Tema 15 Opos EP
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Una vez realizada esta pequeña introducción. En primer lugar comenzaré analizando el DESARROLLO
DEL LENGUAJE EN EL NIÑO.
Podemos definir el lenguaje como la capacidad de los seres humanos para relacionarse, transmitir y
recibir información por medio de signos lingüísticos diferentes para cada comunidad humana, lo que da
origen a los idiomas o lenguas.
Por tanto, la lengua es el código que utiliza cada grupo de hablantes para comunicarse, que incluye, por
tanto, un conjunto de signos, como las normas que rigen su combinación para producir mensajes. Así
pues, la gramática es la encargada de estudiar los elementos de la lengua y sus combinaciones y resulta
imprescindible para poder hablar y escribir correctamente esa lengua.
Según la teoría de Chomsky o del dispositivo de adquisición del lenguaje, propone que el niño tiene una
tendencia innata para aprender el lenguaje, ya que es capaz de recibir un input lingüístico, y a partir de él,
derivar las reglas gramaticales universales. Este imput es muy imperfecto, sin embargo, el niño es capaz
de generar oraciones bien estructuradas y determinar cuál es la forma en que deben usarse y
comprenderse. Esta teoría es comúnmente aceptada puesto que el lenguaje es previo al pensamiento.
En cuanto a la teoría de Bruner o de la solución de problemas, este conciliará la postura de Piaget, con las
hipótesis de Vigotsky sobre el desarrollo del lenguaje. Presupone que la actividad mental está
interrelacionada con el contexto social, dándose una íntima relación entre los procesos mentales y la
influencia del contexto sociocultural. Para Bruner, el niño conoce el mundo a través de las acciones que
realiza y estas acciones se representan mentalmente a través del lenguaje.
Haciendo referencia a la teoría de Skinner o del condicionamiento operante, Skinner entiende que el
aprendizaje del lenguaje se produciría por simples mecanismos de condicionamiento o imitación. La
gente que se encuentra alrededor del niño recompensará la vocalización de enunciados correctos y
castigará con la desaprobación de las formas del lenguaje incorrecto.
En la actualidad las nuevas teorías están irrumpiendo siendo la más compartida la corriente comunicativa
de Dell Hymes, derivada de la corriente funcionalista, que sostiene una visión pragmática en la que los
aspectos socio-culturales y afectivos resultan determinantes en el uso de la lengua, ya que, es un sistema
de comunicación que se adapta a las necesidades. Por ello, la lengua sirve para comunicar y depende de
los participantes y del contexto.
Precisados los conceptos de lenguaje y lengua y cómo se produce su adquisición desde las aportaciones
de los psico-lingüistas, donde se ha resaltado el valor comunicativo de la lengua será necesario conocer en
qué circunstancias concretas se produce el uso del lenguaje.
Por todo lo citado con anterioridad, es necesario abordar LAS CONDICIONES DE USO DEL
LENGUAJE, YA QUE, TODA SITUACIÓN COMUNICATIVA NECESITA DE UN CONTEXTO,
UNOS ÁMBITOS EN LOS QUE SE PRODUCE Y UN TEXTO como unidad superior de comunicación
que da coherencia a todo lo anterior.
El contexto se refiere al conjunto de términos que facilitan la comprensión del mensaje. Por tanto, todo
acto de comunicación necesita unos elementos: el emisor, quien transmite la información; el receptor al
que va dirigido el mensaje; el código, entendido como el conjunto de signos combinando unas reglas que
deben conocer el emisor y el receptor; el mensaje, que contiene la información que se pretende transmitir;
el canal, entendido como medio físico en el que viaja el mensaje y por último, el contexto, que es la
situación en la que el emisor y receptor se hallan.
A su vez, atendiendo a la relación emisor-receptor podemos distinguir dos tipos de comunicación: por un
lado encontramos la comunicación unilateral, donde el emisor no recibe respuesta del receptor, y por otro
lado, la comunicación bilateral, cuando el emisor recibe una respuesta del receptor y ambos toman parte
activa en el comunicación.
La identificación del contexto comunicativo, nos lleva a sí mismo a determinar los ÁMBITOS DE USO.
Para expresar una idea o situación podemos usar el lenguaje de varios modos, dependiendo de qué
queremos decir y cómo queremos decirlo. Por ello, en nuestra vida cotidiana podemos utilizar el lenguaje
en tres ámbitos, que según Cassan son:
En primer lugar encontramos el ámbito coloquial, donde utilizamos el lenguaje en ambientes familiares y
de amistad. Se caracteriza por una forma de habla común, típica y que representa la cotidianidad de las
personas. Por ejemplo una conversación telefónica.
En segundo lugar encontramos el ámbito profesional o académico que busca la precisión en conceptos y
palabras y tiene una función intelectual con una tendencia a la formalidad. Por ejemplo una redacción.
Y por último, encontramos el ámbito literario, donde se busca la calidad y la belleza en el uso de lengua,
que se caracteriza por la connotación y la búsqueda de la expresividad. Por ejemplo los poemas.
Así pues, una intervención educativa eficaz debe ir encaminada a aplicar la competencia comunicativa y
lingüística inicial de modo que sea capaz de interactuar en los diversos ámbitos.
Otra de las condiciones de un uso correcto del lenguaje dependerá en mayor o menor medida del
conocimiento del TEXTO, entendido como la unidad superior de comunicación. Un texto es un enramado
de signos con una intención comunicativa que adquiere sentido en un determinado contexto.
La lectura básica es el párrafo, entendido como la unidad del texto escrito en la cual se desarrolla una
determinada idea que presenta una información de manera organizada y coherente.
Los párrafos están constituidos por un grupo de oraciones que deben presentar cohesión, es decir, relación
lógica entre las ideas de cada uno de sus párrafos, para acabar formando un todo, el mensaje.
Por otro lado, las oraciones se pueden clasificar atendiendo a diversos criterios:
Primero por la actitud del hablante donde encontramos oraciones enunciativas, interrogativas,
exclamativas, dubitativas, exhortativas, optativas y de posibilidad.
Segundo, por el número de proposiciones, que pueden ser, simples, es decir, que tienen un predicado y
compuesta, que tienen más de un predicado, por lo que se clasifican en coordinada, complejas e
impersonales.
Y por último, según la estructura del predicado, podemos encontramos oraciones copulativas con un
predicado nominal y un complemento atributo y predicativas con predicativo verbal que se dividen en
transitivas e intransitivas.
Otros elementos de gran importancia en un texto son los elementos de enlace, que son partículas o
expresiones que ayudan a logar la continuidad en el enlace de ideas dentro de los párrafos, o para
relacionar unos con otros.
El decreto 103/2014, determina que la enseñanza del área de Lengua castellana y Literatura hará un
especial hincapié en los contenidos relativos al uso del lenguaje, ya que dicha área tiene como objetivo el
desarrollo de la competencia comunicativa del alumnado, entendida en todos sus vertientes; pragmática,
lingüística, sociolingüística y literaria.
Debe también aportarle las herramientas y los conocimientos para desenvolverse satisfactoriamente en
cualquier situación comunicativa de la vida. De esta forma, el conocimiento lingüístico se va
configurando en relación con la diversidad de experiencias comunicativas que se realizan en los
diferentes contextos.
Por otro lado, destaca como finalidades del área a la reflexión lingüística, entendida como el
conocimiento progresivo de la propia lengua, que se produce cuando el alumno percibe el uso de
diferentes formas lingüísticas. Esta debe ocupar un lugar preferente y los niños deben empezar a adquirir
un saber reflexivo sobre las prácticas comunicativas necesarias para vivir en la sociedad del siglo XXI.
Los elementos curriculares de lengua Castellana y Literatura se vinculan de forma creciente en las
distintas etapas y supone una progresión respecto a los saberes. De este modo vemos como todo el
currículo del área, se articula en torno a que los niños reflexionen sobre el uso del lenguaje, quedando
reflejados esta necesidad en los distintos elementos curriculares básicos como veremos a continuación.
En los OBJETIVOS GENERALES DE LA ETAPA, entendidos como aquellos referentes relativos a los
logros que el alumno debe alcanzar al finalizar el proceso de educativo, como resultado de las
experiencias de E/A intencionalmente planificadas para tal fin.
El área de Lengua Castellana y literatura en la Educación Primaria tiene como finalidad el desarrollo de
las destrezas básicas en el uso de la lengua: escuchar, hablar, leer y escribir de forma integrada. La
adquisición de estas destrezas solo puede conseguirse a través de la lectura de distintas clases de textos,
de su comprensión y de la reflexión. Esta necesidad queda recogida en el objetivo general de la etapa: e)
conocer y utilizar de manera apropiada la lengua castellana y, si la hubiere, la lengua cooficial de la
Comunidad Autónoma y desarrollar hábitos de lectura.
También destacamos las COMPETENCIAS CALVE que son entendidas como aquellas capacidades para
aplicar de forma integrada los contenidos con el fin de lograr la realización adecuada de actividades y la
resolución eficaz de los problemas complejos, además, son un elemento fundamental del currículo a la
hora de determinar los aprendizajes que se consideran imprescindibles para su realización y desarrollo
personal, así como para su participación activa en la sociedad y en el mundo laboral”.
Concretamente, nos centraremos en la competencia en comunicación lingüística, que tiene como eje un
uso funcional y social del lenguaje en diferentes contextos comunicativos. El uso funcional del lenguaje
supone el conocimiento y aplicación de las reglas de funcionamiento del sistema de la lengua.
En este caso, la reflexión lingüística se trabaja en los todos los bloques del área de lengua castellana y
literatura, pero, concretamente en el bloque 4, conocimiento de la lengua, el cual responde a la necesidad
de reflexionar sobre los mecanismos lingüísticos que regulan la comunicación. El conocimiento de la
lengua dentro del aula de Educación Primaria se plantea como el aprendizaje progresivo de las
habilidades lingüísticas, así como la construcción de competencias en los usos discursivos y la reflexión
necesaria para apropiarse de las reglas gramaticales y ortográficas, para hablar, leer y escribir
correctamente en todas las esferas de la vida.
En relación con los CRITERIOS DE EVALUACIÓN, podemos decir que son entendidos como el
referente específico para evaluar el aprendizaje del alumnado. Describen aquello que se quiere valorar y
que el alumnado debe lograr, tanto en conocimientos como en competencias, respondiendo a lo que se
pretende conseguir en cada asignatura. Podemos seleccionar algunos que reflejan claramente el que
evaluar del aprendizaje de la reflexión lingüística, describiendo aquello que se quiere valorar y que el
alumnado debe lograr.
Y por último, haciendo referencia a los estándares de aprendizaje evaluables, diremos que son definidos
como las especificaciones de los criterios de evaluación que nos permiten definir los resultados de
aprendizaje que concretan lo que el alumno debe saber, comprender y saber hacer ; deben ser observables,
medibles y evaluables y permitir graduar el rendimiento o logro alcanzado. Teniendo en cuenta el criterio
de evaluación expuesto en el punto anterior, es conveniente citar los estándares que le corresponden:
Un ejemplo sería el criterio de evaluación: LCL 4.5. Utilizar programas educativos digitales para realizar
tareas y avanzar en el aprendizaje. LCL 4.5.1. Utiliza distintos programas digitales como apoyo y
refuerzo del aprendizaje.
A continuación conviene ofrecer una serie de pautas orientativas que guíen la actuación del profesorado
en los procesos de enseñanza y que favorezcan paralelamente los procesos de aprendizaje de los alumnos.
En primer lugar he de decir que La enseñanza de la lengua a lo largo de la etapa, debe mantener una
relación coherente con la de las habilidades básicas de comunicación, ya que, es el objetivo central de los
aprendizajes en la etapa previa. El desarrollo de la conciencia fonológica, de los formatos léxicos y de las
estructuras sintácticas ha de tener una continuidad. Expresarse y comprender son procesos que se
perfeccionan con el uso, el entrenamiento y la reflexión. Por este motivo, el tratamiento globalizado está
requerido tanto por la capacidad comprensiva como por los mismos contenidos.
Por todo ello, el peso dado a los cuatro componentes debe ser igual, ya que esta continuidad y
coordinación aportarán beneficios a la enseñanza y al aprendizaje de la lengua como instrumentos de
comunicación y desarrollo personal.
Ahora bien, una adecuada intervención educativa en el área de lengua castellana y literatura debe partir de
los principios de intervención educativa generales que se desprenden del análisis curricular. Estos
principios, derivan de la teoría cognitivo-constructivista, con aportaciones de autores como Piaget,
Ausbel, Vigotsky, Novac… Entre estos principios podemos destacar:
En primer lugar, partir del nivel de desarrollo del alumno y sus conocimientos previos y a partir
de ahí sugerir y propiciar patrones lingüísticos que amplíen las posibilidades de comunicación e
integración social.
Seguidamente, nos encontramos con la construcción de aprendizajes significativos y funcionales
que permita establecer relaciones entre los conocimientos y experiencias que ya conoce y los que
va a aprender. Han de ser utilizados en circunstancias reales de modo que pueda comprobar el
interés y la utilidad de lo aprendido.
Otro principio importante es la contribución al desarrollo de la capacidad de aprender a aprender
donde la intervención educativa debe promover la autonomía en el proceso de aprendizaje,
realizando investigaciones, búsquedas guiadas en la biblioteca o en la Web…
También haremos referencia al principio de enseñanza individualizada, donde el profesorado
deberá tener en cuenta los ritmos de aprendizaje e intereses para atender a la diversidad de sus
alumnos a través de una serie de estrategias, ya que, el bagaje lingüístico no es el mismo para
todos los niños.
Además, otro de los principios a tener en cuenta es la promoción de la actividad constructiva del
alumno como un proceso de reflexión sobre sus aprendizajes, mediante inferencia, paráfrasis,
análisis y síntesis de textos orales y escritos.
Por otro lado, podemos encontrar el fomento del aprendizaje en grupo, es decir, el fomento del
aprendizaje cooperativo, el cual permite impulsar las relaciones entre iguales y fomentar la
socialización en debates, proyectos de investigación, intercambio de ideas…
Y por último, destacamos también como principio básico a tener en cuenta, el juego como
recurso didáctico, ya que las actividades lúdicas comunicativas serán fundamentales en el
proceso de enseñanza-aprendizaje, rompiendo la aparente oposición juego-trabajado.
Además de estos principios, cobra especial importancia el enfoque globalizador, en el cual, el maestro
organiza y presenta los contenidos de manera que ayuden a los alumnos a establecer conexiones entre
ellos, favoreciendo así el aprendizaje cooperativo.
Sin perjuicio de su tratamiento específico, desde el área de Lengua castellana y Literatura, también
tendremos que trabajar una serie de elementos transversales como la comprensión lectora, la comprensión
oral y escrita, las TIC, la educación cívica y constitucional y, prestando especial atención a la
competencia emocional.
Por otro lado, y teniendo en cuenta el marco de referencia que constituye la LEEX, también tenderemos
que prestar atención a:
Por un lado, la educación en valores (art. 73) donde se propugnará como eje transversal una
educación fundamentada en los principios, derechos y valores propios de una sociedad
democrática y de la convivencia ciudadana.
Por otro lado, las TIC (art. 79) que se impregnarán de manera especial en el desarrollo curricular
de las diferentes áreas y materias de todos los niveles y etapas educativas.
Además de la lectura en el ámbito escolar (art. 80), donde los centros elaborarán planes de
lectura, escritura y acceso a la información con el objetivo de potenciar el desarrollo de las
competencias. En este contexto, la biblioteca debe ser considerada como núcleo generador de
actividades de e/a. Se considera un espacio privilegiado para los alumnos, en el que se pongan en
prácticas metodologías activas y participativas basadas en la indagación y búsqueda de
información que favorezcan el interés por conocer y ampliar la visión del mundo que rodea al
alumno, la motivación hacia el aprendizaje, el desarrollo de su autonomía, así como el trabajo
individual y en equipo.
Se deberá atender también a la competencia emprendedora (art 81) donde los centros fomentarán
en el alumnado la capacidad emprendedora, la iniciativa personal, la creatividad y la
imaginación para llevar a cabo tareas que transformen las ideas en acciones.
Y por último, la competencia emocional (art. 82) que permitirá favorecer la autoestima, empatía
y control emocional. La acción educativa buscará el adecuado desarrollo emocional del
alumnado, contribuyendo a su propio conocimiento y al de los demás.
Decir también que, se atenderá a la diversidad del alumnado que deberá inspirar la intervención educativa
en estas etapas. De esta manera la atención a la diversidad y la personalización del proceso de e/a, que
debe ser un principio preferente a la hora de seleccionar una metodología determinada.
Por lo que respecta a orientaciones y técnicas concretas para favorecer la intervención educativa podemos
destacar:
Por un lado, potenciar la utilización del lenguaje como instrumento de comunicación oral y escrita que
permita conseguir una suficiente coherencia lingüística y una adecuada coherencia pragmática.
Por otro lado, potenciar el uso del lenguaje como herramienta de comprensión y representación de la
realidad, así como presentar el vocabulario y la ortografía a través de actividades significativas y reales.
También, se recurrirá al uso de recursos materiales como los libros; recursos ambientales como la
biblioteca pública, o recursos TIC como los soportes informáticos.
Habrá que despertar además del interés por la lectura, utilizando textos próximos a los niños.
Estas orientaciones en cuanto a la enseñanza de los contenidos se pueden contemplar con TECNICAS
como por ejemplo: exposiciones orales, mapas de contenidos, coloquios, debates, paráfrasis, actividades
organizadas en torno al análisis de textos orales y escritos….
La adquisición de las destrezas lingüísticas no se produce de forma aislada, sino en relación con el
desarrollo de las demás destrezas, con el fin único de facilitar la capacidad comunicativa del niño.
La lecto-escritura le hace posible el acceso a nuevos lenguajes. El léxico se amplía y es cada vez más
concreto. La sintaxis se hace más compleja y la gramática se acomoda a su uso convencional. Ello influye
de forma poderosísima en el lenguaje verbal, pues ayuda a modelar y enriquecer el vocabulario y el
conjunto de destrezas.
En los aspectos de gramática se da el progreso más cualitativo: emplean el lenguaje cuando hablan y
también cuando escriben oraciones compuesta de mayor complejidad.
El desarrollo del léxico o vocabulario, podemos decir que es especialmente cuantitativo, aumentando
mucho el número de palabras y expresiones que forman su repertorio habitual. También progresa
cualitativamente en cuanto a que manejan conceptos gradualmente más abstractos en su lenguaje oral y
escrito.
Una primera etapa es la logográfica, donde el niño reconoce visualmente la palabra como un todo, pero
sin interpretar el código. El niño aprende a reconocer palabras muy usuales y familiares como por
ejemplo su nombre.
Una segunda etapa es la alfabética, donde el niño ya establece las correspondencias entre grafemas y
fonemas, además, relaciona el signo gráfico con el sonido. La mayor dificultad estriba en que no existe
correspondencia exacta entre grafema-fonemas. Las letras y sonidos no son unidades intercambiables, es
decir, no existe una relación continua entre ambos tipos de unidades.
Y por último, en relación con la etapa ortográfica, podemos decir que es donde tiene lugar la
consolidación de lo que podemos considerar plenamente la lectura. En primer lugar aprende a utilizar las
palabras y las letras, para finalmente integrar toda esa información partiendo de la información
procedente del texto y de su propio conocimiento del mundo.
La lectura es pues la activación de una asociación entre la palabra presentada gráficamente y la palabra
almacenada en la memoria del sujeto.
En realidad el aprendizaje lector se produce de manera continua y no es fácil diferenciar claramente cada
etapa.
En la etapa de la E.P debemos partir de esas etapas generales para tenerlo presente en los distintos
niveles. De esta forma podemos destacar que:
En el primer y segundo curso, el niño usa textos cortos, hace lectura silábica por palabras y recurre a la
ilustración para verificar la comprensión de lo que ha leído.
En el tercer y cuarto curso, ya domina los aspectos mecánicos de la lectura, desarrolla alguna autonomía
y puede leer comprensivamente la ficción y la fantasía.
Y ya, en el quinto y sexto curso, desarrolla fluidez en la lectura, desarrolla alguna autonomía, aumenta su
capacidad de asimilación y retención, comprende textos cortos con ilustraciones y puede leer textos más
largos y complejos. Es el momento idóneo para iniciar la lectura informativa y documental.
De esta forma, en la etapa de Educación Primaria se requiere poner a los niños desde un principio en
contacto con diversas modalidades y funciones de lectura.
En relación con la capacidad cognitiva, podemos decir que con ella se desarrolla la memoria, la
interiorización, la reflexión y la intencionalidad. La evolución cognitiva hará posible el aumento de la
capacidad de entender los mensajes orales y escritos, por tanto, puede mejorar su capacidad de
comprensión y de expresión escrita.
En el desarrollo socio-afectivo, la conciencia de los otros y el deseo de relacionarse cada vez es mayor, lo
que exige un interés por aumentar y enriquecer las posibilidades comunicativas.
En cuanto a la dimensión psicomotriz, se produce una percepción más ajustada del espacio: orden,
direccionalidad, tamaños, formas; así como una percepción más ajustada del tiempo y un desarrollo
óptimo de la coordinación motriz fina.
Teniendo en cuenta esto, podemos decir que en el aprendizaje de la escritura podemos destacar tres
etapas:
En la etapa precaligráfica el niño se esfuerza por conseguir el canon caligráfico. Sus trazos rectos
continúan rotos, presenta desigualdades en la inclinación, el tamos es fluctuante, los márgenes no son
respetados… En el plano simbólico, a medida que el niño lee percibe las relaciones exactas gráfico-
fonéticas.
En la siguiente etapa, la caligráfica, el apoyo es más seguro sobre el instrumento, permitiendo al niño una
escritura aplicada, equilibrada, los márgenes se distribuyen correctamente y por consecuencia, la
escritura se hace más proporcionada.
En la última etapa, la postcaligráfica, se desarrolla una escritura más original y evolucionada. Llegar a
esta fase implica el haber pasado por la anterior. La escritura expresa características del individuo por la
personalización de las formas.
La madurez para el aprendizaje de la escritura no implica necesariamente una edad cronológica, aunque
en general se consideran a los 6 años como el momento conveniente para el inicio sistemático.
En la etapa de educación primaria se debe transmitir la necesidad de esta forma de comunicación, que se
caracteriza por construir un tramo eminentemente social. La escuela y sus experiencias con los
compañeros proporcionan nuevos modelos de utilización del lenguaje en todas sus vertientes.
En el primer curso aprenderán la puntuación y la ortografía de los carteles, etiquetas y libros e imitarán la
letra cursiva de alguien. En el segundo curso pueden realizar progresos de escribir para sí a escribir para
un lector, por el mero gusto de ejercer la actividad.
En el tercer y cuarto curso, se producen procesos deliberados y concretos. Buscan mostrar producciones,
acompañadas de la firma de autor que pierden parte de su espontaneidad. Al final del cuarto curso,
empieza a manifestarse una cierta flexibilidad que se hará más patente en los cursos posteriores.
Y por último, en el quinto y sexto curso, frente a la cierta unidirrecionalidad de los cursos de tercero y
cuarto, piensan más en sus producciones. Las estrategias que al principio son operaciones físicas y
concretas comienzan a ser internalizadas como operaciones mentales algo más abstractas. A media que
los niños escriben más, sus procesos de composición se hacen más complejos. Empiezan a utilizar la
escritura como medio para expresar sus conocimientos, dudas, sentimientos y opiniones.