Taller Fantastico
Taller Fantastico
Taller Fantastico
ESCUELA.
ACTIVIDADES:
1). Realizar una planificación de un taller escritura destinadas a estudiantes de 2.º año del
secundario. Uds. elegirán la obra que quieran trabajar y que actividades son las acordes
para el taller.
2). Deben grabarse explicando que obras y temas eligieron para desarrollar la clase-taller.
CURSO: 2° año.
CONTENIDOS: CURRÍCULUM DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Resolución N°
2495/07.
OBEJTIVOS:
- Explorar a través de la escritura creativa las posibilidades del género fantástico
y su trasgresión.
- Reconocer y producir microrrelatos fantásticos.
PROPUESTA DE TALLER:
PRIMER MOMENTO: EXPLORACIÓN Y LECTURA.
Se dará inicio al taller disponiendo el mobiliario en forma de “U” de manera que
todos puedan verse y el centro del aula brinde un espacio libre para moverse al leer
o desplegar los distintos materiales que se utilizarán y las obras de las que se
extraen los textos de este taller (“El leve Pedro”, “Cuentos escogidos”, “Cuentos en
miniatura” y “Cuentos selectos”).
Se comienza por presentar al autor: Enrique Anderson Imbert.
En una semblaza muy breve se resaltará su labor
como cuentista y docente (su trayectoria es
enorme en más de un sentido, por lo que solo se
buscará darle un reconocimiento y brindar un
contexto adecuado para situar a este autor dentro
de la literatura fantástica argentino donde los
nombres más destacados son Borges, Cortázar,
Bioy Casares, Ocampo).
Seguidamente, se indagará acerca de los
conocimientos previos y el bagaje de lecturas en
torno al género con los que cuente el grupo: se
puede invitar a distintos alumnos a que registre las
respuestas en el pizarrón.
Algunas preguntas para indagar acerca de estos
saberes pueden ser:
¿Han leído cuentos fantásticos? ¿Qué tienen de particular estos relatos? ¿Conocen
otros autores? ¿Es lo mismo un cuento fantástico que uno maravilloso?
Esta última pregunta es muy impertante: marcar esta diferencia hará que, al
momento de la escritura, la producción se apegue a los rasgos de género, son
correr el riesgo de caer en el error común de que “fantástico significa que aparece
duendes, dragones, magia, etc”.
Con este conjunto de ideas claras, se invita a los estudiantes a realizar la lectura de
una selección de cuentos cortos, el docente-coordinador puede inciar la lectura de
uno de los siguientes, luego tomarán voz otros participantes:
LA FOTO.
Jaime y Paula se casaron. Ya durante la luna de miel fue evidente que Paula se moría.
Apenas unos pocos meses de vida le pronosticó el médico. Jaime, para conservar ese bello
rostro, le pidió que se dejara fotografiar. Paula, que estaba plantando una semilla de girasol
en una maceta, lo complació: sentada con la maceta en la falda sonreía y…
¡Clic!
Poco después, la muerte. Entonces Jaime hizo ampliar la foto -la cara de Paula era bella
como una flor-, le puso vidrio, marco y la colocó en la mesita de noche.
Una mañana, al despertarse, vio que en la fotografía había aparecido una manchita. ¿Acaso
de humedad? No prestó más atención. Tres días más tarde: ¿qué era eso? No una mancha
que se superpusiese a la foto sino un brote que dentro de la foto surgía de la maceta. El
sentimiento de rareza se convirtió en miedo cuando en los días siguientes comprobó que la
fotografía vivía como si, en vez de reproducir a la naturaleza, se reprodujera en la
naturaleza. Cada mañana, al despertarse, observaba un cambio. Era que la planta
fotografiada crecía. Creció, creció hasta que al final un gran girasol cubrió la cara de Paula.
ALAS
Yo ejercía entonces la medicina en Humahuaca. Un tarde me trajeron un niño
descalabrado; se había caído por el precipicio de un cerro. Cuando para revisarlo le quité
el poncho vi dos alas. Las examiné: estaban sanas. Apenas el niño pudo hablar le
pregunté:
-¿Por qué no volaste, m’hijo, al sentirte caer?
-¿Volar? -me dijo- ¿Volar, para que la gente se ría de mí?
EL BESO.
La reina de un remoto país del norte, despechada porque Alejandro el Magno había rechazado su
amor, decidió vengarse. Con uno de sus esclavos tuvo una hija y la alimentó con veneno. La niña
creció, hermosa y letal. Sus labios reservaban la muerte al que los besara. La reina se la envió a
Alejandro, como esposa; y Alejandro, al verla, enloqueció de deseos y quiso besarla
inmediatamente. Pero Aristóteles, su maestro de filosofía, sospechó que la muchacha era un
deletéreo alimento y, para estar seguro, hizo que un malhechor, condenado a muerte, la besara.
Apenas la besó, el malhechor murió retorciéndose de dolor.
Alejandro no quiso poner sus labios en la muchacha, no porque estuviera llena de veneno, sino
porque otro hombre había bebido en esa copa.
EL SUICIDA.
Al pie de la Biblia abierta -donde estaba señalado en rojo el versículo que lo explicaría todo-
alineó las cartas: a su mujer, al juez, a los amigos. Después bebió el veneno y se acostó.
Nada. A la hora se levantó y miró el frasco. Sí, era el veneno.
¡Estaba tan seguro! Recargó la dosis y bebió otro vaso. Se acostó de nuevo. Otra hora. No moría.
Entonces disparó su revólver contra la sien. ¿Qué broma era ésa? Alguien -¿pero quién, cuándo?-
alguien le había cambiado el veneno por agua, las balas por cartuchos de fogueo. Disparó contra
la sien las otras cuatro balas. Inútil. Cerró la Biblia, recogió las cartas y salió del cuarto en
momentos en que el dueño del hotel, mucamos y curiosos acudían alarmados por el estruendo de
los cinco estampidos.
Al llegar a su casa se encontró con su mujer envenenada y con sus cinco hijos en el suelo, cada
uno con un balazo en la sien.
Tomó el cuchillo de la cocina, se desnudó el vientre y se fue dando cuchilladas. La hoja se hundía
en las carnes blandas y luego salía limpia como del agua. Las carnes recobraban su lisitud como
el agua después que le pescan el pez.
Se derramó nafta en la ropa y los fósforos se apagaban chirriando.
Corrió hacia el balcón y antes de tirarse pudo ver en la calle el tendal de hombres y mujeres
desangrándose por los vientres acuchillados, entre las llamas de la ciudad incendiada.
ESPIRAL.
Regresé a casa en la madrugada, cayéndome de sueño. Al entrar, todo oscuro. Para no
despertar a nadie avancé de puntillas y llegué a la escalera de caracol que conducía a mi
cuarto. Apenas puse el pie en el primer escalón dudé de si esa era mi casa o una casa
idéntica a la mía. Y mientras subía temí que otro muchacho, igual a mí, estuviera durmiendo
en mi cuarto y acaso soñándome en el acto mismo de subir por la escalera de caracol. Di la
última vuelta, abrí la puerta y allí estaba él, o yo, todo iluminado de Luna, sentado en la cama,
con los ojos bien abiertos. Nos quedamos un instante mirándonos de hito en hito. Nos
sonreímos. Sentí que la sonrisa de él era la que también me pesaba en la boca: como en un
espejo, uno de los dos era falaz. «¿Quién sueña con quién?», exclamó uno de nosotros, o
quizá ambos simultáneamente. En ese momento oímos ruidos de pasos en la escalera de
caracol: de un salto nos metimos uno en otro y así fundidos nos pusimos a soñar al que venía
subiendo, que era yo otra vez.
Luego de cada lectura pueden comentarse los textos: impresiones, interpretaciones.
SEGUNDO MOMENTO: PRODUCCIONES.
El género fantástico en combinación con las caracerísticas del microrrelato es muy
sugerente: invita a la escritura. Pero para quienes no sienten ese “deseo” el
despertar de esas “ganas” o la idea que llama, es importante establecer una
consigna que funcione como disparador que hace surgir la idea. Las posibilidades
son muchas.
Aquí se jerarquzan según el vículo que se puede establecer con lo leído, las
primeras son las más cercanas a las producciones de Anderson Imbert, las últimas
son maneras de transgredir, de buscar nuevos tópicos y explorar “a ver qué pasa” si
escribo sobre esto…
1. ANDERSON IMBERT REVERSIONADO:
Esta primera opción se trata de extraer el hehco fantástico de cada cuento leído y
escribir un nuevo relato donde se produzca tal econtecimiento inexpliclable.
Los hehcos pueden ser:
- El doppelganger: encuentro con otro yo.
- Un ser con la piel envenenada.
- Una “mutación” extraña (alas, cola de animal, miembro fantasma).
- Bucles temporales: se presenta más de un yo.
- El tiempo pasa en las fotografías pero no en el cuerpo.
- Otras personas reciben las consecuencias de los actos del protagonista.
En esta primera propuesta la creatividad despertará combinando el tópico con
nuevos escenarios y personajes. Los cuentos de Anderson Imbert serán hipotextos
de los producidos por los escritures participantes.
2. LOS ESCENARIOS FANTÁSTICOS.
Para reforzar la idea de que en la escritura de relatos fantástico los hechos son
cotidianos, se pueden presentar una serie de fotografías con escenarios comunes,
unos semejantes a los de Imbert y otros nuevos:
En esta propuesta posible consiste en:
- Elegir una de las imágenes para escribir un cuento fantástico corto que se
desarrolle en este lugar.
Aquí en hecho fantástico es libre pero no el escenario.
3. SE ME PERDIÓ UN CUENTO QUE SE LLAMA…
En esta propuesta se brinda un título a partir del cual el estudiante-escritor debe
desarrollar su escritura.
Se presenta un recipiente con la frase “Se me perdió un cuento que se llama…”
dentro del cual habrá numerosas tarjetas con títulos posibles (libros y películas):
- La máscara.
- La isla siniestra.
- Las ventajas de ser invisible.
- Mil soles esplendidos.
- Cien años de soledad.
- Depredador.
- El visitante.
- Cuando despierte el viento.
- Misión imposible.
- Furia de titanes.
- Las dos torres.
- La guerra de los mundos.
- Avatar.
- Animales fantásticos.
- La casa de papel.
4. EFECTO INSTAGRAM.
Si los estudiantes cuentan con teléfonos celulares se puede proponer:
- Buscar un filtro de Instagram que te parezca interesante, tenga algún efecto o
produzca una distorción/modificación de la imagen capturada.
- La fotografía tomada debe ser el escenario o hecho de tu cuento fantástico corto
(por ejemplo: un mundo en blanco y negro, una realidad en pixeles, personas
con máscaras de animales, un mundo donde todos son “perfectos” o iguales).
TERCER MOMENTO: CIERRE DEL TALLER Y APERTURA A NUEVOS
HORIZONTES.
Tras el momento de escritura creativa de cualquiera de las alternativas propuesta se
puede realizar una puesta en común donde los estudiantes-escritores compartan lo
producido, comenten qué desafíos se encontraron en su desarrollo, inviten a otros a
producir interpretaciones sobre el hecho fantástico que presenta, identifiquen rasgos
de género e influencias de Imbert.
Tras este rico intercambio se puede generar un debate nuevo, abrir a nuevas
posibilidades de lectura y escritura:
¿Podríamos hacer algo similar con la escritura de otros autores u otros géneros?
¿Cuáles les gustaría? ¿Podríamos relacionar nuestros cuentos con los leídos al
inicio? ¿Qué rasgos se conservan? ¿Cómo “traducimos” las fotografías usadas en
literatura? ¿Encontraron relación entre los relatos propios y los de otros? ¿Qué
tópicos de la literatura fantástica seguirían leyendo?
CRITERIOS DE EVALUACIÓN:
- Participa de manera activa en los momentos de lectura, intercambio y
producción escrita en torno al género fantástico.
- Comparte y escucha las producciones literarias del taller.
- Colabora en el desarrollo del espacio de taller demostrando actitudes de
respeto, escucha activa, solidaridad y compromiso.
- Articula saberes acerca del género fantástico con un estilo de escritura propio.
RECURSOS:
Libros de Enrique Anderson Imbert – hojas – lapiceras – lápices – celular (opcional) –
recipiente con fichas de nombres de películas y libros.