Triduo A Santa Teresita Del Niño Jesus
Triduo A Santa Teresita Del Niño Jesus
Triduo A Santa Teresita Del Niño Jesus
Acto de ofrecimiento
Oh Dios mío, deseo cumplir en absoluto tu voluntad y conseguir la gloria que me has
preparado en tu Reino. En una palabra, deseo santificarme, pero, como conozco mi
debilidad, te pido que seas Tú mismo mi santidad. Y puesto que tu Amor ha llegado al
extremo de darme a tu único Hijo, te suplico que no me mires sino en la Faz de Jesús y en
su corazón abrasado de Amor. Amén.
Oración final
¡Florecita de Jesús! Por aquel volcán de amores que inflamó tu corazón, cuyos divinos
ardores fueron el dulce martirio que consumió tu vida ‘con ansias en amores inflamada’ haz
que también yo, ¡oh santa Teresita! a solo Dios entregue totalmente mi corazón con todas
sus esperanzas y con todos sus ensueños, para que le transforme, resucite y salve. Amén.
Día 1. Ascensor hacia la santidad
Dice Santa Teresita: “Siempre he deseado ser
santa, pero ¡ay! cuantas veces me he comparado
con los santos, siempre he comprobado que
entre ellos y yo existe la misma diferencia que
entre una montaña cuya cima se pierde en los
cielos y ese oscuro grano de arena, que a su
paso pisan los caminantes. Sin embargo, en vez
de desanimarme, me he dicho a mí misma: Dios
no podría inspirar deseos irrealizables; por lo
tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a
la santidad. Acrecerme es imposible; he de soportarme a mí misma tal y como soy, con
todas mis imperfecciones. Pero quiero hallar el modo de ir al cielo por un caminito muy
recto, muy corto, por un caminito totalmente nuevo. Estamos en el siglo de los inventos,
ahora no hay que tomarse ya el trabajo de subir los peldaños de una escalera; en la casa de
los ricos el ascensor la suple ventajosamente. Pues bien, yo quisiera encontrar también un
ascensor para elevarme hasta Jesús, pues soy demasiado pequeña para subir la dura escalera
de la perfección. Entonces, busqué en los libros sagrados la indicación del ascensor, objeto
de mis deseos y hallé estas palabras salidas de la boca de la Sabiduría eterna: ‘Sí alguno es
pequeñito que venga a mí’”.
Reflexión
La confianza consiste en un abandono, en una entrega libre y voluntaria, es decir amorosa,
donde solamente encontraremos Misericordia. Dirá Teresita que “el abandono es el fruto
delicioso del amor”, pues ve en Jesús, en Aquel quien no le enseña a contar sus actos, sino
en hacerlo todo por amor, a no negarle nada, a estar contenta cuando Él le ofrece una
ocasión de probarle que le ama; pero esto se hace en el abandono, es Jesús quien lo hace
todo (como el ascensor), y a uno lo que le queda es entregarse tal como es.