Nuestro Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales Por Esteban Pavletich

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editores martca^ano/asfrancico ichaojorse maachjuan niahiiellojo^-z-talletAO I

revista^^'^avance
APARTADO 2228. COMPOSTELA 78 NUM. 7.

Acogida a la franquicia postal e inscrita como correspondencia de segunda clase. LA HABANA, 15 DE JUNIO DE 1927.

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EL MINORISMO T NOSOTROS.- Debrnosle a Regina E. Boti, tan alerta en su predio guantanameo, vivo reconocimiento por la simpata de que estn animadas las siguientes apreciaciones sobre "1927", en la revista "Orto", de Manzanillo-. "Y por ltimo la aparicin de "1927" no es otra cosa que la muerte definitiva del minorismo. Es la aparicin de una cumbre alta en la que hay un giraldillo; y todos se orientarn hacia la cumbre, aunque no lleguen a ella, pero abandonarn en ese caso la llanura. "Esta revista de avance, "publicacin cerrada, unnime y exclusiva", reacciona contra lo imperante, contra lo existente, contra el rtwdernismo reabsorbido en la conciencia cubana y tambin contra el minorismo, asteroide ciego perdido en la penumbra estelar. "1927" representa un alto, %na mutacin en nuestro horario intelectual, traduccin de un estado de alma, concreto en una voz quintuple que da sw tnica a la sensibilidad cubana de hoy, definindola, explanndola con sujecin a determinada pauta. "1927" declar "que se ocupar de todo aquello que eirae una inquietud, una curiosidad o un problema en el orden de la emocin o del conocimiento"; vino con un propsito de sa-

nidad mental, puesto que "representa un valor y una aportacin necesarios en nuestro medio de claudicaciones, indecisiones e insularismos"; y sin dejar de ser nacionalista, se inspira en un "criterio de estricta minora". Ms claro, agua. Viene a cerner, a separar el oro de la ganga, a contener las claudicaciones, las indecisiones y los insularismos: viene a proclamar un criterio de estricta minora, o sea a desplazar al minorismo: a reformar al reformador, a tocar la piedra de toque. Y el libro que abre el camino a esa tendencia es "Liberacin", ttulo que es tambin un lema y un programa". Protestado nuestro agradecimiento, cumple que insinuemos acunas reservas en cuanto a la tesis central de ese artcido, titulado "La Muerte del Minorismo". Este ha sido en Cuba en La Habana sobre todo durante los ltimos cuatro aos, una actitud, un estado de conciencia innegables e inequvocos, destacando hasta donde le ha sido posible en la vida cubana y ante la mirada extranjera, un denominador comn juvenil de sensibilidad alerta, de inquietud e ideologa renovadoras. Difiri del Modernismo con el que Boti lo vincula como una 153

reaccin, en cuanto aqul slo represent, en su tiempo, un fenmeno disperso, de ndole exclusivamente literaria, mientras que el Minorismo ha tenido ms amplios y solidarios alcances. Latente en veces, ms activo o explcito otras, ha sido y sigue siendo un movimiento de opinin militante, perfilado con toda la precisin de que son susceptibles tales movimientos, en la evolucin de nuestra cultura. Sus manifestaciones cenaculares no deben oscurecer su tns hoiida significacin histrica. Dentro del Minorismo, al cual pertine-'cn. sus editores, ''1927" representa un sector de avanzada, peculiar, independieyte y nada remiso a la discrepancia si sta fuere necesaria, pero acorde con lo fundamental de aquel movimiento, que es su valeroso izquierdismo espiritual.

LA EXPOSICIN DE "1927" A MATANZAS. De un tiempo ac se multiplican en la capital matancera las 7iiciativas de orden cultural, con una regulariCONFERENCIA DE ALdad e insistencia que deFONSO ROSADO AVILA.muestran la presencia y acIntegrando la "Federacin tividad atertas de un grup'> de Artes Grficas", de Mxicompacto y batallador, que co, el "Sindicato de Periolucha con ahinco para incordistas" ha ofrecido en todo porarse a los empeos renomomento un frente compacvadores y a las inquietudes to e inexpugnable, gracias a fecundas de la hora presente. su organizacin sindical perPor Rafael Blanco Las conferencias y actividades incesantes del "Grupo minorista" se su- fecta, a la cual debe su fuerza y sus constanceden de una manera regular y rtmica, y el tes victorias. El Sindicato no slo ha mejoreciente concierto de la "Filarmnica", mar- rado las condiciones del trabajo, sino que ha c una fecha sealada en los anales de la in- elevado la categora profesional del periodisquietud matancera. Ahora, es "1927" quien ta. Alfonso Rosado Avila, colaborador y acude a sembrar vientos de renovacin: la amigo de "1927", ha sido organizador de exposicin de "Arte Nuevo", coronada en la este Sindicato que, por su ndole y caractersHabana por un xito rotundo c indiscutible, ticas, es sin duda alguna uno de los ms inprovocando la polmica y la diatriba, va a teresantes de la organizacin proletaria meMatanzas, auspiciada por el miorismo de xicana. aquella ciudad. Ms de ciento treinta obras Aprovechando su estancia en nuestra ciuintegrarn esta exposicin, y cada uno de los dad, "1927" ha invitado a Rosado a que artistas partcipantes ha seleccionado lo mejor pronuncie una conferencia sobre la organiz-

de SU produccin, dando a esta exhibicin artstica un especial inters. "1927" se complace en participar en los empeos heroicos del "Grupo minorista" de Matansas, deseosos como estamos de llevar a todos los mbitos del pas nuestros empeos renovadores y nuestra fiebre de inquietud, y estimulando la cooperacin entre los diversos ncleos militantes de la intelectualidad cubana, sumando esfuerzos y voluntades, al servicio de un ideal afirmativo comn. Casanovas, Ichaso, el maestro Pedro Sanjuti, Maach y Marinello, pronunciarn conferencias los das que la exposicin permanecer abierta. Y es muy posible que esta exposicin de "1927", recorra otras ciudades de la Repblica, dando a conocer la obra esforzada de nuestros artistas, y difundiendo los ideales inspiradores de nuestra revista, en esta hora de intensa y fecunda gestacin renovadora.

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ciH de la "Federacin de Artes Grficas" mexicana, en la seguridad de que, el tema en s y el hecho de ser Rosado el impulsador de una de sus ms importantes ramas, han de desperta/r especial inters. La conferencia tendr lugar el 25 de este mes, en la Asociacin de Pintores y Escultores. De una manera especial, "1927" invita a ella a todos cuantos, en una u otra forma, intervienen en la organizacin periodstica, reporters, redactores, impresores, vendedores, puesto ciue todos ellos tienen constituido su Sindicato dentro de la "Federacin de Artes Grafio cas" a que ha de referirse Rosado en su conferencia, que a todos por un igual interesa. LA EXPOSICIN FIERRE FLOQET.Nuestro camarada el poeta Mariano Brull ha metido en Cuba de contrabando, con sus versos ininlMigibles para los caletres burgueses, una pequea coleccin de dibujos y pinturas de Fierre Flouquet, el mantenedor, en la nueva esttica belga, de la tendencia a "la plastique sentimentale", en contraposicin a "la plastique pur", de origen y contaminaciones germnicas. "1927" ha decidido atolondrar una vez ms a "ceux qui ne comprennent pas", organizando una exposicin de las aludidas obras de Fierre Flouquet a ver qu pasa! La exposicin Flouquet se inaugurar el da 20 en la Asociacin de Pintores y Escultores. FEDERICO GARCA SANCHIZ. Con ocasin de la visita a la Habana del escritor L O S

y conferencista espaol Federico Garca Sanchiz, se promovi un incidente del cual, en lo que le atae, "1927" estima pertinente hacer una explicacin por la publicidad que oportunamente tuviera. El seor Garca Sanchiz se doli, ante uno de "los Cinco", de la acogida escasamente efusiva que aqu venia extendindosele y que, con notoria improcedencia a nuestro juicio, se atribua a una "conjura de silencio" en torno al visitante espaol. Por salvar el prestigio de nuestra hospitalidad y de nuestra independencia, uno de los editores de "1927" sugiri que el seor Garca Sanchiz sa produjese pblicamente bajo los auspicios de esta Revista. La sugestin de nuestro camarada alcanz una prematura publicidad, debido a los apremios de tiempo a que obligaba la marcha inminente del conferencista. Cuando se someti a la consideracin de "los Cinco" aquella invitacin, compromisos previamente contrados por la Revista aparte aquellos de orden ideolgico y esttico que tediemos contrados con nosotros mismos nos obligaron a rescindir la invitacin aludida. Spase, pues, que "1927" actu con absoluta independencia de toda presunta "conjura" procedimiento que nos repugna, y afirmando una vez ms el principio de rigurosa unanimidad de aprobacin que informa nuestras actitudes conjuntas. Deploramos lo acaecido por el seor Garda Sanchiz, a quien personalmente tenemos en la ms respetuosa estima. N O

Hasta hoy, todos los elogios ditlrmbicos que comentan la exposicin de fin de curso en San Alejandro, aparecen sin firma responsable; son perfectamente annimos. Adivinar la procedencia no es, sin embargo, nada difcil. Nadie se atreve, seores? No liabra manera de amenizar la cosa?

Pavoroso es el analfabetismo; pero es ms pavoroso todava el analfabetismo de los que saben leer. * * * Los pueblos hambrientos jams han desempeado papel importante en la historia de la civilizacin. J. Silva Herzog. 155

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De la Conferencia pronunciada en la clausura de la Exposicin de "1937"

UBIsMO, futurismo, y todas las corrientes u l t r a s t a s . . . . Dos notas esenciales encirranse en estas modalidades ultramodernistas. Notemos ante todo que el cubismo es, inicialmente, una modalidad especulativa, que reacciona, especulativamente, frente al impresionismo, oponiendo una exigencia volumtrica y formalista al desborde colorista de aqul: que opone una lgica constructiva al lirismo prdigo y derrochador del impresionismo: ms que a una exigencia de orden espiritual y emotivo, responde el cubismo a una especulacin plstica y normativa, imponindose una renovacin de orden esttico, formalista, cerebral, y tanto es as que sus miras y sus propsitos son, segn declaracin explcita de sus exgetas, intensificar y exacerbar el realismo a travs de un subjetivismo cada vez ms acentuado y exaltado. El impresionismo persigue el realis'mo y la impresin de la realidad a travs del color y exaltando el color: el cubismo lo persigue a travs de la forma y por la valoracin plstica de la forma. Pero en ambas modalidades, es evidente y constante esa preocupacin realista, perseguida, en una y otra, a travs de un subjetivismo intenso y apasionado, que sirve de medio y vehculo para la realizacin plstica y expresiva de aqul.

presionismo, no se han interrumpido, antes bien, perseveran y prosiguen incesantemente, buscando salida y solucin. i Qu representa, qu viene a decirnos todo este movimiento constante de flujo y reflujo, de bsqueda incesante, que viene operndose desde el impresionismo liasta nuestro das? Es, a nuestro entender, sntoma fatal e inevitable de un proceso de disolucin y decadencia. No es, como se pretende, un movimiento inicial, sino de cierre y conclusin. Representa, por su valor moral y social completamente iegativo, el esfuerzo oscilante, indeciso y atormentado, para encontrar nuevas formas y embocar nuevas rutas. Es la gran crisis, la revolucin tormentosa y des-U" tructora, que~~precede a toda nueva elaboracin y a toda era constructiva. Es, en definitiva, ia liquidacin del pasado: Es el signo de una gran inquietud y el dolor ingente de una gestacin fecunda. El artista, con el impresionismo, dio el grito de libertad y de rebelda, emancipndose de la sumisin burguesa; pero, ebrio de libertad, celoso de la libertad conquistada, se encierra en su torre de marfil, se aisla y vive de espaldas a la realidad y a la sociedad, desentendido de los grandes problemas humanos, creyendo que defendiendo sus fueros individuales, irreductiblemente, garantizaba la libertad de su labor y la pureza de su a r t e ; por ello es que, todas las reacciones, todos los novedismos y las audacias de las corrientes artsticas modernsimas, se reducen y circunscriben a especulaciones de orden formal, plstico, normativo, carentes de valor humano y sin trascendencia social. '" Y aqu est el error, el grave y profundo error, a nuestro entender. Un arte que se limita a la esfera, individual, persiguiendo, nica y exclusivamente, soluciones intraartsticas, y que se limita a especular viciosamente sobre la materia plstica, es, fatalmente, un

Este realismo se perpeta y prosigue, en apasionado crescendo, sin interrupciones, con el futurismo y las modalidades ultrastas que le siguen, sucedindose rpidas, fugaces, apenas inicindose, siendo cada una de ellas una rplica a la que antecede: pretendiendo todas ellas llevar ms all, elevndolo a la nota ms alta y sonante, ese afn realista; pero, persiguindolo, constantemente, a travs de una interpretacin cada vez ms subjetiva, ms irreductiblemente personal, ms cerrada. Como se ve, el grito de libertad y la nota exacterbamente individualista iniciadas con el im156

Los grandes perodos de plenitud artstica, arte pobre de contenido y de potencial hulas pocas verdaderamente clsicas en la hismano. Redimido de la servitud 'burguesa, el arte se ha convertido del impresionismo ac toria del arte, clsicas por su emotividad en instrumento de placer individual, y para el inagotable, no; intil decirlo, por su mero goce individual, hasta caer en las ltimas prestigio histrico, responden al espritu aberraciones estridentistas y en el ms gro- de su poca y encarnan con plenitud de emotesco exeentricismo. As se ha creado y fo- cin este espritu, porque expresan grandes mentado un arte de minoras, de selecciones, emociones humanas, capaces de mover y conde casta, sin vinculacin social, que nada di- mover la conciencia de todos los hombres. ce a la gente, al pueblo, a la humanidad, por- Ideas que son, en cada una de esas pocas y que su individualismo lo hace egosta y cerra- en cada momento histrico, grandes emociones, religiosas, polticas o do, y vive slo para el gosociales, segn sea la aspice edonista del artista que racin, y el " c l i m a x " espilo crea. ritual de la poca o de la Qu valor tiene, pues, colectividad. Despus del el arte nuevo? El de su Renacimiento esta corrieninquietud y el de traducir te se interrumpe, bruscaesa inquietud: la evidenmente, y el arte pasa a ser <'.ia de una derrota, herenun manifestacin indivicia fatal del ochocientos, y dual y limitadsima, con la existencia que a l defronteras propias, sin vinbemos y en l se encierra, culacin social, laborando de un esfuerzo heroico y ms bien cono consecuenejemplar, para romper el cia obligada y fatal del escerco y abrirse a nuevos pritu profesional, de lite, horizontes: El presentique en l se infiltra, de esmiento de lo que vendr. paldas a la sociedad, ignoEs, en suma, el arte de rante, por sordo, de las nuestros das, una fiebre grandes pasiones humanas. sin diagnstico. As, el arEste afn individualista, te nuevo, por ley natural, excesivo, hiperestsico, lleobligada, es un arte revova al ulto obligado de la lucionario, destructivo, que genialidad, y los pretendiacaba a fuerza de golpes y dos genios brotan, con maarremetidas briosas con toPffr Eduardo Ahela ravillosa prodigalidad y no do lo viejo, con los prejuihay artista que no se sienta tocado por la cios tradicionales, con la remora farragosa del llama divina. Pero esa genialidad y ese afn ochocientos; no es, empero, ni puede serlo de genialidad, que el ochocientos lleva a su an, un arte constructivo, afirmativo, eficaz. par<?ismo, es una genialidad puramente arLa nueva sensibilidad, la sensibilidad del tstica, limitada a fines exclusivamente artsnovecientos, ha creado y crea incesantementicos, a secretos de profesin, a elocubraciote, nuevas formas artsticas, nuevas modalines esotricas, con las cuales el artista predades de expresin, i Qu habr, detrs de tende hacer del arte una cima inaccesible, ellas? Estas formas, i para qu nos servirn cerrada a todas las impurezas y al contagio y qu expresarn? i Se trata, simplemente, de las multitudes. de un grito estril y de un juego infecundo La exaltacin individual y el afn de gede la mente? Creadas las formas nuevas, con ellas por instrumento, qu haremos con este nialidad, como oposicin a la masa, como espresin de un espritu de minora y de seleccin. instrumental en las manos! 157

arrastran fatalmente al artista en el transcurso del ochocientos a una alianza con las oligarquas burguesas, que tambin pretenden ser dentro de la sociedad, una minora selecta y restringida. Y el artista las sirve fielmente, servilmente. Y aun cuando surge la protesta, cuando, causado de servirlas da el grito de guerra y de liberacin, en el momento en que surge el impresionismo, el artista no puede desprenderse de su espritu de clase y no puede abandonar fcilmente ese lastre. Y sigue siendo y creyndose una minora, que vive de espaldas a la realidad y a la vida, enfrascado en problemas de orden exclusivamente introaartstico; y si en realidad, como as ocurre, el impresionismo es un arte genunamente representativo de una poca, la encarna negativa y protestatariamente, a tono con el espritu criticista y negativo de aqulla: No afirmativamente, sino como una mera reaccin.

su inminencia, su dolor y su emocin, su arte imbuido de este espritu, ser un arte en el cual se reflejarn y palpitarn, henchidas y fecundas, las pasiones y todas las emociones de su tiempo. Esta emotividad humana, genrica, universal, no el culto individual hiperestsico, es la ruta salvadora y el norte seguro para el movimiento renovador de la hora presente, al cual viene a incorporarse, ;..riosamente, la falanje inquieta que llena los muros de nuestra exposicin. Ante el futuro, cules son nuestras posibilidades? Qu nos depara el porvenir? Cul puede ser nuestra contribucin ai esfuerzo presente, renovador de la vitalidad de la esencia artstica ? Creemos firmemente que en Amrica el camino y el esfuerzo se han emprendido mucho ms certeramente que en Europa; todava en el viejo Continente debtese el arte dentro de un proceso, fatal e irreparable, de decadencia, ante el cual son Esta desvinculacin entre el artista y la sntomas de protesta, de negacin rotunda, sociedad, ese espritu clasista que no es sino de rplica airada, los novedismos estridentisun eco y resonancia del clasismo burgus tas de ltima hora, ultrasmos estriles de baha sido, a nuestro entender, la causa realmen- rricada intelectual, que se mueven dentro del te decisiva de la deshumaniacin del arte, de crculo vicioso y agotador del culto exacerbasu displucin, de su total hancarrota. Por- do a la irreductibilidad personal. E n nuesque, a qu obedece y a qu responde la ple- tras repblicas, en cambio, en la Amrica innitud del arte en los grandes perodos hist- dolatina, hay un fondo virgen todava, de ricos ? Responde, lo hemos dicho ya, a su pro- inagotable facundia, que es la realidad esenfundo humanismo, al valor universal y gen- cial de la ascendencia aborigen, comn a torico de sus emociones, a su riquea de conteni- das, unnime, que afirma en toda la amplitud do humano. El fin del arte y su misin es del Continente el mismo espritu, la misma transmitir un mensaje espiritual, de profun- realidad, el mismo sentimiento de humanidad da y humansima emocin: cuanto ms com- y de cultura, el mismo anhelo de universaliprensivo y universal sea este mensaje, y ms dad. Mxico, la repblica celadora de los desamplio y dotado su potencial emotivo, mayor tinos gloriosos del Continente y el Per, han iniciado la marcha, en arte como en todos los ser su eficacia y su valor. rdenes de la cultura, hacia una frmula suPor esto es que el artista no puede vivir extrao a su poca y a la sociedad, a los pro- perior y genrica de civilizacin americana, y blemas e inquietudes de su poca, y menos en los frescos de Diego Rivera y en la obra puede hacerlo en nuestra hora de militancia heroica de nuevas generaciones mexicanas, activa, apasionada, de profunda y laboriosa encirrase una emocin profunda y humangestin, en que se debate la humanidad. El sima. Obras, stas, de una enorme plasticiartista, parte integrante de la sociedad, debe dad, en las cuales palpita una fecunda y noi.nteresarse y apasionarse en los mismos pro- ble aspiracin universalista, un lito de inblemas que agitan a todos los hombres y a la mortalidad, que a todos nos obliga y nos alsociedad entera; debe ser un elemento activo canza y an tiene el don maravilloso de con(Contina en la pg. 175) y militante en sus baitallas, y si siente en s 158

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'DONDE

VA

MXICO?

OS clases de acusad o r e s tiene Mxico: l o s equivocados leales, y los malintencionados. Pero los dos formulan la misma acusacin : bolshevismo. Entre los primeros se encuentran aquellos que conocen por mediacin de personas equivocadas ia situacin social de aquel pas. De los segundos, libre la suerte a Mxico! Son los ms fogosos, los que procuran, con el dolor ms reconcentrado, exponer los hechos parcialmente, o falseados, pero que tienen la apariencia de ciertos, para asentar su acusacin. Porque, hora es ya de decirlo, y de demostrarlo, en Mxico no existe el Bolshevismo ruso, ni puede existir. Razones? Una fundamental: el elemento hombre, en Mxico, es distinto, profundamente distinto, del elemento hombre de Rusia. En este pas, los reformadores se encontraron, ajdems, con las costumbres y la situacin que all exista, tejo la autocracia zarista. El campesino y el obrero mexicanos, vivan en un pas constitucionalmente libre, en el que, el estado de agitacin libertaria, existi siempre latente, manifestndose, de vez en vez, en las revoluciones que espordicamente aparecan. Creer, pues, que en Mxico podan implantarse en toda su fuerza las doctrinas y leyes bolshevistas, puestas en uso en Rusia por la necesidad del momento histrico en que obraron los hombres salidos del soviet, es como pretender que podan ser impuestas en Mxico, las leyes meteorolgicas rusas.

do de una situacin poliitica mexicana, exclusiva de aquel pas, tena que ser, como es, lgicamente, un movimiento mexicano netamente. Educado el pueblo mexicano en la Revolucin, por ms de quince aos, y conociendo sus directores los males del bolshevismo y sus fracasos en ciertos sectores del ideal, no pudieron, no estando ciegos, querer poner a ese pueblo, una camisa de fuerza del bolshevismo.

Con el estudio que hicieron los directores del moviiuiento social mexicano en los mismos pases de su desarrollo, y la esperieiicia adquirida en la lucha, tuvieron que buscar frmulas e ideales adaptables a las necesidades y al momento histrico en que se desarrollaban, sin dejar de tener en cuenta la psicologa de su pueblo, psicologa que, como es obvio demostrar, dista mucho de la del pueblo ruso. Verdades que en Rusia eraa indiscutibles "nuestro paidre el Czar", por no aitar muchas en Mxico eran cosa de risa. Las conquistas del prdetariado mexicano, fueron, pues, por distintos caminos (sin extravos de inexpertos) que los de cualquier otra nacin. El movimiento social mexicano, no tiene similar en ninguno otro del mundo: Es mexicano. Los que lo acusan de Bolsbevisnw, se equivocan tanto como los que lo acusaran de Fascismo. i Se parece tanto al uno, como al otro! Si en alguna escuela de lucha social tiene races el moviaiento social mexicano, es en e! sindicalismo. Tanto en el movimiento campea, oonao en el del obrero de la ciudad. El movimiento social mexicano, arrancan159

La experiencia de quince aos de lucha, Poder Pblico, al cual hay que llevar homdio al mexicano, cierto escepticismo para las bres de los mismos ideales, pero siempre (en primer trmino), capacitados para las funfrmulas polticas. Y el bolshevismo es una frmula poltica. ciones de gobierno. De all que, aparte del Puesto a escoger entre la dictadura zaris- gran nmero de universitarios que se cuenta y la dictadura del proletariado, el mexi- tan en sus filas, se preocupen de educar a los cano, se hubiera quedado, sin una y sin otra. suyos en la escuela formidable del sindicato, antes de lanzarlos a la vida poltica directoDespus de la dictadura de treinticinco ra. Y a esto, hay que agregar que el noventiaos del General Daz que, aparte sus lacras, nueve por ciento de sus lderes procuran edufu una dictadura progresista en el orden carse, estudiar y profundizar en todas las ramaterial, al mexicano ya no se le puede hamas del saber humano. blar de dictaduras, sin que tuerza el gesto. En Mxico (lo mismo que en todo el munEl obrero y el campesinoi mexicanos, tienen do), hay u n a ya conciencia de transformad n la fuerza q u e d e l o s viejos l o s sindicatos principios d e l alientan; fuerDerecho romaza que nunca no y napoleniantes a;dquirieco; pero no una ron, en ningn subversin absopartido poltico. luta, a'bsurda y En Mxico se disparatada. piensa que, enSi h a y u n tre tanto llega ideal, es el de la jla orgamizacin ^eorganizaci n de u n a Repblide los elementos ca sindicali s t a de produccin, e n la q u e e l acor d e m e n t e aglutinante ms con los dems fuerte sea la sofactores de la lidaridad, el desociedad humaIber de ayuda rePor Eduardo Abela na ; pero no descproca, es necesaria, la existencia de los partidos polticos, truyendo por un afn loco de destruir, sino pero slo como un puente tendido entre el utilizando en provecho de todos lo que antes pasado y el porvenir, nicamente como una fu patrimonio de los menos. muleta que ayudara a caminar, entre tanto De all, probablemente, que el movimiento puede tirarse, por no ser ya necesaria. obrero mexicano no haya arriado banderas, ni El creeirriiento en nmero y en cantidad, haya tenido que recoger velas, como ha sucedide los^indieatos y las cooperativas de produc- do al bolshevismo que, de concesin en concecin campesina, es la mejor prueba de lo que sin, ha ido reduciendo su programa poltico hasta la expresin actual, que es apenas una e deja asentado. parte del que enuncio al iniciarse. Los obreros mexicanos, que conocen los deEn Mxico, al contrario de lo que ha suceberes de la solidaridad, que viven su vida so- dido en Rusia, las conquistas van en aumencial dentro del sindicato que les ha conquis- to, aunque paso a paso. tado los derechos legales que ahora disfrutan, En quince aos de lucha, no se ha dado un saben que a la poltica. electoral slo deben paso atrs. dedicarse en el momento d la conquista del (Contina en la pg. 169)

16D

El Prejuicio

en Nuestra

Evolucin

Musical

ERMINABAM O S nuestro pasado artculo " E l prejuicio en el ritmo intelectual de las pocas" con dos interrogaciones : i Cul ha sido nuestra reaccin la de los msicos particularmente ante los prejuicios que retardan la evolucin ascendente del arte musical 1 Qu actitud hemos adoptado frente a las tentativas de las minoras extranjeras para exterminar estos prejuicios ? Todo espritu honrado tiene que dar a estas preguntas, cuya respuesta equivale a fijar los caracteres de nuestra presente cultura musical, una contestacin negativa. Negativa ha sido nuestra reaccin ante los prejuicios que retardan la evolucin musical de nuestro pueblo. Negativa ha sido nuestra actitud ante todo extranjero intento de superacin. Y no se trata de la negativa en cierto modo fecunda, es decir, de la negacin que engendra una afirmacin contradictoria al concepto negado, sino de la nevgativa estril, que suele tomar las formas de desdn, indiferencia o desidia. De quien se aferra a una negacin con un fanatismo angustioso y sabe arrancar de ella el contenido afirmativo que toda nocin negativa encierra, puede esperarse algo; se trata, por lo menos, de un caso de buena fe. De quien niega sin tomarse el trabajo de sustentar su negacin, volviendo espiritualmente las espaldas a la cosa negada, no cabe esperar fruto alguno. Y ste ha sido nuestro caso. Hemos opuesto el desdn, el sarcasmo, la indiferencia o la burla a todo esfuerzo de mejoramiento artstico en el orden musical. No nos hemos tomado siquiera el trabajo de examinar los ensayos y logros del arte nuevo, sino que, perezosos y ablicos, nos hemos encastillado en un conformismo torpemente orgulloso, como permitindonos el lujo de ignorarlos.

El advenimiento de las nuevas formas musicales, que tienen su hito de partida en el arte de avance de C l a u d i o Aquiles Debussy, data de fines del pasado siglo, si bien no logra verdadera resonancia en todo el mundo hasta los comienzos del presente. Llevamos, pues, ms de 25 aos viviendo bajo la gida debussiana, realizando a su sombra (o ms bien a su luz) innmeras tentativas e inteligentes ensayos de renovacin musical. Merced a ellos la msica primisecular ofrece al hombre estudioso y aun al simple aficionado una fisonoma propia, perfectamente ajena al clasicismo y que es, precisamente, la contraflgura del romanticismo, imperante en la primera mitad de la pasada centuria. Cmo ha repercutido en Cuba ese movimiento de renovacin musical? Se ha adoptado ante l aquella actitud que demandaba Spinoza, cuando escriba "eque lugere, eque indignan, sed inteligere?" No. Los msicos viejos (haga el lector la salvedad de ciertas excepciones, que no es preciso sealar, porque dada la pequenez de nuestro medio es harto fcil situarlas), han temado el partido de la indignacin. Se han llevado material y espiritualmente las manos a la cabeza, impotentes para comprender y mucho menos para seguir toda tentativa de evolucin y se han lamentado con enfadada y enfadosa iteracin del "descarro de las mentalidades jvenes, de los impulsos irreflexivos de la juventud". Los msicos jvenes (siga el lector haciendo salvedades, aun cuando no har muchas) han adoptado una actitud intransigente, hbrida de suficiencia y de desdn, degenerante las ms de las veces en las formas ms candidas, pero a la vez ms grotescas del choteo criollo. El choteo criollo! NQ poda pof 161

menos de intervenir en esta cuestin de la da. Ay del cirujano que intente extirpar evolucin musical ese factor psicolgico de una u otra adiposidad! Nuestros msicos han nuestro carcter que es la facilidad con que vivido y viven ricamente en su atmsfera de solemos resbalar por el tobogn, divertido conceptos prejudiciales y declaran guerra a ciertamente, pero peligroso siempre, de nues- la juventud que empua el bistur para satro genuino choteo. Recordemos un caso que jar la gruesa placenta de prejuicios y libe^ caracterstico: la vista a La Habana del rarse por la sajadura. insigne maestro mejicano Julin Carrillo. Hace tiempo que el llamado "italianismo Vena Carrillo en viaje de propaganda ipor musical", que pobl de tenores y de tiples el su teora del Sonido 13. En algunos corrillos mundo, ha quedado reducido a ciertas formas de msicos omos acerca del maestro mejica- lucrativas de proxentismo artstico, perfectano las burlas ms crueles. La incomprensin mente ajenadas del verdadero arte. No obshaba tomado la tante, la generams incivil de las lidad de nuestros formas: el sarcasmsicos contina mo. Carrillo era cultivando la clel exponente de sica meloda itauna actitud noliana, mal encuble: la lucha del bierta con baratos hombre contra el retales de criollisprejuicio. La como, como forma fradia de la rutisuprema del arte na no poda tolemusical. No es rar semejante osapreciso citar nom&:> da y le lapidaba bres ni obras. Los Por Antonio Gattomo con sus befas? primeros estn en i A qu se debe esto ? i No nos inclinamos a el nimo de todos. Las segundas ocupan los creer que sea, en general, por falta de inteli- anaqueles ms visibles de las tiendas de msica. gencia o de sensibilidad 1 Claro es que abunda El folk-lore, que en nuestro pas es tan pren nuestro medio el msico perfectamente digo, tan sustancioso, como lo ha demostrado negado a todo refinamiento sonoro e inep- musicalmente un joven compositor, Amadeo to para captar cierto linaje de sutilezas; pero, Roldan, y como en breve lo corroborarn tamms concretamente, el fenmeno se d^be a esa bin otros jvenes msicos que han comenzado sumisin al prejuicio a que nos hemos referido, ya a trabajar en esa ingente cantera de los cancorolario, en parte, del misonesmo general de tos populares, ha sido desfigurado, contrahelas gentes, y en casi su totalidad, a la pereza cho, por mor de ese afn italianizante. Se ha mental de nuestros artistas. El espritu pe- pretendido encauzar la vena amplia, clida y rezoso, aunque posea buida inteligencia, lle- palpitante de nuestro folk-lore en los cangiga a acomodarse de tal modo al prejuicio que lones angostos de una modalidad donizettiavive en l como en su atmsfera natural y no na o pucciniana (dganlo si no la casi totalislo lo tolera, sino que se recrea con l y llega dad de las canciones que se escuchan en nuesa estimar un tentado contra su vida todo tros mal llamados "conciertos tpicos"), rompronunciamiento en contra de las nociones piendo de ese modo con su encanto agreste, prejudiciales, admitidas como auto de fe. Es con su primitivo frescor. Cunto ms gustoun caso tpico de instinto de conservacin. El so es escuchar las formas de ese "folk-lore" espritu que nada entre prejuicios se aseme- tal como nacieron en la entraa del pueblo, en ja al corazn que nada en grasa; ambos se su propia salsa, expresadas por medio de sus pehabitan de tal modo a esos elementos que culiares instrumentos, sin ese pseudo-ennobleacaban por serles imprescindibles fiara la v^ (Contina en la p&g. 175)

el

Centenario

del

Po ver

lio

He aqu un fragmento inicial e indito de la conferencia pronunciada recierUemente por nuMtro Jorge Maach en la serie dedicada a celebrar en la Habana el "Ao Santo" franciscano. La pertinencia de su publicacin en "1927" se advertir con su lectura.

L dilecto y muy avisado Padre Sarasoia, que es uno de esos sacerdotes modernos ved que no digo modern i s t a s ! . . . cuya serenidad y franquicia mentales nos hacen recordar a los antiguos apologetas de la Iglesia (grandes seores del razonar y del saber), terminaba su conferencia primera de esta serie, dedicada a celebrar el Centenario de San Francisco, con unas palabras que recojo de la grata revista " S a n Antonio'': "Ahora deca que los de la generacin cubana del 27 se lanzan a la alta mar azul de las emociones vanguardistas en esquiles de oro, a ver si la emocin franciseanista se abre tambin paso y hay

neracin cubana, tan empeada en solidarizar sus sentimientos y pareceres y en asumir liravamente la responsabilidad de unos y de otros. Seores: el P. Sarasola quera que hallase acogida en esa juventud la emocin franeiscanista. Notad que l, con su tino y deliberacin habituales, dijo la emocin, y no la ideologa; dijo, adems, la emocin franciscanista, no la emocin franciscana. Una y otra distincin no parecen sobremanera pertinentes.

Sin duda, ideologa y devocionario van estrechamente unidos en toda simpata espiritual y, muy principalmente, en la que suscita hoy por todo el haz de la tierra cristiana, la imagen clarsima, el recuerdo transido de " . . . u n choque de soles poesa, de Francisco de Ass. Priv tanto en en los largos corredores l el sentimiento sobre la doctrina, hubo tal traspasados de l u z ! " nfasis de emocin pura, de emocin mstica Versos de Juan JMarinello. La ilusin se y humana, en todo su trance alucinado por el enderezaba, pues, principalmente a l, al nau- mundo, que su credo no fu sino floracin corta canoro que, en la Revista "1927", acom- dial, fruto jugoso y palpitante de su sentir. pasa con su msica estelar nuestra faena de En esto se descubre, tal vez, la primera razn del amor ecumnico a San Francisco. Panavegacin. Y sin embargo, por singular privilegio que ra llegar a l y conocerle en su ms ntima no s cmo agradecer bastante, es a m a intimidad, no es menester escalar n i n ^ n a quien ha tocado en suerte venir a deciros esta valla doctrinal, no es necesario hacer abdicacin de ninguna postura ideolgica. El sennoche hasta qu punto " l a emocin franeiscatimiento puro, en ese santo apasionado, se lenista" ha podido encontrar resonancia en los vanta por encima de toda eminencia concepespritus de los jvenes de hoy y de aqu. No tual, situndose en una regin a la cual no pretender, claro est, hablar en nombre de alcanzan ya los contrarios vientos de las contodos ellos; ms tendra mi modestia visos de vicciones mundanas. La juventud, que llega falsa, si negase que me siento con algn dea la vida con un vivo prurito de explicarse recho de representacin para apuntar a alracionalmente todos sus misterios, encuentra gunos de los denominadores comunes espiposible y grato acercarse a San Francisco corituales de mi generacin, de esta nueva ge163

mo se acercaba ia niez de Judea al dulce Aazareno, que saba ser Maestro sin ser nunca dmine. Al igual que iiil, tan Francisco la fascina con la difana irradiacin emotiva e su gura, con aquella "espiritual camaradera" que fu tan caracterstica de su conducta en el mundo. i'ero tambin advirti ei P. Sarasola que no es lo mismo la emocin franciscana que ia emocin franciscanista; y cuando iz frente a nosotros sus banderas de inteligencia, lu sta, y no aqulla, la que solicit su mensaje. Porque la emocin franciscana exige plena emulacin, y ia otra sola pide simpala; y el P. Sarasola saba bien que en los espritus inquietos e insurrectos de hoy, recin asomados al panorama mltiple de las ideas y de los sentimientos; en estos espritus uu mucho pugnaces y una miaja insolentes de la juventud actual, empeada como ha de estarlo toda juventud, porque as lo requiere el devenir humanoen avizorar cada posibilidad y coyuntura de esencial innovacin, no poda encontrar aiin terreno 'bastante lirme, ni sucientemente abonado de templanza' y de meditacin, de sabidura y de experiencia, para cultivar desde luego la lilial enredadera de la emocin franciscana. La emocin franciscana es amor sin tasa. Amor, no slo en la entraa, sino en el ejercicio cuotidiano; y la estrategia de nuestras curiosidades y de nuestros propsitos ms nobles a nosotros nos obliga muchas veces, algunas contra los dictados del corazn, a discrepar inexorablemente y a traducir nuestro disentimiento en aguerridos avances e intransigentes ahncos. Pablo, y no Francisco, es con frecuencia el arquetipo de nuestras actitudes. La emocin franciscana es humildad humildad dulce y abnegada del pobrecito, que gozaba en sentir sobre la nuca la planta del hermano y la vara del hombre hostil; humildad de aquel que, cuando ms hervan sus humores de hombre, slo saba mostrarse "dulcemente airado y pacientemente molest o " . Y nosotros, en cambio, no atinamos siempre a ser humildes, porque en una sociedad 164

donde los precios se cotizan, no por ei valor que representan, sino por la osama, la simulacin y la intriga con que se puja; en tai aocieuad, como ice la mxima casera, " a i que se nace ciquito se io comen"; y ia nica, o por lo menos ia ms accesiole posiijiau ue incorporar a esa conciencia social una nocin y uu sentimiento de justicia est en erguirse gaiiardamente contra sus miquiuaues, anrmandose en la propia estimacin. Bien es verdad que, segn dijo el tilsofo, " e l que vence no convence nunca; slo ei que convence vence"; mas para convencer, cuando no se posee la elocuencia seranea y milagrela de ian Francisco, es ante todo necesaria una fiera confianza en la propia conviccin. " T u bondad deca Emerson tiene que tener algn flo; de io contrario, no es bondad". Si la juventud, haciendo gala de arrogancia disentidora que a veces se le reprocha con impaciencia y otras con indulgente irona, no replanteara atrevidamente, a cada generacin, los viejos problemas; si, careciendo de su espritu crtico y revisor a ultranza, fuese conformista, en vez de retadora, es probable que ei pensamiento y la emocin humanos perecieran por inanicin y desgaste. A cada hornada juvenil, ia humanidad tiene su primavera acre de colores y de sabores, su refloracin de escepticismos y de optimismos perecederos, su necesaria cosecha de nuevas energas crticas. Por eso no le es dable habituaimente a la juventud abrigar, en toda su militante pureza, ia humildad sin lmites de la emocin franciscana; pero en cambio abriga su intencin de amor, que es lo cardinal en ella. La emocin franciscana, seores, es alegra constante, sana y arrobadora alegra, engendrada en la perenne paciencia. No recordis de las " Florecillas ", aquel dilogo deliciosamente socrtico a su manera del Poverello con el Hermano Len, en la ruta helada de Perugia a Santa Mara de los Anigeles? " S i el fraile menor deca San Francisco supiese todas las lenguas y todas las ciencias y todas las escrituras, s que tanfbin supiera profetizar y revelar, no solamente las

"divino tesoro", que el poeta pagano cantara, sern siempre la aptitud y la disposicin peculiares para la alegra en todas sus formas humanas: la alegra del esperar, la alegra del <gozar, la alegra del descubrir. Pero hay, en la alegra de San Francisco, una calidad mstica y sacrificial, algo "numinoso", como dira Otto, el explicador de " L o Sant o " , que est por encima de la normal bondad humana. Su gozo es puramente contemplativo y abnegado y tiene, por decirlo as, una preocupacin de verticalidad. Es la alegra gtica de los artfices del medioevo que agotaban todo su anhelo de personalidad, de individual trascendencia, en el esfuerzo de estilizacin de la materia y en su divina consagracin. Contra lo que generalmente se tiene admitido, San Francisco es, en lo cardinal, no un alma del Renacimiento, disparada hacia fuera, sino un espritu medioeval, constantemente proyectado hacia arriba. Y he aqu que la mirada del joven, al contrario de la mirada del santo, se espacia en un plano horizontal, de trascendencia humana. Es Por Lorenzo Romero_Arciaga. la suya un alma renacentista en un sentido psicolgico. El misterio de la muerte y de cosas futuras, sino tambin los secretos de las sus ignotas perspectivas no le preocupa toconciencias y de los hombres, escribe, Oh, dava; lo que su voluntad quiere conquistar hermano Len!, que no hay en ello perfecta ahora es la realidad transitoria, pero realialegra". dad al cabo, de un mundo actual, cargado de Ni en sta, ni en ninguna de las otras bieninjusticias, de expoliaciones, de crueldades andanzas y venturas corrientes que ms esti- y de padecimientos. Como no nos sentimos man los hombres. Para San Francisco, la ale- dotados de la gracia divina de San Francisgra suprema, " l a perfecta alegra", estaba co para trastrocar las hieles en mieles, los en vencerse a s mismo; era, si no os parece dolores que el hombre sufre en el espritu y inadecuado el vocablo, una alegra masoquis- en la carne, lejos de ofrecernos coyunturas ta, que se nutra del propio padecimiento. In- ai>et6cibles para ejercitar la paciencia y la jurias, opro'bios, fatigas, todo lo sufra-i qu alegra perfecta, nos encienden en ira, ira a digo lo sufra ? todo lo gozaba el divino poe- la postre, honda y genunamente cristiana ta de Ass, convirtindolo, por milagrosa al- tam'bin, si vamos a ver. La edificacin por quimia de su sensibilidad, en disciplina de ce- la paciencia les queda entonces reservada a los hombres extraordinarios, templados como lestial acercamiento. San Francisco en una gracia superior. El Ah!, si nos fuese hacedera a nosotros esa hombre meramente humano, escuetamente transmutacin, amigos mos! No os dir, por humano, busca la alegra del mundo en la supuesto, que sea hoy la alegra extraa a eliminacin de sus tristezas, y le declara la nuestras apetencias, ni que la calidad que guerra al "hermano lobo", a " l a hermana de ella obtengamos nos quede siempre rebajada a la categora anacrentica del placer o de la frivolidad trivial. No. Moneda del (Contina en la p4g. 177) 165

QA

zo te a
cA JUAN MA%mELLO

Mamarracho
cA JO<JiGE MaAaACH

a r ale c es

Quin ha pintado al oleo la fachada del cielo Sin duda algiiii pintor de brocha gorda para ganarse

un par de pesos Merece que lio lleven por estafa al Juzgado porque

Un sudor de bullicio me c o r r e por el cuerpo

y para tomarme un vaso de silencio en la azotea Pero el vaso se me c a e de las manos


porque me doy un susto formidable con el escndalo inaudito que inesperadamente forma el viento en la calle

no puede ser mayor el embarro Aqu azul Bueno all gris un mamarracho all blanco

s o Despus me tranquilizo y Como el viento no tiene influencia poltica a o meter en la crcel r algn Agente de la Polica r a Ya calmada mi sed me tiendo boca arriba r y sorprendo a los p r a s c n d o l e el vientre a la nodhe con sus uas y a los gatos ras-a-ibu-h-n-do-le ios senos a la luna 166

MANUEL NAVARRO LUNA

'Pie%%e FLOuqusT
Con el cubismo se consagra y culmine le tendencia inHada por el impresionismo a la tica, ajena por completo a todo inters anecdtico, y a su contenido liumanamente expreplstica pura, es decir, a la liberacin de todo anecdolismo trascendente. El tema, la realidistancindosivo. El cubismo se sirve del volumen, pero en esta especulacin cifra el medio y el fin: es decir, exalta el volumen por el volumen, como -forma pura, sin responder a su inters anecdtico, o representalivo. no slo se propone la plasmame-

dad, el estmulo anecdtico van

se cada vez ms y ms decisivamente, del proceso de la elaboracin esttica, y sirven slo como un medio o vcliculo de recdizacin pls-

El futurismo

cin grfica del dinamismo

cnico, es decir, la mecnica de los movimientos, sino tambin y muy especialmente, el dinamismo espirilual, la mecnica de nuestros sentimientos. Introduce los

que se dan en llamar, dentro del lxico futurista, lineas de senti-

miento, las cuales carecen por completo de inters plstico, de valor esttico, siendo su funcin de un valor sentimental mente sugerente, Nocturno.
'"
1007" 1927'

pura-

a manera de

un lenguaje

de clave, sohreenlf'^'^'^'do, para dar a

comprender

(I existencia y presencia de un de^'''>ninado impulso senlimeutal, i sugerirlo por nwdio de una ei'0^'<-'cin cerebral, expresa, en el nimo del especia"'^"El fulurismo pretende pue^^ '''^presentar no, como los si)nbovoluntariamente

listas, estados emocionales, valici^"''^'^ para ellos de signos grficos convencionales, pero de una eficd'-'"^ plstica certera, sino corrientes sentimentales, representadas conio ' npulso, como tendencia, es decir, en su fase negativa e impondei'C^'^^Flouque, cuya exposicin ausP'Ciada por " 1927" se abre el 20 en la A. de F. y E., tiene, apareniO'icnte, ciertos pu)itos de contacto y analoga con Ficasso, el FicasS'^ inexorablemente cerebral de la poca cultista; pero en realidad, ^e parentesco es slo aparente, no esencial ni inicial. Ficasso es, 'hntro del cubismo y en todas sus pocas, esencialmente, realista, y en'sy, pintura slo Inty plasticidad, materia, forma y color. Nada se (^^onde ms all de lo cjue descubre la retina ni ms all de la verificacin material de los sentidos. Fatiga. Flouquet, por el contrario, concentra y recoge en sus lneas, en casi todas de ellas sino en todas, un in^''rs y una palpitacin tal, oculta, esotrica. Entonces^ cabe afiliarlo a la- esttica futuristaf O, en qu se sentimenEl be P-"

diferencia de ste? En ciue el fn^ crismo prescinde de los valores plsticos de la lnea y del color, p"-^a concentrar en stos un inters y una intencin descriptivamente sentimental: en que en l cada lnea y cada color tienen un valor y ^,a significacin cifrada, un inters convenido. Fierre Flouquet) Pn cambio, pretende con la lnea, describir plsticamente algo imponderable como lo es el impdso dinmico y motor de nuestros sentimientos; pero lo hace sin olvidar
j

ni despreciar jams el im^perativo 'de plasticidad. Asi ocurre muchas veces, que no acertamos a ''Owpreider y a desentraar el anecdotismo sentimental y el contemido psicolgico de las arbitrarias creaciones de Fierre Flouquet; pero an cuando esto ocurre, su plasticidad y su valor esttico es ev- todas ellas, clara y evidente. Maternidad. El arte arbitrario de Fierre Efoquet, de una agudeza sensible y sutilsima, y a la vez, de una plhtica rotunda y segura, encierra en su intencin y por sus propsitos una contradiccin fragante.
"1007" 1927'

Idilio.

"1927"

Harmona.

Persigue, por una parte, la eficacia plstica, la ponderacin elaborada de la materia-, por olra parte, sin embargo, pretende hacer de la materia plslica un elemento descriptivo: descriptivo no de

las realidades exteriores, del mundo objetivo, sino del mundo psicolgico, de su vida interior, de sus sentimientos, des-

cripcin cjue es cd fin ij a la postre una nueva dtica. La> pura emocin, el eslmulo lo humano, es para Flouc[uet, vital, como modalidad de expresin anec-

para todo el grupo de cubistas menores, mero pretexto para la realizacin

plstica pura. Fierre Floucjuet, se mantiene fiel a este principio, y esta obediencia es lo (jue le salva, redimindole todo anecdotismo, de

dando a su arfe de arbitrariedad,

una inteligente y sonante

un inters esttico certero y postivo, pese a su exagerado individualismo carencia de contenido humano. M. C. y a su

Sonetos Hermanas

de

las

('ragmento.^.')

Noche clai'a de luna, ya lio liay (luin te reciba en mi easa : iiiu>runa esperanza (|ue \ i \ a , J-)e toda mi alefra, lia>' una .sola huella en esta cas;! ma: huK! que e.-.s en ella ! Y a n t e s ! JJUS eu.-ii-o hermana'que alegraban el huerto eonio ( uatro luafiauas. . . Slo tu lumhi'e (jiu-da de e.se j)a.sado muerto hlaiKiueando la arboleda.

H e r m a n a s : vuestros* hijos, eon los aos, un da t e n d r n los ojos fijos en rada estrofa ma. Decidles que fui bueno, eon bondad comprensiva, y (ue un dolor .sereno me .sigui tloiuli' iba, CJoutadles nds amores; algunos, de a m a r g u r a , y los nu'us, peeadoi'e.s. (uando el vivir les dae, un soplo de t e r n u r a ma les acompae.

It

167

El Insoluble
L intelectual e> u n ente antibiolgico. Uiraiuos mejor, antivilal, si lio fuera .uoda novsima vestir de uniforme cieiitlico la carne literaria. El probleinu dri iatclectual c u a d r a t u r a de un crculo iiiasiblt e,s, jiucs, insoluble.

Problema

del

Intelectual

E n la jnigna viejsima entre el sul)sistir y el superarle, el intelectual concede al primuin rvere atencin subalterna, pero el primiun rrcrc venganza casi lgica le cort-a, un poco tollas los das, sus alas de superacin. Si la trayectoria vital no es ms, en esencia, (pie una ria t u m u l t u a r i a p a r a a d u e a r .se lie ia.s ms oportunas frmulas de satisfac cin de necesidades p r i m a r i a s revestidas de gratos oropeles adjetivos convengamos en que toca al intelectual, en e.se comlmte, que e.s la vida, un puesto de escassima gallarda. Su reino no es <d de este mundo. El ciuso de ('hocano y el de N'allenilla Lanz, son de clarsima e.x:plicacic'>n biolgica: el que, en un campo tle batalla, se sabe ineficaz, a u n q u e de superiores posibilidades que el soldado que avanza por imperativo troglodtico, bus(ta, por IH'imario impulso, la indemnidad ansiada, j u n t o al Jefe que, con mando momentneo, le pone a cubierto de menesteres bli<!Os inadecuados. Los ((ue, en otros meridianos, e n t r a n en la batalla con explicable desgano, pero atentos a la m i r a d a del que rige, p a r a pedir, en la ocasin primera, u n a r e t i r a d a temporal del campo de operaciones.Oh las comisiones ambiguas y los Congresos intiles y adems internacionales!no obede<!en, aunque en grado distinto, a la misma 'italidad biolgica? ('orno hasta hoy, las necesidades no se sacian con materia gris, sino con materia dorada, como falta a esa peregrina entelequia del intelectual, el medio hbil de adquisicin. 168

y lio puede subsistir sin adquirir, est condenado, inapelablemente SI quiere rebelarse a su fatalidad biolgica a emplear su mano de semulios en la roturacin <le una t i e r r a eternamente ingi'ata, porque no es la aiiyn. Esto duro ostracismo, este lacerante dolor de proscrij)cin, ha descubierto, al hombre caj)az de empeos intelectuales, un camino de transaccin : el profesionalismo. Por e.sta encrucijada en cuyos altibajos se tleja t a n t a )iel sensible puede asistirse al combale, en calidad de " a s e s o r civil'", de au.Kiliar )j'ecioso de los ijiic juedt.n, rescatando un ]x)co de la esencial aj)titud. El ])rofesi_pnalisiuo es una ])uerta de escape p a r a (piien " t e n g a algo que liecir", p a r a quien se sienta fuera de su tierra y por lo tanto, inl'eliz, como reza ei certei'o cantar del j)ueblo. Para una gran masa, i)ara <piien quiere emjadurnar su genuna acomodacin al medio vital, con el aparejo de un e.veipiatur universitai'io y alucinar, con esta vestimenta doctoral, al ])oderoso de turno, es el profesionalismo adecuada y salvadora va. Solucin p a r a e que no sea intelectual, sino inteligiuite (intelligens) ])ara el ipie entienda. Si la ina(la)tacin total del intelectual fuese .secuela de una organizacin capitalista, pongamos j)or organizacin desdichada, podra drsele, en esta cuestin delicada, algn pa{)el a la esperanza. H a tle q u e d a r este socorrido y grato lugar liomn fuera de n u e s t r a ('irbita. La formidable revolucin rusa, inspirada, ]i()r un propsito de renovacin integi'al y por u n altsimo deseo de vida mejor, no ha resuelto, no podr resolver nunca, el pi'oblema del poeta y del filsofo. No cabe detenerse, en el ataque-sistemtico que se produjo contra estos raros entes improductivos a raz de la gran revolucin, a u n q u e e.studia-

i:o e><h- estado de idmo coli'ctivo p o d r a n deiwu'^" iioudas eiiscnaiizas \' curiosos ilatas a !,i\or nin'siro. l'cro, en puridad, tu u n mo\;iuciito de iii'imaria avcr.sin contra los (ue, .irlics en l;i iucha cuotidiaiui. a[)oyaron r^:i,,, lies iiihuiuaiio.s. diei'on a organizaciones .ahi:;i, la necesaria lirillantez exterua, se iiiaii,ii\ci'(iu alejados del dolor de los ms y ji;siiii':i-)]i, con ele-antes y i)eregriiios oquilinio,-, l,ns |,esi]i-as ms injustilicables. La coulraivaccin" ailvcrtida m.s t a r d e , .sol)re lina b.|^e .sectaria: divisin de los inteleetnaiC., C l l I ariidarios \ eiic.iii-os del credo eo-

muiiista, oi-,!;'aiu/aci(')n seJiiioticial de (^sta distincii'm, pero sin acallamiento real de la descoii fia.nza latente, es otro dato para dei'larar al ren'imi'UO poliUe(i y poi' lo mismo Iransilor, ('orrieiite apa.sionada de carcter co!ecti\'0, no fu quizs la ])ersecuciiai |l,l,^i rc\-oucioriai'ia del una soberbia insinuacin inlelccinal miso, ms (lue [de brisa a.Lnid/:i l.'m - provocada y una 1 ranipiilidad de mar p;ii' rircuiislancias e.specia[y cielo. . . " l.simas - del cont.'iiido ''^ y nuestro .Mart, ante la r e n c n r del |)uei)lo, por advertencia fraterna que (piieiies. iiliie.'ldos eu preJ el recuerda el destino ladios ajenos, compran la mentable de tpiien .se dishospitalidad pi'ox'ecli o s a, l'nr Donungu Kaivnel ^^1,, ,^ |atio-ai- u n m u n d o con la diaria promesa de i,,ia sutil defiiisa de los ilerechos del dueo. siempre exlrao, abraza /(/ vstrelia (KC aluinTerminado el perodo |)ost-revolucionario; hra i) iiidlti. .Xin-iina solucin. Dos caminos (1(1 resuella, sino t ransf(UMiiada el ansia d e en la noche. ./ (' A N M R I N E L L O

mutaciones esencialmente hunuiiuis (iiic vela en el almario de la z'mit'' rusa, el intelectual no tendr, ni el <les)recio violento q u e aiai hoy lo ])ersi,yue (terrd)le ver.so de Hlock!,), ni la connotacin j)oltica <le su o:ira. H a b r vuelto a su difcil, a su p e r m a n e n t e posieiu. FA medio puetle modiiiear.se, pero la incoiuprensin esencit, nunca. Cul ser, ante ese muro inframiueable, d partitlo del hombre de letras o del hombre de ciencia.' Cuando .se reacciona contra u n imperativo biolg-ico, cuando se va deeididamene contra l. estamo.s ya en el camino del mximo dolor, que es el que sabe j)osible su acabamiento con un cambio simple de i)ostiira. Do.s graiiiiies ]joetas <le di.stijita j>'ran(leza humana h a n sealatl lo,s camino.s. Ku Kiibn el (pie d i j o : Poned ante ese 'nal y ese [recelo

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DONDE

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MXICO?

" ""'''"'^""'" ''' '" '"''" ' " " ' Los sindicaos y coojierativas, van en ereeimieiito siempre, y en or.iaiiizacin i)erpetua. Saben (iiie el da en ([ue todos los elementos de prodiiccin e.st(''ii organizados, esi' da, el EstaA L F O N i< O R O S A

do no podr ser ms (pie u n " t r a i t d ' u n i o u " eiiti'e los diversos sectores d(> la sociedad, u n r - a n o de interdependencia .social, por as Uam a r l o ; y el peligro de las d i c t a d u r a s , d e la.s tiranas, habr desaparecido. As va gestando. .Nh'Xico, la nueva demoeracia. D O A V I L A 169

a 5

e n t a n a s

A b i e r t a s

ENIA c u a r e n t a aos, paradjicamente rotulados con un diminutivo: Lolita. Amplia y cuantiosa, sobre el paisaje de su soltera perfilaba el apelativo un naciente de luna oto a 1, melanclicamente pueril. El amor descendi hasta ella desde los balcones de una casa frontera. Fu un viajante de comercio, inexorablemente apellidado Lpez. La espera de este amor haba sido una larga labor de bordado y una angustiosa invasin de arrugas. No era todava aquel hombre pasado de los treinta aos, bajo cuya calva bibliotecaria la ms decorativa barba se ilustraba de remembranzas proceres, el tenazmente aguardado, el que deba anticipar al nio dormido en su corazn maduro. Mas su corazn tambin saba del suave descanso de la conformidad. Nuijca se abrieran hasta entonces al sol ha-

bitual las ventanas de su casa, selladas por su recato de su virgen domstica. En las salas obstruidas de muebles iiereditarios; sobre los butacoiies tradicionales; rente a los espejos ingenuos como el agua clara, haba ella cortado horticultora resignada las rosas amarillas de sus aos solteros. Mas he aqu al amor calvo y barbudo, viajante de comercio y Lpez. En el jbilo del advenimiento, las ventanas conocieron la novedad de ser abiertas. Protestaron de la separacin de sus marcos, donde anclara su sueo de veinte aos. Lloraron polvo y telaraas. As fu la historia, cuando los novios-abuelos comenzaron a mecer su amor-nieto, un resquebrajamiento de maderas reumticas y un asombro del vecindario frente a unas inslitas ventanas abiertas.

E S T A S M P c A S
Calvo, sucio, rado; anclado sobre un ;banco en la blancura municipal del parque, el viejo fuma. Pasan gentes: le miran. Algn sentimental impenitente opositor a la filantropa, tal vez le compadece. El viejo, indiferente, fuma, f u m a . . . (Las espirales de humo de su pipa, son cheques contra el banco de la luna). Es muy simple: bien sabe lo que falta. Se morir algn da, tal como los dems, y acomodado entre unas cuantas tajblas alguien lo dejar, carta mugrienta y arrugada en el buzn de la Eternidad. A N 170 D R E S N U

"H

Ah, la verdad del homibre es su animalidad! Quin ha dicho la loa del Instinto? El Instinto es verdad. En el salto y el gesto de conquista nos hallamos. (Cunto hay en m de garza para apresar la [vida, conciencia de mi fuerza, redivivencia primitiva, se hace flecha en el arco del instinto y voluntad de cosa viva). Instinto! Antena! En tu animalidad, tiembla ^salvaje, secreta, desnuda, ntegramente, la Verdad. E Z O N O

La

Literatura
Por ELSEO

Espaola
VIVES

oA c tu al

De "The Nation", el admirabk semanario norteamericano, se ha hecho traducir "1927" el siguiente artculo sobre Letras Espaolas Contemporneas. Su autor, aunque de nombre y apellidos espaoles, es un americano que colabora habitualmente en aquella revista y que evidentemente est familiarizado con l panorama literario actual de Espaa, a pesar de alguno que otro error de visin en que a nuestro juicio incurre.

AY que tomar en cuenta, antes que nada, la generacin del 98, ampliamente conocida por nosotros los norteamericanos a travs de las traducciones de algunas obras representativas. Esa generacin ha transformado y dirigido la cultura Espaola en estos ltimos treinta aos, pero algunos de sus componentes no deben ya ser considerados como factores activos en la vida creadora del pas. Es indudable, por ejemplo, que Benaveute est ya agotado. A pesar de que su ltirrio drama " L a Mariposa que vol sobre el m a r " se dice que fu muy bien acogido, su obra reciente, tomada en conjunto y an juzgndola con benevolencia, no tiene ni el poder ni la profundidad de " L o s I n t e reses C r e a d o s " o " L a M a l q u e r i d a " . Unamuno mismo no ha podido mantener su viejo prestigio. " D e F u e n t e v e n t u r a a P a r s " , libro publicado a raz de su llegada a Francia y caracterizado en el subttulo " D i a r i o ntimo de confinamiento y destierro, vertido en s o n e t o s ' ' , es un libro penoso de leer, porque su obvia vulgaridad no puede ser acept a d a como stira. Su ltimo libro " L a Agona del C r i s t i a n i s m o " , muestra indicios claros de decadencia. Baroja tambin parece incapaz de dar algo digno de su gran nombre. Sus ltimos libros publicados: " E l gran torbellino del M u n d o " , " L a s Veleidades de la F o r t u n a " y " A m o r e s T a r d o s " , son monlogos informes o interminables (l los llama novelas), puestos en labios de personajes que no tienen ms personalidad que la de sus nombres. Estos libros son, adems, un largo catlogo de todos los prejuicios y odios del autor. P a rece haberse percatado ltimamente de que se le lee a causa de su temperamento brusco e independiente; y sin advertir que esta cualidad se respetaba en l hasta el punto en que era un producto de su reaccin legtima y racional contra su ambiente, se ha dedicado a cultivar cuidadosamente una actitud burlona y un pesimismo superficial que difcilmente pueden tomarse en serio. Baroja nos recuerda a aquellos vagabundos medioevales que preservaban sus llagas artificiosamente p a r a explotarlas como pinges manantial de ingresos. Detesta la nueva psicologa, odia la l i t e r a t u r a francesa contempornea, aborrece a los ingleses, a los judos, a los turistas americanos, a la nacin alemana, a los rusos desterrados, a los bolchevikes, a los socialistas, a Nietzsche; no hay en verdad ni persona ni cosa, a quien no le eche lodo encima. En cambio Valle Incln h^ dado ltimamente

pruebas de una vitalidad, podero y profundidad de que sus lectores de su obra decadente no le hubieran credo capaz. " L a s Comedias b r b a r a s ' ' iniciaron esta nueva evolucin. 1 esteticismo preciosista de su " S o n a t a s " se olrida totalmente en sus " C o m e d i a s " que son en realidad dramas intensos y una fuerza y conocimiento del valor humano, recientemente adquiridos, le dan sin dificultad el primer lugar entre los novelistas contemporneos. Su ltimo libro " T i r a n o B a n d e r a s " , es una stira sobre los revolucionarios do Sur Amrica, amarga, cruel, caricaturesca, no ha}' duda; pero tambin, si se me permite la frase, trascendentalmente verdica. Tambin " A z o r n " demuestra un vigor indisminudo. No sabiendo manejar el dilogo satisfactoriamente en sus novelas, ha intentado el drama, y el ao pasado escribi una novela muy gil. Prez de Ayala es otro entre los menos jvenes puesto que debe de ser considerado cmo perteneciente a ese grupo cuyo t r a bajo mantiene su antigua excelencia de estilo y gana en comprensin intelectual de los hombres. H a y un grupo de jvenes de quienes sabemos poco en Norteamrica. Conocemos a Marquina, a Ardavn. Sabemos de Salvador Madariaga, que tambin escribe en ingls. Pero de Moreno Villa, Pedro Salinas, Eamn de B a s t e r r a y su generacin, muy poco se ha escrito en nuestras revistas crticas que yo sepa. De estos escritores Moreno Villa me parece la personalidad ms destacada. Crtico de a r t e , scholar de considerable erudicin, prosista y poeta, l ha sonado en la l i t e r a t u r a espaola moderna una nota poco comn en los modernos. Como en otros pases, puede encontrarse hoy da u n gran nmero de lricos efmeros. Pero poetas de slida inteleccin y sensibilidad exquisita a u n tiempo mismo, son raros. Moreno Villa posee esas dos cualidades y algo ms, porque hay en su poesa una tendencia popular; l es andaluz de nacimiento, y algunos de sus poemas ms ligeros reproducen no slo la forma, sino tambin el espritu de los cantos populares de su tierra. Pero como es la obra de un erudito, tiene tambin una distincin y una riqueza do lenguaje que la llevan ms all de las modas poticas y que posiblemente explica que el autor sea relativamente menos conocido que varios de sus contemporneos, cuya labor, severamente examinada, no puede compiarar^e a la suya- P e d r o Salinas merece ser

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en t i e r r a " , Diego comparti el " P r e m i o Naciomencionado sobre todo por su versin del ' ' Poema nal de L i t e r a t u r a de 1 9 2 5 " , pero aunque su lied Mo C i d " al espaol moderno. bro lleva por ttulo ' ' Versos H u m a n o s ' ' , difcilEl trabajo era difcil, sobre todo teniendo en mente se ve la justeza de l. cuenta que el autor persegua la ms estricta fiEn resumen, la predileccin de Diego por Gndelidad al original. Salinas public tambin un gora, que es estimado por los jvenes " c o m o el libro de cuentos, " V s p e r a s del g o z o " , aclamado ms refinado de los espaoles del i.-rodo c l s i c o " (omo lo ms serio de un hombre que acabara por y cuyo manerismo ellos han tratado de resucitar, justificar las innovaciones radicales intentadas en es suficiente para indicar que su preocupacin estos ltimos tiempos. Easterra es uno de esos primordial es esttica, apenas humana. espritus raros raros en nuestra edad romntiBenjamn J a r n s y Flix TJrabayen mantienen ca, que alardea de su confusin moral e intelecen el campo de la novela una tual que persigue la perfecjefatura parecida a la que ejercin a travs de su arte. cen Diego y Alberti en la poeLa poesa de Jos Mara Balsa, dentro de su generacin. botn contrasta vivamente con J a m e s es el ms literato de los la de Basterra. Balbotn se dos. Su " P r o f e s o r i n t i l " es mantiene alejado de las preocula biografa introspectiva de jiaciones estticas de sus conun soador que elige escribir temporneos. Es un poeta cen prosa probablemente por vico, como lo fu Marquina en encontrar en este terreno masus " g l o g a s " . Pero a difeyor libertad que en el de la rencia de Marquina, de quien poesa para seguir el hilo de se deriva en ms de un sentido, sus reminicencias. Su libro l tiene ms amplitud de intetrae a la imaginacin a Marcel reses, a pesar de que carece, Proust, aunque sin la abrumapor ofra parte, de la perfecdora acumulacin de detalles cin y espontaneidad de su del francs. Urabayen es un maestro. Eamn Gmez de la vasco tranpplantado al suelo Serna, aunque joven, tiene a su castellano; funde en sus narracrdito ms de una veintena de ciones la energa de su raza y libros. E s en la actualidad uno 1,1 av.storidad de los castellanos. de los autores ms populares de " E n la vida de un preclaro vaEspaa. Su ltimo libro " E l rn de E s c o l o n a " , su ltimo liTorero C a r a c h o ' ' , relata, en forbro apenas ms largo que una ma tragi-cmica, la vida y novela corta hace un relato muerte gloriosa de un matapicaresco moderno en que la ridor. De la Serna es un " m i gidez de la prosa sirve para desn o r ' ' , , sin embargo se esconde t a c a r la poderosa amargura detrs de su ingenio centelleans a r d n i c a que anima al aute un agudo estilete de stor. tira. H a y adems un gran nmeAdems de estos dos grupos ro de novelistas que prometen de escritores hay un gran gruconsiderablemente, pero no topo de otros todava ms jvetodos los cuales merecen ser nes jvenes no slo por su mencionados. Mario V e r d aedad, que pasa de los treinta guer, autor de " L a isla de en muy pocos de ellos; sino o r o " ; Aguado de la Loma, cutambin en virtud de sus radiyo segundo libro " S u mundo calismos literarios, iniciando y a p a r t e " , es prueba suficiente movimientos de corta vida y de una maestra de tcnica pequeas revistas que vieron Por Lorenzo Romero Arciaga poco comn; Antonio Espina, cuatro o cinco nmero cuando autor de una coleccin de ms. Hubo, por supuesto, un cuentos coitos titulados " P j a r o P i n t o " , que cauDadasmo importado; en las cuales un nombre exs alguna sensacin; Claudio de la Torre, Jos Matranjero fu meramente adaptado a una tendencia ra iJergamn stos son algunos de los ms joriginal. Pero el bro de osos jvenes radicales venes de la generacin actual, que el ao pasado lio los llev muy lejos y apenas si se habla hoy publicaron trabajos de mritos tan excepcionales en da de esos movimientos. Ellos sirvieron, sin que no se podra considerar completa ninguna embargo, p a r a revelar a muchos autores jvenes. ojeada a la literatura contempornea que omitiese E n t r e stos se destaca el nombre de Gerardo de sus Horrares. Diego. Con Rafael Alberti, autor de " M a r i n e r o

E tu quoq,ue, Iieopoldus! (Valderrama, Presidente del Club Cubano de B. A., en vista de laa simpatas de Homaach por el Arte nuevo).

Nos fastidian las revisisas " r g a n o s " ; nos i r r i t a n las revistas organillos. Receta cmoda: Si te va mal, llmate " i n comprendido", o chale la culpa al ambiente.

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T^estro Frente nico de Trabajadores Manuales e Intelectuales

OMO t o d o movimiento inicial, el producido por la vertiiginosa penetracin del imperialismo norteamericano en la Amrica Latina, ha tenido que atravesar fatalm e n t e p o r diversos estadios ms o menos definidos antes de plantearse en sus justas y cabales proporciones actuales. Prestigiosos precursores del movimiento Vasconcelos, Ugarte, Ingenieros situaron el problema dentro de los conceptos de " l a r a z a " y " l a cultura". Generacin hecha para grandes y definitivas realizaciones la nuestra, el ngulo visual desde el cual confrontamos el complejsimo problema es otro, ms amplio y ms profundo, vale decir por primera vez cientfico. Recogemos todos ios antecedentes y todas las actitudes asumidas hasta hoy para canalizarlas en cabales derroteros. Comprendemos que toda alteracin sufrida en el absoluto econmico de una sociedad, de un pueblo o de una clase, trae aparejado un desquiciamiento' de los valores ticos, tnicos y culturales. Pero sabemos as mismo que si ellos perecen o se transforman es por que liminarmente la economa colectiva de cuyo seno fluan se ha modelado en nuevas formas. El fenmeno medularmente econmico condicionado por el imperialismo yanqui hace que nuestros pueblos devengan, antes que nada, colonias econmicas. Gravitamos velozmente hacia la arquitectura colonial norteamericana por la entrega de nuestras riquezas ^petrleo, minas, agricultura, ferrocarriles, fbricas, usinas, puertos, bancos, aduanas en manos de empresas y capitales extranjeros. Este proceso de aprehensin pacfica, industrial y financiera, marca la etapa inicial del sometimiento integral de nuestros pueblos. Paralelamente se verifica el control poltico

vehiculizado p o r l o s ig r a n d e s emprstitos, alianzas, pactos, celebrados con las clases y hombres detentado r e s del Poder, margen de concesiones fantsticas urgidas poco despus de brutales y sangrientas intervenciones armadas. A la infiltracin cautelosa del dolar prosigue la presencia estridente de los grandes acorazados e Infantera de Marina. La actualidad de la intervencin yanqui en Nicaragua, el vigorizamiento de la ofensiva contra Mxico ^todo en nombre de la defensa " d e las vidas e intereses norteamericanos" facilitan la experimentacin tangible de este axioma incontrovertible. Si la naturaleza de la fenomenologa imperialista que ha cesado de ser una simple amenaza al hacerse carne en -Cuba, Mxico, Centroamrica, Puerto Rico, Hait, Santo Domingo, Venezuela y Per, Ecuador y Solivia es esencialmente econmica y poltica, econmico y poltico tiene que ser el modo de afrontarlo con posibilidades de victoria. Consecuentepiente y respondiendo a una necesidad histrica inaplazable, surge la A. P. R. A. Frente nico de Trabajadoi-es Manuales e Intelectuales de Amrica Latina cristalizando el anhelo multitudinario de las masas oprimidas de nuestras veinte repblicas. Informada en el postulado inflexible de la lucha de clases trabaja por organizar, disciplinando y fortaleciendo, las fuerzas antimperialistas de izquierda, hasta hoy desarticuladas, incoherentes, perdidas en lricas actitudes siempre achatadas por el crustceo empuje de las fuerzas esclavizadoras, uniformes y dinmicas. La A. P. R. A. aspira a fusionar en un solo y poderoso organismo proletario a los trabajadores manuales mawiales e intelectuales del Continente, 173

ya que solamente unidos en un comn esfuerzo los revolucionarios latinoamericanos, cabe la posibilidad de realizar " l a segunda epopeya de nuestra libertad". El problema es comn a veinte pueblos igualmente oprimidos, explotados por la voracidad extranjera y por las castas gobernantes, aislados en sus ansias reiviudieadoras, desarticulados y dispersos; nuestra tarca primordial es unirlos en el pensamiento para unirlos en la accin y en la victoria, trizando el obstculo ms firme, que es la presencia de los Gobiernos de fuerza, sostenidos y consa^ados por el imperialismo. Asumido el poder poltico por los productores, por los explotados y oprimidos, tarea inmediata y especfica es la de romper con la organizacin social existente imponiendo un rgimen socialista de produccin y distribucin de la riqueza arraneada a capitalistas nacionales y extranjeros, motores y causas ambos de la tragedia que significan las vidas de millones y millones de productores indgenas doblemente sometidos: al amo extranjero y al amo nacional, patritico burcrata del imperialismo ste.

(Mensaje del A. P. R. A. de los latinoamericanos de New York). El programa continental de la A. P . R. A. es la mxima concrecin de las urgencias y de la realidad latinoamericanas: 1.Accin conjunta contra el imperialismo yanqui. 2.Por la unidad poltica de Amrica Latina. 3.Por la nacionalizacin de las tierras e industrias. 4.Por la internacionalizacin del Canal de Panam. 5.Por la solidaridad con los pueblos y clases oprimidas del mundo. Nacionalmente, las secciones del A. P. R. A. elaborap programas arrancados de las necesidades econmicas y polticas de sus masas y de acuerdo con su desenvolvimiento histrico. Las modalidades adoptadas por el imperialismo en cada pas, o igrupo de pases, imponen puntos particulares que, adjetivos, no varan el modo y manera de resolver el problema del conjunto, contineltalmente.

Concretando. El sistema " E n esta lucha antimpePor Rafael Blanco econmico, el crecimiento rialista nos acompaan y acompaamos a todas las clases y pueblos progresivo y constante de los grandes trusts oprimidos del mundo. Frente al imperialis- y carteles yanquis, hacen que la plutocracia mo, frente a las fuerzas esclavizadoras, a las yanqui ample su radio de accin a costa de oligarquas financieras, frente al Panameri- la libertad poltica y econmica de nuestros canismo tutelar y filo imperialista, frente a pueblos. E esta tarea de absorcin arroUala doctrina Monroe, nuestra voz de orden es dora sus mejores y ms firues instrumentos Amrica Latina para los latinoamericanos. son las tiranas y clases parasitarias nacioFrente a Jas clases y pueblos oprimidos, fren- nales. Despojar a stas del poder poltico y te a los productores, a los explotados, Am- de sus privilegiadas posiciones econmicas, rica Latina tiene que ser para la humanidad. socializando las riquezas, las vas de comuPara la humanidad de productores y hom- nicacin, transporte, etc., por la implantabres libertados. Amrica Latina estar ce- cin de un rgimen socialista; constituir una rrada a los esclavos y a los esclavizadores". fd'racin de los pases latinoamericanos 11174

bertados; entregar el Canal de Panam al libre trnsito del mundo; abolir la Enmienda Plat, los tratados Briand-Chamorro, Taft, etctera, he aqu la misin histrica formidable del A. P. R. A. Para lograrlo es preciso la cooperacin decidida y entusiasta de todos aquellos sectores sociales obreros, campesinos, maestros, intelectuales, estudiantes revolucionarios que son los nicos capacitados para precipitar el perodo violento de la defensa de nuestras oberanas, del rescate de las ya perdidas y de conquistar el puesto al sol de la justicia social, que es anhelo fervoroso de las masas explotadas latinoamericanas.

No hemos intentado otra cosa que una rpida sntesis de las finalidades y proyecciones del A. P. B. A. Fenmeno vertebral el del imperialismo para la Amrica Latina, exige un estudio sereno, meditado y amplio para ser analizado en sus manifestaciones plurales, en los resortes y vlvulas que posee a su servicio, y lo que es principal, para el planteo integral de la forma con que ha de ser afrontado y resuelto. E n ocasin prxima, para puntualizar con mayor detenimiento la arquitectura de este Partido Antimperialista qeu es el A. P. B. A., su programa y horizontes. Esteban PAVLETICH.

EL PRSJUICIO

EN

NU6STRA...

<>4 R

' N U E V O

(Continuacin de la pg. 162)

(Continuacin de la pg. 158)

cimiento con que pretende aristocratizrseles! Guando los propios artistas practican este conformismo rutinario es posible exigir catadores inquietos e inquietantes dos cualidades que debe reunir todo auditorio inteligente, que efectivamente colabore en el espectculo artstico. El auditor recibe lo que el autor le 'brinda, y como no suele hallar trmino de comparacin, aprueba. El msico, alentado por la aprobacin expresa o tcita, entusiasta o tibia, insiste, y as se forma el crculo vicioso en que se halla inscripta nuestra cultura musical y del cual pretenden desplazarla algunos msicos de vanguardia, para enclavarla de una vez en el cuadrante de la poca. Irritabilidad ante el prejuicio! He ah lo que falta en nuestro medio, no ya en el orden musical, sino en todos los rdenes: en el esttico, en el tico, en el poltico. Todo el arte actual es el resultado de esa epopeya homrica que es la lucha del hombre contra el prejuicio, peasco de mil puntas contra el cual se quiebran las marejadas de las intenciones y se deshace muchas veces en fut espuma la ola en cinta de amenazas. Pero es (preciso in-

mover las fibras ms ntimas del indio mexicano que siente, despus de cerca de cinco siglos de vejaminosa postergacin y de humillaciones, reanudarse en ellas las voces ancestrales de la cultura aborigen, germen fecundo para toda empresa de amplitud continental. Y como un esfuerzo ms y una contribucin ms a esta empresa, para servir un alto ideal de cultura, no para halagar el narcicismo de una minora egosta y recelosa, de una seleccin aristrquica, es, que " 1 9 2 7 " origaniz y patrocina esta exposicin que hoy clasuramos. Porque " 1 9 2 7 " es, en realidad, obra de minorias, pero no de selecciones, puesto que toda nuestra bandera y nuestros ideales, de amplitud continental, de ambiciosa superacin local, sean pronto la bandera y los ideales triunfantes de una compacta mayora. Mart CA8AN0VAS.

sistir, como insiste la ola, que acaba horadando y conformando, con sus innumerables dedos monstruosos, los acantilados de la costa. Francisco ICHASO. 175

Letras
MABCO M I L L I O N S , por Eugeae O'Neill, N e w York, Bonl and Iiiverigbt. Uno de los grandes escritores norteamericanos que Cuba debe conocer ms que por meras referencias periodsticas, es el poderoso dramaturgo Eugenio O 'Neill, a quien como a Dreiser, a Sinclair Lewis, a Anderson, a W a 1 d o Pranck, a Mencken- Europa ha tributado y a subidsimo elogio. Eugenio O'Neill, justamente calibrado por la ms rigurosa crtica inglesa y alemana como uno de loa creadores escnicos ms formidable de la hora actual, es el autor de " T h e H a i r y A p e " , " Anna C h r i s t i e " , " D e s i r e under the E l m s " , " T h e Emperor J o n e s " y otras obras teatrales de extraordinaria intensidad y estimulante realismo. Entre sus notabilsimos sketches dramticos destcase el titulado " l u the Z o n e " , que " 1 9 2 7 " se ha hecho traducir especialmente para el repertoria del " T e a t r o 1 9 2 7 " , prximo a inaugurarse como otra de las actividades colaterales de esta E e vista. L a ltima obra de Eugenio O 'Neill, que an no ha sido puesta en escena, pero se ha publicado en volumen, es " M a r c o M i l l i o n s " . Anunciada como una stira a la guisa romntica contra el craso materialismo del mundo occidental, la obra es, sobre todo, otra tragedia oniliana de frustracin: la Belleza y el Espritu debatindose contra los barrotes de la F a t a l i d a d y de lo Desconocido; el fracaso de un hombre que se detiene en el umbral de un mundo mejor, y no lo sabe. Al hacer de Marco Polo un pragmatista moderno y situarlo en contraste con el mstico Oriente, los Rotarios contra Confucio, logra O'Neill una atmsfera romntica cargada de color y una evocacin do extraas fuerzas espirituales, inmemorialmente viejas, que aguardan todava su plena realizacin. GIBLA (Divagaciones en tomo al misterio de la esttica actual), por Antonio IVIarichalar. Iioctura en el Museo de Arte Moderno. Madrid, 1926. Lo esencial, tal vez, de esta ceida y penetrante conferencia que nos ha llegado con la envolt u r a pulqurrima y en la encabritada tipografa de la Bevista de Occidente, aunque sin denunciar explcitamente esa conexin lo esencial va apuntado ya en el subttulo de ella. Se t r a t a de divagaciones en torno al misterio de la esttica actual. H a y una profunda deliberacin en los vocablos subrayados. Aqul delata el procedimiento; ste, la capital intencin. Uno, el arco; otro, el blanco. O, p a r a decirlo con la receta, aqul seala la forma de la exposicin, mientras ste deja adivinar inmediatamente su fondo. Por lo menos, su conviccin inicial. El seor Marichalar parte, como se ve, de un valeroso reconocimiento: el cartecr arcano, recndito, misterioso de la esttica actual. Joven meditador de contactos gassetianos, no incurre, sin embargo, en la pretensin inexorablemente racionalista que sospechamos en su Maestro; no se empea en que la esttica sea cosa perfectamente explicable, susceptible de diafanizaciu lgica. Al contrario. Roecuoee desde el primer momento que estamos en presencia de un fenmeno inaccesible a los conceptos y que, por consiguiente, todo esfuerzo de razonamiento explicativo, de explanacin directa sobre el nuevo goce de lo bello o el goce de lo nuevo Ijello? es vano y ocioso intento. Leccin p a r a los crticos de arte ad usum Delphini. Esta humildad ya es en s aclaradora. Cuando se admito que un misterio es misterio, se est en mejor postura y nimo para penetrarlo. N a d a ha perjudicado tanto la afirmacin desta como el argumento del relojero. Como la Religin, la ostti( a iniova y si vamos a ver, toda la esttica, lia (le sustentarse, no sobre argumentos lgicos, sino Eobrc experiencias vividamente inexplicables. Y, trimbin como la Religin, el arte nuevo ha venido teniendo en los ltimos aos su teologa racionalista, b a s t a n t e ms perjudicial que benfica; porque, al fracasar reiteradamente en el terreno de la lgica, ha sembrado la desconfianza hasta en sus mismos adeptos. Por oso, este misticismo del seor Marichalar nos es grato. Sita la cuestin en un plano reivindicador: en el de la emocin, en el de la intuicin. " S i el misterio se explica dice, deja de serlo. No lo era, mejor dicho. Si lo es, se revela, poro siempre como t a l m i s t e r i o " . j Quiere esto decir que nunca llegaremos a percibir el por qu de las nuevas reacciones estticas? No. El seor Marichalar tiene su fe. Confa on lo que pudiramos llamar el mtodo de la aproximacin amorosa. Cree que el encontrar el misterio " e s , precisamente, cuestin de darle vuelt a s . . . Rondado con amor, se entrega. Se revela, do sbito, un da que, por ventura, nos hemos detenido, al girar, a n t e lugar propicio. Entonces vemos claro de una vez para s i e m p r e " . E s t a conferencia " G i r l a " c o n s i s t e en unos cuantos giros apretados y vidos en torno al misterio. Por eso apunt que. lo de " d i v a g a c i o n e s " , en el subttulo, era esencial y denotaba el procedimiento. Con todo, la palabra no es impecablemente feliz. No podemos pensar en " d i v a g a c i o n e s " sin que nos vengan a mientes los cerros de Ubeda, a los cuales el admiradsimo Ortega y Gasset, por ejemplo, suele hacer tan amenas excursiones. Las divagaciones de Marichalar son, ms bien, rodeos, espirales de cobra en torno a una vctima ideal. No se desva; no se tuerce: va a lo suyo, en crculos de concntrica precisin y metlica firmeza, como las involuciones de un muelle de reloj. Y, apretando apretando, dice cosas agudsimas que stas svaldra la pena publicar en los peridicos p a r a que se enterasen los denostadores del arte a r t o nuevo. Por ejemplo:

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' i g i " a n t e un cuadro m o d e r n o " a l g u n o s espectadores sienten indignacin o risa, es porque no lo son todava; porque no han penetrado en la obra lo suficiente p a r a ponerse en situacin de comprenderla y adquirir el derecho de poder jugar. Existe una aceptacin previa, imprescindible p a r a la ms absoluta condenacin; lo que no puede hacerse es abominar sin haber intentado, a lo menos, 'na g r a t u i t a inteligencia i n i c i a l " , y luego, a prrafo seguido, esto, t a n justo: ' ' L a prevencin contra el arte moderno nace de resistencia indolente a realizar ese primer esfuerzo que exige toda acomodacin. Cualquier obra de Arte moderno, por lo que tiene de t a l precisamente, causa en su pblico una sorpresa. Y t r a s la sorpresa, exige un doble sacrificio: primero, el reconocimiento de tener que aproximarse a l p a r a intentar comprenderlo; segundo, la realizacin de ese esfuerzo. No es la falta de inteligencia lo que impide penetrar el misterio, sino la carencia de humildad y del deseo e l e m e n t a l " . La condena de lo anecdtico-sentimental, no podra expresarse con mas neto perfil que e nesta frmula: " T o d o hombre sumergido en una obra artsE-ugene tica, pierde, de su naturaleza, una p a r t e anloga a la emocin sentimental que d e s a l o j a " , lo mismo que, a B manera, ya haba barruntado el sagacU simo Tefilo Gautier hace tres cuartos de siglo. Pero apuntemos escuetamente dos aciertos ms de esta logradsima lectura: " D o n d e hay seduccin suele haber e n g a o " . " E l verdadero artista moderno busca la estructura y

rechaza el accidente. El hecho slo le sirve en cuanto su apariencia le permita intuir la esencia permanente''. Feliz idea, la de imprimir a p a r t e esta aguda conferencia. Despus de algunas pginas de " El Espec3tt t a d o r " y del reciente por lo menos, p a r a Amrica " I t i n e r a r i o ideal del Arte n u e v o " , de Manuel Abril, que publicara la K. de O., no habamos ledo, en castellano, nada t a n iluminador. Personalmente, agradezco mucho a l seor Marichalar su dedicado envo,J. I C C O N F E R E N C I A S . Apuntes sobro E r o l u d n econmica de Mxico, por J. Silv a Herzog. Impresas en un volumen de r a r a elegancia, nos llegan las conferencias dichas por el Profesor Jess Silva Herzog sobre la evolucin econmica de su pas. Tienen las disertaciones del economista mexicano dichas p a r a la divulgacin de problemas v i t al e s un grande inters p a r a nosotros, espectadores casi indiferentes de nuestro alarmante proceso econmico. Porque, nQ slo es su libro, relacin interesantsima de la historia econmica de Mxico e informacin oport u n a p a r a quien v i v a atento a la fuerte pugna que so est librando hoy en el O'Neili pueblo hermano, sino t a m bin dato precioso para los pases que, como Cuba, se ven atacados en su vitalidad econmica por elementos extraos de incontestable fuerza. A la gente nueva, que se preocupe por algo ms que el Comit de Barrio y la ltima hazaa de Paulino Uzcudum, recomendamos la lectura de estas Conferencias.

EN

EL

CENTENARIO...

(Continuacin de la pg. 165)

llaga", al "hermano Dolor". Virtud heroica, virtud de privilegio celestial, la resignacin nos es ingrata en cuanto nos prohibe rebelarnos contra todo aquello que, por ser obra del hombre, es tambin error del hombre, rectificable por el hombre mismo. De aqu la inconformidad juvenil, perenne grito de protesta, no contra los designios proviO

denciales o csmicos, superiores a nuestra fuerza y comprensin, sino contra los vicios del orden humano, contra lo que, desde Cristo y antes de Cristo, ha impedido que "venga a nos el tu Reino." i Y cmo no haba de estar San Francisco con esta dolorida impaciencia humana l, que fu tan hombre en su santidad si no fuese por que las visiones celestiales le arrebataban continuamente al espectculo del mundo? M 177

19 2 7"
PARA JUNIO: Exposicin de " A r t e Nuevo" en Matanzas, patrocinada por el "Grupo Minorista" de aquella ciudad. Conferencias de Marti Casanovas, Francisco Ichaso, Pedro Sanjun, Jorge Maaeh y Juan Marinello. Del 19 al 30. PARA JULIO: Del 2 al 19.Exposicin de dibujos de los alumnos del Instituto Nacional de Sordomudos. Conferencias de Eduardo Segura y Mart Casanovas. Sbado 9, a las 9 p. m.Conferencia de Medardo Vitier: "Observaciones sobre la prosa en la literatura cubana". Sbado 16, a las 5.30 p. m. Concierto de ' ' Msica Nueva'', por el cuarteto de la "Orquesta Filarmnica", dirigido por Amadeo Boldn. Exposicin de " A r t e Nuevo" en Crdenas.

BevJsta de avance, en cuadernos de treinta 7 dos pginas. LO QU HEMOS HEOHO: celebrado con xito rotundo, la primera exposicin colectiva cubana de Arte Nuevo. conmemorado, nosotros solos en la Habana, el tercer centenario gongoriano, con la conferencia de Francisco Ichaso, "Gtngora y la nueva poesa", la conferencia de Jorge Maaeh, " L a Nueva Esttica", la conferencia del Maestro Pedro Sanjun, "iExiste la verdad tnica en artet" LO QXn: HAIU5M08 "Editorial 1927". Editaremos, de uuia manera regular y peridica, libros y folletos seleccionados con escrupulosa exigencia. Estas ediciones se harn mediante previa suscripcin, al precio estricto de su costo. "1927. Msica Nueva". Preparamos una serie de conciertos mensuales de "Msica Nueva", a cargo de elementos de la "Orquesta Filarmnica". "1927. Teatro de A r t e " . Muy en breve ,el teatro de " 1 9 2 7 " dar sus primeras representaciones, contando para ello con el concurso de nuestros escritores, msicos y pintores de vanguardia, "1927. Conferencias". Mensualmente daremos por lo menos una conferencia pblica. ' ' 1927. Exposiciones de a r t e ' ' . Clausurada la primera exposicin de " A r t e Nuevo", organizamos nuevas exposiciones parciales. LOS SU8CRIPT0EES DE " 1 9 2 7 " GOZABAN DE VENTAJAS PBEFEEENTES. SECNDENOS! 8USCBIBASE! ANUNCESE 1 Cuota trimestral: $1.00. PROGRAMA PARA JTJNIO: Mircoles 1, a las 9 p. m.: Conferencia de Mart Casanovaa. Tema " A r t e Nuevo". Clausura de la exposicin. Del 20 al 30: Exposiciones Pierre Flouquet y Diego Bivera. Conferencias do Luis A. Baralt y Alejo Carpentier. Sbado 25, a las 5.30 p. m.: Conferencia de Alfonso Bosado Avila, organizador del ' ' Sindicato de Periodistas " de la Ciudad de Mxico. Tema: " L a Federacin de artes grficas de Mxico". Local para estos actos: "Asociacin de Pintores y Escultores" Fiado 44.

" 92.-7.

EDITORIAL"

Preparamos nuestras primeras ediciones, cuya publicacin se har mediante previa suscripcin, con tiraje limitado, al precio estricto de su costo. " 1 9 2 7 " con esta empresa, se propone facilitar la publicacin de obras cubanas y fomentar, en Cuba y fuera de Cuba, el libro cubano. Un criterio severo de seleccin la presidir. Se trata, pues, de una empresa cultural absolutamente desinteresada. El precio de nuestras ediciones no exceder nunca de un peso, y no se editar ms de una obra mensual. Llene el aviso que figura al pie, y recibir las ediciones " 1 9 2 7 " al precio de su costo. "GONOORA Y LA NUEVA POESA" por Francisco Ichaso ser la primera publicacin de nuestra Editorial. Sr. Administrador de " 1 9 2 7 " : Srvaae mandarme las obras publicadas por la Editorial 1927, al precio de costo, a medida que vayan apareciendo. Nombre . Direccin

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Ribera Chevremont no es una labor comn; es labor excepcional, porque marca rumbos e impulsa. Su produccin tiene perfil propio, atmsfera propia, lejos do la l i t e r a t u r a de antecedentes y de las imitaciones de ltima h o r a " .

E X P O S I C I N J O S SEGtJEA. Segura caminaba con. un fardo abrumador de ciencia y sabidura pictricas. Por mucho tiempo forceje por ah, obstinadamente; en realidad, la tcnica de Segura avanzaba, y era cada da ms hbil y segura. Pero, este cmulo de sabidura j p a r a qu le serva? i Qu iba a expresar y a decirnos con ella Segura, fatalmente, como todos cuantos hacen de la tcnica su nico baluarte y el nico incentivo de su arte, tena el correccionismo como supremo ideal esttico. Y lo persigui tesoneramente, con constancia obstinada. Pero lleg, fatalmente, a un lmite infranqueable: porque cuando el pintor se da cuenta de que la tcnica le ha dado todos sus secretos y n a d a le queda a descubrir, se pregunta qu se har con este tesoro y cmo a d m i n i s t r a r esta riqueza, pacientemente acumulada. Y entonces, ve que le est dando vueltas al vaco y que su a r t e es hueco, falto de emocin, aunque maravillosamente revestido y disfrazado. El a r t i s t a que no siente la punzada de la inquietud, se conforma, y sigue: Pero Segura, que no se cuenta entre ellos, un buen da se hizo estas preguntas. Y como no supo qu contestarse, prob, tante, no muy seguro de lo que iba a hacer y de lo que persegua. {Resultado f Sus obras en la exposicin de " 1 9 2 7 " ; posteriormente, las de la ltima poca, que figuran en su exposicin actual. Obras simples, honradas, sin argucias ni habilidades, de una gran claridad expresiva: obras que con sobriedad y una gran simplicidad de lnea y do color, traducen intensamente, una emocin viva, palpitante, inquieta, que jams hubiera alcanzado Segura de no variar sus rumbos. Y este da, un buen da, ante lo inesperado, se sorprendi, l mismo, al ver surgir, ungidas de pureza, entre el frrago intil de su lastre pictrico, estas obras, de una emocin t a n sincera, que l mismo no poda sospechar ni presumir, y le sonaron a milagro y a maravilla.M. O. VOBTICE.Casi simultneamente a " 1 9 2 7 " , apareci en P u e r t o Rico un peridico quincenal, vanguardista, " V r t i c e " , dirigido por Emilio B . Delgado. E n t r e sus colaboradores, merece sealarse la firma de E v a r i s t o Ribera Chevremont, del cual, dcese en la publicacin portorriquea: " L a labor de

Excelente revista, nos parece demasiado abstracta, excesivamente etrea, sin empearse ni darse a fondo a la visin de problemas concretos, locales, apremiantes. Tal vez, se nos antoje un poco fuera de ambient. Sealemos, empero, la feliz coincidencia de la aparicin simultnea de fuerzas vanguardistas, cantantes y responsables en las dos repblicas antillanas, demostracin fehaciente de que palpita en nuestras latitudes un lito y una aspiracin comn, y un propsito conjunto de nobilsima y esforzada superacin. [Salud, camaradas! D I B U J O S D E L I N S T I T U T O N A C I O N A L DE SORDOMUDOS. Patrocinada por " 1 9 2 7 " , el 2 del prximo mes se abre, en la Asociacin de Pintores y Escultores, una exposicin de dibujos del " I n s t i t u t o Nacional de S o r d o m u d o s " , que dirige el doctor Eduardo Segura. Podemos anticipar que esta exhibicin ha de revestir un gran inters, pedaggico y artstico. Los dibujos infantiles son de una fuerza suf;estiva, por la intencin expresiva que en ellos pone el pequeo, concretando, grficamente, sus imgenes y sensaciones. Este inters se hnce ms evidente en estas pequeas obras de la escuela de sordomudos; se ve en ellas la tragedia latente, el esfuerzo intenso del nio que, incapaz de producirse verbalmente, pone en las lneas un vigor intenso y sostenido y una apasionada obsesin, jiara lograr expresarse a travs de aqullos. El drama se traduce en cada uno de sus rasgos, firmes, recios, acusados con fuerza y vigor. La exposicin ser sumamente n u t r i d a . El da de su apertura, el doctor Eduardo Segura, director del Instituto, y Mart Casanovas, pronunciarn unas breves palabras sobre el valor, pedaggico y artstico, respectivamente, de estos dibujos escolares. " F O R M A " . R e c i b i m o s el tercer nmero de esta admirable revista de artes plsticas mexicana, dirigida por Gabriel Fernndez Ledesma. Artculos de Diego Rivera, Fernndez Ledesma, doctor Atl, y magnficas reproducciones.

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lia Escuelita de San Alejandro "'bombendose": " L a clase de Paisaje la explica el culto profesor y director de la Escuela, Armando Menocal, poeta, veterano de nuestra guerra de Independencia y dilett a u t i de astronoma.

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' ' L a escuela desde entonces se ha consagrado a la enseanza del arte clsico, sin desdear las corrientes modernas que han innovado la pintura, con caracteres t a n vigorosos como Komaach y otros. Eso si: se ha levantado siempre como una muralla, al loco avance del ' f u t u r i s m o " , de la p i n t u r a dislocada, de esas manchas carentes de sentido comn y de belleza, que de tiempo en tiempo, como accesos vesnicos han divertido a la h u m a n i d a d " .

sell, Bosalba

valores de especulacin o artculos cuyo valor comercial se acrece con los aos, los acuarelistas hubieron de verse hasta hace poco auatematizados con mayor encono y despecho que lo fueron en su tiempo aquellos primeros adalides del Pastel, y cuyos nombres han resultado inextinguibles f a r o s : Quintn de la Tour, P e rronneau, Chardin, RuGarriera...." J u a n E. Hernndez Oir, Director Greneral de Bellas Artes.

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* *

" E l Prncipe A z u l " , en "Unin N a c i o n a l i s t a " : ' ' Deambulando insomne el alma, sin saber cmo, atravesamos un pedazo de la H a b a n a a n t i g u o : la Plazoleta de la Catedral, ese lugar que nos evoca agri-dvlces reminiscencias de algunos meses ha, cuando, desde uno de log balcones del vetusto edificio de " L a D i s c u s i n " donde tambin hemos dejado girnos de alma, de ensueo y nuestras energas en lo annimo del periodismo militante, durante la alta noche filosofbamos observando siempre la mole arcaica, imponente, que se levanta en medio de las sombras de la noche con sus dos torres como brazos extendidos en una como plegaria a Dios, de la Catedral, dbilmente a l u m b r a d a por los escasos faroles de gas y alguno que otro de luz v o l t a i c a " .

" U s t e d cita a Komaach y a su "Convalescient e " como prototipo de lo anecdtico, qu error, mi amigo!, cuando todos sabemos que su renombro lo debe ms especialmente a ser un gran colorista y pintor e m i n e n t e m e n t e tcnico, cualidades stas que pertenecen a la parto plstica de sus obras, siendo por lo mismo s t a s mucho ms plsticas que anecdticas". Manuel Vega en "Diario de la Marina".

" E s t e acercamiento del astro no trae aparejado absolutamente ningn cambio en la t i e r r a : no es ni puede ser responsable de terremotos, temporales u otros trastornos, productos de la imaginacin popular". De una nota del Observatorio Nacional

* *

" L a s enfermeras cubanas tendrn su clnica! La piedra que les sembraron antier, germinar, seguramente y dar sus flores de bendicin y sus frutos de u t i l i d a d " . Flix Callejas en: " E l M u n d o " .

De una conferencia de Gabriel O-arcia Oaln: ' Oid lo que escribiera el genial novelista espaol, el dichoso autor de " A l c a l de los Z e g r e s " , el insigue acadmico Eicardo Len, y dejadme terminar con esas sus palabras, maravilloso bouquet de gardenias y jazmines que deposito a vuestros pies, en esta t a r d e de poesa y a m o r " .

* *

" A v e c i n n d o s e el ciclo de fiestas sociales en los Clubs que tienen la fortuna de erguirse a orillas del m a r . . . " De una circular de " L a Casa G r a n d e " .

* *

" P e r o como el hosco Cerbero receloso, gemelo del bblico Becerro, queda en pie y contrae sus retorcidos' msculos, abriendo su triple fauee al soplo corruptor de un siglo que hace de las obras de a r t e

" D a r o y Lugones, grandes poetas, en su afn de saltar las barreras de lo establecido en busca de nuevas formas, caen en prosasmos desesperantes, verdaderos arrebatos de dipsmanos, que, con grave detrimento del arte, son, precisamente, los que ms imitadores han d e s p e r t a d o . . . " . \ Del discurso de ingreso de Miguel ngel Caxbonell a la Academia Nacional de Artes y Letras.

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DE. F E R N A N D O OBTIZ San Ignacio N'? 40.Habana. DR. L U I S MACHADO Obrapa Ne 19.Habana. DR. M A R I N O LPEZ BLANCO H a b a n a N? 91.Habana. DR. MARIO L M A R Cuba Nos. 76-78.Habana. DR. ALBERTO J U N C O Y A N D R E Tejadillo 34-C.Habana. DI. F L I X GRANADOS guila No 72.Habana. DR. CARLOS GARATE B R U Cuba No 19.Habana. DR. MARIO F O N T Presidente Zayas N P 7 2 - C . H a b a n a . DR. EDUARDO ESCASENA Y QUILEZ M a n z a n a de Gtmez No 549.Habana. DB. E L I G I DE L A P U E N T E Empedrado No 34.Habana. DR. E R N E S T O DIHIQO DRES. ROSALES Y L A V E D A N Edificio I>a Metropolitana Presidente Zayas y Perfecto Lacoste.Habana.

DR. R E N E P R E Z A B B E U Empedrado No 16.^Habana. DR. SANTOS J I M N E Z Y ZAMORA H a b a n a No 89.Ciudad. DE. J O S LORENZO C A S T E L L A N O S Edificio L a Metropolitana No 309.Ciudad. DR. ALBERTO feLANCO

Manzana d e Gtmez Nos. 524-525.Habana. DR. E U G E N I O CANTERO (HIJO)

M a n z a n a de Gmez No 248.Habana. DE. N G E L V E I G A Edif. L a Metropolitana, Dpto. No 540.Habana. DR. J U A N L U I S G E L A B E R T Banco Nova Scotia No 321.Habana. DR. REGINO TRUFFIN

uba No 78, Dpto. No 401^^Habana. DB. M A N U E L DOETA Y DUQUE Edif. L a Metropolitana No 333.Habana. DR. GASPAR B E T A N C O U R T M a n z a n a de Gmez s|n.Habana. DE. DOMINGO M N D E Z CAPOTE

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126

EL ARTE
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