1 - Manrique - Análisis de Discurso
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ANALISIS DEL DISCURSO
Aportes para la comprensión de
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las situaciones de enseñanza
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María Soledad Manrique
2014
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
En este trabajo nos proponemos exponer una serie de conceptos que nos permitirán
entender qué es el análisis del discurso y qué aportes puede realizar al análisis de
situaciones de enseñanza. En primer lugar, plantearemos una serie de nociones básicas que
nos servirán como marco teórico de referencia. En los tres capítulos siguientes
presentaremos categorías que el análisis del discurso nos provee desde algunas de sus líneas
teóricas que se complementan. Con el fin de facilitar su uso las hemos convertido en
preguntas que podemos formularnos a la hora de analizar una situación de enseñanza. Las
preguntas hacen foco en el destinatario, en el locutor y en los aspectos dialógicos del
intercambio, respectivamente, en cada uno de los capítulos siguientes.
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Este trabajo fue elaborado con el soporte intelectual y emocional del equipo de la Cátedra
de Didáctica II con quienes discutimos su contenido y quienes leyeron los borradores “con
cariño y mirada crítica”: Prof. Adjunta Diana Mazza; Ayudantes Lorena Sánchez Troussel,
Matías Piaggi, María Sol García Weis y Gabriela Volpin; Adscriptas Cecilia Iermoli, Belén
Chaparro, Tamara Lebendiker y Noelia Nocito.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
¿Qué es? ¿Cuál es su objeto? ¿Por qué el análisis del discurso? ¿Para qué nos sirve? ¿Cómo
se relaciona el análisis del discurso con el análisis didáctico multireferenciado?
Quienes sentaron las bases de este planteo acerca de la necesidad de la consideración del
contexto en los estudios sobre el lenguaje fueron los filósofos del lenguaje de origen
británico Austin y Searle. A partir del estudio de ciertos usos del lenguaje que resultan muy
gráficos en frases como “te bautizo” “juro” “te perdono” “los declaro” o cualquier verbo en
modo imperativo, estos estudiosos desarrollaron una serie de ideas vinculadas al estatus del
lenguaje como acto y propusieron lo que llamaron “la teoría de los actos de habla”.
Identificaron la fuerza performativa del lenguaje, el hecho de que con el lenguaje se hace
algo más que hablar, se trata de un acto en sí mismo. Y lo que caracteriza un acto es
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
A partir de esta consideración del lenguaje en uso se abrió en la lingüística todo un nuevo
campo disciplinar, el campo del análisis del discurso, que nos interesará abordar. En este
campo ya no corresponde analizar el significado de las palabras como unidades separadas
ni tampoco la significación como valor semántico de una oración, sino que el lenguaje es
considerado una práctica social cuya significación depende de los interlocutores implicados
y de sus relaciones y circunstancias y, por tanto, el sentido estará dado por todos estos
componentes que no pueden ser aislados. Si un enunciado es producido en situación, su
sentido sólo podrá ser comprendido en relación con el acto de producirlo en una situación
concreta, con la actividad de producción lingüística. Esta actividad de producción de un
enunciado o un discurso se denomina enunciación. El discurso es entonces, el lugar de
intermediación entre la lengua como conjunto abstracto de reglas que configura un sistema
y el habla como realización concreta del sistema. La enunciación, como acto productor del
discurso y el enunciado, como aquello producido, son sus componentes.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
compartidos, sus intereses, todo aquello que se activa en el intercambio comunicativo así
como las dimensiones del contexto empírico en que se produce el intercambio.
Dentro del amplio campo del análisis del discurso existen vertientes o líneas diversas que
han definido este contexto de diferentes maneras: como situación de enunciación, como
estructuras sociales o como condiciones de producción. La definición del contexto que será
considerado en el análisis, en relación con los aspectos lingüísticos, es uno de los criterios
para distinguir líneas diferentes dentro del análisis del discurso. Otro de los criterios es la
unidad de análisis lingüístico que se considera, por ejemplo textos de archivo,
conversaciones cotidianas dialogadas, discursos públicos, etc. De acuerdo a la unidad que
se estudie, el análisis del discurso recurrirá a distintas disciplinas lingüísticas dentro de las
que podemos citar por ejemplo, la psicolingüística, el interaccionismo simbólico, la
lingüística funcional, la sociolingüística interaccional, la teoría de la enunciación, la teoría
pragmática de la comunicación humana, el análisis de la conversación. En todas estas líneas
el foco está puesto en las interacciones verbales y en los aspectos interpersonales. Nosotros
tomaremos prestadas herramientas analíticas de las tres últimas líneas: la teoría de la
enunciación, la teoría pragmática de la comunicación humana y el análisis de la
conversación.
Resumiendo entonces, el objeto del análisis del discurso es en todos los casos el discurso,
definido por Van Dijk como el uso real del lenguaje por locutores reales en situaciones
reales; y de modo similar por Ducrot como la actividad lingüística ejercida por el que habla
en el momento que habla, es decir la producción misma de discurso.
El concepto de enunciado, que era definido en la lingüística clásica como una secuencia
estructurada de oraciones, separada del sujeto que la producía y del contexto de producción,
como totalidad exterior al sujeto hablante, es sustituido por el concepto de enunciado
entendido como objeto fabricado en el que el sujeto se inscribe en el interior de su propio
discurso e inscribe al otro por medio de las marcas enunciativas. Es decir, que ciertas
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Lo que interesa entonces, cuando hacemos análisis del discurso, es la búsqueda de los
procedimientos lingüísticos o “marcas” (tal como veremos más adelante, “shifters” –
embragues o expresiones indexicales–, modalizadores, términos evaluativos, deícticos, etc.)
con los cuales el locutor imprime su subjetividad en el enunciado y así se inscribe en él
implícita o explícitamente y se sitúa en relación con él.
Recapitulando, el análisis del discurso es entonces una práctica interpretativa que atiende al
discurso. Lo crucial es construir interpretaciones (Pescheux). No busca “el sentido del
texto”, sino que proporciona procedimientos para exponer lo opaco. Se vincula a una
noción de sujeto que no tiene un control más que parcial sobre la palabra, que no es
totalmente dueño de lo que dice. Es decir que no se debe entender a este hablante como
sujeto libre y “fuente de sentido” de intenciones y elecciones explícitas, cuya subjetividad
se apodera del mundo, como si pudiera conquistar la enunciación. Por el contrario se trata
de un hablante que es también “hablado por el código” (Maingueneau, Pescheux, Eco).
Otra de las cualidades de este sujeto del discurso es que no es previo a la enunciación, no la
antecede, sino que se construye en el acto mismo de la enunciación (Ducrot, Foucault). No
habría pues, desde esta perspectiva un sujeto del discurso, individuo como fuente, previo a
su enunciación, al que tendríamos acceso separado de su enunciación, sino un sujeto en
sentido débil, que puede representarse la significación y el sentido de sus palabras pero que
no es la fuente u origen de éste porque no es en el sujeto que se origina el sentido.
Nos referimos a un sujeto al cual no podemos acceder más que en el interior de su discurso.
Es un sujeto sometido a restricciones de naturaleza variable que tienen que ver con que el
lenguaje, que lo preexiste y del que se vale, le proporciona un stock de significantes
prefabricados, clichés, estereotipos y automatismos asociativos. Kerbrat–Orecchioni al
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
respecto señala que en el lenguaje hay un poder de hablar, no en quien se sirve de él: “La
dinámica de los significantes precede a la constitución del significado, que lo sigue, si
puede; y el sujeto hablante no tiene otro papel que el de lanzar, tal vez controlar esta
maquinaria significante, y el de dejar que las palabras tomen la iniciativa y verlas jugar
en flagrante delirio.” (Kerbrat–Orecchioni, 1986).
¿Por qué el análisis del discurso? ¿Para qué nos sirve? ¿Cómo se
relaciona con el análisis didáctico multireferenciado?
Por ejemplo, podríamos preguntarnos acerca del locutor y los enunciadores que se ponen en
escena –las diversas “voces” que aparecen al interior de cada discurso–, acerca de la
relación entre estos enunciadores y el contenido expresado, acerca de los destinatarios que
se van construyendo (desde la teoría polifónica de la enunciación (Kerbrat–Orecchioni,
1986). Desde la teoría de la pragmática de la comunicación humana (Watzlawick, Bavelas
y Jackson, 1981) aparecerían otras preguntas como qué conductas están llevándose a cabo y
qué comunican las mismas acerca de la relación entre los participantes, el carácter de
simetría o complementariedad del intercambio entre ellos; cuestiones como el carácter
analógico o digital de las comunicaciones, y la coherencia o no de los mensajes
transmitidos en ambos niveles; el contenido y los meta mensajes en función de cómo
interpretar el contenido transmitido (aspectos referenciales y connativos respectivamente),
entre otras. Desde la línea del análisis de la conversación, por último, podríamos describir
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
la forma que toman los intercambios, su estructura; cómo se distribuyen los turnos; quién
tiene la palabra y quién la otorga.
El análisis del discurso invita pues a develar aquello que el sujeto no se propone decir pero
transmite, por medio de las elecciones que realiza sobre las diferentes opciones que la
gramática le ofrece. Las marcas lingüísticas que fueron elegidas por el locutor y que quedan
en el enunciado nos permiten rastrear el proceso de enunciación llevado a cabo. El sujeto al
que nos referimos aquí no es un sujeto empírico, sino un sujeto discursivo, que se construye
en el mismo devenir del discurso, al crear una serie de enunciadores, al tomar un cierto
posicionamiento en relación con ellos, y también al definir a su interlocutor o interlocutores
de determinada manera.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Los enunciadores (E) son los orígenes de los distintos puntos de vista que el locutor (L)
presenta en su enunciado. Son puntos de posicionamiento abstractos. El L puede ser
identificado con alguno o mantener distancias relativas frente a ellos. El L toma posición,
se sitúa en el discurso a través de estos enunciadores respecto de los cuales adopta distintas
actitudes: se identifica –por ejemplo “Estoy segura de que lo hizo sin querer” / “Mañana al
fin es el paro.”–, los rechaza –por ejemplo “No saben la tontería que escuche sobre el
paro, el otro día.”/ “¡Qué desastre, mañana hay paro!–, se mantiene neutro –“Escuché en
la radio que mañana hay paro”, se cuestiona –“¿Habrá paro mañana?”–, etc. El L
coordina los enunciadores y los puntos de vista (García Negroni y Tordecillas, 2001). Al
desdoblarse en múltiples enunciadores el L puede evocar y traer a su propio discurso
diversidad de voces: la propia de otro tiempo u otro espacio –“Hoy ya no puedo seguir
sosteniendo que lo que me pasa es por lo que mis padres hicieron conmigo, como cuando
era adolescente.”–, la ajena del interlocutor presente –“Si tomamos tu idea de hacer
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Si bien el análisis del discurso puede ser abordado desde diferentes niveles –el nivel del
contenido temático, el nivel del tipo de estructuración del discurso o el nivel de las
posiciones de los interlocutores ante sí y ante los enunciados que se intercambian– es este
último nivel el que la teoría de la enunciación enfoca.
Análisis de la conversación
Se trata de una línea más bien analítica descriptiva que surgió de la microsociología y
la etnometodología en Estados Unidos a mediados de los ‘60. Toma por objeto el discurso
como interacción. Se interesa por cómo se organiza la conducta significativa de las
personas en la sociedad, el modo en que los individuos de una sociedad realizan actividades
y le dan sentido al mundo que los rodea.
Para abordar este objeto propone el micro-análisis de las estructuras y de las estrategias de
la conversación cotidiana. Más adelante se emplearon estas categorías para poner en
análisis también las interacciones verbales al interior de las instituciones. Esta línea nos
proporciona categorías para describir un intercambio lingüístico dialógico partiendo de la
frecuencia de los turnos de habla adjudicados a cada participante de la conversación, el
modo en que se adjudican estos turnos, los temas (mantenimiento, cambio de tema) y la
organización estructural de la conversación en general. Partiendo entonces de estas
categorías, podríamos elaborar hipótesis acerca de las relaciones entre los participantes de
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
dicho evento comunicativo. También dentro de esta línea se abordan los principios de
cooperación, cortesía y pertinencia, aunque no nos detendremos en estas últimas categorías
en este trabajo.
Para el análisis de la conversación es indispensable observar todo lo que se da en una
conversación determinada: relaciones entre los participantes, ubicación espacial y temporal,
y también los aspectos que se dan en dicha conversación ya sea que se mantengan o
cambien.
Analistas prominentes de la conversación son, entre otros, Goffman, Sacks, Schegloff y
Jefferson, Goodwin, Sinclair y Coulthard, el etnógrafo Dell Hymes y el antropólogo John
Gumperz.
Esta línea teórica definió las características específicas que asume la oralidad, señalando en
primer lugar que se produce en y con el cuerpo. Se enumeraron los rasgos de una situación
de enunciación oral prototípica, que son los que involucran:
•
•
Participación simultánea de las personas que intervienen en ella (interlocutores).
Presencia simultánea de quienes interactúan, se comparte un tiempo y un
•
espacio.
Relación interpersonal donde los interlocutores activan, negocian y construyen a
•
dicha relación según sus características psicosociales: status, roles, imagen.
•
Alto grado de indefinición, de imprevisibilidad y de improvisación.
Se puede producir todo tipo de juegos de poder o se pugne por el control del
espacio discursivo.
En principio hay que distinguir entre dos acepciones del término “pragmática”.
Una segunda acepción del término alude a una corriente en particular que está incluida
dentro del campo del análisis del discurso: La “teoría pragmática de la comunicación
humana”. Esta corriente comenzó a desarrollarse en los años 1950-60, en Estados Unidos
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Las preguntas para hacernos frente a una situación a analizar podrían ser las siguientes.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
En lo que sigue, nos dedicaremos a desarrollar el sentido de cada una de estas preguntas.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
No se habla a un destinatario real sino a aquello que se cree saber de él. Y el destinatario
decodifica el mensaje a partir de lo que él cree saber del locutor: de modo que lo que
importa es la imagen que nos formamos del otro, la que construimos de nosotros mismos
ante el otro en el discurso y la que nos imaginamos que el otro se forma de nosotros. Y esto
ocurre no alternadamente sino simultáneamente. La interacción es así entendida como
influencia mutua.
Por ejemplo:
“Todo es tan difícil con ustedes: o están cansados o no les gusta lo que traigo. Y
eso que me mato trayéndoles distintos materiales y actividades, a ver si los atraigo.
¡Pero siempre tienen prueba de otra cosa, siempre hay alguna excusa para no
hacer mi materia…! Bueno, no todos ¡No me mires con esa cara, vos! ¡Ya saben a
quiénes les hablo!”
La imagen del destinatario que el docente construye en este caso es colectiva, se trata de
una definición del grupo de alumnos al que denomina “ustedes” y a quienes define como
buscando “excusas” para no cumplir, como no interesados en su propuesta. Por eso habría
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
que “atraerlos”. El docente se define a su vez como quien se “mata trayéndoles distintos
materiales y actividades, a ver si los atrae” como quien desea y hace intentos de que la
materia resulte atractiva, pero sin éxito: “pero siempre tienen prueba de otra cosa….” El
‘pero’ marca aquí la contradicción entre sus intentos y los resultados obtenidos.
Se define como esperando otra cosa del grupo de alumnos, como esperando que se sientan
atraídos por la materia y por tanto que “hagan su materia”. Hacia el final construye otro
destinatario, discriminando dos grupos al interior del grupo de alumnos. “Bueno, no todos.”
Habría excepciones, en este caso: “vos”, el que “mira con esa cara”. Aclara que lo antes
dicho refiere a un grupo, no a la totalidad, y asume que ese grupo de los que no cumplen
con su expectativa –que son mayoría pero “no todos”–, “sabe” quiénes son los miembros.
Aquí la imagen que la profesora construye del destinatario está destinada a una sola persona
y es la de quien no va a aprovechar la oportunidad, la de quien no va a traer aquello que se
ha pedido. Se trata de alguien que no cumple, de acuerdo a la construcción discursiva que
constituye una afirmación sobre cómo va a actuar el otro en el futuro. La profesora
argumenta que su actitud de “no dar otra oportunidad” está relacionada con el hecho de que
dicha actitud sería inútil. Establece una relación causal entre su actitud hacia el destinatario
y su conocimiento de él. Ya conoce lo que el destinatario hará con su oportunidad:
desaprovecharla. En el enunciado hay un presupuesto que es que previamente el alumno no
habría traído lo que se le pide. Puede que este presupuesto esté basado en la historia común
de los hablantes o también podría ser un prejuicio. De acuerdo al enunciado no podemos
saber eso. De todas maneras, es la causa que la profesora atribuye a su propia actitud.
Además, las imágenes que le vamos dando al otro de cómo lo vemos y la que mostramos de
nosotros para el otro son dinámicas, se modifican permanentemente a partir de nueva
información, de modo que la interacción las va modelando, cada parte ejerce una influencia
sobre la otra. Siempre un intercambio requiere un gasto de energía para colocarse en lugar
del otro, que es mayor para el receptor que para el emisor.
Hay que tener en cuenta también, en este tipo de análisis, que en la definición del receptor
hay que considerar la relación social y afectiva que mantiene con el locutor, según el grado
de intimidad, la naturaleza de sus relaciones jerárquicas que los separan, y el contrato social
que los une.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Interesan, en este sentido, los usos individuales del código común que se ponen de
manifiesto en la selección de determinadas unidades por el hablante, dentro del amplio
rango de posibilidades del repertorio léxico y sintáctico de su código.
Por ejemplo comparemos este primer fragmento en que se usa un “estilo de lenguaje oral” o
“código restringido” en términos de Bernstein con el segundo en que se emplea un “estilo
de lenguaje escrito” (Chafe):
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Estilo de lenguaje oral: “Pasámelo. Es ese verde de allá. Mirá, está ahí, atrás tuyo.” (-lo/
ese/ allá/ ahí/ atrás tuyo son todos deícticos. Pueden ser comprendidos por los participantes
de la conversación en el aquí y ahora).
Estilo de lenguaje escrito: “Guido le pidió a Graciela que le alcanzara el repasador verde
que estaba sobre la mesa, detrás de ella.” (No se emplean deícticos y todo lo expresado se
comprende sin necesidad de estar en el contexto del hablante. Esto es así porque el contexto
de la enunciación está explicitado: se explicitan los hablantes: “Guido y Graciela”; los
objetos “repasador verde” y el espacio “sobre la mesa, detrás de ella” (de Graciela que ya
fue mencionada).
•
parentesco.
De tiempo: a través de adverbios como ‘ahora’, ‘mañana’; a través de frases
•
(‘cuando nací…’; ‘desde que llovió…’; ‘hace tres días…’)
De espacio: ‘allá’; ‘lejos’; ‘a la vuelta’; ‘en la esquina’; ‘a la derecha’.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Los subjetivemas son términos que denotan una valoración por parte del hablante. Pueden
ser sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios, construcciones y términos lingüísticos que en
general manifiestan alguna connotación. Por ejemplo, no es lo mismo emplear la palabra
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Por otra parte, el valor positivo o negativo de un término puede ser más o menos estable,
aún dentro de un mismo grupo humano. Hay términos que mantienen su connotación –son
más estables– y otros cuya connotación depende totalmente del contexto (“¡Qué cretino!”/
“¡Qué guacho!”, por ejemplo, según el contexto puede tener signo positivo o negativo).
La identificación del valor axiológico de un término depende del contexto, del uso social y
del discurso. Es importante siempre tener en cuenta la fuente evaluativa y el grado de
intensidad de la evaluación.
En este ejemplo el supuesto valor axiológico del término “libre” es puesto en duda por una
de las partes. Este ejemplo nos muestra cómo el significado de cada palabra es neutro. Pero
cuando está referido a una realidad determinada en condiciones de comunicación genera
una “chispa de sentido” (sólo en el contacto con la realidad). Es la totalidad ideada la que
genera su propia expresividad. Esa expresividad “contamina” todas las palabras que
empleamos.
En todos los casos, se trata de la selección léxica, es decir, considerar qué forma lingüística
se está eligiendo de entre todas las opciones que la lengua ofrece. En este sentido,
denominar equivale a emplear una etiqueta significante para recortar dentro de lo
perceptible, algo. Para hacerlo es necesario abstraer ciertas propiedades de aquello que se
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
nombra. Implica, por tanto generalizar, clasificar y seleccionar dentro del código una de las
tantas formas que el código proporciona. Es por ello que toda denominación es siempre
tendenciosa, siempre informa algo del hablante. Aunque puede hacerlo de modo más o
menos obvio. Este hecho es lo que nos permite acompañar la propuesta de Ducrot,
distinguiendo grados de subjetividad presente en los enunciados.
Sustantivos
Adjetivos
• Objetivos (por ejemplo color, género o soltero / casado) no hay reacción emocional
del sujeto frente al objeto
• Subjetivos: afectivos (alegre - patético) reacción emocional del sujeto frente al
objeto
• Evaluativos: estos adjetivos refieren al objeto pero también al sujeto de la
enunciación y sus normas, sistemas de evaluación e ideología. Pueden ser:
• no axiológicos (regidos por una norma: grande/ chico – lejano - abundante –
caliente).
• axiológicos (conllevan juicio de valor: bueno/ malo - lindo / correcto).
Los adjetivos subjetivos siempre presuponen una comparación. Si yo digo por ejemplo:
“Este alumno es aplicado” lo estoy comparando con una norma, con un criterio implícito
que asumo compartido, de lo que es un alumno aplicado. Estoy diciendo que este alumno es
más aplicado que el común de los alumnos tal como yo me los represento, según la
experiencia que tengo de ellos. Lo mismo si dijera “Es irrespetuoso/ inteligente/ etc.”
Ahora bien, la norma siempre pertenece al sujeto de la enunciación, sólo uno mismo puede
decir cuánto es “mucho”, por ejemplo. O cuánto es “estudiar un largo rato”. Como ocurre
en este pasaje de “Alicia en el país de las maravillas”:
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Es interesante, en presencia de adjetivos subjetivos, intentar captar cuál sería esta norma o
criterio del locutor, si es que aparece explicitada o si se presupone como universal y, por
tanto, no se explicita.
Verbos subjetivos
Se trata de verbos que implican una evaluación, disposición o actitud ya sea por parte del
locutor ya sea por parte del enunciador, ya sea por parte del agente del proceso (el sujeto
del enunciado) que no necesariamente deben coincidir. Compárese por ejemplo la
diferencia entre el verbo “comerciar” y el verbo “traficar”. El segundo es un verbo
subjetivo, en este caso está cargado negativamente sobre el eje axiológico, se trata de una
transacción mal vista. Lo mismo ocurre con “cambiar” en relación con “degenerar”, que
siempre significa cambiar en un sentido negativo, para mal, empeorar. En todos estos casos
hay una desvalorización del proceso que se denota. Se trata de verbos de sentimiento, de
percepción, de opinión, de evaluación o juicio acerca de algo, de disposición favorable o
desfavorable.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Por ejemplo si digo: “Me parece que a Lucía esta materia no le gusta.”
En el ejemplo hay una evaluación del enunciador en 1era persona expresada por “me
parece” (en el eje de la modalización) y una evaluación segunda del sujeto del enunciado,
el agente de la acción –Lucía– en el eje axiológico: “No le gusta”).
Como existen evidentes afinidades ideológicas entre lo verdadero y lo bueno, por un lado y
lo falso y lo malo por otro, toda unidad que denota lo uno tiende a connotar lo otro. Por
ejemplo si digo “El lenguaje está constitutivamente destinado a la mentira” estoy
denotando que es malo, a mi criterio, además de no ser verdadero.
En relación con el 1er eje: Quién hace el juicio (el locutor, el enunciador, el sujeto del
enunciado) se puede establecer una diferencia entre:
• Verbos ocasionalmente subjetivos: Implican una evaluación por parte del agente
del proceso sobre el proceso (el sujeto del enunciado). Sólo implican un juicio
evaluativo cuando están en primera persona. Si yo digo “Sofía estima a su maestra”
hay una evaluación del agente del proceso Sofía, pero el enunciado no dice nada
acerca de la actitud del sujeto de la enunciación.
• Verbos intrínsecamente subjetivos: Implican una evaluación cuya fuente es
siempre el sujeto de la enunciación.
Si digo “Sofía subestima a su maestra” manifiesto una actitud evaluativa del sujeto del
enunciado o agente Sofía (no la estima) y una actitud del sujeto de la enunciación (no la
estima en su justo valor).
Si digo “Los alumnos siempre están chillando.” Hay una evaluación del enunciador por
sobre lo enunciado, gritan de modo desagradable para el enunciador.
En muchas oportunidades es difícil distinguir hasta qué punto la actitud del sujeto del
enunciado es diferente o compartida por la del sujeto de la enunciación. Por ejemplo en
“Dolores sabe que salir de la clase sin permiso está prohibido.” Se está diciendo: “Dolores
piensa que no se puede y yo que lo digo también”, sin embargo no está explícito lo que yo
pienso, se presupone. Lo mismo ocurre con “Confesó que lo hizo.” En donde el enunciador
asume que previamente no había dicho aquello “malo” y que lo que dijo ahora es “la
verdad” pero no explicita su posicionamiento: no dice “yo creo que ahora sí dijo la verdad”.
Más delante nos referiremos a los presupuestos y su función. Baste decir, por el momento,
que de esta ambigüedad que el código lingüístico proporciona, se vale el hablante para
insinuar, para decir sin decir.
Adverbios subjetivos
Los adverbios subjetivos modifican a los verbos. Pueden implicar un juicio de verdad
(‘quizás’, ‘francamente’, ‘sin duda’, ‘de hecho’, ‘efectivamente’, ‘probablemente’) o un
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Conectores proposicionales
Es interesante cuando los axiológicos aparecen coordinados con ‘pero’ y ‘hasta’, porque
estos coordinantes suministran indirectamente información sobre los sistemas de
apreciación del hablante. En el caso de ‘pero’ los dos términos asumirán un valor
axiológico opuesto. Si yo digo:
“La directora es estricta pero tolerante” (esto debe ser entendido: dado que es estricta es
sorprendente que sea tolerante. Ambos términos tienen un valor axiológico opuesto. ‘Pero’
sirve para rechazar una presuposición). En este ejemplo la presuposición sería que ser
estricta no involucraría la tolerancia.
En el caso de ‘hasta’ cumple la función contraria a ‘pero’, coordina dos secuencias que van
en el mismo sentido, que tienen el mismo valor axiológico: “La directora es tolerante,
hasta comprensiva; nos permite tomar la escuela sin sancionarnos.”/ “Es interesante el
texto, hasta incluye varias teorías”: debe interpretarse como “es interesante que incluya
varias teorías”.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
De acuerdo a la Teoría de la polifonía enunciativa (Ducrot) varias voces pueden hacerse oír
en un mismo discurso. El que enuncia puede desdoblarse en dos o más enunciadores.
Incluso puede haber una cadena de enunciadores, en la que yo refiero a lo que otro dijo que
otro dijo haber visto por ejemplo, o donde yo refiero a lo que dije previamente (me “auto
cito”). Veamos algunos casos de desdoblamiento
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
A través del discurso referido directo o indirecto, se puede introducir el discurso de otro
en el propio, señalándolo explícitamente o no.
“En este cuadro aparece la idea que antes les comentaba de Bajtín, ¿recuerdan?,
que decía que todo enunciado es eslabón de una cadena. Y nosotros podemos
aprovecharla para ver en este caso que tenemos a quién le estaría contestando este
enunciado.”
Este ejemplo grafica un procedimiento lingüístico muy típico en las situaciones de
enseñanza cuando se trata de transmitir las ideas de otro. En este ejemplo el discurso de
Bajtín está inserto en el discurso del docente a través del discurso referido indirecto “que
decía que…” Se observa un acuerdo entre el discurso inserto de Bajtín y el del docente.
Pero también pueden aparecer desdoblamientos en los cuales no hay un acuerdo entre las
diferentes figuras discursivas incluidas en el enunciado. Como se observa en el siguiente
fragmento:
“Su bendita ¨solidaridad¨ no hace más que perjudicar el avance de nuestras tareas.
Día por medio alguno tiene que ausentarse de la clase para sostener ese proyecto…
¡y nos atrasamos!”
En este ejemplo “su bendita solidaridad” alude a una solidaridad que es de los destinatarios
–por eso ‘su’–, no es del enunciador, quien le atribuye un rasgo negativo –lo cual es
evidente si nos fijamos en la marca ‘perjudicar el avance’–, y genera así un empleo irónico
del adjetivo subjetivo ‘bendita’. El enunciador cita el discurso de los destinatarios para
contradecirlo, para situarse enfrentado a dicho discurso.
“Como vos dijiste: ’Soy un vago’.” A diferencia del ejemplo anterior, en este último
ejemplo el enunciador cita la palabra del destinatario, empleando un discurso referido
directo, dándole la razón, aunque se trate de un rasgo negativo.
“Docente: ¿No era que esto era ‘una papa’?” se cita el discurso previo, para contradecirlo,
sin necesidad de aclarar que se trata de lo que los destinatarios habían dicho previamente.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
En este caso el discurso del otro está introducido en el propio confundiendo las voces de los
enunciadores. Por ejemplo: “Y dale y dale con que me preocupo por ustedes y todo eso”.
Ese ‘me preocupo’ no es de quien habla, del locutor, sino de otra persona, pero el locutor
asume opiniones y expresiones de esa persona como propias sin que haya una delimitación
clara entre ambos.
Por ejemplo:
“Yo tenía tres camiones, trabajaba, trabajaba y llegaba… ¡ah! muerto. Fumar sí,
fumo, pero tomar no tomo y si quieren pelear, me voy. Igual yo los entiendo, que me
tengan miedo, cuando me ven ahí con los otros. ”
En este caso el hablante se distancia de otros, “los borrachos, los peleadores”. Como si
dijera “si ellos son borrachos, yo no; si ellos son peleadores, yo evito la pelea”. Se protege
así de la visión que cree que el destinatario tiene de él. Como si dijera: “vos creés todo esto
pero yo no soy eso”. Se ubica en otro grupo diferente del que supone el destinatario lo está
ubicando. Pero después se identifica con el destinatario cuando dice “yo los entiendo…” y
allí aparece otro enunciador.
“Me levanto, desayuno, tengo la comida, tengo la merienda, tengo la cena, boludeo
por ahí, me tomo un vino ¿me voy a calentar en buscar laburo?”(Laura Pardo. El
prejuicio en el discurso de los sin techo. Blog)
El uso de la 1a persona para presentar la –supuesta– perspectiva del otro intenta provocar
un efecto de verosimilitud. Al contrario de lo que pudiera parecer, no es una estrategia en
donde se manifieste cercanía con la perspectiva del otro. La pregunta final traslada al
entrevistador la valoración de los discursos puestos en juego.
En la negación
Se trata de todo enunciado refutatorio de otro enunciado que se está sosteniendo en otro
lugar y que se da por presupuesto. “No quiero que hablen mientras estoy hablando yo.”
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Implica negar la afirmación “hablan mientras estoy hablando yo”. O en dobles negaciones:
“Yo nunca les dije que no iba a tomar pruebas.” Niega haber negado.
En la ironía
Se trata de una forma de burla o broma elegante. Se dice lo contrario a lo que se quiere
decir en realidad, o algo que es incongruente con un hecho o situación. Ese otro enunciado
que se dice sin decirse existe y pertenece a un enunciador, hasta el punto de que el locutor
se encuentra alineado con él. Por ejemplo “Martina: – Profe no está terminado el trabajo
(tiene 10 items y hay sólo 3 respondidos.) Docente: – Menos mal que me avisás, si no me
decís no me doy cuenta.” O “Docente a Alberto (riendo): – ¡Me imagino lo mal que la
habrás pasado escuchando lo que te contaban, a vos que te parece tan horrible el
chismerío!” Indica que a Alberto le gusta chusmear, y lo dice en tono bromista.
Hay muchas formas de ironía. El sarcasmo es una de las más habituales. Tiene una intención
menos burlesca y más agresiva, y puede considerarse una ofensa. Si, por ejemplo un docente
le dice a un alumno a quien entrega un trabajo con una corrección que dice “incompleto”
“¡La verdad te mataste en este trabajo, ¿eh?! Veo que la charla que tuvimos el otro día dio
su fruto.” Lo que denota es una crítica a la falta de esfuerzo y el poco efecto que ha tenido
la conversación previa. Es decir que está tomando un posicionamiento contrario a lo
enunciado. Para establecer si se trata más de un sarcasmo o una ironía es necesario inferir el
clima y la relación que se está entablando entre los hablantes, interpretar si se trata de una
cuestión más humorística o más agresiva. A veces la agresividad presente es más obvia que
otras como en este ejemplo: Docente a Bruno que está distraído: “¡Pasá vos al frente, que
sos siempre tan bueno con las ecuaciones, y nos las explicás a todos!”
− coloca al locutor como dueño de las palabras (puede discriminar las que no le
pertenecen),
− constituye a las palabras no entrecomilladas como a su cargo y como
apropiadas,
− delimita y constituye un encuentro con un discurso-otro; abre una zona de
interacción, imbricación, usurpación, tensión donde se representa la identidad
del locutor y su relación con el exterior. Uno podría pensar: “Dime qué
entrecomillas... y te diré qué discursos delimitas”.
Tipos de comillas
• Comillas de familiaridad: reenvían las palabras a otro nivel de lengua. Las
palabras entrecomilladas pertenecen a un género discursivo distinto del cual
aparecen. Por ejemplo:
“Por eso les pido, pueblo argentino, que me ayuden. Yo les pido que me
acompañen, les pido que me den fuerza, les pido que me den toda la “polenta”
necesaria para poder dar la lucha y la batalla que los argentinos necesitan.”
(Fragmento discurso presidente Néstor Kirchner en el 196° Aniversario de la
Revolución de Mayo, 25/05/2006, Buenos Aires, Plaza de Mayo).
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Por ejemplo:
“Si lo que sigue ha de tener algún valor, debe nacer de una total franqueza, y
empiezo por señalarlo a los nacionalistas de escarapela y banderita que directa o
indirectamente me han reprochado muchas veces mi “alejamiento” de mi patria, o
en todo caso, mi negativa a reintegrarme físicamente a ella.”
(Cortázar, Julio. “Acerca de la situación del intelectual latinoamericano”. Textos
políticos. Barcelona, Plaza y Janés, 1985, pág. 30)
• Comillas de ironía: Invadida por las comillas, la palabra pierde su evidencia de
adecuación. El locutor es desposeído o asediado por lo ya dicho. Por ejemplo: “La
técnica consiste en aturdir a los pacientes con un golpe y, mientras están bajo el efecto
del “anestésico”, introducir con fuerza un picahielo entre el globo ocular y el
párpado.” (Shua, Ana María. Botánica del caos. Bs. As., Sudamericana, 2000.)
Si las comillas invaden todas las palabras, es un habla tan mantenida a distancia, tan
exterior, que el locutor se pierde, es dominado por el exterior. Por el contrario, al eliminar
las comillas todas las palabras se presentan como apropiadas. Por ejemplo en el discurso
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Hay muchos mecanismos para decir ciertas cosas sin asumir la responsabilidad de haberlas
dicho, enmascarando al sujeto que lo dice. Mostraremos tres tipos diferentes.
2. Otra de las estrategias del locutor consiste en hablar de uno mismo ausentándose de
la superficie del texto, por ejemplo ocultándose tras un sujeto colectivo “nosotros” o
tras una muralla de citas. Así por ejemplo, “Nosotros acá les pedimos que respeten
a los profesores”. En verdad, quien está insistiendo con esta norma es la docente
individualmente y un no supuesto grupo del cual formaría parte. También es posible
hablar “de otro” diciendo yo o vos (“Docente de computación al grupo: Si yo quiero
hacer lío al menos no elijo una materia que me cueste para hacerlo.”. En lugar de
decirles “a mí no me parece que sea buena idea lo que están haciendo”, se oculta
como enunciador haciendo como que se identifica con los destinatarios. Otra opción
es la de hablar de uno mismo usando la segunda persona (“Carla a la docente: – Ya
sé que estuvo mal lo que pasó pero cuando vos te enojás te pones nerviosa, decís
cualquier cosa.”). En lugar de aceptar “estuve mal” habla en tercera persona, estuvo
mal, como si se trata de una situación ajena a ella, como si no fuera el agente de la
acción. Después dice “vos te enojás” para expresar lo que a ella le pasa. Si dijera
“cuando yo me enojo” se estaría haciendo cargo como locutora. Esta forma que
elige, en cambio la ayuda a borrarse como enunciadora.
3. Otra de las estrategias consiste en decir pero hacer como que no se dijo y
adjudicarle el sentido al que lo interpreta, sería como indicar “Yo no estaba diciendo
eso”.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
El enunciado con sobreentendidos posee siempre un sentido literal del que los
sobreentendidos están excluidos. Estos se nos aparecen como agregados, de modo
que el hablante siempre puede atrincherarse detrás del sentido literal, negando el
otro sentido y dejando al interlocutor la responsabilidad de interpretarlo como
quiera. Nuevamente podemos pensar en la metáfora del sobrevolar.
“Si la de música viene, la de geografía se irá.” (Un sobreentendido podría ser: “si
la de música no viene, la de geografía no se irá”)
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Por ejemplo: “Los alumnos que tanto se han divertido durante el año conversando,
ahora van a divertirse más todavía preparando esta actividad.”
Lo mismo si un docente le dice a los alumnos: “Sigan así que yo también voy a
seguir así.” Hay dos sentidos, el literal y el sobrentendido que indicaría que las
decisiones del docente van a ser en detrimento de los alumnos. En el segundo
sentido hay una amenaza presente.
Ahora bien, nunca es posible saber si este sentido construido es del locutor o del
destinatario. El sobreentendido en verdad puede serle atribuido tanto a uno como a
otro. Pero lo que se intenta es analizar el pasaje de una significación literal a una
implícita y las diferencias, cuando las hay, entre una y otra.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Modalidad de enunciación
Permite situar al locutor en relación con su interlocutor. Remite al sujeto hablante. Refiere a
la relación interpersonal y social. Puede ser modalidad de:
Modalidad de enunciado
Remite al sujeto del enunciado que puede o no coincidir con el sujeto de la enunciación.
Permite al locutor situar el enunciador ante su enunciado, lo que dice –por ejemplo si
expresa duda, probabilidad, certeza, etc. Refiere a la manera como el locutor sitúa su
enunciado en relación con la verdad, la certeza, los juicios apreciativos, la probabilidad.
Afecta lo dicho añadiendo la perspectiva desde la cual el locutor considera el contenido de
lo que se dice desde un enunciador determinado.
Para comprender esto debemos recuperar la idea antes expuesta acerca de que en toda
oración hay una estructura binaria constituida por un elemento pasivo que hace a la
representación (dictum) y un elemento activo que es la reacción subjetiva (modus) frente a
dicha representación (Bally). Es decir que en toda oración se podría representar como: X
tiene una reacción Y ante tal representación. La modalidad califica la enunciación (el
dictum) denotando la actitud del locutor (el modus). Ahora bien, la modalidad (el modus)
puede estar implícita o explícita. Por ejemplo en los casos “Conduce con más cuidado” /
“Te aconsejo que conduzcas con más cuidado.” En la primera frase la modalidad está
implícita. En la segunda, explícita porque el tipo de relación modal está representado con
una unidad léxica autónoma –“Te aconsejo”.
En relación con el registro del saber es posible diferenciar las siguientes modalidades.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
Podemos ver cómo se da la gestión de los turnos y el espacio interlocutivo ocupado por
cada participante. Fijarnos en cómo se toma la palabra, quién lo hace. Quién propone los
temas de conversación, quién es el que inicia y quién responde a esa iniciación, si es que
hay una respuesta. Eventualmente estos podrían resultar indicadores de interés para
articular con categorías de índole más abstracta como las que propone Basil Bernstein –por
ejemplo enmarcación y clasificación–; o con categorías de la psicología social como los
roles o el liderazgo.
Estructura
La forma de intercambio mínimo más típica en que se organizan los turnos de habla es el
par adyacente, formado por dos intervenciones. Una es la iniciación y sigue alguna forma
de respuesta.
Sin embargo, el estudio de los intercambios en diversos ambientes permitió a los analistas
conversacionales identificar otra forma común en la que se estructura la conversación, que
ya no cuenta con dos partes, sino con tres, por lo menos: es la estructura tripartita. Se trata
de la secuencia iniciación-respuesta-evaluación (IRE). Esta forma que asume la
conversación fue identificada sobre todo en ambientes escolares por muchos autores, como
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
por ejemplo Cazden (1990). Estudios posteriores permitieron describir mejor esta estructura
del habla en las aulas y complejizar su descripción (Sinclair y Coulthard, 1992),
reemplazando el último movimiento propuesto inicialmente –evaluación– por lo que
denominaron “movimiento complementario”. De modo que la secuencia contaría con
iniciación, respuesta y movimiento complementario (IRMC). El movimiento
complementario (MC) que sucede a la respuesta puede consistir en una evaluación de dicha
respuesta, pero también puede ser una repetición, un resumen de lo antes dicho, una
ampliación –en la que se agrega a lo antes dicho más información–, una reformulación –en
la que se retoma lo antes dicho para alterar su sentido–, una reestructuración –en la que se
altera la forma de lo dicho por el otro pero se mantiene el sentido inalterado.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
En este fragmento se puede apreciar desde lo descriptivo cierta información que nos puede
resultar relevante para formular otras hipótesis. Por ejemplo, la maestra ha empleado 8
turnos de habla y los niños 14, lo cual indica que la maestra no ocupa siempre el lugar
central en la comunicación.
En cuanto a la alternancia de turnos, los mismos no se rigen por una estructura de tipo
“maestra – niños – maestra – niños”, sino que hay varias participaciones de los niños
seguidas, sin intervención de la maestra. Esto nos podría estar indicando que la maestra no
estaría centralizando toda la comunicación. Podríamos conectar este dato empírico con el
concepto de red de comunicación (de Bavelas). Sostendríamos en este caso la presencia de
una red de circuitos múltiples.
Mirando los tipos de movimientos que aparecen se observa que los A tienen a su cargo
respuestas (R) y MC (movimiento complementario) y sólo la M lleva a cabo iniciaciones (I)
y evaluaciones, además de otros MC. Este dato nos estaría marcando la asimetría, el lugar
diferenciado de M quien es la única a quien se permite evaluar, y además quien regula la
comunicación: es la única que inicia. Podríamos así, más adelante, articular esta idea con
alguna otra hipótesis a partir de la categoría “enmarcamiento” de Bernstein.
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Análisis del discurso. Aportes para la comprensión de las situaciones de enseñanza
En este marco, es que Watzlawick, Bavelas y Jackson formularán una serie de axiomas a
partir de los que será posible plantearse preguntas como:
¿Qué conductas están llevándose a cabo y qué comunican las mismas acerca de la relación
entre los participantes? ¿Qué significados parecen ser parte del contexto y con incidencia
en la interacción?
¿Cómo es la forma que parece adquirir la estructura de comunicación? ¿Podría decirse que
se basa en la similitud o simetría? ¿O en la complementariedad o diferencia?
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Bibliografía
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