Educativa
Educativa
Educativa
e la psicología de la educación está fuertemente marcado, a nuestro juicio, por tres factores. En
primer lugar, la reconsideración en pro31 1. Concepciones y tendencias actuales en psicología de
la educación fundidad a la que estamos asistiendo desde hace algunos años de las funciones y
fines de la educación en general, y de la educación escolar en particular, así como la revisión
crítica de la vieja aspiración de construir una teoría y una práctica educativa sobre bases
científicas
Ambas concepciones coinciden en afirmar que la psicología de la educación tiene que ver con la
utilización y aplicación del conocimiento psicológico a la educación y a la enseñanza, pero difieren
radicalmente en la manera de concebir y plantear esta utilización y aplicación;
• Las relaciones entre la disciplina madre y la disciplina aplicada a la educación pueden presentarse
bajo dos formas diferentes: o bien el campo de la educación se considera solamente como un
campo de aplicación de los métodos o técnicas de la disciplina madre (ejemplo: psicología aplicada
a la educación) o bien el campo de la educación
una relación bidireccional —a two-way street— entre la psicología y la educación, de manera que
los psicólogos deben ocuparse de estudiar cómo las personas aprenden y se desarrollan en
entornos educativos, definiendo los temas de sus investigaciones a partir de las preocupaciones y
retos de los educadores, mientras que los segundos deben fundamentar sus decisiones
instruccionales en las aportaciones de la psicología sobre cómo aprenden y se desarrollan los
alumnos en estos entornos.
, la creencia de que el conocimiento psicológico es el único que permite abordar de una manera
científica y racional las cuestiones educativas.
En segundo lugar, el postulado de que el comportamiento humano responde a una serie de leyes
generales que, una vez establecidas por la investigación psicológica, pueden ser utilizadas para
comprender y explicar cualquier ámbito de la actividad de las personas.
podemos encontrarnos, por ejemplo, con una psicología evolutiva o del desarrollo aplicada a la
educación, una psicología del aprendizaje aplicada a la educación, una psicología social aplicada a
la educación, una psicología de las diferencias individuales aplicada a la educación, o aún una
psicología general aplicada a la educación
. Los fenómenos educativos dejan de ser únicamente un campo de aplicación del conocimiento
psicológico para devenir un ámbito de la actividad humana susceptible de ser estudiado con los
instrumentos conceptuales y metodológicos propios de la psicología
Los educadores y los psicólogos empiezan a ser presa de un cierto pesimismo respecto a la
capacidad de la psicología para guiar, orientar y mejorar la educación, de modo que los segundos
tienden a refugiarse en los laboratorios, concentrándose en contrastar los resultados de sus
investigaciones y en refinar sus teorías al margen de las preocupaciones de los educadores,
la psicología y la educación empiezan a plantearse en una doble dirección: los retos y problemas
educativos establecen la agenda de investigación de la psicología empujándola a elaborar teorías y
explicaciones del comportamiento de personas reales en entornos reales; y recíprocamente,
mediante el desarrollo de teorías útiles y relevantes desde el punto de vista educativo
en otras palabras, la psicología de la educación debería aceptar de una vez por todas la necesidad
de insertar su aproximación a los fenómenos y procesos educativos en una aproximación
multidisciplinar, en vez de seguir actuando de forma más o menos explícita como si fuera la única
mirada disciplinar capaz de orientar y guiar la educación y de mejorar las prácticas educativas.
Los psicólogos de la educación deberían tomar conciencia de que el conocimiento que tienen de su
práctica los profesionales de la educación es un conocimiento situado, contextualizado y a menudo
fragmentado y tácito, pero que éste es precisamente el conocimiento que funciona en la práctica;
los psicólogos de la educación deberían tender a utilizar su conocimiento disciplinar para
enriquecer el conocimiento práctico de los profesionales de la educación, en vez de pretender
sustituirlo
Por último, y quizás lo más importante, los psicólogos de la educación deberían asumir que la
educación es una práctica social y que implicarse en una práctica social comporta necesariamente
adoptar unas determinadas opciones ideológicas y morales, en vez de refugiarse en la supuesta y
engañosa neutralidad de un enfoque científico y disciplinar.
os psicólogos de la educación deben aceptar que no pueden orientar su trabajo hacia la
comprensión y mejora de las prácticas educativas sin plantearse y responderse algunas cuestiones
fundamentales sobre la educación que no son, en sentido estricto, de naturaleza psicológica:
¿cuáles deben ser los fines de la educación?, ¿qué tipo de persona se quiere contribuir a formar
con las prácticas educativas?, ¿qué tipo de sociedad se quiere contribuir a pergeñar con la
educación de las nuevas generaciones?, ¿cómo debe atender la educación a la diversidad de
necesidades educativas de las personas?, ¿qué papel debe desempeñar la educación en la
compensación de las desigualdes económicas, sociales y culturales de las personas?, ¿qué es una
educación de calidad?, etc.
Ambas concepciones comparten la idea de que la psicología de la educación tiene que ver
fundamentalmente con la utilización o aplicación del conocimiento psicológico para enriquecer y
mejorar la teoría y la práctica educativa, pero parten de esquemas epistemológicos que responden
a dos lógicas de aplicación radicalmente distintas.
ica exactamente, utilizando las palabras de Wittrock (véase el cuadro 1.1), «el estudio científico de
la psicología en la educación», en suma, qué es y de qué se ocupa la psicología de la educación
entendida como disciplina puente de naturaleza aplicada.
De acuerdo con los argumentos expuestos hasta aquí, podemos decir que la finalidad de la
psicología de la educación es estudiar los procesos de cambio que se producen en las personas
como consecuencia de su participación en actividades educativas
e, su interés se dirige al estudio de procesos de cambio que se producen en las personas, es decir,
al estudio de procesos psicológicos. No obstante, y a diferencia de otras áreas o dominios de la
psicología, se interesa por un tipo muy especial de cambios: aquéllos que tienen su origen en, o
que pueden relacionarse con, la participación de las personas en actividades o situaciones
educativas
En tercer lugar, la psicología de la educación está comprometida, junto con otras disciplinas
educativas y en estrecha coordinación con ellas, en la elaboración de una teoría educativa de base
científica y en la configuración de una práctica acorde con la misma
Tomando como punto de partida el objeto de estudio propuesto, podemos identificar los dos
grandes bloques de contenidos de los que se ocupa la psicología de la educación: de un lado, los
relativos a los procesos de cambio que se producen en las personas como resultado de su
participación en situaciones y actividades educativas; del otro, los factores, variables o
dimensiones de las situaciones y actividades educativas que se relacionan directa o indirectamente
con estos procesos de cambio y que contribuyen a explicar su orientación, características y
resultados