Libro Camino Al Corazón 2011

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Camino

al corazón

Sanamsín Omsandar Saís

La senda universal....
Hacia tu florecimiento...
Llena de amor y libertad...

1
Camino
al corazón
S
S aa nn aa m
m ss íí nn

Sintiendo amor. 3

El meditar es el obstáculo. 12
La paz es la puerta.

Descubriendo tu corazón. 57

Realizándote. 67

-Los escenarios
-La familia
-El trabajo
-La vocación
-El árbol de la realización
-La sexualidad
-El servicio
-La entretención
-La aventura
-La mística

Floreciendo. 162

-El árbol del florecimiento

2
Sintiendo amor

Hace unos días atrás, en una de las tantas convivencias que,


permanentemente comparto con los discípulos, Alatsé me preguntó ¿por qué
sentimos esto que estamos sintiendo por ti? ¿Por qué todo este cariño? ¿A qué
se debe? ¿Vidas anteriores juntos? ¿Te la debíamos?

Alatsé significa; aquél que va y busca la elevación a través de la


comprensión, teniendo como recursos las virtudes relacionadas con la
hermandad, la fraternidad y la compasión. Obviamente que, para llegar a la
comprensión, tienes que pasar por esa linda etapa (todas las etapas son
hermosas), en que quieres entenderlo todo. Todo lo averiguas, todo lo das
vuelta y vuelta en tu cabeza, para poder verlo desde todos los puntos de vista y
perspectivas. Además buscas razones y respuestas, tratando de que todo
calce, que todo cuadre en tu mente dentro de un marco de la lógica.

Para poder llegar a la comprensión, una de las cosas que tienes que hacer
es trascender el entendimiento, y para eso tienes que acercarte al
entendimiento, abordarlo, estar ahí y entrar en ello. No puedes desentenderte,
y partir al jardín a jugar o a meditar, pretendiendo que lo has logrado. Podrás
ir al jardín cuando quieras, estar ahí un rato, descansando en los colores de las
hojas y las flores, o quizás asombrarte con el revoloteo de alguna mariposa,
pero luego de ese rato, te vendrán nuevamente esas ganas de querer entender
alguna cosa.

Al igual que el sexo o lo que sea, si quieres ir más allá y trascenderlo, no


podrás lograrlo si te alejas, no podrás lograrlo si lo evitas o huyes de él. De
modo que para poder trascender el entendimiento, necesariamente tendrás que
indagarlo todo. Tendrás que razonar, investigar, averiguar y preguntar todo lo
que se te ocurra hasta que te hartes, hasta que te rindas. Alatsé es el que más
pregunta, está en eso.

¿Por qué sentimos esto por ti?

3
El porqué o motivo, no tiene ninguna importancia, pero que me quieran, sí
la tiene. Y más aún; que me quieran a mí en particular, tampoco tiene
importancia alguna, pero sí la tiene en cuanto a lo que están sintiendo. Eso que
están sintiendo, llámenle cariño, devoción, gratitud o lo que sea, eso es amor.
Es amor porque se siente, es amor porque lo siento. No importa por qué ni por
quién. Eso es lo que les está sucediendo, es algo muy hermoso. Están sintiendo
amor. Cada cual a su manera, y eso es lo único relevante.

Esto relevante que estoy acentuando aquí (el que estén sintiendo amor),
es de una gran trascendencia, pues crea un ambiente de confianza en tu
relación conmigo, permitiendo que sea posible la verdadera Enseñanza; ésa que
no tiene tantas explicaciones ni cae en lo intelectual. Ésa que está bordada de
luz sobre un manto maravilloso de silencio. Ésa de corazón a corazón.

He estado esperando mucho tiempo por esto, he estado esperándolos


años y años. A algunos de ustedes los he estado esperando cientos y miles de
años. Y no es broma. Entiéndanlo bien. No es a ustedes a quienes he estado
esperando, sino a que vuestro bello corazón despierte. El hecho de que vuestro
corazón esté despertando, eso lo cambia todo.

Un Maestro está en todo momento abrazándote, en todo momento


aunque no te percates de ello. No entiendas con esto, que te estará abrazando
a ti precisamente, pues un Maestro no anda dando abrazos, ni a ti ni a nadie.
Una persona que no es todavía, que no ha trascendido su mente ni ha entrado
aún a la sublime dimensión de su ser, ésa sí podría andar dando abrazos, por
cierto, dependiendo de las circunstancias. Si se sintiera contenta, encantada y
muy feliz, seguro que andaría abrazando a medio mundo; a las personas, a los
árboles, y a cualquier cosa que se le cruce por su camino. Si se sintiera mal,
frustrada y sola, no querrá saber de abrazos ni de nada. Un Maestro, estará
abrazándote en todo momento porque es una Presencia. No es un abrazo, sino
un abrazando sin fin. Esta Presencia, la sentirás sólo cuando tu corazón
despierte.

Yo he estado abrazándote de muchas maneras, abrazándote sin que te


percates. He estado abrazándote como amador, como hermano y hermana,
amigo y “enemigo”, como hijo, hija, padre, madre y esposo, como sabio,
libertador, monje y vagabundo.

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Pero estos abrazos fueron para ti, como si hubiera sido una ayuda que
recibiste en algún momento dado de tu vida, como si hubiera sido un favor de
alguien a quien le caíste bien y te estimaba. Lo digo, ya que por lo general,
siempre hay alguien que aparece en tu vida y te tiende una mano.

Sin embargo un Maestro no hace eso; no le tiende la mano a nadie. Es una


Presencia, un Sol. Yo no ando por ahí dando una mano, no ando ayudando a la
gente ni mucho menos haciendo favores. Los favores se hacen a los que son
conocidos, a los que son más cercanos, a los que más estimas y a los amigos. Y
recuerda que, te he estado abrazando incluso como “enemigo”. Como enemigo
entre comillas, pues los que tuve como enemigos, no fue precisamente porque
los odiara o fueran realmente mis enemigos, sino porque estaban en el otro
bando, ¿Comprendes? No eran mis enemigos, sino sólo mis adversarios.

En este mundo y en estos tiempos, ¿acaso un Palestino le va tender la


mano a un Israelí? ¿Acaso un sacerdote católico va a posponer su misa para
ayudar a un monje budista? ¿Acaso un rico se detendría en la calle para asistir
a un pobre? Tal vez sí, tal vez podamos ver a un rico y a un pobre abrazarse, a
un musulmán con un judío, o a un católico con un budista.

En todo caso, dejémonos de tonteras y seamos sinceros. Tú no andas


haciéndole favores a todo el mundo, y tu ayuda cuando ayudas, siempre está
dirigida a los que más estimas, o a las personas con las cuales estás más
identificado. Y un Maestro no tiene preferencias de ningún tipo. Un Maestro no
está identificado con ninguna clase social, con ningún grupo étnico, político,
religioso o lo que sea, y mucho menos con su familia o alguien en particular.
Recuerda, es un Sol.

El sol no está ahí iluminándote, no está por ti ni estará ahí pintando el


cielo al atardecer precisamente pata ti. El sol es una Presencia real de vida, no
tiene prejuicios ni preferencias. Esta Presencia va con mayúscula, pues tiene
que ver con la vida. Cuando vaya con minúscula, entonces estaremos
refiriéndonos con toda seguridad a la presencia de algún político, de algún
mandatario corrupto, un mercenario o del ego, o a la presencia de la tiranía, de
la violencia, la mala intención, la mentira y todo eso.

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Si todavía no has despertado, si tu corazón sigue sin despertar,
entonces todas esas instancias en las cuales te han dado la mano, sólo las verás
como una ayuda y nada más, o como si hubiera sido tu ángel guardián. Incluso a
veces, piensas que has tenido suerte. Dices; “en realidad no me puedo quejar,
cada vez que he estado en problemas, cada vez que he estado en dificultades a
punto de caerme al hoyo, siempre ha habido una mano que me ha salvado”.

Por el contrario, si estás despertando, si tu corazón se está abriendo,


entonces todas esas circunstancias por las que has pasado, en las cuales te han
dado una mano, no las verás como si hubiera sido una ayuda, no las verás como
si hubiera sido un favor que te cayó del cielo o que tuviste suerte. Si de alguna
manera has sentido que ha sido tu ángel, no dirás que te ha ayudado, sino que
sentirás cuánto te ama.

¿Has escuchado en algún momento a esos Pastores de los templos,


iglesias o religiones protestantes? Yo me los fui encontrando en mis viajes por
el Amazonas en Brasil, en Perú, Ecuador y Colombia. Había cientos de ellos por
todas partes. No sé por qué ahí específicamente, como si todos estuvieran
concentrados en esa zona. En realidad había miles de ellos. Fueras donde
fueras te los encontrabas. Siempre hablando y hablando, predicando la Palabra
del Señor. ¿Los has oído? Pues bien, ellos no dicen que Dios te ayuda, que Dios
te hará el favor, o que si crees en Él tendrás buena suerte. Siempre están
diciendo: Jesús te ama, Cristo te ama.

Comprende

Un ángel no está para ayudarte,


no está ahí para protegerte,
está ahí porque te ama.

Una madre y un padre de verdad, por lo general están siempre


desvelándose por sus hijos. Este desvelarse, no es porque haya que hacerlo, no
es porque haya que cumplir con el deber de padres o ser responsables. Esto
sería sólo si, tu corazón estuviera aún roncando. Pero si estás despierto, si tu
corazón está vivo, entonces este desvelarse no será otra cosa que el amor, que
en este caso se manifiesta a través del desvelarse. El desvelarse es una de sus
formas.

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El amor se manifiesta de muchas maneras, y hay muchas maneras de
manifestarlo. Cada persona tiene sus formas de amar (yo le llamo “formas de
abrazar”). En relación a esto, más adelante vamos a entrar profundamente,
cuando lleguemos al tema del florecimiento, ya que es de suma trascendencia.

Si un padre está ayudando a su hijo a hacer las tareas, esto lo podrías


ver de dos maneras, dependiendo por cierto, si estás dormido o despierto. En
realidad, no tienes por qué estar entrometiéndote en las tareas de tus hijos, y
mucho menos haciéndolas por ellos. Pero aquí va el ejemplo.

Imagina a dos padres que, están ayudando a sus hijos a hacer las tareas.
Uno está realmente ayudando a su hijo a hacer las tareas, y el otro
simplemente lo está abrazando. Lo está abrazando a través de ayudarle a hacer
las tareas. Si les miras desde lejos, si les miras superficialmente y no te
detienes, no verás ninguna diferencia entre ellos; verás a dos padres que están
ayudando a sus respectivos hijos a hacer las tareas. Pero si te das el tiempo y
te acercas un poco más, si puedes ir más allá de las formas y pudieras observar
detenidamente, verás que a uno de ellos sólo le interesa que su hijo haga las
tareas, en cambio al otro, lo que más le interesa es estar con el niño. En otras
palabras, para el otro las tareas serán una excusa para estar con su niño.

¿Notas la diferencia? Es algo trascendental poder verlo y comprenderlo.


Son dos mundos totalmente distintos, son dos mundos separados por un enorme
abismo. Es el mundo de los dormidos y el mundo de los despiertos, es el mundo
de los muertos y el mundo de los vivos. Definitivamente, son dos dimensiones
muy distintas. Una es el mundo de los zombis, donde todos roncan y tienen
pesadillas, y la otra es el mundo de los jardines del corazón, donde todo
florece en libertad.

Es por ello que, si estos discípulos están sintiendo amor, eso lo cambia
todo. Los estoy llamando discípulos desde hace poco, desde que comenzaron a
sentir amor, desde que comenzaron a despertar, no antes.

Sabe

Un discípulo es,
quien inicia el camino de su corazón.

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Un discípulo, es discípulo del amor. Por ello es que los llamo discípulos, y
no mis discípulos. Estaba diciendo que, si están sintiendo amor, eso lo cambia
todo. Lo cambia porque están entrando a otra dimensión de vida totalmente
diferente. Están pasando del mundo de los muertos al mundo de los vivos. Están
saliendo de la prisión, y por fin están logrando danzar con la tierra, con las
piedras, las hojas y el agua; con las nubes, el arco iris, la brisa y los pájaros.
Están logrando abrir sus brazos y respirar profundo, están logrando jugar
entre las flores como una flor más del jardín, y así algún día, volar hacia el sol.
Por eso lo cambia todo, porque es otra dimensión de vida. De ahí este libro.

Si hubieran permanecido roncando, andando de allá para acá y de acá


para allá, sin ningún sentido profundo de vida, atrapados en este sonámbulo y
decadente mundo establecido, donde el aire que respiras no huele a ríos ni sol,
no huele a quietud, paz, armonía, frescura ni amaneceres, sino que huele
prácticamente a cementerio, yo no habría escrito este libro ni nada. Ninguna
frase hubiera surgido, ni siquiera una sola palabra. Me habría regresado a la
montaña, a danzar con las estrellas y a disolverme en el silencio.

A mí en lo personal, nunca me ha gustado escribir, no es mi espacio, no es


mi océano ni mi naturaleza. Este espacio es para los escritores, no para mí. El
hecho de que uno escriba algo, eso no te hace ser un escritor. Yo no soy un
escritor.

Tampoco me gusta leer. Si he leído algunos libros en mi vida, éstos


habrán sido unos ocho o diez, no más. Y estos libros que he leído (muchos de
ellos a medias), nunca los he escogido yo. Simplemente, fueron a dar a mis
manos porque me los sugerían, porque me los recomendaban. En realidad, nunca
sentí la necesidad de leer, nunca me llamó la atención.

Recuerdo que, me encontraba con algunos viejos amigos, con algunos


compañeros de ruta de esa aventura loca que es la búsqueda de sí. Estábamos
en la antigua Ciudad de Quito en Ecuador. Uno de ellos me dice: “lee este libro
Sanamsín, cada libro tiene algo, algo que entregarnos”. Y me lo pasó para que lo
leyera. Así que eso fue lo primero que leí, fue el libro Sidharta de Hermann
Hesse. En ese entonces, yo tenía 28 años. Lo mismo ocurrió con los otros libros,
siempre fue así. Me los pasaban para que los leyera, pero no me interesaban.

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Pues bien, si estuvieran aún durmiendo y roncando, este libro no habría
sido posible, no habría surgido. Pero vuestro despertar y cariño, me ha
motivado. Han comenzado entonces a despertar, están abriéndose, están
sintiendo amor.

No vayan a creer, que con esto ya han llegado a casa, que ya han
descubierto la vida en toda su dimensión y que están listos para ser nombrados
como embajadores del amor o algo así. No, no se la crean tanto. Están sintiendo
amor, sólo eso, y eso es más que suficiente para iniciar el camino.

Están sintiendo amor, y como dije, no tiene ninguna relevancia el que sea
yo a quien estén amando. No importa el porqué, no importa a quien estén
amando y mucho menos si me la debían.

¿En qué están pensando? ¿Por qué están pensando en que me la debían?
¿Por qué siempre ese hábito de estar mirándose en menos? Al estar
preguntando si acaso me la debían, eso quiere decir que se están yendo al
pasado. Están pensando que en algún momento dado del pasado, quizás no
fueron muy buenos conmigo. Están pensando que, puede ser muy probable que
en el pasado me hayan encarcelado, que me hayan abandonado, odiado o quizás
torturado.

Es posible. Es muy posible que en el pasado no me hayan amado, es muy


posible que me hayan traicionado y asesinado. Eso es verdad, y algunos lo saben
muy bien, pero también es posible que haya acontecido al revés. Tal vez sea yo
quien se las debía.

Aquí con esto, no estoy afirmando nada, nada de nada. No estoy


afirmando que fue así o que no. Sólo lo estoy diciendo. No quiero que
interpreten o malinterpreten mis palabras. Todo esto lo digo, para que no estén
pensando que han sido siempre “los malos de la película”, para que no estén
pensando que han sido siempre una “raza de víboras”. Lo digo también, para que
no estén siempre mirándose en menos, pensando que no son nadie, que no valen
nada y todo ese cuento.

Se sorprenderían. A lo largo y ancho de la historia de la humanidad,


tanto en Oriente como en Occidente, han habido muchos seres, que de una u
otra manera se han destacado, sea por sus acciones, sus enseñanzas, su legado

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o por su propio ejemplo de vida, y por ello han pasado a la posteridad. Sin
embargo, han sido ellos quienes se la debían a ustedes.

A este mundo han venido muchos seres, que han sido una luz para los
demás, que han ofrecido sus vidas por una causa noble y universal. Realmente,
unas grandes almas. Ha habido hombres y mujeres, reyes y reinas, santos y
santas, también amadores y sabios, guerreros, artistas, inventores, místicos y
científicos. Muchos de ellos realmente han brillado, y sin embargo como dije,
se sorprenderían el saber que, han sido ellos quienes estaban en deudas con
ustedes, y no ustedes con ellos. Es el caso de la Madre Teresa de Calcuta por
ejemplo, del Yoghi Milarepa, Osho, algunos Papas y tantos otros. ¿No les dice
nada esa frase, Saulo por qué me persigues? ¿No les dice nada la sorprendente
y a la vez hermosa vida de Válmiki, quien escribió el Ramayana?

Es posible entonces, que fueran ustedes quienes me la debían, pero


también es posible que fuera yo quien estuviera en deudas con ustedes. Tal vez
me la debían, tal vez no. Pero en el fondo ¿qué importancia tiene esto? Tienen
que sacarse eso de la cabeza. Si se quedan pensando en ello, eso será un
retroceso. Irremediablemente, se quedarán estancados en el pasado. Si se
quedan atrapados y pensando en ello, ése será el impedimento para que
permanezcan aquí en el presente.

¿Por qué siempre les pasa? ¿Por qué siempre ese afán de huir de algo
que verdaderamente les está sucediendo muy por dentro? Si de alguna manera
están descubriendo que me aman, si realmente lo sienten, ¿por qué no lo dejan
así y que así sea? ¿Para qué romper ese instante mágico buscando razones o
explicaciones?

Ese instante lo es todo, ¿para qué salir arrancando de ahí? En ese


instante estás tú, estoy yo, está la inocencia y el amor, el silencio y la vida,
¿acaso no basta? ¿Acaso no es más que suficiente tan sublime momento, lleno
de infinitud e inmensidad? ¿Para qué alejarse de ahí, echándolo todo a peder
con preguntas y respuestas?

No estoy diciendo que, no me hagan más preguntas, pero esas preguntas


¡no! Esa clase de preguntas rompe la magia de la vida, y además, esas preguntas
no tienen respuestas. En realidad, yo no sé por qué me aman, no tengo idea. Y
no lo sé, no porque no lo sepa, sino porque no estoy en mi mente ¿se

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comprende? Yo no estoy en mi mente ni vivo en ella. Si estuviera ahí, podría
explicarles, y darles muchas razones para que pudieran entender por qué están
sintiendo amor. Pero yo no estoy en mi mente, no estoy ahí. No estoy ahí ni allá,
sino aquí.

Si en verdad sienten amor, si realmente es lo que están sintiendo,


perderán el tiempo preguntándose por qué. Perderán el tiempo y se perderán el
momento. Si están sintiendo amor ¿por qué no aceptarlo? ¿Por qué no dejar que
esa magia suceda y rendirse? Rendirse al amor por cierto, no a mí.

Hay algunos que luchan ante esto, no lo aceptan ni les cabe, y dicen: ¡esto
no puede ser! ¿Cómo me vino a suceder a mí, que soy una persona madura y con
cierta experiencia en la vida? Ahora por andar sensible, soy el hazme reír de
todo el mundo. ¡Esto es el colmo! Hasta con una insignificante brisa y un simple
atardecer me emociono. ¿Qué me está pasando? Yo no era así antes. Ya no sé
con qué cara ir a la oficina. Y terminan diciendo: ¡¡qué diablo me han hecho!!

Cuando alguien se cierra a esta bella posibilidad, a este hermoso suceso,


donde el corazón como la flor de loto, busca el cielo para respirar, uno siempre
termina siendo el culpable. Piensan: “Sanamsín me tiene que haber hecho algo,
porque esto no es normal”. “Algo raro me hizo este señor”. Y la verdad es que,
uno no ha hecho nada.

Sé que mi Presencia ayuda a que suceda, pero uno no hace nada. El


despertar del corazón no se hace, simplemente es un suceso. Nadie sabe
cuándo podrá suceder, pero cuando sucede, sucede. Y ustedes están aquí para
eso, para que suceda, ¿o no? Si creen que están para otra cosa, pierden su
tiempo.

Es posible que, cuando diga algunas cosas, ustedes vayan aprendiendo


algo, vayan teniendo cierto conocimiento, darse cuenta y todo eso, pero ése no
es el propósito. Mi propósito en realidad, es velar por vuestro nacimiento y
despertar. Es velar a que llegue ese maravilloso momento, que es cuando el
corazón comienza a latir verdaderamente.

No importando lo que diga, diga lo que diga es para que llegue ese
momento, no para que aprendan algo. Yo estoy aquí desvelándome por ese
momento. Estoy aquí aguardando por ese suceso, aguardando a que les suceda,

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aguardando a que vuestro corazón despierte. En ese corazón está todo, y ese
corazón lo es todo. Por ello toda mi atención ahí, y por ello ése es mi propósito.
¿Cómo no estar ahí Presente? ¿Cómo no ser testigo y no contemplar vuestro
hermoso corazón, que al despertar y crecer se transformará en una Flor, y que
luego se elevará y llegará a ser un Sol?

Así que, si están sintiendo amor, déjenlo así, dejen que suceda. Eso es
más que suficiente para iniciar el camino, el camino al corazón. Y el camino al
corazón es el presente.

Descubre

El corazón sólo late en el presente,


el amor sólo es posible ahora.

Como decía anteriormente, si estos discípulos hubieran permanecido


roncando, andando de allá para acá y de acá para allá, este libro no existiría, ya
que este libro habla del corazón, y el corazón no es otra cosa que el presente.
Al decir de allá para acá y de acá para allá, me refiero a ese ir y venir de la
mente, a ese divagar, a ese deambular del pasado al futuro y del futuro al
pasado.

Si anduvieran aún deambulando de allá para acá y de acá para allá,


atrapados en ese juego vicioso del ir y venir, ¿qué caso tendría invitarlos al
aquí? Tal vez permanecerían un minuto, quizás dos o tres, pero muy pronto se
aburrirían y necesariamente volverían al ir y venir. Si anduvieran muy
interesados aún, yendo del pasado al futuro y del futuro al pasado, ¿qué caso
tendría el invitarlos al presente? Pero a estos discípulos les está sucediendo
algo importante, están sintiendo amor. Por tanto, no ha sido necesario
invitarlos. El propio despertar los ha estado llamando, el propio sentir los ha
traído aquí, aquí al presente.

El meditar es el obstáculo.
La paz es la puerta.

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Pues bien, vayamos más adentro. Desde hace ya un tiempo a esta parte,
he estado acentuando en reiteradas ocasiones, la importancia que tiene la
meditación. Constantemente estoy recordándolo e insistiendo en ello. En un
libro anterior, que en las últimas ediciones viene con el título “La Era de
Cristal”, ahí incluso sugiero, que a los niños desde temprana edad se les enseñe
a meditar (jugar y relajarse), pues como dije, siempre le estoy dando, una
enorme trascendencia a la meditación.

Permanentemente se los estoy recordando. Permanentemente estoy


recordándoles que busquen algún lugar, que se den un momento dentro de la
semana y puedan estar a solas consigo mismos. De preferencia todos los días.
No importa dónde, no importa cómo ni en cuánto tiempo lo hagan, pero siempre
se los estoy recordando.

Pueden vestirse de una manera especial para ello, y hacer de ese


instante una ceremonia. Pueden regalarse algunas flores si así lo desean,
pueden encender velas, inciensos, y escuchar una buena música de relajación.
Pueden llevar un hermoso cristal en el pecho, usar algún aroma adecuado y
untárselo en la frente, pueden pronunciar algún mantra, orar, o simplemente
permanecer quietos y en silencio, pero siempre estoy insistiendo en que
mediten.

Durante años y por diversos medios he insistido en ello, pero ya no.


Aunque he querido por mucho tiempo que, la meditación tenga un lugar
preferencial en la vida de cada cual, ahora como dije, ya no, pues se han
quedado atrapados ahí. En otras palabras, la meditación se ha convertido para
algunos, en un obstáculo para su crecimiento, en un obstáculo para su evolución
y florecimiento, y para otros, simplemente se ha convertido en el sitio
perfecto donde esconderse.

No estoy diciendo con esto que, dejen de meditar, que abandonen sus
respectivas disciplinas y se olviden de todo. Por el contrario, pueden seguir
haciéndolo como lo han hecho hasta ahora, cada cual a su manera y cuando
quieran. Por mi parte, si bien es cierto que no seguiré insistiendo en que
mediten, de todos modos voy a continuar hablando a cerca de la meditación.

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Día a día seguiré diciendo todo lo que se me ocurra, día a día estaré
comunicándoles todo lo que me llegue y me surja al respecto, ya que la
meditación será siempre de una gran trascendencia, sobre todo cuando llegue
su momento, pero no antes. Y sabe bien que, ese momento aún no te ha llegado,
no te ha sucedido.

Lo que estoy diciendo es que, voy a continuar hablando mil cosas acerca
de la meditación, pero no insistiré en que medites. Ya no estaré ahí
molestándote para recordártelo. No insistiré ni te lo recordaré, pues estoy
viendo claramente que, al meditar has estado perdiendo tu tiempo. Has estado
perdiendo tu tiempo, porque la paz no se ha dibujado aún en tu rostro, porque
la paz no se ha posado en tu mente, ni ha expandido su aroma en tu corazón.

En tal circunstancia, yo me pregunto ¿y qué meditación puede haber ahí,


si no estás en paz? Pues ninguna. Realmente has entrado a un callejón sin salida,
has quedado atrapado. Cuando no estás en paz, y sobre todo cuando no vives en
paz, entonces la meditación se convierte en el peor obstáculo, prácticamente
en una pesadilla. Por el contrario, si estás en paz, entonces se abre la puerta al
infinito.

Pero tú no estás en paz. Y no me vengas con ese cuento barato de que


estás en paz. ¿A quién engañas con eso? Puedes meditar todos los días, puedes
hablar un idioma místico y pretender tener un aire de profundidad, puedes
poner cara de paz e incluso de iluminado, pero cuando observo cómo es tu vida
y su inconsecuencia, entonces no te creo nada.

Si te pones las manos en tu corazón, y eres sincero y honesto contigo


mismo, reconocerás perfectamente que no estás en paz, que no estás en paz ni
vives en paz. Por cierto, en todas las cosas hay excepciones, sin embargo, es
bueno saber que, prácticamente el 90% de las personas que meditan en el
mundo, no están en paz. Puede que incluso sean más, pero ésa es más o menos la
proporción. Y el porcentaje es mucho mayor dentro de los que no meditan.

En realidad, has estado meditando pero no conoces la paz, has estado


meditando pero no has vivido en paz. Lo peor de todo con esto, es que como no
estás en paz, entonces has estado tratando de encontrar la paz en la
meditación. Y ahí está todo el error.

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A través de la meditación, has estado tratando de hallar ese oasis
añorado, donde por un rato pudieras estar a solas lejos del mundanal ruido,
donde por un rato te fuera posible descansar, respirar bien profundo y
relajarte. En definitiva, donde por un rato pudieras sentirte mejor y más en
paz. Aquí por cierto, lo que sí hay que valorar realmente, es todo tu esfuerzo,
toda tu constancia y voluntad que has puesto en ello, pero tú sabes que, con ese
esfuerzo no ha sido posible encontrar la paz. No ha sido posible porque es
imposible.

Tal vez te hayas aproximado de alguna manera, y hayas rozado ciertos


espacios. Quizás hayas logrado uno, dos o tres segundos de silencio, quizás
hayas logrado relajarte bien y sentirte en paz por un rato, pero eso te ha
durado sólo un rato. ¿Y qué es un rato? Esto es muy parecido a cuando vas al
templo. Cuando vas al templo por la mañana, de ahí sales con las baterías
cargadas, pero ya por la tarde, después de dos o tres horas, las baterías ya no
funcionan, se han descargado.

Y todo esto te ocurre, porque aún no has encontrado la paz


verdaderamente. Si no estás en paz, entonces no te queda otra alternativa que,
ir al templo a recargarte las pilas. Y las pilas se gastan. A ti te está pasando la
misma cosa. Como no estás en paz contigo mismo, entonces has estado usando
la meditación para lograr unos bellos momentos de paz. Pero esos momentos se
van.

Has estado esforzándote por nada, o más bien, has estado esforzándote
sólo por algunas migajas, sólo por unos pedazos o unos minutos de paz. Es
tiempo ya, que todo ese esfuerzo, toda esa constancia y buena intención, la
encauses en otra dirección, pues la paz no la vas a lograr en la meditación. No
la vas a encontrar ahí porque no está ahí ¿comprendes? La has estado
buscando, eso es verdad, y ahí están todos tus méritos, pero no la has sabido
buscar, por así decirlo.

Digo por así decirlo, pues no es en algún lugar donde la vas a encontrar.
No es ahí en la meditación ni en ningún otro sitio. Si la paz estuviera en alguna
parte, lo más probable sería es que la hallaras, siempre y cuando la buscaras en
el lugar correcto. Pero aquí no hay ninguna posibilidad de que la encuentres,
pues no está en ninguna parte. Por más empeño que le pongas, todo será en

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vano. Es imposible. Y tú has estado tratando de encontrarla en la meditación. Y
no sólo has tratado de encontrarla, sino que has estado tratando de lograrla.

Yo no sé quién les metió esa semejante tontera en la cabeza. ¿De dónde


sacaron que la meditación es el medio para lograr la paz? ¿Acaso estuvieron
leyendo algunos de esos libros que, son muy llamativos por fuera pero por
dentro una porquería? ¿Acaso fueron a escuchar a uno de esos miles de
maestros que han salido últimamente? ¿O me van a decir que, en una de esas
tantas meditaciones, un ángel bajó y les sopló al oído esa brillante idea? ¿Acaso
están buscando un atajo?

¿Qué les hace pensar que, gracias a la meditación van a conseguir estar
en armonía? ¿Qué les hace pensar que, gracias a la meditación van a lograr una
mayor plenitud de vida, o incluso alcanzar la iluminación? ¿De dónde sacaron
eso?

Entiende

Creer, que por medio de la meditación se puede lograr


la paz, es tan ingenuo como creer que, un adolescente
podría madurar con sólo cerrar sus ojos.

Se tiene que entender, que la meditación nunca ha sido para obtener


algo. Si quieren ir a meditar, pueden hacerlo. Pero no pueden ir ahí con algún
propósito, no pueden ir con algún objetivo, con alguna meta o con la brillante
idea ésa, de conseguir alguna cosa que se hayan propuesto.

Si por muchos años estuve insistiendo en que meditaran, no fue para que
pudieran obtener algo con ello. En realidad, nunca les dije para qué. Sólo les
dije que meditaran no importando la forma. Incluso, si más no recuerdo, nunca
les enseñé a meditar, ya que en el fondo, como no había ninguna meta ni
objetivo que lograr, daba lo mismo cómo lo hicieran.

Pero por lo que se ve, la mayoría ha creído que con la meditación iban a
lograr la paz, cierto estado de conciencia o algo por el estilo. Como estaba

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diciendo, si durante muchos años insistí en la meditación, nunca fue para que
intentaran lograr la paz meditando, sino más bien para que pararan.

Llevaban una vida tan superficial, tan descolorida y sin Norte. Tan sin
gracia; sin entusiasmo, sin poesía y claridad. Llevaban una vida tan estresante y
sin sentido, tan lejos de la inocencia, de vuestro corazón y naturaleza, que me
vi en la obligación de decirles, ¡basta! ¡Paren con eso por favor! Pero no les dije
nada, ni mucho menos de esa manera, de lo contrario se hubieran espantado. Y
ahí fue cuando comencé a hablarles sobre la meditación.

Ahí fue cuando comencé a sugerirles y a insistirles en que meditaran,


aunque no importara cómo, aunque no importara cuándo, dónde ni por cuánto
tiempo, para que así en ese poco rato que estuvieran a solas, en algún momento
dado se dieran cuenta de la clase de vida que estaban llevando.

No quise gritarles directamente a la cara. A veces lo hago, pero en esta


ocasión no fue así. Simplemente los envié a meditar. Les dije que meditaran,
para que así hicieran algo diferente, para que hicieran algo nuevo y más
atractivo, y de ese modo en un ambiente más fresco y más vivo, ustedes
mismos pudieran observarse, y cuestionarse vuestras vidas.

¿Se está entendiendo? No los mandé a meditar con el fin o propósito de


que meditaran, pues eso no tenía importancia alguna, sino más bien para que se
dieran un espacio y cierto tiempo a solas con ustedes mismos, aunque éste
fuera por cinco minutos. Yo sé que la meditación por ser desconocida aquí en
Occidente, resulta algo interesante para casi todos. Es algo que atrae, por
tanto la usé en el buen sentido de la palabra. La usé como una triquiñuela,
prácticamente como un despertador.

Digo todo esto, ya que la meditación nunca debe ser entregada fuera de
tiempo. Siempre tiene que ser justo en su momento, no antes. Y ese momento
es, cuando realmente se haya alcanzado un grado mínimo de paz. Si intentaran
meditar sin sentirse en paz, esa meditación se convertiría en un cabeceo muy
desagradable. Es por ello que, si no están en paz, la meditación se vuelve en un
obstáculo.

Estaba diciendo que, tuve que usar la meditación como una triquiñuela,
como una forma de mantenerlos despiertos e interesados. Por cierto, los

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introduje en la meditación antes de tiempo, mucho antes de que alcanzaran
algún grado de paz. Pero ya saben; nunca fue para que meditaran realmente. En
el fondo, no tenía ninguna importancia si meditaban o no, ni tampoco lo que
hicieran en ese rato. Lo único relevante ahí, eran esos cinco o diez minutos que
se daban a ustedes mismos.

Y resultó. Muchos de ustedes pudieron observarse y darse cuenta de la


vida que estaban llevando. De hecho, la mayoría decidió realizar varios cambios
trascendentes en sus vidas, sobre todo de intención y actitud. Digo la mayoría,
pues dos de cada diez, más o menos, siguió durmiendo.

Toda esa serie de cambios y ese observarse, por un lado fueron


permitiendo que, cada cual comenzara a vivir una vida más viva, más fresca y
espontánea, con una disposición más abierta y una mayor sensibilidad, y eso
está bien. Pero por otro lado, muchos de ustedes también, comenzaron a creer
que por medio de la meditación iban a lograr la paz, una mayor plenitud de vida,
conciencia, elevación o lo que fuere.

Yo no sé cuándo empezaron a creer todo eso, pero lo han estado


creyendo. Como han estado creyendo que a través de la meditación iban a
lograr estar en paz, entonces han estado ahí meditando a la espera de que
suceda. Y el asunto es que, se van a morir esperando, pues no sucederá.

Como dije antes, la paz no está ahí en la meditación, no está ahí ni en


ningún otro sitio. La busques donde la busques no la hallarás, la esperes donde
la esperes no llegará, ya que la paz, no es algo con lo cual te puedas encontrar,
sino más bien, es una semilla que hay que cultivar.

Observa

Has estado deseando la flor,


pero sin cultivar la semilla.

Eso es lo que ha estado pasando. Has estado buscando la paz en la


meditación, pero no la has sembrado. Has estado esperándola pero no la has
cultivado. Es por eso que no has dado con ella, es por eso que no te ha sucedido.

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Tiene que entenderse, que la paz es una consecuencia de vida; una
consecuencia de tu decir y pensar, de tu hacer y sentir. Es una consecuencia de
tu intención y actitud, de tu realización, de tu honestidad y corazón. Pero tú
has estado perdiendo el tiempo, esperando encontrarla en la meditación. Es por
ello que, no estaré recordándote que medites. Puedes hacerlo o no hacerlo, da
lo mismo. Lo que no da lo mismo, es que sigas atrapado ahí, pensando que te va
llegar del cielo o algo por el estilo.

Mi intención es, que salgas de ahí por un tiempo. Cuando te envié a


meditar no fue para que meditaras, sino para que estuvieras a solas por cinco o
diez minutos, ¿recuerdas? Yo nunca voy a sugerir la meditación a alguien que
no esté en paz, y tú no estabas en paz. Pero ya sabes por qué lo hice.

Al enviarte a meditar, lo que realmente lograste ahí, fueron esos cinco o


diez minutos de oro que te diste, que significaron para ti ser, un espacio
valiosísimo y muy enriquecedor, permitiéndote descubrir una serie de cosas en
todo sentido, pero en cuanto a la meditación propiamente tal, sé
perfectamente que estuviste cabeceando. Sé perfectamente, que la mayoría de
ustedes han estado cabeceando por muchísimo tiempo. Han estado cabeceando
por años.

Así que, llegó el momento de salir de ahí. Me refiero a la meditación.


Recuerda que, fue una triquiñuela de mi parte, y esta triquiñuela ya cumplió
bien su función. Puedes seguir dándote diariamente el tiempo que quieras, sea
para escuchar música, relajarte y todo eso, pero en cuanto a la meditación es
mejor que no le entres, pues tú sabes más que nadie que terminarás
cabeceando.

En vez de meditar, tiéndete de espalda y descansa, de este modo


aprovecharás mucho mejor ese momento. En vez de meditar, es mejor que
realices algunos ejercicios y ciertos asanas. En vez de meditar es mejor que
cantes, es mejor que te pongas a danzar o a pintar, a reírte o a lo que se te
ocurra. Después de eso, recuéstate y descansa, eso es lo que más necesitas.
Pero no intentes meditar, pues al no estar en paz, ya sabes que terminarás en
un lindo cabeceo.

Estaba diciendo que, la paz es una consecuencia de vida, por tanto tienes
que entrarle a la vida. Durante todos estos meses y años, has estado creyendo

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que es posible lograr algo meditando, y como has creído que es posible,
entonces toda tu atención ha estado ahí en la meditación, y has olvidado todo
lo demás. Has estado ahí esperando que ocurra algo y has descuidado tu vida.
Es por ello que, es tiempo que salgas de ahí y atiendas tu vida. Es en tu vida
donde tienes que estar. En la meditación no está pasando nada, en cambio en tu
vida está pasando todo.

Es tiempo ya, que dejes el cabeceo y te sumerjas en la vida. Es tiempo


ya, que salgas de ese escondite y te hagas presente en tu propia vida. Si no
estás presente tú, entonces ¿quién? Observa todo el caos, observa todo el
desorden y los conflictos que tienes, y tú has estado creyendo, que todo eso se
puede resolver meditando.

Ninguna cosa podrá resolverse meditando, y mucho menos cabeceando.


Si una persona se dispusiera a meditar, con el fin de resolver algún problema,
eso sería necio y absurdo, ya que la única manera de que alguien pueda meditar,
es estando en paz. Y una persona que esté en paz, no tiene absolutamente nada
que resolver ¿comprendes?

Y por otro lado, si una persona está cabeceando, eso quiere decir que no
está en paz. En realidad, sólo cabecean los que no están en paz. Y quien no esté
en paz, nunca podrá resolver algo. Lo que haya que resolver, si es que hay algo
que resolver, se resuelve en la vida misma.

Es ahí en tu vida donde tienes que estar, donde tienes que decir
presente, y es ahí donde tienes que sembrar. No es en la meditación donde
tienes que ir a sembrar, sino en tu vida. ¿Y qué vas a sembrar?

No se te vaya a ocurrir la brillante idea, de ir por ahí a sembrar la paz,


pues eso es imposible. Recuerda que la paz es una consecuencia, y una
consecuencia no puede sembrarse. La paz es como la conciencia, como la
madurez. ¿Acaso puede sembrarse la conciencia? ¿Acaso puede sembrarse la
madurez? De ningún modo.

Descubre

La paz es una hermosa flor.

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Y es cierto. Es una de las más bellas, una de las más sublimes y
resplandecientes, pero también es cierto, que su fragancia es una de las más
escasas. Aunque en este mundo y dimensión de vida, actualmente haya pocas
flores, de todos modos hay una gran variedad, pero esta flor en particular, es
difícil de encontrar.

Y siendo la paz una flor, ¿entonces cómo le harás? Tú sabes muy bien
que, las flores no se siembran directamente. Sabes perfectamente que, son una
consecuencia y que no salen solas, salvo las silvestres. Pero esta flor no es
silvestre. Por tanto de nuevo pregunto, ¿y qué vas a sembrar?

Esa bella flor la has estado deseando intensamente. De hecho, desde


hace muchísimos años aunque erradamente, la has estado esperando que llegue
a través de la meditación. La has estado esperando ahí, pensando que, como si
gracias a una meditación constante de todos los días, esa paz no se te
escaparía y podrías obtenerla. Pensando que, como si gracias a la meditación
que se supone que es algo místico, esa paz fuera aparecer por arte de magia.
Pero en fin, la has estado queriendo y soñando, y eso es lo único importante.

Ahora estás al tanto que, la paz no se busca, que no se espera ni se logra,


sino que se cultiva. Por tanto tendrás que sembrarla. Pero como ya sabes, no es
la flor la que vas a sembrar, sino la semilla. Y no será la semilla de la paz, sino la
semilla del amor.

Sabe

Las flores son muchas,


la semilla es una sola.

Las flores son muchas,


la semilla siempre será el amor.

Siembres lo que siembres, eso que siembres será siempre el amor. Cada
semilla, es un potencial de amor infinito. Al sembrar el amor, las flores
comenzarán a nacer en tu jardín interior. Una de esas flores es la paz.

Una flor, es una de las consecuencias de la semilla, es su manifestación.


La paz es una consecuencia del amor, es una de sus manifestaciones. No podrá

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haber paz si el amor no está presente. Quien no esté en paz, no ha descubierto
todavía el amor. Quien no esté en paz, no ha sembrado todavía amor.

Comprende

Si quieres esa bella flor,


tienes que sembrar tu corazón.

¿Y qué esperabas? ¿Acaso esperabas que te dijera que, si quieres esa


flor tienes que amar? Yo no te diría eso. Tal vez ayer sí lo dije, pero ahora no.
Una cosa es amar y otra es sembrar tu corazón. Aparentemente es lo mismo,
pero no lo es. En esencia sí lo son, pero en las formas no.

Amar es un verbo, y eso tú bien lo sabes. Ese verbo amar tiene tal luz y
profundidad, que hasta ahora no ha podido ser entendido ni comprendido. Al no
poder verse su esencia y su significado, este verbo ha pasado a ser sólo una
mera palabra.

Jesús dijo que se amaran los unos a los otros. Se dice que Dios es amor.
Se dice que hay que amar y sembrar amor. Se dice que el amor es el camino, y
se conjuga el verbo en todas sus formas y colores, sin embargo a este amor, no
se le ve por ninguna parte en este mundo.

Este verbo ha sido tan manipulado y manoseado, que ha llegado a


convertirse como dije, en una mera palabra. El amor se ha convertido
prácticamente en una cuestión intelectual, pues todos saben a fin de cuentas,
lo que es el amor. Y esto es algo muy raro. Es tan extraño, hoy en día todos
saben lo que es amar, pero nadie ama.

Tú has escrito poemas de amor, has pensado en el amor y has hablado


acerca de ese amor. Tú sabes lo que es el amor y sabes muy bien lo que es
amar. Siempre lo has sabido. Pero lo has sabido de una manera intelectual.

Es por ello que, no te estoy diciendo que tienes que amar. Eso ya lo
sabes, siempre lo has sabido. No te estoy diciendo que tienes que sembrar
amor, pues eso ya te lo sabes de memoria. No estoy diciendo que ames, sino que

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siembres tu corazón. Aunque parezca o sea lo mismo, te lo estoy diciendo de
otra manera.

Cuando hablo del amor, eso abre tu intelecto, y yo no quiero eso. Al


decirte que tienes que sembrar tu corazón, también te estoy diciendo que
ames, pero te lo estoy diciendo más directamente. Si te digo que tienes que
amar, eso implica muchas cosas, y como implica tantas cosas, no sabes qué
hacer ni por dónde empezar.

Cuando hablo del amor, eso no te involucra, eso sólo te lleva a pensar
sobre ello. Al hablar del corazón, eso sí te involucra. Cuando se habla del amor,
uno podría referirse a un montón de cosas, en cambio cuando hablo del corazón,
sólo me estoy refiriendo a una sola. Cuando hablo del corazón me estoy
refiriendo a ti.

Ahora bien. Si quieres esa flor (y sé que realmente la deseas), entonces


tendrás que sembrar tu corazón. Si quieres esa bella flor que es la paz,
tendrás que sembrarte a ti mismo. No hay ninguna diferencia entre tú y tu
corazón. Tú eres tu corazón.

Esto no significa que, tú seas tu corazón concretamente. No lo tomes de


una manera literal. En verdad, lo que tú eres va más allá de tu corazón. De
hecho, lo que tú eres, va más allá de tu propia comprensión. Sin embargo, al
decir que entre tú y tu corazón no hay ninguna diferencia, no es sólo una forma
de decirlo, sino que se acerca ostensiblemente a la verdad. En este plano y
dimensión de vida, tu corazón es lo más fiel a lo que realmente eres.

Esa hermosa flor será posible entonces, si siembras o no siembras tu


corazón. Como tú eres tu corazón, esa flor dependerá de ti. Esa paz tan
deseada y soñada, dependerá de tu corazón, dependerá de ti. Está en tus
propias manos por así decirlo.

Observa

La paz es una de las flores de tu corazón.

La paz es una de las consecuencias de tu corazón, no una consecuencia de


la meditación. La paz es una consecuencia de tu vida. Si en el centro de tu vida

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está presente tu corazón, entonces es posible que la paz te suceda. Digo
suceda, ya que la paz solamente te sucede, no se hace. Si pudiera hacerse
meditando, entonces bastaría con ir a meditar. Pero ya sabes que no es una
consecuencia de la meditación.

Por eso quiero sacarte de ahí. Por eso quiero sacarte de ese cabeceo
inútil, y así abraces tu vida. Si ese cabeceo sirviera para algo, yo sería el
primero en alentarte a que siguieras cabeceando. Inclusive, yo mismo me daría
el tiempo para ir a cabecear. Pero no sirve para nada ¿entiendes?

Ese cabeceo (como yo le he llamado), significa demasiado tráfico en tu


cabeza. Significa que hay una gran avalancha de pensamientos que vienen, van y
vienen, que van, vienen y van. Significa que, en tu mente hay un torbellino de
conflictos y enredos de nunca acabar. En otras palabras, significa que, quedas
atrapado en tu mente. Y lo más importante aquí que hay que entender, es que
todo ese tráfico es una consecuencia de tu vida. Eso es lo único que hay que
entender.

Todo lo que acontezca en tu mente, en realidad no estará aconteciendo


ahí en tu mente, sino en tu vida. Todo lo que acontezca en tu mente, no es más
que el fiel reflejo de lo que estará aconteciendo en tu vida. Esto es lo que
tienes que entender, y tener bien claro.

Si tienes claro que, toda esa avalancha de pensamientos es una


consecuencia de tu vida, entonces no te quedarás ahí cabeceando, ni mucho
menos irás a meditar, sino que irás a tu vida a ver qué está pasando, ya que es
en tu vida donde se está originando el problema.

Por dar un ejemplo. Imagina que tienes un altercado con tu suegra.


Imagina que algo te hizo; que no fue sincera, que se entrometió en tu vida, que
te dejó en ridículo o lo que sea. El cuento es que, estás sintiendo un total
rechazo hacia ella y no quieres saber nada.

Y resulta que, llega la hora de las seis o siete de la mañana, que es justo
el momento en que habitualmente meditas todos los días. Pues bien, ¿y qué
meditación puede haber ahí? Te sentarás en tu cojín y posición predilecta,
quizás escojas tu música preferida y todo eso, pero cuando cierres los ojos,
con la esperanza de tener una buena meditación, ¿qué ocurre?

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Pues nada. La esperanza de obtener algunos momentos de tranquilidad
queda por los suelos. En realidad, la meditación se te va al diablo, pues lo
primero que aparecerá en tu mente cuando cierres tus ojos, será tu suegra. Y
tú no quieres saber nada de ella ¿recuerdas? Tu suegra en este caso, es la
persona menos indicada con la cual quieres encontrarte. En otras palabras, la
quieres muerta. Y dada la situación, en ese momento te parecerá que está más
viva que nunca.

¿Qué meditación puede haber ahí, teniendo a tu suegra en la mente?


¿Qué meditación puede haber ahí, si ahí en tu mente aparecerá tu suegrota con
la cara más fea e irritante que tiene? Por cierto que ninguna. Incluso, si el
asunto está que arde, estoy seguro que te tomarías algún tiempo, sólo para
darte el gusto de perseguirla. Quizás imaginándote que, te entretienes dándole
algunos palos en la cabeza o qué sé yo.

Esto es lo que le está ocurriendo a la mayoría. Se han quedado atrapados


en la mente, ya que por cualquier cosa se hacen problemas. Por cualquier motivo
se van enredando y enredando, y todo termina en un hediondo cabeceo. De
modo que en tales circunstancias, no hay ninguna posibilidad de que la
meditación pueda suceder, pues para que haya realmente una meditación, hay
que trascender la mente. Es por ello que, la paz es la flor y la llave, para que
pueda abrirse la puerta dimensional al infinito.

Si no se tiene claro, que todo lo que acontece en la mente se está


originando en la vida misma, entonces no hay salida. No podrá haber ninguna
salida si no vas donde se está originando el conflicto. No podrá haber salida si
no vas a tu vida, que es donde se está originando todo, y donde tienes que
sembrar tu corazón.

Si no vas a tu vida y te vas a esconder ahí en la meditación, entonces


cada vez que intentes cerrar los ojos, siempre te encontrarás con lo que está
pasando en tu vida, pues ya sabes que, lo que esté pasando en tu vida,
aparecerá en tu mente. En el fondo no tienes escapatoria. Si vas a tu vida, ahí
estarán los problemas, y si tratas de eludirlos yendo a meditar, cuando cierres
tus ojos ahí también estarán.

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Por eso quiero que salgas de ahí. Por eso quiero que salgas de ese círculo
vicioso y vayas a tu vida, pues ahí es donde se está originando todo. Sin
embargo, estoy consciente que, aún no ves que lo que ocurre en tu vida se
reflejará en tu mente, pues hay una parte de ti, que aún insiste en ir a meditar,
o mejor dicho a cabecear. Hay una parte de ti, que todavía cree que meditando
se puede lograr la paz, cierta quietud y tranquilidad.

Y esto es comprensible, ya que hay tantos talleres. Hay tanta gente


ignorante impartiendo cursos de meditación, que entiendo perfectamente que
muchos estén creyendo todo eso. En estos tiempos, ya nada sorprende.

Hay tanta gente extraña impartiendo cursos y seminarios, que no es raro


que en tu búsqueda te hayas topado con alguno de ellos. Con tanta gente
extraña por ahí, no es raro que alguien te haya dicho que, meditando ibas a
estar en paz, que meditando ibas a estar más tranquilo y sentirte mejor.

No quiero creer que te lo hayan dicho a propósito, con el fin de


aprovecharse o venderte alguna cosa. Voy a suponer simplemente, que fuiste a
dar a las manos de ignorantes. Pero el asunto aquí, es que todo esto te ha
hecho daño. En ningún caso un daño irreparable, pero te ha hecho daño.

Te ha hecho daño porque la paz nunca llegó. Te ha hecho daño, porque en


vez de tener las cosas claras, terminaste desorientado y confundido. Te ha
hecho daño, porque en vez de terminar danzando con las estrellas terminaste
cabeceando. En definitiva, te ha hecho daño porque te desviaron del camino. En
vez de enviarte a tu corazón te enviaron a meditar. Y a pesar de todo esto,
todavía hay una parte de ti, que cree que meditando se puede llegar a estar
tranquilo, sereno y en paz. ¿Cómo que no te ha hecho daño?

Esta gente ignorante debe estar en la misma. Deben estar cabeceando.


Solamente alguien que cabecee mandaría a otros a cabecear. Esta gente
ignorante debe estar muy desorientada y confundida. Deben estar intentando
meditar para lograr la paz, cuando es precisamente todo lo contrario. Es la paz
lo que se necesita para entrar en meditación.

Al estar intentando meditar para lograr la paz, no se va a lograr ninguna


de las dos cosas. No se podrá entrar en meditación ni tampoco estar en paz. No
podrás entrar en meditación porque no estás en paz, y no podrás estar en paz

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porque la paz es una consecuencia de tu corazón y no de la meditación
¿comprendes?

Ahora para ir más adelante en todo esto, aquí hay que tener claro dos
cosas. Y será bueno entrar en ello, para así evitar encontrarnos con alguna
otra sorpresa. Lo digo, pues no vaya a ser que aparezca alguien por ahí,
creyendo que el camino al corazón se hace meditando.

Lo primero, es que la meditación nunca fue algo que se hiciera. Nunca ha


sido una actividad o una disciplina. La meditación no es algo que tenga que
hacerse. La meditación no se hace. No se hace porque es una consecuencia de la
paz entre otras cosas. Y lo segundo, es que la meditación nunca fue para lograr
alguna cosa.

Nunca fue algo que tuviera que hacerse o una disciplina. Yo no sé desde
cuándo se está creyendo que la meditación se hace. Debe ser desde hace
mucho tiempo atrás. Tal vez desde los dos o tres últimos siglos. En un mundo
como éste, donde prácticamente casi todos están sumergidos en un montón de
actividades, metas y desafíos, donde la mayoría de las cosas pueden lograrse,
tenerse y hacerse, en realidad no es raro encontrarse con la creencia que, la
meditación sea algo que también pueda hacerse y lograrse.

Pero en fin, vamos viendo. La meditación como dije, nunca fue una
actividad, sin embargo, se ha convertido en una actividad más. De hecho, una
persona que medite regularmente, tiene que haber organizado su tiempo para
incorporarla dentro de sus actividades. Si se da el tiempo podrá hacerla, y si
no tiene el tiempo no la hace. ¿Se está entendiendo el asunto? Se convirtió en
una actividad más.

La meditación nunca fue ni ha sido una actividad. La meditación no es


algo que se haga, no es un hacer. No tiene nada que ver con el hacer, sino con el
ser. La meditación no es otra cosa que, entrar a una dimensión más profunda de
tu propio ser.

Y si digo entrar, no significa que tengas que entrar. Esto es solamente


una manera de decirlo. En Realidad es un encuentro, no un entrar. Es un
encuentro con una dimensión más elevada de ti mismo. No tendrás que ir ni
tampoco entrar. Simplemente, en un momento dado te encontrarás ahí. Y

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estando ahí, tomarás conciencia de ti mismo. Por cierto, todo eso te sucede, no
se hace.

Como esto no se hace sino que sucede, no tienes para qué ir a meditar,
con el propósito de hacer algo para que suceda. De hecho, si haces algo no
sucederá. Como es algo que sucede, te puede suceder en cualquier momento,
siempre y cuando estés en paz. La paz es el peaje por así decirlo, es la puerta.

Entrar a una dimensión más profunda y más elevada de ti mismo, en otras


palabras significa, ir más allá de tu mente. Significa trascenderla. Si no
trasciendes tu mente, te quedas desgraciadamente en la superficie, en la
periferia. Y si no trasciendes tu mente, te quedas en las orillas de ti mismo. En
esas orillas está tu mente. En cuanto a tu ser, tu mente es como tu piel, está en
la periferia. Por eso digo a veces, que lo que tú eres verdaderamente, va más
allá de tu propio entendimiento.

Estábamos en que, la meditación no se hace, sino que sucede, y que sólo


sucede si estás en paz. Esta paz es una flor ¿recuerdas? Y como toda flor
tiene su fragancia. Esta fragancia es el ambiente que tienes que crear en tu
mente. Y ya sabes que, eso será posible si siembras tu corazón.

Dependiendo de las circunstancias, la mente puede llegar a convertirse


en una muralla o en un puente. Si la mente es un caos, si está llena de
conflictos, temores y miles de cosas, entonces te quedas atrapado en tus
propias orillas, sin tener la posibilidad de ir más profundo y ver más allá. Si la
mente está serena, si no hay problemas ni algo pendiente que hacer, entonces
es posible que suceda. Ahí es posible que puedas ir más allá. No más allá a algún
lugar, sino más allá de ti mismo.

La meditación no se hace sino que sucede. La meditación no es una


disciplina, sino un estado de conciencia. Y hay por ahí, algo muy parecido a lo
que estoy diciendo. Hay por ahí, una meditación donde no se hace nada. Se le
conoce por varios nombres, y ésta siempre fue entregada por algunos Maestros
en distintas épocas a los discípulos. Pero el asunto es que, es una meditación
donde no se hace nada.

Lo único que se hace aquí, es ir a buscar un lugar para meditar. O más


bien, lo único que se hace, es buscar algún sitio para no hacer nada de nada. Si

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no tienes algún lugar donde meditar, lo único que haces es ir a buscarlo, y si ya
lo tienes, lo único que haces es dirigirte al lugar. Eso es lo único que haces. Pero
ya estando ahí, ahí no haces nada.

Tú sabes que hay lugares y lugares. Si quieres conocer gente y pasar una
noche de ésas, no te vas a ir al desierto. Si un día te da por ayunar, no te vas a
ir a un restaurante. Y como en este caso se trata de no hacer nada, no te vas a
ir a la oficina a no hacer nada ¿está bien? Así que, buscas un lugar adecuado
donde se facilite la cuestión. Te vas a la sombra de algún árbol, a las orillas de
algún río, o quizás a algún lugar dentro de tu propia casa o donde quieras, pero
ya estando ahí como dije, ahí no haces nada.

Hay algunos que opinan que, el “no hacer nada” también es una forma de
hacer algo. Eso mismo decían de krishnamurti. Decían que el “no método”
también era un método. Eso mismo decían de Gandhi. Decían que la “no
violencia” también era una forma de violencia (un arma para luchar).

Es posible que tengan razón. Es posible que el “no método” también sea
un método, y que “no pelear” también sea otra forma de pelear. Es posible que
estén en lo cierto, y también que no lo estén. Es relativo. Pero todo eso a fin de
cuentas, es un mero juego de palabras. Y todo ese juego de palabras viene de la
mente.

Es probable que el “no hacer nada” también sea una forma de hacer,
¿pero ese juego de palabras a quién le importa? Yo estoy aquí, tratando de que
vayan conmigo un poco más allá. Estoy dándoles a conocer una meditación, que
por el hecho de que no se haga nada, va más allá de la mente. Es un tipo de
meditación, donde es muy posible que pueda suceder eso que hablábamos
anteriormente; que pudieras encontrarte en una dimensión más profunda de ti
mismo.

En esta meditación no se hace nada, y como no se hace nada, todo se da


para que suceda. Cuando haces algo, siempre es por algo. Cuando haces alguna
cosa, siempre tienes algún propósito por el cual la estás haciendo, siempre
tienes algún motivo o una razón. Es por ello que, mientras estés haciendo alguna
cosa, eso que hagas te mantendrá en tu mente, pues ya sabes que, cada cosa
que hagas tiene su motivo, su razón de ser ¿comprendes?

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Para ir más allá, a una dimensión más profunda de tu ser, tienes que
trascender tu mente. Y el hecho de no hacer nada, es de una gran ayuda para
que suceda. Esto no significa que vaya a garantizar que te suceda, pero ayuda.

Así que, aquí no se hace nada. No se hace nada ni hay una disciplina. Todo
lo que se hace, es ir al lugar que has escogido, y ya estando ahí, no haces nada.
Toda la disciplina está, en ir todos los días a ese lugar, pero ya estando ahí, no
hay ninguna disciplina. Si estando ahí hubiera algo que hacer, si hubiera alguna
disciplina que realizar, entonces estarías atrapado en tu mente.

¿Y habrá alguien que pueda ir a ese lugar a no hacer nada? En realidad no


lo sé. Pero por lo menos, los que estén en paz pueden intentarlo. Si tú no estás
en paz, ni siquiera se te ocurra acercarte. Si vas ahí y no estás en paz, todo
eso se convertirá prácticamente en una pesadilla.

Si no estás en paz, habrán mil cosas en tu cabeza, y al ir ahí, te


encontrarás con todas ellas. Se te vendrán encima. Esa avalancha de cosas, no
es una avalancha de estas típicas, que luego del caos viene la calma, sino que
estamos hablando de una avalancha interminable. Y eso tú lo sabes.

En tal desagradable circunstancia, con todas esas cosas viniéndosete


encima, ahí por lo general comienzas a luchar tratando de sacártelas de encima,
ya sea enfrentándolas o haciéndoles el quite, pero por cada una que consigas
que se vaya, vendrán diez más. Es una lucha estéril que no te lleva a ninguna
parte. Realmente es una pesadilla. Es un infierno.

Por tal motivo, a los que todavía no están en paz, les sugiero la oración.
En vez de estar en ese martirio mental, es preferible que oren. De este modo
evitan ese tormento, y de paso, no pierden la relación con la Divinidad.

Tanto la oración como la meditación, son una manera distinta de


relacionarse con la Divinidad. No son opuestas, pero en sus formas son
totalmente diferentes. Sin embargo, en esencia llegan a lo mismo.

Las diferencias básicamente son dos. La primera, es que la oración es una


disciplina y la meditación no. Y la otra, es que en la oración hay un Dios, un
Creador, un Maestro Ascendido, un Gurú o lo que sea, al cual por cierto le oras,
en cambio en la meditación no hay alguien, sólo tú. Es por eso que últimamente,

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muchas de las organizaciones religiosas han catalogado de ateos a los que
meditan.

Decía que, son dos maneras distintas de relacionarse con la Divinidad,


pero ambas llegan. A través de la oración, unos quieren alcanzar esa Divinidad
acercándose a Dios, y a través de la meditación, otros quieren alcanzar esa
misma Divinidad acercándose a su propio ser.

Son formas muy diferentes, pero en esencia ambas llegan a esa misma
Divinidad. El único problema aquí, es que hay distintas interpretaciones acerca
de esa Divinidad. Para algunos, esa Divinidad sólo la conciben como Dios
únicamente, en cambio para otros, esa Divinidad significa Conciencia, Unicidad,
Luz, Amor, Vida, Silencio o Vacío.

En todo caso ¿a quién le importa todo ese cabeceo? ¿Qué relevancia


puede tener todo ese asunto, si signifique lo que signifique y sea lo que sea,
ambas llegarán a lo mismo? ¿Qué relevancia puede tener toda esa ensalada de
interpretaciones, si todo eso en vez de ayudarte a ir y volar más allá, te dejará
atrapado en tu mente?

Tienes que entender que, si estás metido en ese cuento de las


interpretaciones, no vas a llegar a esa Divinidad de ninguna manera. Si estás
metido en eso, no vas a llegar a esa Divinidad ni orando ni meditando, pues
cualquiera de las dos formas que escojas, en ambas tendrás que trascender la
mente.

Ambas formas son muy distintas, pero se parecen en algo muy sustancial.
Tienen la misma raíz. Ya sabemos que ambas llegan a esa Divinidad, aunque esa
palabra tenga distintas interpretaciones. Y ya sabemos también, que para
alcanzar esa Divinidad tienes que trascender tu mente.

En esto último es donde realmente se parecen, pues en ambas te van a


cobrar el mismo peaje ¿comprendes? Emplees la oración o la meditación, para
poder acercarte a esa Divinidad tendrás que trascender tu mente, y para
trascender tu mente, el peaje será siempre el amor. Es ahí donde se asemejan.
Tienen la misma raíz. La raíz es el amor.

31
No se vaya a creer aquí, que trascender la mente es algo que pueda
hacerse. Lo digo, ya que hay muchos ignorantes por ahí, que andan revisando
algunos libros buscando una fórmula. Hay muchos ingenuos por ahí, que han
asistido a un montón de talleres buscando alguna técnica. Inclusive, hay unos
necios por ahí, que andan tras un tipo de drogas con el mismo fin, aunque éstas
sean plantas naturales.

Tiene que entenderse, que trascender la mente no es algo que se haga.


Cualquier cosa que se haga al respecto, eso será imposible y absurdo, ya que no
puedes trascender tu mente valiéndote de tu propia mente. No puedes
trascender tu mente con tu mente. En otras palabras, si recurres a tu mente,
sigues estando en tu mente ¿entiendes? Nunca habrás salido de ahí. Podrás
creer que llegaste un poco más allá (que es algo que ocurre muy a menudo), pero
en realidad siempre habrás estado en tu mente.

Trascender la mente no es algo que se haga, no es algo que te propongas


como un objetivo o algo así, sino que es una consecuencia del amor. El amor es
el peaje para ir más allá, no la fórmula ni la técnica. Una fórmula se hace, el
amor no. Una técnica se aplica, el amor no.

El amor es la raíz, tanto de la oración como de la meditación. Si quieres


intentar ir un poco más allá a través de la oración, tendrás que estar en un
estado muy profundo de amor, de lo contrario te quedarás atrapado en tu
mente, y tus palabras te parecerán que rebotan contra un muro.

Para orar no necesitas estar en paz. Puede que tengas tus problemas y
mil cuestiones que hacer. Puede que estés sufriendo y tengas muchas cosas que
no las entiendas, pero si hay en ti un amor profundo hacia esa Divinidad,
entonces es muy posible ir más allá de tu mente a través de la oración.

Han habido muchos Santos y Santas, tanto de Oriente como de


Occidente que les ha sucedido. Y no sólo Santos sino que también personas
comunes. Y la mayoría de ellos sufría y tenían una serie de problemas. Pero ese
amor intenso que sentían, permitió que sucediera. El amor abrió la puerta.

Este amor que sentían, era un amor muy real. Era un amor auténtico de
profunda devoción, y no este amor extraño que se ve hoy, que es una mezcla de
idolatría, teatro y fanatismo.

32
Cuando vas más allá de tu mente a través de la oración (y esto es
importante que se comprenda), entonces entras en un estado de oración. Una
cosa es orar y otra cosa es un estado de oración. Cuando estás orando, hay
muchas palabras, muchas emociones y pensamientos, en cambio cuando entras
en un estado de oración, ahí hay mucho sentimiento y silencio.

Tenemos entonces, que para ir más allá de tu mente a través de la


oración, necesariamente tienes que estar en un profundo estado de amor,
aunque estés en problemas. Por lo general se piensa, que al haber problemas es
imposible llegar a sentir ese amor intenso, y eso es un error.

Sabe

Cuando el amor a Dios está presente,


ni el sufrimiento ni los problemas
lo alejan de tu corazón.

Y ese amor cuando está presente, actúa (por así decirlo) de una manera
mágica y sorprendente. Ese amor adquiere una fuerza tremenda en ti y te eleva
a Dios. No eres tú quien tiene que trascender la mente, no eres tú quien tiene
que ir más allá y elevarse, sino que es ese amor quien se encarga de ello. Es
más, no te darás ni cuenta y ya estarás ahí en un estado de oración. En el caso
de que te dieras cuenta, por el sólo hecho de darte cuenta, ya estarás de
vuelta en tu mente.

Para poder orar como dije, no es un requisito tener que estar en paz,
pero para ir más allá, y fuera posible que te sucediera “entrar en un estado de
oración”, necesariamente tendrás que tener, una sana y profunda relación de
corazón a corazón con Dios. Digo una sana relación, ya que la mayoría de las
relaciones con Dios, son patológicas y llenas de intereses. Por eso insisto en una
relación sana y de corazón a corazón.

Si estás en estas condiciones; si hay algún problema, si hay cierta


tristeza, cierta frustración, enojo, desilusión y todo eso, pero tienes una
hermosa y permanente relación con Dios, entonces inténtalo a través de la
oración. En vez de estar cabeceando en la meditación, intenta por ahí. Eso será
lo mejor para ti.

33
Hay una gran cantidad de personas, que por muchos años estuvieron
orando permanentemente, y que por diversas razones dejaron de orar y
optaron por la meditación. Y la mayoría de estas personas por no decir casi
todas, han terminado muy desorientadas y cabeceando.

Hay algunas de estas personas que pensaron, que como no estaba


pasando nada con la oración, lo mejor sería intentarlo con la meditación. Y esto
es absurdo. Es como si un padre le dijera “no” a su niño, y luego el niño fuera
donde su madre a ver si ésta le dice que “sí”. Con un padre y una madre de este
mundo, es muy probable que te pudiera dar resultado, ya que no siempre están
de acuerdo, pero con un padre como la oración, y una madre como lo es la
meditación, ahí no te va a dar ningún resultado ¿entiendes? Recuerda que el
peaje es el mismo.

Hay muchas personas que pensaron, que si se cambiaban a la meditación,


las cosas se iban a facilitar y todo se iba a dar mucho mejor, y resulta que
ocurrió todo lo contrario. Las cosas en vez de facilitarse se dificultaron más, y
en vez de mejorar, se complicaron y empeoraron.

El dejar la oración por la meditación, no fue algo muy sabio. La mayoría


de estas personas salieron perjudicadas. Salieron perjudicadas, porque de una
u otra manera se fueron alejando de esa Divinidad. Quedaron más distantes.

Cuando oraban, aunque tuvieran ciertos problemillas, ahí había más


inocencia, más sentimiento y honestidad. A pesar del caos y los líos que
hubieran, ahí estaban más cerca. Es bueno saber que, entre una persona que
esté en problemas y otra que esté cabeceando, siempre la que esté en
problemas estará más cerca de esa Divinidad. Cualquier persona estará más
cerca, que aquella que esté cabeceando.

Que todo esto, sea un llamado profundo para todos, tanto para los que
me conocen como para los que no, para que así muchos regresen, y retomen tan
hermosa disciplina como lo es la oración. Y no solamente es una hermosa
disciplina, sino también, una de las formas más bellas de relacionarse con la
Divinidad.

34
Cada cual tiene que buscar su forma. No se trata aquí de, estar yendo y
viniendo, como quien va al templo y luego decide cambiar yendo a contemplar el
río. En esencia es lo mismo, pero en las formas es muy distinto. Por una
cuestión que tiene que ver con tu naturaleza, a unos le vendrá bien la oración, y
a otros la meditación.

Y cuidado con confundir. Esto es algo que tiene que ver con tu
naturaleza, pero no con las religiones. Si estuviera relacionado con las
religiones, todos los cristianos estarían obligados a orar y todos los budistas a
meditar. Y esto no es así. Hay muchos budistas que no meditan, pues su forma
de relacionarse con la Divinidad es la oración. De la misma manera, hay muchos
cristianos que en vez de orar, meditan. A primera vista se te hace raro, pero te
sorprenderías.

Por otro lado, si esto fuera algo que tuviera que ver con las religiones,
entonces estaríamos hablando de algo colectivo que tiene que ver con la masa.
Y si fuera algo colectivo no podrías escoger. Pero esto no tiene que ver con la
masa, sino contigo. Es algo particular y muy delicado, pues se trata de la forma
con la cual te vas a relacionar con la Divinidad. Es algo privado y muy sagrado,
pues tiene que ver con tu naturaleza. Y como tiene que ver realmente con tu
naturaleza, entonces tú escoges. Aunque en verdad, no eres tú quien escoge,
sino tu propia naturaleza.

Si en esencia el amor es tu naturaleza, entonces te vendrá bien la


oración. Si en esencia la sabiduría es tu naturaleza, entonces te vendrá bien la
meditación. ¿Y los guerreros? preguntarían algunos.

Para los guerreros es lo mismo. Dependiendo de esta naturaleza, algunos


se sentirán más atraídos por la oración y otros por la meditación, ya que unos
son más amadores que sabios, y otros son más sabios que amadores. De todos
modos, sea la oración o la meditación, en ambos casos no podrán cerrar los
ojos. Quizás cierren uno, pero el otro lo tendrán que mantener bien abierto,
pues ésa es la naturaleza del guerrero. No podrán estar ahí completamente,
sea orando o meditando, salvo que sean guerreros místicos. Pero éstos ya
desaparecieron. En este mundo, ya no queda ninguno. Aunque dentro de muy
poco, volverán a encarnar nuevamente, debido a los tiempos que vienen.

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No podrán permanecer ahí completamente, sea orando o meditando, pues
eso no va con su naturaleza. La naturaleza del guerrero no es orar ni meditar,
sino que luchar. En otras palabras, su forma de poder relacionarse con la
Divinidad es luchando. Y no luchando por cualquier cosa como se cree, sino por
la libertad.

Al luchar por la libertad, sin odios, sin rencores ni prejuicios, esa lucha
lo ayudará a trascender su mente. Esa lucha lo ayudará a ir más allá, ya que la
raíz de esa lucha es el amor. En el momento menos pensado, esa lucha lo llevará
a un estado muy especial, llamado libertad. Quien luche por la libertad, tarde o
temprano será libre. Y no sólo libre, sino que entrará en un estado de libertad.

Descubre

Entrar en un estado de libertad, significa lo mismo que


entrar en un estado de oración o de meditación.

Se subentiende también, que al entrar en un estado de oración, es lo


mismo que entrar en un estado de meditación. Se llaman de una manera
diferente, pero es lo mismo. Entrar en un estado de oración, significa que has
podido ir más allá de tu mente sin quererlo. Entrar en un estado de meditación,
significa que has ido más allá de tu mente sin pensarlo, de lo contrario, si lo
hubieras pensado no habría sido posible.

A través de la oración, es muy posible que puedas ir más allá, siempre y


cuando tengas una profunda relación de amor con Dios, de lo contrario
terminarías atrapado en una jaula hablando como un loro.

A través de la meditación, es muy posible que puedas ir más allá, siempre


y cuando la paz se refleje en tus ojos, en tu sonrisa y respirar, de lo contrario,
terminarías atrapado en tu mente cabeceando como un borracho.

A través de la lucha, es muy posible que puedas ir más allá, siempre y


cuando esa lucha, fuera por la libertad de la vida y la de todos, de lo contrario
terminarías atrapado en un infierno, peleando como un soldado sin horizonte o
como un sucio mercenario.

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Sea orando, meditando o bien luchando (y hay muchas otras formas), es
muy posible que pudieras ir más allá. Todas estas formas aunque son muy
diferentes entre sí, en esencia son lo mismo. Son lo mismo y llegan donde
mismo. Llegan donde mismo, porque tienen la misma raíz, el amor. Sin esta raíz,
a través de cualquier forma quedarás atrapado.

Para poder ir más allá a través de la oración, necesitas ese profundo


amor a Dios. Para poder ir más allá a través de la meditación, necesitas estar
en paz. Y para ir más allá a través de la lucha, tienes que luchar por la libertad.
Ese amor, esa paz y ese luchar por la libertad, siempre han sido lo mismo.
Aunque son diferentes en sus formas, en esencia son amor.

Pues bien. Cada cual tendrá que descubrir su forma de acuerdo a su


naturaleza. Y es esencial que así sea, ya que no hay manera de que suceda si no
es a través de tu naturaleza. Si eres una persona de acción por así decirlo,
puedes orar o meditar, eso ayudará, pero si hay algo mágico que realmente va a
suceder contigo en tu vida, eso será por consecuencia de todo lo que arriesgues
y luches por la libertad.

Si hay un profundo amor en tu corazón, puedes meditar e incluso luchar,


eso ayudará, pero si hay algo extraordinario que realmente va a suceder
contigo en esta vida, eso será a través de tu hermoso corazón directamente.
Es por ello que, en tu caso te sugeriría la oración.

Si la paz no ilumina tu rostro, pero al menos se dibuja, y lo digo así, pues


hoy en día, es muy difícil encontrar a alguien que verdaderamente esté en paz.
En este mundo y en estos tiempos, es casi imposible.

Decía que, si la paz no ilumina tu rostro, pero al menos anda por ahí
coqueteándote, entonces podrías orar o luchar, eso ayudará. Sin embargo, por
una cuestión que obedece a tu propia naturaleza, yo te invitaría a que lo
intentaras a través de la meditación. Pero no a través de una meditación que se
haga, pues ya sabes que, todo lo que se haga tiene un motivo y una razón de
ser, por tanto te quedarías atrapado en tu mente cabeceando. Cabeceando
mucho o cabeceando poco, pero a fin de cuentas cabeceando. Y siendo así, nada
trascendente sucedería.

37
En este tipo de meditaciones donde nada se hace, es muy posible que
suceda algo trascendente, siempre y cuando como dije, estés en paz. En este
tipo de meditaciones no hay nada que hacer. Sólo tienes que estar. Y es en ése
estar, donde está todo el arte.

Estar ahí sin hacer nada, ése es el arte. Eso significa que, no puedes ir
ahí con la intención de orar o cantar. No puedes ir a pintar ni a danzar, ni a leer
ni a escribir, ni a llorar ni a reír. Significa también, que no puedes estar ahí
repitiendo algún mantra, y que no puedes estar concentrándote en algo ni
aplicando alguna técnica, pues todo eso es hacer algo. Sólo tienes que estar.
Simplemente estar y observar.

Tanto el “estar” como el “observar”, no son un hacer, y ambos son parte


de la naturaleza de todo ser humano. Son cualidades naturales de tu propio ser.
El “estar” es natural. El “observar” es natural, en cambio...

Sabe

Meditar es antinatural.

Sólo al ser humano se le ocurriría ir a meditar. Sólo él se interesaría en


ello. ¿Acaso los árboles meditan? ¿Acaso las estrellas lo hacen? ¿Lo hace el río
o el océano? ¿Lo hace la brisa o las aves? ¿Las nubes o el sol? Por supuesto que
no. No lo hacen, porque conforman en armonía una sola unidad.

No están ni muy lejos ni muy cerca de sí mismos, pues ya han llegado por
así decirlo, y danzan y danzan, en una sola ronda universal. No meditan, porque
siempre han vivido en un estado de meditación ¿se comprende? Toda la
existencia danza en una hermosa unidad, sublime e infinita. El ser humano, es el
único que permanece distante y separado de todo eso. Es el único que se ha
mantenido lejos de su naturaleza.

Un estado de meditación, es el estado natural de tu ser. Si eres tu


mismo y vives en un estado de meditación, entonces ¿para qué vas a meditar?
Si vives en un estado de oración, lo que significa que, Dios está en tu corazón y
tú estás en el corazón de Dios, entonces ¿para qué vas a ir al templo?

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Si vives en paz, ¿para qué te vas a ir a tomar un curso acerca de cómo
podrías estar en paz? Si llevas una vida sana, equilibrada y armónica, que te
permite estar radiante y tener muy buena salud, entonces ¿para qué te vas a ir
a encerrar en un gimnasio para hacer ejercicios?

Si has llegado a ti mismo, si eres ese bello “sí mismo”, entonces ¿para
qué ir a buscarte a ti mismo? ¿Para qué vas a conocerte a ti mismo? ¿Se está
comprendiendo? ¿Para qué vas a meditar, si has tomado conciencia que,
conformas y eres una unicidad?

Esto no quiere decir que, vayas a dejar de meditar. No porque sea


antinatural, ahora lo vas a rechazar. No porque sea antinatural ir al templo,
nunca más vas a ir a un templo. Los remedios son antinaturales, y sin embargo,
en cierto momento son de una gran ayuda. El meditar ayuda, la oración, el ir al
templo, los cursos y el gimnasio, todo eso ayuda. Pero son antinaturales.

Estaba diciendo anteriormente, que tanto el “estar” como el “observar”,


eran cualidades de tu propia naturaleza, de tu ser. Este “estar”, no tiene que
ver con el estar en cualquier parte, sino con el “estar aquí y ahora”. Significa
que tienes que estar presente. Y ese “estar presente”, tiene que ver con tu
Presencia.

Lo natural aquí, es que estés aquí. Lo antinatural, es que estés en


cualquier otro lugar. La cualidad natural de tu ser en relación a estar, es estar
presente aquí y ahora. Lo antinatural sería que, sólo tu cuerpo estuviera aquí, y
tú anduvieras divagando quién sabe dónde.

La cualidad natural de tu ser, es estar presente en el presente. No en el


pasado o en el futuro. Y aquí está todo el arte de ser, que es precisamente
estar en el presente. Al estar en el presente, no estarás en tu mente. O estás
en el presente o en tu mente, una de dos. Si estás en el presente, no podrás
estar en tu mente. Y del mismo modo, si estás en tu mente, no podrás estar en
el presente ¿comprendes?

Y de este mágico “estar presente”, se da la posibilidad de poder


“observar”, que es la otra cualidad natural de tu ser. Este “observar”,
dependerá de si estás presente. Si no estás presente en el presente, y te vas a

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tu mente, sea al pasado o al futuro, entonces te perderás el bello presente. No
podrás observar lo que esté sucediendo.

Si un arco iris se estuviera dibujando en el cielo, te lo perderías si estás


en tu mente, ya que el arco iris está sucediendo en el presente. Toda la
existencia está sucediendo en el presente. La vida está sucediendo en el
presente. Todo está sucediendo en el presente. Sólo los humanos viven en su
mente y no en el presente. Por cierto, un arco iris lo puedes ver también desde
la mente, pero tu mente estará entremedio.

Al estar presente en el presente, eso evita que te vayas a tu mente. Por


tanto, en este tipo de meditaciones donde nada se hace, es muy posible que te
suceda poder ir más allá. Aunque tengo que insistir en que, tienes que estar en
paz, de lo contrario, si no estás en paz te será imposible estar en el presente.

Al estar presente en el presente, entonces ahí sí podrás observar, ya


que el “observar” siempre dependerá de si estás presente. Y este maravilloso
“observar” no es un hacer, sino algo natural de tu propio ser. Lo antinatural
aquí, sería prestarle atención a algo.

Cuando le estás poniendo atención a alguna cosa, eso es antinatural en


cuanto a tu ser, pues eso no proviene de tu ser, sino de tu mente. Tu mente
nunca podrá observar, pues observar es presente. Y presente no es mente.
Recuerda: no puedes estar en ambos. O estás en el presente o en tu mente, una
de dos.

El “observar” proviene de tu ser, no de tu mente. Sólo tu ser observa.


Sólo tu mente le presta atención a algo. Tu ser es como un río: es un fluir y no
le presta atención a algo, es un fluir y no se detiene por nada, pues el río es el
presente. Tu ser es como la vida: es un fluir y no se queda pensando en algo, es
un fluir y no se detiene por nada, pues la vida es presente. El río y la vida son el
presente. Tu ser es el presente.

Solamente tu ser puede observar, y ese “observar” es la propia


naturaleza de tu ser. El “observar” no es un hacer, en cambio prestarle
atención a algo, sí lo es. El “observar” no lo estás haciendo, sino que está
sucediendo de la misma manera como está sucediendo con tu respiración. El
“prestarle atención” a algo, eso no está sucediendo, sino que lo estás haciendo,

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¿se comprende? Viene de tu mente. Y si prestarle atención a algo proviene de
tu mente, con mayor razón sería cuando te concentras en algo.

Es por eso que, todas las técnicas de concentración que se entregan por
ahí, con el propósito de poder ir más allá de la mente, son un bluff. Bluff
significa, que es puro cuento. Jamás podrás ir más allá de tu mente, si es que
te concentras en algo. Si alguien viniera con ese cuento, dile blufff.

Por el contrario, si hay alguien que esté entregando técnicas, pero no con
el fin de ir más allá de la mente, sino más bien para que te des cuenta de algo,
entonces está bien. Hay muchos Maestros que utilizan la “meditación” con ese
propósito. Y no sólo para que te des cuenta de algo, sino también como una
manera de sanar, desbloquear y armonizar los cuerpos menores. Al decir
menores, me estoy refiriendo al cuerpo físico, etérico, emocional y mental.

Tanto los tipos de yoga, los ejercicios, la respiración, la alimentación


sana, los cantos, la danza y la relajación, como el entusiasmo, el “pensar
positivo” y el “darse cuenta”, todo eso y un sinfín de muchas otras cosas más,
ayudan. Sin embargo, sólo ayudan. Todo eso, de una u otra manera ayudará,
pero nada de eso te llevará a una dimensión más profunda de tu ser, pues sabes
muy bien, que lo único que te llevará será el amor. Y sabes muy bien también,
que cuando hablo del amor, estoy hablando de tu corazón.

Decía anteriormente, que hay dos cosas que, hay que tener muy claro en
cuanto a la meditación. La primera, es que no se hace. Y la segunda, es que
nunca fue para conseguir alguna cosa, y mucho menos para lograr estar en paz.

A menudo, cuando les pregunto por qué meditan, siempre me responden


que, lo hacen para sentirse más en paz. Es decir, quieren estar tranquilos por
un momento sin que nadie los moleste, para que así puedan sentirse en armonía
con ustedes mismos, y de ese modo no los agarre el estrés en el cual está todo
el mundo. En el fondo, andan buscando paz y silencio. Y eso es absurdo.

Buscar la paz y el silencio, eso no es absurdo. Lo que sí es absurdo, es


andar buscándolo en la meditación, como si la paz y el silencio, fueran aparecer
ahí por arte de magia. Tú sabes que eso no es posible, pues sabes que la paz no
es una consecuencia de la meditación, sino una consecuencia de la vida. Sabes

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bien que esa bella flor, no será posible sino siembras tu corazón aquí en la
tierra.

Y en cuanto al silencio, éste siempre ha estado ahí en lo más profundo de


tu ser. Pierdes el tiempo al desearlo y al buscarlo en la meditación. Tu ser es
como el océano. Pero tú no has podido llegar a las profundidades de tu ser, que
es justamente el hogar del silencio por así decirlo. Tú sólo has estado en la
superficie de tu ser, en la periferia. Sólo has estado donde rompe la ola, en las
orillas.

El problema aquí es tu mente. Aunque en realidad no es tu mente, sino el


caos que tienes en ella. No has sabido qué hacer con todo ese ruido que tienes
ahí. Y el asunto es que, todo ese ruido de moledera te ha perseguido durante
toda tu vida. Te tiene harto.

Vayas donde vayas ahí sigue. Es como tu sombra. A veces vas al campo, a
veces a la playa o a un lugar desértico, con el fin de encontrar una mayor
tranquilidad, más silencio y todo eso. Sin embargo, estando allá el ruido
persiste. Lo quieras o no, todo ese ruido continuará ahí molestándote día y
noche. Quizás te moleste menos, eso sí, pues la naturaleza te acunará de alguna
manera, sea nutriéndote o abrazándote, pero ese ruido continuará ahí sin
querer irse.

Estando más cerca de la naturaleza, en un ambiente más puro y más


armónico, ahí quizás leas algún libro, quizás trotes, quizás subas algún cerro,
andes a caballo o te bañes en el río, pero luego de ello el ruido seguirá ahí. Tal
vez hayas conseguido por un momento que se aleje, pero luego de ese momento,
ahí estará de nuevo. En realidad nunca se habrá ido. Siempre estará ahí. Sólo
te habrás aliviado un poco, eso es todo, pero el ruido seguirá estando ahí en tu
cabeza. Y seguirá ahí, ya que no has ido a la raíz del problema.

Y eso es lo que has estado haciendo por años. Has estado tratando que
ese ruido se vaya. Que se vaya y no vuelva nunca más. De ahí todos los cursos y
talleres que has tomado, pues anhelas el día en que, ese ruido ya no esté más
ahí, y puedas disfrutar por fin, el silencio interior en paz. Pero todo lo que has
hecho ha sido infructuoso, no te ha dado resultado.

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Por momentos, pareciera que esos talleres son efectivos. Por momentos,
pareciera que has conseguido alejar ese ruido, pero al final sabes
perfectamente, que todo ha sido sólo por algunos momentos. Y no podría ser de
otra manera, ya que ese ruido es imposible sacarlo de ahí. Es imposible porque
es la consecuencia de tu vida. Ese ruido en el fondo, no podrás sacarlo con
ninguna fórmula, no podrás sacarlo con ninguna técnica de concentración ni
quemando incienso.

Todo el caos que hay en tu cabeza, es el reflejo de lo que está


aconteciendo en tu vida. Si realmente quisieras que, algún día ese ruido
desaparezca definitivamente de tu mente, entonces tendrás que ir a la raíz
del problema. Y la raíz del problema no está en tu mente. No está en tu mente
ni está en el ruido, sino en tu vida.

El problema no es la mente. Ni tampoco es el ruido. El problema está en


que, hay algo que estás haciendo mal en tu vida y hace ruido en tu mente
¿comprendes? Ese ruido déjalo tranquilo. Deja que ese ruido haga todo el ruido
que quiera. No podrás hacer nada al respecto. Sólo tienes que ir a la raíz, pues
algo lo está causando.

Si tienes el equipo de música a todo volumen, y se te está haciendo


molesto, no te vas a poner a echarle cojines o alguna manta encima, para que de
ese modo el volumen aminore. Tampoco vas a ponerte unos tapones en los oídos,
o a ponerte a cantar a un volumen más alto que el equipo. Sería absurdo.

Pero eso es lo que has estado haciendo. No has ido a la raíz del problema.
Hasta ahora has estado haciendo eso. Has estado tratando que el ruido
aminore o termine, sin ir a la causa que realmente lo está generando. Has
estado echándole cuanta cuestión encima sin ir a la causa. Sólo has estado
echándole spray.

Si hay malos olores, especialmente en los baños, para eso existen los
sprays. Cuando esparces el aromatizante, éste tapará de alguna manera los
malos olores, permitiendo que el ambiente sea mucho más respirable. Pero este
spray no habrá eliminado el mal olor, ¿entiendes? Sólo lo habrá disimulado.

Tú has estado haciendo exactamente lo mismo con el ruido que tienes en


tu mente. En vez de ir a la causa del problema, has estado echándole algún

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spray de silencio. Al echarle a la mente un spray de silencio, por cierto que el
ruido aminora por un rato, por tanto en ese rato aprovechas de relajarte y
descansar. De hecho, por un rato puedes sentirte mucho mejor. Pero luego de
ese rato, el ruido vuelve de nuevo. Sólo habrás estado fabricando un poco de
silencio, eso es todo. ¿Pero el silencio puede fabricarse? ¿Acaso el silencio se
hace?

Yo no he sabido de alguien que, haya podido fabricar o hacer silencio. Lo


que sí he sabido, es que hay muchos tontos tratando de provocarlo. Anda
mucha gente ignorante por ahí dando diversos cursos de meditación, que de una
u otra manera incentivan esta farsa. En estos cursos, te dan todo tipo de
ejercicios, todo tipo de mantras, técnicas de respiración, técnicas de
concentración y mil cosas, para que así logres acallar tu mente, y al menos
puedas relajarte por un momento. Pero todo eso es un cuento y una gran
estafa. Ninguna técnica podrá sacar ese ruido. Nada podrá sacarlo. Puedes
alejarlo por un momento, tal vez incluso por un tiempo, pero no puedes ni
podrás eliminarlo.

Despierta

Has estado matando moscas.

Eso es lo que has estado haciendo hasta ahora. En algún curso te dieron
alguna disciplina y te vendieron una técnica. Por tanto ahí estás, haciendo tus
disciplinas y aplicando la técnica, tratando de eliminar cuánto pensamiento se
aparezca. ¿No es en eso en lo que ha consistido tu meditación?

Y todo eso es imposible. Es como tratar de matar moscas. Cuando estás


ahí con tu matamoscas, sería muy probable que eliminaras todas las moscas,
siempre y cuando por cierto, mantuvieras las puertas y ventanas cerradas. De
lo contrario, si las puertas y ventanas estuvieran abiertas, mientras estés
matando algunas moscas, otras estarán entrando, ¿entiendes? Sería un cuento
de nunca acabar.

Con los pensamientos ocurre la misma cosa. Es imposible eliminarlos, ya


que la mente no la puedes cerrar. Por ser un espacio abierto de proporciones
inimaginables, mientras te estés ocupando de algunos pensamientos para que se
vayan, otros estarán entrando. De modo que, también es un cuento de nunca

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acabar. Y no sólo estarán entrando desde afuera, sino también desde dentro.
¿Qué sacarías con cerrar las puertas y ventanas, si tú mismo estás fabricando
moscas desde dentro?

No podrás eliminar tus pensamientos, aunque te hayas conseguido una


“supertécnica” importada de la India. Con una “supertécnica” traída de
Oriente, o quizás a través de algún mecanismo de moda con la última
tecnología, es muy probable que puedas alejar tus pensamientos, e incluso es
muy probable también, que puedas cerrar la mente por un rato. Algunos lo han
conseguido. Sin embargo ¿de qué te sirve eso?

Claro que se puede cerrar la mente por un rato, pero para eso tendrías
que estar durante todo ese rato, totalmente concentrado y controlándolo todo.
Y suponiendo que pudieras, ¿cuánto tiempo crees que podrás permanecer ahí
concentrado? ¿Cuánto tiempo crees que aguantarás estando ahí controlándolo
todo? Pues sólo un rato.

No podrás estar todo el tiempo ahí concentrado. Tarde o temprano


tendrás que salir de ese esfuerzo antinatural, sea por cansancio, hambre,
sueño o lo que sea. Y al salir de ahí, como ya no vas a estar atento ni
controlando nada, entonces tu mente se llenará de nuevo con un montón de
cosas. De cosas que vendrán de afuera, que serán las menos, y de otras cosas
que vendrán desde dentro de ti, que por cierto serán las más. No lo podrás
evitar.

Si tu mente va estar de nuevo con mil cosas, ¿de qué habrá servido la
técnica y todo ese tremendo esfuerzo? Si al meditar al día siguiente, te vas a
encontrar de nuevo con tu mente llena de pensamientos, o quizás con el doble,
entonces ¿para qué continuar con este cuento de nunca acabar? ¿Por qué no
tirar ese matamoscas y te vas a la raíz del problema?

Es triste para mí, el saber que has estado haciendo todo esto por tantos
años. Y es más triste saber que, es en eso, en lo que a consistido tu meditación.
Si es en eso en lo que a consistido, entonces nunca has entrado en meditación,
ya que la meditación no se hace. En realidad, sólo has estado haciendo una
disciplina.

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Has confundido las cosas. Una cosa es meditar y otra cosa es entrar en
meditación. El meditar se hace, en cambio la meditación sucede. Es por ello
que, sólo has estado realizando algún tipo de disciplina, nada más. Sea con
spray, o con matamoscas nacionales o importados, pero eso es lo que has estado
haciendo.

Y lo has estado haciendo todos los días. Cada día y con cierta constancia,
te has estado dando alrededor de treinta minutos para estar contigo mismo.
Pero ¿qué ha sucedido ahí? Pues nada, ya que ahí sólo has estado cabeceando o
realizando alguna disciplina. Si has estado cabeceando, ahí no puede pasar otra
cosa que terminar cabeceando, nada sucede. Y si has estado aplicando alguna
técnica, con el propósito de lograr cierto silencio, tampoco sucede algo
trascendente, pues como ya dije, si estás haciendo algo te quedas atrapado en
tu mente. Mientras estés haciendo una disciplina, es imposible entrar en
meditación o estar en silencio.

De todo ese tiempo que te das a ti mismo, la mayor parte te la pasas


lidiando con tus pensamientos ¿o no? Desde que cierras los ojos, la mayor
parte del tiempo te la pasas en el medio del caos. Y para ser más explícito, de
esos 30 minutos, te la pasas 29 minutos y 57 segundos tratando de despejar el
tráfico. En tal circunstancia ¿qué puede suceder ahí? ¿Podrás entrar en
meditación?

En realidad ahí no sucede nada, pero sin embargo, ahí hay tres segundos
muy especiales. De los treinta minutos, ahí hay tres bellos segundos que no son
muy fáciles de describir. Tres segundos que, aunque es muy poco tiempo, no
sabes dónde estuviste. Tres segundos muy soñados y muy esperados, donde
pudiste respirar en paz y sentirte en las nubes.

Pero cuando dices que, durante esos tres segundos no sabes dónde
estuviste, eso no significa que hayas ido a una dimensión más profunda de tu
ser. Tampoco quiere decir que hayas trascendido tu mente. Lo que ha pasado
ahí sí, es que te sentiste como si estuvieras más allá, pero en el fondo siempre
permaneciste en tu mente. Nunca fuiste más allá.

Esto de sentirse como en las nubes, con la sensación de no saber dónde


has estado, es porque estás acostumbrado a tener tu cabeza llena de
pensamientos y conflictos. Estás tan acostumbrado a ello, que cuando logras

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despejar tu mente por un momento, ésa es la sensación que te da; como si
hubieras estado quién sabe dónde.

Pero en el fondo no fuiste a ninguna parte, sino todo lo contrario. Lo que


pasó fue, es que lograste estar por tres segundos sin tener nada en la mente.
Cuando no hay nada en la mente, casi siempre tienes la rica sensación de
sentirte como suspendido en el aire. Como si flotaras en el espacio. Digo casi
siempre, pues a muchos no les pasa eso, sino que sienten miedo. Les da susto.

Así que, no es que hayas ido más allá de la mente. Aquí simplemente, sólo
estuviste disfrutando lo que es tener una mente completamente despejada.
Podríamos decir que, estuviste por dos o tres segundos en el cielo, pero en el
cielo de tu mente.

Todos los que realizan algún tipo de disciplina, sea la que ésta sea, ése
será el cielo al cual podrán llegar, no podrán ir más allá. Y para la mayoría, ese
cielo será sólo de dos a diez segundos, o quizás mucho menos. Aunque es muy
poco tiempo, de todos modos es un bello cielo. Y todo cielo es muy añorado.

Para los que meditan, ésa será su recompensa por así decirlo, no más. Ése
es el cielo al cual podrán aspirar. Y veo a una gran cantidad de personas
estancadas en esa rutina, buscando ese bello cielo de diez segundos. Veo a
mucha gente atrapada ahí, dispuesta a realizar una disciplina todos los días. ¿Y
todo por qué? Simplemente, para estar en paz durante tres o diez segundos.

¿Y qué clase de paz es ésa, que dura diez segundos? Pues ninguna. Una
paz que dure diez segundos, o incluso una hora o un año, nunca va a ser una paz
verdaderamente. Y no lo será porque no tiene raíz. No lo será, porque no tiene
por base el amor. Porque no habrá surgido de tu corazón. En definitiva, porque
habrá sido una paz fabricada por la mente. Y siendo así, no dura nada.

Esta paz se parece, a la posible paz en el conflicto de Medio Oriente. A


través de diversos y sucesivos mediadores, desde hace tiempo se está
tratando de llegar a un acuerdo de paz. Sin embargo, aunque todos estos
esfuerzos lleguen a un feliz término, esa paz que logren será sólo por un
tiempo, ya que no habrá surgido del corazón de nadie de ahí, sino de un acuerdo
de intereses.

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Ojalá que lleguen a un buen acuerdo. Pero como el amor no está ahí, sé
que tarde o temprano el conflicto volverá a surgir. Estos pueblos, desde un
comienzo que se han venido dando duro. Son pueblos que se odian. Y ese odio se
puede ver en el rostro de esta gente. Lamentablemente aquí, no puede haber
una paz verdadera, sino sólo una “paz” pasajera. Estos pueblos se odian, y los
que más se odian son sus dirigentes.

Cuando el amor no está presente, esto es lo que ocurre. Te tienes que


conformar con una “paz” momentánea. Y esta paz en realidad, no es una paz
sino una especie de tregua, que tiene como propósito calmar los ánimos. En el
fondo, aquí la hoguera del odio continuará estando encendida, con la única
diferencia que, el fuego va a estar un poco más disminuido.

Al seguir este fuego ahí, aunque esté más disminuido que casi no se ve, si
esos dirigentes llegaran a firmar algún acuerdo, estos pueblos vivirían en una
total incertidumbre, ya que en cualquier momento y por el más mínimo detalle,
el conflicto podría rebrotar y con mayor fuerza. ¿Y no es esto lo que ocurre
ahí? ¿No es acaso que, por el mínimo detalle la cuestión vuelve siempre a
caldearse?

Discúlpenme pero, esos pueblos no tienen corazón. Ya sé que, en todas


las cosas hay excepciones, pero ahí hay mucha gente sin corazón.
Especialmente sus dirigentes. Desde hace miles de años que, se vienen matando
los unos a los otros, y desde hace miles de años también, que aquí se han venido
privilegiando intereses religiosos, políticos y económicos, en vez del amor.

Así que esto como dije, no es una cuestión de ahora no más, sino algo que
se viene arrastrando desde hace miles de años. Lo que quiero decir, es que así
como han estado por muchísimo tiempo matándose, así también han tenido el
mismo tiempo para perdonarse y abrazarse, pero no lo han hecho. Por eso me
atrevo a decir que, ahí hay mucha gente sin corazón.

En fin, como ahí no hay un corazón realmente, la paz no podrá florecer


de ninguna manera. Tendrán que conformarse con una tregua de paz. Tendrán
que conformarse con una flor de plástico, pues las flores de plástico no tienen
raíces, y pueden fabricarse. En ningún caso es lo mismo, pero algo es algo. No
tienen fragancia, vida ni dan frutos, pero es lo que merecen estos pueblos.

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¿Y tú? ¿Eso es lo que quieres para ti? ¿También te vas a conformar con
una insignificante flor de plástico? ¿También te vas a conformar con una paz
pasajera? Lo digo, ya que pareciera que estuvieras conforme con esos tres
segundos de “paz” que has logrado al realizar tu disciplina.

Esos tres segundos de tu disciplina, son una flor de plástico, nada más.
¿Por qué conformarse con tan poco? ¿Acaso no ves todavía la diferencia, entre
una flor de plástico y una verdadera? Si ves la diferencia, ¿por qué no aspirar a
una flor de verdad? ¿Para qué seguir esforzándose por sólo tres segundos de
“paz”? Eso déjaselo a los que tienen una piedra en vez de un corazón, pero tú
tienes un gran corazón.

Cuando digo que esa “paz” te dura sólo segundos, no me estoy refiriendo
sólo al tiempo, pues eso no es lo relevante aquí. Te dure lo que te dure, sean
segundos, días o años, no me estoy refiriendo como dije sólo al tiempo, sino que
estoy diciéndote concretamente que, esa paz no es la paz. Esa paz es sólo un
sustituto nada más, pero no es la paz. Eso es todo lo que tienes que ver y
entender.

Aquí no hay ningún problema con los sustitutos. Puedes usar todos los
sustitutos que quieras. Como quieras, donde quieras y por el tiempo que
quieras, pero no te olvides que es un sustituto. Puedes ir por esa “paz”
momentánea, por esa “paz” pasajera o como se llame, te dure lo que te dure,
pero no empieces a creer que la paz te ha llegado, o que te ha sucedido dentro
de ti. Sólo la habrás provocado o fabricado, pero no te habrá sucedido
realmente.

Esto es lo mismo que las flores de plástico. Éstas son un sustituto. De


alguna manera reemplazan a las verdaderas, pero no empieces a creer que esas
flores son flores. Puedes construir un jardín completamente de plástico, no
obstante, ese jardín estará muerto, sin vida. Ese jardín por ser de plástico, te
podrá durar siglos o incluso miles de años, pero ese jardín nunca habrá sido
realmente un jardín, ¿comprendes?

Esa paz lograda en tu disciplina, independientemente del tiempo que te


dure, ha sido fabricada. Tienes que saber que, con las disciplinas puedes
provocar diferentes estados en ti; sea de silencio, risa, tranquilidad, atención,

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buen ánimo, y un montón de otros más. Incluso hay por ahí, una serie de
aparatos electrónicos, que provocan en ti diferentes estados de relajación.

Y no hay problema con ello. Puedes hacer la disciplina que se te antoje,


puedes utilizar los aparatos electrónicos que quieras, puedes quemar un kilo de
incienso y repetir un mantra durante veinte años. Sin embargo, esa “paz
lograda” gracias a todas estas cosas, no será la paz. No lo será, pues la habrás
fabricado, y por ello no tendrá fragancia.

En otras palabras, no te habrá sucedido. Y como no te ha sucedido,


entonces ese “estado logrado” se va, no permanece. Es por ello que al día
siguiente, te ves en la obligación de recurrir de nuevo a la misma disciplina, al
yoga, a tu Gurú, al mantra, a los libros, a los aparatos electrónicos y todo lo
demás.

Todo lo que sea provocado, sabe bien que, siempre vendrá de la mente,
en cambio lo que te sucede, proviene de la vida. Dicho de otro modo, lo que es
provocado viene del ego, por tanto despide un mal olor. En cambio todo lo que
te sucede, huele a rosas, manantiales y amaneceres.

Observa

Siempre que provoques algo,


quedarás atrapado en tu mente.

En cambio cuando te sucede,


te perfilas hacia tu florecimiento.

Es indispensable que puedas ver la diferencia, entre algo que es


provocado y algo que te sucede por dentro. De hecho, será tan decidor y
trascendente en tu vida, que de ello dependerá de que te quedes atrapado en la
superficie, o puedas ir a una esfera más profunda de tu ser.

Te diré algo. Aquí en Occidente, desde hace muy pocos años que, algunas
personas han podido lograr elevarse unos metros del suelo, o sea levitar, en
cambio en Oriente, la levitación ha existido desde siempre. Esto de la
levitación, no lo estoy mencionando con el objeto de hacer una diferencia entre
Occidente y Oriente, pues ambos conforman una unidad, sino para que veas con

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mayor claridad, la diferencia que hay entre lo que es “provocado” y el
“sucediendo”.

El elevarse algunos metros del suelo, la telepatía, la teletransportación y


muchas otras cosas, siempre ha sido un desafío muy importante aquí en
Occidente, ¿pero con qué fin? ¿Cuál ha sido ese propósito, que se ha mantenido
oculto y que ahora no está tan oculto? Pues ese propósito ha sido algo muy bajo
e inhumano, ya que se trata de incorporar estos poderes mentales, como una
herramienta más al plan siniestro que tienen ciertos personajes de algunas
Naciones, como por ejemplo las familias que conforman los iluminatis, que
dominan todo lo que acontece en el mundo entero, controlando el sistema
financiero, el petróleo, las ventas de armamento, las guerras, las agencias de
inteligencias, la industria farmacéutica, las semillas (transgénicos) y demás.

Lo que quiero decir, es que como estos personajes se están dando


cuenta, que tanto el poder religioso (aunque éste ya pasó a la historia) como el
económico, en un futuro muy cercano llegarán a su fin, entonces poco a poco
han empezado a incursionar en el ámbito de la ciencia, específicamente en el
campo de los poderes de la mente. Así, estos inhumanos se van asegurando
mantenerse en el poder, para seguir esclavizando, tiranizando y controlándolo
todo, subyugando y oprimiendo a la humanidad.

El poder de la mente es muy efectivo, pero también muy peligroso. Con él


podrías hacer muchísimas cosas. Podrías elevarte algunos metros del suelo,
atravesar muros y destruir satélites con sólo concentrarte. Podrías llegar a
plasmar todo lo que deseas para ti, y también llegar a ser invisible. Incluso,
podrías crear puertas dimensionales, con el fin de ir a otros mundos con sólo
proponértelo (como aconteció en la Atlántida o Lemuria).

Pero el asunto aquí, es que como lo estarás provocando, (pues no te está


sucediendo por causa del amor), entonces te quedas atrapado en algún espacio-
tiempo. Y esto no es broma. Este tipo de experimentos, siempre se han
intentado en todas las civilizaciones, y se siguen intentando ahora. Por cierto,
con el propósito de tener el poder y el control de todo. Sin embargo, aunque
logren desaparecer y viajar a otros mundos, se quedarán atrapados.

Me gustaría que, si se toparan algún día con mi querido amigo Sixto Paz,
aprovecharan la oportunidad de preguntarle sobre estas cosas, pues él sabe

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más que yo de todo esto. Yo también sé, pero no me dedico a ello ni es mi tema.
En todo caso, no tienes la menor idea de la cantidad de gente que está
atrapada en el espacio, sólo por el hecho de provocar las cosas y no haber
vibrado en amor. No sabes cuántos son los que permanecen atrapados, en
dimensiones y mundos de muy baja vibración de vida en el universo.

Estaba diciendo que, aquí en Occidente ya habían algunos que estaban


elevándose unos metros del suelo, sin embargo ¿de qué sirve eso? Si no es para
creerte superman, o para sacarle provecho a la circunstancia y terminar en la
televisión o en un circo, ¿para qué otra cosa te servirá toda esa basura?

Una persona que logre elevarse unos metros del suelo, sólo estará
elevándose por fuera, no por dentro, ¿comprendes? Sólo estará elevando su
cuerpo físico, eso es todo. Pero por dentro no le estará pasando nada
trascendente. Esa persona en el momento de estar elevando su cuerpo, no
tendrá su corazón despierto ni estará en paz, sino que estará oliendo muy feo.

Si tú estás en paz, estás en paz donde estás y como estás, ¿qué


necesidad tendrías de elevar tu cuerpo del suelo? Sólo una persona superflua,
hedionda a ego, y quizás con qué intenciones, intentaría semejantes cosas.

Qué distinto es, la hermosa levitación en Oriente. Para no confundirnos,


cuando me refiera a Occidente, diré elevarse del suelo, y cuando se trate de
Oriente, diré levitación.

Hay una enorme diferencia entre ambas situaciones. Son muy pero muy
distintas. No son lo mismo ni llegan a lo mismo, ni tienen la misma raíz. Una
viene del ego y la otra es una consecuencia de la paz. Una huele a ríos
contaminados y la otra a rocío. Una es cárcel y la otra libertad. Una te lleva
hacia los pantanos y la otra a los jardines celestiales.

Así es; una se hace y la otra sucede. En Oriente nadie levita, sin embargo
sucede. Cuando un yoghi o un místico entra en un estado de meditación, tal vez
comience a levitar, pero lo más hermoso aquí, es que no se dará cuenta que está
levitando, ya que la levitación no es su propósito. Recuerda que, en la
meditación no hay ningún propósito.

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Si alguien está levitando, no es porque quiera hacerlo o provocarlo, sino
porque esa levitación, es una consecuencia de un estado interno muy profundo
al cual ha llegado. Por otro lado, si este ser está levitando, es muy difícil que se
dé cuenta que esté levitando, pues prácticamente ya no está ahí, ¿se está
comprendiendo? Este hombre o mujer, ha llegado a tal profundidad, que está
fusionándose y disolviéndose en el Gran Silencio Interior (yo le llamo,
disolverse en la Inmensidad).

Cuando todo esto sucede, es muy posible que comiences a levitar, aunque
no te des cuenta, y también es posible que tu cuerpo físico, comience a
desaparecer como si se desvaneciera en el aire. Podrías desaparecer para
siempre de este mundo, y aparecer en una esfera más alta de conciencia, o
simplemente desaparecer por un tiempo, y volver nuevamente a este mundo.
Sin embargo, todo esto sucede, no se hace. Y sólo sucede por consecuencia de
un profundo estado de paz.

En Occidente ocurre todo lo contrario, pues no sucede, sino que se hace.


No es la consecuencia de un estado profundo de tu ser, sino el propósito
ególatra de elevarse del suelo. Externamente, es cierto y real que estarán
elevándose, pero internamente, también es cierto que estarán sepultándose.

Si pudiéramos fantasear un poco, y juntar a dos; a uno que se eleve del


suelo y a otro que realmente esté levitando sin darse cuenta, para muchos no
sería nada de fácil notar la diferencia. Aunque a uno le signifique un esfuerzo
mantenerse en el aire, y al otro simplemente le esté sucediendo eso,
aparentemente ambos se verían iguales. Sin embargo, sólo será aparentemente,
ya que la verdad es que, ahí habrá un abismo entre ambos. Uno se estará
enterrando y quizás pudriéndose, en cambio el otro, estará iluminándose o tal
vez ascendiendo a la eternidad.

Con las flores de plástico pasa lo mismo, sobre todo si se juntan o se


mezclan con las verdaderas. Aunque sepas la diferencia que hay entre unas y
otras, aparentemente se verán iguales. Es por ello que, tendrás que acercarte y
observarlas muy bien; olerlas, sentirlas y acariciarlas, de lo contrario podrías
confundirlas. Unas no serán flores, las otras sí.

Así que cuidado con todo esto. Cuidado con confundir. No comiences a
creer que, ese estado placentero de “paz” que ha sido provocado, es la paz. No

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comiences a creer que, ese estado “alfa” de relajación, provocado por ciertos
aparatos, es realmente relajación. En definitiva y para terminar con este
asunto, no comiences a creer que, la flor de plástico es una flor.

Cuando te encuentres a alguien por ahí que está en paz, observa bien, ya
que es muy posible que esa “paz” haya sido provocada por alguna disciplina o
algo así. Si no observas bien, te puedes confundir y creer, que esa persona
realmente está en paz.

La manera más clara de verlo y así no confundirnos, es que cuando la paz


ha sido provocada, la persona pierde ese estado muy rápidamente, sobre todo
en los momentos cotidianos del diario vivir. Y otra manera de verlo, es que
cuando hay otras personas presentes que no son del círculo más cercano, como
por ejemplo algunos invitados, esta persona se comporta cínicamente
guardando cierta apariencia (aparenta estar en paz), pero cuando los invitados
ya se han ido, ahí realmente arde Troya. Dicho de otro modo, es falsa e
inconsecuente.

Todo esto, no sólo tienes que observarlo en los demás, sino también en ti
mismo. Si alguien te engaña, y te hace creer que está en paz o iluminado, ése es
su problema, pero lo esencial aquí, es que no te confundas ni te engañes con lo
que a ti te pasa.

Tienes que ser capaz de observarte en el espejo de la honestidad.


Tienes que preguntarte, ¿estoy sano, o esta salud es gracias a los remedios que
estoy ingiriendo? Si esa salud es debido a todos los remedios que te estás
tomando, entonces no estás sano. Si son los remedios los que te mantienen
sano, entonces no puedes estar sano de ninguna manera, ya que el que está sano
no toma ningún remedio.

Del mismo modo, tienes que ser honesto contigo mismo y preguntarte,
¿me siento en paz, o esta paz es gracias a la disciplina que estoy realizando? Si
esa paz es debido a la disciplina que estás haciendo, entonces no estás en paz.
Si es la disciplina lo que te mantiene en paz, no puedes estar en paz de ninguna
manera, ya que el que está en paz no hace ningún tipo de disciplina, ¿se está
entendiendo?

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¿Esa paz la sientes siempre, o sólo los miércoles en la tarde y los
sábados por la mañana? ¿Esa paz la sientes al compartir con cualquier persona,
o sólo cuando estás solo? ¿Esa paz la sientes, sólo cuando las cosas te salen
bien, o también cuando no te salen?

¿Hay menos ruido en tu cabeza gracias al spray, o porque realmente


estás en paz? ¿Hay menos moscas porque has estado usando el matamoscas, o
porque realmente hay menos moscas? ¿Esa armonía que sientes se debe a la
disciplina, o realmente estás en armonía? ¿Andas relajado gracias a esos
aparatos electrónicos, o simplemente andas relajado?

Lo único que te pido aquí, es que te observes bien, que te observes


detenidamente y no a la ligera, para que de ese modo veas con claridad, si todo
eso que sientes, lo has estado provocando o realmente te ha estado
sucediendo, pues como ya sabes, es de suma trascendencia. No vaya ser que, lo
estés provocando y creas que te está sucediendo.

Si el ruido en tu cabeza ha cesado, obsérvate bien, ya que es muy posible


que se deba, a que te hayas estado aplicando periódicamente el “spray de
silencio”. Si es así, no te fíes, pues esa paz que has logrado ha sido provocada,
y como tal no es real. De hecho, si te has estado aplicando algún spray,
haciendo alguna disciplina o lo que fuera, entonces esa paz es imposible que sea
real, ya que si alguien estuviera en paz, no andaría aplicándose spray ni
haciendo disciplinas.

Si hay mucho ruido en tu cabeza, entonces ponte algún spray si quieres,


haz algunas respiraciones o lo que sea, eso ayudará, al igual como lo haces
cuando te duele la cabeza y te tomas una aspirina. Sin embargo, recuerda que
el dolor de cabeza es un síntoma, no la causa. Si eliminas el dolor con algún
remedio, por cierto que te sentirás mejor, pero como habrás eliminado el
síntoma y no la causa, ese dolor tarde o temprano volverá.

Lo mismo ocurre con el estrés, con los problemas y el tráfico en tu


cabeza. Todo ello puedes aminorarlo e incluso eliminarlo por un tiempo, sea con
cursos, yoga, técnicas de concentración o lo que fuera. No obstante, recuerda
que el estrés, los problemas y todo ese tráfico en tu cabeza, son síntomas. Si
eliminas todo eso con algún tipo de disciplina, lo que realmente estarás

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haciendo, a parte de aliviarte, es estar eliminando los síntomas, y no la causa
de los síntomas. Por tanto, tarde o temprano esos síntomas volverán.

Es por eso que, te cuesta tanto estar en paz. A veces estás en paz, y
parece que flotaras en un mar de serenidad, repartes sonrisas, escribes
poemas y te sobra bondad. Pero luego de un tiempo, esa paz siempre se te va a
la punta del cerro, y quién sabe por cuantas veces, ya te estás ahogando de
nuevo. Y todo ¿por qué? ¿Por qué esa paz viene y se va? ¿Por qué esa paz es
sólo intermitente y no prevalece? ¿Por qué es transitoria y pasajera?

Simplemente, porque con las disciplinas que has estado haciendo, sólo
has estado eliminando los síntomas y no yendo a la causa. Si hay mucho ruido en
la cabeza, puedes utilizar el spray, los aparatos electrónicos, el matamoscas y
lo que quieras, pues eso te ayudará y aliviará, pero no te olvides de ir a la
causa. Y la causa está en tu vida.

Es ahí donde tienes que ir, pues ahí es donde se está originando todo.
Nada ni nadie podrá terminar con ese ruido, ni siquiera un Maestro. Ningún
aparato electrónico podrá eliminarlo, ningún método, ni el sistema que esté de
moda ni la última tecnología. Las disciplinas ayudan un poco; de algún modo
alejan ese ruido por un rato, pero es sólo eso. Sólo te alivian por un momento.

Puedes continuar entonces con tu disciplina, incluso provocando ciertas


situaciones, pero quiero que toda tu atención esté en tu vida. Tú tienes un gran
corazón, más grande del que crees, y es ese corazón y no otra cosa, lo único
que podrá disolver para siempre, todo ese ruido en tu cabeza.

Todo ese ruido en tu cabeza, sean problemas, temores, dudas,


cuestionamientos, falta de realización, enojo o lo que sea, todo eso es porque
aún no has descubierto el amor. Y al amor lo descubres a través de tu corazón,
no hay otra manera. En otras palabras, tienes que descubrir tu corazón.

No puedes ir por ahí, siendo indiferente a tu propio corazón, ya que tu


corazón es la puerta al infinito que tanto añoras. Si realmente quieres algo
mágico y trascendente que pase con tu vida, no puedes andar escondiéndote ni
arrancando de tu corazón, pues éste es la única senda que te llevará a una
dimensión más elevada de ti mismo. Es por ello que, te estoy llevando de vuelta
a casa, camino al corazón.

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Y estando en tu corazón, ahí podrás cultivar el jardín más bello que
jamás hayas imaginado, y de ese modo y por consecuencia, la fragancia de la
paz danzará para siempre en tu interior. Esto no es ninguna fantasía ni tampoco
una utopía, sino una realidad. Esa fragancia es posible, está en tus manos, en
las manos del jardinero de sí. Esa fragancia es posible, está en tu corazón, en
el corazón del amor.

Pues bien, o vas en busca de tu corazón, o simplemente te vas a comprar


flores plásticas.

Comprende

Tu corazón es la puerta a la vida.

Descubriendo tu corazón

El ser humano, en su breve paso por este bello planeta, ha llegado a


sortear todo tipo de obstáculos, y también ha llegado a plantearse enormes
desafíos. Por un lado ha llegado ha sobreponerse ante la adversidad, y por el
otro, ha llegado a emprender su aventura viajando por el universo, aunque esto
haya sido solamente, dentro de este sistema planetario. Ha llegado a las altas
cumbres de la cordillera, y también a las profundidades del océano. En otras
palabras, ha llegado aquí y allá, y a muchas partes, pero no ha llegado a su
corazón.

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Y aquí está todo el problema, no hay otro. Tu corazón es una puerta
dimensional por así decirlo, la puerta a la vida. Sin embargo, tú has estado
buscando esta puerta allá afuera, sin saber que esta puerta es tu propio
corazón. La has estado esperando que aparezca por arte de magia, cuando
siempre ha estado dentro de ti.

Has estado queriendo estar en paz, y eso significa en el fondo, que has
deseado ser feliz y vivir en libertad. Pero a esa libertad, no podrás llegar de
ningún modo sin pasar por esa puerta. Para llegar a ser libre, tienes que pasar y
entrar a tu corazón, y estando allí, ahí sucede todo.

Tu corazón es la puerta a la vida, y la vida es amor y libertad. Tanto el


amor como la libertad, conforman y son una unidad. No puede haber amor si no
hay libertad, y no puede haber libertad si no hay amor. Son una unicidad, la
vida.

Si no lo entiendes así, te lo diré de otra manera. Te diré que, si hay amor


y no hay libertad, entonces ahí sólo hay existencia pero no vida. Del mismo
modo, donde haya libertad y no haya amor, entonces ahí también sólo habrá
existencia pero no vida. Existencia y vida no son lo mismo. Existencia es sólo
existencia, en cambio la vida tiene un corazón. Una cosa es existir, y otra es
vivir.

Es muy triste saber que, la mayoría de las personas, a duras penas logran
existir y no vivir. Es lamentable nacer sólo para existir. Es lamentable pero es
una realidad. Esto significa que, la mayoría de las personas que vienen a este
mundo, se van de este mundo sin haber conocido el amor y la libertad. En otras
palabras, se van sin haber llegado a su corazón, ya que la única manera de
conocer el amor y la libertad, es yendo a tu corazón.

La raíz del amor es tu corazón, y la raíz de la libertad también es tu


corazón. La vida tiene un corazón. Todo tiene un corazón, y ese corazón es tu
corazón.

Comprende

Tu corazón es el sublime manantial de la vida.

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Todo surge de tu corazón. La vida toda surge de ahí. Tu corazón es la
vida, la vida es tu corazón. Si no has llegado a tu corazón, es imposible que te
conozcas a ti mismo, y es imposible también, que sepas algo de la vida. Si no has
llegado a tu corazón, no habrás llegado al amor ni tampoco a la libertad. En
otras palabras, no habrás vivido.

Algunos dicen que, “Dios es amor”, y yo te digo que, “Dios es tu corazón”.


Jesús dijo, “la verdad os hará libres”, y yo te digo, “tu corazón te hará libre”,
¿comprendes? Te estoy diciendo lo mismo pero de una manera diferente, para
que así vayas regresando a casa, a tu corazón. De este modo, así comenzarás a
vivir realmente, pues recuerda que, ese corazón es, el manantial de
manantiales.

Ahora bien, ¿y por qué no has llegado aún a tu corazón? ¿Por qué andas
buscando aún, de aquí para allá y de allá para acá? ¿Por qué andas desubicado
aún, desorientado y no muy contento? ¿Por qué no andas dichoso y en paz, sino
más bien con cara de resignado? ¿Por qué dices a menudo; pues qué se le va
hacer, hay que echarle para delante no más?

Pues simplemente, porque no estás viviendo de acuerdo a tu naturaleza ni


a lo que sientes. ¿Y por qué no vives de acuerdo a tu naturaleza ni a lo que
sientes? Simplemente también, porque no fuiste constante en preguntarte qué
es lo que querías, y porque no supiste mantener vivos tus sueños de cristal.

Si en algún momento te preguntaste qué querías, debe de haber sido sólo


por algún tiempo, y como fue sólo por algún tiempo, entonces todo lo que traías
en tu corazón quedó a un lado. Algo así como guardado o estancado, e incluso en
muchos quedó petrificado. En estas circunstancias, sin un corazón despierto y
lleno de vida, sin esa luz en tus ojos y esa hermosa inocencia, la sociedad con su
sistemita avasallador e inconsciente te atrapó.

Pocos son los que se han dado cuenta, hacia dónde apunta la sociedad
actual (el imperio establecido). Los que se han dado cuenta, de alguna manera
han podido ir más allá que sólo existir, pero los que no y que son la mayoría,
realmente están en un hoyo.

En una sociedad como ésta, tú no importas. A nadie le va interesar lo que


sientas. Tu sentir estará de más. Aquí lo único que interesa, es que sirvas para

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algo, que produzcas y seas eficiente, de lo contrario no vales nada. A nadie le
va interesar lo que te está pasando. Sólo se interesarán por ti para exprimirte
como un limón o explotarte, pero nunca te preguntarán por tus sueños, ni si
eres feliz.

Es por ello que, a menudo te estoy preguntando qué es lo que quieres,


cuáles son tus sueños y cómo te sientes, de este modo vas descubriendo tu
naturaleza y teniendo una dirección de vida. Tu sentir y naturaleza, van juntos.
Son como el amor y la libertad; son una unicidad. Tus sentimientos, siempre te
llevarán a descubrir tu naturaleza. Es por eso que es de suma importancia, que
tengas muy claro lo que sientes y lo que quieres.

Si no descubres ni sabes lo que sientes, te desorientas, pierdes el rumbo


y te alejas inevitablemente de ti mismo. Y es ahí justamente, estando
desorientado y vulnerable, cuando el sistema arremete y te atrapa.

Cuando digo que te atrapa, me estoy refiriendo a que ahí sólo existirás,
nada más. Sabe bien que, o vives de acuerdo al sistema, o vives de acuerdo a tu
naturaleza. Si vives de acuerdo al sistema, ahí sólo podrás existir, sea como
tirano o sumiso, roncando o vendiendo flores de plástico, en cambio si vives de
acuerdo a tu naturaleza, ahí podrás vivir de acuerdo a tu corazón.

Sin embargo, para vivir de acuerdo a tu naturaleza, no basta con saber lo


que sientes o lo que quieres, sino que tienes que llegar a tu corazón. Una cosa
es sentir, y otra es llegar a tu corazón. Una cosa es saber lo que quieres, y otra
es descubrir tu corazón.

En relación a sentir, puedes sentir cualquier cosa, lo que sea. Puedes


sentir envidia y orgullo, sentirte molesto y perjudicado, victorioso o lo que
fuere, pero sintiendo todas estas cosas, de ninguna manera podrás vivir de
acuerdo a tu naturaleza, ya que vivir de acuerdo a tu naturaleza, es vivir de
acuerdo a lo que sientes en tu corazón.

Al sentir envidia por ejemplo, eso no es un sentimiento. Generalmente se


dice así, que se siente, pero eso es sólo una forma de decirlo, ya que la envidia
no es un sentimiento sino un prejuicio. Lo mismo ocurre con el orgullo, con el
sentirte molesto y todo lo demás, pues eso no proviene de tu corazón sino de la
mente, del ego.

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Es por eso que, una cosa es sentir y otra es haber llegado a tu corazón.
El saber lo que quieres, de ningún modo significa que hayas descubierto tu
corazón, ya que descubrir tu corazón significa, que has llegado a él. Descubrir
tu corazón quiere decir, que has descubierto el amor y la libertad, que has
descubierto la vida.

¿Y por qué no has llegado aún a tu corazón? Pues ya lo dije. No has


llegado, no sólo por no haber sido constante en preguntarte qué querías, ni por
no haber mantenido vivos tus sueños de cristal, sino también, porque esta
sociedad no hace nada para ayudarte. Si una sociedad está comandada por el
ego, como lo es ésta, es imposible que te pueda ayudar.

¿Cómo podría ayudarte una sociedad, si ésta está regida por jerarcas
ciegos e inconscientes? ¿Cómo podría darte la mano una sociedad, si ésta en
vez de estar regida por el amor y la libertad, está regida por el egoísmo y la
explotación? Si una sociedad se rige por la ley del más fuerte, entonces ¿cómo
podrían ayudarte?

Si la sociedad está llena de prejuicios, entonces ¿cómo? Si desde que


eres niño te están inculcando que sobresalgas, que destaques del resto y
llegues a ser el mejor, entonces ¿cómo? Si por no tener o no saber, a más de la
mitad de las personas las desechan, entonces ¿cómo podrían ayudarte? Pues de
ninguna manera.

Una sociedad egoísta, de ninguna manera podrá ayudarte a descubrir tu


corazón, sino todo lo contrario. Una sociedad que sea egoísta, tal vez pueda
ayudarte a ser egoísta, pero no a encontrarte contigo mismo. Del mismo modo,
una sociedad corrupta como ésta, sólo podrá ayudarte a ser corrupto. Y esto es
así, ya que una sociedad egoísta y corrupta, en la práctica se convierte, en un
vivero de egoístas y corruptos.

Así que, no cuentes con la sociedad para poder llegar a tu corazón. Esta
sociedad arcaica y enferma, está conformada por mandones y obedientes, es
decir por inconscientes, por tanto ¿qué podrían hacer por ti? Esta gente
realmente, va en otra dirección. Y no sólo en otra dirección, sino al hoyo.

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Estaba diciendo que, descubrir tu corazón no significaba el conocer tus
sentimientos, sino el haber llegado a él. Que descubrir tu corazón, no
significaba el saber lo que quieres, sino el haber descubierto el amor y la
libertad. Sin embargo, ¿cómo le harás?

¿Qué vas hacer para llegar a tu corazón? ¿Cómo le harás para llegar ahí?
Pues de eso se trata. Hemos estado hablando desde un comienzo, que has
estado buscando la paz en las oraciones, en la relajación, en las meditaciones y
todo eso, como si la paz fuera una consecuencia de las disciplinas.

Pero ya sabes que, la paz no es una consecuencia de las disciplinas, sino


una consecuencia de la vida que estás llevando; de tu corazón. Es por ello que,
tienes que ir ahí, a tu vida, a tu corazón. Sabes también, que todo ese ruido en
tu cabeza y los problemas que tienes, aunque busques alguna forma de
alejarlos, no se irán con respiraciones o con técnicas de concentración, ya que
todo eso se debe, a que aún no has descubierto tu corazón.

Comprende

Sólo llegarás a estar en paz,


cuando hayas descubierto tu corazón.

Así es, y eso lo sabes. En otras palabras, sólo estarás en paz, cuando
hayas descubierto el amor, y sólo estarás en paz, cuando hayas descubierto la
libertad. Recuerda que, el amor y la libertad conforman una unidad, y ambos
están en tu corazón. Es por eso que, tienes que ir ahí, a tu corazón.

Sabes entonces, que esa paz que andas buscando, no será posible sino
hasta que hayas descubierto tu corazón, y sabes también, que descubrir tu
corazón es descubrir el amor y la libertad. Teniendo claro todo esto, ¿Qué es
lo que vas hacer ahora? ¿Cómo le harás? Si sabes que para descubrir tu
corazón tienes que descubrir el amor y la libertad, ¿cómo le harás para
descubrir el amor y la libertad?

¿Existirá algún método para ello? ¿Existirá algún tipo de respiración,


algún incienso o técnica de concentración? ¿Existirá algún mantra, alguna
fórmula mágica o algún libro? ¿Habrá algún ashram, alguna disciplina, o alguna
meditación especial para ello? Pues claro que sí. De todas estas cosas, te vas a

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encontrar con un montón de ellas, sobre todo en estos tiempos, pero ya sabes
que todo esto, sólo te servirá como una ayuda nada más. Todas estas cosas te
encaminarán por así decirlo, pero de ningún modo será, lo que te lleve a
descubrir el amor y la libertad.

Si todo eso no será lo que te lleve a descubrir el amor y la libertad,


entonces ¿qué será? Si no es por ahí, entonces ¿por dónde? Esta misma
pregunta, se la he planteado muchas veces a todos los discípulos, pues sé que
tienen una fuerte tendencia a las disciplinas. Y esto no es raro ni nada que se le
parezca, sino algo usual y muy común que ocurra, ya que discípulo viene de
disciplina, o disciplina de discípulo.

Los discípulos, siempre han tenido una fuerte tendencia por las
disciplinas, una fuerte tendencia y dependencia. A través de las disciplinas,
siempre están tratando de buscar respuestas, siempre están tratando de
resolver cosas y lograr algo, pero ahora ya saben que, no es por ahí.

Si no es por ahí, entonces ¿por dónde? Cuando les he preguntado cómo


se descubre el amor, prácticamente todos me han respondido lo mismo. Me han
dicho, amando. Y eso está bien, están en lo cierto. Es una respuesta hermosa y
no hay otra, ya que la única respuesta a todas las preguntas es el amor.

En lo profundo, el amor siempre será la respuesta, la raíz de todo. En lo


profundo, para poder descubrir el amor tendrás que amar. Sin embargo, esto
será sólo en lo profundo, nada más, ya que en la práctica no funcionará.
Descubrir el amor ¿amando? Eso no será posible. Me están diciendo que, para
descubrir el amor hay que amar. ¿Cómo será posible eso? ¿Cómo podrás
descubrir el amor amando, si no has descubierto el amor todavía?

Esto ocurre muy a menudo. Permanentemente he podido observar que,


cuando una persona tiene algún problema o algo así, se le dice que su problema
no está en sus problemas, sino en que no ama. Y de paso se insiste y se le dice,
que todos sus problemas desaparecerían si empezara a amar. Y eso está bien,
es cierto. Cuando hayas descubierto realmente el amor, ya no tendrás
problemas nunca más. Tendrás problemas, pero no te harás problemas
¿entiendes?

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Podemos decirle a una persona, que su problema es que no ama, y que
sería bueno para ella y para todos, que se dejara de tonteras y comenzara a
amar. Y eso está bien. Pero ¿cómo podrá amar si no ha descubierto el amor? He
oído también esta exclamación, y a menudo; ¡el problema contigo, es que no
pones tu corazón en lo que haces! Y está bien, pero ¿cómo va a poner su
corazón ahí, si no ha descubierto su corazón?

¿Acaso alguien puede tomar conciencia siendo consciente? ¿Es ésa la


manera para tomar conciencia, siendo consciente o actuando con conciencia? De
ningún modo, pues ¿cómo podría ser consciente o hacer las cosas con
conciencia, si aún no ha tomado conciencia? ¿Acaso alguien podría madurar
actuando con madures? ¿Acaso alguien podría descubrir la libertad, dejando
ser a los demás?

Hay que tener mucho cuidado con todo esto. Le podemos decir a una
persona, que todos esos problemas que tiene, no son más que, por no haber
descubierto su corazón o porque no ama. Le podemos decir que, todos sus
problemas derivan de ahí, pero no podemos mandar a esta persona a que ame,
ya que, ¿cómo podría amar si no ha descubierto el amor?

Decirle a una persona que no ama, está bien. Le estarás diciendo la


verdad. Una verdad que, es muy probable que le duela, pero una verdad que la
moverá y remecerá, y que en el fondo le ayudará. Sin embargo, si le dices que
tiene que amar y la mandas a que ame, ahí no le estarás diciendo nada, y mucho
menos ayudándola, pues como dije, no sabría cómo.

Yo a veces le digo a alguien que no ama, aunque por lo general no lo hago.


Lo que sí hago, no es mandar a la gente a que ame, sino a que descubran el
amor. Estas páginas de este libro, son para eso. No estoy mandándolos a que
amen, sino enseñándoles cómo se descubre el amor.

Estoy “enseñándoles” entre comillas, ya que el amor no es algo que se


enseñe. Yo estoy mostrándoles el camino, nada más. Mientras estén
desorientados, o yendo todavía a vuestro corazón, ahí estaré señalándoles el
horizonte y la senda a seguir. Y cuando ya hayan llegado, ya no me necesitarán.
Si ya has llegado a tu corazón, y ése es mi propósito, ¿qué más podría hacer
por ti? Si ya has descubierto el amor y la libertad, si ya has descubierto la

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vida, entonces quiere decir que habrá llegado tu hora. Como digo siempre, si ya
has llegado a tu corazón, bienvenido a la vida.

El amor no es algo que pueda enseñarse. Lo que sí podría enseñarse, son


las normas de conducta, los buenos hábitos y cómo comportarse. Incluso,
podría enseñarse lo que es bueno y lo que es malo. No obstante, todo esto no
tiene nada que ver con el amor. Todo esto, sólo será el ambiente, el entorno,
que por cierto tendrá una incidencia muy significativa, sea para acercarte o
alejarte de tu corazón según el caso, pero no será en el fondo, lo que realmente
te llevará a descubrir el amor.

Es algo muy común, que se impartan normas de conductas y cierta


educación, que se transmitan valores y principios, que se inculque lo que es
bueno, ético y moral, sin embargo, todo esto no es ninguna garantía. Por cierto
que ayuda, y por eso hay que seguir haciéndolo, pero ¿podríamos asegurar que,
quien reciba todo esto, descubrirá el amor?

De ninguna manera. De hecho, sé que la tercera parte de la humanidad,


de algún modo ha recibido esta enseñanza, y siendo así, la mayoría terminó
siendo egoísta. Digo egoísta, por decir algo suave, ya que otros terminaron
siendo algo mucho peor. Pues bien, ¿y por qué esta enseñanza no funciona? Si
existen las familias, las escuelas y las religiones, que de alguna manera es
donde se imparte todo esto, ¿por qué entonces quienes reciben esta enseñanza
no llegan a descubrir el amor?

Simplemente, porque el amor no puede enseñarse. No puede enseñarse ni


tampoco aprenderse. No puede enseñarse, porque es algo que sucede en lo más
profundo de ti, y siendo así, no hay ninguna enseñanza que pueda llegar ahí.
Nadie ni nada podrá llegar ahí, sólo la vida.

Tampoco podrá aprenderse, ya que es algo que está relacionado con tu


despertar, y tu despertar por cierto, está directamente relacionado con los
acontecimientos que vayas a vivir en tu vida, y no con la enseñanza. No hay
nadie que haya logrado descubrir el amor gracias a las enseñanzas. Las
enseñanzas no te despiertan, son sólo teoría.

Las enseñanzas son como este libro, para que así puedas tener una mayor
claridad con respecto a las cosas, pero no será lo que te permita descubrir el

65
amor. Las enseñanzas son para un mayor entendimiento, son para la mente. Y
como son para la mente, no tocan tu corazón.

Recuerda que, mente y presente no son lo mismo. O estás en la mente o


estás en el presente. La enseñanza es mente, en cambio tu corazón es
presente. Es por eso que la enseñanza no puede llegar a tu corazón. Sólo el
presente puede llegar, y el presente es la vida.

Sólo la vida puede tocar tu corazón, y también puede hacerlo un


Maestro, pero ¿dónde hay uno? ¿Dónde hay uno que haya descubierto el amor y
la libertad? ¿Dónde hay uno que haya descubierto la vida? Por lo general, los
maestros que hay y que abundan, son sólo los que enseñan, pero los que podrían
tocar tu corazón ¿dónde están? Claro que los hay, y como los hay, búscalos,
pero son muy escasos.

Descubrir tu corazón, está relacionado con tu despertar. De hecho, son


prácticamente lo mismo. En la medida que vayas descubriendo tu corazón, en
esa misma medida irás también despertando, y en la medida que vayas
despertando, en esa misma medida irás descubriendo tu corazón.

Decía que, descubrir tu corazón estaba relacionado con tu despertar, y


que tu despertar a su vez, iba a estar directamente relacionado con los
acontecimientos que fueras a vivir en tu vida, y no con las enseñanzas. Es por
ello que, estoy tratando de “alejarte” por un tiempo de las disciplinas y
enseñanzas, principalmente de la dependencia a ellas, y así puedas poner todo
el énfasis y zambullirte en tu vida, pues ahí es donde está aconteciendo todo.

No quiero de ningún modo, que termines definitivamente con las


disciplinas o con tus deseos de aprender. Sólo quiero que te alejes por un
tiempo de todo eso. Aunque continúes de alguna manera dependiendo de ello,
quiero que pongas toda la atención a tu vida. El amor y la libertad, no lo
descubrirás en las disciplinas ni aprendiendo, sino directamente en tu vida.
Anda a tu vida, al presente. Ahí es donde tienes que ir, y ahí es donde tienes
que estar.

Para descubrir tu corazón, el amor y la libertad, no puedes ir a


encerrarte en una disciplina, ni tampoco ir a alguna parte en busca de aprender
algo, pues como ya sabes, todo eso es mente y no presente. Todo eso sirve para

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otra cosa, pero no para descubrir tu corazón. A tu corazón, sólo lo vas a
descubrir en el presente, y el presente es tu vida. Ahí es donde tienes que ir.

¿Y qué significa esto de que tienes que ir a tu vida? Pues dos cosas. En
primer lugar, significa que para descubrir tu corazón tendrás que dejar tu
cueva y salir a vivir. En otras palabras, te estoy diciendo que tienes que “salir a
la calle”. ¿O acaso crees que podrás descubrir tu corazón viendo televisión?

Definitivamente tendrás que dejar tu escondite. Para que puedas


descubrir tu corazón, no te quedará otra alternativa que dejar tu refugio. ¿O
acaso crees que podrás descubrir tu corazón, estando ahí en tu departamento
alfombrado? ¿Acaso crees que podrás descubrir el amor, permaneciendo
aislado ahí detrás de tu biombo? ¿Acaso crees que podrás descubrir la
libertad, permaneciendo ahí cabeceando en tu pequeño rincón? ¿Acaso crees
que podrás descubrir la vida sólo existiendo?

En segundo lugar, también significa que, para descubrir tu corazón


tendrás que ir a tu corazón. Tendrás que ir a tu corazón y donde esté tu
corazón. ¿O acaso crees que podrás descubrir tu corazón alejándote de él?
Tendrás que ir a tu corazón, pues de ese modo podrás conocer tus
sentimientos. Y tendrás que ir también, donde esté tu corazón, de ese modo
podrás seguir a tu corazón y comenzar a vivir de acuerdo a tu naturaleza.

Para descubrir tu corazón, no bastará solamente con ir a tu corazón y


conocer tus sentimientos, sino que tendrás que ser capaz también, de
atreverte a seguir tu corazón. Tienes que llegar a ser devoto de tus
sentimientos, y tienes que llegar a ser discípulo de tu propio corazón. Dicho de
otro modo, tienes que conocer tus sentimientos, seguir tu corazón y entrarle a
la vida. Y eso en el fondo, no es otra cosa que, ir en busca de tu realización.

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Realizándote

Ésta es la manera, no hay otra. Para poder descubrir tu corazón, tienes


necesariamente que ir tras tu realización. Al realizarte, eso te permitirá estar
contento con tu vida, y al estar contento, andarás abierto, receptivo y más
vivo. De este modo y no de otro como dije, podrás descubrir tu corazón y lo
que sea.

Por el contrario, si no te realizas no estarás contento, y al no estar


contento andarás cerrado y cabizbajo. En tal circunstancia, no podrás
descubrir tu corazón ni nada. Para descubrir tu corazón tienes que sembrarlo,
y nadie podrá sembrarlo si no está contento, ¿comprendes? Dicho de otro
modo, la realización es el terreno fértil para sembrar tu corazón.

Tu corazón es una semilla, la semilla más hermosa que jamás se haya


creado. Y muy dentro de esta semilla, se encuentra el amor y la libertad, es
decir la vida. Tendrás que sembrar esta semilla, para que así la vida que está
ahí dentro en un estado potencial, pueda despertar y manifestarse a través de
las distintas formas. Sembrar esta semilla, eso es el camino.

Dentro de una semilla está la vida. Pero la vida aquí, está sólo en un
estado potencial, no se ha manifestado en las formas. Por decirlo de otra
manera, la vida aquí, está en un estado de no forma, como si estuviera
durmiendo, ¿entiendes? Y para que puedas descubrir lo que hay dentro de la
semilla, necesariamente tendrás que sembrarla.

Con tu corazón pasa lo mismo. Dentro de tu corazón está la vida. Dentro


de tu corazón están el amor y la libertad, pero están sólo en un estado
potencial, sin manifestarse. Para que puedas descubrir lo que hay dentro de tu
corazón, necesariamente tendrás que sembrarlo. Sembrar tu corazón, eso es
tu camino y tu dirección.

El amor no está en Japón, no está en Australia ni en algún balneario


esperándote, no está en las disciplinas, en las enseñanzas ni en la cima de

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alguna montaña, sino en tu corazón. Pero como dije, está en un estado potencial
todavía, sin manifestarse, como si estuviera dormido.

Cada ser es un Cristo potencialmente hablando, un Buda, pero están aún


durmiendo. Es por ello que, esta humanidad es un enorme dormitorio, donde
están todos los Cristos y Budas roncando.

El amor está en tu corazón. Pero está sin manifestarse en un estado de


no forma, como si estuviera dormido y preso. Tienes que despertarlo y
liberarlo, y eso se hace sembrando tu corazón.

Observa

Al sembrar la semilla,
despiertas y liberas la vida.

La vida está ahí en tu corazón. Está durmiendo y estancada, al igual que


en la semilla. Ahí está prisionera quién sabe por cuánto tiempo. Tal vez sean
siglos, tal vez milenios. Al sembrar la semilla, despiertas y liberas todo lo que
hay en ella. Al sembrar tu corazón, despiertas y liberas todo lo que hay en él.
Al sembrar tu corazón, todo nace. Al sembrar tu corazón, naces
verdaderamente.

¿Cuántos serán los que estén realizados? La verdad es que no sé, pero
deben de ser muy pocos, ya que cuando voy por ahí, sea a la calle o al mercado,
no veo a la gente que esté muy viva, entusiasta y motivada. Por el contrario, veo
a la mayoría de la gente muy estresada, somnolienta y apagada.

¿Y cuál es la razón por la cual están así? Simplemente, porque no están


realizados. Están así, porque no sembraron su corazón. Y como no sembraron su
corazón, ese corazón y todo lo que hay en él, se quedó congelado. Están así,
porque no supieron mantener en alto sus sueños, y porque no conocieron muy
bien sus sentimientos ni los valoraron lo suficiente. De tal modo que, así están.
Sólo existiendo. Sin conocer el amor y la libertad, sin cantarle a las estrellas ni
danzar con la vida.

Es por ello que, es imprescindible que conozcas tus sentimientos. Tu


realización depende de ello. Yo siempre les estoy preguntando qué es lo que

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quieren, y cómo se sienten en relación a lo que hacen. De esta manera, van
conociendo sus sentimientos y descubriendo vuestra naturaleza. Siempre les
estoy preguntando si están contentos con vuestra vida, de lo contrario si no es
así, ¿qué están esperando?

Si no estás muy entusiasmado, si no te levantas motivado ni te sientes


vivo, si vas sólo por inercia y no hay pasión en lo que haces, entonces cuidado,
pon mucha atención. Si no estás contento, si perdiste la capacidad de asombro
y no has sentido la brisa como acaricia tu rostro, entonces pon mucha atención
a todo eso, ya que todo eso son síntomas que, te están avisando algo muy
trascendente.

Todos esos síntomas, te están avisando que no has estado viviendo, sino
existiendo. Te están avisando que, has estado distanciándote poco a poco de tu
corazón, tal vez sin darte cuenta. Están ahí por eso, para recordártelo. Están
ahí para que te enteres y hagas un cambio profundo en tu vida.

Y esos cambios que realices, tienen que ser lo antes posible, ojalá ahora
mismo, de lo contrario, si lo dejas para mañana, para el siguiente mes o el
próximo año, tal vez sea demasiado tarde. ¿Y no es esto precisamente, lo que le
ha pasado a casi todos? Pues claro que sí. A la mayoría de las personas les
ocurrió. En un momento dado también se sintieron así, pero por no tomar
medidas en el acto y dejarse estar, ahora están resignados sólo a existir, sea
como sonámbulos, autómatas o qué sé yo. Y ahí están, se les ve por todas
partes. Ellos son, los que conforman este gran dormitorio llamado humanidad.

Es preciso que, te estés preguntando constantemente si estás contento,


si te sientes motivado, entusiasta y vivo, de ese modo permaneces cerca de tu
corazón y mantienes vivos tus sueños y sentimientos. Cuando te sientas
desmotivado y no vivas con pasión e intensidad, nunca lo tomes a la ligera ni te
dejes estar, pues de eso está dependiendo tu vida.

Por lo general, la mayor parte del tiempo te la pasas sólo existiendo, y


son muy pocos los momentos, en los cuales te sientes realmente vivo y radiante,
¿no es así? La mayor parte del tiempo es para el trabajo, para cumplir con el
deber, las responsabilidades y todo eso, pero para ti o tu corazón, ¿cuándo?

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Tienes que estar atento a todo esto, observar muy bien y tomar
decisiones constantemente, con el propósito que puedas llevar y mantener un
equilibrio en tu vida. Si no observas ni te percatas de todas estas cosas, el
tiempo que te la pases existiendo, comenzará a ser mayor al tiempo en que te
sientas realmente vivo, y poco a poco sin que te des cuenta, lo más probable es
que termines sólo existiendo.

El ideal es que te observes muy bien, que sepas como te sientes y con
qué cara andas todos los días. Tienes que mirarte al espejo y ser honesto
contigo mismo, de tal modo que, puedas saber perfectamente, si vibras con lo
que haces. Si no vibras con lo que haces, no estarás viviendo. Si no hay
entusiasmo, si no te involucras en lo que haces ni estás ahí, entonces sólo
estarás existiendo.

¿Has visto la cara de los jóvenes cuando se dirigen a la escuela por la


mañana? Es patética, llega a dar lástima. Algunos no alcanzan a tomar desayuno
y otros ni siquiera a lavarse, ya que con mucho esfuerzo han logrado levantarse
a última hora. Para sus padres, todos los días es una odisea el lograr que se
levanten, y para ellos un martirio. Esta manera de “vivir”, es existir.

¿Y has visto la cara de estos mismos jóvenes cuando van a un paseo de


curso? Es hermosa, te llega a dar envidia. Yo no sé si todos tomen desayuno,
pero si alguien no lo hace, no será porque no le haya alcanzado el tiempo, sino
porque ya se ha ido al paseo ¿entiendes? El desayuno no tendrá ninguna
importancia, ya que es algo de todos los días y sólo te llena el estómago, en
cambio el paseo es algo que ocurre de vez en cuando y te llena completamente
de vida.

En cuanto a sus padres, no tendrán que molestarse para que sus hijos
despierten. No tendrán que estar gritándoles a cada rato, ¡niños, ya es hora!
¡levántense! De hecho, estos jóvenes estarán despiertos o en pie, ya hace rato.
Y les puedo asegurar, que no han necesitado algún despertador o algo así. Esta
manera de vivir, es vivir.

En época de clases, hay que estar incentivándolos de mil maneras para


que vayan a la escuela, pues no tienen interés. Si dependiera de ellos, ellos no
irían. ¿Cómo van a querer ir? ¿A qué? ¿Acaso hay algo ahí, que tenga que ver
con sus corazones? ¿Acaso hay algo ahí, que tenga que ver con sus sueños y

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sentimientos? Para nada. Ahí no hay ninguna cosa que los conmueva o que los
encamine a vivir. En realidad, las escuelas no son más que sucursales del gran
dormitorio.

No estoy en contra de las escuelas ni de la enseñanza, pero las escuelas


están oliendo muy feo, ya que la enseñanza está muerta, no tiene corazón. Esto
es algo muy grabe y hay que hacer algo al respecto, ya que los jóvenes pasan la
mayor parte del día ahí. Si en las escuelas no hay un corazón, y es ahí donde
pasan la mayor parte de su tiempo, ¿qué se podrá esperar de ellos?

Cuando digo que en las escuelas no hay un corazón, me estoy refiriendo a


que, la enseñanza no está orientada a la vida. Para que las escuelas pudieran ser
una guía universal de vida y recuperar su corazón, la Enseñanza tendría que
estar orientada hacia la solidaridad y no a la competencia, hacia el amor y no al
éxito, hacia lo humanitario y no hacia ser el mejor.

A los jóvenes no les interesa tener éxito, no quieren ser los mejores ni
nada de eso. Lo único que les interesa, es que les den oportunidades y algún
espacio, para así expresar sus sentimientos y poder exponer sus ideas. De ese
modo irán descubriendo lo que quieren, y preparándose para abrazar la vida.

Pero esto no acontece. En las escuelas no se encontrarán con eso. Ahí


sólo les van a embutir una cantidad de cosas que a nadie le interesa. Lo peor
aquí, es que con tanta basura en la cabeza, cuando llegan a los 17 o 18 años,
terminan más desorientados y menos vivos que cuando eran niños.

Y terminan desorientados y menos vivos, porque en las escuelas no tienen


ningún interés que los jóvenes descubran sus sentimientos y su hermoso
corazón, sino sólo embutirles la enseñanza a como dé lugar. En las escuelas, no
se esmeran por atender realmente los intereses de los jóvenes, y como así es,
es por eso que les cuesta levantarse de la cama, y es por eso que les cuesta
despertar. No se sienten motivados.

Los jóvenes están llenos de vida, están llenos de sueños y expectativas, y


como tal, lo único que quieren es vivir y sentirse vivos, descubrir su corazón y
la vida. Sin embargo, ¿cómo quieren que se levanten temprano y estén
entusiastas, si esa escuela en realidad los está matando?

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Ellos quieren vivir, no existir. Quieren vivir porque están vivos. No
quieren desperdiciar ni un minuto de vida, pero cuando se trata de la escuela,
prefieren quedarse en cama y dormir un poco más, pues sienten que de esa
manera estarán aprovechando mejor el tiempo. Es por eso que andan con esa
cara, y es por eso que andan con la otra. Una para la escuela, y otra para la
vida.

Y tú, ¿con qué cara andas? ¿Vives tus días como si fueras a ir a la
escuela o a un paseo? ¿Te levantas para hacer lo que debes o para hacer lo que
sientes? ¿Un día cualquiera, es un día más o la eternidad? Sea como sea, te
llamo y aliento, a que vayas en busca de tu realización. Te llamo y animo, a que
dejes de existir y descubras la vida.

Recuerda que, con la realización descubres tu corazón y todo lo que hay


en él. Y recuerda también, que para descubrir tu corazón tienes que sembrar
tu corazón.

Sabe

Sembrar tu corazón,
es vivir de acuerdo a tus sentimientos.

¿Cómo pretendes descubrir tu corazón, si dejas de lado tus


sentimientos? ¿Cómo pretendes descubrir el amor, si no sigues lo que sientes?
¿Cómo pretendes descubrir la libertad, desde la cárcel del existir? ¿Y cómo
pretendes descubrir la vida, sin tu corazón?

Si no te has realizado, y estás ahí sólo existiendo, eso es estar en la


cárcel. Hay muchos tipos de cárceles. Hay de oro, madera y de adobe, grandes,
medianas y chicas, pero sí puedo asegurarte, que ésta es la más grande, la que
está más llena y la menos conocida.

Realmente pasa desapercibida. No tiene barrotes, rejas ni candados, y


no andas con grilletes puestos, cadenas y todo eso. Pero es una cárcel horrible.
¿Cómo no va ser horrible, “vivir” sin corazón, sin amor y libertad? ¿Cómo no va
ser horrible, “vivir” como si tuvieras que ir a la escuela? ¿Cómo no va ser
horrible, “vivir” siendo esclavo del sistema y no volando en tu unicornio?

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Es necesario que se entienda, que tu corazón es la senda a seguir, de lo
contrario, a la corta o a la larga el sistema te atrapará. Si dejas de lado tus
sueños y sentimientos, que son el estandarte que tienes que mantener siempre
en alto, entonces pierdes el entusiasmo y la motivación, caes en una rutina
tediosa y ya no tienes algo trascendente por qué vivir. En tal circunstancia,
también pierdes tus fuerzas para defenderte del medio y el sistema te atrapa.

Cuando digo que el sistema te atrapa, en realidad es una forma de


decirlo, pues en el fondo, no es el sistema el que te atrapa, sino tú quien se
rinde. El sistema es una cárcel, pero no es el sistema el que te encarcela, sino
tú mismo. Eres tú mismo el que queda atrapado, al abandonar tus sueños y
sentimientos.

Dejar de lado tu corazón, es como estar guardándolo. ¿Para qué lo


guardas? Ten cuidado; cada vez que guardes tu corazón, no sólo lo estarás
guardando, sino también estarás encerrándolo. Cuando guardas tu corazón, lo
guardas porque no quieres escuchar lo que está diciendo, porque no quieres que
se mueva ni abrace a nadie, ¿entiendes? ¿Y qué significa eso? Pues eso.
Significa que, cuando guardas tu corazón, estás llevando tu propio corazón a
prisión.

Te hago un llamado nuevamente, un llamado a vivir. La Era de Cristal,


basada en el amor, la luz y la unicidad, necesita tu corazón, pues ese corazón,
será quien te traiga la paz, quien te colme de flores y te eleve hacia el sol. Es
hora ya, que abras las rejas y dejes volar tu espíritu. Libera tus sueños y
redescúbrelos, libera tus sentimientos y vive. Ya es hora. Libera tu corazón.

Para la realización entonces, necesitas conocer tus sueños, que están


colmados de inocencia, amor y libertad. Posteriormente necesitas seguirlos y
luego entrarle a la vida. Tienes que seguirlos, sino estarías dejándolos de lado y
encerrándolos en prisión. Y siendo así, ya sabes donde irías a parar.

Tienes que seguirlos y también entrarle a la vida, de lo contrario no


podrás plasmarlos. Entrarle a la vida significa, que tienes que ir a la vida con
ellos, atreverte. Conozco a muchos que siguen sus sueños, pero los siguen con
miedo como a escondidas. Y de ese modo, no van a llegar a ninguna parte.

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Por dar un ejemplo, si el canto es lo que te conmueve y te hace vibrar,
entonces tendrías que dedicar tu vida al canto, sea en un grupo, en un coro,
como docente o como sea, y no dedicarte a la arquitectura y el canto dejarlo
para tus ratos libres.

Como este ejemplo hay muchos, y es muy usual que ocurra. Tal vez con la
arquitectura se gane más dinero que con el canto, pero no te habrás realizado.
Tendrás más dinero, pero tus sueños quedarán sepultados. Si tus sueños
quedan bajo tierra, tú también quedarás bajo tierra, pues no hay ninguna
diferencia entre tus sueños y tú. Tú eres tus propios sueños. Al realizar tus
sueños, te realizas, y cuando los entierras te entierras a ti mismo.

Al estar el sistema orientado y centrado en el dinero, el propio sistema


se encargará de bombardearte con mil cosas para que enganches en eso, y si no
estás atento ni llevas en alto tus sueños y sentimientos, entonces siempre
terminarás privilegiando cualquier cosa antes que tu corazón. Y es así como
comienza todo. En la medida que vas postergando tu corazón, en esa misma
medida lo vas sepultando.

Para que puedas realizarte, tienes que ir con tus sueños y zambullirte en
la vida, de ese modo podrás concretarlos. Si guardas los sueños en tu corazón,
esos sueños seguirán siendo sueños, no se plasmarán. ¿De qué te pueden servir
tus sueños, si esos sueños seguirán siendo sueños? Si esos sueños siguen ahí, te
pasarás la vida soñando. Y si te la pasas soñando, no podrás vivir, ¿comprendes?
O sueñas o vives.

Una cosa es soñar y otra es vivir. Tus sueños, que es todo lo hermoso que
llevas en tu corazón, no pueden seguir siendo sueños, de lo contrario te la
pasarás soñando toda la vida. Si esos sueños siguen ahí guardados, además de
no realizarte, cuando llegues a viejo terminarás diciendo; a mí me habría
gustado... si yo fuera más joven...

Los sueños no te sirven de nada si siguen siendo sueños. Para que te


sirvan realmente, tienen que desaparecer. Y la única manera para que
desaparezcan, es realizándote. Los sueños son como las semillas. Para que éstas
desaparezcan, tienes que sembrarlas. O guardas las semillas, o las siembras y
liberas la vida.

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Lo importante de los sueños, es que te dan una dirección de vida. Todo lo
que hay ahí en tu corazón, te está diciendo por donde tienes que ir, y lo que
tienes que hacer. En el fondo, tienes que ir a tu corazón, de ese modo
conocerás tus sueños y sentimientos. Posteriormente tendrás que seguirlos, es
decir no postergarlos ni guardarlos, de lo contrario como ya sabes, te quedarás
atrapado en el sistema y sumido en una frustración de por vida. Condenado sólo
a existir.

Y luego entonces, tienes que entrarle a la vida. Esto significa, que tienes
que asumir tus sentimientos y vivir de acuerdo a ellos. Es decir, tienes que
privilegiar tu corazón ante cualquier cosa, y sembrarlo. Y significa también, que
no puedes aislarte del mundo sino involucrarte en él.

Como dije anteriormente, no pretenderás descubrir la vida encerrado en


tu departamento, ni pretenderás sembrar tu corazón detrás de tu biombo. Tu
departamento o rincón, es sólo un pequeño almácigo. Tienes que sembrar tu
corazón en el mundo, sin miedos ni nada.

Entrarle a la vida es ir a la vida. Ahí en tu rincón, no está pasando nada.


La vida no está ahí. Esto es igual que los templos; si quieres descubrir a Dios,
tendrás que ir a la vida, pues en los templos no lo encontrarás. En ese rincón, no
podrás descubrir la vida. La vida no está ahí. Ese rincón es sólo para descansar.
Ese rincón es como tu cama; es para descansar, no para vivir. Yo también tengo
mi rincón, ahí duermo y estoy a gusto, pero no vivo ahí.

Despierta

Entrarle a la vida es atreverse a vivir,


y tienes tu hermoso corazón para ello.

Para poder descubrir tu corazón, tendrás que entrarle a la vida. Entrarle


a la vida es vivir y no esconderse. Es ir al mundo y no refugiarse en la montaña.
Es participar en el mundo y con el mundo. Es involucrarse en todas las áreas de
la vida y no ser un mero espectador. En definitiva, entrarle a la vida es entrarle
a la vida.

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Los escenarios.

La vida es un gran escenario, donde constantemente estás decidiendo sin


darte cuenta, si subirte o bajarte de él, si involucrarte o permanecer
indiferente, si participar o ser un simple espectador. Yo te invito a que subas al
escenario, pues ahí es donde está aconteciendo todo, y es ahí arriba y no en
otra parte, donde descubrirás tu corazón y todo lo que hay en él. En otras
palabras, tienes que subirte a la vida y no bajarte de ella.

Este gran escenario que es la vida, está conformado por otros pequeños
y diferentes escenarios, que son las áreas de la vida. Me gusta llamarle
escenarios y no áreas, ya que la palabra en si misma te invita a subir, en cambio
áreas sólo te lleva a algo intelectual.

Como decía, estos escenarios son muy distintos entre sí, pero cada uno
de ellos te permitirá despertar, desarrollar y realizar, las diversas facetas y
manifestaciones de tu ser, de una manera íntegra y completa.

Estos escenarios son ocho, y son la familia, el trabajo, la vocación, la


sexualidad, el servicio, la entretención, la aventura y la mística. Al decir que
son ocho, no lo estoy diciendo de una manera determinante y absoluta, pues sé
que hay más que ocho. Esto es lo mismo que los chakras. Por lo general se dice
que son siete, diez o doce, pero en realidad son muchos más. Así que, si digo
que los escenarios son ocho, sólo lo estoy simplificando, de modo que lo puedas
entender mejor. Y te los escribiré aparte, para que así estén más a tu alcance.

La familia El servicio
El trabajo La entretención
La vocación La aventura
La sexualidad La mística

Al enterarte que éstos son los escenarios de la vida, te darás cuenta que
no se trata de algo muy difícil de entender, ni de algo desconocido para ti, sino

77
de algo simple, natural y cotidiano, con lo cual tarde o temprano te vas a
encontrar, y a lo cual también, tarde o temprano tendrás que entrarle.

Tu realización al fin y al cavo, dependerá directamente de lo que te


ocurra estando arriba de estos escenarios. De hecho, según como te vaya en
cada uno de ellos, será como te sientas. Según como te vaya, ésa será la cara
que traigas.

Los escenarios estarán ahí, y tú eres quien decide cuándo subirte. Nunca
permitas que te obliguen o te impongan algo, de lo contrario no habrá ninguna
realización. O vives de acuerdo a tu corazón, o vives de acuerdo a lo que te
dicen. Tú eres quien decide cuándo subirte y a cuál subirte, y por cierto, no
olvides de llevar tu corazón. Recuerda que, si dejas tu corazón abajo, ahí sólo
existirás. Si vas a subir, súbete con tu corazón entero, no a medias, y en cada
escenario siembra tu corazón.

Cada uno de estos escenarios son muy diferentes entre sí, tienen
distintas características y se desarrollan también en distintos ambientes. Por
tanto aquí, cada uno de ellos te permitirá despertar y realizar todo lo que hay
en ti, pues recuerda y nunca lo olvides, que todo está dentro de ti. Y como todo
está dentro de ti, al subirte a algún escenario, algo despertará o al menos algo
se moverá dentro de ti.

Para que puedas entenderlo mejor, has cuenta que cada uno de estos
escenarios tiene un color, y al participar en alguno de ellos, despertará en ti el
color correspondiente al escenario al cual te hayas subido. Si te subes al
escenario de color azul, despertará el azul que hay en ti, si te subes al amarillo,
despertará el amarillo que hay en ti, y así.

Cuando vas a la orilla del mar, éste despertará algunas cosas dentro de
ti, cosas que sólo el mar podrá despertar y no una fiesta. La fiesta también
despertará otras cosas que hay en ti, pero estas cosas serán distintas a las
cosas que despertará el mar, ¿se está comprendiendo? Cuando vayas al
desierto, lo que ahí despertará en ti, será distinto a lo que despertará cuando
vayas al bosque.

Por dar otros ejemplos; si permaneces algún tiempo cerca de un Maestro


devocional, comenzará a despertar el devoto que hay dentro de ti. Si participas

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en una protesta, comenzará a despertar la justicia. Si te acercas a los pobres o
a los que sufren, comenzará a despertar la solidaridad. Si te acercas a los
negocios, comenzará a despertar el comerciante.

Y así será, siempre y cuando vayas con tu corazón. De no ser así, cuando
te acerques al Maestro devocional, despertará la crítica. Cuando te acerques a
la protesta, despertará la violencia. Cuando te acerques a los que sufren,
despertará la indiferencia. Y cuando te acerques a los negocios, despertará el
ladrón o el mafioso, ¿estás entendiendo?

La familia

Si te subes al escenario de la familia, entonces ahí va despertar, todo lo


que hay en tu corazón en relación a la familia. Ahí despertará el hijo, el
hermano, la esposa y el esposo, y también la madre y el padre que hay en ti. Y
no sólo despertará, sino que nacerá.

Dejando de lado los clones y toda esa basura, todos tenemos una madre
y un padre, de tal modo que, eso nos hace ser hijos. Pero ese hijo o hija que
somos, es sólo carnal por así decirlo, sólo de carne y hueso. En otras palabras,
ese hijo o hija, todavía no ha nacido realmente. Sólo llegará a nacer, cuando
ame a su madre y su padre. Sólo amándolos, eso es ser un hijo.

Por el otro lado, para que una madre y un padre sean lo que son, éstos
tendrán que amar a sus hijos, de lo contrario, sólo serán padres en el papel o
legítimamente, pero nada más. Sólo amándolos, eso es ser una madre y un
padre. Y ¿por qué estoy diciendo estas cosas? Simplemente, para que puedas
comprender que, si siendo hijo y no amas a tus padres, o si siendo madre o
padre y no amas a tus hijos, una parte de tu corazón quedará guardada y tal
vez congelada. Y de ser así, esto de una u otra manera, afectará tu realización.

Es muy común que vengan a mí y me pregunten sobre estas cosas, ya que


es muy común también, que en las familias haya todo tipo de problemas de
índole afectivo. Y siendo así, no es raro que vengan y me digan, “yo como hijo no
me siento realizado”, o “yo no he podido realizarme como madre”.

Y si a esto le vas sumando la falta de realización en otros escenarios,


entonces la cosa empieza a ponerse fea. Es por eso que, siempre les estoy

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diciendo, que sanen todo lo que sea necesario que esté de vuestra parte,
dentro del escenario de la familia, de lo contrario como dije, todo eso irá
atentando en contra de tu realización. De tu realización y tu corazón.

Al decirles que sanen todo lo que esté de vuestra parte, me estoy


refiriendo a cuando hay problemas de tipo afectivo, pues sé perfectamente
que hay otros casos muy diferentes. Por decir, un hijo no podrá realizarse
como hijo si es huérfano. O una mujer no podrá realizarse como madre si no
puede tener hijos. En estos casos, ambos tendrán que buscar otras formas de
realizarse, pues no olvides que, existen otros escenarios.

En el escenario de la familia, podrá despertar entonces el hijo, el


hermano, la esposa y el esposo, la madre y el padre. Dicho de otra manera, tu
corazón podrá manifestarse y abrazar, a través de que seas hijo, hermano,
esposa y esposo, madre y padre. Y en la medida que vaya manifestándose a
través de estos roles por así llamarlo, en esa misma medida tu corazón irá
despertando.

Tu corazón es como el sol, y necesita manifestarse en todas las


direcciones. Necesita manifestarse en todas sus facetas, en todos los
escenarios y espacios, en todos los roles y todas las cosas. De ese modo va
despertando. Y eso es lo que estás haciendo. Estás realizándote, sembrando la
gran semilla, para que así descubras y liberes, todo lo que hay en ella. Para que
descubras y liberes, todo el amor que hay en tu corazón.

El trabajo

En el escenario del trabajo, ahí despertará las ganas por el dinero. Lo he


llamado escenario del trabajo, pero está exclusivamente relacionado con el
dinero. Es decir, lo he puesto separado de la vocación. Y los he puesto
separados, ya que el dinero y la vocación, son dos cosas muy distintas.

Trabajar, es hacer algo por lo cual te darán dinero, pero no amas lo que
haces. Vocación, es realizar un arte que amas, pero además te pagan por ello,
¿comprendes? Es por eso que yo no trabajo. No lo soportaría. No podría estar
haciendo algo con lo cual no vibrara. Eso sería sólo existir.

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Es por eso también, que yo no salgo de vacaciones. Sólo una persona que
trabaja necesita vacaciones. ¿Cómo no las va a necesitar? Una persona que
trabaja, no siente nada por lo que hace, su corazón no está ahí, por tanto se
desgasta, se enferma, y se va muriendo día a día realmente. ¿Cómo no las va a
necesitar? Y encuentro un crimen que a los que estén en esta situación, les den
vacaciones tan cortas.

Quien trabaje se desgasta, se agota demasiado, por tanto siempre está


mirando el reloj para saber cuánto le falta para salir de ahí. Es decir, no haya
la hora para poder irse a descansar. Por el contrario, quien dedique su vida a
alguna vocación, se llena y renueva constantemente, pues en eso que hace está
su corazón.

Al subirte entonces en el escenario del trabajo, ahí despertarán las


ganas por el dinero, y también los deseos en cuanto a las cosas que quieres
tener. Siempre será bueno que, sepas cómo quieres vivir, de ese modo sabrás
también cuánto dinero necesitas.

Cuando vienes con tu guitarra (y esto ocurre a menudo), me dices que


quieres dedicarte a ello toda la vida. Y está bien. Me alegro que hayas
encontrado algo que te haga vibrar, algo que te permita estar contento,
sonriente y feliz. Pero siempre te pregunto, cómo quieres vivir y qué quieres
tener, para que de este modo no vayas a tener problemas más tarde, y puedas
realmente realizarte.

¿Te gustaría vivir en el lujo o prefieres la simpleza? ¿Quieres tener una


casa propia? ¿Un auto? ¿Un yate? ¿Sueñas con tener un fundo o un avión?
Todas estas cosas tienes que tenerlas muy claras, ya que si quieres realmente
un yate, lo más probable es que, tocando la guitarra no te alcance ni si quiera
para una bicicleta.

Si realmente quieres tener un fundo, no podrá ser posible si eres una


profesora o una secretaria, ya que con lo que ganas no te alcanzará. Si
realmente sueñas con tener un avión, vas a tener que pensarlo muy bien, o
definitivamente dedicarte a otra cosa. Tal vez al empresariado o algo así, pues
siendo médico, flautista o contador, eso no será posible.

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Por el contrario, si eres escritor, enfermera o lo que sea, y te encanta la
vida sencilla y todo eso, no será necesario que adquieras un fundo o algo tan
caro. Bastará con un pequeño terreno y una casa modesta. Ahí podrás tener tu
huerto, un gallinero, un apiario, un par de vacas y algunos perros. Y ahí si
quieres también, podrás subirte a un árbol y tocar tu linda guitarra,
¿entiendes?

El asunto aquí, no se trata de donde vivas, sino de que seas tú quien


escoja y decida dónde vivir. El hecho de que tú decidas, significa que te lo has
preguntado y has tomado una opción que va contigo, y no que te hayas dejado
llevar o influenciar, por algo ajeno a tu naturaleza. El asunto aquí, no se trata
de cómo vivas, sino de que estés contento en relación a cómo vives. Puedes vivir
en un castillo o debajo de un puente, es tu elección, pero ¿estás contento?

Para poder realizarte, tienes que preguntarte qué es lo que quieres


realmente. ¿Quieres vivir en el campo bajo un sauce o en un departamento en la
ciudad? ¿Te gustaría vivir como un hippie o eres de esas personas que les
encanta ir a comprar al mall? ¿Te interesaría estudiar algo? ¿Sueñas con hacer
un viaje de dos a tres años por el mundo? ¿Realmente desearías casarte?
¿Quieres hijos?

Todas estas cosas, de una u otra manera tienes que ir preguntándotelas,


de tal modo que puedas ir sabiendo lo que quieres. Si no haces lo que quieres
terminarás existiendo. Si no haces lo que quieres, terminarás totalmente
desmotivado y frustrado. Si no haces lo que quieres, después podría ser
demasiado tarde.

Cuando ya vas a mitad de camino, entre los 40 o 50 años, ya no se hace


tan fácil dar el salto, pues estás lleno de compromisos, deberes y
responsabilidades. Además a esa edad, y habiendo estado por mucho tiempo
sólo existiendo, ahí ya no tienes tanta vitalidad ni energía para hacer cambios.
A esas alturas del partido como se dice, no todos se atreven a dar un giro
trascendente en su vida.

Trascendente significa, dar un giro completo en relación a cómo estás


“viviendo”. Significa hacer un cambio profundo en beneficio de la vida, en
beneficio de tu realización. Y haces ese cambio, porque te das cuenta que has
estado sólo existiendo. Y como te das cuenta realmente que has estado sólo

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existiendo, te vienen unas ganas locas por vivir. Pero no todos como dije, se
atreven a dar el paso.

Amibel por ejemplo, ella es arquitecta, y de un día para otro, dejó todo
eso por la confección y la costura. Como no le fue muy bien en cuanto a lo
económico, ahora está como asesora en el arte culinario en un restauran. Y
mañana, quién sabe dónde estará y qué estará haciendo, pero el asunto aquí, es
que dejó ese mero existir y tomó la opción de vivir, y por cierto, ahora se
siente mucho más contenta y más viva.

Almir es médico pediatra, y ahí está, tratando de dar el salto. Le busca


por ahí y le busca por allá. A veces con claridad y a veces a ciegas. Pero ahí va,
buscando la vida, buscando su corazón. Días atrás le dije, Almir, tú mismo
encerraste tu corazón, y lo que estás haciendo ahora, es estar liberándolo poco
a poco. Y de a poco tiene que ser, ya que al estar encerrado por tanto tiempo,
podría beberse todas las estrellas y capaz que le dé un infarto.

La vocación

Al subirte al escenario de la vocación, ahí despertará el estudiante que


hay en ti, despertará el artista y ciertas virtudes. La vocación está
directamente relacionada con el arte y las virtudes, por tanto es algo de suma
relevancia y trascendencia. Y si la vocación no está manchada por el dinero o la
política, pasa a ser una de las vías más hermosas que tiene el ser humano de
manifestarse.

Siempre estoy sugiriendo que busquen su vocación, pues su raíz es el


amor y no el dinero. Que te paguen por ello es otra cosa, pero la vocación tiene
un corazón. El dinero está afuera, la vocación adentro. El dinero puede
desaparecer, pero la vocación no, pues está ahí en tu corazón.

Observa

La vocación, el arte o el oficio,


son tu mejor manera de amar a los demás.

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A esto me refería en las primeras páginas, cuando decía que cada cual
tiene sus formas de amar, y que yo le llamo formas de abrazar. Al tener tu
corazón por raíz, y al estar colmada de virtudes, tu vocación pasa a ser, la
mejor forma que tienes para abrazar.

Si amas lo que haces, eso que haces es tu vocación, tu arte o tu oficio, y


como tal, pasa a ser tu forma de amar. Un médico por ejemplo,
independientemente a su labor en sí, a través de su vocación, ésa será su forma
de abrazar a la gente. Un científico, independientemente a su especialidad,
gracias a sus años de investigación y descubrimientos, de una u otra manera
estará aportando con una mejor calidad de vida para la humanidad, y esa será
su forma de abrazar.

Un cantante, independientemente a lo que esté cantando, a través de su


canto estará abrazando a los demás. Un pintor, a través de sus pinturas estará
abrazando a los demás. Un artesano, a través de su artesanía estará abrazando
a los demás. ¿Se está entendiendo? Cada cual estará aportando algo a este
mundo a través de su vocación, pues como aman lo que hacen, estarán vibrando
en amor. Tu mejor aporte al mundo y a la humanidad, será estar vibrando en
amor, y cada cual tiene su forma.

Pero hoy es muy difícil de ver esto, ya que la política y principalmente el


dinero, han manchado las vocaciones. Toda vocación en si misma es un arte, que
está colmada de belleza, virtudes y vida, pero como decía, ha sido contaminada.

Cuando veo a los médicos como tratan a sus pacientes, cuando veo las
pinturas que son vómitos terapéuticos, cuando veo a esos vendedores como
engañan para lograr venderte, cuando veo a los ingenieros al servicio del
imperio, cuando veo a los artesanos prácticamente todos drogados, cuando veo
a los policías corruptos, cuando veo a los artistas venderse por querer la fama,
y cuando veo tanta porquería junta por el estilo, hecho de menos mi amado
mundo del cual vengo, donde el arte danza y brilla por doquier.

El arte es una de las Llamas de la vida, pero esta Llama ha estado


extinguiéndose. Al ir extinguiéndose el arte, de la misma manera se va
extinguiendo la vida. Todo arte es una manifestación del amor, pero hoy en día,
el arte se ha ido reduciendo sólo a una mera forma de expresión, nada más, ya
que actualmente carece de luz, belleza y corazón.

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Es por eso que, he creado una agrupación anónima, que está conformada
por un círculo silencioso de discípulos, que tiene como propósito reavivar y
preservar la Llama, y por ende resucitar la vida. Y su lema es, “Por Amor al
Arte”.

Bajo el Manto Blanco del Maestro Serapis Bey, bordado de amor, luz y
mil colores, cada discípulo a escogido su arte, y al mismo tiempo, como el arte
está colmado de cualidades y virtudes, cada cual se ha comprometido ante la
vida y ante si mismo, a ofrecer sus dones y talentos, al Reino del Amor.

Se han comprometido ante ellos mismos, de no dejar de lado su arte,


sino que abrazarlo, pues han comprendido que de esa manera, resguardan la
Llama del amor e iluminan el mundo. Ahí no sólo hay amadores, sino también
sabios y guerreros. Hay científicos, artistas, místicos y servidores. Todos ellos
y ellas, conforman en verdad, una hermosa sinfonía de luz y vida. Benditos sean.
Y no solamente ellos, sino que todos aquellos de este mundo, que llevan el arte
en su corazón.

Si no te subes al escenario de la vocación, despilfarras un espacio


importante de realización. Si no abrazas un arte, una parte de tu corazón
quedará guardada. Si no descubres tu oficio, lo más probable es que termines
trabajando. ¿No sería mejor que, hicieras lo que te gusta y además te pagaran
por ello?

Sé perfectamente y estoy consciente, que más de la mitad de las


personas, no pueden dedicarse a lo que les gusta y que además les paguen por
ello, pues lo que les pagan no les alcanza para vivir. Por una cuestión de
supervivencia, se han visto en la obligación de renunciar a su vocación y
entrarle al escenario del trabajo. Es decir, han tenido que ir en busca del
dinero que necesitan, haciendo lo que sea.

Por cierto, esta situación es un karma, pero es algo que realmente está
ocurriendo en esta sociedad. Por tanto, estés o no estés en esta situación,
siempre será bueno saber lo que quieres, de este modo puedes organizarte, y
no caer en las garras del sistema.

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Digo todo esto, pues son muchos los que han tenido que renunciar a su
vocación y buscar algo más rentable, y no precisamente por una cuestión de
supervivencia, sino porque se han dejado tentar por las miles de ofertas del
mercado, y ahora “viven” completamente endeudados. “Viven” para pagar.

Como ya sabes, la oferta es muy tentadora. Si quieres un televisor, te


dicen que te lo lleves y pagues después. Si quieres un auto, “lléveselo no más
señora”, lo paga en 10 años. ¿Quiere una casa? Aquí hay una grande y bonita
como a usted le gusta, la paga mes a mes durante toda su vida. Y así se va
juntando todo, y tienes que matarte trabajando para pagar todo lo que debes.
Y eso no es vivir.

El asunto aquí, es que no te dejes atrapar por algo que irá en contra de
tu realización. El asunto aquí, es que seas tú quien tome las riendas de tu vida,
y así puedas ir tomando las decisiones que vengan al caso en cuanto a tu
realización, de lo contrario tarde o temprano te embaucarán, y terminarás sólo
existiendo.

El árbol de la realización

Para que tengas una mayor claridad al respecto, y así puedas tomar las
opciones pertinentes, con el propósito que siempre privilegies tu realización, te
diré algo. Como dije anteriormente, tu realización dependerá de como te vaya
en cada uno de los escenarios. De hecho y lo dijimos, según como te vaya será
la cara que traes. Pero además de todo esto, los escenarios conforman un
árbol. Lo he llamado el árbol de la realización.

Como todo árbol, cada árbol tiene su raíz, y esta raíz en este caso, es el
“Yo”, de lo cual hablaremos más adelante. Lo que nos interesa ahora de este
árbol, es sólo su tronco y sus ramas. Como decía, todos los escenarios
conforman un árbol, un árbol con su tronco y sus ramas.

Lo que estoy diciendo, es que de los ocho escenarios de los cuales


depende tu realización, tal vez haya uno, dos o tal vez tres, que para ti sean
más importante que los otros. Esos escenarios que para ti son más importantes,
ésos serán el tronco del árbol de tu realización, y el resto serán las ramas,
¿vas entendiendo?

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De ahora en adelante, ya no irás tras tu realización, sino tras tu árbol de
la realización. Y te irás directamente al tronco. Para eso tendrás que
preguntarte, qué escenario de los ocho es el más importante para ti. Tal vez
hayan dos o tres, y no sólo uno, pero es imprescindible que sepas cuál o cuáles
son, ya que ése o esos escenarios, conformarán el tronco de tu realización.

Esos dos o tres escenarios que son los más importantes para ti, en ellos
se sostendrá toda tu realización, al igual como las ramas de un árbol se
sostienen en su tronco. En ese tronco estará la fuerza, la estabilidad y toda la
firmeza que necesites, para que así puedas abordar tu realización sin ninguna
dificultad, pues de eso se trata. Ya sabes que, si no la abordas o no le entras,
terminarás existiendo.

Esto del árbol, es para que tengas una mayor claridad en cuanto a tu
realización, y así la abordes con mayor decisión y firmeza. ¿Cuál es el escenario
que tiene más importancia para ti? ¿Cuál es ese escenario con el cual te sientes
más identificado? ¿Cuál es el escenario que más necesitas, y que no podrías
prescindir de él? ¿Cuál es ese escenario que no podrías dejar de lado, ya que es
el que te llena, el que te nutre y sustenta, y que si te lo quitaran se te mueve
todo y sientes que te mueres?

Sean uno o dos, o tal vez tres, es importante que lo tengas claro, y es
importante también si es que son más de uno, que los tengas identificados en
un orden cronológico, según la prioridad y relevancia que tienen para ti, de este
modo, no pierdes de vista tu tronco y lo tienes siempre presente. Date cuenta
que, si no hay tronco no hay árbol.

En otras palabras, la realización tiene que tener su tronco y también sus


ramas, ya que ese tronco y esas ramas, conformarán el árbol de tu realización.
Tienes que crear ese árbol por así decirlo, tienes que ir tras ese árbol, pero
para eso tienes que comenzar por el tronco.

¿Cuál es tu tronco de esos ocho escenarios? ¿Es la familia tu tronco o es


el trabajo? Quizás sean los dos. ¿Es la vocación y la mística, o sólo el servicio?
¿Es el sexo y la aventura, o es la familia, el servicio y la entretención?

¿Podrías dejar de lado el servicio y no así el trabajo? ¿Podrías dejar de


lado el trabajo pero no el servicio? ¿Es la familia lo más imprescindible para ti,

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o es la aventura? ¿Es la entretención o la mística? ¿Prefieres el sexo al
servicio? ¿Prefieres entretenerte a tener una vocación? ¿Sientes más
entusiasmo por el dinero que por la mística, o al revés? En el caso que tuvieras
que escoger tres escenarios, ¿con cuáles te quedarías? Y en cuanto a lo que es
más prioritario para ti, ¿en qué orden los pondrías?

Cuando ya hayas identificado tu tronco y lo tengas bien claro, tendrás


que subirte a los escenarios que conforman tu tronco. Y tendrás que entrarle
con todo. Si no le entras a tu tronco, entonces adiós a tu realización. Recuerda
que, si no hay tronco no hay árbol.

Además, no te puedes ir por las ramas, ya que éstas son frágiles y se


quiebran. Tienes que ir a tu tronco, pues ahí está firme. ¡Agárrate a tu tronco!

Atento

Ese tronco es tu tabla de salvamento,


si no te hundirás en el océano del existir.

Y lo otro que es necesario señalar y entender, es que entre el tronco y


las ramas de un árbol, hay un vínculo. Las ramas en ningún caso han sido
pegadas al tronco, sino que son una prolongación del tronco por así decirlo. De
hecho, en cada rama hay algo del tronco. Esto llevado a tu vida real, significa
que, tiene que haber alguna congruencia entre los escenarios que conforman tu
tronco y los que conforman tus ramas, pues así no te distancias de tu tronco.

Te lo explicaré con mi propio ejemplo, para que así lo puedas entender


mejor. Mi tronco es la mística, y esa mística me la llevo conmigo a todos los
escenarios a los cuales quiera subirme, de este modo mi tronco está siempre
presente y cada día se fortalece más.

En cuanto a la familia, mi compañera también es mística, aunque no


necesariamente tendría que serlo, pero al menos tendría que estar despierta
¿entiendes? ¿Adónde iría a parar o qué podría esperarse de un matrimonio, si
uno de ellos está despierto y el otro está dormido, si uno quiere vivir en un
departamento y el otro bajo un puente o en el desierto?

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En relación al trabajo, en esta vida he trabajado sólo cuatro meses, y lo
hice literalmente por dinero, no por otra cosa, pues eso es el trabajo. Vendía
frutas, y aunque ser comerciante no era mi arte ni mi oficio, ahí desperté al
vendedor que había en mí y me fue bastante bien.

Sin embargo, si me hubiera quedado ahí y hubiera seguido con el negocio


de las frutas, hoy sería millonario. Pero ser millonario nunca me interesó.
Prefiero la mística al dinero. Y esto no significa de ninguna manera, que el
escenario de la mística sea más que el del dinero. Ningún escenario es más que
otro. Pero cada persona tiene su tronco.

Esto del tronco, no importando cuáles escenarios lo conformen, hay que


respetarlo y no puedes pasarlo por alto, pues a eso has venido. En cada vida
tendrás un tronco, pero este tronco en cada vida será diferente, salvo que no
hayas realizado tu tronco. Si no has realizado tu tronco, en la vida siguiente lo
más probable es que tengas que repetirlo de nuevo. Es decir, que tengas el
mismo escenario como tronco.

Quien tenga el escenario de la sexualidad como tronco, nunca será menos


que el que tenga la mística como tronco. Ambos tienen que respetar su tronco y
asumirlo, pues a eso han venido. Y si a eso han venido, es porque eso les falta
justamente por realizar.

La gran mayoría de los místicos, sean hombres o mujeres, tienen serios


problemas con el escenario de la sexualidad, y la mayoría de los que se deleitan
estudiando, tienen serios problemas en el escenario de la entretención. La
mayoría de los que tienen la familia como tronco, por lo general no se suben al
escenario de la aventura, y a su vez los que tienen el trabajo como tronco, por
lo general no incursionan en el escenario del servicio.

¿Se está comprendiendo? Algunos de ustedes ya se han realizado en


ciertos escenarios, pero en otros escenarios aún no. Los escenarios en que no
se hayan subido, en alguna vida los tendrán como tronco, de esa manera
tendrán la posibilidad de subirse, y tener en los ciclos de encarnaciones, una
real experiencia de vida, integral y completa.

En tal sentido, los místicos y solitarios del pasado, tal vez en esta vida
vengan a incursionar en el escenario de la familia y a tener muchos hijos, y los

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servidores de ayer, quizás vendrán a entretenerse. Los que fueron pasivos
serán activos, y los que fueron nómades serán sedentarios.

Así es esto, pues cada cual tarde o temprano, tendrá que subirse a todos
los escenarios. Y no sólo subirse, sino que tener cada uno de los escenarios
como tronco. Por cierto, todo esto a su debido tiempo en las encarnaciones que
tengas que vivir. Y lo digo, pues no vaya a ser que en esta vida, se te ocurra la
brillante idea ésa de tener todos los escenarios como tronco. En realidad eso
no acontece. Y además, recuerda que un árbol sin ramas no es un árbol.

No hay ningún escenario entonces, que sea más que otro, pero cada
persona tiene su tronco. Y este tronco como dije, tienes que respetarlo, tanto
el tuyo como el de los demás, pues ese tronco en el fondo, es lo que le falta a
cada cual por realizar. Y tienes que asumirlo, ya que ésa es la única manera de
entrarle. Y para asumirlo, necesariamente tienes que haberlo encontrado.

Cuando veas a alguien que se la pasa todo el día andando en bicicleta, y


además lo ves contento, entonces déjalo ahí, ¿cuál es el problema? Sobre todo
si se tratara de uno de tus hijos. Si es tu hijo, el que no se baja de la bicicleta
ni siquiera para ir a dormir, déjalo ahí, pues seguro que está tratando de hallar
su tronco. Y si lleva ya, casi 20 años sin bajarse de esa maldita bicicleta según
tú, entonces quiere decir que ya lo encontró, ¿entiendes?

No te preocupes, si eso de andar en bicicleta no es algo útil o productivo.


Lo importante es que esté contento. No te preocupes si la sociedad lo tilda de
vago o irresponsable, lo importante es que esté contento. Recuerda que, sólo
estando contento podrá descubrir su tronco. Y aunque le tome toda la vida en
descubrirlo, eso es preferible a que sea responsable pero frustrado. Y
recuerda también, que no todos tienen el mismo tronco. En el fondo, cada cual
viene por su escenario.

Si tu hijo se la pasa seis horas diarias jugando con el computador, ¿cuál


es el problema? Déjalo ahí. Toma en cuenta, que es muy probable que en las dos
o tres vidas anteriores, este hijo no se haya entretenido. Haz cuenta que
estuvo preso o que fue un científico, y no se dio el tiempo para jugar. Si lo ves
que se la pasa jugando y está contento, entonces no lo saques de ahí. Si está
jugando, y lleva más de 10 años en ello, déjalo que siga jugando, pues eso es lo
que necesita. Y no te preocupes si está jugando con el computador, con una

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puerta o con lo que sea, pues la cuestión no es con quién juegue, sino que
juegue. La cuestión no es con quién o con qué se entretenga, sino que se
entretenga.

Si en esos momentos cuando vendía frutas, no hubiera sabido cuál es mi


tronco, lo más probable es que hoy estaría ahí todavía. Ganando mucho dinero
por cierto, pero cansado y frustrado, pues eso es lo que le ocurre a quien se
aleja de su tronco. Si no hubiera sabido que la mística era mi tronco, me habría
quedado atrapado en una rama.

Y esto ocurre a menudo. Si no te mantienes cerca de tu tronco, te irás


por las ramas. Y ahí es posible que te quedes atrapado toda una vida, o tal vez
más. El problema aquí, no es subirse a las ramas, sino subirse a las ramas sin
que haya un tronco. Son muchos los que se encuentran en este caso, no sabes
cuántos. Y son muchos también, los que tienen un tronco pero no tienen ramas.

Estos árboles son muy raros. Un árbol que tenga tronco pero que no
tenga ramas, o un árbol que tenga algunas ramas y no tenga un tronco, es un
árbol muy raro, muy raro y a la vez muy feo. Sobre todo tratándose del árbol
de tu realización.

Como decía, esos cuatro meses que estuve ahí vendiendo frutas, fueron
exclusivamente por dinero, pero no porque anduviera tras un auto, un yate o
una casa, sino para un viaje por el mundo. Y no un viaje en el sentido de irse de
vacaciones o pasarlo bien, sino en el sentido de una búsqueda profunda de mí
mismo, ¿se está entendiendo? Al incursionar en el escenario del trabajo, nunca
perdí de vista mi tronco, de lo contrario me hubiera alejado de él. Y con mayor
razón si es que te va bien, como a mí me pasó. Si me hubiera ido mal,
simplemente habría regresado a mi tronco y punto, pero como me fue bien, ahí
es muy fácil quedarse atrapado en las ramas, si no tienes claro cuál es tu
tronco.

Guardando las proporciones, esto se parece un poco a cuando entras al


supermercado. Si no tienes claro a qué vas, lo más probable es que salgas con
cualquier cosa. ¿Acaso no te ha pasado? Lo digo, pues conozco a algunos que,
van por azúcar, refrescos y algunas pastas, y resulta que después de un largo
rato salen con un televisor, kilos de chocolates y una lámpara.

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Cuando incursiono en la escritura, y ya saben que no es mi tronco ni
mucho menos, la temática no es a cerca de cómo tener éxito. No escribo sobre
mecánica automotriz ni de cómo ser millonario vendiendo frutas. No son libros
de terror ni tampoco de ciencia-ficción, sino de algo que está vinculado y
relacionado directamente con la mística, ¿vas comprendiendo? Cuando
incursiono en los escenarios que para mí son ramas, ¿te estás dando cuenta que
soy consecuente con mi tronco?

Las pinturas que he ido haciendo, no son sobre cualquier tema, no son
diarreas pictóricas ni vómitos terapéuticos, sino realizaciones que despiertan
tu belleza interna y elevan tu conciencia. Lo mismo sucede con la música. La
música que he creado, no son baladas románticas ni salsa para bailar, sino
música de relajación y meditación. De la misma manera, cuando quiero estar en
contacto con la naturaleza, no me voy a Las Vegas o a uno de estos complejos
de hoteles resort, sino a las tranquilas orillas de un río, a la mágica calidez de
un bosque o a las montañas.

El asunto aquí, es que comprendas, que al subirte a un escenario que es


una rama, no pierdas de vista tu tronco, de lo contrario es muy posible que
termines desviándote y quedes muy lejos de tu realización. Y la mejor manera
para esto, es que tus ramas tengan cierta consecuencia con tu tronco. Que tu
tronco esté presente en tus ramas, y que tronco y ramas, mantengan ese
vínculo.

Si en tus ramas está presente tu tronco, o son una prolongación de él,


entonces eso es de una gran ayuda, ya que de esa manera tu tronco se irá
definiendo y tomando forma. Esto lo digo, pues son muchos los que no saben
cuál es su tronco. Y no es casualidad que, todos los que no tengan bien definido
su tronco no estén realizados.

Tienes que ir por tu tronco a como dé lugar. Primero tu tronco y luego las
ramas. Si tu tronco es la aventura, ¿qué haces ahí vendiendo seguros? Si tu
tronco es la ingeniería, ¿para qué estudiaste veterinaria? Si tu tronco es la
mística, ¿qué haces ahí en el supermercado vendiendo televisores? Si tu tronco
es la familia, ¿para qué tienes amante?

Una de dos. La familia o el amante, pero no ambos. Salvo que la aventura


sea parte también de tu tronco. La diferencia entre la familia y la aventura, es

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que la familia es como cultivar un jardín, y que como todo cultivo, tienes que
estar ahí presente y velar por él, en cambio la aventura es como volar. La
familia es estar, y la aventura es ir. La familia es como un proyecto de vida, la
aventura es el presente. La familia es un camino por recorrer, en cambio la
aventura es un salto al vacío.

Ni la familia es más que la aventura, ni la aventura es más que la familia,


pero hay que tener muy claro, cuál de estos escenarios es más importante para
ti, para que así puedas tomar las decisiones pertinentes que vengan al caso, y
así privilegies tu tronco y te realices.

Si la familia es vuestro tronco y no la aventura, casi siempre les sugiero


que se aventuren en otros escenarios, o que se aventuren en lo que quieran
pero con su familia, de lo contrario estarían arriesgando el tronco. Y si la
aventura es vuestro tronco, siempre les sugiero que le entren a lo que sea,
aunque hayan riesgos, pues eso es la aventura.

Cuando decía que, ¿no sería mejor que hicieras lo que te gusta y además
te pagaran por ello? y me estaba refiriendo a la vocación, ahí hay opciones que
escoger y decisiones que tomar, y lo que se determine ahí, tiene que ir a
beneficio de tu tronco, o sino tu realización estará en peligro.

Si la familia es tu tronco, es decir lo más importante para ti, y si te


aventuras con un amante, ahí hay una opción que tomar. Y esa opción tendría
que ser la familia, ya que la familia es tu tronco. En estos casos, quien tenga un
amante, casi siempre terminará rompiendo con su familia, y como la familia es
su tronco, su realización se debilita enormemente. Y en estos casos también, es
muy posible que pierdas como en la guerra. Es decir, que a fin de cuentas, te
quedes sin familia y también sin amante.

En cuanto a la vocación, y en cuanto a dedicarte a lo que te gusta y


además te paguen por ello, ahí también hay que decidir y tomar una opción,
pero esta opción no será la misma para todos, pues dependerá de cuál es tu
tronco.

Hay personas que, por una cuestión de que están buscando una mejor
remuneración, no se harán ningún problema para cambiar de actividad laboral,
aunque esto les signifique el tener que renunciar a su profesión. En cambio hay

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otras que, se les hará más difícil. Y se les hará más difícil, porque la vocación
es su tronco. En otras palabras, hay personas que preferirán restringirse en el
asunto económico o en cualquier otro escenario, pero de ninguna manera
estarán dispuestas a sacrificar su vocación, pues saben que de ello depende su
realización.

Para eso es el árbol de la realización. Para eso es la diferencia entre lo


que es un tronco y lo que son las ramas, y para eso es también, el vínculo que
tiene que haber entre ambos, para que sepas cuáles son los escenarios que
tienen mayor y menor relevancia para ti, y para que cuando vayas por las ramas,
no te alejes de tu tronco.

La sexualidad

Al subirte al escenario de la sexualidad, despertará el deseo, despertará


la sensualidad y un sinfín de otras cosas, también el hombre, la mujer, y el
amante que hay en ti. La sexualidad, es un escenario de suma trascendencia
dentro de los escenarios, no sólo por ser una de las formas más sublimes de
manifestar el amor, sino también porque es la forma de procrear o traer
nuevos seres a este mundo.

Es otras palabras, la actitud o vibración que haya en lo sexual, estará


directamente incidiendo con la conciencia de los niños que estarás trayendo. Es
lamentable decirlo, pero la mayoría de los que conforman esta humanidad, son
hijos de la transpiración y no del amor. Y como dije, esto incide en el grado de
conciencia que tendrá una humanidad.

¿Y todo por qué? ¿Por qué es este escenario uno de los más
contaminados, y en el cual la mayoría de las personas tiene problemas? ¿Por qué
la sexualidad ha caído tan bajo, y de una u otra manera ha degenerado en la
prostitución, en la pornografía, el aborto y tantas otras cosas? ¿Por qué hay
tanta gente que al acercarse a este escenario se paraliza, sobre todo las
mujeres? ¿Por qué hay tanta lesbiana y tanto homosexual?

Simplemente, porque la sexualidad dejó de ser natural. Y dejó de ser


natural principalmente por el machismo. Es decir, por creerse el hombre
superior a la mujer. En tal sentido, a las mujeres las fueron apartando del
mundo, reduciéndoles su espacio de vida solamente a la reproducción. Al mismo

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tiempo, fueron quedando a merced del hombre, donde éste comenzó a tomar
absolutamente todas las decisiones, y donde éste hizo uso y abuso de la mujer
a su antojo.

Además, dentro de las consecuencias a lo que esto fue derivando, la


sexualidad fue tomando matices de como si fuera algo prohibido, incluso como
de algo sucio. De esta manera, siendo algo prohibido y cochino, de lo cual no se
podía ni hablar, entonces la sexualidad como todas las cosas que se prohíben,
pasó como a la clandestinidad. Y como todo lo que se oculta y se hace a oscuras,
ahí nada fluye ni puede ser natural.

Hace milenios, cuando el planeta estuvo listo para poder albergar a la


humanidad, algunos seres vinieron a esta bella tierra, seres que no eran
hombres ni mujeres, y que venían a echar el último vistazo, antes de sembrar
definitivamente a las diferentes razas en este mundo. A lo que voy con esto, es
que en el sentido profundo del ser, el ser no tiene género, o más bien está
conformado por ambos, y que debido a una cuestión de orden evolutivo, se
decidió que encarnaran por separado. Y como encarnaron por separado, lo
natural fue que se buscaran.

El ser está conformado por una parte masculina y otra femenina, y en un


ser que realmente es evolucionado, estas dos partes se complementan en una
hermosa danza interior. Y si vamos más adentro de este ser, ahí ya no hay
masculino ni femenino, sino sólo luz. En otras palabras, el ser no es ni hombre ni
mujer, sino que ésas son, sus formas más sublimes de manifestarse.

Se decidió entonces, que encarnaran por separado, para que


independientemente a que fuera la forma que se iba a usar de procreación para
esta humanidad (y hay muchas otras formas más), ambos géneros de manera
individual, sin que dependiera uno del otro, pudieran realizarse y florecer en
los distintos ámbitos y espacios de la vida, con el propósito de trascender la
sexualidad y el género, y llegar a ser la luz que cada ser es en lo más profundo
de sí. De aquí deriva, las distintas e innumerables encarnaciones que como
hombre y mujer, tiene cada ser.

Y todo esto, no sólo fue con el propósito de trascender la sexualidad y el


género, sino también para trascender todos los escenarios de la vida. Y esos
escenarios se trascienden como ya lo sabes, subiéndose a ellos e

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involucrándote, y no siendo un mero espectador. Tendrás que trascender la
familia, el dinero, la sexualidad, el arte, la mística y todos los escenarios
restantes, para así llegar a la luz que eres en lo profundo. Es por eso que, has
tenido que venir muchas veces a este bello mundo, teniendo como tronco, no
siempre el mismo escenario.

Decía que, lo masculino y lo femenino son en si mismo un complemento, y


al encarnar por separado, lo natural era que se buscaran. Y así aconteció, pero
el hombre se pasó de la raya por así decirlo. El hombre en realidad, no fue en
busca de la mujer, sino que fue en busca de poseerla.

Si la hubiera ido a buscar, ciertamente que la habría encontrado.


Realmente, habría sido un hermoso encuentro. Pero la fue a buscar para
poseerla, por tanto no se encontró con ella, sino que se la violó. Y cuando digo
que se la violó, no me estoy refiriendo sólo a lo estrictamente genital, sino en
todo el sentido de la palabra. Y sin embargo, no por ello ahí perdió su
virginidad.

Toda mujer en lo profundo es virgen, como lo es también cada hombre.


Cuando los jóvenes se manifiestan, tanto ellas como ellos, que quieren llegar
vírgenes al matrimonio, eso es una gran tontera. Pero la tontera, no es que sea
esperarse hasta que se casen, pues ésa es una opción muy válida y respetable,
como lo es también la de tener cierta experiencia antes, sino que pensar que la
virginidad la vas a perder si te vas a la cama con alguien.

La virginidad no tiene nada que ver con lo genital. Si te acuestas con


alguien, ahí no pierdes tu virginidad. De hecho, después de ese encuentro
sexual sigues siendo virgen, siempre y cuando por cierto, tu gracia, que está
conformada por las cualidades y virtudes de tu género, siga ahí viva y presente.

La única manera de perder la virginidad, si eres mujer, es que tus


cualidades y virtudes femeninas estén ausentes. Si tus cualidades y virtudes
femeninas están ausentes, entonces ahí habrá una hembra, un animal o lo que
sea, pero en ningún caso una mujer.

¿Qué es ser mujer? ¿Qué es lo que te hace ser mujer? ¿Es tu cuerpo de
mujer lo que te hace ser mujer? ¿Acaso eres mujer porque tienes cuerpo de

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mujer? Pues no necesariamente, ya que hay muchas mujeres encarnadas en
cuerpos de hombres, y muchos hombres encarnados en cuerpos de mujeres.

¿Es tu cuerpo de mujer lo que te hace ser mujer? Pues no. Lo que te
hace ser mujer realmente, son tus cualidades y virtudes femeninas. Y estas
cualidades y virtudes, son de origen divino. Son la vida misma. La sexualidad no
te quita la virginidad, no te vuelve impura ni nada de eso, pues la sexualidad no
es algo sucio. Si fuera sucio sí, pero no lo es. La sexualidad no atenta contra las
cualidades y virtudes femeninas, no te las quita ni las pierdes.

¿Sabes cuántos hijos tuvo María? Sería bueno que lo averiguaras.


Aunque el Maestro Jesús haya sido engendrado por inseminación artificial
desde lo alto, o simplemente como se cree concebido por obra del Espíritu
Santo, el resto de los hijos e hijas, los tuvo mediante el procedimiento normal
común y corriente, y sin embargo ¿por qué hasta ahora se le sigue llamando
Virgen María? Simplemente, porque María nunca perdió sus bellas cualidades y
virtudes femeninas. Por el contrario, siempre las llevó y las sigue llevando hasta
ahora encendidas en su corazón.

¿Por qué Jesús perdonó a María Magdalena, siendo ella una ‘prostituta’
según los jerarcas inquisidores del vaticano? Simplemente, porque él fue el
único que pudo ver a la mujer. Todos los demás veían a la prostituta, a la impura
y pecadora. Y si Jesús pudo ver a la mujer, es porque vio en ella que las
cualidades y virtudes femeninas, estaban ahí intactas en su corazón.

Y Jesús pudo ver a la mujer, porque él era un hombre. Sólo un hombre


puede ver a una mujer, y sólo una mujer puede ver a un hombre. Los que
estaban ahí no eran hombres, sino machos. Y los machos, sólo pueden ver a las
hembras. Los que estaban ahí, eran sólo animales. Eran una “raza de víboras”.

¿Qué es ser hombre? ¿Qué es lo que te hace ser hombre? ¿Es tu cuerpo
de hombre lo que te hace ser un hombre? Por cierto que no. Lo que te hace ser
un hombre realmente, son esas cualidades y virtudes masculinas. Si esas
cualidades y virtudes brillan en tu corazón, entonces eres un hombre, de lo
contrario te conviertes en una bestia, en un animal fiero y agresivo, que irá
tras su hembra.

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¿No es en esto en lo que se ha convertido el hombre? ¿Se puede llamar
hombre a quien no respete a la mujer? ¿Se puede llamar hombre a quien se
aproveche o abuse de la mujer, sea física o sicológicamente? ¿Se puede llamar
hombre, a quien abandone a sus hijos, y que la mujer cargue con todo? ¿Se
puede llamar hombre a quien mande a su esposa? ¿Se puede llamar hombre, a
quien crea que la mujer es de su propiedad?

¿Se puede llamar hombre, a quien sea parte de un sistema social, donde
la mujer prácticamente es sólo un adorno o un objeto? ¿Se puede llamar
hombre, a quien ostente el poder o quiera acapararlo todo? Por cierto que no. Y
lo más triste aquí, es que este mundo está gobernado por estos “hombres”.
Cada cual defendiendo su territorio y sus intereses.

Una mujer es como una flor, muy sutil, amorosa y cálida, y sobre todo
muy delicada. Por tanto, tienes que tratarla como tal. Tus cualidades y virtudes
masculinas, tienen que estar brillando en tu corazón como si fueran los rayos
del sol, y así acercarte.

¿No has observado a las flores cuando el sol aparece por la mañana?
Cuando el sol aparece con su danza al amanecer, sus tiernos rayos llegan a las
flores como si fueran caricias celestiales, y ante tal delicadeza, éstas sin
pudor abren sus pétalos y muestran toda su belleza y su corazón. Así es como
hay que acercarse a una mujer, como los rayos del sol, de lo contrario no se
muestra y se guarda. Pero no fue así como el hombre se acercó a la mujer.

Al ser violada prácticamente en todos los cuerpos, pues pasaron por


encima de su gracia, de sus divinas cualidades y virtudes, de sus sentimientos y
todo, entonces la mujer como una forma de protegerse, se fue hacia adentro,
se guardó. Lo único que quedó de ella fue su cuerpo físico, pero la mujer en sí,
se fue a las profundidades de su ser.

Y ahí está aún, muy guardada y como escondida. Ahí está con mucho
temor todavía, muy cautelosa pero también a la expectativa, pues está
esperando que el hombre despierte, y al fin llegue ese encuentro cósmico tan
añorado por milenios.

Desde que el hombre fue en busca de la mujer para poder poseerla,


desde ese mismo momento el hombre dejó de ser hombre y se convirtió en

98
animal. En otras palabras, desde ese mismo momento el mundo, se quedó sin
mujeres y sin hombres. Los hombres como dije, prácticamente todos
desaparecieron, ya que la mayoría se convirtieron en machos. Y en cuanto a las
mujeres, el mayor porcentaje de ellas se guardó, y al resto les gustó el juego y
se convirtieron en hembras.

Desgraciadamente, desde hace milenios que este mundo es gobernado


por animales, es decir por machos y hembras. Es por ello que este mundo que se
dice civilizado, sigue casi igual de arcaico y feo, pues al no haber hombres ni
mujeres, carece de las hermosas cualidades de ambos.

Ya es hora que el hombre despierte, y atienda en primer lugar su propio


lado femenino, que yace ahí por milenios en cautiverio, pues al pasar a llevar a
la mujer, no hizo otra cosa que, pasar a llevar también a la mujer que lleva
dentro.

Cuando el hombre pasó a llevar a la mujer, ésta al sentirse pisoteada se


guardó, por tanto el hombre se quedó solo, y como al pasar a llevar a la mujer
no hizo otra cosa que pasar a llevar a la mujer que lleva dentro, entonces se
quedó solo también por dentro. Dicho de otro modo, aunque de alguna manera
se las arregló en el mundo de afuera, en su mundo interior nunca se sintió
íntegro ni en paz, sino que incompleto y vacío.

Y este vacío, no es porque no haya tenido una mujer o alguna compañera


en su vida, sino porque como ya saben, al pasar a llevar a la mujer, violó su
propia parte femenina. No hay hombre que sea enteramente hombre, ya que
cada cual tiene también una parte femenina. Por cierto que menor, pero la
tiene.

Sabe

El hombre llegará a ser un hombre,


sólo cuando haya despertado su parte femenina.

Esta parte femenina, aunque en menor porcentaje pero que la tiene, ha


sido la parte que le ha faltado al hombre para ser un hombre. Y cuando me

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refiero a esta parte femenina, no me estoy refiriendo a lo femenino (que
podría interpretarse como afeminado), sino a las cualidades del género
femenino, las cuales cuando están despiertas, le permiten al hombre el
equilibrio de ser.

Esto es lo mismo que, cuando usas tus manos. Suponiendo que seas
derecho, casi toda la fuerza la tienes en la mano derecha, pero también hay
una fuerza menor (la de la mano izquierda), que es el complemento de la
derecha. Sé que hay muchas cosas que podrías hacerla sólo con la derecha,
pero sé que hay muchas otras cosas también, que para realizarlas
necesariamente tendrás que ocupar las dos manos. Sobre todo si estamos
hablando de la vida.

Y esto es lo que le ha estado pasando al hombre. Sólo ha estado


ocupando su parte masculina, donde se concentra casi toda su fuerza, pero al
mismo tiempo, ha estado ignorando esa fuerza menor que proviene de su parte
femenina. Y esto es tan burdo, que es como si un hombre ignorara que también
tiene una mano izquierda.

Así como el hombre tiene una mano derecha y otra izquierda, así también
tiene una parte masculina y otra femenina, pero lo ha ignorado totalmente. Tal
vez por orgullo o por conveniencia, por egoísmo o lo que sea, pero lo ha
ignorado. Y el problema no ha sido el ignorarlo, sino que al ignorarlo no hizo
otra cosa que amputarse su parte femenina. En otras palabras, “además de
macho quedó manco”.

En cuanto a la mujer, no hay mujer que sea cien por ciento mujer, ya que
cada cual tiene también una parte que es masculina. Es por ello que, como una
manera de despertar esa parte masculina, ya es hora que la mujer salga de su
refugio y se haga respetar. Y lo ha estado haciendo, pero con mucha dificultad.

Y se le ha hecho difícil, ya que al salir de su refugio, se ha encontrado


con un sistema de vida creado por el hombre para el hombre, donde la mujer no
tiene prácticamente voz ni voto, aunque últimamente ya hace 20 años, el
panorama ha ido cambiando poco a poco. No del todo, pero algo se vislumbra.

Este ambiente machista, la ha obligado a usar ciertas máscaras y


corazas, como una manera de poder protegerse, y así sobrevivir y

100
desenvolverse sin que le hagan daño. Pero al mismo tiempo, estas máscaras y
corazas, en alguna medida han tapado sus hermosas cualidades y virtudes. Es
decir, estas máscaras y corazas, aunque le han servido como una forma de
protegerse, al mismo tiempo no le han permitido ser la mujer que es.

En relación a la pareja y lo sexual, también se han estado atreviendo,


pero también con mucha dificultad. En estos tiempos, ya no es raro ver a una
mujer sola, y eso es algo muy difícil para una mujer. Por eso digo que se está
atreviendo, pues para ella no es nada de fácil. Y no sólo se está atreviendo, sino
que también está respetándose.

Respetarse significa, que están aprendiendo a no dejarse avasallar. Ya


son muchas las mujeres, que se están atreviendo a decir no a la tiranía
machista. Ya son muchas las mujeres, que no se están dejando que las manden.
Es por ello que hoy hay tanto divorcio, pues prefieren vivir solas y a gusto, que
mal acompañadas o sumisas. En otras palabras, están por fin descubriendo la
dignidad de ser mujer.

Recordemos que, tiempo atrás la mujer era prácticamente, sólo una


máquina reproductora y nada más. Recordemos que la mujer no tenía ningún
espacio de realización, y que su vida estaba confinada a las cuatro paredes de
su casa. Recordemos también, que el hombre al ser el único proveedor, se tomó
el derecho de mandar a la mujer, diciéndole lo que tenía que hacer y lo que no.
Es decir, se autoproclamó su propietario.

Pero las cosas han ido cambiando. Las mujeres han ido subiéndose a los
distintos escenarios de la vida, y de esa manera han ido buscando su realización
e independencia. De tal modo que y sobre todo en cuanto a lo económico, ya no
están obligadas a seguir agachando la cabeza por temor al abandono.
Recordemos que, un altísimo porcentaje de ellas, nunca se atrevió a
contradecir al hombre, por temor a que las echaran a la calle con hijos y todo.

Y en el ámbito sexual también se está atreviendo. De hecho, anda más


abierta y relajada. Ya se está sacando de la cabeza los prejuicios de pecado. Ya
sabe que no es algo sucio ni indebido. En realidad, está más permisiva con ella
misma por así decirlo, siempre y cuando por cierto, sienta que se le respete
como mujer.

101
Y es mi punto de vista muy particular, que debido a este atrevimiento en
el escenario de la sexualidad, haya tanta lesbiana, pues por una necesidad de
cariño y al no encontrar un hombre que la respete, la mujer ha preferido el
cariño de otra mujer (un hombre que está dentro de un cuerpo de mujer).

Es decir en estos casos, la mujer no anda buscando a un hombre ni a una


mujer, sino cariño y que la respeten. Y si este cariño viene de una mujer, no lo
piensa mucho y lo toma. Si viniera de un hombre cuánto mejor, pero como los
hombres son muy escasos, toman ese cariño venga de donde venga.

La otra razón de tanta lesbiana, es que muchas de ellas fueron los


tiranos de ayer. Lo mismo ocurre con los que hoy son homosexuales. La mayoría
de ellos fueron los tiranos y machotes del pasado. Y la vida tan savia, como una
manera de ayudarlos a encontrar el equilibrio, los ha hecho encarnar en
cuerpos de hombres pero con una gran presencia de su lado femenino, y en
cuerpos de mujer por la misma razón, para que se relacionen y aprendan a
respetar esa parte femenina, que en el pasado pasaron a llevar. En el fondo,
para que sean más sensibles y se sientan más vulnerables, y así esa dureza se
disuelva y aparezca el masculino en todo su esplendor.

Cuando, tanto el masculino como el femenino se depuren y equilibren,


sólo entonces aparecerá el hombre y la mujer en este mundo. Y cuando el
hombre y la mujer estén encendidos y radiantes, sólo entonces será posible el
complemento. Antes de eso, serán siempre dependientes. Y como tal, siempre
se estarán culpando el uno al otro por lo que sea, atacando y exigiendo, y por
ende permanecerán juntos pero divorciados.

En esto de la sexualidad, no es mi propósito dar pautas o dictar normas


al respecto, ya que cualquier norma podría atentar en contra de la naturaleza
de la propia sexualidad, y que no es otra cosa que, algo que es muy natural. Por
cierto, cada cual tendrá que optar por lo que sienta que está bien, pero debido
a los tiempos que se están viviendo, cada cual también, tendrá que estar
consciente en lo que se mete, pues por un lado la sexualidad despierta el deseo,
y por el otro la sexualidad te puede llevar a un embarazo no deseado.

El deseo es algo que nunca debe tomarse a la ligera, ya que en muchos


casos, el hecho de reprimirlo te traerá más problemas de los que ya tienes. En
algunas religiones, se le dice a la gente que el deseo es la causa del sufrimiento

102
del ser humano. Y en alguna medida están en lo cierto, pues quien desea quiere
decir que aún no está en paz, y quien no está en paz aún, quiere decir que está
en conflicto.

Quien desee algo, quiere decir que no está satisfecho, por tanto buscará
la manera de satisfacer su deseo. Pero el cuento aquí, es que al satisfacer su
deseo no terminará con el deseo definitivamente, sino que por el contrario, el
deseo irá despertando cada vez más.

Esto es como cuando te da hambre. Cuando te da hambre, comienzas a


sentir la necesidad y el deseo de comer algo, por tanto te vas a comer algo y te
sientes por fin satisfecho (una especie de paz pasajera), pero como dije, al
satisfacer el deseo de comer no terminarás con el deseo definitivamente, ya
que mañana volverás a sentir ese apetito nuevamente.

Y si a este apetito le agregas el apetito sexual, el de tener cosas y todo


lo demás, entonces te la pasarás toda la vida ocupado en satisfacer tus deseos,
y eso no es estar en paz, sino en conflicto. Ya sabes que, si alguien está en paz,
no deseará nada para si mismo, no irá en busca de sentirse satisfecho ni irá
tras el deleite de sus sentidos, pues está en paz. A lo mucho, tal vez desee algo
para los demás, como Jesús lo hizo al decir; “deseo Señor que los perdones
pues no saben lo que hacen”.

A esto se refieren en esas religiones, cuando dicen que los deseos son la
causa del sufrimiento humano, ya que deseo para ellos es sinónimo de estar en
conflicto, y conflicto es sufrimiento. Y están en lo cierto. O estás en paz o
estás en conflicto. O estás en paz o estás tratando de encontrarla al
satisfacerte con algo.

Sabe

Pero la verdadera causa del sufrimiento humano,


es no haber descubierto aún su hermoso corazón.

Y así es, pero lo más importante aquí, es comprender que hay deseos y
deseos. No puedes meter todos los deseos en el mismo saco, pues no tienen la
misma raíz. Aunque todos sean deseos, no los confundas. El deseo de comer no

103
es lo mismo que el deseo de tener un yate. Podrías perfectamente vivir sin un
yate, pero si no comes te mueres ¿comprendes?

No tienen la misma raíz. El deseo del yate viene del ego directamente, en
cambio el deseo de comer viene del hambre que estás sintiendo. Y el hambre no
es ego, sino algo natural e intrínseco con lo cual fuiste creado. El antojo por
alguna comida, eso sí viene del ego, pero el deseo de comer no.

Lo mismo ocurre con el deseo sexual. No lo puedes poner en la misma


categoría por así decirlo, que al deseo de tener una casa. Podrías
perfectamente vivir sin una casa, pero si no escuchas o no atiendes bien a tus
deseos sexuales, es muy posible que tengas más problemas de los que ya tienes.
Y no sólo más problemas, sino que más grabes. De hecho, la mayoría de los que
reprimen los deseos sexuales, quedan muy abiertos o susceptibles a efectos
patológicos en sus cuerpos.

Estos deseos no tienen la misma raíz. El desear una casa viene del ego,
en cambio el deseo sexual, proviene también de una necesidad intrínseca con la
cual fuiste creado. Recuerda que, ambos géneros encarnaron por separados,
por tanto es muy natural que, tanto los hombres como las mujeres se busquen
interna y externamente. El desear a una persona que tenga los ojos verdes y
las piernas más bellas, eso sí es ego, pero desear al genero opuesto, eso es muy
natural.

Es por eso que, los deseos nunca deben de tomarse a la ligera, y es por
eso también, aunque en alguna medida estén en lo cierto, que no estoy de
acuerdo en que los deseos sean la causa del sufrimiento humano, sobre todo
tratándose de los deseos sexuales, ya que éstos son parte de ti, vienen contigo
dentro de tu Yo. Y como tal, en algún momento despertarán como algo natural.

Al creerse todo este tipo de cosas, como creer que el sexo sería uno de
los mayores obstáculos para trascender, por lo general se van tomando medidas
violentas en contra de la sexualidad, decretándosele como algo prohibido. Y lo
único que se logra con esto, es agravar la situación.

Lo digo, basándome en el estado triste y melancólico, en que se


encuentra la mayoría de las monjas y monjes en todo el mundo. Como parte de

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la disciplina (con técnicas y todo), se les inculca a no dejarse llevar por los
sentidos, y se les inculca también a eliminar todo deseo que vaya apareciendo.

Como estas personas son comunes y normales como todos, es muy natural
que estén llenas de deseos al igual que todos nosotros, pero como se supone
que están al servicio de Dios, estos deseos están prohibidos. En tal
circunstancia, se la pasan toda la vida deseando pero también sufriendo, ya que
al no satisfacer sus deseos sufren.

Por eso que están tristes y melancólicos. Tal vez por estar al servicio de
Dios y la gente, por fuera no se les note, pero cuando los miro les veo esa
frustración. Y cuando no les veo esa frustración, les veo resignación. En el
fondo no los veo felices ni radiantes.

En otras palabras, al estar luchando contra sus deseos, no han logrado


nada realmente, sino que por el contrario han estado sufriendo. Y no puede ser
de otra manera. ¿Cómo no vas a sufrir? Es como querer ir a la orilla del mar y
no ir. Es como querer bailar entre los árboles de un bosque y no lo haces. Es
como sentir que, lo único que quieres es darle un abrazo a alguien y no se lo das.
¿Qué clase de vida es ésa? En realidad, ésa no es vida sino que mutilación y
masoquismo.

Esto es lo que le ha estado pasando a esta gente, se han estado


mutilando. Y como se han estado mutilando, nadie se ha iluminado. Si fuera
posible eliminar los deseos, esta gente ya no sufriría, y gran parte de ellas y
ellos, estaría a las puertas de su florecimiento e iluminación. Sin embargo esto
no sucede. Siempre me llamó la atención, que las personas que ingresaran a un
monasterio, y principalmente las que llevaran una vida contemplativa no se
iluminaran. Y es por eso. Porque en vez de florecer se han estado mutilando.

Hay muchas maneras de servir a Dios. ¿Qué necesidad hay de hacerlo


sufriendo? Dios nunca ha querido que sufras. Dios no te quiere sufriendo ni
mutilándote, sino contento, feliz y radiante. ¿Quién te dijo que la sexualidad te
llevará lejos de Dios? Por el contrario. Si te vas en contra o la reprimes, eso es
irte a tu mente, y si estás en tu mente y no en tu corazón, eso es alejarse de
Dios.

105
¿Qué manera es ésa de servir a Dios sufriendo? Si sufres no le podrás
servir a nadie. Por el contrario, los demás se tendrán que encargar de ti. ¿Cómo
podrás servir a Dios si no estás contento? ¿Cómo podrás servir al amor si no
eres feliz? ¿Cómo podrás servirle a la vida con todo ese problema dentro de ti?
Es por eso que, hay muchas maneras de servir a Dios.

Y todo esto, no lo digo solamente por aquellos que están al servicio de


Dios, sino por todos aquellos también, sean hombres o mujeres, que han
reprimido su sexualidad, como si ésta fuera poco menos que la causa de la
involución o algo así. Como si ésta fuera el enemigo, o como si ésta fuera el
obstáculo a vencer, ya que es lo que te impediría florecer el día de mañana.
Muchos son en realidad, los que luchan contra ella, en el sentido de que quieren
trascenderla tratando de eliminarla. Y eso es absurdo.

Al querer trascenderla tratando de eliminarla, tratando de que no se te


cruce en el camino y no sea un obstáculo, eso es hacerle la guerra, y esa guerra
de antemano la tienes perdida, ya que la sexualidad no está afuera sino dentro
de ti. Y no sólo dentro de ti, sino que es parte de ti.

Para que puedas entenderlo, la sexualidad es como cuando entras a la


adolescencia. Si tienes 8 o 10 años, estás en la niñez, y en algún momento dado
entrarás a la adolescencia. Y eso tú no lo decides, sino que te llega, al igual
como tú no decidirás cuándo dejar de ser adolescente, ¿comprendes? No es
que tú digas; mañana a medio día dejaré de ser adolescente, sino que es algo
que te sucederá, siempre y cuando por cierto madures.

Irás saliendo de la adolescencia en la medida en que vayas madurando.


No es que la dejes o la quieras dejar, sino que es un suceso natural que desde
luego tienes que respetar, ya que por el hecho de ser natural tiene su tiempo.

Así como cada fruta tiene su tiempo, así también cada persona tiene su
tiempo y su momento para madurar, para poder realizarse, florecer y elevarse.
Por ello, es imprescindible que se respete ese tiempo, pues al querer
manipularlo con el fin de apurarlo, las consecuencias son nefastas. ¿Acaso no
has notado la diferencia que hay en el sabor, entre una fruta que se cosecha
antes de tiempo y la que madura en el árbol?

106
Al nacer eres bebé, y tarde o temprano despertará el niño que hay en ti.
Luego que haya transcurrido algún tiempo, despertará el adolescente, el joven,
y posteriormente vendrá la madures y la vejes. Pero el asunto es que, tú no
decides cuándo salir o entrar de esas etapas de tu vida, sino que es algo que te
va sucediendo.

En la medida que vas creciendo y desarrollándote, tus cuerpos van


despertando. Primero despierta tu cuerpo etérico, luego el físico, el emocional
y el mental, y posteriormente despiertan tus cuerpos superiores. Y así como
van despertando tus cuerpos, del mismo modo en algún momento despertará tu
sexualidad, pues como dije, no es algo que esté sujeto a una decisión tuya, sino
que te sucede. Y te sucede, porque no se trata de algo que esté afuera de ti,
sino porque es parte de tu biología física con lo cual fuiste creado.

No hay nadie que se haya iluminado haciéndole la guerra a la sexualidad,


ya que si le haces la guerra no estás en paz. Haciéndole la guerra a la
sexualidad, a tu vecino, a tu suegra o a lo que sea, no estarás en paz, y si no
estás en paz no hay posibilidad de que trasciendas. ¿Cómo vas a poder
trascender tu cuerpo físico si lo estás rechazando?

No hay nadie en este mundo, que haya trascendido la sexualidad


haciéndole la guerra, eso es imposible, ya que de esa manera no desaparece,
sino que todo lo contrario. Cuando le haces la guerra, tal vez en algún momento
creas que le has ganado, pues por cierto tiempo, la puedes dejar tan lejos que
ni siquiera la sientas, pero en el momento menos pensado, ahí estará de nuevo
golpeando a tu puerta.

Con la sexualidad no se juega, ni tampoco se puede estar haciéndole la


guerra, pues es parte de ti. Hay cosas que se pueden decidir en la vida, como
estudiar, trabajar, hacer un viaje y muchas otras más, pero en cuanto a lo que
te sucede, ahí no.

Hay una serie de sucesos en el ser humano, y no sólo en los cuerpos


llámense superiores o mayores, sino también en los menores. Hay sucesos en la
mente, en tu corazón y en tu cuerpo físico, donde tú no decides nada, y uno de
los sucesos de tu cuerpo físico es tu respiración. Y así la sexualidad, también
es uno de los sucesos de tu cuerpo biológico. No le hagas la guerra, pues sería
lo mismo que si le hicieras la guerra a tu respiración.

107
Cuando le haces la guerra a la energía sexual, te haces la guerra a ti
mismo. Y lo peor de todo, es que no logras nada. La energía sexual va y viene
como tu respiración. Por momentos la energía no está, pareciera que se hubiera
ido definitivamente de tu vida, pero cuando vuelve porque siempre vuelve, te
sientes molesto y derrotado, porque sabes que te ha ganado otra vez.

Sin embargo insistes y atacas de nuevo. Sea alterando tu respiración o


con técnicas masoquistas de concentración, sea reprimiéndote o ignorándola,
pero insistes en enfrentarla y hacerle la guerra. A fin de cuentas, el querer
eliminarla se vuelve una obsesión, y tú te vuelves necio o loco.

Al tratar por tanto tiempo de eliminarla, es posible que llegues a


aplastarla por decirlo de alguna manera, pero no habrás logrado eliminarla. Tal
vez hayas logrado hacerla a un lado, pero ahí seguirá. Tal vez esté media
muerta, pues con tanto palo que le has dado debe de estar hecha pedazos, pero
ahí seguirá latiendo. Hecha pedazos, pero seguirá viva.

El querer eliminarla se vuelve una obsesión, y eso no te trae la paz ni


nada, sino todo lo contrario. Al hacerle la guerra, es posible que logres
reprimirla, pero continuará ahí en tu mente. Y si sigue en tu mente, no la has
trascendido. Y esto siempre es así; todo lo que reprimas va ir a parar a tu
mente.

Esto ocurre con el celibato. Quien es célibe se abstiene físicamente en


todo lo que tiene que ver con lo sexual, pero sin embargo en su mente, tiene una
serie de pensamientos y visiones de índole sexual, ¿se entiende? Y lo mismo
ocurre con quien esté obsesionado con eliminar la sexualidad, pues el mismo
hecho de querer eliminarla, eso es seguir pensando en ella.

Ni el célibe, ni el que le hace la guerra ha trascendido la sexualidad. El


célibe la ha dejado a un lado (en el fondo la ha postergado para la siguiente
vida), y aunque dejarla a un lado no significa haberla trascendido, por lo menos
no es tan violento como declararle la guerra. Y quien le hace la guerra,
definitivamente la lleva en su mente.

La sexualidad no se trasciende dejándola a un lado, aunque es una opción


sana y respetable, siempre y cuando por cierto, sea una rama para ti y no tu

108
tronco ¿entiendes? Si es tu tronco, no puedes dejarla de lado sino aceptarla y
también asumirla. Y la sexualidad no se trasciende reprimiéndola ni haciéndole
la guerra, sino comprendiéndola. Al comprenderla tomas conciencia de ella.

Comprenderla significa observarla. Y para observarla tienes


necesariamente que aceptarla. Si no la aceptas y le declaras la guerra, es
imposible que la puedas observar. Es imprescindible que la aceptes, que la
dejes venir cuando venga, y que la dejes ir cuando se vaya. Déjala que fluya y
recorra tu cuerpo, pues eso es aceptarla.

Comprenderla significa experimentarla, sea activamente o pasivamente.


Activamente significa realizarla. Cuando hagas el amor, no hagas solamente el
amor sino sé un observador. Independientemente de todo lo que ahí esté
pasando, no sólo te dejes llevar por la energía que te invade por completo, sino
también observa. Sobre todo obsérvate a ti mismo. Observa lo que a ti te está
sucediendo, pues ahí hay unos momentos, que en tiempo no tienen nada de
tiempo, pero que son momentos en que puedes tomar conciencia de muchas
cosas.

Del mismo modo, puedes experimentar la sexualidad de manera pasiva,


aunque no la realices ni la lleves a cavo. Y siendo así, también puedes llegar a
trascenderla. El asunto es que puedas observarla. Si puedes observarla como
viene y se va, como vuelve a venir y vuelve a irse, en algún momento puede ser
posible que la trasciendas, pues observándola tomas conciencia de lo que es.

Y algo importante que es necesario que entiendas, es que cuando digo


que los deseos no se trascienden alejándose de ellos, sino acercándote, no
quiero decir que se trascienden realizándolos. Te puedes pasar toda la vida
realizando tus deseos, y no por eso los vas a trascender.

Lo que hace que trasciendas tus deseos, no es que los puedas realizar,
sino que los puedas observar. ¿Cómo vas a poder observar tus deseos si los
reprimes, si los mantienes lejos o los andas persiguiendo para eliminarlos? Es
por eso que los deseos se trascienden acercándose a ellos, pues al tenerlos
cerca los puedes observar, y al observarlos tomas conciencia de ellos, sea
realizándolos o no. Dicho de otra manera, la trascendencia de los deseos no
depende de que los realices o no, sino del observador.

109
Sea si realices los deseos o no, si el observador no está no los podrás
trascender ¿comprendes? Lo mismo ocurre con la sexualidad. Sea que la
realices o no, la única manera de trascenderla es que la observes, ya que de esa
observación surge la toma de conciencia.

Para los deseos como querer un yate por ejemplo, una casa, un auto o
hacer algún viaje, que son deseos que atañen exclusivamente a tu mente,
bastará sólo con observarlos para que tomes conciencia de ellos y los puedas
trascender, pero en deseos como la sexualidad, donde está involucrado también
tu cuerpo físico, no bastará sólo con observarlos, sino que además tendrás que
ser paciente y saber esperar a tu cuerpo.

Es como cuando tomas conciencia de tu mala alimentación. Cuando tomas


conciencia que, tu alimentación basada en la carne no es muy sana, que tiene
una vibración muy baja y nada de prana, entonces es muy probable que quieras
cambiarla. Pero como dije, tendrás que ser paciente con tu cuerpo, de lo
contrario, si dejas de comer carne de un día para otro, tu cuerpo se resentirá y
te pasará la cuenta.

Y lo otro, la trascendencia de la sexualidad dependerá también de haber


descubierto un cielo superior. El cielo de la sexualidad es el orgasmo. Hay
orgasmos en el cuerpo físico y en el emocional, en el cuerpo mental y en los
cuerpos más allá de la mente. Cuando digo orgasmos, me estoy refiriendo a la
felicidad.

Si no has llegado a un cielo superior que un orgasmo físico, entonces ese


orgasmo físico será tu cielo. Ese orgasmo físico se convertirá en tu felicidad.
Cada vez que estés en tu cielo te sentirás feliz. Pero el asunto aquí, es que no
podrás permanecer ahí.

Así como la sexualidad te lleva a ese cielo, así también te traerá de


vuelta a la tierra. Y como te trae de vuelta, querrás repetirlo y repetirlo. Y
cada vez que logres llegar, nuevamente serás arrojado a tierra. No podrás
permanecer ahí, pues el orgasmo físico es una felicidad pasajera, que por ser
condicional, cada vez que la logres te será arrebatada.

Hay ciertas técnicas para estar más tiempo ahí, para poder alargarlo por
así decirlo, pero no podrás permanecer ahí. Segundos más o segundos menos,

110
de todas maneras serás arrojado a tierra. Si no has podido lograr un cielo
superior, entonces te vuelves dependiente de ese cielo. Te vuelves en este
caso, dependiente de la sexualidad y de ese orgasmo. Pero cuando descubres un
cielo superior, como el amor por ejemplo, entonces la sexualidad empieza a
perder importancia para ti. De modo que, este cielo superior te va ayudando a
trascender la sexualidad.

Los deseos sólo pueden realizarse o postergarse. Los puedes postergar


para mañana, para el próximo año o para la próxima vida, pero no los puedes
eliminar. Es por ello que, tienes que atender tus deseos, ser consciente que los
tienes y abrazarlos. O al menos aceptarlos aunque no los pudieras realizar,
pero no les hagas la guerra, pues...

Observa

Detrás de cada deseo estás tú mismo,


y la necesidad de experimentar la vida.

Quien busque satisfacer sus deseos no está en paz aún, eso es cierto, y
quien luche en contra de sus deseos, tampoco estará en paz. Es por eso que,
nunca le declares la guerra a los deseos, pues esa guerra la tendrás perdida. De
hecho, el querer eliminar los deseos, ése es otro deseo.

No puedes eliminar los deseos con otro deseo. Ni con otro deseo ni con
nada, pues eso es imposible. Por esta vida podrás hacerlos a un lado. Por esta
vida y por las que quieras podrás postergarlos, pero en la siguiente ahí estarán
de nuevo esperándote, hasta que los observes bien y tomes conciencia de ellos.

Tres cosas más antes de proseguir. En primer lugar, la sexualidad en


este mundo es la raíz de la vida, pues permite que vengan los nuevos niños a
esta tierra. En tal sentido, esto hace que la sexualidad sea Luminosamente
Divina, Mágica, Natural y Maravillosa.

Y esto me lleva a lo segundo. No se puede estar pensando que, si la


sexualidad es para procrear, entonces es hermosa y pura, pero que si es para
disfrutarla es fea y sucia. Pensar así, es como pensar que comer es bueno,
siempre y cuando sea para alimentarte, porque si es para disfrutarlo eso es
malo.

111
¿Acaso nunca te has comido un pastel? Y cuando te lo comes, ¿te lo
comes porque tienes hambre o para disfrutarlo? Yo no conozco a nadie que se
coma un pastel porque tiene hambre, salvo que no haya otra cosa que pasteles
¿entiendes? Los pasteles no se comen porque tenemos hambre, sino para
degustarlos, para paladearlos y saborearlos.

Y tercero, la sexualidad te conecta con la muerte. Por lo general, todo lo


manejas y lo tienes bajo tu control, pero en la sexualidad, el orgasmo te maneja
y te controla a ti. En otras palabras, siempre estás en tu mente, y la sexualidad
con orgasmo y todo, te trae al presente. O estás en la mente o en el presente.
Si estás en la mente podrías controlar, pero en el presente no puedes controlar
nada.

Morir significa estar en el presente. De hecho, la única manera de morir


es estando en el presente. No puedes morir en el pasado ni en el futuro, sino en
el presente. No puedes morir ayer ni mañana, sino ahora. La sexualidad te saca
de la mente y te trae al ahora.

La sexualidad te trae al presente, a la vida. La vida está en el presente.


No puedes vivir ayer ni mañana, sino ahora. La sexualidad te saca de tu
escondite y te trae al ahora, a la no mente. Te saca de tu refugio y te trae a la
vida. Te conecta con la muerte y con la vida, pues la muerte y la vida suceden
en el presente.

Y por consecuencia, también te conecta con tu ser, pues por un lado, ahí
en el orgasmo no eres nadie, y por el otro, al traerte al presente, te trae al
salón de baile del ser. Sólo serás alguien si estás en tu mente, pero si estás en
el presente, ahí no eres alguien sino que Eres. Sólo tendrás currículum si estás
en la mente, pero ahí en el presente no eres nadie, sino que sólo Eres.

Y el hermoso presente, es el salón infinito donde danzan libremente


todos los seres. El ser, sólo Es en el presente. El ser es como un río que fluye;
siempre vaciándose y siempre llenándose a la vez. El ser es como el presente;
siempre muriendo y siempre naciendo a la vez. La sexualidad te trae a ese fluir,
donde la muerte y la vida danzan eternamente. Te trae al presente.

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Decía anteriormente, que si no estás consciente de lo que haces en el
escenario de la sexualidad, esto te podría llevar a un embarazo no deseado. El
problema aquí, no es tanto el que sea no deseado, sino que te lleva a pensar en
un aborto.

Son muchos los que están, sea a favor o en contra del aborto, y son
muchos también los que se han puesto en campaña y se han trenzado a golpes,
sea por aprobarlo o desaprobarlo. Sin embargo quiero decir, que con el aborto
no estás matando a nadie, ya que la muerte no existe. Incluso si asesinas a
alguien, tampoco estarás matando. Sólo estarás enviándolo al otro mundo. Con
el aborto no matas a nadie, pero sí te ganas un lindo karma.

El karma del aborto es bastante duro y pesado. De hecho, no hay ninguna


mujer que quede igual después de realizárselo. No hay ninguna mujer que quede
en paz, como si nada hubiera pasado. Tal vez pueda disimularlo, pero no se
sentirá en paz. Es decir, el karma lo comenzará a pagar desde que se haga el
aborto, y quién sabe por cuántas veces más, tendrá que volver a este mundo. Y
todo simplemente, por haberse hecho lo que en un principio pensó, que era un
simple trámite. Por cierto, el karma estará directamente relacionado con la
intención que se haya tenido.

En cuanto al hombre, no quiero ni hablar. Aunque parezca paradójico, no


se crea que el aborto le trae karma sólo a la mujer, sino también al hombre. Y
en la mayoría de los casos, al hombre le sale más caro por así decirlo. Y así
tiene que ser, pues la intención del hombre es más ruin y cobarde. Casi siempre
su actitud, es la de lavarse las manos.

Es posible que en esta vida, el karma del hombre ante el aborto no se


note, pero en la próxima el karma se le vendrá encima. Dependiendo de la
intención que haya tenido, tal vez encarne como mujer, de esas mujeres gordas
de pueblo, que por lo general tienen como mínimo una docena de hijos. O tal vez
encarne como hombre y tenga algún hijo, pero este hijo de seguro le será
arrebatado, sea en un accidente, por alguna enfermedad o de otra manera,
para que de este modo lo llore profundamente.

Y en cuanto a los clones y toda esa basura, lo único que se va a lograr con
eso, es que se abrirá una puerta para que encarnen almas de un grado evolutivo

113
muy bajo, ya que nadie que sea evolucionado, querrá habitar esos cuerpos.
Serán cuerpos bonitos pero almas muy pequeñas, ¿se comprende?

Nadie que tenga un grado evolutivo elevado querrá un cuerpo perfecto.


¿Quién querrá habitar un cuerpo como el de las muñecas barbie? ¿Quién
querrá tener un cuerpo como el de tarzán? Sólo alguien muy pequeño y
superficial.

Los científicos podrán meterse y alterar el ADN, sea por algún motivo
noble o con feas intenciones, pero sepan todos que, todas esas manipulaciones
llegarán hasta por ahí no más. Es decir, no tendrán muy buenos resultados,
pues cada persona ya tiene determinado su karma, y ese karma ha sido
depositado en su ADN.

Ninguna persona podrá liberarse de su karma, ni tampoco alterarlo, sea a


través de una intervención científica o por cualquier otro medio. El único modo
sí de poder trascenderlo y poder liberarse, sería aceptándolo, tomando
conciencia de él y sembrando su corazón.

El karma de cada persona está depositado en su ADN. Por tanto, cuando


se manipule o se trate de modificar el ADN, en la mayoría de los casos también
se estará pasando a llevar el karma. Por ello, cuando se manipule el ADN,
aunque se haya hecho con algún fin terapéutico y una buena intención, como
también estarán pasando a llevar el karma, éste seguirá ahí.

Esto se puede observar claramente en las intervenciones quirúrgicas. A


menudo ocurre que, cuando se opera a alguien de los riñones o de lo que sea, la
persona queda bien, pero luego de un tiempo, el problema le aparece por otro
lado. Y esto es, porque la intervención que se le hizo había alterado su karma.
Cuando las intervenciones alteren el karma, éste de todos modos aparecerá por
otro lado, o por ahí mismo.

Y el karma seguirá ahí, ya que es el Tribunal Kármico quien decide sobre


eso. Cada vez que se pase a llevar el karma por el medio que sea, el Tribunal
Kármico se encargará que reaparezca de nuevo. Y lo harán reaparecer,
depositando nuevamente el karma en un ADN superior por así decirlo, que está
en otro plano, que luego de dos a tres días, comenzará a plasmarse en los

114
cuerpos. Por cierto, a este ADN que está en otro plano, ningún científico ni
nadie tiene acceso.

Y otra cosa. Así como la clonación abrirá una puerta para que encarnen
almas muy pequeñas en cuanto a conciencia, así también por esta mismísima
puerta, comenzarán a encarnar seres oscuros como ocurrió en Atlántida. En
plena decadencia de esa civilización, los científicos que se creían dioses,
lograron construir cuerpos casi perfectos fuera del vientre, y a través de las
puertas dimensiónales, consiguieron que algunos de los suyos que estaban
atrapados en mundos bajos (mundos sin corazón, donde la vibración del amor no
existe), pudieran encarnar en esos cuerpos, y así infiltrarse en esta dimensión
para sus oscuros propósitos.

En realidad, estos científicos no saben en lo que se están metiendo.


Cuando digo estos científicos, me refiero a los que no han despertado su
corazón. Me estoy refiriendo a los que andan buscando un renombre, a los que
andan buscando figurar, a los que andan tras los altos puestos y el poder. Y
todo esto en estos tiempos, es algo sumamente delicado.

El poder ha estado pasando de mamo en mano. El poder ha estado en las


manos del hombre, y éste ciegamente lo ha usado para aprovecharse de la
mujer. Ha estado en las manos de la milicia, de los políticos y de los religiosos,
y la mayoría de ellos han subyugado al mundo entero. Hoy el poder está en las
manos de la gente adinerada. Hoy el poder es el dinero.

Es por eso que, todo el mundo habla de dinero. A los políticos ya nadie
les hace caso, y a los religiosos mucho menos. Ya no tienen poder, ninguna
importancia ni nada. Pero al dinero todos le hacen caso, todos lo siguen, pues
pasó a ser el centro de todo. El dinero es lo que mueve a la gente. Si no es por
dinero, nadie levanta un dedo.

Pero estamos justo en el medio de una transición, donde el poder está


dejando de ser el dinero, y poco a poco se está yendo a las manos de los
científicos. En otras palabras, el mundo y la humanidad, estará en las manos de
los científicos. Ahora le tocará reinar a la ciencia.

Y así será, pues con los nuevos descubrimientos y la tecnología por venir,
gracias a las ciencias se podrá aliviar mucho sufrimiento en el mundo entero.

115
Se podrá erradicar por fin toda la pobreza existente, evitar ciertas
enfermedades y descontaminar el planeta devolviéndole sus colores. La gente
podrá tener viviendas dignas y nadie se morirá de frío. Ya no habrá
desnutrición ni tampoco analfabetismo. Los niños podrán jugar y reír;
nuevamente harán rondas y se elevarán con sus sueños. Y definitivamente, se
podrá viajar por el universo.

En tal perspectiva, que en los siglos pasados ni los más soñadores


vislumbraron, el hecho de poder incursionar por el universo y danzar en sus
hermosos jardines, donde los soles hacen coros junto a las estrellas, un nuevo y
basto horizonte aparecerá ante todos, y al develarse los misterios, ante los
ojos de la humanidad, todas las creencias se harán añicos.

Los científicos serán los nuevos dioses del mundo. Pero lo delicado como
decía, es que así como tendrán el poder de crear un mundo totalmente nuevo,
así también tendrán el poder para destruirlo. Todo el asunto en cuanto a lo
atómico, todo lo relacionado a la cuestión bacteriológica, la capacidad de crear
virus autodestructivos y muchas otras cosas, pondrá a este hermoso planeta y
por consecuencia a la galaxia, pues todo está conectado, en una total
incertidumbre.

Si la cosa se pone demasiado fea, a tal punto que ponga en peligro la


galaxia y todo el universo, menos mal que desde lo alto, está el Circulo de
Ancianos observando todo, ya que si así lo amerita, ellos tendrán que intervenir
como en otras Eras lo hicieron. Y si es así, quizás opten por abortar este
mundo, con el propósito de salvar a la madre, la galaxia.

Sabe

El poder o el amor.
Hasta ahora ha reinado el poder.

Pues bien, el asunto aquí en cuanto a la sexualidad, es que lo tomes como


algo muy natural, ya que así es, algo muy natural. Y por lo mismo, por ser algo
que es natural y a la vez importante, es que lo he integrado a este grupo de los
ocho escenarios de la vida, los cuales ahí están esperando a que te subas.

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Por otro lado, es esencial que subas con respeto y buena intención, de
este modo las virtudes de cada cual estarán presentes. A este escenario te
puedes subir por simple deseo o por amor. Si es por deseo, siempre y cuando
haya respeto mutuo, será terapéutico y muy sanador, y si es por amor, será
luminoso y muy liberador. Además, si hay amor, dejaría de ser gimnasia y una
mera transpiración, y le estarías dando a la sexualidad, la real altura que tiene.

Al amarse los unos a los otros, hacen posible que las virtudes masculinas
y femeninas vayan apareciendo, y de este modo, el hombre y la mujer como el
valle y la montaña, irán conformando un hermoso complemento divino, que por
cierto los irá elevando hacia lo alto, hacia donde danzan los Soles y donde viven
los Dioses.

El servicio

El servicio es el único escenario donde piensas en los demás. En todos los


otros estarás pensando en ti. Y esto es así, ya que la realización tiene que ver
con el ego. Para realizarte, necesariamente tienes que pensar en ti; en lo que
quieres, en lo que te hace feliz, en tus intereses, proyectos y todo eso. Por
tanto como dije, necesariamente tendrás que pensar en ti. Y como tienes que
pensar en ti, para eso es el servicio, para que no te vuelvas indiferente ni
egoísta.

Si bien es cierto que, la realización te va ayudando a descubrir tu


naturaleza, despertar tu corazón y encontrar una dirección de vida, pues te
saca de una aburrida existencia y te lleva a sentirte más vivo, así también es
cierto que, la realización está directamente relacionada con el ego.

Cuando te pregunto qué es lo que quieres, para que así puedas ir tras tu
realización, le estoy preguntando al ego. Cuando te pregunto qué es lo que te
pone realmente contento, no le estoy preguntando a tu corazón sino a tu ego.
Sólo el ego puede sentirse contento o descontento. Sólo el ego puede sentirse
a gusto o a disgusto, cómodo o incómodo. Sólo el ego puede tener preferencias.

En cambio el corazón no tiene preferencias. El corazón no conoce ese


lenguaje. Ese lenguaje es del ego. Sólo el ego escoge lo que le gustaría hacer.
Sólo el ego elige con quién estar, qué hacer y dónde ir. El ego es la misma
dualidad, y el corazón es la unidad. El ego antes de abrazar, necesita saber a

117
quién va abrazar. Si hubiera una reunión familiar o lo que sea, el ego
preguntaría quién va ir, y según eso, va o no va. El corazón no hace eso, no hace
eso ni nada, ya que es una presencia.

El corazón nunca quiere algo, ése no es su lenguaje. El corazón cuando ha


despertado y brilla como el sol, es como una bella flor que perfuma el presente.
Sin pasado ni futuro, sin recuerdos ni expectativas, entrega todo en un abrazo
sin fin.

Digo entrega como una forma de decirlo, pues no entrega. El corazón no


entrega ni recibe. Sólo el ego puede dar. Sólo el ego puede recibir. El corazón
es una presencia; está o no está. Si está lo llena todo, y si no está, está tu ego.
El corazón es el amor; o está el amor o está el ego. O está el amor o estás tú.

Definitivamente, el corazón no da ni recibe. Nunca pide algo, ni nunca


quiere nada. Sólo el ego desea algo, pues el ego siempre desea algo. Cuando tú
quieras algo, eso de ningún modo proviene del corazón, sino del ego. Recuérdalo,
el ego siempre está queriendo algo.

La realización entonces, está directamente relacionada con el ego. Tiene


que ver con tus intereses, con tus deseos y tus sueños. Tiene que ver con lo que
quieres hacer, con lo que quieres vivir y realizar. Y todo eso es pensar en ti.

Desde hace siglos o milenios, te han inculcado que los demás deben estar
primero y luego tú. Te han dicho que, si piensas en ti, eso es egoísmo. Por tanto
ahí vas, siempre pensando en los demás, pues crees que eso es amor. Y eso no
es amor. Pensar en los demás también es ego. Pensar en los demás, quiere decir
que estás alimentando el ego de los demás ¿comprendes?

Si piensas en ti, estarás consintiéndote. Si piensas en los demás, estarás


consintiendo a los demás. Si piensas en ti, estarás pensando en lo que tú
quieres, y si piensas en los demás, estarás pensando en lo que quieren los
demás. Sea como sea, eso será ego. Recuerda que, el ego siempre quiere algo.

Al pensar en los demás y no en ti, eso es postergarse. Al pensar en los


demás y no en ti, eso es sólo existir. No puedes andar por la vida pensando en
los demás, y si te queda tiempo pensar en ti, pues si no te das el tiempo, ese
tiempo será siempre para los demás.

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Esto es muy parecido a esos letreros que ponen en las tienditas de
barrio. Esos letreros dicen, “mañana se fía” o “sólo mañana fiamos”. Y tú
vuelves al día siguiente, y te encuentras con el mismo aviso, “sólo mañana
fiamos”. En otras palabras, ese mañana nunca llegará, pues siempre será
mañana. Al estar pensando en los demás y no en ti, no tendrás ninguna
posibilidad de realizarte, y lo que es peor aun, no llegarás nunca a florecer.

Hasta ahora, sólo he hablado de la realización, o del árbol de la


realización. Ya hablaré del florecimiento. Pero el cuento es que, tanto la
realización como el florecimiento están ligados. Son muy diferentes, pues no
tienen la misma raíz. Sin embargo, tienen un vínculo.

No tienen la misma raíz. La raíz de la realización es el ego, y la raíz del


florecimiento es el corazón. El ego y el corazón son muy diferentes, pero algo
los relaciona. Son como la tierra y el cielo. El ego es la tierra, y el corazón es el
cielo.

Pero lo más importante aquí, es que nadie podrá llegar al cielo


directamente. Necesariamente tendrás que pasar por la tierra. Nadie podrá
florecer sin haberse realizado antes. La realización es la horizontal de la vida,
es este mundo. Para poder llegar al cielo tendrás que abrazar este mundo y
todo lo que hay en él. Para poder llegar al cielo tendrás que trascender este
mundo, y para trascender este mundo tendrás que echar raíces en él. Tendrás
que bailar con él y sembrar tu corazón en él, de lo contrario te quedarías
atrapado en el mundo.

Recuerda que, estabas buscando la paz en la meditación. Estar tratando


de encontrar la paz en la meditación, eso es querer llegar al cielo saltándose el
mundo. Y ya sabes que, eso es imposible, porque la paz no es una consecuencia
de la meditación sino una consecuencia de tu vida. Es por ello que, te he
sugerido que le entres a tu vida. Y eso significa ir al mundo, y no ir a refugiarse
a tu rincón.

Te he dicho que, en tu rincón no está pasando nada, que en tu rincón no


está la vida ni nada, sino en la calle. Te he mandado a la calle, te he mandado al
mundo, pues ahí es donde está pasando todo. Es ahí en los distintos escenarios,

119
donde experimentarás la vida, donde descubrirás todas las cosas, y es ahí en el
mundo donde tendrás que sembrar tu corazón.

Sembrar tu corazón es abrazar el mundo, y no aislarse de él. Es estar en


paz con el mundo y no en guerra. Y como estoy consciente de que, este mundo
está convertido en un caos, es por ello que te he estado hablando de la
realización, ya que la realización te permitirá permanecer de pié en este
mundo, sentirte contento, mantenerte entusiasta y vivir motivado, de lo
contrario, tú también pasarías a ser parte del caos.

La realización es la horizontal de la vida, y florecer es la vertical. No


podrás entrar al cielo si no has abrazado la tierra. No será posible que
aparezca la vertical si no hay una horizontal. La vertical depende de la
horizontal. No será posible florecer si no hay realización. No será posible que
despierte tu corazón, si no has conocido tu ego.

Has venido a este mundo para vivir en el mundo, no para refugiarte en


algún rincón. No podrás florecer saltándote el mundo. Si eso fuera posible, no
habrías venido a este mundo. No habría sido necesario. Pero este mundo es el
peaje para el cielo, para el florecimiento y la eternidad. Es el peaje en el
sentido de abrazar al mundo, ya que si no lo abrazas, te quedas atrapado en el
mundo aunque hayas bailado con él.

En tu rincón hay cierta tranquilidad, y cuando vas ahí a meditar o a lo que


sea, es posible que también sientas dentro de ti, que hay cierta tranquilidad.
Pero esa tranquilidad no es real. Por eso digo cierta tranquilidad. No es real
porque ahí en tu rincón no estás confrontándote con nada. De hecho, cuando
sales de tu rincón y te sumerges en el mundo, ahí tú mismo comienzas a darte
cuenta que, no estás tan tranquilo ni en paz como parece. ¿Y todo por qué?
Simplemente, porque esa paz y tranquilidad que sentías en tu rincón, no era
real.

Si te sientes tranquilo en tu rincón, eso no significa que estés tranquilo.


Una cosa es sentirse tranquilo y otra es estar tranquilo. Te puedes sentir
tranquilo por la mañana, pero eso no es ninguna garantía, ya que por la tarde,
puedes dejar de sentirte tranquilo. Si estás tranquilo en tu rincón (tu pequeño
mundo), pero también en el mundo, entonces es muy posible que puedas estar
tranquilo realmente.

120
Sentirte tranquilo en tu refugio, eso no tiene ninguna gracia. La gracia
está en que, estés tranquilo viviendo en el mundo y no en tu rincón, ya que es
ahí en el mundo, donde tienes que estar confrontándote permanentemente con
un montón de cosas y una serie de circunstancias. Es ahí en el mundo y estando
sumergido en él, como si nada más existiera, donde se sabrá realmente si tu
corazón ha despertado.

Despierta

Si quieres ir más allá y trascender este mundo,


tu corazón tiene que ser más grande que este mundo.

Sólo estarás tranquilo y en paz, cuando haya despertado tu corazón. Y no


sólo cuando haya despertado, sino cuando hayas abrazado al mundo. Y la única
manera de poder abrazar al mundo, es que tu corazón sea más grande que el
mundo. Si tu corazón es más pequeño que el mundo, entonces capaz que, no te
alcance ni siquiera para abrazar a tu vecino. Y si tu corazón es tan pequeño,
¿cómo pretendes abrazar el mundo?

No podrás florecer si no conoces tu ego. La realización es para que


conozcas tu ego. Tu corazón no podrá despertar si no conoces tu ego. Y al ego
se le conoce participando en este mundo, preguntándote lo que quieres y
entrándole a la vida. Al ego se le conoce subiéndote a los distintos escenarios,
asumiendo roles, tomando decisiones y llevándolas a cavo. En otras palabras, al
ego se le conoce viviendo.

Y eso es, lo que te he estado diciendo; que vivas. Te he estado hablando


de la realización, para que de ese modo dejes de existir y comiences a vivir.
Ese vivir es la realización, ese vivir es el ego. Pero este ego no tiene nada que
ver con el egoísmo. Son dos cosas muy distintas. No te confundas.

El ego tiene que ver directamente con tu Yo, en cambio el egoísmo tiene
que ver con la arrogancia, con el orgullo y la envidia, con la avaricia, la soberbia
y todo eso. El Yo entonces, es el ego. De ese Yo depende todo, por tanto no
puedes hacerlo a un lado, y mucho menos estar en su contra. Y te habrás dado
cuenta que, lo he puesto con mayúscula, puesto que es algo de suma
trascendencia.

121
Y claro que es trascendente, pues sin ese Yo no puedes vivir. Sin ese Yo,
sólo serías una marioneta, un ente o una cosa, nada más. Para poder vivir,
necesariamente tiene que haber ese Yo. Para poder descubrir el amor y llegar a
amar, tiene que haber ese Yo.

¿Cómo va ser posible descubrir el amor, si no hay un Yo? ¿Cómo va ser


posible que descubras el amor, si no estás ahí? ¿Si no hay alguien, cómo podría
descubrirse algo? Para poder descubrir el amor, la vida o lo que sea,
necesariamente tiene que haber alguien, tiene que haber un descubridor. Para
poder amar, tiene que haber un amador, un Yo.

Amar significa Yo amo. Ese Yo, es alguien. Ese Yo, puede ser yo, tú, él,
nosotros, vosotros o ellos, pero quiere decir que hay alguien. Si no hay alguien,
no se puede amar. Si no estás ahí, el “Yo amo” es realmente imposible. Sólo
habiendo alguien se podría amar, se podría descubrir, observar, cantar o reír.

Gracias a ese Yo, es posible que puedas experimentar la vida. Gracias a


ese Yo, es posible que puedas descubrir el amor. Amar significa Yo amo.
Descubrir significa Yo descubro. Vivir significa Yo vivo, ¿comprendes? Ese Yo,
eres tú. Ese Yo es quien está experimentando la vida, es quien está viviendo, es
quien está descubriendo y amando.

Para llegar al amor, no puedes llegar directamente, ya que necesitas


experimentarlo. ¿Cómo podrás llegar al amor si no has sentido amor? ¿Cómo
podrás descubrir el amor si no has recibido amor? ¿Cómo podrás conocer el
amor, si no se te ha caído ninguna lágrima de amor? ¿Cómo podrás saber lo que
es el amor, si no has soñado con el amor, si no te has enamorado ni
desilusionado?

Necesariamente tendrás que experimentarlo. Y el Yo es para eso, para


que experimentes el amor. El Yo es quien te ayudará a llegar. Es el vehículo. El
Yo es quien te permitirá experimentar la vida, quien te permitirá soñarla y
vivirla. Sin ese Yo, no llegas a ninguna parte. Sin ese Yo, no estás vivo. Sin ese
Yo, simplemente no eres ni estás.

Yo siento, Yo creo, yo soy, Yo observo, Yo descubro esto o aquello, Yo


aprendo, Yo canto, Yo río y lloro, Yo descanso, Yo laboro, Yo juego y sueño, Yo

122
voy, yo vuelvo, Yo soy esto o esto otro, ¿vas comprendiendo? Este Yo, eres tú.
Gracias a este Yo, vas conociéndote a ti mismo y descubriendo la vida.

La raíz de la realización es el ego, es tu Yo, y la raíz del florecimiento es


tu corazón. Ego y corazón, no significan ni son lo mismo, pero tienen un vínculo,
una relación. Son como dos hermanos por así decirlo. El ego es el hermano
mayor y el corazón es el hermano menor.

El ego es el mayor, porque es el que aparece primero. El corazón no


aparece primero que el ego, ya que el corazón es el amor. Recuerda que, no
puedes llegar directamente al amor, sino que tienes que experimentarlo. Y
experimentarlo es pasar por el ego. No puedes llegar al amor sin antes
descubrirlo, y para descubrirlo tiene que ser a través del ego, del Yo.

Comprende

No puedes llegar a madurar,


si no has experimentado la vida.

Primero vives y luego maduras. No puedes madurar antes de vivir.


Primero caminas y por consecuencia, luego viene la conciencia. No llegas
directamente a la conciencia. No llegas directamente al amor. Primero
descubres el amor, lo sientes y lo vives, y luego llegas al amor.

El ego aparece primero, luego el corazón. Y como el ego aparece primero,


el ego es el hermano mayor. Y esto en alguna medida es un problema. Cuando
hay dos hermanos, casi siempre se termina haciendo lo que dice el hermano
mayor. Quizás el mayor le permita al menor que dé su opinión, pero en el fondo
no lo estará escuchando ni le interesa, pues como dije, casi siempre el mayor
sale con la suya. De hecho, ya de antemano lo tenía todo decidido.

¿Y no es esto lo que constantemente te está pasando? A menudo ocurre


que, ante una circunstancia cualquiera, tu ego dice una cosa y tu corazón dice
otra, ¿no es así? Tu mente está diciendo sí y tu corazón no, o tu mente está
diciendo no y tu corazón sí. ¿Y tú que haces? Por lo general optas por no
hacerle caso a tu corazón, y sigues a tu mente. El hermano mayor habrá salido
con la suya.

123
Esto es y siempre será así en un principio, ya que al principio sólo hay ego
prácticamente. Al principio el corazón es demasiado pequeño, no tiene fuerza y
es muy vulnerable, por tanto siempre terminarás obedeciendo al ego. Cuando tu
corazón empiece a despertar, cuando empiece a crecer y a ser más grande que
tu ego, entonces recién comienzas a escuchar tu corazón y hacerle caso.

Pero tu corazón empieza a despertar gracias a tu ego, a tu Yo, pues a


través de tu Yo vas experimentando, conociendo y viviendo la vida. No hay otra
forma, necesitas ese Yo. Ese Yo te ayudará a descubrir tu corazón, y lo que es
paradójico, tu corazón no hará lo mismo por el ego. Por el contrario, lo
“destruirá”.

Sabe

Al despertar el corazón,
eso será el fin para el ego.

Ya sabes que, no puedes llegar al amor directamente, que no puedes


saltarte el Yo. Ya sabes que, es imposible florecer directamente, pues tienes
que ir por tu realización antes. Y sabes también, que para realizarte tienes que
preguntarte qué es lo que deseas, qué es lo que quieres y llevarlo a cabo.

Y para todo eso, necesariamente tendrás que pensar en ti. Tendrás que
pensar en ti y no en los demás. Tendrás que ser egoísta en el buen sentido de la
palabra. Ser egoísta en el buen sentido de la palabra, significa que, aunque
estés pensando en ti, no lo estarás haciendo por ser indiferente o por estar
lleno de prejuicios, sino porque estarás buscando tu espacio y plataforma, para
elevarte hacia el sol.

Para florecer tendrás que realizarte primero, y para poder realizarte, no


tendrás otra alternativa que pensar en ti. Tendrás que estar pensando en ti
constantemente, y como tienes que estar pensando en ti constantemente, es
posible que te la pases toda la vida pensando en ti. Es decir, corres el riesgo de
terminar siendo realmente un egoísta.

Por eso he incluido el servicio en la lista de los ocho escenarios. El


servicio te conecta directamente con el amor y no con tus intereses. El servicio
no es lo que quieres, sino amor. El servicio es amor. Cuando hagas algo sin

124
esperar nada a cambio, eso es servicio, eso es amor. Quien realice algún
servicio, estará entrando en la luminosa dimensión del amor.

La entretención

Este escenario es fundamental, sea tu tronco o no lo sea. No lo puedes


dejar de lado. Si no está presente en tu vida, tendrás serios problemas. Digo
serios, porque si no le entras a este escenario, te pondrás tan serio y duro
como un poste o una roca, y eso te dejará muy lejos de tu corazón.

Una persona seria se vuelve rígida, tajante y fea, y de ese modo será
muy difícil tratar con ella. Son personas que no tienen nada de espontaneidad,
carecen de chispa, frescura, luz y autenticidad. En otras palabras, “viven”
encerradas en su cabeza en un ambiente viciado, sin respirar el bello fluir de la
vida.

Pero en fin, lo que aquí interesa de este escenario, es que la


entretención te ayudará a no quedarte atrapado en tu cabeza, te ayudará a
liberar tensiones, soltarte y relajarte, te ayudará a ir por la vida con una
mente abierta, positiva y receptiva, con alegría y humor, y por ende, todo esto
traerá una buena salud a tus cuerpos.

Tienes que buscar lo que realmente te entretiene. No todo lo que haces


en el día te entretiene, y no con cualquier entretención vas a sentir que te
estás entreteniendo. Cada persona tiene sus formas de entretenerse. Por eso
digo que, tienes que buscar qué es lo que realmente te entretiene.

Hay cosas que a ti te entretienen pero a los demás no, y hay cosas que a
ti no te resultan entretenidas y a los otros sí. Puedes entretenerte estando a
solas o en grupo, pero el asunto es que realmente sientas que te entretienes. Y
no sólo busques entretenerte a solas contigo mismo o en grupo, sino de ambas
maneras, ya que si te entretienes contigo estando a solas, pero no eres capaz
de entretenerte con los demás, o si te la pasas muy bien con los demás pero no
contigo mismo, entonces eso significa que, todavía sigues de alguna manera
encerrado en tu cabeza.

125
Si hoy ha sido un día entretenido para ti, eso quiere decir que has
estado la mayor parte del día en el presente. Por el contrario, si ha sido un día
aburrido, eso significa que te la has pasado la mayor parte del día en tu cabeza.
O vives en el presente o te la pasas en la mente.

Ahora bien, lo más trascendente de este bello escenario,


independientemente a lo que es divertirse, es que te permite ver la vida como
si fuera un juego. Es decir, te enseña a vivir la vida intensamente;
desempeñando roles, participando, asumiendo las cosas e involucrándote, pero
sin estar apegado al resultado.

Esto es lo trascendente de este escenario. Te dice que vivas sin que te


importe el resultado. Te dice que le entres a la vida sin darle mucha
importancia a cómo te vaya. Esto no quiere decir que, no te intereses por el
resultado, sino que tiene que ver con que no te apegues al resultado.

Te dice que la vida es un juego, y como tal te invita a que lo juegues.


Jugar el juego es vivir. Jugar el juego es ir y subirse a los distintos escenarios
de la vida. Jugar el juego es participar de la vida y no mantenerse al margen.
Jugar el juego es involucrarse y no ser un mero espectador. Jugar el juego es
apostar a ganador, pero sin identificarse con el resultado. Jugar el juego es
jugar a vivir.

¿Y no es la vida un juego? Claro que sí. ¿Cómo no lo va a ser? El solo


hecho de que vengas a este mundo, y un día tengas que partir, ¿eso no te dice
nada? Independientemente a cómo te haya ido en la vida, si bien o mal, tarde o
temprano tendrás que dejar este mundo, y si te aferraras al mundo por la
razón que sea, igual te sacarán. Te sacarán del juego.

Cuando juegas, juegas a ganar. Nadie juega para perder. Pero el asunto
aquí, es que te quedas constantemente aferrado al resultado. Según si hayas
ganado o perdido, será la cara que traes. Y eso está bien. Si has triunfado te
sentirás muy feliz, y si has salido derrotado te sentirás triste, pero si te
identificas o te quedas aferrado al resultado, te quedas atrapado en el juego.

Quedar atrapado en el juego, quiere decir que te quedas atrapado en la


dualidad “ganar o perder”. Quedar atrapado en el juego, quiere decir que, te
importa más ganar que jugar. Que quieras ganar en vez de perder, eso está

126
bien, pues eso implica que, vas a ir ahí con todos los recursos con los que
cuentas, a fin de salir airoso y triunfador, pero en el fondo estás consciente
que, ese juego es sólo un juego. ¿Y no es ésa la actitud de vida para vivir la
vida?

Comprende

Vivir la vida intensamente,


es vivirla como si tu vida estuviera en juego.

Sabes que, o juegas o eres un espectador. Y sabes que si juegas, ganarás


o perderás. Si te decides entrar al juego, tienes que estar dispuesto tanto a
ganar como a perder, de lo contrario es mejor que seas un espectador. Si
decides jugar, sé que saldrás a ganar, pues ésa es la actitud que hay que tener
para jugar. Si no tienes esa actitud o intención de ganar, será muy difícil que
estés metido o involucrado en el juego.

Pero el asunto como dije, es que no te quedes aferrado al resultado. Sea


cual sea el resultado, ganes o pierdas, no te puedes quedar atrapado ahí, pues
eso es quedarse atrapado en la mente. Ganes o pierdas, eso es mente. Ganes o
pierdas, eso es ego. Ganes o pierdas, eso es para el Yo.

Sólo el Yo quiere ganar, sólo el Yo no quiere perder. El Yo, siempre


pensará así, es la dualidad. Ganes o pierdas, eso es para el ego. Yo gané o Yo
perdí, eso es para el ego. Ganes o pierdas, eso es para la mente, en cambio el
juego en sí, es el presente.

Con la vida es lo mismo, es un juego. He estado hablando a cerca de los


escenarios de la vida, para que así puedas ver con mayor claridad, lo
trascendente que es la realización. ¿Y qué es la realización sino jugársela?
Claro que sí, es un juego muy hermoso, es el juego de la vida.

Recuerda, o vives o existes. Vivir es jugársela, existir es ser un


espectador. La realización es el juego de la vida. Para realizarte tienes que
salir a ganar, pues ésa es la actitud que tienes que llevar para estar entero en
lo que haces, de lo contrario no estarías jugándotela.

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La realización es el juego de la vida. La realización es subirse a los
escenarios. Y te subes a ganar ¿no cierto? En otras palabras, te subes
pensando en que todo te va a salir bien. Nadie hace algo para que le vaya mal.
Todos apostamos a ganador, todos apostamos para que nos vaya bien.

Subirse a los escenarios, eso es la realización, y no subirse es ser un


espectador. Al subirte a los escenarios que sean, te irá bien o te irá mal. Si te
subes, tienes que estar dispuesto tanto a que te vaya bien como a que te vaya
mal, de lo contrario es mejor que no te subas.

Si te subes o le entras, sé que lo harás pensando en que te va ir bien, ya


que ésa es la actitud que tienes que tener en todas las cosas que haces. Es
decir, sé que pondrás todo de tu parte para que todo salga bien, pues estarás
pensando en tener un buen resultado. Sin embargo, aunque hagas lo que hagas
por tener un buen resultado, y es lo que tienes que hacer realmente, hacer
todo lo necesario para obtener un buen resultado, no te quedes aferrado al
resultado.

Si te quedas aferrado al resultado, te quedas atrapado en los


escenarios. Recuerda que, tienes que trascender los escenarios. Recuerda que,
la realización tiene que ver con el ego, con el Yo. Y recuerda también, que la
realización no es un fin sino un medio.

Quiero que vayas por tu realización, que te realices, pero no con el


propósito de que lo tomes como si fuera un objetivo que tienes que lograr, o
como una meta a la cual tienes que llegar y si no estarás frito, sino porque la
realización es la vía al florecimiento, siempre y cuando por cierto, no te
identifiques ni te aferres al resultado.

Si te aferraras al resultado, te quedas atrapado en el tiempo, sea en el


futuro o en el pasado. Cuando juegas, por cierto que sales a ganar, pero si
estás obsesionado con la idea de ganar, te quedas atrapado en el futuro, ya que
esa obsesión por ganar, será lo que te impedirá estar presente en el juego
¿entiendes? O estás pensando en ganar o juegas. Una de dos.

Terminado el juego, hayas ganado o hayas perdido, si te aferras al


resultado, te quedas atrapado en el pasado. Si te quedas pensando en que
ganaste o que perdiste, eso es estar en el pasado y no en el presente, ¿lo

128
entiendes? Lo esencial aquí, es que comprendas que el juego es lo más
importante, y no así el resultado, ya que el juego es el presente. Aunque salgas
a ganar, el jugar es lo relevante, no el resultado.

Lo mismo ocurre con la realización. Aunque te subas a los escenarios


queriendo que te vaya bien, lo esencial ahí es que te subas, y no el cómo te
vaya. El cómo te vaya es para el ego. Si te quedas atrapado en el cómo te vaya,
te quedas atrapado en la realización. Te vaya bien o te vaya mal, si tomas la
realización como un fin, te quedarás atrapado en el ego, y el florecimiento no
sucederá.

Quedarse atrapado en el ego o en el Yo, significa que te has quedado


aferrado al resultado. Te vaya bien o mal, de las dos maneras te quedas
atrapado en el ego. Que te vaya bien o que te vaya mal, eso es del ego. Sólo el
ego piensa así. Sólo el ego piensa “me fue bien” o “me fue mal”, ¿comprendes?

Al estar pensando que te fue bien, quiere decir que hay un Yo pensando
eso. Y lo mismo ocurre si estás pensando que te fue mal. Si estás pensando que
te fue mal, ahí hay un Yo que está pensando eso. Te haya ido bien o te haya ido
mal, si estás pensando en ello, entonces ahí hay un Yo aún. Mientras haya un Yo
aún, estarás atrapado en la dualidad.

La realización no es un fin sino un medio para florecer. Pero como dije,


siempre y cuando no te quedes aferrado a cómo te haya ido. Si te quedas
aferrado a cómo te haya ido, te sentirás ganador o perdedor. Y sabe que, no
hay nadie en la historia de la humanidad, que sintiéndose ganador o perdedor,
haya florecido, pues sentirse así, eso es ego.

Una cosa es ganar o perder, y otra es sentirse ganador o perdedor. Si le


entras al juego, podrás ganar o perder. Y no hay problema con ello, pues eso es
un juego. Es decir, en un juego ganas o pierdes. Pero si te sientes ganador o
perdedor, eso ya es ego. Si te subes a los escenarios, te podrá ir bien o mal,
pero si sientes que has tenido éxito o has fracasado, eso es puro ego.

Es por ello que, a los discípulos nunca les he dicho que vayan por el éxito,
pues el éxito en sí es un fracaso. Es un fracaso, en el sentido que es puro ego.
Sólo el ego va por el éxito. En cambio el corazón no. El ego siempre quiere algo.

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Siempre anda tras alguna cosa, siempre tras algún interés. El corazón no.
Nunca quiere algo ni conoce ese lenguaje.

Observa

El corazón es puro amor,


ése es su idioma.

Nunca le he dicho a alguien que vaya tras el éxito, pues eso es mandarlo
directamente al hoyo, al ego. ¿Has observado a la gente exitosa? ¿Los has
observado por dentro? ¿Los has mirado a los ojos? Están muertos. No hay nada
vivo ahí, sólo el ego.

El éxito y el fracaso, son uno de los círculos viciosos más nefastos de la


sociedad. Desde temprana edad, a los niños se les mete la idea del éxito. Es
decir, en un ambiente de competencia, se les prepara e inculca, tanto directa
como indirectamente, que tienen que ser alguien en la vida y ser los mejores
(destacar sobre el resto), y eso como dije, es mandarlos directamente al hoyo
de la inconciencia.

O los mandas al ego o los mandas al corazón. Y el éxito está en el ego, no


en el corazón. Tanto el éxito como el fracaso, se hospedan en el ego. En el
corazón se hospeda el amor. Recuerda que; el ego es la dualidad, y el amor es la
unidad. Ya sabes entonces, a dónde esta sociedad ciega, está mandando a tus
hijos. Si aún es tiempo, rescátalos del hoyo, y encamínalos al encuentro de su
corazón.

Es bueno saber que, no todos pueden ser exitosos. De hecho, para que
unos alcancen el éxito, necesariamente otros tienen que fracasar. Y te lo diré
de una manera más simple y concreta, para que así puedas entenderlo mejor.
Por cada uno que tenga éxito en el mundo, son cientos de miles los que
fracasarán. En otras palabras, gracias a los cientos de miles que fracasan, sólo
algunos podrán tener éxito. Y todo esto, la misma sociedad ciega, lo fomenta y
lo avala.

Si hay alguien por ahí hablando del éxito, huye rápido, antes de que sea
demasiado tarde. Si no estás atento, puede que enganches y llegues a ser con
suerte alguien exitoso, lo que significará que ya estarás en el hoyo. Por lo

130
contrario, si fracasas, también estarás en el hoyo. Y en el mismo hoyo. Tanto
los exitosos como los que fracasan, están en el mismo hoyo. Ese hoyo se llama
ego.

Yo no quiero que ninguno de los discípulos tenga éxito. Sé que a unos les
irá bien y a otros mal, eso es inevitable, pero a nadie le deseo el éxito ni
tampoco el fracaso. Quiero que trasciendan realmente este círculo vicioso y
vayan por el florecimiento. No quiero que vayan por el éxito, pues eso es
mandarlos al ego.

Yo también los estoy mandando al ego, pero de otra forma y con otro
propósito. Los estoy mandando al ego a través de mandarlos a que se realicen,
pues la realización tiene que ver directamente con el ego y no con otra cosa.
Pero la gran diferencia está en que, la realización no es un fin sino el medio
para florecer, siempre y cuando como dije, no te quedes atrapado al cómo te
vaya.

En cambio el éxito es un fin, un propósito concreto. Ya llegando ahí, ahí


te quedas. Si tienes éxito, ahí te quedas, y si fracasas ahí también te quedas,
salvo que quieras salir de esa situación e intentes ir nuevamente haber si
tienes éxito. Ahí te quedas significa, que te quedas atrapado en el ego. Te
quedarás como alguien que ha tenido éxito o que ha fracasado, pero de
cualquiera de las dos formas, eso es ego. Podrás ir y venir, sea del éxito al
fracaso o del fracaso al éxito, pero en cualquiera de las dos condiciones en las
que te encuentres, estarás atrapado en el hoyo de la dualidad.

La realización no es un fin ni una meta, sino el océano de la dualidad que


tienes que atravesar y trascender, para así llegar a tu corazón, al amor.
Recuerda que, no puedes llegar al amor directamente, sino que tienes
necesariamente que experimentar todas las facetas de tu Yo. La realización es
para eso, para el Yo, pero de ningún modo es un fin, no es una meta.

La aventura

Este bello escenario, es imprescindible para que la vida siga siendo vida,
de lo contrario todo terminará muerto. Si las cosas siguen así como están, este
mundo se convertirá en un cementerio viviente, en algo muy feo. Es decir, no

131
habrá arte ni poesía, magia ni inocencia. Sólo habrá existencia y no vida. Y con
esto me estoy refiriendo a la mente. Sólo habrán mentes y no corazones.

Por cierto que, las distintas sociedades del mundo, han sido creadas por
la mente. Y eso está bien, pues la mente es para eso. Pero el cuento es que,
todas las sociedades creadas hasta ahora, han ido en perjuicio del corazón. En
el fondo, todas las estructuras creadas, se han convertido en cárceles para el
corazón.

¿Y no es en esto en lo que se ha convertido la sociedad? ¿No es acaso


esta sociedad una cárcel para los corazones? ¿No son acaso las estructuras de
la sociedad, las que mantienen a los corazones tras las rejas? Pues claro que sí,
ya que esta sociedad ha sido “creada” para los egos y no los corazones. En vez
de ser el jardín de los corazones, se ha convertido en la pista de baile de los
egos.

¿De qué sirve tanta estructura, si los corazones estarán presos y los
egos andarán sueltos? Cuando los corazones están presos, la vida pierde su
gracia, pierde su encanto y su luz. Deja de ser la sinfonía que es, pierde su
fragancia, su color y belleza. Deja de ser misteriosa, y se convierte en algo
muy feo, insípido y cuadrado.

Así como la sociedad se puede volver muy fea, quizás muy ordenada y
bonita por fuera, pero sin un corazón, así también del mismo modo, tú puedes
llegar a convertirte en lo mismo, en algo muy feo. Y esto ocurre simplemente,
cuando te llenas la cabeza con mil cosas.

Cuando tu mente está llena de estructuras, y “vives” de acuerdo a ellas,


entonces te vuelves muy rígido, te vuelves sin gracia y feo, pues al irte a la
mente y permanecer ahí, te alejas inevitablemente del presente. Y al
distanciarte del presente, inevitablemente también, te alejarás de tu ser y de
las cualidades que todo ser tiene, como son la inocencia, la espontaneidad, la
autenticidad, la naturalidad y la simpleza. Y te vuelves feo, no sólo por tener
tanta cosa en la cabeza, sino porque al tener tanta cuestión en la cabeza, se te
hará totalmente imposible estar en el presente. Y si no estás en el presente, te
pierdes la vida, ya que la vida sucede en el presente.

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Cuando tu cabeza comienza a llenarse de estructuras, ahí por lo general
ocurren dos cosas importantes dentro de otras tantas. Una, tu propia vida se
vuelve demasiado estructurada, y dos, empiezas a inventarte un mundo
paralelo.

Una vida demasiado estructurada, es una vida sin ninguna gracia, sin
sentido y contenido. Es una vida sin corazón. No estoy diciendo con esto, que no
tengas un corazón. Lo que sí estoy diciendo, es que tu corazón estará ausente.
Y de esa manera, todo lo comenzarás a manejar y controlar desde tu mente.
Una vida demasiado estructurada, es sólo mente.

Será como una hermosa casa, pero desabitada. Una casa por muy bonita
que sea, es sólo una estructura, nada más. Una casa puede ser bonita o fea,
pero si está desabitada es sólo una estructura. Las casas son para habitarlas,
para llenarlas de vida, y no para que permanezcan vacías.

Y en eso se convierte la vida de alguien cuando tiene en su cabeza


muchas estructuras. Se convierte realmente en una casa desabitada, en una
existencia vacía. Se convierte en una hermosa casa alfombrada, con lindos
muebles, jarrones finos y todo eso, pero sin ningún niño corriendo ni jugando en
ella, ¿comprendes?

Lo que hay que entender, es que las estructuras tanto a nivel colectivo
como individual, son realmente necesarias, siempre y cuando por cierto no
asfixien tu corazón. Todas las estructuras, sean las que éstas sean, tienen que
estar al servicio de la vida, al servicio de tu corazón. Si no es así, si tu corazón
no puede danzar ni cantar libremente, entonces esas estructuras se
convertirán en cárceles. No habrá vida ahí.

Contigo pasa lo mismo. Todo lo que tengas en tu cabeza, tiene que estar
realmente al servicio de la vida, al servicio de tu corazón. De lo contrario, tu
mente tomará el control de tu vida. No estoy diciendo que no pienses, que no
razones y todo eso, o que no tengas nada en la cabeza, pero todo lo que tengas
tiene que estar al servicio del rey. Y ese rey es tu corazón, no lo olvides.

La mente es la casa, el castillo, el corazón es el rey. El castillo ha sido


construido para el rey, y así también, la mente ha sido creada para estar al
servicio del corazón. Si la mente está al servicio de si misma, como suele

133
ocurrir en la mayoría de las personas, entonces el corazón queda ausente y
relegado a segundo plano. Es como si el castillo llegara a ser más importante
que el rey. Si el castillo llega a ser más importante que el rey, entonces la
presencia del rey no sería necesaria.

Lamentablemente hoy en día, la gente está así. Son como estos castillos
sin un rey. Son como esas casas enormes pero sin niños haciendo rondas. Son
sólo mente y nada de corazón. O mejor dicho, son mucha mente y sólo una pizca
de corazón. Y como decía, la mente toma el control absoluto de todo, y la
presencia del corazón pasa a ser irrelevante.

Cuando la mente toma el control, te alejas enormemente de la vida, pues


la mente no tiene nada que ver con la vida, salvo que la mente esté al servicio
del corazón. Si tu mente está al servicio de tu corazón, entonces tu mente y
corazón, pasan a conformar una gran fuerza de vida.

La mente no tiene nada que ver con la vida. La mente es pasado, es


futuro, en cambio la vida es el presente. Cuando la mente toma el control, ésta
irremediablemente te llevará al pasado o al futuro, y ahí vivirás. Te volverás su
esclavo. No conocerás la dicha de ser libre, de ser libre del pasado y el futuro.

Como decía, una persona con mucha cosa en la cabeza, su vida se vuelve
demasiado estructurada. Esto quiere decir que, no hará nada sin haberlo
consultado antes con su mente. Todo lo pasará primero por su cabeza, lo que
hará que, se la pase todo el día pensando, y por ende, sus sentimientos se irán
quedando dormidos. Se la pasará pensando o soñando, pero se perderá la vida.

Cuando todo lo pasas por tu cabeza, te vas distanciando de tu ser, ya que


el ser respira, crece y evoluciona sólo en el presente. La mente es pasado o
futuro, el presente es la vida. El pasado y el futuro están sólo en tu mente. El
pasado y el futuro es para tu mente, en cambio el presente es para tu ser. Tu
ser no puede vivir en el pasado, ni tampoco en el futuro. Tu ser sólo vive en el
presente.

Sabe

Así como lo que es el agua para el pez,


así también es el presente para el ser.

134
Cuando todo lo pasas por tu cabeza, te vas distanciando del presente, de
la vida, y empiezas a inventarte una serie de mundos en tu mente, mundos que
no existen en ninguna parte salvo en tu mente. Y lo grabe aquí, no es lo que te
inventes, pues ése no es el problema, sino que, lo que te inventas por lo general
pasa a ser más real que la propia realidad.

¿Y no es esto lo que le pasa a la gente? ¿No son acaso los mundos que
han inventado, más reales que el propio mundo? ¿No son acaso sus dioses, los
que han pasado a ser más reales que la vida misma? ¿No son acaso sus
verdades, las que han pasado a ser más verdaderas que la verdad que es Una?

¿No has observado? ¿Acaso en este mundo, no ha pasado a ser más


importante tener una cuenta bancaria que ser un ser humano? ¿Acaso en este
mundo, no ha pasado a ser más real tu Dios que la brisa acariciando tu rostro?
¿No es acaso en este mundo, donde el creer y el entender, pasó a ser más real
que tu corazón, y donde el querer y el tener, desplazó a tu ser? ¿No es acaso
en este mundo, donde el sistema de vida remplazó a la vida?

Al vivir en tu mente, comienzas a inventarte una serie de mundos,


mundos que a la corta o a la larga, irán tapando el verdadero mundo que es Uno
solo. Lo mismo ocurre con la verdad. En la medida que se van inventando
verdades, éstas van tapando a la verdad que es Una.

Es por ello que, este mundo no es un mundo unido, pues se han inventado
muchos mundos paralelos. Y lo grabe aquí, es que estos mundos han pasado a
ser más reales e importantes que el propio mundo. Estos mundos paralelos, han
tapado a ese hermoso mundo verdadero. Han tapado tu corazón, han asfixiado
tu ser y paralizado la vida.

Ese mundo verdadero, es el mundo de la inocencia, donde el amor y la


libertad, danzan en armonías sin fin. Ese mundo verdadero, es el mundo de la
unicidad, de la fraternidad y la solidaridad, donde todos se miran unos a otros
como hermanos, y no según lo que tienes, según como te vistes o según en lo
que crees. Es decir, donde la luz del sol brilla para todos, y donde todos le
cantan a un mismo sol; el amor.

135
¿Y qué tenemos hoy en día? Hoy tenemos a un mundo que está tapizado
de mundos inventados. Hoy tenemos una serie de mundos que, aunque hayan
sido creados con el fin de unificar a este mundo, hoy lo tienen totalmente
dividido. Así tenemos al mundo de los cristianos, al de los musulmanes, israelíes
y grupos protestantes, al de los budistas, hindúes, taoístas y muchos otros,
pues hay tantos más. En otras palabras, tenemos a un mundo donde la luz del
sol brilla para todos, pero donde todos le cantan sólo a su propio sol; sus
creencias.

Todos estos mundos sin excepción de ninguno, son los que no dejan ver al
mundo verdadero. Todos estos grupos, se han convertido en sectas en relación
a la vida. Toda esta gente tiene totalmente dividido al mundo, no así sus
respectivos Maestros, los cuales sí fueron y son del verdadero mundo.

Todos estos grupos sin excepción de ninguno, son los que han tapado a la
vida, pues la vida no es cristiana, no es musulmana, israelí, protestante,
budista, hindú, taoísta o lo que sea. La vida no tiene apellidos. Tú la puedes
llamar como quieras, puedes creer de ella lo que se te antoje y puedes vestirla
como se te dé la gana, pero ella permanecerá desnuda y libre tal como es, sin
apellidos, vestimentas y todo eso.

Este mundo que es Uno, ha sido realmente suplantado por todos estos
mundos minúsculos. Y la mayoría de las personas, están atrapadas en estos
pequeños mundos. Mundos que no sólo son pequeños, sino que están llenos de
esquemas, fundamentos y creencias, que por cierto, no tienen nada que ver con
la vida, pues la vida no tiene esquemas, fundamentos ni tampoco creencias.

¿Sabías que ningún cristiano puede estar en el presente? ¿Sabías que es


imposible que un budista esté en el presente? ¿Y sabes por qué? Simplemente,
porque ser cristiano, budista o lo que fuere, eso es una creencia. Viene de la
mente. Y si viene de la mente, no puedes estar en el presente. O estás en tu
mente o en el presente.

Ser cristiano es estar identificado con ese mundo, y al estar


identificado con ese mundo, actuarás de acuerdo a ese mundo. “Vivirás” de
acuerdo a lo que en ese mundo se cree. Y una cosa es vivir realmente, y otra es
vivir de acuerdo a lo que se cree. Una cosa es la vida, y otra es lo que se cree
de ella. La vida es presente, y lo que se cree de ella es mente.

136
De la misma manera, ser budista o lo que sea, eso es estar identificado
con ese mundo. Sea cual sea el mundo al cual estés identificado, eso es mente.
En este caso, estarás atrapado en el pasado, pues Buda es pasado, historia.

Buda ya pasó, ya es historia. Estuvo un tiempo en este mundo y se fue.


Anduvo, bailó, sonrió, voló y se fue. Ya no está con nosotros. Buda se fusionó al
presente, desapareció ahí en el presente. Buda es el Presente. Si quieres ir a
su encuentro, lo hallarás en el presente. Buda ya no está con nosotros, se fue, y
en el sentido profundo de la palabra, interiormente sigue con nosotros, no se
ha ido, pero ya sabes a que me refiero. Buda ya no está, y todo lo que queda de
él es historia.

Jesús ya pasó, también pasó a ser historia. Se disolvió en el amor. Jesús


es el Amor. Debe ser el ser con el corazón más grande que haya caminado por
este mundo. Pero el asunto es que, ya no está con nosotros. En el sentido
profundo aún está con nosotros, no se ha ido. Si quieres ir a su encuentro anda
a tu corazón. Pero ya no está en este mundo. Todo lo que queda de él es
historia.

Lo mismo sucede con Nanak, Saint Germain, Confucio, y tantos otros y


otras. Todos se han ido. Ya no están aquí con nosotros. En el sentido profundo,
sí siguen aquí, sí siguen con nosotros, no se han ido. Si quieres ir a su
encuentro, anda a tu corazón. Ahí en tu corazón están todos, pues ahí no hay
religiones, nacionalidades ni nada de eso, sino amor.

Todos ellos y ellas, ya no están con nosotros, se han ido. Han pasado a
ser parte de la historia. Y la historia es mente, es pasado. No estoy diciendo
que deseches la historia o que te olvides de tu pasado, pues ahí hay muchas
cosas que observar. Lo que sí estoy diciendo, es que la historia no es el
presente, sino el pasado.

Tú al nacer, naces sin historia. Lo más probable es que, tanto tu madre


como tu padre tengan historia, pero tú no. Tu no tienes un pasado (a lo que esta
vida se refiere), y no lo tienes simplemente, porque vienes recién naciendo.
Esto de no tener historia, de no tener pasado ni futuro, eso es el ser.

137
Cuando naces, no eres cristiano, budista, jaina, zen ni nada que se le
parezca, sino que Eres. Y ese Eres lo pongo con mayúscula, porque eso es lo que
Eres realmente; un Eres a solas, un Eres desnudo, sin historia. Ese Eres es tu
ser, ese Eres eres tú. Todo lo demás, es decir ser cristiano, yoghi, musulmán,
budista o lo que sea, eso es mente.

Todo lo demás, es decir ser italiano, francés, noruego o lo que sea, eso
es mente. Nadie nace siendo italiano, nadie es francés o noruego al momento de
nacer. Naces desnudo, sin ningún tipo de ropa social o como se llame. De hecho,
naces literalmente desnudo, y después te visten. Cuando naces nace un ser, eso
es todo. Y según donde naces, después vienen las vestimentas. Primero naces
desnudo, y luego según donde naces y las circunstancias que te rodean, después
viene la lógica, el razonamiento y la identificación.

¿Y cuál es esa lógica? La lógica es muy simple. Si naces en Italia serás


italiano y si naces en Francia serás francés. Si naces en Noruega no serás
mexicano sino que un noruego, y si naces en México no podrás ser noruego sino
que un mexicano ¿entiendes? Todo eso es lógica, es razón e identificación, y
todo ello es mente.

Si naces en Cuba serás un cubano, pero esto de que serás un cubano, de


ninguna manera lo determinará la vida, sino la mente. Si nacieras en Cuba, la
vida no te parirá como cubano, sino que simplemente te parirá como ser, pues
eso es lo que Eres, un ser. La vida te parirá tal como Eres, como un ser
desnudo, sin vestimentas y sin historia. Te dará a luz. Dar a luz significa, que la
vida depositará un ser en el presente. Recuerda que, el ser solamente respira
en el presente, es su océano. Por tanto, la vida te parirá en el presente. No
habrá otro lugar ni otro momento que ése, pues el presente es el océano de tu
ser, su espacio, su templo y su universo.

Ningún cristiano o budista podrá estar en el presente, ningún israelí ni


ningún musulmán, pues todos ellos viven de acuerdo a sus creencias y no a su
ser. Ningún chino o inglés podrá estar en el presente, ningún pobre ni ningún
rico, pues todo eso lo ha determinado la mente. La vida nunca parirá a un
cristiano, nunca parirá a un chino o a un pobre, ya que la vida sólo puede parir
seres.

138
Si alguien es musulmán, es porque está identificado con ello, nada más,
pero la vida nunca parirá musulmanes. Si eres pobre, es porque así te has
considerado, pero la vida nunca parirá pobres o ricos, ¿estás entendiendo? Si
crees que eres español, pues naciste en España y las leyes así lo estipulan, está
bien, no hay ningún problema, pero eso lo ha determinado la mente, no la vida.
En otras palabras, a los españoles sólo los puede parir la mente. Todos los
pobres, todos los ricos, todos los israelíes, hindúes y los budistas, todos los
blancos y los negros, todos los eruditos e ignorantes, todos ellos sin excepción,
son y serán hijos de la mente. Todos ellos han sido creados ahí. Es más, son
como clones mentales.

Creerás que eres rico, alemán, alto, indio o lo que sea, dependiendo con
qué estás más identificado. Y según eso, así te considerarás. Si eres pobre y
además alemán, pero no estás para nada identificado con tu nación, entonces
primero serás pobre y después alemán. Te considerarás un pobre alemán y no
un alemán pobre.

Con los indígenas pasa muy a menudo. La mayoría de los indígenas son
indígenas primero, luego viene el Continente o el País. Es más fácil encontrar a
un indígena africano que a un africano que se considere indígena. Es más fácil
encontrar a un indígena peruano que a un peruano indígena, pues están más
identificados con su mundo.

Si tu piel es negra y naciste en Brasil, y si estás más identificado con la


raza que con otra cosa, entonces dirás que eres negro, no que eres brasilero.
Incluso se puede dar el caso que nazcas en el agua, y estés muy identificado
con el agua, la nueva era y este milenio, entonces es posible que te consideres
aguano, tal vez acuariano, o que eres miembro de la raza del futuro o algo así.
Si naces en un helicóptero, te podrías considerar que eres un helicopteriano.

El cuento es que, sea lo sea que te consideres, sea lo que sea que te
creas que eres, todo eso vendrá de la mente. Y si viene de la mente, estás en la
mente. Por tanto no podrás estar en el presente. En el presente sólo podrás
estar tú, no tu mente. Sólo un ser podría estar en el presente, todo lo demás,
sea lo que creas, lo que consideres, lo que determines y todo eso, viene de tu
mente.

139
Todo lo que creas acerca de lo que sea, todo eso está en tu mente, no en
el presente. Todo lo que consideres, todo lo que determines, tu pasado y tu
futuro, tu currículum como tu historia, todo eso está en tu mente. Sólo un ser
puede estar en el presente. Pero este ser tiene que estar desnudo, sin
identificaciones, sin pasado ni futuro, sin historia ni nada. En otras palabras,
cara a cara al mundo, cara a cara a la vida que es el presente, sin inventos ni
mundos paralelos.

Así como todos estos mundos minúsculos inventados por la mente, han
tapado al verdadero mundo, así también de la misma manera, las religiones, las
nacionalidades y tanta creencia, han tapado a tu ser. Es por ello que, te cuesta
tanto verte a ti mismo y saber quién eres, pues tienes tantas vestimentas y
tanta cuestión encima.

Para eso es la aventura, para que vayas dejando tu mente y vayas


acercándote al presente. Para que de algún modo dejes de pensar tanto y vayas
viviendo el ahora. Mientras más te acerques a tu mente, más lejos del presente
estarás. Mientras más lejos del ahora, más lejos de tu ser estarás. Y mientras
más lejos de tu ser estés, más lejos estarás de tu inocencia, que es la cualidad
raíz por así decirlo de todo ser.

El escenario de la aventura es realmente maravilloso. Es entrar a lo que


sea sin pensarlo. Es ir sin pensar en volver. Es meterse en cualquier cosa sin
ninguna expectativa. Es un salto al vacío. Es caminar, sin que importe de dónde
vienes ni a dónde vas. Es subirse al ahora, sin pasado y sin futuro, sin historia
ni objetivos. Realmente es vivir. Es entrar al presente y ahí disolverse.
Realmente es morir.

Cuando comencé con esto de la aventura, y eso fue hace años, muchos
pensaron que, me iba a referir a un viaje a la montaña o algo así. Y otros
muchos, lo primero que se les vino a la cabeza, fue una aventurilla amorosa. Y
no es raro que hayan pensado eso, pues muchos son los que a muy temprana
edad, terminan siendo sedentarios. Y muchos son también, los que por no tener
sus aventurillas románticas en el momento oportuno, luego terminan
deseándolas y soñándolas, pero ya es demasiado tarde, pues ya están casados.

Esto de la aventura, se los hablé con el solo propósito de que se dieran


cuenta, que no son tan cabezones como dicen, y que tienen un tremendo

140
corazón. Les hablé de la aventura, para que se dieran cuenta que no son tan
cuerdos como se la creen, y que tienen un alto nivel de locura. Ése fue el fin.

De hecho, les fui preguntando qué locuras habían hecho en su vida.


Cuando les pregunté sobre eso, la mayoría sonrió. Y claro, ¿cómo no vas a
sonreír? Cuando comienzas a recordar todas las locuras y tonteras que has
hecho, no te queda otra alternativa que reírte. En la medida que se iban
recordando, algunos se reían a carcajadas.

Hazlo tú. Comienza a recordar las locuras que has hecho. Haz memoria.
En la medida en que te vayas acordando de todas las travesuras que has hecho,
comenzarás a reírte. Es posible incluso, que al acordarte de algunas de ellas
sientas un poco de vergüenza. Y está bien, pues eso es parte de tu inocencia.

Pero el asunto es, que después de reírte o que te venga algo de


vergüenza, comenzarás a decirte algo así como; ¿cómo es que me atreví a hacer
semejantes cosas? ¿De dónde saqué agallas para todo eso? Y es probable
también que digas; ¡qué locura, las cosas que hacía cuando era chico! Y tal vez
puede que termines diciendo; ¡qué manera de pasarlo bien! Y puede que la
remaches diciendo; ¡eso sí que era vida! ¡Ésos sí que eran buenos tiempos!

Realmente en esa época la pasaste muy bien. Pero no fue porque eras
más pequeño y no pensaras bien las cosas, no fue porque eras más joven y
tuvieras una mayor vitalidad, ni fue tampoco porque aquellos tiempos eran
mejores, sino porque estabas más vivo. Es decir, estabas más en la vida que en
tu mente. Y la única manera de estar más en la vida, es estar en el presente.
Estabas más en el presente que en tu mente.

Son muchos los que dicen, que los tiempos de ayer fueron lejos mucho
mejores. Y tienen razón, pues la mayoría de las personas cuando son más
jóvenes están más vivas. Por tanto no pueden decir otra cosa. Pero están más
vivas no porque los tiempos pasados fueran mejores, sino porque vivían más en
el presente.

Sabe

Si estás en el presente,
estarás volando libre por el espacio infinito.

141
Si estás en tu mente,
estarás como un loro encerrado en una jaula.

Si en el pasado viviste más en el presente, y por tanto te sentías más


vivo, entonces dirás que esos tiempos fueron los mejores de tu vida. Y si hoy te
sientes más vivo, dirás que no hay como los tiempos de ahora. En el fondo, no
hay una época mejor o peor, sino que es una cuestión de estar en el presente.

No hay buenos tiempos ni malos tiempos, pues eso es sólo mente. De


hecho, si dices que los tiempos pasados fueron los mejores de tu vida, o que no
hay como los tiempos de ahora, entonces significa que estás en tu mente, pues
estás haciendo una comparación. Cualquier comparación que hagas, tiene que
hacerse desde la mente.

En el presente la comparación no existe. Para comparar los tiempos del


pasado con los tiempos de ahora, es necesario que estés en tu mente. En el
presente no puedes comparar, ya que es una unidad. No hay tiempos mejores o
peores, eso sólo está en tu mente.

Sólo en tu mente pueden haber comparaciones. Sólo en tu mente puede


haber algo que es mejor o peor. Sólo en tu mente pueden haber malos o buenos
tiempos, y sólo en tu mente puede haber tiempo. El tiempo realmente no
excite, salvo que estés en tu mente. Una flor no sabe de tiempos buenos o de
tiempos malos, no sabe del ayer ni del mañana, y definitivamente no tiene la
menor idea de lo que es el tiempo, pues vive en el presente, en la eternidad.

Muchas personas constantemente están diciendo que, hoy es un buen día,


o un mal día, pero eso es sólo mente, pues los días no son buenos ni malos, sino
días simplemente. Si estás pensando que hoy es un buen día, eso quiere decir
que para ti es un buen día, pero no que el día sea bueno, ya que como dije, no
hay días buenos ni malos. Lo mismo ocurre si estás pensando que el día no es
bueno. Si el día no es bueno, es porque para ti no es bueno, pero no porque no
sea bueno.

Si estás pensando que el día es bueno o que es malo, no es porque el día


sea bueno o malo, sino porque estás pensando en lo que vas hacer ese día
¿comprendes? Si ese día ibas a ir de paseo a la montaña o a pescar al río, y

142
amanece lloviendo, te acercarás a la ventana y te dirás, éste no es un buen día,
o ¡qué día más feo!

Incluso en ese mismo instante en que, estás diciendo que ese día no es un
buen día, puede que haya alguien diciendo lo contrario. Puede que haya alguien
diciendo, este día sí que es un buen día, o ¡qué día más maravilloso! Y lo dirá,
porque estará pensando en lo bueno que será esa lluvia para sus cultivos, pues
hace como cuatro meses que no llovía, ¿estás entendiendo? No es que hayan
buenos o malos días, sino que eso es tu parecer. Dependiendo de lo que ibas
hacer, algunos días te parecerán buenos y otros malos. Según cómo te haya ido,
dirás que ese día fue un buen día para ti, o tal vez el peor que has tenido en tu
vida.

La lluvia no es fea ni bonita, sino lluvia simplemente. A veces llueve


torrencialmente y a veces es una delicada y sutil llovizna. A veces llueve con
frío y a veces con calor, pero la lluvia es así. No es fea ni bonita, sino lluvia. La
lluvia no es fea ni bonita. Los días no son buenos ni malos, y no hay tiempos
mejores ni peores.

En el presente no existe el tiempo, eso sólo existe en tu mente. Cuando


observas una flor, la puedes observar desde tu ser o de tu mente. Si la
observas desde tu ser, ahí habrá sólo presente. Podrás acariciarla, respirarla,
contemplar sus colores y todo eso. No habrá pasado ni futuro, ni un ayer ni un
mañana. No habrá algo bueno ni algo malo, ni algo que sea mejor o peor.

Al contemplar la flor, y esto es observar desde tu ser, ahí estarás tú y


la flor, nada más. Tú y la flor danzando en la eternidad. Sin tiempo, sin
comparaciones, sin pareceres ni determinaciones. Y al salir de ahí, de la
eternidad a la realidad que gobierna tu mente, es muy posible que digas algo así
como; tuve la sensación en un momento dado, como si el tiempo se hubiera
detenido.

Pero el tiempo no se ha detenido. El tiempo en realidad, ha seguido su


curso. No se ha detenido ni nunca se detendrá, pues el tiempo no se detiene ni
lo puedes detener. Si tuviste la sensación ésa, de como si el tiempo se hubiera
detenido, en ningún caso fue porque se hubiera detenido realmente, sino
porque estabas en el presente y no en tu mente.

143
Cuando estabas en el presente contemplando esa flor, en tu mente
mientras tanto, el tiempo continuaba existiendo. Y continuaba existiendo
porque el tiempo está ahí en tu mente. Esa sensación de que el tiempo se
hubiera detenido, es sólo una sensación que trata de explicar lo inexplicable, ya
que en el presente no existe el tiempo. Si el tiempo existiera en el presente,
entonces podría detenerse, podría retrazarse o apurarse, pero no existe en el
presente. Sólo existe en tu mente. Cuando estés en tu mente, siempre habrá
tiempo. Cuando estés en el presente, estarás en la eternidad.

Sabe

Así como el presente es el océano del ser,


así el tiempo es el océano de la mente.

La mente siempre navegará en el tiempo. Siempre irá de allá para acá y


de acá para allá. Siempre estará moviéndose del pasado al futuro y del futuro
al pasado. Siempre estará en cualquier parte, menos aquí y ahora. Nunca estará
quieta. Su universo es el tiempo.

El tiempo está en la mente, no en el presente. En el presente no hay un


antes o un después. En el presente nunca será tarde o temprano, pues eso como
dije, es sólo mente. Si has estado jugando por ejemplo, si has estado jugando
con tus hijos sumergido en el juego, es posible que de pronto veas tu reloj y
digas, me voy porque es tarde. Y eso como ya sabes, no significa que realmente
sea tarde, sino que a ti se te ha hecho tarde. Y así como a ti se te ha hecho
tarde, para otros puede que sea temprano. Dependerá de las circunstancias, de
lo que tengas que hacer o de lo que determine tu mente, pero el presente no
sabe lo que es tarde o lo que es temprano. Por cierto, hay mañanas y tardes,
pero ése es otro cuento.

Cuando estás observando una flor desde tu mente, y eso no es


contemplar, ahí sí que habrá tiempo. Te moverás de acá para allá y de allá para
acá, no estarás quieto. Encontrarás a esa flor muy hermosa, pero la compararás
con las otras que hay por ahí. Tal vez la encuentres más hermosa o más grande.
Tal vez imagines cómo estará mañana o recuerdes cómo estaba ayer. Tal vez
empieces a contar sus pétalos o qué sé yo, pero todo eso será mente.

144
Al preguntarles sobre las travesuras que habían hecho, fueron dándose
cuenta que, además de considerarse personas educadas, respetables y cuerdas,
también tenían cierto grado de locura. Y eso que, les pregunté sobre las cosas
que habían hecho, y no sobre lo que habían pensado pero que no lo habían
hecho. Sé perfectamente, que en más de una ocasión pensaste en alguna locura
y no la hiciste, pero eso no necesariamente te hace menos loco o más cuerdo.

Quizás era demasiado loco y te echaste para atrás, pero igual lo


pensaste. Son locuras que sólo tú sabes, pues no las hiciste. Todas las cosas
que haces, por lo general se llegan a saber, sobre todo las locuras, pero lo que
piensas y no lo haces, eso sólo lo sabes tú. Si pudieras recordar, y tomar
conciencia de eso que pensaste pero que no hiciste, tal vez llegues a recuperar
todo ese hermoso potencial de locura que tienes.

Digo ese hermoso potencial de locura, porque no me estoy refiriendo a la


locura que proviene de la mente, que según el caso, muchas veces puede
manifestarse de manera destructiva y violenta, sino a ese tremendo potencial
de vida que tienes en tu corazón, el cual siempre es sano, constructivo y
luminoso, ya que es tu propio corazón.

No estoy hablando de tu mente sino de tu corazón. Estoy hablando de


esas locuras que hiciste. Es decir, de todo eso que en un momento dado
sentiste, y que te atreviste a hacerlo sin pasarlo por tu cabeza. No estoy
hablando de la locura de tu mente, sino de la locura de tu corazón.

Observa

Lo más loco que tienes,


eso es y siempre será tu corazón.

Es lo más loco porque no piensa. Es lo más loco porque es un misterio. Es


algo totalmente desconocido, y permanecerá así por la eternidad. Puedes
conocer muchas cosas, también a las personas, pero al corazón no. Quizás digas
que conoces a tal persona, pero eso será porque has estado con ella y sabes que
es una buena persona, pero no porque conozcas su corazón.

145
A veces dices que, conoces a tal persona porque es una buena persona,
pero eso no es conocer su corazón, ya que no hay buenas o malas personas. Si
estás diciendo que la persona es buena o mala, eso no es conocer su corazón,
pues no hay corazones buenos ni malos.

Cuando dices que conoces a tal persona, sé perfectamente a lo que te


refieres. Es decir, te estás refiriendo a cómo es la persona. Te estás
refiriendo a si esa persona es buena o mala, a si es educada o ignorante, a si es
de familia o una cualquiera, a si es confiable o no, ¿estás entendiendo? Pero
todo eso no es conocer su corazón.

Si miras a alguien desde tu mente, ahí podrás encontrar todas esas


calificaciones. Si miras desde tu mente, ahí habrá gente buena y gente mala,
gente educada o ignorante, gente de apellido o vagos, gente confiable o
desconfiable. En cambio si miras desde tu corazón, todas esas diferencias que
viste desde tu mente no existirán.

Al corazón no lo puedes conocer. La mente conoce todo lo que está a su


alcance, y todo lo que está en su mundo, pero el corazón es de otro mundo. La
mente está en la periferia de la vida, no conoce el silencio ni las perlas
cristalinas del amor. El corazón está en las mismas profundidades de la vida, no
conoce el ruido ni las olas de los mundos paralelos.

El corazón no puede ser conocido. Es como Dios, como la vida, realmente


es un misterio. El corazón no tiene principio ni fin, no nace ni muere, en cambio
la mente sí. El corazón y la mente no pueden encontrarse, son dos mundos y
dimensiones distintas. No están separados ni tampoco en guerra. No es que el
corazón sea bueno y la mente sea mala, pero se mueven en mundos muy
diferentes.

La única manera de “conocer” un corazón, no es desde tu mente, sino


desde tu corazón. La mente es limitada, pasajera, nace y muere, en cambio el
corazón es eterno. La mente nunca podrá conocer al corazón, ya que lo que nace
y muere no puede concebir la eternidad. Lo finito, nunca podrá concebir lo que
permanece.

Por eso que las personas han tratado en vano de conocer a Dios, porque
han tratado de acercarse al misterio a través de sus mentes. Y en eso están,

146
cada día inventando miles de cosas a cerca de Dios, miles de creencias,
conceptos, ritos, y tanta cuestión más, lo que por cierto cada día también, los
va alejando más de Dios, pues todo eso es mente.

La mente siempre será limitada, Dios permanece. La mente siempre será


finita, la vida permanece. La mente siempre será perecedera, tu corazón
permanece. Es por ello que, para ir a Dios, que es lo eterno y lo que permanece,
tienes que ir a lo que es eterno y que permanece en ti, y eso es tu corazón.

Yendo a tu corazón, y por eso este libro se llama camino al corazón, ahí
conocerás a Dios. Ahí conocerás la vida y su misterio. Ahí conocerás tu
hermoso corazón y esa eternidad tan añorada. Ahí conocerás el corazón de
todos y esa unicidad tan difícil a veces de alcanzar, pues todo está ahí latiendo
en tu corazón. Pero todo lo que conocerás, no lo conocerás en el sentido de
poder entenderlo o algo así, sino en el sentido de fusionarte y disolverte en la
inmensidad.

Hay locuras que realmente las hiciste, pero hay otras que las pensaste y
no las hiciste. Y no las hiciste, porque las pensaste demasiado. Si no las
hubieras pensado tanto, es muy posible que las hubieras llevado a cabo. Pero el
asunto es que, todas esas locuras que alcanzaste hacer, en realidad pasaron a
ser los momentos en que te has sentido más vivo. Y eso tú lo sabes. De hecho,
nadie recuerda esas locuras como algo que haya sido desagradable, sino todo lo
contrario. Al ir recordando tus locuras, dices ¡qué tiempos aquellos! Y se te
enciende tu rostro de vida. ¿O no?

¿Y por qué? ¿Por qué cuando haces locuras estás más vivo y radiante?
Simplemente porque estás tú y no tu mente. O estás tú o está tu mente. Si
estás tú, estás en el presente, y si está tu mente, estás en la mente. Cuando
estás tú, eres, y cuando está tu mente ¿cómo puedes ser tú mismo?

O estás tú o está tu mente. O eres tú o es tu mente. Tú no eres tu


mente ni tu mente eres tú. O eres tú o dejas que tu mente te suplante. En
otras palabras, cuando estás tú hay acción y eres tú mismo, y cuando está tu
mente hay reacción y eres un actor.

147
Comprende

Tú haces, la mente reacciona.


Tú eres, la mente actúa.

Tú vives, la mente opina.


Tú eres la vida, la mente es espectadora.

La mente siempre está reaccionando. Haces una cosa y ella opina, no


haces nada y también opina. Cantes o no cantes dará su opinión, sientas lo que
sientas te dirá algo. Siempre estará creyendo en lo que haces o dudando,
afirmando o bien negando. Siempre estará previniendo y adelantándose,
siempre estará recordando lo que haces o imaginando lo que vas hacer. Siempre
estará analizando, comprobando, revisando y todo eso, pues no es ella la que
está en el escenario, sino tú.

El que hace eres tú, el que vive eres tú, el que es eres tú, pero la mente
es la que se encarga de estar dando siempre su opinión. Hagas lo que hagas,
vivas lo que vivas y seas lo que seas, siempre está entrometiéndose. Es como si
estuviera celosa. No es la mente la que hace, no es la mente la que vive o la que
es, sino tú, pero como dije, siempre está dando su opinión. Y la da, porque es
una espectadora. El que está en la cancha eres tú, no ella. El que está en la
cancha está en el presente, y el espectador está en la mente.

La mente siempre será una espectadora, no una hacedora. Ella nunca


podrá hacer algo, sólo pensar. La mente piensa, no hace. Cuando hagas alguna
cosa, ése eres tú, no tu mente, y cuando pienses lo que sea, ésa es tu mente, no
tú.

Ella no es la que hace, por eso puede dar su opinión. O haces algo u
opinas. Puedes hacer y después opinar, o puedes opinar y después hacer, pero
no puedes hacer las dos cosas a la vez. Para hacer algo, necesariamente tienes
que estar en el presente, y para opinar, necesariamente tienes que estar en la
mente.

Ella no es la que vive, por eso se entromete. Ella no es la que está en el


escenario, sino tú. Ella no es la que está en el presente, sino tú. Ella no es la que
experimentará las cosas que vives, pues no es la que vive sino tú. Ella no es la

148
involucrada. Ella puede acompañarte o echarse para atrás, pero no es la que
experimenta la vida, sino tú.

Ella no es la que Es, sino tú. Por eso actúa. Ella es una actriz, una
excelente actriz. Y como toda buena actriz se preparará. Leerá y estudiará
bien su libreto, se vestirá de acuerdo al personaje que le ha tocado, y saldrá al
escenario a realizar su papel. Y aunque deslumbre a todos con su gran
actuación, no olvides que estará actuando al personaje y no siendo el personaje.

Si le tocara ser Cleopatra, la actriz hará de Cleopatra pero no será


Cleopatra ¿comprendes? Si le toca ser una reina, ella hará de reina pero no es
una reina. Si le toca ser Juana de Arco, hará de Juana de Arco pero no será
Juana de Arco, ya que la única Juana de Arco que hay es la misma Juana de
Arco.

La mente nunca podrá ser alguien. Podría creer sí que es alguien, pero
nunca será alguien. Podría creer que es reina, podría creer que es Cleopatra o
Juana de Arco, pero eso será sólo una creencia. La actriz después de hacer de
reina, al bajarse del escenario podría creerse una reina, pero como dije, eso
sólo sería una creencia.

Lo único que podría ser la mente es ser actriz, y como ya sabes, la actriz
nunca Es sino que actúa. Tu mente es como una impostora. Cuando tú no estás
en el presente, ella quiere estar ahí en vez de ti. Cuando tú no estás en el
presente, ella quiere aprovecharse de la situación y estar ahí, como si quisiera
remplazarte, pero será inútil, ya que la mente no puede estar en el presente.
No olvides que, la mente siempre está actuando. Sólo tú Eres, la mente actúa.
Sólo tú Eres, la mente no.

La mente no puede estar en el presente, porque ahí en el presente nadie


actúa. En el presente no hay actores sino que seres. Los seres no actúan sino
que son. Los seres no están interpretando algún papel, sino siendo ellos mismos.
Y como están siendo ellos mismos, no se preparan.

Ahí está la diferencia entre un actor y ser uno mismo. El actor necesita
prepararse, necesita estudiar al personaje para interpretarlo de la mejor
forma posible, ya que no es el personaje que está interpretando. En cambio si
eres tú mismo, ahí no necesitas nada que preparar, pues eres tú mismo.

149
Para ser uno mismo, ahí no tienes nada que preparar. Es como si fueras
un médico por ejemplo. Si fueras un médico, no tienes que prepararte para ser
médico. Tienes que prepararte sí, para poder llegar a ser un médico. Es decir,
tienes que estudiar, aprender la profesión y todo eso, pero ya siendo un
médico, no tienes que prepararte para ser médico, pues ya lo eres.

Si no eres un médico, y tienes que hacer de médico, como por ejemplo


poner una inyección, diagnosticar, operar o algo así, tendrás de algún modo que
prepararte, averiguar cómo se hace y todo el asunto. Pero la cuestión es, que
se te hará muy difícil fluir y no ponerte nervioso, estar sereno y no
complicarte, pues no eres un médico.

Lo mismo ocurrirá con la mente. Como la mente no es un ser, cuando


intente suplantar al ser, es decir lo que no es, tendrá que prepararse, estudiar
la situación y todo eso, pero siempre terminará nerviosa y complicando todo,
pues no es un ser ni nunca lo será, sino una actriz.

La mente no puede estar en el presente, porque ahí en el presente nadie


se prepara. Un ser no se prepara sino que Es. Para ser uno mismo no hay
necesidad de prepararse. El que Es, es natural. ¿Cómo te vas a preparar para
ser natural? El que Es, es auténtico y espontáneo. ¿Cómo te vas a preparar
para ser auténtico y espontáneo? ¿Qué tontera es ésa?

Cuando tú no estás, la mente tratará de tomar tu lugar. Y si digo que


tratará de tomar tu lugar, es sólo una manera de decirlo, pues tu lugar es el
presente, y la mente nunca podrá estar ahí. Cuando tú no estás, el presente
queda vacío. Cuando tú no estás, quiere decir que estás en la mente. La mente
no puede estar en el presente, pero tú puedes ir a tu mente.

Puedes ir a tu mente a refugiarte, sobre todo si tienes miedo. Puedes ir


a vestirte como se te dé la gana y creerte lo que quieras, sobre todo cuando
estás identificado. Puedes ir a instruirte, sobre todo cuando andas queriendo
aprender y conocer las cosas. Y puedes ir a su infierno o a su cielo. A su
infierno cuando quieras ser denso y egoísta, violento y destructivo. A su cielo
cuando quieras elevarte e inspirarte, para así poder crear todas las cosas
hermosas que has soñado.

150
Tú podrás ir del presente a la mente, o de la mente al presente, pero la
mente no podrá ir al presente. Cuando no estás en el presente, quiere decir que
te fuiste a la mente. Y ahí en la mente, casi siempre terminas atrapado, ya que
no es tu océano. Es como un campesino que va a la ciudad, donde no vibra con
nada y además lo hacen tonto.

Eso mismo te pasa a ti. La mente no es tu océano ni tu mundo, sino el


presente. Cuando vas a tu mente, casi siempre terminas atrapado, casi siempre
terminas ahogado, pues no es tu océano. Esas aguas son muy peligrosas.
Constantemente hay tormentas y de las grandes. Es por eso que terminas
abombado y zamarreado, como medio muerto y medio vivo. Salvo que vayas a su
cielo.

Pero al cielo de la mente van muy pocos, ya que lo que te permite volar
ahí, es haber descubierto tu corazón. Si no has descubierto tu corazón, aunque
quisieras no podrás estar ahí. Esto no se trata de querer o no querer, sino de
corazón. Al descubrir tu corazón, eso te dará las alas para ese cielo. Es por eso
que, a todos les digo que busquen su arte. El arte los acercará a ese cielo,
sobre todo el amor al arte.

Estando en el cielo de la mente, se hace muy fácil ir al presente.


Recuerda que, puedes ir del presente a la mente, y de la mente al presente. Si
estás en el presente, y vas a la mente, pero no a ese cielo, ahí será muy difícil
que regreses al presente, pues al volar tan bajo, te agarrará la tormenta.

La vida está en el presente. Ése es tu océano, tu mundo. El presente es


el espacio del ser. Ahí es donde canta, ríe y vuela, donde crece, florece y se
ilumina. En el presente está sucediendo todo. El presente es el escenario de la
vida. Ahí no hay límites, fronteras ni divisiones, sino una inmensidad que, desde
tu mente no podrás ni imaginar.

Es por ello que, las locuras que hiciste te llevaron a vivir más
intensamente, pues te llevaron al presente. Tal vez acariciaste el presente por
un buen rato, tal vez lo rozaste, pero ya sabes lo que es. Pudiste experimentar
esa inmensidad, pudiste sentir la libertad y danzar con la vida.

Recuerda tus locuras, tus travesuras o como le llames. De esa manera te


conectas con todo ese potencial que tienes en tu corazón. Para esto es el

151
escenario de la aventura, para que vayas dejando el pasado y el futuro, y vayas
descubriendo el presente. Para que no te quedes atrapado en tus recuerdos ni
muy ilusionado en tus sueños, y así invites a bailar a tu corazón, donde el
tiempo no existe ni la mente se mete.

La aventura se da de muchas maneras, y no necesariamente tiene que ser


un viaje o un amante. Es posible que para un místico, la sexualidad sea toda una
aventura. Es posible que para un aventurero, constituir una familia sea una
aventura. Es posible que para un intelectual, entretenerse sea toda una
aventura. Tal vez para el que es servidor, el meterse a los negocios sea una
aventura. O tal vez para alguien que vive bromeando y entreteniéndose, la
mística sea su aventura. Sea como sea, la aventura es una invitación al
presente, para que no la pienses tanto y le entres a la vida. Anda y confía.

La mística

Es imprescindible, de lo contrario te puedes quedar por milenios en la


periferia. Prácticamente todo lo que conoces es parte de la periferia. Este
mundo es la periferia misma, sobre todo su sistema y quienes lo dirigen. Digo
dirigen como una forma de decirlo, pues esta gente no tiene idea de lo que es
dirigir. Una orquesta se dirige, donde cada músico da lo mejor de sí y se
complementa con los otros, y así tenemos por consecuencia, una hermosa
sinfonía. Pero este sistema, donde cada cual dice lo suyo sin importarle el otro,
no les alcanza ni siquiera para un coro de puercos.

Este mundo es la periferia misma. Pero esto no significa que sea feo. La
sociedad y su sistema establecido es fea, ya que está llena de egoístas y
corruptos, pero este mundo no. Este mundo es muy hermoso. Es una de las
joyas más hermosas de la galaxia. Sin embargo, vives en su periferia.

Vives en una de las joyas más hermosas del universo, pero no conoces la
joya. Vives en un mundo maravilloso, pero no conoces el mundo. Y no me refiero
a que no hayas viajado, a que no hayas ido a la India o Europa, a los bellos
jardines naturales de Costa Rica o a la inigualable cordillera de los Andes en
América del Sur.

No, no me estoy refiriendo a eso, sino a lo profundo. La vida tiene su


profundidad y también su periferia. Todas las cosas tienen su profundidad y su

152
periferia. Y tú tienes el privilegio de vivir en este mundo y en esta época,
donde por cierto, hay un poco más de conciencia. Es decir, tienes la posibilidad
de ir más allá. No más allá a otro lugar, no más allá en tu camino o más allá a
otro mundo, sino más adentro.

Y ahí más adentro, está tu corazón y tu ser, tu corazón y tú. Pero no


hablaré de tu ser o de ti, ya que tienes que ir primero a tu corazón. No puedes
llegar a tu ser saltándote el corazón. Tu ser está más lejos por así decirlo, está
mucho más adentro. En cambio tu corazón está más cerca. Lo tienes más a la
mano.

Ahí adentro está tu corazón. Si no estás ahí adentro, lo más seguro es


que te hayas ido a refugiar a la mente. Y ahí desde la mente, sólo verás la
superficie de todas las cosas. Ahí desde la mente, verás las divisiones, las
fronteras, los límites y todo eso. Verás la periferia de la vida. Salvo que, hayas
llegado al ser, que hayas llegado a ser tu mismo.

Si has llegado a ser tu mismo, eso ya es otra cosa. Pero eso es muy difícil
encontrarlo en este mundo. Un ser es un Sol. ¿Dónde hay un Sol en este
mundo? ¿Dónde hay un hombre o una mujer, que ilumine como un Sol? En
realidad sí los hay, pero son muy escasos.

Decía que, desde la mente, ahí sólo verás la periferia de la vida, la


periferia de todas las cosas, salvo que hayas llegado a tu ser. El ser puede
estar en su ser, puede estar en el corazón o en la mente. Si está en su ser,
será un Sol. Si está en su corazón, abrazará todo el universo. Y si está en su
mente, será un creador. Pero esto como dije, es en el caso que hayas llegado a
Ser.

Y tú no has llegado a Ser aún. Tú recién estás buscando tu corazón. Y no


te sientas con esto que eres poca cosa, que eres insignificante o que te quedan
veinte mil vidas más por vivir. Si sientes que te has demorado demasiado y te
queda mucho camino por recorrer aún, es por que lo habías intentado yéndote
a la mente. Y por ahí era imposible. No te preocupes, pues ahora estás haciendo
lo correcto. Y lo correcto es por tu corazón. No te darás ni cuenta, y ya habrás
llegado.

153
Desde la mente, ahí verás la periferia de las cosas, sólo la superficie. Te
volverás superficial. Y alguien que es superficial, no verá el corazón de las
cosas. Sólo verá las formas, pero no su corazón. Podrá ir al río, disfrutar de un
paseo y ver un atardecer, pero no verá el latido que late en todas las cosas, en
todos los espacios y en todo ser.

Cuando estás en tu mente, aunque estés viendo a la flor más hermosa que
exista, sólo verás su forma y sus colores, olerás su aroma y ya, pero no verás
su corazón. Al no ver su corazón, no la has conocido. Al no ver su corazón,
realmente no la has visto.

Una flor es como las personas. Podrás saber cuantos años tiene, cómo se
llama, en donde vive y qué nacionalidad tiene. Podrás saber su teléfono, a qué
se dedica y si es buena onda, ir a la cama con ella, vivir con ella y morir con ella,
pero si no has visto su corazón, no la habrás conocido.

Si no has visto su corazón, entonces no has estado nunca con esa


persona. Si no has visto su corazón, sólo has estado con sus años, con su
nombre, dirección y nacionalidad. Si no has visto su corazón, sólo has estado
con su profesión, con su número de teléfono y buena onda, con su cama y
compañía, pero nunca habrás estado con ella.

Si no has visto su corazón, no la habrás conocido. Si no has visto su


corazón, nunca habrás estado con ella. Y eso es lo que ocurre en esta sociedad.
Las personas llegan a conocer prácticamente todo lo de las otras personas,
pero no conocen su corazón. Hay personas que viven juntas toda la vida, pero
nunca llegan a conocerse. Y todo porque viven en sus mentes.

Mientras estés en tu mente, aparte de que ahí se te hará imposible


llegar a Ser, desde ahí no verás otra cosa que la periferia. Sólo verás formas,
estructuras, cuerpos y todo por encima. Conocerás la flor solamente por fuera.
Aunque te haya dejado deslumbrado con su belleza, sólo habrás conocido su
forma. Conocerás a las personas sólo por fuera. Aunque hayas vivido con alguien
toda la vida, y hayas disfrutado su buena compañía, sólo habrás conocido su
cuerpo y personalidad.

Esto es lo que ocurre cuando estás en la mente. Conoces todas las cosas
pero en realidad no las conoces. Las conoces al revés y al derecho, pero no

154
conoces su interior. Conoces a todas las personas, pero la verdad es que no las
conoces. Les conoces sus cuerpos y sus personalidades, sus cosas y lo que les
pasa, pero no conoces su interior.

Ahí desde la mente, solo verás la periferia. No verás el corazón de las


cosas. Ahí desde la mente, sólo conocerás la superficie del océano, pero nada
sabrás de la “Ciudad Blanca de Coral”. Ahí desde la mente, sólo conocerás las
estrellas tal como se ven, pero nada sabrás de la Melodía Celestial que han
estado susurrando desde siempre.

Todo tiene un corazón, pues todo está latiendo. La vida está latiendo en
todas partes. Cada piedra tiene un corazón, cada árbol, cada río y cada flor,
cada ave, cada cerro, cada nube y estrella. Pero ese corazón que tiene cada
cosa, sólo lo verás si estás en tu corazón.

Al estar en tu corazón, conocerás a las personas, ya que conocerás su


corazón. Si conoces a alguien, es porque conoces su corazón. Y conoces su
corazón desde tu corazón. Cuando dos corazones se conocen, entonces es
posible un encuentro. Sólo los corazones se pueden encontrar, sólo los seres se
pueden encontrar, pero las mentes nunca se encuentran. Las mentes en
realidad, son como dos muros.

Comprende

Jesús y Gautama se encuentran.


Cristo y Buda se encuentran,
pero el cristianismo y el budismo,
ésos son dos muros muy duros.

La mística es eso, es ir al interior de las cosas para encontrar su esencia.


Si no vas a lo profundo, te quedarás en la periferia, y ahí en la periferia, no
podrás encontrar la esencia de las cosas. Ahí en la periferia no te encontrarás
con nadie, con nada ni contigo mismo. Habrás jugado y bailado en el mundo,
pero no habrás sentido su latido. Habrás vivido con los demás, pero no habrás
visto su corazón. Habrás hecho todo lo que se te haya antojado, pero no habrás
florecido.

155
Ir al interior, es ir en busca de la esencia que tienen todas las cosas. La
mística es una búsqueda, pero es una búsqueda de la esencia. Puedes buscar con
tu mente o bien con tu corazón. Puedes buscar en la periferia o en lo profundo
de las cosas. En la periferia buscas con la mente, y ahí en lo profundo buscas
con tu corazón. La mística es una búsqueda interior.

Pero esto de que la mística es una búsqueda interior, es sólo una forma
de decirlo, pues eso en realidad no existe. La única búsqueda que existe es la
exterior, y desde la mente. Toda búsqueda es exterior, y sólo desde el
exterior. En el interior no puedes buscar. Por cierto que, puedes ir a buscar al
interior. Si digo que en el interior no puedes buscar, no quiere decir que no
puedes ir a buscar ahí. Claro que puedes, pero no encontrarás la esencia.
Mientras estés buscando, eso significa que estás en la mente. Buscar es mente.
Una mente nunca encontrará nada. Y me refiero a la esencia. La mente no se
encontrará con la esencia. No tienen nada que ver una con la otra. El budismo
no tiene nada que ver con Buda.

Cuando digo que en la periferia buscas con la mente, y en lo profundo con


tu corazón, también es lo mismo. Es sólo una forma de decirlo. Con tu corazón
no puedes buscar, ni en la periferia ni en lo profundo. Tu corazón no busca, la
mente sí. Tu corazón no busca, ya que es lo que andas buscando. Tu corazón no
busca, es tu interior. Sólo la mente busca, y si busca, no llegará al interior. La
mente y el interior, no se encuentran. No tiene nada que ver una cosa con la
otra. El cristianismo y Jesús, no se encuentran.

La mística es una búsqueda, siempre y cuando por cierto, andes aún


buscando. Mientras estés buscando, la mística será una búsqueda, una ardua y
eterna búsqueda, pero si ya has llegado, entonces la mística deja de ser una
búsqueda. Y no sólo deja de ser una búsqueda, sino que desaparece. Cuando ya
has llegado, la búsqueda desaparece totalmente.

Y desaparece, sólo si has “buscado” con tu corazón. Si has buscado la


esencia de las cosas con tu mente, entonces la búsqueda no desaparecerá, sino
que todo lo contrario. Estará ahí y como decía anteriormente, será ardua y
eterna, ya que la búsqueda no termina si es desde la mente. Sólo si buscas
yendo a tu corazón, ahí concluye la búsqueda.

156
Desde la mente, la búsqueda es interminable. Desde tu corazón, ahí
concluye. Desde la mente no llegas a la esencia, desde el corazón sí. El corazón
tiene la misma sustancia que la esencia, por eso puede llegar a la esencia. Se
encuentran. Desde el cristianismo no llegarás al Cristo, pero desde Jesús sí.
Jesús (el amor), tiene la misma sustancia que Cristo (la esencia), por eso que
puede llegar al Cristo. Se encuentran, (Jesucristo).

Si ya has llegado a la esencia, la búsqueda desaparece totalmente, y no


sólo desaparece la búsqueda, sino también la mística. Dije que, la mística era
una búsqueda interior, una búsqueda de la esencia y del corazón de las cosas,
pero si ya has llegado, la búsqueda y la mística desaparecen, ya que te
transformas en lo que buscabas. Te transformas en esa esencia que buscabas,
como el río que buscaba el mar. El río habiendo llegado, ya deja de ser río, deja
de ser valle, cause y todo eso, se transforma en mar.

Habiendo llegado a la esencia, te transformas en eso, en la esencia


misma. Te transformas en lo que siempre has sido y Eres; en la vida. Si ya has
llegado y eres esa bella esencia, entonces ahí ya no hay ninguna mística, pues la
esencia no es mística. La vida tampoco es mística. Sólo el ego podría ser
místico.

Toda búsqueda proviene del ego, aunque sea una búsqueda interior. Si
estás buscando, es porque no te has encontrado, y si no te has encontrado
contigo mismo, es porque no te has disuelto aún en esa esencia que siempre has
sido. Y si no te has disuelto, quiere decir que tu Yo está ahí aún, muy vivito y
coleando como se dice.

Y así es esto. Sólo habrá desaparecido ese ego, cuando haya


desaparecido el Yo. Toda búsqueda proviene del ego, pues sólo el ego busca.
Buscar quiere decir Yo busco, ¿comprendes? El Yo está ahí. Y no te hagas
problemas con ello. Recuerda que, estamos hablando del ego (del Yo que todos
tienen), y no del ego (egoísmo), ¿está bien?

Buscar quiere decir Yo busco, y si buscas es simplemente porque andas


a la siga de algo. ¿Y qué significa ir tras de algo? Significa que quieres algo. El
ego siempre va querer algo. Siempre cuando quieras algo, eso quiere decir que,
aún hay un Yo ahí. Aunque quieras ir a la esencia de las cosas, aunque andes
buscando la luz, aunque quieras encontrarte con un unicornio, con un ángel, con

157
un hada o con lo que sea, y aunque quieras encontrarte contigo mismo, eso es
ego, ya que ahí hay un Yo.

La mística es uno de los ocho escenarios, ¿recuerdas? Y los escenarios


son para el Yo. Los escenarios son para vivir la vida, para realizarte. Ese Yo
tienes que realizarlo, pues dependes de él. Ese Yo te permitirá experimentar la
vida, de lo contrario ¿cómo la vas a poder experimentar? Experimentar la vida
significa vivir la vida, significa Yo vivo. Sin ese Yo, ¿cómo podrías vivir la vida?
Vivir la vida significa Yo estoy vivo.

Esos escenarios son para el Yo, para que en la medida que vaya
experimentando la vida, también vaya disolviéndose, siempre y cuando no se
quede atrapado en algún escenario. Ya sabes que, o te subes o te mantienes al
margen, o te subes o eres un espectador. Pero el cuento es, que si te subes te
irá bien o mal. En cada uno de los escenarios que te subas, en cada uno de ellos
te irá bien o mal, no hay otra alternativa.

Te irá bien o mal, pues estamos hablando del océano de la dualidad. Te


vaya bien o mal, de la misma manera te quedas atrapado. Si te va bien, puedes
quedarte muy feliz creyendo que eso que has logrado es la plenitud o la
conciencia última por así decirlo, y si te va mal, puedes quedarte muy triste
creyendo que no lograste ser feliz.

Sea como sea, si eres feliz porque te ha ido bien, o si eres infeliz porque
te ha ido mal, de todas maneras te habrás quedado atrapado en el océano de la
dualidad, en el océano de la realización. Recuerda y no olvides que, la
realización no es para quedarse ahí. Si te quedas ahí, sea cantando victoria o
lamentándote, estarás frito. La realización no es un fin, nunca lo ha sido, sino el
océano de la dualidad que tienes que trascender, de lo contrario te quedarás
atrapado en el ego, pues sólo el ego querría llegar a ser feliz, o sólo el ego
pensaría en que le fuera bien y no que le fuera mal. En otras palabras, sólo el
ego podría llegar a sentirse feliz o infeliz, ¿comprendes?

Observa

Una cosa es ser feliz o infeliz,


y otra cosa muy distinta es el amor.

158
Esto de ser feliz o infeliz, eso es ego, y como es ego, para eso tienes un
corazón. Independientemente a lo que es la realización, y sus respectivos
escenarios, que por cierto no puedes hacer de lado sino entrarle, pues eso es
vivir, para eso tienes un corazón, ya que sólo tu corazón te ayudará a elevarte
sobre la dualidad feliz-infeliz. Sólo tu corazón te llevará al amor.

Tu corazón es quien te eleva sobre los escenarios. No te saca sino que te


eleva. Si te sacara no estás trascendiendo nada. Recuerda que, los escenarios
se trascienden estando ahí en los escenarios. Los escenarios son la vida misma,
son este mundo. Ahí vives y vivimos todos. Pero hay que trascender el mundo. Y
para trascenderlo hay que abrazarlo.

Desde tu corazón abrazas el mundo. Desde tu mente sólo lo conoces. Tu


mente conoce, tu corazón abraza. Con tu mente vas por lo que quieres, con tu
corazón abrazas. Con tu mente habrá un resultado, malo o bueno, con tu
corazón abrazas. Con tu mente esperas que te correspondan, que te abracen,
con tu corazón abrazas.

Tu corazón es tu velero blanco, tus alas. Solamente tu corazón te


ayudará a cruzar el océano de la dualidad. Sólo tu corazón te elevará sobre
este mundo, y cuando te eleves sobre este mundo, no dejarás el mundo, sino
que, te lo llevarás en lo más profundo de tu corazón.

Con tu mente estás sobre la superficie y vuelas bajo. Con tu corazón


estás en todas partes y no tienes límites. Con tu mente puedes llegar a conocer
todas las cosas, pero con tu corazón conoces el corazón de todas las cosas. Con
tu mente llegas a conocer a las personas, con tu corazón llegas a las personas.
La mente siempre se mantiene a distancia, en cambio el corazón siempre está
ahí en el presente.

En tu corazón están todas las respuestas. Aunque esto es sólo una forma
de decirlo, ya que en tu corazón no están las respuestas. En tu corazón en
realidad, no están las preguntas ni las preguntas, sino en tu mente. Pero en tu
corazón están todas las respuestas, en el sentido de que, ahí en tu corazón
está la respuesta a todas tus preguntas ¿entiendes?

Mientras permanezcas en la mente, ese juego de preguntas y respuestas


no terminará nunca. Yo particularmente, no tengo problemas en jugarlo, pero

159
por ustedes no por mí. Yo no tengo preguntas en mi mente, por tanto no puedo
jugar. Para jugar el juego, necesitas tener alguna pregunta. El juego consiste
en eso. Tienes una pregunta y la haces, pues andas buscando una respuesta. Ése
es el juego. Así que, por ustedes no por mí.

Sin embargo, si el juego se queda en la superficie, o en la mera cosa


intelectual, entonces no juego el juego. Algunos saben que, soy bastante
silencioso, que no me gusta hablar por hablar, por tanto si, el juego se vuelve
muy cabezón, ahí yo no le entro. Pero si veo que a través del juego, los puedo
ayudar y llevar a que vuelen alto, hasta donde las palabras se disuelven en esa
brisa luminosa del silencio, entonces sí volaré con ustedes todo lo que quieran.
Por lo demás, así también el juego se torna más entretenido.

En tu corazón entonces, estará la respuesta a todas las preguntas, en el


sentido de que, al llegar a tu corazón, ahí ya no habrán más preguntas. Ya
llegando a tu corazón, ahí ya no habrán preguntas ni respuestas, se acabará el
juego. Pero otro juego comenzará. Se terminará el juego intelectual que no
conduce a nada, y comenzará el verdadero juego; el de la vida. Se terminará el
juego de ser un espectador, y comenzará el juego del presente; el de vivir.

Tu mente a veces, es como esas máquinas que centrifugan la ropa. Le


sacan el agua, toda la humedad y la dejan seca. Tu mente a veces es así, seca la
vida. Tu corazón es todo lo contrario. Tu corazón riega la vida. Es como un río,
un río que al ir descendiendo por el valle, va regando los distintos campos y
parajes.

Desde la mente conoces todo, pero en realidad no conoces nada. Es como


cuando dices que conoces la Antártica. Yo sé que la conoces. Sé que has leído y
te has informado sobre ello, sé que has visto varios documentales por
televisión y todo eso, por tanto sabes que es impactante, que hace frío y
cuánta cosa más. Pero el asunto, es que nunca has estado ahí.

Si no has estado ahí, ¿cómo puedes decir que la conoces? Si no has


estado ahí, entonces no has visto su corazón, pues la Antártica tiene su
corazón como todas las cosas. Si no has estado ahí, entonces no has sentido su
latido silencioso, no habrás respirado su misterio ni la habrás experimentado.

160
Y el cuento es, que todo esto poco a poco, sin que te des cuenta,
comienza a pasarte con todas las cosas, comienza a pasarte también con las
personas e incluso contigo mismo. Es decir, llegas a conocer prácticamente
todas las cosas, las bellas y las feas, pero las conoces por televisión o porque
te lo contaron. Llegas a conocer cincuenta o cien personas en tu vida, pero las
conoces porque supiste lo que a cada cual le pasó. Y llegas a conocerte a ti
mismo, porque lograste o no lograste lo que te propusiste. Sólo eso conoces. Y a
eso le llamas conocer. A eso le llamas vivir.

¿Y qué vida es ésa? Eso no es vida realmente. Habrás “vivido” encerrado


entre las cuatro paredes de tu mente, y creyendo que lo conoces todo. ¿Qué
vas a conocer desde ahí de esa prisión, si ni siquiera por un momento habrás
salido al jardín que es tu corazón? Desde ahí no conocerás nada, salvo la
superficie de las cosas, algo de cómo son las personas, y algo de tus lunares y
espinillas, pero nada más.

Está bien ir a la mente por un rato, sea para estudiar, aprender cosas y
todo eso, pero si vives ahí te mueres, en el sentido de que te pierdes la vida,
pues la vida no sucede ahí sino en el presente. Si estás ahí en la mente,
constantemente tienes que estar saliendo al jardín, y de vez en cuando abrir
las puertas y ventanas, para que así pueda entrar aire fresco y por lo menos se
ventilen tus ideas.

Y no es broma. Si pasas todo el tiempo ahí en tu mente, te secas. Puedes


quedar petrificado. Y no sólo por esta vida, sino por varias seguidas. Y con
respecto a tu corazón, puedes quedar tan distante que te congelas. ¿No te has
topado nunca con alguien así? Hay muchos. Son fríos como el hielo, como un
témpano. Son la Antártica misma.

Desde tu mente no conocerás nada realmente, apenas sólo la superficie


de las cosas y de ti mismo. Desde tu mente, podrás entrar a los mundos
inventados, y agregar más inventos si quieres, pero desde tu corazón entras al
mundo real que es el presente. Ese presente es el espacio donde viven todos los
corazones, de modo que, ahí conocerás el corazón de todo, de todos y el tuyo.
Te encontrarás con todo, con todos y contigo mismo.

Desde tu corazón, sabrás todas las respuestas. Sabrás de dónde vienes


y a dónde vas, sabrás qué es la vida y qué es la muerte. Sabrás que has venido

161
al mundo a florecer, pues ése es tu destino y el de todos. Te conocerás a ti
mismo y verás a Dios. Desde tu corazón, ingresas al mundo real, y así dejas los
mundos paralelos, en los cuales están prácticamente todos atrapados. Dejas la
dualidad, y pasas a conformar la unicidad de la vida. Ingresas al sucediendo, a
la inmensidad sin fin.

Despierta

Sólo los corazones ven a Dios.


Desde tu mente, tendrás que imaginártelo.

La mente no es el camino largo, ni el corazón el camino corto. En realidad


no hay dos caminos, sino Uno, y ése camino es el camino del corazón. Con la
mente no es que estés lejos, ni con el corazón que estés cerca. En verdad, no
hay un lejos ni un cerca, sino un aquí, y ese aquí es el amor.

Floreciendo

No puedes llegar directamente al amor, ya que el amor es como la


conciencia. Es decir una consecuencia de vida. Es por ello que, y no tienes otra
alternativa, que vivir. Entrarle a la vida como yo le llamo. Y para entrarle a la
vida, tienes que dejar de ser espectador y subirte a los escenarios. A los
escenarios que estimes convenientes, pero tienes que subirte, pues así
empezarás a experimentar las vicisitudes que la vida tiene para ti.

En otras palabras, arriba de los escenarios comenzarán a pasarte muchas


cosas, que por cierto te llevarán a vivir una serie de circunstancias y
situaciones. ¿Y, acaso esto no es vivir? Claro que sí. Vivir es eso.
Experimentarás la dualidad en todas sus formas.

162
En algunas cosas te irá bien, y en otras simplemente te irá mal. Probarás
la miel y lo amargo de la vida, lo grato y lo ingrato. A veces andarás como
volando todo ilusionado, y a veces andarás como arrastrándote, todo molesto y
enfurecido. En algunos momentos tendrás las ganas de abrazar a todo el
mundo, y en otros simplemente, querrás pegarle al primero que se te cruce en
el camino.

Vivirás una serie de circunstancias, dulces, amargas, y también insípidas.


Pasarás por situaciones complejas, simples y muy complicadas. En unas estarás
relajado, muy vivo y de pié, y en otras estarás realmente en dificultades, lleno
de miedos y sin saber qué hacer. Darás, recibirás, tendrás y no tendrás, reirás,
llorarás, te mostrarás y te esconderás.

Dicho de otro modo, experimentarás la vida y la muerte. Claro que, en


pequeñas fracciones. Es decir, habrán momentos en que te sentirás muy vivo,
feliz y radiante, y en otros te sentirás al borde del abismo, infeliz y apagado.

¿Y todo para qué? ¿Para qué tener que pasar por todo esto?
Precisamente para eso, para pasar por eso, porque si no pasas por eso, será
imposible que descubras tu corazón. Si no pasas por eso, será imposible que
descubras el amor. Y será imposible, porque el amor está más allá de todo eso.
Más allá de la vida y la muerte.

No puedes llegar al amor directamente ¿recuerdas? Y son todas esas


situaciones, tanto las gratas como las ingratas, las que te ayudarán a descubrir
tu corazón, de lo contrario como decía anteriormente, el amor pasará a ser algo
virtual o intelectual, y no algo vivo y real.

Lo que estoy diciendo, es que esas situaciones por las que pases, tanto
las gratas como las ingratas, son las que te ayudarán a descubrir el amor,
siempre y cuando tu corazón esté despierto, pues si está dormido, esas mismas
situaciones tanto las gratas como las ingratas, serán las que te llevarán al hoyo.

Sabes que, si te subes a los escenarios, te irá bien o mal. Si te subes a


los escenarios, puede que ganes o pierdas por así decirlo, pero si no tienes tu
corazón despierto, te quedarás atrapado en el ego de todos modos, sea como
ganador o perdedor.

163
Te puede ir bien o mal. Si te va bien te sentirás feliz, y si te va mal
serás infeliz. Sea cual sea el caso, en ambos casos te encontrarás en el hoyo,
pues tanto la felicidad como la infelicidad, no tienen nada que ver con el amor.
Ambas son parte del ego.

Si eres feliz, es porque has logrado lo que has querido, y si eres infeliz,
es porque no lo has logrado. Y todo esto como decía, está muy lejos del amor.
Está muy lejos, porque el amor nunca va por lo que quiere. Y nunca va por lo que
quiere, porque nunca quiere algo ¿entiendes? Nunca va por lo que quiere,
porque siempre está abrazando todo. Sólo el ego quiere algo, sólo el ego va tras
alguna cosa, pues el ego es el que siempre está lleno de conveniencias e
intereses.

El amor no conoce la felicidad ni conoce la infelicidad. El amor no conoce


el triunfo ni tampoco la derrota. El amor no conoce el éxito ni el fracaso, ni
nada de eso de si te va bien o mal, ya que está más allá de todo eso. Y como
está más allá de todo eso, es por ello que tienes que pasar por todo eso.

Tienes que vivir todo eso. Y lo más importante, tienes que vivir y
trascender todo eso. Si no trasciendes todo eso, te quedas en eso
¿comprendes? Si no trasciendes todo eso, te quedas atrapado en eso que es la
dualidad feliz-infeliz. Y ya sabes que el amor está más allá de la dualidad, pues
el amor es la unidad.

La única manera de llegar al amor que es la unidad, es pasando por la


dualidad. Eso significa que, tendrás que pasar por todas esas situaciones de
vida, tanto las gratas como las ingratas, y por cierto trascenderlas, de lo
contrario, si te quedas atrapado en cualquiera de esas situaciones, no habrás
ingresado aún al círculo de conciencia llamado amor.

Vivirás una serie de situaciones en tu vida, las cuales te traerán alegrías


y tristezas según sea el caso. En cada uno de los escenarios, pasarás por todo
tipo de situaciones, y todas esas situaciones tendrán que ser trascendidas, de
lo contrario te la habrá ganado el ego.

Trascender todas las situaciones, quiere decir que tiene que prevalecer
el amor por sobre todas las cosas. Te pase lo que te pase, sea la situación que
sea, el amor tiene que prevalecer. En algunas de esas situaciones saldrás

164
ganador y bien parado, en otras perdedor y como tambaleando. En algunas
tendrás que perdonar, en otras tendrás que pedir perdón. En algunas sentirás
que te aceptan y consienten, en otras que no te quieren y rechazan. En unas
sentirás que renaces, y en otras simplemente que te mueres. Pero sea como
sea, tiene que prevalecer tu corazón.

Al prevalecer tu corazón vas descubriendo el amor. Todas las situaciones


son para eso, para que descubras el amor. Es fácil amar a los demás cuando te
quieren, cuando te toman en cuenta y te resultan las cosas, y no es tan fácil
amar cuando no te respetan, cuando te rechazan y no te salen las cosas.

Para eso son las situaciones por las cuales tendrás que pasar, para que tu
corazón vaya despertando. En la medida que vaya despertando, en esa misma
medida irás doblándole la mano al ego. El ego no tiene que ser eliminado, sino
domado como se doma a un caballo, ponerle la montura y convertirlo en tu
aliado. Es decir, que el caballo vaya donde tú quieres, y no que tú vayas donde
el caballo quiere.

Esto significa que, si vas por ahí y alguien te insulta, el ego lo primero
que va hacer es insultar a quien te haya insultado. En otras palabras, devolverá
ese insulto, pues el ego siempre reacciona así, ya que nunca quiere perder. Pero
el cuento es, que si ya has domado al ego, entonces no harás lo que quiere el
ego.

En este caso, lo que realmente quiere el ego es devolver el insulto. Y no


sólo devolverlo, sino devolverlo siendo mucho más hiriente aún. Si el ego anda
suelto, si no lo has domado y no le has puesto las riendas, entonces terminarás
haciendo lo que quiere el ego. Y como el ego quiere devolver el insulto, ahí
estarás abriendo tu boca, y con esa tremenda lengua que tienes que parecerá
como un látigo, le arrojarás un montón de groserías venenosas al que tienes al
frente.

Si alguien te insulta, y tienes al ego domado, entonces no harás lo que el


ego quiere. Recuerda que el ego siempre va querer devolver el insulto. Si el ego
ya ha sido domado, y eso quiere decir que, tu corazón está ahí presente,
entonces no te harás problema por el hecho de que te hayan insultado.

165
Al estar tu corazón ahí despierto, cuando te insulten no te harás ningún
problema. Si alguien te insulta, dejarás que te insulten todo lo que quieran. Por
lo demás, no podrás hacer nada al respecto. En relación a los demás, no podrás
evitar que te insulten si es que quieren insultarte, pero lo que sí puedes evitar,
es caer en el juego del ego de insultar tú también.

Al estar tu corazón ahí despierto, recibirás todos esos insultos, lo


permitirás, y ahí muy dentro de ti, trasmutarás todos esos insultos. Al estar tu
corazón ahí, trasmutarás los insultos y seguirás tu camino en paz. Digo en paz,
porque si no sigues tu camino en paz, entonces no has trasmutado nada. Y si no
has trasmutado nada, es porque tu corazón no estaba despierto sino roncando.

Si no vas a seguir tu camino en paz, y además habiendo absorbido como


esponja todos esos insultos, de esa manera te va a dar un tremendo dolor de
estómago y terminarás con una diarrea espantosa. Y si sigues absorbiendo
insultos, malos tratos y todo eso, sin transmutar nada, lo más seguro es que
termines enfermo. En tal sentido, sería mejor contestar los insultos o lo que
sea, de ese modo al menos te sacudirías de toda esa porquería que te
arrojaron.

Al estar tu corazón ahí despierto, permitirás todos esos insultos.


Incluso, podrías contestarlos si quisieras, no hay problema. Si alguien te dijera
que eres un estúpido, podrías perfectamente contestarle que es un idiota.
Siempre y cuando tu corazón esté despierto. Si tu corazón está ahí, entonces
no hay problema, pues digas lo que digas, no te lo tomarás en serio ni tampoco
creerás en lo que estás diciendo.

Digas lo que digas, sólo será una forma de defenderse por así decirlo.
Además, si vas a esperar una vida donde no vas a discutir con nadie, esa vida en
realidad no tendrá ninguna gracia. La vida tiene también su picardía. Y lo digo
en el buen sentido de la palabra.

El problema está, cuando el corazón no está, o cuando el corazón está


pero el ego tiene una mayor fuerza. Cuando el ego tiene más fuerza que el
corazón, y vas a la discusión que sea, ahí empiezas a tomarte muy en serio lo
que les dices a los demás, y también te tomas muy a pecho lo que te dicen. De
este modo, la cuestión se calienta y el ego habrá salido con la suya.

166
El asunto aquí, es quién está al servicio de quien. O es el corazón el que
está al servicio del ego o es el ego el que está al servicio del corazón. Si el
corazón no ha despertado, el ego hará lo que se le antoje. Pero si el corazón
realmente ha despertado, entonces puedes transmutar las situaciones. Y es de
vital trascendencia que llegues a transmutar.

Al transmutar sales automáticamente del hoyo. Te liberas del círculo


vicioso “ojo por ojo”, y te zafas de las redes del ego. Además, rompes con
patrones importantes. Todos los patrones son dominios del ego, son sus redes,
laberintos y pantanos, que no hacen más que llevarte a un conglomerado de
confusiones y enredos.

Volviendo al ejemplo que señalaba, si alguien por ahí te insulta, el patrón


es devolver ese insulto. Pero en ves de contestar y si transmutas la situación,
te liberas por fin de las redes del ego. Pasas de un mundo a otro. Del mundo del
ego al mundo del amor.

Esto es realmente trascendente. Son dos mundos realmente diferentes.


Y permanentemente se los estoy acentuando a los Iniciados, de lo contrario no
serían Iniciados. Un Iniciado, es alguien que por lo menos se compromete
consigo mismo, a iniciar una nueva vida.

Y esto, es iniciar una nueva vida, es decir, romper con los patrones del
ego. Si alguien por ahí habla cosas de ti y te descalifica, el patrón aquí es
averiguar quién ha sido, ya que esas descalificaciones te han molestado. De
este modo, tu ego buscará la forma de contestar o de vengarse, pues no se va a
quedar así no más.

Pero un Iniciado no hace eso. Si hiciera eso, no sería un Iniciado. Si


hiciera eso, estaría haciendo simplemente lo que haría cualquier mortal en esta
situación. Y digo mortal, porque los que están en las redes del ego están
muertos. En el sentido que, sólo está vivo el que tiene un corazón.

Cualquier mortal averiguaría quién ha hablado mal de él. Y eso significa,


que toda la energía la está dirigiendo hacia fuera. En otras palabras, para un
mortal es más importante la persona que lo ha molestado que la molestia en si
misma, en cambio para un Iniciado, es más importante la molestia que quién lo
haya molestado.

167
Para un Iniciado en este caso, su problema siempre será la molestia que
está sintiendo, y no quien lo haya molestado. Toda la energía, la estará llevando
hacia adentro y no hacia fuera, pues la molestia está adentro, y quien haya
molestado está afuera. Y si está molesto por cualquier otra razón, sin que lo
hayan molestado directamente, siempre dirigirá toda su atención a la molestia
que está sintiendo, pues ése es a fin de cuentas su real problema, y nunca
apuntará con el dedo a alguien, nunca buscará culpables, excusas ni
justificaciones afuera. Ése es un Iniciado, alguien que se liberó del juego del
ego. Ése es un iniciado, alguien que realmente inició una nueva vida.

Por cierto, un Iniciado tiene un corazón despierto, y de ese modo puede


encargarse de la molestia o la rabia que está sintiendo, de lo contrario buscará
resolver todo el problema yéndose hacia fuera. El ego siempre encontrará
algún pretexto para irse hacia fuera, de ese modo los despista a todos y se
lava las manos.

Si a ti no te han iniciado en el camino al corazón, pero tienes un corazón


despierto y la intención de florecer en tu vida, entonces también podrás
transmutar. Al haber un corazón despierto, entonces podrás perdonar y pedir
perdón, pues ésa es la manera de transmutar, y de ese modo, seguirás tu
camino en paz, amando y perdonando, perdonando y amando.

Habiendo un corazón puedes perdonar. Habiendo un corazón puedes


pedir perdón. Sólo un corazón puede hacer eso, pues un corazón está lleno de
amor. Sólo el amor transmuta las cosas. El ego disputa y el amor transmuta. El
ego arma el lío y el amor lo disuelve.

Sabe

El amor disuelve el veneno

Pues es un veneno. Todas esas molestias, toda esa ira, todos esos
disgustos, rabia y prejuicios, todo ese orgullo, soberbia y arrogancia, es
veneno. Y todo ese veneno está ahí dentro de ti. Sólo tu corazón disuelve ese
veneno, pues un corazón está lleno de amor. Un ego está lleno de veneno. El
amor disuelve ese veneno.

168
Decía anteriormente, que ahí en los diversos escenarios, vas a pasar por
una serie de situaciones de vida. Unas serán adversas y otras serán favorables.
En unas te sentirás solo, desamparado, pesimista y al borde de la miseria, y en
otras te sentirás acompañado, contenido, optimista y complacido. En unas
experimentarás la desgracia, el dolor y el sufrimiento, y en otras el bienestar,
la dicha y el gozo.

Algunas cosas te resultarán, y otras definitivamente no. Algunos sueños


se cumplirán, y otros sueños seguirán siendo sueños. Algunas veces irás
contento, agradecido, y abrazando al cielo con todas sus estrellas, y a veces se
te verá sin fe ni confianza, cabizbajo y pateando piedras.

Dependiendo de las circunstancias, cada situación te irá dando una


experiencia, que a su vez se irá traduciendo en una toma de conciencia. Pero lo
más importante, y es lo que nos interesa, pues se refiere al ego, es que cada
experiencia te traerá según sea el caso, alegrías y tristezas.

Y eso es la vida. Si no te alegras y no te entristeces, entonces no estás


vivo. Si realmente estás vivo, tendrás una sensibilidad. Puede que esta
sensibilidad esté bien despierta ya, o tal vez esté recién naciendo, pero la
tendrás. Y si la tienes, serás sensible a lo que te pasa y a lo que te rodea. Por
tanto, gracias a esta sensibilidad porque estás vivo, las alegrías y tristezas
serán algo de todos los días para ti.

Las alegrías y tristezas que son lo natural de la vida, pues estás vivo,
cuando están limpias y transparentes, cuando son puras y cristalinas, se
disuelven en la luz de tu ser y se hacen conciencia en ti, pero si están
manchadas, sólo se traducirán en experiencia.

Una cosa es la conciencia y otra la experiencia. Cuando las alegrías y las


tristezas están limpias, y eso significa que hay un corazón despierto, todas las
situaciones que vivas se disolverán y se harán conciencia. Y cuando las alegrías
y tristezas traen manchas, y eso significa que hay un corazón roncando, todas
las situaciones que vivas no se disolverán, y sólo se harán experiencia.

Es por ello que, no todas las experiencias son sanadoras y van a dar a tu
conciencia. Sólo cuando las alegrías y las tristezas vienen sin manchas, ahí sí se

169
hacen conciencia. Se hacen conciencia, porque las alegrías y las tristezas que
no tienen manchas, son parte de la inocencia y de la naturaleza humana. ¿Y qué
quiere decir que vengan sin manchas?

Que vengan sin manchas, significa que no traen quistes. ¿Y qué es un


quiste? Un quiste es una dureza, es un tumor o una protuberancia. Pero esto
llevado a lo que nos concierne, y a lo que estamos hablando, es ego. De manera
que, cualquier alegría que venga con alguna dureza, eso ya no forma parte de la
inocencia del ser humano. Y así, cualquier tristeza que venga también con
alguna protuberancia, eso ya no es parte de la naturaleza humana.

Cuando digo que, las alegrías y las tristezas son parte de tu inocencia y
naturaleza, siempre y cuando no vengan con quistes, eso es sólo una manera de
decirlo, ya que no hay ninguna alegría o tristeza que venga enquistada. Toda
alegría y toda tristeza, en un comienzo siempre vendrá limpia y pura. Siempre
será sana, y estará libre de manchas. Es sólo cuando el ego engancha y se mete,
cuando empiezan a enquistarse.

¿Y cómo puede enquistarse la alegría o la tristeza? Muy fácil. La alegría


podría enquistarse con el egoísmo, con la soberbia, con la arrogancia y la
indiferencia. Y la tristeza podría enquistarse con el odio, con el rencor, con la
envidia y el resentimiento.

Lo que estoy diciendo, es que tanto las alegrías como las tristezas son
parte de tu inocencia, de tu naturaleza y de la vida, siempre y cuando vengan
limpias y no enquistadas. Al venir con quistes, entonces ahí ya no hay inocencia,
sino ego. Al venir con protuberancias, ahí no tiene nada que ver con tu
naturaleza, sino con el ego.

Cuando las alegrías y las tristezas vienen sin manchas, es porque tu


corazón ha despertado y está ahí presente. Al estar tu corazón ahí, vivo y
presente, ese corazón no dejará que las alegrías y tristezas, que son parte de
tu vida y de la de todos, se enquisten.

Si has conseguido un buen trabajo, por decir un ejemplo, es muy natural


que te sientas contento y alegre. Y eso está bien, pues eso es parte de la vida.
Has conseguido un trabajo y eso te ha puesto contento. Pero si tu corazón no

170
está ahí, esa alegría que estás sintiendo por haber conseguido trabajo, podría
fácilmente enquistarse.

Podría enquistarse con el egoísmo o la indiferencia. Si tu corazón no está


ahí presente, esa alegría podría llevarte a que los demás no te importen para
nada, a que te conviertas en alguien próspero y que lleves un buen pasar, pero
egoísta, mezquino e indiferente. En palabras mucho más simples; “ya que estoy
bien instalado y me ha ido bien, que los demás se la arreglen como puedan o por
último que se frieguen, total, yo no tengo la culpa de que no tengan trabajo”.

Usando el mismo escenario, el del trabajo, si postulas a un trabajo que


desde hace rato buscabas para ti, que siempre quisiste y soñaste, pero que a la
hora de ver el resultado tu postulación sale rechazada, es muy natural que te
sientas mal y triste. Y eso está bien, pues eso es parte de la vida. Tu solicitud
al trabajo que tanto añorabas, ha sido rechazada, y eso te ha puesto triste.
Pero si tu corazón no está ahí, esa tristeza que estás sintiendo por no haber
quedado aceptado, podría fácilmente enquistarse.

Podría enquistarse con el rencor o el resentimiento. Si tu corazón no


está ahí presente, esa tristeza podría llevarte a insultar y maldecir a los que
rechazaron tu solicitud, y a convertirte en un resentido, lleno de envidia,
prejuicios y rencor. En palabras mucho más simples; “por la culpa de estos
desgraciados, que no sé en qué se fijan para seleccionar a la gente, tendré que
conformarme con la porquería de trabajo que tengo, que apenas me alcanza
para sobrevivir”.

¿Estás entendiendo? Tanto las alegrías y las tristezas, todas ellas


cuando vienen, vienen limpias y puras, vienen sin manchas. Cuando consigues el
trabajo, ahí vendrá la alegría, limpia y pura, que vendrá con esa sensación
chispeante que le caracteriza. Y cuando no consigues el trabajo, ahí vendrá la
tristeza, limpia y pura, que vendrá con esa sensación opaca como si estuviera
nublado.

Todas las alegrías y todas las tristezas, sin excepción, siempre en un


comienzo vienen limpias y puras, sin quistes. Es por ello que, todas ellas son
sanadoras y digeribles, pues te traen sensaciones transparentes de vida. Las
alegrías te traerán el sol, y las tristezas te traerán las nubes. Estará nublado.
Así de simple.

171
Y la vida es así. A veces toca que haya sol, y todos los colores danzan y
resplandecen, como si estuvieran festejando algo. A veces toca que está
nublado, y todos los colores que observes te parecerán grises.

Vendrá el verano, y celebrarás con todo entusiasmo hasta llegar casi al


delirio y la locura, luego vendrá el invierno, y te irás a tu interior buscando
quietud y serenidad. Vendrá la primavera, y volarás con tus sueños todo
ilusionado, luego vendrá el otoño, y te soltarás y desprenderás como las hojas
lo hacen de las ramas.

¿Comprendes? La vida es así. Las estaciones del año son así. Cada
estación te llevará a una situación diferente, y cada situación te hará vivir
diversas sensaciones según sea el caso. Las estaciones te invitarán al festejo,
te invitarán al recogimiento, al ensueño y al desprendimiento, pues así es la
vida.

Tanto las alegrías como las tristezas, son también parte de la vida. Son
sensaciones sanas, puras y transparentes, que a fin de cuentas te permitirán
llegar a una mayor comprensión de todas las cosas. Siempre y cuando el ego no
se meta, pues si se mete, éste envenena las situaciones y quedas atrapado.

Me he detenido en esto de las alegrías y las tristezas, ya que es


trascendente que lo puedas comprender. Hemos estado hablando de la
realización y del árbol de la realización, y a su vez de los distintos escenarios.
Estando ahí arriba de los escenarios, y eso les dije que era entrarle a la vida,
ahí te vas a encontrar con las alegrías y las tristezas a cada rato.

Te las vas a encontrar a cada rato. Si estás vivo, las vas a vivir todos los
días. Habrán días con un sol radiante y otros estarán nublados. Y esto es, lo
que realmente tienes que comprender. Es decir, que no hay problema con que
estés alegre o triste, pues son situaciones naturales de vida, como lo son las
estaciones del año. No hay problema con que estés alegre o triste, ya que
ninguna de las dos situaciones viene con veneno.

Así como cuando viene el verano y lo dejas que venga, así también cuando
venga la alegría déjala que venga. Déjala que venga y disfrútala. Y así cuando
viene el invierno y lo dejas que venga, así también cuando venga la tristeza

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déjala que venga. Déjala que venga y recíbela, ya que al vivir las alegrías y las
tristezas, eso será, siempre y cuando tengas un corazón despierto, lo que te irá
ayudando a descubrir el amor.

Si tu corazón no está despierto aún, las alegrías y las tristezas, no serán


de una gran ayuda para ti. Si tu corazón no está, entonces va estar tu ego, y si
tu ego está, éste las llenará de quistes. Y ya sabes que, al estar enquistadas,
eso es lo que las envenena y te envenena.

Comprende

Haya sol o esté nublado,


todos los días son hermosos.
Es sólo tu ego el que echa a perder los días.

Si tu corazón está despierto, tanto las alegrías como las tristezas te


pueden llevar muy alto, es decir al amor. Si tu corazón está presente, vivirás
todas las situaciones; los veranos y los inviernos, las primaveras y los otoños,
pero sin querer apresurar o retrazar las cosas, pues todo tiene su tiempo. Tú
sabes que, las estaciones tienen su tiempo. Vienen y van, van y vienen. De la
misma manera, las alegrías y las tristezas también tienen su tiempo.

Algunas durarán más que otras, pero sin excepción, cada cual tendrá un
tiempo natural, siempre y cuando no tengan la presencia de algún quiste.
Tiempo natural significa, que así como viene, así se va. Como una herida por así
decirlo, que tiene su tiempo natural en cicatrizar.

Pero si tu corazón no está despierto, esas alegrías y tristezas te pueden


llevar muy bajo, es decir a estancarte. Como tu corazón no ha despertado, esas
alegrías y tristezas se enquistarán, y siendo así, ahí el tiempo de éstas ya no
será natural. Como una herida cuando está infectada.

Te puedes estancar en una alegría o en una tristeza. Te puedes quedar


atrapado en una primavera, en un verano, otoño o invierno. Y te puedes quedar
atrapado un día, una semana, dos años o quizás tres vidas seguidas. Siempre
cuando alguien se queda atrapado en alguna alegría o tristeza, es porque éstas
están enquistadas.

173
Las alegrías y tristezas, simbolizan un equilibrio en la vida, como lo es la
inhalación y la exhalación. Decir que sí y decir que no, dar y recibir, tener y no
tener, la firmeza y la flexibilidad, tomar y soltar. Todo esto forma parte de un
equilibrio.

Conozco a muchos que están estancados en esto. Algunos siempre están


dando, pero tienen serios problemas porque no saben recibir. Y otros siempre
están recibiendo y nunca dan nada. A unos les sale el no sin ningún esfuerzo,
pero se les hace difícil decir que sí. A otros les fluye el sí, pero les cuesta
decir que no. Y así es esto, algunos se acostumbraron a tener y no sabrían qué
hacer si no tuvieran, y a otros les pasa que, se acostumbraron a tomar las cosas
o lo que sea, y nunca sueltan.

Hace poco conocí a un joven, a un joven de estos que se acostumbró a


que le hagan la cama, que le sirvan la comida y que papá le pase el coche. Son de
estos jóvenes que, cuando no hay comida en casa, no saben hacerse ni siquiera
un huevo frito, y a lo único que atinan, es a llamar por teléfono y pedir una
pizza.

A lo que voy, pues nada tengo contra la prosperidad, la buena vida y las
pizzas, es que este joven necesita conocer la otra realidad. Lo digo porque la
vida da vueltas. Y ya pasó en esa hermosa Nación que es Argentina. Muchos
estaban acostumbrados a una vida holgada y sin tropiezos económicos, y de la
noche a la mañana todo cambió de golpe. Muchos fueron ahí, los que llegaron a
un extremo de la desesperación. Y a nivel masivo o colectivo, todos sabemos lo
que pasó; hubieron asaltos, saqueos, violencia y barbarie. Y en Colombia
también pasó. Y podría pasar en cualquier parte.

Así que, este joven necesita conocer otras realidades, de lo contrario se


encasillará en su propia realidad. Y como la vida da vueltas, ahora está en
problemas. Acostumbrado a una vida regalada, ahora está en serias
dificultades. ¿Y cómo no lo va a estar, si no sabía lo que era esforzarse, sentir
frío y dormir mal?

Este joven sólo conocía la primavera y el verano, pero nada del otoño y el
invierno. Y así muchos, llevan una vida muy desequilibrada. Y otros son al revés.
Se estancan en el invierno y rehúyen los veranos. Es decir, nunca celebran ni
danzan hasta el amanecer. Hace poco a uno, le sugerí que por lo menos fuera a

174
participar a dos carnavales. A Ileia, le dije que fuera a todas las obras de
teatro humorísticas que encontrara, de esa manera, tal vez algo de eso se les
pega, de lo contrario se van quedando estancados en la seriedad.

Te puedes quedar estancado en cualquier situación de la vida, en


cualquier alegría y en cualquier tristeza. Y no sólo estancado, sino por mucho
tiempo. Es como si te quedaras por más de dos o cinco años en una estación del
año. Esto ocurre a menudo. Las estaciones del año siguen su danza natural, y
algunos se quedan pegados en algún verano, en algún invierno o lo que sea.

Por cierto que, también existen las estaciones internas. Es posible que
externamente haya sol, que todo el mundo esté jugando en la playa y
festejando, y tú por otro lado, estés viviendo un invierno interno. Es posible
que externamente sea invierno, que todos se guarden y busquen el descanso, y
tú estés internamente con ganas de celebrar. Pero de la misma manera, las
estaciones internas también tienen su tiempo, siempre y cuando no estén
enquistadas. Si están con quistes, te pueden durar toda la vida.

Las alegrías y las tristezas son parte de la naturaleza de la vida. De la


alegría nos pasamos a la tristeza, y de la tristeza nos pasamos a la alegría, y así
es esto. Pero cuando alguien se queda pegado en alguna de ellas, es porque el
ego ya las infectó.

Cuando alguien está alegre, es porque le ha ido bien, pero cuando alguien
se queda pegado más de la cuenta en la alegría, yo rezo para que le vaya mal
(los discípulos siempre se ríen cuando les digo esto). Y no es broma. Cuando a
algún discípulo le va bien y se queda pegado en ello, yo rezo para que la vida le
haga una zancadilla y le vaya mal.

Rezo para que le vaya mal, pero en el buen sentido de la palabra. Es


decir, no es que yo esté deseando que le vaya ir mal. De hecho, yo deseo
sinceramente que le vaya bien, pero no deseo que te quedes pegado ahí, pues si
te quedas pegado, eso quiere decir que, te estancaste en tu propio ego.

Comprende

Entre que te vaya bien o mal,


prefiero que descubras tu corazón.

175
El hecho de que te vaya bien y seas feliz, eso no quiere decir que hayas
descubierto el amor. Es más, la mayoría de las personas que son felices, no han
descubierto el amor. En otras palabras, la mayoría de las personas que son
felices, son felices porque les han resultado las cosas, porque les ha ido bien,
pero no porque hayan descubierto su corazón. Es muy triste decirlo, pero la
mayoría de los que son felices, no conocen el amor.

Las alegrías y las tristezas, son parte de la naturaleza de la vida, son


parte de nuestra inocencia y sentimientos, de nuestra sensibilidad y
sinceridad, pero son parte también de la dualidad. Si te quedas pegado ahí en
cualquiera de ellas, te quedas pegado en la dualidad. Y el amor está más allá de
todo eso.

Si ha cualquiera de los discípulos le va bien, pero se está quedando


pegado, y esto significa que su corazón se está quedando dormido, yo pediré a
la vida que le vaya mal, pues alguien tiene que sacar a este discípulo de ahí. De
la misma manera, si a un discípulo le va mal y se queda pegado en una tristeza
que le dura ya años, y eso también significa que su corazón se ha dormido, yo
rezaré para que le vaya bien.

¿Se está comprendiendo? Según sea el caso, a unos les desearé que les
vaya mal, y a otros les desearé que les vaya bien. Pero esto no es precisamente
para que, a unos les vaya mal y a otros les vaya bien, sino para que cada cual
pueda salir desde donde está pegado. Recuerda que quedarse pegado, significa
que el corazón se ha quedado dormido.

Si el corazón se ha quedado dormido, el hecho de que te vaya bien o mal,


no tiene ninguna relevancia, pues de todos modos estarás atrapado en la
dualidad que es tu propio ego. En verdad, a mi no me interesa en lo más mínimo
si te va bien o te va mal, pero sí me interesa que, descubras tu corazón y
despiertes todo ese potencial de locura llamado amor. Y tu bello corazón, está
más allá de las alegrías y las tristezas.

Pasarás por una infinidad de alegrías y tristezas en tu vida, eso es


inevitable, pero lo que sí es evitable, es que esas alegrías y tristezas se
enquisten, pues de esa manera, quedas en la dirección correcta para aspirar a
algo mucho más trascendente que la realización, y eso es el florecimiento.

176
Recuerda que no puedes llegar directamente al amor. Para llegar al amor
tienes que pasar por los distintos escenarios. Tienes que pasar por la
realización. La realización es ir por tus intereses y por lo que quieres, y como
no vas a conseguir todo lo que quieres, en algunas ocasiones estarás alegre y en
otras triste.

Si tu corazón no ha despertado aún, entonces engancharás muy


fácilmente con la situación que estés viviendo, sea que te vaya bien o mal, y así
quedas atrapado en la horizontal de la vida, que es la dualidad feliz-infeliz. Si
tu corazón no ha despertado, sólo podrás aspirar a la realización.

La realización es una prueba de amor por así decirlo. Ya sabes que, la


realización tiene que ver con los escenarios de la vida, y ahí arriba de los
escenarios, en algunas cosas te irá bien y en otras mal. Y en cada una de las
situaciones por las cuales pases, la vida te preguntará ¿me quieres?

“Ayer te di un hijo, y cuando lo acunabas te pregunté si me amabas. Tú


me dijiste que sí, y que estabas enormemente agradecido. Hoy te lo quite, y
mientras llorabas su partida, también te pregunté si me amabas, y tú me dijiste
que...”

Cuando te va bien, por lo general no tienes problemas en decir que sí,


pero cuado te va mal no se hace tan fácil. En las situaciones favorables para
tus intereses, no será ningún problema en decirle sí a la vida, pero en las
situaciones que son adversas, cuando te rechazan, cuando te critican, cuando
te traicionan y todo eso, la cosa no es tan fácil.

Despierta

¿Estás en paz cuando te salen las cosas


o también cuando no te salen?

La paz es una de las fragancias sublimes de tu corazón. Es un alto grado


de conciencia. Es amor. Quien esté y siga en paz, no importando cómo le haya
ido en la vida, ése ya llegó al amor. Su corazón universal, resplandecerá y
brillará como un sol de mil colores en el centro de su pecho.

177
No será tan fácil entonces, decirle sí a la vida cuando estés triste, o
cuando las cosas no te han salido realmente como has querido. Ilania hace unos
días atrás me comentó que, si Dios se le apareciera y le preguntara si todavía
lo amaba (pues pasaba por un momento muy difícil, ya que estaba en un proceso
donde sentía mucha rabia y tenía que perdonar), ella le diría que sí. Y luego
agregó, pero también me gustaría preguntarle a Dios ¿y qué quieres de mí?

Ese pero, significa que no ha perdonado aún. Significa que aún tiene
rabia. Y ¿qué quieres de mí? significa la misma cosa. Es decir, aún no ha
perdonado del todo, y aún sigue con rabia y muy enfurecida. Preguntar a Dios
qué quieres de mí, eso es lo mismo que si le preguntáramos ¿hasta cuándo
quieres que me deje pisotear? ¿Hasta cuándo quieres que aguante?

Sé que Ilania saldrá adelante, que perdonará totalmente y seguirá su


camino amando, pues tiene un bello corazón. Pero el asunto es que, ese tipo de
preguntas, Dios nunca las va a contestar, ya que Dios no quiere nada de ti. Es
posible que tu madre y tu padre quieran algo de ti. Es posible que alguna
persona cercana quiera algo, o quizás la sociedad quiera algo o espere algo de
ti, pero Dios no, pues Dios es amor. El ego tal vez podría querer algo o esperar
algo de ti, pero Dios no es ego sino amor.

El ego siempre querrá algo, pero ése no es el lenguaje de Dios. El ego


siempre querrá algo, pero ése no es el idioma del amor. El ego siempre querrá
algo y siempre esperará algo, pero ése no es el idioma de tu corazón.

Dios no quiere nada de ti, no espera nada de ti ni te exige nada. No te


reclama, no te ordena nada ni nada te pide, pues es amor. Tu corazón no quiere
nada de ti, no espera ni exige, no reclama, no demanda ni pide nada, pues es
amor. Y el amor es así.

La realización no es un fin sino un medio. Un medio para florecer,


siempre y cuando tu corazón, haya prevalecido por encima de todas las alegrías
y tristezas que hayas tenido. Si tu corazón continúa en pie, más allá de las
circunstancias que tuvieras que haber pasado, si tu corazón ha prevalecido
despierto, más allá de todas las situaciones que hayas tenido que vivir,
entonces realmente tienes un corazón.

178
Si tu corazón no ha prevalecido, por cierto que, también tienes un
corazón, pero este corazón estará dormido. Y de ese modo, no podrás aspirar
al florecimiento. Sólo podrás ir por tu realización. Para realizarte, no es
necesario tu corazón, pues recuerda que, la realización es ir por lo que
queremos, y eso es ego. Pero si tu corazón ha prevalecido por sobre todas las
cosas, entonces estás prácticamente listo para el florecimiento. Sólo faltará
que seas tu mismo.

La realización no es un fin sino un medio, pero es algo por lo cual tienes


que pasar ineludiblemente. No te la puedes saltar. La realización con todos sus
escenarios y lo que ello implica, no te la puedes saltar para llegar a florecer,
pues ahí en los escenarios, tanto en las circunstancias favorables como en las
adversas, ahí se sabrá realmente si tu corazón ha despertado.

¿Y adónde más? ¿O acaso crees que tu corazón despertará si


permaneces en tu rincón? ¿Cómo va a despertar tu corazón en tu rincón, si ahí
no hay nada en juego? Ahí en tu rincón no estás apostando a nada, no ganas ni
pierdes, no te va bien ni mal. Permanecer en tu rincón no es vivir, y mucho
menos entrarle a la vida. Eso es ser sólo un mero espectador.

Subirse a los distintos escenarios, eso sí que es vivir y entrarle a la vida,


y ahí sí que, hay mucho en juego. Ahí hay mucho que ganar y también mucho que
perder. Es por ello que, arriba de los escenarios, donde vas y luchas por lo que
quieres, donde vas por tus intereses y, decides lo que es más conveniente y
beneficioso para ti, ahí se sabrá realmente si tu corazón ha despertado.

Si tus intereses han prevalecido por sobre tu corazón, entonces habrá


ganado el ego, y así te quedas atrapado en la horizontal de la vida. Pero si tu
corazón ha prevalecido por encima de todas las cosas, entonces aparece la
vertical. Esto quiere decir que, comenzarás a elevarte, ya que la elevación
comienza cuando tu corazón ha despertado.

La realización en sí, es ir tras nuestros intereses, es ir por nuestros


sueños, por lo que más nos atrae y cautiva, por lo que nos fascina y queremos, y
como tal, esto quiere decir que, la realización no es otra cosa que ir en busca
de la felicidad. Pero el problema aquí con esta felicidad, es que esta felicidad
es una felicidad menor por así llamarlo.

179
La felicidad que te da la realización, es una felicidad menor, es decir
dependiente y circunstancial. Dependerá de si te resultan o no te resultan las
cosas. Dependerá de cómo te vaya, sea bien o mal. Dependerá de si te aceptan
o rechazan. Dependerá de si hay dinero o no hay dinero, de si te quieren o no
te quieren, de si ganas o pierdes.

¿Comprendes? Esta felicidad es totalmente dependiente y condicional.


Se requiere que, se den una serie de condiciones y circunstancias para que la
logres. Bastaría con que una de esas condiciones no se diera, para que esa
felicidad se fuera a la punta del cerro o se hiciera añicos. Por dar un ejemplo,
bastaría que tu pareja dejara de quererte en un momento dado, para que tu
felicidad se fuera por los suelos.

La felicidad que te da la realización es condicional, y eso la hace relativa,


pasajera e irreal. En otras palabras, esta felicidad estará dependiendo de un
hilo. Y lo que es más importante aquí que hay que entender, es que esta
felicidad que te da la realización, sea que la hayas logrado o no, la fuiste a
buscar afuera de ti.

Al ir a buscarla afuera, eso quiere decir que no te ha sucedido. Y como


no te ha sucedido, es por eso que la fuiste a buscar afuera. Esto te hace ser
totalmente dependiente de ella. Bastará con que, alguna cosa que te hace feliz
ya no te haga tan feliz, para que esa felicidad comience a tambalear. Y si son
más las cosas que dejaran de hacerte feliz, entonces adiós a esa felicidad.

Y suponiendo que seas feliz, y esa felicidad te durara toda la vida, de


igual modo esa felicidad es ilusoria y no es real, ya que no te ha sucedido
realmente. Es decir, ha sido gracias a que alguien te quiere, y por eso eres
feliz. Esta felicidad que has logrado, ha sido gracias a que has logrado un buen
trabajo, a que has logrado tener una linda familia, coches, propiedades y lo que
sea. Pero la cuestión aquí, es que esas personas que te quieren, el trabajo, la
familia, los coches y las propiedades, todo eso está afuera de ti.

Cuando la felicidad descansa en algo que está afuera de ti, ésta es


condicional y no te pertenece por así decirlo, y siendo así, en cualquier
momento te podría ser arrebatada. O simplemente, en cualquier momento se te
podría escurrir entre los dedos. Y si te durara hasta el último día de tu vida,
de todos modos no te ha sucedido, ya que te ha venido desde el exterior.

180
Te dure lo que te dure, esa felicidad no te ha sucedido dentro de ti, si
no que ha venido desde afuera. Dicho de otra manera, no has sido tú quien ha
sido feliz, sino que te han hecho feliz. Son esas personas que te quisieron, la
familia, los coches, el fundo o lo que sea, lo que te hizo feliz, pero nunca te
sucedió verdaderamente dentro de ti ¿comprendes?

Y no te ha sucedido, porque esta felicidad no tiene nada que ver con tu


corazón, sino con tu ego. Es la felicidad del ego. Es el ego el que está feliz, ya
que ha logrado lo que ha querido. Está feliz porque le han resultado las cosas,
porque le ha ido bien y ha tenido éxito. Está feliz porque ha salido victorioso, y
como tal se siente satisfecho y conforme.

Toda felicidad proviene del ego. Te dure lo que te dure, sea un instante,
meses, años o vidas enteras, viene del ego. Sólo el ego podría sentirse feliz,
pero el corazón no. El ego podría sentirse feliz o infeliz, pero el corazón no.
Cuando te sientas feliz, eso es de tu ego no de tu corazón.

Con la realización puedes llegar a ser feliz o infeliz, tener éxito o


fracasar, alcanzar la prosperidad o hundirte en la miseria, ganar o perder,
nacer o morir, pero nada de esto tiene que ver con tu corazón. Nada de esto
tiene que ver con el amor, sino con tu ego.

Tu corazón no puede llegar a ser feliz o a ser infeliz, ya que está más
allá de ello. Tu corazón nunca podrá tener éxito ni fracasar, no alcanzará la
prosperidad ni caerá en la miseria, no sabrá lo que es ganar o perder, ni nunca
nacerá o morirá, pues es la misma vida.

Sabe

Sólo tu ego nace y muere,


tu corazón es la eternidad.

Es por ello que, a ningún discípulo le he dicho que vaya por el éxito.
Olvídense del éxito. Y también del fracaso. Si van por el éxito, puede que
tengan éxito, pero puede también que fracasen. Y en ambas situaciones estarán
fritos, ya que el éxito y el fracaso son hijos del ego. Ambos simbolizan el nacer

181
y el morir. La única manera de trascender este círculo vicioso de nacer y morir,
de ganar o perder, o de ser feliz o infeliz, es a través del florecimiento.

La realización te crea una fuerte dependencia, en cambio el


florecimiento es todo lo contrario. La realización es el escenario del ego, la
horizontal de la vida y la dualidad, en cambio el florecimiento es el gran
universo del corazón, la vertical y tu nave a la libertad. La realización es ego, y
el florecimiento es corazón.

Para realizarte necesitarás tu ego, pero para florecer necesitas tu


corazón. Y no sólo necesitaras tu corazón, sino también vivir de acuerdo a tu
naturaleza. Si tienes despierto tu corazón y no vives de acuerdo a tu
naturaleza, entonces no será posible el florecimiento. Si no vives de acuerdo a
tu naturaleza, no te sucederá. En otras palabras, para florecer necesitas tu
corazón despierto y ser tu mismo.

Un corazón despierto, saldrá de todas las circunstancias que, hayas


tenido que pasar en los distintos escenarios de la vida, siempre y cuando no
hayas enganchado en alguna alegría o tristeza, y te hayas quedado pegado ahí.
Recuerda que, un corazón despierto, quiere decir que ha prevalecido por sobre
todas las cosas que has vivido.

Todos tenemos un corazón, algunos lo tienen despierto, y otros lo tienen


dormido. La mayoría lo tiene dormido. Y digo dormido y no cerrado, porque los
corazones no se cierran. No conozco a ningún corazón que se cierre. Eso es
imposible. En realidad, no existen. Por naturaleza, un corazón no se cierra ni
nunca lo hará. ¿Cómo va a cerrarse un corazón? Un corazón no se cierra, pues si
lo hiciera no sería un corazón.

Lo que sí se cierra, es la mente, pero no el corazón. La mente siempre


estará abriéndose o cerrándose. Se abrirá o cerrará según las circunstancias
del momento. Dependiendo de la situación, de los intereses y las conveniencias
que hayan, ahí se abrirá o cerrará. Pero el corazón no tiene intereses ni
conveniencias. Por eso no hablo de corazones abiertos o cerrados, sino de
corazones despiertos y dormidos.

Para florecer necesitarás tu corazón despierto, y sabes que, esto se da,


cuando tu corazón ha prevalecido por sobre todas las situaciones que hayas

182
vivido, más allá de si te ha ido bien o mal, de si has sido feliz o has sufrido, de
si has prosperado o fracasado. Definitivamente, es haber trascendido las
alegrías y tristezas, y no haberse quedado pegado ahí.

Trascender las alegrías y tristezas, no quiere decir que nunca más te vas
a entristecer o alegrar. Recuerda que ambas, tanto las alegrías como las
tristezas, son parte natural de la vida. Al estar vivos, llenos de una gran
sensibilidad y sentimientos, es muy natural que nos alegremos y también que
nos pongamos tristes.

Es y será natural, siempre y cuando todas esas alegrías y tristezas, no


estén con quistes. Si están con quistes, ya sabes que el ego se ha entrometido,
y de ese modo, seguro que ya las tiene infectadas. Si están con quistes, ahí ya
no son parte natural de la vida, sino del ego. Ahí ya no serán parte de la
inocencia, sino del ego.

Así que, cuando estés floreciendo, y dependiendo de las circunstancias,


seguirás sintiéndote alegre y también triste, ya que estás vivo. Un ser vivo
sentirá todo eso. Pero esas alegrías y tristezas estarán limpias, pues al
comienzo cuando aparecen, siempre vienen limpias. Alguien que esté iluminado o
algo así, también a veces estará alegre, y también a veces estará triste, pero
esos sentimientos son puros. Sus alegrías son puras, y sus tristezas son puras.
Libres de quistes, y libres del ego.

Para florecer necesitas tu corazón despierto, y también ser tú mismo.


¿Y qué significa ser uno mismo? Ser uno mismo quiere decir, vivir de acuerdo a
tu naturaleza. Si no vives de acuerdo a tu naturaleza, es imposible que puedas
ser tú mismo. Si no vives de acuerdo a tu naturaleza, es imposible que puedas
florecer.

Por cierto que, para vivir de acuerdo a tu naturaleza, tienes que


descubrir cuál es tu naturaleza. ¿Y cómo descubres tu naturaleza? ¿Qué quiere
decir realmente naturaleza? Llevo años en esto. Años y años ayudándolos, y a
veces siento que, el tiempo que tengo no será suficiente para que comprendan.
Y lo siento así, no porque falte el tiempo, sino porque están muy metidos y
atrapados, cada cual en lo suyo.

183
Cada cual en lo suyo, significa que, cada cual está muy ocupado y
absorbido en sus propios intereses. Significa que, cada cual está demasiado
ocupado en cubrir sus necesidades, y demasiado afanado en ir por lo que
quiere. En otras palabras, cada cual está muy ocupado en que le vaya bien.

La mayoría está en eso. La mayoría de las personas que conforman esta


sociedad, están muy ocupadas. Unos preocupados en satisfacer sus
necesidades, y otros muy ocupados en llegar a ser felices. Y la felicidad no va
por ahí. La felicidad sí existe, y está inserta en tu propio ser. Es la felicidad de
ser. En Oriente y en palabras simples de entender, se llama dicha o
autorealización, yo la llamo florecimiento.

Al estar muy ocupados y afanados tras la felicidad (esa felicidad ilusoria


que te da la realización), a veces se hace muy difícil sacarlos de ahí. Cuando
estás demasiado metido y absorto en lograr tu felicidad, que aunque sea una
felicidad ilusoria, ésta te jala, te seduce y cautiva, a veces se me hace difícil
hablarte del florecimiento. Cuando te veo muy ocupado en conseguir tus dulces,
se hace difícil hablarte del sol y sus estrellas.

Pero algunos están comprendiendo. Se han dado cuenta que la felicidad


que les da la realización, es ilusoria, pues no les ha sucedido realmente por
dentro, sino que ha sido algo que ha venido de afuera. Se han dado cuenta que
esa felicidad depende de un hilo, y que por ser condicional, en cualquier
momento podrían perderla. Y se han dado cuenta también, que esta felicidad no
son más que migajas de luz.

Sabe

La felicidad son las chispas del ego.


El florecimiento es el resplandor de tu corazón.

El florecimiento también conlleva la felicidad, y éste en ningún caso es


ilusorio, ya que te sucede por dentro. No viene de afuera, sino que te sucede.
Es una consecuencia de tu ser. Como las flores, que son la felicidad de un árbol
por así decirlo. El árbol no fue a buscar esas flores a alguna parte, sino que son
la consecuencia del suceso del árbol.

184
La felicidad de la realización no te sucede, pues viene de afuera. Esa
felicidad, es gracias a algo externo que has logrado, y como tal, te vuelves
totalmente dependiente de eso que has logrado. Esa felicidad, de ningún modo
te pertenece, sino que descansa en algo externo a ti. Pero el florecimiento es
todo lo contrario, pues no descansa en ninguna parte. No descansa ni afuera ni
adentro de ti, sino que sucede dentro de ti. Y como sucede dentro de ti, te
pertenece. Dicho de otro modo, no te puede ser arrebatado.

Hace tiempo que estoy hablando del florecimiento, ya que es el destino


de todo ser humano. Claro que, no he hablado directamente, pues el
florecimiento es una consecuencia. Pero sí he hablado del florecimiento, a
través de estar hablando hasta el cansancio de que tienes que vivir de acuerdo
a tu naturaleza. Los que me conocen son testigos. Cada vez que nos reunimos,
siempre estoy insistiendo que vivan de acuerdo a su naturaleza.

Como decía, no es fácil hablar del florecimiento, cuando muchos son los
que, están demasiado ocupados en el cuento de ser felices. Y ya sabes que, eso
es ego y sólo migajas de luz. Pero algunos ya están comprendiendo. Y como
algunos ya están comprendiendo, yo sigo con esto de que tienen que vivir de
acuerdo a su naturaleza. Tal vez parezca disco rayado o algo así, pero sigo con
esto de la naturaleza.

¿Y qué significa vivir de acuerdo a tu naturaleza? Eso mismo, es decir,


vivir de acuerdo a lo que eres. ¿Y qué es lo que eres? Si no sabes lo que eres,
entonces tienes que ir por tus cualidades y virtudes, de ese modo empezarás a
descubrir quién eres. Será como seguir una huella. Así como cuando hay un olor,
y si lo sigues sabrás que corresponde a un manzanar, a una rosa, un pez, un
bosque o una panadería. Así también al seguir tus cualidades y virtudes, sabrás
quién eres.

Tus cualidades y virtudes, son las que te van ayudar a descubrir tu


naturaleza. Todos tenemos cualidades y virtudes, pero hay algunas de ellas que,
se dan de una manera natural en ti. Hay algunas de ellas que, no te significan un
mayor esfuerzo, ya que te salen de una manera espontánea por así decirlo. Y
estas cualidades y virtudes no se aprenden, sino que se cultivan.

Por dar un ejemplo, si la bondad es una de tus virtudes, es porque se te


da sin ningún esfuerzo ser bondadoso, y no porque la hayas aprendido. Si eres

185
bondadoso, es simplemente porque eres bondadoso, y no porque hayas ido a un
curso para graduarte sobre la bondad ¿comprendes? Si eres bondadoso, es
porque es natural en ti, porque es parte de tu naturaleza. Lo digo en uno y otro
sentido, ya que hay algunos por ahí que se las dan de bondadosos.

Una cosa es ser bondadoso por naturaleza, y otra es poner cara de


bondad. Una cosa es ser inteligente, y otra es dársela de inteligente. Una cosa
es ser solidario realmente, y otra es ser solidario sólo cuando hay catástrofes.
¿Estás comprendiendo lo que quiere decir es parte de tu naturaleza? Hay
cualidades y virtudes que son parte de tu naturaleza, y otras que no lo son. Las
que son parte de tu naturaleza, ésas no las aprendes ni tampoco te las inculcan,
pues ya las traes contigo. Y las que no traes contigo, tratarán de enseñártelas
y también de inculcártelas, pero será en vano.

Lo que se aprende en realidad, son las capacidades o los hábitos, pero las
cualidades y virtudes no. Nadie asiste a un curso para ser bondadoso, para ser
inteligente o solidario, pues eso ya lo traes contigo. Nadie inculca a otro la
bondad, la inteligencia o la solidaridad, pues eso no se puede. ¿Cómo vas a
capacitar a alguien para que sea bondadoso? ¿Cómo vas a inculcarle a alguien la
inteligencia o la solidaridad?

Lo que sí se puede hacer en cuanto a aprender, es poder capacitarse en


ciertas cosas que están relacionadas con tus cualidades y virtudes, para que así
puedas desarrollarlas y florecer a través de ellas. Y en cuanto a inculcar, nada
se puede inculcar que sea realmente trascendente. Lo único que se puede
inculcar, son los hábitos y las conductas, pero eso nunca ha sido ni será algo
significativo en la vida, pues no tiene nada que ver con el amor. Así es, todo lo
que se trate de inculcar viene del ego.

En ves de estar perdiendo el tiempo inculcando todo tipo de hábitos y


conductas, que por cierto no tienen en absoluto ninguna incidencia relevante en
la vida, se podría poner toda la energía en descubrir las verdaderas cualidades
y virtudes de cada cual. Es decir, en ves de poner todo el énfasis en lo que no
se tiene, que se ponga mejor en lo que se tiene.

Mi padre por ejemplo, se limpia los dientes antes de ir a comer. Yo no sé


de dónde sacó eso, pero eso es lo que hace. Yo le dije en una oportunidad, que

186
eso no era práctico ni le iba a servir para conservar una dentadura sana. Él
siguió con eso de cepillarse antes de comer, y yo no insistí en ello.

El asunto es, que aquí tenemos a alguien que le falta la visión por así
llamarlo, para que se dé cuenta que cepillarse los dientes antes de comer es
algo inútil. Y esa visión que le falta, es una virtud. Carece de esa virtud. Yo no
insistí en que lo pudiera ver, porque no lo ve. No insistí, porque no tiene ninguna
incidencia trascendental en su vida, y porque tiene otras virtudes que son muy
hermosas. En otras palabras, no puse el acento en la virtud que no tiene, sino
en las que tiene.

A fin de cuentas, da lo mismo si se limpia los dientes antes o después.


Para sus dientes, obviamente que no va a dar lo mismo, pero tampoco va a ser
algo que tenga una incidencia trascendente en su vida, ya que con los pocos
dientes que le quedan, eso no ha sido un impedimento para poder florecer.

Y así ha sido. Él tiene una hermosa virtud, y ahora que está más viejo, se
le nota mucho más. Es la ternura. Y esta ternura, no es de ésas que te cubren
de besos y no te dejan ni respirar, sino una ternura silenciosa. Mi padre es
tierno. De hecho cuando te saluda y recibe, se sonríe como un niño, y cuando
te sonríe, se le pueden ver los pocos dientes que le quedan.

En vez de ir a lo que no tenemos, vayamos a lo que sí tenemos. Es posible


que la bondad no sea tu virtud, y si es así, no hay problema. Si no eres
bondadoso por naturaleza, es posible que seas sincero por naturaleza
¿entiendes? Cada cual tiene sus cualidades y virtudes. Y como puedes ver,
éstas no tienen por qué ser las mismas.

Es posible que por naturaleza no seas inteligente, pero puede que tus
virtudes sean la lealtad y la nobleza. Aunque para mí todos son inteligentes.
Exciten los eruditos y los ignorantes, pero ambos son hijos del ego. Los
eruditos y los ignorantes vienen de la mente, ahí nacen y ahí mueren. En cambio
la inteligencia viene de tu inocencia, de la vida. Es por eso que todos son
inteligentes, porque la inteligencia es parte de nuestra naturaleza. Sea cual sea
tu naturaleza, la inteligencia yace ahí, es tu propia naturaleza. Por ello que, una
madre por ejemplo, es inteligente siendo madre. Un músico es inteligente
siendo un músico, un campesino es inteligente siendo un campesino, pues la
inteligencia está inserta en su propia naturaleza.

187
Lo mismo ocurre con la solidaridad. Al haber un corazón despierto, todos
somos solidarios. Existen los egoístas y los altruistas, pero ambos son hijos del
ego. Unos siempre están queriendo recibir y otros siempre están queriendo
dar. Ambos vienen de la mente, del ego. En cambio la solidaridad viene de tu
corazón, ahí yace. La solidaridad es tu propio corazón. Por eso todos son
solidarios. El asunto es que, a veces estás esperando que los demás sean
solidarios como tú quieres, y no de la manera que cada cual tiene de ser
solidario.

Si te enfermas, tu madre o alguien que sea madre, irá a visitarte como lo


haría una madre. Lo más probable, es que se acerque bastante a ti y te de un
beso, o algo así. Un músico, tal vez no se acerque tanto ni te de un beso, pero
tocará su violín o su flauta. Y un campesino, no te dará un beso ni te tocara el
violín, sino que tal vez te traiga un kilo de papas y otro de naranjas ¿entiendes?
Cada cual es solidario, pero cada cual tiene su forma, que por cierto va de
acuerdo a su naturaleza.

Las cualidades y virtudes están adentro de ti, ya que las traes contigo,
por tanto se cultivan. Las capacidades y los hábitos están afuera de ti, por
tanto se aprenden. Las cualidades y virtudes son innatas en ti, no necesitan
reglas, técnicas ni criterios, ni nada de práctica, pero sí necesitan que se las
cultive. En cambio las capacidades y los hábitos, siempre van a necesitar reglas
y pautas, también criterios, y en ciertas ocasiones necesitarán ser apoyadas
con técnicas. Y lo más importante aquí, es que tendrás que practicar.

Si no practicas tus capacidades y hábitos, perderías tus capacidades y


hábitos. Y lo pierdes, porque están afuera de ti. Las cualidades y las virtudes
no se pierden, ya que están dentro de ti. Pero podrían perfectamente
despilfarrarse. No las pierdes, pero podría ser que las desaprovecharas. Es
como tener dinero en el banco (en el sentido de recursos), y no lo utilizaras. Es
como tener semillas y no las sembraras.

Tanto las capacidades como los hábitos, todo eso hay que llevarlo a la
práctica, de lo contrario se pierden. Y hay que llevarlo a la práctica, porque las
capacidades y los hábitos provienen de la mente. Vengan de tu propia mente o
de mente ajena, provienen de la mente. Y todo lo que viene de la mente se
practica, se revisa, se estudia y se analiza.

188
Las cualidades y las virtudes no se practican, y menos se estudian o
analizan, ya que provienen de tu corazón. Están en tu corazón. Las cualidades y
virtudes se cultivan, y se cultivan siéndolas. Si la bondad es alguna de tus
virtudes, entonces siendo bondadoso estarás cultivándola. Y para esto no
tendrás que aprender ni esforzarte, pues si es tu virtud por naturaleza, la
bondad será innata en ti. Ni siquiera te darás cuenta. Si la bondad es una de
tus virtudes, y si tu corazón está despierto, el amor se manifestará a través
de la bondad. Si la lealtad es una de tus virtudes, y si tu corazón está
despierto, el amor se manifestará a través de la virtud de la lealtad, y no de la
bondad ¿vas comprendiendo?

Las cualidades y virtudes, son las flores que conforman tu jardín


interior, y ese hermoso jardín yace en tu corazón.

Descubre

Las cualidades y virtudes,


son los rayos de tu corazón.

Así es. Tu corazón es un potencial de amor infinito, y si no fuera por las


cualidades y virtudes, el amor no podría expresarse. En otras palabras, las
cualidades y virtudes son las formas que tiene el amor de manifestarse. El
amor está en tu corazón, y necesita un cause por así decirlo, una forma de
manifestarse, y así poder plasmarse, concretarse, y hacerse realidad en este
mundo, de lo contrario todo ese potencial de amor, seguiría siendo un potencial
de amor.

¿De qué podría servir un corazón, si todo ese potencial de amor estará
encerrado ahí sin manifestarse? Sería como una semilla que no se sembrara, o
bien como un sol que no tuviese rayos. El amor es como el agua, necesita sus
causes. El amor es como la pintura, necesita sus colores. El amor es como la
esencia, necesita sus fragancias. El amor es como la danza, necesita sus
movimientos. El amor es como la música, necesita sus instrumentos. El amor es
como el silencio, necesita sus idiomas y lenguajes.

El amor es como la vida, necesita manifestarse, y tiene a las cualidades


y virtudes para ello. Éstas son sus causes, sus colores y fragancias, sus

189
movimientos, sus instrumentos y sus idiomas. Las cualidades y las virtudes, son
las formas de manifestarse que tiene el amor.

Observa

Las cualidades y virtudes,


son las vestiduras del amor.

El amor no anda por ahí desnudo, sino vestido. Sólo en tu corazón está
desnudo. Sólo en tu corazón y en todos los corazones está desnudo, pero al
salir y mostrarse, al dejarse ver y manifestarse, ahí anda vestido de un sinfín
de formas. Anda vestido de bondad, comprensión, solidaridad y simpatía, de
lealtad, nobleza, sinceridad y rectitud. Anda vestido de cualidades y virtudes,
pues son sus vestimentas.

Las cualidades y las virtudes, no se aprenden ni tampoco se inculcan, sino


que se cultivan. Y podrán cultivarse, si tu corazón está despierto. Si tu corazón
no está despierto, esas cualidades y virtudes, serán sólo semillas guardadas.
Pero si tu corazón está despierto, el amor se manifestará a través de tus
cualidades y virtudes. Por eso digo que, “cada cual tiene sus formas de
abrazar”.

En la medida que descubras tus cualidades y virtudes, en esa misma


medida te irás acercando a tu naturaleza. En esa misma medida irás
descubriéndola, y por tanto, descubriéndote a ti mismo. ¿Cuáles son tus
cualidades y tus virtudes? Eso es lo que tienes que preguntarte. Yo no sé si en
filosofía o en sicología, ya han determinado la diferencia que hay entre una
cualidad y una virtud. Como yo no leo, no lo sé, pero siento que ya está definido.
Tal vez estén definidas como sinónimo, o tal vez ya hayan determinado alguna
diferencia. Pero lo que aquí interesa, es que descubras tus cualidades y
virtudes, y no las definiciones que éstas tengan.

Para mí, las cualidades también son virtudes, pero son virtudes mayores.
Son virtudes madres por así decirlo. Y no sólo son virtudes madres o mayores,
sino que cada cualidad se manifiesta a través de ciertas virtudes. En otras
palabras, cada cualidad tiene sus virtudes. Y las virtudes serían, las distintas
caras que tiene y conforman una cualidad, como los pétalos que conforman una
flor, o como los distintos matices de un color.

190
Por dar ejemplos para que se entienda, el amor sería una cualidad, y sus
virtudes podrían ser por nombrar algunas, la bondad, el cariño, la generosidad y
la ternura. La sabiduría es otra cualidad, y algunas de sus virtudes son la
serenidad, la comprensión y la paciencia. La fuerza es otra cualidad, y algunas
de sus virtudes son la voluntad, el atrevimiento y la firmeza ¿se comprende?

Cada cualidad tiene sus virtudes. Y estas virtudes están relacionadas con
cada cualidad. Es decir, cada cualidad tiene sus virtudes correspondientes, y no
cualquier virtud. El amor es una cualidad, y una de sus virtudes es la ternura, no
la firmeza. La sabiduría es una cualidad, y una de sus virtudes es la paciencia,
no la voluntad. La fuerza es una cualidad, y una de sus virtudes es el
atrevimiento, no la generosidad.

A los discípulos siempre les pregunto esto. ¿Qué es lo que sienten al


respecto? ¿Cuál de estas cualidades, es la que sienten que va con ustedes?
¿Cuál de estas cualidades va con vuestra naturaleza? ¿Es el amor, la sabiduría
o la fuerza? Tú también tienes que preguntártelo. ¿Es el amor lo que, sientes
que va con tu naturaleza, o es la sabiduría o la fuerza?

Y para no confundirte y puedas descubrirlo, no sólo la cualidad del amor


es amor, sino las otras también. No olvides que, todas las cualidades son las
vestiduras del amor. Todas las cualidades, son las formas en que se manifiesta
el amor. La sabiduría también es amor. La fuerza también es amor. Sólo son,
otras formas que tiene el amor de manifestarse.

Esto lo recalco, pues no vayas a creer que, la sabiduría o la fuerza, no


tienen nada que ver con el amor. No vayas a creer que, la serenidad o el
atrevimiento, no tienen nada que ver con el amor. Si así lo crees, te irás por la
cualidad del amor, y la sabiduría y la fuerza las harás a un lado.

¿Cuál de estas cualidades va con tu naturaleza? ¿Es el amor la cualidad


que, sientes que va con tu naturaleza, o es la sabiduría o la fuerza? Esto es
trascendental que lo sepas. Tu florecimiento depende de ello. Tu vida depende
de ello. Por lo general, no se le da ninguna importancia. No se le da importancia
en la familia, en la escuela ni en ninguna parte, y es por eso que, este mundo
está lleno de zombis. Es decir, de gente que no vive, sino que existe no más.

191
¿Quieres vivir o existir? ¿Quieres florecer o terminar en el fango de la
inconciencia? Muchos son los que vienen, y me preguntan a qué han venido a la
tierra. Me preguntan si yo sé cuál es su misión en este mundo. Y siempre les
contesto que, su misión primero es con ellos mismos. Si vienes y, me preguntas
cuál es tu misión, tu misión siempre será primero contigo mismo. ¿Cómo vas a
cumplir alguna misión, si no sabes quién eres?

¿Cómo vas a realizar una misión, o ser parte de alguna misión, si no sabes
cuál es tu naturaleza? Es absurdo. ¿Cómo vas a cumplir una misión si no te
conoces? Es como si dijeras que, quieres ser parte de una orquesta (la
orquesta en este caso simboliza la vida), pero no tocas ningún instrumento. Es
como si quisieras ser parte de la orquesta, pero no sabes si tocar el violín, el
arpa o el tambor. Primero el instrumento, y luego viene la orquesta. Primero
tienes que descubrir tu instrumento, luego tocarlo bien y posteriormente
vendría la orquesta ¿entiendes? No te preocupes de la orquesta. Primero el
instrumento, y ese instrumento te llevará a la orquesta.

Cuando me preguntas cuál es tu misión en la vida, en el fondo me estás


preguntando; ¿qué es lo que tengo que hacer? Y si no sabes lo que tienes que
hacer, es porque no te conoces, porque estás totalmente desorientado y
perdido en este mundo. Si no sabes lo que tienes que hacer, es porque no
conoces tu naturaleza, porque no conoces tus cualidades ni tus virtudes. Esto
por cierto, hace que por consecuencia andes a la deriva.

Son muchos los que andan a la deriva. Esto significa que no tienen un
rumbo, que no tienen ningún horizonte ni ninguna dirección. Cuando no conoces
tu naturaleza, cuando no conoces tus cualidades y virtudes, no sabes qué hacer,
no floreces ni llegas a ninguna parte, porque careces de una dirección.

Sabe

La verdadera dirección,
es tu propia naturaleza.

Al conocerte a ti mismo, y eso quiere decir que, conoces tu naturaleza,


no vas a ir a la deriva, ya que al conocer tu naturaleza, eso te dará el rumbo y
la dirección. La dirección de tu vida, está inserta en tu propia naturaleza. Al
conocer tu naturaleza, sabrás lo que tienes que hacer, cómo hacerlo y cuándo

192
hacerlo. Al conocer tu naturaleza, sabrás quién eres, y no andarás preguntando
cuál es tu misión o algo así, porque lo sabrás.

Y lo sabrás por ti mismo, no porque alguien te lo haya dicho. Cuando lo


sabes por ti mismo, no tienes ninguna duda, pero cuando te lo dice alguien,
siempre quedan dudas. Sobre todo cuando te va mal en esa misión. A Gandhi le
fue mal, en el sentido de que, no logró que toda esa gente se respetara y
amara. Él predicó la no violencia, y esa gente terminó siendo mucho más
violenta hasta estos días. De hecho, lo asesinaron.

Pero Gandhi conocía su naturaleza. Él tuvo que pasar por muchas


situaciones adversas, sin embargo no dudó. Como le iba mal, podría haberse
preguntado ¿será ésta mi misión? ¿Estará bien lo que estoy haciendo? ¿Será
esto lo que realmente tengo que hacer? Pero él no dudó. Incluso fue muy
persistente en lo que hacía, pues conocía su naturaleza.

Cuando no conoces tu naturaleza, siempre te haces ese tipo de


preguntas. Sobre todo cuando las cosas no andan bien. Cuando las cosas no
andan bien, estoy seguro que te preguntas ¿seguiré en esto? ¿Será por aquí la
cuestión? Y estoy seguro también, que dices algo así como, “creo que, yo no
sirvo para esto” o “creo que no tengo nada que hacer aquí”. ¿Qué estoy
haciendo aquí? ¿Quién me mando a meterme en esto? “Creo que me voy a
dedicar a otra cosa”.

¿Cuál es tu cualidad? ¿Es el amor, la sabiduría o tal vez la fuerza? ¿Cuál


de estas tres cualidades sientes que, va con tu naturaleza? Aunque estas tres
cualidades están dentro de ti, ¿cuál de ellas sientes que, tiene más presencia
en ti? Es esencial y trascendente que lo sepas, ya que según lo que sientas, eso
te llevará a saber cuál es tu naturaleza, y por cierto descubrirás quién eres.

Seas hombre o mujer, si sientes que el amor tiene mayor presencia en ti,
y va más con tu naturaleza, entonces eres un amador. Si sientes que la
sabiduría tiene una mayor presencia en ti, y va más con tu vibración, entonces
eres un sabio. Y si sientes que, la fuerza es lo que va más contigo, entonces
eres un guerrero ¿comprendes?

Otro modo de abordar esto, es de una manera muy simple. Es


preguntándote directamente qué es lo que sientes, o cómo te ves al respecto.

193
¿Sientes que eres amador, o sientes que eres sabio o guerrero? Mírate bien.
Observa bien tu forma de ser, observa bien cómo eres, cómo haces las cosas y
todo eso. ¿Te ves como un amador? ¿Te ves como un sabio o te ves como un
guerrero?

El amor, la sabiduría y la fuerza, son las cualidades de las que estamos


hablando. Aunque hay otras más, como el arte, las ciencias y la devoción, que
veremos más adelante. Pero las más importantes son el amor, la sabiduría y la
fuerza. Y más que importantes, son las principales. Yo las llamaría las
Cualidades Madres. En ellas se sustentan todas las otras, y en ellas se sustenta
el universo entero. Son la trinidad de la vida, como el padre, la madre y el hijo.

Obsérvate bien. ¿Ves en ti a un amador? ¿Ves en ti a un sabio? ¿Ves en


ti a un guerrero? Es imprescindible que puedas verlo con claridad, pues de ello
depende tu vida. Tienes que tenerlo claro, ya que son seres muy diferentes. Un
amador es totalmente diferente a un sabio y a un guerrero. Y un sabio es
completamente diferente a un guerrero.

Sienten, piensan, y hacen todas las cosas de una manera diferente. Es


por ello que, es necesario que lo tengas claro, ya que es muy posible que seas un
amador y estés viviendo como un sabio. O que seas un sabio y estés viviendo
como un guerrero. Es posible que seas un amador y estés viviendo como un
guerrero, o que seas un guerrero y estés viviendo como un sabio.

Hay que tenerlo claro, porque en el caso que seas un amador, la única
manera que tienes de florecer, es siendo un amador. Si eres un amador por
naturaleza, no puedes ser otra cosa que un amador. Si eres amador, florecerás
como amador, y no como sabio o guerrero. ¿O acaso has visto a un naranjo o a
un ciruelo, que florezca como los cerezos? Si eres amador, no puedes llegar a
ser un sabio o un guerrero ¿comprendes?

Si no sabes cuál es tu naturaleza, si no sabes cuáles son tus cualidades y


virtudes, si no sabes si eres un amador, un sabio o un guerrero, entonces tienes
que tener un enredo muy grabe en tu vida. La vida hay que vivirla, pero tienes
que vivirla de acuerdo a tu naturaleza, de lo contrario no encajas contigo mismo
ni con nada. En la vida hay que hacer muchas cosas, y todas estas cosas, tanto
el amador, el sabio y el guerrero, las hacen de una manera muy distinta. Tienen
un código distinto por así decirlo.

194
Así como hay una gran diversidad entre los animales, así también hay una
gran diversidad entre los humanos. Así como hay vacas, gallinas y peces, así
también hay amadores, sabios y guerreros. Si por naturaleza eres un sabio,
pero no sabes que eres un sabio, corres el riesgo de desperdiciar y perder tu
vida.

Sería como si una vaca no supiera que es una vaca. Al no saberlo, corre el
riesgo de desperdiciar su vida, ya que la única manera de que una vaca sea
realmente una vaca, es que viva como una vaca. Si la vaca no sabe que es una
vaca, corre el riesgo de terminar viviendo como una gallina, un pez o lo que sea.

La vaca para llegar a ser vaca, tiene que vivir como una vaca. Si la vaca se
comporta como una gallina, nunca llegará a ser una vaca, y si pretende ser una
gallina, nunca llegará a serlo, pues por naturaleza es una vaca. En tal sentido, la
vaca queda en una situación en que, no es ni lo uno ni lo otro. “No dará buena
leche ni podrá poner huevos”.

Si un amador no sabe que es amador, corre el riesgo de desperdiciar su


vida, ya que la única manera de que un amador sea realmente un amador, es que
viva como un amador. Si el amador no sabe que es un amador, corre el riesgo de
terminar viviendo como un sabio o un guerrero.

El amador para llegar a ser amador, tiene que vivir como un amador. Si el
amador se comporta como un sabio, no llegará nunca a ser un amador, y si
pretende ser un sabio, no llegará nunca a serlo, pues por naturaleza es un
amador. En el mismo sentido anterior, el amador quedará en una situación en
que, no será ni lo uno ni lo otro.

La vaca come de una manera diferente que la gallina y el pez. Mira,


duerme y se mueve de otro modo. Y es así, porque aunque sea un animal como
los otros, hay una gran diferencia entre ellos. Lo mismo ocurre con los
humanos. Aunque tengan una boca, dos ojos y dos piernas, miran, duermen y se
mueven de una manera distinta.

¿No lo has notado? Anda a la calle y mira. Anda a una de esas calles
peatonales y mira. Si observaras bien, no se te hará difícil detectar quién es

195
amador, sabio o guerrero. Sólo por la forma de caminar y la manera de vestirse
lo sabrás. Y si los escuchas hablar, ahí ya no tendrás ninguna duda.

Observa a tus hijos. Si tienes hijos y son más de uno, notarás que son
muy diferentes. Al observarlos como juegan, al ver como se expresan y se
relacionan con los demás, al ver lo que les gusta y lo que no, irás descubriendo
fácilmente quién es amador, quién es sabio o guerrero. Y cuando lo vayas
descubriendo, tendrías que comenzar a tratarlos como tal. Es decir, cada cual
tiene su idioma, y si no tratas a cada cual en su idioma, no te van a entender.
Por eso que, hay muchos problemas entre padres e hijos, pues los padres
tratan a sus hijos a todos por igual. Lo que sí tiene que ser igual, es el amor, ya
que el amor es lo que permitirá que haya una buena comunicación, pero las
formas tienen que ser distintas.

Los amadores, los sabios y los guerreros, son totalmente distintos.


Aunque viven en un mismo mundo, cada cual vive en un mundo distinto. Como lo
es con los animales. Hay animales que son de tierra, otros que son de agua y
otros de aire. Los amadores, los sabios y los guerreros, tienen un lenguaje muy
distinto. Y esto es tanto para los hombres y las mujeres. No se crea aquí, que
los guerreros son sólo los hombres, o que los amadores son sólo las mujeres.

Mi abuelo por parte de mi madre, fue un coronel de la rama del ejército,


y recuerdo muy bien que, cuando íbamos a visitarlo, era mi abuela la que daba
las órdenes en esa casa. Ella siempre era la que alzaba la voz y tomaba las
decisiones en casa, y mi abuelo la dejaba y se dejaba. En realidad, él se casó
con un general. Aunque ella se dedicara a las labores del hogar, ella era el
guerrero y él era el amador.

Y el asunto aquí, es que esto es así. Cada cual es muy distinto. Y no sólo
muy distinto, sino que si no fuera así, se mueren. Como ya dije, cada cual tiene
su idioma, pero cada cual también tiene un mundo aparte por así decirlo. Si
sacas al amador de su mundo, al poco tiempo se morirá. Si sacas al sabio o al
guerrero de sus respectivos mundos, éstos también se morirán. ¿No has visto
lo que sucede, si sacas al pez del agua? ¿No has visto lo que sucede, cuando
cambias de lugar a una planta? ¿No has visto lo que sucede, cuando a un canario
lo encierran en una jaula? La misma cosa sucederá contigo, si no encuentras tu
naturaleza y no vives de acuerdo a ella.

196
Cada cual pertenece a un mundo distinto. Y si sacas a alguien de su
mundo y su naturaleza, se muere. Cada cual se alimenta de manera diferente.
La vaca se alimenta de pasto, la gallina de granos y el pez de otras cosas. Así
también el amador, el sabio y el guerrero. El amador se alimenta de sus propios
sentimientos, de su propia ternura y generosidad. El sabio se alimenta de la
observación, de la quietud, la paz y el silencio. Y el guerrero se alimenta de las
batallas.

Si un guerrero no tiene batallas se muere. En el sentido de que, si no


tiene batallas ¿cómo va a ser un guerrero? Si no tiene batallas o si no lucha,
entonces es sólo un guerrero potencial, pero no real. El guerrero necesita estar
luchando por algo todos los días. Ésa es su forma de alimentarse y su forma de
ver la vida. Si hoy no ha luchado por algo, entonces ha estado cesante. No
cesante en relación al trabajo, sino en relación a su naturaleza.

Si un sabio no respira su propio silencio, poco a poco se irá muriendo,


pues el silencio es su alimento básico. Por eso que, los sabios constantemente
están buscando algún lugar para estar solos, ya que ahí se alimentan, se
armonizan y se centran. De ese modo, luego van al mundo de todos, y ahí en el
mundo de todos es donde median, apaciguan y equilibran, ya que ésas son
algunas de sus virtudes.

Con un amador pasa lo mismo. Si un amador no ha sentido amor hoy, hoy


no ha vivido. Un amador necesita constantemente estar sintiendo amor.
Necesita estar abrazando físicamente a alguien todos los días, pues así se
alimenta y así es como ve la vida. Si hoy no abrazó a alguien, si hoy no fue
generoso y no dijo un “te quiero”, sentirá que no ha vivido. Y si mañana sigue
igual, sentirá que se ahoga.

Cada cual pertenece a un mundo distinto. Por eso insisto en que, los que
son amadores, no deben ir por ningún motivo a la guerra. Un amador que va a la
batalla, está muerto antes de la batalla ¿comprendes? Como no es su ambiente
ni tampoco su mundo, estará muerto de miedo. Recuerda que, el temor y el
amor no pueden ir juntos, se anulan. El que vive de acuerdo a su naturaleza, ése
fluye y no teme, porque su fuerza está en su propia naturaleza. En cambio el
que no vive de acuerdo a su naturaleza, ése teme y se paraliza, pues está lejos
de su naturaleza, que es donde está toda su fuerza.

197
Ocurrió en el atentado a las torres de Nueva York. Un atentado
deplorable, doloroso e inhumano, pero que a la vez es parte de la cosecha que
esa Nación ha sembrado. Es una hermosa Nación, una de las más hermosas, y
me refiero a su gente. Ahí hay gente muy hermosa, gente emprendedora y muy
generosa. Pero algunos de sus dirigentes, sobre todo en el siglo pasado,
llevaron a la Nación a lucrar en lo político, en lo social y en lo económico, pero a
costa de avasallar y subyugar a otras Naciones. Hay que tener cuidado con lo
que se siembra, pues tarde o temprano se cosecha. En cuanto a lo mismo, el
Vaticano y lo que éste representa, está comenzando a cosechar lo feo que
sembró en el pasado.

En el atentado al World Trade Center, ahí toda la gente entró en pánico.


En ese atentado, y en cualquier atentado o situación como ésa, donde la muerte
está cerca y se te mueve el piso, por lo general la gente se vuelve histérica,
entran en un estado de perturbación extrema y se descontrolan. ¿Y todo por
qué? Porque la mayoría vive lejos de su naturaleza, que es donde está toda su
fortaleza.

En el atentado, los que no se descontrolaron ni entraron en pánico fueron


los bomberos, pues ellos estaban actuando de acuerdo a su naturaleza. Bueno,
es lo que se supone. Cuando vives de acuerdo a tu naturaleza, vences los
miedos. Lo único que es más fuerte que tus miedos, es tu naturaleza, ya que en
tu naturaleza está toda tu fortaleza. Tu naturaleza es la danza de la vida, en
cambio los miedos son la paralización y la muerte.

En esos días, muchos fueron los que me mandaron mail, y me preguntaban


¿qué podemos hacer? Eran discípulos de otras Naciones, pero que estaban
consternados con lo que pasaba. Y preguntaban ¿qué podemos hacer en estas
circunstancias? ¿Cómo podemos ayudar? Y yo les dije que, el que es poeta que
vaya a la poesía. Quien sea madre, que vaya y abrace a sus hijos. El que sea
pintor, que vaya y pinte. Quien sea médico, que vaya y atienda a sus pacientes.
Quien sea músico, que vaya y toque su violín. Quien sea devoto, que vaya y ore.
El payaso, que vaya y siga bendiciendo a la gente con su sonrisa.

¿Se está comprendiendo? Le dije a cada cual que vaya a su naturaleza.


Que vaya, porque vaya corresponde al verbo ir. En otras palabras, a cada cual
le dije muévete y anda, ya que el atentado te paró y paralizó. Muévete y anda,
puesto que el atentado te sacó de tu naturaleza. Y como te sacó, estás con

198
miedo y no sabes que hacer. Si el atentado te sacó y te llevó lejos de tu
naturaleza, tienes que regresar a ella.

Regresando a tu naturaleza, ahí ya no tendrás miedo, ahí fluirás y sabrás


qué hacer. Y eso que harás, será auténtico, espontáneo y natural. No andarás
desconcertado, confundido ni nervioso, no andarás perturbado ni histérico. En
este tipo de situaciones, siempre se forma una ola colectiva de pánico y
confusión, y si no te alineas a tu naturaleza, pasas a ser parte de esa misma ola
infernal.

La única manera de capear esa ola de psicosis colectiva, es yendo a tu


naturaleza. Al permanecer ahí, estarás vivo. Y si se trata de hacer algo, ahí
podrás hacer algo. En cuanto a esa masa de gente histérica y descentrada,
ninguno de ellos podrá ayudar en algo, pues son ellos los que necesitan ayuda.
Ninguno de ellos podrá aportar algo a la vida, ya que están arrancando de la
muerte.

Si vives de acuerdo a tu naturaleza, tendrás tu cabeza despejada. Por el


contrario, si no vives de acuerdo a ella, tu cabeza estará llena de miedos, dudas
y confusión. El que tiene miedo está vivo pero muerto. El que vive de acuerdo a
su naturaleza está vivo. Y si la muerte viene a buscarle, no arrancará de miedo
ni de nada, sino que morirá en paz.

Sabe

El que vive de acuerdo a su naturaleza,


es el que nace chicharra y muere cantando.

¿Cuál es tu naturaleza? ¿Eres amador, sabio o guerrero? Al saberlo,


sabrás qué hacer si es que hay algo que hacer. En ese atentado a las torres, si
hubieras estado ahí y hubieras sabido cuál es tu naturaleza, sin duda que,
habrías realizado algo que estuviera de acuerdo con tu naturaleza. Si fueras un
amador, te habría surgido por naturaleza abrazar a los que estuvieran más
cerca, sin el peligro de arriesgar tu vida. El sabio, por naturaleza habría
observado muy bien lo que estaba pasando, para así poder tomar una decisión
correcta, certera y efectiva. Y el guerrero, por naturaleza ya estará haciendo
algo.

199
Ocurrió en una meditación con los discípulos a la orilla del río. Habían
varios, unos meditando y otros escuchando las cantarinas aguas. Entre ellos
estaba Maraí. Ella parece que, se voló demasiado y perdió el equilibrio. Así que
Maraí desde unos cinco metros más o menos, se cayó al río. Y no se cayó al
agua, sino sobre unas piedras. Maraí es un poco gorda, así que esa gordura le
amortiguó el golpe.

El cuento es que, el primero en darse cuenta que Maraí se había caído


fue Imael. Imael es un sabio por naturaleza, y como un sabio siempre está
observando, él pudo darse cuenta y dar el aviso, ya que la mayoría estaba con
los ojos cerrados y no sabían lo que pasaba. Imael por su naturaleza, no fue a
socorrer a Maraí, sino que dio sólo el aviso.

Todos escucharon el aviso, pero el primero que hizo algo fue Arama.
Arama es mujer, pero por naturaleza es guerrero. Un guerrero no ve mucho,
ver no es su cualidad, pero sí está despierto. Despierto y listo para ejecutar
una orden, o como en este caso, para acudir a un aviso. Arama estaba tendida a
unos 10 metros de ahí descansando, sin embargo, en un par de segundos ya
estaba junto a Maraí. Posteriormente, al minuto más o menos, llegaron algunos
amadores, y la abrazaron, y le dieron los besitos correspondientes.

¿Se comprende? Cada cual es como es. Tanto en el vivir como en sus
reacciones, cada cual tiene una forma de ser muy distinta y única, ya que cada
cual tiene una naturaleza muy particular, conformada por diferentes cualidades
y virtudes. Esta naturaleza, muy peculiar y original, es lo que le da la
individualidad y la personalidad a cada ser. Y esto, hay que saber respetarlo.

A menudo acontece que, no se respeta a las personas por su naturaleza.


No se les respeta ni se les trata en relación a su naturaleza. Y es así, porque no
conocen la naturaleza de las personas, y porque los que no conocen la
naturaleza de las personas, no conocen la suya tampoco.

Cuando conoces tu naturaleza, esto es lo que permitirá que te conozcas a


ti mismo. Conocerte a si mismo es eso, es saber cuál es tu naturaleza. Y al
saberlo, eso te centra, te ubica contigo mismo y te equilibra, te orienta y
armoniza. Y además, te lleva a que, no vayas a esperar algo de ti que no va
contigo (te lleva a no pedirle peras al olmo). Te lleva a, no pedirle leche a la
gallina ni huevos a la vaca.

200
Esto pasa a cada rato. Como no conoces tu naturaleza, te vas exigiendo y
demandando cosas que no van contigo. Y al no conocer la naturaleza de los
demás, a veces exiges, o a veces esperas de los demás, cosas que no van con su
naturaleza. Si eres amador y no lo sabes, es muy posible que estés esperando
de ti, cosas que le corresponden por naturaleza a un sabio o a un guerrero. Lo
mismo con los demás. Si alguien es guerrero y no lo sabes, es muy posible que
estés esperando de aquella persona, algo que le corresponda a un sabio.

Ocurre constantemente con los padres y sus hijos. Si los padres no


saben que su hija es una guerrera, es muy posible que ellos estén muy
ilusionados con que ella sea una pintora o una monja. Si los padres no saben que
su hijo es un amador, es muy posible que estén esperanzados con que él sea
militar o filósofo.

En tu caso, si fueras un guerrero y no lo supieras, es posible que, en vez


de dedicar tu vida a defender a los más débiles, termines como vendedor en
una tienda de zapatos. Si te va mal, estarás triste y te sentirás un fracasado.
Si te va bien, estarás muy feliz y contento. Pero el asunto aquí, es que como no
has vivido de acuerdo a tu naturaleza, sólo habrás podido aspirar a la
realización. El florecimiento para ti, habrá sido imposible. Y eso quiere decir
que, no habrás podido desbordar tu vida y la de los demás, con tu corazón.

Al ser un guerrero pero vendiendo zapatos en una tienda, tus virtudes


de guerrero habrán quedado abandonadas. El honor y la lealtad, el valor, el
atrevimiento y la osadía, todo eso habrá quedado de lado, pues para vender
zapatos no necesitas esas virtudes. Si tus virtudes han quedado de lado,
entonces tu corazón ha quedado de lado, pues tus virtudes, son la forma en que
tu corazón se manifiesta. Son las vestiduras del amor. Cuando no vives de
acuerdo a tu naturaleza, tus cualidades y virtudes quedan abandonadas, y eso
quiere decir que, todo el potencial de amor queda guardado.

El corazón del guerrero no podrá manifestarse, ya que el corazón del


guerrero, se manifiesta a través de las virtudes del guerrero. El corazón del
guerrero no podrá manifestarse, y no podrá manifestarse no sólo porque se ha
dedicado toda la vida a vender zapatos, sino porque no sabe hacerlo de otra
manera.

201
Lo mismo sucede con el amador y el sabio. Sus corazones se manifiestan
según sus cualidades. El corazón del amador, se manifiesta a través de las
virtudes del amador y no de las del sabio. El corazón de un sabio, se manifiesta
a través de las virtudes del sabio y no de las del guerrero.

El amador, el sabio y el guerrero, son muy diferentes. Son mundos


distintos. Lenguajes distintos y ritmos distintos. Puede que estén
contemplando el mar, y si tuvieran que decir algo a cerca de lo que es el mar,
cada cual diría lo mismo, pero de una manera radicalmente diferente. Puede
que, tengan que comprar una mesa, pero cada cual vendrá con una mesa muy
distinta. Puede que tengan que hacer su maleta, ya que se van de viaje, y lo
harán distinto y a un ritmo diferente, pues son diferentes.

¿Ya lo sabes? ¿Ya sabes si eres un amador, un sabio o un guerrero? De


ello depende tu florecimiento. Recuerda que, el florecimiento es tu corazón
encendido manifestándose a través de tus cualidades y virtudes. Y recuerda
que, las cualidades y las virtudes, son las vestimentas del amor. Descúbrelas y
no las abandones, de lo contrario te abandonas a ti mismo.

Pero hay más cualidades. Además del amor, la sabiduría y la fuerza, que
son las Cualidades Madres donde descansan y se sustentan las otras, también
están el arte, las ciencias, la devoción y la sanación. El Maestro Saint Germain
a través de algunos discípulos, hizo llegar al mundo algo acerca de esto, y está
en algunos libros por ahí, como los Siete Rayos, o las Siete Llamas.

Del Gran Corazón de Dios, por llamarlo de alguna manera, emanan y


descienden estas Cualidades Madres, estos Rayos de Luz o estas Llamas de
Colores, que no son otra cosa que, las distintas formas que tiene la vida de
manifestarse. Y como tú eres también una de las manifestaciones de la vida,
entonces por naturaleza, conformas uno de estos Siete Rayos o Llamas. En
otras palabras, tu naturaleza corresponde a una de estas Siete Cualidades
Madres. Por tanto, seas hombre o mujer, tu corazón cuando despierte, se
manifestará a través de...

El amor La sabiduría La fuerza La ciencia


La sanación El arte La devoción

202
Estas Cualidades Madres son siete. Puede que en algunas partes estén
con otros nombres, pero son siete. Siete por el momento, ya que en un tiempo
más, tal vez en 40 o 70 años, en la medida que los corazones vayan
despertando, serán 12. En la medida que los corazones vayan despertando, en
esa misma medida éstos, irán necesitando otras formas de manifestarse.

Por adelantar algo al respecto, una de esas otras Cualidades Madres,


será la Docencia. Y esto será en algunos años más, cuando la educación esté al
servicio del amor. Hoy en día, la educación está al servicio de cualquier cosa
menos del amor. Y digo cualquier cosa, para no entrar en el tema, pues si entro
me da asco. La educación está contaminada y podrida. Cuando los corazones
vayan despertando, la educación tomará su sitial milenario que siempre le
perteneció, y que es ser parte de esas Cualidades Madres, Rayos o Llamas. El
Servicio y la Mística, también tomarán su sitial.

En algunos años más, serán Doce Cualidades Madres, Doce Rayos o


Llamas. Yo le llamaré Manantiales. Así que, en unos años más, en vez de Siete
serán Doce Manantiales de Amor. Y cada uno de estos Manantiales,
desembocará y se ramificará en distintos ríos de amor (las virtudes).

El árbol del florecimiento

Pues bien, ahora ¿ya sabes quién eres? ¿Eres un amador, un sabio o un
guerrero? O ¿eres un artista, un científico, un sanador o un devocional? Como
ya sabes, es trascendental que lo sepas, ya que para florecer necesitas ser tu
mismo. Y para ser tu mismo, tienes que vivir de acuerdo a tu naturaleza.

La naturaleza de todo ser humano en lo más profundo, es la inocencia, la


luz y la misma vida, y ya en cuanto a su individualidad, la naturaleza de cada
cual es una de estas Cualidades Madres. En lo más profundo, todo es amor,
pero este amor necesita manifestarse en el mundo de las formas. Para esto
son los Siete Manantiales del Amor, para que el amor dance libre en todas las
formas de la creación.

Ya no te preguntaré cuál es tu naturaleza, sino cuál es tu Manantial de


Amor. Ya no te preguntaré cuál es tu Rayo, sino a qué Manantial perteneces. Ya
no te preguntaré cuál es tu Llama, sino cuál es tu forma de abrazar. Todo es

203
amor. No existe otra cosa además del amor, pero el amor tiene muchas caras.
Estas caras del amor, son los Manantiales del Amor.

Esto significa que todo es amor. Esto significa que, la sabiduría no existe
por sí misma, sólo el amor. El amor no ha surgido de la sabiduría, sino la
sabiduría surgió del amor. La sabiduría no existe por si misma, sino que es una
de las formas que tiene el amor de manifestarse.

La sabiduría no existe, el amor sí. La fuerza no existe, sino que es una de


las manifestaciones del amor. El arte no existe, la ciencia tampoco. No existe
la sanación, no existe la devoción. Sólo existe el amor. La sabiduría, la fuerza,
el arte, la ciencia, la sanación y la devoción no existen por si mismo, sino que
son las manifestaciones del amor.

Lo mismo sucede con las virtudes. Éstas no existen por si mismo, sino que
son las infinitas ramificaciones del amor. Todo es amor. La tierra es una de las
caras del amor, también el agua, el aire y el sol. El viento es uno de los rostros
del amor, también las nubes, el fuego, las montañas, los días y las noches. Las
estaciones son las formas que tiene el amor de manifestarse, también los
colores y las fragancias. Todo el universo es amor, pues todo es el amor
manifestándose en sus infinitas formas. Todo es amor.

Sabe

Tú no existes, sólo existe el amor.


Tú eres una de sus manifestaciones.

¿Se comprende? Todo es amor. El amor es un misterio, una verdad


insondable, pero en el mundo de las formas, el amor se manifiesta a través de
los Siete Manantiales, y éstos a su vez, continúan manifestándose y
ramificándose a través de los infinitos matices del amor que son las virtudes.

Los Siete Manantiales y sus infinitos Ríos de Virtudes, todo ello está
dentro de tu corazón, pues todo ello es el amor. Por eso que a veces, no es fácil
descubrir si eres un amador, un guerrero, un sabio, un artista, un científico, un
sanador o un devocional. Sobre todo aquellos que, son un poco más integrales.

204
Hay algunos que lo traen a flor de piel, es decir, se les nota. Hay algunos
que, traen su Cualidad Madre a flor de piel como Francisco de Asís. Cuando
vemos a Francisco, yo lo sé, tú lo sabes, él también lo sabe y todos saben cuál
es su Cualidad Madre, ya que es muy notorio. Está muy a la vista. Pero cuando
vemos a Gandhi, no es tan notorio, pues Gandhi es más integral que Francisco.

Cuando eres más integral, son más de una las Cualidades Madres que
están a la vista, por tanto es más difícil saber cuál es tu verdadera Cualidad
Madre. Para eso está el árbol del florecimiento. Así como en la realización te
hablé del árbol de la realización, para que de ese modo, pudieras saber cuál de
los ocho escenarios era el más importante para ti, así también te hablo del
árbol del florecimiento, para que se te haga más fácil descubrir y saber, cuál
de las Cualidades Madres es la más trascendente para ti.

El árbol del florecimiento, como todo árbol tiene su tronco y sus ramas.
¿Cuál de esas Cualidades Madres, sientes que sería tu tronco? Tal vez sea el
amor tu tronco. Tal vez sea el arte. O tal vez tu tronco esté conformado por el
amor y la sanación, o conformado por la devoción, la sabiduría y el arte.

¿Se comprende? Tu tronco puede estar conformado por una, por dos o
tres Cualidades Madres. Y a veces estas cualidades, están en una proporción
muy parecida. Mientras más parecida la proporción, más difícil es saber cuál es
la Cualidad Madre que te corresponde. Si es así, no hay problema. Si tu tronco
está conformado por dos o tres Cualidades Madres, déjalo así. Si puedes
descubrir cuál de esas dos o tres, tiene una mayor presencia en ti y en tu vida,
está bien, y en el caso que no puedas descubrirlo, también está bien. El asunto
aquí, es que tengas claro cuál es tu tronco.

Al saber cuál es tu tronco, esto te centra por dentro. El tronco del árbol
de la realización, te da una dirección para el mundo, una dirección para el
hacer. En definitiva, te señala el camino a seguir. En cambio el tronco del árbol
del florecimiento, te da una dirección interna, una dirección de ser. El árbol de
la realización es el árbol para el ego, en cambio el árbol del florecimiento es el
árbol del amor.

Francisco tenía como tronco, las Cualidades Madres del amor, la sanación
y la devoción, pero el amor era lejos la más trascendente para él. Si no lo
hubiera tenido claro, tal vez el Francisco que conocemos no habría existido. De

205
hecho, una de las primeras luces de conciencia que tuvo, fue cuando
conformaba un ejército. Es decir, estaba de guerrero. Yo no sé si te puedes
imaginar a Francisco de guerrero, pero yo no. Él no era un guerrero, ni nunca lo
podría haber sido. Con las cualidades y virtudes que tenía, imposible.

Pero Francisco estaba de guerrero. Con armas y todo. No se las daba de


guerrero, pues eso es puro ego, pero estaba de guerrero. Francisco se andaba
buscando aún, no encontraba su naturaleza. Y ahí andando de guerrero, tuvo las
luces para darse cuenta que no era un guerrero. Si no hubiera tenido esa luz y
toma de conciencia, habría seguido como guerrero. Y así como guerrero, tal vez
lo hubieran matado o tal vez no, pero no habría podido florecer como floreció.
Recuerda que, sólo puedes florecer a través de tu naturaleza.

Francisco podía florecer, sólo a través del amor que era su naturaleza.
Podría haber florecido también, a través de la sanación o de la devoción, ya que
eran Cualidades Madres que conformaban su tronco, pero no como guerrero
¿comprendes? Él tenía algo de guerrero, pero esa cualidad era una rama para
él. El tenía su fuerza, pero toda esa fuerza se manifestaba a través del amor.
Era una gran fuerza, pero toda esa fuerza le salía por ahí, por el amor. El amor
era su naturaleza.

Gandhi tenía como tronco las cualidades Madres del amor, la sabiduría y
la fuerza, aunque en apariencia se le podría haber visto como devocional. Sobre
todo cuando se vestía con túnica. Pero bajo esa simple túnica, de preferencia
había un guerrero y un sabio. Si le veías bien, era difícil saber si era más sabio
que guerrero, o más guerrero que sabio, ya que era más integral. Entre esas
dos naturalezas, no estaba muy claro cuál era la que predominaba más en él.

Para mí era más un guerrero sabio que un sabio guerrero. Pero en


realidad era el complemento de ambas. Ahí estaba su verdadera naturaleza. Si
se hubiera ido por otro lado, tal vez La India aún estaría en manos de los
ingleses. Si se hubiera ido por la devoción, las ciencias o el amor, Gandhi habría
sido un desconocido. El también era un amador, pero ese amor le salía
principalmente a través del guerrero.

¿Vas comprendiendo? El amor tiene muchas caras, muchas formas de


manifestarse. Cuando no encuentra sus causes, sus ríos y sus formas de
manifestarse, es muy probable que, ese amor quede guardado como una semilla.

206
Pero cuando el amor va despertando y encontrando sus formas de
manifestarse, el amor estalla y se enciende como un árbol en flor. Eso es lo que
quiere decir florecer. Cuando floreces estallas como un árbol en flor.

Amado

Cuando floreces,
estallas y te enciendes de amor.

Es por esto que, es muy trascendente saber cuál es tu naturaleza. De


ello depende de si te guardas o floreces. Tu naturaleza puede ser una de las
Cualidades Madres, o tal vez esté conformada por el complemento de dos o
tres de ellas. Sea como sea, es importante que lo veas y lo descubras, así
descubres tu tronco. Y lo que no esté en tu tronco, eso será tus ramas.

En el caso de francisco, la sabiduría era una de sus ramas. Esto no


significa que no tuviera sabiduría, sino que su sabiduría estaba en segundo
plano. En el caso de Gandhi, el arte era una de sus ramas. Esto no significa que
el arte estuviera fuera de su vida. De hecho, hubo un tiempo en que hilaba.
Pero el arte en él, estaba en un segundo plano.

Todas las cualidades y virtudes están dentro de ti. Sólo hay que saber,
cuáles son las que van con tu naturaleza. Unas estarán en tu tronco, y las otras
conformarán tus ramas. Pero todas sin excepción, tanto las de tu tronco como
las de tus ramas, conforman tu árbol del florecimiento. Todas, porque todas
son las formas que tiene el amor de manifestarse.

Y son complementarias. Como todas son manifestaciones del amor, son


complementarias. Esto significa que, un amador podría complementarse con un
guerrero, o que un sabio podría complementarse con un sanador. El egoísta por
ejemplo, que no está vibrando en amor, ése no puede complementarse con
nadie. Del mismo modo el erudito, el mercenario y todo aquel que no está
vibrando en amor. No pueden complementarse. Sólo podrían juntarse por algún
interés en común, nada más, pero tarde o temprano terminarían solos, y cada
cual por su lado.

La naturaleza del egoísta, lo más probable es que sea la del amor, pero el
egoísta aún no ha despertado su corazón. Lo mismo ocurre con el erudito y el

207
mercenario. La naturaleza del erudito, puede que sea la sabiduría o las ciencias.
Y la naturaleza del mercenario, lo más probable es que sea la de la fuerza. Pero
en ambos casos el corazón no ha despertado.

Recuerda que para florecer, necesitas haber descubierto tu naturaleza,


y estar viviendo tu vida de acuerdo a ella, pero también tener tu corazón
despierto. Es posible que el egoísta esté viviendo de acuerdo a su naturaleza,
también el erudito, el mercenario, el corrupto, el farsante y el tirano, pero sus
corazones no han despertado.

Sabe

Los intereses, sólo los junta.


El corazón, los une a unos y otros.

El ego los ata y esclaviza.


El amor los complementa y libera.

Cuando se está vibrando en amor, todas las formas que tiene el amor de
manifestarse son complementarias. ¿Has visto esas organizaciones no
gubernamentales? Ahí tiene que haber por lo menos cierta cantidad de
amadores, algunos sabios y también algunos guerreros. Amadores, porque ellos
son los representantes directos por así decirlo del amor. Sabios, porque ellos
son los que tienen que idear los proyectos y las distintas estrategias a seguir.
Y guerreros, porque ellos son en definitiva, los que van a poner la cara y llevar a
cavo todo el asunto.

Si en esas organizaciones o donde fuere, sólo hubieran amadores, todos


esos proyectos no podrían llegar a ser una realidad. Del mismo modo, si sólo
hubieran sabios o solamente guerreros, la cosa tampoco funcionaría. Sólo
cuando todas las formas del amor están despiertas y danzando, sólo ahí se ve
la verdadera dimensión que tiene el amor. Sólo cuando los distintos colores del
amor se complementan, ahí se puede ver la belleza de un arco iris. Sólo cuando
las distintas notas del amor se complementan, ahí se puede escuchar una
hermosa y sublime melodía.

208
Comprende

Sólo cuando cada cual florezca,


ahí se escuchará la sinfonía de la hermandad.

Y el amor es eso. Es el complemento de los corazones. En ese


complemento, los corazones se disuelven. Cada corazón no importando su
naturaleza es un amador, y estos amadores al complementarse, se disuelven en
el amor. En otras palabras, el amador al complementarse deja de ser un
amador, y queda el amor.

Todos son amadores. El amador, el sabio, el guerrero, el artista, el


científico, el sanador y el devocional, todos son amadores sin excepción, sólo
que cada cual ama de acuerdo a su naturaleza. Cada amador no importando su
naturaleza, al complementarse se disolverá en un solo corazón, en el amor.
Como en un árbol, donde su florecimiento no es gracias a una sola flor, sino a
todas las flores que conforman el árbol.

Una cosa es el amador y otra es el amor. Una cosa es la flor y otra el


florecimiento. El amador eres tú, pero el amor no. La flor eres tú, pero el
florecimiento no. El amador tiene que disolverse, y así el amador desaparece y
queda el amor. La flor tiene que morir, y así la flor desaparece y le da paso al
fruto, el amor.

El amador, sea amador, sabio o guerrero, o bien artista, científico,


sanador o devocional, es una individualidad. Esta individualidad tiene que
disolverse, como se disuelven los músicos en una orquesta. Los músicos están
ahí, pero en un momento dado se disuelven. Los músicos están ahí cada cual con
su individualidad, cada cual con su instrumento, pero en un momento dado al
complementarse, se funden en uno solo. Ya no escucharás a un solo músico o un
solo instrumento, sino que escucharás la música.

Esta individualidad tiene que disolverse, como lo es con los colores en un


arco iris. Los colores están ahí, cada cual con su real belleza, pero en un
momento dado se funden en uno solo, en un arco iris. Ahí en el arco iris, ya no
ves a un color determinado, sino que ves el arco iris.

209
Cada individualidad tiene que disolverse, y la única manera es viviendo de
acuerdo a su naturaleza. Si fueras un sabio, tienes que vivir de acuerdo a ello, y
por cierto tener un corazón despierto, pues si lo tienes roncando, sólo serás un
erudito o un idiota. Para disolverte, y eso no significa otra cosa que disolverse
en el amor, tienes que florecer como un sabio. Recuerda que si eres un sabio,
no puedes florecer de otra manera que siendo un sabio.

Si eres artista, la única manera de disolverte es siendo artista. Tal vez


tu arte sea la pintura o la danza, tal vez sea el tejido, la fotografía o la
escultura, pero la única manera de disolverte y de llegar al amor, será
floreciendo a través de tu arte. Si tu arte es el teatro, no podrás nunca
florecer a través de la música ¿comprendes?

Cada cual tiene su naturaleza. Cada cual ama y abraza a su manera. Todos
somos amadores, pero el amor tiene infinitas formas de manifestarse. Si eres
guerrero, la única manera que tienes de florecer es siendo guerrero, pues el
amor en ti se manifiesta de esa forma. Y siendo guerrero podrás disolverte. El
guerrero desaparecerá y quedará el amor. Se disolverá el libertador y quedará
la libertad.

Y este disolverse sucede prácticamente sin que te des cuenta, porque


estás viviendo de acuerdo a tu naturaleza, y porque tu corazón está despierto.
Cuando vives de acuerdo a tu naturaleza y tienes un corazón despierto, te
suceden las cosas más hermosas que podrías imaginarte. Y es así, porque sales
de tu cabeza.

Si eres científico, eso no quiere decir que vivas en tu mente. Un


científico usa su mente, pero no vive en su mente. Un erudito, ése sí que vive en
su mente. También el letrado, el docto y el genio. Pero un científico no vive en
su mente. No vive en su mente, porque en el fondo es un amador que está
amando a través de las ciencias. Y como está vibrando en amor, aunque esté
utilizando su mente, en un momento dado sin que se lo proponga, pasa a otra
dimensión de sí mismo. Si se lo propusiera, no sucedería. Pero como estaba
vibrando en amor, que en este caso es a través de la ciencia, esa vibración le
permite ir más allá de su mente y pasar a otro estado más elevado de
conciencia.

210
Y esto sucederá, con cualquiera que tenga su corazón despierto y viva de
acuerdo a su naturaleza. El asunto aquí, es que logres llegar a vibrar en amor.
Si esa vibración de amor no sucede, es porque no has encontrado lo tuyo
todavía. Es porque aún no has encontrado tu naturaleza, o simplemente porque
tu corazón no ha despertado.

La cuestión es que, logres descubrir con qué vibras. Y me refiero con


vibrar, a la vibración del amor. Lo diré de otra manera. ¿Con qué vibra tu
corazón? Hay corazones que, vibran con el amor directamente. Hay corazones
que vibran con la maternidad, con las ciencias, las artes y cuánta cosa más. Y
como decía, tienes que descubrir con qué vibra tu corazón. En esta orquesta
del amor ¿cuál sería tu instrumento? ¿Sería el arpa, la trompeta, o el violín, la
flauta o el tambor?

A muchos les digo que vayan a ver la película La Misión. Ahí está muy
claro esto de las Cualidades Madres. Ahí hay un protagonista que, su
naturaleza es la del guerrero. Pero por cierta circunstancia deja de ser
guerrero, y comienza a vivir de acuerdo a otra naturaleza que no es la suya.
Pasa algún tiempo lejos de su naturaleza, pero por otra circunstancia de la vida,
se ve en la obligación de volver a ser un guerrero. Vayan a verla. Y vayan a ver
también la película contacto. Ahí hay dos protagonistas, y ambos tienen
distintas maneras de amar. Uno representa a la religión y el otro a la ciencia.

¿Con qué vibra tu corazón? Si encuentras con qué vibras, entonces sin
que te des cuenta, en un momento dado irás más allá de tu mente. Sin que te lo
hayas propuesto, estarás en otro espacio más elevado de ti mismo. La cuestión
es que, encuentres tu naturaleza, tus cualidades y virtudes. Tienes que
contactarte con tu corazón, encontrar tu corazón. Y para encontrar tu
corazón, tienes que descubrir tus virtudes.

Descubriendo tus virtudes, descubres las formas del amor en ti.


Recuerda que, tus virtudes son las vestiduras de tu corazón. Al descubrir tus
virtudes, vas descubriendo tu bello corazón. Y al descubrir tus virtudes, éstas
te llevarán a tu naturaleza. Y cuando descubras tu naturaleza, descubrirás tu
forma de amar.

Si no descubres tu corazón, nunca encontrarás el amor. Si no descubres


tu corazón, nunca podrás estar en paz. Si no descubres tu corazón, no

211
florecerás. Te quedarás atrapado en los laberintos de tu mente. Te podrá ir
bien o mal en este mundo, pero la paz será imposible para ti. Si no descubres tu
corazón, sólo podrás asistir a las fiestas de disfraces, pero nunca a la fiesta
de la vida.

Sabe

Si no sabes cómo se viste tu corazón,


apenas sabrás cómo se disfraza tu ego.

En las primeras páginas de este libro, sugiero que dejes de meditar, o


más bien de cabecear ¿recuerdas? Lo sugiero ya que no estás en paz. Y como
no estás en paz, lo único que vas a lograr es un instante de paz. Esa meditación,
las distintas disciplinas y todo eso, sólo te ayudará a sentirte en paz por algún
tiempo, nada más. Pero no estarás en paz realmente, ya que esa paz la estás
provocando, y no te está sucediendo.

En una convivencia estaba diciendo la misma cosa. Estaba sugiriendo que


dejaran de meditar. Mientras lo decía, Omai se puso incómodo. Omai es un
discípulo muy amado. Mientras decía y repetía que dejaran de meditar, él se
iba poniendo cada vez más inquieto. Debe de haber pensado que me estaba
volviendo loco o inconsecuente. Sobre todo inconsecuente.

Cuando conocí a Omai, él me invito a Culiacán para que fuera a dar un


curso de meditación, o lo que sea. Yo le dije que todavía no era el momento, ya
que esa Ciudad estaba muy sucia energéticamente. Principalmente, por la mala
vibración que deja todo lo que concierne al narcotráfico. Así que, le dije que
meditara. Que si quería que fuera para allá, tenía que meditar durante tres
años por lo menos, de ese modo la Ciudad estaría más limpia.

Yo no soy un limpiador. Si fuera un limpiador, habría ido personalmente.


Con tres días que hubiera estado ahí, o una semana, la Ciudad habría quedado
limpia, pero no soy un limpiador. Hay Maestros limpiadores, sobre todo los
Maestros Budistas. Hay muchos de ellos que han venido a Occidente, con el
propósito de limpiar, descontaminar y elevar la vibración. Realizan ceremonias
del fuego, buscan los lugares más altos y meditan. Pero como decía, yo no soy
un limpiador.

212
Así que, Omai estuvo meditando disciplinadamente por algunos años. Al
principio solo, después, dos o tres se le unieron. Y luego de esos años, yo me
encontraba ahí con ellos diciéndole que, dejaran de meditar. Años atrás le
había dicho a Omai, que la meditación era muy importante y que por eso tenía
que meditar todos los días, y ahora le estaba diciendo todo lo contrario. En la
medida que lo iba diciendo, él se iba poniendo más inquieto y con cara de
interrogación. A tal punto que, no aguantó más y preguntó.

¿Pero por qué? ¿Por qué quieres que deje la meditación, cuando me
siento tan bien ahí? Incluso, había cierta rebeldía en él, una rebeldía sana y
silenciosa, ya que pensaba, “yo no voy a dejar la meditación”. ¿Pero por qué?
¿Por qué quieres que deje de meditar, cuando me siento tan bien haciéndola?

Tú no Omai, tú no, ya que va con tu naturaleza. Si la meditación no fuera


con tu naturaleza, yo nunca te habría mandado a meditar por tres años. Sobre
todo si, se trataba de limpiar una Ciudad como la de Culiacán. Si la meditación
no fuera con tu naturaleza, habrías estado cabeceando, y siendo así, en vez de
haber limpiado la Ciudad, la habrías dejado mucho peor.

La meditación es tu forma, pero no es la forma de todos. Estamos


hablando del florecimiento. Para florecer tienes que tener tu corazón
despierto, y también vivir de acuerdo a tu naturaleza. Y si la meditación no va
con tu naturaleza, vas a perder tu tiempo.

Cuando hablo de la meditación, me estoy refiriendo a la forma. Recuerda


que, una cosa es la meditación y otra es entrar en un estado de meditación.
Aquí lo más trascendente, es todo lo que se refiere al estado de meditación, y
no a la meditación. La meditación es sólo la forma ¿comprendes?

Sabe

Sólo el florecimiento,
te lleva a un estado de meditación.

Así es. Dicho de otro modo, para llegar a un estado de meditación tienes
que florecer. Ya sabes que para florecer, tienes que tener un corazón
despierto y vivir de acuerdo a tu naturaleza. Y si la meditación no es parte de
tu naturaleza, nunca vas a florecer ni entrar a un estado de meditación.

213
Un estado de meditación, es un estado de fusión contigo mismo, un
estado silencioso de luz y conciencia, donde tu Yo se disuelve en el Gran
Océano de la Vida. Este estado de meditación, que sucede contigo mismo más
allá de tu mente, lo podrías lograr de cualquier otra manera, y no
necesariamente a través de la meditación. De cualquier otra manera quiere
decir, de la manera que vaya con tu naturaleza.

Si por naturaleza eres artista, y tu arte es la pintura, entonces podrás


llegar a ese estado de meditación pintando. Por cierto, siempre y cuando ames
la pintura, pues si estás pintando pero pensando en cuánto vas a vender el
cuadro, o si te está quedando bonito y todas esas cosas, entonces ahí no
sucederá nada. Habrás hecho un cuadro, pero contigo no habrá sucedido nada.
Y nada sucederá, porque estás pensando. Pensar es estar en la mente. Si estás
en la mente, no puedes ir más allá de la mente.

Pero si amas la pintura, y estás pintando sin pensar en nada, entonces ahí
empezarás a volar en el cielo de la mente, donde hay otro tiempo y espacio. Y
en un momento dado, sin proponértelo y sin saber cómo, entrarás a un estado
de fusión contigo mismo, que le hemos llamado un estado de meditación. Si
vives de acuerdo a lo que va con tu naturaleza y amas lo que haces, entonces
volarás constantemente en ese espacio del cielo de la mente, y como dije, en
cualquier momento entrarás en un estado de meditación.

Lo que te eleva realmente a ese espacio, aparte de vivir de acuerdo a tu


naturaleza, es que estés vibrando en amor. Y para vibrar en amor, tienes que
descubrir cuál es tu forma de conectarte con el amor. Tienes que descubrir
cuál es tu forma de conectarte con tu corazón. Si es la pintura lo que te hace
conectarte con tu corazón, si es la pintura lo que te calma y aquieta, lo que te
hace vibrar por dentro y te hace entrar a un estado silencioso, entonces no
tienes para qué ponerte a meditar, sino a pintar.

El asunto aquí es que no cabecees. Muchos serán los que, comenzarán a


cabecear si es que se ponen a meditar, y muchos serán también, los que
cabecearán si se ponen a pintar. Estés haciendo lo que estés haciendo, si
empiezas a cabecear quiere decir que no es por ahí la cosa. Sea lo que sea que
estés haciendo, si empiezas a cabecear no es por ahí, pues por ahí no tienes por

214
dónde conectarte con tu corazón ni nada. Todo dependerá de tu naturaleza. Si
lo que haces no va con tu naturaleza, siempre estarás cabeceando.

Tiene que haber algo que te ayude a enchufarte contigo mismo. Tiene
que haber algo que logre tocarte por dentro, que realmente te llegue, que logre
llenarte y ojalá estremecerte. Cuando dices que algo te llegó, que te llegó al
alma y muy profundo, entonces quiere decir que eso que te llegó tiene que ver
con tu naturaleza. Si eso que te llega profundo es la pintura, entonces tienes
que pintar. Si es la pintura lo que te apasiona, lo que amas, lo que te aquieta y
eleva hacia el sol, entonces tienes que pintar toda la vida.

Si al meditar cabeceas, y en la pintura vuelas alto, ¿para que insistes en


meditar? Si fueras científico, y la ciencia es algo que te apasiona, que amas y
te permite ver la Luz, ¿para qué meditar o pintar? Hay muchos científicos que,
al observar las estrellas o el cuerpo humano, se maravillan y asombran, y entran
en un estado de meditación. Incluso unos pocos, entran en un estado de gozo y
éxtasis. Y todo esto, es porque aman la ciencia.

Para un científico, lo más probable es que la danza sea algo aburrido,


tedioso y no le encuentre ninguna gracia, sin embargo para quien dance, la
danza será el paraíso. A través de la danza, algunos han entrado en un estado
de quietud y meditación. Incluso, algunos se han iluminado.

En ciertos peregrinajes por las montañas, me encontré con algunas


mujeres que estaban lavando ropa en la orilla del río. Un trabajo arduo y
agotador, sin embargo algunas de ellas, al mismo tiempo que lavaban estaban
cantando. Incluso, vi algunas en un estado de gozo y felicidad, en un estado de
quietud y profunda meditación. Sus cuerpos emanaban un bello resplandor.

Aunque el trabajo era pesado y agotador, ¿por qué tal resplandor? ¿Por
qué ese gozo en sus rostros y ese silencio en sus mentes? Simplemente porque
estaban viviendo de acuerdo a su naturaleza, y porque tenían un corazón que
vibraba de amor. Ninguna de ellas se preguntaba, cuándo sería el día en que
tendrían una lavadora ¿se comprende?

Algunas mujeres han florecido a través de la humildad, a través de la


simpleza y su propia inocencia. Algunas de ellas han florecido a través de la
maternidad, a través de servir al prójimo y los quehaceres del hogar. Hay

215
mujeres que, han florecido a través de actividades tan simples como lo es el
bordado y la artesanía.

Si tus actividades van con tu naturaleza, y si amas lo que haces, entonces


puedes florecer y estar en paz. Si tus actividades van con tu naturaleza, y si
amas lo que haces, entonces te puede suceder eso de que, entres a un estado
de meditación, a un estado de fusión con la vida y con Dios. Si a través de la
música o el bordado, entras a un estado de meditación, ¿para qué vas a
meditar? Si a través del canto o de acunar a tu hijo entras a un estado de
oración, ¿para qué vas a ir a orar? Si a través de la física, la química o la
medicina, entras a un estado de fusión con la vida, de unidad y silencio ¿para
qué te vas a poner a orar o a meditar?

Tanto la meditación como la oración son una actividad. La meditación es


una actividad como cualquier otra actividad. Lo que no es una actividad, es el
estado de meditación. La oración es una actividad, pero lo que no es una
actividad es el estado de oración. Si entras a un estado de oración, a través de
ceremonias tan simples como hacer el pan y hacer el té, ¿para qué te vas a
poner a orar?

Esto es lo que he tratado por mucho tiempo de hacerles entender. Y ha


costado, ya que están atrapados en la oración y la meditación. Sobre todo
porque se supone que, la oración y la meditación están relacionadas o tienen
que ver con Dios. Ahí en las religiones, donde les enseñaron todo lo que tiene
que ver con Dios, ahí les enseñaron a orar y a meditar. Pero esa no es la única
manera de relacionarse con Dios.

El campesino que está haciendo el surco en la tierra, ¿eso acaso no tiene


nada que ver con Dios? ¿Por qué la oración tiene que ver con Dios y preparar la
tierra para sembrar no? Un carpintero que esté haciendo una silla, ¿eso no
tiene que ver con Dios? ¿Por qué la oración tiene que ver con Dios y hacer una
silla no? ¿Por qué la oración tiene que ver con Dios y preparar la comida no?

Ten cuidado con todo esto. Es muy factible que, el que esté haciendo una
silla esté más en comunión con Dios que aquel que esté orando. Sobre todo si, el
carpintero es un carpintero por naturaleza. Del mismo modo, es muy posible
que el que esté haciendo el surco, esté más conectado con la vida que aquel que
esté orando.

216
Quien esté escribiendo un poema, ¿eso no tiene nada que ver con la
Divinidad? ¿Por qué meditar tiene que ver con la Divinidad y escribir un poema
no? Quien esté jugando con los niños, ¿eso no tiene nada que ver con la
Divinidad? ¿Por qué meditar tiene que ver con la Divinidad y jugar con los niños
no? Hay que tener cuidado, porque es muy probable que el que esté escribiendo
poemas o jugando con los niños, esté mucho más conectado y fusionado con esa
Divinidad.

Alguien que esté contemplando una flor, ¿eso no tiene nada que ver con
la Divinidad o el Silencio? ¿Por qué meditar tiene que ver con la Divinidad y el
Silencio, y contemplar una flor no? Quien esté contemplando un amanecer, y
eso va con su naturaleza, lo más seguro ahí, es que esté en un bello y profundo
silencio, en cambio quien esté meditando, y eso no va con su naturaleza, ése
estará cabeceando como un borracho.

Del mismo modo, quien esté meditando y eso va con su naturaleza, ése lo
más probable es que se encuentre en paz y en armonía, en cambio el que esté
contemplando el mar, y eso no va con su naturaleza, ése lo más seguro es que se
halle en un interminable cotorreo mental o en un infierno.

¿Se está comprendiendo? Si al crear un poema entras a un estado de


meditación, ¿para qué vas a ir a meditar? Si al jugar con los niños descubres a
Dios, para qué ir a buscarlo a un templo? Si al preparar la comida para tus hijos
entras en una conexión con la vida, ¿para qué vas a ir a orar? Si al hacer un
surco, o con el simple contacto con la tierra entras a un hermoso estado de
silencio y unidad, ¿para qué vas a ir a buscar ese silencio y esa unidad en la
meditación?

Escucha

Haz de tu naturaleza tu religión.


Haz de tu naturaleza tu templo.

Si a través de cualquier actividad entras en comunión contigo mismo, con


Dios y la vida, ¿para qué vas a ir a orar o a meditar? Simplemente, porque se te
hace difícil dejar eso que te han inculcado. Crees que, porque hoy no has orado
o no has meditado, estás en deuda con Dios o algo así. En verdad, tendrá que

217
llegar ese momento en que sientas lo mismo, pero por no haber vivido de
acuerdo a tu naturaleza.

Tiene que llegar el momento en que, te sientas incómodo y en deuda con


Dios por no haber cantado, si es que el canto fuera tu naturaleza. Tiene que
llegar el momento en que, te sientas mal ante Dios por no haber ido hoy a las
matemáticas, al bordado o a sembrar papas, si es que eso tuviera que ver con
tu naturaleza.

¿Por qué unas cosas son sagradas para ti y otras no? ¿Por qué sólo
algunas cosas son sagradas, si cuando el amor está presente todo es sagrado?
¿Por qué sólo algunas cosas las consideras divinas, si cuando tu corazón está
presente todo es divino?

Recuerdo una anécdota. Un señor de estos fanáticos me preguntó ¿ha


leído usted la Biblia? No señor, eso no va con mi naturaleza. Luego insistió y
dijo, ¿o sea que usted no cree en Dios? No señor, no le estoy diciendo que no
creo o que creo, sino que le estoy diciendo que la Biblia no va con mi naturaleza.

Como vi que no entendía nada, continué. Mire señor, aquí no se trata de


creer o no creer, sino de mi naturaleza. La Biblia no va con mi naturaleza. A
Francisco de Asís le pasaba lo mismo. A él le costaba leer la Biblia. Y no era
porque no supiera el idioma o porque fuera analfabeto, sino porque no iba con
su naturaleza. Francisco era todo amor. Él inhalaba y exhalaba amor. El amor
era su naturaleza, era su idioma.

A él lo único que le interesaba en realidad era el amor, pero el amor vivo.


Cientos de hojas con letras, aunque éstas las hubiera escrito Dios mismo, eso
no le interesaba, pues para él eran sólo letras. Y no sólo eran letras, sino letra
muerta. Para otras personas, tal vez esas letras pueden haber sido de una gran
ayuda, pero para Francisco eran sólo letras.

Después de un breve silencio el señor arremetió. Dígame con toda


sinceridad, ¿cree usted en Dios? No señor, aquí no se trata de creer o no
creer, sino de mi naturaleza. Mire, yo no le puedo decir si creo o no creo, pues
todos los que creen y los que no creen viven en su mente. Y yo no vivo en mi
mente. Yo uso mi mente, como si ésta fuera una herramienta, pero no vivo ahí.

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En otras palabras, sólo la mente podría responder a esa pregunta, y yo no soy
mi mente.

Pero si quiere una respuesta, mi respuesta es ni sí ni no. No le puedo


responder si sí o si no, por eso le respondo ni sí ni no. Y si Dios existiera, y lo
anduviera buscando, no lo buscaría en algún libro. Yo no podría encontrar a Dios
en algún libro. Yo no podría encontrar a Dios en ninguna hoja de su Biblia, pero
sí le puedo asegurar, que lo encontraría en cualquier hoja de cualquier árbol
¿comprende? Yo no estoy en contra de su Biblia ni nada, sino que no es mi
idioma. No va conmigo ni con mi naturaleza.

Un profesor que se encariña con sus alumnos, que les enseña historia,
inglés, matemáticas o lo que sea, pero que principalmente los quiere a través de
la enseñanza, pues a descubierto que ésa es la forma en que su corazón se
desborda de amor, ¿eso no tiene que ver con Dios? ¿Por qué orar tiene que ver
con Dios y enseñar no? ¿Por qué meditar tiene que ver con Dios y enseñar a
leer o a escribir no?

¿Por qué donde la gente va a orar se le llama templo y donde la gente va


a estudiar no? ¿Por qué donde la gente va a meditar se le llama templo y donde
las mujeres van a concebir no? ¿Por qué donde la gente va a orar se le llama
templo y donde los niños van a jugar no? ¿Por qué donde la gente va a meditar
se le llama templo y donde la gente va a descansar no? ¿Por qué donde la gente
va a orar se le llama templo y donde la gente va a cultivar lo que será nuestro
alimento no? ¿Por qué donde la gente va a meditar se le llama templo y donde
se instruyen y preparan los guerreros no?

Simplemente, porque se considera que sólo la oración y la meditación


tiene que ver con lo Divino. Y esto es obra de las religiones. Las religiones con
su poder, son las que le han hecho creer esto a todo el mundo. Pero las
religiones ya están perdiendo todo su poder.

En un tiempo más, cuando el amor despierte y empiece a manifestarse en


sus infinitas formas que tiene, a través de las Doce Cualidades Madres y sus
correspondientes Virtudes, ahí este mundo estará regido por un Ministerio
Central. Y este Ministerio Central, será un Templo Central.

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Y en ese Templo Central, ahí habrán amadores, sabios y guerreros,
artistas, científicos, sanadores y devocionales. Y también habrán educadores,
místicos y servidores. Y cada uno de éstos Ministerios tendrá su propio
Templo. Es decir, habrá un Templo para los amadores, un Templo para los
sabios, un Templo para los guerreros, para los científicos y así. Las
universidades ya no serán universidades, sino Templos de la Educación, ¿se
está comprendiendo? Los jardines infantiles, ya no serán jardines infantiles,
sino Templos de los Niños. Las maternidades ya no serán maternidades, sino
Templos de las Madres. Las escuelas del arte ya no serán escuelas del arte,
sino Templos del Arte.

Ya no habrán más templos de los distintos Dioses, ya no habrán iglesias,


sinagogas, mezquitas o como se llamen, sino Templos del Amor. Ya no habrán
templos de ésos que, para los lamas, los sacerdotes, los pastores, los swamis y
los rabinos consideran que es divino y espiritual, sino para el amor, ya que
donde esté el amor eso será Divino y Espiritual.

El amor será una bella realidad en este mundo, y estará fluyendo de tal
manera, que se necesitarán muchísimos Templos para albergar a tantos
corazones. El propio mundo será un Templo, y así se pondrá en sintonía con el
universo, que a la vez, es el Templo Externo más hermoso que he conocido.

Si eres madre y estás abrazando a tus hijos, no tendrás necesidad de ir


a un templo, pues al abrazar a tus hijos ya estarás dentro del Templo
¿comprendes? Si eres científico, y estás investigando algo o estás sumergido
en los números, no tendrás que ir a ningún templo, pues si estás viviendo de
acuerdo a tu naturaleza y amas profundamente lo que haces, entonces ya estás
en el Templo.

Comprende

El Templo es tu Corazón.

El bordar también será una oración. Sembrar maíz, cantar y contemplar


el mar. También la medicina, la arquitectura, la ingeniería y la astrología, todo
eso será una oración. Si tu corazón está ahí en lo que haces, entonces eso que
haces será una hermosa oración. Si tu corazón está ahí en lo que haces,
entonces eso que haces será una hermosa meditación.

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Pues bien, como esto de andar escribiendo no va con mi naturaleza, este
libro no ha sido una oración y mucho menos una meditación para mí. Para ser
sincero, este libro ha sido un parto. Y no un parto de esos sencillos, sino que un
parto de esos un poco complicados y difíciles. Pero en fin, por ustedes. Por ti.
Y... algo más...

Benditos sean los Corazones,


ellos son los Templos Vivientes de este mundo.

Benditos sean los Corazones,


ellos son los Manantiales del Amor.

Benditos sean los Corazones,


ellos son las Sinfonías de la Luz.

Benditos sean los Corazones,


ellos son las Flores y los Jardines del Universo.

Benditos sean los Corazones,


ellos son las sublimes Semillas de la Vida.

Benditos sean los Corazones...


Bendito sea tu Corazón...
Bendito seas...

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