiento, reúso, reciclaje, disposición final y otras
formas de eliminación de los residuos peligrosos. Además, en el artículo 18, se indican los residuos que
serán considerados peligrosos a menos que se pueda demostrar que no presentan ninguna característica
de peligrosidad (toxicidad agua, toxicidad crónica, toxicidad extrínseca, inflamabilidad, reactividad y
corrosividad; según análisis y límites indicados en los artículos 12 a 17 del Reglamento). Uno de los residuos
indicados en el artículo 18, Lista III, número 4, corresponde a “suelos o materiales resultantes de faenas de
movimientos de tierras contaminadas por algunos de los constituyentes listados en la categoría II”.
En este sentido, a pesar de que actualmente no existe una definición de “suelo contaminado”, por falta de
normativa nacional de calidad de suelos, actualmente se considera que un suelo con presencia de
contaminantes debiese requerir un análisis de peligrosidad en caso de que deba disponerse fuera del sitio.
Por lo tanto, considerando el reglamento y la forma en que se ha considerado el tema previamente, se debe
contemplar la realización de muestreo y análisis de peligrosidad a los suelos cuando estos sean dispuestos
fuera del sitio. El Ministerio de Salud desarrolló en este respecto la Guía técnica de toma de muestras de
residuos peligrosos, que “aborda y desarrolla los aspectos relacionados con los equipos y técnicas que deben
utilizarse para llevar a cabo correctamente el muestreo de residuos potencialmente peligrosos”.
Se debe notar también que, al considerarse como residuos (ya sea peligrosos o no peligrosos), tanto el
transporte como la disposición de estos suelos en teoría debiese ser declarado en el Registro de Emisiones
y Transferencia de Contaminantes, RETC, a través de Ventanilla Única, en el sistema sectorial
correspondiente.
Cabe notar, además, la diferencia entre “suelo contaminado” y “residuo peligroso”. Un suelo contaminado
(o con presencia de contaminantes) podría considerarse un residuo peligroso si es que presenta
características de peligrosidad según los análisis químicos y límites establecido específicamente para esto
(según el Reglamento), sin embargo, no todos los suelos contaminados (y rara vez, según experiencia),
resultan ser efectivamente peligrosos.
El Reglamento establece las condiciones sanitarias a que deberá ceñirse la producción, importación,
elaboración, envase, almacenamiento, distribución y venta de alimentos para uso humano, así como las
condiciones en que deberá efectuarse la publicidad de los mismos, con el objeto de proteger la salud y
nutrición de la población y garantizar el suministro de productos sanos e inocuos.
En su artículo 101 indica que un “alimento contaminado es aquel que contenga: a) microorganismos, virus
y/o parásitos, sustancias extrañas o deletéreas de origen mineral, orgánico o biológico, sustancias
radioactivas y/o sustancias tóxicas en cantidades superiores a las permitidas por las normas vigentes, o que
se presuman nocivas para la salud; b) cualquier tipo de suciedad, restos o excrementos; c) aditivos no
autorizados por las normas vigentes o en cantidades superiores a las permitidas”.
Por otra parte, en su artículo 160 (contenido en Párrafo I: De los metales pesados) el Reglamento indica los
límites máximos que deberán tener ciertos alimentos en cuanto a concentración de metales pesados
(arsénico, cadmio, estaño, hierro, mercurio, plomo, selenio).
En este sentido, al realizar evaluaciones de suelos se deberá tener en consideración el potencial transporte
de contaminantes desde suelos contaminados a cultivos existentes (por ejemplo, frutas, verduras, cereales,
etc.) o criaderos de animales, realizando (en caso de existir una potencial ruta) análisis de concentración de
contaminantes en estos alimentos, cerciorándose que no se sobrepasen los límites indicados en esta norma
sectorial.
En Chile, como se ha expuesto en variadas ocasiones, no existen normativa ambiental para suelos, pero sí
existe para otras matrices. En este sentido, la evaluación de sitios debe considerar también la
caracterización de estas según sea relevante y las concentraciones deben compararse también con la
normativa correspondiente. En este caso, se debe considerar la normativa según el objeto de protección
asociados a los objetivos de la gestión de suelos, es decir, salud humana y/o ecosistemas/ecológicos.
Existen principalmente 3 tipos de normativa ambiental: normas de calidad, normas de emisión y normas
chilenas oficiales. Las normas de calidad a su vez se dividen en primarias y secundarias, siendo las normas
primarias aquellas normas de calidad que tienen por objetivo proteger la salud humana, en cambio, las
normas secundarias tienen por objetivo proteger o conservar el medio ambiente, se destaca además que
éstas últimas son de carácter y aplicabilidad local. Las normas chilenas oficiales (NCh) carecen de
obligatoriedad, y se presentan como pautas en diversos procesos. Estas normas son de naturaleza técnica,
creadas por el Instituto Nacional de Normalización (INN) en conjunto con instituciones pertinentes a cada
temática, que pasan a considerarse oficiales mediante decreto y que se encuentran a disposición para ser
compradas. Algunas de estas poseen valores de calidad de matrices ambientales, es por esto que se
consideran en este análisis.
A continuación, se presentan las normas de calidad primaria y secundaria existentes en Chile, además de
las normas chilenas que presenten niveles máximos de contaminantes en matrices ambientales. Las normas
de emisión no se presentan en el análisis y no debiesen considerarse dentro de la evaluación de sitios, ya
que estas evalúan la calidad de un residuo/compuesto que se descarga al ambiente, y considera efectos
como dilución y dispersión, por lo que en general debiesen tener límites más altos. Si existieran fuentes
activas descargando al ambiente, se debe cumplir con la normativa específica de emisión, sin embargo,
estas no sirven para determinar si existe o no contaminación en una matriz ambiental.
Matriz agua:
• Decreto 144/2008: Normas de calidad primaria para la protección de las aguas marinas y estuarinas
aptas para actividades de recreación con contacto directo
• Decreto 143/2008: Normas de calidad primaria para las aguas continentales superficiales aptas para
actividades de recreación con contacto directo
Matriz aire:
• Decreto 5/2023: Norma primaria de calidad del aire para el compuesto orgánico volátil benceno
• Decreto 12/2021: Norma de calidad del aire para MP10
• Decreto 104/2018: Norma primaria de calidad de aire para dióxido de azufre (SO2)
• Decreto 12/2011: Norma de calidad del aire para MP2,5
• Decreto 115/2002: Norma de calidad del aire para CO
• Decreto 114/2002: Norma primaria de calidad de aire para dióxido de nitrógeno (NO2)
• Decreto 112/2002: Norma de calidad del aire para O3
• Decreto 136/2000: Norma de calidad primaria para plomo en el aire
Matriz agua:
• Decreto 1/2015: Normas secundarias de calidad ambiental para la protección de las aguas
continentales superficiales de la cuenca del río Valdivia
• Decreto 9/2015: Normas secundarias de calidad ambiental para la protección de las aguas
continentales superficiales de la cuenca del río Biobío
• Decreto 53/2013: Normas secundarias de calidad ambiental para la protección de las aguas
continentales superficiales de la cuenca del río Maipo
• Decreto 19/2013: Normas secundarias de calidad ambiental para la protección de las aguas
continentales superficiales del lago Villarrica
• Decreto 75/2009: Normas secundarias de calidad ambiental para la protección de las aguas
continentales superficiales de la cuenca del río Serrano
Matriz aire:
• Decreto 22/2009: Norma de calidad secundaria de aire para anhídrido sulfuroso (SO2)
• Decreto Exento 4/1992: Normas de calidad del aire para material particulado sedimentable en la
cuenca del río Huasco III región
Matriz agua:
• NCh 1333: Requisitos de calidad del agua para diferentes usos (D.S. 867/1978 del Ministerio de
Obras Públicas)
• NCh 409/1: Norma calidad del agua potable (Decreto Exento 446/2006 del Ministerio de Salud)
2.5 Revisión de lineamientos de participación ciudadana para identificar las etapas e instancias
donde se puede incluir esta actividad en la gestión de suelos contaminados.
El 18 de agosto de 2022 mediante el Instructivo Presidencial para el fortalecimiento de la Participación
Ciudadana en la Gestión Pública, se solicitó la profundización de la participación ciudadana en la gestión
Pública. Donde se solicitó que cada órgano del Estado deberá establecer modalidades formales y específicas
de participación que tendrán las personas y organizaciones dentro de su Gestión. De la misma manera, la
firma del Acuerdo de Escazú estableció lineamiento a seguir para avanzar hacia la inclusión, la igualdad y la
participación ciudadana en la toma de decisiones ambientales, resaltando la importancia del acceso a la
información y el acceso a la justicia en asuntos ambientales para lograr un desarrollo sostenible. A
continuación, se abordan en detalle tres temáticas, el nuevo anteproyecto de norma de participación
ciudadana, el acuerdo de Escazú y su guía de implementación, como también la guía de lenguaje Inclusivo
de Género desarrollada por el Ministerio del Medio Ambiente.
Estos procesos se inspiran en los principios tomados del Acuerdo de Escazú y se centran en diversos
mecanismos, como el acceso a la información ambiental, la consulta ciudadana basada en criterios de
representatividad, inclusión y diversidad, consejos de la sociedad civil para emitir opiniones técnicas,
cuentas públicas participativas, audiencias públicas, diálogos participativos para promover la participación
ciudadana en asuntos gubernamentales, comités público-privados de carácter ambiental, procesos de
consulta indígena y procesos de Participación y Consulta temprana.
1. Acceso a la Información Ambiental: Según el Artículo 19, el Ministerio generará, recopilará y pondrá
a disposición de la población información ambiental relevante y actualizada relacionada con sus
funciones y competencias. Además, se esforzará por asegurar que esta información esté disponible
en formatos accesibles y sea reutilizable y procesable, de acuerdo con las normativas vigentes.
2. Consulta Ciudadana: El Artículo 22 establece que los procesos de consulta ciudadana deben llevarse
a cabo siguiendo criterios fundamentales de representatividad, inclusión, diversidad y pluralismo.
El Artículo 23 categoriza tres áreas clave para la implementación de la consulta ciudadana:
Instrumentos de regulación ambiental, Materias o instrumentos estratégicos (como Proyectos de
Ley, Políticas, Estrategias, Planes, Programas y Reglamentos, junto con otras materias consideradas
de interés relevante por la autoridad), e Instrumentos o materias que reciban peticiones de
consulta.
3. Consejos de la Sociedad Civil: Estos consejos tienen como objetivo principal emitir opiniones sobre
los instrumentos o materias que se someten a su consideración. Su labor consiste en fortalecer la
calidad técnica de estos instrumentos y reflejar las diversas perspectivas y conocimientos existentes
en la sociedad.
4. Diálogos Participativos: Estos diálogos son procesos de interacción entre instituciones públicas y
personas, grupos u organizaciones de la sociedad civil. Su finalidad es fomentar la participación e
influencia de la ciudadanía en los asuntos gubernamentales, pudiendo realizarse en cualquier etapa
del ciclo de las políticas públicas, tanto de forma presencial como remota.
5. Comités, Grupos o Mesas Público-Privados de Carácter Ambiental: Aunque ya existen mesas
dedicadas a temas como el cambio climático, los humedales, la RETC (Reforma Tributaria a la
Contaminación), y la conservación de especies, se pueden crear nuevas mesas según sea necesario.
Estas abordan asuntos ambientales y de interés público, y son presididas por el ministro,
subsecretario o un representante designado.
6. Procesos de Participación y Consulta Temprana: Estos procesos abarcan diversas etapas, desde el
diagnóstico inicial del escenario hasta la difusión de resultados. Incluyen la recepción de aportes
por canales habilitados y el análisis de las contribuciones ciudadanas.
Uno de los principios fundamentales del Acuerdo es el "Principio 10", que enfatiza la participación activa de
todos los ciudadanos en asuntos ambientales. Este principio garantiza el acceso a la información ambiental
y la oportunidad de participar en los procesos de toma de decisiones, así como el acceso a procedimientos
judiciales y administrativos en asuntos ambientales.
"Principio 10: el mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los
ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona deberá tener
acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades
públicas, incluida la información sobre los materiales y las actividades que encierran peligro en sus
comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones. Los
Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación de la población poniendo la
información a disposición de todos. Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos
judiciales y administrativos, entre estos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes"
En relación al acceso a la información ambiental, se enfatiza la necesidad de que el público tenga acceso a
la información que las autoridades poseen sobre cuestiones ambientales. Este principio se basa en la
máxima publicidad, lo que significa que la información debe estar disponible para todos los interesados y
no solo cuando se solicite, sino también de manera proactiva. Además, se establece la obligación de que se
cuente con sistemas de información ambiental actualizados. Estos sistemas deben incluir datos relevantes,
como la ubicación de zonas contaminadas, informes científicos y técnicos, y detalles sobre procesos de
evaluación de impacto ambiental. La accesibilidad y la disponibilidad progresiva de esta información son
fundamentales.
Estos elementos del acuerdo subrayan la necesidad de garantizar el acceso a la información ambiental,
fomentar la participación ciudadana en la toma de decisiones ambientales y proteger el derecho de todas
las personas a vivir en un entorno saludable, consolidando así un enfoque inclusivo y participativo en
asuntos ambientales.
Las propuestas adicionales para incorporar en documentos desarrollados por el Ministerio del Medio
Ambiente sugieren enfoques específicos para implementar el lenguaje inclusivo de género. Esto incluye el
uso de sustantivos genéricos o colectivos que eviten la distinción de género, la omisión de referencias
directas al sujeto para no privilegiar un género sobre otro, y la omisión o sustitución de pronombres y
artículos que puedan ser excluyentes. La utilización de construcciones metonímicas y el uso de la palabra
"Persona" enfatizan la idea de que el lenguaje debe reflejar la diversidad y la igualdad de género. Además,
se recomienda el uso de aposiciones explicativas para proporcionar contexto sin asumir el género de las
personas mencionadas. En conjunto, estas propuestas buscan promover un lenguaje inclusivo y equitativo
que refleje la diversidad de género en la sociedad (MMA, 2021).
A continuación, se detalla el listado de las recomendaciones, obtenidos desde la “Guía de lenguaje inclusivo
de género” (2021) del Ministerio del Medio Ambiente. Estas serán incluidas y utilizadas en el desarrollo de
la actualización de la Guía metodológica para la gestión de suelos con potencial presencia de contaminantes
durante la presente consultoría:
• Revisión del lenguaje y la estructura gramatical para evitar la objetificación de las personas y su
transformación en objetos, mercancías o instrumentos.
• Examinación de cómo la comunicación influye en la relación entre sentimientos, pensamientos y
acciones, con el fin de determinar si promueve la igualdad entre hombres y mujeres o, por el
contrario, la restringe.
• Consideración de la comunicación desde la perspectiva de cómo se explicaría a personas no
videntes o con capacidades visuales diferentes a las normativas, con el objetivo de garantizar su
comprensión.
• Conciencia de que cualquier referencia al cuerpo de una persona, ya sea hombre o mujer, tiende a
representar a toda la comunidad de género, y, por lo tanto, puede reforzar o desafiar los
estereotipos de género preexistentes.
• Evitar el uso del masculino plural como forma de referirse al conjunto de mujeres y hombres en
todas las instancias.
Algunas herramientas a utilizar para el desarrollo de la Guía metodológica para la gestión de suelos con
potencial presencia de contaminantes corresponden a las listadas a continuación:
En este sentido, la revisión y propuesta se basa en el cumplimiento de los objetivos de calidad que deben
cumplir las investigaciones de sitios contaminados, y a su vez deben ser prescritos en su metodología. Estos
se refieren a un conjunto de requisitos y metas que se deben alcanzar para garantizar que los resultados de
la investigación sean confiables, precisos y representativos de la situación ambiental del sitio. Algunos de
estos objetivos son:
• Objetividad: La investigación debe ser objetiva e imparcial, sin prejuicios o intereses que puedan
influir en los resultados.
• Representatividad: Los resultados de la investigación deben ser representativos de la situación real
del sitio y tener en cuenta todas las fuentes de contaminación potencial.
• Fiabilidad: La investigación debe ser confiable y tener en cuenta todos los factores que puedan
afectar la precisión de los resultados.
• Sensibilidad: La investigación debe ser lo suficientemente sensible para detectar incluso niveles
muy bajos de contaminantes que puedan representar un riesgo para la salud humana o el medio
ambiente.
• Precisión: Los resultados de la investigación deben ser precisos y estar dentro de los límites de error
aceptables.
• Validez: La investigación debe ser válida y estar respaldada por una metodología rigurosa y bien
fundamentada.
• Relevancia: La investigación debe ser relevante y tener en cuenta los factores específicos del sitio,
incluyendo las características geológicas, hidrológicas y de uso del suelo.
5
SEA – DICTUC. 2023. “Definición de criterios para la justificación en el uso de normas y valores de referencia para la evaluación ambiental”. Disponible en:
https://www.sea.gob.cl/sites/default/files/imce/archivos/2023/10/20/VALREF-InformeFinal.pdf
3.1 Identificación y definición de reuniones de trabajo con actores relevantes para el trabajo
participativo
Para el desarrollo de la consultoría se definieron dos modos de trabajo participativo. El primero corresponde
a la realización de reuniones con actores relevantes específicos y el segundo contempló la elaboración y
difusión de una encuesta online. Los resultados de estas instancias se han incorporado al análisis y
desarrollo de las actividades descritas anteriormente en el informe. El detalle de ambos modos de trabajo
participativo se presenta a continuación.
• Contraparte técnica
• Secretarías Regionales Ministeriales del Medio Ambiente (contrapartes regionales)
• Ministerio de Salud
• Ministerio de Vivienda y Urbanismo
• Servicio de Evaluación Ambiental
• Consultora externa del MMA
Las reuniones fueron realizadas a lo largo de todo el proceso de actualización de la guía, con los siguientes
objetivos:
3.1.2 Encuesta
La encuesta estuvo dirigida a profesionales que hayan participado en estudios de suelos contaminados,
tengan interés en el tema y/o conozcan o hayan utilizado la Guía, para obtener sus visiones, experiencia y
comentarios con respecto a la evaluación y gestión de suelos en general y a la aplicación de la guía en
particular. Se seleccionó esta modalidad de obtención de información, además de las reuniones, para
ampliar la participación a otros sectores y personas no identificadas previamente, especialmente a
profesionales del sector privado (industria, consultoría) o académico.
La encuesta fue difundida de manera online por el equipo consultor (contactos profesionales, publicación
en LinkedIn, etc.) y además fue compartida por la contraparte técnica a integrantes del Comité
Interinstitucional de Suelos, y estuvo disponible para ser contestada originalmente entre 19 de julio y el 4
de agosto de 2023, y luego se amplió el plazo hasta el 20 de agosto.
Las preguntas realizadas en la encuesta se presentan a continuación y una copia del formulario web (Google
Forms) se incluye en el Anexo 3.
Información general
9. ¿Ha tenido la oportunidad de revisar y/o aplicar la Guía Metodológica para la Gestión de Suelos con
Potencial Presencia de Contaminantes del Ministerio del Medio Ambiente? (campo obligatorio,
opciones “Sí” o “No”; en caso de responder “No”, pasa a la pregunta n°13)
Guía SPPC
10. ¿Cuáles son los desafíos con los que se ha encontrado al trabajar aplicando la Guía SPPC? (campo
opcional)
11. ¿Qué aspectos de la Guía SPPC considera que debiesen ser modificados? ¿Por qué? (campo
opcional)
12. ¿Qué aspectos de la evaluación, gestión y descontaminación de suelos considera que debiesen ser
incluidos en la Guía actualizada? ¿Por qué? (campo opcional, hacia la pregunta n°14)
13. ¿Qué aspectos de la evaluación, gestión y descontaminación de suelos considera que debiesen ser
incluidos en una Guía metodológica? ¿Por qué? (campo opcional)
Comentarios finales
14. Si tiene algún comentario adicional le agradecemos incluirlo a continuación. (campo opcional)
3.2.2 Encuesta
Las respuestas a la encuesta fueron analizadas de manera agregada y los resultados de este análisis se
presentan a continuación.
La encuesta fue respondida por 35 personas. Del total, 13 personas pertenecen a la academia, 8 a la
consultoría, 7 al sector público, 6 al sector privado y 1 a organizaciones sin fines de lucro, como se observa
en la siguiente figura.
A la pregunta “¿Conocía usted sobre la existencia de la Guía Metodológica para la Gestión de Suelos con
Potencial Presencia de Contaminantes del Ministerio del Medio Ambiente?”, 24 personas respondieron
“Sí”, mientras que 11 personas respondieron “No”. De entre quienes respondieron que afirmativamente a
la pregunta anterior, 16 personas respondieron “Sí” a la pregunta “¿Ha tenido la oportunidad de revisar y/o
aplicar la Guía Metodológica para la Gestión de Suelos con Potencial Presencia de Contaminantes del
Ministerio del Medio Ambiente?”, mientras que 8 de ellas respondieron “No”, como se presenta en la
siguiente figura.
Figura 12 – Respuestas a pregunta “¿Conocía usted sobre la existencia de la Guía Metodológica para la
Gestión de Suelos con Potencial Presencia de Contaminantes del Ministerio del Medio Ambiente?”
¿Cuáles son los desafíos con los que se ha encontrado realizando evaluaciones de suelos?
La mayoría de las respuestas incluyen la falta de marco legal para la gestión de suelos, específicamente,
norma de calidad (valores máximos permitidos) o un instrumento que permita determinar cuándo hay
contaminación y que indique requerimientos administrativos (para la evaluación y remediación) y
responsabilidades asociadas. También se indica la necesidad, a falta de normativa, de estandarizar criterios
para la elección de una norma de referencia internacional, por ejemplo, dentro de una evaluación en el
SEIA.
Otro punto destacado son los laboratorios y sus análisis. Se indica una escasez de laboratorios certificados,
una falta de estandarización de métodos de análisis (tanto en laboratorio como en terreno) y una brecha
analítica en el país (parámetros que no se miden, altos límites de detección, etc.).
Además, se menciona la dificultad que conlleva los altos recursos y tiempos que se requieren para realizar
evaluaciones, considerando análisis de laboratorio, y además para la gestión o remediación de suelos;
también asociado a la falta de especialistas.
Se indica también la necesidad de tener catastros de sitios contaminados y de repositorios con información
de concentraciones background en el país.
Otro desafío está relacionado a la identificación de contaminantes relevantes e incluir variables como
biodisponibilidad y especiación química en el análisis.
Finalmente se puede destacar que actualmente es difícil ver resultados o efectos reales en las personas
afectadas por la contaminación.
¿Cuáles son los desafíos con los que se ha encontrado al trabajar aplicando la Guía SPPC?
Se menciona que uno de los desafíos al trabajar utilizando la guía corresponde a que no es un instrumento
obligatorio y que no se tiene claridad de cuándo se debe aplicar.
Se considera en general que la guía es extensa y compleja. En particular, complementando con las
respuestas de la pregunta anterior, se indican dificultades en las etapas de priorización (criterios),
jerarquización (utilización de la ficha de inspección), modelo conceptual (establecer su importancia), plan
de muestreo (identificación de contaminantes, tipos de análisis, profundidad de muestreo, definición de
área de influencia) y evaluación de riesgos.
¿Qué aspectos de la Guía SPPC considera que debiesen ser modificados? ¿Por qué?
Con respecto a los aspectos que debiesen ser modificados de la guía, las respuestas mencionan lo siguiente:
¿Qué aspectos de la evaluación, gestión y descontaminación de suelos considera que debiesen ser incluidos
en la Guía actualizada? ¿Por qué?
Con respecto a los aspectos que debiesen ser incluidos en la actualización de la guía (pregunta realizada a
quienes conocen la guía existente), las respuestas mencionan lo siguiente:
• Casos de estudio
• Polvo/suelos urbanos
• Procesos de cambio de uso de suelos
• Responsabilidades asociadas
• Herramientas computacionales aplicables
• Tratamiento de datos, análisis estadístico
• Criterios de evaluación de riesgos
• Metodología de cálculo de valores objetivo
• Metodologías de remediación aplicables
• Definición de medidas urgentes
¿Qué aspectos de la evaluación, gestión y descontaminación de suelos considera que debiesen ser incluidos
en una Guía metodológica? ¿Por qué?
Con respecto a los aspectos que debiesen ser incluidos en una guía metodológica de evaluación y gestión
de suelos (pregunta realizada a quienes no conocen la guía existente), las respuestas mencionan lo
siguiente:
Las respuestas individuales textuales, omitiendo la información personal de los participantes, se presenta
en el Anexo 4.
• Diagnósticos regionales de SPPC. Durante más de una década se han estado realizando estudios de
diagnósticos regionales de suelos con potencial presencia de contaminantes por parte del
Ministerio del Medio Ambiente y respectivas Seremis, que han incluido la identificación,
priorización y jerarquización de SPPC, evaluaciones confirmatorias y de evaluación de riesgos sitio-
específicas, y propuestas de planes de acción en algunos de los sitios en que se determinó presencia
de contaminantes.
• Respuesta a requerimientos del SEA y OAECAs (Órganos de la Administración del Estado con
Competencia Ambiental) en el contexto de evaluación de impacto ambiental de proyectos. Este
caso se da en general cuando un proyecto se emplaza en un terreno o sector conocido por la
Autoridad por tener potencial presencia de contaminantes, o cuando se trata de un proyecto de
saneamiento o remediación (literal de ingreso o.11). La Autoridad ambiental y/o sanitaria exigen
mediante Oficio con observaciones al titular a realizar los estudios de evaluación de suelos
A pesar del avance, existen ciertas dificultades, sobre todo en la rapidez de aplicación de los procesos de la
guía. Por ejemplo, de los Catastro Nacional de SPPC del Ministerio, actualizado el año 2022, existen un total
de 10.253 sitios identificados y priorizados (según la metodología de la guía de 2013) en todo el país, de los
cuales 201 han pasado solo por la etapa de jerarquización (inspección y aplicación de ficha), 62 han llegado
hasta una investigación de Fase II, y solo 34 han pasado por una Fase III. El catastro también indica que
ningún sitio ha sido remediado.
Se requiere, por lo tanto, poder aumentar la cantidad de sitios que se gestionan, ya sea mediante evaluación
sitio-específica o remediación/manejo en caso de que existan riesgos. La propuesta normativa de sistema
de gestión de suelos contaminados se hace cargo de esto, indicando las obligaciones y situaciones en que
deben realizarse evaluaciones y continuar con el proceso de gestión. La guía actualizada incluye los
lineamientos de esta propuesta (a pesar de que no puede indicar obligaciones), e indica por ejemplo que la
Fase I es un proceso que puede realizar un titular o el Ministerio, mediante el desarrollo de un Informe
Preliminar de Situación (IPS), que sirve para identificar si el sitio debe o no continuar con una Fase II. Lo
anterior, es decir, incluir a privados en el proceso de priorización de sitios, genera que el proceso en general
avance más rápido (más amplia aplicación).
El sitio en cuestión está ubicado dentro de la zona urbana de una ciudad en la región de Antofagasta,
cercano al borde costero. No se tiene en principio información del propietario y tampoco de las actividades
realizadas anteriormente, pero corresponde a un terreno ubicado en una zona con potencial de desarrollo
comercial o habitacional, por lo que existen interesados en adquirir el terreno para su construcción, para lo
cual realizan prospecciones de mecánica de suelos. En este proceso, encuentran residuos enterrados y
decoloraciones en el suelo, que llaman la atención y consultan a profesionales especialistas, quienes
recomiendan comenzar con el proceso de evaluación, considerando la Guía metodológica para la gestión
de sitios contaminados.
En primer lugar, se debe realizar una evaluación preliminar de sitio (Fase I), que incluye la revisión de
antecedentes para identificar potenciales fuentes contaminantes, rutas de exposición y potenciales
receptores. Se investiga la historia del sitio, mediante entrevistas a vecinos del sector, y se descubre que en
el sitio y alrededores se realizaban actividades industriales potencialmente contaminantes de suelos, y
considerando un potencial uso futuro del sitio de tipo residencial, se considera necesario continuar con el
proceso de evaluación, con la etapa 1 de la Fase II (caracterización del sitio).
Esta etapa considera un estudio más detallado del sitio y sus procesos y actividades históricas; un estudio
del medio físico, considerando características geológicas, hidrogeológicas, hidrológicas, climatológicas, etc.;
y un estudio de receptores, donde se identifican como principales a los potenciales residentes en el sitio y
a estudiantes de una escuela ubicada a 100 metros. A partir de lo anterior, se desarrolla un modelo
conceptual del sitio, que incluye las fuentes, rutas y receptores potenciales de la contaminación; y se decide
que es necesario continuar con el proceso de evaluación (Fase II – evaluación confirmatoria) para confirmar
o descartar la existencia de contaminantes en el sitio.
El muestreo se desarrolla, tomando atención a posibles hallazgos en el sitio, y se envían las muestras a un
laboratorio para su análisis. Los resultados del laboratorio (concentración de contaminantes en cada
muestra) y su comparación con normativa internacional y con valores background, indican que existe una
afectación en los suelos que podría causar un riesgo a los potenciales habitantes futuros del sitio.
Se consideran 2 opciones en esta instancia, realizar una remediación o manejo directamente, o realizar una
evaluación delimitatoria para determinar de manera más detallada la extensión de la contaminación. Se
opta por la segunda alternativa, ya que la densidad de muestreo de la Fase II permite determinar de una
manera muy gruesa el volumen de suelo a remediar, lo que encarecería la ejecución de la remediación.
Por lo tanto, se realiza un nuevo muestro, orientado a definir la extensión vertical y horizontal de la
contaminación. Los resultados de esta etapa permiten acotar de mejor manera la extensión a remediar y
permite cubicar los volúmenes de suelo para evaluar las mejores alternativas de remediación. De esta forma
la solución costo-efectiva por la que se decidió fue la excavación y disposición del material contaminado en
una instalación adecuada y autorizada para este propósito, y relleno con material limpio. Una vez finalizado
el proceso de remediación, se realiza un muestreo de validación, que da como resultados que los suelos
remanentes en el sitio no presentan concentraciones de sustancias que puedan causar riesgo a los
potenciales receptores, por lo que el proceso de remediación es cerrado y aprobado por la autoridad
ambiental.
Adicionalmente, se plantea el objetivo de hacer esta más clara y concisa, privilegiando un orden lógico de
los procesos a realizar, y eliminando o trasladando a anexos la información actualmente presentada que, si
bien puede ser útil desde un punto informativo o académico, hace la guía más difícil en su comprensión
desde un punto de vista metodológico y de ordenamiento de la información.
Parte 1 – Evaluación
Se refiere al desarrollo de la Fase I, Fase II y Fase III para la evaluación de sitios donde exista, haya existido
o se planee el desarrollo de una actividad potencialmente contaminante (APC).
Se refiere al desarrollo de medidas de remediación y manejo para sitios donde se haya comprobado la
existencia de riesgos a la salud o el medio ambiente.
En los Anexos 8, 9 y 10 se presentan las 3 partes de la guía diagramada en formato PDF. Además, en el
Anexo 11 se incluye la diagramación de la guía en formato editable.
Referencias bibliográficas
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). 2022. Acuerdo regional sobre el acceso a la
información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América Latina
y el Caribe: Guía de implementación.
GIZ - Inodú. s.f. Guía técnica de buenas prácticas ambientales para el cierre de centrales a carbón.
Instituto Nacional de Normalización. 2016. NCh 3400 Calidad del suelo - Muestreo.
Ministerio de Salud. 1996. D.S. 977 Reglamento sanitario de los alimentos. Modificado por el D.S. 38/2020.
Ministerio de Salud. 2003. D.S. 148 Reglamento sanitario sobre manejo de residuos peligrosos.
Ministerio del Ambiente, Perú. 2014. Guía para la elaboración de planes de descontaminación de suelos.
Ministerio del Ambiente, Perú. 2015. Guía para la elaboración de estudios de evaluación de riesgos a la
salud y el ambiente (ERSA) en sitios contaminados.
Ministerio del Medio Ambiente. 2015. Norma general de participación ciudadana del Ministerio del Medio
Ambiente. Resolución Exenta N°601 del 8 de julio de 2015.
Ministerio del Medio Ambiente. 2021. Guía para la implementación de procesos de consultas ciudadanas
Ministerio del Medio Ambiente. Aprobada por Resolución Exenta N°57 del 22 de enero de 2021.
Ministerio del Medio Ambiente. 2023. Anteproyecto de norma de participación ciudadana del Ministerio
del Medio Ambiente. Resolución Exenta N°381 del 27 de abril de 2023.
Ministerio del Medio Ambiente – EnSoil. 2021a. Elaboración de lineamientos estratégicos con miras al
desarrollo de instrumentos normativos y de gestión de suelos.
Ministerio del Medio Ambiente – EnSoil. 2021b. Análisis de metodologías internacionales y determinación
de contaminantes a normar en suelo.
Ministerio del Medio Ambiente – EnSoil. 2022a. Elaboración de propuesta de instrumento(s) normativo de
gestión y descontaminación de suelos contaminados.
Ministerio del Medio Ambiente – EnSoil. 2022b. Diagnóstico de suelos con potencial presencia de
contaminantes en la región Metropolitana de Santiago.
Ministerio del Medio Ambiente – EULA. 2013. Guía de muestreo y de análisis químicos, para la investigación
confirmatoria y evaluación de riesgo en suelos/sitios con presencia de contaminantes.
Ministerio del Medio Ambiente – Fundación Chile. 2014. Guía Metodológica para la Gestión de Suelos con
Potencial Presencia de Contaminantes. Aprobada por Res. Ex. N° 406/2013 del Ministerio del Medio
Ambiente.
Ministerio del Medio Ambiente – IdeAmbiente. 2022. Actualización catastro nacional de suelos con
potencial presencia de contaminantes.
Ministerio del Medio Ambiente – Ingeniería Alemana. 2011. Preparación de antecedentes para la
elaboración de la norma de calidad primaria de suelos.
Sernageomin - Fundación Chile. 2015. Guía metodológica para la estabilidad química de faenas e
instalaciones mineras.
Servicio de Evaluación Ambiental. 2012. Guía de evaluación de impacto ambiental – Riesgo para la salud de
la población en el SEIA.
Servicio de Evaluación Ambiental. 2015. Guía para la descripción del área de influencia - descripción de los
componentes suelo, flora y fauna de ecosistemas terrestres en el SEIA.
Equipo consultor
A continuación, se presenta el organigrama con el que se trabajó durante la elaboración del estudio, donde
se pueden observar los cargos de los distintos profesionales del equipo. Además, se presenta una
explicación de funciones de cada cargo y una breve reseña de los participantes del proyecto y su formación.
Ambiente, Gobierno Regional y SERVIU, así como para empresas privadas, entre ellas constructoras,
mineras y generadoras de energía, y otras organizaciones como PNUD.