Botiquín Emocional (Luis Pescetti)
Botiquín Emocional (Luis Pescetti)
Botiquín Emocional (Luis Pescetti)
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Luis Pescetti
Botiquín emocional
para humanos y superhéroes
Cubierta
Créditos
Portada
Dedicatoria
Nota privada en el cuaderno secreto (si alguien la encuentra, no la lea,
¡obvio!)
Lunes en la escuela
Lunes tarde, papá lleva a Javi al pediatra
Camino a casa, Javi y su papá
Lunes tarde, casa
Lunes noche, casa
Lunes por la noche, casa de Julia
Martes, en la escuela
Martes tarde, casa
Martes noche
Miércoles, escuela
Miércoles tarde, casa
Miércoles noche, papelitos por toda la casa
Jueves, escuela
Jueves, en casa
Jueves tardecita, en familia
Viernes, escuela
Muestra libre obligatoria: escritos de 4º y remeras de 7º
Trabajo grupal, por Lisandro
Mi amiga Anita (del campo) por su mejor amigo, yo, Jere
Héroes y emociones
Ramiro: supermejor amigo de mi hermano
Pensamiento medio científico
Autoayuda psicológica que inventé
Un caso bien raro: mi tío Carlos
Redacción: los sentimientos
Cómo viajar en ómnibus a salvo de personas con malas intenciones
Curiosidad: mis abuelos también tienen emociones
Anécdota personal que me pasó
Colita: mi perra amiguera
Chiquita: amiga de mi abuela (es el apodo nomás)
Sentimientos encontrados
El peor día
El cerebro lee o rebota
Encuesta fracasada (¡no exagero!)
Distintas opiniones (entrevista) y frases que oí
Viernes tarde, en casa
Sábado: nota privada en el cuaderno secreto
Palabras para docentes, familia y otros que se meten nomás
Derechos sobre las emociones
Agradecimiento
Biografía
Otros títulos
Más sobre Luis en Internet
A Vicente y a Santiago
Nota privada en el cuaderno secreto
(si alguien la encuentra, no la lea, ¡obvio!)
Mi papá dice que las emociones son un sentido más. “Por tener ojos, no
es que obedecés cada cartel que ves; pero si vivís con los ojos cerrados,
te estampás contra un poste. Lo mismo con lo que sentimos. No es que
tenés que hacerle caso a cada emoción, pero si vivís sin enterarte de lo
que sentís, ¡te estampás contra un poste!”.
Es obligatoria (la semana, no la maestra…; bueno, la maestra también),
es obligatoria y esa semana no se puede no tener emociones.
Justo a nosotros, que nos la pasamos hablando. Ojalá fuera la semana del
silencio, porque mi mamá es capaz de parar una película y repetir un
diálogo.
Manu le propuso a su maestra hacer una muestra de dibujos. Ella
respondió que espera más de un chico de 7º. “¿Dos dibujos?”, intentó
Manu; pero nop. Niet. Nada. No. Nou. Nain.
Yo no pensaba hacer nada; pero me enamoré.
Aclaración: este es el cuaderno de inventos que hacemos con Manu. Los
dos dibujamos y escribimos… pero, Manu: lo de antes no lo leas, ¿sí? ¿Por
favor?
Esto sí, porque acá te pido que lo de antes no lo leas (no lo de antes
“de recién”, sino lo de antes más arriba).
Juli es nueva, Javi quiere llamar su atención. Acaba de ser el héroe que
cumplió una tarea que le encargó la maestra, y además viene con un
descubrimiento. Arranca con toda confianza:
—¡Nada llega donde queremos!
Julia lo mira, y se va con Romi y Olivia, con cara de “¿qué te pasa,
nenito?”, porque el entusiasmo de Javi la tomó por sorpresa.
Él siente que metió la pata, habló demasiado de más o demasiado de
menos.
Cuando vuelve a su casa, dibuja un invento para no meter la pata cuando
habla:
(Se habla por un lado y sale mejorado por el otro).
Así Javi se acerca al tema de “hablar con alguien que te gusta” para
preguntarle a su papá cómo se hace, cuando, a traición y por sorpresa, el
papá le comenta:
—Manu me contó que hay una chica nueva en tu grado.
—Eeeehhh, seeemmm (Manu cobarde traidor, cañón de neutrones,
disparo láser total, lo reviento por traidor).
Lunes tarde, casa
Para Javi, jugar con su hermano mayor es lo mejor del mundo; a Manu
también le gusta, pero su señal se cuelga. Eso es motivo de peleas cada
tanto, por uno que quiere pensar a solas y otro que reclama atención.
—Manu, ¿jugamos?
—… (Manu mirada perdida, pensando ideas: ¿Y si hacemos remeras?).
—Manu, ¿jugamos?
—… (mirada perdida).
—¡Manu!
—¡No grites, Javi! ¡Me asustás!
—¡¡¡Chicos!!! ¡¡¡Paren de gritar!!! (mamá desde un cuarto).
—¡¡¡No griten, estoy en una llamada!!! (papá, a los gritos).
Una vez más, Javi busca el cuaderno de inventos y dibuja:
Explicación:
En casa, a veces nos hablamos enojados y no se entienden los gritos.
Odia que le hagan una broma por emocionarse, entonces hace como que
no pasa nada. Eso la hace sentir más protegida, pero demasiado seria. Un
moño.
Le gustaría ser como Victoria, que pone caras de mucha emoción, aunque
no sienta tanto. Victoria viene y dice algo toda feliz, o habla con
corazoncitos en los ojos; pero no es QUE SIENTE TODO ESO. Pone esas caras
porque así cree que todos pensarán que es la mejor amiga (es que tiene
miedo de que Olivia, Neluy y las chicas se junten y no la inviten).
Suena el timbre, los chicos caminan hacia el grado. Javi no quiere que Juli
note que la observa, entonces apenas la mira de costado. Es un truco que
ensayó frente al espejo.
“¿Qué hace Javier con los ojos?”, piensa Juli, porque el truco no es tan
perfecto.
Javi hace tanta fuerza con la cabeza derecha y los ojos torcidos que no ve
venir a Raúl, que entra corriendo, lo empuja y lo hace caer sentado al piso.
Los demás se ríen.
—¡Levantate, nenito!
—¿Puedo ayudarte con los dibujos, Manu? —pregunta Javi. Manu había
ocupado la mesa del comedor con hojas, lápices, el piso lleno de bollos de
papel con ideas descartadas.
—Las remeras son de 7º. Javi, ¿hoy se reían tus amigos cuando te
empujó Raúl?
—No es malo, pero es bruto; en vez, los chicos no son brutos, pero a
veces hacen burlas.
—No dejes que se burlen, Javi.
—Hice esto.
Javi le muestra el invento del escudo robot. Pero Manu se acuerda de
algo:
—¡No, Javi, mejor el de cuando no me gustaba la colonia!
Lo buscan en el cuaderno de inventos:
Nota “ayudamemoria”:
Manu no quería ir a la colonia. Mamá tiene un radar y detectó que unos
chicos se burlaban: en vez de Manuel lo llamaban “Manual”, y todo así.
Al otro día, mamá llevó a Manu a la colonia, él se moría de vergüenza.
Pero mamá es canchera para disimular. Se quedó charlando y se acercó a
saludar a los chicos que molestaban:
—Hola, soy la mamá de MA-NU-EL.
Como treinta veces, mientras saludaba a sus papás, también. Luego
charló un rato con los maestros con el ojito mirando al costado y vio que un
maestro retaba a un grupo:
—¡Señores, esperen sentados acá, les dije!
Ella terminó de hablar con los profes.
—Vinimos a despedirnos, porque Manu deja.
Los tipos se quedaron helados.
—¿Qué pasó, mami? (preguntó Manu).
—Tenías razón, Manu, eran salames. Vamos a buscar otra colonia.
Buscaron una mejor, y aquellos maestros se habrán descongelado, creo.
Están viendo el cuaderno cuando pasa su mamá, ve el dibujo y se ríe al
recordar la anécdota. Luego les comenta:
—Chicos, ¿por qué siempre dibujan peleas… golpes, explosiones?
—Para ganarles a los zombis, obvio (Javi).
—Están buenísimos los inventos, ¿no, ma? (Manu).
—Son muy divertidos; pero cambien el rubro. Puras peleas… Hagan algo
sobre amistad, hermanos, cambien el foco, si no, es muy repetido. ¡Ya sé!
Desafío: un invento para dos hermanas; premio: milanesas con papas.
—¡“Hermanas”, dijiste, ma! (Javi).
—Cambié, “hermanas”, mejor… Adiós milaneeeeeeeeesas...
Dice eso, se va. Ellos se quedan sin saber qué hacer; pero es un desafío, y
hay milanesas en juego. Manu tiene una idea, se la cuenta a Javi y empiezan
de inmediato.
Se imaginan dos hermanas, re-buenas y re-lindas, y re-buenas amigas
entre ellas y con las demás chicas. Ellas eran tan tan tan buenas y tan tan tan
lindas que… que… desprendían un olorcito como un perfume que los
zombis detectaban ¡y se ponían como locos! No se aguantaban de ir a
atacarlas.
Por eso inventan este paraguas que parece normal, peeeeeeeeeeeeero…
Martes noche
Eligen una peli para verla en familia. Manu escoge una, pero Javi pide
cambiar, porque el tráiler tenía una imagen que le dio miedo.
Mientras, desde el patio llegan risas de los de 7º. Acaban de decidir que
las remeras para la muestra no sean trabajos separados, sino creación
colectiva, y eso aumentó el revuelo de la preparación.
Manu le da unas hojas y lápices a Javi, que se sienta a la mesa. Cada uno
hace un dibujo:
INVENTO DE JAVI
INVENTO DE MANU
Sirve para cuando tu amigo o tu amiga se fue o, simplemente, si te
despertás una noche luego de haber soñado que se aleja.
La mayoría de las personas lo usarían para ponérselo en la ropa o los
zapatos, y así que no se pueda ir.
***
Se comparten los dibujos y por más que fueran inventos de broma, Javi
sonríe con el corazón contento. Es lo más groso del mundo tener un
hermano, y que sea Manu.
Miércoles noche, papelitos por toda la casa
Su tío Jacinto les había contado de unos animales a los que los cazan
encandilándolos con una luz. Se deslumbran, se paralizan, y los cazan.
Inspirada en eso, la mamá les enseñó a representar situaciones, para que no
se traben frente a una sorpresa.
Ejemplo: la mamá hace de un grande que quiere obligarlos a hacer algo
malo. Manu y Javi lo enfrentan, hay aplausos o se ríen porque la mamá
pone cara de sorprendida o se enoja cuando ganan. Después dibujan un
papelito con la respuesta y lo pegan con cinta en la pared:
Otro papelito en ese corcho: para cuando se burlan o critican cómo nos
vestimos.
Jueves, escuela
En el patio, antes de entrar a los salones, hay caos y entusiasmo. Manu trajo
puesta una remera con un diseño suyo. Se produce un revuelo de chicos a su
alrededor. Ahora se aprecia la fuerza de la idea de escribir frases en las
remeras. Hacer una y ponérsela fue una gran ocurrencia.
Los chicos de 4º los miran con recelo y comentan: “Así no podemos
estudiar”, “¿Cómo vamos a concentrarnos así?”, “A la escuela venimos a
aprender, no a hacer lío”.
Si acercáramos el micrófono a su corazón, oiríamos: “Nos morimos de
envidia, nos morimos de envidia, ya queremos estar en 7º, nos morimos de
envidia”.
Entran. La maestra retoma lo de la feria:
—Chicos, cada grado va a tener una mesa y un pizarrón para exponer.
Hay que pensar que la presentación luzca. ¿Quién me quiere contar cómo
van los trabajos?
Alejandra, la más mandona de la clase, levanta la mano como loca,
desesperada por responder.
—Voy a hacer una encuesta en toda la ciudad, seño, me va a tener que
poner un 100 (Antonio).
—Hay que explicar con ciencia, no con entrevistas (Amílcar José
Ismael).
Jorge levanta la mano:
—Yo voy a hacer una investigación personal, si no siento nada, ¡no
escribo nada! ¡Eeehh! ¡Genio!
—Yo elegí a mi perra, seño, porque en mi familia no son tanto de
emociones (Sebastián).
Derecho a sentir sin actuar (no como Javi, que hace algo y se da cuenta
después, y se arrepiente, se arrepiente, se arrepiente, se arrepiente, se
arrepiente).
Firma del autor: Manu
Manu, Javi y sus papás van a lo de la abuela Genara, que los invitó a tomar
la merienda. Pasa a buscarlos la tía Angelita, que aprendió a manejar. Ella
es tía de la mamá, muy canchera en su casa; pero sale a hacer un trámite y
se pone nerviosa. Se olvida lo que debía preguntar. Si le contestan serios, se
pone peor y vuelve a su casa y no hizo nada de lo que salió a resolver.
Una vez tomó un curso de manejo con un señor muy amable. Iba sentado
a su lado, esos autos son doble comando, y ella le decía a cada rato:
—Acá, siga usted. ¡Mejor doble usted! ¡Frene usted!
El señor, muy buena onda, siempre tranquilo, no le hacía caso y le
respondía:
—Con confianza, Angelita, usted no pierda la confianza.
Finalmente aprendió.
Ahora que los busca con su auto, Manu y Javi le regalan este dibujo:
Angelita está casada con el tío Jacinto, que es muy capo. Con Manu, le
cuentan lo de La Semana de las Emociones.
—¡Al fin hacen algo! (tío Jacinto), porque nuestras emociones son
ingobernables; ¡pero el mar también, y se puede navegar! ¿Entienden?
—Sí, Jacinto, sentate.
Jacinto es muy bueno, triple extra buena onda. Le pueden contar lo que
sea. Javi le cuenta de Julia, y él les narra una historia:
—Cierta vez un joven dejó unos lentes especiales en una vereda por la
que sabía que pasaría su amiga.
Cuando ella los vio, la curiosidad hizo que se los colocara. Esos lentes
lograban que quien los usara viera maravillosa a la persona que los había
dejado.
Cuando se aseguró de que lo vería con los lentes, este muchacho apareció
frente a ella, que, en efecto, lo vio tan hermoso, tan único, que sintió que
todo su corazón daba un vuelco. Ya no podría existir otra persona tan
maravillosa en el mundo.
Eso la hizo sentir que ella no estaba a la altura de tanta suerte ni tanta
belleza. Sintió que el chico la rechazaría o que nunca alcanzaría a gustarle
tanto como ella sentía por él.
Presa de tristeza y, antes de vivir ese rechazo, salió corriendo. Sin darse
vuelta, tiró los lentes hacia atrás.
El muchacho no alcanzó a salvarlos de que se estrellaran en el piso. Fin
de la historia.
Por poco se suspende hasta el tráfico; pero solo se interrumpe el día escolar
por el aerolito curricular que cayó sobre todas las escuelas del país: “La
Semana de las Emociones”. Terminaba con esta muestra.
Manu fue con una de sus remeras puesta.
Participaron todos los grados. Las maestras metieron presión porque les
anunciaron visitas de autoridades. La producción aumentó y se incorporó al
personal auxiliar, secretarias, maestros de áreas especiales, el señor del
kiosco de la escuela. Fueron tantos trabajos que en este libro apenas caben
los del 4º grado en el que está Santi, y los del 7º de Manu, que decidieron
hacer creación colectiva y por eso no pusieron nombres.
Trabajo grupal, por Lisandro
Siempre anda serio, parece que te va a decir que no a todo; pero es el más
bueno del planeta.
Es capaz de tirarse al piso y jugar.
En cambio, hay otros tíos, mucha sonrisa, mucha sonrisa, pero los vemos
en Navidad y vienen y te preguntan: “¿Cómo va la escuela?” y antes de
decir “escuela” ya se borraron.
Lisandro
Mi amiga Anita (del campo) por su mejor
amigo, yo, Jere
Anita vive en el campo, es una de mis mejores amigas aunque la veo dos
veces al año cuando vamos al pueblo.
Cuando la conocí era re re re re re re (mil “re” más) tímida; pero era la
más alegre del grupo de chicos. No le gusta hablar. Le preguntás algo…
mira para abajo y se pone colorada. Entonces yo decía “Uh…” (así:
“¡Uh!”). Pero, peeeeeero: pero siempre pasaba a buscarme para jugar.
Entonces, ¿cómo es esto de las emociones, eh? Porque si yo le escribo,
no me contesta porque no le gusta, pero si estoy allá, es la más feliz, ¡y me
lo hace sentir! No es secretera y egoísta con las emociones, seño, ¿se
entiende?
Ale
Ramiro: supermejor amigo de mi hermano
Creció y ahora, que se siente más seguro, no para de hablar, siempre está
contento.
Javi
(Investigué una sola persona, pero hice dos dibujos... Eeeeehhh, ¡capo!).
Pensamiento medio científico
Las emociones también son partes íntimas… como “las otras” (ya sabe,
seño).
Javi
Un caso bien raro: mi tío Carlos
Trabaja en una oficina, pero es pintor. Puede estar ocho o doce horas
pintando cuando vuelve del trabajo. Capaz que ni se da cuenta de que no
comió.
Sin embargo, no quiere trabajar de pintor ni mostrar sus cuadros a nadie.
A nadie, a nadie, a nadie.
Aquí va lo raro:
Una vez hizo una exposición y, por la ansiedad que le produjeron tantas
miradas y opiniones…, ¡dejó de pintar por un año!
Raúl
Redacción: los sentimientos
Neluy
Curiosidad: mis abuelos también tienen
emociones
Los celos son una emociónñoportante y negativa. Mi abuela dice: “Si sentís
celos, es porque estás vivo”. No quiere decir que si dejás de sentir celos te
morís, porque los celos no son como el oxígeno. Ella es celosa de mi
abuelo, porque me encanta jugar con él.
—¡Es porque estás viva, Nelly! —le dice el abuelo, pero ella por poco
que lo fulmina con la mirada.
Olivia
Anécdota personal que me pasó
—Javi, tenés que ver Zombis sangrientos en la noche de las brujas (Jere).
—No me gustan esas pelis.
—Pero las brujas no dan… así: miedo.
—Vi el tráiler, no me gustó.
—Yo la vi con mi tío, que me avisaba las partes de miedo para que
cerrara los ojos.
—Tengo pesadillas igual.
—No seas miedoso.
—No soy miedoso, no me gustan.
—No te gustan porque sos miedoso.
—Mirala con los chicos, yo no quiero.
—Ya la vimos, Javi, faltás vos.
—Ni que fuera un ojo tuyo, nene.
—Mirala, está buenísima.
—¿No querés que juguemos a que yo era un chico normal y vos uno que
insistía, insistía, insistía, insistía, insistía, insistía hasta que se me hacía un
agujero en la cabeza y me salían unos chorritos de líquido del cerebro?
—Eeeh, ¡qué asqueroso, Javi!
Colita: mi perra amiguera
Tengo una abuela que tiene una amiga que la visita sin previo aviso. Si uno
quiere hablar con la abu no se puede ir así nomás, conviene ir cuando no la
visitó. Pero va todos los días. Resumen:
—Ay, Marga, paso un minuto y sigo, porque estás ocupada.
Dice eso y se sienta.
—Qué ganas de tomar unos mates (sigue).
La abue, más buena: le ceba.
Chiquita empieza a quejarse, desde que le pusieron mal las vendas a la
momia en el antiguo Egipto, hasta el día de hoy.
Habla y no para de quejarse, de todo, se queja, se queja, se queja.
—Abue, ¿por qué no la echás?
—Porque no tiene quién le dé bolilla, pobre.
Más buena, mi abuela, seño (no digo dónde vive, si no, se hace una fila
de gente para ir a tomar mate. Vos podrías, pero como también sos buena,
los demás te preguntarían y terminarías dando la dirección, a menos que un
día te lleve vendada, ¿no estaría buenísimo?).
Sari
Sentimientos encontrados
Son dos emociones distintas que tienen que pasar por la misma puerta: Paso
yo. No, paso yo. No, yo. Yo paso. Dejame. Dejame. No empujes. ¡Salí,
nena! Pum pum. De afuera la cara de la persona se ve así: ojos bizcos,
lengua afuera, cara cansada. Porque estar enojado con uno cansa más que
hacer algo.
Ejemplos:
Jorge
El peor día
Iba a investigar la alegría porque una gata eligió el patio de mi casa para
tener gatitos (mis papás no).
Le hice un cartel de “bienvenidos”, le acerqué una comidita a la mamá,
me hacía “Fffsssss”. Quise convidarle leche para los gatitos, pero mis papás
no me dejaron.
Yo estaba: feliz, feliz, feliz.
¡Hasta hice una carta petitorio para juntar firmas para que se queden!
Pero hoy fui a saludarlos, ni bien me levanté, ¡y no estaban! Mis papás
me explicaron que las gatas tienen hijitos en un lugar y después se los
llevan a su guarida secreta.
Todo bien, pero soy el chico más más más más más triste.
Mejor hago el trabajo sobre las emociones otro día, seño, porque hoy los
bajoneo a todos.
Juanjo
El cerebro lee o rebota
Romi
Distintas opiniones (entrevista) y frases que oí
No hay que hablar tanto, vas y hacés algo por la persona que te importa.
Lo siento mucho.
La acompaño en el sentimiento.
Antonio
Viernes tarde, en casa
Juli
Y mi respuesta secreta para todos, menos para ella (la ensayé en el
cuaderno de inventos)
Javi
Palabras para docentes, familia y otros que se
meten nomás
La primera vez que llegué a Buenos Aires me detuve frente al molinete del
subte y esperé que me dejara pasar. No pregunté qué había que hacer,
porque me daba vergüenza no saber. Me habría venido estupendo lo que le
ocurrió a una amiga, en un almuerzo con la realeza de algún país europeo.
Los nervios la traicionaron y volcó una copa con vino; un famoso actor que
estaba a su lado volcó intencionalmente su copa y comentó, elegante: “No
te preocupes, fue un temblor”.
En los cursos de preparto por mis hijos sentía enorme alivio cuando los
otros papás hacían preguntas igual de inseguras que las mías. Fui ganando
confianza, y empecé a preguntar. Me hicieron sentir que no pasaba nada con
no saber.
A veces no faltan palabras, sino que creemos ser los únicos que vivimos
“eso”. En estos casos, lo que faltan son amigos, pares en la experiencia.
Cuando descubrimos que a otros también les ocurren cosas similares, somos
más libres. Este libro busca que los chicos, al reconocerse, sientan alivio
“de no ser los únicos”, de no estar solos.
1 Los que quieran ver más sobre esta idea, pueden buscar la charla TED 2010 que dio Daniel
Kahneman (Premio Nobel de Economía, 2002).
2 Toni Morrison, en su ensayo “La fuente de la autoestima”, habla de esto en el origen del jazz, y es
lo mismo: sea como narradores o como intérpretes, nace un yo que empieza a verse como
individuo.
DERECHOS SOBRE LAS EMOCIONES
El derecho a sentir.
A guardarte lo que sentís.
A tener alguien que dé confianza y seguridad, para contar lo que
sea.
A que no le pongan nombre o etiqueta a lo que sentís.
A dejar atrás lo que sentís.
El derecho a la pausa (no actuar por impulso: sentir sin llevar a
cabo ni actuar las emociones).
A pedir ayuda por lo que sentís.
El derecho a ser consciente de lo que sentís, con palabras; pero
también sin ellas.
El derecho a hermosos sentimientos, pero también a sentimientos
“negativos”, y que no te convierten en eso que sentís (no somos lo
que sentimos).
A no sentir lo mismo que todos, y a sentirte diferente.
A sentir y observar eso que sentís (sin corregirlo, opinar,
cambiarlo, intervenir).
A tener sentimientos encontrados, o a estar en crisis.
El derecho a que pertenecer a un grupo no implique ser desleal
con uno mismo (derecho a que la soledad y la lealtad no sean
monedas).
El derecho a no corresponder a la emoción de otra persona (a no
sentir lo mismo). Nuestras emociones no nos obligan, ni obligan a
otros. Como tampoco estamos obligados por lo que otra persona
siente hacia nosotros.
El derecho a no saber y a no tener una respuesta (y a no estar
obligado a responder y que no sea una vergüenza no saber).
El derecho a cambiar tu sentir (derecho a ser flexible).
El derecho a grandes emociones.
Agradecimiento a:
Carlos Díaz y María Fernanda Maquieira
Eduardo Figueroa e Inés Berro
Laura Wittner, Monique Zepeda y a Eduardo Abel Giménez
Apretá “pulse”
Dice en voz alta lo que hizo.
Elige un botón u otro.
Apuntá el proyector hacia una pared blanca, y pasá un momento
en familia, delicioso.
Entre los premios que recibió destacan: Grammy Latino (EEUU, 2010), y
nominado al Grammy Latino en 2017 y 2018. Teatro del Mundo
(Argentina, 2010), Caniem (México, 2010), Premio Kónex (década 2001-
2010 en espectáculos infantiles). Premio Gardel en cinco ocasiones
(Argentina, 2009, 2012, 2014, 2018 y 2019). The White Ravens en tres
ocasiones (Alemania, 1998, 2001 y 2005); Premio Pregonero radial 2005
(Fundación El libro, Argentina); Alija (IBBY Argentina, 1998, 2010), Alija
a libro de Poesía (IBBY Argentina, 2013); Premio Casa de las Américas,
1997 (Cuba). Además fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura
de la Ciudad de Buenos Aires, Visitante Ilustre de la Ciudad de Córdoba
(Argentina), Visitante distinguido de la ciudad de Alta Gracia (Córdoba,
Argentina), Embajador Cultural, y luego Ciudadano Ilustre de la ciudad de
San Jorge (Argentina). Fue declarado “Amigo de las Bibliotecas Populares”
(Argentina, 2016).
Más sobre Luis en Internet
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