Estructuras Clínicas y Psicoanálisis - J Dor
Estructuras Clínicas y Psicoanálisis - J Dor
Estructuras Clínicas y Psicoanálisis - J Dor
Joël Dor
De las dificultades técnicas de los trabajos de Breuer con las histéricas, Freud
iba a extraer ciertas conclusiones:
Debemos partir de que no hay inferencias estables entre las causas psíquicas y
los efectos sintomáticos en la determinación de un diagnóstico.
Esto no quiere decir que todo es posible en cuanto al capricho de las fantasías de
cada cual. No todo es posible. Lo que se quiere decir es que es preciso desprenderse de
la lógica habitual. Subsiste una guía a modo de hilo conductor que debe seguirse: el
decir de aquel al que se escucha. Sólo en el decir es localizable algo de la estructura
del $.
La dinámica edípica se juega en la dialéctica del ser y del tener. Momento que
conduce al $ de una posición que está identificado con el falo de su madre, a otra
posición, donde renunciando a dicha identificación, y por ende, aceptando la
castración simbólica, tiene que identificarse, o bien con el $ que supuestamente no lo
tiene, o bien, con aquel que supuestamente lo tiene. Este proceso es el que Lacan
denomina: metáfora del Nombre-del-Padre.
Esta organización estructural, permanece enmarcada por los dos tiempos fuertes
que representan la dimensión de ser y la dimensión del tener con respecto al falo.
En tanto regula el curso del Edipo, la función fálica supone cuatro protagonistas:
madre, padre, niño y falo. El falo constituye el elemento central a cuto alrededor
vienen a gravitar los deseos respectivos de los otros tres. Lacan decía que para hacer
psicoanálisis hay que saber contar hasta tres, lo que implica saber contar hasta tres a
partir de uno, por lo tanto hasta cuatro. Ese elemento uno es el falo, que es el único
indicador que permite al $ regular su deseo en relación al deseo del otro.
El falo –en cuanto dicho elemento “uno”- es el elemento que se inscribe fuera
de la serie de los deseos, puesto que sólo con relación él puede constituirse una serie
de deseo; pero al mismo tiempo, es el elemento que ordena la posibilidad de esa serie,
ya que, fuera de su presencia, el deseo no se desembaraza de su anclaje inaugural.
La función fálica es operatoria por lo mismo que vectoriza el deseo del niño
respecto de una instancia simbólica mediadora: el padre simbólico. Esto es
fundamental desde el punto de vista de la incidencia en la organización de la estructura
para el $.