GUIA LIRICA GRIEGA-HELENISMO-CALIMACO Acotado
GUIA LIRICA GRIEGA-HELENISMO-CALIMACO Acotado
GUIA LIRICA GRIEGA-HELENISMO-CALIMACO Acotado
LÍRICA ARCAICA
La lírica arcaica se extiende del siglo VII al siglo V a.C. Se trata de una época posterior
a Homero y su épica que manifiesta un pasado idealizado, y anterior al desarrollo de la
tragedia griega. La lírica de este período es el reflejo de una sociedad en crisis: la polis
se consolida como unidad administrativa y el comercio se vuelve la principal fuente de
ingresos; la aristocracia pierde poder en manos de tiranos que se alían con sectores bajos
que han crecido económicamente, y justamente los primeros autores líricos son nobles
venidos a menos por el auge de esta burguesía; además, se suceden las guerras entre las
ciudades -por el dominio de las colonias- y con el exterior. Estas tensiones y conflicto
constantes producen como resultado una época creadora por excelencia, plena de
vitalidad. Las nuevas tendencias se dirigen todas hacia un mismo horizonte: el
individualismo. En efecto, se abandona la tercera persona épica para dar lugar a un ‘yo’
que no sólo se da a conocer por firmar sus obras, sino que comienza a expresar sus
pensamientos y sentimientos íntimos. Asimismo, los autores no se interesan por el
pasado, sino por el presente en el cual están tomando parte activa. Por eso en sus versos
se reflejan las discusiones del momento: ya sea la nostalgia por el pasado poderío
aristocrático, ya sea el sentimiento ciudadano que se adapta a la nueva configuración
social sin prejuicios. En consecuencia, nunca atiende exclusivamente al yo, sino que su
objeto es la comunidad vista desde el yo. Lo que sobresale en todos los autores, a pesar
de sus enormes diferencias, es el enfrentamiento entre las exigencias del individuo y sus
limitaciones, lo individual frente a lo social. Las características de la lírica arcaica, en
resumen, son:
Debe tenerse en cuenta que la transmisión de estos textos era principalmente oral:
se escribían no para que otros los leyeran, sino para ser recitados ante mucha gente, ya
sea en el banquete, ya en el ágora o en las reuniones de las tropas. Esto es lo que
convierte al plano de la sonoridad (tanto el ritmo intrínseco del verso como el
acompañamiento musical) en el más importante. En relación con esto, se distinguen dos
clases de lírica arcaica: la lírica monódica y la coral.
1.-MONÓDICA: poesía para ser cantada por un cantante solista. Esta modalidad es la
más comparable con el concepto moderno de poesía o de lírica. Los temas dominantes
son el amoroso, el convival o simposíaco (banquete), el patriótico y guerrero, y el
existencial (reflexiones sobre la vida). Subtipos: elegía, yambo, poesía mélica.
1.1.-Elegía: Era una poesía que se acompañaba con flauta y que nace aparentemente de
los lamentos y elogios dedicados a un muerto (poesía tradicional que acompañaba los
rituales fúnebres). Su tono, por tanto, era triste o melancólico. Pero cuando se desarrolló
–influenciada por la épica– amplió su temática: exhortativa, amorosa, satírica, de
contenido político y social e incluso filosófico-reflexivo. Su metro es el dístico elegíaco
(un hexámetro más un pentámetro). Al combinar dos métricas distintas, su ritmo se
quiebra y no es apto para la narración. En cambio, es ideal para la exhortación y la
reflexión. El autor más antiguo es Tirteo (s. VII), nacido en Esparta. Peleó en el ejército
espartano, especialmente en la guerra contra Mesenia. Los poemas que de él nos han
llegado, muchos en estado fragmentario, tienen como tema en su mayoría el valor
guerrero y la exhortación a la lucha.
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pero de vida tan corta como un sueño es
la juventud incomparable y en seguida queda suspendida
sobre nuestra cabeza la triste y deforme vejez,
odiosa y despreciada al mismo tiempo, que hace a un hombre irreconocible
y debilita sus ojos y su espíritu al envolverlos. (5)
El tema principal de Mimnermo es el carpe diem, con la celebración del amor durante la
juventud. No tiene un marcado sentido erótico –como desarrollará la elegía posterior y
sobre todo la romana–, sino reflexivo, que llama a gozar de la vida refinada, pronta a
desaparecer por el incierto futuro político. De algún modo es pesimista.
Finalmente, Teognis (s. VI-V) es el elegíaco más joven. No hay certezas sobre su
biografía y hasta se discute la época exacta en que escribió. Se supone, sin embargo, que
el frecuente destinatario de sus versos, Cirno (también llamado Polipetes), habría sido
su amante y que Teognis se habría propuesto elevarlo moralmente. Este es el tono
general de sus poemas: el moral, enseñanzas que abarcan muchos ámbitos (la política,
los amigos, las riquezas, etc.). Asimismo, hallamos la forma del himno, es decir, la
invocación o plegaria pero como excusa literaria para expresar los sentimientos del yo.
En menor medida ha desarrollado elegías eróticas. En todos estos temas es constante la
necesidad del poeta de colocar un destinatario explícito.
Este poeta gozó de bastante fama en su época, en especial era leído en banquetes.
Sus poemas han sido compilados todos juntos –sin separación– en dos libros. La
colección total posee casi 1400 versos. Esta magnitud de versos conservados lo ha
convertido en la mejor fuente para el conocimiento de la elegía arcaica.
Como tu amigo que soy voy a darte los consejos que yo mismo,
oh Cirno, de niño, recibí de los hombres de bien.
Sé prudente y no busques mediante la deshonra ni la injusticia
honores, éxitos ni riquezas.
Convéncete de ello; y no trates con hombres
viles, sino está siempre unido con los buenos;
bebe y come con aquellos, con aquellos
reúnete y sé grato a aquellos cuyo poderío es grande.
De los buenos aprenderás cosas buenas; pero si con los malos
te juntas, estropearás incluso tu buen natural.
Aprende estas máximas y trata con los buenos, y algún día dirás
que aconsejo bien a mis amigos. (Libro 1, vv. 27-38)
Estas últimas peripecias de los amores no correspondidos las hallaremos tiempo después
en Catulo.
Asimismo, se ríe del heroismo al estilo épico, pero lo que lo ha hecho más famoso es su
poesía de invectiva, sus crudos versos satíricos o críticos, donde insulta a personas que
lo han ofendido:
En efecto, el límite a las aspiraciones humanas son los dioses, y es necesario que los
hombres reconozcan ese límite. En esto se asemeja a la visión de los dioses que
encontramos en Homero, especialmente en la Ilíada. Esta suerte de sentimiento de
resignación se refleja también en la propuesta de la aurea mediocritas del último
fragmento, tópico retomado luego por el latino Horacio.
1.3.-Mélica: En este caso el canto es acompañado por la lira. Se distingue de las dos
anteriores, además, por sus características métricas: son poemas breves (máximo 15 a
20 versos) organizados en estrofas y con ritmos novedosos (muchos de los cuales llevan
el nombre del poeta, que fue quien los inventó). Estas características y sus temas
señalan no hacia una influencia de la épica, sino de la poesía popular (generalmente de
tipo coral), que circulaba oralmente. Esta poesía popular evoluciona, evidentemente, de
ser la exposición de los sentimientos de un grupo a exponer los sentimientos de un
cantor.
La poesía mélica nace en la isla de Lesbos –se escribe por tanto en dialecto
lesbio–, pero no se propaga como la elegía o el yambo, sino que se desarrolla en lugares
aislados de Grecia. Quien ha logrado quizás mayor fama en este género es la poetisa
Safo (s.VII), una de las pocas mujeres escritoras que conocemos de la antigüedad. Ella
nació en Lesbos, y se dedicó principalmente a una lírica sentimental amorosa. La
influencia de la poesía popular se observa en su preferencia por los epitalamios y los
temas amoroso-eróticos, y también por cierto carácter dialógico de alguno de sus
poemas. En sus versos encontramos el mundo femenino (la amistad, el amor, el culto a
los dioses) y el de la nobleza (las reuniones, el lujo, el refinamiento). Tanto Safo como
Alceo (el otro poeta lésbico reconocido) son aristócratas que componen poesía en
interés de los círculos sociales a los que pertenecen, no para reflejar un sentimiento
social.
La biografía de Safo ha sido foco de varias discusiones. Una gran mayoría
acepta que fue una educadora de muchachas de la aristocracia, a quienes enseñaba artes
femeninas como el canto o la danza y también la poesía. Otros opinan que era una
prostituta e incluso que era lesbiana. Se cree además que se suicidó por amor, pero no
hay certezas sobre su muerte. Como sea, la temática amorosa y el rol seductor de la
mujer son sus temas principales. El yo lírico generalmente llora o aspira al amor de una
mujer y esto es lo que ha cubierto de sospechas su sexualidad.
Muchos interpretan que estos versos narran relaciones eróticas que se daban en el
círculo de sus discípulas. Sin embargo, hay quienes no dejan de remarcar que se trata de
poesía, no de autobiografía. Es posible que Safo “representara”, al escribir, una voz
masculina.
Esta escritora ha influido mucho en los poetas romanos, especialmente en
Catulo, quien reescribe este último poema 31 en el 51 suyo y tiñe de erotismo incluso
los epitalamios.
Respecto de Alceo, un poco más joven que aquella (s. VII-VI), los temas varían
bastante: la venganza, el poder, la traición aparecen para dar cuenta de una época de
lucha de clases, donde los nobles han sido desplazados y combatidos por tiranos de
origen plebeyo, como Pítaco o Mírsilo, mencionados en el siguiente poema:
...decirle esto...
disfrutaba participando en el banquete...
la lira, en unión de ociosos juerguistas,
dándose el festín con ellos...
mientras que el otro (Pítaco), unido (en boda) con (la familia de) los Atridas...
devore la ciudad como con Mírsilo
hasta que Ares nos quiera a las armas llevar.
Pero ojalá nos olvidemos de esta ira...
Notamos cómo se cuela el tema del carpe diem. Su descripción expresiva –pasión,
añoranza, tristeza, etc.– es la que lo colmó de admiradores e imitadores, entre otros el
gran poeta romano Horacio.
Otro autor que se destaca en este género bastante tiempo después es Anacreonte
(s. VI-V). Es el único testimonio de la mélica jónica (influenciada y derivada de la
lesbia), escaso y fragmentario, no obstante. Su tema principal es el simposio y el mundo
de corte, donde él vivía deleitando a los príncipes. El banquete significa el goce con
amigos, compartiendo buena comida y especialmente el vino, al cual nuestro poeta
dedica varias de sus composiciones.
A Dioniso
Señor con quien el novillo Eros
y las ninfas de ojos oscuros
y la purpúrea Afrodita
danzan, tú que recorres
las altas cumbres de los montes;
te imploro de rodillas, ven
benévolo a mí y grata a ti
escucha mi plegaria:
Sé para Cleobulo buen
consejero y que mi amor,
oh Dioniso, acepte. (357)
2.-CORAL: Cantada por más de una persona o coro. A veces se puede alternar el canto
coral con recitados solistas (monodias), en ese caso se habla de lírica “mixta”.
Normalmente la danza va unida al canto, ya que la ejecución o canto de esta poesía se
inscribe en una ceremonia pública o celebración. La tradición hímnica se desarrolló
mediante una lírica coral popular, es decir, cantos de creación anónima y que se
transmitían en forma oral de una generación a otra. Afortunadamente, algunos de estos
fueron recogidos por escrito y hoy podemos conocerlos, pero son muy pocos. Estos
himnos tenían carácter ritual, sólo se usaban en ceremonias colectivas en honor a algún
dios.
La lírica coral literaria, es decir, de autor y de transmisión escrita, abordó otros
géneros: el epinicio (canto de celebración de una victoria atlética), el peán (himno en
honor de Apolo), el epitalamio (canto de bodas), el encomio (alabanza de alguien o
algo), el treno (canto fúnebre). Se desarrolla sobre todo en los territorios de dialecto
dórico. Los autores más antiguos son Alcmán (s. VII) y Estesícoro (s. VII-VI) de
quienes poseemos lamentablemente fragmentos dispersos. Posteriores a éstos se
destacaron Baquílides (s. VI-V) y especialmente Píndaro (s. VI), cuyos famosos
epinicios –compuestos por encargo en honor de vencedores olímpicos– son los únicos
poemas que se transmitieron directamente y que actualmente conservamos en buen
estado.
Poética y poesía
A los presupuestos teóricos y críticos del helenismo que hemos citado más arriba
se adecúa perfectamente la poesía de Calímaco. Hay sin duda en él una unión del poeta
y del erudito, que es condición típicamente helenística. Esta postura crítica, si bien
pueden hallarse algunas de estas ideas aisladamente en algunos poetas arcaicos, era tan
novedosa que Calímaco debió afrontar muchas hostilidades para imponerla; de ahí la
violenta, continua polémica hasta el fin de su vida, que prueba tanto la novedad de su
posición como los obstáculos que el poeta halló en su camino. Encontramos ejemplos en
algunos epigramas. El epigrama, por su brevedad, es una forma poética de preferencia
para estos poetas helenísticos.
Tú, quienquiera que seas, que diriges tus pasos junto a esta sepultura, sabe que
de Calímaco el Cireneo yo soy, hijo y padre.
Tienes que conocerlos: el uno el ejército de su país
presidió otrora; más fuerte que la envidia cantó el otro.
[Es justo; pues las Musas a los que miran desde niños con ojo
favorable no abandonan jamás, aunque tengan grises los cabellos] (Epigramas, 21)
En este poema se observa el tópico de que las obras vuelven inmortales a los autores, lo
cual los acerca de algún modo a los dioses. Esta idea será retomada, por ejemplo, por
Horacio. Nótese también la metáfora de los versos como “ruiseñores” y, en
consecuencia, de la poesía con el canto de los pájaros. Si bien la principal temática es
fúnebre, no es menor el elogio a la actividad poética. Observemos ahora el tratamiento
de la temática amorosa:
El objeto de amor puede ser tanto una mujer como un hombre. En ambos casos, no
obstante, se muestra un amor no correspondido o un yo inseguro de su éxito amoroso.
Esto es parte también del carácter rebuscado de la poesía helenística, ilustrado
maravillosamente por el poema 31: uno busca lo difícil, lo fácil de conseguir pierde
encanto por no ser un desafío. La actitud desafiante es el espíritu mismo del
alejandrinismo. Asimismo, esta concepción de que el único amor que merece la pena ser
cantado es el amor tortuoso y complicado pasará a Roma y hasta continuará vigente
tanto tiempo como para que la retome el romanticismo alemán en el s. XVIII. El poema
25 tiene su imitación en Catulo 70 y se relaciona con la idea de que el amor trastroca
todos los valores, a tal punto que ya no se debe confiar en la palabra dada. Debemos
comprender que los juramentos eran sagrados, porque se hacían en nombre de los
dioses; pero el amor es más fuerte incluso que los dioses. El propio Zeus sucumbe por
amor ante Ganimedes en el 52 y esto aprovecha el poeta para elevar al dios, a modo de
himno, la plegaria de que favorezca o perjudique a Teócrito, según su respuesta a los
pedidos amorosos del yo. Pero también el autor de Cirene aborda otras temáticas:
Feliz Orestes en los viejos tiempos, pues, por loco que fuese,
Léucaro, no lo fue con locura excesiva
y no ensayó en el Foceo la prueba que confirma
al amigo. Un sólo drama hubiese representado: al punto
habría perdido a su compañero. Es lo que yo he hecho,
y, aunque eran numerosos, no tengo ya más Pilades conmigo1 (Epigramas, 59)/
Bibliografía:
Cantarella, R. (1972) La literatura griega de la época helenística e imperial, Buenos
Aires, Losada.
Rodríguez Adrados, F. (1981) Líricos griegos. Elegíacos y yambógrafos arcaicos
(siglos VII-V a.C.), vol I-II, C.S.I.C., Madrid.
Rodríguez Adrados, F. (2001) Lírica griega arcaica. Poemas corales y monódicos, 700-
300 a.C., Madrid, Gredos.
Ruiz Yamusa, E. – Ortega, A. (2002) Píndaro. Odas y fragmentos, Madrid, Gredos.
1
Aparentemente Calímaco puso en escena un drama autobiográfico y por ello se ganó el rechazo de
muchas amistades (que posiblemente aparecieran representados).