PARTE I: INTRODUCCIÓN GENERAL A LOS PROFETAS
1. LOS PROFETAS Y LOS LIBROS PROFÉTICOS DEL AT
2 La designación «profetas anteriores» se
debe a que se consideraba que esos
libros tenían como autores a algunos
personajes considerados como profetas
(Josué, Samuel y Jeremías) y porque los
profetas más antiguos se encuentran
mencionados en esos libros (el mismo
Samuel, Elías, Eliseo y muchos otros).
a) Los libros proféticos en el canon
hebreo y cristiano.
Orden dentro del grupo de los
profetas. En la LXX, el grupo de los
profetas mayores se encuentra después
del grupo de los 12 profetas menores. Lo
contrario en las versiones latinas.
Orden en el canon. En el canon
hebreo, el grupo de escritos de los
profetas se encuentra entre la Torâh y los
Ketubîm. En cambio, en la LXX y las
versiones latinas, están en último lugar
del canon, precedido sólo por 1-2M y el
NT.
Esta disposición se debe a una
interpretación cristiana: los profetas
tuvieron como misión particular preparar
la venida de Cristo, de lo que habla
inmediatamente a continuación el NT.
Además, el libro de Dn y las Lm, en el
canon hebreo, se encuentran entre los
Escritos, quizá debido a su origen tardío y
carácter sapiencial-apocalíptico.
Ba no se encuentra en el canon hebreo.
b) Terminología
Biblia Hebrea: Nābî’. 315x.
Aplicado a los verdaderos y a los falsos
profetas.
Etimología: 1) «mensajero» o
«nuncio», «el que anuncia un mensaje de
parte de otro». 2) «llamado» (por Dios).
Manifestaciones proféticas:
anunciar un mensaje de parte de Dios,
entonar un himno de alabanza, interceder
ante Dios, pronunciar una sentencia de
condena por los pecados o de salvación,
etc.
Rô’eh. 9x. «Ver», en el sentido de
experimentar, constatar, darse cuenta.
Indica, por lo tanto, el VIDENTE.
Aplicado al profeta cuando conoce
algo oculto o lejano (cfr. 1S 9,9; 10,2).
Leer 1S 9,9.
Hôzeh. 17x. Su sentido es similar
al de rô’eh. Utilizado especialmente por
1-2C: 2C 12,15; 29,25; 35,15. Léase
especialmente 1C 29,29, en que se usa
los tres términos.
Hombre de Dios. Es una expresión
relativamente frecuente para designar a
los profetas: Moisés (Jos 14,6), Samuel
(1S 9,6), Elías (1R 17,18.24) y Eliseo (2R
4,7.9.16.21.25.27.40), especialmente en
contexto que se refieren sus milagros.
Otras expresiones: Mensajero de
Yhwh (Is 44,26; Ag 1,13), Siervo de Yhwh
(2R 9,7; Am 3,7; Za 1,6), hombre del
espíritu (Os 9,7), vigía o centinela (Is
52,8; Jr 6,17; Ez 3,17; 33,2.6; Os 9,8).
Es las versiones griegas nābî’ se traduce
por προφητής, traducido al latín por
propheta.
Προφητής designa la mayor parte
de las veces a los profetas del AT (unas
400x), pero también es frecuente en el NT
(en total unas 144x: Mt 37x; Lc 29x; Hch
30x), aplicado a Jesús, Juan Bautista
En προ-φημί, la primera partícula
no es de significado temporal sino
locativo: proferir una palabra en lugar de
otro.
La función del profeta no es
propiamente predecir el futuro.
c) Institución del profetismo
Peligro del pueblo de Israel: la
práctica pagana de los cananeos, la
adivinación, la magia, la nigromancia.
En el contexto de la manifestación
de Dios, que acompañaba al pueblo, y en
el código deuteronómico, Dios instituye el
profetismo:
Dt 18,15-20
Aunque el texto se entiende como
de cumplimiento escatológico, se trata de
una verdadera institución profética
(contexto: Dt 17-18).
Características del profeta en Dt 18,15-
20:
• Perteneciente al pueblo de Israel.
• Llamado por Dios (llamada
singular).
• Intermediario entre Dios y la
nación.
• Será escuchado como al mismo
Dios.
• Señal del verdadero profeta: el
cumplimiento de sus palabras (cfr.
Dt 18,21-22; Jr 28,8-9).
Otros motivos de afirmación:
• Clara conciencia de la llamada
divina por parte del profeta (cfr. Jr
23,21.32; 27,15).
• Fidelidad a la tradición religiosa
(cfr. Dt 13,1-6).
• Integridad de vida.
• Anuncio de la conversión a Dios, a
pesar de la pruebas sufridas (v.gr.
Jeremías).
Otros motivos de afirmación (2):
• Exhortación a vivir la justicia con
los necesitados (predicación de
Amós).
• Los milagros (Elías y Eliseo).
• Claro cumplimiento de lo
anunciado (Oseas, Amós sobre la
ruina de Samaría y los otros
profetas sobre la ruina de
Jerusalén, etc.).
2. HISTORIA DEL PROFETISMO EN ISRAEL
a) Profetas anteriores a Samuel (s. XI)
• Abraham (Gn 20,7; cfr. Sal 105,15).
• Aarón (Ex 7,1-2).
• María (Ex 15,20)
• Moisés (Dt 34,10; cfr. Dt 18,15; Os
12,14).
Nm 12,6-8
• Josué (Si 46,1).
• Débora (Jc 4,4).
• Un profeta anónimo (Jc 6,8-10)
• Un «hombre de Dios (1S 2,27).
Leer 1S 3,1
b) Profetas recientes no escritores
Profetas individuales:
Samuel (ca. 1040 a.C.; 1S 3,19-
21; 9,9).
Fue juez, y ejerció funciones cultuales
(1S 9,13; 13,13-14; 15,22-23), y es
llamado «vidente», «profeta», y «hombre
de Dios» (1S 9,6-9).
Su misión fue instituir y consolidad
la monarquía en Israel (1S 8-12).
Elías y Eliseo (s. IX a.C.; 1R 17-
2R 9) lucharon contra la idolatría
propagada en el reino de Ajab (874-853
a.C.; Jezabel). Eliseo continuó su
predicación bajo los reyes sucesivos.
Otros profetas
Bajo David: Gad, Natán
(consejeros del rey), Hemán
Bajo Salomón y Jeroboam: Ajías
de Siló (1R 11,29-39; 14,2-18 [15,28]).
En tiempos de Roboam: Semaías
(1R 12,22-24) e Idó (2C 12,15).
Otros profetas
• Un «hombre de Dios» (1R 13,1-
10);
• Azarías (2C 15,1-2.8)
• Jananí (2C 16,7-10).
• Miqueas, hijo de Yimlá (1R 22,8-
28)
• Jonás, hijo de Amitay, y Gat de
jéfer (2R 14,25).
• Juldá (2R 22,14-20).
Misión de estos profetas:
Defender la pureza de la fe y el
recto orden ético-moral.
Diferencia entre los profetas del Reino
del Sur y el Reino del Norte:
Los del Sur aprobaban las
instituciones y estuvieron cercanos a
ellas. En cambio, los profetas del reino del
Norte no aprobaron que no fuera de la
dinastía davídica y en cuyo territorio había
santuarios cismáticos.
Asociaciones proféticas:
No se sabe cómo surgieron.
Nm 11,25-29: los setenta ancianos
elegidos.
1S 10,5-6 y 19,20-24 habla de dos
asociaciones de profetas, una en Guibeá
y otra en Nayot de Ramá respectivamente
(cfr. 1S 10,5-13; 19,18-24).
Manifestaciones: cánticos de
alabanza a Dios, acompañadas de un
gran entusiasmo religioso y
manifestaciones extáticas.
Estas asociaciones tuvieron su auge en
tiempos de Elías y Eliseo (s. IX).
Formaban colonias (Guilgal, Betel,
Jericó); llevaban vida de comunidad y
vivían alrededor de un maestro, viviendo
de modo austero y con gran escasez de
medios (2R 4,38-41; 6,1-7).
Era un profetismo de profesión.
Ayudaron a mantener la fe en
Yhwh en tiempos de persecución (cfr. 1R
18,13.22; 2R 9,1-10).
Se distinguían de los falsos
profetas.
Hay que distinguir entre:
• Manifestaciones colectivas de
profetismo,
• Asociaciones proféticas,
• Profetas llamados personalmente
por Dios y
• Falsos profetas.
Ninguno de los grandes profetas
conocidos salió ni perteneció a las
asociaciones proféticas.
Léase Am 7,10-15
c) Profetas escritores
En total se cuentan 16 ó 17 (cfr.
Baruc)
Época asiria (s. VIII-612 a.C.):
Amós (760-750 aprox.) predicó
bajo Jeroboam II de Israel (782-743). Es
el profeta de justicia social y del anuncio
del día del juicio de Yhwh.
Oseas (750-735), único profeta
originario del Norte. Es el profeta del amor
inenarrable de Yhwh.
Isaías (740-700).
Miqueas (después del 736), duro
en su predicación contra Judá y Samaría.
Época babilónica (612 a.C. en
adelante):
Jeremías (640-609, época de
Josías).
Nahum (contemporáneo de
Jeremías): predice la caída de Nínive.
Habacuc (625-598): la justicia de
Dios y la caída de Babilonia.
Sofonías (poco antes del 612),
profeta del «día de Yhwh».
Baruc, secretario de Jeremías.
MISIÓN: exhortar a la fidelidad a la
alianza y denunciar la infidelidad a la Ley,
la corrupción moral en Israel y Judá y una
falsa confianza en sus instituciones y
promesas de Dios (superstición).
Ezequiel ejerció su ministerio
profético entre los exiliados (inició el 598
a.C).
Deuteroisaías (hacia fines del
exilio).
Época persa (538-333):
Ageo (520 a.C.).
Zacarías (520-518 a.C.). Ambos
(Ag y Za) trabajaron en la reconstrucción
del templo.
Abdías (ss. VI/V a.C.), contra
Edom, por haberse contentado con la
caída de Jerusalén.
«Tritoisaías», de esta época,
anuncia la universalidad del reino
mesiánico.
Malaquías (s. V a.C.). Fin de los
profetas de fecha conocida.
Período profético incierto hasta
Juan Bautista.
De época incierta:
Jonás y Joel: quizá de fines de la
época persa o principios de la helenística
(ss. V y IV a.C.).
La apocalíptica se desarrolló en
época tardía, por lo que serían tardíos
estos posibles textos: el Deutero-Zacarías
(Za 9-14), el gran apocalipsis (Is 24-27) y
el pequeño apocalipsis de Isaías (Is 34-
35), el apocalipsis de Ezequiel (Ez 38-39).
El autor de Dn (mediados del s. II
a.C.) se pudo haber remontado a
narraciones que se remontan al antiguo
profeta del s. VI a.C.
Baruc y la carta de Jeremías (ss. III
y II a.C.)
d) Relaciones de los profetas con otras
instituciones y con los falsos profetas
Jr 18,18 informa de las funciones
del profeta.
El profeta se coloca como
mediador entre Dios y el pueblo, como
«proclamador de la palabra», lo cual lo
constituía en conciencia crítica de la
sociedad, especialmente de los
gobernantes y representantes del pueblo,
respecto a los intereses de Dios.
Profetas y reyes
Lo que movió a los profetas a
intervenir no es la reputación de la casa
reinante o el triunfo político, sino… la
defensa de los derechos de Dios y la
fidelidad a la alianza. Eran
salvaguardas de la religión de Yhwh y
pusieron reparos a la decadencia
moral y religiosa.
Por eso no tuvieron reparos en reprochar
(cfr. Is 7; Jr 21-22; 34; Mi 3,1-11, etc.) y
exhortar a evitar alianzas u otra actitud
(respectivamente, Is 7 y Jr 27).
Samuel, con Saúl y David (1S 8-
16); Natán, consejero de David (2S 12);
Ajías de Siló con Jeroboam (1R 14,1-18);
Elías y Eliseo y Ajab y sus sucesores (1R
17-2R 9), etc.
Profetas y culto
La misión de los profetas fue
exhortar a la realización de un culto que
fuera grato a Dios y promover el culto
interior, sin el cual, el culto exterior es
vano.
A los sacerdotes recriminaban la
incuria en el culto y la falta de interioridad
en su realización.
Ml 1,6-14
Los falsos profetas
Se presentaban como mensajeros
de Dios, pero buscaban, por ambición y
afán de lucro, el aplauso y el
reconocimiento palaciego o popular.
Estos hablaban sólo de los
derechos de la alianza, pero no de sus
deberes: en su mensaje nada recuerda la
necesidad de observar los preceptos de la
alianza y de llevar una vida acorde con
los principios de la justicia y de la moral.
Mi 3,5-7.11-12