Derecho Energético

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Wendy Briseida Zapata

Rodríguez
19358843
8B
Derecho Energético.
Ensayo Nueva Era de la
Energía en México
Tabla de contenido

INTRODUCCIÓN: ............................................................................3

NUEVA ERA DE LA ENERGÍA EN MÉXICO. .................................4

1.Entorno Macroeconómico y político. ................................4

2. Sector energético. ................................................................5

Sector eléctrico. ......................................................................10

CONCLUSIÓN: ..............................................................................12
INTRODUCCIÓN:
Este ensayo nos proporciona una perspectiva general sobre la situación del sector
energético en México, con especial atención en el reciente desarrollo del mercado
eléctrico. Se analizan las características fundamentales, los resultados obtenidos,
las tendencias emergentes y la participación de inversores privados como resultado
de las reformas y la apertura de este sector. La Reforma Energética ha convertido
a México en un atractivo destino para la inversión extranjera, especialmente en el
ámbito eléctrico, a través de tres Subastas de Largo Plazo (SLP) realizadas hasta
2017, las cuales se traducirán en inversiones estimadas de alrededor de USD $8.6
millones en los próximos tres años, junto con una próxima licitación para una nueva
línea de transmisión eléctrica. Además, se anticipa un significativo aumento de
inversiones en hidrocarburos y fuentes de energía limpia, con ambiciosas metas
para incrementar la producción de energía renovable en el país.

El enfoque principal de este análisis es, en primer lugar, comprender la Reforma


Eléctrica como una medida esencial para el progreso, la mejora y, en última
instancia, como un salvavidas, no solo para México, sino también a nivel global.
Tras reconocer la importancia de esta reforma, se pretende explorar cómo podemos
implementarla y promoverla para crear conciencia en nuestro entorno cercano.
Además, buscamos mantenernos informados y ser conscientes de cómo nuestras
actividades cotidianas pueden contribuir o perjudicar el medio ambiente a través del
uso de la energía. Otro objetivo crucial es resaltar la importancia de las energías
limpias y establecer metas a largo, mediano y corto plazo para contribuir a la mejora
de nuestro país a través de la adopción de fuentes de energía sostenibles.
NUEVA ERA DE LA ENERGÍA EN MÉXICO.
1.Entorno Macroeconómico y político.
México se posiciona como la decimocuarta economía global, con un Producto
Interno Bruto (PIB) de aproximadamente USD $1,046 millones en el tercer trimestre
de 2017, manteniendo un crecimiento anual promedio del 1.5% desde 2015. El país
cuenta con una población de 127.5 millones de habitantes en un vasto territorio de
1,959,247 km², con un PIB per cápita de USD $8,548. A pesar de la depreciación
del Peso mexicano en los últimos cinco años, México ha conseguido mantener
condiciones económicas sólidas, a pesar de desafíos como la disminución en los
precios del petróleo, la incertidumbre política en Estados Unidos y las
renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La
política monetaria adoptada por el Banco de México, que ha elevado las tasas de
interés en respuesta a estos eventos, ha contribuido a esta estabilidad, aunque se
ha observado un aumento en la tasa de inflación, alcanzando un 4.57% acumulado
entre enero y diciembre de 2017, influenciado por recortes en el gasto público y el
incremento en los precios de los combustibles.

En el ámbito de las energías renovables, México se ubica en el noveno lugar en el


Índice de Países más Atractivos para las Inversiones en Energías Renovables
(RECAI), mientras que Estados Unidos ha caído del primer al tercer lugar en este
índice entre 2016 y 2017.

México ha experimentado un notable aumento en la Inversión Extranjera Directa


(IED) gracias a reformas en áreas clave como energía, laboral, fiscal y financiera.
Entre 2015 y el segundo trimestre de 2017, la IED creció un 20%, alcanzando la
cifra de USD $72,425 millones. El sector energético ha desempeñado un papel
fundamental en la atracción de inversiones, con alrededor de USD $59 millones
destinados a inversiones en hidrocarburos y un programa de inversión en energía
eléctrica estimado en aproximadamente USD $100 millones en los próximos 15
años, con un enfoque en generación, transmisión y distribución. Además, se
anticipan inversiones significativas a través de las Subastas de Largo Plazo (SLP),
con estimaciones de USD $2.6 millones, USD $4 millones y USD $2.4 millones para
la primera, segunda y tercera subasta, respectivamente. Estas iniciativas prometen
impulsar aún más el sector energético de México.

2. Sector energético.
El Pacto por México representó un acuerdo político diseñado con el propósito de
mejorar la productividad del país, especialmente en sectores estratégicos. Su
enfoque primordial era el fortalecimiento del estado de derecho y la promoción de
la competitividad en el mercado mexicano. Entre los cambios más notables se
encontraba la ruptura de los monopolios en la industria petrolera y eléctrica, que
habían existido durante más de 75 años, así como la reducción del oligopolio en el
mercado de telecomunicaciones.

Dentro del ámbito energético, las reformas perseguían varios objetivos clave, tales
como incrementar la competencia en los mercados de energía, asegurar un
suministro adecuado de energía y optimizar los precios de electricidad y gas,
además de impulsar la inversión en el sector y favorecer la transición hacia fuentes
de energía más limpias. Como resultado, la Reforma Energética abrió el sector de
hidrocarburos y electricidad a la inversión privada.

Reformas de Hidrocarburos:

El objetivo central de la reforma en el sector de hidrocarburos radica en garantizar


el suministro suficiente de combustibles para los consumidores y las industrias a
precios competitivos a lo largo de la cadena de valor. Algunos de los cambios más
relevantes en la reforma de hidrocarburos incluyeron:

- Modificación del artículo 27 constitucional para otorgar al Estado la exclusividad


en la posesión de los recursos en el subsuelo, al tiempo que se implementó un
modelo de contratación del sector privado que permitiría su participación en
actividades de exploración y extracción de petróleo y gas natural.

- Establecimiento de un nuevo régimen fiscal para Pemex con el objetivo de hacerlo


más competitivo y proporcionarle más recursos para inversión.
Reforma Eléctrica:

Dentro de los principales objetivos de la reforma eléctrica se incluyen el aumento de


la competitividad en el mercado eléctrico, la reducción de las tarifas eléctricas y el
impulso a la transición hacia energías limpias. Algunos cambios clave en el sector
eléctrico comprendieron:

- Modificación del artículo 27 Constitucional, lo que derivó en la promulgación de


leyes que permitieron la participación de inversión privada en la generación de
electricidad.

- Mantenimiento del control del Estado sobre el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y
el servicio público de transmisión y distribución.

- Concesión de una mayor flexibilidad operativa y organizacional a la Comisión


Federal de Electricidad (CFE) con el fin de incrementar la competencia y reducir los
costos de la energía, al tiempo que se convirtió en una Empresa Productiva del
Estado (EPE).

En México, el proceso de exploración y extracción de hidrocarburos se rige por una


serie de contratos que se otorgan a través de licitaciones supervisadas por la
Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). Estos contratos se dividen en cuatro
tipos:

1. Contratos de Servicios: Estos contratos implican que la empresa contratada


presta servicios a la autoridad, generalmente la empresa estatal Pemex. Los
contratos de servicios existentes con Pemex siguen siendo válidos, pero pueden
migrar a las nuevas modalidades si así lo desean las partes.

2. Contratos de Producción Compartida: En estos contratos, el contratista comparte


la producción obtenida con el Estado mexicano. Estos contratos se adjudican a
través de licitaciones y especifican la proporción en la que se comparte la
producción.

3. Contratos de Utilidad Compartida: Los contratos de utilidad compartida implican


que el contratista comparte una parte de los ingresos generados con el Estado
mexicano. Al igual que los contratos de producción compartida, se otorgan mediante
licitaciones.

4. Contratos de Licencia: En estos contratos, se otorga al contratista el derecho de


extraer hidrocarburos a cambio de pagos específicos al Estado. El contratista asume
un mayor riesgo y es responsable de la financiación de las operaciones.

Para participar en las licitaciones, las partes interesadas deben establecer una
empresa mexicana dedicada exclusivamente a la exploración de hidrocarburos. Los
contratistas deben cumplir con requisitos específicos y obtener autorización para
llevar a cabo estas operaciones.

En lo que respecta a la información sobre las reservas de petróleo en el subsuelo,


esta es competencia exclusiva del Estado mexicano y no puede ser proporcionada
por particulares. Sin embargo, los particulares pueden registrar sus derechos y
expectativas en relación con estas reservas.

Las actividades en la cadena de valor de la industria de hidrocarburos requieren


permisos otorgados por las autoridades. Estos permisos suelen tener una duración
inicial de 30 años, con la posibilidad de extenderse por más de 15 años, lo que
permite a las empresas planificar a largo plazo sus operaciones en el sector.

La regulación y supervisión de la seguridad industrial, operativa y la protección


ambiental en todas las actividades relacionadas con los hidrocarburos recae en la
Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), que opera bajo la supervisión
de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Esta
entidad es crucial para garantizar que las operaciones en la industria de
hidrocarburos se realicen de manera segura y sostenible desde el punto de vista
ambiental.

La Reforma Energética en México sienta las bases para un mercado eléctrico


regulado por las fuerzas de oferta y demanda, con una mayor participación del
sector privado. Este cambio abre oportunidades en diversas áreas de la industria
eléctrica, que incluyen generación, transmisión, distribución, comercialización, así
como la planeación y operación del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).
La Ley de la Industria Eléctrica (LIE) juega un papel fundamental en este nuevo
marco regulatorio. Programas como el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico
Nacional (PRODESEN) se encargan de la planificación a largo plazo de la
infraestructura eléctrica, garantizando un suministro confiable y eficiente de
electricidad. Además, el Fondo de Servicio Universal Eléctrico se dedica a
electrificar áreas previamente desatendidas, ampliando el acceso a la electricidad
en todo el país.

La reforma también pone un fuerte énfasis en el respeto a los derechos humanos y


la evaluación del impacto social en las comunidades que pueden verse afectadas
por proyectos energéticos. Esto es fundamental para garantizar que las actividades
en el sector energético no tengan un impacto negativo en las poblaciones locales y
para promover el desarrollo sostenible.

En términos de operación, la generación y comercialización de electricidad


funcionan bajo principios de competencia, lo que permite una mayor eficiencia y
opciones para los consumidores. En contraste, la transmisión y distribución de
electricidad siguen siendo responsabilidad del Estado, pero se permite la posibilidad
de establecer asociaciones público-privadas para mejorar la infraestructura y
garantizar un suministro confiable de energía a nivel nacional.

La Ley de la Industria Eléctrica (LIE) en México proporciona una definición clara de


lo que se considera energía limpia, que abarca diversas fuentes de energía y
procesos de generación de electricidad que cumplen con límites específicos de
emisiones o residuos, como se establece en regulaciones particulares. Esta
definición incluye:

1. Energías Renovables: Estas son una parte esencial de las energías limpias e
incluyen fuentes como la energía solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica y biomasa.
Estas fuentes de energía se consideran limpias porque producen electricidad sin
emisiones significativas de gases de efecto invernadero o contaminantes.
2. Energía Nuclear: A pesar de que puede generar residuos radiactivos, la energía
nuclear se considera limpia debido a su capacidad para generar grandes cantidades
de electricidad sin emisiones de gases de efecto invernadero. La gestión adecuada
de los residuos nucleares es esencial para mantener su estatus de energía limpia.

3. Energía a partir de Hidrógeno: El hidrógeno puede utilizarse como fuente de


energía, y si su producción se realiza de manera limpia, por ejemplo, utilizando
energía renovable para su producción, se considera una fuente de energía limpia.

4. Energía de Centrales de Cogeneración Eficiente: La cogeneración se refiere a la


producción simultánea de electricidad y calor útil a partir de una sola fuente de
energía. Cuando se lleva a cabo de manera eficiente y con bajas emisiones, se
clasifica como energía limpia.

México ha demostrado un compromiso en promover las energías limpias desde


hace décadas, y las leyes, como la Ley para el Aprovechamiento de Energías
Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética (LAERFTE) introducida
en 2008 y la Ley de Transición Energética (LTE) en 2015, han establecido marcos
regulatorios para fomentar la generación de energía a partir de fuentes limpias y
eficiencia energética.

Es importante destacar que, aunque "energía limpia" y "energía renovable" se


utilizan a menudo de manera intercambiable, las energías renovables son un
subconjunto de las energías limpias. Las energías limpias también incluyen fuentes
como la energía nuclear y el uso eficiente de la energía a través de la cogeneración,
siempre que cumplan con los estándares ambientales establecidos.

La apertura del mercado energético en México ha atraído el interés de inversores


nacionales y extranjeros, lo que ha llevado a una mayor demanda de financiamiento
para proyectos en el sector. Para abordar este desafío, México cuenta con diversas
fuentes de financiamiento, que incluyen instituciones financieras locales e
internacionales, así como bancos comerciales y de desarrollo.
Los bancos de inversión desempeñan un papel crucial en la estructuración
financiera de proyectos energéticos, ayudando a los desarrolladores a emitir deuda
bursátil y estructurar capital. También se involucran en la creación de bonos verdes
y bonos sustentables, que son importantes para proyectos sostenibles en el sector.

Organizaciones internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),


el Banco de Cooperación Internacional de Japón (JBIC), el Banco de Desarrollo
Alemán (KfW) y la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial
han sido importantes fuentes de financiamiento para proyectos de infraestructura en
el sector energético en México. Ofrecen una variedad de productos financieros,
incluyendo créditos para la importación y exportación de equipos y líneas de crédito
directas, que respaldan proyectos de Productores Independientes de Energía (IPP),
entre otros.

Estas opciones de financiamiento contribuyen al desarrollo y la expansión del sector


energético en México, permitiendo la inversión en proyectos de generación
eléctrica, tanto convencionales como limpios, y promoviendo la diversificación de la
matriz energética del país.

Sector eléctrico.
La potencia en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) de México se refiere a la
capacidad de generación de energía que los productores de electricidad ofrecen
para la venta. Este mercado opera a través de Contratos de Cobertura Eléctrica y
se basa en las 100 horas más críticas del año anterior, lo que significa que se
establece en función de la capacidad necesaria para satisfacer la demanda durante
los momentos de mayor consumo. Los precios en el MEM se determinan según la
oferta y la demanda de capacidad de generación, lo que promueve un uso eficiente
de la capacidad disponible. Este enfoque permite a los participantes, como las
Empresas Comercializadoras de Energía (ERC), cumplir con los requisitos de
reservas necesarios para mantener la confiabilidad del sistema eléctrico.

En el MEM, la potencia es ofrecida por los generadores y adquirida por las ERC.
Las ERC se dividen en tres categorías en el Mercado para el Balance de Potencia:
1. Suministradores: Estas empresas están a cargo de la comercialización de
electricidad y deben asegurarse de tener suficiente capacidad de generación para
satisfacer la demanda de sus clientes.

2. Usuarios Calificados Participantes del Mercado: Son usuarios calificados que


participan activamente en el mercado y pueden adquirir capacidad de generación
directamente.

3. Generadores de Intermediación: Estas empresas pueden adquirir capacidad de


generación y revenderla a otros participantes del mercado.

La Reforma Energética en México tiene como objetivo incentivar la inversión en


energías limpias, estableciendo metas y requisitos para promover la generación de
energía más limpia y sostenible. Los Certificados de Energía Limpia (CEL) son una
herramienta fundamental para cumplir estas metas. Cada CEL acredita la
generación de 1 megavatio-hora (MWh) de energía limpia y tiene una vigencia de
20 años. Esto significa que las empresas pueden obtener CELs por generar
electricidad a partir de fuentes limpias, como la solar, eólica, hidroeléctrica, y
utilizarlos para demostrar su cumplimiento con los requisitos de energía limpia
establecidos por el gobierno. Los CELs juegan un papel esencial en la transición
hacia una matriz energética más sostenible y en la reducción de las emisiones de
gases de efecto invernadero.
CONCLUSIÓN:
En conclusión, México ha demostrado un sólido crecimiento económico,
manteniendo una posición destacada a nivel global a pesar de desafíos
significativos, como la depreciación del peso, la incertidumbre política en los
Estados Unidos y las renegociaciones del TLCAN. La política monetaria del Banco
de México ha contribuido a esta estabilidad, aunque se ha observado un aumento
en la tasa de inflación.

En el sector energético, México ha implementado reformas significativas que han


atraído inversiones tanto nacionales como extranjeras. La apertura del mercado
energético, la participación del sector privado y el fomento de las energías limpias
son pilares de estas reformas. Los Contratos de Cobertura Eléctrica y los
Certificados de Energía Limpia son instrumentos clave para promover una matriz
energética más sostenible y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El compromiso de México con las energías limpias y su atractivo para la inversión


extranjera directa han colocado al país como un importante jugador en el ámbito
energético. Las reformas y políticas en este sector han allanado el camino para el
desarrollo sostenible y el crecimiento económico en el país.

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