Autores Historia Del Arte

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TEMA 1 ARTE CLÁSICO: GRECIA

Mirón, Fidias, Policleto, Praxíteles y Lisipo

Mirón: Escultor griego de la segunda mitad del siglo V a.C., encuadrado en la etapa clásica
griega. Mirón destacó por ser el primer escultor del clasicismo, así como por trabajar de
forma magistral el bronce a la cera perdida. Al igual que otros escultores clásicos, buscó
plasmar la belleza ideal a través de la armonía, la proporción y el estatismo emocional
(ethos). Sin embargo, Mirón fue un paso más allá al intentar plasmar el movimiento y la
tensión muscular en su obra cumbre, "El Discóbolo", que a pesar de sus limitaciones
(contraste entre la tensión muscular del cuerpo, con la serenidad del rostro), mostraba a un
atleta en el momento concreto de lanzar un disco, creando una transición entre dos
trayectorias opuestas.

Policleto: Escultor griego de la segunda mitad del siglo V a.C., encuadrado en la etapa
clásica griega. Policleto desarrolló sus obras mayoritariamente en bronce y elaboró el
"Canon", en la cual propuso una visión geométrica del cuerpo humano, que proponía dividir
la cabeza en tres segmentos iguales y emplea esta como medida de proporción para todo el
cuerpo en un canon de 7 cabezas. Así mismo, también introdujo el contrapposto que
propuso la búsqueda del equilibrio y el movimiento de la escultura, a través de la oposición
armónica de las distintas partes del cuerpo (el torso y cabeza ligeramente inclinados hacia
ángulos diferentes y luego piernas y brazos opuestos, relajando uno y tensando el otro).
Todo ello se plasmó en dos obras maestras que nos han llegado mediante copias romanas
en mármol: el Doríforo y el Diadumeno

Fidias: Escultor griego de la segunda mitad del siglo V a.C., encuadrado en la etapa clásica
griega. Fidias representó la culminación del clasicismo por su gran maestría en el equilibrio,
la idealización de las formas, la serena expresividad de los rostros y la perfección técnica de
los "paños mojados" (basada en la captación de la anatomía de los personajes a través de
los ropajes, que aparentan estar húmedos y se pegan así al cuerpo). Fidias llevó a cabo
diversas obras de gran importancia, entre ellas deberíamos destacar su labor en el
Partenón, pues además de dirigir su decoración, de su taller salieron sus famosas metopas
(centauromaquia), así como la monumental estatua crisoelefantina (oro y marfil) de "Atenea
Partenos". Así mismo, su también obra crisoelefantina de "Zeus en Olimpia" causó tanta
expectación y asombro, que fue considerada una de las "Siete Maravillas de la Antigüedad".

Praxíteles: Escultor griego del siglo IV a,C., encuadrado en la etapa de crisis del clasicismo
griego. Praxíteles trabajó de forma magistral el mármol y representó a dioses, que
comienzan a mostrarse más humanos, desprovistos de la serenidad, grandeza e
idealización clásica. Acentuó el contrapposto de Policleto, creando la curva praxiteliana,
sinuosa y rítmica, que convertía a sus figuras en personajes inestables. Así mismo, redujo la
musculatura, redondeó los contornos y pulió de forma exquisita las superficies, buscando un
ideal de belleza que a menudo convertía en andróginas sus figuras. De igual manera,
trabajó el trepanado y mostró rostros melancólicos e idealizados. Algunas de sus principales
obras son la Afrodita de Cnido o Hermes con el niño Dionisos.

Lisipo: Escultor griego del siglo IV a.C., encuadrado en la etapa de crisis del clasicismo
griego, que posteriormente evolucionó hacia el helenismo. Lisipo se caracterizó por aportar
un tipo humano más esbelto a través del canon 8 (el cuerpo es ocho veces la cabeza), el
empleo del contrapposto, el dominio del espacio a través de esculturas abiertas y
tridimensionales y, consecuentemente, por la multiplicidad de los puntos de vista. Podemos
destacar como obras más importantes el Apoxiomeno, donde un deportista desnudo se
retira la arena de su cuerpo con una estrígila tras una competición, y varios retratos de
Alejandro Magno, pues fue escultor en su corte.

GÓTICO
Giotto, Jean Van Eyck, Roger van der Weyden, El Bosco.

Giotto: Pintor italiano del siglo XIV, encuadrado estilísticamente en la llamada


"escuela florentina" del Trecento (pintura italo-gótica). Giotto di Bondone ha sido
considerado como el "padre de la pintura moderna" debido a sus grandes aportaciones a la
plasticidad pictórica, renegando de la tradición románica y gótica y sentando las bases del
posterior Renacimiento. Las características de sus obras son: 1) figuras
monumentales, volumétricas y sólidas, de apariencia pesada y escultórica, 2) introducción
de personajes en escorzo para resaltar la profundidad, 3) incorporación del paisaje (urbano
o rural), aunque los marcos son aún muy teatrales, 4) intensificación del dramatismo y los
sentimientos de sus personajes, bajo un afán de resaltar la humanidad de los mismos y 5)
uso de la luz bajo una doble función: plástica para acentuar la sensación de espacio y
expresiva para dar unidad a las composiciones. Las obras más conocidas de Giotto son sus
escenas como "Huida a Egipto", "'Llanto sobre el Cristo Muerto" o el "El Prendimiento".

Jan van Eyck: Pintor flamenco del siglo XV, encuadrado en la primera generación de
"Primitivos Flamencos". Van Eyck se inició en pintura junto a sus hermanos y comenzó a
incorporar la técnica del óleo sobre tabla, lo cual le permitió trabajar lenta y
cuidadosamente, superponer colores mediante capas o veladuras y crear obras
caracterizadas por una intensa brillantez, gran detallismo (uso de lentes de aumento y
pinceles muy finos), captación de superficies, búsqueda de la tercera dimensión
(perspectiva intuitiva) y rostros muy realistas ("Tríptico del cordero místico"). Una de sus
obras es el "Matrimonio Arnolfini", donde además introduce una enorme simbología y un
perfecto tratamiento del volumen a través de los paños y el espacio interior de una
habitación a través del uso de un espejo cóncavo.

Rogier van der Weyden: Pintor flamenco del siglo XV, encuadrado en la primera
generación de "Primitivos Flamencos", e incorporó el óleo a sus trabajos sobre tabla.
Destacó por el sentido escultórico de sus figuras y el escaso interés por los fondos (a
menudo dorados). Una de sus obras capitales es el "Descendimiento" del Museo del Prado,
que destaca por su cuidada composición, el realismo de sus figuras (tamaño natural), sus
colores vivos, el estudio de luces y sombras que ayuda a la sensación de volumen, así
como el intenso sentido dramático de sus figuras.

El Bosco: Pintor flamenco del siglo XV-XVI y uno de los artistas más destacados de los
"Primitivos Flamencos". El Bosco fue un creador original, que evolucionó hacia el
Renacimiento. Sus temas iconográficos, llenos de seres fantásticos de apariencia irreal y
deudores de los bestiarios, anticipan el Surrealismo. Era un técnico formidable del óleo
sobre tabla. Los temas moralizantes, apoyados en figuras caricaturescas y seres
monstruosos, le sirven para realizar una elaborada crítica religiosa y social.
En el Museo del Prado se encuentran algunas de sus mejores obras la "Mesa de los
Pecados Capitales", el "El Carro de Heno" y "Tríptico del Jardín de las Delicias", donde
critica la aparición, desarrollo y castigo del pecado en una obra maestra que ha trascendido
los límites del tiempo.

RENACIMIENTO
Brunelleschi, Michelozzo, Alberti, Bramante, Miguel Ángel, Giacomo della Porta,
Vignola, Palladio, Ghiberti, Donatello, Giambologna, Masaccio, Fra Angelico, Piero della
Francesca, Leonardo da Vinci, Rafael, Giorgione, Tiziano, Tintoretto, Veronés, Pedro
Machuca, Juan de Herrera, Alonso Berruguete, Juan de Juni y El Greco.

Masaccio: Pintor renacentista italiano de la primera mitad del siglo XV, de la etapa del
Quattrocento, que tuvo a Florencia como principal capital artística. Masaccio recibió el
interés de Giotto por los valores plásticos y el volumen, a los que añadió los hallazgos de
Brunelleschi en perspectiva y de Donatello en anatomía. Sus principales características
serían: 1) la aplicación de la perspectiva lineal, 2) el empleo de un sistema de proporción y
3) el análisis de la incidencia de la luz sobre los cuerpos, que le permitía articular los
volúmenes y situarlos en el espacio. Sus composiciones estaban ordenadas con minucioso
cuidado y algunas de sus obras principales pintadas al fresco serían la "La Trinidad" de
Santa María Novella (caracterizada por la perspectiva, que confunde los límites del espacio
real y del pintado) y la capilla Brancacci de la Iglesia de Santa María del Carmine en
Florencia, donde se encuentran escenas muy conocidas como la "La expulsión de
Adán y Eva del Paraíso" o "El tributo de la moneda".

Fra Angélico: Pintor renacentista italiano de la primera mitad del siglo XV, encuadrado
estilísticamente en la etapa conocida como Quattrocento, que tuvo a Florencia como
principal capital artística. Fra Angélico supo combinar la vida de fraile dominico con la de
pintor consumado y meticuloso. Destacó por su arcaísmo que sirvió de transición entre el
goticismo final de la "Escuela de Siena" (abundancia de dorados y colorido ornamental) y el
inicio del Renacimiento (intentos de plasmar la perspectiva cónica a través de líneas de
fuga). Destaca Anunciación del Museo del Prado (témpera sobre tabla). En ella, presenta
figuras delicadas, tiernas y estilizadas, encuadradas en espacios arquitectónicos, así como
paisajes o mobiliario caracterizado por un gran detallismo y colorido ornamental.

Brunelleschi: Artista renacentista italiano del siglo XV, mejor conocido como
Quattrocento, que tendrá a Florencia como principal capital artística. Sentó las bases del
racionalismo clásico y desarrolló técnicas novedosas de construcción, en las cuales aplicó
su mayor descubrimiento, la perspectiva cónica. Su obra capital es la "Cúpula de la Catedral
de Santa María di Fiore, que cerró el crucero de la catedral gótica con una monumental
doble cúpula apuntada de 42 metros de diámetro que originalmente no utilizó cimbras y
empleó ladrillo, así como ocho nervios de mármol que se apoyaban sobre un amplio tambor
octogonal con vanos circulares. La cúpula culmina con un gran óculo cubierto por una
linterna. También fueron obras de Brunelleschi el "Hospital de los Inocentes" y la basílica de
"'San Lorenzo". todas ellas en Florencia.

Michelozzo: Arquitecto renacentista italiano del siglo XV, Quattrocento, que tendrá a
Florencia como principal capital artística. Michelozzo fue discípulo de Brunelleschi y alcanzó
su fama con la construcción del "Palacio Médici-Riccardi" de Florencia. Con esta obra,
Michelozzo consolidó el esquema de palacio florentino, caracterizado por tres pisos bien
diferenciados por cornisillas, aparejo rústico que decrece y se alisa en cada piso, una gran
cornisa volada en la parte superior, un aspecto macizo y cuadrangular y un patio
cuadrangular interno cerrado por arcadas.

Leon Battista Alberti: Humanista, tratadista y arquitecto italiano del Quattrocento, que
destacó como primer gran teórico del arte del Renacimiento.
Aunque realizó tratados sobre pintura y escultura, su obra arquitectónica sobre arquitectura
Alberti promovió las fachadas inspiradas en arcos de triunfo ('San Andrés de Mantua"),
estructuras basadas en modelos geométricos de : enorme equilibrio y elegancia (fachada de
"Santa María Novella" en Florencia, donde proyecta 2 cuerpos cuadrangulares
superpuestos, el superior estrecho y cerrado con frontón, unidos ambos mediante volutas
laterales) y avanzó en el modelo de palacio florentino de tres pisos con pilastras adosadas,
superposición de órdenes, separación mediante entablamentos y cornisa, así como gran
voladizo en la parte superior ("Palacio Rucellai").

Piero della Francesca: Pintor renacentista italiano de la segunda mitad del siglo
XV, encuadrado estilísticamente en la etapa conocida como Quattrocento, que tuvo a
Florencia como principal capital artística. Piero della Francesca fue teórico además de pintor
y creó un mundo de personajes severos, corpulentos y voluminosos, envueltos en una
suave atmósfera de luz blanca. La luz le ayudó a modelar figuras estáticas, que parecen
estar suspendidas en sus mismos movimientos. Así mismo, aplicó rigurosamente la
perspectiva lineal, los efectos de luces y sombras y las formas y composiciones
geométricas. Sus obras más destacadas fueron los "Frescos de la leyenda de la Santa Vera
Cruz", en Arezzo, y la "Virgen de Federico de Montefeltro", en Urbino.

Leonardo da Vinci: Pintor renacentista italiano de finales del siglo XV e inicios del siglo
XVI, encuadrado en la denominada "escuela florentino-romana" de la etapa Clasicista del
Cinquecento. Leonardo fue el máximo exponente del clasicismo renacentista, así como del
ideal humanista. Leonardo fue inventor, escultor, pintor e ingeniero. Su mayor aportación a
la pintura fue el avance hacia la "perspectiva aérea", gracias al uso de tres tipos de
perspectiva: a lineal (líneas de fuga),la menguante (modificación del tamaño) y,
especialmente, la del color (difuminación de contornos y tonalidades a través del "sfumato".
Con ello, Leonardo dio a sus obras sensación atmosférica, con luces, sombras, volumen y
perspectiva en composiciones sencillas y geométricas cargadas de belleza, misterio y
dulzura. Sus obras capitales serían "La Virgen de las Rocas", “Última Cena" del refectorio
del convento de Santa María de Las Gracias en Milán, "Santa Ana, la Virgen y el Niño" y el
icónico retrato de "La Gioconda/Mona Lisa"

Rafael: Pintor renacentista italiano del siglo XVI, encuadrado en la denominada "escuela
florentino-romana" de la etapa Clasicista del Cinquecento.Desempeñó un doble papel en la
pintura del siglo XVI pues, por un lado, fue un enardecido defensor del clasicismo, y por
otro, su capacidad de síntesis de la obra de Leonardo y de Miguel Angel le acercó, en
algunas de sus últimas obras, a los principios del manierismo. Su obra se caracteriza por el
orden simétrico de las composiciones (Perugino), la aplicación del sfumato (Leonardo), el
perfecto estudio anatómico (Miguel Ángel) y un dibujo irreprochable que le permitió crear
obras que marcan el cénit de los avances pictóricos renacentistas. Sus obras en Estancia
de la Signatura en el Vaticano ("La Escuela de Atenas") y sus excelentes retratos, que
avanzan hacia la captación psicológica (Retrato de Papa Julio II" y "El Cardenal").

Donato Bramante: Arquitecto italiano encuadrado estilísticamente en la etapa conocida


como Cinquecento, que tuvo a Roma como principal capital artística.
Bramante es el máximo representante del clasicismo del primer tercio del siglo
XVI. Su obra destaca por la perfecta simbiosis entre orden, medida, proporción y simetría,
así como por la propuesta de plantas centralizadas. La obra que mejor resume estos
principios es el "Templete de San Pietro in Montorio", pues se trata de un templo circular
caracterizado por la pureza de sus volúmenes, la austeridad decorativa, la monumentalidad,
y la sabiduría en el juego de luces y sombras. Tal fue la fama y prestigio alcanzado por
Bramante con esta obra, que el Papa Julio II le encargó el proyecto y la dirección de las
obras de la "Basílica de San Pedro del Vaticano".

Miguel Ángel: Arquitecto, pintor y escultor italiano, encuadrado estilísticamente en el


Renacimiento y cronológicamente en el siglo XVI, más conocido como
Cinquecento. Su larga vida le llevó a evolucionar desde el Clasicismo al Manierismo y su
fuerte carácter acabó dotando a su obra de un gran personalismo. En arquitectura destacó
su carácter dinámico ("Escalera de la biblioteca laurenciana" de Florencia) y monumental
("Cúpula de San Pedro del Vaticano" de Roma). En pintura, destaca por sus figuras
musculosas, posturas complejas, escorzos y las anatomías muy estudiadas ("Bóveda" y
"Juicio Final" de la Capilla Sixtina del Vaticano) y en escultura, variante en la cual Miguel
Ángel se encontraba más cómodo, recogió estos principios y sumó una intensa expresividad
contenida, denominada "terribilità", que aunque no era visible en sus obras iniciales
empieza a ser perceptible en su famoso "David" y se consolida en sus obras de plenitud ('El
Moisés). Ya en su etapa de madurez evolucionó hacia el Manierismo, rompiendo los ideales
clásicos (versiones de "La Piedad").

Giacomo della Porta: Arquitecto italiano, encuadrado estilísticamente en el Renacimiento y


cronológicamente en el siglo XVI, más conocido como Cinquecento.
Destacó por recoger algunas de las construcciones que Miguel Ángel dejó sin acabar
("Basílica de San Pedro del Vaticano"), así como realizar la famosa fachada de la iglesia
jesuítica del Gesú de Roma, realizada por Jacopo Vignola, que recibe una fachada
inspirada en la "Iglesia de Santa María Novella" de Alberti, con dos cuerpos rectangulares
decrecientes, unidos por volutas. Giacomo della Porta resume aquí la transición entre el
Renacimiento y el Barroco, pues recoge en esta fachada algunas de las características del
nuevo estilo (frontones y cornisas quebradas, orden gigante, claroscuros...).

Giambologna: Fue un escultor francés que trabajó en Italia a finales del siglo XVI.
Estilísticamente se le encuadra en el Manierismo, etapa final del Renacimiento y
antecedente del arte Barroco. Sus características son la búsqueda de la gracia, el equilibrio,
el orden y el clasicismo clásico, pero a través de obras dinámicas, abiertas, helicoidales y
con múltiples puntos de vista. Sus obras más conocidas son el "Rapto de las Sabinas",
grupo en mármol de composición y ritmo helicoidal, así como enorme teatralidad;
"Mercurio", obra en bronce donde el protagonista se apoya únicamente a través de un pie
sobre el soplo del Dios del viento Céfiro
Andrea Palladio: Arquitecto italiano, encuadrado estilísticamente
en el Renacimiento y cronológicamente en el siglo XVI. Su obra se adscribe a la etapa
Manierista (segundo y tercer tercio del siglo XVI) que en arquitectura se caracterizó por
romper con el ideal clásico, tratando de provocar sorpresa, poner en contacto formas
contradictorias, generalizar el uso del orden gigante y buscar efectos de profundidad ficticia.
En su caso concreto, su obra se definió por la propuesta de una arquitectura monumental,
que supo combinar de forma notable el lenguaje clásico, la promoción de la decoración
escultórica, la repetición de estructuras (fachadas, serlianas, frontones) y la búsqueda de
espacios diáfanos y funcionales. Sus obras más importantes se encuentran en Vicenza y
son la "Villa Capra" o "Villa Rotonda" (villa de planta centralizada y gran cúpula, que posee
cuatro fachadas idénticas a modo de templo romano)

Lorenzo Ghiberti: Escultor italiano encuadrado estilísticamente en el Renacimiento y


cronológicamente en el siglo XV, más conocido como Quattrocento. Desarrolló su obra en
Florencia, donde destacó inicialmente por ganar el concurso de las "'Segundas puertas del
baptisterio de Florencia" lo que le permitió realizar 28 relieves enmarcados en cuadrifolios
góticos, que se centraron en la narración de la vida de Cristo. Esta obra le permitió realizar,
ya sin concurso, las famosas Puertas del Paraíso, que fundidas en bronce dorado se
formaban por 10 paneles que representaban escenas bíblicas del Antiguo Testamento y se
caracterizaron por un cuidadoso relieve pictórico, cuyo modelado decrecía progresivamente
desde el altorrelieve al relieve aplanado permitiendo el desarrollo de perspectiva.

Donatello: Escultor italiano encuadrado estilísticamente en el Renacimiento y


cronológicamente en el siglo XV, más conocido como Quattrocento. Desarrolló su obra en
Florencia y se caracterizó por un estilo seguro, estilizado y expresivo, tomando las
características de la escultórica clásica (contrapposto/chiasmo, canon, simetría, bronce a la
cera perdida...) Se centró en la representación del hombre a través de diversos estados de
ánimo y en diferentes edades. Fue el primer escultor plenamente renacentista, así como el
primero en representar un cuerpo desnudo a tamaño natural desde los tiempos clásicos
("David") y una estatua ecuestre ("Condotiero Gattamelata"). Destacó también por un
exquisito cincelado en mármol, adelantando la maestría de Miguel Angel ("San Jorge",
"Moisés") y en cuanto al relieve, desarrolló la técnica del stiacciato/schiacciato o relieve
aplanado, de gran trascendencia histórica.

Giorgione: Pintor renacentista italiano de finales del siglo XV e inicios del XVI, encuadrado
en la denominada "escuela veneciana". Giorgione será el promotor y precursor de la misma,
lo cual le lleva a establecer algunos de sus principios: excepcional manejo en el uso de la
luz, empleo de colores brillantes y variados e introducción de elementos exóticos y
exuberantes. Giorgione desarrolló parte de los avances técnicos (sfumato), así como dotó a
su obra de una gran delicadeza y tono misterioso, que le permitió crear modelos de gran
tradición artística, obra famosa "Tempestad", en la cual sintetiza todas las características
antes remarcadas: sfumato, gran cromatismo, tono misterioso y magnífico manejo de la luz.

Tiziano: Pintor renacentista italiano del siglo XVI, encuadrado en la denominada "escuela
veneciana". Tiziano es uno de los maestros más célebres y prolíficos de la historia del Arte,
gracias en parte a su larga vida y gran reconocimiento, lo cual le llevó a trabajar con las
personalidades más altas de su época (Papado, monarquía española). Su obra destaca por
un excepcional manejo en el uso de la luz (luz dorada), el empleo de un gran cromatismo,
gran atención a los detalles, gran perfección anatómica y una pincelada libre, que se irá
abocetado con los años, anunciando el futuro estilo barroco. Practicó
de la Virgen") y, especialmente, sus retratos ("Carlos V en la Batalla de Mühlberg" y
"Autorretrato").

Veronés: Pintor renacentista italiano del siglo XVI, encuadrado en la denominada


"escuela veneciana". Siguiendo las características de dicha escuela, destacó por su
excepcional manejo en el uso de la luz, el empleo de colores brillantes y variados y la
introducción de elementos exóticos, exuberantes y ricos. Veronés produjo obras de grandes
dimensiones enmarcadas en escenarios monumentales, en los que el lujo, el colorido
suntuoso, la galería de retratos y posiciones diversas, así como la introducción de
elementos anecdóticos y temas secundarios llevan al espectador a perderse en sus obras y
disfrutar de las mismas. Buenos ejemplos de estas características serían "Las bodas de
Canaá"

Tintoretto: Pintor renacentista italiano del siglo XVI, encuadrado en la denominada "escuela
veneciana". Tintoretto destacaría por introducir en Venecia las propuestas manieristas,
basadas en el empleo de luces violentas, con fuertes contrastes (claroscuros), que se
mezclan con el gran cromatismo veneciano (primando aquí tonos fríos), su propuesta
fastuosa y su gusto refinado. Tintoretto promovió así mismo perspectivas basadas en
puntos de fuga laterales y descentrados, escorzos forzados y la introducción de elementos
anecdóticos y temas secundarios que llevan al espectador a perderse en sus obras y
disfrutar de las mismas. Su obra cumbre fue "El Lavatorio de pies", donde pone de
manifiesto todas las características anteriormente propuestas. Se propone, que sus juegos
de luz anticipan la "perspectiva aérea".

Pedro Machuca:
Artista renacentista español del siglo XVI, encuadrado estilísticamente en la etapa de
"Purismo" / "Clasicismo", desarrollada en el segundo tercio de dicho siglo. Aunque también
desarrolló su faceta como pintor, destacó de forma sobresaliente como arquitecto, vertiente
en la cual realizó su obra cumbre, "El Palacio de Carlos V', localizado en la Alhambra de
Granada. Concibió un palacio novedoso, pues, aunque seguía la propuesta renacentista de
planta rectangular, aspecto tectónico y prismático, uso de pilastras y columnas en órdenes
clásicos y almohadillado rústico, innovó introduciendo un patio circular, presentando
así una influencia manierista. La obra no obstante destaca por su pureza de formas,
elegancia, superposición de estilos (dos pisos: toscano y jónico) y la introducción de
elementos decorativos de raigambre italiana.

Juan de Herrera: Arquitecto renacentista español del siglo XVI, encuadrado


estilísticamente en la etapa conocida como "Herreriano". Juan de Herrera destacó por
apostar en sus obras por la simplicidad geométrica (volúmenes sencillos y preferiblemente
cúbicos), regularidad (repetición de un módulo), monumentalidad (orden gigante), sobriedad
decorativa (fachadas, bolas y pirámides) y concepción tectónica y horizontal de la obra, sólo
rota por los tejados abuhardillados y los torreones de sus esquinas, rematados por
chapiteles de pizarra. El mejor ejemplo de su propuesta es el monumental
"Palacio-Monasterio de El Escorial", para Felipe II.
Alonso Berruguete: Escultor castellano del siglo XVI, que destacó como uno de los
referentes fundamentales de la imaginería española del Renacimiento. Dio a sus personajes
un sentido angustioso y dramático, de modo que sus tallas de madera representan a figuras
nerviosas, de proporciones alargadas, de musculatura tensa, que parecen retorcerse en
posturas inestables y caracterizadas por una brillante policromía, que emplea el estofado.
Destacó La prueba de fuego.

Juan de Juni: Escultor borgoñón del siglo XVI que realizó gran parte de su obra en tierras
castellanas, destacando así como uno de los referentes fundamentales de la imaginería
española del Renacimiento. Toma la captación de volúmenes y gestos en Italia. En su obra,
tallada en madera y pintada con excelente policromía (colores brillantes y estofado),
representa figuras musculosas y monumentales, en posturas manieristas, con gestos
forzados, y expresión apasionada y angustiosa, incluso exagerada. En los grupos cuida con
mimo el equilibrio de la composición. Obra La Santa Cena

El Greco: pintor renacentista nacido en Creta en el siglo XVI, que tras formarse inicialmente
en su isla natal pasó a Italia y se convirtió en gran maestro en España, más concretamente
en la ciudad de Toledo. El Greco se caracterizó por un estilo muy personal, marcado por su
espiritualidad oriental y mística, el alargamiento manierista de las figuras, las posturas
inestables y serpentinatas, la pincelada suelta, la luz irreal y onírica y un uso del color
aplicado en manchas y colores muy vivos. Destacó por obras religiosas La Santa LIga, El
entierro del Señor de Orgaz y un paisaje, Vista de Toledo.

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