Resumen Liderazgo
Resumen Liderazgo
Resumen Liderazgo
1. INTRODUCCIÓN
Chemers definió el liderazgo como “un proceso de influencia social a través del cual un individuo
recluta y moviliza la ayuda de otros para alcanzar un objetivo colectivo”.
La mayoría de definiciones de liderazgo coinciden en afirmar que el liderazgo es un proceso de
influencia entre líder y seguidores que tiene como fin conseguir las metas de un grupo, organización o
sociedad (Hollander).
Esta definición pone de manifiesto 4 aspectos importantes:
- El liderazgo no es un rasgo o característica estática que reside únicamente en el líder sino que
es un proceso, que tiene lugar a lo largo del tiempo, en el que están implicados de forma
interactiva el líder, los seguidores y la situación en la que se ejerce el liderazgo.
- Liderazgo implica influencia: lo que realmente caracteriza a los líderes es que pueden influir
en los otros miembros del grupo más de lo que ellos mismos son influidos
- El liderazgo es un fenómeno grupal y pierde su sentido fuera de dicho contexto.
- La influencia del líder va dirigida a la obtención de una meta u objetivo común del grupo.
Según Bryman, cabe distinguir cuatro etapas en el estudio del liderazgo que han ido predominando
desde los años 30 hasta ahora:
- 30-40’s “Enfoque del rasgo” desde el cual se concibe el liderazgo como una capacidad que
poseen algunas personas de forma innata.
- 40-60’s: Enfoque «de los estilos de liderazgo» cuyo principal interés se centra en determinar
cuáles son las conductas propias de los lideres y la relación de dichas conductas con el
rendimiento o la satisfacción de los subordinados.
- 70-80’s Enfoque o «modelo de la contingencia». En él se mantiene que la efectividad del
liderazgo está determinada por (o es contingente con) ciertos aspectos situacionales del
entorno en el que el líder realiza su actividad (tipo de tarea, poder del líder, etc.).
- Desde mediados de los ochenta, predomina lo que Bryman (1992) llama «la aproximación del
nuevo liderazgo» que enfatiza la capacidad motivadora del líder a través de la «visión» y
retoma el concepto de carisma.
Otros modos de clasificar el liderazgo, en función de dónde se sitúa el foco de atención, sería el
siguiente:
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2.1 Enfoques centrados en el líder
2.1.1 El enfoque del rasgo
Desde esta perspectiva se sostiene que los líderes tienen una serie de rasgos y características que los
diferencian de los seguidores. Sin embargo, no es posible encontrar rasgos específicos que diferencien
a líderes y no líderes en todas las situaciones. No obstante, revisiones posteriores matizan esta
conclusión. House y Aditya, matizan tres aspectos importantes:
1) Parecen existir un cierto número de rasgos que diferencian consistentemente a los líderes de
aquellos que no lo son. Entre dichos rasgos cabe mencionar la energía física, una inteligencia mayor
que la media de sus seguidores, autoconfianza y la existencia de motivación de logro y de poder.
2) Sin embargo, los efectos de los rasgos sobre la conducta y la efectividad del líder aumentan en gran
medida cuando dichos rasgos son relevantes para la situación en la que el líder se desenvuelve.
3) Asimismo, los rasgos tienen mayor influencia sobre las conductas de los líderes cuando las
características de la situación permiten la expresión de las disposiciones individuales. De este modo,
cuando existen fuertes normas, recompensas o castigos asociados a determinadas conductas la
situación, más que los rasgos, determinarán las conductas del líder.
Dentro de este enfoque encontramos teorías como la teoría de la gran persona, que atribuye virtudes
eficaces de líder a características innatas o adquiridas del individuo.
Se ha investigado mucho para identificar características de personalidad con el liderazgo eficaz. En
general hay poca correlación entre cada uno de los rasgos entre sí y el liderazgo eficaz (promedio
0,30). Sin embargo persiste la idea de que algunas personas son mejores líderes que otras porque
tienen rasgos perdurables que las predisponen a un liderazgo eficaz. Esta opinión ha resurgido con una
apariencia diferente en las teorías modernas del liderazgo transformacional, que destacan el rol del
carisma en el liderazgo. En lugar de centrarse en rasgos específicos se enfocan en las 5 grandes
dimensiones de personalidad: extraversión, amabilidad, escrupulosidad, estabilidad emocional e
intelecto/apertura a la experiencia. Estos atributos tienen una correlación global de 0,58 siendo la
extraversión, la apertura a la experiencia y la escrupulosidad los rasgos más predictivos.
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En un primer experimento el papel de líder era representado por un estudiante adulto que trataba de
conseguir una atmósfera democrática o autocrática en grupos compuestos por niños y niñas de 10 y 11
años. En la condición «liderazgo democrático», las actividades se sometían a la decisión y aprobación
del grupo y los miembros eran libres de trabajar con los compañeros que desearan. Asimismo, se les
permitía organizar la división de las tareas y el líder trataba de ser un miembro más del grupo. En la
condición «liderazgo autocrático», el líder determinaba las actividades a realizar señalando como y
con quién debía hacerse el trabajo y evitaba, siempre que podía, implicarse en las actividades del
grupo. En general, los resultados mostraron que en el grupo «autocrático», comparado con el
«democrático», existía una menor actitud cooperativa, una mayor hostilidad entre los miembros del
grupo, y una mayor sumisión al líder. En un segundo experimento realizado por Lippitt y White, se
introdujo una tercera condición experimental denominada «laissez-faire». En dicha condición los
líderes daban a los miembros del grupo completa libertad de acción y se abstenían de participar en las
actividades del grupo. En general, se demostró que en la condición «laissez-faire», se hacía menos
trabajo y de peor calidad que en la condición «liderazgo democrático», aunque no se generaba tanta
agresividad como bajo el «liderazgo autocrático».
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Para los autores del grupo de Ohio la iniciación de estructura y la consideración son independientes.
Es decir, un líder puede ser alto en iniciación de estructura y bajo en consideración o viceversa, o ser
alto/bajo en ambas. En principio, se espera que la iniciación de estructura esté relacionada
positivamente con el rendimiento del grupo y la consideración con la satisfacción de los empleados.
Sin embargo, los resultados (Bryman, 1992) muestran una gran variabilidad, que podría explicarse por
las diferentes características de la tarea u otras características situacionales, aspectos centrales para los
modelos de contingencia.
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Fiedler y García (1987) presentan posteriormente una extensión de la teoría de la contingencia
denominada «Teoría de los recursos cognitivos del liderazgo». En dicha teoría se contemplan
variables como la experiencia e inteligencia del líder y el estrés al que están sometidos líderes y
subordinados. Los estudios realizados demuestran que en condiciones de bajo estrés la inteligencia del
líder correlaciona positivamente con el rendimiento mientras que la experiencia lo hace de manera
negativa. Sin embargo, en condiciones de alto estrés sucede lo contrario: la experiencia correlaciona
positivamente con el rendimiento y la inteligencia lo hace de manera negativa.
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por lo tanto es mejor un liderazgo consultivo. Cuando los subordinados no están muy comprometidos
ni prestan mucho apoyo se necesita una toma de decisiones grupal para aumentar la participación y el
compromiso.
La teoría predice que cuanta mayor compatibilidad haya entre las características del líder y el esquema
de liderazgo del que percibe, más favorable será la percepción de dicho liderazgo así como mayor será
el reconocimiento del estatus y privilegios del líder.
La investigación empírica realizada desde esta perspectiva demuestra que, las personas en general, y
los seguidores de un líder en particular, utilizan teorías implícitas acerca de lo que es el liderazgo y de
cómo se manifiesta, y que estas teorías influyen en las percepciones de las conductas de los líderes
reales.
Dentro de la Psicología Social el autor que más ha subrayado el carácter procesual del liderazgo ha
sido Hollander. Para este autor el liderazgo constituye una relación de influencia entre dos o más
personas que son interdependientes para el logro de los fines grupales. Dicha relación se construye a lo
largo del tiempo e implica intercambio o transacción por ambas partes de tal forma que el líder
proporciona recursos para lograr los fines del grupo y a cambio el grupo le proporciona estatus,
reconocimiento e incrementa la influencia que está dispuesto a aceptar por parte del líder. Desde este
punto de vista se subrayan dos aspectos: 1) que el liderazgo no es algo estático sino que es un proceso
interactivo que se va construyendo a lo largo del tiempo y 2) que no es un proceso unidireccional sino
que implica un intercambio de influencia entre líderes y seguidores.
La teoría del crédito idiosincrático formulada por Hollander en 1958, recoge estas ideas para tratar
de explicar como la influencia de los líderes varía a lo largo del tiempo y bajo qué circunstancias el
grupo tolera que el líder se desvíe de la norma. Señala esta teoría que, por regla general, cuando un
líder llega a un grupo le es difícil ejercer influencia y poner en marcha acciones innovadoras. Sin
embargo, a medida que el líder demuestra su eficacia y su aceptación a las normas del grupo va
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ganando «créditos» a los ojos de sus seguidores. Estos créditos le otorgan mayor estatus, aumentan su
capacidad de influir y le otorgan cierta independencia de las normas grupales. El origen de la
autoridad del líder (elección por los miembros del grupo o designado por una autoridad externa) es un
factor que determina el grado de influencia y aceptación del líder. Así diversos experimentos
realizados por Hollander y sus colaboradores demuestran que los líderes elegidos son percibidos como
más sensibles a las necesidades de los seguidores, más interesados por la tarea grupal y más
competentes que los líderes designados. Asimismo, el apoyo de los miembros del grupo para el líder
elegido depende de su competencia inicial y del éxito de su actividad. Sin embargo, en el caso del líder
designado, el apoyo parece depender tan solo de uno de estos factores: competencia o éxito.
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- Dirección por excepción (activa): Este tipo de líderes se centra en corregir los fallos y
desviaciones de los empleados a la hora de conseguir los objetivos propuestos por la
organización.
Liderazgo pasivo/evitador
- Dirección por excepción (pasiva): Estos líderes suelen dejar las cosas como están y, en todo
caso, sólo intervienen cuando los problemas se vuelven serios.
- Laissez-faire: Señala a aquellos líderes que evitan tomar decisiones y verse implicados en los
asuntos importantes.
REFERENCIAS
Hogg, M. A y Vaughan, G. (2010). Psicología Social. Madrid: Panamericana (pp. 307-329).
Huici, C. et al. (2012). Psicología de los grupos. Madrid: UNED. (p. 173-206).