70 REXUGA 7 2017 Cas
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I.- INTRODUCCIÓN
Un Estado de derecho se asienta sobre varios principios y garantías, entre las que
se incluye la garantía patrimonial. Esta garantía tiene su reflejo en el artículo 106.2 CE,
según el cual “Los particulares, en los términos establecidos por la ley, tendrán derecho a
ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo
en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de
los servicios públicos”.
1Requisitos que coinciden sustancialmente con los ya previstos en la ley anterior, Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de régimen jurídico de las administraciones públicas y del procedimiento administrativo común.
2Cuyos trámites también coinciden sustancialmente con los previstos en la ya derogada LRJAP-PAC.
3Entre otras, destacamos las relativas al registro electrónico de apoderamientos, registro electrónico, registro
de empleados públicos habilitados, punto de acceso general electrónico de la Administración y archivo único
Desde el punto de vista sistemático, la principal novedad que tuvo lugar con la
entrada en vigor de sendas normas, consiste en que la regulación de la responsabilidad
patrimonial queda dividida entre ellas. Por una parte, la LPAC (relaciones ad extra4) regula
el procedimiento, y, por otra, la LRJSP (relaciones ad intra) regula los principios sobre los
que se asienta dicha institución y demás cuestiones de carácter sustantivo que afectan a la
indemnización, a la responsabilidad del Estado legislador y a la responsabilidad concurrente
de las administraciones públicas.
electrónico, que producirán efectos a los dos años de la entrada en vigor el día 2 de octubre de 2017.
4Según la exposición de motivos de la LRJSP “Resulta, por tanto evidente, la necesidad de dotar a nuestro
sistema legal de un derecho administrativo sistemático, coherente y ordenado, de acuerdo con el proyecto
general de mejora de la calidad normativa que inspira todo el informe aprobado por la CORA. En él se
previó la elaboración de dos leyes: una, reguladora del procedimiento administrativo, que integraría las
normas que rigen la relación de los ciudadanos con las administraciones; otra, comprensiva del régimen
jurídico de las administraciones públicas, donde se incluirían las disposiciones que disciplinan el sector
público institucional. Con ello, se aborda una reforma integral de la organización y funcionamiento de las
administraciones articulada en dos ejes fundamentales: la ordenación de las relaciones ad extra de las
administraciones con los ciudadanos y empresas, y la regulación ad intra del funcionamiento interno de
cada Administración y de las relaciones entre ellas”.
5La responsabilidad de las administraciones públicas y de sus autoridades y demás personal a su servicio se
regulaba en el título X, artículos 139-146.
La LPAC deroga todas las normas de igual o inferior rango que contradigan o se
opongan a ella (disposición derogatoria primera). En particular, deroga de forma expresa
(disposición derogatoria segunda) las siguientes disposiciones, que afectaban a la materia
que estamos tratando:
Ahora bien, con tales previsiones legales no queda agotada toda la regulación de la
responsabilidad patrimonial. La disposición final decimoquinta de la LPAC faculta al
Consejo de Ministros y a los ministros de Presidencia y de Hacienda y Administraciones
Públicas, en el ámbito de sus competencias, para dictar cuantas disposiciones reglamentarias
sean necesarias para su desarrollo.
Con la derogación expresa de la Ley 30/92, todas las referencias que las distintas
normas hagan a ella se entenderán hechas a la LRJSP o a la LPAC, según corresponda
(disposición final cuarta).
Sin embargo con las leyes LRJSP y LPAC se experimenta el proceso inverso al
fenómeno que conocemos como de huida del derecho administrativo, el cual ha venido
caracterizando a esta rama del ordenamiento jurídico durante la segunda mitad del siglo XX.
En estos casos, bien actúen directamente, bien lo hagan a través de una entidad de
derecho privado (en régimen de contratación o de concesión administrativa, o a través de una
sociedad pública o cualquier otra entidad de derecho privado vinculada o dependiente), la
responsabilidad se exigirá de conformidad con lo previsto en los artículos 32 y siguientes de
la LRJSP. Por tanto, una vez presentada la reclamación de responsabilidad patrimonial, se
tramitará por los cauces previstos en la LPAC y se resolverá con arreglo a los principios
previstos en la LRJSP.
8Artículo 2 c) de la LJCA.
Lo que añade la nueva ley es la extensión de este régimen a los casos en los que la
Administración actúe en relaciones de derecho privado, no a través del personal a su servicio
(que también, y así se recogía en la ley anterior) sino a través de una entidad de derecho
privado, e incluso cuando concurra con sujetos de derecho privado o la responsabilidad se
exija directamente a la entidad de derecho privado a través de la cual actúe la Administración
o a la entidad que cubra su responsabilidad. Este último añadido se asemeja al introducido en
el artículo 2 e) de la LJCA por la LO 19/2003, de 23 de diciembre, en un afán de conseguir la
unidad jurisdiccional cuando se trata de reclamaciones de responsabilidad patrimonial de las
administraciones públicas, cualquiera que sea la naturaleza de la actividad o el tipo de
relación de la que se derive, no pudiendo ser demandadas por este motivo ante los órdenes
jurisdiccionales civil o social “aun cuando en la producción del daño concurran con
particulares o cuenten con un seguro de responsabilidad”.
A pesar de dotar a estas relaciones de una naturaleza jurídico privada, la ley gallega
somete al derecho administrativo -como lo hace ahora el artículo 35 de la LRJSP- el
régimen de responsabilidad derivada de la prestación de los servicios públicos. El artículo
40.1 de la Ley gallega 1/2015 permite al usuario dirigir directamente su reclamación a la
Administración autonómica titular del servicio público, de acuerdo con lo establecido en la
Entre las novedades más destacables en este ámbito, merecen especial atención los
cambios introducidos en la regulación de la responsabilidad patrimonial del Estado
Legislador por las lesiones que sufran los particulares en sus bienes y derechos derivadas de
leyes declaradas inconstitucionales o contrarias al derecho de la Unión Europea, a los que me
referiré en próximos apartados.
Por último, es necesario decir que el Pleno del Tribunal Constitucional, en las
providencias de 19 de julio de 201614 antes citadas, acordó admitir a trámite los recursos de
inconstitucionalidad núm. 3774-2016 y 3903-2016, promovidos por el Gobierno de Cataluña
y el Gobierno de Canarias, respectivamente, contra los artículos 39; 49 h), párrafo segundo,
y, por conexión, la disposición adicional octava, 1; 52.2 desde «teniendo en cuenta» hasta el
final del apartado; 81.3; 83.2.c y, por conexión, la disposición adicional octava, 2; 120.2;
121; 122; 126; 129.2; 157.3, último párrafo, y, por conexión con los citados preceptos, la
disposición final decimocuarta; y contra los artículos 50.2 d), 48.8 y disposiciones
adicionales séptima y octava, también respectivamente, de la LRJSP.
16Así, en el ámbito de la Administración de justicia, el artículo 292.1 de la LOPJ. Asimismo, cuando se trata
de reclamaciones derivadas de la actuación médica o sanitaria, la jurisprudencia viene declarando que no
resulta suficiente la existencia de una lesión (que llevaría la responsabilidad objetiva mas allá de los límites
de lo razonable), sino que es preciso acudir al criterio de la lex artis como modo de determinar cuál es la
actuación médica correcta (STS de 21 de diciembre de 2012 -Recurso: 4229/2011 Aranzadi ROJ: STS
8548/2012, STS de 4 de julio de 2013 –Recurso 2197/2010), STS de 19 de mayo de 2015 –Recurso
4397/2010 Aranzadi ROJ: STS 2494/2015, entre otras muchas).
“Los particulares tendrán derecho a ser indemnizados por las administraciones públicas
correspondientes de toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre
que la lesión sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios
públicos salvo en los casos de fuerza mayor o de daños que el particular tenga el deber
jurídico de soportar de acuerdo con la ley”.
La LRJSP exige, en sus artículos 32.1 y 34, que quede constatada la existencia de
un daño (ha de ser efectivo), que éste sea evaluable económicamente e individualizado con
relación a una persona o grupo de personas, y además que sea antijurídico por no tener el
particular la obligación de soportarlo.
El artículo 141.1 Ley 30/92 al regular la indemnización, disponía que “Sólo serán
indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de daños que éste no tenga
el deber jurídico de soportar de acuerdo con la ley. No serán indemnizables los daños que se
deriven de hechos o circunstancias que no se hubiesen podido prever o evitar según el
estado de los conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el momento de
producción de aquéllos, todo ello sin perjuicio de las prestaciones asistenciales o
económicas que las leyes puedan establecer para estos casos”.
La misma previsión se recoge en el artículo 34.1 de la LRJSP, solo que esta norma
ha querido realzar la importancia del requisito de la antijuridicidad del daño, incorporándolo
al artículo 32 junto con los principios de la responsabilidad patrimonial17.
17Recordemos que existe obligación de soportar el daño, con carácter general, cuando el perjudicado se
encuentra vinculado con la Administración en una situación especial de sujeción, cuando el daño nazca de un
acto o contrato ajustado a la ley, cuando en la causación del daño interviene la conducta del perjudicado,
cuando este voluntariamente se coloca en una situación de riesgo, o cuando la Administración, aplicando el
principio de precaución, adopta medidas de protección que suponen un sacrificio para un particular que
desarrolla una actividad de la que la Administración tiene, a través de la ciencia y de ciertas investigaciones,
serias dudas sobre su inocuidad (STS 22/01/2014, Recurso 407/2010, Roj SAN 109/2014), etc.
“Asimismo, los particulares tendrán derecho a ser indemnizados por las administraciones
públicas de toda lesión que sufran en sus bienes y derechos como consecuencia de la
aplicación de actos legislativos de naturaleza no expropiatoria de derechos que no tengan el
deber jurídico de soportar cuando así se establezca en los propios actos legislativos y en los
términos que en ellos se especifiquen”.
Hay que distinguir según nos encontremos ante una norma con rango de ley
declarada inconstitucional (apartado 4 del artículo 32), o ante una norma declarada contraria
al derecho de la Unión Europea (apartado 5 del artículo 32).
“Si la lesión es consecuencia de la aplicación de una norma con rango de ley declarada
inconstitucional, procederá su indemnización cuando el particular haya obtenido, en
cualquier instancia, sentencia firme desestimatoria de un recurso contra la actuación
administrativa que ocasionó el daño, siempre que se hubiera alegado la
inconstitucionalidad posteriormente declarada”.
20Exigencias que para algunos autores no se deducen de la jurisprudencia en la que se inspira la nueva ley.
Rafael PIZARRO NEVADO “Disposiciones generales, principios de actuación y funcionamiento del sector
público”, en El nuevo régimen jurídico del sector público. Humberto Gonsálbez Pequeño (dir.) El consultor
de los Ayuntamientos. Madrid, 2016, pp. 102.
Con esta nueva regulación se cierra el paso a aquellas personas que han sufrido un
daño con motivo de la aplicación de una norma declarada inconstitucional pero que no han
impugnado previamente la actuación administrativa que la aplica, y a los que, habiéndola
impugnado, no hubiesen invocado la inconstitucionalidad de la norma legal en la que se
ampara. Con lo cual las posibilidades de resarcimiento son ahora más limitadas y se apartan
del criterio que venía sosteniendo el Tribunal Supremo, en cuyas sentencias solo exigía el
último de los cuatro pasos y no que el demandante hubiese agotado previamente todas las
vías de recurso frente a la actuación administrativa21.
Serán las normas procesales las que respondan al interrogante de si ello debe
hacerse necesariamente en la demanda o si puede hacerse en trámites posteriores, como es el
trámite de conclusiones. Recordemos que, conforme a lo dispuesto en el artículo 65.1 de la
LJCA, en el acto de la vista o en el escrito de conclusiones no pueden plantearse cuestiones
que no hayan sido suscitadas en los escritos de demanda y contestación. Incluso podría
descartarse la posibilidad de alegar en el escrito de conclusiones la inconstitucionalidad de la
norma, o la infracción de la normativa comunitaria, en los casos en los que a la entrada en
vigor de la LRJSP (2 de octubre de 2016) los procedimientos judiciales en los que se
impugnan actuaciones administrativas amparadas en dichas normas se encontrasen en una
fase posterior a la de formalización de la demanda, pues no se puede soslayar el dato de que
la LRJSP ha estado en periodo de vacatio legis durante un año.
21Distinguiendo entre la exigencia de responsabilidad, por una parte, y la validez y eficacia del acto
administrativo, por otra, de manera que cabe exigir la primera sin cuestionar la segunda (STS de 13 de
noviembre de 2006, Recurso: 55/2005. Aranzadi ROJ: STS 6733/2006).
También aquí se cierra el paso a aquellos que han sufrido un daño con motivo de
una actuación administrativa amparada en una norma contraria al derecho de la Unión
Europea pero que no la hayan impugnado previamente, y a los que, habiéndola impugnado,
no hubiesen alegado la infracción del derecho comunitario.
Respecto del primer requisito, cabe decir que el Tribunal Supremo, en las
sentencias de 29 de enero de 2004 y 24 de mayo de 2005, aplicaba distinta doctrina a los
supuestos de reclamación de responsabilidad patrimonial del Estado legislador cuando se
22
23Esta posibilidad no se recoge en la ley a pesar de haberse informado por el Consejo de Estado en su
Dictamen 275/2015, de 29 de abril.
Hasta aquí los requisitos añadidos en la nueva ley que se igualan a los exigidos
para reclamar daños derivados de la aplicación de una norma con rango de ley declarada
inconstitucional.
Por último, y común ambos supuestos (norma con rango de ley declarada
inconstitucional y norma declarada contraria al derecho de la Unión Europea), el apartado
sexto del artículo 32 de la LRJSP establece que “La sentencia que declare la
inconstitucionalidad de la norma con rango de ley o declare el carácter de norma contraria
al derecho de la Unión Europea producirá efectos desde la fecha de su publicación en el
«Boletín Oficial del Estado» o en el «Diario Oficial de la Unión Europea», según el caso,
salvo que en ella se establezca otra cosa”.
Por tanto, será a partir de esa fecha cuando comience a computarse el plazo para la
presentación de la reclamación de responsabilidad patrimonial.
este derecho a indemnización cuando, ante el incumplimiento del derecho comunitario (Sentencia caso
Francovich y Bonifaci de 19 de noviembre de 1991), concurre un estándar mínimo que se concreta en los tres
requisitos siguientes. Primero, que la norma infringida tenga por objeto conferir derechos a particulares.
Segundo, que la violación esté suficientemente caracterizada. Y tercero, que medie relación de causalidad
entre la infracción y el daño sufrido.
Los demás requisitos que debe cumplir el daño para que sea indemnizable se
recogen en el artículo 32.2 de la LRJSP, equivalente al 139.2 de la derogada Ley 30/92: el
daño alegado habrá de ser efectivo, evaluable económicamente e individualizado con
relación a una persona o grupo de personas.
Pues bien, uno de los principios sobre los que se asienta el nuevo baremo es el de
reparación íntegra del daño, que inspiró al legislador para reforzar la protección de las
26 Por ejemplo, SAN 3/10/16 (Recurso: 279/2015) Aranzadi ROJ: SAN 3773/2016.
27Modifica el texto refundido de la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a
motor, aprobado por el Real decreto legislativo 8/2004, de 29 de octubre.
BIBLIOGRAFÍA
GARCÍA LUENGO, J., “Instituciones sustantivas en la Ley 40/2015, de régimen jurídico del
sector público: los principios de la potestad sancionadora, la responsabilidad administrativa y
el nuevo régimen de los convenios administrativos”, El Cronista del Estado Social y
Democrático de Derecho, n. 63, 2016.
SÁNCHEZ MORÓN, M., “La regulación del sector público institucional en el Proyecto de
Ley de Régimen Jurídico del Sector Público”, Documentación Administrativa, n. 2, 2015.