Actividades 3 Oratoria

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Principio estructural La oralidad es un principio fundacional del procedimiento, un principio

que informa y estructura cualquier procedimiento, alterando de manera sustantiva la


forma, y disponiendo cuál será el papel que ésta cumplirá en el marco de la tramitación de
los casos penales. En otras ocasiones, cuando estamos ante pequeñas reformas de la
legislación sustantiva o formal, la oralidad queda fuera de la escena y, con ello, se pierden
fructíferas posibilidades para la regulación y tratamiento de los problemas
jurídicos produce como consecuencia una pérdida del sentido de la función sustantiva que
la oralidad aporta a todo marco regulatorio de un procedimiento concreto. Es un modo de
producir decisiones que se caracteriza por imponer ciertos principios sustanciales en el
método de toma de decisiones jurisdiccionales. Principios tales como la inmediación, la
celeridad, la concentración, la continuidad y, especialmente, la publicidad, adquieren un
vigor inusitado mediante la oralidad, determinando el contenido de las decisiones que se
toman en un contexto oralizado, elevando la calidad de sus decisiones . En este contexto,
debemos analizar las consecuencias que la oralidad aportaría a la discusión de cualquier
problema jurídico, antes que dejarla como tema de discusión para momentos
fundacionales
Oralidad y derecho internacional
es una exigencia derivada del derecho internacional de los derechos humanos. En efecto,
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece, en su art. 14.1: Todas las
personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho
a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier
acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus
derechos u obligaciones de carácter civil. En este sentido, se ha señalado que es de
“especial importancia en la materia la doctrina del Comité [de Derechos Humanos de
Naciones Unidas] que considera el procedimiento penal escrito incompatible con el
derecho del acusado a un proceso público” y que “la opinión del Comité, reiterada
subsecuentemente… se aplica a todo proceso penal escrito” . En síntesis, el principio de
oralidad de los juicios penales tiene jerarquía de norma imperativa para el legislador y no
puede ser materia de transacción. el procedimiento penal, al menos en lo que se refiere a
su etapa de juicio y sentencia, debe ser oral y público, pues se considera que el
procedimiento escrito no cumple con las exigencias impuestas por el Pacto Internacional.

Oralidad como instrumento


la oralidad es un instrumento, un mecanismo previsto para garantizar ciertos principios
básicos del juicio penal. En especial, ella sirve para preservar el principio de inmediación,
la publicidad del juicio y la personalización de la función judicial” . La relevancia de la
oralidad, en este sentido, es que ella se confunde con los principios que la caracterizan.
De allí su especial importancia. Lo que no se puede dejar de lado, sin embargo, es que la
oralidad da contenido a estos principios, y, por ello, no es un instrumento neutro: “Esta
importancia de la oralidad proviene del hecho de que ella es el único modo eficaz que
nuestra cultura ha encontrado hasta el momento para darle verdadera positividad o
vigencia a los principios políticos mencionados. ¿De qué nos valdría proclamar la
publicidad, la inmediación o la personalización de la judicatura, si luego no tenemos
medios eficaces para ponerlas en práctica? Al ser condición necesaria de la eficacia de
estos principios, la oralidad se convierte en un instrumento de primer orden y con esa
importancia debe ser estudiado” . La oralidad, en consecuencia, es un modo de
comunicación, esto es, un método de ingreso de información y de discusión en el marco
de un procedimiento, y, también, es mucho más que ello. En este punto, sus
particularidades permiten que la oralidad opere como cristalización de una serie de
principios políticos estructurales del procedimiento penal. De allí la especial relevancia de
la oralidad, a pesar de su carácter instrumental.

EL PROCEDIMIENTO DE PARTES
el procedimiento puede ser organizado como procedimiento de partes, esto es, donde la
actividad procesal depende casi exclusivamente de la iniciativa de acusador y acusado, o
como procedimiento a cargo del tribunal, donde éste juega un papel protagónico en la
conducción y desarrollo del procedimiento y de la actividad procesal. Cada modelo de
procedimiento acarrea un modelo de oralidad. En este sentido, la oralidad que en mayor
medida realiza el principio de inmediación, el principio de la publicidad del juicio y la
personalización de la función judicial, es, indudablemente, la oralidad propia del
procedimiento de partes.

El rol de las partes en el procedimiento


puede ser descripto sintéticamente como un sistema procesal que depende de un órgano
neutral y pasivo que determina los hechos controvertidos —tribunal o jurado— para
resolver litigios sobre la base de la información presentada por las partes enfrentadas en
un procedimiento formal El procedimiento de partes no puede ser considerado como una
simple técnica procesal o conjunto de técnicas. Se trata de una estructura conceptual
vinculada a distintos mecanismos procesales interconectados entre sí, cada uno de los
cuales reviste real importancia para el proceso como un todo. La idea central del
procedimiento de partes consiste en que como resultado del enfrentamiento de los
elementos de prueba y alegatos presentados por las partes, enfrentadas en un contexto
forense altamente estructurado en el marco del procedimiento, es más probable obtener la
información a partir de la cual un juzgador neutral y pasivo podrá resolver el conflicto
litigioso de manera tal de que sea considerada una solución aceptable tanto por los
litigantes como por los miembros de la comunidad . Los elementos centrales del
procedimiento de partes son, entonces, los tres siguientes: a) juzgador neutral y pasivo; b)
información y alegatos presentados por las partes; y c) complejas reglas que organizan el
procedimiento. El objeto del procedimiento, según se afirma, consiste en la determinación
de la verdad acerca del hecho motivo del litigio. El reconocimiento de que el objeto del
procedimiento consiste en la determinación de la verdad, sin embargo, no impide que los
estadounidenses sólo consideren que se trata de un método posible para realizar ese fin,
y no el único:
consiste en la responsabilidad de las partes en la presentación del caso. Los litigantes
definen la cuestión litigiosa que someten a decisión —delimitando el objeto del
procedimiento—, presentan la prueba que demuestra su versión de los hechos, e
introducen los argumentos referidos a la solución jurídica que pretenden. Esta
circunstancia evita que el juzgador se involucre personalmente en el enfrentamiento de los
litigantes. También anima a las partes a presentar sus pruebas más convincentes y a
concentrar la actividad procesal en las cuestiones de mayor importancia, aumentando la
posibilidad de obtener una decisión ajustada a sus necesidades . La exigencia de
participación activa de los litigantes implica que ambos cuenten con idénticas
posibilidades en la presentación del caso. En el procedimiento penal
—acusación y defensa— se enfrentan como iguales, “fuerza contra fuerza, recurso contra
recurso, argumento contra argumento” . La intervención activa de ambos litigantes
también se justifica en la idoneidad del método para aumentar las posibilidades de
determinar la verdad. La Corte Suprema federal ha señalado que si los veredictos se
fundaran en una presentación parcial o especulativa de los hechos se frustrarían los fines
de la justicia penal . El procedimiento de partes no podría funcionar sin la regulación de la
presentación ordenada de hechos y argumentos que brinda a cada parte una oportunidad
justa para reunir y presentar prueba que contradiga o explique el caso del oponente. El
juicio penal ha sido definido —del mismo modo que el juicio civil— como un proceso de
búsqueda de la verdad que, en general, será exitoso en la medida en que ambas partes
cuenten con idénticas oportunidades para obtener la información útil para la determinación
de la verdad . El fiscal es considerado una parte porque recurre a la justicia para ejercer la
acción penal pública. Su actividad procesal es expresiva de un interés —en la persecución
penal— que, a pesar de ser público, debe ser controlado judicialmente, pues no se puede
confiar en que un agente interesado —particular o estatal— actúe objetivamente para
juzgar sus propias decisiones persecutorias. En síntesis, los litigantes se enfrentan como
adversarios en una suerte de batalla legalmente regulada. La teoría de esta justicia de
partes se funda en la suposición de que el mejor modo de descubrir la verdad es aquel en
el cual cada parte disputa tan duro como puede, con un ánimo partisano vehemente, para
dirigir la atención del juzgador hacia los elementos de prueba que lo favorecen. La
presentación de los puntos de vista de cada parte ayuda al juzgador a considerar todas
las peculiaridades y matices del caso, al mismo tiempo que reduce la disputa al focalizar
la atención en los problemas centrales, evitando un litigio adicional sobre cuestiones no
trascendentales . La tercera característica del procedimiento de partes consiste en un
complejo conjunto de reglas que organizan la actividad procesal. Este conjunto elaborado
de reglas organiza las distintas etapas del procedimiento y la actividad probatoria.
Adicionalmente, se regula el comportamiento de los abogados a través de reglas de ética
profesional. Las reglas de procedimiento estructuran un ámbito de confrontación
altamente contradictorio en el cual se enfrentan las partes. La confrontación de las partes
determina la introducción de los elementos de prueba sobre los cuales se fundará la
decisión y reduce la oportunidad de que el juzgador asuma funciones investigativas
independientes potencialmente prejuiciosas o parciales . La actividad probatoria está
sujeta a un complejo y elaborado conjunto de reglas tendiente a incorporar elementos de
convicción relevantes y confiables. La prueba no confiable o engañosa es excluida, del
mismo modo que aquella que representa un serio peligro de generación de prejuicios
injustos contra una de las partes . Las reglas pretenden preservar la neutralidad y
pasividad del juzgador, y permiten a ambas partes controlar el proceso de producción de
la prueba. El juez se limita a decidir sobre la admisibilidad de la prueba, y no puede elegir
las piezas de convicción que considere apropiadas si éstas no han sido ofrecidas por las
partes . En este contexto, para evitar la actitud de los abogados de ganar a cualquier
precio, las reglas de ética profesional controlan su comportamiento. La existencia de estas
reglas condujeron al establecimiento de tribunales de alzada para garantizar que las
partes y los jueces las respeten. Estos tribunales no sólo revocan las decisiones que no
aplican correctamente esas reglas, sino que, además, actúan preventivamente,
fomentando su cumplimiento durante el juicio para evitar una eventual revocación
División de la prueba Se debe reconocer que la decisión de dividir la etapa de producción
probatoria en dos momentos, la prueba de la acusación y, luego, la prueba de la defensa
—en caso de que la defensa haya ofrecido prueba—, resulta sumamente razonable. Esta
división cumple diversas finalidades, todas ellas útiles. El debate oral y público es la etapa
central del procedimiento penal, pues él tiene por objeto la decisión de mérito acerca de la
hipótesis fáctica contenida en la acusación. La división establecida por el ordenamiento
legal citado, en este sentido, resulta manifiestamente útil para cumplir ésa y otras
finalidades. Por un lado, la producción de toda la prueba de la acusación durante la
primera etapa del debate cumple la función de contribuir al mejor esclarecimiento de la
verdad, pues permite a la acusación una mejor presentación de su hipótesis acerca de la
eventual comisión del hecho punible que se persigue. De esta manera, el órgano
acusador tiene la posibilidad de presentar su hipótesis fáctica y, además, los elementos de
convicción que le brindan sustento, todo ello de manera ordenada. Así, es el órgano
acusador quien construye el relato sobre el hecho objeto del proceso y lo expone ante las
demás partes y, simultáneamente, ante el juzgador. En su narración, la única interferencia
que lo afecta consiste en las posibilidades de la defensa de controlar la credibilidad y
confiabilidad de los elementos de convicción incorporados al juicio público. Además, esta
división de la actividad probatoria de las partes contribuye a simplificar el trabajo de la
defensa. La actividad defensiva se facilita en la medida en que antes de que la defensa
incorpore al juicio la prueba que hubiere ofrecido, logra tener en claro el cuadro probatorio
al que se enfrenta y, además, la importancia relativa de cada uno de los elementos de
convicción que dan sustento a la acusación. De esta manera, el ejercicio del derecho de
defensa se torna efectivo, pues la actividad procesal del defensor es determinada por una
estrategia definida a partir del análisis íntegro del peso relativo de cada uno de los
elementos de convicción incorporados por la acusación. Es esta idea, precisamente, la
que funda la decisión establecida aun en los códigos más inquisitivos, tales como el CPP
Nación.
CONCLUSIONES PROVISORIAS A continuación enunciaremos unas breves
conclusiones: • El principio de oralidad, si bien es un principio que podría considerarse
instrumental, también es un principio que estructura sustancialmente el modelo de
enuiciamiento penal. En este sentido, el principio de oralidad es un principio realizador del
principio de inmediación, del principio de publicidad y del principio de personalización de la
función judicial.
• Es un hecho que las modernas exigencias del Estado de derecho y del derecho
internacional de los derechos humanos exigen la oralidad de los procedimientos en
materia penal —al menos de sus etapas de juicio y sentencia—.
• El principio de oralidad puede ser regulado de diversas maneras. En la actualidad, se
considera más apropiado regular el principio de oralidad de modo tal de permitir la plena
realización del principio de inmediación, del principio de publicidad y del principio de
personalización de la función judicial.
• Un modo de determinar la calidad de oralidad de un procedimiento consiste en analizar
las facultades que tienen las partes y la regulación de la actividad probatoria.
. • A mayor contenido acusatorio del modelo de enjuiciamiento y a mayores facultades
atribuidas a las partes, mayor la calidad de la oralidad.
• Más allá de los esfuerzos de los diversos procesos de reforma que tienen o han tenido
lugar en los países de nuestra región

La Oralidad en el Proceso Civil


Historia del proceso Civil en Latinoamérica
Fue celebrado por el Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal en Río de Janeiro,
Brasil, a través del Congreso en 1988, este aprobó el Anteproyecto de Código Procesal
Civil Modelo, cuya idea inicial se desarrolló en las IV Jornadas celebradas en Venezuela
en el año 1967, así mismo; continuó en las V Jornadas en Colombia 1970, VII Jornadas
en Guatemala 1981 y en las VIII llevadas a cabo en Ecuador en 1982. Este anteproyecto
antes aprobado, fue del efecto de una corriente de procesalistas de varias partes del
mundo que coincidieron en la necesidad de un proceso más ágil y más cercano al
individuo, también, con este resultado, se esperaba buscar soluciones que se desprendían
de esta rama del derecho. Por lo que, estos para integrar este proceso, deciden que es
preciso que se instalen en los diversos países de Latinoamérica, los sistemas procesales
uniformes.
Cabe mencionar, que, para iniciar este proyecto, fue necesario tomar en cuenta la realidad
latinoamericana, los cuales, son considerados como diversos factores que se encontraban
afectando al lugar; entre ellas se están; carencias económicas, técnicas y materiales y sus
características, la escrituralidad, falta de inmediación, el desarrollo desconcentrado y en
fases preclusivas, las fuertes limitaciones de los poderes del Tribunal. Estas en ese
tiempo producían muchos efectos, los cuales no permitían una justicia rápida, que la
hacían demasiado burocrática, e incomprensible para el justiciable, por loque; era difícil
cumplir con los requerimientos mínimos de nuestra época, en una materia tan importante
como el proceso.
Uno de los procesos, que desde su inicio adoptó la escrituralidad, fue el proceso
ecuatoriano, el cual, tiene en sus orígenes el sistema romano, que fue reproducido en las
Siete Partidas españolas del año 1265. Este derecho procesal español se introdujo en el
continente americano y específicamente en Ecuador desde la época colonial. Así mismo;
fue avanzando En la época republicana la Ley de Enjuiciamiento Civil española de 1855,
de la misma raíz de las Siete Partidas, pero reelaborada, también este sirvió de base para
las leyes de Procedimiento Civil del Ecuador.
Así mismo; de igual forma, para muchos países, esta rama ha sido utilizada e
implementada de distintas maneras, como guía para iniciar un proceso. Actualmente la
reforma más reciente de este proceso, se han mantenido en el sistema escrito. El cual, en
la actualidad, ha perdurado en nuestro país desde siempre, sin tomar en cuenta que la
dinámica del mundo requiere cambios a todo nivel Constituyente, cabe mencionar, que,
esta se dio sobre la base de dos pilares fundamentales, los cuales son:
a) La adaptación de nuestro proceso al Anteproyecto de Código Procesal Civil Modelo
para Iberoamérica y
b) El cumplimiento de los principios que deben regir el proceso.
En procesal Civil algunos Principios son:
Principio de buena fe procesal
Derecho a un proceso sin dilaciones indebidas
Doctrina de los actos propios
Doctrina del retraso desleal en el ejercicio de los derechos
Equivalencia de Resultados
Inmediación y oralidad
Invariabilidad de las resoluciones judiciales
Jura Novit Curia
Legalidad
Motivación de las resoluciones judiciales
Non Bis In Inocencia
Preclusión en Actuaciones Judiciales
Presunción de Inocencia
Principio dispositivo
Principio de Aportación de parte
Principio de Justicia Rogada
Prohibición de Fraude de Ley
Prohibición de Indefensión
Prohibición de Mutatio Libelli
Prohibición de Reforma In Peius
Retroactividad e Irretroactividad
Tutela Judicial Efectiva
Defectos Y Deficiencias De La Escrituralidad
Actual sistema de administración de justicia se caracteriza por lo siguiente:
Los principales principios que deberían regir al proceso civil son ineficientes:
a) Principio de Inmediación: los jueces y tribunales de justicia pocas veces participan en
las actuaciones judiciales esenciales del proceso como en las juntas y audiencias de
conciliación, declaración de testigos, exhibición de documentos y bienes, etc.
b) Principio de Concentración: el desarrollo del proceso es desconcentrado y en fases
preclusivas. Cada acto procesal es independiente y generalmente, el uno se da mucho
tiempo después que el anterior.
c) Principio de Publicidad: el proceso debe ser público para que sea la propia sociedad la
que vigile la actuación de los jueces dentro de los procesos. Esto no se cumple por la
serie de barreras que los propios empleados judiciales crean. Más aún, con las nuevas
adecuaciones físicas de los llamados juzgados pilotos, que impiden que personas que no
sean abogados no puedan ingresar a los juzgados.
d) Principio de Economía Procesal: el proceso debe buscar ahorro de tiempo, energías y
recursos. Ninguno de éstos se da en el actual sistema.
Los juicios son lentos. Por un lado, da origen a que los jueces que inician y tramitan los
procesos, en muchos de los casos no los sentencien y, por otro, que las partes procesales
se desgasten anímica y físicamente, llegando inclusive a angustiarse.

Congestión excesiva de la justicia ordinaria: debido a que el número de causas se


incrementa año tras año, mientras que el número de jueces no, lo que conlleva a que de
un año a otro queden acumulados para resolución más y más causas.

Corrupción: Es generalizado el criterio de que esta existe en la administración de justicia.


Ahora revisemos las ventajas y virtudes de la oralidad.
.
TEMA 1: LA ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL

I.- ¿POR QUÉ LA ORALIDAD EN LUGAR DE LA ESCRITURA?


La escritura en el proceso laboral ha cumplido su rol, y en su momento produjo los
resultados que se esperaban de ella, pero sucede que en la misma manera que el tiempo
de ayer no es el mismo de hoy, en esa misma forma los resultados que dio el
procedimiento escrito en sus inicios, ya no se corresponden con las necesidades de hoy.
Quedarse rezagado y apegado a un método que hace mucho dejó de dar los frutos que se
necesitan, no es tarea de quien pretende seguir el camino consiguiendo más y mejores
cosas, es por ello que aunque la escritura en el proceso fue en cierta forma un medio
solucionador de un problema, ya hoy no lo es.
La oralidad surge por la evidente necesidad de que los procesos laborales sean más
rápidos y sencillos, y que las decisiones emitidas por los Jueces puedan ser lo más
apegadas a la realidad de los hechos, y a la realidad que se vive en estos tiempos.
II.- ¿CÓMO SURGE LA ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL?
Lo que da origen a la oralidad en el proceso laboral es el carácter social del objeto del
Derecho Laboral: El trabajo humano.
La naturaleza de las reclamaciones laborales y las condiciones presumiblemente
precarias de quien demanda es lo que impregna de socialidad al proceso laboral, y hace
que dicho proceso deba ser rápido (celeridad), sencillo (simplicidad), económico
(gratuidad) y tutelar (impulso oficioso).
Si se observa con detenimiento, todos estos elementos están también presentes en el
proceso penal, en donde el hecho del crimen da también un carácter social a los
procedimientos: El proceso está llamado a ser rápido y sencillo (aunque en la práctica no
lo sea); la gratuidad está presente en tanto que el imputado tiene derecho a la defensoría
pública y no hay la obligación de pagar las tasas, impuestos y contribuciones propias del
proceso civil; y hay impulso oficioso, toda vez que los actos de continuidad del proceso
son puestos a cargo del tribunal, a lo cabe añadir que el juez penal goza de un papel
activo en la indagación de la verdad material.
Influencia del proceso penal. – Pero hay algo que el proceso penal tiene – auténticamente
hablando – que el proceso laboral no ha podido exhibir como un punto a su favor: La
oralidad en el proceso. Prueba de ello son las distintas reformas procesales, e incluso
constitucionales, en donde el Legislador ha hecho énfasis para establecer una efectiva
oralidad en el proceso laboral.
Si bien la oralidad en el proceso laboral se origina y justifica en el carácter social de su
disciplina matriz, el Derecho del Trabajo, muy bien podría afirmarse que esa oralidad parte
del ejemplo y experiencias exhibidos por la oralidad del derecho procesal penal.
III.- ¿CÓMO PODRÍAMOS DEFINIR LA ORALIDAD DEL PROCESO LABORAL?
En un sentido absoluto, carácter del procedimiento que no deja ninguna parte a los
escritos (no exige por ejemplo, ningún intercambio de conclusiones escritas antes o
durante la audiencia) y que reposa exclusivamente sobre simples intercambios verbales,
dados principalmente durante los debates en audiencia.
Indica la importancia relativa que reviste el elemento verbal en el proceso, muy
especialmente el de la audiencia, en relación a los intercambios de escritos.
Es muchas veces confundida con el discurso, en tanto que éste constituye, en los
debates, un elemento oral de forma e importancia variables.
IV.- ¿CUALES SON LOS EFECTOS DE UNA ORALIDAD A MEDIAS O PARCIAL?
En algunos países de la región existe lo que llamamos oralidad a medias. ¿A qué se
refiere este término? Bueno esto no es más que una oralidad contenida en parte en la ley,
pero que no se lleva a cabo ni se ejecuta en la práctica.
Es así como muchas reformas laborales introducen cambios significativos en sus códigos,
cambios innovadores destinados a mejorar y a agilizar el proceso laboral, pero que
cuando llegan a la práctica se mantienen siendo procesos netamente escritos.
Es cierto que mejoran un poco con esos cambios o con esas modificaciones, pero luego
de un tiempo vuelven a empantanarse los procedimientos, quedando obligados los
actores a tener que conformarse con un proceso lento y sin ninguna esperanza de
mejorar.
Esta oralidad a medias se da cuando en las reformas introducidas en muchos casos se
quiere complacer tanto a los de la corriente que propugnan por un proceso escrito, como a
los que prefieren el proceso oral. ¿Que resulta?, que en esos casos no se tiene ni un
proceso oral, ni un proceso escrito, sino que lo que se crea es un híbrido entre la escritura
y la oralidad.
V.- ¿SE ADAPTAN LOS JUECES AL CAMBIO DE LO ESCRITO POR LO ORAL?
El proceso oral requiere de muchos elementos que ni siquiera son necesarios en el
proceso escrito. La oralidad es más exigente y requiere de mayor preparación que la
escritura. Es por ello que no sorprende que los primeros en oponerse a la oralidad en la
mayoría de los casos sean los jueces.
Para un juez acostumbrado a leer y decidir desde la tranquilidad de su oficina no resulta
cómodo tener que tomar decisiones rápidas y en frente de todo el público presente en la
sala de audiencia, para él es mucho más fácil tener todo por escrito y decidir en el
momento que más le convenga.
Otra cosa que dificulta la adaptación de los jueces de lo escrito a lo oral, es que tienen
que dedicar mucho más tiempo a su preparación profesional, pues al momento de decidir
no tendrán la oportunidad, ni el tiempo de consultar a un colega o a algún libro que pueda
arrojarle luz sobre lo que se discute.
Para un Juez no es nada agradable tener que fallar y emitir una sentencia poco tiempo
después de haber escuchado las partes sin la oportunidad para el juez de hacer las
respectivas consultas que le permitan preparar y motivar su fallo, sobre todo para un Juez
acostumbrado a tomarse todo su tiempo para emitir sus sentencias.
VI.- ¿ES O NO ES UN PRINCIPIO DEL DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO?
Las diferencias en la Doctrina. – La Doctrina ha debatido mucho entorno a si la oralidad
es o no es un principio del proceso laboral.
Una parte de la Doctrina sostiene que la oralidad es apenas un elemento característico
del proceso laboral, pero que nunca podría considerarse un principio por sí mismo; que los
denominados “principios del proceso laboral” son manifestaciones de un principio
auténticamente superior, el principio protector o tutelar del trabajador.
En cambio, otra parte de la doctrina –diríamos que la más tradicional– reconoce a la
oralidad la categoría de principio del proceso laboral, junto a otros que también considera
principios, tales como la simplicidad, la gratuidad, el impulso oficioso, etc.
Hay un tercer grupo que tampoco reconoce a la oralidad la condición de principio, y que
propone otros principios para regir el proceso laboral
El principio de la oralidad. –Hemos dicho que la oralidad junto a ciertos principios y
elementos del proceso laboral– constituye una de las herramientas para hacer extensivos
al procedimiento los principios que inspiran la parte sustantiva del Derecho del Trabajo,
muy especialmente el principio de la primacía de la realidad sobre lo escrito, y el principio
protector o tutelar del trabajador.
No obstante, el hecho de ser un instrumento que hace posible la aplicación de otros
principios, no le quita a la oralidad su condición propia de principio, dado que hay normas
y situaciones de hecho dentro del proceso que se inspiran directamente en la oralidad.
La oralidad es por sí misma una fuente de derecho, que guía la aplicación de normas y
procedimientos dentro del proceso. Su aplicación y su invocación por cualquiera de las
partes en el proceso no está supeditada a ningún otro principio.
APRECIACIÓN DE LAS VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE
LA ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL
I.-¿PROPORCIONA LA ORALIDAD SEGURIDAD EN EL PROCESO?
Hablar de seguridad procesal, es hablar de un proceso respetuoso donde todas las partes
están en igualdad de condiciones y por ende pueden ejercer sus medios de defensa
tomando el camino que más convenga a sus intereses y al caso particular que se esté
conociendo.
La seguridad también la proporciona el hecho de saber que todos los jueces seguirán el
mismo procedimiento y que estarán apegados a los mismos postulados de la ley, con lo
cual son predecibles y existe la posibilidad para los litigantes de poder trazar una
verdadera línea de defensa a los intereses de sus clientes.
Esto es contrario a lo que sucede en los países donde la oralidad es dada a medias, es
decir, donde hay un proceso que mezcla la oralidad con la escritura, quedando al final
como protagonista el procedimiento escrito y suprimiéndose casi en su totalidad a la
oralidad.
Evidentemente que es mucho más seguro poder definir desde el principio del proceso las
estrategias a seguir durante el curso de los debates, sin tener la incertidumbre de cómo
aplicará tal o cual Juez la norma vigente, es decir, que acepta un Juez como bueno y
válido que otro lo rechaza de plano.
Seguridad de un fallo mas apegado a la verdad. Uno de los mayores problemas que
presenta el proceso escrito es el momento de la sentencia, y esto se da por diversas y
múltiples razones, siendo a nuestro juicio la más importante, la que tiene que ver con el
tiempo que pasa desde el día de las conclusiones hasta el momento en que se falla el
expediente.
¿Qué sucede con lo que aportó la prueba testimonial cuando el Juez se toma tanto tiempo
para fallar? Sólo hay que imaginarse un Juez que escuchó a una persona en calidad de
testigo un año o más atrás, tratando de fallar un expediente sin recordar siquiera como era
o cómo habló el testigo deponente.
Se pudiera decir que para eso están las actas de audiencias, pero como confiar en un
acta de audiencia que desde el mismo momento en que fue concebida y firmada no ha
recogido todo lo que han dicho las partes, pues lo cierto es que la mayoría de los
secretarios o escribientes se le pasan muchas de declaraciones importantes que han
expresado los testigos.
¿Cómo podrá el Juez recordar las expresiones de un testigo que escuchó hace más de un
año? Evidentemente que no hay forma de que un Magistrado recuerde cuál era la
expresión de un testigo cuando contestó que había estado presente al momento de
realizarse un despido. Es en ese momento cuando llega la inseguridad y el juzgador tiene
necesariamente que circunscribirse a la letra muerta que se encuentra en el acta de
audiencia, emitiendo un fallo del cual ni él mismo está seguro.
II.- ¿CUÁL PROCESO GARANTIZA UNA JUSTICIA MÁS TRANSPARENTE, EL ORAL O
EL ESCRITO?
El proceso escrito, es donde el juez decide y falla todo desde los secreto de su despacho,
y solo se enteran de los resultados las partes envueltas en la litis, lo cual es
completamente diferente cuando se trata de la oralidad.
Lo que sucede es que en el proceso oral no solo son parte de la litis el demandante y el
demandado, si no que el publico presente en el tribunal se constituye en parte importante
del juicio, pues es muy cuesta arriba para un juez fallar ligeramente un caso que se a
ventilado frente a un grupo considerable de personas que son los mismos que van a
escuchar la decisión final.
Este es uno de los beneficios directos de la oralidad en el procedimiento, pues protege de
manera significativa a la parte más débil del proceso obligando al juzgador a fallar de la
manera más justa posible ya que tomará en cuenta que hay un grupo de ciudadanos que
han seguido de principio a fin la causa y que de una manera u otra tienen la percepción de
cual es realidad del asunto.
III.- ¿COMPENSA LA ORALIDAD EN BENEFICIOS EL COSTO QUE CONLLEVA SU
IMPLEMENTACIÓN?
En muchas ocasiones y en diferentes escenarios se ha tratado y discutido el tema del
costo que conlleva la implementación de la oralidad, y muchos han coincidido en que la
oralidad es muy costosa y necesita de muchas herramientas para poder implementarse. A
esto se suma que muchos han propugnado que la oralidad no es factible en países
subdesarrollados, justamente por el costo que conlleva su aplicación.
Si analizamos y comparamos el costo de la oralidad versus el costo del procedimiento
escrito obviamente que la oralidad resultará ser la que más cuesta. Sin embargo, al
momento de analizar el costo de la oralidad no debemos nunca compararlo al proceso
escrito, pues para hacer eso tendríamos obligatoriamente que comparar los beneficios de
ambos procedimientos.
Los que postulan a favor del procedimiento escrito y en contra del oral establecen diversas
razones por las que ellos entienden que la implementación de la oralidad sería perjudicial,
económicamente hablando para el sistema de justicia de muchos países que carecen de
recursos.
V-Cuáles son las ventajas de un juicio oral?
Ya hemos denunciado todas las complicaciones que trae consigo el procedimiento
apegado a la escritura, es decir, un procedimiento derivado del Derecho Civil. También
hemos dicho lo negativo del proceso mixto, es decir, donde existe una oralidad a medias o
parcial, que termina siendo un proceso sin ninguna oralidad realmente.
En ese sentido, es prudente que en este trabajo toquemos brevemente algunos de los
beneficios y ventajas que viene ligado al Juicio Oral.
Participación activa de las partes. En el Juicio Oral, tanto el demandante como el
demandado participan de una manera directa en el proceso, lo cual es beneficioso ya que
permite que las partes observen momento a momento cual es la situación de su caso, e
incluso, como dice el Dr. Donald Alemán “cuando alguien ha tenido participación en su
proceso, hasta la sentencia en contra la recibe con tranquilidad”.
El tiempo en que se concluye el proceso. Otra ventaja del Juicio Oral es que el proceso es
mucho más rápido, pues inmediatamente se cierran los debates y el Juez se retira a
deliberar las partes saben que cuando el Magistrado retorne a la audiencia, vendrá con la
decisión.
Seguridad de que el juez ponderará los alegatos de ambas partes. Resulta que cuando
todos los alegatos son por escrito los litigantes no tienen ninguna seguridad de que el
Juez realmente leerá y tomará en cuanta sus puntos de vista. sin embargo, no sucede así
en el juicio oral, pues el Juez está obligado a escuchar lo que cada actor tiene que decir
en defensa de sus intereses, lo cual hace que haya mas equilibrio al momento de emitir un
fallo.
El Juez tiene el debate fresco en la mente al momento emitir su fallo. Esta es una de las
ventajas mas importantes del juicio oral, pues permite que el juzgador emita su sentencia
recordando todo lo que se ha discutido durante los debates, lo cual a su ves asegura un
fallo mas apegado a la verdad y a la realidad de los hechos.
Cuando un Juez falla un expediente que se ha concluido un año atrás, no recuerda
absolutamente nada de lo que sucedió en ese juicio. A esto se agrega el hecho de que
ese Juez tiene todo un año conociendo audiencias dos o tres veces por semanas, con lo
que se hace aun mas imposible de recordar lo ocurrido en un caso al momento de fallarlo,
el resultado de eso es una sentencia que en muchas ocasiones le quita el derecho a quien
lo tiene para otorgárselo a su contraparte.
TEMA 2: EL AVANCE DE LA ORALIDAD EN GUATEMALA.
Sin duda alguna la oralidad reviste gran importancia dentro de cualquier proceso, ya que
permite un acercamiento entre las partes, el juez y demás personas que intervienen en el
proceso. Dr. Augusto Valenzuela Herrera
Resumen.
En términos comunes la oralidad se entiende como una forma de comunicación por medio
del uso de palabras dirigidas hacia las demás personas; desde el punto de vista jurídico –
procesal el concepto va más allá de una forma de comunicación, ya que el principio de
oralidad en materia de derecho procesal establece la necesidad de la sustanciación de un
proceso expresado en forma verbal, debiendo tener presente que el “mismo no excluye a
la escritura, pues esta es un medio para expresar y conservar el pensamiento humano y
por lo cual no podemos dejar de lado es importante para el proceso”.Así se afirma que
rige el principio de oralidad en aquellos procesos en los que predomine el uso de la
palabra hablada sobre la escritura.
Principios que rigen el Derecho Procesal del Trabajo.
El Derecho Procesal del Trabajo, reúne una serie de principios que lo rigen, los cuales
tienen características particulares que lo difieren de otras ramas del Derecho.
La doctrina ha establecido como “principios generales en la materia, publicidad,
gratuidad, oralidad, sencillez, titularidad y congruencia, los cuales se encuentran
relacionados” y en su conjunto permiten procesos más rápidos y con sentencias ajustadas
a la realidad nacional y acorde a la legislación.
Principio de Publicidad: Este principio supone una garantía que asegura la transparencia
del funcionamiento de la justicia y proporciona seguridad y confianza en la tarea de los
Tribunales.
Principio de Gratuidad: En el entendido que el acceso y la impartición de justicia es
gratuita y sin costo alguno para las partes inmersas en un proceso.
Principio de Oralidad: Este principio y característica del Derecho Procesal del Trabajo es
una de las más distintivas; “implica el predomino de la palabra hablada sobre la escrita,
sin que ello sea un impedimento para dejar constancia por escrito de todas las
actuaciones que se dan a lo largo del procedimiento”
Principio de Tutelaridad: Este principio, según la doctrina, lo encontramos inmerso dentro
del principio protector, porque: "El principio protector se refiere al criterio fundamental que
orienta el derecho del trabajo, ya que éste en lugar de inspirarse en un propósito de
igualdad, responde al objetivo de establecer un amparo preferente a una de las partes: el
trabajador.”
Principio de Sencillez: El Quinto considerando del Código de Trabajo guatemalteco
establece "Que para la eficaz aplicación del Código de Trabajo es igualmente necesario
introducir radicales reformas a la parte adjetiva de dicho cuerpo de leyes, a fin de
expeditar la tramitación de los diversos juicios de trabajo, estableciendo un conjunto de
normas procesales claras, sencillas y desprovistas de mayores formalismos, que permitan
administrar justicia pronta y cumplida; y que igualmente es necesario regular la
organización de las autoridades administrativas de trabajo para que éstas puedan resolver
con celeridad y acierto los problemas que surjan con motivo de la aplicación de la
Legislación Laboral."
Principio de Congruencia: El principio de congruencia procesal es aquél principio rector de
la actividad procesal por el cual en toda resolución judicial debe existir conformidad o
concordancia entre el pedido formulado por cualquiera de las partes y la decisión que el
Juez tome sobre él. “Este principio exige al juez que no omita, altere o exceda las
peticiones contenidas en el proceso que resuelve y es acogido por todos los códigos
latinoamericanos”.
Evolución de las Normas Laborales en Guatemala.
Mediante el Decreto 177 del año 1877 se creó el Reglamento de Jornaleros, por varios
años se emitieron una serie de normas aisladas respecto al trabajo subordinado, no
existió ningún cuerpo normativo que contuviera en forma sistemática los preceptos
laborales, hasta que se emitió el Decreto 253 de año 1894, el cual consistía en la Ley de
Trabajadores. Dicha ley vio a ser una especie de reglamento aplicable a los dueños de
fincas y sus jornaleros.
En noviembre de 1906 se emitió el Decreto 669, consistente en la Ley Protectora de
Obreros Sobre Accidentes de Trabajo, lo cual sería una interesante anticipación de la
presente previsión social. Posteriormente en 1926 se decretó la Ley del Trabajo, al que
podemos referirnos como el primer conjunto sistematizado de contenido laboral y de
aplicación general en Guatemala.
Derivado de la Revolución de octubre de 1944, se produjo una apertura democrática y se
centraron todas las expectativas en el Código de Trabajo y fue emitido el decreto 330 de
Congreso de la República, el cual estaba inspirado en códigos de otros países,
habiéndose regulado en el mismo los procedimientos de trabajo. Por ultimo en mayo de
1961, se emitió el decreto 1441 del Congreso de la República, actual Código de Trabajo,
que ha sufrido algunas reformas.
El Juicio Ordinario Laboral en Guatemala.
Este juicio está regulado en la legislación laboral guatemalteca, para que por medio del
mismo se puedan dilucidar todas las diferencias existentes que pudieran surgir entre
empleadores, trabajadores y las organizaciones sindicales.
A través de este procedimiento, especialmente se plantean reclamaciones de
prestaciones laborales en contra de los empleadores, en la que incluyen indemnización
por tiempo de servicio, vacaciones, aguinaldo, bonificación incentiva, bonificación anual
(bono 14), ventajas económicas y otras.
Por lo general la mayoría de trabajadores se ven obligados a acudir a este juicio por
incumplimiento por parte del empleador en el pago de sus prestaciones laborales, en
especial la indemnización por tiempo de servicio (prestación laboral por despido
injustificado). La demanda deberá contener los requisitos establecidos en el Código de
trabajo, si la misma fuere por escrito, pero también existe la posibilidad legal de que se
inicie de forma oral a través de un acta levantada ante el propio tribunal.
Una vez presentada la demanda ante el Juzgado de Trabajo correspondiente, éste señala
día y hora para llevar a cabo una audiencia entre las partes del proceso. En dicha
audiencia puede la parte demandada asumir diferentes actitudes; a) interposición de
excepciones dilatorias, mismas que tienen como propósito depurar el proceso; b)
contestación de la demanda en sentido negativo; c) oposición de excepciones perentorias;
y d) reconvención.
En caso de oposición de excepciones dilatorias, si las mismas fueran declaradas con
lugar, obligaría a que la parte actora pudiera subsanar los hechos que motivaron dicha
excepción; asimismo, en el caso de oposición a la demanda planteada, la parte
demandada ofrecerá sus medios de prueba, y el Juez en esta fase del juicio puede a venir
a las partes a un arreglo conciliatorio sobre la diferencia sometida a su consideración; sin
embargo, en la práctica desde el primer momento en que las partes asisten a la audiencia
señalada, se intenta por parte del tribunal una instancia conciliadora a efecto de hacer
efectivo los principios que inspiran al Derecho del Trabajo.
La conciliación es una fase obligatoria del juicio ordinario, después de tratarse la
contestación de la demanda o la contestación de la reconvención, en su caso. Para el
caso de que existiere una conciliación entre las partes, el Tribunal de trabajo en el acta
correspondiente hará constar los puntos que fueron objetos del convenio a que se arribe
entre las partes, y el mismo es aprobado a través de una resolución judicial, y constituye
título ejecutivo para el caso de incumplimiento.
Para el caso de que no se arribe a un arreglo conciliatorio, se debe proceder a diligenciar
los diferentes medios de prueba que han sido ofrecidos, inicialmente, por la parte actora, y
luego los ofrecidos por la parte demandada. Entre otras pruebas se puede ofrecer la
confesión judicial o declaración de parte, diversos documentos, entre los que sobresalen
el contrato individual de trabajo, libros de salarios, planillas que se llevan por parte de los
empleadores conforme los modelos del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, libros
de contabilidad y otros. En el caso del contrato individual de trabajo merece comentar
que de conformidad con la legislación laboral guatemalteca, si un empleador no exhibe a
petición de una autoridad de trabajo dicho documento, se tiene por cierto lo afirmado por
el trabajador, salvo prueba en contrario, y además se le impone al empleador una sanción
pecuniaria por el incumplimiento de la exhibición de dicho documento, así como también
procede la imposición de una multa para el caso de que no exhiba otros documentos que
le hubieran sido requeridos por parte del tribunal y que hubieren sido ofrecidos por la parte
actora.
En el caso de la reconvención una vez planteada la misma, se suspende la audiencia
referida y se señala una nueva en la cual tendrá verificativo la contestación de la
reconvención; sin embargo, en la práctica es muy poco común que se dé alguna
reconvención.
Una vez recabados todos los medios de prueba que hubieran sido ofrecidos por las
partes, el tribunal tiene la posibilidad de señalar una segunda audiencia, en la cual, si se
hubiese ofrecido la confesión judicial o declaración de parte del actor, la misma se llevará
a cabo en esta audiencia y eventualmente puede ser señalada una tercera audiencia para
recabar algunas pruebas que hubiesen quedado pendientes.
Recabadas las pruebas ofrecidas por las partes el Tribunal de Trabajo está en posibilidad
legal de dictar la sentencia que en derecho corresponde; sin embargo, antes de dictar
sentencia el Juez tendría la facultad de emitir un auto para mejor proveer, el cual tendría
como propósito traer a la vista algún documento o prueba pertinente y con el único
objetivo de aclarar situaciones dudosas, pero que no podría servir para hacer prueba a
favor de alguna de las partes.
Finalmente, el Juez emitiría la sentencia que en derecho correspondería, la cual es
apelable y conoce la Sala de Trabajo jurisdiccional, órgano colegiado ante el cual el
apelante podrá manifestar su expresión de agravios respecto de dicha decisión judicial, y
una vez señalado día y hora para la vista se dictará la sentencia de segundo grado.
Firme la sentencia el tribunal de primera instancia procederá a elaborar una liquidación del
monto total de prestaciones a que hubiere sido condenado el demandado, que será
notificado a las partes y cabe la posibilidad de que se pueda plantear un recurso de
rectificación en contra de dicha liquidación, y una vez firme la misma se podrá requerir de
pago al demandado para que haga efectivo el monto de la liquidación y en caso de existir
negativa de pago, el Juez está facultado para trabar embargo sobre bienes suficientes que
alcancen al monto reclamado y en caso de omisión a efectuar el pago se sacarán a la
venta en pública subasta los bienes embargados, o en su caso, se adjudicaran a la parte
actora.
En términos generales éste sería el trámite del procedimiento que se sigue en Guatemala
respecto al juicio ordinario de trabajo; sin embargo, habrá que tomar en consideración de
que pueden presentarse diversas incidencias dentro del trámite del mismo que vendrían a
alargar el resultado final que se persigue en el juicio.
La oralidad en el Proceso Laboral Guatemalteco.
De conformidad con el artículo 321 del Código de Trabajo “El procedimiento en todos los
juicios de trabajo y Previsión es oral…”
Por su parte el artículo 333 de la citada norma indica que la demanda puede ser
interpuesta en forma oral, para lo cual el juez ante quien se interpone, deberá
documentarlo en un acta que contendrá los requisitos de admisibilidad de toda demanda.
Ya dentro del proceso en el diligenciamiento de las audiencias, es aplicable el artículo
322 del Código de Trabajo, el cual establece que toda gestión oral se llevará a cabo
directamente ante los Tribunales de Trabajo y Previsión Social, debiendo para el efecto
elaborar el acta correspondiente. En dicha acta el juzgador documenta todos y cada uno
de los pasos que se van desarrollando dentro de la audiencia como una forma de
documentar la oralidad de la misma.
Dentro de las fases de la celebración de la audiencia está la fase de modificación o
ampliación de la demanda interpuesta, la cual puede llevarse a cabo en forma verbal
directamente ante el juez o bien por medio de la “presentación del memorial
correspondiente, situación que se da con mayor frecuencia en la práctica, al igual que
como ocurre con la interposición de excepciones dilatorias”
Si dentro de la audiencia se ha superado la fase de contestación de la demanda se llega
a la fase de conciliación, en la cual el juez como mediador busca que las partes lleguen a
un acuerdo, esta fase del proceso es eminentemente oral, se da en presencia de ambas
partes quienes exponen sus argumentos que son escuchados por el juez, quien les aviene
a encontrar una solución.
Agotadas estas, se inicia con la recepción de los medios de prueba, dentro de las cuales
la “confesión judicial, confesión sin posiciones y recepción de testigos son eminentemente
orales, por medio de las preguntas que cada parte formula a su
contra parte, las cuales son calificadas por el juez previo a su diligenciamiento”; en la
practica usualmente las posiciones que se articulan a las partes y el interrogatorio de
testigos se presentan en forma escritura; en esta etapa de la audiencia la oralidad es el
medio por el cual se expresan las partes dentro del proceso, quedando sus respectivas
locuciones documentadas en el acta que para el efecto se facciona, y de la cual se
entrega copia a la parte actora como a la parte demandada.
La ultima fase oral dentro del juicio ordinario laboral, son las resoluciones que el juzgado
emite dentro del curso de la audiencia, “primero se transcriben en el acta, se asienta la
notificación a las partes en el acta y luego se les lee para que estén enterados enterados y
puedan actuar de conformidad.”
Puede decirse entonces que en un procedimiento hay oralidad, cuando se dan como
mínimo las actuaciones del tipo siguiente:
Cuando el demandante tiene la posibilidad de formular verbalmente su demanda. En este
caso la oralidad se mantiene aunque el secretario del tribunal que toma las declaraciones
de la demanda lo transcriba por escrito.
Cuando el demandado puede formular su defensa y contra-demandas verbalmente.
Cuando la producción de las pruebas (testimonios, declaraciones de partes, peritajes, etc.)
se debe producir en audiencia pública con la presencia de cada parte y del juez.
Cuando las partes tienen el derecho a debatir verbalmente las pruebas agotadas ante el
tribunal.
Cuando el juez debe dictar su fallo verbalmente inmediatamente después de haberse
desarrollado las pruebas y cerrado los debates orales, situación que no se da en nuestro
país, pero que se pretende implementar.
Efectividad de la Oralidad en Materia Laboral.
De acuerdo a los temas abordados con anterioridad, la oralidad es un elemento propio y
exclusivo de las normas de procedimiento, y como tal constituye un instrumento más del
proceso siendo un elemento clave dentro del proceso que permita una sentencia justa.
Derivado de lo que el Código de Trabajo regula, la oralidad ha estado presente en cierta
medida en el proceso laboral, en algunos casos desde los inicios de la legislación
procesal, y en otros caso tardíamente, “no es menos cierto que la oralidad ha cobrado hoy
una primacía que no la tenía antes, y estamos aconteciendo, al menos en América Latina,
a una elevación de la importancia de la oralidad dentro del proceso.”
En la actualidad, dentro del desarrollo de los diversos procesos en materia laboral se ha
vislumbrado un cambio en la forma de impartir justicia, “poco a poco se han ido
proporcionando elementos que han hecho de los procesos algo más pro-activo y oficioso y
menos neutro; más social y menos privado.”
Lo anterior va estrechamente ligado a la exigencia de cumplimiento de los principios que
inspiran el proceso en la materia, la efectividad de la oralidad, debe tener relación
conjunta con los principios de sencillez y congruencia en la administración de la justicia
laboral. Sin duda alguna el proceso laboral necesita de más oralidad, para provocar la
celeridad en los procesos y la descongestión en los tribunales de justicia. Lo cual debe
producir un proceso laboral más realista y más justo. La oralidad está presente en el
proceso en toda ocasión en que el procedimiento puede o deba desarrollarse
verbalmente, por las partes o por el tribunal. El hecho de que se utilice la escritura como
complemento no elimina el carácter oral del proceso. Ahora bien, la exclusión de lo oral, y
su sustitución por formalidades escritas sí elimina el carácter oral dentro del
procedimiento.
Actualmente el principio de oralidad es aplicado en menor porcentaje en contraposición al
modelo de proceso escrito, en la práctica a pesar de estar regulado por el Código de
Trabajo que el proceso es oral, no se ha dejado la costumbre de dirigirse al juzgador por
escrito, “por lo que su aplicación no se da en la medida que debiera darse, provocando
acumulación de procesos en los Tribunales de Justicia, lo cual hace los procesos más
lentos y conlleva una impartición tardía de justicia.”
El principio de congruencia obliga en cierta medida a que la oralidad esté siempre
acompañada de lo escrito, impide que exista una oralidad absoluta, y es ese mismo
principio el que condiciona el desarrollo de la oralidad en audiencia. “No resulta apropiado
admitir una acción oral sin que esta sea registrada por un medio fidedigno y perecedero
(escritura, grabación, etc.). Lo contrario vulneraría el sagrado derecho de la defensa que
corresponde a las partes.” Lo antedicho atañe a la oralidad que se manifiesta en los
procedimientos, pero el asunto es más delicado aún cuando se trata de la oralidad de
audiencia: No es posible, en sana administración de justicia, desarrollar todo un debate
sobre el fondo de la litis, si una de las partes no ha tenido acceso a las pruebas y medios
de defensa formulados por su contraparte o promovidos por el tribunal.
Capítulo V
Ventajas de la implementación de la Oralidad en el Proceso Laboral.
La implementación de la oralidad dentro del proceso laboral enmarca dentro de sus
principales ventajas, las de simplificar el procedimiento y establecer un contacto entre el
Juez y las partes, las pruebas y el caso en concreto. Con ello se evita que los recursos y
acciones sean mal utilizados y se pueda llevar a cabo un proceso en el cual se dé
cumplimiento a las finalidades para las que fue creado, implicando menos gastos, menos
tiempo y una solución pronta y adecuada.
Esta implementación conlleva celeridad en la sustanciación del proceso, en la cual los
actos son más simples y congruentes. “Así mismo, al hacer uso de la oralidad, se
consigue que la inmediación del Juez sea mayor, lo cual permite que él pueda aplicar el
conocimiento que tiene de la ley al caso concreto, siendo esta aplicación real y congruente
con las necesidades de las partes”. De esta forma el papel del Juez se delimita como lo
que realmente la ley estipula en cuanto a la función de estos.
Diversos tratadistas al hacer referencia a la aplicación de la oralidad, coinciden en que al
tener las partes un contacto directo con el desenvolvimiento del proceso, pueden verificar
la transparencia de éste, se puede llevar un control más riguroso en cuanto a la mala fe
utilizada algunas veces por las partes, haciendo uso de recursos innecesarios, o bien
obstruyendo la aplicación de las leyes, alargando los plazos, etc.
Derivado de lo anterior se hace evidente que con el uso de la oralidad se logra una mayor
concentración de actos procesales en las audiencias llevadas a cabo, dándole esto
eficacia y continuidad al proceso, constituyendo un medio para agilizar el desarrollo del
mismo y obtener de esta forma la resolución del conflicto planteado ante el juzgador.
El Doctor Antonio Franco Rigalt ha enumerado las ventajas que conlleva la
implementación de la oralidad en el derecho procesal, al efecto señala que la oralidad:
Asegura el principio del contradictorio de partes, testigos y peritos mediante
confrontaciones que sólo operan eficazmente en el proceso oral, ya que en el escrito
pierden valor.
Permite apreciar mejor las pruebas, ya que el juez las recibe directamente.
Obtiene mayor número de elementos de convicción con menos trámites y realiza
efectivamente las leyes sustantivas.
Contribuye a una mayor efectividad de la regla moral en el proceso.
Elimina solemnidades innecesarias y acarrea una economía procesal apreciable.
Significa un mayor control de la administración de justicia, a través de la observación
directa de su funcionamiento y con ello, el mejoramiento de dicho servicio público.
Reduce el número de diligencias indispensables en todo procedimiento escrito evitando la
burocracia.
Capítulo VI
Juzgados de Trabajo y Previsión Social.
Estos están a cargo de un Juez que debe ser abogado y de preferencia especializado en
asuntos de trabajo, nombrado y removido por la Corte Suprema de Justicia. Estos
órganos están constituidos, además, con un secretario que debe ser de preferencia
abogado o estudiante de derecho, y de notificadores y escribientes que resulten
necesarios.
Estos órganos, por disposición legal, conocen:
De todas las diferencias o conflictos individuales o colectivos de carácter jurídico que
surjan entre patronos y trabajadores, sólo entre aquellos o sólo entre éstos, derivados de
la aplicación de las leyes y reglamentos de trabajo o del contrato de trabajo, o de hechos
íntimamente relacionados con él.
De todos los conflictos colectivos de carácter económico.
De todos los juicios que se entablen para obtener la disolución judicial de las
organizaciones sindicales y de los conflictos que entre ellos surjan.
De todos los juzgamientos por faltas cometidas contra las leyes y reglamentos de trabajo
o de previsión social, aplicando las penas correspondientes.
De otros asuntos que determine la o las leyes de trabajo.
Existen actualmente dieciséis Juzgados de Trabajo y Previsión Social dentro del
departamento de Guatemala, ocho de ellos de reciente creación, treinta y dos en los
demás departamentos del país, y cuatro Salas de Apelaciones de Trabajo y Previsión
Social en toda Guatemala; se tiene proyectado que las salas de audiencias contarán con
un sistema que grabará las diligencias que allí sean evacuadas, para eficientar la oralidad
en los procesos. Los nuevos juzgados contarán con apoyos internacionales y se
digitalizarán los archivos, para desechar los de papel e implementar el archivo electrónico
en cada juzgado; cada uno contará con salas de audiencia con equipo de alta tecnología
que grabará en video las audiencias, del cual se entregará copia a demandantes y
demandados.
“Previo a esta implementación la única documentación que existente de todos los proceso
es por escrito, pero por medio de una grabación de audio y video se podrán reflejar datos
más específicos para las actas respectivas”.
Conclusiones.
Como se ha expuesto anteriormente, la oralidad reviste gran importancia dentro de
cualquier proceso, ya que permite un acercamiento entre las partes, el juez y demás
personas que intervienen en el proceso. Así mismo, la oralidad también conlleva en una
mayor celeridad en la sustanciación del proceso, con lo cual se logra la descongestión de
los tribunales laborales.
La aplicabilidad de la oralidad al proceso laboral, se desarrolla con un conjunto de ideas,
caracteres y principios que le otorgan una connotación especial al proceso pero, debemos
entenderlo no únicamente como un principio que se cumple en determinada fase del
proceso, pues esta debe estar presente en todas sus fases.
La efectividad de la oralidad, debe tener relación conjunta con los principios de sencillez y congruencia
en la administración de la justicia laboral. Sin duda alguna el proceso laboral necesita de más oralidad,
para provocar la celeridad en los procesos y la descongestión en los tribunales de justicia. Lo cual debe
producir un proceso laboral más realista y más justo.
La oralidad está presente en el proceso en toda ocasión en que el procedimiento puede o deba
desarrollarse verbalmente, por las partes o por el tribunal. El hecho de que se utilice la escritura como
complemento no elimina el carácter oral del proceso. Sin embargo, la exclusión de lo oral, y su
sustitución por formalidades escritas sí elimina el carácter oral dentro del procedimiento.

En la práctica a pesar de estar regulado por el Código de Trabajo que el proceso es oral, no se ha
dejado la costumbre de dirigirse al juzgador por escrito, lo cual hace que su aplicación no se da en la
medida que debiera darse, causando un retraso y acumulación de procesos en los Tribunales de
Justicia, dando como resultado que dichos procesos se tramiten con más lentitud y conlleva una
impartición tardía de justicia.

La oralidad en el proceso laboral, ha estado presente en algunos casos desde los inicios de la
legislación procesal, y en otros caso tardíamente; sin embargo, la oralidad ha cobrado hoy en día una
primacía que no la tenía antes, y al menos en América Latina, estamos frente a una elevación y gran
protagonismo de la importancia que tiene la oralidad dentro del proceso laboral.
Procesos Similitudes Diferencias Propuestas como se pueden mejorar Observaciones

Penal Que puede ejercer Por varias vías como Se aplica para ciertos asuntos, por los jueces de primera Estableciendo una analogía que Que debe de ser especifico

nos indica el código procesal penal instancia del ramo civil y por los jueces menores en aquellos Exista entre el juicio oral y el juicio Para proceder mediante los

asuntos de íntima y menos garantía ordinario en cuanto las disposiciones organismos necesarios por

por medio del Organismo Judicial el Estado.

Laboral Busca relacionarse con los Diferentes Órganos para Que es mediante el cumplimiento del mandato Constitucional Aplicando las normas necesarias Las únicas

darlesolución a las controversiaslaborales de una formaindividu para el Organismo Judicial que para El cumplimiento de la materia entidades Autorizadas para

al se Aplica mediante la justicia pronta y cumplida del trabajo darle Cumplimiento a estas

y seguridad social que se dan entre normases la ley constitutiva

empresas y trabajadores del Organismo Judicial.

Civil Se relaciona con la rama de derecho penal a través de los sujetos No puede existir la oralidad. Dando el seguimiento necesario a Que se deben de aplicar

de derecho donde recurren al órgano jurisdiccional del estado. sin el auxilio de la escritura para documentos las Reglas básicas según el los

procesales funcionamiento de casa una del Principios necesarios para

proceso civil. un mejor procedimiento.

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