Unidad Iii Normas de Proteccion Sobre Maternidad
Unidad Iii Normas de Proteccion Sobre Maternidad
Unidad Iii Normas de Proteccion Sobre Maternidad
Estas normas son esenciales por la necesaria suspensión del trabajo por maternidad,
situación propia y exclusiva del sexo femenino, que exige un imperioso receso por un
tiempo, mientras no se halle la mujer en condiciones de reintegrarse a su trabajo, tiempo
asimilable a un período de licencia por enfermedad, que además no gravita
económicamente al empleador pues la remuneración corre por cuenta de la seguridad
social.
Pasado el tiempo de reposo sanitario para la mujer, la ley debería dar la opción tanto al
hombre como a la mujer de gozar del período de excedencia, ya que la responsabilidad
del hijo hoy en día está a cargo tanto de la madre como del padre y establecer solamente
la excedencia para la mujer discrimina al hombre en cuánto padre e impide que en el
seno familiar se elija sobre quién conviene más que recaiga esa responsabilidad, no sólo
por el niño, sino también económicamente, ya que durante la excedencia no se cobran
salarios y es posible que en algún hogar la mujer cobre más que el hombre.
Asimismo, cabe traer a colación la licencia miserable de dos días corridos que se le
otorga al padre por el nacimiento del hijo (art. 158, LCT) como si el padre no tuviera
que adaptarse al nuevo miembro de la familia, lo que hace recaer solamente sobre la
mujer el peso de la maternidad y un esfuerzo considerable respecto del varón para el
desarrollo de sus tareas como si estuviera en condiciones normales. Hoy existe un
proyecto de ley que pretende extender la licencia por paternidad a 15 días, lo que
demuestra que los legisladores comienzan a contemplar la transformación de las cargas
de familia sobre ambos integrantes de la sociedad conyugal.
1) Internacionales,
a) Convenios y recomendaciones internacionales:
1.a y b) Convenios nº3 (1919); modificado por el C nº103 (1952)
A los efectos del presente Convenio, el artículo segundo establece que el término mujer
comprende a toda persona del sexo femenino, cualquiera que sea su edad o nacionalidad,
casada o no, y el término hijo comprende a todo hijo, legítimo o no.
En el artículo tercero establece que todas las empresas industriales o comerciales, públicas
o privadas, o en sus dependencias, con excepción de las empresas en que sólo estén
empleados los miembros de una misma familia, la mujer:
(a) no estará autorizada para trabajar durante un período de seis semanas después
del parto;
(c) recibirá, durante todo el período en que permanezca ausente en virtud de los
apartados a) y b), prestaciones suficientes para su manutención y la del hijo en buenas
condiciones de higiene; dichas prestaciones, cuyo importe exacto será fijado por la
autoridad competente en cada país, serán satisfechas por el Tesoro público o se
pagarán por un sistema de seguro. La mujer tendrá además derecho a la asistencia
gratuita de un médico o de una comadrona. El error del médico o de la comadrona en
el cálculo de la fecha del parto no podrá impedir que la mujer reciba las prestaciones a
que tiene derecho, desde la fecha del certificado médico hasta la fecha en que
sobrevenga el parto;
(d) tendrá derecho en todo caso, si amamanta a su hijo, a dos descansos de media
hora para permitir la lactancia.
El artículo cuarto establece que cuando una mujer esté ausente de su trabajo en virtud
de los apartados a) o b) del artículo 3 de este Convenio, o cuando permanezca ausente
de su trabajo por un período mayor a consecuencia de una enfermedad, que de acuerdo
con un certificado médico esté motivada por el embarazo o el parto, será ilegal que
hasta que su ausencia haya excedido de un período máximo fijado por la autoridad
competente de cada país, su empleador le comunique su despido durante dicha
ausencia o se lo comunique de suerte que el plazo estipulado en el aviso expire durante
la mencionada ausencia.
1.c.) Convenio nº183 O.I.T. Entró en vigor el 7-2-02 no ha sido aún ratificado por la
Argentina, relativo a la revisión del Convenio sobre la protección de la maternidad
(revisado) 1952 Adopción: Ginebra, 88ª reunión CIT (15 junio 2000),
A los efectos del presente Convenio, el art. 1°señala que el término mujer se aplica a
toda persona de sexo femenino, sin ninguna discriminación, y el término hijo a todo
hijo, sin ninguna discriminación.
Su ámbito de aplicación es amplio ya que determina el art. 2do. que: “... El presente
Convenio se aplica a todas las mujeres empleadas, incluidas las que desempeñan formas
atípicas de trabajo dependiente…”.Sin embargo, acepta que previa consulta con las
organizaciones representativas de empleadores y de trabajadores interesadas, excluir
total o parcialmente del campo de aplicación del Convenio a categorías limitadas de
trabajadores cuando su aplicación a esas categorías plantee problemas especiales de
particular importancia. A tal fin requiere que todo Miembro que haga uso de la
posibilidad prevista en el párrafo anterior deberá indicar en la primera memoria que
presente sobre la aplicación del Convenio, de conformidad con el artículo 22 de la
Constitución de la Organización Internacional del Trabajo, las categorías de
trabajadores así excluidas y los motivos de su exclusión. En las memorias siguientes,
deberá indicar las medidas adoptadas con el fin de extender progresivamente la
aplicación de las disposiciones del Convenio a esas categorías.
La protección a la salud está prevista por el art. 3ero.en cuanto afirma que “…todo
Miembro, previa consulta con las organizaciones representativas de empleadores y de
trabajadores, deberá adoptar las medidas necesarias para garantizar que no se obligue a
las mujeres embarazadas o lactantes a desempeñar un trabajo que haya sido
determinado por la autoridad competente como perjudicial para su salud o la de su hijo,
o respecto del cual se haya establecido mediante evaluación que conlleva un riesgo
significativo para la salud de la madre o del hijo.
Para toda mujer a la que se aplique el presente Convenio tendrá derecho, mediante
presentación de un certificado médico o de cualquier otro certificado apropiado, según
lo determinen la legislación y la práctica nacionales, en el que se indique la fecha
presunta del parto, a una licencia de maternidad de una duración de al menos catorce
semanas (art. 4to). Señala además que, teniendo debidamente en cuenta la necesidad de
proteger la salud de la madre y del hijo, la licencia de maternidad incluirá un período de
seis semanas de licencia obligatoria posterior al parto, a menos que se acuerde de otra
forma a nivel nacional por los gobiernos y las organizaciones representativas de
empleadores y de trabajadores. El período prenatal de la licencia de maternidad deberá
prolongarse por un período equivalente al transcurrido entre la fecha presunta del parto
y la fecha en que el parto tiene lugar efectivamente, sin reducir la duración de cualquier
período de licencia obligatoria después del parto.
5. Todo Miembro deberá garantizar que las condiciones exigidas para tener derecho
a las prestaciones pecuniarias puedan ser reunidas por la gran mayoría de las
mujeres a las que se aplica este Convenio.
6. Cuando una mujer no reúna las condiciones exigidas para tener derecho a las
prestaciones pecuniarias con arreglo a la legislación nacional o cualquier otra forma
que pueda ser conforme con la práctica nacional, tendrá derecho a percibir
prestaciones adecuadas con cargo a los fondos de asistencia social, siempre que
cumpla las condiciones de recursos exigidas para su percepción.
Se establece en el art. 9 que todo Miembro debe adoptar medidas apropiadas para
garantizar que la maternidad no constituya una causa de discriminación en el
empleo, con inclusión del acceso al empleo, y ello no obstante el párrafo 1 del
artículo 2. Las medidas a que se hace referencia en el párrafo anterior incluyen la
prohibición de que se exija a una mujer que solicita un empleo que se someta a un
examen para comprobar si está o no embarazada o bien que presente un certificado
de dicho examen, excepto cuando esté previsto en la legislación nacional respecto
de trabajos que:
(a) estén prohibidos total o parcialmente para las mujeres embarazadas o lactantes, o
1. La mujer tiene derecho a una o varias interrupciones por día o a una reducción
diaria del tiempo de trabajo para la lactancia de su hijo.
Articulo 4 2. La adopción por los Estados Partes de medidas especiales, incluso las
contenidas en la presente Convención, encaminadas a proteger la maternidad no se
considerará discriminatoria.
Articulo 5 Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para:…
Garantizar que la educación familiar incluya una comprensión adecuada de la
maternidad como función social y el reconocimiento de la responsabilidad común
de hombres y mujeres en cuanto a la educación y al desarrollo de sus hijos, en la
inteligencia de que el interés de los hijos constituirá la consideración primordial en
todos los casos.
Artículo 11 1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para
eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar,
en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, los mismos derechos, en
particular: El derecho a la protección de la salud y a la seguridad en las condiciones
de trabajo, incluso la salvaguardia de la función de reproducción.
Artículo 12 1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para
eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera de la atención médica a fin de
asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, el acceso a servicios
de atención médica, inclusive los que se refieren a la planificación de la familia.
Artículo 16 1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para
eliminar la discriminación contra la mujer en todos los asuntos relacionados con el
matrimonio y las relaciones familiares y, en particular, asegurarán, en condiciones
de igualdad entre hombres y mujeres: Los mismos derechos y responsabilidades
como progenitores, cualquiera que sea su estado civil, en materias relacionadas con
sus hijos; en todos los casos, los intereses de los hijos serán la consideración
primordial;
1
PASTEN, GLORIA Y PINOTTI MONICA Régimen de contrato de trabajo comentado. Arts. 177 y sgtes. La
Ley, 2012, p.892 y sgtes.
2.a.1.b) ¿Licencia o prohibición?
El art. 177 L.C.T. asimila la prohibición de trabajar con licencia. Utiliza ambos
términos para calificar el período durante el cual la trabajadora deberá ausentarse de su
trabajo y va a percibir una asignación.
La prohibición está regida por el art. 40 de la L.C.T. y como tal dirigida al empleador,
quien no puede ocuparla ni aún cuando la trabajadora quiera. La violación de la
prohibición puede originar para el empleador sanciones administrativas. 2 La mujer
puede optar por reducir el plazo previo de prohibición, que en ningún caso podrá ser
inferior a los 30 días, en cuyo caso se acumulará lo restante al período posterior al
parto.
La ley considera a tales plazos (el anterior y posterior al parto) como de licencia, lo que
debe ser entendido como interrupción no periódica de la relación en base a la distinción
que resulta del título V de la ley entre “vacaciones” y “otras licencias”, con la diferencia
de que éstas conllevan siempre el derecho al cobro de la retribución por parte de la
persona trabajadora. Solo en el primer sentido (interrupción no periódica de la relación)
podría hablarse, como lo hace la ley, de licencia en el caso de embarazo o maternidad,
puesto que en lo demás, los plazos del art. 177, primera parte, configuran una
suspensión de las prestaciones básicas de la relación (trabajo-salario), al estar prohibido
legalmente y durante un tiempo, el objeto del contrato (arts. 37 y 40).
Durante el plazo de 90 días el empleador no debe la remuneración a la trabajadora,
quien gozará de las asignaciones que le confieran los sistemas de la seguridad social.
Estas deberán garantizarle la percepción de una suma igual a la retribución que
corresponda al periodo en que resulta prohibido su empleo u ocupación 3. La trabajadora
no podría reclamar el pago de salarios del período de licencia por falta de goce, pues si
bien la prohibición esta dirigida al empleador, durante ese período éste no tiene la
obligación de pagar salarios, ya que los mismos están a cargo de la seguridad social.
Con lo cual, si se trabaja durante este período se puede producir un enriquecimiento
ilícito, ya sea a favor del empleador o a su favor. En el primer caso porque el empleador
se aprovecharía de sus servicios sin el pago de salarios y en el segundo caso, si el
empleador le pagara salarios porque durante este período, percibiría además, la
asignación por maternidad, salvo que la mujer no lo haga, por no contar con los tres
meses de antigüedad en la empresa, que requiere la ley de asignaciones familiares.
2
MARTINEZ VIVOT JULIO,Los menores y las mujeres en el derecho del trabajo, p.235, Ed.Astrea, Buenos
Aires, 1981.
3
LOPEZ JUSTO, CENTENO NORBERTO, FERNANDEZ MADRID JUAN CARLOS, Ley de Contrato de
Trabajo Comentada, t. II, p.825, Ed. Contabilidad Moderna S.A., Buenos Aires, 1987.
embarazo, conviene presentar el certificado a los dos meses y medio, máximo a los tres
meses, que es el momento a partir del cual se genera el derecho a percibir la asignación
por maternidad.
En aquellos supuestos donde las trabajadoras presten servicios insalubres, como por
ejemplo una técnica radióloga, la comunicación deberá ser inmediata, pues requiere un
cambio de tareas de manera urgente para evitar problemas en la gestación. En estos
casos de operar un despido, si bien no habría presunción, la comunicación del embarazo
sería prueba suficiente de que el despido obedeció a esta causa, por lo que le
correspondería la indemnización agravada en tanto la condición esencial de esta sanción
es la antijuridicidad del despido represalia del embarazo y no el plazo de presunción
que sólo exime durante este plazo a la trabajadora de la prueba de la malicia por parte
del empleador.
2.a.2.5) Muerte del hijo posterior al parto o niño que nace muerto
La norma no hace diferencia ya que señala el nacimiento de hijo sin distinguir entre
vivo o muerto, por lo que la mujer podrá gozar de la licencia establecida y percibir
durante ese tiempo la asignación por maternidad.
No compartimos la opinión de la doctrina que considera que se debe reducir la licencia
porque entiende que la finalidad de la misma es el cuidado del niño y si la mujer
requiere licencia debe ser cubierta por el empleador y no por la seguridad social, en los
términos del art. 208 L.C.T., pues entendemos que la norma protege no sólo al hijo sino
a la mujer en estado de gestación cualquiera sea el resultado del nacimiento. 4
Si bien a nivel nacional no tenemos norma al respecto, está situación ha sido materia
de regulación hace ya muchos años a través del Decreto nº 3413/79 en vigor a partir del
1º de enero de 1980, pero que lamentablemente sólo aplicable para el Personal Civil de
la Administración Pública Nacional, con las siguientes exclusiones (personal
diplomático en actividad comprendido en la Ley del Servicio Exterior de la Nación,
personal docente comprendido en estatutos especiales, personal Civil de las Fuerzas
Armadas, de Seguridad y Policiales, personal sujeto a la Ley de Contrato de Trabajo).
Esta norma prevé licencia para el caso de nacimiento múltiple. En concreto señala que
el período siguiente al parto se ampliará en diez (10) días corridos por cada
alumbramiento posterior al primero.
4
Ver discusión al respecto de doctrina por FRAGNI JORGE EMILIIO, en “La indemnización especial del
art. 178 de la L.C.T. en el supuesto de la muerte del hijo”, TXXXI, Legislación del Trabajo,571.
En España por ejemplo se introduce la previsión de que en caso de parto múltiple la
duración del permiso se incrementará proporcionalmente al número de hijos (con dos
hijos, se incrementará al doble, con tres hijos, se incrementará al triple, y así
sucesivamente). Se prevé que la madre (o el padre, siempre que la mujer trabaje) podrá
sustituir este derecho por una reducción de su jornada en media hora (o la prevista en el
convenio colectivo), o acumularlo en jornadas completas en los términos previstos por
el convenio o por el acuerdo que, en su caso, se haya pactado con el empresario.
Estas normativas, bien podrían servir de base para una reforma legislativa, que
contemple para todo el territorio nacional esta circunstancia.
2.a.4.) Estabilidad.
Conservación del empleo y garantía de estabilidad.
Existen dos tipos de estabilidad, la propia o absoluta y la impropia o relativa.
Estamos frente a la primera cuando la voluntad arbitraria del empleador es ineficaz para
extinguir el contrato de trabajo y frente a la segunda cuando el acto potestativo
unilateral y recepticio del empleador de la denuncia del contrato de trabajo es eficaz
para extinguir el contrato de trabajo, aunque ésta decisión sea ilícita por violar una
disposición legal.
El párrafo tercero de éste artículo prescribe que se garantiza a la mujer el derecho a la
estabilidad pero no establece la invalidez del despido dispuesta por el empleador
respecto de la mujer trabajadora que se encuentre dentro de los supuestos allí
contemplados. Así en caso de despido por razones de maternidad y embarazo, se
aplicará lo dispuesto en el art. 182 R.C.T., o sea una indemnización agravada que
consiste en un año de remuneraciones (13 salarios porque se debe incluir el s.a.c.), más
la indemnización por despido que contempla el art. 245 R.C.T. Es decir, que la decisión
del empleador, aunque ilícita, resulta válida para la extinción del vínculo. Con lo cual la
garantía contenida en el tercer párrafo de la norma es de estabilidad relativa, esto es que
se puede despedir pagando una indemnización agravada.
En estos términos la presunta estabilidad impropia no es realmente estabilidad, sino
simplemente, protección contra el despido arbitrario, con una sanción pecuniaria
6
LOPEZ JUSTO, CENTENO NORBERTO, FERNANDEZ MADRID JUAN CARLOS, Ley de Contrato de
Trabajo Comentada, t. II, p.828, Ed. Contabilidad Moderna S.A., Buenos Aires, 1987.
indemnizatoria para el empleador que despida sin causa a una mujer durante los plazos
de protección establecidos por la ley.
Esta presunta estabilidad asume el carácter de derecho adquirido a partir del momento
de la notificación que la trabajadora haga de su estado al empleador, lo que requiere,
como ya se indicó, forma fehaciente y certificación médica (requisito ad probationen).
El derecho a la estabilidad que en caso de despido puede generar el reclamo a la
reincorporación al puesto de trabajo, no está previsto por esta Ley pero si por la ley
23.592, que no obstante ser una norma civil es plenamente aplicable a la legislación
laboral en los casos de despido por maternidad pues claramente estamos frente a una
discriminación por motivos de sexo.
En éstos casos, la trabajadora puede optar por reclamar la nulidad del despido (que
vuelvan las cosas al estado anterior supuesto previsto por ésta norma) en cuyo caso
deberá reclamar la reinstalación en su puesto de trabajo. Y como consecuencia de ello
el empleador quedaría obligado a reveer la medida y abonar los salarios “caídos”, o
puede optar por reclamar los daños y perjuicios además del pago de las
indemnizaciones de los arts. 245 y 182 R.C.T.
Debe recordarse que en caso de considerarse que existió una situación contemplada por
la Ley 26.485 (violencia de género, ésta prevé una indemnización que debería ser
armonizada con la Ley 23.592.
8
MARTINEZ VIVOT JULIO,Los menores y las mujeres en el derecho del trabajo, p.244,Ed.Astrea, Buenos
Aires, 1981.
9
Art.5° del Anexo Normas complementarias y aclaratorias y de aplicación al régimen de asignaciones
familiares.
10
CNTrab., sala V, 74--9-13, “Lombardi, Ana M. c. TecnografS.A.” T. Y S.S., 1975, p.320.
Ocurrido el nacimiento, corresponde el pago de ésta asignación que se abona a uno
sólo de los cónyuges en el mes que se acredite tal hecho al empleador. Se requiere una
antigüedad mínima y continuada de seis meses a la fecha del nacimiento.
Corresponde su pago aunque se produzca el nacimiento sin vida y cuando se produjo la
interrupción del embarazo por causas clínicas, naturales o terapéuticas, se establecen
180 días como término mínimo.
En el caso de la persona trabajadora de temporada, para percibir la asignación deberá
estar prestando servicios, al producirse el hecho generador.
En caso de reconocimiento de hijos y de legitimación, corresponde la asignación, pero
el monto será el vigente a la fecha del nacimiento, siempre que no hubiere operado la
prescripción que comienza a partir del nacimiento.
11
MARTINEZ VIVOT JULIO,Los menores y las mujeres en el derecho del trabajo, p.235,Ed.Astrea, Buenos
Aires, 1981.
12
PODETTI HUMBERTO, BANCHS IRINEO, Trabajo de mujeres, p.113, Ed. Hammurabi, Buenos Aires,
1980.
resabio de la ley 11.317, que lo contenía, pero en un tiempo en que los demás
trabajadoras/res no habían logrado aún el amparo legal por enfermedad.
Ahora bien, dado que, salvo la opción por el estado de excedencia, la mujer trabajadora
debe reintegrarse a su empleo al cabo de la licencia por maternidad, para aplicar este
último párrafo de la norma deberá presentar al empleador, en tiempo oportuno, salvo
justificada imposibilidad, un certificado médico donde conste que esta enfermedad
originada con motivo del embarazo o parto la incapacita para la reanudación del trabajo.
De no presentarse en tiempo oportuno, la falta de reincorporación puede entenderse
como la opción tácita a que se refiere el art. 186 R.C.T. siempre que la trabajadora goce
de la antigüedad requerida para tal fin (un año). De no requerir ésta antigüedad, la falta
de reincorporación obliga al empleador a intimar por abandono de tareas.
Las enfermedades inculpables no suspenden ni interrumpen el curso de la licencia. Sólo
suspenden -por causa diferente- la exigibilidad de la reincorporación de la reciente
madre una vez vencido el plazo de la licencia post- parto y la operatividad de la opción
prevista por el art. 183 R.C.T.13
13
CNTrab., sala VIII “López, Adriana Beatriz c/Supermercados Ekono S.A. s/despido,” S.D. del 06-7-26.
14
Citado por LOPEZ JUSTO, CENTENO NORBERTO, FERNANDEZ MADRID JUAN CARLOS, Ley de
Contrato de Trabajo Comentada, t. II, p.833, Ed. Contabilidad Moderna S.A., Buenos Aires, 1987.
suceden las cosas y los hechos”. Por eso el art.178 configura una regla jurídica
sustancial, pues resulta ser la forma adecuada de garantizar la plena eficacia de la ley,
ya que cubre a la trabajadora de las dificultades, a veces insuperables, de acreditar la
vinculación entre el despido y su estado de embarazo o nacimiento del hijo. Por ello se
presume que el despido, dentro del plazo de siete meses y medio antes o después del
parto obedece a aquéllas razones.
La presunción es iuris tantum. La ley admite prueba en contrario, ello implica, a la vez
que dispensa de prueba a la trabajadora, quien debe demostrar únicamente los
presupuestos de aplicación de la norma pues corresponde al empleador aportar las
pruebas que acrediten en el juicio que la desvinculación obedeció a causas distintas.
Respecto de éstas, debe realizarse dos observaciones. La primera es que la causa debió
invocarse en ocasión de la notificación del despido, por así exigirlo el art. 243 L.C.T.
que impide invocar en el juicio otra causa diferente de la contenida en dicha
notificación. Por ello mal podría desvirtuar la presunción la invocación de un despido
sin causa. Y en segundo lugar, la causa a probar debe ser eficiente para justificar el
despido en los términos del art. 242 del cuerpo legal citado.
2.b.4) Supuestos de: aborto y de fallecimiento del hijo antes de nacer o recién
nacido
15
CNTrab., sala II, “Ligato María Jazmín c.Menues Serranos S.A. y otros s. despido”, sentencia definitiva
94577 del 06-10-26.
En éstos casos la presunción de despido se aplica igual ya que no existen motivos para
su exclusión en el despido que se produce dentro de los siete meses y medio posteriores
al día de la interrupción o la muerte, pues la ley no hace diferencias al respecto. La
cobertura legal es exigible ya que la madre frustrada puede quedar por este motivo en
precarias condiciones psíquicas y físicas que podrían agravarse si estuviera expuesta al
despido.
En este sentido la Suprema Corte de Buenos Aires, ha señalado que: “…La garantía de
que goza la dependiente a partir de la concepción dentro del plazo de siete meses y
medio anteriores o posteriores a la fecha de parto, debe proteger a la madre aunque el
hijo fallezca con el alumbramiento o después, mediante la obligación del principal de
concederle a la empleada el derecho de su licencia y además asegurarle la conservación
del puesto por el período de estabilidad antes indicado, según lo determinado por el art.
178 L.C.T., pues en tal supuesto la frustración sufrida por la actora desde la muerte de
la criatura, exige la misma cobertura legal frente a la extinción del contrato de trabajo
en los plazos legales citados a raíz de su estado físico y psíquico sobreviniente a tal
ingrata circunstancia, que la otorgada a la dependiente que felizmente logra su
propósito del ejercicio de la maternidad…” 16 En igual sentido se ha expedido la Cámara
Nacional de Apelaciones del Trabajo.17
16
S.C. Buenos Aires, agosto 31-984, “Flores, Ramona A. c/ Sil Ben S.C.A.”, D.T.1985-A, T. Y S.S., 1984-
976, citado por Fernández Madrid en Ley de Contrato de Trabajo comentada y anotada, La Ley, Tomo II,
p1518.
17
CNTrab., sala V “Canto c/ Carrefour s. Despido” del 2007 diciembre 14.
18
LOPEZ JUSTO, CENTENO NORBERTO, FERNANDEZ MADRID JUAN CARLOS, Ley de Contrato de
Trabajo Comentada, t. II, p.833, Ed. Contabilidad Moderna S.A., Buenos Aires, 1987.
motivo para excluir la aplicación del art. 178 si el despido se debió a alguna de éstas
causas.19
En sentido similar se expresó Martínez Vivot cuando señaló que en el caso de que el
empleador tuviera conocimiento de tal circunstancia por la apariencia externa de la
trabajadora, no puede obviarse por la falta de certificado, que se hubiera cumplido con
la notificación que exige esta norma, pues ello contraría el principio de la buena fe,
necesario por ambas partes en las relaciones laborales.20
El nacimiento se acredita con la partida de nacimiento (o fotocopia de la misma) o
certificado médico del que resulte la interrupción del embarazo.
22
RUSSO, PATRICIA SILVIA , “ Indemnizaciones agravadas” en Pasten de Ishihara, Gloria Marina
(directora) Teoría y Práctica del Régimen Indemnizatorio laboral - La Ley: Buenos Aires, 2010
un “bill de indemnidad” ni favorecedor de prácticas discriminatorias, con lo cual si bien
durante este período no corresponde aplicar la presunción, si la mujer prueba que el
despido obedeció a su embarazo, le corresponde el pago de una indemnización
agravada.23
Si bien a nivel nacional no hay norma que contemple esta licencia, el decreto nº
3413/79 en vigor a partir del 1º de enero de 1980, sólo aplicable para el Personal Civil
de la Administración Pública Nacional, con las siguientes exclusiones (personal
diplomático en actividad comprendido en la Ley del Servicio Exterior de la Nación,
personal docente comprendido en estatutos especiales, personal Civil de las Fuerzas
Armadas, de Seguridad y Policiales, personal sujeto a la Ley de Contrato de Trabajo)
prevé licencia para tenencia con fines de adopción. En concreto establece que: “…Al
agente mujer que acredite que se le ha otorgado la tenencia de uno o más niños de hasta
siete (7) años de edad, con fines de adopción, se le concederá licencia especial con goce
de haberes por un término de sesenta (60) días corridos, a partir del día hábil siguiente
al de haberse dispuesto la misma…”.
2.f.1) Introducción26.
Este capítulo incorpora beneficios para la mujer trabajadora que puede suspender la
relación laboral por su iniciativa en las circunstancias previstas y autorizadas por la ley,
esto es, en situación de postparto así como también en ocasión de tener un hijo menor
de edad a su cargo.
Este texto de alto contenido social recepta tanto la idea del retiro compensado
económicamente de la madre reciente, como una posible prolongación del descanso
postparto o con el fin de cuidar al hijo enfermo menor de edad. Sin embargo la carencia
de remuneración en el tiempo previsto para ella la transforman en un beneficio que en
muy pocos casos puede ser utilizado.
Estos beneficios (tanto la excedencia como la posibilidad de rescindir el vínculo) que se
encuentran incluidos en el capítulo de mujeres deberían ser derechos que pudieran
utilizar cualquiera de los padres de manera indistinta, pues no hay motivos fisiológicos
que exijan el cuidado del niño a cargo de la mujer, menos aún cuando en muchos casos
es la mujer la que aporta al hogar un salario mayor. Por lo que debería quedar al arbitrio
de los padres la decisión, de quien de los dos rescinde o suspende durante un tiempo el
contrato de trabajo, de ser necesario para el cuidado del menor enfermo o recién nacido.
26
PASTEN, GLORIA Y PINOTTI MONICA Régimen de contrato de trabajo comentado. Arts. 183 y sgtes.
La Ley, 2012, p.892 y sgtes.
En tanto la vigencia de la norma actual se refiere sólo a las mujeres, debemos destacar
que para que éstas puedan hacer uso de las opciones que prevé la ley, se le exigen
cuatro requisitos: el primero es que esté vigente el contrato de trabajo, el segundo es
que hubiera dado a luz, el tercero es que continúe residiendo en el país y el cuarto es
que posea una antigüedad mínima de un año. Con lo cual, es obvio que estos requisitos
se exigen únicamente cuando se pretenden gozar las opciones enunciadas en los incisos
b) y c).
2.f.2) Opciones
2.f.2.a) Continuación del trabajo en la empresa
Vencido el plazo de licencia del primer párrafo del art. 177 o desde el vencimiento de la
licencia por enfermedad derivada del embarazo o parto, la mujer puede reintegrarse a su
trabajo.
En este caso el empleador está obligado a darle las mismas tareas y en el mismo puesto,
ya que la ley expresa “… en las mismas condiciones en que lo venía haciendo…”. Es
decir que en este caso el empleador no podría hacer uso del “jusvariandi”, ni puede
alegar imposibilidad de reincorporarla, por lo que esta situación no es idéntica al
reingreso de la mujer luego de gozar de excedencia prevista por el art. 184 R.C.T.
Si el empleador no admite la reincorporación debe responder en los términos de los
arts. 245 y 182 L.C.T. siempre que el despido se encuentre dentro del plazo de
protección establecido por el art. 177 .
Si la mujer no se reincorpora y no comunica al empleador dentro del plazo de 48 horas
que se acoge al beneficio de excedencia, su silencio puede dar lugar a que se interprete
que se configuró la opción tácita a que se refiere el art. 186 L.C.T. siempre que contara
con la antigüedad de un año que exige el art. 185.
Si la mujer no alcanzó la antigüedad minima no tendría derecho a la indemnización de
que se trata y su ausencia no podría ser interpretada como una renuncia al empleo. En
esta hipótesis se requiere la intimación del empleador para que se reintegre al trabajo
(art. 244 R.C.T.)27
27
FERNANDEZ MADRID JUAN CARLOS Ley de Contrato de Trabajo comentada y anotada, Tomo II,
Segunda edición p.1540, La Ley, Buenos Aires, octubre de 2000.
expresa con derecho a una compensación por tiempo de servicio o las mayores que
surjan de los estatutos profesionales o convenciones colectivas de trabajo.
La opción expresa debe manifestarse mediante una declaración dirigida al empleador, y
que como toda comunicación para que sea válida debe llegar a la esfera de
conocimiento del empleador. Esta declaración debe ser formulada antes de que
concluyan los plazos de licencia previstos por el art. 177, pues conforme señala el art.
186, si la mujer no se reincorpora a su empleo y no comunica a su empleador dentro de
las cuarenta y ocho (48) horas anteriores a la finalización de la licencia, que se acoge a
los plazos de excedencia, se entenderá (tácitamente) que opta por la percepción de la
compensación establecida en el artículo 183 inciso b) párrafo final para la rescisión del
contrato siempre que tenga un año de antigüedad. En cuanto a la opción tácita aparece
regulada por el art.186, al que nos remitimos.
29
LIMA OSVALDO “El estado de excedencia”, LT, XXIV-17 citado porMARTINEZ VIVOT JULIO,Los
menores y las mujeres en el derecho del trabajo, p.263, Ed.Astrea, Buenos Aires, 1981.
2.f.2.c.5) Extensión
La situación de excedencia tiene una extensión mínima de tres meses y una máxima de
seis meses.
El texto original de la ley no obligaba a la beneficiaria a fijar de antemano el plazo de
su licencia, y preveía un plazo de reincorporación que el empleador debería satisfacer
dentro del plazo de 60 días. En su actual redacción se ha suprimido este mecanismo al
disponer que “el reingreso de la mujer trabajadora en situación de excedencia deberá
producirse al término del período por el que optara”, lo que parece indicar la necesidad
de esa fijación previa.
La interesada al escoger la excedencia deberá comunicar al empleador el plazo de su
alejamiento, que no puede ser menor de tres meses ni mayor de seis meses, plazos que,
obviamente rigen en el ámbito de las decisiones unilaterales, pero que no impiden que
las partes acuerden una licencia mayor o menor que la legal si así conviene a sus
30
intereses y siempre que con ello no se vulnere la prohibición del art. 12 R.C.T.
2.f.2.c.6) Finalización
Normalmente se pone fin a la situación de excedencia con la expiración del plazo por el
cual optara. Estimamos que en el caso que la mujer hubiere optado por el plazo menor
de tres meses, podrá antes de su vencimiento ampliar la licencia hasta el tope de seis
meses, comunicando tal situación al empleador.
De igual modo, puede reducir la licencia si desapareció el motivo de la excedencia,
como por ejemplo la muerte del hijo enfermo menor de edad, que puede ser incluso el
recientemente nacido y cuyo cuidado determinara a la mujer hacer uso del derecho de
excedencia.31
También puede concluir el plazo de excedencia por renuncia tácita extintiva cuando la
mujer en uso de esta licencia formaliza un nuevo contrato de trabajo con otro
empleador. En este caso la ley priva de pleno derecho a la facultad de reintegrarse ya
que se cumple la condición resolutoria prevista legalmente. El empleador queda
liberado de toda responsabilidad por finalización del vínculo.
2.f.2.c.7) Repetición
La ley no limita el número de veces que una mujer trabajadora puede acogerse a este
beneficio, por lo que cada vez que se configure alguna de las situaciones (nacimiento de
hijo o enfermedad del hijo menor de edad a cargo) puede formular la opción, la que
obviamente dependerá de la situación económica en la que se encuentra la trabajadora,
ya que reiteramos, este beneficio es sin goce de sueldo.
30
GUIBOURG RICARDO “La protección de la mujer en la ley de contrato de trabajo”, obra citada, p.875.
31
LOPEZ JUSTO, CENTENO NORBERTO, FERNANDEZ MADRID JUAN CARLOS, Ley de Contrato de
Trabajo Comentada, t. II, p.845, Ed. Contabilidad Moderna S.A., Buenos Aires, 1987.
2.f.2.c.8) Comunicación al empleador
La oportunidad de gozar de excedencia constituye un acto de voluntad expresa (positiva
en los términos del art. 917 del Código Civil) pues si la trabajadora con un año de
antigüedad no se reincorpora y guarda silencio, se entiende que optó por la rescisión del
contrato con la compensación por tiempo de servicio (art 184).
La ley no prevé una forma determinada de manifestar esta voluntad, por lo que puede
ser de manera verbal o escrita. Si se efectúa de manera verbal, ante lo dispuesto sobre la
opción tácita, la prueba de la manifestación verbal ha de ser apreciada de manera
rigurosa y, en caso de existir duda habrá que estar a la vigencia del contrato de trabajo.
2.f.2.c.10) Efectos
Se trata, como ya vimos de una licencia especial, por lo que durante el plazo de
excedencia se mantiene latente la vigencia del contrato de trabajo. No hay obligación de
prestar tareas ni de pagar la remuneración.
Durante este tiempo la mujer tampoco percibe ningún subsidio, asignación por hijo o
asignación especial, circunstancia que debería preveer el sistema de seguridad social.
Ello se debe, como señalara Martínez Vivot, a la interpretación del texto del art. 2° del
decreto 7913/57, como del 7914/57, cuando prescribieron que las asignaciones
familiares: “serán abonadas en forma mensual justamente con su salario”. Es evidente
que esta redacción se formula para establecer el tiempo y oportunidad de pago de la
asignación y de ahí la referencia a la remuneración, pero ello no significa que aquélla
requiera para su vigencia el pago de ésta en todos los casos.
32
SAMUELE Y ROMERO, “Estado de excedencia” E.D., 76-863 , citado porMARTINEZ VIVOT
JULIO,Los menores y las mujeres en el derecho del trabajo, p.276, Ed.Astrea, Buenos Aires, 1981.
En base a ello consideramos que, dado el sentido social que las caracteriza a las
asignaciones familiares, le correspondería, a la mujer durante este plazo, seguir
percibiéndolas.
Con respecto a la obra social, no hay dudas que, durante este plazo, la mujer puede
optar por mantener su condición de beneficiaria del sistema, por todo el tiempo de su
duración y realizando su propio aporte. Al respecto cuestionamos el aporte a cargo de la
mujer, en especial en los casos en que se hace uso de la licencia por enfermedad de hijo,
ya que en estos casos es esencial la cobertura médica.
Esta carga puede impedir, en muchos casos, que la mujer no pueda disponer de este
plazo para el cuidado del niño por no contar con dinero suficiente para soportar los
aportes a la obra social. Con lo cual se desvirtúa el fin social de la norma.
33
MARTINEZ VIVOT JULIO,Los menores y las mujeres en el derecho del trabajo, p.288, Ed.Astrea, Buenos
Aires, 1981.
2.f.3) Requisitos comunes para las opciones establecidas en los incisos b) y c)
2.f.3.1) Vigencia del contrato de trabajo
Este requisito es obvio ya que ya que mal podría rescindir de un contrato que ya no
estuviera vigente ni tendría sentido el uso de la opción de excedencia sino es frente a la
supervivencia de un contrato de trabajo.
34
MARTINEZ VIVOT JULIO,Los menores y las mujeres en el derecho del trabajo, p.267, Ed.Astrea, Buenos
Aires, 1981.
35
LOPEZ JUSTO, CENTENO NORBERTO, FERNANDEZ MADRID JUAN CARLOS, Ley de Contrato de
Trabajo Comentada, t. II, p.845, Ed. Contabilidad Moderna S.A., Buenos Aires, 1987.
resulta por demás difícil de comprobar y tal puede explicarse por el deseo de evitar que
la compensación monetaria –que generalmente estará lejos de constituir una fortuna-
sea gastada en el extranjero. Y en el caso de la opción restante, aparte de la ya apuntada
dificultad de control, es difícil justificar, el cercenamiento de una libertad ambulatoria
garantizada en el art. 14 de la Constitución Nacional. 36
Lima la justifica con fundamento en el principio de la responsabilidad profesional, que
impone un criterio de solidad profesional37
Podetti y Banchs sostienen que, de buscarse una justificación, ella estaría en que las
cargas impuestas al empleador, de satisfacer la compensación por tiempo de servicio o
de licencia denominada “situación de excedencia”, tienen sentido dentro de la
comunidad nacional, como aplicación del principio de solidaridad; y que la voluntad
legislativa es la de no extender dicha solidaridad cuando la mujer, por cualquier motivo
pasa a tener residencia en el extranjero.38
Consideramos entonces, que este requisito debería suprimirse.
36
GUIBOURG RICARDO, “La protección de la mujer en la Ley de Contrato de Trabajo”, LT, XXIV-10
37
LIMA OSVALDO “El estado de excedencia”, LT, XXIV-17 citado porMARTINEZ VIVOT JULIO,Los
menores y las mujeres en el derecho del trabajo, p.269, Ed.Astrea, Buenos Aires, 1981.
38
PODETTI HUMBERTO, BANCHS IRINEO, Trabajo de mujeres, p.176, Ed. Hammurabi, Buenos Aires,
1980.
2.f.4.1) Introducción39
Si bien la ley denomina “reingreso”, tal denominación no se condice con la naturaleza
jurídica de la excedencia, en tanto se trata de una licencia especial que no tiene como
fin extinguir el contrato de trabajo, caso que se da en el supuesto de la opción del art.
183 inciso b) . Por ello, por más que la ley utilice el término reingreso, no es tal la
situación de la mujer que reanuda el contrato de trabajo que sólo estaba suspendido.
En base a ello basta con que la trabajadora se presente a trabajar el día que venció la
licencia, al igual que en cualquier otro supuesto de licencias, le corresponde la
incorporación inmediata.
La ley no prevé condición ni trámite alguno para ello. Por eso, si al finalizar el plazo de
excedencia la mujer se presenta a retomar tareas y no es admitida, esta deber efectuar la
interpelación correspondiente, lo que llevará aparejada la consecuencia (presunción en
contra del empleador) que la misma disposición asigna al silencio que éste opusiere,
siempre que subsista durante un plazo razonable, el que nunca será inferior a dos días
hábiles. Como consecuencia de ello, podemos señalar que el empleador dispone al
menos de ese plazo para resolver sobre la situación de la trabajadora.40
El empleador debe actuar con prudencia antes de considerar por rescindido el contrato,
pues una aplicación automática de la norma por la cual se considera únicamente el
hecho objetivo de la no reincorporación, puede implicar tomar como tácita una
declaración de voluntad en un sentido incorrecto, por ejemplo si la mujer no comparece
por causas justificadas (enfermedad o accidente, paro o dificultades de transporte, etc.).
En tales circunstancias, sin perjuicio del deber de la mujer trabajadora de comunicar al
empleador el motivo de la incomparecencia, al ser justificada no daría lugar a que se
interprete como la opción tácita prevista por ésta norma.44