Documento Resumenes de Conferencias
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La arboricultura es una disciplina que se encarga del estudio de los árboles en ambientes
construidos; comprende la selección, propagación, cuidado y derribo de árboles y arbustos,
así como los cuidados necesarios para su adecuado crecimiento. Uno de los objetivos
principales de la arboricultura es contar con la información y técnicas que permitan
reconocer las necesidades y manejo de la flora arbórea y arborescente en ambientes
urbanos para garantizar su salud y buen desarrollo, por lo que se intentará esclarecer los
mitos y realidades alrededor de las plantaciones urbanas ((Lilly, 2011).
Una creencia muy arraigada en relación con los árboles es creer que el tamaño de la copa
es proporcional al tamaño en las raíces; sin embargo, la realidad es que las raíces de los
árboles se pueden extender hasta cuatro veces el tamaño del árbol y en el caso de los
árboles urbanos, el 80% de sus raíces se encuentran en la superficie (en los primeros 30 cm
del suelo, fig. 1). (Chacalo et al., 2016).
En las ciudades, los árboles son la conexión más importante que tenemos con la naturaleza.
Para garantizar su cuidado, la arboricultura menciona los siguientes principios (fig. 2):
1. Espacio suficiente para crecer en la madurez. Los árboles necesitan espacio para
crecer, por lo que si vamos a plantar un árbol tenemos que pensar en el tamaño que
alcanzará en la madurez considerando su altura, ancho de copa y del tronco, y
tamaño del cepellón (raíces + suelo), así como las condiciones del sitio (Lilly, 2011).
De acuerdo con los censos del arbolado de la Ciudad de México, que se tienen desde
1993, el 50% de la población arbórea crece bajo cables de luz, por lo que es
importante definir la especie que se debe de plantar para evitar podas excesivas a
los árboles, lo cual condena al árbol y compromete su valor estético y ornamental.
Cabe destacar que, en la Ciudad de México, este problema se ha reducido
significativamente gracias a la normatividad existente: la NOM 001 sobre Podas y
Derribos de Árboles; y la NOM 006 sobre la creación de áreas verdes urbanas
(Chacalo et al. 2009; Grabinsky et al. 2009).
Fig. 3. Buenas prácticas de manejo, como elaborar composta, ayudan a tener árboles más
vigorosos que resisten mejor las invasiones de insectos o de patógenos.
Fig. 6. Es importante conocer nuevas especies en los jardines botánicos para mostrar
la megadiversidad de México en nuestras ciudades.
6. Cuidar lo que se tiene. Históricamente, las ciudades han sido reforestadas con
árboles que no son nativos de la región (especies exóticas). A pesar de que la
tendencia actual es reforestar con especies nativas, es importante cuidar a los
árboles previamente establecidos en las ciudades y darles el mejor mantenimiento
posible, ya que proporcionan muchos beneficios a las personas y especies que
coexisten con ellos (Calvillo et al, 2016).
Fig. 7. En el Jardín Botánico de Chapultepec –CDMX- se utilizaron cactáceas y suculentas en su reciente remodelación.
Hay que trabajar de la mano con arquitectos paisajistas, con constructores y trabajadores
de la construcción pues el árbol en el ambiente urbano es una de las caras de un triángulo.
La segunda cara, son las personas que habitan en la ciudad, y finalmente la tercera, es la
infraestructura en donde se desarrolla.
Muchas veces hay que partir de rediseñar por completo el sitio de plantación para que
permita el desarrollo adecuado de los árboles. Esto aplica tanto desde el momento de la
plantación como años y años más tarde. Los árboles son seres longevos que viven varias
generaciones humanas, con seguridad pueden vivir más que quienes los plantaron.
Una plantación exitosa será aquella que se presuma muchos años después de haberla
realizado, en donde el resultado final serán árboles, sitio y personas viviendo en armonía.
Referencias
1. Calvillo, A., E. Herrera y C. Jiménez. 2016. México y sus Centinelas del tiempo. En: Chacalo,
A. (coordinadora). 2016. Temas de Arboricultura. Árboles, arbustos, palmas y frutales para
Ciudades. Tomo I. Universidad Autónoma Metropolitana. 48-65.
2. Chacalo, A, J. Kohashi, G. Watson y R. Bye. 2016. El sistema de raíces. En: Chacalo, A.
(coordinadora). 2016. Temas de Arboricultura. Árboles, arbustos, palmas y frutales para
Ciudades. Tomo I. Universidad Autónoma Metropolitana. 108-125.
3. Chacalo, A., J. Grabinsky, A. Aldama y H. J. Vázquez. 2009. El arbolado de la ciudad de
México: realidades de un inventario. Mirar a los árboles con otros ojos. En: Chacalo. A.
(coordinadora). 2009. Árboles y arbustos para ciudades. Universidad Autónoma
Metropolitana. 86-101.
4. Grabinsky, J., A. Chacalo, A. Aldama y H. J. Vázquez. 2009. Si los árboles pudieran hablar. En:
Chacalo. A. (coordinadora). 2009. Árboles y arbustos para ciudades. Universidad Autónoma
Metropolitana. 102-107.
5. Lilly, S. 2011. Biología del Árbol. En: Guía para la Certificación del Arbolista. International
Society of Arboriculture. Champaing, Illinois. 2-21.
6. Lilly, S. 2011. Manejo del agua. En: Guía para la Certificación del Arbolista. International
Society of Arboriculture. Champaing, Illinois. 56-69.
7. Lilly, S. 2011. Selección del árbol. En: Guía para la Certificación del Arbolista. International
Society of Arboriculture. Champaing, Illinois. 86-98.
8. Miller, R. 2014. Manejo Integrado de Plagas. Mejores Prácticas de Manejo. International
Society of Arboriculture. Champaing, Illinois. 52 pág.
9. Soberón, J., G. Hlffter., J. Llorente-bousquetes. 2008. Capital Natural de México.
Conocimiento actual de la biodiversidad. Volumen 1. Comisión Nacional para el
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Primera edición. México. 660 páginas.
DENDROCRONOLOGÍA, LA CIENCIA DE LOS ÁRBOLES
Existen árboles muy longevos en México, sin embargo, no existen restricciones que impidan
cortar árboles antiguos de gran valor. Un ejemplo de ello fue la tala clandestina de 20
árboles de un bosque de coníferas localizado en las faldas del volcán Cofre de Perote,
Veracruz, los cuales, después de ser datados, descubrimos que tenían entre 400 y 500 años.
Estas acciones evidencian la necesidad de entender las características y la forma de
crecimiento de los árboles, para darles su justo valor.
El estudio de los árboles inicia con crecimientos de árboles vivos, donde se conoce el año
del crecimiento más reciente, la información que se obtiene permite hacer
representaciones de crecimiento que se trasladan en el tiempo para compararlas con
madera de edificios antiguos y de minas arqueológicas. Con esta información uno puede
viajar al pasado y reconstruir series de anillo de crecimiento de hasta 10 y 15 mil años atrás.
Eso no quiere decir que los árboles tengan 10 mil años, si no que estas series extensas se
pueden conformar con el crecimiento de árboles vivos y muertos, particularmente cuando
los árboles son milenarios, como en el caso de México, que existen especies muy longevas
como el ahuehuete, donde se han encontrado individuos de 1,200 hasta casi 1,700 años y
en los bosques templados, especies de coníferas que alcanzan más 500 años.
Es importante resaltar que existen muchos factores que intervienen en el crecimiento anual
de los anillos en los árboles, por ejemplo, en el caso de las coníferas, los crecimientos son
grandes al inicio, pero al paso de los años su tamaño va disminuyendo y esto no significa
que las condiciones climáticas hubieran sido mejores en sus primeros años, si no que
conforme el árbol crece la producción de madera se distribuye en una superficie mayor, lo
que resulta en anillos de crecimiento de menor tamaño. Por razones como éstas, es
importante conocer la biología de las especies estudiadas, para determinar los factores que
afectan su crecimiento.
Las áreas verdes otorgan grandes beneficios a la comunidad y a los seres vivos en general.
Sus beneficios se pueden agrupar en tres grandes grupos:
Sin embargo, la presión para incrementar las superficies habitables dentro de las ciudades
ha resultado en la disminución de la superficie cubierta por áreas verdes urbanas, ya sea
porque la sociedad no logra concientizarse, o porque las prioridades a corto plazo siempre
son otras. Esto da como resultado que el déficit de áreas verdes urbanas se profundiza.
Para lograr un desarrollo armónico, se deberá contar con la participación comunitaria, las
autoridades, los desarrolladores e inversionistas, los técnicos y profesionistas en una
relación estrecha y activa para lograr con éxito la arborización de casas y desarrollos, calles
y barrios, colonias y ciudades. Su tarea se centra en fomentar que las plantas y los árboles
se siembren, vivan y perduren tal y como lo hacen en su medio natural. Esto se logrará con
buenos diseños, buenas plantaciones y especies bien seleccionadas, con consensos y
voluntades, compromisos y retos, en suma, educando y planeando cada vez más y mejor.
La selección de árboles y plantas para un sitio determinado es una de las decisiones más
importantes para asegurar beneficios a largo plazo, belleza y satisfacción. En especial, hay
que cuidar la adaptación de las especies con el sitio donde se vayan a plantar. Cada especie,
particularmente en el caso de los árboles, tiene ciertos requerimientos y cada sitio de
plantación presenta características ambientales específicas que determinan el tipo de
plantas que prosperarán. La mejor opción de especies a seleccionar siempre será la flora
nativa ya que está totalmente adaptada a las temperaturas, precipitaciones y tipos de suelo
de la región de que se trate; de igual manera esas plantas están adaptadas para resistir las
plagas y enfermedades de la localidad; si adicionalmente se eligen variedades que requieran
poco mantenimiento se estará haciendo una elección exitosa.
Los polinizadores son especies clave en la diversidad de los ecosistemas y pueden ofrecen
servicios ecológicos como la producción de plantas cultivadas. Según CONABIO, de 135
especies de plantas cultivadas, el 88% depende de los polinizadores para su producción. Por
ello, todos podemos colaborar para incluir un jardín de polinizadores en nuestros hogares,
en las áreas verdes urbanas y en todos los lugares en donde exista la oportunidad de tener
estas especies al aire libre; los resultados serán el producto del esfuerzo de cada uno de
nosotros.
El planeta Tierra es nuestro hogar, el único que tenemos. Necesitamos valorarlo y unir el
esfuerzo de cada uno de los individuos para mejorar sus condiciones ambientales. El tiempo
para actuar es ahora, no perdamos la oportunidad.
REFORESTACIONES EN LA RESERVA NATURAL ESTATAL SIERRA DE
ZAPALINAMÉ
La reforestación es la primera acción que viene a nuestra mente cuando pensamos en llevar
a cabo acciones a favor del planeta, sin embargo, cabe señalar que podemos abonar a la
conservación de muchas formas. Para el caso específico de la Reserva Natural Estatal Sierra
de Zapalinamé las reforestaciones persiguen tres objetivos:
ESPECIES NATIVAS. Todas las reforestaciones se llevan a cabo con especies nativas,
preferentemente con germoplasma de la Reserva, ya que entre más cerca se haya colectado
la semilla del sitio a reforestar, mayor certeza se tendrá de su sobrevivencia, debido a que
están adaptados a las condiciones específicas del lugar.
SUSTRATO. Se deberá buscar que los viveros produzcan las plantas con sustrato similar a
aquel donde en un futuro se reforestará, esto para garantizar que las plantas cuenten con
micorrizas para poder desarrollarse. En caso de producirse con un sustrato inerte, se
deberán agregar de forma artificial micorrizas para facilitar su crecimiento en campo.
ÉPOCA DEL AÑO. En la Reserva se busca reforestar un mes después del inicio de la
temporada de lluvias para garantizar la sobrevivencia de los árboles. Sin embargo, los pozos
se hacen antes, para que con las primeras lluvias se humedezca.
Se cuenta con datos de las reforestaciones de la Sierra de Zapalinamé desde 1999, en donde
se observa que durante los años de sequía (2009-11 y 2015) no se llevaron a cabo
reforestaciones porque no existían las condiciones adecuadas para hacerlo. En la Reserva
se busca reforestar con diferentes especies, por lo que actualmente se han manejado 52
especies diferentes, de las cuales 21 son árboles, 13 de arbustos, 17 de cactáceas y dos de
hierbas. La especie más reforestada es el pino piñonero, seguido por el pino pinceana y el
pino prieto (Pinus greggii). Las especies de Zapalinamé son una buena opción para
reforestar las áreas verdes urbanas de las ciudades de Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga, lo
que permitirá establecer especies nativas de bajos requerimientos y alto nivel ornamental.
ESPECIES NATIVAS CON POTENCIAL PARA LA REFORESTACIÓN URBANA
Las especies nativas tienen un gran potencial para su uso en reforestaciones urbanas, sin
embargo, se tiene poco conocimiento de ellas. Las reforestaciones urbanas no tienen que
ser monocultivos, por el contrario, se deben explotar las texturas, matices y tamaños de las
diferentes especies para crear una paleta de colores, aunado a ello, debemos mirar el
movimiento, la cadencia de los colores y tonos con la que cuentan las especies.
Los arquitectos y urbanistas deben buscar un diseño del paisaje que considere los suelos
someros de la región y las bajas precipitaciones. Es necesario cambiar la imagen de lo que
consideramos bello, como las grandes áreas cubiertas de pastos que tienen altos
requerimientos de agua. Se deben buscar especies nativas que se puedan reproducir en
vivero y que tengan un crecimiento rápido o moderado, para que sean redituables
económicamente para su comercialización.
Existen especies de árboles nativos de tallas medianas cuyas raíces no crearán problemas,
y algunas especies tienen fragancias que perfuman sutilmente todo el ambiente. Uno de los
árboles favoritos es el duraznillo (Cercis canadensis) cuyo porte y floración exuberante lo
hace una selección ideal para las reforestaciones urbanas. El mimbre es otra especie con
una floración llamativa y que además es un árbol longevo, que puede vivir más de 70 años.
Pero no debemos despreciar a los mezquites y huizaches que proveen de una sombra
generosa y resisten largos periodos de sequías y son percha de especies como las mariposas
monarca, los huizaches además son inmensamente fragantes, tanto que exportamos sus
flores para perfumería francesa.
Los arroyos que atraviesan la ciudad de Saltillo debieran ser sitios prioritarios para
mantener áreas verdes con especies nativas. La humedad que conservan garantizaría la
permanencia de las especies y permitiría el embellecimiento de la ciudad. Debemos
recuperar los cuerpos de agua que históricamente han sido desecados y eliminados.
Y las especies que deben mantener un sitio especial en todas las reforestaciones son los
pinos y los encinos los cuales, si tienen requerimientos específicos de espacio, pero si se
cuenta con ello, son especies longevas, de mínimos requerimientos de mantenimiento y
que son hogar de diversas especies de fauna. Otro árbol consentido es el capulín, el cual
funciona como regulador de la temperatura y que como todo árbol caducifolio tira sus hojas
en el invierno para permitir la entrada del sol, pero no debemos considerar a sus hojas como
basura, en lugar de ello, pueden utilizarse en la composta o como molch en macetas y en
áreas cercanas a los árboles.
Las especies nativas tienen un alto potencial para ser comercializadas, pero no existe una
gran diversidad en el mercado. Se deben promover viveros como los que existen en la Sierra
de Zapalinamé, en donde se producen especies nativas con alto valor ornamental. Las
especies nativas nos dan identidad, además de reducir la demanda de agua y
mantenimiento, por lo que es el momento de generar un cambio y construir una ciudad
llena de matices y colores, que cambie con las estaciones y que proporcione una riqueza
visual y alegría a sus habitantes.
RESTAURACIÓN DE ÁREAS INCENDIADAS
México fue incluido entre el período de 1990 y 2010 como uno de los 10 países con mayor
pérdida anual de bosques, y entre los 5 con mayor reducción del área de bosques
conservados en todo el planeta. Esto nos dice que estamos perdiendo a mayor velocidad
las superficies forestales que lo que logramos recuperar o restaurar; sumado a ello, se
menciona que el 48 % del área cubierta por vegetación en México tiene cierto nivel de
desertificación. Desafortunadamente, no existe una política nacional de restauración sólida
que busque detener este deterioro, solo se han logrado acciones aisladas e incipientes.
Para reducir estos cambios y deterioros, se debe eliminar la falsa contradicción entre
actividades productivas y conservación, ya que existen alternativas que pueden, en muchos
casos, hacerlas compatibles, como es el de la ganadería sustentable en donde se pueden
combinar áreas de recuperación de arbolado con algunos tipos de ganadería que permiten
recuperar la fertilidad del suelo, o en el caso de pastizales, la rotación de potreros y la carga
animal que permiten mayor productividad y favorecen la conservación de los recursos
naturales.
En materia de incendios forestales las estadísticas señalan que en el año 1998 fue donde se
ha tenido la superficie más grande de afectación en los últimos tiempos en México. A partir
de ese año hasta el 2015 se tuvo una reducción tanto de las superficies como del número
de incendios, pero a partir del 2015 hemos tenido un repunte con un promedio de 600 mil
hectáreas anuales. Sumado a ello, no existe información sobre la condición ambiental en la
que quedan las áreas afectadas por incendios.
Estas brechas cada vez más grandes nos llaman a la acción urgente, en donde todos los
sectores tienen que participar para transitar a una sociedad más sostenible. Esto nos trae
al Parque Fundidora, el cual se creó con dos propósitos: rescatar la arquitectura industrial
y crear un área verde de convivencia y esparcimiento. El parque recibe aproximadamente
8 millones de visitantes por año y ocho veces al año se pone a disposición de eventos
musicales masivos. Su arbolado ha aumentado de 1,500 a 10,500 individuos, la mayoría de
muy buen porte, de los cuales 2,000 son de especies exóticas. En los últimos años el
principal interés ha sido aumentar la diversidad de los árboles buscando especies nativas y
longevas que sean un legado para el Área Metropolitana de Monterrey.
El Parque Fundidora busca hoy mantener un liderazgo y ser un actor del cambio para la
sostenibilidad del área metropolitana de Monterrey. Pretende reconectar los ambientes
urbanos con los rurales, además, se llevaron a cabo los primeros eventos neutrales en
carbono y neutrales al clima, los cuales para el 2021 serán positivos en captura de carbono
para contribuir a la sostenibilidad. Además, se planea generar una red entre los espacios
públicos en la mancha urbana y las áreas naturales protegidas, en particular las periurbanas.
Dentro del parque se tienen proyectos de reforestación identificando áreas con potencial
para incrementar la densidad arbolada, lo que permita tener un área verde que beneficie a
la ciudadanía. Se iniciará un proyecto denominado “Resiliencia climática y ecológica” en
donde se reemplazarán árboles exóticos por especies nativas como un simbolismo de
nuestro compromiso con la seguridad climática y la seguridad hídrica. Y no solo se
reemplazarán árboles exóticos, sino que se apoyarán acciones de reforestación en 2,000
hectáreas dentro de áreas naturales protegidas cercanas como Cumbres de Monterrey y la
Sierra de Arteaga.
Debemos al final reconocer que venimos de la Tierra y debemos saber cuidarla. Se requiere
ser apasionado, congruente y humanista. Necesitamos estar conscientes de que estamos
solo de paso y debemos pensar en las generaciones futuras. Debemos saber colaborar a la
distancia, buscar el servicio a la comunidad y tener una vocación de trabajo con otras
personas que piensan diferente, lo que permitirá enriquecer las ideas y los resultados. Hay
que contemplar la belleza que la Tierra nos da y tener fuerzas para vivir a plenitud mientras
haya vida. Cada uno de nosotros está llamado a informarnos y sumarnos en hacer lo que
corresponde, lo cual se traducirá en un bien superior que es el bien común.
EL GERMOPLASMA, FUENTE DE DIVERSIDAD BIOLÓGICA
Una semilla es una unidad reproductiva compleja, la cual almacena la diversidad genética
de las diferentes especies de plantas, ya sean las cultivadas por el hombre o las silvestres.
Históricamente, se han estudiado y resguardado más las semillas de plantas cultivadas, por
la importancia para la producción y alimentación. Sin embargo, en las últimas décadas se
ha dado atención y relevancia a las especies silvestres del mundo. Los principales medios
de transporte de las semillas son los frutos, aunque otras especies están equipadas con alas
o pelos plumosos para poder ser dispersadas por el viento, otras cuentan con ganchos para
ser dispersadas por los animales que cruzan su camino, otras utilizan el agua para su
dispersión y finalmente, existe la auto dispersión de algunas plantas, las cuales, cuando las
semillas se secan, tienen un tipo de explosión que puede dispersar hasta cinco o seis metros
de distancia a la semilla de la planta madre.
Las semillas no son viables todo el tiempo, por lo que las clasificamos de acuerdo con su
tipo de longevidad: las ortodoxas son semillas que pueden ser almacenadas por largos
periodos de hasta 100 años bajo condiciones favorables (temperatura y humedad
controladas) ya que toleran una desecación; y las semillas recalcitrantes son aquellas que
no toleran la desecación, por lo que solo se les puede tener almacenadas entre tres a seis
meses, y después de ello mueren o germinan.
Existen más de 1,300 bancos de germoplasma en todo el mundo y todos ellos resguardan
un aproximado de seis millones de muestras de especies vegetales, almacenadas en forma
de semillas, lo que representa una pequeña fracción de la biodiversidad de nuestro planeta,
ya que muchas regiones no han sido exploradas por completo. En México existen 37 bancos
de germoplasma forestal (BGF) y 17 centros de almacenamiento temporal de germoplasma
forestal (CATGF) lo que nos habla de la necesidad de fortalecerlos para garantizar el
resguardo de la biodiversidad de nuestro país. Una línea interesante de trabajo es el
resguardo de pequeños tejidos vegetales de las semillas recalcitrantes
(crioconservación)para posteriormente promover su regeneración, sin embargo, hay
mucho que estudiar aún al respecto.
La colecta de las semillas para el resguardo de especies silvestres debe llevarse a cabo de
forma cuidadosa para garantizar, en la manera de lo posible, la variación genética dentro
de las mismas especies. Además, se debe cuidar que las semillas estén sanas y que estén
maduras fisiológicamente, es decir, que tenga la capacidad y las reservas necesarias para
formar otro nuevo individuo. Otro factor por considerar es la dormancia o latencia de las
semillas, lo que se ha convertido en el cuello de botella de la reproducción de ciertas
especies en vivero, por lo que se debe eliminar con algunos tratamientos químicos o físicos.
Para cumplir con las normas ambientales de México, se deben considerar los lineamientos
para el ingreso del germoplasma a un sitio de resguardo, entre los que destacan los
siguientes:
Históricamente, cuando una ciudad crece se elimina una gran parte de su vegetación y la
tierra es cubierta con asfalto, concreto y techos. Estas superficies impermeables no
permiten que el agua se filtre hacia el subsuelo como sucede en un medio natural. En un
pasado reciente, el diseño de las ciudades se centró en el uso de automóviles o vehículos
motorizados, lo que fomentó la creación de extensas áreas suburbanas con calles anchas y
diseños ineficientes que maximizan las superficies impermeables. Cuando la lluvia cae en
estas superficies provoca problemas, como la inundación de calles y canales, incremento de
la erosión en riachuelos, lechos de ríos y arroyos, incremento de la velocidad a la que fluye
el agua, y mezcla del agua de lluvia con contaminantes como aceite de automóvil, herbicidas
y heces de animales.
Para contrarrestar esta problemática surge la infraestructura verde, la cual es una estrategia
que cada vez usan más comunidades para administrar el agua de lluvia de manera más
regenerativa, así como para aumentar la vegetación con múltiples beneficios. La
infraestructura verde ofrece una solución integral para el manejo de agua de lluvia, lo que
quiere decir que resuelve varios problemas y provee beneficios al mismo tiempo. Los
métodos de la infraestructura verde usan el agua de lluvia como un recurso al distribuirlo
en una zona urbana, en lugar de desviarlo lejos del sitio lo más rápidamente posible, tal
como lo hace la infraestructura gris.
La infraestructura verde ofrece amplias ventajas, por ejemplo: promueve la infiltración del
agua de lluvia, usa procesos auto-renovables del suelo y la vegetación que necesitan menos
mantenimiento, proporciona irrigación pasiva para los árboles de las calles y otra
vegetación, lo que a cambio da sombra y refresca las calles disminuyendo el efecto de isla
de calor, provee un hábitat silvestre, embellece las comunidades e incrementa el valor de
las propiedades.
Actualmente, identificamos dos tipos de regímenes de fuego, los cuales están basado en su
frecuencia y severidad, existen bosques adaptados a alta frecuencia de incendios de baja
intensidad, y bosques adaptados a baja frecuencia de incendios, pero de alta intensidad.
Para llevar a cabo el estudio se establecieron 8 sitos de muestreo, cada sitio incluye un área
de exclusión y otra área donde se permite el pastoreo o parcelas control, se ubican a una
equidistancia de 1000 m y ubicadas a diferentes niveles altitudinales. En cada sitio se
registraron las especies presentes, se colectaron las especies no identificadas y se
analizaron muestras de suelo, además se tomaron muestras en parcelas de control con fines
comparativos. Con las áreas donde se realizó la exclusión del pastoreo ha incrementado la
cobertura de las especies en especial de los zacates de elevado valor forrajero para el
ganado.
Con los resultados del estudio se elaboró un listado de la flora del zacatal semiárido de la
sierra de Zapalinamé el cual cuenta con el registro de 170 especies de plantas, lo que indica
una elevada riqueza de especies para esta vegetación. De estas especies, 30 son zacates con
cinco especies y dos variedades del género Bouteloua (las cuales presentan el 89 % de
similitud con los zacatales del Rancho Los Ángeles), 103 hierbas perennes y 39 hierbas
anuales, así como 28 especies de plantas leñosas.
Esta información nos permite reafirmar la riqueza biológica de estas comunidades vegetales
y la importancia de los zacatales en el estado de Coahuila. Se deben continuar los estudios
y las acciones para su conservación y recuperación de las áreas sobrepastoreadas. Aunado
a ello, se debe cuidar la selección de los sitios para la reforestación, evitando hacer curvas
de nivel o plantar árboles en áreas que formen parte de los zacatales.