Derechpo Romano Facilitacion Iii
Derechpo Romano Facilitacion Iii
Derechpo Romano Facilitacion Iii
UTE
Licenciatura en Derecho
Tema:
FACILITACION III
DERECHO ROMANO
Asignatura:
DERECHO ROMANO
Participantes:
Flor Mercedes López Nuñez ST202300105
Facilitador:
Licda. Valentina Javier M.A.
El objeto de la obligación
En principio, el objeto de la obligación puede recaer sobre una cosa ajena. Sin embargo,
cuando el objeto de la obligación consiste en la transmisión de un derecho real, se necesita
que la persona que transmite ese derecho sea su titular: es nula la venta o la donación de la
cosa ajena. El objeto de la obligación consiste una veces en un hecho personal del deudor:
hecho positivo o negativo. Ese hecho debe poseer cuatro requisitos: a) ser posible, b ) ser
lícito, c) ser personal del deudor, d) presentar un interés para el acreedor.
El hecho prometido debe ser posible. A lo imposible nadie está obligado, dice el adagio.
Pero para que exista nulidad, la imposibilidad debe ser absoluta: debe ser imposible para
todos; si la obligación es posible para el contratante o para algunas personas, es una
obligación válida. En caso de imposibilidad absoluta, el contrato se anula por falta de
objeto. No obstante lo anterior, si el deudor al contratar conocía la imposibilidad absoluta
de cumplimiento, debe daños y perjuicios al acreedor de buena fe, porque ha incurrido en
culpa al obligarse en esas condiciones.
El hecho prometido debe ser lícito. No cabe obligarse válidamente a ejecutar un hecho
inmoral o ilícito. El hecho debe ser personal del que lo haya prometido. Una persona sólo
se encuentra obligada por su voluntad o por la ley; no cabe hacer a otro deudor contra su
voluntad: es el efecto relativo del vínculo obligatorio. Sin embargo, el Art.1120 permite
garantizar la obligación de un tercero, prometiendo el hecho de un tercero.
El hecho prometido debe presentar un interés para el acreedor, pero no es necesario que sea
un interés pecuniario, basta un interés moral. Si el objeto de la obligación no presenta
ningún interés para el acreedor, éste no dispondrá de acción para reclamar su cumplimiento.
El derecho romano ha reconocido estas dos grandes causas de obligaciones solamente
bajo las condiciones de que si el hecho ilícito constituye un delito o si la voluntad se ha
manifestado en un contrato.
Entre los romanos agricultores y guerreros las necesidades estaban muy restringidas; el
préstamo de dinero, el cambio bajo sus diferentes formas era suficiente para satisfacer sus
necesidades.
El castigo de los actos ilícitos que implicaba una pena pecuniaria era una fuente de
obligaciones mucho mas abundante cuando Roma entra en relación con otros pueblos,
cuando crece la riqueza privada y el adelanto de la civilización hace nacer nuevas
necesidades trae como consecuencia la ampliación del circulo de las transacciones.
Al mismo tiempo algunas leyes extendían y completaban las listas de las infracciones cuya
represión era asegurar. De esta manera se desarrollaron los contratos y los delitos.
Las garantías reales son aquellas que consisten en que el crédito está garantizado por una
cosa, ya sea mueble o inmueble.
Son importantes para el mercado crediticio porque dinamiza la economía monetaria, para el
deudor porque le permite conseguir más fácil un crédito y es importante para el acreedor
porque puede cobrar con mayor seguridad.
1.- La pignoración o empeño, la cual es un contrato mediante el cual el deudor entrega una
cosa al acreedor para garantizar la deuda. Cuando la cosa entregada es mueble se llama
Prenda y cuando es inmueble se llama anticresis.
4.-La Hipoteca: Es una garantía real que sin disposición por parte del deudor se establece
como garantía en favor del acreedor, quien a falta de pago puede cobrarse con la misma,
vendiéndola en pública subasta o adjudicándosela, siguiendo las formalidades del embargo
inmobiliario.
El objeto del contrato es la operación jurídica considerada: que las partes pretenden realizar
con el propósito ya sea de crear, modificar, transmitir o extinguir relaciones jurídicas
obligacionales.
El derecho de los contratos es una rama del derecho privado que regula el régimen de
aplicable a los contratos. Art. 1101 del Código Civil: «El contrato es un convenio en cuya
virtud una o varias personas se obligan respecto de una o de varias otras, a dar, hacer o no
hacer alguna cosa. .»
Objeto
El objeto del contrato es la operación jurídica considerada: que las partes pretenden realizar
con el propósito ya sea de crear, modificar, transmitir o extinguir relaciones jurídicas
obligacionales.
La causa de un contrato es la razón o el propósito por el cual dos o más personas realizan
un contrato. En un contrato de arrendamiento de un inmueble, el propósito está en que una
de las partes le entregue el apartamento para su uso y la otra recibir el pago del canon
correspondiente.
La obligación sin causa, o la que se funda sobre causa falsa o ilícita, no puede tener efecto
alguno. Art. 1131, código civil.
En cuanto a su contenido.
En cuanto a su interpretación.
A.- Según los requisitos de validez en cuanto a la forma los contratos se clasifican en:
Contratos consensuales.
Contratos solemnes.
Contratos reales.
Los contratos consensuales: Son aquellos que para su perfección es necesario únicamente
el consentimiento de las partes contratantes y para su válidez no es necesaria ninguna
formalidad.
Los Contratos solemnes: Estos para su validez, además del consentimiento, es necesario el
cumplimiento de cierta formalidad o requisito: Este requisito lo constituye la intervención
de un notario. Existen cuatros contratos solemnes:
La convención matrimonial
La hipoteca
La donación
La subrogación convencional.
Los contratos reales: En estos contratos además del acuerdo de las partes es necesario para
su formación el requisito de la entrega de la cosa. Los contratos reales son cuatro:
El préstamo de consumo.
El depósito.
La prenda.
La prenda: Es el contrato por el cual el deudor entrega al acreedor la posesión de una cosa
mueble, en seguridad de la deuda y que da derecho al acreedor para conservar esa cosa
hasta el pago o, si este no se efectúa, hacerla vender y cobrarse sobre el precio a los demás
acreedores.
B.- Clasificación de los contratos según los requisitos de válidez en cuanto al fondo. En
requisito de fondo, esencial para la formación del contrato, es la voluntad de los
contratantes. Estos contratos son cuatro:
Contratos de adhesión.
Contratos colectivos.
Contratos individuales.
C.- Clasificación de los contratos según su contenido el contenido del contrato es el
conjunto de los derechos que nacen del contrato. A su vez para clasificarlos hay que tomar
en consideración:
Sinalagmaticos y unilaterales.
A título gratuito
a título oneroso
conmutativos
Aleatorios.
instantáneos.
Sucesivos.
Contratos sinalagmáticos o bilaterales: según el artículo 1102 del Código Civil, son
aquellos en que los contratantes se obligan recíprocamente, los unos respectos de los otros.
Contratos a título gratuito: Son aquellos contratos en los cuales una persona dispone de
sus bienes sin contrapartida.
Contratos a título oneroso; el artículo 1106 del Código Civil establece que el contrato a
título oneroso es aquel que obliga a los contratantes a dar o hacer alguna cosa. Según Henri
Capitant es un contrato en el cual cada una de las partes estipula de la otra una prestación a
cambio de la que ella le promete. Contratos conmutativos: Cuando cada una de las partes
se obliga a dar o hacer una cosa que se considera equivalente de lo que hace o da el otro
contratante Henri Capitant lo define como el contrato por el cual cada una de las partes al
momento de la formalización del contrato, mediante el consentimiento conoce la extensión
de sus prestaciones. Contratos aleatorios: es el contrato por el cual la equivalencia
consiste en eventualidades de ganancias o pérdidas para cada uno de los contratantes,
dependiente de un suceso incierto por ejemplo los contratos de apuesta, de
lotería. Contratos sucesivos: Son aquellos contratos que para su cumplimiento exigen
cierto lapso en el tiempo ejemplo contratos de arrendamiento, de sociedad, contratos de
trabajo. D.- En cuanto a su interpretación los contratos se clasifican: Contratos
nominados: son aquellos contratos en los que sus reglas están concretadas de manera
supletoria, a veces incluso imperativas por el legislador, ejemplo compraventa, permuta,
arrendamiento sociedad, seguro. Contratos innominados: Aquellos contratos que no son
objeto de ninguna reglamentación legal bajo especial denominación. Requisitos para la
formación de los contratos
Conforme el artículo 1,108 del Código Civil de la República Dominicana, estable cuatro
condiciones esenciales para la válidez de una convención; los cuales son a saber:
Existen dos grandes grupos de elementos del contrato que son los elementos esenciales y
los accidentales.
Elementos esenciales del contrato
Se entiende por elementos esenciales de un contrato aquellas cosas sin las cuales no puede
existir contrato alguno. Tanto en el derecho romano como en el derecho civil moderno ha
habido elementos esenciales propios de todo contrato en general, y elementos esenciales
propios de determinada clase de contratos, en particular.
SUJETOS. Son las partes que intervienen en un negocio jurídico que por regla general
coinciden con los sujetos de la obligación.
En este primer elemento esencial en todo contrato puede estar viciado por determinados
motivos e relación directa con la capacidad o incapacidad de la persona para poder realizar
el negocio jurídico.
además, reúna determinados requisitos. El objeto deberá ser licito, posible, apreciable y
determinado.
CAUSA. no hay efecto sin causa. Los entes jurídicos contrato y obligación, considerados
como efectos, no pueden sustraerse a este principio universal. Deben tener necesariamente
una causa que los haga surgir a la vida jurídica. De aquí ha surgido la teoría de la causa,
aplicada al contrato y la obligación, aun cuando no todos los expositores la conciben de una
misma manera.
Contrato nominado. Son aquellos que tienen nombre especifico y particular confirmado
por el derecho, por ejemplo, mutuo y que tienen cada uno acciones específicas,
individualmente denominadas, que los tutelan.
Contrato Innominados. Que eran aquellos que no formaban parte de los clásicos contratos
nominados de derecho romano. El termino podía referirse a cualquier convención que
quedara fuera de este grupo, pero por sus consecuencias se han reducido a cuatro clases
que son: doy para que des, doy para que hagas, hago para que des y hago para que hagas.
a) Contratos "verbis", que eran
aquellos en los cuales se necesitaba para su perfección el empleo de determinadas
palabras. En esta categoría están los vistos anteriormente:
El Nexum, La Sponsio y la Stipulatio.
b) Contratos "litteris", que eran aquellos que no podían perfeccionarse sino por
medio de la escritura. Se dice que esta era no solamente exigida ad probationem
(como prueba), sino ad solemnitatem, es decir, como una solemnidad esencial para la
existencia del contrato. Como ejemplo de esta clase de contratos tenemos en el
derecho civil colombiano la promesa de celebrar un contrato, en el cual, entre otros
requisitos esenciales para su validez, se exige como solemnidad esencial el que la
promesa conste por escrito. La escritura no se exige aqí tan solo como medio de
prueba, sino que es elemento esencial para la existencia del contrato.
c) Contratos reales, en los cuales se requería la entrega de la cosa materia de ellos, para que
tuvieran existencia legal. Tales eran el mutuo, el comodato, el depósito y la prenda. Esta
clasificación ha pasado al derecho civil moderno.
d) Contratos consensuales, que se formaban solo consensu, esto es, por el solo
consentimiento de los contratantes manifestado en cualquier forma. Tales eran la
compraventa, la locatio conductio (arrendamiento), la sociedad y el mandato. Igualmente ha
llegado esta clasificación al derecho civil moderno.
El pacto.
Los pactos son convecciones; es decir, acuerdos de voluntades, pero desprovistos de forma.
Al principio, solo daban origen a obligaciones naturales. Estos eran los pactos nudos, pero
con el tiempo, tanto pretor como la legislación imperial los dota de eficacia procesal.
Pactos adyectos. Son aquellos que podían anexarse a un contrato de buena fe, al momento
de su celebración, para modificar sus efectos.
Constitum. Que era el que servía para formalizar una prórroga de un contrato existente.
Receptum argentarii. Este era el pacto mediante el cual un banquero se comprometía con su
cliente a pagar una deuda que este tuviera con un tercero.
Receptum nautarum caupanum et stabulariorum. Este pacto por el cual los navieros,
posaderos o dueños de establos se hacían responsables de mercancías confiadas a su
custodia.
Receptum arbitrii. Este era el pacto por el cual una persona aceptaba ser árbitro en un
pleito.
Pacto de juramento. Las partes convenían en que una futura controversia fuera decidida
mediante juramento.
Pactos legítimos. Eran aquellos cuya obligatoriedad fue dada por constituciones imperiales
y que entre los que tenemos la promesa de dotar, el pacto de compromiso, por el cual se
convenía someter eventuales pleitos a la decisión de uno o varios árbitros y el más
importante, la promesa de donar.
Cuasicontratos.
Para Justiniano los cuasicontratos son aquellas relaciones que, aun no siendo exactamente
contratos por faltar el elemento del acuerdo, sin embargo general obligaciones al igual que
éstos.
Algunos de los casos más conocidos de los cuasicontratos son: La gestación de negocios, el
enriquecimiento ilegitimo.
Gestión de negocios
La gestión de negocios es un cuasicontrato por el que una persona, útilmente y sin haber
recibido por ello mandato, desempeña a sabiendas los negocios de otra con intención de. De
esta definición se infiere la necesidad de la concurrencia de dos elementos para la
existencia de la negotiorum gestio: uno de hecho, esto es, acto de gestión, sea material o
jurídico, utiliter coeptum, y la intención de gestionar un negocio ajeno al desempeñar aquel
acto (animus negotia aliena gerendi).
Enriquecimiento ilegitimo.
El enriquecimiento ilegítimo básicamente estriba en que no existe una causa eficiente que
justifique la disminución de un patrimonio y el aumento de otro, y que además no exista
una causa jurídica que explique el desplazamiento total o parcial de un patrimonio al de
otra persona.