Adaptaciones Metodológicas.

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La ley 27.

306 garantiza el derecho a la educación de las personas con


Dificultades Específicas de Aprendizaje, como la dislexia. Las adecuaciones
metodológicas están explicitadas en esta ley y forman parte de un protocolo
específico que todas las instituciones educativas deben aplicar para que los
alumnos logren aprender de una manera efectiva.

LECTURA.
Las dificultades específicas en la lectura indican una dificultad para leer con
fluidez y precisión, y para sistematizar las reglas de conversión fonema-
grafema. El alumno no logra automatizar el proceso lector, que se vuelve muy
lento y trabajoso, con escasa fluidez y alta cantidad de errores. Las
adecuaciones metodológicas tienen que ver con:

 Lectura anticipada. Se sugiere que el alumno lea los textos


previamente (anticipación de 4,5 días) con acompañamiento.
 Adaptación del tamaño de la letra. Se sugiere la utilización de
tipografía clara, como Arial o Calibri, tamaño 18 a 20 en 1° grado,
tamaño 16 hasta 3° grado, tamaño 14 desde 4° grado y tamaño 12 en
secundaria.
 Interlineado espaciado. El interlineado ideal es de 1.5.
 Adecuar textos. Según el niño, puede ser necesario modificar la
redacción de los textos para simplificar el uso del lenguaje y disminuir la
cantidad de texto.
 Marcar con negrita el verbo operativo. Realizarlo en cada consigna y
marcar con negrita las ideas principales del texto.
 Utilizar programas lectores. Balabolka, traductor de Google, Google
docs, Abby, PrizmaGo, entre otros. Los programas de voz a texto y de
texto a voz son una herramienta de gran utilidad que favorece la lectura
autónoma y la independencia de la persona con Dislexia tanto en la
lectura como en la escritura.
 Otorgar mayor tiempo en la ejecución de tareas, trabajos y
evaluaciones.
 La ortografía no se evalúa. Aunque sí se corrige en forma
seleccionada, esto es, eligiendo los vocablos más importantes para
mantener la duda ortográfica. Se sugiere escribir de manera correcta las
palabras de uso frecuente con el objetivo de que el niño las incorpore de
manera visual y pueda en el futuro seleccionar la escritura correcta bajo
la sugerencia de un corrector ortográfico digital.
 Refuerzo de la oralidad. Se trata de brindar al alumno una alternativa a
la expresión escrita, tanto durante las enseñanzas de los temas y
conceptos como para las evaluaciones.
 Cantidad reducida de actividades. Ya que la persona con dislexia
destina mayor esfuerzo y carga cognitiva a las actividades que implican
lectura y escritura.
 Consignas y ejercitación en fotocopias. Evitar la copia excesiva del
pizarrón ya que este mecanismo carece de contenido pedagógico en lo
que se refiere a desarrollo de habilidades cognitivas.
 Simplificar consignas de trabajo. Usar consignas claras y cortas (un
solo verbo de acción por consigna).
 Presencia personalizada del docente durante el proceso de
evaluación. Esta adecuación tiene como objetivo que la persona con
Dislexia cuente con alguien que monitoree su trabajo en el momento de
la lectura autónoma.
 Trabajar con un alumno tutor. La tarea del alumno tutor es evitar que
el docente sea el que monitoree en forma constante al alumno y
minimizar la exposición frente al grupo. Es fundamental que el docente
acuerde con el alumno tutor cuál es su tarea y qué tipo de guía le dará a
su compañero. Es necesario explicitar la ayuda.
 Apoyo en las habilidades de razonamiento. Si las clases se diseñan
para hacerlos estar activos, razonar y establecer asociaciones, podrá
aprender mejor.
 Señalar aspectos positivos o progresos. Es necesario que el alumno
pueda tener un feedback de su habilidad y de sus fortalezas y
debilidades.
 Adecuar la puntuación de la prueba. Es importante evitar quitar
puntos por aspectos propios de la Dislexia.
 Adjuntar una pregunta o imagen luego de cada párrafo, que refuerce
la comprensión.
 Incentivar el detenerse luego de cada párrafo a fin de parafrasear o
comprobar la comprensión.
 Resaltar palabras claves o difíciles y buscar sinónimos o explicación.

MATEMÁTICAS. (DISCALCULIA).

 Ayuda memoria para los procedimientos. Como la memoria operativa


está descendida, contar con una ficha o ayuda memoria donde figure el
procedimiento les posibilitará alcanzar el nivel de razonamiento o
contenido esperado.
 Utilizar diferentes formas de resolución de los procedimientos.
 Uso de material de apoyo. Castillo de números, tabla pitagórica,
calculadora, entre otros. Este material de apoyo lo ayuda a reducir la
cantidad de información que debe almacenar en su memoria de trabajo,
que suele ser deficiente.
 Marcar con color los signos. De esta manera se ayuda al niño a poner
especial atención para evitar confundir los signos.
 Desglosar en partes los problemas. El desglosar la consigna significa
segmentar el problema en partes con espacios intermedios para dar
lugar a resolver las operaciones de a una.
 Dar menor cantidad de ejercicios. En algunos casos es necesario
realizar esta adecuación para evitar la sobrecarga cognitiva del alumno.
La idea es que en el momento de la evaluación el docente pueda
constatar que el alumno logra resolver o el problema, pero si se lo
sobrecarga con demasiados ejercicios, perderemos ese objetivo.
 Valorar el proceso y no la precisión en el resultado. Pasar por alto
errores simples, pero constatar que comprendieron el razonamiento
 Utilizar plantilla con los pasos para resolver los problemas. Sirve
para evitar que pase por alto cuestiones importantes dentro de una
situación problemática.
ESCRITURA.

En el proceso de aprendizaje de la escritura pueden presentarse dificultades,


ya sea de tipo específico (Disgrafía) o no específico (en la organización de la
redacción). Cuando existen dificultades en el desarrollo, aparecen
automáticamente en el alumno un rechazo constante a las actividades de
escritura y un intento de evitar todas las situaciones de copiar o escribir.
Empieza a tener las tareas incompletas, trabajos sin terminar que serán motivo
de llamados de atención.

Estas conductas son, en realidad, consecuencia del esfuerzo excesivo que


genera la escritura, de una fatiga motora y cognitiva que impacta en el
rendimiento cognitivo general. Es necesario conocer que realizar la misma
cantidad de trabajo escrito que el resto genera a quien tiene estas dificultades
un cansancio muy grande, que posiblemente resta energía cognitiva para otro
tipo de tareas.

Para evitar la desmotivación y rechazo a las actividades escritas, es necesario


realizar un plan de intervención que puede consistir en lo siguiente:

 Permitir el uso de la letra de imprenta minúscula. Los trazos de este


tipo de letra son mas sencillos en cuanto a los movimientos
involucrados.
 Evitar la copia excesiva del pizarrón. Idealmente, entregar las
consignas o los textos largos en fotocopias.
 Ampliar los espacios en la hoja. Permitirles usar cuadros, agregar
espacios de respuestas, etc. ya que tienen dificultad para controlar el
trazo y minimizar la letra para que entre en la hoja todo el contenido.
 Utilizar siempre referencias gráficas. Es muy importante que el
docente explicite con alguna marca visual que organice externamente el
espacio de la hoja, y dé lineamientos de dónde empezar a escribir. Esto
se aplica tanto a los primeros grados como a los últimos, ya que el
espacio es un aspecto que el niño no logra organizar por sí solo.
 Utilizar doble renglón. En los primeros grados, es importante que se
ofrezca un espacio con más amplitud para automatizar de a poco el
trazado de las letras, y de a poco intentar disminuir el espacio de la hoja.
 Exigir legibilidad y no prolijidad. En la Disgrafía, la prolijidad es una
meta muy difícil de alcanzar y, si se logra, genera demasiada fatiga y
esfuerzo cognitivo.
 Compensar oralmente. En los grados superiores, cuando el docente
evalúa la incorporación de conocimientos a través de preguntas escritas,
que el alumno debe responder muchas veces con su propio
pensamiento por escrito, se sugiere que quienes tengan disgrafía
puedan compensar oralmente.
 Utilizar diferentes tipos de lapicera. Fomentar el uso de bolígrafos que
ayuden a controlar mejor los trazos. Evitar el uso de lapiceras de pluma.
 En grados superiores, permitir el uso de recursos tecnológicos. Es
muy recomendable a partir de 4° grado. Será necesario que el alumno
cuente con los recursos para el manejo de procesadores de textos,
como también que el docente facilite al alumno el material de clase
digitalizado para lograr hacer el trabajo de forma autónoma.

ATENCIÓN.

Ciertas actitudes como por ejemplo desconectarse o molestar a los demás, no


son voluntarias, sino que responden a una sintomatología específica que forma
parte de un trastorno. La posición que tome el docente frente a esta
problemática es fundamental para lograr que el alumno se comprometa con el
aprendizaje.

Algunas metodologías posibles son:

 Realizar contacto visual. Este tipo de intervención puede ayudar a


lograr la reconexión de su atención en los momentos que sea difícil
mantenerla.
 Instrucciones claras y precisas. Dado que los tiempos atencionales
son cortos, la instrucción debe ser corta y precisa.
 Asegurar la comprensión de consignas. De este modo se evita que,
como consecuencia de su distracción, el alumno no logre comprender la
actividad y tenga que rehacerla. Podemos hacerle una serie de
preguntas o bien proponerle la consigna: “Explicame o explicale a tu
compañero lo que tenés que hacer”.
 Anticipación del rol que ocupa. Es importante anticipar el rol que va a
cumplir en la actividad antes de dar la consigna. Por ejemplo: “Escuchá
con atención, porque después vas a ser vos el expositor/tomador de
notas/que mida el tiempo en tu grupo”
 Supervisar sus producciones. Tenemos que recordar que este tipo de
chicos muestra baja tolerancia a la frustración y suelen abandonar las
tareas, por eso es importante ayudarlos en varios momentos de la clase,
para evitar que renuncie a la actividad o se pierda y tenga muchos
errores.
 Reforzar con imágenes, gráficos o palabras clave. Si se brindan
apoyos de este tipo para la explicación de los contenidos de la clase, el
alumno con dificultades de atención podrá visualizarlo de manera
concreta.
 Elogiar la conducta adecuada. Refuerzo positivo.
 Utilizar un lenguaje positivo y breve. Evitar rótulos y discursos muy
largos. Retienen mejor la información cuando es corta y directa.
Remarcar lo positivo para que lo repitan.
 Elaborar un sistema que le permita moverse o interrumpir la
actividad. Esto posibilita que cuando el alumno esté cansado pueda
salir, ya que os cortes y el movimiento activan nuevamente el sistema de
alerta y permiten la autorregulación de los procesos de atención.
 Utilizar adecuaciones de integración sensorial para favorecer la
autorregulación. Los recursos propioceptivos favorecen la regulación
de la atención y el estado de alerta en la tarea que se realiza.
 Darle la posibilidad de retirarse del aula. Este momento tiene que
servir al niño para respirar, tranquilizarse y autorregularse. El docente le
tiene que recordar eso.
 Favorecer la toma de apuntes mientras está en una clase
expositiva. La toma de apuntes lo obliga a monitorearse y a mantenerse
en tarea, lo cual incrementa y favorece la comprensión de la temática.
 Sentarse cerca del docente. Los alumnos con TDAH responden muy
bien a la supervisión del adulto y estar cerca del maestro colabora.
 Emplear agenda u horario. La idea es que los docentes supervisen el
uso eficaz de las agendas y les enseñen que el escribir sus deberes los
ayuda a tomar decisiones, mejorar el manejo del tiempo y la capacidad
de organización.
 Permitir que realice desplazamientos dentro del aula o fuera de ella.
En los casos en que el alumno presente hiperactividad, es importante
que se mueva para autorregularse.
 Nombrarlo ayudante. El sentirse especiales los motiva y, además, les
permite realizar actividades con cierta descarga motora.
 Valorar logros o enviar notas a la casa. Los alumnos con TDAH
suelen tener dificultad en armar el yo interno, ese auto-feedback tan
necesario, y por eso requieren la aprobación externa para aprender a
interiorizar las conductas positivas y repetirlas. Las notas actúan como
refuerzo importante y significativo.
 Evitar ponerlos en evidencia. Un alumno con TDAH suele actuar en
forma impulsiva, y después arrepentirse. Es importante, entonces, no
reprocharle frente al grupo que no presten atención o sean impulsivos.
 Adaptar el tiempo en las evaluaciones. Dividir en partes para evaluar
en distintas horas o días.
 Acortar las evaluaciones. Cuando el alumno tiene falta de atención,
suele empezar rindiendo bien y luego confundirse por fatiga atencional.
Disminuir la cantidad de ítems de una prueba es una manera más
ajustada de evaluar sus aprendizajes.
 Redactar consignas claras y breves. Evitar consignas múltiples.
Desglosar en partes o incluir indicadores atencionales como resaltar
palabras claves o brindar un ejemplo de qué es lo que pide la consigna.
 Valorar el proceso y no solo los resultados. Al igual que otros
alumnos con problemas de aprendizaje, quienes tienen TDAH suelen
cometer múltiples errores que parecen de descuido y no pueden hacer
mucho por mejorar eso. En estos casos es importante valorar el proceso
y no la exactitud.
RAZONAMIENTO EJECUTIVO.

La habilidad de razonamiento ejecutivo implica capacidad para la planificación,


la organización, la autorregulación y la metacognición. Quienes presentan
dificultades en esta área pueden tener problemas para seguir el ritmo y el
tiempo de los aprendizajes y los procedimientos. Parecen estar casi todo el
tiempo sin saber qué hacer, por lo cual necesitan del modelado y de un
monitoreo cercano para que logren acoplarse a las actividades con el resto.

 Dividir las tareas en pasos. Una función ejecutiva clave es la memoria


funcional, que mantiene la información a la mano el tiempo suficiente
para utilizarla. Deficiencias en esta área pueden complicar que los
chicos recuerden cadenas de instrucciones. El dar pasos ayuda a
brindar un marco para la organización y la memoria.
 Desdoblar trabajos largos en otros más pequeños. Poe ejemplo, en
una pregunta de un trabajo práctico, se le puede pedir al alumno que
escriba pasos individuales (desarrollar un argumento, hacer un gráfico,
comparar) en fichas individuales que él podrá ir completando una a la
vez.
 Dar instrucciones cortas, pautadas y sencillas. La velocidad de
procesamiento es el ritmo con el que el cerebro procesa la información,
ya sea auditiva o visual. Cuando existen dificultades en la función
ejecutiva, la velocidad de procesamiento suele ser lenta. Necesitarán
más tiempo para procesar la información antes de responder o seguir
instrucciones.
 Ayudarlo en la organización de la carpeta. Es recomendable evitar el
uso de carpeta y que utilicen un cuaderno A4 para favorecer la
organización y el orden.
 Adecuar los temas de geometría. Como muestran dificultades en el
uso del espacio y la coordinación visomotora, habrá que establecer
series de pasos para la construcción de figuras, utilizar hojas
cuadriculadas y brindarles mayor tiempo para lograr estas habilidades.
 Favorecer el uso de fotocopias. Para una adecuada organización del
espacio visual que evite el exceso de información.
 Desdoblar consignas. Evitar tareas con dos acciones y establecer los
pasos de realización.
 Resaltar los verbos de acción con marcador.
 Animarlo a empezar a trabajar. En general, requieren un estímulo
externo para empezar a trabajar, como puede ser cambiar el tono de
voz, pasar cerca de ellos y tocarles el hombro o hacerles algún gesto.
Esto siempre tiene que ser realizado de común acuerdo.
 Preparar fichas con pasos a seguir y animarlos a utilizarlas. Las
fichas pueden ser usadas por el docente para enseñar un procedimiento
a toda la clase. El resto de la clase va a prescindir de las fichas
rápidamente, mientras que los alumnos con dificultades ejecutivas
deben seguir usándolas, incluso para las evaluaciones.
 Evitar la copia excesiva.

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