Aksman, Gloria (2015) - Deseo de La Madre y Sexualidad Femenina
Aksman, Gloria (2015) - Deseo de La Madre y Sexualidad Femenina
Aksman, Gloria (2015) - Deseo de La Madre y Sexualidad Femenina
Deseo de la madre y
sexualidad femenina.
Aksman, Gloria.
Cita:
Aksman, Gloria (2015). Deseo de la madre y sexualidad femenina. VII
Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en
Psicología XXII Jornadas de Investigación XI Encuentro de Investigadores
en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de
Buenos Aires, Buenos Aires.
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DESEO DE LA MADRE Y SEXUALIDAD FEMENINA
Aksman, Gloria
Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Argentina
Key words Es con la definición del padre père-vers-ment orientado que leemos
Desire, Enjoyment, Phallus, Sexuation lo que acontece entre el padre y la madre. O sea, que si antes era con
la metáfora paterna que daba introducción a la dimensión de la fun-
ción simbólica como fundante del sujeto del inconsciente, ahora es
El tratamiento de la feminidad por parte de los posfreudianos se con la metáfora de goce que alude a las posiciones del hombre y de
realizó siempre saturando con la investigación de la relación ma- la mujer en tanto parlêtres, es decir el goce específico de cada uno.
dre-hijo, el lugar de la sexualidad femenina.
Planteando su discusión con ellos, Lacan elabora en sus Escritos Para la función paterna que trabaja en el párrafo citado, es funda-
de los años 60, el más allá de la relación de la mujer con el sig- mental añadirle la perversión, es decir que su causa sea una mujer
nificante fálico, “es el esfuerzo de un goce envuelto en su propia que él se haya conseguido para hacerle hijos. Subrayo que pone al
contigüidad”[i] padre en relación a la causa.
Así como Lacan se ocupó desde el inicio de separar la cuestión de Ahora, el hacerle hijos es una operación para la cual requiere que
la feminidad de la histeria, también la posición de la madre mere- ella esté ubicada con relación a una falta. Es el pasaje de la mujer
ce un capítulo aparte en sus elaboraciones. Como señala Laurent, a la madre lo que acontece en el instante en que la mujer entra en
“para Lacan la investigación sobre la sexualidad femenina era una la lógica sustentada por el falo, lado hombre de las fórmulas de la
cuestión preliminar a todo tratamiento posible de los niños”[ii]. sexuación.
La particularidad es que en ella se produce una división en el mejor
Comenzaré por situar dos párrafos de J.Lacan para introducir la de los casos, entre la mujer y la madre que es necesario mirar en
problemática que concierne al lugar de la mujer en tanto madre y detalle ya que sobrevienen una serie de vicisitudes que deben ser
la sexualidad femenina. leídas en su diferencia entre el deseo de la madre, el goce de la
“Un padre no tiene derecho al respeto, si no al amor, más que si el madre y el goce femenino.
dicho, el dicho amor, el dicho respeto está —no van a creerle a sus La primera consideración entonces es que el deseo está articulado
orejas— père-versement orientado, es decir hace de una mujer a la falta y el goce femenino no. Más claramente el deseo de la
objeto a minúscula que causa su deseo. Pero lo que esta una mujer madre es un deseo de hijo mientras que el goce femenino no tiene
con minúscula: a-coge de ello, si puedo expresarme así, no tiene objeto. Por eso se torna necesario hablar de pasaje de una posición
nada que ver en la cuestión. De lo que ella se ocupa, es de otros a otra y considero que no conviene superponerlos o peor aún, supo-
objetos a minúscula, que son los hijos, junto a los cuales el padre ner que la respuesta de uno es la solución al otro. Tal los prejuicios
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en los cuales se ha creído al modo de los mitos, que la mujer se En el seminario “Aún”[ix] el falo definido como función, sitúa la per-
realiza como tal en tanto madre. versión del lado hombre de las fórmulas de la sexuación.
Detengámonos un segundo en el mito que sustenta tal conclusión. “Un hombre no es otra cosa que un significante. Una mujer busca
Repasemos los desarrollos freudianos, la niña decepcionada de la a un hombre a título de significante. Un hombre busca a una mujer
madre, se dirige al padre para realizar un pedido imposible, obtener a título —esto va a parecerles curioso— de lo que no se sitúa sino
un niño de él. La ecuación niño-falo, se lee entonces deseo de hijo. por el discurso, ya que si lo que propongo es verdadero, a saber,
Este deseo integrado a la dialéctica fálica nos indica la lectura que se que la mujer no toda es, hay siempre algo en ella que escapa del
debe hacer del sexo de la niña. El mito se construye entonces a partir discurso”[x]. Que algo de ella escape al discurso, la torna enigmá-
de un enigma que se monta sobre el agujero de respuesta respecto tica para él y establece las condiciones para que pueda ser tomada
del sexo femenino. Allí donde nada responde se sutura con el hijo. como objeto del fantasma masculino. Así se establece el modo de
En las fórmulas de la sexuación el lugar de la madre se sitúa a la abordaje sexual por parte del varón y a su vez nace el mito del ma-
derecha, lado hombre, puesto que allí participa de las mismas vi- soquismo femenino como perversión, que, según Lacan, hace parte
cisitudes en tanto posicionamiento articulado al inconsciente. Que estructurante del fantasma masculino.
el objeto interesando en la cuestión sea distinto -él hombre toma a
una mujer como causa de su deseo y ella a los hijos- eso abona el Miller desarrolla los argumentos que se derivan de la división que
axioma lacaniano: no hay relación sexual. es esencial entre la madre y la mujer.[xi] Señala que la madre solo
Articulando con la segunda cita, ubicamos su posición- madre, es suficientemente buena si no lo es demasiado, o sea que los cui-
atravesada por el falo que se encuentra en potencia para proteger dados que prodiga al niño no la disuadan de desear como mujer.
a los hijos de ser reintegrados, fagocitados por el goce que abona Me interesa subrayar el dato de la perversión en las mujeres que
la locura materna. tal como señala se suele negar ya que se reserva a los hombres
Dice Laurent: “En el discurso analítico se trata precisamente no la alienación de su deseo o la encarnación de su causa en un
sólo de destacar los rasgos perversos que hay en la relación hijo- objeto fetiche.
madre,-el tormento que es, para una mujer, un niño y que a pesar Dice que eso sería no ver que la perversión es, en cierto modo,
de siglos de exaltación de la mística materna o de la mística feme- normal por parte de la mujer: es lo que se llama amor materno,
nina, es muy difícil ser madre, porque es un tormento efectivo, sino “que puede llegar hasta la fetichización del objeto infantil. Resulta
también lo que hay en esto de rasgo de locura”.[v] conforme con la estructura que el niño, como objeto de amor no
pida sino asumir la función de velar la nada que es, cito, “el falo en
Evidentemente este enunciado nos coloca no solo en la posición de tanto que le falta a la mujer”[xii].
leer la subjetividad sino que nos invita a ir desbrozando los concep- Este enunciado nos lleva a interesarnos en el lugar que tiene el falo
tos que concurren a esa conclusión. para la mujer a diferencia de la madre. La metáfora paterna ubica
Hay que aclarar que es necesario que el hijo ocupe ese lugar de al falo como faltante para la madre y Lacan en el seminario de
falo de la madre durante algún tiempo, puesto que es fundamental “La Angustia” ubica la posición de la mujer como la de no faltarle
para su supervivencia. Sabemos de las consecuencias clínicas que nada[xiii].
pueden llegar hasta la muerte por la ausencia del deseo que aloje Y en desarrollos posteriores -cuando Lacan se encuentra traba-
al hijo por venir. Se trata de ubicar las consideraciones que no son jando la noción del falo como función- establece una lectura de
excluyentes para la historia del sujeto. la relación de la mujer al falo. Dice en las conferencias en Saint
Anne: “La mujer no podría ser castrada, y esto por las mejores
Recorramos algunos desarrollos razones”.[xiv]
Velar la nada que le falta, es el lugar del falo al que el niño se
Freud no adjudica a la mujer una disposición a la sobreestimación ofrece a la mujer en tanto madre. Pero para decirse mujer, debe
sexual propia de la perversión, aunque en una nota de 1920 a “Tres desplazarse, invertir su movimiento: debe renunciar al tener, o
ensayos para una teoría sexual”[vi], apunta que en la equivalencia mejor dicho, al no tener, que toda mujer debe realizar para acce-
del falo-niño se halla esa ocasión de hacer del niño ese objeto pos- der a la posición femenina[xv].
tizo que desmienta la castración.
Lacan en su nota a Jenny Aubry[vii] en 1969, dice que “el niño También nos resulta interesante en este artículo del 2005, la
puede encarnar un primordial rechazo, hacerse testigo de la culpa introducción del concepto “deseo femenino”. ¿Cómo ubicar las
edípica y servir de fetiche. El niño en su relación dual con su madre particularidades de lo femenino en relación con un deseo? Como
le da de manera accesible, sin mediación, el objeto mismo de su ya vinimos situando, en Ideas Directivas para un Congreso de Se-
existencia apareciendo en lo real.” xualidad Femenina[xvi], Lacan había hecho referencia a un goce
Ya con Freud leemos que la ubicación del niño es la de ser el falo específico, cuestión a diferenciar de la carencia que introduce la
de la madre y con Lacan, que le sigue los pasos, también como un marca del deseo.
objeto a en el fantasma materno. Entonces se puede interpretar que La definición de la mujer en tanto no-toda relacionada con el falo
la maternidad sería una especie de Verleugnung que pasa a lo real. implica la presencia de la particularidad de su goce que no está
Esta no es la postura de Lacan: “El estudio del marco de la perver- hecho de la estofa del falo. No todo goce fálico quiere decir eso. El
sión en la mujer abre otro sesgo. Habiéndose llevado muy lejos, goce femenino es suplemento que no puede ser dicho, está más
para la mayoría de las perversiones masculinas, la demostración allá del falo y por lo tanto de las consideraciones en torno al deseo
de que su motivo imaginario es preservar el falo que es el que que introduce el objeto como falta.
interesó al sujeto en la madre, la ausencia en la mujer del feti-
chismo que representa el caso casi manifiesto de ese deseo, deja Cuando Lacan hace referencia al deseo femenino, es en los años
sospechar un destino diferente de ese deseo en las perversiones 60, en el seminario de “La lógica del fantasma”. Allí el deseo en la
que ella representa”.[viii] mujer no aparece con una especificidad diferente al deseo en el
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hombre. Ese deseo está ubicado como él mismo dice en torno al posible, es decir conseguir muy bien la equivalencia falo=hijo.”[xx]
falo. Se trata de hombre y mujer en tanto sujetos.
Es un seminario donde Lacan, en suma intenta circunscribir la se- No se encuentra allí el problema puesto que la equivalencia se pue-
xuación en torno al goce y no al deseo. de lograr, pero lleva una marca fue pedido al padre y de lo cual el
sujeto mujer fue privado necesariamente. Entonces el aporte funda-
“El deseo del que se trata, el deseo inconsciente, del que se habla mental que Lacan introduce, es la dimensión de locura entre el niño
en psicoanálisis en tanto tiene relación con el acto sexual, hace y el valor fálico que este porta. Esta dimensión está más allá de la
falta en principio definirlo y ver de donde este término surge antes equivalencia que se puede alcanzar.
que funcione. Es importante recordar, si no se lo recuerda, si no En la relación madre-hijo hay algo que siempre va a estar más acá
se plantea en estos términos la operación indispensable al acto o más allá de la equivalencia fálica.
sexual, si no es en el registro del goce y no del deseo que se pone “Y aquí la perversión, que está más acá en la relación madre-hijo,
la operación de la copulación su posibilidad de realización, está es la posición de resto que el niño tiene más acá de su equivalencia
absolutamente condenada a no comprender nada de todo lo que fálica. El niño como resto tiene para la mujer la misma importancia
decimos del deseo femenino, del que explicamos está como el que los restos que quedan fuera de lo genital”[xxi].
deseo masculino, con relación a una falta simbolizada que es el Es extragenital decía Lacan. “De la misma manera, lo extra en una
cuerpo fálico.”[xvii] mujer está más bien del lado de la relación madre niño que es la
En tanto sujeto del inconsciente en este nivel nada impide a Lacan verdadera perversión en las mujeres”[xxii].
nombrar como femenino al deseo. El niño entonces, es un objeto que solo tiene existencia porque se lo
Damos entonces un paso más. Consideramos que la referencia que puede pedir, pero es un objeto del cual se está necesariamente priva-
hace Miller al deseo femenino, articula dos textos de Lacan: La sig- do. El rasgo de locura que torna tan difícil el lugar de la madre no pa-
nificación del falo, de 1960 en el que Lacan habla del deseo de la rece recibir de la equivalencia fálica ningún tipo de apaciguamiento.
madre que no debe olvidar a la mujer, y el Sem. Aún de 1972, adon- Por eso - concluye Laurent- la relación entre el niño y la madre se
de hace referencia a la mujer como no-toda en relación con el goce encuentra entre el estilo fetichista y la locura, los dos polos del amor
fálico. Condensa de este modo dos momentos de la enseñanza ya con los cuales siempre se encuentra un sujeto cuando niño[xxiii]
que en ambos sitúa la dirección hacia el hombre aspirando a en-
contrar allí el significante que la nombre: “Todavía es preciso que la
madre no se vea disuadida de encontrar el significante de su deseo
en el cuerpo de un hombre” y en Aún, se sostiene ese movimiento:
es a título de significante que ella lo busca.
Volviendo al artículo me parece importante señalar la insistencia
sobre el no-todo que no va a desarrollar aquí pero que considera
necesaria su preservación para el lazo al otro. De allí la insistencia
en que la madre no debe reprimir su ser de mujer.
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NOTAS BIBLIOGRAFÍA
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[vi] FREUD, S. (1901-1905) “Tres Ensayos de Teoría Sexual”. Obras Com- dós, Buenos Aires, Argentina 1992.
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[xiv] LACAN, J. (1971-72) El Seminario 19 …o peor. Ed. Paidós, Buenos
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[xv] LACAN ( 1964)“Del trieb de Freud y el deseo del analista”, Escritos 2.
Ed. Siglo XXI Argentina, 1988.
[xvi] LACAN, J. (1960) “Ideas Directivas para un Congreso de Sexualidad
Femenina”, Escritos 2, Ed. Siglo XXI. Buenos Aires, Argentina
[xvii] LACAN, Inédito, La lógica del fantasma . Inédito. clase 21-06-67
[xviii] LAURENT, E. (1991) Hay un fin de análisis para los niños. Colección
Diva, Buenos Aires, Argentina 2003 p. 177
[xix] LACAN, J (1955-56) El seminario 3, Las Psicosis. Ed. Paidos. Buenso
Aires, Argentina, 1984. p.245
[xx] LAURENT, E. (1991) Hay un fin de análisis para los niños. Colección
Diva, Buenos Aires, Argentina 2003 p.174
[xxi] Id p. 175
[xxii] Idem
[xxiii] Id 178
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