La Globalizacion
La Globalizacion
La Globalizacion
42 países (que representan casi el 90% de la población mundial) sobre los que
se dispone de datos para la totalidad del siglo XX. La conclusión a la que se
llega es que el producto per cápita creció apreciablemente, pero la distribución
del ingreso entre los países muestra hoy una mayor desigualdad que a
comienzos del siglo.
Sin embargo, el ingreso no lo explica todo; una medición más amplia del
bienestar que tiene en cuenta las condiciones sociales muestra que los países
más pobres han logrado considerables avances. Por ejemplo, en algunos países
de bajo ingreso, como Sri Lanka, los indicadores sociales son extraordinarios.
En un estudio reciente2 se llega a la conclusión de que, si se comparan los
países utilizando los indicadores del desarrollo humano (IDH) elaborados por
las Naciones Unidas, que tienen en cuenta la educación y la esperanza de vida,
el panorama es muy diferente del que muestran los datos referidos solamente
al ingreso.
Sin embargo, aunque la brecha entre los indicadores del desarrollo humano se
ha reducido a largo plazo, son demasiadas las personas que están quedando a
la zaga. La esperanza de vida puede haber aumentado, pero para muchos la
calidad de vida no mejoró, y muchos aún se encuentran sumidos en la
indigencia. A esto se suma la propagación del SIDA por toda África en el
último decenio, que está reduciendo la esperanza de vida en muchos países.
VI. Cómo pueden los países más pobres recuperar con mayor
rapidez el terreno perdido?
El FMI apoya las refomas en los países más pobres mediante un nuevo
servicio financiero, el servicio para el crecimiento y la lucha contra la
pobreza, y contribuye al alivio de la deuda por medio de la Iniciativa para los
países pobres muy endeudados4.
Cabe preguntarse si una mayor integración, sobre todo en el ámbito financiero, hace más
difícil para la gestión de la actividad económica, por ejemplo, al limitar las posibilidades
de elección de las tasas y sistemas impositivos, o la libertad de acción en la política
monetaria o cambiaria. Si se supone que el objetivo de los países es lograr un crecimiento
sostenible, acompañado de baja inflación y progreso social, la experiencia de los últimos
50 años muestra a las claras que la globalización contribuye a la consecución de este
objetivo a largo plazo.
Como hemos visto en los últimos años, la volatilidad de los flujos de capital de corto
plazo puede comprometer la estabilidad macroeconómica en el futuro inmediato. Por lo
tanto, en un mundo en que los mercados financieros están integrados, los países verán
que es cada vez más peligroso seguir políticas que no promuevan la estabilidad
financiera. Esta disciplina se aplica también al sector privado, para el que será más difícil
aumentar los salarios y los precios si como resultado el país pierde competitividad.
Existe también un riesgo de otra naturaleza. A veces, los inversionistas -sobre todo los
que operan a corto plazo- se confían demasiado en las perspectivas de un determinado
país, que puede así seguir recibiendo flujos de capital aun cuando su política económica
se haya apartado demasiado de la disciplina necesaria. Esta situación expone al país al
riesgo de que, frente a un cambio de opinión, se produzca un éxodo de capitales.
X. Conclusión
El hecho de que la brecha de ingresos entre los países de alto ingreso y los de
bajo ingreso se ha ampliado es motivo de inquietud. Y el número de personas
que, en el mundo entero, viven en la miseria extrema es profundamente
preocupante. Sin embargo, es erróneo concluir sin más que la globalización ha
sido la causa de esta divergencia, o que nada se puede hacer para mejorar la
situación. Por el contrario: los países de bajo ingreso no han podido integrarse
a la economía mundial con la misma rapidez que los demás en parte debido a
las políticas que han decidido aplicar y en parte debido a factores que escapan
a su control. Ningún país, y menos aún los más pobres, puede permitirse
quedar aislado de la economía mundial. Todos los países deberían tener como
objetivo reducir la pobreza. La comunidad internacional debería esforzarse --
fortaleciendo el sistema financiero internacional a través del comercio exterior
y de la asistencia-- por ayudar a los países más pobres a integrarse a la
economía mundial, a acelerar su crecimiento económico y a reducir la
pobreza. Esta es la mejor forma de garantizar que todas las personas de todos
los países se beneficien de la globalización