Tema 10

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CASA DE DISCÍPULOS

MATERIAL DIDÁCTICO

LA VICTORIA, HORQUETAS DE SARAPIQUI

HEREDIA COSTA RICA


BIENVENIDOS
Les damos la bienvenida al inicio de su ministerio y así cumplir el llamado que Dios les ha
hecho. El primer paso para lograr este propósito y el crecimiento es a través de una casa
de discípulos. A continuación te daremos algunas pautas que harán que tu casa de
discípulos sea eficaz.

RECOMENDACIONES BÁSICAS
 Utiliza un lenguaje sencillo, se amable en cada una de tus expresiones.

 Pídele al Señor creatividad para que cada semana la casa sea una experiencia
de vida impactante para todos los asistentes.

 Tu mensaje debe ser de fe, esperanza y motivación para que los invitados
sigan adelante en su vida cristiana.

 Transmítele el amor de Dios a cada persona.

 Programa con anterioridad los siguientes puntos: preparación del tema,


puntualidad y presentación personal.

 Motiva a los asistentes a participar de las reuniones y a ser miembros activos


de la iglesia.

 El tiempo acordado para la reunión es de 1 hora, debes respetar ese tiempo.

 Tu testimonio habla por ti, procura mantenerte siempre aprobado dentro y fuera
de la reunión.

 Lee, estudia y prepara la lección antes de recibir a tus invitados.

 No olvides realizar siempre la oración de fe.

 Ora siempre por las necesidades de los asistentes.


REUNIÓN
Para un desarrollo efectivo de las casas de discípulos, se sugiere tener en cuenta el
siguiente esquema:

1. BIENVENIDA Y SALUDO
2. DINÁMICA SI LA HAY
3. DESARROLLO DEL TEMA
4. ANUNCIOS
5. CIERRE.
Tema: Equilibrio en la vida del hombre cristiano.
Introducción: Hermanos, en esta última lección exploraremos la importancia de
encontrar un equilibrio en todas las áreas de nuestra vida como hombres
cristianos. A menudo enfrentamos demandas y responsabilidades en diferentes
roles, y es esencial mantener un equilibrio saludable para honrar a Dios en todo lo
que hacemos.
Versículo bíblico: "Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para
con Dios y los hombres." (Lucas 2:52).
Desarrollo:
Priorización: Es fundamental discernir las prioridades en nuestra vida. Dios debe
estar en el centro, seguido por nuestra familia, trabajo, iglesia y amigos.
Colosenses 3:2 nos insta a pensar en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Gestión del tiempo: Efesios 5:16 nos llama a "redimir el tiempo". Aprendamos a
administrar sabiamente nuestro tiempo, asignando momentos para cada rol y
responsabilidad, asegurándonos de no descuidar nuestras relaciones y
compromisos espirituales.
Descanso y autocuidado: El descanso espiritual y físico es esencial. Jesús
mismo se retiraba para orar y descansar (Lucas 5:16). Asegurémonos de cuidar
nuestro cuerpo y alma, encontrando tiempo para el reposo y la renovación.
Evaluación constante: Dediquemos tiempo regular para reflexionar sobre cómo
estamos manejando nuestras responsabilidades y roles. ¿Estamos manteniendo
el equilibrio adecuado o necesitamos ajustes?
Aplicación:
Planificación de tiempo: Diseñemos un horario semanal que incluya tiempo para
la familia, el trabajo, la iglesia, el descanso y el autocuidado.
Tiempo de calidad: Comprometámonos a pasar tiempo de calidad con Dios en
oración y estudio de la Biblia. Mantengamos una conexión profunda con Él.
Comunicación abierta: Dialoguemos con nuestra familia sobre la importancia del
equilibrio y la necesidad de apoyo mutuo en la búsqueda de este equilibrio.
Establecimiento de límites: Aprendamos a decir "no" a las demandas que
puedan desequilibrar nuestras vidas y decir "sí" a las actividades que edifican
nuestra fe y relaciones.
Evaluación y ajuste: Revisemos periódicamente cómo estamos manejando
nuestras responsabilidades y roles. Realicemos ajustes cuando sea necesario
para mantener un equilibrio saludable.
Encontrar un equilibrio en la vida del hombre cristiano es esencial para vivir una
vida plena y significativa. Al honrar a Dios en todas las áreas de nuestra vida,
reflejamos el ejemplo de Jesús, quien creció en sabiduría, estatura y gracia.
Sigamos creciendo en cada área, manteniendo siempre a Dios en el centro.

ORACIÓN Y MINISTRACIÓN

FIN.

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