Principio Del Derecho A Que El Proceso Dure Un Plazo Razonable

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UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

“EL PRINCIPIO DEL DERECHO A QUE EL PROCESO DURE UN PLAZO


RAZONABLE”

MONOGRAFÍA

ALUMNOS:
Alvarez Sicos Milagros Milena
Arias Condori Erick Fernando
Chaparro Medrano Nora
Durand Aguilar Angela Verenice
Jordán Paz Ricardo Yuberly

DOCENTE:

CACERES CACERES, ANGEL

Cusco, 19 de septiembre del 2023


2

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 5

ANTECEDENTES INTERNACIONALES ...................................................................... 6

Roma ................................................................................................................................. 6

Inglaterra .......................................................................................................................... 6

Estados Unidos ................................................................................................................. 6

España ............................................................................................................................... 7

HITOS IMPORTANTES .................................................................................................... 8

Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) ................................................... 8

Convención Europea de Derechos Humanos (1950) ..................................................... 8

Caso Gideon v. Wainwright (1963) ................................................................................ 8

Caso Barrios Altos (2001) y Caso La Cantuta (2006) en Perú ..................................... 9

LÍNEA DOCTRINAL ......................................................................................................... 9

Influencia de Tratados Internacionales ......................................................................... 9

Responsabilidad del Estado y de los Órganos Judiciales ........................................... 10

Evaluación Casuística .................................................................................................... 10

Sanciones por Violación del Plazo Razonable ............................................................. 10

EL DERECHO DE PLAZO RAZONABLE Y EL DEBIDO PROCESO.................... 10

El derecho del plazo razonable plasmado en instrumentos internacionales ............ 11

La Declaración Universal De Los Derechos Humanos ............................................. 11

La Declaración Americana De Derechos Humanos ................................................. 11

La Convención Americana Sobre Derechos Humanos (CADH) .............................. 12


3

El Pacto Internacional De Derechos Civiles Y Políticos (PIDCP) ........................... 13

El Convenio Europeo Para La Protección De Los Derechos Humanos Y De Las

Libertades Fundamentales (CEDH) ............................................................................... 15

EL PRINCIPIO DEL PLAZO RAZONABLE EN LAS DIFERENTES

DISCIPLINAS DEL DERECHO.......................................................................................... 16

Principio del plazo razonable en materia constitucional ........................................... 16

Principio del plazo razonable en materia penal .......................................................... 17

El plazo razonable como garantía del debido proceso penal ..................................... 18

Acceso a la Justicia .................................................................................................... 19

Procedimientos de Divorcio y Familia ...................................................................... 19

Adopción y Procesos de Familiares Próximos ......................................................... 20

Violencia Doméstica y Órdenes de Protección ........................................................ 20

Ejecución de decisiones y sentencias ........................................................................ 20

Principio del plazo razonable en materia tributario (fiscalización) .......................... 20

Principio del plazo razonable en materia Administrativa ......................................... 21

Derecho a una Administración Eficiente ................................................................. 21

Legislación y Regulaciones ....................................................................................... 22

Condiciones de Justicia Administrativa ................................................................... 22

Procedimientos de Queja y Apelación ...................................................................... 22

LA EFICACIA DEL PRINCIPIO DEL PLAZO RAZONABLE EN EL PERÚ ........ 23

El plazo razonable y la continuidad del juzgamiento ................................................. 25


4

JURISPRUDENCIA SOBRE EL PRINCIPIO DEL PLAZO RAZONABLE DEL

PROCESO............................................................................................................................... 29

CONCLUSIONES ............................................................................................................. 41

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................... 43
5

INTRODUCCIÓN

La justicia es un pilar fundamental de cualquier sociedad democrática, y uno de los

principios que la sustentan es el derecho a un proceso judicial que transcurra en un plazo

razonable. Este derecho es esencial para garantizar un sistema de justicia eficaz y equitativo,

donde las partes involucradas puedan acceder a una resolución de sus conflictos de manera

oportuna y justa. En este contexto, la presente monografía se adentrará en el análisis y estudio

del "Principio del Derecho a que el Proceso Dure un Plazo Razonable en el Perú." El derecho a

un proceso dentro de un plazo razonable es un concepto jurídico que ha sido reconocido a nivel

internacional y nacional como un elemento esencial de los derechos humanos y el debido

proceso. En el contexto peruano, el principio del plazo razonable está consagrado en la

Constitución Política del Perú y en tratados internacionales de derechos humanos ratificados

por el país. Su aplicación en la práctica judicial es esencial para prevenir la impunidad, proteger

los derechos de las partes y mantener la confianza en el sistema de justicia.

El principio del plazo razonable del proceso desempeña un papel esencial en la garantía de

un sistema de justicia eficiente y equitativo. Este principio se refiere a la evaluación y aplicación

de un límite de tiempo adecuado y justo en la duración de cualquier proceso legal, sea este

penal, civil, administrativo u otro. Su objetivo principal es equilibrar la necesidad de garantizar

un proceso completo y justo con la obligación de que dicho proceso se desarrolle dentro de un

tiempo razonable, evitando demoras injustificadas que puedan perjudicar a las partes

involucradas.

En esta monografía, se mencionarán los antecedentes, la doctrina relacionada, las relaciones

que tiene este principio con las distintas diciplinas del derecho, y los criterios jurisprudenciales

utilizados para evaluar su aplicación en situaciones concretas, como la complejidad del asunto,

la conducta de las partes y las autoridades judiciales, y la naturaleza de los hechos bajo

investigación.
6

ANTECEDENTES INTERNACIONALES

Roma

En el Derecho Romano, con el argumento de Constantino y Justiniano, se estableció que:

[…] a fin de que los litigios no se hagan casi interminables y excedan de la duración

en la causa” los procesos durarían entre uno (en el caso de Justiniano) y dos años (en

el caso de Constantino), de manera que dentro de este plazo tenía que concluirse la

causa bajo pena de tergiversación, pena que podía elevarse en determinadas

circunstancias (MOMMSEN, 1991, p. 308).

Esto determina un límite razonable y justo en el desarrollo del proceso que implica respeto

a los sujetos en el proceso, incluso beneficiando al propio Estado “Poder Judicial”

(descongestionamiento judicial), pues, se habla del respeto a los sujetos del proceso

(viceversa). Supra, determina ciertos límites a la excesiva duración en el proceso, esto

constriñe a los sujetos del proceso a un estricto apego a las normas jurídicas.

Inglaterra

La Carta Magna de 1215 determino un aspecto muy importante, en el que, el rey Juan sin

tierra de Inglaterra se comprometía con sus señores y súbditos a que “no se retardaría el

derecho a la justicia”, asimismo, el rey Alfonso X el sabio, en las Siete Partidas decretaba

que ningún pleito penal podría durar más 2 años y que si pasado este tiempo no se esclarecía

la responsabilidad, a efectos de liberarse al reo.

Estados Unidos

Con el tiempo se regresaría a la estipulación del derecho sin garantía del plazo razonable,

pues así aparece consignado en la “Bill of Rights” o en las primeras 10 enmiendas a la

Constitución Estadounidense de 1789, en donde se estipula en su Sexta Enmienda el derecho


7

del procesado a un proceso rápido, sin una garantía procesal que haga efectivo el derecho en

cuestión pues si bien es cierto que con el tiempo se crearon términos específicos (que pueden

ser extendidos justificadamente) a través del “Speedy trial Act” (30 días de arresto y 70 días

después de la acusación) la violación de estos términos no implica per se la terminación del

proceso, ni la extinción de la acción penal para el Estado, por lo cual se puede considerar

como un derecho sin garantía efectiva. (GONZÁLEZ, 2014, p. 15)

En la Declaración de Derechos de Virginia de 1776, se refirió que, “toda persona sometida

a persecución penal tiene derecho a un juicio rápido ante un jurado imparcial” (Sección 8va).

Este derecho paso a la 6ta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América

(EE.UU.) que reza: “En todos los juicios penales el acusado gozara del derecho a un proceso

rápido”. La excesiva duración del proceso sólo fue objeto de una regulación jurídica positiva

específica y decidida después de 1945, cuando en los catálogos de los derechos

fundamentales fueron incluidos, junto a las garantías básicas burguesas ya consolidadas,

también unos derechos básicos, llamados de “segunda generación”, tendentes a reconocer la

transformación de las expectativas jurídicas de los individuos, derivada del desarrollo de

nuevas formas de relación entre estos y el Estado. (PASTOR, 2004, pp. 51 al 76)

España

Beccaria, afirmo que “el proceso mismo debe terminarse en el más breve tiempo posible”,

porque:

[…] cuando más pronta y más cercana al delito cometido sea la pena, será más justa y

útil […] más justa, porque ahorra al reo los útiles y feroces tormentos de la

incertidumbre, que crecen con el vigor de la imaginación y con el sentimiento de la

propia debilidad; más justa, porque siendo una pena la privación de la libertad, no

puede preceder a la sentencia (BECCARIA, 1982, pp.128).


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HITOS IMPORTANTES

Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)

La Declaración Universal de Derechos Humanos establece en su artículo 10 que:

[…] toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída

públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la

determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación

contra ella en materia penal (artículo 10).

Si bien no especifica un plazo razonable, sienta las bases para un proceso justo y expedito.

Sí se ocupó expresamente de la cuestión, ese mismo año, la Declaración Americana de los

Derechos y Deberes del Hombre, cuyo Artículo XXV establece que “todo individuo que haya

sido privado de su libertad tiene derecho […] a ser juzgado sin dilación injustificada”.

Convención Europea de Derechos Humanos (1950)

La Convención Europea de Derechos Humanos establece en su artículo 6 el derecho a un

juicio justo y a que el proceso se celebre dentro de un plazo razonable. Esta Convención ha

tenido una gran influencia en el desarrollo del principio en el ámbito europeo y más allá.

Caso Gideon v. Wainwright (1963)

Caso Gideon v. Wainwright (1963) La Corte Suprema de los Estados Unidos, en el caso

Gideon v. Wainwright, estableció el derecho de todo acusado a contar con representación legal,

contribuyendo así a la garantía de que los procesos sean más eficientes y se desarrollen en

plazos razonables.
9

Caso Barrios Altos (2001) y Caso La Cantuta (2006) en Perú

Estos casos marcaron un punto de inflexión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana

de Derechos Humanos (CIDH) en relación con el Perú. La CIDH determinó que el Estado

peruano había violado el principio del plazo razonable al no llevar a cabo juicios efectivos y

oportunamente en relación con violaciones graves de derechos humanos.

LÍNEA DOCTRINAL

La doctrina sostiene que el principio del plazo razonable es de naturaleza constitucional en

el Perú. Esta base constitucional confiere al principio un alto grado de protección y relevancia

en el ordenamiento jurídico peruano. Esto significa que está firmemente arraigado en la

Constitución Política del país, como también se señala en el artículo 139, que establece que

"toda persona tiene derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable." (Congreso

Constituyente Democrático, Constitución Política del Perú, 1993, Artículo139).

Influencia de Tratados Internacionales

La doctrina enfatiza la influencia de los tratados internacionales de derechos humanos,

especialmente la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), que

establece el derecho a un juicio dentro de un plazo razonable en su artículo 8 en el inciso 1 el

cual dice que:

Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo

razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido

con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada

contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil,

laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. (Gaceta Oficial, Convención Americana

sobre Derechos Humanos, 1978, Artículo 8, inciso 1).


10

Estos tratados tienen rango constitucional en el Perú y son fundamentales para la

interpretación y aplicación del principio.

Responsabilidad del Estado y de los Órganos Judiciales

La doctrina subraya que la responsabilidad de garantizar el plazo razonable recae en el

Estado y sus órganos judiciales. Esto implica que el Estado debe tomar medidas efectivas para

evitar retrasos injustificados en los procesos judiciales y establecer mecanismos de supervisión

y control para hacer cumplir este derecho.

La doctrina hace hincapié en la necesidad de mejorar la administración de justicia para

garantizar que los procedimientos se desarrollen de manera eficiente y en un tiempo razonable.

Esto incluye la creación de tribunales especializados, la capacitación de jueces y la

implementación de tecnologías que optimicen la gestión de casos.

Evaluación Casuística

Se reconoce que no existe un período de tiempo fijo que defina lo que constituye un plazo

razonable, ya que este debe evaluarse en función de las circunstancias particulares de cada caso.

La doctrina considera factores como la complejidad del caso, la conducta de las partes y la

diligencia de los órganos judiciales al determinar si se ha respetado este derecho.

Sanciones por Violación del Plazo Razonable

Cuando se demuestra una violación del plazo razonable, la doctrina reconoce que esto puede

llevar a la nulidad de ciertas actuaciones procesales o incluso a la liberación de personas

detenidas preventivamente. Además, puede dar lugar a la responsabilidad internacional del

Estado peruano si se presentan denuncias ante instancias internacionales de derechos humanos.

EL DERECHO DE PLAZO RAZONABLE Y EL DEBIDO PROCESO

El derecho al plazo razonable ha sido desarrollado en la jurisprudencia constitucional

del Perú como contenido implícito del debido proceso toda vez que no ha sido expresamente
11

regulado en la Constitución del Estado de 1993. Al respecto, el Tribunal Constitucional del

Perú ha recogido diversos criterios de análisis influenciado por la jurisprudencia de la Corte

Interamericana de Derechos Humanos y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

(Amado, 2011, p.43)

El reconocimiento como derecho al plazo razonable a conllevado a que sea de

importancia ser plasmado en diferentes instrumentos internacionales como en el Sistema

Interamericano y el europeo, ambos sistemas el mencionado principio desde la línea

jurisprudencial.

El derecho del plazo razonable plasmado en instrumentos internacionales

Es importante destacar que el principio del plazo razonable puede variar según el

sistema legal de un país y sus leyes y regulaciones específicas. Sin embargo, en general,

busca garantizar que los procedimientos legales se lleven a cabo de manera eficiente y en un

tiempo que sea considerado razonable, para proteger los derechos de las partes involucradas.

Al respecto:

La Declaración Universal De Los Derechos Humanos

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos se señala lo siguiente:

Artículo 10°. - Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser

oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la

determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier

acusación contra ella en materia penal.

El presente dispositivo, si bien explícitamente no se regula el derecho del plazo

razonable lo cierto es que es un derecho que está regulado implícitamente dentro de la

administración de justicia.

La Declaración Americana De Derechos Humanos

De acuerdo a la Declaración Americana de los Derechos Humanos:


12

Artículo 25°. - […] Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene

derecho a que el juez verifique sin demora la legalidad de la medida y a ser juzgado

sin dilación injustificada, o, de lo contrario, a ser puesto en libertad. Tiene también a

un tratamiento humano durante la privación de su libertad.

Es de notar que en el artículo 25 de la presente Declaración Americana de Derechos

Humanos, hace referencia a la actuación del juez en cuanto a la celeridad cuando se está ante

una privación de libertad el cual está relacionado al plazo razonable, y el tratamiento que

debe recibir el individuo cuando este es privado de su libertad.

Del mismo modo, la Declaración Americana de los Derechos Humanos señala:

Artículo 26.- Se presume que todo acusado es inocente, hasta que se pruebe que es

culpable. Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oída en forma imparcial

y publica a ser juzgada por tribunales anteriormente establecidos de acuerdo con

leyes preexistentes y a que no se le imponga penas crueles, infamantes o inusitadas.

En la presente impone ciertas garantías al justificable como el principio de inocencia,

el debido proceso, como la consolidación del derecho a ser oído en forma imparcial y

publica, y sobre todo sujetarse a un juez natural que previamente establezca la ley.

En casos penales, el principio del plazo razonable protege la presunción de inocencia

de un acusado. Un juicio que se demora excesivamente puede poner en riesgo la capacidad

del acusado para defenderse adecuadamente y socavar la presunción de inocencia.

La Convención Americana Sobre Derechos Humanos (CADH)

Igualmente, la Convención Americana Sobre Derechos Humanos se pronuncia

respecto al plazo razonable de la siguiente manera:


13

Artículo 7.5-. Toda persona detenida o retenida (...) tendrá derecho a ser juzgada

dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe

el proceso.

[…]

Artículo 8.1.- Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y

dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e

imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier

acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y

obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.

Estos artículos establecen derechos fundamentales destinados a proteger a las personas

detenidas o involucradas en procedimientos legales, asegurando que se les brinde un juicio

justo y oportuno, así como la oportunidad de ser escuchadas ante un tribunal imparcial y

competente. Estos principios son esenciales para garantizar el estado de derecho y la

protección de los derechos humanos.

El Pacto Internacional De Derechos Civiles Y Políticos (PIDCP)

Como se establece en el Pacto Internacional De Derechos Civiles Y Políticos:

Artículo 9.1.- Todo individuo tiene derecho a la libertad y a las seguridades

personales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá

ser privado de su libertad por las causas fijadas por ley y con arreglo al

procedimiento establecido en ésta.

Las demoras excesivas pueden poner una carga emocional y financiera significativa

en las partes involucradas en un caso. El principio del plazo razonable busca minimizar estas

cargas innecesarias.
14

En igual forma, el Pacto Internacional De Derechos Civiles Y Políticos señala en os

siguientes incisos:

Artículo 9.2.- Toda persona detenida será informada, en el momento de su detención,

de razones de la misma y notificada, sin demora de la acusación formulada contra

ella.

Artículo 9.3.- Toda persona detenida o presa a causa de una infracción penal será

llevada sin demora ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer

funciones judiciales, y tendrá derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable o a

ser puesta en libertad. La prisión preventiva de las personas que hayan de ser

juzgadas no deben ser la regla general, pero su libertad podrá estar subordinada a

garantías que aseguren en la comparecencia del acusado en el acto del juicio, o en su

caso, para la ejecución del fallo.

Artículo 9.4.- Toda persona que sea privada de su libertad en virtud de detención o

prisión tendrá derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de que éste decida a la

brevedad posible sobre la legalidad de su prisión y ordene su libertad si la prisión

fuera ilegal.

Artículo 9.5.- Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o presa tendrá el

derecho efectivo a obtener reparación.

Una de las finalidades del plazo razonable es que garantiza que las partes tengan la

oportunidad de presentar sus argumentos y pruebas en un tiempo adecuado, lo que es esencial

para un juicio justo. Las demoras excesivas pueden socavar este derecho al hacer que sea

difícil para las partes recordar hechos clave o mantener un interés efectivo en el proceso.

Por otro lado, el acceso a la justicia implica no solo tener la capacidad de llevar un

caso ante un tribunal o una autoridad, sino también la posibilidad de obtener una resolución
15

efectiva en un plazo razonable. Si los procedimientos se alargan demasiado, puede resultar

en un acceso ineficaz a la justicia.

Seguridad jurídica es la certeza y la previsibilidad son fundamentales en un sistema

legal justo. Los plazos razonables ayudan a mantener la seguridad jurídica al garantizar que

los litigantes sepan cuándo pueden esperar una resolución de su caso.

Un sistema legal que funciona de manera eficiente y dentro de plazos razonables

promueve la confianza en la justicia. Las partes son más propensas a respetar y acatar las

decisiones judiciales cuando tienen confianza en que sus casos se manejan de manera justa

y oportuna.

El Convenio Europeo Para La Protección De Los Derechos Humanos Y De Las

Libertades Fundamentales (CEDH)

De acuerdo al Convenio Europeo Para La Protección De Los Derechos Humanos Y De Las

Libertades Fundamentales:

Articulo 6.1.- […] toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa,

públicamente y dentro de un plazo razonable, por un tribunal independiente e

imparcial, establecido por la ley, que decidirá los litigios sobre sus derechos y

obligaciones de carácter civil o sobre el fundamento de cualquier acusación en

materia penal dirigida contra ella.

El principio de la razonabilidad en la duración de los procesos judiciales se enmarca

dentro del derecho a una tutela judicial efectiva tendiente a lograr en tiempo propio el

reconocimiento de los derechos individuales. Este derecho ha sido elevado a la máxima

jerarquía normativa, atraviesa transversalmente todas las ramas del Derecho y tipos de

procesos, y se impone como un principio o regla que tanto el legislador, como los distintos

sujetos que intervienen a lo largo del proceso, deben garantizar. (Perea y Laferriere, 2016,

p.22)
16

Por lo que el principio del plazo razonable, en el contexto legal, se refiere a la idea

de que los procedimientos judiciales y administrativos deben llevarse a cabo en un tiempo

razonable. Este principio es fundamental para garantizar el acceso a la justicia de manera

efectiva y para evitar demoras excesivas que puedan perjudicar a las partes involucradas en

un proceso legal.

EL PRINCIPIO DEL PLAZO RAZONABLE EN LAS DIFERENTES DISCIPLINAS

DEL DERECHO

Principio del plazo razonable en materia constitucional

El plazo razonable según el tribunal constitucional peruano, la actividad

jurisdiccional del Tribunal Constitucional, referida a, la resolución de casos en los que se ha

invocado tutela judicial para la protección del derecho a un plazo razonable, se ha

desarrollado básicamente en torno al problema de la duración de la prisión preventiva. Sin

embargo, muy pronto se empezaron a resolver casos en los que se invocaba la afectación de

la duración razonable del proceso penal. Partiendo de estos dos núcleos, la actividad del

Tribunal se ha hecho más rica y compleja, al tratar diversos problemas específicos y

diferenciar múltiples temas.

La preocupación y reflexiones sobre la duración legítima de la actividad

jurisdiccional estatal se originó en el ámbito de los procesos penales, que implican una

afectación de la libertad personal, consecuencia no deseable pero tolerable, siempre y cuando

coadyuve a la consecución de otro tipo de fines constitucionalmente valiosos, tales como la

lucha contra la impunidad. Su condición de principio y derecho fundamental, implica que la

garantía a un plazo razonable, posea una fuerza expansiva que proyecta su vigencia a otros

tipos de procesos, en los que se requiere de una “tutela rápida”, tales como los procesos

constitucionales. Al respecto el Tribunal Constitucional ha sostenido que:


17

“[…] aunque dicho derecho suele encontrarse asociado a los procesos de tipo penal

(donde las restricciones entre la libertad individual requieren plazos que no terminen

perjudicándola indebidamente), no existe ninguna razón por la cual no pueda invocarse el

mismo atributo en el ámbito de los procesos constitucionales” (Exp. N.º 3491 -2005-HC,

fundamento 18).

La garantía a un plazo razonable no circunscribe su aplicación al ámbito de los

procesos constitucionales, sino que se extiende a todo tipo de procesos, sean judiciales o

administrativos. Es decir, que las diferencias entre los varios tipos de procesos no son una

circunstancia que limite la aplicación de este derecho. En este orden de ideas el Tribunal ha

sostenido que el plazo razonable es plenamente exigible en el ámbito de un proceso de corte

administrativo seguido por un colegio de abogados, por ello consideramos que es evidente

que se ha producido la vulneración que el recurrente señala para la obtención de una

resolución fundada en la ley, en plazo razonable, ya que la falta de pronunciamiento del

Tribunal de Honor constituye trasgresión al derecho a la tutela procesal efectiva, puesto que

toda persona tiene derecho a que un proceso, sea judicial o administrativo, dure un plazo

razonable, o lo que es lo mismo que no sufra dilaciones indebidas.

Principio del plazo razonable en materia penal

El derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable se encuentra reconocido por el artículo

8. 1º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante CADH) el cual señala

que “toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías dentro de un plazo

razonable”. A su turno, el Nuevo Código Procesal Penal – Decreto Legislativo Nº 957-

establece en el artículo 1º de su Título Preliminar que “la justicia penal (…) se imparte (…) en

un plazo razonable”. Estos dispositivos reflejan la indiscutible importancia del respeto y

protección de este derecho como garantía del debido proceso.


18

Paradójicamente, de la mano con su innegable relevancia, este derecho se ha convertido en

un problema mayor en el Perú. En efecto, la tardanza para alcanzar una solución a una

controversia por la vía procesal constituye un tema actual que ha contribuido de forma negativa

con la percepción de la corrupción de los poderes públicos del Estado peruano.

No obstante, los datos estadísticos, lo cierto es que la labor fiscal, en algunos casos, no se

constituye en una actividad simplista, predeterminada por un número estático de actos de

investigación. Todo lo contrario, la experiencia ha demostrado que, en la mayoría de casos, el

rol del Ministerio Público supone una fuerte carga de indagación, cuya complejidad hace

necesaria la ampliación de los plazos predeterminados por el texto normativo. No hacerlo,

dificultaría, por decir lo menos, el objetivo mismo de la investigación y por tanto, la búsqueda

de la justicia.

El plazo razonable como garantía del debido proceso penal

El debido proceso indica el derecho de los justiciables de acceder a una tutela judicial

efectiva, a través del desarrollo de un procedimiento reglado, en el cual se observen una serie

de principios y garantías, cuya finalidad última es alcanzar justicia.

A su vez, este derecho lleva implícito una serie de “derechos filiales” reconocidos como

fundamentales y que incluye el derecho a la defensa, el principio de igualdad de armas, el

principio de contradicción, publicidad, celeridad y presunción de inocencia el TC peruano,

siguiendo la doctrina jurisprudencial de la Corte IDH4 , ha establecido que el derecho al plazo

razonable es propiamente una “manifestación implícita” del derecho al debido proceso y a la

tutela judicial efectiva y, en tal medida, se funda en el respeto a la dignidad de la persona

humana.

Así, el principio del plazo razonable tiene como finalidad impedir que los acusados

permanezcan largo tiempo bajo acusación y asegurare que ésta se decida prontamente. Cabe
19

precisar que el hecho de que el derecho al plazo razonable sea considerado como un “contenido

implícito” del derecho al debido proceso trae como consecuencia que aquel pueda ser

identificado como un derecho fundamental de configuración autónoma. Así lo ha entendido el

TC peruano, agregando, además que, no deben confundirse tales contenidos implícitos de los

“derechos viejos” con los derechos no enumerados, es decir, aquellos no mencionados en el

texto constitucional, pero que derivan de su artículo 3º.

Principio del plazo razonable en materia civil

En el ámbito del derecho civil, el principio del "plazo razonable" se refiere a la idea

de que los procedimientos judiciales y administrativos relacionados con asuntos civiles

deben resolverse en un tiempo adecuado y sin demoras excesivas. Aunque el término "plazo

razonable" no suele estar definido de manera específica en los códigos civiles, este concepto

se basa en la noción de justicia, eficiencia y protección de los derechos de las partes

involucradas en disputas civiles.

Acceso a la Justicia

El plazo razonable es esencial para garantizar que las personas tengan un acceso

efectivo a la justicia y puedan resolver sus disputas civiles de manera oportuna. Las demoras

excesivas pueden generar frustración y dificultades económicas para las partes.

Procedimientos de Divorcio y Familia

El principio del "plazo razonable" es especialmente importante en los procedimientos

de divorcio y asuntos familiares, ya que estos casos a menudo involucran cuestiones

emocionales y financieras significativas para las partes involucradas, así como el bienestar

de los hijos si los hay. Aquí se describen algunas consideraciones específicas relacionadas

con el plazo razonable en los procedimientos de divorcio y familia: en caso de Interés

Superior del Niño: En casos de divorcio en los que hay hijos involucrados, los tribunales

suelen priorizar el interés superior del niño. Esto significa que es crucial que los
20

procedimientos se resuelvan en un plazo razonable para minimizar el impacto emocional y

la incertidumbre para los hijos.

Adopción y Procesos de Familiares Próximos

En casos de adopción o procesos en los que familiares cercanos buscan obtener la

custodia de un niño, es fundamental que estos procedimientos se lleven a cabo en un tiempo

adecuado para brindar certeza y estabilidad al menor.

Violencia Doméstica y Órdenes de Protección

En situaciones de violencia doméstica, la emisión de órdenes de protección y otras

medidas cautelares debe realizarse de manera inmediata y en un plazo razonable para

garantizar la seguridad de las víctimas.

Ejecución de decisiones y sentencias

La ejecución de decisiones y sentencias en un plazo razonable es un principio

fundamental en el sistema legal para garantizar que las partes afectadas puedan hacer valer

sus derechos de manera efectiva y oportuna. Este principio se aplica a una amplia variedad

de casos civiles y judiciales, y su objetivo es evitar demoras injustificadas en la

implementación de las órdenes judiciales.

Principio del plazo razonable en materia tributario (fiscalización)

El artículo 62-A del Código Tributario establece que:

1. Plazo e inicio del cómputo: El procedimiento de fiscalización que lleve a cabo la

Administración Tributaria debe efectuarse en un plazo de un (1) año, computado a

partir de la fecha en que el deudor tributario entregue la totalidad de la información

y/o documentación que fuera solicitada por la Administración Tributaria, en el

primer requerimiento notificado en ejercicio de su facultad de fiscalización. De

presentarse la información y/o documentación solicitada parcialmente no se tendrá

por entregada hasta que se complete la misma.


21

Respecto a los efectos del plazo, una vez transcurrido el plazo para el procedimiento

de fiscalización que se refiere el presente artículo no se podrá notificar al deudor tributario

otro acto de la Administración Tributaria en el que se requiere información y/o

documentación adicional a la solicitada durante el plazo del referido procedimiento por el

tributo y periodo materia del procedimiento, sin perjuicio de los demás actos o información

que la Administración Tributaria pueda realizar o recibir de terceros o de la información que

ésta pueda elaborar.

El vencimiento del plazo establecido en el presente artículo tiene como efecto que la

Administración Tributaria no podrá requerir al contribuyente mayor información de la

solicitada en el plazo a que se refiere el presente artículo; sin perjuicio de que luego de

transcurrido éste pueda notificar los actos a que se refiere el primer párrafo del artículo 75°,

dentro del plazo de prescripción para la determinación de la deuda”.

La redacción actual de la norma no permite establecer consecuencias específicas al

exceso del plazo de un año adicionales al hecho de que no se puedan efectuar requerimientos

adicionales; sin embargo, se propone una interpretación que salvaguarde de mejor modo el

derecho al plazo razonable.

Se propone una modificación legislativa a efectos de que se otorgue mayor seguridad

jurídica a los contribuyentes.

Principio del plazo razonable en materia Administrativa

El principio del "plazo razonable" en el ámbito administrativo se refiere a la

obligación de las autoridades administrativas de llevar a cabo sus funciones de manera

eficiente y oportuna. Este principio busca garantizar que los ciudadanos tengan acceso a la

administración pública ya la toma de decisiones gubernamentales de manera expedita, sin

demoras injustificadas.

Derecho a una Administración Eficiente


22

El plazo razonable se relaciona con el derecho fundamental a una administración

eficiente y efectiva, que está consagrado en muchas constituciones y en tratados

internacionales de derechos humanos.

Es de destacar que existen circunstancias propias del diseño y el funcionamiento de

los mecanismos de determinación de derechos, que tienen efecto directo sobre los mismos.

Así, resulta relevante la garantía de "tiempo razonable" aplicada a los procesos en los que se

determinan obligaciones en materia de derechos económicos y sociales, pues resulta obvio

que la duración excesiva de los procesos puede causar un daño irreparable para el ejercicio

de estos derechos que, como se sabe, se rigen por la urgencia, forzando a la parte débil a

transar o resignar la integridad de su crédito.

Legislación y Regulaciones

En algunos sistemas legales, se han establecido leyes y regulaciones específicas que

definen plazos para tipos ciertos de procedimientos administrativos. Por ejemplo, puede

haber plazos específicos para la emisión de licencias o para la resolución de apelaciones

administrativas. Estos plazos están destinados a proporcionar claridad y certeza a los

ciudadanos ya las empresas sobre cuándo pueden esperar una respuesta de las autoridades.

Condiciones de Justicia Administrativa

En muchos países, existe una rama del poder judicial conocida como "justicia

administrativa" o "tribunales administrativos" que se encarga de revisar decisiones y

acciones de las autoridades administrativas. Estos tribunales pueden desempeñar un papel

importante en garantizar que las decisiones administrativas se tomen dentro de un plazo

razonable y en revisar casos en los que se hayan producido demoras injustificadas.

Procedimientos de Queja y Apelación

Los procedimientos de queja y apelación en plazo razonable son un componente

importante de muchos sistemas legales y administrativos. Estos procedimientos están


23

diseñados para permitir a los ciudadanos ya las partes afectadas impugnar decisiones o

acciones administrativas y buscar una revisión imparcial en caso de que consideren que sus

derechos han sido vulnerados o que se han producido demoras injustificadas.

En muchos sistemas legales, los ciudadanos y las partes afectadas tienen el derecho

fundamental de presentar quejas y apelaciones contra decisiones y acciones administrativas

que consideran injustas, incorrectas o que han causado un perjuicio. Este derecho es esencial

para garantizar la rendición de cuentas y la protección de los derechos de los individuos.

LA EFICACIA DEL PRINCIPIO DEL PLAZO RAZONABLE EN EL PERÚ

El derecho a un plazo razonable y su exigencia responde a la materialización de un proceso

justo. En esa medida, el Estado, por medio de sus entidades encargadas, debe garantizar que la

causa sea resuelta dentro de un plazo no excesivo.

Dicha exigencia, en materia penal responde a que el individuo investigado por un delito, no

pueda estar en zozobra toda su vida, pues el acceder a un proceso en calidad de imputado,

acarrea tres consecuencias:

a) Degradación psicológica y mental,

b) Afectación —aunque se niegue— a la presunción de inocencia como regla de

tratamiento y

c) Rechazo por parte de la sociedad.

En ese sentido, si tenemos en cuenta las consecuencias que genera estar inmerso en un

proceso penal, y a ello le aunamos una duración irrazonable del proceso, las consecuencias

negativas se tornan en irreparables.

El fundamento del plazo razonable (o razonabilidad del plazo) se encuentra en el artículo

139.3 de la Norma Fundamental, que consagra la garantía procesal genérica del debido proceso,

habiendo interpretado los órganos jurisdiccionales y el Tribunal Constitucional que el plazo


24

razonable constituye un manifestación implícita de dicho derecho fundamental en una

interpretación conforme a lo estipulado en los artículos 14.3.c y 8.1 del Pacto Internacional de

Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante

CADH), respectivamente. Al respecto, se señala que toda persona tiene derecho a ser oída con

las debidas garantías “dentro de un plazo razonable”, derecho exigible en todo tipo de proceso,

una demora prolongada podría constituir por sí misma en una violación del debido proceso. Al

respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante CIDH), en su sentencia

del 1 de febrero del 2006, recaída en el caso López Álvarez vs. Honduras, ha detallado que:

“128.- El derecho de acceso a la justicia implica que la solución de la controversia se produzca

en tiempo razonable; una demora prolongada puede llegar a constituir, por sí misma, una

violación de las garantías judiciales”. Asimismo, la Corte Suprema de Justicia de la República,

también se ha pronunciado respecto al plazo razonable, estableciendo como doctrina

jurisprudencial vinculante que: “(…) todo justiciable tiene derecho a ser juzgado en un plazo

razonable y a no ser sometido de manera indefinida a un proceso penal sin que se resuelva su

situación jurídica”. Dentro de un proceso penal, entonces, la razonabilidad del plazo garantiza

a las partes un proceso libre de dilaciones indebidas o excesiva duración de actos procesales.

De ahí que el plazo debe ser razonable, lo que significa que no puede ser demasiado largo, pero

tampoco demasiado corto.

La preocupación y reflexiones sobre la duración legítima de la actividad jurisdiccional

estatal se originó en el ámbito de los procesos penales, que implican una afectación de la libertad

personal, consecuencia no deseable pero tolerable, siempre y cuando coadyuve a la consecución

de otro tipo de fines constitucionalmente valiosos, tales como la lucha contra la impunidad.

Su condición de principio y derecho fundamental, implica que la garantía a un plazo

razonable, posea una fuerza expansiva que proyecta su vigencia a otros tipos de procesos, en

los que se requiere de una “tutela rápida”, tales como los procesos constitucionales. Al respecto
25

el Tribunal Constitucional ha sostenido que: “(…) aunque dicho derecho suele encontrarse

asociado a los procesos de tipo penal (donde las restricciones entre la libertad individual

requieren plazos que no terminen perjudicándola indebidamente), no existe ninguna razón por

la cual no pueda invocarse el mismo atributo en el ámbito de los procesos constitucionales”

(Exp. N.º 3491-2005-HC, fundamento 18). (Salinas Mendoza Pag. 164)

El plazo razonable y la continuidad del juzgamiento

Para emprender, se debe tener siempre presente que el fundamento del plazo razonable se

encuentra en el artículo 139.3 de la Constitución Política del Perú, que consagra el debido

proceso, habiendo interpretado los órganos jurisdiccionales y el Tribunal Constitucional que el

plazo razonable constituye una manifestación implícita del debido proceso, en una

interpretación conforme a lo estipulado en los artículos 14.1 y 8.1 del Pacto Internacional de

Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana Sobre Derechos Humanos,

respectivamente.

Respecto del plazo razonable, hay abundante jurisprudencia del Tribunal Constitucional,

pero en esta ocasión citaremos dos sentencias en las que nos dará el enfoque necesario para

tener una reflexión adecuada y son: el expediente N° 2732-2007-PA/TC (FJ. 13. Caso: Juan

Humberto Quiroz Rosas), el Tribunal Constitucional recordó que, si bien es cierto que el

derecho a que una persona sea juzgada dentro de un plazo razonable y sin dilaciones indebidas

no se encuentra expresamente contemplado en la Constitución:

“[…] se trata de una manifestación implícita del derecho a un debido proceso,

derivados de los principios relativos a la dignidad de la persona y al Estado Social y

Democrático de Derecho que, por otra parte, coadyuva al pleno respeto a los

principios de proporcionalidad, razonabilidad, subsidiaridad, necesidad,


26

provisionalidad y excepcionalidad que debe guardar la duración de un proceso para

ser reconocido como constitucional” (fundamento 13).

En la citada sentencia (FJ. 17), el Tribunal Constitucional estima que “el derecho al plazo

razonable en la duración de los juicios, constituye una de las manifestaciones del debido

proceso reconocido por nuestra Constitución”, asimismo, en el expediente N° 5291-2005-

HC/TC (FJ. 5. Caso: Heriberto Manuel Benítez Rivas y otra) el Tribunal señala: “el derecho al

plazo razonable tiene como finalidad impedir que los acusados permanezcan largo tiempo bajo

acusación y asegurar que esta se decida prontamente”. Con ello, podemos precisar que este

derecho ha sido desarrollado en el numeral 1 del artículo I del Título Preliminar del CPP, que

establece como un criterio rector, que la justicia penal “Se imparte con imparcialidad por los

órganos jurisdiccionales competentes, y en un plazo razonable”.

Derecho al plazo razonable que se señala explícitamente ante los problemas de retardo en la

tramitación de los procesos, como es el caso del plazo razonable para las diligencias

preliminares, artículo 334 del Código Procesal Penal, sin perjuicio de los plazos máximos

regulados para las investigaciones simples y complejas, artículo 352 del CPP. Si bien no se

señalan plazos para la conclusión del juicio, una vez formulada la acusación, es evidente que

éste deberá llevarse a cabo en un plazo razonable.

Por otro lado, el Artículo I inciso 2. Del Título Preliminar Del NCPP, establece que “Toda

persona tiene derecho a un juicio previo, oral, público y contradictorio, desarrollado conforme

a las normas de este Código”. Siendo esto así, el propio artículo 356° del NCPP, establece que:

“El juicio es la etapa principal del proceso. Se realiza sobre la base de la acusación.

Sin perjuicio de las garantías procesales reconocidas por la Constitución y los

Tratados de Derecho Internacional de Derechos Humanos aprobados y ratificados

por el Perú, rigen especialmente la oralidad, la publicidad, la inmediación y la


27

contradicción en la actuación probatoria. Asimismo, en su desarrollo se observan los

principios de continuidad del juzgamiento, concentración de los actos del juicio,

identidad física del juzgador y presencia obligatoria del imputado y su defensor”

(artículo 356° del NCPP).

En ese sentido, para cumplir con este derecho fundamental “plazo razonable”, el NCPP prevé

una serie de principios rectores para garantizar un Debido Proceso que se deben cumplir a

cabalidad, para no recaer en posteriores nulidades, por ello, no se estudiara cada uno de los

mencionados principios, pero si haciendo un énfasis en el artículo 356.1.2 del NCPP se

consagra el principio de continuidad del Juzgamiento, el cual según Talavera Elguera constituye

un mecanismo de agilización del juzgamiento, pues se propende a que el juicio se inicie y

concluya el mismo día o en sesiones consecutivas, evitando las llamadas mini audiencias.

Por tanto, como se tiene el deber de concatenar para un mejor entendimiento el artículo

2.1 del título Preliminar de la Constitución Política del Perú, así como el propio artículo 356°

del NCPP; y desde luego por supra normas en orden a los Tratados de Derecho Internacional

sobre Derechos Humanos, aprobados y ratificados por el Perú, todos ellos, marcan una brecha

en el cual, todo el procedimiento del juzgamiento debe desarrollarse bajo un control en

meticuloso de los principios procesales que dispone el NCPP y lo que reza en la Constitución

Política como rango constitucional en busca siempre de la protección de los derechos

fundamentales, en este caso al derecho de ser juzgado como ordena el Ordenamiento Jurídico.

En igual parecer, otros autores sostienen que el principio de continuidad implica que abierta

la audiencia debe continuar hasta concluir, pues en el transcurrir del debate suele ocurrir

situaciones que tiendan a paralizar su desarrollo, paralizaciones que pueden producirse en

distinto momento y con distinto alcance, dando lugar a que pueda distinguirse entre la mera
28

suspensión y la interrupción; y frente a ello el referido principio tiende a evitar estas

suspensiones o interrupciones.

El referido principio tendrá plena eficacia material cuando las partes procesales coadyuven

en la localización y comparecencia de los órganos de prueba que hayan propuesto, con una

adecuada citación, notificación, y recolección de documentos, no retrasando los mismos, de

hacerlo, soy de la idea que debería tener una sanción por provocar la extensión del plazo, debido

que sería poco negligente, tratándose de que el acusado no debería verse perjudicado, nadie

quiere tener un juicio en donde no se respete el debido proceso ni las garantías procesales.

Acotando a todo lo dicho antes debemos de indicar que el derecho a ser juzgado en un plazo

razonable, entonces, constituye una manifestación implícita del debido proceso y el Tribunal

Constitucional ha precisado que solo se puede determinar la violación del contenido

constitucionalmente protegido del mencionado derecho a partir del análisis de los criterios

mencionados en este pequeño resumen:

“a) la actividad procesal del interesado; b) la conducta de las autoridades judiciales; y

c) la complejidad del asunto.

Estos elementos permitirán apreciar si el retraso o dilación es indebido, lo cual,

como ya lo ha indicado el Tribunal Constitucional, es la segunda condición para que

opere este derecho. El Tribunal considera pertinente precisar, además, que en dicho

análisis de razonabilidad se debe tomar en cuenta la afectación generada por la

duración del procedimiento en la situación jurídica de la persona involucrada en el

mismo, considerando, entre otros elementos, la materia objeto de controversia” (Exp.

N° 2732-2007-PA/TC, fundamento 4).


29

Esto es, el plazo de la investigación preliminar no tiene ni puede tener en abstracto un único

plazo para todos los casos, sino que toda razonabilidad, inevitablemente debe ser establecida

según las circunstancias concretas de cada caso.

JURISPRUDENCIA SOBRE EL PRINCIPIO DEL PLAZO RAZONABLE DEL

PROCESO

Respecto al plazo razonable de la duración del proceso, la Corte Interamericana de Derechos

Humanos, en el caso López Álvarez vs. Honduras, señala: “128.- El derecho de acceso a la

justicia implica que la solución de la controversia se produzca en tiempo razonable; una demora

prolongada puede llegar a constituir, por sí misma, una violación de las garantías judiciales”

(Fundamento 128).

Asimismo, el reconocimiento del principio del plazo razonable en el proceso está incluido

en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también conocida como el Pacto de

San José, que es un tratado adoptado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) en

1969. El artículo 8 de la Convención Americana establece el derecho a un juicio justo y, en su

párrafo 1, establece lo siguiente:

1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un

plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,

establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación

penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de

orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.

Este artículo implica que las personas tienen el derecho a que sus casos sean resueltos en un

tiempo razonable y que las demoras en el proceso no deben ser injustificadas ni excesivas. La

interpretación y aplicación del principio del plazo razonable en el proceso, en general, busca
30

garantizar que los procedimientos judiciales se lleven a cabo de manera eficaz y justa, evitando

retrasos innecesarios que puedan afectar negativamente a las partes involucradas.

Tal es así que el Tribunal Constitucional consideró que:

[…] el derecho al plazo razonable del proceso o a ser juzgado dentro de un plazo

razonable, constituye una manifestación implícita del derecho al debido proceso,

reconocido en el artículo 139, inciso 3, de la Constitución. El plazo de un proceso o

un procedimiento será razonable sólo si es que aquél comprende un lapso de tiempo

que resulte necesario y suficiente para el desarrollo de las actuaciones procesales

necesarias y pertinentes que requiere el caso concreto, así como para el ejercicio de los

derechos de las partes de acuerdo a sus intereses, a fin de obtener una respuesta

definitiva en la que se determinen los derechos u obligaciones de las partes (Exp. N°

00461-2022-PHC/TC, fundamento 18).

Para que un plazo sea considerado razonable, debe abarcar el tiempo necesario y suficiente

para llevar a cabo todas las acciones procesales pertinentes y necesarias para un caso en

particular, así como para garantizar que las partes involucradas puedan ejercer sus derechos de

acuerdo con sus intereses.

En igual forma, el tribunal se refiere a el derecho al plazo razonable de la investigación

preliminar:

[…] el derecho al plazo razonable de la investigación preliminar en tanto

manifestación del derecho al debido proceso alude a un lapso de tiempo suficiente para

el esclarecimiento de los hechos objeto de investigación y la emisión de la decisión

respectiva. Si bien es cierto que toda persona es susceptible de ser investigada, no lo

es menos que para que ello ocurra, debe existir la concurrencia de una causa probable y
31

la búsqueda de la comisión de un ilícito penal en un plazo que sea razonable […] (Exp.

N° 02748-2010-PHC/TC, fundamento 5).

El principio del plazo razonable garantiza que las autoridades no utilicen investigaciones

interminables como un medio para prolongar indebidamente la incertidumbre de las personas

bajo investigación. Debe existir una justificación legítima y un límite de tiempo razonable

dentro del cual se realice la investigación y se tome una decisión sobre el caso.

A manera de complemento, el Tribunal Constitucional menciona lo siguiente:

[…] el derecho al plazo razonable del proceso es un derecho de naturaleza inclusiva,

en la medida en que su ámbito de tutela puede alcanzar a más de un titular. Así,

tratándose de un proceso penal, la cobertura constitucional puede alcanzar no sólo al

procesado, sino también a la víctima o la parte civil. Por ello, es posible que, cada vez

que se determine la violación del derecho al plazo razonable del proceso, se afecte

también el derecho a obtener satisfacción jurídica en un tiempo razonable de la víctima

o la parte civil. Y es que, una situación como la descrita, esto es, la prolongación del

proceso más allá de lo razonable, podría afectar por igual a ambas partes; y si ello es

así, debería considerarse también la tutela del derecho de la víctima o la parte civil. De

ahí la necesidad de que la consecuencia jurídica sea la emisión de la decisión que

resuelva de manera definitiva la situación jurídica del procesado. Dicho con otras

palabras, que el órgano jurisdiccional emita pronunciamiento definitivo sobre el fondo

del asunto en el plazo más breve posible (STC Nº 00295-2012-PHC/TC, fundamento

10).

Una prolongación excesiva del proceso más allá de lo razonable puede tener consecuencias

negativas tanto para el acusado como para la víctima. Por lo tanto, se reconoce la importancia

de emitir una decisión definitiva sobre el asunto en un plazo razonable. Esto no solo es
32

fundamental para garantizar los derechos del acusado, como el derecho a un juicio justo y a la

presunción de inocencia, sino también para asegurar que la víctima o la parte civil reciban

satisfacción legal en un tiempo razonable.

Del mismo modo, la Corte Interamericana de los Derechos Humanos fijó los criterios para

establecer si el plazo fue razonable o no:

[…]. El Tribunal ha establecido que la evaluación del plazo razonable se debe analizar

en cada caso concreto, en relación con la duración total del proceso, lo cual podría

también incluir la ejecución de la sentencia definitiva. De esta manera, ha considerado

cuatro elementos para analizar si se cumplió con la garantía del plazo razonable, a

saber: (i) la complejidad del asunto, (ii) la actividad procesal del interesado, (iii) la

conducta de las autoridades judiciales, y (iv) la afectación generada en la situación

jurídica de la presunta víctima (Caso Noguera y otra Vs. Paraguay, fundamento 83).

La determinación de si se ha respetado el plazo razonable en un caso específico se basa en

un análisis detallado de estos cuatro elementos. Esto asegura que la evaluación sea justa y

equitativa, teniendo en cuenta las circunstancias únicas de cada asunto y garantizando que los

derechos de todas las partes involucradas sean protegidos de manera adecuada.

Siendo así, en el Encuentro Jurisdiccional Nacional de jueces especializados en materia

constitucional, se concluyó lo siguiente:

[…] El derecho al plazo razonable ha sido reconocido como un derecho que

constituye, parte del acceso a la tutela jurisdiccional efectiva, que debe ser analizado

desde cuatro elementos, a) La demora de la Administración, b) la responsabilidad del

propio justiciable o administrado y c) La complejidad de la causa, d) Evaluación de la

gravedad del daño o afectación.


33

En el primero y último caso, los operadores de justicia, están en obligación de

resolver el problema generando (consecuencias), mecanismos para la celeridad del

proceso o tomando decisiones más oportunas para no afectar el derecho fundamental,

debiendo realizarse apercibimientos y plazos en la administración, el magistrado o

funcionario a cargo y en su caso, disponiendo en su caso, la sanción correspondiente

(Encuentro Jurisdiccional Constitucional, 2020).

En situaciones en las que la Administración o las autoridades judiciales son responsables de

demoras injustificadas, se espera que se tomen medidas para agilizar el proceso y evitar la

violación del derecho al plazo razonable. Esto puede incluir la imposición de plazos y

apercibimientos, así como la aplicación de sanciones si es necesario.

En ese sentido, el Tribunal Constitucional desarrolló más el tema de los criterios.

Para determinar si, en cada caso concreto, se ha producido la violación del derecho

al plazo razonable del proceso o a ser juzgado dentro de un plazo razonable, o no, este

Tribunal ha precisado que se deben evaluar los siguientes criterios:

i) La complejidad del asunto, en el que se consideran factores tales como la

naturaleza y gravedad del delito, los hechos investigados, los alcances de

la actividad probatoria para el esclarecimiento de los hechos, la pluralidad

de agraviados o inculpados, o algún otro elemento que permita concluir,

con un alto grado de objetividad, que la dilucidación de un determinado

asunto resulta particularmente complicada y difícil.

ii) La actividad o conducta procesal del interesado, en el que se evalúa si su

actitud ha sido diligente o ha provocado retrasos o demoras en el proceso,

por cuanto si la dilación ha sido provocada por él no cabe calificarla de

indebida. En ese sentido, habrá que distinguir entre el uso regular de los
34

medios procesales que la ley prevé y la actitud obstruccionista o la falta de

cooperación del interesado, la cual estaría materializada en la interposición

de recursos que, desde su origen y de manera manifiesta se encontraban

condenados a la desestimación. En todo caso, corresponde al juez

demostrar la conducta obstruccionista del interesado.

iii) La conducta de las autoridades judiciales, donde se evalúa el grado de

celeridad con el que se ha tramitado el proceso, sin perder de vista en

ningún momento el especial celo que es exigible a todo juez encargado de

dilucidar una causa. Para ello, será preciso examinar las actuaciones u

omisiones de los órganos judiciales en la tramitación de la causa. Las

indebidas e injustificadas acumulaciones o desacumulaciones de procesos,

la suspensión reiterada e injustificada del juicio oral, la admisión o la

actuación de una prueba manifiestamente impertinente, la reiterada e

indebida anulación por parte del órgano jurisdiccional de segundo grado

respecto de las decisiones del órgano jurisdiccional de primer grado, etc.,

vienen a ser ejemplos de lo primero. La inobservancia injustificada de los

horarios para la realización de las diligencias, la demora en la tramitación

y resolución de los medios impugnatorios, etc., vienen a ser ejemplos de

lo segundo (Exp. N° 00461-2022-PHC/TC, fundamento 19).

Estos criterios posibilitarán evaluar si la demora es injustificada o no, y deben ser

examinados teniendo en cuenta las particularidades de cada situación específica. Además, se

busca equilibrar la necesidad de garantizar un proceso justo y completo con la obligación de

que el proceso se desarrolle de manera oportuna, evitando demoras injustificadas.

Siendo ello así, la Corte Suprema señala:


35

2.13. Según el Tribunal Constitucional el primer criterio para evaluar la razonabilidad

del plazo del proceso es la complejidad del asunto, por lo que para valorar ello debe

tomarse en consideración factores tales como la naturaleza y gravedad del delito, los

hechos investigados, los alcances de la actividad probatoria para el esclarecimiento de

los hechos, la pluralidad de agraviados o inculpados, o algún otro elemento que

permita concluir, con un alto grado de objetividad, que la dilucidación de un

determinado asunto resulta particularmente complicada y difícil (Casación 318-2011-

Lima).

Dentro del primer criterio, existen diversos factores objetivos que indican que la resolución

de un caso en específico es particularmente complicado y difícil, y que se deben considerar para

determinar si el plazo empleado es razonable o si, por el contrario, se ha incurrido en una

demora injustificada que podría afectar los derechos de las partes involucradas en el proceso.

De acuerdo al Tribunal Constitucional:

[…] Sobre el particular, […], ha precisado con carácter de doctrina

jurisprudencial (artículo VI del Título Preliminar del CPConst) que, para determinar

la razonabilidad del plazo de la investigación preliminar, se debe acudir cuando menos

a dos criterios: Uno subjetivo que está referido a la actuación del investigado y a la

actuación del fiscal, y otro objetivo que está referido a la naturaleza de los hechos

objeto de investigación (Exp. N° 02748-2010-PHC/TC, fundamento 5).

Según el Tribunal, existen dos criterios adicionales para determinar si el plazo de la

investigación preliminar ha sido razonable: criterio subjetivo, se considera si alguna de las

partes ha contribuido a demoras injustificadas o si ambas han actuado de manera cooperativa y

eficaz; y criterio objetivo, se evalúa la complejidad de los hechos, la cantidad de pruebas que

deben recopilarse y el grado de dificultad que representa la investigación en sí misma.


36

En ese sentido, el Tribunal Constitucional añade:

[…] el plazo razonable de la investigación preliminar no tiene ni puede tener en

abstracto un único plazo para todos los casos, traducido en un número fijo de días,

semanas, meses o años, sino que tal razonabilidad, inevitablemente debe ser

establecida según las circunstancias concretas de cada caso. En ese sentido, esta

especial evaluación debe ser realizada en principio por el propio Fiscal a cargo de la

investigación (de oficio o a pedido de parte), mediante una decisión debidamente

motivada o, por el juez constitucional cuando conozca de procesos constitucionales en

que se alegue la afectación de este derecho constitucional (Exp. N° 02748-2010-

PHC/TC, fundamento 9).

La determinación de si se ha respetado el plazo razonable en una investigación preliminar es

una evaluación que se realiza de manera individualizada para cada caso. No existe un plazo

único que se aplique a todos los casos, ya que las circunstancias pueden variar

significativamente. Esta evaluación puede ser realizada tanto por el Fiscal a cargo como por el

juez constitucional, y debe basarse en una justificación sólida y adecuada para garantizar que

se respeten los derechos de las partes involucradas.

En casos en los que se alegue la violación del derecho al plazo razonable en procesos

constitucionales, la evaluación de la razonabilidad del plazo puede ser realizada por el juez

constitucional que conozca el caso. Esta evaluación también se basa en las circunstancias

específicas del caso y debe considerar la naturaleza y complejidad de los hechos bajo

investigación.

Según el Tribunal Constitucional, se considera que:

[…] el cómputo del plazo razonable del proceso penal comienza a correr desde la

apertura de la investigación preliminar del delito, el cual comprende la investigación


37

policial o la investigación fiscal; o desde el inicio del proceso judicial en los casos de

delitos de acción privada, por constituir el primer acto oficial a través del cual la

persona toma conocimiento de que el Estado ha iniciado una persecución penal en su

contra. Ahora bien, conviene precisar que el momento inicial puede coincidir con la

detención policial o con otra medida restrictiva de derechos, pero tal supuesto no

constituye requisito indispensable para habilitar el inicio del cómputo del plazo, pues

es claro que aquel momento comienza con la indicación oficial del Estado a una

persona como sujeto de una persecución penal (Exp. N° 00461-2022-PHC/TC,

fundamento 20).

De acuerdo a lo citado, el inicio del cómputo del plazo no está necesariamente vinculado a

la detención policial u otras medidas restrictivas de derechos. En lugar de eso, el punto de

partida es la notificación oficial por parte del Estado de que una persona está siendo investigada

penalmente (en el caso del contexto del proceso penal). Esto se hace para asegurar que se

protejan los derechos de las personas desde el momento en que se inicia el proceso penal,

independientemente de si se toman medidas coercitivas adicionales, como la detención.

Del mismo modo, el Tribunal señala:

[…] el cómputo del plazo razonable del proceso debe iniciarse desde el momento en

que la persona conoce de la atribución o del cargo que le afecta a sus intereses, y

culmina con la decisión que resuelve de manera definitiva su situación jurídica o

determina sus derechos u obligaciones En el ámbito del proceso penal, se ha señalado

que el cómputo del plazo razonable comienza a correr desde el primer acto del proceso

dirigido contra la persona como presunto responsable de un delito, el que a su vez

puede estar representado por: i) la fecha de aprehensión o detención judicial preventiva

del imputado. ii) la fecha en que la autoridad judicial toma conocimiento del caso;
38

entendiéndose en términos generales que dicho acto lo constituye el auto de apertura

de instrucción (Cfr. STC 5350-2009-PHC, F.J. 45; STC 2700-2012-PHC, F.J. 7; STC

0350-2013-PHC, F.J. 3.3, entre otras, como se citó en, STC Nº 00295-2012-PHC/TC,

fundamento 5).

Respecto a lo anterior, se puede decir que, el cómputo del plazo razonable se inicia cuando

la persona afectada tiene conocimiento de la acusación y finaliza cuando se emite una decisión

definitiva sobre su situación jurídica.

Igualmente, el tribunal Constitucional sigue enfatizando lo siguiente:

El derecho a un “plazo razonable” tiene como finalidad impedir que los acusados

permanezcan durante largo tiempo bajo acusación y asegurar que su tramitación se

realice prontamente. En consecuencia, el derecho a que el proceso tenga un límite

temporal entre su inicio y fin, forma parte del núcleo mínimo de derechos reconocido

por el sistema internacional de protección de los derechos humanos, y, por tanto, no

puede ser desconocido (Exp. 00618-2005-PHC, fundamento 10).

El derecho a un plazo razonable en un proceso es una garantía esencial que busca evitar la

prolongación injustificada de los casos legales, ya que implica la existencia de un límite

temporal entre el inicio y la finalización del proceso, lo que forma parte del conjunto mínimo

de derechos protegidos por el sistema internacional de derechos humanos.

El Tribunal Constitucional, siguiendo con el desarrollo del tema, argumenta que:

Con relación a la finalización del cómputo del plazo, este Tribunal Constitucional, en

reiterada jurisprudencia, ha establecido que el momento final del cómputo del plazo

razonable del proceso penal opera en el momento en que el órgano jurisdiccional

expide la decisión definitiva que resuelve la situación jurídica de la persona. Y este

examen, a juicio del Tribunal, se debe efectuar en relación con la duración total del
39

proceso penal que se desarrolla contra la persona (análisis global del proceso) hasta

que se dicte sentencia definitiva y firme que resuelva su situación jurídica, incluyendo

los recursos previstos en la ley y que pudieran eventualmente presentarse (sentencias

recaídas en los expedientes 05350-2009- PHC/TC, fundamento 19; 04144-2011-

PHC/TC, fundamento 20, entre otros, como se citó en, Exp. N° 00461-2022-PHC/TC,

fundamento 21).

El plazo razonable del proceso penal se evalúa considerando la duración total del proceso

desde su inicio hasta su conclusión final, incluyendo todas las etapas, audiencias, recursos y

procedimientos previstos por la ley. El objetivo es garantizar que el proceso no se prolongue

injustificadamente, lo que podría afectar negativamente los derechos de la persona sometida al

proceso penal. Esto significa que se realiza un análisis global del proceso penal desde su inicio

hasta la emisión de una sentencia definitiva y firme, teniendo en cuenta todos los recursos

legales que puedan presentarse en el transcurso del proceso.

También el Tribunal Constitucional señalo que:

[…] este Tribunal Constitucional ha entendido que, ante la constatación de una

vulneración al plazo razonable, debe declararse nulo el procedimiento administrativo

cuestionado, y establecer la reposición de las cosas al estado anterior. En ese sentido,

el hecho de que los plazos máximos de un procedimiento hayan sido incumplidos no

tiene como consecuencia directa que las resoluciones finales sean declaradas inválidas

y sin efectos legales (Sentencia 03778-2004- PA/TC, fundamento 23, como se citó en,

Exp. N° 00225-2017-PA/TC).

Es importante destacar que la violación de los plazos máximos de un procedimiento no

implica automáticamente la invalidez de las resoluciones finales. En otras palabras, el

incumplimiento de los plazos no afecta directamente la validez y los efectos legales de las
40

resoluciones emitidas al final del procedimiento. La principal consecuencia de la declaración

de nulidad es la restitución de la situación previa al procedimiento, lo que podría requerir la

repetición del procedimiento de manera adecuada y dentro de plazos razonables.

En relación a esto, el Tribunal Constitucional ha encontrado necesario establecer la línea

jurisprudencial ya establecida, y, por lo tanto, aclarar que, si la judicatura constitucional

constata la violación del derecho a ser juzgado en un tiempo razonable, esto no debe traducirse

en la terminación definitiva o el cierre del proceso judicial correspondiente, ya sea de naturaleza

civil, penal, laboral u otro (Tribunal Constitucional, 2015).


41

CONCLUSIONES

Los antecedentes del principio del derecho a que el proceso dure un plazo razonable

evidencian su evolución a lo largo de la historia, su arraigo constitucional en el Perú, su

influencia internacional, y la responsabilidad estatal en su garantía. Estos antecedentes subrayan

su relevancia para la protección de los derechos humanos y la eficiencia de la administración

de justicia, destacando la necesidad de adaptabilidad y mejora constante en el sistema legal.

El principio del plazo razonable está estrechamente relacionado con el concepto del debido

proceso legal. Ambos son fundamentales en el sistema legal y se interconectan para garantizar

que los procedimientos judiciales y administrativos sean justos y equitativos. Se pudo ver desde

la jurisprudencia internacional en el cual se ha desarrollado el plazo razonable,

independientemente de cada país que este es de carácter transversal por el cual los países

miembros están sujetos a respetar y a garantizar dicho contenido dogmático y aplicar dentro de

sus legislaciones, por lo cual es de carácter vinculante dichos pronunciamientos.

El concepto de plazo razonable se aplica de manera consistente en varias disciplinas del

derecho, aunque su aplicación específica puede variar según la rama del derecho y las

circunstancias individuales de cada caso. Se detallo una perspectiva general sobre cómo se

aplica el plazo razonable en diferentes disciplinas legales en las diferentes ramas.

Podríamos indicar que, en el Perú, se ha establecido que el plazo razonable en el proceso no

es único y dependerá de si la materia a tratar es compleja o, en todo caso, se trata de proceso de

investigación en Crimen Organizado (lavado de activos, por ejemplo) o en delitos comunes.

En reflexión final, “la citada disposición procesal recoge la exigencia de que el juicio se

desarrolle en forma continua y concentrada, y si bien puede realizarse en diferentes sesiones de

audiencia, estas constituyen una sola unidad y no por separado, como algunos operadores

judiciales lo interpretan. Por ello, deben realizarse en el tiempo estrictamente necesario y


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prudente, pero en resguardo del derecho al plazo razonable no deben ser arbitrariamente

diminutas ni indebidamente prolongadas e innecesarias”.

En conclusión, el derecho al plazo razonable en un proceso legal es fundamental para

garantizar la justicia y la equidad en los procesos judiciales y procedimientos administrativos.

La determinación de si se ha respetado este derecho se basa en una evaluación detallada de

múltiples criterios, incluyendo la complejidad del caso, la conducta de las partes involucradas

y de las autoridades judiciales, así como la naturaleza de los hechos bajo investigación.

No existe un plazo razonable único y abstracto, ya que este debe establecerse en función de

las circunstancias específicas de cada caso. La protección de este derecho es esencial para

garantizar el acceso a la justicia y la administración eficiente de la ley, evitando demoras

injustificadas que puedan afectar negativamente a las partes involucradas en los procesos

legales.
43

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